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  • Coordinacin del libro electrnico Europa ntima

    Luca Tomasini [email protected]

    Guillermo Martnez [email protected]

    IlustracionesGeorgina Priego

    [email protected]

    Diseo de libro y portadaEnrique Gmez Alegra

    [email protected]

    Este libro electrnico fue realizado con la participacin del rea de investigacin LICOTIC de la UAM-

    Azcapotzalco

    Luca Tomasini BassolsOciel Flores Flores

    Yvonne Cansigno GutirrezJos Hernndez RiwesClaudia Acevedo Pelez

    Elaborado en noviembre de 2017. Todos los derechos reservados. Registro de la obra en Derechos de la propiedad intelectual n03-2018-031411141300-01.

    Mxico. El contenido de cada captulo es responsabilidad exclusiva de su autor.

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    Contenido

    Introduccin. 4

    Diario de una estudiante mexicana en Mosc 6

    La Espaa de la libertad 13

    Karlsruhe 18

    Estrasburgo 25

    Bklava 32

    La Europa de la opresin 40

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    Introduccin.

    Jos Hernndez Riwes Cruz - UAM Azcapotzalco

    Mis ltimos aos de infancia y adolescencia transcurrieron du-rante los ochenta en una ciudad de Mxico en donde era muy comn escuchar el dicho la vida est en otra parte. La primera mitad de esa dcada, mi entorno (la clase media) traa arrastrando ese anhelo de modernidad que veamos a travs de una ventana meditica que nos mostraba lo sensacional que era, para unos el primer mundo y para otros el segundo o el tercero, mientras este estuviese ubicado en una geografa cultural extranjera.

    En mi caso estas ventanas a la modernidad estaban representadas por el rock en la radio, sostenido por el tianguis del Chopo; por el cine, no slo la cartelera comercial atiborrada de producciones estadouni- denses sino los cineclubes y las muestra internacional de cine; por la televisin, en donde las caricaturas y las series del Canal 5 fueron lo ms importante hasta la llegada de la transmisin de videoclips interna-cionales en el (todava) canal 8, y de algunos pocos programas en canal 13 y luego en el 7 (pues no era tan afortunado para vivir en alguna de las zonas en donde Cablevisin estuviese disponible); y por supuesto, por los cmics, primero los traducidos y editados por Editorial Novaro y Novedades editores, y luego los que podan hojearse en ese oasis de informacin de ediciones internacionales que era la seccin de revis-tas del Sanborns, y ms adelante por los cmics europeos editados e importados por Grijallbo/Dargaud que se vendan en todo tipo de libreras desde la Casa del Libro hasta Gandhi. No obstante, estas ven-tanas no eran otra cosa que un simulacro, dira Baudrillard. Yo, como muchos otros, me convert en una versin moderna de La dama de Shallot, en cuanto a que en realidad no estbamos viendo el mundo a travs de una ventana, sino el reflejo de esa vista en un espejoo sea, el mundo al revs y una imagen cortada por las dimensiones de este y una perspectiva que dependa del lugar en donde este reflejante estuviese colocado.

    A partir de esto, comenc a ensamblar mi versin personal del dicho la vida est en otro lado. Ensambl una idea fantstica de los pases

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    que quera visitar; Francia, Alemania, Italia, la URSS, y por supuesto, la corona del pastel, Inglaterra.

    Mientras ms viajaba ms me daba cuenta de que o no conoca la cultura que me apasionaba o bien que la idea que tena de ella era un constructo meditico de voces, plumas que filtraban la informacin a su conveniencia, de que el proceso de adaptacin se desviaba, a veces de manera ligera, a veces de manera absoluta, de su discurso original; o bien de que muchos elementos se haban perdido en la traduccin que nos llegaba. As pues, ocurrieron varias cosas. Por un lado descubr que la Inglaterra que tanto buscaba slo exista en mi cabeza y en ningn otro lugar. Por otro lado, nunca imagin que mis viajes acabaran por reducir mi anglofilia recalcitrante y la transformaran en hispanofilia tremenda (cuando descubr la cultura pop espaola de finales de los 70 y principios de los 80) y que sta desembocara en un amor absoluto por la mexicanidad pop nacida a mediados del siglo XX y desarrollada hasta nuestros das en el Distrito Federal ahora Ciudad de Mxico.

    Esta ha sido la relacin personal que he tenido con Europa que sirve de introduccin a las siguientes seis historias que cinco autores nos contarn sobre seis lugares que han tocado su mente, sus sentimien-tos y su manera de ver la vida. Encontraremos historias de grandes geografas y su influencia no slo en la cultura mexicana, historias de lugares que fueron y ahora se han transformado para ser otra cosa, pequeos espacios que desbordan impactos tremendos a su alrede-dor y nociones en conjunto de una Europa imaginada y una Europa real desde sus puntos ms luminosos hasta sus rincones ms oscuros. Estos son los recuentos no de turistas viajeros sino de testigos que, a travs de la movilidad, han generado mundo y mundos para sus escu-chas, para sus lectores.

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    Diario de una estudiante mexicana en Mosc

    Luca Tomasini Bassols - UAM Azcapotzalco

    Comenc a escribir un diario con el propsito de no dejar que el tiempo y mi mala memoria borraran algunas de las vivencias ms significativas que en el da a da

    fueron marcando mis aos de estudiante universitaria en Mosc. Hoy, al releer mi diario, vuelvo en el tiempo treinta aos atrs, a los primeros das de mi estancia en

    un pas extraordinario, inolvidable.

    La llegada a Mosc

    En agosto de 1982, la Secretara de Relaciones Exteriores de Mxi-co me otorg una beca para estudiar la Licenciatura en Historia en un pas que impactaba al solo nombrarlo. Se trataba de la Unin Sovitica- hoy Federacin de Rusia- a la cual mi imaginario envolva en un halo de misterios y enigmas que solo una estancia prolongada me permitira esclarecer. El proyecto era por seis aos, de los cuales el primero estaba dedicado al estudio exclusivo del idioma ruso y el ltimo a una especializacin en traduccin con grado de Master. Me senta privilegiada de poder ir a vivir a uno de los pases si no es que al pas- ms poderoso del mundo: al pas de los Soviets!

    Llegu a Mosc con la conviccin de arribar al paraso terrenal, a un territorio ms all del muro de Berln donde, al parecer, deba florecer un mundo nuevo, distinto, mucho ms justo, donde el ideal socialista de a cada quien segn su necesidad y de cada quin segn su posi- bilidad orientaba sin lugar a dudas todos los mbitos de la vida y la organizacin social. A mis veinte aos, realizaba un sueo tantas veces anhelado

    Por fin, un domingo soleado de finales de agosto, tras mltiples pape-leos me instal en el internado de la universidad estatal Lomonosov de Mosc, en una habitacin con bao propio, como todas las habitaciones

    https://www.google.com.mx/search?q=moscu&oq=moscu&aqs=chrome..69i57j0l5.5963j0j7&sourceid=chrome&ie=UTF-8https://www.youtube.com/watch?v=_yxB09BerlI

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    con que contaba la universidad ms prestigiada y antigua de Rusia. Las clases empezaron de inmediato en la facultad preparatoria y qued in-scrita en un grupo con extranjeros que venan del Lbano, Jordania, Siria, Cuba, Blgica y Grecia. Para ensearnos el idioma, mi profesora Lena Yurievna nos daba a leer textos simplificados sobre la vida y obra de los revolucionarios rusos del siglo XIX- precursores de la Revo- lucin de Octubre-, y completaba sus explicaciones lingsticas con textos conmovedores sobre la construccin del socialismo y relatos sobre la valenta del pueblo sovitico durante la Gran Guerra Patria. Idioma e ideologa iban de la mano. Ciertamente, conforme aprenda el ruso me resultaba imposible no compartir el entusiasmo patritico

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    de los hroes de Shlojov, Polevoi, Alexei Tolstoi, Ostrovski. Al mis-mo tiempo descubra a nuevos autores y poco a poco fui definiendo un repertorio de lecturas escogidas de entre los clsicos; mis preferi-dos eran Pushkin, Gogol, Lermontov, Griboyedov, Chjov, Nekrasov, Goncharov, Pasternak, Bunin, Ilf y Petrov.

