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Espacio Abierto Cuaderno Venezolano de Sociología ISSN 1315-0006 / Depósito legal pp 199202ZU44 Vol. 22 No. 1 (enero-marzo, 2013): 71 - 97 Reflexiones en torno a Mercantilización de la Universidad y sus desacoples con el mercado laboral. Tensiones de un modelo neoliberal de profesionalización en Chile Dasten Julián Vejar* “En una situación injusta la impotencia y la ductilidad de las masas crecen con los bienes que se le otorgan.” Horkheimer, M. yAdorno, T.W. Resumen En este artículo se elabora una reflexión sobre la actual situación de la educación superior en Chile, centrándose en los procesos sociales que vinculan la profundización de las reformas neoliberales con los cambios en el mercado laboral. Proponemos una mirada a la estruc- tura del sistema universitario, en relación con los fenómenos emer- gentes de sobrecualificación y subocupación, como formas precarias de empleo. Finalmente proponemos algunos desafíos para la investi- gación de las profesiones y la estructura ocupacional desde el enfo- que de las clases sociales. Palabras clave: Neoliberalismo, educación, mercado laboral, pre- cariedad. Recibido: 11-09-2012/ Aceptado: 17-12-2012 * Friedrich Schiller Universität. Jena, Alemania. E-mail: [email protected]

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Investigacion bibliografica - historica que analiza el escenario educacional y laboral desde el periodo de la Dictadura hasta los primeros gobiernos democraticos.

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  • Espacio Abierto Cuaderno Venezolano de SociologaISSN 1315-0006 / Depsito legal pp 199202ZU44Vol. 22 No. 1 (enero-marzo, 2013): 71 - 97

    Reflexiones en torno a Mercantilizacinde la Universidad y sus desacoplescon el mercado laboral.Tensiones de un modelo neoliberalde profesionalizacin en Chile

    Dasten Julin Vejar*

    En una situacin injusta la impotencia

    y la ductilidad de las masas

    crecen con los bienes que se le otorgan.

    Horkheimer, M. y Adorno, T.W.

    ResumenEn este artculo se elabora una reflexin sobre la actual situacin dela educacin superior en Chile, centrndose en los procesos socialesque vinculan la profundizacin de las reformas neoliberales con loscambios en el mercado laboral. Proponemos una mirada a la estruc-tura del sistema universitario, en relacin con los fenmenos emer-gentes de sobrecualificacin y subocupacin, como formas precariasde empleo. Finalmente proponemos algunos desafos para la investi-gacin de las profesiones y la estructura ocupacional desde el enfo-que de las clases sociales.

    Palabras clave: Neoliberalismo, educacin, mercado laboral, pre-cariedad.

    Recibido: 11-09-2012/ Aceptado: 17-12-2012

    * Friedrich Schiller Universitt. Jena, Alemania. E-mail: [email protected]

  • Reflections about Commercializationof the University and its Disconnectionfrom the Labor Market.Tensions of a Neoliberal Modelof Professionalization in Chile

    AbstractThis article reflects on the current situation of higher education inChile, focusing on social processes that link the deepening of neo-liberal reforms with changes in the labor market. It proposes a look atthe structure of the university system in relation to the emerging phe-nomena of over-qualification, underemployment and precariousforms of employment. Finally, some challenges are proposed for re-search about professions and occupational structure using the socialclass approach.

    Keywords: Neoliberalism, education, labor market, precarious-ness.

    I. Introduccin

    Finalizada la dictadura militar en Chile, se gest el regreso a un rgimendemocrtico, el cual posey un carcter profundamente contradictorio, en re-lacin a la expresin y consideracin de los intereses de una heterognea ycomplejizada morfologa de la estructura social, atravesada por fenmenoscomo la exclusin, la pobreza y la marginalidad social (Martnez, 2003; Espino-za, Barozet & Mndez, 2010). En la dcada de los 90 se consolid una profun-dizacin de las polticas neoliberales (Hoehn, 2009), las cuales han conducidoa que el carcter del Estado siga transitando, y ste marcado, por una reorgani-zacin de los sentidos de la dominacin, el disciplinamiento y el control social(Guerrero, 2008) en torno a la mercantilizacin de la sociedad.

    En el caso de la educacin superior1, no tan slo estas dcadas la consa-graron como una mercanca en un acelerado, competitivo y vertiginoso mer-

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    1 Entendemos por educacin superior, la educacin posterior a la enseanzaprimaria y secundaria (12 aos en total en Chile), donde luego se estudia unacarrera profesional y se obtiene una titulacin superior.

  • cado, sino que cobr mayor relevancia como mecanismo de acceso al merca-do laboral y una diversificacin de su oferta. En sta direccin se evidenciarondiversas tendencias que operaron conjuntamente: 1. Las universidades redise-aron su arquitectura, su organizacin, gestin y su funcionalidad (Sisto,2005); 2. Se desarroll un boom de la oferta educativa privada, y una privatiza-cin ascendente en el nmero de matrculas; 3. Se diversificaron las institucio-nes de educacin superior en institutos profesionales y centros de formacinespecializada (Bernasconi & Rojas, 2003)2; y d) se gener una oferta ms di-versa con nuevas carreras, programas y especializaciones.

    En la actualidad, estas tendencias tienen su eco, en diversos discursosque se confrontan en materia de educacin, y especialmente con respecto a surol y centralidad, con respecto al conjunto de las relaciones sociales:

    a) un nuevo paradigma de las competencias y las cualificaciones (Husson,2003), en sus dimensiones polticas, econmicas, cientficas, etc., quetrata de exaltar la hegemona de un nuevo modelo de acumulacin, sen-tado en la generacin de conocimiento (Fumagalli, 2010), su aplicacin,la innovacin, su diversificacin, con la consecuente supremaca del tra-bajo inmaterial (Negri & Hardt, 2002) como nuevo capital en la pro-duccin de una economa cognitiva3;

    b) La educacin (superior, especialmente), como base del paradigma dela superacin de las desigualdades y el desarrollo (Larragaa, 1997;Bazdresch, 2001), de la movilizacin social ascendente, y un rol estrat-gico en el modelo de produccin (Aranha & Mill, 2006) por medio de larelacin proporcional entre cualificacin-acceso al mercado laboral;

    c) Un discurso orientado contra la mercantilizacin de la educacin supe-rior, y que ve en la desregulacin. la privatizacin y rentabilizacin unproblema para la adopcin de estndares de calidad para el sistemaeducativo, y para proyectar un modelo de desarrollo y crecimiento equi-tativo. Se pretende restituir la educacin superior como un derecho so-cial que debe garantizar el Estado4.

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    2 Esto especialmente a partir de la reforma de 1981, la cual comentamos msadelante.

    3 En nuestro caso ms bien acordamos con la tesis de que el conocimiento nose puede instituir como un tercer factor de produccin, ya que no substituyeel capital ni el trabajo, en lo que se refiere a fuente de riqueza (Aranha & Mill,2006: 101).

    4 Esta situacin de desgaste en la redefinicin general de las condiciones so-ciales de produccin de equidad, como discurso estatal de legitimacin pol-

  • Estas tres variantes colocan, de diversa forma, a la educacin en el centroneurlgico de coordinacin de distintas estructuras y campos de la reproduc-cin social (Bourdieu & Passeron, 1998; Bourdieu, 2006). A la vez, la activacinde stos discursos ha sido acompaada por el hecho de que el sistema polticohaya priorizado estratgicamente los estudios y las referencias que tratan so-bre las caractersticas de los centros de cualificacin, investigacin, etc. (Ber-nasconi & Rojas, 2003), constituyndose en temas centrales para: 1. la mode-lacin sincrnica de estrategias de expansin de las relaciones de produccinen el escenario nacional e internacional, especialmente en el rea de investiga-cin y desarrollo, y 2. En el espacio de las polticas pblicas, como marcos com-parados en educacin y formacin acadmica-profesional, que apuntan cen-tralmente a acoplar el sistema educativo a los requerimientos del sector eco-nmico y la matriz productiva.

