contra el centrismo

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Union obrera comunista colombia

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  • Contra

    El

    Centrismo

    Contra

    El

    Centrismo

  • 8 REVISTA NEGACION DE LA NEGACION NO. 4 SEPTIEMBRE DE 2009

    VENCER EL CENTRISMO, PASO NECESARIO EN LA CONSTRUCCIN DE LA INTERNACIONAL COMUNISTA DE NUEVO TIPO

    El 8 de noviembre de 2006 se anunci lafirma de un Acuerdo de Paz por el entoncesllamado Partido Comunista de Nepal(Maosta). Seis das despus, el Comit Eje-cutivo de la Unin Obrera Comunista (MLM)lo denunci pblicamente como una claratraicin al pueblo de Nepal y al proletariadointernacional; y exactamente un mes des-pus de esa traicin, tambin en declaracinpblica, llam al Movimiento Comunista In-ternacional a luchar contra este nuevo tipo deoportunismo -de hecho convertido en el PELI-GRO PRINCIPAL para la unidad y la construc-cin de la Internacional Comunista de nuevotipo- colocndolo en el blanco de la lucha te-rica y rescatando el mtodo marxista de lalucha pblica, cuya ausencia permiti que des-de el ao 2001 las nuevas tesis comenzarana configurarse como lnea sin ser combatidaspor los comunistas del mundo.

    Desde entonces, la verdad de tales afir-maciones ha encontrado el testarudo respal-do de los hechos polticos del fugaz gobiernomaosta en Nepal, entre los cuales figurauno repugnante y escabroso: la anuencia delgobierno maosta con la participacin lacayade fuerzas armadas de Nepal en Afganistn,en abominable apoyo a la invasin imperia-lista, y que ha sido denunciada por otro par-tido del Movimiento Revolucionario Interna-cionalista MRI-, el Partido ComunistaMaosta de Afganistn.

    As mismo, la conciencia comunista dediversos partidos y camaradas, levantadosen lucha contra el oportunismo de derechaprachandista, bien llamado revisionismo delsiglo XXI, ha ido reconociendo y fortalecien-do la necesaria e inevitable lucha contra elnuevo tipo de oportunismo surgido en lasentraas mismas de un partido maosta.

    Pero tambin, desde entonces, posicionescomo la de la Unin Obrera Comunista (MLM)

    han sido colocadas en el blanco de un fren-tico ataque contra lo que llaman dogmato-revisionismo, dogmato-sectarismo, dog-mticos de Tirana, oportunismo trotskistade izquierda, precipitacin, (por mencio-nar los calificativos ms cariosos, pues nohan faltado rastreras alusiones a los servi-cios prestados al enemigo), de organizacio-nes y camaradas, partidarios abiertos y so-lapados no slo de las nuevas teoras dePrachanda y ca., sino, sobre todo y princi-palmente, de su exitosa prctica poltica enel escenario de la democracia burguesa,reencauchada por los maostas como el ins-trumento apropiado en el siglo XXI para re-solver los problemas y necesidades de la re-volucin de los oprimidos y explotados enNepal. Un asombroso experimento, que deinmediato encontr respaldo en la burgue-sa imperialista y sus instituciones como laONU, en sus ya conocidos peleles partidosrevisionistas de distintos pases, y tambin,en unos cuantos partidos que llamndosemarxistas leninistas maostas o simplemen-te maostas, han sido deslumbrados portan portentoso desarrollo del marxismo ytan creadora aplicacin a las condicionesde Nepal.

    As, nuevamente, como tantas veces haocurrido en la historia del movimiento co-munista, vuelve a plantearse la discusinsobre el problema de la unidad de los obre-ros y la unidad de los marxistas revolucio-narios de la poca. Problema que exige, enprimer lugar, definir con exactitud de culunidad se trata; y en segundo lugar, cmose conquista tal unidad.

    Para comenzar, en el Movimiento Comu-nista Internacional existe un gran acuerdosobre la necesidad de la unidad de la claseobrera, la unidad del proletariado, y slo ten-dencias abiertamente socialdemcratas (no-

    I. LA UNIDAD DE LOS OBREROSY LA UNIDAD DE LOS MARXISTAS

    La unidad es una gran cosa y una gran consigna! Pero la causa obrera necesita de launidad de los marxistas, y no la unidad de los marxistas con los enemigos y los

    falseadores del marxismo

    V.I. Lenin

  • ORGANO TERICO DE LA UNION OBRERA COMUNISTA (MLM) 9

    CONTRA EL CENTRISMO

    minalmente no comunistas), defienden ladescabellada teora de la desaparicin delproletariado. Pero tambin es cierto, queentre las diversas tendencias del comunis-mo actual, no pocas defienden la unidad delproletariado slo de palabra, pues en los he-chos, ante todo les preocupa la unidad delos pequeos propietarios, la unidad de loscampesinos, la unidad de los obreros con lapequea burguesa, y lo ms grave, la uni-dad de los proletarios con su enemigo anta-gnico: la burguesa. Este problema de si launidad es de la clase de los proletarios, ocon otras clases (burguesa o pequea bur-guesa), marca en realidad una lnea diviso-ria entre el comunismo verdadero y el falso.

    La unidad que necesita la clase obrerapara el triunfo de su causa, no es la unidaddel economismo: unidad de los obreros (ele-mento espontneo) para la lucha econmicapor un lado, y por otro, unidad de los mar-xistas (elemento consciente) para la luchapoltica. Tal tendencia de culto a la esponta-neidad del movimiento, ya fue derrotada porel leninismo que demostr que la unidadnecesaria a la clase obrera es la unidad cons-ciente, a la cabeza del movimiento espont-neo no a su zaga materializada en la uni-dad de su elemento consciente, en la unidadde su partido cuya esencia es precisamentela fusin del socialismo con la lucha del mo-vimiento obrero espontneo.I

    La unidad que necesita el proletariadopara llevar a cabo su misin histrica de serel sepulturero mundial del capitalismo im-perialista, no es la unidad socialchovinistaunidad nacional en defensa de la patriaproclamada por los jefes oportunistas de laII Internacional. La unidad que exige el triun-fo de la Revolucin Proletaria Mundial es launidad internacional de la clase obrera cuyaexistencia, intereses y objetivos, por s mis-mos, traspasan las barreras nacionales de

    la burguesa. De ah que el internacionalismoes la unidad exigida por el carcter interna-cional del movimiento obrero, y como tal,implica la unidad internacional del elemen-to consciente que inicia con la Liga de losComunistas en 1847, primer partido inter-nacional del proletariado cuyo Manifiesto lan-z el inmortal grito de batalla: Proletariosde todos los pases, unos!; sigue con la Aso-ciacin Internacional de los Trabajadores de1864, que uni al gran ejrcito proletario deEuropa y Norteamrica; contina con la In-ternacional Socialista de 1889, que extendilas ideas del socialismo cientfico, agrupan-do a los partidos obreros bajo tales ideas yorganizando la lucha del proletariado inter-nacional en un perodo de reflujo de la revo-lucin; alcanza un grado superior en la In-ternacional Comunista de 1919, primer granintento de unidad internacional del proleta-riado en un partido mundial, el partido dela insurreccin del proletariado revoluciona-rio mundial como lo defini uno de sus Con-gresos para dar sepultura al capitalismomoribundo: el imperialismo.

    As entonces, el problema de la unidad dela clase obrera se concentra en la unidad desu partido, del cual ya la Primera Interna-cional haba resuelto en la Conferencia deLondres: En su lucha contra el poder colecti-vo de las clases poseedoras, el proletariadono puede actuar como clase sino constituyn-dose l mismo en partido poltico propio yopuesto a todos los antiguos partidos for-mados por las clases poseedoras. Esta cons-titucin del proletariado en partido pol-tico es indispensable para asegurar el triun-fo de la revolucin social y el logro de su finsupremo: la abolicin de las clases. (s.n.)1

    Pero, qu exigencia tiene la unidad delos marxistas en el partido? Ante todo, exigeque la unidad se pacte sobre una base deprincipios, es decir, de un programa comu-

    1 Federico Engels se refera as a esa fusin del socialismo cientfico con el movimiento obrero: Nuestra intencin no era,

    ni mucho menos, comunicar exclusivamente al mundo erudito, en gordos volmenes, los resultados cientficos descu-biertos por nosotros. Nada de eso. Los dos estbamos ya metidos de lleno en el movimiento poltico, tenamos algunospartidarios entre el mundo culto, sobre todo en el occidente de Alemania, y grandes contactos con el proletariado organi-zado. Estbamos obligados a razonar cientficamente nuestros puntos de vista, pero considerbamos igualmente impor-tante para nosotros el ganar al proletariado europeo, empezando por el alemn, para nuestra doctrina. (F. Engels,Contribucin a la Historia de la Liga de los Comunistas, 8 de octubre de 1885).

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    VENCER EL CENTRISMO, PASO NECESARIO EN LA CONSTRUCCIN DE LA INTERNACIONAL COMUNISTA DE NUEVO TIPO

    nista que trace fronteras y delimite campos,que formule con total exactitud el procesoreal, que con la gua de la verdad universaldel marxismo leninismo maosmo conozca yexprese el desarrollo econmico de una so-ciedad dada, de sus contradicciones de cla-se, y defina los principios polticos del parti-do para transformarla; un programa que porsu contenido sea, tanto la declaracin preci-sa de los fines y propsitos del comunismo,como la expresin terica (consciente) de lasfuerzas reales y las medidas prcticas paraconseguirlos. Unidad de principios que ade-ms implica, la aceptacin de una tctica re-volucionaria como parte y al servicio del pro-grama estratgico, la cual resuelva el pro-blema de descubrir, generalizar y dirigir lasformas necesarias de lucha y de organiza-cin en un perodo determinado de la luchade clases, para lograr el mximo avance delas fuerzas revolucionarias en procura delobjetivo estratgico; formas de lucha y deorganizacin supeditadas al xito estratgi-co y no a los xitos inmediatos por s mismos.I

    Unidad de principios exigida por Marx yEngels para fundar la Liga de los Comunis-tas, que en 1847 los declar as: La finali-dad de la Liga es el derrocamiento de la bur-guesa, la dominacin del proletariado, la su-presin de la vieja sociedad burguesa, basa-da en los antagonismos de clase, y la crea-cin de una nueva sociedad, sin clases y sinpropiedad privada.2 Son los principios teri-cos de el Manifiesto Comunista, que consti-tuyen en palabras de Engels el vnculo in-ternacional ms fuerte que une todo el movi-

    miento proletario de Europa y Amrica, prin-cipios rechazados por Bakunin, apstol delanarquismo, por ser doctrina ortodoxa;principios declarados insubsistentes una yotra vez por los campeones del revisionismo:Bernstein, padre del revisionismo clsico;Jruschov, jefe del revisionismo sovitico;Teng Siao-ping, cabecilla del revisionismochino; K. Venu, fugaz defensor delrevisionismo en la India; Prachanda y losprachandistas, paladines del revisionismo delsiglo XXI para quienes toda defensa de losprincipios es simple dogmato-revisionismoo dogmato-sectarismo, un recurso de con-traataque que siempre ha sido esgrimido porlos falsos marxistas en particular losrevisionistas en todos los pases y en todaslas pocasII, eludiendo y tergiversando laverdadera lucha contra el dogmatismo, quelejos de ser la hoja de parra, tapadera de ladesnudez por el abandono a los principios,se junta a la lucha contra el revisionismo,III

    pues ambas tienen en comn la defensa in-transigente de los principios y el anlisis con-creto de la situacin concreta a la luz de talesprincipios, es decir, la conjugacin [de] la ver-dad universal del marxismo leninismo maos-mo con la prctica concreta de la revolucinen cada pas.3