    A Mijail Bulgakov, que ocup desde un principio un lugar especial en mis preferencias, lo descubr en la biblioteca de la Embajada de Mxi-co. El prstamo a domicilio era celosamente controlado por el biblio-tecario, pero haba tal cantidad de libros extraordinarios, que lo menos era cumplir con los plazos de devolucin para poder disfrutar de ms lecturas. Mijail Bulgakov fue una puerta al humor crtico de uno de los periodos ms difciles de la historia rusa. Disfrut a grandes carcajadas las peripecias de Corazn de perro que describa el lado oscuro y ridculo de la nueva burocracia proletaria, Los huevos fatdicos y tantos otros cuen-tos, fbulas y relatos cuya trama se desenvolva en las turbulencias de la naciente repblica sovitica.

    Con una dotacin amplia de novelas y fascinada por una naturaleza imponente transcurrieron las tardes de mi primer otoo en Mosc. Poco a poco me fui contagiando del sentimiento ruso de amor a la tierra y de la aceptacin de un destino del Hombre. Fue un inicio de cursos estremecedor.

    En los primeros meses de mi estancia muri Breshnev y Andropov lo remplaz en el poder.

    La transicin

    Haban pasado dos aos de mi llegada a la URSS cuando recib la autorizacin del gobierno sovitico para viajar al exterior; eran dos largos aos que haban puesto a prueba mi conviccin resquebrajada con las vivencias del da a da- de que este era el devenir que quera para Mxico. Una infinidad de sentimientos contradictorios me em-bargaba. En Mxico, la pobreza arrojaba a las calles a miles de nios mendigos que pedan una caridad; en Rusia, nadie peda caridad, no haba mendigos en las calles y sin embargo exista cierta carencia, pero distinta, de otra ndole. Era una carencia peculiar, que se manifestaba en la rebelin de los jvenes justamente contra el destino prefabricado

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    y predeterminado por una estructura ideolgica temerosa de la accin espontnea que cuestiona y rompe con lo establecido. Era algo pareci-do a la necesidad de respirar profundo y oxigenar las ideas, ventilarlas, renovarlas y aspirar a bocanadas un aire nuevo

    Muri Andropov y lleg Chernenko.

    Nostalgia

    La vida de un estudiante extranjero en el Mosc de los aos 80s se reparta entre los cursos en la universidad con largas horas de estudio en la biblioteca durante los meses escolares, el disfrute de la vida artsti-ca e intelectual al alcance de todos los bolsillos y el mantenimiento del cuerpo en los deportes de invierno. Algunos estudiantes extranjeros, en los periodos vacacionales, efectuaban viajes exprs a Berln occi-dental por productos de moda y aparatos electrnicos para su venta en el mercado negro. Este era un fenmeno cotidiano, disimuladamente tolerado, que satisfaca en parte la demanda sovitica de mercancas de occidente. Con el fruto de las ventas, los extranjeros lograban comer un poco mejor que lo que se ofreca en los comedores pblicos o uni-versitarios, comprar ropa de moda para las bajas temperaturas del cuasi eterno invierno ruso y pagar el boleto de avin o de tren para visitar a la familia, movidos por la nostalgia de la tierra natal y la familia.

    A lo largo de seis aos viv intensamente la formacin acadmica, experiment la amistad incondicional y desinteresada que une a seres pese al hecho de pertenecer a un pas capitalista o socialista; prob del amor la inmensa felicidad y me resign a su fin siempre que el shock cultural de dos idiosincrasias result ms fuerte que el sentimiento

    Muri Chernenko y llegaron al poder Rasa y Mijail Gorbachov.

    Asist al triste regreso de estudiantes heridos o lisiados en la guerra en Afganistn; compart la angustia de mis amigos de ser llamados a las filas del ejrcito para combatir en una guerra que les resultaba ajena e innecesaria. Al principio pensaba en Mxico y me alegraba reconocer su poltica pacifista y no intervencionista. Pero al meditar ms profun-damente, me di cuenta de que muchos de los mexicanos que mueren intentando desesperadamente alcanzar el sueo americano, son hom-

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    bres, mujeres, nios, marginados en su propio pas, a quienes el Estado ha negado la oportunidad de un presente digno y ha cancelado su fu-turo. Al final de cuentas, no hay parasos terrenales ni mundos felices.

    Por aquellos meses Yeltsin asumi la conduccin de la ciudad de Mosc.

    El contacto cotidiano con ciudadanos de todas las regiones de la URSS me aport sin duda una reflexin seria sobre la otredad; fue para m una verdadera leccin de extranjera y las lecturas hicieron el resto. Al graduarme, tom conciencia de mi identidad universal. Nunca ms podra sentirme solo mexicana o solo francesa. Desde ahora era todas las nacionalidades.

    Regres a Mxico fortalecida por seis aos de vivencias excepcio-nales, con un diploma que deba ser de historiadora pero que result de comunicadora, con una nueva visin de mi lugar en la sociedad y cargada de deseos de vivir la diversidad cultural como un triunfo sobre los dogmas y los atavismos.

    Han pasado treinta aos y al retomar aquel viejo repertorio de lec-turas clsicas, llega hasta m la nostalgia por un mundo que pareca inquebrantable.

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    Comprensin de la lecturaLee las preguntas y escoge la respuesta que consideres correcta.

    1. De entre los diversos dirigentes de la URSS mencionados en el texto, estuvieron:a) Breshnev, Pushkin y Bulgakovb) Bulgakov, Yeltsin y Andropovc) Andropov, Chernenko y Gorbachovd) Gorbachov, Chernenko y Pushkin

    2. A cada quien segn su necesidad y de cada quin segn su posibilidad significa:a) cada quien hace el esfuerzo que quiere para la sociedadb) cada quien recibe lo que quiere de la sociedadc) cada quien recibe lo que requiere y hace lo que quiere para la sociedadd) cada quien recibe lo que requiere y hace el esfuerzo que puede para la sociedad

    3. En el texto, la autora opina que:a) el paraso terrenal es Mxicob) no existen los parasos terrenalesc) el paraso terrenal es Rusiad) los dos pases son parasos terrenales

    4.- Consulta los siguientes sitios para conocer el significado y los alcances de la Perestroika y la Glasnost y da tu opinin acerca de esos proyectos polticos enviando un correo al autor:

    https://sobrehistoria.com/perestroika/ https://es.wikipedia.org/wiki/Perestroika

    5.- Consulta los siguientes sitios para saber ms sobre la universidad estatal Lomonosov, sus historia, su fundador y sus programas actuales de licenciatura y posgrado y da tu opinin acerca de esa gran institucin universitaria enviando un correo al autor.

    https://mundo.sputniknews.com/spanish_ruvr_ru/tag_20897889http://rusopedia.rt.com/ciencia_y_tecnica/inventos/issue_226.html

    Contacta y enva tus respuestas al autor en: [email protected]

    https://sobrehistoria.com/perestroika/https://es.wikipedia.org/wiki/Perestroikahttps://mundo.sputniknews.com/spanish_ruvr_ru/tag_20897889http://rusopedia.rt.com/ciencia_y_tecnica/inventos/issue_226.html

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    La Espaa de la libertadOlga Pardo, periodista, Madrid, Espaa

    Cuando ramos pequeos, durante los grises aos sesenta de un Madrid bajo los ltimos estertores del franquismo, frica em-pezaba en los Pirineos y Europa era el reino de la libertad, al que se tena la esperanza de pertenecer algn da En casa, la vecina para Francia se evocaba siempre con alegra y veneracin; mi madre haba estado all refugiada, huyendo de los horrores del avance del ejrcito golpista, y mi padre tena una familia entraable que se haba afincado justo al otro lado de los Pirineos por la misma razn, y a la que fui-mos muchos veranos a visitar, en una larga odisea por las carreteras nacionales de aquel entonces, la familia apiada en el Seat 600 con las maletas y los chorizos de rigor. Yo viva estos viajes con verdadera emocin, sobre todo cuando habamos logrado que los gendarmes del puesto fronterizo de La Jonquera nos franquearan el paso: por fin es-tbamos en el extranjero, el lugar de donde proceda todo lo que nos interesaba en ese momento. Nuestros tos y primos nos devolvan la visita, siempre cargados de productos entonces mgicos como el az-car en terrones y el aceite de girasol, y alguna propaganda trotskista que el primo Luis haba escondido en su maleta para distribuir en la muy clandestina clula madrilea que frecuentaba mi hermano.