    Este proceso de articulacin, tejido desde la generacin de las polticasestatales en materias de educacin, Investigacin & Desarrollo (I+D), innova-cin productiva, etc., da cuenta de una complementariedad y hegemona delmodelo neoliberal, especficamente en la relacin triangular entre estado-mercado-ciencia, la que ha logrado, en la profundidad de su expresin, unasincronizacin en funcin de la rentabilidad, la generacin de ganancias y lasrelaciones sociales de produccin5, lo cual adems implica la reafirmacin deuna lgica mercantil/neoliberal que pulsa por una redefinicin de los espaciosde integracin y desintegracin social, Mientras que, contradictoriamente, porotra parte se ha recompuesto una demanda de parte de los actores socialeseducacionales, expresando, en su conjunto, una crtica al modelo neoliberal,como parte del fracaso del meta-relato de organizacin autopoitica del mer-cado por el mercado en pos del bienestar social.

    Con el fin de dar cuenta de este entramado proceso, es que en este art-culo hemos decidido enfocarnos en la institucin generadora/reproductora deconocimiento cientfico por excelencia en las sociedades moderno-capitalis-tas, la cual creemos que es la Universidad, con todo el contenido e importanciarelativa que asume en: 1. La formulacin, generacin y transmisin de conoci-

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    tica, se ha diluido y ha dejado hurfano un espacio al imaginario colectivo quere-conceptualiza, en su praxis, la educacin como un derecho, que se contra-pone al imaginario del bien privado de consumo, conformando un espacio deapertura al cuestionamiento crtico desde la accin de los movimientos so-ciales).

    5 Un sntoma claro que expresa sta relacin es el anuncio del actual gobiernode la incorporacin del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnologa (CONICYT)al Ministerio de Economa.

  • miento; 2. La relevancia que cobra para el sistema ciencia, de acuerdo a la con-dicin socio-histrica que hoy desarrolla y define; 3. Su relacin y conexin enla formacin de profesionales con el contenido histrico de lo que Marx llama eltrabajo til6; 4. Como estructura reproductora, y expresin, de un conjuntode relaciones sociales marcadas por la desigualdad social, con la emergenciade nuevos dispositivos de disciplinamiento y control; y 5. El desarrollo de for-mas de resistencias y de poder en el plano epistmico, poltico, social y culturala estas condiciones de reproduccin, exclusin y desigualdades coercitivas.

    As es como con respecto a la universidad, nos interesa obtener una vi-sin acerca de su implantacin y posterior desarrollo, con la pretensin de de-mostrar como ha acoplado su funcionalidad y utilidad objetiva a la lgica y alproceso de aceleracin que moviliza el capital en su ciclo neoliberal7, comomecanismo generador de un mercado laboral de mayor cualificacin, ycomo, a la vez, ste proceso se encuentra tensionado, especialmente a partirde la transicin pactada, por un discurso y un imaginario social de igualitaris-mo que impulsa reformas educativas hacia la masificacin de la escolarizacinen educacin superior.

    Sostenemos en ste artculo la irrefrenable tendencia contradictoria en-tre cualificacin y masificacin, que culmina y se sintetiza en las actuales condi-ciones de endeudamiento y subempleo profesional, como parte de un emer-gente escenario de precarizacin del empleo profesional.

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    6 Como creador de valores de uso, es decir como trabajo til, el trabajo es, portanto, condicin de vida del hombre, y condicin independiente de todas lasformas de sociedad, una necesidad perenne y natural sin la que no se conce-bira el intercambio orgnico entre el hombre y la naturaleza ni, por consi-guiente, la vida humana (Marx, 1966: 10).

    7 Aqu tambin se abre el cuestionamiento sobre si la Universidad como insti-tucin emergente del orden burgus no ha representado desde siempre, convariantes efectivas a cada formacin social, en torno a la concepcin de ideasy paradigmas interpretativas-explicativas de la realidad, un rol o funcin queno tenga el contenido de la clase dominante y, por lo tanto, des-mercantiliza-da y a-cosificadora. El tema quizs es reorientar dialcticamente la discusiny ver lo contradictorio de las formas de pensamiento que emergen en las uni-versidades europeas del Siglo XVI al XVIII, las cuales tienden a ser mistifica-das para elevar la totalidad de la Universidad a un plano anti-mercantil y desus abstracciones, como focos irruptivos de una realidad contradictoria; encontraste con el desarrollo de las universidades en contextos perifrico-de-pendientes, como el chileno, en relacin a los procesos de democratizacin ydesarrollismo en el siglo XX, y los de mercantilizacin postmoderna neolibe-ral en el siglo XXI (Brunner, 2011).

  • II. El contexto histrico. Coletazos de una dictaduraneoliberalista

    La dictadura militar de 1973 inaugura un nuevo ciclo en Chile. Luego delos xitos democrticos impulsados por Salvador Allende y la efervescencia so-cial de un proceso de democratizacin, el golpe de estado del 11 de septiem-bre, inauguraba el comienzo de un proceso de violencia sistmica autoritariaen la reestructuracin de la sociedad chilena. El proyecto poltico-econmicoque emergera sera el del neoliberalismo, lo que diagrama un nuevo sistemade comodificacin de lo social (Gill, 1995), as como una transformacin de lainstitucionalidad en derechos sociales, una nueva relacin entre Estado y so-ciedad, y por ello, una nueva concepcin del sistema de proteccin social y delos bienes pblicos (Gill, 1995; Leiva, 2006; Harvey, 2007), guiada por la res-tructuracin del capital.

    Con ello se desarroll la conformacin de un conjunto de formas mti-cas, culturales e ideolgicas de entender, en general, la ideologa o el mito delprogreso capitalista (Gill, 2003: 399), o sea la conformacin de una civiliza-cin de mercado (Gill, 2003: 399). sta ideologizacin disciplinaria, y un con-junto de representaciones que naturalizara los aspectos acumulativos de la in-tegracin de mercado y la creciente expansin de las estructuras de acumula-cin, legitimacin, consumo y trabajo (Gill, 1995), se volvieron factores clavesdel proceso de neoliberalizacin y de la estrategia de las clases dominantes y elcapital transnacional en las dcadas de los 70 y 80, tanto en Chile como enAmrica Latina (Garretn, 2007; Guerrero, 2008).

    Desarrollando tcticamente, la concepcin de un orden y estabilidad so-cial, como objetivo histrico mediato, y de reproduccin y control del poder pol-tico, como base de la reproduccin metablica de la triada capital, trabajo y Esta-do (Antunes, 2005; Tapia, 2008), la nueva clase dominante, a travs de la perso-nalizacin en Pinochet, un equipo tecnocrtico y una dictadura institucional (Ga-rretn, 2007), llev a cabo una revolucin capitalista en Chile (De Mattos, 1992;Moulin, 2001; Martnez, 2003), en donde, la estructura social sufri una com-pleja metamorfosis, un regresivo proceso y socavamiento de sus institucionesdemocrticas, un acelerado proceso de privatizacin y comodificacin del bie-nestar social (Riesco, 1989; Agacino, 2003), y una serie de consecuencias trau-mticas para el ejercicio de las libertades poltico-democrticas8.

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    8 Esto en referencia, tanto a la brutalidad y la violencia militar del Estado en larepresin, desaparicin y eliminacin de civiles, la dictadura terrorista, comoen la institucionalizacin de un marco poltico-legal que desarticul el marcodemocrtico anterior, en la dictadura constitucional (Moulin, 2001).