    Son los principios de la teora olvidada,eludida, tergiversada, abandonada, y siem-pre atacada por los oportunistas, pues al finy al cabo, la teora cientfica del proletariadono es una especulacin ni una invencin deeruditos ni de genios, sino la sntesis de laexperiencia en su aspecto general, que el

    I Es lgico y est muy bien que toda direccin de partido busque xitos en su trabajo. Pero hay circunstancias en las que

    .

    se debe tener el valor de renunciar a los xitos inmediatos en aras de cosas ms importantes. Sobre todo un partido comoel nuestro, cuyo xito final est plenamente asegurado y cuyo crecimiento en nuestra poca y ante nuestros propios ojos hasido tan gigantesco, no necesita, siempre y en todas las condiciones, obtener xitos inmediatos. (Engels, Carta a AugustoBebel, 20 de junio de 1873) (el resaltado es del original).II Dogmatismo, doctrinarismo, fosilizacin del partido, castigo inevitable por la compresin violenta del pensamien-

    to, stos son los enemigos contra los cuales arremeten caballerescamente en Rab. Dielo los campeones de la libertad decrtica. (V.I. Lenin, Qu hacer? 1902).III

    A la par que criticamos el dogmatismo, debemos prestar atencin a criticar el revisionismo. El revisionismo, oportu-nismo de derecha, es una corriente ideolgica burguesa; es ms peligroso que el dogmatismo. Los revisionistas, oportu-nistas de derecha, siempre tienen en la boca el marxismo y tambin atacan el dogmatismo. Pero lo que atacan esprecisamente la quintaesencia del marxismo. Combaten o tergiversan el materialismo y la dialctica; combaten o intentandebilitar la dictadura democrtica popular y la direccin del Partido Comunista; combaten o intentan debilitar las trans-formaciones socialistas y la construccin socialista. (Mao Tse-tung, Sobre el tratamiento correcto de las contradiccionesen el seno del pueblo 27 de febrero de 1957)

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    CONTRA EL CENTRISMO

    movimiento obrero ha ido acumulando entodos los pases, y cuyo desarrollo no puedeser ms que en permanente aplicacin alconocimiento y transformacin revoluciona-ria del mundo, y en lucha contra las teorasde otras clases, contrarias a ese conocimientoy a esa transformacin.I

    Son los principios de la teora general cuyaaplicacin creadora a las condiciones con-cretas de una sociedad determinada, seconcretizan en lnea, en programa, en tcti-ca, en un concreto pensado al decir de Hegel,que ya no es, ni los principios como tales, nila realidad en s misma, sino la compren-sin abstracta a la luz de los principios, delas leyes intrnsecas de esa realidad, es de-cir, la negacin dialctica de la teora gene-ral, negacin diametralmente opuesta alabandono oportunista de los principios.

    Unidad de principios que impone y presu-pone la lucha intransigente contra el oportu-nismo, por lo cual con razn, en algn mo-mento de la lucha contra los liquidadores enRusia, Lenin llam unidad, el reconocimien-to de lo viejo y la lucha contra quienes lo nie-gan.

    Decamos arriba, que el gran problema dela unidad exige no slo delimitar con exacti-tud de qu unidad hablamos los marxistas,sino que es necesario conquistarla. El 30 demayo de 1914, en el artculo Acerca de laUnidad Lenin plante el problema as:

    Los obreros, efectivamente, necesitan launidad. Y es ms imprescindible que nadacomprender que, a excepcin de los propiosobreros, nadie les dar la unidad. No sepuede prometer la unidad: eso sera huerafanfarronera, engaarse a s mismo; no sepuede crear la unidad mediante un acuer-do entre grupitos de intelectuales; esoconstituira el error ms triste, ms ingenuoy ms burdo.

    La unidad hay que conquistarla, y slolos propios obreros, los obreros ms conscien-tes, estn en condiciones de conseguirla conuna labor tenaz y perseverante.

    Nada ms fcil que escribir con gruesoscaracteres la palabra unidad, prometerla yproclamarse partidario de ella. En la prcti-ca, sin embargo, la unidad puede avanzarnicamente con la labor y la organizacin delos obreros avanzados, de todos los obrerosconscientes.

    La unidad es imposible sin la organizacin.La organizacin es imposible sin el someti-miento de la minora a la mayora.

    Quiere decir esto que, no puede haber unaorganizacin nica de partido, sin que el so-metimiento de la minora a la mayora per-mita llevar inflexiblemente sus decisionespolticas a la prctica, si la unidad de talesdecisiones no se conquista en lucha contralas teoras ajenas al marxismo leninismomaosmo, si tales teoras no son derrotadas,

    5 No se trata de hablar de la teora por la mera teora, pues ella se torna absurda e intil si no se elabora en estrecha

    ligazn con la prctica revolucionaria y si no se coloca a su servicio; recprocamente, la prctica es ciega si la teora noalumbra su camino. La teora proporciona al movimiento seguridad, orientacin, claridad sobre las complicadas co-nexiones entre los acontecimientos y fenmenos de la sociedad; le brinda al proletariado y a su Partido el conocimientosobre la actitud, la situacin y el comportamiento de las clases no slo en el momento presente sino en proyeccin haciael futuro. La propia historia de la lucha del proletariado ha precipitado una importante conclusin: el avance del Movi-miento Obrero es mayor o menor, segn sea mayor o menor su preocupacin por los asuntos tericos. Y es una conclusincontraria a la comn apreciacin (incluso entre algunos comunistas) de considerar el marxismo leninismo maosmo comouna teora de uso exclusivo para un grupo selecto de jefes; esta es una valoracin falsa, pues si bien, no es concebibleun jefe poltico del proletariado indiferente ante la teora, y por el contrario los cuadros revolucionarios, los dirigentescomunistas, deben ser duchos en cuestiones tericas, lo ms importante es que (en palabras de Engels) la conciencia aslograda y cada vez ms lcida debe ser difundida entre las masas obreras con celo cada vez mayor.... Este debe sernuestro trabajo permanente, inaplazable, ineludible e irreemplazable para lograr que las ideas prendan en las masas y seconviertan en fuerza material, en fuerza de clase, en movimiento revolucionario. (Editorial peridico Revolucin ObreraNo. 31 16 de marzo de 2001).

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    VENCER EL CENTRISMO, PASO NECESARIO EN LA CONSTRUCCIN DE LA INTERNACIONAL COMUNISTA DE NUEVO TIPO

    denunc i adas , d esenmasca radas ,desprestigiadas, ante el partido, antelas masas influenciadas y ante el Mo-vimiento Comunista Internacional, sisus defensores no son separados de laorganizacin del partido.I

    Por tanto, para conquistar la unidad delos marxistas en el partido es indispensa-ble, i n e l u d i b l e !, la lucha de princi-pios contra las teoras no marxistas quese presentan con ropaje marxista o comodesarrollo del marxismo; pues, como aco-taba Lenin, no se trata de ausencia de todateora, sino de novedosas teoras que fal-sean la verdadera teora. No al apacigua-miento de la lucha de lneas!, no a la acep-tacin dcil en el partido de las teoras bur-guesas y pequeo burguesas, so pretextodel respeto a las opiniones de la minora, oal derecho al disentimiento, o al pluralismoideolgico, o al pragmatismo de experimen-tar a ver qu sale.

    La unidad de los marxistas en el partidoes incompatible con la unidad de las ten-dencias en una misma organizacin, puestoque esta unidad de tendencias mella y vuel-ve inofensiva la lucha poltica de la claseobrera, es inservible para el triunfo de sucausa. La unidad de los marxistas en el par-tido es imposible en convivencia con el opor-tunismo. No a la unidad con el oportunis-mo!, No al liberalismo tolerante y silencioso

    frente al oportunismo en el seno del partido,bajo el pretexto de salvar la unidad de la or-ganizacin, o del movimiento, o de conven-cer privadamente a los jefes oportunistas. Launidad de los marxistas en el partido exigereconocer la escisin con el oportunismo.

    La unidad de los marxistas en el partidoes incompatible con la existencia de frac-ciones en su seno.II El fraccionalismo en elpartido implica otro programa, y por tanto,otra organizacin; se opone y niega la orga-nizacin nica de los obreros conscientes,niega el partido nico de los marxistasleninistas maostas, niega el sometimiento dela minora a la mayora, en fin, hace imposi-ble la organizacin y la unidad del partido.III

    Desde la poca cuando la lucha de ten-dencias se libraba en las filas de quienes sellamaban socialistas, y era necesario, parasalvaguardar la independencia de clase delproletariado en su lucha poltica y en su or-ganizacin, distinguir, trazar lneas diviso-rias, deslindar campos, entre el socialismocientfico (marxista) y el resto de socialismos(utpicos, pequeoburgueses, burgueses,reaccionarios), siempre esta lucha tericamarxista fue inseparable de las dems for-mas de la lucha de clase del proletariado.IV

    Para el triunfo de la causa del proletariado,la lucha terica es fundamental porque es elsoporte ideolgico, cientfico, de dicha cau-sa. Es la lucha especializada en rebatir las

    I En una carta del 20 de junio de 1873, le escriba Engels a Augusto Bebel: ya el viejo Hegel deca que un partidodemuestra su triunfo aceptando y resistiendo la escisin. El movimiento proletario pasa necesariamente por diversasfases de desarrollo, y en cada una de ellas se atasca parte de la gente, que ya no sigue adelante. (El resaltado es deloriginal).II Francisco Garnica, en los aos 60 del siglo pasado, al proponer los Estatutos para el nuevo partido reestructurado ML de

    Colombia, luego de reconocer la necesaria escisin con el revisionismo jruschovista, puntualiz: Es la organizacin delPartido lo que hace posible la unidad de accin de todos los militantes. Si bien es cierto que la unidad no es por la unidadmisma sino en torno a los principios, y que no es posible ni siquiera tratar de la unidad sin antes deslindar posicionesideolgicas, tambin lo es que la unidad en cuestiones de programa y de lnea es condicin previa indispensable pero asmismo insuficiente para la unificacin real del Partido, para la ejecucin del trabajo. La unidad de accin del Partidopresupone la aplicacin prctica de los principios de organizacin que excluyen todo fraccionalismo y cualquier espritude grupo. (Documento: Hacia Una Poltica Revolucionaria en Materia de Organizacin).III

    Ver ANEXO al final de artculo, sobre el fraccionalismo trotskista, en palabras de Lenin.IV

    Hay que hacer justicia a los obreros alemanes por haber aprovechado con rara inteligencia las ventajas de su situa-cin. Por primera vez desde que existe el movimiento obrero, la lucha se desarrolla en forma metdica en sus tres direccio-nes concertadas y relacionadas entre s: terica, poltica y econmico-prctica (resistencia a los capitalistas). En esteataque concntrico, por decirlo as, reside precisamente la fuerza y la invencibilidad del movimiento alemn. (F. Engels,Prefacio a la Guerra Campesina en Alemania -1 de julio de 1874).