    Pero si Francia era el smbolo de la libertad poltica y el refinamiento de las costumbres, Inglaterra significaba la explosin de optimismo que transmiti a mi camino a la adolescencia la msica de los Beatles, esos chicos de pelo largo que tan atractivos resultaban frente a los cogotes rapados que prescriba la autoridad franquista, con los que mi hermano empapel la habitacin que compartamos y de cuya msica la inund. Londres era ese sitio tan civilizado donde convivan afa-blemente los seores con bombn y los jvenes con melenas afro, la ciudad que reservaba un lugar en su parque ms frecuentado para que cualquier persona pudiera expresar cualquier opinin, donde la work-ing class poda estar orgullosa de serlo gracias a unos logros sociales y unos salarios ms que decentes en fin, el lugar al que me fui en cuanto tuve la menor oportunidad, cuando an no me servan cerve-za en los pubs, y donde conviv por primera vez con el civismo: ante

    https://www.google.com.mx/search?ei=XP0aWpSBJcfCjwS4pqToBQ&q=madrid&oq=madrid&gs_l=psy-ab.3..0l10.491996.493026.0.493771.6.6.0.0.0.0.160.269.0j2.2.0....0...1.1.64.psy-ab..4.2.268....0.4BN-46c7Tzo

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    mis asombrados ojos contempl a los londinenses hacer esfuerzos por pagar el importe completo del billete de metro cuando ya los taquille-ros se haban retirado de sus puestos, salir corriendo detrs de alguien que haba perdido una bufanda mi picarda adquirida en las calles madrileas en las que burlar a la autoridad era un logro del que uno deba sentirse orgulloso, donde se era sospechoso para la polica por el

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    hecho de ser joven y llevar pantalones vaqueros, se pasmaba ante una ciudad en la que los bobbies se cuadraban ante cualquier melenudo que se dirigiera a ellos; yo misma hice la prueba repetidas veces, pidin-doles informacin, para comprobar atnita cmo invariablemente me respondan con la mayor amabilidad. Y ca en la cuenta de que en aquel pas se poda ser rebelde muy cmodamente, sin verse perseguido por la polica ni sentirse acosado por las miradas de la gente formal; todo el mundo, incluidos los que no llevaban corbata, pareca estar de acuerdo con las leyes imperantes y dispuesto a cumplirlas, y a cambio stas eran de una permisividad que me resultaba totalmente desconocida: por primera vez estaba viendo cara a cara una democracia en su momento de funcionamiento ptimo, antes de que Margaret Thatcher se encar-gara de enviarla al garete. Eran otros tiempos.

    Despus vino el joven Felipe Gonzlez y Espaa entr por fin en la Unin Europea; corra aire fresco en el Madrid de los ochenta, como dijo Gato Prez, despus de estos largos aos de aburrimiento trascen- dental ahora tocaba pasarlo bien; ya no tenamos que correr delante de la polica una vez a la semana y los grupos en que militbamos eran legales, con lo que para algunos haban dejado de tener sentido hubo protestas de una parte de la izquierda respecto a los inconvenientes de la integracin en Europa, pero pronto se acallaron a la vista de las sustanciosas subvenciones que recibieron distintas actividades final-mente se nos daba la bienvenida al mundo civilizado, si bien como socio pobre, estatus con el que continuamos, ahora ms que nunca. Muchos vivimos los aos ochenta como un momento en que uno poda pasearse por Europa y no avergonzarse de ser espaol: tenamos el gobierno ms decente que mi generacin poda recordar y la de muchos de nuestros padres tambin; tenamos artistas de talla interna-cional como Paco de Luca y Camarn de la Isla, que nos reconciliaban con un flamenco del que se haba intentado apropiar el franquismo sin lograrlo afortunadamente del todo, y tenamos a un cineasta como Pe-dro Almodvar, que logr casi milagrosamente que los homosexuales en nuestro pas pasaran de ser blanco de srdidas bromas machistas o protagonistas de las chirigotas ms rancias a tener, de la noche a la maana, la consideracin general que se les deba. Y adems ramos jvenes, as que aprendimos algo de ingls y nos lanzamos por el con-tinente gracias a esa prctica hoy olvidada que llambamos auto-stop, o

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    con el billete interrail los ms pudientes; y as descubrimos la maravilla de Pars, tan evocado por tantos testimonios literarios, la permisividad loca de Amsterdam, tambin impregnada de civismo, la inmensa mo- numentalidad de Viena y empezamos a hacer algunos amigos por todo lo largo y ancho con los que por fin compartamos gustos e in-tereses, en mucha mayor medida que con gran parte de nuestros com-patriotas. Y es que, como decan Tip y Coll, los humoristas que ms iluminaron la Espaa gris de nuestra infancia, el extranjero es mucho ms grande que Espaa, una irona que pona en evidencia la false-dad del lema que el franquismo se empeaba en imponer: Espaa no era una, no era grande, y no era libre, y ah estaba Europa demos- trndoselo al que lo quisiera o lo pudiera ver.

    BibliografaEl Pas. Madrid. Espaa. Aos del 2010 a 2016

    Contacta al autor en:[email protected]

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    Gloria Cervantes Snchez, UAM - Azcapotzalco

    Ir a estudiar a un pas extranjero es siempre una experiencia especial en cualquier momento. Arribar a Alemania al final de los setentas signific tener una perspectiva de lo que Alemania era en esos das. En ese entonces, Deutschland era el escaparate capitalista que mostraba las bondades de estar en el terreno de los aliados y lejos de los ostis donde el rgimen sovitico impona tambin su ideologa y su modo de vivir. Era la Alemania del muro.

    Como en todos los pases, se puede distinguir en Alemania, diferen-cias geogrficas, econmicas, lingsticas y culturales en las distintas regiones. Baden Wrtemberg es una entidad (Land ) de lo que era la Alemania Occidental, la Repblica Federal Alemana, en el suroeste que hace frontera con Francia. Dos ciudades destacan: Karlsruhe, una ciu-dad moderna, y Stuttgart, una urbe ms antigua con reminiscencias romanas.

    Karlsruhe nunca fue una ciudad medieval como otras ciudades ale-manas, su fundacin data de 1712 cuando Carlos Guillermo de Baden ordena construir un palacio de descanso para la corte en la zona situa-da entre la Selva Negra y el bosque del Palatinado en la planicie del Rin. El plan urbanstico de la ciudad surgi de los proyectos del ar-quitecto Jakob Friedrich von Betzendorf, como lo refiere Francesco Faviello en su libro La arquitectura de los jardines (2004). Por esa poca una manifestacin de la arquitectura barroca germnica fue la creacin de ciudades-residencia, concebidas como conjuntos unitarios en los que a los jardines se les asignaba un papel preponderante. La ciudad de Karlsruhe es el ejemplo significativo de estas realizaciones. Presenta un plano de esquema radiocntrico con la torre del palacio en el centro; de esta parten paseos y directrices radiales que definen tanto la planta de la ciudad como la disposicin de los jardines y el parque.

