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C onventual Nº 36. SEPTIEMBRE 2014 C onventual Antena Reanudamos Comienza un nuevo curso la marcha

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ConventualNº 36. septiembre 2014ConventualAntena

ReanudamosComienza

un nuevo curso

la marcha

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Conventual Antena

septiembre 2014 / 32 / septiembre 2014 ConventualAntena

La iglesia de San Juan de los Reyes, en Toledo, detrás de una escultura en forma

de mano.

editorialsumario

eDITORIAL Bajo el signo de la belleza. 3eN FAMILIA El Convento brilla con luz propia. Redacción 4PROYeCTO PASTORAL “Tú eres belleza”. Juan Antonio Adánez 5eDuCACIóNAlegría, convivencia y respeto. Bernardino Román 6Metro Batán, destino Voluntariado. Beatriz Navarro y Carlos Moreno 8eNTRe COMILLAS Dabbawalas. Asunta Utande 9PASTORALTransformar el mundo desde el corazón de Dios. Jordi Alcaraz 10ASÍS DIReCTO Vivir nuestra debilidad. Abel García-Cezón 11PASTORAL Por obra del Espíritu, de María y de Kolbe. Antonio Royo 12CONCOMITANCIAS Entre edredones. Isabel Español 13CONVeNTuALeS. eSPeCIAL CAPÍTuLO eSPIRITuAL Hacia una renovación gozosa de nuestra vida. Juan Miguel Vicente 14Brotes verdes en el corazón de la vieja Europa. Luis E. Larra Lomas 16PASTORAL. eSPeCIAL VeRANO 2014Profetas de ayer y de hoy. Amaya Galarza 12“De tu camino una vida y de tu vida un camino”. Mª Teresa González 12La alegría de servir en el Camino. Saúl Cabello Corzo 12A propósito de la “venida” de san Francisco a España. Sergio Barredo 12PASTORAL JuVeNIL VOCACIONAL Educar para descubrir la belleza. Juan Cormenzana 20HISTORIA Y VIDA A la vera del Poblado FASA en el barrio Las Delicias de Valladolid. Sergio Barredo García 24DeSDe LA PALAbRA Salomón: la ambigüedad del poder. Juan Miguel Vicente 28MIRADAS Coger y soltar. César Marcos 29eN PRIMeRA PeRSONAPaco Lozano: “A Francisco se le puede seguir, pero es muy difícil alcanzarle”. 30

director: Luis e. Larra Lomas.

coNseJo de redAcciÓN: Bernardino Román • Sergio Barredo • Juan Miguel Vicente • Abel García-Cezón. coNseJo Asesor: Juan Antonio Adánez (pastoral) • Bernardino Hos-pital (Formación) • Roberto Llorente (centros educativos) • Juan Luis Cormenzana (pastoral Juve-nil Vocacional) • Jordi Alcaraz (misiones-Justicia y paz) • Antolín Mayo (orden Franciscana seglar) • Gonzalo Fernández-Gallardo (milicia de la inmaculada).

AdmiNistrAdor: Julián Pascual. diseño y mAquetAciÓN: Diego Tapia.

redAcciÓN y AdmiNistrAciÓN: C./ El Greco 16 (Batán). 28011 Madrid.teléfono 91 526 71 61 - Fax 91 526 11 16correo electrónico: [email protected] - pagina web: www.pazybien.org

La suscripción es gratuita, pero si desea colaborar puede enviar un giro o ingresar su donativo en el BANCO SANTANDER es45 0049 4690 5026 9301 5633

ConventualConventualAntena

editA: Provincia Ntra. Sra. de Montserrat. Franciscanos Conventuales (España).

Revista de la Familia Franciscana Conventual

depósito legal: b-26306-05. imprime: Gráficas dehon. 28850 torrejón de Ardoz (madrid).© No se permite la reproducción total o parcial de artículos y fotografías sin una autorización expresa de la dirección de la revista, que se publica trimestralmente en marzo, junio, septiembre y diciembre.

eN PORTADAJóvenes participantes en la peregrinación a Santiago durante un descanso en una de las etapas del Camino Inglés.

La iglesia de San Juan de los Reyes, en Toledo, detrás de una escultura en forma

de mano.

Bajo el signo de la belleza

Nuevo curso, nuevo lema. Antes fue “Tú eres nuestra fe”. Después “Tú eres nuestra alegría”. Este año toca “Tú eres belleza”, tomado también de las Alabanzas al Dios Altísimo que compuso de San Francisco. Eso quiere decir que tenemos por delante todo un curso académi-co y pastoral para descubrir en colegios y parroquias, en grupos y actividades de Iglesia, la Belleza que es Dios mismo a través de la hermosura de todas sus criaturas, animadas o inanimadas.

Sin duda esta será una tarea ardua, porque la realidad con sus muchas aristas se encargará de imponernos la dureza de lo cotidiano y de desmentir que la vida es realmente bella. Motivos para educar nuestra sensibilidad por el camino de la belleza no nos van a faltar, porque esas mismas ocasiones se pueden convertir en oportuni-dades para abrir nuestros sentidos a lo que es verdadero, bueno y bello. Por eso, verdad, bondad y belleza son hermanas carnales y espirituales.

Quizás alguno asocie lo bello y la belleza misma con las expe-riencias bonitas, agradables y placenteras vividas este verano, por lo que han tenido de satisfacción, bienestar, sosiego, tranquilidad o serenidad. En sintonía con este sentimiento, en varias páginas de este número recogemos las actividades estivales que desde la Pastoral Juvenil Vocacional de la Provincia se han desarrollado principal-mente en Madrid, Palencia y el Camino de Santiago con acierto y reconocimiento.

Pero la belleza no es solo para el sol y la luz del verano o para los vivos tonos de la primavera. También los colores propios del otoño y la fría desnudez del invierno que nos esperan en los próximos meses del nuevo curso pueden y deben ser ocasión para la apuesta estética. Para este tiempo otoñal e invernal, “reivindico el espejismo de inten-tar ser uno mismo, ese viaje hacia la nada que consiste en la certeza de encontrar en tu mirada la belleza”, como canta Luis Eduardo Aute.

Cuando la Belleza tiene nombre propio, el que le dio san Francisco, la mirada se vuelve al Hijo del Padre, “el más bello de los hombres”, parafraseando al salmista. Ante su rostro tiene sentido la famosa pregunta de Fedor Dostoievski: “¿Nos salvará la Belleza?”. O, lo que es lo mismo, ¿qué belleza salvará el mundo? La respuesta cristiana y franciscana es la misma y única: la belleza redentora de Cristo, en cuyos labios se derrama la gracia, como reza también el salmista.

Nos proponemos este curso aprender a ver la belleza del rostro de Cristo. “Nada puede acercarnos más a la Belleza, que es Cristo mismo, que el mundo de belleza que la fe ha creado y la luz que resplandece en el rostro de los santos, mediante la cual se vuelve visible su propia luz”, escribía el cardenal Ratzinger, después Benedicto XVI y hoy Papa emérito. De la mano del santo Francisco, en cuyo rostro resplandece la luz de la sencillez y la humildad, de la simplicidad y la cordialidad, nos sumergimos en su experiencia creyente para confesar alto y claro cada día del nuevo curso que Dios Altísimo es Belleza.

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septiembre 2014 / 54 / septiembre 2014 ConventualAntena

Estamos convencidos de que necesitamos ar-tistas que nos enseñen el camino de la belleza,

porque lo que más falta nos hace es aquello que no hace falta, lo que no se ve, lo inútil, lo lateral, lo que no se puede medir ni tocar, pero que llena por den-tro. Aquello que hace que te descentres de ti mismo, para que te duela el mundo, el otro. Esos son los artistas que necesitamos. Los que están abiertos, los que hacen de su vida una terapia saludable, porque si el arte no cura, no es arte. Y en esto san Francisco fue un campeón, porque supo captar la belleza de Dios y cantarla de manera sublime.

El franciscanista Eloy Leclerc dice de Francisco que “vibraba espontáneamente ante la belleza de las cosas. Amaba pasear en medio de los campos, entre los olivos y las viñas, sensible a los juegos de la luz del sol”. Francisco creía en la belleza de la na-turaleza. Y creía porque estaba convencido de que las cosas creadas son bellas porque quien se revela en sus obras es plenamente bello.

He aquí lo que escribe Tomás de Celano, su primer biógrafo, en el siglo XIII: “Al encontrarse en presencia de muchas flores, les predicaba in-vitándolas a alabar al Señor, como si gozaran del don de la razón. Y lo mismo hacía con las mieses y las viñas, con las piedras y las selvas y con todo lo bello de los campos, las aguas de las fuentes, la frondosidad de los huertos, la tierra y el fuego, el aire y el viento. En fin, a todas las criaturas las llamaba hermanas, como quien había llegado a la gozosa libertad de los hijos de Dios (1C, 81).

Hermoso y verdaderoOs invito a disfrutar de todo lo que es hermoso, de aque-llo que nos hace mejores y equilibra nuestro ritmo de vida, muchas veces dema-siado estresado: una buena exposición, un atardecer in-olvidable, una conversación, un buen libro, una película emocionante, una canción que me hace vibrar, un paseo

pastoralproyecto

“Tú eres belleza” Juan antonio adánez

en familia

Hace unos años se arregló el tejado, más recientemente se rehabilitaron los muros exteriores, últimamente se eliminaron las humedades de la parte baja del interior y desde hace un año cuenta con nuevos bancos. Este verano le ha tocado el turno a la pintura del interior, con lo que la iglesia conventual de San Francisco de Asís, en Tarancón, conocida en la localidad popularmente como El Convento, ha quedado como un pincel, y nunca mejor dicho. A la vista está.

Según la información publicada por el Diario de Cuenca el pasado 19 de julio, el edificio fue construido entre 1693 y 1697, bajo la dirección de Juan de Arruza, autor de la torre del giraldo de la catedral de Cuenca.

El Convento brilla con luz propia

por el campo o por la ciudad, un rato tranquilo de oración… Seguro que si lo hacemos sentiremos que algo muy real y profundo está cerca de nosotros, que no estamos solos, que formamos parte de algo muy hermoso y verdadero que está lleno de una belleza inexplicable que nos remite a otra Belleza con mayúscula.

Todos deberíamos ser conscientes de hasta qué punto los seres humanos necesitamos la belleza para poder vivir. Nos es imprescin-dible para poder sentir las primeras caricias y las primeras sonrisas de aquellos que nos aman. Lo primero que vemos es la sonrisa abierta y real de nuestros padres, y esa sonrisa está llena de belleza, de gratuidad, de Dios. Y por eso tiene capacidad para transformar el corazón de los hombres.

“Tú eres belleza” es la exclamación de san Francisco después de una experiencia profunda, durísima de encuentro personal con el Crucificado en el monte Alverna. Francisco ha experimentado una

transformación interior y exterior, profun-da, grande. El corazón está inundado de Dios y la palabra belleza es seguramente la que mejor expresa su experiencia, su vivencia real.

Durante este curso intentaremos apro-ximarnos a este tema y vivirlo con los ma-teriales que nos proporcionará la Comisión de Pastoral. ¡Ánimo! A nosotros se nos pide que anunciemos a Cristo, siendo testigos de la belleza de la fe, como Francisco. En actitud de diálogo, con mansedumbre y confianza. Los franciscanos, y los que seguís este carisma, debemos imitarlo irradiando la belleza que salva, ilumina y transforma.