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    CONTRA EL CENTRISMO

    teoras mentirosas de la burguesa y las fal-sificaciones tericas del oportunismo; endefender la propia teora cientfica revolucio-naria y abrirle paso a su permanente desa-rrollo cual expresin consciente del movi-miento objetivo. Es una expresin de la lu-cha de clases, y como tal, su importanciasiempre ha sido puesta en tela de juicio por eloportunismo, a lo largo de la historia del mo-vimiento obrero.

    Ni ms ni menos que Marx y Engels sen-taron el precedente de rechazar la unin delas tendencias, la unidad sin principios y lalibertad de fracciones en el partido.I Tal fuela historia de la lucha por la unidad en laAsociacin Internacional de los Trabajadores,cuyos Estatutos en el artculo I, slo admi-tan a sociedades obreras que aspirasen almismo fin: la cooperacin, el progreso y laemancipacin completa de la clase obrera. Esdecir, que tuvieran un mismo objetivo y acep-taran un mismo programa. Sin embargo,Bakunin pretendi tener su propia organi-zacin al interior de la Internacional, con unprograma distintoII al de la Internacional.

    En una carta de F. Engels a Theodor Cuno,el 24 de enero de 1872 le escribe: Bakunintiene una teora original, que es una mezco-lanza de proudhonismo y comunismo. Por cier-to, el punto bsico de su proudhonismo es laidea de que el mal ms grave, con el que hayque acabar, no es el capital, no es, por tanto,el antagonismo de clase que el desarrollo so-cial crea entre los capitalistas y los obrerosasalariados, sino el Estado. Mientras la granmasa de obreros socialdemcratas compartenuestro punto de vista de que el poder del

    Estado no es ms que una organizacin adop-tada por las clases dominantes los terrate-nientes y los capitalistas para proteger susprivilegios sociales, Bakunin afirma que elEstado es el creador del capital, que el capita-lista posee su capital nicamente por obra ygracia del Estado. Y puesto que el Estado es,por tanto, el mal principal, hay que acabar antetodo con l, y entonces el capital hincar elpico por s solo. Nosotros, en cambio, sostene-mos lo contrario: acabar con el capital, que esla concentracin de todos los medios de pro-duccin en manos de unos pocos, y el Estadose derrumbar por s solo. La diferenciaentre los dos puntos de vista es funda-mental: la abolicin del Estado sin una revo-lucin social previa es un absurdo; la aboli-cin del capital es precisamente la revolucinsocial e implica un cambio en todo el modo deproduccin. (s.n.)

    He ah un ejemplo magistral de cmo lalucha por la unidad de los obreros conscien-tes en el partido, es la lucha contra las teo-ras ajenas a sus intereses; en el caso de laInternacional a pesar de estar unida sobrela base de un programa de principios msamplio que el Manifiesto Comunista, posibi-litando que Excepcin hecha de los casos enque exista contradiccin con la tendencia ge-neral de nuestra Asociacin, sta, de acuerdocon sus principios, deja a cada seccin en li-bertad para formular libremente su programaterico, despleg a lo largo de toda su exis-tencia una lucha permanente contra el secta-rismo y el anarquismo,I examinando si lasdivergencias eran de detalle o de principio yentonces se hace necesario reconocer la es-

    I Desde los tiempos de la Liga de los Comunistas, estaba clara la necesidad de repudiar la idea de la unidad de las tenden-cias Finalmente, el cajista Stephan Born, militante activo de la Liga en Bruselas y Pars, fund en Berln una Herman-dad Obrera, que adquiri considerable extensin y dur hasta 1850. Born, joven de mucho talento, pero que tenademasiada prisa por convertirse en un personaje poltico, fraterniz con los elementos ms dispares, con tal de poderreunir en torno suyo un tropel de gente; y l no era, ni mucho menos, el hombre capaz de poner unidad en las ms disparestendencias y de hacer luz en el caos. Por eso, en las publicaciones oficiales de su asociacin se mezclan, en abigarradomosaico, las ideas defendidas en el Manifiesto Comunista con los recuerdos y los anhelos gremiales, fragmentos de LuisBlanc y Proudhon, el proteccionismo, etc.; en una palabra, se quera contentar a todo el mundo. (F. Engels, Contribucina la Historia de la Liga de los Comunistas - 1885).II Su programa estaba compuesto de retazos superficialmente hilvanados de ideas pequeoburguesas arrebaadas de ac

    y de all: i g u a l d a d d e l a s c l a s e s (!), abolicin del derecho de herencia como punto de partida del movimientosocial (tontera saintsimonista), el atesmo como dogma obligatorio para los miembros de la Internacional, etc., y encalidad de dogma principal la abstencin (proudhonista) del movimiento poltico (Carta de Marx a Federico Bolte - 23de noviembre de 1871).

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    VENCER EL CENTRISMO, PASO NECESARIO EN LA CONSTRUCCIN DE LA INTERNACIONAL COMUNISTA DE NUEVO TIPO

    cisin con los sectarios desorganizadores yproceder a su expulsin, como en efecto tam-bin lo hizo la Internacional.II

    Este pasaje de la historia del movimientoobrero, sobre la escisin entre marxistas yanarquistas sectarios, es de extraordinariaimportancia para comprender que jams sepuede comprometer el porvenir del movi-miento por la ventaja que aparentementerepresenta la unidad de las tendencias en lamisma organizacin:

    Ahora, los intrigantes sectarios predicanla reconciliacin y nos acusan de ser unos in-tratables y unos dictadores. Pero, cul hu-biera sido el resultado si nosotros hubise-mos adoptado en La Haya una actitud conci-liadora, si hubisemos tratado de encubrir laescisin inminente? Los sectarios, esto es, losbakuninistas, habran tenido un ao ms asu disposicin para realizar en nombre de laInternacional estupideces e infamias an ma-yores; los obreros de los pases ms adelan-tados se habran apartado llenos de repulsin;el globo no habra estallado, se habra desin-flado lentamente, asaeteado a alfilerazos, yel Congreso siguiente, en el que forzosamen-te tendra que haber estallado la crisis, se ha-bra convertido en la ms vulgar y escandalo-sa de las peleas personales, pues el sacrificiode los principios ya se habra realizado enLa Haya. Pero entonces la Internacional ha-bra muerto realmente, asesinada por la uni-dad. En lugar de eso, nos desembarazamoshonrosamente de los elementos podridos (losmiembros de la Comuna que asistieron a laltima sesin decisiva, decan que ningunasesin de la Comuna les haba producido una

    impresin tan terrible como aquella reuninencargada de juzgar a los que haban traicio-nado al proletariado europeo) 4

    Sin esta lucha de principios, jams hu-biera podido la Internacional formar la con-ciencia de millones de obreros, sobre suscomunes intereses, enemigos y objetivos;sobre la necesidad de independencia de cla-se en su unidad, organizacin y lucha deresistencia econmica y poltica como parti-do contra el Estado y las clases poseedoras;sobre la lucha poltica como requisito indis-pensable para lograr su emancipacin eco-nmica. No por casualidad la lnea de la In-ternacional predomin en la Comuna de Pa-rs primer Estado de Dictadura del Proleta-riado en poca del capitalismo a pesar delpeso e influencia de las dems tendenciassocialistas (blanquistas, anarquistas,proudhonistas).

    Lucha por la defensa de los principios,lucha por la unidad de principios, lucha con-tra las teoras no marxistas, lucha en recha-zo a la unidad de las tendencias en el mismopartido, fue tambin la historia de la airadaprotesta de Marx y Engels contra el Congre-so de Gotha o Congreso de la conciliacin delas dos grandes tendencias del movimientoobrero alemn: el socialismo y el lassallismo.

    All, los grandes maestros del proletaria-do internacional precisaron con subrayadoacento que la unidad necesaria en el partidode los obreros no admite ningn chalaneo conlos principios, que si la unidad es pactada acondicin de renunciar a los principios sig-nifica unirse sobre bases podridas, es unifi-cacin que lleva en s el germen de una futu-

    I La historia de la Internacional tambin ha sido una lucha continua del Consejo General contra las sectas y losexperimentos de diletantes que tendan a echar races en la Internacional contra el verdadero movimiento de la claseobrera. Esta lucha se ha librado en los congresos y, mucho ms an, en las reuniones especiales del Consejo General conlas distintas secciones. (Carta de Marx a Federico Bolte - 23 de noviembre de 1871).II La Circular del 22 de diciembre de 1868 dice en uno de sus apartes: el Consejo General de la Asociacin Internacional

    de los Trabajadores, en su sesin del 22 de diciembre de 1868, ha resuelto por unanimidad: 1) Se declaran nulos y sinefecto todos los artculos del Reglamento de la Alianza internacional de la democracia socialista, que definen sus relacio-nes con la Asociacin Internacional de los Trabajadores; 2) La Alianza internacional de la democracia socialista no seadmite como rama de la Asociacin Internacional de los Trabajadores.G. Odger, presidente de la sesinR. Shaw, secretario generalLondres, 22 de diciembre de 1868".

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    CONTRA EL CENTRISMO

    ra disensin, y entonces la escisin ya noobrar en fortaleza de la unidad y la organi-zacin de los marxistas depurndose deloportunismo, sino en desprestigio y debili-dad, mientras los oportunistas sern los cam-peones de la lucha por la unidad, lanzarnrayos y centellas contra el divisionismo delos marxistas, y habrn cumplido su papelde impedir la lucha poltica y la organizacinindependientes de los obreros.I

    Marx y Engels reconocen que el mero he-cho de la unificacin satisface de por s a losobreros, y aceptan como entendible su de-seo de alcanzar a todo precio la unidad, peroresaltan: se equivoca quien piense que estexito efmero no ha costado demasiado caro,pues la unidad de las tendencias, como ocu-rri en el Congreso de Gotha, no sirve a losintereses de la clase obrera, fue una genu-flexin de todo el proletariado socialista ale-mn ante el lassallismo, fue un pacto paraapartarlo de su programa socialista y redu-cirlo a luchar por la exigencia de las reivin-dicaciones puramente democrticas de lapequea burguesa. La unidad de las ten-dencias en el partido obrero, es genuflexindel marxismo ante el oportunismo, y en tr-minos de clase significa en realidad, uninde los obreros al partido pequeoburgus,unin de los obreros con la pequea bur-guesa en beneficio de sta, renuncia al pro-grama comunista y prdida del partido pro-pio, poltico, independiente, que, como loorient la I Internacional, es indispensablepara asegurar el triunfo de la revolucin.