  • En el plano de la educacin superior, las polticas neoliberales aplicadasen Chile, inician su gestacin por medio de una nueva estrategia de reorgani-zacin institucional con el Decreto Fuerza Ley N 4 (14 de enero de 1981), don-de el Ministerio de Educacin Pblica, fija . De all en adelante el monto del aporte fiscal fue fijadoanualmente en la Ley de Presupuestos del Sector Pblico9, mientras que se es-tableca que las universidades no podran funcionar con fines de lucro10, deforma de limitar el proceso de mercantilizacin en marcha.

    La reforma de 1980-1981 produjo una apertura del sistema de educa-cin superior, a travs de tres mecanismos: 1. La creacin de nuevas institucio-es pblicas (ex sedes regionales de las universidades tradicionales);2. La creacin de dos nuevos tipos de instituciones: los institutos profesionales(IP) y los Centros de Formacin Tcnica (CFT)11; y 3. La creacin de nuevas insti-tuciones privadas.

    Como consecuencia de esta reforma y reestructuracin, las universidadesse diferenciaron12 (Sarmiento, 2001; Fajardo, 2005), pasando de 8 universidades

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    9 Esto junto a la distribucin del aporte en las universidades e instituciones deeducacin superior los montos y porcentajes que corresponda a cada una delas entidades, lo cual se hara mediante decreto supremo expedido por inter-medio del Ministerio de Educacin Pblica, el que debera llevar, adems, lafirma del Ministro de Hacienda.

    10 Se entiende por lucro la definicin utilizada por la comisin investigadora so-bre lucro en las Universidades (2012), la cual entiende por lucro aquel retirode excedentes en beneficio directo de los creadores, organizadores o contro-ladores de la corporacin universitaria correspondiente.

    11 Los cuales, contradictoriamente, si podan funcionar con fines de lucro.

    12 La diferenciacin en: a) Universidades tradicionales: es el conjunto de universi-dades estatales y particulares de carcter pblico que reciben aporte fiscal y con-forman el Consejo de Rectores de las Universidades chilenas, las cuales se sub-dividen en dos grandes grupos: 1. las universidades tradicionales antiguas, lascuales son las ocho instituciones que existen desde antes de 1980, dos de ellasson estatales y seis privadas; y 2. las ocho universidades derivadas estatales, queson instituciones creadas desde 1981, a partir de las sedes regionales de las Uni-versidades de Chile y Tcnica del Estado -actual USACH-; b) Universidades Priva-das autnomas: son aquellas universidades privadas creadas a partir de 1981,que han alcanzado su plena autonoma a travs de los sistemas de examinacino acreditacin; no reciben aporte fiscal para financiar sus actividades; y c) lasUniversidades bajo supervisin: son aquellas universidades privadas que se en-cuentran actualmente supervisadas mediante los sistemas de examinacin. Nohan obtenido su plena autonoma y no reciben aporte fiscal.

  • tradicionales a 25 instituciones, lo cual se logr mediante la separacin de sussedes regionales, bajo el supuesto que la calidad de la educacin ira en au-mento, en la medida en que hubiese descentralizacin del sistema educativo,una mejora en la gestin, y la plena libertad de los padres para escoger los es-tablecimientos en funcin de la calidad de los servicios educativos ofrecidos, ypor sobre todo, en base a la relacin precio/calidad (Lpez & Mansilla, 2001).Se institucionalizan as, los pilares ideolgicos del mercado universitario chile-no.

    An as, la oferta privada, creci levemente en el perodo de la reforma(1981) hasta la convocatoria al Plebiscito Nacional13 (1988). Anterior a dichafecha, tan slo haban iniciado sus actividades tres universidades privadas: U.Gabriela Mistral (1982); U. Central (1983); y la U. Diego Portales (1983). Era cla-ro que el modelo gestado en 1981 requera de ajustes para sostener su conti-nuidad, expansin y legitimidad.

    A partir de los cambios globales y nacionales que se generaban en las d-cadas siguientes en torno a la educacin, y en torno a los cambios polticos so-ciales que viva el pas, el proceso de transicin pactada (Delamaza, 2005),entre las fuerzas polticas conservadoras-militaristas, y la nueva lite polticaelegida tras las elecciones presidenciales de 1989, daba forma al objetivo degarantizar las condiciones para la adaptabilidad del modelo neoliberal, su per-manencia en el tiempo, evitando un quiebre institucional14, al alero y dentrodel marco de gobernabilidad que generara condiciones ms favorables y deestabilidad para la expansin del mercado (Moulin, 2001; Zapata, 2004).

    As es como lo entendieron los inversores y los proyectos en educacinuniversitaria privada, que en 1988, ao del triunfo del No en el Plebiscito Na-cional, abri 3 nuevas Universidades; para el ao 1989, con el triunfo presi-dencial de Patricio Alwyn y la Concertacin, se abran 5 universidades ms;mientras que en 1990, y ya en el primer gobierno de la Concertacin, empe-zaba el boom de las universidades privadas, con la apertura de 14 universida-des privadas. A esto se sumaron 4 privadas y 3 universidades privadas catli-

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    13 Este Plebiscito tena como objetivo determinar si Augusto Pinochet se manten-dra en el poder hasta el 11 de septiembre de 1997, o deba abandonar el poderpara un llamado a elecciones presidenciales y parlamentarias para 1989.

    14 As es como se conserv el modelo educativo en general y la Ley OrgnicaConstitucional de Enseanza como pilar de dicho modelo, la cual vino a mo-dificarse en el ao 2009, tras la movilizacin estudiantil de 2006-2007, con laLey general de Educacin, la cual no modific la estructura de la educacin demercado en Chile.

  • cas derivadas de la Pontificia Universidad Catlica en 1991, y dos universidadesprivadas en 199215.

    En 1993 se impulsa una reforma en el financiamiento, promoviendo con-cursos de fortalecimiento institucional, pero especialmente enfocndose enacelerar los procesos de masificacin de la matrcula, con la creacin del Fondode Becas y desarrollo de la educacin superior (Decreto 873, 9 de febrero de1993), y con el perfeccionamiento del sistema creado en 1987 de un Fondo decrdito Universitario. Para el ao 1997, durante el gobierno de Eduardo Frei, sedefine el marco de la poltica para la educacin superior, en el que se enfatizde manera especial el papel de las instituciones de educacin superior16.

    En ste contexto el neoliberalismo, el cual en una primera etapa de latransicin pactada pareca a ver sido un fundamento coercitivo a la nueva li-te poltica, ya haba sido aceptado y consolidado por los gobiernos de la Con-certacin (Hoehn, 2009) como el modelo de gestin y organizacin de las uni-versidades (y del sector pblico), continuando el proceso de administracin demercantilizacin del sistema educativo, generando precarios sistemas de com-pensacin y subvencin (becas y crditos) que promovieran la posibilidad delos sectores econmicos de menores ingresos para financiar sus estudios enlas instituciones universitarias.

    La exigencia de ste modelo de gestin neoliberal de las universidades,hace que estas se vean obligadas a actuar con eficiencia, a relacionarse con laindustria y a procurarse recursos en el mercado, lo cual hace necesaria una ca-pacidad de gobierno y gestin no muy distinta a la de una gran empresa17. En

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    15 Las ltimas 4 universidades que componen las 45 instituciones privadasen la actualidad del sistema universitario chileno, sern creadas en 1998(2), y en 2006 (1) y 2011 (1).

    16 stas deban orientarse a: 1) Promocin de la calidad del sistema y de susprogramas de formacin tcnica, profesional y de pre y postgrado; 2) Fomen-to de la equidad en sus distintas dimensiones; 3) Aporte de la Educacin Su-perior, al desarrollo de la cultura; 4) Vinculacin con el desarrollo nacional yfomento de la investigacin; 5) Contribucin al desarrollo regional; 6) Mejora-miento de las oportunidades de insercin internacional de las instituciones yde los profesionales, y 7) Desarrollo de un sistema de Educacin Superiorcomplejo y adecuado a las necesidades del pas (Lpez y Mansilla, 2001).