Esta página está reservada a los lectores de la revista. Por eso pueden enviar sus cartas, comentarios o reflexiones a la dirección postal:

Antena Conventual. C/ El Greco, 16 (Batán). 28011 Madrid O al correo electrónico: [email protected]

Cartas de los

lectores

Lavado de cara del interior de la iglesia conventual de Tarancón (Cuenca)

30.000 ducados y 34 celdasEs el último resto del que fuera el mejor convento la Orden de los Capuchinos en toda Castilla. Se construyó en el siglo XVIII en la llama-da plazuela de San Pedro (extramuros) y hoy es lugar céntrico conocido como glorieta del Convento. Costó su edifi-cación 30.000 ducados y constaba de 34 celdas para los religiosos, huerta con noria y estanque, patio, gallinero, corral, enfermería y casa para el mozo de los frailes. Con la desamortiza-ción del siglo XIX pasaría a manos privadas, construyéndose todas las inmediaciones y solo quedando la iglesia con crucero y capillas laterales. El altar mayor se encuentra bajo la advocación del Padre Eterno. Existen altares dedicados a San José y la Inmaculada Concepción (talla de Salzillo, hoy desaparecida).Fuente: http://visitasesencialesentarancon.blogspot.com.es/2011/03/iglesia-de-san-francisco-convento.html

Inicialmente fue convento de los capuchinos, pero en 1942 la capilla se entregó en usufructo perpetuo a los conventuales, que tuvieron que restaurarla convenientemente, ya que los saqueos de la guerra civil provo-caron la destrucción casi total de todo su mobiliario y ornamentación.

La iglesia es de planta de cruz latina y el crucero está coronado con una generosa cúpula, realzada ahora tras los trabajos de pintura, donde desta-ca de modo especial la decoración a base de medallones entre bandas de líneas que parten del centro. Las pechinas sobre las que descansa la bóveda contienen las pinturas y los símbolos de los cuatro evangelistas. La nave cuenta con cuatro capillas laterales, dos a cada lado, abiertas en los muros con arcos de medio punto, y un amplio coro. La bóveda, decora-da con tres grandes pinturas, recibe la luz de amplios ventanales laterales.

RedaCCiÓn madrid

Tenemos por delante la aventura de un nuevo curso, acompañados por otra de las expresiones de la oración de san Francisco en las Alabanzas al Dios Altísimo, “Tú eres belleza”, que nos puede dar mucho juego en el trabajo pastoral.

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septiembre 2014 / 76 / septiembre 2014 ConventualAntena

educación

el colegio san Francisco de Asís cambio la tradicional semana cultural por el nuevo formato de las fiestas del colegio. para este cometido dedicó las fechas del 12 al 15 de junio, con el fin de aprovechar más y mejor el tercer trimestre del curso.

Alegría, convivencia y respectoFiestas en el colegio San Francisco de Asís de Valladolid

BeRnaRdino Román Valladolid

el día 12 se dedicó a las excursiones al aire libre de todos los alumnos, y así los de Ludoteca acudieron a visitar la “Kanguroteca” de La Cistérniga; los de Infantil, la Granja Escuela “La Tenada” del Llano de Olmedo; los del primer ciclo de Primaria, la Santa Espina; los del segundo ciclo, Matallana; los del tercer ciclo, Medina de Rioseco; y los de ESO y Bachillerato, Burgos.

El día 13, festividad de San Antonio de Padua, por la mañana se tuvieron las clases como el resto de los días del curso, si bien todos los alumnos, distribuidos por cursos y secciones y acompañados por sus respectivos tutores, acudieron a la iglesia parroquial para recibir el “Pan de San Antonio” dentro de una cele-

deportivas: fútbol sala, baloncesto, voleibol, ping-pong, palma corta y concurso de tiros libres y triples; se terminó con una exhibición de gim-nasia rítmica. Por la tarde se celebró la fiesta de la espuma y un encierro ecológico, y tuvo lugar la muestra gastronómica titulada “El Sanfran en fiestas”. Todas las actuaciones de la mañana y de la tarde contaron con un gran número de asistentes.

El día 15, domingo, a las 11:30 horas, los alumnos, acompañados por sus profesores, asistieron a la eucaristía de fin de curso, que fue seguida en un ambiente de respeto. A su conclusión, en los patios y otras salas hubo juegos para Infantil y Primaria, concurso de pintura rápida

para ESO, taller de baile para padres y mercadillo a favor de Corozal, en Colombia. La mañana se remató con la participación en una gran paellada. Por la tarde, y como conclusión, hubo juegos de mesa, un gran fin de fiesta con entrega de premios y un sorteo del AMPA.

Un alegre, festivo y coloreado pro-grama fue el digno portavoz de estas fiestas. Todos los días se gozó de un buen tiempo, y la alegría, la convi-vencia y el respeto fueron las notas características que brillaron con luz propia. Todos disfrutaron y conser-van un grato recuerdo de las fiestas, por lo que se cumplió el objetivo que motivó el cambio de la Semana Cultural por las fiestas del colegio.

bración preparada por el equipo de Pastoral. El silencio y la religiosidad fueron las notas más distintivas de este acto.

Por la tarde hubo un gran fes-tival y una animada verbena divi-dida en dos partes, pues en medio se proyectó un partido de fútbol de la Selección española en el Mundial de Brasil. Durante las fiestas, en el patio funcionó un bar, llevado con esmero y entrega por los alumnos de 1º de Bachillerato, cuyos beneficios se dedicaron a costearse el viaje de fin de Bachillerato.

Encierro ecológicoEl día 14, sábado, la mañana estuvo dedicada a varias competiciones

Los días 19 y 20 de junio, y como colofón del curso escolar, los alumnos de Música de 4º de ESO, bajo la dirección y coordinación de la profesora Marta Marcos, presentaron en el salón de actos una adaptación libre del musical “Dando la nota”, que a todos encantó y entusiasmó. La obra, dividida en siete escenas, contó con doce actuaciones musicales.

El día 19, jueves, se efectuaron dos actuaciones de una hora de duración cada una: la primera fue por la mañana y estuvo dedicada a los alumnos de Guardería e Infantil, acompañados por sus profesores y tutores; la segunda fue por la tarde para los padres de los alumnos y otros familiares. En ambos casos el salón de actos se encontraba totalmente abarrotado y durante su representación los vítores fueron constan-tes; el remate final fue un prolongado aplauso.

El día 20, viernes, se realizaron otras dos actua-ciones: la primera a las 9 de la mañana para los alumnos de Primaria y la segunda a las 12:oo horas para los de ESO y Bachillerato, también en esta ocasión acompañados por sus respectivos profe-sores y tutores. En las dos actuaciones el salón de actos estaba totalmente lleno y los aplausos prolon-gados y sonoros fueron la música de fondo que acompañó toda la actuación para regocijo general.

Todos salieron de las distintas actuaciones totalmen-te entusiasmados; los comentarios más elogiosos se escuchaban por doquier y de forma ininterrumpida. Por eso es un deber dar las gracias a la directora y coordi-nadora general de la obra, y al maravilloso elenco de actores que la interpretaron con total entrega e ilusión. Y hay que darles las gracias no solo por lo bien que lo hicieron y la perfección en su ejecución, sino también por la hora distendida y gozosa que nos hicieron pasar.

Enhorabuena y felicitaciones, pues, a estos grandes actores que son los alumnos de Música de 4º de ESO. Que cada año nos recreen y deleiten con una nueva interpretación musical, si no mejor, al menos igual a la del curso pasado.

“Dando la nota”

Diversos momentos de las fiestas del colegio vividos

en la iglesia (con el Pan de San Antonio),

el patio y el salón de

actos.

BeRnaRdino Román Valladolid

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Entre comillas

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septiembre 2014 / 98 / septiembre 2014 ConventualAntena

educación

el barrio de batán, en madrid, acogió un año más el campamento urbano de verano con chicos y chicas de colegios de las teresianas y los franciscanos conventuales.

Metro Batán, destino Voluntariadocampamento urbano en madrid

¿A qué dedicas tus vacaciones? Playa, piscina, sofá… ¿No hay ningún plan especial? El pasado mes de julio, del 12 al 24, catorce chicos y chicas de diferentes puntos de España (Madrid, Canarias, Pamplona, Valladolid) deci-dieron romper con la rutina.

¿Qué tal si vamos al campamento de Batán? Pero, ¿qué es? ¿Qué hare-mos? ¿Merece la pena? Estas pregun-tas duraron hasta que llegó el primer

día. Casi sin conocerse se sumaron a la propuesta de unas jornadas llenas de vivencias, agotadoras pero plenas de vida. A cada instante se hizo reali-dad el dicho bíblico de que “hay más alegría en dar que en recibir”.

Apareció una nueva y sorpren-dente línea de Metro en Madrid: Línea 13-Voluntariado, con unas paradas que guiaban cada día y que no dejaban escapar las actitudes más importantes de un voluntario: respeto, servicio, fe, compromiso, responsabili-dad, alegría…

Cada jornada empezaba de dentro a fuera, buscando a Dios en el cora-zón para que nos ayudase a salir de nosotros mismos y a dar lo mejor a

En el barrioAdemás de salir fuera a conocer estas realidades, también queríamos sumergirnos en el barrio. ¡Siempre hay tanto por hacer en nuestra reali-dad más cercana! Así que por las tar-des organizamos talleres de manua-lidades con niños del barrio, que ter-minaban en un exitoso manguerazo para combatir el tremendo calor del julio madrileño. También nos fuimos de excursión con ellos y organizamos un cine de verano para las familias en una pantalla gigante que nada tenía que envidiar a las de las mejores salas.

A lo largo de la experiencia tuvi-mos la suerte de encontrarnos con personas que compartieron su forma de ayudar a los demás: Cáritas, el Centro de Menores de la parroquia Nuestra Señora del Rosario, la ruta del bocata solidario para personas sin hogar y el anuncio de Jesús por las calles en zonas de marcha. ¡Cuánta buena gente repartida por el mundo y cuántas buenas ideas a las que sumar-nos en nuestros lugares de origen!

Cada día era agotador y se acu-mulaban las horas de sueño, pero a la vez se acumulaba la satisfacción de la entrega a los demás y el agradeci-miento por haber hecho posible esta experiencia. Gracias al colegio San Buenaventura, que nos acogió y abrió sus puertas ante cualquier necesidad que se presentó. A la generosidad de Cáritas parroquial, al testimonio de una parroquia en la que todos caben, y a los franciscanos conventuales y las hermanas teresianas, que con su presencia en el barrio hicieron nacer y crecer esta experiencia.

las personas que nos íbamos a encon-trar a lo largo del día. Y así fue como cada mañana salíamos a Don Orione, un centro de acogida para personas con discapacidad física y psíquica; al comedor social Santiago Masarnau;

BeatRiz navaRRo y CaRlos moReno Las palmas de Gran canaria

Dos voluntarios en un comedor social. Al lado, todos los

participantes en una salida.

al centro de acogida Madre Teresa de Calcuta de enfermos de sida y al hogar de ancianos Nuestra Señora de Montserrat.

En esos lugares las propias pala-bras de los chicos hablan de sus experiencias: “cada persona tiene su dignidad, independientemente de sus circunstancias”;“son mucho más parecidos a nosotros de lo que pen-sábamos”; “tienen muchos dones, a pesar de su situación”;“cada persona tiene su historia”; “la peor enfermedad es la soledad”; “somos muy afortuna-dos”; “¡cuánta gente hay que ayuda!”; “existen realidades que no vemos o no queremos ver”; “me han hecho reflexionar y crecer como persona”.

D abbawala, ¿a que suena bien? Significa “el que lleva una caja” y es el nombre que se

les da en Bombay a aquellas personas encar-gadas de llevar el almuerzo a los trabajadores desde su propio domicilio. Para ello, recogen la tartera con el almuerzo recién hecho, se la lle-van al trabajo y la devuelven vacía. La cosa se podría quedar ahí, a pesar de tener más de 120 años de historia, si no fuera porque un estudio de la Universidad de Harvard ha declarado esta actividad como el sistema de reparto más eficaz del mundo. Atención, se equivocan una vez cada seis millones de entregas, que se dice pronto.

¿A dónde querrá llegar esta mujer?, se estarán preguntando. Para responder, permítanme seguir con la historia unas líneas más. Esta eficacia tiene más mérito del que en un principio puede parecer. Las tarteras recorren largos trayectos, utilizan varios

medios de transporte y la práctica totalidad de los dabbawalas son analfabetos. Aún así, llegan pun-tuales y al destinatario correcto, en días de sol y de monzón, que son como nuestros días de lluvia pero a lo grande. ¿Cómo lo consiguen?