    El jardn, en su origen, afirma el especialista en paisajstica, tiene un significado mgico y religioso: eden, para los israelitas; eridu en Asiria; Ida-Varscha le llamaban los hindes; en la cultura itlica, era

    Karlsruhe

    https://www.google.com.mx/search?ei=zf8aWq2jCYq0jwS50ZrgCA&q=karlsruhe+germany&oq=karlsruhe+germany&gs_l=psy-ab.3..0l10.32826.35037.0.35764.8.7.0.0.0.0.117.199.1j1.2.0....0...1.1j2.64.psy-ab..6.2.198...0i67k1.0.xWn_aU0VHww

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    bosque sagrado. Como concepto ha tenido una evolucin, desde ser un objeto de goce visual hasta llegar a ser la expresin de necesidades intelectuales y estticas. El jardn en su sentido autntico, es una com-posicin esttica que en formas y grados varios puede asumir el valor de una obra de arte.

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    Esta sensacin se experimenta al caminar por las radiales y los jar-dines de Karlsruhe; se aprecia una oscilacin entre la naturaleza y el artificio, en la que se repiten ciertos principios compositivos y de orde-nacin, que predisponen a pensar en las necesidades fundamentales: el follaje, el agua, la sombra y la temperatura fresca. Es un modo distinto de tomar posesin de la naturaleza. A diferencia de la suntuosidad de los jardines franceses, este tiene una funcin ms natural que denota la sobriedad germana ms racional.

    Un hecho relevante de primer orden para la historia de Alemania, ocurri en la Selva Negra, aledaa a Karlsruhe en el siglo XVI; se trata de la sublevacin de los campesinos que Federico Engels narra en su obra La guerra campesina en Alemania, publicada en Stuttgard en 1848, libro de gran vala por el rescate histrico de este movimiento que ad-elanta la Reforma religiosa de Lutero, y de inters metodolgico al ser la primera aplicacin del materialismo histrico para explicar la historia utilizando categoras marxistas como la lucha de clases e interpretan-do por primera vez, los sucesos ocurridos en esta conflagracin, como resultado de las condiciones econmicas, polticas y sociales que se vivan en Alemania en esa poca.

    En el prlogo, el filsofo compaero de Marx, destaca: Tambin el pueblo alemn tiene su tradicin revolucionaria. Hubo un tiempo en el que Ale-mania produca hombres que se pueden comparar con los mejores revolucionarios de otros pases, en el que el pueblo alemn mostraba una perseverancia y energa que en una nacin centralizada hubieran dado los resultados ms grandiosos. Entonces los campesinos y plebeyos alemanes acariciaban proyectos que tantas veces causaron espanto a sus descendientes.

    La condicin social del proletariado es examinada de cerca por En-gels para destacar que el campesino soportaba el peso integro de todo el edificio social: prncipes, funcionarios, nobleza, frailes, patricios y burgueses. El prncipe como el barn, el monasterio como la ciudad, todos le trataban como mero objeto, peor que a las bestias de carga. Como siervo, estaba entregado a su seor atado de pies y manos. Siendo vasallo, los servicios a que le obligaba la ley y el contrato eran ya suficientes para aplastarlo; pero todava se las aumentaban continuamente.

    Figuras fundamentales de esta revolucin fueron Martn Lutero y Thomas Mnzer, telogos que en un principio propugnaban por el

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    regreso a la Iglesia primitiva en la que la austeridad era lo primordial, alejada del comercio de indulgencias. Ambos sostuvieron una disputa teolgica: en la interpretacin de Engels, Lutero, el gran reformador, traiciona a los campesinos y se une a la burguesa.

    Engels manifiesta que todo el material que se refiere a las insurrecciones y a Thomas Mnzer ha sido tomado del viejo historiador Zimmermann, un miembro de la extrema derecha en Frankfurt, as mismo reconoce que la obra ha sido dirigida por Marx y que la concepcin de la historia tambin le pertenece.

    La tesis del libro argumenta que las sublevaciones de los campesinos, no eran la causa sino la consecuencia del grado de desarrollo en que se encontraban entonces en Alemania la agricultura, la industria, las vas de comunicacin terrestres, fluviales y martimas, el comercio y la circulacin del dinero.

    La guerra campesina en Alemania ha sido reeditada en varias oca-siones; el filsofo Ernst Bloch ha dedicado un libro para analizar la figura de Mnzer como el telogo y reformista, indispensable para comprender las cuestiones religiosas y polticas que se debatan en aquella poca.

    En el ao 1977 ocurri en Karlsruhe un evento que sacudi al pas por el asesinato del Fiscal federal general Siegfried Buback, quien fue ametrallado por la Fraccin del Ejrcito Rojo en una de las calles ra-diales del Stadtmitte (centro de la ciudad), junto con el escolta y su chofer. Las crnicas periodsticas referan que al ser Karlsruhe, sede del Tribunal Constitucional Federal Alemn y de otros tribunales para el Derecho Civil y Penal del pas, el mencionado fiscal haba endure-cido recientemente las leyes relativas a las acciones terroristas que se haban perpetrado por esos aos en Alemania. Los responsables del atentado fueron identificados como la banda Baader-Meinhof, integra-da por jvenes alemanes que se haban declarado en contra del sistema capitalista, de la guerra de Vietnam, de las plantas nucleares y de la ocu-pacin. Esta organizacin radical de la izquierda alemana, oper por casi 30 aos, marcando una etapa de terrorismo domstico que puso contra la pared al gobierno alemn, al incendiar centros comerciales, secuestrando personajes del gobierno, la poltica y el empresariado, as

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    como asaltando bancos. En su momento el canciller Helmut Schmidt, considerado entonces y ahora, un estadista de enorme prestigio en Eu-ropa, tuvo que sortear la enorme crisis provocada por esta banda.

    El Karlsruhe del siglo XXI cuenta con una de las universidades tcni-cas y cientficas ms renombradas de Europa; por su tradicin cient-fica, la Technische Universitt Karlsruhe, es pionera en los congresos de qumica, de los estudios en computacin y de la ciencia bsica de la ingeniera, donde cientficos que llegaron a recibir el Premio Nobel desarrollaron sus experimentos y teoras que han enriquecido el mun-do de la ciencia.

    La ciudad de Karlsruhe ha sido distinguida una vez ms con el Pre-mio Europeo de la Energa para 2015, por la Comisin Ambiental de la Unin Europea, por su contribucin a la utilizacin racional de la energa. Cuenta desde 2012 con el Centro para el Arte y la Tecnologa de Medios, un complejo artstico-cientfico en el que confluyen las co- rrientes culturales y de ciencia del Karlsruhe de hoy.

    Este breve recorrido por la atmsfera de una ciudad que conoc y habit hace aos, me permiti hacer una lectura distinta de esa expe- riencia de vida como un aprendizaje que guard siempre en la memoria y que se vincul con mi vida acadmica y familiar posterior y la vino a enriquecer desde distintas fuentes al haberme acercado a una cultura tan vigorosa como es la cultura alemana.

    Bibliografa:*** Faviello, Francesco. La arquitectura de los jardines: De la Antigedad al siglo XX. Barcelona, Ed. Revert, 2004.

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    Comprensin de la lecturaLee las preguntas y escoge la respuesta que consideres correcta.

    1 En su fundacin, el rasgo caracterstico de la arquitectura de Karlsruhe es (son):a) el castillob) la ciudad-residenciac) las calles radiales

    2 Cul es la valoracin de Federico Engels sobre la tradicin revolucionaria alemana?a) Los revolucionarios alemanes del siglo XVI tenan constancia y fuerza.b) Los revolucionarios alemanes del siglo XVI no contaban con proyectos.c) Los revolucionarios alemanes del siglo XVI no representan ninguna tradicin.

    3 Para esa poca, cul era la clase social ms sacrificada segn Engels.a) el artesanob) el obreroc) el campesino

    4 Cul es el origen del terrorismo domstico que se manifest en Alemania durante las ltimas dcadas del siglo XX?Vase La Baader-Meinhof en Alemania Federal En lnea: www.artehistoria.com/v2/contextos/3655.html

    5 Por qu el Congreso de qumica celebrado en la Universidad de Karlsruhe (Technische Universitt Karlsruhe) en 1860, representa un hito en la historia de la ciencia?