    17 En sta misma direccin se coloca como ncleo el concepto de las univer-sidades complejas, que cumpliendo con las normativas, los procesos decertificacin, etc., asumen un carcter hbrido en relacin a las estatales-tradicionales, ya que se encuentran sincronizadas con el modelo de desa-rrollo impulsado por el Estado, por lo cual se vuelven beneficiarios de las

  • ste marco, el gobierno de las instituciones mejor dirigidas va cobrando unperfil netamente empresarial18, la regulacin al lucro y financiamiento se vuel-ve ficticia19, existe una tendencia a la concentracin de la oferta20 y las diver-sas regulaciones y soluciones de mercado van acrecentando las desigualda-des sociales (Mnckeberg, 2007).

    Por otra parte, y frente a la privatizacin, y el elitismo en el acceso, emer-gieron discursos crticos, con la exigencia estructural hacia las universidadesde poseer un carcter democrtico (en acceso, financiamiento, contenidos,etc.), reconstruyendo un imaginario social de equidad e igualdad social, loscuales constituan parte importante de las reafirmaciones de la narrativa de laConcertacin. Se dibuja as una contradiccin entre la misma necesidad deconjugar los intereses de una economa con altas consecuencias inequitativas,con los de un sistema poltico que basaba su legitimidad y cooptacin electoralen base a estos conceptos.

    La restitucin de una embrionaria cultura democrtica radical (Laclau &Mouffe, 1987), de parte del estudiantado universitario, que presion las polti-cas de acceso y cobertura, para focalizarse como modelos de equidad e igual-dad de oportunidades, fue parte de un aumento de la demanda de los sectoresde menos ingresos por el acceso a la educacin superior. En ste proceso seentroncaba una nueva conformacin imaginaria y conceptual contradictoria dela universidad (y de la sociedad misma), atravesada por fenmenos polti-

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    polticas de financiamiento.

    18 Se puede resumir como un malabarismo institucional, donde el gobiernouniversitario debe tener la capacidad ejecutiva, sin por ello ahogar la partici-pacin de la comunidad en la discusin de las polticas y decisiones, protegerla libertad acadmica, procurar la estabilidad financiera, establecer una cul-tura de evaluacin y rendicin de cuentas a la sociedad por el provecho de losrecursos invertidos en ella, y forjar vnculos de comunicacin y cooperacindentro de la universidad hacia el medio en que se desenvuelve. Lo contradic-torio es que ste malabarismo es bipolar en sus objetivos de acuerdo a lasmismas condiciones de competencia entre empresas y las expectativas so-ciales.

    19 La conclusin principal de la Comisin Investigadora sobre el lucro en las uni-versidades (2012) concluye que no solamente existe lucro en la educacin su-perior, sino que adems todo el marco normativo que regula el sistema deeducacin superior, especialmente respecto a la existencia de lucro, no fun-ciona.

    20 Para 1990 existan ms de 80 institutos profesionales, 160 CFT y 60 universi-dades; para el ao 2010, los IP eran 44, los CFT 73, y 60 universidades (luegode variaciones en dos dcadas), (Brunner, 2011b).

  • cos sociales a nivel continental, y de la emergencia de un movimiento estu-diantil que redibujaba las coordenadas del ejercicio poltico democrtico de laslibertades civiles.

    La movilizacin estudiantil universitaria del ao 2005, en contra de laaprobacin de la Ley N 20.02721, constituye un fenmeno paradjico de statensin: la Ley al ser aprobada gener una masificacin de las condiciones yposibilidades de acceso y financiamiento a las universidades, pero que a la vezimplic una radicalizacin de los procesos de capitalizacin, endeudamiento ymasificacin desreglada en las universidades y el sistema de educacin supe-rior. En definitiva, ste conflicto, consolida una de las ms importantes expe-riencias del Siglo XXI, en el neoliberalismo chileno, del antagonismo abiertoentre las lgicas mercantiles y la sociedad civil en reconstitucin.

    De ste conflicto, se desprendieron cuatro grandes reas de tematizacin(Julin, 2006), que seran re-invocadas por el movimiento estudiantil y social enel ao 2011-2012, en un nuevo contexto poltico y cultural, con la organizacinde una protesta social de mayor masividad y apoyo ciudadano, con el objetivo dela redefinicin de la Universidad y el derecho a la educacin en Chile (Zapata y Te-jeda, 2009; Segovia & Gamboa, 2012). Estas reas de tematizacin son:

    1. El financiamiento: En la actualidad, el financiamiento de las Universida-des estatales est dado por un 15,5% de Financiamiento de parte del Es-tado, o sea 0,3% del PIB, y un 84,5% de aportes privados, es decir el pagode los aranceles por parte del estudiante y su familia, por medio de loscrditos privados con aval del estado con el cual los estudiantes se en-deudan con la banca privada con tasas de inters cercanas al 6%22,como parte del modelo de autogestin de recursos de parte de las insti-tuciones23, junto con el respectivo endeudamiento de las familias.

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    21 Seala en el prrafo segundo de su Reglamento sienta las bases de un siste-ma que intermedie recursos desde el mercado de capitales hacia los es-tudiantes, en condiciones que permitan la devolucin de estos fondos enconcordancia con el incremento futuro de sus ingresos (la negrita es nues-tra).

    22 Ocho de cada 10 estudiantes que acceden a estos crditos pertenecen al 60%de las familias ms pobres. MECESUP. 2011.

    23 El 34,8% de los fondos pblicos gastados en apoyo a los estudiantes se divi-den en 13.8% para becas/subsidios y 21% prstamos. Por el contrario, el pro-medio es de 17.5% de la OCDE, que incluye ms becas/subsidios (9.9%) queprstamos (8.6%). Mientras que en 2011 el Estado present 245.816 crditoscon Aval del Estado (CAE) ante la banca, por un monto de 771.440 millonesde pesos (U$ 1.575 millones).

  • 2. El acceso e ingreso: las desigualdades de ingresos econmicos y de cali-dad educativa entre los establecimientos de educacin pblica, subven-cionada y privada en la enseanza media, se reproducen en los resultadosde ingreso a la Universidad24. Este proceso est marcado por una Pruebade seleccin Universitaria (PSU), donde la mayora de los mejores resulta-dos son obtenidos por estudiantes de la educacin privada, y con un altocosto de segregacin de los postulantes de bajos recursos25 hacia carre-ras e instituciones que exigen bajos puntajes y de baja calidad26.

    3. Democratizacin institucional: las instituciones universitarias estatalesy las tradicionales, conservan la forma de organizacin y gobierno esti-pulada por la dictadura militar. Las autoridades son elegidas de formaaleatoria por el cuerpo acadmico sin la presencia de los dems esta-mentos de la universidad.

    4. Calidad de la educacin: Debido a la privatizacin y la desregulacin dela oferta en educacin universitaria en Chile, la calidad de la educacinse convirti en una temtica importante, ya que la ausencia de normati-va y parmetros de medicin y certificacin que protegieran a los/as es-tudiantes permitan/permiten que cualquier privado pudiese/puedemontar un proyecto educativo y volverlo una actividad lucrativa27.

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    24 El aporte fiscal a educacin pblica alcanza hoy al 4% del PIB, sobre el 7% re-comendado por la UNESCO, haciendo recaer el mayor peso en las familias, enun aporte que alcanza al 80% en la educacin superior.