Parece ser que una de las claves está en el sistema de marcas que utilizan, el cual convier-te a cada tartera en única y reconocible por las diferentes manos de dabbawalas por las que pasa. Cualquier error es rápidamente detectado. Otra de las claves (esta es cosecha mía) creo que es esa conciencia colectiva que algunas culturas tienen más desarrollada que nuestra sociedad, llamada, ironías del lenguaje, sociedad

“desarrollada”. El saberse parte de un equipo, de modo que lo que tú haces influye en el resultado final, nada más y nada menos. Aunque supongo que hay más claves, se las dejo a los de Harvard.

No les he contado esta historia porque sea curiosa e interesante, que lo es, sino porque guarda relación con ustedes y conmigo. Porque yo también soy un poco dabbawala. Cada tres meses les traigo una tartera en forma de artículo preparado de forma casera, que ha recorrido un largo trayecto por mi mente y que espero que llegue a su destino de forma puntual y que en ella cada uno de ustedes encuentre justo esos ingredientes que le gustan y le sientan bien.

Pero no solo con ustedes, también con mis alumnos, con mi familia, con mis amigos, soy un poco dabbawala. Procuro recoger con mimo eso que creo que cada uno necesita y que Alguien prepara para ellos, marcarlo bien porque cada destinatario es único y su tartera también, y por último dejarlo en otras manos para que siga su recorrido, que es largo y no depende únicamen-te de mí.

Y digo que soy solo un poco dabbawala por-que estoy segura de que me falta mucha de su humildad y su creatividad, aunque les puedo asegurar que compartimos un amor por el tra-bajo que va más allá del salario. Ahí estoy en desventaja con respecto a ellos y solo espero que mi editor no lea en esto una reclamación salarial y me recorte estas líneas.

No solo yo, todos somos un poco dabbawa-las. Les invito a pensar en cuáles son sus tar-teras, ya sea en su trabajo o en su vida (que no pocas veces es también un trabajo). Les invito a “marcarlas” con mimo, de manera que sean fácilmente reconocibles y a llevarlas a su des-tinatario. En ocasiones tendrán que pasar por otras manos, pero habrá que confiar en ellas, a cada uno nos toca nuestra parte. Les invito a sentirse parte de un equipo, a realizar su tarea de forma humilde y responsable, sabiendo que es solo una parte, pero que si no se hace bien el resultado se resiente. No se trata de aumentar la eficacia, o al menos no la eficacia numérica, sí la del corazón, intentar dañar menos de uno cada seis millones, como buen dabbawala.

Dabbawalas

asunta utande

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Conventual Antena

septiembre 2014 / 1110 / septiembre 2014 ConventualAntena

Asís directo

Cuando san Francisco recibe las llagas de Cristo sobre el monte Alverna en septiem-

bre de 1224, está atravesando uno de los mo-mentos más difíciles de su vida. Sus compañe-ros hablan de una “grandísima tentación” que empezó a cernirse sobre él cuando se encontra-ba en la Porciúncula. A partir de aquel momen-to no le resultaba nada fácil estar alegre, como solía ser habitual en él, sino más bien taciturno, buscando la soledad y el silencio, rezando con frecuencia entre lágrimas.

De ahí que su soledad, su sensación de “fra-caso”, su sufrimiento, sus miedos, es decir, sus propias heridas, sean comunión real con las heridas del Señor, participación en su pasión y muerte. Francisco comparte todo (lo que un hombre puede o le es dado compartir) con Cris-to, bebe su mismo cáliz, se hace pobre y último de verdad, del todo, sin quedarse nada propio: “Dios es; eso basta; que Dios sea Dios. Tú eres, Tú eres”. El Pobrecillo recibe sobre su cuerpo las santas llagas del Señor y, a la vez, deja las suyas propias en manos de Aquel cuyas “heri-das nos han curado” (1Pe 2,25).

Francisco desciende de aquel monte pacifi-cado. El “beneficio” recibido, del cual nos habla el hermano León, es la paz del corazón, que nace de haber experimentado en propia carne lo radi-calmente misericordioso, bueno y fiel que es el Señor con cada una de sus criaturas. ¡Siempre! Aceptar que somos pequeños, pobres, pecado-res, mortales… y que, aun así, somos amados y podemos amar (a pesar de todo), que hemos sido bendecidos y podemos bendecir. Por eso, de labios de Francisco tras la experiencia del Alverna, brota un exceso de alabanza. ¡Cómo se dirige a su Señor como el todo bien, sumo bien, el bien total! ¡Cómo se sabe “custodiado y pro-tegido” por Aquel que es rey omnipotente, pero también y a la vez humildad, belleza, ternura, pa-ciencia, esperanza, alegría, dulzura!

Entre san Francisco y nosotros hay, sin duda, una gran diferencia. Nuestra capacidad de res-puesta y de identificación con Cristo quizás nunca llegue a alcanzar cimas tan altas. Sin em-bargo, también a nosotros se nos ofrece la po-sibilidad de unir nuestras heridas a las de Cristo,

aprendiendo de Él que el dolor solo se apacigua reconociendo y ofreciendo amor, y que todo re-sentimiento, queja, aislamiento, culpabilidad… solo añade dolor al dolor.

Con frecuencia, nuestras dificultades, he-ridas, angustias, desprecios, enfermedades, defectos, pecados… son sentidos como un peso insoportable, como un castigo de la vida, poniendo en duda hasta nuestro propio valor y nuestras opciones más verdaderas, haciéndo-nos creer que somos despreciables e indignos de recibir amor. ¿Quién nos enseñará a vivir nuestra debilidad? ¿Dejaremos que el Señor la

transforme en fuente de fortaleza y compasión? Solo esto nos salvará y solo así encontraremos la vida que Dios quiere para nosotros. Este es el camino que recorrió Jesús para convertirse en un “regazo” comprensivo y sanador de nuestras heridas: quiso asemejarse en todo a sus herma-nos (Heb 2,14-18). Este es también el camino de san Francisco, cuyas heridas unidas y trans-figuradas por las de Cristo se convirtieron en fuente de bendición para sus hermanos.

Vivir nuestra debilidad

pastoral

En esa búsqueda, los enemigos son varios: la enorme montaña, la de la crisis económica y social; o la fragili-dad del puente colgante, en la que se afirma “en mi grupo somos pocos”; o del árbol centenario del que se dice: “siempre se ha hecho así”; o de la os-cura y tenebrosa cueva del “no vamos a poder”.

Y ante tantos enemigos de la perla preciosa, ¿qué hacemos? Vivir la mejor de las ale-grías, la alegría de creer. Si alguien nos dice un insulto parecido a “oligopistois”, no estaremos demasiado lejos de los discípulos de Jesús cuando dentro de mar, en medio de una tormenta, atemorizados, despiertan a Jesús pidiéndole ayuda. Él mismo llama a los dis-cípulos “oligopistois” (en griego), es decir, “gente de poca fe”.

“Hacerse fuerte”Unas buenas preguntas nos ayudan a crecer y conocer nuestro fundamen-to y nuestro ser. Podríamos empezar preguntando qué es la fe y encon-trar diferentes respuestas. Si vamos al hebreo, la palabra fe tiene dos raí-ces: “sujetar-permanecer” y “confiar”. Tener fe podría traducirse como “ha-cerse fuerte sobre”, en el caso de la fe religiosa “hacerse fuerte sobre Dios “o “hacerse fuerte en Dios”.

Y siguiendo con las preguntas, po-dríamos preguntar: ¿A quién das fe?

Pues a todo el que se deja abrazar como el hijo prodigo por su padre que lo espera de regreso; o el que se deja querer y no se cree superior, sin haberse alejado, como no hizo el hijo mayor. Muchos son los frutos de la fe, pero la prueba definitiva es el amor (“aunque hablara todas las lenguas, aunque fuese el más sabido, si me falta el amor no me sirve de nada”).

mujeres”. Es el que nos empuja y nos envía a anunciar de palabra y de obra el Evangelio: “Id, yo os envío” (Lc 10,3).

Del ser al hacerAnte la pregunta qué deben hacer los voluntarios, lo primero es creerse de verdad el Evangelio: creer en la infinita generosidad de Dios provi-dente, siempre ofreciendo su perdón

y su misericordia. Y creerse el Evangelio en la Iglesia, al lado de nuestra madre. Los voluntarios, además, sienten como suyo aquello que está ocurriendo a otros (¡Anda, pero si esa podría ser mi hermana, mi madre, mi esposa, mi amiga, mi vecina, mi compañera!).

Los voluntarios son a los empobrecidos como los paquetes de pañuelos, que sirven para enjugar las lágrimas; como las servi-

lletas de papel o de tela, que sirven “dando de comer” (atendiendo las necesidades primarias); o como las toallitas de bebé, que sirven limpian-do la “suciedad”, enfrentándose con lo más “sucio” de la persona, de la humanidad.

Con la “suciedad” de la sociedad, como las toallas, que sirven “arropan-do al desnudo”, siendo cobijo para los más “desnudos” y “desprotegidos”; co-mo los delantales, que sirven viviendo siempre con actitud de servicio y que-riendo transformar el mundo desde el corazón de Dios.

Reflexión tras el encuentro sobre la espiritualidad del voluntario

Transformar el mundo desde el corazón de Diosdel mismo modo que el reino de dios se parece a un tesoro escondido o a una perla preciosa, los voluntarios de cáritas, misiones y acción social son como un tesoro escondido, sobre todo si están convencidos de lo que son y lo que hacen. ellos también salen a buscar la perla preciosa.JoRdi alCaRaz pamplona

Un momento del encuentro de voluntarios de junio en Rivotorto.

Y siguiendo con las preguntas: ¿cuál es la fuente de la fe? La fuente de donde nace nuestra agua es el en-cuentro personal y comunitario con Jesucristo, nuestra perla preciosa. A esta le sigue otra pregunta: ¿Cómo se transmite la fe? Pues a través de “superman”, o mejor dicho “super me”. Aclaro: como proclama Jesús al inicio de su vida pública en la sinagoga: “El Espíritu del Señor está sobre mí (en latín “super me”), porque me ha ungi-do para anunciar la buena nueva a los pobres”. Es decir, es el Espíritu el que nos hacer “super hombres” y “super

aBel GaRCía-CezÓn

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septiembre 2014 / 1312 / septiembre 2014 ConventualAntena

Concomitanciaspastoral

Los participantes fueron llegando a la hora prevista desde distintos pun-tos de la geografía nacional: Murcia, Palencia, Sevilla, Mota del Cuervo, Guadalajara… y del mismo Madrid. Ya desde el momento de la acogida los abrazos y las sonrisas mostraban claramente el espíritu que habitaba en todos los asistentes.

En esta ocasión, la asamblea co-menzó con dos breves charlas a car-go de Fr. Jesús Mª Jiménez, que habló so-bre “El Espíritu Santo y la Inmaculada”, y de Fr. Gonzalo Fernández-Gallardo, que versó so-bre “El Espíritu Santo en san Maximiliano Mª Kolbe”. La expo-sición de Fr. Jesús Mª sobre la docilidad de la Virgen María a la Palabra, a partir de re-flexiones de los santos padres de la Iglesia y de grandes pensado-res cristianos, fue muy estimulante para los mílites presentes.

Después, las palabras de Fr. Gonzalo despertaron sinceras ganas de imitar la disponibilidad de san Maximiliano a la acción del Espíritu Santo; él secundó con auténtico es-píritu franciscano sus inspiraciones y perseveró en ellas a pesar de las dificultades.

A continuación subimos al templo parroquial para recrearnos en una oración intensa, explayándonos en la alabanza y la adoración al Santísimo,

experimentando lo que habíamos es-cuchado en las charlas.

Sanación y bendiciónLa asamblea de este año tuvo un mar-cado carácter experiencial: todos los presentes deseábamos fervientemen-te una potente efusión del Espíritu Santo para nuestras vidas. Los sacer-dotes, mediante el gesto de la impo-sición de manos, transmitían gracias

cuando, en realidad, por haberse equi-vocado en la consulta del reloj, faltaba todavía un buen rato. Un grupo em-pleó esos minutos regalados prolon-gando la oración en el templo; otros dispusieron de tiempo extra para el diálogo distendido. Todo lo vivimos con alegría y sencillez.