    Vase El gran legado de Karlsruhe En lnea: www.elperiodicodearagon.com/noticias/idear/gran-legado-karlsruhe_668426.html (Consultado el 13 de enero de 2018)

    Vase Cid Manzano, Ramn. El Congreso de qumica de Karlsruhe: paso definitivo hacia la ciencia moderna En lnea: www.redalyc.org/pdf/920/92013010006. (Consultado el 13 dic. de 2017)

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    www.artehistoria.com/v2/contextos/3655.htmlwww.elperiodicodearagon.com/noticias/idear/gran-legado-karlsruhe_668426.htmlwww.elperiodicodearagon.com/noticias/idear/gran-legado-karlsruhe_668426.htmlwww.redalyc.org/pdf/920/92013010006

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    Yvonne Cansigno, UAM - Azcapotzalco

    Evocar Francia me trae recuerdos nostlgicos de mi estancia en Estrasburgo, capital de la regin de Alsacia. En efecto, en la d-cada de los 80, haba solicitado una beca al gobierno francs para em-prender estudios de maestra. Tena el anhelo de regresar a Paris, pues ya anteriormente haba tenido la oportunidad de pasar un ao escolar en la Sorbona con el objeto de una formacin para trabajar en Mxico como profesora de francs lengua extranjera. Sin duda, la ciudad luz me haba impactado con todos sus escenarios mgicos, con la riqueza simblica de sus monumentos, sus calles, sus jardines y sus museos. El da que recib la noticia, entristec tanto cuando me confirmaron que tena una beca para estudiar en Estrasburgo. Sin embargo, en mi afn de regresar a Francia, me conform con la idea de conocer esa provincia. De este modo, llegu a Paris para iniciar una aventura en un tren tipo Corail que me llevara al corazn de Alsacia, atravesando hermosos paisajes que con el tiempo me haran descubrir una de las regiones ms esplndidas del Este de Francia que hace frontera con Alemania y Suiza. En este vaivn del tiempo, desde mi llegada, mi cu-riosidad me permiti saber que el territorio alsaciano se extiende y forma una planicie limitada al oeste y suroeste por la vertiente oriental de la cordillera de los Vosgos y cuyo principal rio es el Rhin. Estas caractersticas nos sitan en el llamado Bajo Rhin cuya prefectura es Estrasburgo, y el Alto Rhin, al sur, cuya capital es Colmar. Pensar en toda esta regin, objeto de conflictos y disputas continuos por su terri- torio entre Francia y Alemania, me oblig tambin a investigar una serie de acontecimientos histricos que me permitieron entender la idiosincrasia de la poblacin alsaciana.

    No hubiese podido imaginar con precisin que actualmente Estras-burgo es la primera sede del Consejo de Europa y Parlamento de la Unin Europea, smbolo de paz y unin poltica del continente, y que acogera en su capital a importantes instituciones y organismos inter-nacionales.

    Estrasburgo

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    Con el sueo de continuar un posgrado en Francia, siendo becaria del gobierno francs, llegu as a estudiar y vivir en Alsacia cuando tena 23 aos. Fue una experiencia muy significativa y enriquecedora para

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    mi vida, no solo por el hecho de iniciar una Maestra en la Universidad de Estrasburgo II, sino tambin por el hecho de tener un acercamiento a un crisol de costumbres y culturas donde se distinguen el alsaciano como dialecto de la regin, su particular gastronoma y su hermosa y tradicional arquitectura. Qued sorprendida de sus pequeos pueblos donde los habitantes portan an tpicos trajes regionales en das de fiesta y donde el entorno de espectaculares paisajes marcados por las cuatro estaciones del ao regocija y alimenta nuestro ser y halaga nues-tra vista. Cmo recuerdo haber vivido veranos ardientes de colores floridos y brillantes de un polen que me causaba alergia y un invierno pausado y glido donde la nieve blanca cubra todos los techados y me obligaba a caminar completamente cubierta, protegindome como robot con botas que se hundan profundamente en la nieve! Cuntas veces hice muecos de nieve con nieve fresca!

    Recuerdo que llegu en el mes de octubre a Estrasburgo, periodo donde la presencia del otoo permite pisar las calles cubiertas de hojas doradas. Desde mi arribo, me aloj en la residencia universitaria que se encontraba enfrente de mi facultad. Esta cercana me permita vivir una vida completamente universitaria: estancias largas en la biblioteca, comidas y cenas en el restaurante universitario y el cineclub de los jueves que se caracterizaba por presentar pelculas de arte.

    Antes del invierno, los fines de semana empec a visitar a pie esta ciudad bicicletera, recorriendo la Petite France, sus canales y calles pea-tonales, as como la gran catedral con su reloj gastronmico. Algu-nas maanas del fin de semana, no resista ese olor de brioche en las panaderas del centro y me sentaba en alguna de las bancas frente al rio para continuar con mis lecturas literarias y preparar mis exmenes.

    Mis vivencias como estudiante de Letras francesas en la universi-dad me fueron enriqueciendo da con da. Conoc a compaeros que venan de Luxemburgo, Berln, Atenas, Portugal, Honduras, Colom-bia, Repblica Dominicana y por supuesto a un sinnmero de alsacia-nos y franceses de otras regiones. Estaba sorprendida de ser la nica mexicana que estudiaba Letras, ya que si bien haba otros mexicanos, stos estudiaban Qumica nuclear, Fsica y Matemticas, reas del cono- cimiento que estaban muy lejos de mi cotidianidad humanista. Algunos

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    de mis profesores me cuestionaban el hecho de vivir en Alsacia, so-bre todo siendo originaria de una ciudad como Mxico, donde el sol estaba siempre presente y el clima no era extremoso. Pasaba horas de estudio en la biblioteca de la facultad para entender la importancia de la Lingstica, la Lexicologa, el Anlisis del discurso, inclusive del latn y griego.

    La cercana con Alemania, 10 minutos en bicicleta, para atravesar la frontera y pasar a Khel, me llevaba cada semana a hacer compras en un supermercado muy pintoresco del otro lado de Estrasburgo. Incur-sion en el aprendizaje del alemn, pero no fui muy afortunada, pues las lecturas y preparacin de mis trabajos universitarios en la maestra y los diversos seminarios de mi formacin, no me permitan dedicarle mucho tiempo a este idioma.

    Con el paso de los meses, fui disfrutando el placer de vivir en Es-trasburgo. Su arquitectura antigua y maravillosa, testimonio de la vida tradicional alsaciana de los siglos XVIII y XIX, su hbitat, su mobi- liario, su cermica y artesana...Fui descubriendo la riqueza culinaria que nos ofreca la zona, desde sus mejores y conocidos restaurantes, hasta los tpicos weinstubs, especie de antiguas tabernas o bodegas, donde en ocasiones me reuna con algunos amigos a tomar una cerve-za. Aprend tambin el nombre de esos platillos alsacianos preparados a fuego lento, esos sabores simples y autnticos como el tradicional estofado con papas, el chucrut o col macerada acompaada de papas cocidas y salchichas alemanas, las tartas flambes, la brioche con forma de hombre, el kougelhof y los pastelillos consumidos en fiestas de Navidad.

    Conoc a un enlogo, esposo de una amiga y colega de la universidad, y fue una ocasin para aprender del tema. l nos mostr la tradicin cervecera y vincola de la regin. As logr aprender los procesos y los nombres de Kronenbourg o Fischer. Y qu decir de la variedad de vinos como son el Pinto blanc, el Sylvaner, el Chardonnay y el Riesling. Con la curiosidad de ir conociendo an ms esta provincia, me compr una bicicleta, y me un a los paseos los fines de semana con algunos amigos. Fue realmente placentero recorrer la Ruta de los Vinos, casi una franja de 170 kilmetros donde viedos y granjas

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    iluminan el paisaje alsaciano. Asimismo visitamos Colmar y su famoso retablo, Oberbai y pudimos disfrutar estos mgicos sitios y todos sus alrededores. Llegamos inclusive a Mouhouse.