    El Comit Central de la Liga de los Comu-nistas saba muy bien el peligro queentraaba la unidad de las tendencias en elpartido: En los momentos presentes, cuandola pequea burguesa democrtica es oprimi-da en todas partes, sta predica en general alproletariado la unin y la reconciliacin, le tien-de la mano y trata de crear un gran partido deoposicin que abarque todas las tendenciasdel partido democrtico, es decir, trata dearrastrar al proletariado a una organizacin

    del partido donde han de predominar las fra-ses socialdemcratas de tipo general, tras lasque se ocultarn los intereses particulares dela democracia pequeoburguesa, y en la quelas reivindicaciones especiales del proletaria-do han de mantenerse reservadas en aras dela tan deseada paz. Semejante unin serahecha en exclusivo beneficio de la pequeaburguesa democrtica y en indudable perjui-cio del proletariado. Este habra perdido todasu posicin independiente conquistada a cos-ta de tantos esfuerzos y habra cado una vezms en la situacin de simple apndice de lademocracia burguesa oficial. Tal unin debeser, por tanto, resueltamente rechazada. Envez de descender una vez ms al papel decoro destinado a jalear a los demcratas pe-queo burgueses, los obreros, y ante todo laLiga, deben procurar establecer junto a los de-mcratas oficiales una organizacin propia delpartido obrero, a la vez legal y secreta, y ha-

    I Ya le deca Engels a Bebel en una carta de octubre de 1875: Liebknecht no quera verse privado por nada del mundo dela gloria de haber realizado la unificacin y, en estas circunstancias, es un milagro que no haya ido an ms lejos en susconcesiones. Hace tiempo que ha adquirido de la democracia burguesa una verdadera mana de unificacin y permanecede ella posedo.

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    cer de cada comunidad centro y ncleo desociedades obreras, en las que la actitud ylos intereses del proletariado puedan discu-tirse independientemente de las influenciasburguesas.5

    Lucha contra las teoras de otras clasespara solidificar sobre una base cientfica launidad internacional del proletariado, fue ladimensin de la inmortal polmica de Fede-rico Engels conocida como El Anti-Dhring,una ardiente lucha terica que en contun-dente refutacin de todas y cada una de lasespeculaciones del profesor EugenioDhring, expone, defiende y desarrolla laciencia de la revolucin proletaria, no en uninters erudito, sino en el de armar las men-tes de los proletarios de todos los pases,coadyuvando a que las ideas se conviertanen la fuerza material de su lucha de clase, lalucha de la nica clase que por vez primeraen la historia puede exigir la abolicin de lasclases en general, pues su emancipacincomo clase implica la emancipacin de lahumanidad. Bien se ha dicho que El Anti-Dhring es una gua universal para trans-formar el mundo.

    A travs de permanentes y enconadas lu-chas, y con el respaldo de haber sido el prin-cipal sustento ideolgico de las decisionespolticas de la Comuna de Pars, el marxismoobtuvo un rotundo triunfo sobre las demstendencias socialistas no marxistas que sur-gieron en el movimiento obrero durante elsiglo XIX, y fue un triunfo en toda la lnea:de la filosofa del materialismo dialctico ehistrico, de la economa poltica, y por su-puesto, del socialismo cientfico.

    Fue un triunfo que desplaz la lucha detendencias al propio seno del marxismo, bajouna nueva forma: lucha contra el marxismofalso u oportunismo, y por tanto, contra launidad con el oportunismo en el partido, con-tra la convivencia con el oportunismo en lamisma organizacin.

    En la historia del movimiento obreroI y enparticular del movimiento comunista, el opor-tunismo se ha manifestado principalmentecomo una tendencia de derecha, cuya formaclsica y por excelencia ha sido elrevisionismo. Existe tambin, otra ala deloportunismo, al anverso del revisionismo: elizquierdismo o extremo-izquierdismo, en-tre comillas porque es oportunismo que des-de ese otro extremo, tambin abandona lateora marxista del Estado, de la revoluciny de la violencia revolucionaria de las ma-sas, substituyndolas por el ideario delrevolucionarismo pequeo burgus cuyapanacea son los complots o golpes putchistasde unos cuantos comandos armados o gue-rrilleros errantes; porque pervierte la rela-cin materialista dialctica jefes partido masas, convirtiendo a los primeros en h-roes aislados, rompiendo el vnculo entre lasmasas y el partido que slo debe ir un pasodelante de ellas, y reduciendo el papel de lasmasas de verdaderos hroes y hacedoras dela historia a un rebao inconsciente yseguidista de los grandes jefes, todo lo cual,en ltimas, produce en el movimiento obre-ro y de masas, el mismo efecto delrevisionismo: inconsciencia en las ideas,impotencia en la poltica y debilidad en laorganizacin. Bien deca Lenin El anarquis-mo ha sido a menudo una especie de expia-cin de los pecados oportunistas del movi-miento obrero. Estas dos anomalas se com-pletaban mutuamente.6

    De ah que en adelante usemos la deno-minacin genrica de oportunismo parareferirnos expresa y especficamente al opor-tunismo de derecha, al revisionismo, el blan-co de ataque que concierne a la polmicaactual contra el prachandismo y sus escu-deros centristas.

    El oportunismo surge a plenitud, maduray subsiste asociado a la fase de descomposi-cin del capitalismo, la fase actual del capi-

    I La historia del movimiento obrero muestra hoy que ste est llamado a atravesar en todos los pases (y ha comenzadoya a atravesarlo) un perodo de lucha del comunismo naciente, cada da ms fuerte, que camina hacia la victoria, antetodo y principalmente contra el menchevismo propio (en cada pas), es decir, contra el oportunismo y el socialchovinismoy, de otra parte, como complemento, por decirlo as, contra el comunismo de izquierda. (V.I. Lenin, La enfermedadinfantil del izquierdismo en el comunismo abril / mayo de 1920).

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    CONTRA EL CENTRISMO

    talismo imperialista, en la cual necesita laayuda del oportunismo para prolongar suagona, ayuda que consiste en maniatar, con-fundir, disuadir, dividir a su sepulturero, elproletariado, como en efecto se ha visto a lolargo del siglo XX y ahora en lo que va delsiglo XXI.I Ese es el reaccionario papel deloportunismo, representar los intereses declase de la burguesa, sirviendo de instru-mento troyano en el movimiento obrero engeneral, y en el movimiento comunista enparticular, para vulnerar la fortaleza de suciencia, lnea, programa, partido y Estado,perpetrando a nombre del marxismo el con-traataque ideolgico de la burguesa contrael marxismo. As, en esta poca del impe-rialismo, la lucha del marxismo contra lastendencias no marxistas dej de ser un pro-blema nacional, y se convirti en la luchainternacional del marxismo contra el oportu-nismo como tendencia ideolgica que surgeen el partido, y contra el consiguiente opor-tunismo poltico en toda su actividad, paralo cual instala su cuartel general en el par-tido y en el nuevo Estado de Dictadura delProletariado.

    Era inexorable que el oportunismo inter-nacional surgido, sostenido y fomentado porla reaccin del imperialismo ante su ineluc-table derrota y desaparicin histrica, cau-sara una gran escisin en el movimientoobrero, y por tanto, en el Movimiento Comu-nista Internacional donde incrust su cuar-tel general, haciendo necesaria, inevitable,

    obligatoria, imprescindible y permanente laescisin en dos tendencias, dos lneas, dosprogramas, dos partidos. Si la historia delMovimiento Comunista Internacional es lahistoria del desarrollo de la teora, del pro-grama y del partido de la Revolucin Prole-taria Mundial, o sea, la historia de la fusinde las ideas cientficas del socialismo con lalucha de clase de los proletarios en todos lospases, es en esencia la historia de la luchaentre dos lneas en el pensamiento, en la or-ganizacin y en la actuacin del proletaria-do para transformar el mundo; la lucha en-tre el marxismo y el oportunismo cuya de-rrota es condicin indispensable para ven-cer al imperialismo.II

    El vnculo ideolgico entre las ideas opor-tunistas de dentro del partido y las ideaspequeoburguesas y burguesas de fuera delpartido, es inevitable por la existencia de lasclases y la lucha entre ellas,III por la vecin-dad econmica del proletariado con la pe-quea propiedad y su cercana social con lapequea burguesa; tanto la pequea bur-guesa como la aristocracia obreraIV confor-man la base social del oportunismo. Vnculoideolgico que no es ms que preludio de sucompromiso poltico con la burguesa, puescomo lo remarc Lenin, cada viraje en losacontecimientos mundiales, por leve que sea,provoca inevitablemente una variedad deoportunismo, cada viraje entre la violencia yla reforma en la tctica de la burguesa,refuerza al oportunismo.

    I Todos estn de acuerdo en que el oportunismo no es fruto del azar, no es un pecado, un desliz, una traicin de unoscuantos individuos aislados, sino el producto social de toda una poca histrica. Pero no todos se detienen a pensar en elsignificado de esta verdad. (V.I. Lenin, La bancarrota de la II Internacional mayo de 1915).II Las dos tendencias, incluso los dos partidos del movimiento obrero contemporneo, que tan claramente se han escin-

    dido en todo el mundo en 1914-1916, fueron observadas por Engels y Marx en Inglaterra durante varios decenios,aproximadamente entre 1858 y 1892. (El imperialismo y la escisin del socialismo, V.I. Lenin octubre de 1916)III

    Dentro del Partido se producen constantemente oposicin y lucha entre diferentes ideas. Esto es un reflejo, en elPartido, de las contradicciones entre las clases y entre lo nuevo y lo viejo en la sociedad. Si en el Partido no hubieracontradicciones ni luchas ideolgicas para resolverlas, la vida del Partido tocara a su fin. (Mao Tse-tung, Sobre lacontradiccin - agosto de 1937).IV

    Sector obrero aburguesado, escindido del proletariado en los pases imperialistas, cuyo compromiso ideolgico y polticocon la burguesa se soporta materialmente en los privilegios y prebendas que recibe de sta. El imperialismo, que significael reparto del mundo y la explotacin no slo de China e implica ganancias monopolistas elevadas para un puado depases los ms ricos, crea la posibilidad econmica de la corrupcin de las capas superiores del proletariado y con ellonutre, da forma, refuerza el oportunismo. (V.I. Lenin, El imperialismo, fase superior del capitalismo enero / junio de1916).

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    Para dar cumplimiento a tal compromiso,el oportunismo falsifica el marxismo liman-do su filo revolucionario y slo destacandolo que es aceptable para la burguesa; su-primiendo su contenido revolucionario, vol-vindolo inservible como ciencia de la Revo-lucin Proletaria; alegando insuficiencia ycaducidad de las teoras del marxismo antecada cambio en la situacin; renunciando alos principios del marxismo definidos y firmes,para abrazar teoras difusas, eclcticas,inaprensibles; reduciendo las discrepanciasa dudas y pequeas enmiendas; renuncian-do a los intereses del proletariado a largo pla-zo, a cambio del xito inmediato, de la ven-taja momentnea, pasajera, secundaria.