Buen ambiente también en el mo-mento de la comida, pero sin entre-tenernos demasiado, puesto que a las

tres y media debíamos estar de nuevo en el salón parroquial para compartir la andadura de los diversos grupos de la Milicia represen-tados en la asamblea. Después siguió el rezo meditado del Rosario y la posibilidad de confesarse, para con-cluir la jornada con la celebración de la euca-ristía y la consagración de nuevos mílites a la Inmaculada.

Todos los asistentes renovamos nuestra consagración, al tiempo que emitían por primera vez la suya los once nuevos miembros de la Milicia. El testimonio de san Maximiliano nos interpela y estimula continuamente en esta entrega coti-diana para ser de María, como “cosa y posesión suya”, de modo que ni una sola persona en este mundo quede privada, por nuestra negligencia, del conocimiento del Nombre-sobre-todo-nombre, el único por el que ob-tenemos la salvación.

V Asamblea Nacional de la Milicia de la Inmaculada

Por obra del Espíritu, de María y de KolbeLa parroquia del rosario, en madrid, acogió el pasado 31 de mayo la V Asamblea Nacional de la milicia de la inmaculada (mi). Los mílites locales prepararon todo con gran esmero para que la asamblea fuese una ocasión de encuentro y de celebración gozosa del amor a la inmaculada.antonio Royo Granollers (barcelona)

Momento de la consagración a la Inmaculada de nuevos

mílites durante la eucaristía.

de sanación y bendición divinas que a todos nos llenaron de gozo y de paz. Su granito de arena, nada desdeñable, aportaron los cantos de las Hijas del Amor Misericordioso, que nos acom-pañaron con sus guitarras y sus voces angelicales.

La anécdota de la jornada llegó al acabar ese rato de oración, pues el asis-tente nacional de la MI, Fr. Gonzalo, que dirigía la celebración, nos urgió a desplazarnos a los comedores del vecino colegio San Buenaventura,

Son las cinco de la mañana y en esta granja del noroeste de Polonia ya ha amanecido.

Tengo a la vista una extensión vallada cubier-ta de un manto blanco movedizo y palpitante: son miles de gansos que desfilan sin ton ni son con la cabeza erguida. Sus plumas huecas resplandecen tornasoladas como copos de nieve virgen rozando el aire con el frufrú de la seda. La mayoría de gansos son aves mi-gratorias que abandonan las campiñas y her-bazales de Escandinavia en otoño. Pero estas permanecen. Son éider, una especie que ha desarrollado hábitos de supervivencia. Hacen el nido utilizando su propio plumón, las plumas del pecho y el cuello (dum), carentes de un eje rígido y compuestas de finos capilares y ra-

mificaciones, densos y esponjosos. Así, lo que llamamos edredón es literalmente “lo de abajo del éider”.

En una esquina del campo blanco hay una ga-rita de madera sostenida por columnas, a la que se sube por una escalerilla. Allí se sienta babcia Hanka (la abuela Juanita), una mujer diminuta de casi 90 años. Conserva tatuadas en el brazo las cuatro cifras que la identifican como antigua pri-sionera de un campo de concentración alemán

y, pese a la edad, está ágil y cabal. De debajo del pañuelo de aldeana asoma un moño de casta-ña trenzado de un cabello que no ha perdido del todo el rubio. Sus ojos azules conservan el brillo; no usa gafas.

Durante el día, mientras sus hijos trabajan en el campo y en los corrales, ella monta guardia desde su atalaya: su misión es avistar y ahuyen-tar a los zorros que se acercan a la valla desde los bosques colindantes, intentando llevarse un buen botín. En invierno enciende un fuego, es-cucha la radio, reza y bebe té de su samovar, y cuando oscurece la relevan. Hanka pasa horas en silencio, oteando el horizonte verde y frondo-so, impenetrable. Como si su destino en la vida hubiera sido vigilar la valla, prevenir el asalto de un enemigo reconocible.

La empresa de confección de edredones para la que trabajan es alemana. Esto le hace gracia. Pero no le duele. Ella vive en un fuera de tiempo, en el límite del pensamiento, donde no hay juicio ya, solo perdón (en francés, “par-don”, o sea: don, gracia).

Sus nietos son licenciados y han tenido que emigrar a Gran Bretaña. Tampoco le duele. Lo vive con despreocupación, o sea, con una con-fianza natural, no elaborada. Ella ha roto, ha re-memorado, ha rehecho. Ellos también lo harán. Porque ese es el acontecimiento capital. De eso se trata. Solo que su lugar de redención no será la granja.

Hanka no es una mujer culta, pero conser-va frescas en la memoria miles de historias que siempre esconden algo de estimulante y pro-metedor. No solo sus relatos, toda ella afirma orgánicamente certezas y creencias que son un contrapunto a las verdades de la ciencia y la tecnología, que no entiende pero que le parecen fascinantes. Las mira con respeto e inocencia: no pueden suponer ninguna amenaza a lo que constituye su aportación moral y social minima-lista: la de una intimidad sensible fundada en la vivencia de sucesos confusos y emborronados, algunos terribles, convertidos en visión nítida, en saber paciente, en experiencia. Quizá no haría falta mucho más para preservar la vida del espí-ritu y de la especie.

Entre edredones

isaBel español

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septiembre 2014 / 1514 / septiembre 2014 ConventualAntena

l Capítulo Espiritual, a mitad del cuatrienio 2012-2016, había sido programado ya en el Capítulo Provincial Ordinario de 2012, que se

había marcado como prioridad para el cuatrienio “redescubrir la dimen-sión vocacional y la propia consagración en los hermanos y revitalizar la pastoral juvenil vocacional a nivel personal, comunitario y provincial”.

El Capítulo Espiritual, en el que participaron cuarenta hermanos de la Provincia de los Conventuales en España, se abrió la tarde del lunes 30 de junio con unas palabras del vicario provincial, Fr. Ángel Mariano Guzmán, y una lectio divina dirigida por Fr. Joaquín Agesta, ex ministro provincial y actual asistente general para la Conferencia Intermediterránea de Ministros Provinciales (CIMP).

El texto bíblico elegido para la lectio fue la elección y unción de David como rey de Israel (1Sam 16,1-13), un relato que subraya la iniciativa de Dios, cuya mirada no es como la del hombre, “pues el hombre mira las apariencias, pero Dios mira el corazón” (1Sam 16,7).

Nueva evangelizaciónEl martes 1 de julio, Fr. Daniel Thévenet, fraile conventual de la Custodia

de Francia, presentó la experiencia de nue-va evangelización en diversas presencias de la Custodia: Narbona, Cholet y actualmente también Bruselas (ver páginas 16-17). En el contexto secularizado y multicultural de la Europa actual, esas fraternidades han op-tado por un estilo de vida que quiere ser evangélicamente significativo e interpelante. Parafraseando al Papa Francisco, no se con-forman con cuidar y mimar a la oveja que per-manece en el redil, sino que han comprendido la necesidad y la urgencia de salir al encuentro de las noventa y nueve que están fuera de él.

Tres, decía Fr. Daniel, son los pilares fundamentales que sostienen el proyecto de vida de dichas comunidades: la oración, la fraternidad y la misión. Cultivar con esmero la oración y la dimensión espiritual significa mantener viva la llama de la fe y la relación con Dios, que nos ha llamado a la vida consagrada. La fraternidad es una nota esencial de nuestro carisma franciscano. Y la misión nos recuerda nuestra llamada a ser testigos fieles y creíbles del Evangelio en el mundo de hoy.

Pastoral con jóvenesEl miércoles 2 de julio fue Álvaro Chordi, sacerdote de la diócesis de Vitoria-Gasteiz, quien presentó su testimonio de trabajo pastoral con los jóvenes. El mundo juvenil ha cambiado radicalmente; los jóvenes no navegan ya por el gran río de la fe cristiana, alimentado por afluentes repletos de agua: la familia, la escuela, la parroquia, la asociación o el movimiento. Hoy, por esas canalizaciones, apenas corre el agua viva que los jóvenes necesitan para descubrir y vivir la fe.

Ante esta ruptura generacional en la trans-misión de la fe, Álvaro subrayó algunas claves para comunicarla y educarla en los jóvenes: aprender a vivir la vida como lugar en el que Dios habita y sale al encuentro de los jóvenes; recorrer el camino de Jesús, una historia de amor que cambia el corazón (la persona de Jesucristo, y no otras realidades, es el centro de la fe cristiana); acompañar la búsqueda de los jóvenes con el testimonio de vida y el anuncio explícito; proponer experiencias de fe significativas; ir a lo esencial de la evan-gelización, y educar en y para la comunión eclesial.

Vuelta a los orígenesPor último, el jueves 3 de julio la madre Prado González Heras, agustina del Monasterio de la Conversión, ofreció su testimonio y opción de vida religiosa, que la llevó a dejar el colegio de la Orden en Talavera de la Reina (Toledo) para iniciar una nueva experiencia de vuelta a los orígenes, conjugando la contemplación con la evangelización y el testimonio de vida.

La madre Prado comenzó su intervención con una sugerente lectura de la parábola del hijo pródigo (Lc 15,11-32), una revisión de las relaciones fundantes que nos constituyen: paternidad, filiación y fraternidad. Presentó luego las tres virtudes teologales de la fe, la esperanza y la caridad, con las respectivas parálisis que las agostan y anulan: la seguri-dad, que lleva a sustituir a Dios por las segu-ridades humanas; la rutina de quien ya no espera novedad alguna; y la indiferencia, que nos vuelve ciegos y sordos ante la necesidad ajena. Para evitar esas parálisis, concluía, hay que abrirse a la perenne novedad de Dios y a la acción del Espíritu, que renueva y vivifica siempre a sus fieles y a la Iglesia.

El Capítulo Espiritual concluyó el viernes 4 de julio con el trabajo por grupos y la asam-blea final, que trataron de evaluar y recoger los ecos suscitados por esos tres testimonios de vidas entregadas, con vistas a la renovación gozosa de nuestra vida y a una mayor impli-cación en la evangelización de quienes nos rodean, especialmente los jóvenes. Fr. Ángel Mariano Guzmán presidió la eucaristía final y despidió a los hermanos, antes de regresar a sus respectivas fraternidades.

La Provincia Nuestra Señora de Montserrat celebró del 30 de junio al 4 de julio pasados en el convento de los Capuchinos de El Pardo (Madrid) un Capítulo Espiritual, bajo el lema “Tú eres nuestra alegría. Hacia una renovación gozosa de nuestra vida”.

Haciauna renovacióngozosade nuestra vida

Capítulo Espiritual

Juan miGuel viCente roma

La madre Prado (dcha.) anima un momento del Capítulo. Arriba, foto de familia e intervención de Álvaro

Chordi. En la otra página, celebración de la eucaristía y reunión por grupos.

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septiembre 2014 / 1716 / septiembre 2014 ConventualAntena

la presencia de la Orden en el viejo continente le ha salido un brote verde

en la Custodia de Francia, que comprende los conventos de Narbona, Tarbes, Lourdes y Cholet, en el país galo, y Bruselas, en Bélgica. Unido a una fraternidad formada por frailes de varias nacionalidades, el alma de esta re-novación, conocida como Proyecto Francia, es Fr. Daniel Thévenet, conventual francés formado en Italia y actualmente residente en la capital belga.

Militante en movimientos de izquierda en su juventud y ferviente activista, conoció a los hermanos menores conventuales en el Sacro Convento de Asís cuando tuvo que escapar a Italia, lo que supuso para él una auténtica conversión a la fe. De ese proceso personal, y sobre todo de la andadura de dos décadas del Proyecto Francia, vino a dar testimonio a los conventuales españoles, “como José entre sus

hermanos”, reunidos del 30 de junio al 4 de julio pasados en Capítulo Espiritual.

La apuesta por un nuevo estilo de iden-tidad franciscana y de vida conventual en Francia comenzó en Narbona en 1994, siguió en Cholet, en la Bretaña francesa, en 2002, y pasó a Bruselas en 2012. Fr. Daniel situó en cada uno de esos lugares, y por ese orden, los tres pilares del proyecto: oración, fraternidad y misión, dando a entender que si bien no se da uno sin los otros dos, en cada caso se potenció uno de ellos.