    A lo largo de mi primer ao universitario, mi adaptacin e integracin a la vida en el mbito alsaciano no fue fcil. Era comn escuchar el alsaciano y el alemn en la vida cotidiana. Confieso que me resultaba difcil ambientarme a los cambios de clima de Estrasburgo, al polen de primavera y al frio cuando deshiela la nieve. Sin embargo, la fasci- nacin por esta bella ciudad y sus alrededores no dejaron nunca de sorprenderme. Cmo recuerdo el gusto por su gastronoma, y por supuesto los vinos de Alsacia, que daban vitalidad a la cocina alsaciana!

    Ya han pasado tres dcadas de un sinnmero de recuerdos alsacianos y an conservo el vnculo estrecho con amigos que resultaron de esta bella estancia de juventud. Guardo en mente ese tren Corail que me trajo de Paris a Estrasburgo y el cual me regres con un bagaje de ex-periencias de luz y color en cada paisaje. Hace un par de aos regres a Estrasburgo, visit a la duea de la librera universitaria que venda enfrente de la facultad donde estudi durante casi tres aos, y record, con placer extrao, cunto tiempo pas en su librera, cunto crec con cada mano amiga extranjera que cruz en mi vida universitaria, con cada profesor que dej huella en mi formacin y en mi corazn.

    Bibliografahttps://www.restaurant-chez-yvonne.net/

    https://noel.strasbourg.eu/

    https://en.unistra.fr/

    https://www1.vinsalsace.com/es/los-vinos-de-alsacia/...de.../riesling/riesling-art1584.html

    https://www.restaurant-chez-yvonne.net/https://noel.strasbourg.eu/https://en.unistra.fr/https://www1.vinsalsace.com/es/los-vinos-de-alsacia/...de.../riesling/riesling-art1584.html

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    Comprensin de la lecturaConsulta en sitios de Internet y encuentra la respuesta correcta.

    1. La Alsacia es una regin fronteriza con Alemania y Suiza, y su capital esa. Nancyb. Estrasburgoc. Colmar

    2. La ciudad de Estrasburgo alberga la sedea. del obizpado de la regin.b. del Consejo de Europa y la Asamblea Parlamentara del Consejo de Europa y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.c. de la UNESCO.

    3. En la ciudad de________se puede visitar el retablo Stauffenberg dentro del museo de Unterlinden, joya y patrimonio de la regin.

    a. Mulhouseb. Riquewhirc. Colmar

    4. Menciona algunos platos y postres que distinguen la gastronoma alsaciana.

    5. Busca sitios tursticos de inters que se pueden visitar en Estrasburgo.

    Sugerencias de sitios web a consultar:

    www.pinterest.com/pin/38351034305918144tusdestinos.net/estrasburgo-guia-visita-francia-alsacia-turismowww.europarl.europa.eu/visiting/es/estrasburgo/visitas-al-hemiciclo-y-al-parlamentariummundoxdescubrir.com/top-7-visitas-la-ciudad-magica-estrasburgowww.afstrasbourg.eu/es/descubriendo-alsacia/gastronomia-y-enologia

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    www.pinterest.com/pin/38351034305918144tusdestinos.net/estrasburgo-guia-visita-francia-alsacia-turismowww.europarl.europa.eu/visiting/es/estrasburgo/visitas-al-hemiciclo-y-al-parlamentariummundoxdescubrir.com/top-7-visitas-la-ciudad-magica-estrasburgowww.afstrasbourg.eu/es/descubriendo-alsacia/gastronomia-y-enologia

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    Alejandro Usigli Casas, cantante y actor de teatro y cine

    Bklava

    Un cuento judo-sefarad narra que hace mucho tiempo, tres via-jeros, un musulmn, un cristiano y un judo se encontraban en Istambul, buscando hacer fortuna, cuando, una maana, caminando al azar se encontraron una moneda de oro tirada en la calle. Despus de una prolongada y acalorada discusin acerca de cmo deberan de gastar ese dinero, decidieron comprar una pieza de bklava.

    Pero ahora vena otra cuestin: a quin le correspondera el privile-gio de comer el delicioso pastel? Cuando lleg la noche, decidieron que aqul de los tres que tuviera el mejor sueo sera recompensado con el pastelillo entero a la maana siguiente.

    Durante la noche, despert el judo sintiendo mucha hambre, y dio un mordisquito a la bklava, pero pronto los mordisquitos se convirtieron en bocados y en cuestin de segundos desapareci el pastel. Con su hambre satisfecha, el hombre regres a su cama.

    A la maana siguiente, los tres hombres se dirigieron a una tienda de caf y pidieron a los parroquianos que juzgaran los sueos que tu-vieron y determinaran quin merecera el bklava.

    El musulmn habl de los esplendores que haba visto en la noche, El profeta Mohamed apareci ante l lo llev al cielo y le mostr todas las maravillas del paraso.

    El cristiano dijo que haba tenido un sueo parecido: Jess le llev al cielo y le mostr todos los santos, as como los placeres del mundo por venir.

    Los parroquianos del caf comentaron entre murmullos y se pre-guntaron si pudiera algn sueo ser ms maravilloso que los sueos del musulmn y del cristiano. Con gran expectacin voltearon a ver al judo y se aprestaron a escuchar su sueo.

    El hombre se disculp diciendo que su sueo no haba sido tan

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    maravilloso pues l no fue llevado al paraso. En vez de ello, se le apareci Moiss y le dijo que su amigo musulmn estaba con Mahoma en el paraso, y su amigo cristiano estaba con Jess en el cielo, y que nadie saba cundo, o siquiera si regresaran alguna vez. As que Moiss le dijo que mejor se comiera l la bklava, y que eso fue lo que hizo durante la noche.

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    Pero, qu es la bklava?

    Mmmm..no es para chuparse los dedos, sino para comrselos! Y no, no es una receta para canbales, sino para quienes prefieren pasar momentos de dulzuray compartir.dulces bocados, dulces peca-dosbocados que comienzan a llenarnos el paladar desde 800 aos antes de nuestra era...

    800 aos antes de Cristo, en el norte de la antigua Mesopotamia, el pueblo asirio envolva nueces dentro de una pieza de masa muy del-gada, y le agregaba miel para endulzar ese pastelillo, que fue bautizado en el transcurso del tiempo como Baklava (se pronuncia bklava en muchos pases, aunque tambin se pronuncia baklva en otros). Son muchos los pueblos de Oriente Cercano y Europa Oriental que se atribuyen la creacin de esa delicia. Incluso los armenios dicen que el nombre proviene de los vocablos bakh (cuaresma) y halva (dulce).

    Mesopotamia, del griego / mesos medio y / pota-mos ro, es una regin de Oriente Medio entre los ros Tigris y u-frates, que se corresponde en su mayor parte con el Irak de hoy.

    Esa parte del mundo era frecuentada entonces por marinos griegos, viajeros por excelencia en la poca, quienes se llevaron esa deliciosa receta a Atenas, donde los maestros reposteros adelgazaron la masa asiria de harina de trigo, de gruesa textura semejante a la del pan, hasta darle el espesor de una hoja, conocida como phillo en griego, eso es lo que conocemos en la actualidad como muy fino hojaldre.

    El primer registro histrico lo tenemos 500 aos despus, en el Si-glo 3 antes de la era cristiana, que nos dice que los pastelillos bklava se servan en Grecia en las casas de las familias ricas en las ocasiones especiales.

    Con el tiempo y los viajes, los platillos y repostera regionales fueron adoptados y alterados para satisfacer el gusto de los individuos y de los pueblos. Y as tenemos que los armenios agregaron a las nueces originales, canela y clavo; los rabes le pusieron agua de rosas y carda-momo, y este pastel se extendi por las casas de los ricos en Grecia, Persia, y siguieron viajando, hasta Turqua, cuando el Imperio Romano

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    se extendi al oriente, ocupando Bizancio/Constantinopla, en el Siglo 4 de nuestra era.