    25 Por ejemplo, la tasa bruta de escolarizacin del quintil V, que en el ao 1990alcanzaba el 39,7%, para el ao 2009 alcanz el 77,5%, mientras que el quin-til I, que en 1990 alcanz un 4,5%, en 2009 tuvo una tasa de un 19,5%. Fuen-te: Encuesta de Caracterizacin Socioeconmica. 2009. www.mideplan.cl

    26 Cifras del 2009 sealan que el 31,6% de las matrculas en universidades sub-vencionadas por el estado corresponden al quintil V. En las universidades pri-vadas estas matrculas suben a un 45,2% del total. El quintil I (10,6%) y el quin-til II (17,5%), solo alcanzan un 26,3% del total en las subvencionadas, y en lasUniversidades no subvencionadas un 18% del total, con un 6,5% y un 11,5%respectivamente. Fuente: Encuesta de Caracterizacin Socioeconmica 2009.

    27 La prdida de credibilidad de los organismos examinadores como la Comi-sin nacional de Acreditacin (CNA), debido a los hallazgos de redes de co-rrupcin y trfico de influencias, ponen en cuestionamiento el total sistemade calificacin de las universidades y las carreras ya acreditadas como de ca-lidad. En la misma direccin se encuentra los ya mencionados resultados dela Comisin Investigadora sobre Lucro en las Universidades, y los informes dela Contralora General de la Repblica sobre irregularidad en la administra-cin de los dineros asociados a su presupuesto 2011-2012.

  • En resumen, las reformas que se introdujeron en 2005-200628, reorga-nizaron, institucionalizaron y profundizaron el proceso de neoliberalizacin(Harvey, 2007) del sistema universitario, con el incentivo al ingreso de nuevosactores como la banca financiera, y a la vez amortiguaron y subsidiaron el pro-ceso de acumulacin y lucro privado en el mercado de la educacin superiorprivada (Mnckeberg, 2007). Mientras que por otra parte resurga, luego deaos de hegemona neoliberal, en materia educacional, un discurso que com-prenda la educacin como un derecho social, propio de las sociedades de-mocrticas, y que se consolid en la masividad y claridad poltica del movi-miento estudiantil de 2011 y 201229.

    III. La masificacin universitaria y el mercadode trabajo precario. El imaginario social de lacualificacin profesional.

    En la actualidad, el sistema universitario chileno se modela como el refle-jo sinttico de una democracia deslegitimada, en descomposicin y en desgas-te. Pero Cules son las bases de una demanda masificada de la educacin uni-versitaria? Qu es lo que hace que cada ao crezca la demanda de ingreso alas instituciones universitarias y las bases sociales de las demandas por el ac-ceso a la educacin universitaria? Como primera respuesta, creemos que po-

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    28 No podemos hablar aqu en extenso sobre las movilizaciones de estudiantessecundarios en 2006, que finalizaron con la destitucin de una ministra y unanueva ley de enseanza, la Ley General de educacin (LGE), en remplazo dela LOCE. El resultado fue esquivo a la movilizacin: el gobierno de Bacheletconsagra la libertad de enseanza, y con ello la desigual educacional, conun ocultamiento de la realidad educacional del pas (Redondo, 2010).

    29 Camila Vallejos, presidenta de la Federacin de Estudiantes de la Universidadde Chile (FECH) sealaba que las propuestas del movimiento estudiantilpara avanzar hacia una reforma en la educacin superior ya son conocidaspor la ciudadana: reconocer a la educacin como un Derecho Social Univer-sal ante el cual el Estado debe hacerse responsable y garante; un acceso a laeducacin superior con equidad, calidad y continuidad para todos, aumentarel financiamiento pblico a las universidades estatales para permitirles su de-sarrollo cientfico, artstico y humanista en las reas de investigacin, docen-cia y extensin; pluralismo y democratizacin de las instituciones de educa-cin superior y un rol activo y fiscalizador en el sistema privado, donde existaprohibicin del lucro efectivo, regulacin de aranceles y proyectos educativosal servicio del bienestar de los estudiantes y del pas, no de intereses particu-lares (El Ciudadano 18/07/2012).

  • demos sealar la estructura ocupacional y la estructura social en Chile (Espino-za, Barozet & Mndez, 2010), como un espacio heterogneo para el estableci-miento de las condiciones y posibilidades de identificacin y simbolizacin delas clases sociales30.

    En el mercado laboral se ha articulado un complejo escenario de preca-riedad discriminatoria (Drre, 2010) en una serie de ocupaciones y profesio-nes, de la llamada clase de servicios31, y con ello, de los modelos de movilidadsocial tradicionales (Filgueira, 2001), lo cual se encuentra atravesado por fen-menos como la contraccin del empleo en el sector pblico, con la externaliza-cin y privatizacin de servicios, y la prcticamente nula demanda de trabaja-dores en el sector formal. A ello debemos sumar los fenmenos de exclusinocupacional y social (Kessler, 2011), los cuales se han traducido en la prcticaen una serie de reajustes en las clases medias y bajas (Portes & Hoffman, 2003;Atria, 2004; Smbler, 2006).

    En ste contexto de inestabilidad, inseguridad y precariedad en el traba-jo, los individuos internalizan el escenario amenazante a la conformacin deuna trayectoria e identidad laboral (Brennen & Goldthorpe, 1998; Sisto, 2009),por lo que la lgica de valorizacin y divisin del trabajo, como fundamento deuna estructuracin diferenciada en la reproduccin social, pone su acento, enel perfil de los trabajadores mejor posicionados para enfrentar el mercado la-boral, en trminos de seguridad y remuneracin: los profesionales de la clasede servicios (Goldthorpe, 1996; Sapelli, 2005; Gatica & Romanguera, 2006).La educacin universitaria y la institucin de la universidad, juegan en ste es-quema un espacio central en la encarnacin de un conjunto de significacionesimaginarias, entendido stas como la solucin fantasmal de las contradiccio-

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    30 Hacemos una aclaracin, ya que la respuesta a la pregunta en cuestin apun-ta a estrategias individuales ms que ha estrategias colectivas. He all un pun-to importante para hacer la distincin sobre el problema de la diferencia sim-blica que se articula con respecto a las desigualdades sociales. Recomenda-mos (Brennan, 1990; Brenn & Goldthope, 1997).

    31 En este mismo contexto, la clase de los empleados profesionales, de admi-nistracin y de direccin, es un fenmeno propio de las sociedades occiden-tales avanzadas que se ha constituido en fuente de evidentes dificultadespara los comentaristas y tericos sociales (Goldthorpe, 1992: 229), al consi-derar su ubicacin de clase contradictoria (Wright, 1976), de acuerdo al po-sicionamiento ambiguo que ha cobrado al interior de la estructura de clases,constituyndose en un segmento importante del cada vez ms fragmentadomercado de trabajo en Chile.

  • nes reales (Castoriadis, 1975), y como parte elemental de la creacin, la repro-duccin, y la crtica de los sentidos estructurantes de prcticas sociales.

    Es en ste ejercicio, en donde la movilidad social ascendente, las referen-cias simblicas y de status asociadas al trabajo (y al empleo)32, y la dinmica dealta segregacin social en la distribucin del capital cultural, constituyen partede los fenmenos que modelan e intervienen profundamente en la subjetivi-dad de los jvenes, de forma desigual de acuerdo a la procedencia de clasessociales (Brennan & Goldthorpe, 1998), quienes conforman una serie de ex-pectativas, en referencia a un mercado laboral que ha erosionado las posibili-dades de integracin estable, reduciendo cada vez ms estas posibilidades aislas en las cuales transita el trabajador profesional33. Si bien aqu se encuen-tran las bases de un imaginario social con respecto al trabajo (Castoriadis,1975), tambin se construye el fetichismo de la educacin, como soporte de laautonomizacin de las instituciones universitarias, en su reproduccin a partirde lgica propia, y como alienacin entre un real y un real funcional34.