“Nada sin oración”En Narbona, la primera apuesta fue la ora-ción. “Nos dimos cuenta del papel funda-

Este año se cumple el 20 aniversario de la puesta en marcha del llamado Proyecto Francia, una iniciativa de la Orden para revitalizar la presencia franciscana conventual en el país galo, que desde el Capítulo General de 2012 ha llegado también a Bruselas, la capital belga. Fr. Daniel Thévenet, conventual francés, lidera desde los orígenes este proceso renovador de la identidad franciscana en el corazón de la vieja Europa.

Brotes verdesen el corazón

de la viejaEuropa

La apuesta de la Orden por el Proyecto Francia

luis e. laRRa lomas madrid

mental de la oración en la vida de Francisco”, dijo. “Nada sin oración”, añadió. Y la oración con el pueblo. Y la oración de alabanza, al estilo carismático. Por eso oran en comunidad, pero sobre todo con la gente. Lo hacen con los salmos y las lecturas de la Liturgia de las Horas, el rezo comunitario del Rosario, la adoración eucarística ante el Santísimo y la oración de interce-sión. “Es necesario creer en el poder de la intercesión para elecciones en la vida que piden coraje y fe”, indicó.

Sobre la fraternidad dijo que el primer objetivo de la vida fraterna es escuchar, “admirar a los otros” y leer la propia historia y la de la comunidad desde Dios que las guía. “Yo solo no puedo, con Dios algo más, y con los hermanos, todo”, sentenció. La conversión consiste en “pasar del hombre psíquico al hombre espiritual”, dicho en lenguaje paulino. “El hombre espiritual es un loco, ve lo que Dios está tramando en la historia y concluye que lo que sucede es un camino de salvación”, añadió.

La lectura creyente de la realidad supone que “las dificultades son el camino hacia Dios”. Hoy, más que nunca, es necesario “audacia y mirada profética”. En este proceso, “lo que no tomamos en serio, se pierde”. Y hay que contar con el “combate espiritual”, porque “el enemigo hace estragos”. En esta lucha hay que tener en cuenta que “el demonio es potente, pero Dios es omnipotente”.

Visibles y significativosLa significatividad y la visibilidad son dos grandes pilares del Proyecto Francia. La opción por vestir el hábito gris franciscano dentro y fuera del convento es un signo de pobreza y de misión. “Cuanto más pobre te ve la gente, más te ayuda. Dios provee”, confiesa. “El dinero nunca es un problema si hacemos una apuesta por Dios”, añade. La misión se desarrolla en las parroquias encomendadas, con los chicos en visitas a escuelas y con la gente en las calles, a través de experiencias evangeliza-doras itinerantes, si es posible de dos en dos, como hacía Jesús y como gustaba Francisco con sus primeros compañeros. “Cuando hay tensión espiritual, evangelizadora y misionera, las iniciativas fraternas, sociales y eclesiales surgen solas”, comenta.

Tras dos décadas de camino, el proyecto ya ha dado los primeros frutos vocacionales, algunos ya profesos solemnes y sacerdotes y otros en periodo de formación. El trabajo con los jóvenes está en el corazón de esta apuesta. A nivel pastoral, a través de encuentros y convocatorias de formación y de oración, que empezaron tímidamente pero que actual-mente son masivos, también con familias enteras. “Formamos a jóvenes para que respondan a las objeciones que presenta el mundo a la fe”, aclara.

Con vistas a la propuesta vocacional explícita está el llamado “Año San Francisco”, de septiembre a junio, para jóvenes con inquietud vocacional. “Se trata de hacerles vivir un ideal atrayente y exigente”, apunta. Todo aderezado con la música y la danza, dos pasiones que mueven el alma, el corazón y la vida de Fr. Daniel. “El mañana no existe, existe el hoy”, sentencia, para expresar la urgencia de la renovación. “Esperamos, como en Nazaret lo hizo Jesús. Dios ha preparado algo bueno para Europa”, concluye esperanzado.

Fr. Daniel (izda.) con Fr. Juan Cormenzana. Debajo, durante una de sus intervenciones. En la otra página, con Fr. Joaquín Agesta.

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septiembre 2014 / 1918 / septiembre 2014 ConventualAntena

pastoral

Ya desde el primer día nos acerca-mos a Francisco a través de Tomás de Celano, que nos recordó que “él nunca fue oyente sordo del Evangelio sino que, confiando a su feliz memo-ria cuanto oía, procuraba cumplirlo a la letra y sin tardanza”. ¿Qué mejor referencia para adentrarnos en la ex-periencia que íbamos a vivir?

Este año, el taller nos ha sabido a reencuentro, oración y fraternidad. Hemos seguido profundizando en los textos bíblicos, hemos rezado con ellos y hemos compartido lo que la Palabra hacía resonar en cada uno. Además, hemos aprendido a situar textos, a reconocer géneros literarios, a interpretar mensajes, pero sobre to-do hemos descubierto que la Biblia es la experiencia de encuentro con Dios a lo largo de la historia de la salvación y que sigue haciéndose vida en cada persona que se acerca a ella.

Experiencia vivida en los momen-tos de grupo en los que compartíamos desde la vida lo que iba suponiendo para cada uno todo lo que habíamos escuchado durante la mañana y ha-bíamos reflexionado personalmente;

o cada final de la tarde con la lectura orante de la Palabra compartiendo con los demás lo que suponía ese mo-mento de encuentro con Dios.

Espabilar el oídoEste año, de la mano del biblista conventual Fr. Francesco Cocco, nos hemos acercado a los profetas, tan nombrados, tan desconocidos y que no han dejado a nadie indiferente. Hombres de Dios, instrumentos de su Palabra, personas nada extraordi-narias, pero con capacidad para leer e interpretar los acontecimientos. En medio de huidas, miedos y vacila-ciones, van aprendiendo a vivir y a acoger la vida en presencia de Dios, y a ser el instrumento del que Dios se servía para llegar a los demás.

¿Cómo no aceptar su invitación a acoger nuestra humanidad y a releer la propia historia, los acontecimien-tos desde lo profundo, a la luz del Espíritu? Dentro de cada uno de no-sotros quedan esos profetas con ese mensaje que nos anima a espabilar el oído para escuchar, a abrir los ojos para ver y a estar atentos para recono-

cer el paso de Dios por nuestra vida y caer en la cuenta de que Dios sigue hablando, incluso a través de nosotros.

¿Cómo quedar indiferente tras el encuentro con Isaías? Con su crítica y su advertencia de que no podemos separar la relación de Dios de la rela-ción con los demás. Nos habló de las entrañas de misericordia de Dios, y nos enseñó, desde su experiencia, que Dios nos sigue acompañando y está empeñado en cada uno de nosotros a pesar de nuestras infidelidades. Isaías nos cuestionaba nuestra forma có-moda y poco comprometida de vivir nuestra fe. Somos elegidos, pero nues-tra elección está abocada a la misión.

¿Cómo no recordar a Jeremías? El profeta inquieto, llamado a anunciar que ya no hay marcha atrás, con su mensaje fuerte y negativo, en el que no hay lugar para la esperanza. El en-viado para “arrancar, arrasar, destruir y demoler”, que no quiere decir lo que tiene que decir, pero que, a través de su sufrimiento, nos descubre que el mo-mento de más lejanía con Dios se pue-de convertir en el mayor encuentro. A veces nos sentimos tan superados

este verano, del 20 al 25 de julio, nos hemos vuelto a encontrar en palencia para continuar el taller bíblico porciúncula. Llegamos desde madrid, Valladolid, palencia, madridejos (toledo) y sevilla, con el buen recuerdo de la experiencia del año pasado y el deseo de seguir profundizando en la experiencia de la palabra. amaya GalaRza Valladolid

por la situación que, como Jeremías, queremos abandonar y nos olvidamos de que el momento de arrebato, de re-beldía vivido delante de Dios también es oración, encuentro y posibilidad de un renacer a algo nuevo.

¿Cómo no dejarnos llevar por Oseas al desierto? Y junto a él vivir la experiencia de que los momentos de desasosiego, sequedad y silencio son momentos especiales y favora-bles de encuentro, porque es entonces cuando nuestras fortalezas han caído y nuestro corazón está más abierto a escuchar. Nos cuesta aceptar nuestros desiertos y nos olvidamos de que en el lugar donde menos lo esperamos, en nuestra debilidad, es donde Dios quiere encontrarse con nosotros.

Y ¿cómo olvidar el viaje con Jonás? Tan enfadado con Dios, por no ser capaz de aceptar su bondad y misericordia, que decide huir. Sí, al final se pone en marcha, pero su for-ma de transmitir el mensaje de Dios nos desvela el corazón del profeta, su amargura y la poca conciencia que tiene de Dios, de lo equivocado que está al preguntarse quién es Dios para

él. Sabe la teoría, pero su experiencia personal no le acompaña, repite lo que ha aprendido, pero nada tiene que ver con su vida. Jonás, desde su experien-cia de huida y de no ser un auténtico profeta, nos invita a buscar la verdad en la vida y a vivir en autenticidad.

Pistas y deseosTodos los profetas nos han dejado huella, interrogantes, pistas y deseos. De la experiencia vivida con ellos nace un regalo para todos los que hemos compartido la vida y la fe; una certeza: no hay experiencia humana que quede fuera de la relación con

Dios; un gracias a Fr. Francesco, que nos ha acercado a Dios, nos ha cues-tionado y nos ha ayudado a releer la vida a través de la Palabra, a ponernos en marcha, a salir de la rutina y la comodidad, y a preguntarnos cómo vivimos la relación con Dios.

Y una pregunta: ¿hoy existen los profetas? No hay duda, los hay, y los reconocemos en aquellas personas que, a través de su humanidad, nos ayudan a releer lo que vamos vivien-do desde lo profundo, que nos acom-pañan en nuestros buenos y malos momentos acercándonos a Dios y que son mediadores para que su mensaje siga llegando a todos.

Una experiencia rica y profunda ha sido el ver cómo Dios va hablando a cada una de las personas a través de su vida, su historia, sus deseos, sus intuiciones, sus fragilidades, sus preocupaciones. Poder compartirlo y acompañar a cada persona en lo que vivía como un regalo nos ha ayudado a sentirnos fraternidad y nos ha ani-mado a ponernos delante de Dios y a dejarnos preguntar por Él: ¿cómo va lo nuestro?

Reconocemos a los profetas en aquellas

personas que nos ayudan a releer lo que vamos viviendo desde

lo profundo.

Panorámica del seminario de Palencia

visto desde el patio. Debajo,

participantes en el taller bíblico y, al lado, detalle de la decoración de la

capilla.

Taller Bíblico Porciúncula

Profetas de ayer y de hoy

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septiembre 2014 / 2120 / septiembre 2014 ConventualAntena

Emoción, nervios, inquietud… Subimos al autobús con la mirada puesta en los compañeros de viaje, intentando adivinar las sensacio-nes que fluían en el ambiente de los que nos consideramos parte de la familia franciscana. Al final, todo llega y, aunque todavía no habíamos empezado el Camino, fue a partir de la presentación en Ferrol cuando comprobamos que a nuestro lado nos estaba tendiendo la mano Francisco, el de Asís. Él hizo que nos convirtiéramos en peregrinos.

Todas las etapas comenzaron de igual forma, siguiendo al estan-darte, como guía donde poner la vista; junto a la flecha amarilla, fue nuestro referente a la hora de hacer camino al andar. Ninguna etapa fue igual a otra, como tampoco todos los kilómetros fueron iguales; no es lo mismo la primera etapa que la última. Dentro de cada etapa los kilómetros a veces se hacen una experiencia insoportable y otras son la fuerza necesaria para continuar y saber que en cada paso que das estás más cerca de la meta.

A medida que íbamos terminando las etapas, los sentimientos

un grupo de 75 jóvenes de españa, italia y portugal recorrieron el camino inglés que va de Ferrol a santiago del 26 de julio al 3 de agosto, tras las huellas de Jesús, del Apóstol y de Francisco. una de las participantes cuenta la experiencia.mª teResa González León

hacia los demás peregrinos te llevaban a una mayor solidaridad, compartiendo lo que tenía-mos y agradeciendo lo que nos ofrecían, tanto material como espiritualmente: aprendimos a compartir pensamientos y alegrías, dolores y penas.