    Palacios imperiales otomanos, mansiones de pashs y vizires y ricos mercaderes emplearon a cocineros y reposteros armenios, griegos, persas, egipcios, asirios, serbios y hngaros para crear sus exquisiteces regionales.

    Esta convergencia de culturas se funde en una sola expresin multi-cultural que se conoce, en este caso, como Bklava. Un suculento pas-telillo hecho de capas de hojaldre rellenas de manjares de Oriente, una mezcla de nueces picadas, endulzadas e integradas con azcar morena, canela, y agua de rosas o de azahar.

    Nosotros conocemos la bklava en su forma denominada popular-mente como dedo de novia, pero tambin puede servirse en forma de pastel circular, o de rombos, cuadros, tringulos o en rollitos, todas esas formas cubiertas de miel y pistaches molidos.

    La multiculturalidad es parte de nuestra cotidianidad desde hace si-glos, y hoy somos ms conscientes de ello que antes. Hemos querido aderezar esta charla con una expresin musical que nos ha acompaa-do entre textos. Esta es la msica de los Balcanes, que al igual que la bklava es la adaptacin, transformacin y fusin de culturas y sonidos gracias a Goran Bregovic (Brgovich), un creador contemporneo na-cido de padre croata y madre serbia, de orgenes romano, otomano, balcnico, su nombre es como el pastelillo, y su msica es el equivalente de las diversas versiones del mismo, ya que incorpora a su expresin musical los instrumentos tradicionales balcnicos como clarinete, tuba, trompeta, trombn, tambor, y pandero.

    En el transcurso de un par de aos incorpora timbres desentonados y sonidos electrnicos y finalmente crea la Banda para Bodas y Fune-rales, que tambin es el ttulo de unos de sus lbumes de gran xito.

    Otra ancdota clebre sobre la bklava, que nos trae la tradicin de tiempos inmemoriales de la regin del Cercano Oriente es la siguiente:

    En Turqua, Nasreddin el Hodja (odsha) -que significa Maestro o Sabio- fue un personaje que goz de mucha fama por su sabidura y su

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    ingenio. Cierto da, pasaba por Aksehir un viajero erudito, y se acerc a un grupo de parroquianos asiduos a la tienda de caf de la localidad, les dijo quin era y les pidi que le presentaran con el hombre ms sabio del pueblo. Todos se voltearon a ver y estuvieron de acuerdo en que Nasreddin era quien se ajustaba a esa descripcin. Mandaron a un muchachito a que le buscara, y en breve fue presentado con el visitante, e intercambiaron saludos, entre muchas caravanas; otros pobladores se acercaron para presenciar el encuentro.

    Con su bastn, el erudito dibuj un crculo en el arenoso suelo y mir fijamente al Hodja Nasreddin. ste le devolvi la mirada y le pidi su bastn, con el cual dibuj una raya por la mitad del crculo y le regres el bastn. El viajero estaba claramente complacido con la respuesta que recibi, asinti con su cabeza y a su vez dibuj una raya, perpendicular a la primera. Ahora todos podan ver el crculo que estaba dividido en cuatro partes iguales. En respuesta, Nasreddin hizo la mmica de tomar o separar 3 de las cuatro partes haca s, y empujar la cuarta parte hacia el viajero. Todo este intercambio se llevaba a cabo en absoluto silencio, salvo por algunos gruidos del Maestro, quien pareca estar cada vez ms molesto.

    El erudito, por el contrario, apenas poda contener su gran gusto. Los pobladores que miraban estaban perplejos. Ahora el viajero extendi una mano sobre el crculo y mene sus dedos. En respuesta el Maestro

    lanz sus manos en direccin al cielo, hizo una reverencia impera-tiva y se despidi. Los espectadores observaron en silencio mientras se alejaba y desapareca tras una curva. La muchedumbre entonces se volte a mirar al viajero erudito, quien, muy contento, les ofreci una explicacin de lo que haba ocurrido dicindoles que en efecto este era un hombre muy sabio: Con el crculo, expres que la tierra es redonda. El Maestro estuvo de acuerdo y con la lnea que traz, mostr que la tierra est dividida en dos por el ecuador. Con la respuesta que dio a mi lnea, me dijo que las tres cuartas partes del planeta estn cubiertas de agua y una cuarta parte de tierra. Y es cierto! Cuando le pregunt de dnde viene la lluvia, l explic que el agua se evapora de la tierra y va al cielo, de donde regresa en forma de lluvia! Hombres tan doctos escasean. Entre mis numerosos viajes por Europa y Asia, puedo contar con los dedos de una sola mano a aqullos que le igualan en sabidura. Son ustedes muy afortunados al tenerlo como vecino.

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    Y muy complacido, el viajero sigui su camino.

    Al da siguiente, en la tienda de caf, los parroquianos felicitaron al Maestro Nasreddin por su impresionante intercambio de conocimien-tos con el erudito. Slo puedo decirles que ese viajero es un gran glotn!, les espet. Cmo es eso? le preguntaron. La respuesta que les dio fue la siguiente:

    El hombre dibuj un plato de bklava en el suelo y pregunt qu hara yo con l. Dado que l era un visitante, y yo soy un hombre bien educado, lo divid en dos y le ofrec la mitad. l procedi a cortarlo en cuatro piezas y repiti su pregunta. Pues bien, la nica razn de que lo hubiera dividido nuevamente, era que l quera ms de la mitad. Yo le respond que tomara tres piezas y le dejara una. Entonces el tonto propuso que esparciramos nueces sobre todo el pastel. Yo solo pude levantar mis manos en seal de indignacin, pues todo el mundo sabe que no se esparcen las nueces sobre una bklava an caliente.

    RecetaLos ingredientes:

    kilo de Masa hojaldrada o una docena de lminas de Phyllo 250 grs de Nueces mixtas Agua de rosas o agua de azahar 1 clara de huevo 1 Barra de 250 gramos de mantequilla, que vamos a derretir Azcar (Morena de preferencia, para que endulce menos) 125 ml. de Miel o jarabe de caa de azcar, para verter sobre los pastelillos.

    Y ahora el modo de preparacin:

    El primer paso consiste en picar las nueces mixtas hasta que tengan un tamao mediano. Luego se ponen en un recipiente hondo, para agregarle azcar morena al gusto, una cucharadita de canela, agua de rosas o de azahar y la clara de huevo para integrar la mezcla. Se revuelve bien y se deja lista para esparcir sobre las lminas de masa. Sobre nuestra tabla hemos untado con una brochita la mantequilla derretida, extendemos muy bien una porcin de pasta hojaldrada para darle una ltima adelgazada con el rodillo. Una vez hecho esto, con la brochita, la untamos por encima con la mantequilla derretida. La extendemos cuidadosamente sobre un molde para hornear previamente untado con la mantequilla derretida usando la misma brochita, para que no se pegue la masa. Como ven, la lmina de masa ha quedado untada con mantequilla por abajo y por arriba, o sea por fuera y por dentro. Se esparce una parte de las nueces mixtas molidas sobre un extremo de la masa y se enrolla ese extremo, dando un par de vueltas, para que quede bien envuelta la mezcla de nueces. Se corta ese rollo a lo largo y se repite la operacin con la otra mitad de la lmina de masa, y as sucesivamente con las dems lminas de masa, bien untadas de mantequilla por fuera y por dentro, hasta llenar uno o varios moldes con los rollos. Se corta cada rollo transversalmente en tres o cuatro partes. Se mete el molde al horno a una temperatura de 250 grados durante 20 o 30 minutos. Concluido el horneado se saca el molde con la bklava, y se vierte el jarabe dulce sobre los rollossin sacarlos del molde. Se dejan enfriar y se pasan a un bonito plato para ofrecer a la familia o a los invitados.