    En sta demanda por la masificacin de la oferta universitaria, ser el mo-delo neoliberal quien buscar las respuestas en el mercado, como frmula de suexpansin y construccin de legitimidad en un bienestar social mediado por

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    32 Principalmente en trminos de remuneraciones, estabilidad laboral, condi-ciones de trabajo, jornadas de trabajo, etc., como parte de una racionaliza-cin positiva (Marcuse, 1999) en la relacin de explotacin capitalista; comoen referencia a la actividad y la profesin misma en trmino de prcticas,conocimientos, simbolizacin negativa de lo manual, relaciones de sa-ber/poder y el campo poltico, etc., que estn atravesadas ms por construc-ciones simblicas de valoracin.

    33 FLACSO sealaba en 2004 (5) sobre las formas de insercin de los jvenes almercado laboral que Cada vez ms la calidad de los empleos a los que tienenacceso, en general, los y las jvenes est fuertemente marcada por las posibi-lidades de acceder a niveles educativos y de formacin acordes con las exi-gencias del mercado laboral, las que a su vez, estn mediatizadas por el tipode educacin que pueden financiar, por el nivel educativo de los padres, porlas redes de apoyo con que cuentan y por el entorno en qu viven.

    34 Aqu es donde compartimos la tesis de Catoriadis (1975: 135) que descartauna visin funcionalista de la alienacin, acerca de que las instituciones de laclase dominante no tienen con ella la relacin de pura exterioridad y de ins-trumentalizad que le atribuyen a veces algunos marxistas inocentes, no pue-de mistificar el resto de la sociedad con su ideologa sin mistificarse al mismotiempo ella misma. La alienacin se presenta primero como alienacin de lasociedad a sus instituciones, como autonomizacin de las instituciones conrespecto a la sociedad.

  • polticas que se apoyan fuertemente en el sector privado y en el ilimitado creci-miento de las matrculas y la tasa de escolarizacin superior35. Ambas expecta-tivas, a) la de los/as estudiantes por un sistema de mejores cualificaciones profe-sionales; y b) las universidades asegurando un aumento en la oferta, constitui-rn dos expectativas simtricamente reorganizadas y absorbidas por el merca-do, y que en definitiva son las bases a las cuales se agarra el proceso de simboli-zacin de la educacin, en lo histrico, en el cual participa finalmente lo racional.Aqu es donde estas expectativas simbolizadas mediadas a travs del mercado,gesten la emergencia de encadenamientos de significantes, unas relacionesentre significantes y significados, unas conexiones y unas consecuencias a losque no se apuntaba, ni estaban previstos (Castoriadis, 1975: 133).

    Este proceso reproductivo del mercado universitario, entre la absorcin(de la demanda) y la expansin (de la oferta), se encuentra: 1. Cimentado enuna construccin imaginaria socio-histrica de un real: de bienestar econ-mico, calidad en el empleo, status social, facilidades de insercin al mercadolaboral, y su funcionamiento como una garanta de ascenso y movilidad so-cial36; y 2. tensionado por lo racional-real: a partir de las caractersticas queasume el mercado laboral, el cual est siendo atravesado por una serie de fe-nmenos que indican la emergencia de una desintegracin precaria del em-pleo y de la movilidad social en Chile, lo cual reconfigura el espacio de las ex-pectativas sociales con respecto al rol de la educacin profesional-universita-ria, a la vez que cuestiona sus contenidos y estructura mercantil (Falabella,2008; Segovia & Gamboa, 2012).

    Hay claramente un sntoma que expresa las nuevas dificultades objetivasde sincronizacin equilibrada del crecimiento econmico, ya que la expan-sin del mercado de la educacin superior se relaciona directamente con lascaractersticas cualitativas y el tamao limitado del mercado del trabajo (Pries,

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    35 La respuesta de la Concertacin a sta antinomia, desde sus inicios, fue msmercado. Se produjo desde el ao 1990, un proceso acelerado de masifica-cin del ingreso a la educacin superior. La tasa bruta de escolarizacin pasde un 9,8% en 1990, a superar el 50% en 2008 (Brunner, 2011), mientras quepara el ao 2011 las matrculas de educacin superior superaron las 600 mil,aunque sosteniendo las grandes diferencias y desigualdades socioeconmi-cas en cuanto al acceso.

    36 El estatus del empleo consagrado en gobiernos de corte desarrollista, y refe-ridos especialmente a las ocupaciones profesionales ligadas al ejercicio delEstado (Atria, 2004), implicaba una carga simblica que articulaba su haceren el proyecto-relato de la modernizacin como parte del aparato pblico-estatal, o sea, un imaginario social de identificacin colectiva.

  • 2000; Coloma & Rojas, 2003), en cual existe la evolucin de una poblacin dealta cualificacin37 y una estructura ocupacional que sostiene un aceleradocrecimiento38, donde el fenmeno del sobre-endeudamiento, la diferencia deingresos inter-profesiones, etc., ya no hacen posible las caractersticas imagi-narias y simblicas asociadas al empleo profesional39 (Sisto, 2009).

    Se desprende que de ste desacoplamiento, emergen y se evidencianproblemas para la reproduccin de un ciclo virtuoso de cualificacin y emplea-bilidad, tales como:

    1. La absorcin de la fuerza de trabajo cualificada y el capital humanoacumulado objetivamente por parte de un mercado de trabajo limita-

    do: este primer problema se relaciona a las deficiencias estructuralesdel modelo de desarrollo y de acumulacin (Sapelli, 2005; Carpio; Giu-liodori; Rucci & Stucchi, 2011), como eje articulador de las prcticas dedes-sincronizacin (Rosa, 2008) entre el sistema de produccin de co-nocimientos y los requerimientos del mercado laboral. La accin au-to-regulada del mercado como institucin instituyente de una red sig-nificaciones de poder (Castoriadis, 1990) vuelve sus principios de re-produccin (Bourdieu, 2006; 2007; 2011) a significaciones socialmen-te aceptadas, limitados a la esfera de un racional-real que se acerca lairracionalidad, sin que el sujeto ste necesariamente consciente de ello,y que deja en un sin-sentido la produccin de saberes y de sabios.

    2. La existencia de un problema en la planificacin de los marcos de laoferta acadmica: la oferta acadmica-formativa, la que supuestamen-te debiese apuntar hacia niveles de formacin de Capital Humano Avan-zado (Carpio; Giuliodori; Rucci & Stucchi, 2011), priorizando reas es-tratgicas de la produccin econmica y cientfica (de forma de respon-der a las brechas, objetivas/subjetivas, en la productividad del pas y losrequerimientos especficos del mercado de trabajo), atraviesa un com-plejo escenario de institucionalizacin de prcticas de descoordina-

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    37 El ao 2009, 17,9% de los ocupados tena un ttulo universitario, alcanzando1.209.991 de ocupados (CASEN, 2009). Mientras en las Universidades alcan-zaron las 587.297 matrculas de Pre-grado en 2010, de las cuales 158 mil co-rresponden al primer ao (Fuente: Ministerio de Educacin).

    38 El total de ocupados pas en Chile de 5.578.083 a 6.752.797 en 2009, con uncrecimiento de un 17,3%. Mientras que los profesionales ocupados crecieronen un 34,7% (Fuente: Instituto Nacional de Estadsticas).

    39 Esto puede constatarse en la evolucin de los ndices de desempleo entretcnicos y profesionales con ms de 15 aos de estudio, que en el ao 2009,alcanz un 8,5%, con ms de 120 mil desempleados.