Ligeros de equipajeUna de las primeras lecciones que aprendes, que es trasladable a la vida, es que el Camino te dice que vayas ligero de equipaje. Salir el primer día con un peso considerable te hace pensar en las cosas que tenías que haber sacado de la mo-chila. Así vimos que forma parte del Camino ir desprendiéndose de todo lo que no se necesita, hasta descubrir que prácticamente no necesitas nada o muy poco.

En realidad, solo necesitamos la Palabra de Dios. Por eso todos los días iniciábamos la etapa con la oración de la mañana, en la que despertábamos a una realidad distinta de la del día anterior y con la que tomábamos la fuerza necesaria para interiorizar el mensaje que el Señor nos lanzaba. Además, todos los días Dios

nos regaló preciosos amaneceres, limpios de nubes, y envolventes puestas de sol para despertar nuestra gratitud.

La peregrinación nos permitió descubrir nuestra propia condición de peregrinos, pero no solo del Camino, sino de la vida. Los valores descubiertos en el Camino (la simplicidad, el despojamiento, la libera-ción y el silencio, la experiencia de la belleza y de la verdad) son para vivirlos día a día, en el trabajo y en casa, con nuestros seres queridos y con la gente que encontramos por la calle.

Fueron muchas las ocasiones en que visualizamos los pasos que Francisco recorrió, hace ahora ocho siglos, en su viaje a España y su peregrinación a Santiago. Por eso le pedíamos por nuestras intenciones, entregándoselas a fin de que las dispusiera como mejor conviniera. Francisco fue un caminante en su vida. La vida es cambio, búsqueda de experiencias para encontrar a Jesús, pues todo ayuda a crecer en la fe. Uno se pregunta: ¿qué es lo que me hace feliz?

Esto es ser peregrino en nuestra existencia: descubrir cómo perso-nalizar valores nuevos, realizar un cambio interior allí donde Dios nos ha puesto y, al mismo tiempo, ser consciente de que toda nuestra vida consiste en ahondar en esos descubrimientos, toda ella se convierte en peregrinación.

Protegidos y cuidadosFue maravilloso descubrir que en cada etapa nos sentíamos amados incondicionalmente por Jesús, gracias a todas las personas que han

hecho posible esta peregrinación, desde el pri-mero que encabezaba el grupo hasta el último que iba recogiendo cariñosamente a todos los que deseaban hacer un alto en el camino, pa-sando por quienes se encargaban de que todo estuviera perfectamente preparado a nuestra llegada a los pabellones deportivos.

Sabemos que sin vuestras manos, sin toda la logística que fuisteis preparando durante meses, nada hubiera sido igual. Eso nos transmitió una tranquilidad inmensa, nos sabíamos protegidos y cuidados en todo momento.

El Camino lo hicimos las setenta y cinco personas que todos los días por la tarde nos reuníamos dentro de los polideportivos, en un intento de expresar y verbalizar todas las sensa-ciones, sentimientos y vivencias que en nuestro caminar estaban surgiendo. Fueron momentos emocionantes los que compartimos en la cate-quesis, porque dejábamos de lado los prejuicios y los miedos y compartíamos lo que Jesús a través del Camino había hecho en nosotros, en un ejercicio de sinceridad que solo se puede transmitir en un ambiente de confianza, de sabernos iguales.

Los momentos para compartir eran resulta-do de horas de silencio en la etapa de la maña-na, silencio para sentirnos a nosotros mismos, para reconocer cada parte de nuestro cuerpo, para reflexionar sobre nuestra vida y así escu-charnos, en una conversación que disfrutába-mos en diálogo con Jesús.

Quisiera poner un punto y seguido a este Camino, que espero tenga continuidad en “otros caminos” que el Señor nos tendrá preparados, con una bienaventuranza del peregrino escrita por Sor Cristina: “Bienaventurado eres, peregri-no, si buscas la verdad y haces de tu camino una vida y de tu vida un camino, en busca de quien es el Camino, la Verdad y la Vida”.

J venes peregrinos de Ferrol a Santiago

“De tu camino una vida y de tu vida un camino”

Jóvenes peregrinos en uno de los mojones del Camino Inglés, en marcha (al lado) y

durante una catequesis (en la otra página).

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septiembre 2014 / 2322 / septiembre 2014 ConventualAntena

Libro documentado y riguroso de Fr. Valentín Redondo

A propósito de la “venida” de san Francisco a EspañaseRGio BaRRedo GaRCía barcelona

La editorial San Pablo acaba de publicar el libro de Fr. Valentín Redondo, titulado El viaje de san Francisco a España, en el que el historiador franciscano conventual y experto en espiritualidad franciscana concluye, después de un pormenorizado uso de las crónicas de varias épocas y de las fuentes históricas, que el objetivo del Santo no era peregrinar a Santiago sino ir a Marruecos pasando por la Península Ibérica. Un deseo que no pudo cumplir por enfermedad.

Ya era hora de que pudiéramos disponer de un excelente y magistral ensayo sobre la “venida” de san Francisco a España, como es la última obra de Fr. Valentín Redondo, ex ministro provincial y ex asistente general de la Orden. De ello hay que dar las gracias al autor y a la editorial San Pablo, que han hecho coincidir la publicación con el octavo centenario de la llegada de san Francisco a España, a la que algunos se refieren, injustificadamente, como “peregrinación” a la tumba del apóstol Santiago.

El conocido historiador parte de una afirmación fundamental que recorre las 252 páginas de su libro: san Francisco no tuvo la idea de venir a España sino de ir a Marruecos, eso sí, a través de la Península Ibérica, a evangelizar el Islam, sobre todo tras fracasar su idea de convertir a los sarracenos de Siria. Posiblemente vino por tierras hispanas el año 1213 o 1214, aunque enfermó y tuvo que regresar sin cumplir su objetivo.

El autor menciona a no pocos cronistas, italianos y españoles, del amplio arco del siglo XIII al XVIII, y lo hace partiendo de los franciscanos Tomás de Celano, Francisco Gonzaga y el irlandés Lucas Wadding, sin excluir a cronistas hispanos. Al principio estas fuentes hablan de misión y después de peregrinación, por lo que se señalan, en este último caso, numerosas loca-lidades donde se hizo presente la Orden franciscana como obra del mismo Francisco.

Falaz justificaciónEl autor se refiere a las “tradiciones” que “justificarían” las diversas fundaciones de conventos, decoradas con todo tipo de aureolas “pseudohistóricas”. El hilo conductor de la expansión franciscana sería “obra del fundador”, lo que es una falaz justificación de su presencia en España. El eje geográfico –dicen los cronistas– es el Camino de Santiago, aunque ponen el acento en varias rutas: la del Norte, Cataluña… y no solo el Camino Francés.

Se puede concluir que una de las contribuciones de Fr. Valentín a la actual historiografía franciscana es la demostración de la inconsistencia científica de los cronistas, sobre cuyas “crónicas” se ha recreado, sin base, una pseu-dohistoria que ha inundado toda la vida franciscana en la Península Ibérica.

Esta publicación obligará a replantearse a muchos historiadores sus tesis y afirmaciones. Esta puede ser la mejor contribución al octavo centenario de la entrada de san Francisco a España. Concluyo, no obstante, con el autor, afirmando que “Francisco y los hermanos menores de la primera hora que vinieron a España todavía tienen algo que aportar al dato histórico, aun sir-viéndonos de la gran creatividad de la tradición”.

Más allá de la polémica o la controversia, el libro, lleno de rigor y perfecto en su abundante aparato crítico, sin duda novedoso, constituye un excelente amigo como compañero de viaje. El éxito está asegurado.

Este año la experiencia vivida y compartida en comunidad ha estado motivada por el recuerdo de los 800 años del viaje de san Francisco a España. El servicio misionero en el Camino de Santiago, asumido por toda la Orden y coor-dinado por la Provincia de España, se lleva a cabo en el albergue de Ponferrada, en León, que depende de la parroquia Nuestra Señora de la Encina, y este verano ha contado con la presen-cia de frailes de Italia, Rumanía, Alemania, Perú, Honduras, Polonia y España.

Nuestro servicio comprende diferentes acti-vidades: por la mañana rezamos en fraternidad y apoyamos a los hospitaleros, una actividad que realizamos también con otros voluntarios que pertenecen a la Asociación de Amigos del Camino. Por la tarde ayudamos y colaboramos en la acogida, especialmente a través de la es-cucha y la atención a los peregrinos, y después preparamos la eucaristía, celebrada en español, aunque la lectura del Evangelio se proclama en varios idiomas (italiano, francés e inglés, funda-mentalmente).

Después de la celebración se hace la bendi-ción de los peregrinos, uno de los momentos más importantes y significativos, porque es cuando se recogen y agradecen todos los mo-mentos vividos durante la jornada que termina. Muchos, emocionados por el recuerdo, rompen en lágrimas, pero también se sienten recon-fortados pensando que mañana comienza un nuevo día, otra etapa.

La experiencia del Camino es una oportuni-

dad que nos ofrece la vida para poder encaminarnos; por eso es impor-tante asumir una buena actitud y sobre todo querer emprender el viaje, con toda una gama de posibilidades humanas y espirituales.

Huellas y frutosEs importante pensar que el Camino está abierto a todos y que solo queda la gran convicción de ponernos en marcha y, por supuesto, de caminar, pues “camino se hace al andar”. Y, sobre todo, pensar que por los caminos más inhóspitos dejamos nuestra huella y recogemos los

mejores frutos como producto de nuestra andadura y de nuestro esfuerzo personal y colectivo.

En el Camino muchos peregrinos se encuentran con personas de diferentes partes del mundo, con ellos comparten la vida, se forman grupos y juntos recorren las sucesivas etapas. Muchos llevan meses, semanas y días caminando, quizás con motivaciones diferentes, algunos lo hacen por agradecimiento, por alguna promesa, otros para pensar y reflexionar sobre la vi-da. Por eso es importante tener espacios de silencio en los que contar las experiencias vividas durante años.

Francisco, maestroNecesitamos recogimiento, momentos de

un verano más, un grupo de frailes conventuales de varias provincias de la orden han estado los meses de julio y agosto en ponferrada (León) para acoger en el albergue parroquial a los numerosos peregrinos que diariamente recorren el camino.saúl CaBello CoRzo madrid

La alegría de servir en el Camino

pausa, de silencio, de quietud para rege-nerar nuestra mente, cuerpo y corazón. Es entonces cuando se manifiesta la verdad y se descubre la persona tal cual es. En esto san Francisco es un maestro, un hombre capaz de pasar largos días en soledad. Se retiraba al silencio como espacio de encuentro con la única Palabra verdadera, el paradigma que ilumina y da sentido a la realidad y a partir del cual recibe significa-do toda palabra humana.

Frailes y voluntarios en la acogida del albergue de Ponferrada. En la otra página, bendición de peregrinos al final de la eucaristía.

Acogida de peregrinos en Ponferrada (León)

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septiembre 2014 / 2524 / septiembre 2014 ConventualAntena

El curso que acabamos de iniciar está marcado por el signo de la belleza, una expresión que san Francisco identifica con Dios altísimo. Entre los jóvenes, el descubrimiento de la belleza abre caminos a la esperanza y la trascendencia, el asombro y la contemplación.

Pastoral Ju

venil

y Vocacional

Juan CoRmenzana madrid

A mediados de julio tuve que ir al aeropuerto a recoger a un hermano que venía de Roma.

Normalmente suelo consultar en Internet el estado del vuelo, pero esta vez iba con prisa y no tuve tiempo de mirarlo. Cuál fue mi sorpresa al com-probar en las pantallas del aeropuerto que el vuelo venía con dos horas de retraso. Al principio me enfadé, pero decidí serenarme y empecé a pasear por la T4.

alfombras, con una lámpara potente que llenaba de luz todo el recinto y con un recoveco apuntando hacia la Meca. Al otro lado de la fuente había una sala con bancos, con una luz tenue, llena de carteles con frases bíblicas sobre unos paisajes de ensueño.