    Por su esencia conciliadora con la bur-guesa, el oportunismo es en la prctica eldesvelado maquillador del capitalismo, unconsumado apologista del imperialismo, ellugarteniente y quinta columna de la bur-guesa en el seno del movimiento obrero, enfin, el enfermero del imperialismo en su le-cho de muerte. De ah, la contundente con-clusin de Lenin: Una de las condiciones pre-cisas para que el proletariado pueda prepa-rarse para su victoria es la lucha prolongada,tenaz e implacable contra el oportunismo, con-tra el reformismo, contra el socialchovinismoy dems influencias y corrientes burguesas,inevitables por cuanto el proletariado acta enun ambiente capitalista. Si no se libra esa lu-cha, si no se consigue previamente una victo-ria total sobre el oportunismo en el movimien-to obrero, no cabe ni hablar siquiera de Dicta-dura del Proletariado.7 Lo ms peligroso eneste sentido son las gentes que no deseancomprender que la lucha contra el imperialis-mo es una frase vaca y falsa si no va ligadaindisolublemente a la lucha contra el oportu-nismo.8

    Jams se debe reducir el oportunismo aun problema moral. Es un problema de laesencia del partido: ideologa, poltica y or-ganizacin; y de esencia del nuevo Estado: la

    Dictadura del Proletariado. Como tal, exigede los comunistas revolucionarios la defen-sa y desarrollo de la ciencia de la RevolucinProletaria: la teora marxista leninistamaosta; la confrontacin terica que descu-bra y desintegre la falsificacin oportunistadel marxismo; la escisin con los oportunis-tas, depurando al partido de ese lastre bur-gus; y la lucha pblica que llegue ms aba-jo, hasta lo ms hondo de las masas hacedo-ras de la historia, hacindolas conscientesde esa lucha antagnica y ganndolas parael repudio y crtica masiva al oportunismo.I

    La esencia del oportunismo conciliar elantagonismo de clase en la poca del impe-rialismo se presenta bajo distintas formascon arreglo a los cambios en la situacinobjetiva, y an ms, con variedades segnsean las peculiaridades nacionales, pero conun contenido comn caracterizado por:

    La abjuracin del materialismo dialcti-co e histrico, de sus leyes revoluciona-rias, limitndose a acoger el materialis-mo en general, el eclecticismo y la pac-fica evolucin.

    La defensa de la colaboracin,concertacin o conciliacin de clases, re-nunciando al punto de vista de clase y ala lucha de clases, por temor a que seaparten las amplias masas de la pobla-cin (lase pequea burguesa), para locual declara insubsistente la teora de lalucha de clases, y si la acepta como tam-bin lo hace la burguesa, lo hace a con-dicin de que se suprima su direccinhistrica: la Dictadura del Proletariado.

    La adaptacin al nacionalismo burgus,justificando las guerras imperialistas,para lo cual pervierte el internaciona-lismo en un reconocimiento verbal y li-mitado al derecho de la igualdad de lasnaciones.

    La defensa de la transicin pacfica y re-formista al socialismo, abandonando la

    I La nica lnea marxista en el movimiento obrero mundial consiste en explicar a las masas que la escisin con eloportunismo es inevitable e imprescindible, en educarlas para la revolucin en una lucha despiadada contra l, en apro-vechar la experiencia de la guerra para desenmascarar todas las infamias de la poltica obrera liberal-nacionalista, y nopara encubrirlas. (V.I. Lenin, El imperialismo y la escisin del socialismo octubre de 1916).

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    CONTRA EL CENTRISMO

    idea de la revolucin socialista, de la vio-lencia revolucionaria de las masas, desus mtodos de lucha, para lo cual de-clara insubsistente la teora marxista dela revolucin.

    La mira puesta en la primera fase del ca-pitalismo, subestimando y desconocien-do la gran produccin industrial y el pesodel proletariado en todos los pases, ne-gando las crisis inevitables del capitalis-mo como anuncio de su caducidad y dela necesidad del avance a una nueva so-ciedad, cuyas relaciones de produccinentre los hombres sean de colaboracinsocialista y no de explotacin asalaria-da, para lo cual declara insubsistentesla teora de las crisis y del socialismocientfico.

    La prdica de la atenuacin del antago-nismo de las contradicciones del impe-rialismo, negando su lugar histricocomo capitalismo moribundo y antesaladel socialismo, abrigando esperanzas enque el imperialismo resuelva sus contra-dicciones por s mismo y sin necesidadde la Revolucin Proletaria Mundial, an-helando una nueva Era pacfica de de-sarrollo del capitalismo o ultraimpe-rialismo, para lo cual declara insubsis-tente la teora leninista del imperialismo,y caduca o superada la Era de la Revolu-cin Proletaria Mundial.

    La prosternacin ante el fetichismo de lalegalidad y la democracia burguesa, ne-gando que la esencia de todo Estado esla dictadura de clase, alabando el enga-o burgus de la democracia en general,democracia pura, democracia plena, de-mocracia absoluta, para lo cual declarainsubsistente la teora marxista del Es-tado y la Dictadura del Proletariado.

    Y cabe resaltar que precisamente estacuestin de la Dictadura del Proletariado esla piedra de toque para diferenciar entre elmarxismo verdadero y el falso, entre el mar-xismo revolucionario y el anquilosado, entreel marxismo y el oportunismo.

    La historia del Movimiento Comunista In-ternacional en la poca del imperialismo, esla historia de la lucha entre el marxismo re-volucionario y el oportunismo, en formida-bles batallas que han proporcionado gran-des enseanzas al movimiento obrero, desa-rrollo a la ciencia de la Revolucin ProletariaMundial y temple de acero en la unidad delos comunistas.

    Esa historia se inicia con el combate albernsteinianismo, un tipo de oportunismoque en un pretendido desarrollo del marxis-mo, adopta la filosofera de Dhring; en loeconmico, sale en defensa de la pequeaproduccin y del pequeo propietario, niegalas crisis del capitalismo y su marcha haciala decadencia y caducidad; en lo poltico,aclama el parlamentarismo burgus en opo-sicin a la lucha revolucionaria, la concilia-cin de las clases antagnicas en oposicina la lucha de clases, la inconsistencia deltrnsito revolucionario de la sociedad al so-cialismo y su Estado de Dictadura del Prole-tariado todo lo cual, lo condensa en la con-signa economista el objetivo final no es nada,el movimiento lo es todo, renegando as delPrograma de la I Internacional y del mismoManifiesto Comunista, cuyos principios de-clara invlidos o insubsistentes. Tal conte-nido oportunista tom la forma derevisionismo clsico. Su pretexto fue el cam-bio en la situacin del capitalismo ocurridocon el surgimiento de la base econmica msprofunda del imperialismo: el monopolio -acumulacin y concentracin del capital- yla consiguiente agudizacin de la contradic-cin entre el proletariado y la burguesa. Suesencia oportunista se manifest en abogarpor la conciliacin entre el capital y el trabajo.

    Con la lucha implacable del leninismocontra el revisionismo bernsteiniano, acogi-do por el ala derecha del Partido Socialde-mcrata Alemn y en general por los parti-dos socialdemcratas de la II Internacional,excepcin hecha del Partido Bolchevique, seda inicio a la divisin de la socialdemocraciainternacional en dos grandes tendencias: larevolucionaria proletaria y la socialreformistaburguesa.

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    La variedad rusa ms representativa deesa forma de oportunismo y que fracciona alpartido desde el mismo Congreso de 1902,fue el menchevismo que durante todas lasfases de su metamorfosis oportunista, fueconfrontado y denunciado por el leninismo:inicialmente como defensor del economismo,luego como conciliador con la burguesa enla revolucin de 1905, ms tarde comoliquidador y aliado del fraccionalista Trotsky,I

    despus como reformista aliado a la burgue-sa en la primera revolucin de 1917

    Si bien desde un comienzo se saba quecon el oportunismo no se puede conciliar,slo a lo largo de 10 aos de enconada luchade tendencias, pudo el Partido Bolcheviquecomprobar y demostrar -para que el prole-tariado del mundo jams repitiera esa expe-riencia- que adems de luchar tericamentecon el oportunismo, es imposible convivir conesa tendencia en la misma organizacin, esinevitable la escisin, la depuracin de loselementos oportunistas, su expulsin de lasfilas del partido, como en efecto sucedi el 6de enero de 1912 en la Conferencia de Pragadel POSDR, la cual expuls del partido a losliquidadores.

    Esa lucha de principios contra el oportu-nismo menchevique, hizo posible que el pro-letariado ruso conquistara la unidad de suPartido Bolchevique, y que en beneficio delproletariado internacional se desarrollara la

    teora del partido leninista, delimitando per-fectamente sus fundamentos ideolgicos, suorganizacin como destacamento de van-guardia, su papel de direccin ideolgica ypoltica del proletariado tanto en la revolu-cin para conquistar el poder del nuevo Es-tado, como en la continuacin de la revolu-cin para sostener la Dictadura del Proleta-riado.

    Pero un nuevo viraje en la situacin mun-dial preparativos y estallido de la I guerramundial imperialista en 1914 hizo necesa-rio un cambi en la forma del oportunismo, II

    transformndose el viejo revisionismobernsteiniano en socialchovinismo defensorde la patria, la guerra y la alianza con surespectiva burguesa imperialista; su conte-nido fundamental se caracteriza por la re-nuncia al internacionalismo para abrazar elnacionalismo burgus. Tanto su forma comosu contenido se corresponden a la esenciams profunda del oportunismo: conciliacindel movimiento obrero con el imperialismo.III

    Fue tan profunda y extensa la lucha en-tre internacionalistas y socialchovinistas, yla escisin entre tales tendencias del movi-miento socialista, que se conoce como la pri-mera gran crisis del Movimiento ComunistaInternacional.

    Aparece entonces otra variedad de opor-tunismo ms peligrosa que el propio

    I Y tras el liquidador llega un conciliador de Borb [Trotsky] y declara: Qu los obreros han concebido una tcticaconcreta y se esfuerzan por aplicarla? Tonteras. Que renuncien a esa tctica probada en aras de las soluciones tcticascomunes con los liquidadores.Esta trasgresin de la voluntad de la mayora de los obreros, claramente expresada, para conceder a los liquidadores unespacio igual es precisamente lo que denominan unidad los conciliadores de la revista Borb.Pero eso no es unidad, sino una burla de la unidad y de la voluntad de los obreros. Los obreros marxistas no conciben asla unidad.No puede haber unidad, ni federativa ni de ningn otro carcter, con los polticos obreros liberales, con los desorganizadoresdel movimiento obrero, con los infractores de la voluntad de la mayora. Puede y debe haber unidad de todos los marxistasconsecuentes, de todos los defensores del todo marxista y de las consignas no recortadas, independientemente de losliquidadores y sin ellos.La unidad es una gran cosa y una gran consigna! Pero la causa obrera necesita la unidad de los marxistas, y no launidad de los marxistas con los enemigos y falseadores del marxismo.Y debemos preguntar a cada uno de los que hablan de unidad: Unidad con quin? Con los liquidadores? Entonces notenemos nada que hacer juntos. (V.I. Lenin, La Unidad 12 de abril de 1914).II La guerra transfigur al oportunismo, cultivado durante decenas de aos, lo elev a una fase superior, aument y

    diversific sus matices, multiplic el nmero de sus partidarios, enriqueci sus argumentos con un montn de sofismasnuevos y fundi la corriente principal del oportunismo con multitud de nuevos riachuelos y arroyos; pero la corriente

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    CONTRA EL CENTRISMO

    socialchovinismo, pues de palabra se presen-ta como internacionalista, pero de hecho essocialchovinista; un tipo de oportunismo queopta por el centro en la lucha entre el mar-xismo (internacionalismo) y el oportunismo(socialchovinismo). Su forma fue elkautskismo centrista, su contenido el nacio-nalismo burgus, en el fondo el mismo con-tenido conciliador del socialchovinismo, peroes una variedad hipcrita o solapada deloportunismo, siendo su rasgo tpico la pre-tensin de conciliar el marxismo y el oportu-nismo abierto.