  • cin, planificacin mercantil (basada en la demanda), y una desorgani-zacin-disfuncionalidad curricular en funcin de estos objetivos, cen-trndose y fundndose en la existencia de un imaginario individuo ra-cional (Goldthope, 1996; Brennen & Goldthorpe, 1998), informado, lcual a travs de su decisin individual-creyente40, coordina y manda-ta el mercado, para la prestacin de formacin y cualificacin, acrecen-tando excesivamente una oferta educativa41, y en un financiamientodependiente de esta decisin racional privada, centrado en el endeu-damiento del estudiante con la banca privada42 y en aranceles de altocosto;

    3. La existencia de un problema combinado y orgnico del desarrollo en-tre sistema de cualificacin y mercado de trabajo que va ms all de unasituacin coyuntural y que aparentemente pudiese resolverse con unabatera de ajustes por medio de polticas de planificacin centralizada, yque ms bien implica el cdigo mercanca/dinero de coordinacin, enreferencia a la generacin de ganancias y su ilimitada accin en el vn-culo educacin-economa: esta interpretacin obedece a las conclusio-nes extradas luego del desarrollo ilimitado y desregulado del mercadocomo eje orientador/estructurante de las prcticas sociales en el espa-cio de la educacin, la privatizacin de la condiciones de financiamien-

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    40 En ste caso cabe mencionar el llamado del presidente Sebastin Piera a losjvenes para informarse antes de postular a una Universidad, apropsito delcierre de la Universidad del Mar. En ste llamado seala que ustedes van a te-ner toda la informacin que hemos podido reunir para que la decisin que us-tedes tomen y que va a ser tan importante para sus propias vidas sea una de-cisin que les permita realizarse en plenitud, desarrollar sus talentos y podertener una vida fecunda, plena, que es lo que todos queremos y esto si duda esde un gran ayuda (La Segunda 02/01/2013).

    41 Como contra-tendencia a este fenmeno podra citarse la experiencia de laley 20129, conocida como Ley de acreditacin de las universidades, promul-gada en Octubre de 2006, como procesos de certificacin de la calidad de losplanteles en las reas de docencia de pregrado, gestin institucional, investi-gacin, vinculacin con el medio y docencia de postgrado. Al revisar los ante-cedentes es posible evidenciar que tan solo 8 universidades de un total de 59ha logrado acreditarse en las 5 materias. Adems ya hemos mencionado loscasos de corrupcin y trfico de influencias que han sido judicializados, aso-ciadas a los procesos de certificacin y acreditacin.

    42 El Endeudamiento del Crdito con Aval del Estado se duplic del ao 2010 a2011. Segn la Superintendencia de Bancos, a junio de 2011 haba 250 milalumnos con crdito y un monto total de $ 771 mil millones.

  • to, y la creacin de un fetichismo de la mercanca educativa en una es-tructura social altamente desigual43 (Franco; Len & Atria, 2007).

    En el marco de un nuevo paradigma de la productividad (Crdenas, 2005),es que las recientes mejoras educativas, en el plano de la ampliacin de la co-bertura y la tasa de escolarizacin en educacin superior, se estaran traducien-do en problemas crecientes de sobre-cualificacin, y no se representaran en elespacio de las remuneraciones salariales, ni en las condiciones laborales44, locual an no impacta en la matriz organizadora de significados de los jvenes es-tudiantes universitarios, en referencia a conceptuar la educacin universitaria.Pero que, an as, abre el escenario para que puedan desarrollarse dos estrate-gias individuales, por parte de los estudiantes: 1) desplazar el rol de las institu-ciones de enseanza, hacia la obtencin-uso de otros capitales culturales/socia-les (Burt, 2001; Bourdieu, 2006) y/o bienes simblicos, que posibiliten el perfec-cionamiento de sus estrategias individuales de manejo de s mismos (Drolas,Lenguita & Montes, 2007); y/o 2. Acelerar el proceso de cualificacin hacia unnuevo nivel de diferenciacin ante la homogeneizacin en la cobertura. De todasformas ambos fenmenos estn marcados en referencia a la empleabilidad (Fo-rrier & Sels, 2003; Fugate: Kinicki & Ashforth, 2004) y el objetivo de pertenenciaa la clase servicios (Goldthorpe, 1996; Brennen & Goldthorpe, 1998).

    Ambas estrategias se hacen atingentes, considerando que la sobrepro-duccin relativa en el sistema universitario, con el crecimiento de las matrcu-las e instituciones, ha dado como resultado un significativo porcentaje de de-socupados, especialmente en el estrato de jvenes profesionales, sin expe-

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    43 Hasta el momento el mayor sntoma de sta situacin es el cierre declaradopor el Ministerio de Educacin de la Universidad del Mar (privada), la cual ob-tuvo la acreditacin como establecimiento de calidad, por medio de cohechoy trfico de influencias. Por otra parte, se detect una defraudacin por partede directivos de la universidad, que desviaron los recursos del CAE (Crditocon Aval del Estado) a su patrimonio personal, Adems se constat que la fal-sificacin de ttulos profesionales de profesores de la casa de estudios, ascomo deudas en imposiciones previsionales a los trabajadores y profesoresdel plantel.

    44 Weller (2011) seala que este es parte de uno de los fenmenos de exclusindel empleo de buena calidad en sectores de alta y mediana productividad,donde no se perciben los beneficios normalmente relacionados con ellosdebido a condiciones contractuales adversas (Weller, 2011: 33). Este fen-meno dara paso a formas de integracin precarias en espacios donde el es-tatus del empleo ha sido modificado.

  • riencia laboral45 y con condiciones de insercin laboral sujetas a presiones es-tructurales, tales como: a) el endeudamiento producto del sistema de financia-miento de las carreras universitarias; b) una competitiva lucha por la empleabi-lidad; y c) una tendencia general a la precarizacin del mercado laboral; lo cuallos convierte en trabajadores-objeto de maleables y precarizables tcnicas degestin del trabajo.

    Esta (dis)funcin entre el mercado universitario y el laboral, preponderainsosteniblemente en un desequilibrio entre las demandas de los sectores pro-ductivos y la oferta acadmica ofrecida por las instituciones, ya que en los pri-meros no existira un proceso de industrializacin-modernizacin productivaacelerada, el cual signifique cambios en la composicin de la fuerza de trabajoy en la productividad, mientras que en los segundos existira una disfuncincon la realidad que la obliga a seguir generando formacin (mercancas) comolgica de auto-financiamiento sin discurrir en los cambios reales de desem-pleo, precarizacin y flexibilizacin de los trabajadores profesionales.

    Adems se suma la tendencia que indica que cada vez son ms frecuen-tes las situaciones de sobre-cualificacin, con trabajadores muy formados lle-vando a cabo labores propias de personas no cualificadas, generando desajus-tes subjetivos de cualificacin, desajustes entre las cualificaciones de los tra-bajadores y los puestos ofrecidos por las empresas (Weller, 2011) a travs delas propias percepciones subjetivas de los propios trabajadores46, lo que invo-

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    45 Melller, Lara y Valds (2009: 2), sealan que hubo una gran expansin de lamatrcula de Educacin Superior. En 1990 haba 200.000 estudiantes; en laactualidad esta cifra es superior a los 800.000. A partir de ello es claro, queeste tipo de incremento genera una cierta inquietud respecto al tipo de em-pleo en el cual trabajarn los eventuales egresados; en qu trabajarn?, h-abr empleo para todos?, lo cual era respondido por las cifras de desempleoprofesional antes comentadas.

    46 Segn Durn (2011) Actualmente en Chile la cifra llega a 471 mil, lo que re-presenta al 6% del total de ocupados, siendo los sectores econmicos de In-termediacin Financiera (8,2%), el sector pblico (10%) y Minera (10%) losque proporcionalmente ms subempleados profesionales contienen. Duran-te el 2009, el sector que ms acumul subempleados profesionales fue co-mercio, aumentando durante el ao desde un 27% para el primer trimestre aun 32% casi un ao despusPara corroborar tal tendencia, entre los trimes-tres enero-marzo 2009 y marzo-julio 2011, los ocupados en el sector comer-cio han crecido en un 16% y el subempleo profesional en un 18%. Si toma-mos en cuenta que para el ao 2010 en promedio el sector comercio repre-sentaba el 22% del total de la ocupacin nacional, este incremento es signifi-cativo en la economa chilena.