Al otro lado del pasillo se encon-traba la capilla católica. Con la inten-ción de rezar, me senté en uno de los incómodos bancos que abarrotaban la sala. Era mucho más grande que las anteriores, pero ni era acogedo-ra ni favorecía el recogimiento. Algo parecido a una mesa hacía las veces de altar. Sobre ella descansaban dos enormes candelabros bañados en oro. Al fondo, un crucificado de piel brillante que parecía estar comprado en los chinos. A mano izquierda un Sagrario minúsculo con una lámpa-ra exageradamente grande. Por no hablar de lo que supuse que era un confesionario: una pared revestida de madera llena de agujeros y con un escalón de obra para que el penitente se arrodillara.

Confieso que fui incapaz de rezar. Estaba enfadado. Después de con-templar tanta belleza en la T4, no podía comprender cómo al entrar en la capilla, espacio sagrado que debía manifestar por antonomasia

la belleza de Dios, la sensación fuera precisamente la contraria. Eché de menos la penumbra silenciosa de las iglesias románicas y las líneas verticales de las catedrales góticas que tiran de nosotros hacia el infini-to. Me dolió que la capilla no tuvie-ra calidad ni esplendor, pero sobre todo eché de menos que aquella capilla fuera una puerta abierta a la trascendencia.

Llegaba la hora. En un extremo de la T4, lejos del bullicio de los via-jeros, me encontré con tres personas durmiendo en el suelo. No eran turis-tas en tránsito haciendo tiempo para coger un vuelo. Eran hermanos que descansaban tranquilos hasta que al-

tra presente en todo lo real, pero la experiencia me dice que descubrir la belleza no es algo tan sencillo. Lejos de ser evidente, el camino de la belleza necesita ser enseñado y aprendido. El gusto por la belleza no es algo casual sino el resultado de un programa educativo debidamente reflexionado.

Nuestro mundo necesita la belleza para no caer en la desesperanza. La belleza, como la verdad, pone alegría en el corazón de los hombres. Quizás parte de la desesperanza que sienten nuestros jóvenes tenga que ver con su incapacidad para descubrir la belleza. Instalados en lo puramente utilitario y práctico, con una visión reductiva y banal de la realidad, han perdido toda capacidad de asombro.

Es necesario ayudar a nuestros jóvenes a descubrir la belleza. El con-tacto con la verdadera belleza provo-cará en ellos una saludable sacudida que les hará salir de sí mismos y les arrancará de la resignación, de la co-modidad y de lo cotidiano. El descu-brimiento de la belleza les despertará y les abrirá nuevamente los ojos del corazón y de la mente, poniéndoles alas y empujándoles hacia lo alto, ha-cia lo infinito.

Luz para todosEn el ámbito de los jóvenes la Iglesia tiene planteado muchos retos. Lo pri-mero que captamos del misterio de Dios no es la verdad sino la belleza. Comprendido así, el camino de la be-lleza puede ser un buen itinerario pa-ra alcanzar a quienes tienen dificultad para acoger la enseñanza de la Iglesia, especialmente la moral. La vía de la belleza, partiendo del encuentro con la belleza que suscita la admiración y la contemplación, puede abrir el camino de la búsqueda de Dios y disponer el corazón para el encuentro con Cristo.

Esto es precisamente lo que quere-mos hacer este año, iniciar a nuestros jóvenes en el camino de la belleza. Educar para la belleza es algo más que enseñar a apreciar objetos, dictan-do si son bonitos o feos; consiste en acompañar y ayudarles para que, par-tiendo de la experiencia y el aprecio del mundo, sean capaces de tener un encuentro con la belleza de Dios que les conduzca a un encuentro personal que les transforme la vida.

Educarpara

descubrir la bellezaEl techo ondulante de bambú me

acompañó amablemente duran-te todo mi recorrido. La variación cromática de los pilares me ayudó a mantener mi orientación al pasar de una zona a otra. La luz natural entraba a borbotones por los amplios ventanales que dejaban vislumbrar el intenso tráfico de aviones y pasajeros en aquella tarde de julio. A pesar de las enormes dimensiones, todo transmi-tía una sensación de ligereza, trans-parencia y armonía. ¡Cuánta belleza!

En la puerta de llegadas de la T4 fui testigo privilegiado de reencuentros, besos y abrazos. En cada reencuentro descubrí la belleza de nuestra vida y la belleza de ser significativos para alguien. Me hice consciente de que la vida es bella porque las vidas de los que nos rodean son bellas.

Seguí paseando hasta que descubrí un cartel que ponía Capilla. Al ver el cartel con el dibujo de la cruz, la media luna y la estrella de David, sospeché que sería un espacio neutro y aséptico que pudiera ser utilizado indistinta-mente por todos los creyentes. Cuál fue mi sorpresa al descubrir que había tres capillas. A la derecha, y separada por un patio precioso con una fuente, se encontraba la capilla musulmana. Era un espacio acogedor cubierto de

guien de seguridad les descubriera y les invitara a hacer su particular viaje a la calle. En ellos pude descubrir una belleza especial, una belleza escon-dida por la suciedad de sus cuerpos, pero una belleza que brotaba de su condición de hijos amados de Dios. Al fin y al cabo, ver la belleza es ver con los ojos de Dios.

“Tú eres belleza”Esa tarde en la T4 muy bien puede describir el itinerario pastoral del nuevo curso. La belleza se encuen-

En el reconocimiento de la belle-za, la mirada juega un papel funda-mental y descubrir la belleza exige la conversión de la mirada, conver-sión que empieza por el silencio y la contemplación. El ritmo frenéti-co que llevamos impide descubrir la belleza que, discreta, nos rodea. Demasiadas veces somos incapa-ces de pararnos lo suficiente para contemplar la realidad: lo que al contemplativo le arrebata hasta el asombro puede pasar inadvertido al paseante apresurado.

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septiembre 2014 / 2726 / septiembre 2014 ConventualAntena

Me refiero a la presencia de los franciscanos conventuales en Valladolid en el siglo XX, sin olvidar otras presencias por estas tierras ya desde el siglo XIII, que nos permite contabilizar hasta media docena de localidades en el ámbito de la actual provincia vallisoletana. Cerca de la capital, camino de Simancas, se ubicó el primitivo convento en el paraje Río de Olmos, que se abandonó por insalubridad, trasladándose al centro de la villa, donde más tarde se levantará el célebre Teatro Calderón.

A modo de prehistoriaNo está de más recordar que, siendo ministro provincial, el P. Román Villa (1957-1963) adquirió, por medio de su amigo el sacerdote José Mª Collantes, una finca de 405 hectáreas en Santervás de Campos, propiedad de doña Eusebia Moncada;

seRGio BaRRedo GaRCía barcelonaHistoria y vida

pasó a los frailes, quienes se comprometían a pagarle anualmente trescientas mil pesetas. Era difícil, no obstante, rentabilizar dicha finca; y, por otra parte, el citado Collantes, en nombre del Obispado, quería realizar una obra social, para lo cual precisaba disponer de la misma; se propone un intercambio.

Siendo ministro provincial el P. Lorenzo Cas-tro (1963-1966), Collantes –sin perder de vista su punto de mira– visitaba con frecuencia al P. Román, entonces párroco en El Rosario ma-drileño. En cierta ocasión, en tono de broma, el provincial le soltó al sacerdote vallisoletano que el intercambio se podría realizar si el Obispo nos cedía la catedral o el templo votivo del Corazón de Jesús.

En otro momento, ya más en serio, el P. Cas-tro le indicó que el trueque podría consistir en

darnos autorización para fundar en Valladolid y la cesión gratuita de un terreno para templo y convento, corriendo el Obispado con los gastos de los mismos. Esta idea no cae en saco roto: Collantes le invita a visitar Valladolid y concre-tar una solución.

En la calle CaamañoAl P. Castro no le da tiempo a tomar decisio-nes, pues en el verano de 1966 se celebra en Palencia el Capítulo Provincial, que elige al P. Juan Cebrián como nuevo provincial. En efecto, este se reúne en varias ocasiones con el obis-po José García Goldáraz y con diversos directi-vos de FASA; se llega a un arreglo: la empresa dona los solares para el templo y el colegio. Las gestiones se llevan a cabo en Valladolid (con el alcalde Santiago López) y en Madrid.

Vista del colegio desde el patio, haciendo deporte, y la plaza San Francisco de Asís.

En las otras imágenes, todas ellas de finales de los años sesenta del siglo pasado, interior del templo parroquial y de una de las aulas.

No fueron fáciles los contactos con el vicario general don Modesto, aunque al final resultaron exitosos: la Orden tuvo que pagar dos millones de pesetas al Obispado, pero se conservó Santervás. Ya en 1967 se obtuvo permiso del Obispado, ratifi-cado por la autoridad franciscana de España y de Roma. El con-trato de la parroquia con el Obispado se firmó el 15 de agosto de 1968.

Mientras se construye el nuevo y actual edificio, el 27 de septiembre de 1967 se tomó posesión de los locales cedidos por FASA en la calle Caamaño, número 132 A (cocina, salón, dos habitaciones) y 132 B (almacén, comedor, dos habitacio-nes) y la planta baja de los números 128-134 (para capilla y au-las). Don Mariano, “el patriarca de Valladolid”, bendijo la capilla el día de San Francisco.

Gracias a los desvelos del ministro provincial y de los frailes, pudo inaugurarse el curso 1967-1968 con medio centenar de niños y niñas. Con el título de superior y director fue designado el P. Gerardo Mayo, siendo vicario el P. Lucio de Castro, ambos además profesores. A los pocos días se les unió el P. Adolfo González, promotor vocacional, que con su método “Campani-llas” de lectura y escritura les ayudó provechosamente. Desde el inicio atendía a las niñas Mª Carmen Fernández Santamaría. Al curso siguiente serán ya cuatro los grupos de alumnos, agre-gándose doña Emilia.

La nueva sedeEl incremento de las actividades obliga a que vayan pasando nuevos religiosos, algunos estando todavía en la calle Caamaño. El P. Santiago Mayo será nuevo director y superior; el P. José Mª Goñi se hará cargo de la parroquia; y se unirán el P. Antonino Jarabo y el P. Juan Cebrián.

El curso 1970-1971 se pudo abrir el colegio, aunque con muchos detalles todavía por terminar. En el trienio 1972-1975, siendo ministro provincial el P. Conrado Ortiz, se continúan las obras que ya iniciara el P. Juan. Se ultima la planta superior del colegio, la residencia de los frailes y el templo, todo ello bende-cido solemnemente el 15 de mayo de 1975.

En esas circunstancias se abandonan las dependencias de la calle Caamaño, aunque desde la Semana Santa de 1971 el culto se efectuaba ya en dependencias del colegio. El arquitec-to municipal Fernando Vaquero elabora los planos del nuevo edificio y se encarga de la construcción la empresa Madrigal. La Orden pudo hacerse cargo de las obras, sobre todo gracias al Ministerio de Educación y Ciencia por medio de un crédito de 8,5 millones, ya saldado, del Banco de Crédito a la Cons-trucción.

La historia de la presencia vallisoletana es mucho más rica que lo que indican estas líneas, pero de lo que ahora se trata es de rememorar tan solo la génesis de nuestra presencia. (Quie-ro dejar constancia de mi agradecimiento al P. Santiago, al P. Lucio y al P. Bernardino Román por los datos generosamente aportados).

A la vera del Poblado FASA en el barrio Las Deliciasde Valladolid

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septiembre 2014 / 2928 / septiembre 2014 ConventualAntena

La figura bíblica de Salomón es seguramente una de las que mejor ilustran la ambigüedad de todo poder humano. La Escritura presenta al rey Salomón como paradigma y prototipo del gobernante sabio y justo; así aparece, por ejemplo, en la célebre oración del santuario de Gabaón, donde pide a Dios la sabiduría necesaria para gobernar a su pueblo con rec-titud y justicia: “Da a tu siervo un corazón dócil para gobernar a tu pueblo, para discernir el mal del bien… discernimiento para escuchar y gobernar” (1Re 3,9).