    Oportunistas abiertos (socialchovinistas)y solapados (kautskistas centristas), tuvie-ron su razn de ser, su necesidad, en el for-midable cambio de la situacin internacio-nal que llev a la imposicin en occidentedel imperialismo, o lo que es lo mismo, dioinicio a la descomposicin irreversible delcapitalismo como sistema, cuyo lmite deagona lo determina su contradiccin funda-mental entre la produccin cada vez mssocial y la apropiacin cada vez ms priva-da contradiccin que en cada perodo semanifiesta en la contradiccin principal delimperialismo, que por aquella poca fue lacontradiccin de los pases imperialistas en-tre s y de los grandes grupos monopolistasentre s, y que condujo a la primera guerrade rapia mundial imperialista.

    Tal contradiccin hizo necesario ese es-pecial tipo de oportunismo, ya no naciona-lista burgus abierto, sino defendido a nom-bre del socialismo marxista, es decir,socialchovinismo, y lo hace necesario paradividir al proletariado internacional con lasfronteras nacionales, para llevarlo adegollarse mutuamente en la guerra, y evi-tar que unido y organizado como clase inter-nacional, se oponga y detenga la guerra con

    su revolucin, o la transforme en guerra ci-vil, de clases, contra la burguesa imperia-lista, y dems clases explotadoras en el po-der, como efectivamente ocurri en Rusia.La Resolucin o Manifiesto del Congreso In-ternacional de Basilea en 1912 rechaz elapoyo y participacin en la guerra imperia-lista que se avecinaba, y orient transformar-la en guerra civil revolucionaria para hundiral capitalismo; y aunque tuvo la aprobacinunnime de los representantes de decenasde partidos obreros y socialistas (socialde-mcratas) tan importantes como el de Ale-mania, slo el Partido Bolchevique y secto-res de izquierda de algunos partidos socia-listas, le guardaron fidelidad.

    El centrismo kautskista, socialchovinista,fue la forma de oportunismo necesaria enaquel momento para evitar el triunfo revolu-cionario del proletariado en occidente, enpases de gran desarrollo capitalista, lo cualhubiera significado un aceleramiento mun-dial de la agona del capitalismo. Como todooportunismo, el centrismo kautskista surgeaparejado a una revisin de los fundamen-tos del marxismo, declarando insubsistentela Dictadura del Proletariado y reivindican-do la democracia en general, interpretandola fase imperialista como una atenuacin delas contradicciones del capitalismo que lle-vara a una fase de paz y de unin de todoslos imperialismos: el ultraimperialismo.

    Fue la lucha de principios del leninismo intransigente con el socialchovinismo y elcentrismo kautskista la que conquist launidad internacionalista del proletariado ydel movimiento comunista en cuanto a com-prender el lugar histrico del imperialismo ocapitalismo moribundo, cuyo enfermero decabecera es el oportunismo; la caducidadhistrica de la revolucin burguesa y el pasoa la nueva Era de la Revolucin Proletaria

    principal no desapareci. Todo lo contrario. El socialchovinismo es el oportunismo maduro hasta el punto de que ya no esposible que este absceso burgus siga existiendo como hasta ahora en el seno de los partidos socialistas. (V.I. Lenin, Labancarrota de la II Internacional mayo de 1915).III

    El contenido poltico del socialchovinismo y del oportunismo es el mismo: colaboracin de las clases, renuncia a laDictadura del Proletariado y a las acciones revolucionarias, postracin ante la legalidad burguesa, desconfianza delproletariado y fe en la burguesa. Las ideas polticas son las mismas. El mismo es el contenido poltico de su tctica. Elsocialchovinismo es la continuacin directa y la culminacin del millerandismo, del bernsteinianismo y de la polticaobrera liberal inglesa, su suma, su resumen, su resultado. (Lenin, El oportunismo y la bancarrota de la internacional 1915).

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    Mundial inaugurada con el triunfo de la Re-volucin de Octubre; la reafirmacin del Ca-mino de la Comuna, an en los pases opri-midos con un desarrollo capitalista insufi-ciente (prembulo leninista que luego MaoTse-tung desarrollara en la teora de la revo-lucin de Nueva Democracia); el desarrolloeconmico desigual de los pases como leyabsoluta del capitalismo, pero encadenadosa una sola economa mundial cuyos eslabo-nes dbiles permiten el triunfo de la revolu-cin en un solo pas; la distincin esencialdel mundo imperialista entre un puado depases opresores y una inmensa mayora depases oprimidos; el papel de las guerrasimperialistas y la actitud del proletariadoante ellas; el engao burgus de la demo-cracia en general, el carcter de clase y am-putado de la democracia burguesa en fin,esa lucha contra el oportunismosocialchovinista contribuy a cimentar laconciencia y la organizacin del proletariadopara instaurar nuevamente su dictadura declase bajo la forma del Poder Sovitico, y antela bancarrota causada por el oportunismosocialchovinista a la II Internacional, paraorganizar la nueva Internacional Comunis-ta, esta vez como partido mundial dirigentede la insurreccin del proletariado interna-cional contra el imperialismo. Un gran apren-dizaje por experiencia propia y la gran ense-anza para todas las luchas venideras: Lalucha contra el imperialismo es una frase va-ca y falsa si no va ligada indisolublemente ala lucha contra el oportunismo.

    Desde entonces la lucha de lneas con-tra el oportunismo, sea cual sea la formacomo lo hiciera necesario el incesante pro-ceso de avance en la agona del imperialis-mo, y sean cuales sean las variedades na-cionales de esas formas (centrismo trots-kista, izquierdismo de Li Li-san, WuangMing y Lin Piao; derechismo de Browder,Chen Tu-siu, Liu Shao-chi y Teng Siao-ping; revisionismo jruschovista, hoxismoantimaosta, revisionismo maosta de K.Venu y Prachanda) ha sido una lucha in-tensa, permanente, antagnica, en todoslos partidos, en la III Internacional, en elPartido Comunista de la Unin Sovitica(PCUS), en el Partido Comunista de China(PCCH), y muy especialmente entre estosdos partidos, ya como partidos de podero-sos pases socialistas.

    La crisis mundial del capitalismo cuyagran depresin haba ocurrido en 1929 justoen la misma poca en que la economa so-cialista de la URSS iniciaba un ascenso sor-prendente condujo a la II guerra mundialde rapia imperialista, que deja la mejorparte del botn en manos del imperialismonorteamericano, y luego de la cual en aosposteriores se inicia un nuevo perodo deauge en la economa mundial capitalista,cuya exportacin de capital a los pases opri-midos incentiv como nunca antes el desa-rrollo de los grmenes capitalistas que yaexistan en tales pases. Pero tambin, conla guerra ocurri otro fenmeno de extraor-

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    CONTRA EL CENTRISMO

    dinaria importancia, su transformacin eninusitado avance de la revolucin democr-tica popular por una gran extensin de pa-ses, que de conjunto conformaron lo que sellam el Campo Socialista en un vasto terri-torio del planeta y con un tercio de la pobla-cin mundial en la poca mil millones dehabitantes.I

    Tanto el sacrificio de los bolcheviques ydel pueblo ruso en la guerra los verdade-ros hroes en la derrota de Hitler y su na-zismo alemn como el poderoso avance dela Revolucin Proletaria Mundial, dio unprestigio colosal al socialismo, a tal puntoque la burguesa imperialista se vio obliga-da a tomar medidas de bienestar social acuenta del Estado. La correlacin en la con-tradiccin principal mundial entre el campoimperialista y el campo socialista, la que me-jor expresaba por ese entonces la contra-diccin fundamental del capitalismo, ten-da a ser cada vez ms favorable a la revo-lucin, pues alentaba en tal direccin a lasdems contradicciones, en especial a la exis-tente entre los pases imperialistas y lospases oprimidos cuyas guerras de libera-cin estallaban por los cuatro puntos car-dinales del planeta.

    Se hizo entonces necesaria una forma deoportunismo que atenuara esa contradiccinprincipal en el mundo, una forma de opor-tunismo que tanto en el Movimiento Comu-nista Internacional como en el movimientoobrero mundial, sirviera a la conciliacin en-tre el socialismo y el imperialismo; entre ladictadura del proletariado y la dictadura dela burguesa en trminos de Estado; entre elproletariado mundial y la burguesa mun-dial en trminos de clase. Esa forma de opor-tunismo fue el revisionismo jruschovista.

    Como tambin haba ocurrido a principiosdel siglo XX, es en la literatura burguesa (pro-paganda negra del imperialismo contra elcomunismo y la Unin Sovitica) donde segesta la base ideolgica del revisionismojruschovista. Y precisamente es la llamadaLiga de los Comunistas de Yugoslavia la queescondiendo su alineamiento con el impe-rialismo norteamericano, tras una supuestaneutralidad ante los bloques, lanza el ata-que revisionista en su VII Congreso dereedicin conjunta de las ideas de Bernsteiny Kautsky: nacionalismo burgus, renunciaa la lucha de clases, a la revolucin proleta-ria y a la destruccin del Estado burgus;reniega de la Dictadura del Proletariado, pro-clama la autoadministracin de las empre-sas como forma de impedir el control plani-ficado del proletariado sobre la produccinsocialista, y argumenta la existencia de fac-tores de socialismo en los pases capitalistaspara llamar a desistir de la revolucin.

    Un poderoso ataque ideolgico respondi-do punto por punto, y pblicamente en re-vistas y peridicos por el Partido Comunistade China y por el Partido de los Trabajado-res de Albania sobra decir, cuando amboseran autnticamente comunistas.