  • lucra el empobrecimiento de las expectativas cualitativas en el trabajo (Sen-nett, 1998; Antnez, 2005; De la Garza, 2011), convirtindose a la vez en unaamenaza para la integracin social (especialmente de la clase media) 47, lo queentrega un nuevo contenido de la cuestin social (Castel, 1997; Drre, 2010),que hoy alcanza a estos sectores y sus dinmicas histricas de integracin (Es-pinoza, 2002; 2006; Benavides, 2002; Portes & Hoffman, 2003; Sisto, 2009),movilizando los discursos polticos hacia sta tensin. Esta tensin es la quelleva en su seno una profunda contradiccin que puede hacer pesar sus conse-cuencias en los actuales modelos de gestin de las universidades, en el planode nuevas re-estructuraciones en los planteles, en las expectativas de los jve-nes con respecto a la educacin universitaria, y en el ejercicio profesional pre-carizado (Drre, 2010).

    Es en estas dimensiones en que debe ser estudiada , laemergencia, que se articula hoy con fenmenos macro-sociales, y que en la ac-tualidad est marcada por la emergente desintegracin del sueo de ascen-so/bienestar social, como construccin del imaginario de la clase media y deascenso de la clase trabajadora (Goldthorpe, 1996), y a la vez el agotamientorelativo de la universidad, como una de las instituciones de la reproduccin so-cial de las relaciones de clase (Bourdieu & Passeron, 1996). Ms bien observa-mos un proceso de diferenciacin de las universidades48, en cuanto al statusde la titulacin, y la re-valorizacin de estos como bienes simblicos, en la em-pleabilidad y en el trabajo, con un nuevo modelo de perspectivas psicosocialescon respecto a la educacin, el empleo y la integracin social.

    V. Conclusiones. Desafos de investigacin

    El Estado sigue siendo, por medio de la educacin, portador de un rol es-tructurador del mercado laboral, y es a la vez un actor con un alto nivel de in-fluencia en las decisiones y planes privados de produccin y de inversin, as

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    47 En esta direccin y ms alarmante, se puede destacar el caso del mercado detrabajo espaol, donde el fenmeno de la sobrecualificacin afecta al 37%de los menores de 30 aos con ttulo universitario o FP superior (Brunner,2012).

    48 En Chile, tanto las universidades estatales y privadas, han desarrollado nue-vos estndares de gestin, que han involucrado en diversas reas de especia-lizacin como investigacin, docencia, post grados y extensin. En sta espe-cializacin emergen las llamadas universidades complejas, pero que consti-tuyen un nuevo hito de diferenciacin ante una oferta cada vez mayormentehomogeneizada por las cuestionadas polticas de acreditacin de parte delEstado. Vase la cita 19.

  • como en el aseguramiento del bienestar social, por medio de la entrega de ser-vicios de calidad, de proteccin social y de alta cobertura. Esta dimensin esimportante para sostener una reorganizacin del aparato de produccin de co-nocimiento que se haga efectivamente ms imbricada con los sectores produc-tivos, ms no slo con una lgica de rentabilidad y explotacin desmesuradade los recursos, o sea que no caiga en la instrumentalizacin de los sistemas deproduccin de conocimiento, sino que en un nivel de correspondencia entrelas demandas sociales, econmicas y ambientales, de forma de establecer unamatriz de desarrollo que integre la complejidad social.

    De all que sea necesario fortalecer desafos de investigacin que dencuenta de ste fenmeno en el plano de las profesiones, la prospectiva laboral,la sociologa del trabajo y los cambios en la estructura ocupacional. Es claroque la sociologa de las profesiones sigue siendo una temtica con la que la so-ciologa guarda cierta deuda en Amrica Latina (Hualde, 2000: 664), pero esste objeto de investigacin el que tiene el potencial de articular el rol que jue-ga la subjetivacin del empleo, la identificacin con el trabajo, y la relacin desentido con el conocimiento experto (Antnez, 2005), a la hora de formular pla-nes de cualificacin y formacin educativa que esperen impacto social.

    Como lnea de investigacin, se vuelve fundamental estudiar el fenme-no de la cambiante condicin y posicin de clase (Bourdieu, 2006) que asumeel profesional en la heterogeneidad precaria del mundo del trabajo, y la com-posicin de la intelectualidad de masas (Lazzarato & Negri, 2001), que luegode un proceso de movilizacin poltico social, como el del ao 2012, entra enun nuevo espacio de construccin de subjetividad, como lo es el trabajo inma-terial, en donde los/as profesionales deben avanzar en procesos de organiza-cin colectiva y regulaciones estatutarias de defensa del empleo profesional,de forma de contrarrestar las tendencias precarizadoras en el empleo49.

    Este panorama general, nos coloca frente a nuevas interrogantes y a di-reccionar ms claramente estrategias de investigacin con respecto a la pro-blemtica de la desincronizacin y desacoplamiento de los sistemas e institu-

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    49 Aqu vale recordar que si bien hay un uso inmediato de lo simblico, en el queel sujeto puede dejarse dominar por ste hay tambin un uso reflexionadoo lcido o reflexionado de l. Pero, si ste jams puede ser garantizado a prio-ri (no puede construirse un lenguaje, ni siquiera un algoritmo, en el interiordel cual el error sea mecnicamente imposible), se realiza, y muestra as lavida y la posibilidad de otra relacin en la que lo simblico ya no est autono-mizado y pueda ser llevado a la adecuacin con el contenido (Castoriadis,1975). He all tambin las bases del imaginario radical como crtica de lo exis-tente a travs de la imaginacin de lo no-existente.

  • ciones de produccin de conocimiento y los requerimientos del mercado labo-ral, los imaginarios sociales que rodean el espacio de su reproduccin e insti-tucin, y las condicionantes estructurales (econmicas, culturales, polticas,etc.) que articulan el metabolismo de sta relacin.

    Entendemos que se desprenden de la presente exposicin, tres grandeslneas de investigacin:

    1. La estructura del sistema de formacin-cualificacin y su correspon-dencia con el sistema productivo, con respecto a las dinmicas y ten-dencias, que dan paso a situaciones de desacople y desincronizacin entrminos curriculares, formacin, oferta y demanda, etc., desde el pla-no del diseo de polticas pblicas.

    2. Una sociologa de las profesiones, que analice los mecanismos de inte-gracin/desintegracin a travs del ejercicio prctico del conocimiento,con un concepto mltiple de la empleabilidad (Ashforth; Kinicki & Fuga-te, 2004), que ponga su acervo en la identidad profesional y ejercicioprctico de la profesin, desde un enfoque sociocrtico de la realidad la-boral y el imaginario sociocultural.

    3. Los fenmenos emergentes, en el campo del empleo profesional, refe-rentes a la sobre-cualificacin, subempleo, desempleo, etc., como par-te de las nuevas formas de precarizacin que enfrentan, especialmente,los jvenes profesionales en la actualidad; as como las respuestas quepueden desarrollar estos ltimos, a partir de las formas de resistenciasy las estrategias (individuales y colectivas) al proceso de precarizacinen el espacio de trabajo.

    Finalmente, es posible a la vez entender que en la propuesta aqu plan-teada, se trasluce una clara definicin de los lmites de la reproduccin del ca-pital, los cual convierte ste trabajo en una invitacin a desarrollar trabajos decarcter emprico que fortalezcan un anlisis de las consecuencias del neolibe-ralismo y su hegemona como paradigma en las polticas pblicas y en la cons-truccin del imaginario social dominante, con el fin de fortalecer una teora decrtica del capitalismo, en su especificidad chilena, a travs de la generacin demayores insumos, como el que aqu hemos presentado.

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