Juan miGuel viCente romaDesde la Palabra

la libertad y la dignidad de pueblo libre. Salomón, con su pro-ceder, con su forma de ejercer el poder, lo ha devuelto a la esclavitud; es decir, no ha hecho sino desautorizar y anular la obra salvadora de Dios: Israel es de nuevo esclavo, y esta vez no en una tierra extranjera sino en su propia patria.

Esta es la dinámica fatal del poder cuando deja de ser en-tendido como servicio. Cualquier poder (político, económico, religioso) degenera en despotismo y arbitrariedad cuando pierde de vista su función y horizonte más genuinos: el servicio y la atención a las necesidades reales y más apremiantes de las personas. Y esto sirve no solo para los gobernantes, para quienes ocupan cargos de relieve en la sociedad; sirve igual-mente para todos y cada uno de nosotros, pues también a nosotros nos ha sido confiada –si queremos llamarla así– una cierta “parcela de poder”, que hemos de transformar en “par-cela de servicio, de generosidad y de entrega”.

Ahí estamos llamados a servir a los demás, en lugar de servirnos de ellos, como frecuentemente sucede en las re-laciones humanas; estamos llamados a ser mediadores de la maduración y crecimiento en libertad y responsabilidad de aquellos con quienes convivimos y nos relacionamos.

Jesús, en el Evangelio, advierte también a los suyos sobre esa dinámica y esa tentación constante del poder: “Sabéis que quienes son tenidos como jefes de los pueblos los tirani-zan, y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser el primero, sea el siervo de todos. Pues el Hijo del Hombre no ha venido para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por todos” (Mc 10,42-45).

Esta es la auténtica sabiduría de Dios, que Salomón pedía para sí: una sabiduría que no consiste en acumular conoci-mientos y poder, sino en la capacidad para discernir entre el bien y el mal; una sabiduría que es un saber situarse ante la vida, el mundo, los demás y ante Dios con y desde los criterios de Dios.

Salomón: la ambigüedad del poder

Estamos llamados a ser mediadores de la maduración y crecimiento en libertad y responsabilidad de aquellos con quienes convivimos y nos relacionamos.

Miradas

Coger y soltar

CÉsaR maRCos

Esa es la petición del rey Salomón, por-que gobernar es ante todo servir, ponerse al servicio de las necesidades y expectativas de aquellos a quienes se gobierna. Sin embargo, parece que Salomón se olvidó muy pronto de esa oración. Su reinado no fue precisamente modélico; al contrario, dejó mucho que de-sear: se caracterizó por intrigas políticas y, sobre todo, por someter al pueblo a fuertes impuestos y a trabajos forzados para llevar a cabo las lujosas y fastuosas edificaciones emprendidas por este rey (el templo, el pala-cio real, las murallas de Jerusalén…).

Este será el mayor reproche que la Escri-tura le hará: en lugar de servir al pueblo, se ha servido de él. Dios había liberado a Israel de la esclavitud de Egipto, le había otorgado

Soy hierba quemada, racimo que cuel-ga, prado verde recién cortado. Soy tronco, soy fruto, soy hoja seca que baja dando vueltas, soy agua que vuela y nube en reposo, pájaro que canta. Soy hiedra que sube por un tronco, soy sombra de hoja sobre otra hoja, soy rama que quiere dar flor, soy perfecto porque en mí vas, soy huella de mi autor, soy tú y de ti yo soy.

Soy mariposa, soy insecto, soy ruido de fru-to que cae, soy gato que duerme, soy flores que esperan, soy cuerpo fresco, soy pies descalzos, soy desnudez. Soy mi cuerpo, soy más que mi cuerpo, no sé ser sin mi cuerpo, soy en mi cuer-po. Soy sueño, soy hambre, soy paz, soy tiempo, soy sol, soy chicharra que canta, soy espera, soy presente, soy vida, soy yo, soy él y nosotros, soy vosotros, soy ellos.

Dice el monje budista Thish Nhat Hanh que una flor está compuesta de elementos no-flor.

Una flor está compuesta por el sol, por la lluvia, por el viento, por la tierra, y hasta el jardinero que la cuidó. En una simple flor podemos advertir la totalidad del universo. Y yo me pregunto, ¿no seremos nosotros también compuestos? ¿No estamos hechos de elementos no-cuerpo? He-chos de un abrazo, de un beso, de un amor, del encuentro con el amigo, de unas risas, de una mirada, de una persona que canta.

Caminando hace unos días por la cumbre del monte Subasio, entre la niebla encontré un caballo. Me dijo que estaban un poco más ade-lante, en los árboles donde sopla el viento con más fuerza. Hablé con ellos y sí, eran los mismí-

simos viz-viz-viz-viznietos de los pájaros que un día hablaran con el mismísimo san Francisco. Yo, que siempre he sido un buen pájaro, me sentí a gusto, en mi salsa.

Entre anécdotas que ahora no vienen al caso, les pregunté por algo importante que les habían transmitido sus ancestros y me hablaron de abrir las alas y confiar, que ningún pájaro voló con sus alas cerradas, que vivir es respirar, coger y soltar. Tan fácil y tan difícil. Si solo coges, te ahogas; si solo sueltas, te ahogas. Si coges y sueltas, siem-pre hay, nunca te falta. Es dando que se recibe, expirando que se inspira. Aprender a regalar, dar, ofrecer, desprenderse, decir basta y a la vez aprender a recibir, acoger, decir sí. Cuanto saben, qué pájaros.

Y me quedé pensando en la inmediatez de los whatsapp, facebook o instagram. Todo debe ser registrado, para que nada sea vivido o expe-rimentado. Es decir, la vida humana convertida en una empresa donde uno nunca está “a lo que se está”, aunque eso sí, “todos saben donde se estuvo”. El gran reto hoy es ser y estar. Parece lo más simple, pero nos perdemos de nosotros. Necesitamos ver cosas reconfortantes, curativas y útiles. Paseos meditativos, silencios de respira-ción, que es el puente que unifica cuerpo y men-te. Si vamos corriendo todo el día, no creeremos que en el presente sea posible la felicidad. Y olvi-damos que el Reino de Dios está en el momento presente.

¿Dónde estoy cuando mi cuerpo está aquí? No es necesario morir para entrar en el Reino de Dios. Las cosas son exactamente al revés: para entrar en el Reino de Dios tienes que estar muy vivo. Tenemos que aprender a detenernos, pres-tar atención, hacer silencio, cuidar de nosotros, acunar y acariciar a ese niño herido que llevamos dentro y decirle “estoy aquí para ti”.

Nos hemos acostumbrado, empeñados en escapar del sufrimiento, a encender la televisión, ponernos al ordenador o chatear desde el móvil. Es un hábito que necesitamos cambiar para vol-ver a nosotros, para alimentarnos de una puesta de sol, del canto de los pájaros, del cielo azul, del amigo, incluso para comer y dormir mejor. Em-pieza un nuevo curso, qué gran oportunidad.

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30 / septiembre 2014 ConventualAntena

(han leído bien, en la primera potencia mundial, pero en otro mundo: las reservas indias) y era voluntario en una ONG (en la que posteriormente trabajé, pero, como diría Kipling, eso ya es otra historia). Mis contactos con el Santo de Asís habían sido vagos: un amigo que trabajaba en un colegio franciscano, compañeros voluntarios que se identificaban con él, parroquias franciscanas con las que colaboraba… Hasta que empecé a trabajar como profesor en el colegio San Buenaventura de Madrid.

Desde entonces me he preguntado muchas veces qué es ser franciscano y, sobre todo, si alcanzo el ‘Suficiente’ en esta asignatura. Es verdad que he leído sobre la vida y obra de Francisco, que he conocido a verdaderos franciscanos que han jalonado mi camino, pero siempre he llegado a la misma conclusión: a Francisco se le puede seguir fá-cilmente, pero es muy difícil alcanzarle. De esta forma, y partiendo de la premisa de que de él siempre se aprende, es posible aspirar a encontrar pequeñas intersecciones en la propia vida con la suya para, al menos, sentir que tus velas, pequeñas, recogen un viento favorable, para encarar un compromiso tan fuerte para estos tiempos.

En su momento él fue un revolucionario dentro de la tradición y un ejemplo de solidaridad. Harto difícil en

una sociedad como la nuestra, dominada por la dictadura del con-sumo, el egoísmo y las voluntades perdidas.

Así que uno a veces se conforma con tener

un modelo como Francisco y hacer lo posible por acer-carse a él, de manera que, poco a poco, la personalidad de uno se amolda a ese deseo. Gracias a Francisco he intentado (que lo consiga es ya otro cantar) trabajar y pensar orientado por una serie de cualidades, aunque la que verdaderamente funciona es la de, ante una situa-ción complicada, pararse a pensar qué hubiera hecho Francisco en ese caso.

A partir de ahí uno intenta aplicar en su vida algunas ideas que, no sabiendo si son verdaderamente francisca-nas, le dejan la conciencia tranquila, como que es mejor equivocarse y hacer el bien que acertar y hacer el mal, o que con la maldad podrías llegar muy lejos, pero nunca volver.

La pregunta ‘¿soy franciscano?’ sigue rondando mi ca-beza, pero la búsqueda de respuestas se ha vuelto menos perentoria desde que hace un tiempo un amigo, esta vez dominico, me dijo un día: “el solo hecho de que quieras ser algo te pone en el camino para serlo”. ¿Quieres tú ser franciscano?

Fue a principios de los años 90: participaba, dentro del Congreso de Teología de la Asociación de Teólogos Juan XXIII, en una mesa redonda sobre “Ecología y Cris-tianismo” junto a Enrique Miret Magdalena, Juan José Tamayo y varios religiosos. Tras un encendido debate sobre el papel del hombre en la naturaleza, la Tierra como regalo divino que hay que conservar o la necesidad ética de un mundo menos castigado por los injustos excesos humanos, alguien se refirió a mí diciendo: “¡usted es un rojillo!”, a lo que otro, jesuita, respondió: “¡peor, un franciscano!”.

Tras la mesa redonda, aquel jesuita y yo estuvimos hablando hasta bien entrada la noche, riéndonos del equívoco (¿equívoco?) y, al despedirnos, me regaló un librito antiguo que todavía conservo: “Reglas de la Compañía de Jesús”. Cuando me lo dio, dijo, de forma harto enigmática, “por si cambia de opinión”. Hace po-co me enteré de que había fallecido antes de saber que otro jesuita se había convertido en Papa con el nombre de Francisco.

Por aquel entonces yo había terminado hacía tiempo los estudios de Biología (concretamente en Zoología, el estudio de los animales, a los que tanto amaba Francisco), había sido cooperante internacional en Estados Unidos

en primera persona

“a Francisco se le puede seguir, pero es muy difícil alcanzarle”

Paco Lozano:

Mi nombre es Francisco José Lozano, pero todos en el colegio San Buenaventura de Madrid donde trabajo me llaman ‘Biopaco’, porque imparto la asignatura de Biología.

III Encuentro Tau Rivotorto Los Molinos (Madrid)

Campamento Urbano BatánMadrid

III Taller Bíblico PorciúnculaPalencia

Campo de Solidaridad

MisioneraCorozal (Colombia)

Pastoral Juvenil

Para más información, escribe a Fr. Juan Cormenzana: [email protected] llama al teléfono 691 651 794.

Pascua Juvenil UrbanaMadrid

Giovani verso Assisi Asís (Italia)

VocacionalAgenda

20142015

del 20

al 22 de

febrero

del 1

al 5 de

abril

segunda

quincena

de julio

del 24

al 29

de julio

un mes

durante el

verano

del 1

al 10 de

agosto

Ser franciscano Blog vocacional de los franciscanos conventuales en España.Entra en www.vocacionesfranciscanas.blogspot.com

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de los Franciscanos ConventualesBogotá (Colombia)

con el seminarioAyuda a los

estudiantes

de Teología que

se preparan

para recibir

el ministerio

sacerdotal.

Contribuye

a financiar

los gastos

de formación

y estudio

de los futuros

sacerdotes

conventuales

colombianos.

Beca Misionera

olabora con