    Es entonces cuando el Partido Comunis-ta de la Unin Sovitica (PCUS), dominadoya por la nueva burguesa del socialismo,lanza abiertamente en el XX Congreso de1956, el nuevo programa del oportunismo,cuya forma necesaria exigida por la contra-diccin principal del imperialismo en eseentonces, es el revisionismo jruschovista, yms que a nombre del marxismo, o del so-cialismo, o del comunismo, se presenta anombre de la Dictadura del Proletariado con-tra la Dictadura del Proletariado, contra elpoder estatal del campo socialista, contra la

    I Pases de los cuales sobre todo en China el proletariado afirm su direccin hegemnica en el nuevo Estado y avanz a laRevolucin Socialista. Ahora, existe en el mundo un campo socialista, compuesto de trece pases: Albania, RepblicaDemocrtica Alemana, Bulgaria, Repblica Popular Democrtica de Corea, Cuba, Checoslovaquia, China, Hungra,Mongolia, Polonia, Rumania, Unin Sovitica y Repblica Democrtica del Vietnam. En estas circunstancias, la piedrade toque del internacionalismo proletario para todo Partido Comunista es defender resueltamente o no el campo socialis-ta en su conjunto, defender o no la unidad de todos los pases de este campo sobre la base del marxismo-leninismo ydefender o no la lnea y la poltica marxista-leninistas que deben seguir los pases socialistas. (Proposicin acerca de lalnea general del Movimiento Comunista Internacional, Comit Central del Partido Comunista de China -14 de junio de1963.)

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    gigantesca avanzada de la Revolucin Prole-taria Mundial.

    El cambio ocurrido en la correlacin defuerzas entre el imperialismo y el socialis-mo, fue la causa material del revisionismojruschovista, por eso surge de las entraasdel prestigioso partido de Lenin y Stalin.

    Los cambios en el mundo obligados por lanueva correlacin de fuerzas entre la revo-lucin socialista y la reaccin imperialista,fueron el argumento tendencioso delrevisionismo jruschovista para proclamar suplataforma de conciliacin con el imperialis-mo, consistente en: transicin pacfica (no ala revolucin proletaria, no a la violencia re-volucionaria de las masas), coexistencia pa-cfica con el imperialismo (no al movimientoantiimperialista y a las guerras populares enlos pases oprimidos), emulacin pacfica (noa la derrota mundial del imperialismo, slobastara el avance del socialismo, y ste se-ra sin revolucin, sino por efecto del desa-rrollo de las fuerzas productivasI).

    Y para quebrantar la Dictadura del Prole-tariado, a nombre de la Dictadura del Prole-tariado, la plataforma revisionista proclamen 1961: El Estado de todo el pueblo (en re-nuncia a la destruccin del Estado burgusy a la Dictadura del Proletariado), Partido detodo el pueblo (en sustitucin al Partido Co-munista de corte leninista), Humanismo (enlugar de la lucha de clases), Reduccin delas contradicciones mundiales del imperialis-mo slo a la existente entre los dos campos(sin contenido de clases antagnicas, sino decompetencia por la hegemona mundial), ypara defender de palabra el marxismo leni-nismo, pero atacarlo de hecho, para que noquedara ni rastro del bolchevismo, tom elcamino de la crtica al culto a la personali-dad para declarar la negacin total de Staliny su papel en la construccin del socialismoen la URSS (lo cual se convirti desde enton-ces en un rasgo muy tpico de toda forma derevisionismo y de trotskismo).

    El revisionismo jruschovista es por su con-tenido la sistematizacin del viejorevisionismo clsico, de la plataforma de losyugoslavos, de las dems variantes naciona-les revisionistas de la poca, abanderadoahora por la nueva burguesa del socialis-mo, adaptado a las ms avanzadas condi-ciones del estado de agona del imperialis-mo, y formulado para volcar la correlacinde fuerzas entre el campo socialista y el cam-po capitalista, en favor del imperialismo. Esafue la primera gran oxigenacin delrevisionismo jruschovista al capitalismomoribundo: restaurar el poder de la burgue-sa y el capitalismo en la URSS, transformarloen un pas superpotencia imperialista, com-batir la ciencia de la revolucin a nombredel comunismo, escindir el campo socialistay socavar los cimientos que la III Internacio-nal haba colocado al Movimiento Comunis-ta Internacional, reanimar todas las corrien-tes adversas y hostiles al marxismo y al co-munismo.

    Le correspondi a los Marxistas Leninistas(MLs) provenientes, defensores y continua-dores del programa de la III Internacional,encabezados por el Partido Comunista deChina y en su direccin el Presidente Maoen persona, enfrentar, denunciar, desbara-tar, rebatir, las podridas teoras delrevisionismo jruschovista del PCUS, las cua-les fueron derrotadas en las Conferencias departidos comunistas en 1957 y 1960. Las dosgrandes tendencias del movimiento comu-nista en la poca del imperialismo marxis-mo revolucionario y oportunismo- nueva-mente se enfrentaron, ahora bajo la formade marxismo leninismo y revisionismojruschovista.

    En una profunda y contundente lucha deprincipios, los marxistas leninistas denun-ciaron al revisionismo moderno como el peli-gro principal para la unidad del MovimientoComunista Internacional, con limitaciones yuna equivocacin en el mtodo para defen-der la unidad, como puede verse en cierta

    I Esta llamada teora de las fuerzas productivas que hoy han vuelto a desempolvar los prachandistas, fue inicialmenteformulada por Eduardo Bernstein. Luego en China Liu Shao-chi la defendi abiertamente, y habiendo sido derrotada por lalucha terica del propio Presidente Mao, volvi a tomar cuerpo ms tarde, bajo la forma de las Cuatro Modernizacionespropuestas por Teng Siao-ping para desarrollar el socialismo sin esclavizarse de la poltica, y cuyos resultados hablan pors mismos en la China imperialista de hoy.

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    formulacin eclctica respecto a la transicinpacfica en la Declaracin de 1957I, y en ladiscusin secreta en conversaciones y co-rrespondencia entre el PCCH y el PCUS, conla esperanza de que el PCUS tuviera tiempode autocriticarse y corregir, tiempo que losrevisionistas ni cortos ni perezosos utiliza-ron para difundir pblicamente no slo enla Unin Sovitica sino en todo el mundo,con el apoyo de sus adeptos partidosrevisionistas (de Togliati, Thorez, etc.), susfalsas teoras, desprestigiando no slo la ver-dadera y cientfica teora, sino a sus defen-sores marxistas leninistas en especial, los delPCCH.II

    Por su parte, los revisionistas respondie-ron con el viejo argumento de sus congne-res de principios de siglo tanto del XX comodel XXI: el dogmatismo es el peligro y proble-ma principal.

    La declaracin de guerra al revisionismojruschovista y en defensa del marxismo le-ninismo, de la unidad del Movimiento Co-munista Internacional, y del Campo Socia-lista, fue aprobada en el VII Congreso delPCCH en 1958, y fue llevada a la prctica, apesar de que, irnicamente, no se plante el

    problema de la reconstruccin de la Inter-nacional.

    La firme refutacin de las teorasrevisionistas jruschovistas, dej a la luz, queen el centro de esta nueva polmica en de-fensa de los principios del marxismo, comosiempre haba sucedido sucede y sucede-r en la historia del movimiento comunista,est el problema de la Dictadura del Prole-tariado, cuya defensa elev la conciencia delMovimiento Marxista Leninista sobrecruciales problemas de la experiencia en elejercicio de la Dictadura del Proletariado yde la construccin del socialismo, reafirman-do la teora de la continuacin de la lucha declases en el socialismo, bajo nuevas formas,y como una ley objetiva de la transicin en-tre el capitalismo y el comunismo, siendo lacontradiccin principal la existente entre elproletariado y la burguesa, y no entre el sis-tema socialista avanzado y las fuerzas pro-ductivas atrasadas como lo argumentaronlos revisionistas (tambin en China), que esen el partido donde la nueva burguesa es-tablece su cuartel general revisionista, pun-tualizando que el Estado de la Nueva Demo-cracia no es un tercer tipo de Estado sino,en esencia es una forma de la Dictadura del

    I A pesar de estas enmiendas arriba mencionadas, no estbamos satisfechos con la formulacin del problema de latransicin del capitalismo al socialismo en la Declaracin. Concedimos finalmente este punto tan slo porque tomamos encuenta el deseo expresado reiteradamente por la direccin del PCUS de que la formulacin mostrara cierta conexin conla del XX Congreso del PCUS. ()Al mismo tiempo, la delegacin del PCCh hizo algunos compromisos necesarios. Aparte de la formulacin del problemade la transicin pacfica, no estbamos de acuerdo con la referencia al XX Congreso del PCUS en la Declaracin ypresentamos nuestra opinin para modificarla. Sin embargo, en consideracin a la situacin difcil en que se encontrabala direccin del PCUS en aquel momento, no insistimos en modificarla.Nadie poda imaginarse que estas concesiones que hicimos en consideracin a intereses de largo alcance, seran aprove-chadas como pretexto por la direccin del PCUS para agravar las discrepancias y crear escisiones en el MovimientoComunista Internacional. (El origen y el desarrollo de las divergencias entre la direccin del PCUS y nosotros, Comen-tario sobre la carta abierta del CC del PCUS (I) - Por la Redaccin del Renmin Ribao y la Redaccin de la revista Hongqi- 6 de septiembre de 1963).II Tanto en las conversaciones de los Partidos Comunistas chino y sovitico, como en las conferencias de los partidos

    hermanos, no hemos ocultado nuestros puntos de vista, sino que los hemos expuesto en muchas ocasiones con toda nitidez.Sin embargo, en inters del Movimiento Comunista Internacional, nunca hemos discutido pblicamente este problema, niestamos dispuestos a discutirlo en el presente artculo. (De dnde proceden las divergencias? Respuesta al camaradaThorez y otros camaradas, Editorial de Renmin Ribao 31 de diciembre de 1962.)Prrafos ms adelante, en la misma carta dicen los camaradas chinos: Durante un largo perodo, estos camaradas hanrealizado una apasionada propaganda de sus puntos de vista errneos, han atacado al Partido Comunista de China yhan dejado en el ms completo olvido la declaracin de Mosc de 1957. Como consecuencia de ello, han causado unaconfusin en el seno del Movimiento Comunista Internacional y han puesto a los pueblos del mundo en el peligro deque se desoriente su lucha contra el imperialismo. (sn)

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    Proletariado, comprendiendo que la defensade la Dictadura del Proletariado exiga inevi-tablemente, continuar la revolucin en elsocialismo; que la revolucin (la poltica) debedirigir la produccin (la economa), contra-rio a la tendencia materialista mecanicistaque se haba impuesto en la Unin Soviti-ca; que no basta resolver las relaciones depropiedad, es necesario continuar la revolu-cin bajo la Dictadura del Proletariado, puesslo cuando el proletariado ejerza directa-mente y como clase su poder poltico, podrconsolidarse una verdadera socializacin;que las masas deben decidirlo todo, dirigirlotodo, controlarlo todo, en todas las esferasde la sociedad socialista, sin que su poderest sometido a nada ni nadie por encima deellas.