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    Ya se enfriaron los rollitos, pero ahora es necesario hacernos unas preguntas esenciales:

    Qu nos deleita ms? ,Algo que vemos, algo que tocamos, algo que escuchamos o algo que probamos? Cul de los sentidos es el medio para llenar nuestra alma de riqueza espiritual? La vista, el tacto, el odo o el gusto?

    BibliografaGeografa de Mesopotamia: https://es.wikipedia.org/wiki/Geograf%C3%ADa_de_Mesopotamia

    The Story of Baklava: http://www.raincreekbaking.com/story-of-baklava.html

    Otra ancdota de Baklava: Lord, Alexandra M.- Baklava:A rich history of a tasty pastry, http://www.ultimatehistoryproject. com/baklava-a-rich-history-of-a-tasty-pastry.html

    Uncovering the Layers: Baklavas Early History. Several cultures claim to have created baklava, with many pointing to the Armenians as being the rst to create this dessert. The Armenians even insist that Other scholars, however, have argued that Turkic nomads practice of making thinly layered breads on portable griddles may mean that the Turks have a strong claim to making, or at least in uencing, the worlds earliest baklava. What is more than likely is that traditions from a variety of different cultures in the Balkans, Central Asia, and the Middle East combined to create the dessert we call baklava.

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    http://www.raincreekbaking.com/story-of-baklava.htmlhttp://www.raincreekbaking.com/story-of-baklava.htmlhttp://www.ultimatehistoryproject. com/baklava-a-rich-history-of-a-tasty-pastry.htmlhttp://www.ultimatehistoryproject. com/baklava-a-rich-history-of-a-tasty-pastry.html

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    Olga Pardo, periodista, Madrid, Espaa

    La Europa de la opresin

    Ahora tengo cincuenta y cuatro aos y nada es como era; Eu-ropa tampoco. Si mi madre levantara la cabeza y contemplara las manifestaciones en Pars en contra del matrimonio homosexual no podra creer lo que ven sus ojos: el paraso del libre pensamiento y el laicismo est en franco retroceso. Amsterdam se ha convertido en un parque temtico de la marihuana para despedidas de solteros, y la extrema derecha avanza en los pases escandinavos que ejemplificaban por excelencia el xito del Estado del bienestar.

    Menos mal que nos queda Berln donde, a semejanza del Madrid de los aos ochenta, todo se puede hacer y casi nada est prohibido: desde asar un cordero en el aeropuerto del centro de la ciudad, conservado como tal para deleite pblico gratuito al abrigo de especulaciones in-mobiliarias, hasta fumar en algunos bares y tocar msica en la calle. En la ciudad se vive, adems, un verdadero desafo a la industria automo- vilstica: usar el coche privado se siente como una ofensa para el biene-star de la ciudad, que permite introducir bicicletas en sus transportes pblicos y en la que proliferan talleres en los que, por un muy mdico precio, uno puede hacer cualquier arreglo en su propia bicicleta.

    Pero el paso del tiempo tambin tiene sus ventajas: somos viejos euro- peos, y podemos recorrer el continente visitando a los amigos que hici-mos en la juventud, lo que nos da la oportunidad de ver los lugares con otra perspectiva. Por ejemplo, conocer los entresijos de la red de te-atros rurales del Languedoc, que an sigue desarrollando una actividad alternativa que no tiene parangn en nuestro pas, y observar cmo en las libreras de Montpellier la gente an hace cola para pagar en la caja, mientras en las ms emblemticas de Madrid muchos das al ao no entra ni una sola persona. O vivir la intensa vida cultural del colorido barrio de Walthamstow, al noreste de Londres, donde sus habitantes de clase media de origen srilanqus y bangladesh ofrecan t y pastas a los participantes en una manifestacin racista que atravesaba sus calles, desarmando a la sinrazn con el arma potente de la cortesa.

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    Aunque ahora s se cerr el grifo de las subvenciones; lleg la crisis, y con ella los dictados del gobierno democristiano alemn -encarna-do en la figura intransigente de la Merkel-, y del omnipotente Fondo Monetario Internacional uno de cuyos directores, Rodrigo Rato, fue detenido por fraude, alzamiento de bienes y blanqueo de capitales y ahora campea a sus anchas con los bolsillos bien llenos- imponiendo medidas que exigen cada vez ms sacrificios a las poblaciones ms pobres de los pases ms pobres de la Unin, cuyos gobiernos no du-dan en aplicar escudndose en el mandato europeo. Muchos percibi-mos ahora Europa como una agrupacin de pases cuyas poblaciones estamos sometidas a las decisiones de los gobiernos de Alemania y Francia, a cuyos representantes el resto de los pueblos no podemos elegir. Al mismo tiempo, los que conservamos un puesto de trabajo, an con el salario devaluado y tras haber perdido una serie de derechos

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    que solo hace diez aos considerbamos conquistados para siempre, y por tanto tenemos el privilegio de poder pasearnos por Pars o Berln, observamos a unos ciudadanos con un poder adquisitivo mucho ms alto que el nuestro, y con unas ventajas sociales que han desaparecido de nuestro mapa.

    En los aos setenta y ochenta mirbamos a Francia, a Alemania y al Reino Unido como ejemplos del pas en que bamos a convertirnos con el tiempo, sin entender en aquel momento que nunca dejar- amos de ser los hermanos pobres de la familia. Ahora hemos bajado la cabeza para mirar a Grecia, ese pas en el que nada ms aterrizar uno encuentra un no s qu familiar, que tanto se parece al nuestro y al que de un tiempo a esta parte nos hemos venido sintiendo ridcu-lamente superiores, instigados sin duda por los orculos de los gurs de la economa. Muchos viajeros se ven decepcionados por Atenas, al intentar encontrar en ella el rastro de lo que fue la cuna del pensamien-to occidental en el siglo V antes de Cristo; y es que ese rastro no est en las piedras de la Acrpolis, invadida por hordas de turistas de todos los rincones del mundo, sino en la lengua de sus habitantes, que usan en sentido propio los trminos que han pasado al resto de las lenguas europeas como enjundiosas palabras filosficas, una lengua en la que metfora significa traslado y estigma significa herida, testimonio vivo que nos recuerda que Platn y Aristteles hablaron del mundo que les rodeaba de la forma ms sencilla que les permiti el lenguaje, algo que se ha olvidado peligrosamente en muchos momentos a lo largo de la historia de la filosofa, y que los hablantes del griego moderno hacen patente con su uso.

    Miramos a Grecia con esperanza porque su pueblo se ha atrevido a votar mayoritariamente a lo que llama la Wikipedia una coalicin de izquierda radical, sin duda aludiendo a la falta de voluntad de Syriza de aceptar el dictado del omnipotente FMI, y parece que el primer ministro al frente del gobierno, Alexis Tsipras, est dispuesto a llevar cabo lo que sus electores piden, que no es ni ms ni menos que acabar con la sangra a la que se les est sometiendo por parte de las autori-dades de la Unin; y eso a pesar de una impresionante campaa de desprestigio por parte de prcticamente todos los medios de comuni-cacin con poder de audiencia, pues se trata de hacer caer al gobierno

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    de Syriza a toda costa, no vaya a ser que cunda el ejemplo.

    Sin embargo, puede que el lugar en el que se origin hace dos mil qui-nientos aos el concepto de democracia est a punto de revitalizar esta forma de gobierno que, siendo el menos malo de los sistemas polticos que conocemos, est perdiendo su sentido en una Europa cuya opi-nin pblica est secuestrada por los medios de comunicacin masivos y cuyos ciudadanos han perdido el inters por la imprescindible par- ticipacin en la cosa pbica.

    BibliografaEl Pas. Madrid, Espaa. Aos del 2005 al 2016

    Contacta al autor en:[email protected]

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  • AGRADECIMIENTOS

    Los Coordinadores de la presente obra agradecen a los autores por compartir con el lector sus experiencias ntimas, nicas e irrepetibles, de vida en la Europa del siglo XX.

    Introduccin. Diario de una estudiante mexicana en MoscLa Espaa de la libertadKarlsruhe Estrasburgo Bklava La Europa de la opresin