    El tremendo ataque del revisionismojruschovista, oblig inevitablemente a unaprofunda escisin mundial entre MarxistasLeninistas y revisionistas, dividindose lite-ralmente todos los partidos que haban per-tenecido a las secciones nacionales de la In-ternacional, y todos los partidos y organiza-ciones que haban sido fundados bajo su ins-pirada y correcta orientacin. Tal fue la se-gunda gran crisis mundial del MovimientoComunista Internacional, causando granprdida a la Revolucin Proletaria Mundial,y enorme beneficio a la burguesa imperia-lista. De ese tamao fue el auxilio que nue-vamente dio el oportunismo revisionismojruschovista al moribundo capitalismo im-perialista, porque esa fue la forma de opor-tunismo necesaria al imperialismo en esemomento, para maniatar al movimiento obre-ro mundial evitando la consolidacin delcampo socialista y que la revolucin se ex-tendiera por todos los pases opresores y opri-midos, es decir, disolvi temporalmente lacontradiccin entre los dos sistemas a favordel imperialismo, dndole un gran respiroen su agona, pues el triunfo del revisionismoen Rusia, no solo disolvi el campo socialis-ta, sino que restaur el poder de la burgue-sa y el capitalismo en todos los pases de laUnin Sovitica, y aos ms tarde (en la se-gunda gran oxigenacin al imperialismo)convirti las economas de tales pases enla solucin a la exportacin de capital, de

    mercancas y superexplotacin del proleta-riado, sirviendo de desfogue a una de lasltimas crisis en la economa mundial delimperialismo.

    Como tambin haba sucedido en la pri-mera crisis del Movimiento Comunista In-ternacional, la lucha del marxismo revolu-cionario, representado en el Movimiento Mar-xista Leninista, aprendiendo de la derrota dela Dictadura del Proletariado en la Unin So-vitica, transform el combate al revisionismojruschovista en un contraataque para reto-mar la iniciativa, avanzar en la construccinde innumerables partidos marxistasleninistas alrededor del mundo, deslindadosy en lucha contra el revisionismo, y no po-cos en la direccin de guerras populares yluchas de liberacin en pases oprimidos,justo ya en un nuevo perodo en el cual lacontradiccin entre los pases opresores yoprimidos toma el papel de contradiccinprincipal a nivel mundial, condicin objetivaque tambin favoreci el empuje de una se-rie de revoluciones dirigidas por la pequeaburguesa, al imponer en diversos pases ypartidos su lnea de la simple liberacinnacional, es decir, la ruptura de la relacinque en la revolucin de los pases oprimidosnecesariamente existe, entre el movimientoantiimperialista y la lucha de clases, logran-do que el movimiento de liberacin nacionalembotara la lucha de clases del proletaria-do, lo cual unido a un gran reflujo en la ac-tuacin del movimiento obrero en los pasesimperialistas, se convirti en la nueva reali-dad interpretada por la literatura burguesay socialdemcrata, respecto a la desapari-cin del proletariado, a la caducidad de laoportunidad histrica de la Dictadura delProletariado, a la evolucin del imperialismoen imperio (ultraimperialismo) slo posiblede enfrentar en el futuro por las multitudespluripartidistas (sin clases y sin direccindel proletariado), teoras todas de las cualestoma el prachandismo su inspiracin paraformular la nueva teora revisionista de lafusin de la lucha de clases y el movimientode liberacin nacional, la fusin de las dosgrandes corrientes de la Revolucin Proleta-ria Mundial.

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    CONTRA EL CENTRISMO

    Fue la lucha de principios contra elrevisionismo jruschovista, la que permitifundamentar el gran salto al marxismo leni-nismo maosmo, un desarrollo superior delmarxismo revolucionario, y fundamento ideo-lgico para el principal e histrico avancepoltico del proletariado, que en China nue-vamente se coloc a la vanguardia de la Re-volucin Proletaria Mundial, desatando laGran Revolucin Cultural Proletaria, en lacual se concentr la lucha entre el proleta-riado y la burguesa. Fueron diez aos deimpetuosa movilizacin de las masas contrala nueva burguesa seguidora del caminocapitalista, de caoneo masivo a su cuartelgeneral central instalado en el propio Parti-do Comunista, y en el propio Estado de Dic-tadura del Proletariado, de revocacin de suscargos a los dirigentes revisionistas por cuen-ta del movimiento de masas, de instauracinde los nuevos rganos de poder de la Dicta-dura del Proletariado, los Comits Revolucio-narios en ciudades, provincias, municipali-dades, comunas, fbricas y universidades.Diez aos de continuacin de la revolucinen la superestructura bajo la Dictaduradel Proletariado, para extirpar elrevisionismo, para combatir el programa delos seguidores del camino capitalista cuyatendencia era muy poderosa en una socie-dad predominantemente campesina como loera China por aquel entonces.

    Diez aos de aguda lucha de clases, cuyodesenlace favoreci a la nueva burguesaencabezada por la camarilla revisionista, quenuevamente, en nombre de la Dictadura delProletariado y ahora tambin del maosmo,restaura su dictadura de clase y las relacio-nes sociales de produccin capitalista. UnaGran Revolucin Cultural Proletaria que eneste caso concreto, a pesar de que slo logrimpedir durante una dcada el derrocamien-to de la Dictadura del Proletariado, trascien-de y ensea inmortales lecciones al proleta-

    riado internacional y al movimiento comu-nista sobre cmo continuar la revolucin bajola Dictadura del ProletariadoI, y cmo impe-dir la restauracin del capitalismo, cuya res-puesta comienza con la derrota delrevisionismo.

    El problema de la Dictadura del Proleta-riado estuvo al centro de la polmica entreel marxismo y el oportunismo a todo lo largode esa Gran Revolucin Cultural Proletariaen China, e incluso tambin al centro de lasdiscusiones entre los genuinos maostas, enlo que hace a la firmeza en el camino de laComuna de Pars y la aplicacin a fondo desus remedios para consolidar la Dictaduradel Proletariado, frente a lo cual, elrevisionismo haba ganado terreno desdeaos antes, por lo menos en aspectoscruciales opuestos a las enseanzas de laComuna y que influyeron decisivamente enla derrota, tales como: el privilegio salarialde funcionarios del Estado, y el monopoliode las armas en manos del EPL y no de lasamplias masas populares. Dos cuestionestrascendentales que limitaron el poder de lasmasas, limitacin que socav la Dictaduradel Proletariado.

    As, el revisionismo maosta, carne y san-gre del revisionismo jruschovista, desman-tel tambin el ltimo bastin de la Dictadu-ra del Proletariado, que en la Repblica Po-pular China haba avanzado mucho msadelante que en la Unin Sovitica, en razna la ms consciente comprensin de los co-munistas y del proletariado, de las leyes querigen la construccin del socialismo; a la msconsciente movilizacin de las masas, conti-nuando bajo la Dictadura del Proletariado larevolucin poltica contra la nueva burgue-sa del socialismo, cuyo programa de restau-racin capitalista y dictadura burguesa, esen esencia, el programa abanderado por losdirigentes revisionistas en el Partido y en elEstado. En aquel tiempo no era muy visible

    I Tenis que pasar deca Marx a los obreros por quince, veinte, cincuenta aos de guerras civiles y batallas internacio-nales, no slo para cambiar las relaciones existentes, sino tambin para cambiar vosotros mismos y llegar a ser capacesde ejercer la dominacin poltica. (Citado por Lenin y referenciado por Stalin en Los Fundamentos del Leninismo)

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    VENCER EL CENTRISMO, PASO NECESARIO EN LA CONSTRUCCIN DE LA INTERNACIONAL COMUNISTA DE NUEVO TIPO

    la relacin entre el zarpazo del revisionismomaosta y el auxilio al imperialismo o capi-talismo agonizante; hoy, los hechos demues-tran en forma contundente y trgica parael proletariado, sobre todo chino que el opor-tunismo es, la alianza de una parte de losobreros y la burguesa contra la masa prole-taria (Lenin).

    Sobrevino entonces una crisis peor en elMovimiento Comunista Internacional, don-de el Movimiento Marxista Leninista quedcompletamente relegado, cuando no destrui-do. Su renacer como Movimiento MarxistaLeninista Maosta, encuentra en el Movimien-to Revolucionario Internacionalista -MRI-, unbaluarte que rescata lo mejor del desarrollologrado por el marxismo revolucionario enla lucha contra el revisionismo jruschovista;y lo hace desde el principio mismo en mediode una lucha de lneas contra la herencia dela lnea pequeoburguesa de liberacin na-cional, que subestima o tergiversa la luchade clases y el desarrollo del capitalismo enlos pases oprimidos, por tanto, la importan-cia de la lucha de clase del proletariado y desu relacin con el movimiento revoluciona-rio antiimperialista, y como tal, desconoce,elude o aminora la importancia de la contra-diccin mundial entre el proletariado y la bur-guesa cuestin crucial para la estrategia yla tctica del proletariado internacional per-diendo de vista la lucha del proletariado

    mundial, la imperiosa y urgente necesidadde la Internacional, para reducirse a la re-sistencia mundial antiimperialista. Lucha delneas presente en la propia Declaracin defundacin del MRI en 1984, y con dominiode la lnea marxista por 20 aos, durantelos cuales el marxismo revolucionario librimportantes combates contra las posicio-nes revisionistas del Partido Comunista delas Filipinas, contra la lnea oportunista dederecha en el Partido Comunista del Per,contra la lnea revisionista de K. Venu enla India.

    Pero un error en la concepcin y el mto-do de la confrontacin y discusin pblica,se convirti en catalizador para que la lneaburguesa se desarrollara hasta tomar unaforma abiertamente revisionista, que hacien-do trizas los compromisos de la discusinsecreta, fue promulgada a todo el Movimien-to Comunista Internacional, fue invocadacomo fundamento terico para causar el de-sastre de la Revolucin en Nepal. Un errorque fue caldo de cultivo para el centrismoque se opone a la escisin con el oportunis-mo, que tacha de divisionismo el que unose divida en dos, pero aplaude la integra-cin de dos en uno. Un error que llev a ladesaparicin del Comit del MRI en la luchade lneas, lo amordaz, lo sac silencioso dela escena, conduciendo al movimiento quediriga, a la bancarrota, vctima de su uni-dad y benevolencia con el revisionismoprachandista.

    Y precisamente ocurre esto en un momen-to de la situacin mundial cuando el prole-tariado y el pueblo de Nepal eran dirigidospor un partido del MRI en vertiginosa y triun-fante guerra popular, donde literalmente sepoda cumplir en el mundo la sabia aprecia-cin del Presidente Mao una sola chispa pue-de incendiar la pradera. Es ah donde saltael oportunismo apaga-fuegos presuroso aahogar la chispa, y surge precisamente delPartido Comunista de Nepal (Maosta), bajola forma del revisionismo prachandista conun nuevo programa que a nombre de lateora tctica revoca la estrategia y el pro-grama del partido, para pactar con la bur-guesa la de Nepal, India, China y la bur-

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    CONTRA EL CENTRISMO

    guesa imperialista de la ONU una infametraicin a la revolucin de Nueva Democra-cia en Nepal y por supuesto, a la RevolucinProletaria Mundial. Todo bajo el pretexto dedesarrollar el marxismo acorde con la si-tuacin mundial del imperialismoI, en la cual,un cambio haba empezado a manifestarsedesde finales del siglo XX, un cambio malllamado globalizacin pues se trata ni msni menos que del ltimo tramo de su agona,cuando extiende sus redes por todos los con-fines del mundo, acompasando la forma conel contenido de un sistema mundial de opre-sin y explotacin.