construir el camino lector

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  • 7/30/2019 Construir El Camino Lector

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    LA CONSTRUCCIN DEL CAMINO LECTOR LauraDevetachUn camino ms cercano de lo que se cree Quiero transmitir estas ideas desde innumerablesexperiencias realizadas con docentes de distintos puntos del pas, en busca de su formacin

    como lectores. Y tambin desde mi ex-periencia de escritora inmersa en las incertidumbressociales actuales. Quien escribe co-menta con su obra lo que le toca vivir, aunque a veces nonombre directamente nada reco-nocible como propio. Esa obra, ese comentario, puede serpara el escritor el resultado de una exploracin, una bsqueda de respuestas, una sondalanzada al infinito. Y puede ser tambin la misma exploracin, la misma bsqueda, la mismasonda que el lector tiene para tirar hacia un texto. Me interesa que cada persona logre teneruna visin panormica de lo que es la construccin de su camino lector. No existen lectores sincamino y no existen personas que no tengan un camino empezado aunque no lo sepan. Esimportante reconocer la existencia de los textos internos todo lo que uno percibi, escuch,recibi por distintos medios, cant, copi en cuadernos, garabate, etctera. La mayora de lasveces, por diversas circunstancias de la vida llmense falta de memoria, prejuicio, falta de

    espritu ldico, o porque simplemente la cultura en la que vivimos no estimula esa manera deleerse" , dejamos este bagaje interno sin considerar. El camino lector personal no es uncamino de acumulaciones ni es un camino recto. Consta de "entramados de textos" que vamosguardando. Unos van llamando a otros y en ese di-logo de la persona con el texto se teje unatrama propia, un piso para el viaje que no es dif-cil de hacer crecer una vez que se descubre yse valoriza. Muchos de nosotros nos percibimos como no lectores, y la ansiedad por llegar aserlo, por cumplir con imperativos no siempre claros, nos lleva a contabilizar slo lo que lemos,o no lemos, segn cnones escolares o acadmicos generados en base a normas discutibles.Sin embargo la mayora de las personas no carecemos de lecturas realizadas si ampliamos losconceptos de lectura y de lector. Permanentemente hacemos diversas lecturas de la rea-lidad,o a travs de la escucha, o en situaciones no formales que no se valoran por conside-rarse

    asistemticas o eventuales: algn texto que nos impact, fragmentos de poemas o poemasenteros, frases que quedan en la memoria, lecturas imprecisas que no recordamos, pero queocupan espacio e intervienen en la dialctica entre el lector y el texto. Por eso me interesahablar especialmente de la construccin del camino lector que cada individuo va realizando dediversas maneras a travs de la vida. Camino que para configu-rarse necesita contar conespacios internos, con disponibilidades abiertas. Estas construc-ciones, estos espacios,resultan siempre fortalecidos a travs del juego con las palabras y la mayor variedad deprcticas realizadas con ellas. Cuando el deseo de leer nos toca el hombro, quizs sucedeporque tenemos instalados de-seos previos en relacin a las palabras de otros, ordenadas enun texto. Tal vez cuando re-currimos a los textos todos buscamos algo desconocido, algo quese nos plantea como un puente hacia cosas ocultas, y eso nos puede resultar temible, pero a la

    vez estimulante para la curiosidad, para satisfacer apetencias que se van generando en losmovimientos del ni-mo. Aparecen entonces emociones nuevas, inquietudes que empiezan ahabitarnos y no nos abandonan, interrogantes. Es all cuando apelamos a la relectura parareincidir en esas emociones ya experimentadas, para desentraar misterios, para satisfacernuevas apetencias que van surgiendo por el camino que avanza con nosotros. Textos internos,textos externos. Nos impulsan a vivir "globalmente" en estas pocas de cambios, de fuertescontrastes, de dominios injustos. Pero los significados ms profundos se codifican con laspersonas que tenemos al lado. Los sentidos se construyen en la vida cotidiana. Y transitamosas hasta el propio secreto, el propio silencio, la privacidad y la autonoma tantas vecestemidas, y por las que no peleamos a veces, lo suficiente. Para propiciar el encuentro de estosdos mundos, el personal y el colectivo, me pareci in-teresante tomar como eje de trabajo la

    exploracin de cmo se van configurando, en cada persona, los trayectos de lectura. Trayectosque finalmente se convierten en caminos en re-corridos siempre renovables que se entramancon lo construido por cada persona apenas abre sus sentidos al mundo. Y me pareci

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    fundamental instalar esta problemtica en la re-lacin docente escuela. Para facilitar estabsqueda comenc hace muchos aos un trabajo en el que se apela al descubrimiento y laexploracin de los textos internos . Por ms que se lo niegue, siempre existen las palabrasguardadas. Hay que hacerlas aflorar. La gente sale ms rica de este tipo de exploracin queconduce a la sorpresa y a !a reflexin. Sale poseyendo cosas que no saba que tena. Y

    algunos revalorizan lo que desdearan en otros momentos y en otros mbitos. Por ejemplo,dichos familiares o de origen popular, dichos antiguos de abuelas, padres sentenciosos,personal de servicio, nieras, gente de campo, palabras de las religio-nes o de la inmigracin.Cielo con lana / llover hoy o maana Viento del este /agua como peste. Siempre que llovi,escamp. Conozco los bueyes con los que aro. Teresa pone la mesa /y si no hay pan pon tucabeza. Estoy hasta el moo. El que toca nunca baila. El miedo no es zonzo. Estos dichosconllevan verdades y mentiras de las experiencias cotidianas regionales y a veces universales.Nos vienen trayendo antiguas y a la vez actuales realidades, a las que, por su origen popular ocampesino se soslayan o no se valoran. La pregunta que surge es por qu no reconocer quepodemos pensar en el clima desde lo que percibe y siente el cuerpo y no nicamente desde losgrados que nos informa el servicio meteorolgico? Por qu no valorar la creacin de

    metforas que surgen de esas experiencias "faltas de status si son formas vlidas para ver,interpretar y expresar la realidad? Cuando cada persona descubre sus variados textos internos,se abre un amplio campo al-ternativo donde se empiezan a valorizar las disponibilidadespoticas o disponiblidades narrativas o disponibilidades para leer, para escuchar, para tenerritmo, etctera. Se torna conciencia de que en definitiva el sonido de la vida est antes que elsonido de la palabra y que las formas poticas no son formas puramente tcnicas y racionales,creadas por un es-critor en su escritorio. Todo eso viene de mucho ms antiguo, pas pormuchas personas y sus respectivas culturas. Viene de las costumbres y del sentimiento que lascostumbres tienen en cada lugar. Viene del mecer, del latir del corazn, del dolor, de lossofocones de los juegos, del miedo, de la risa, de la tonada de la regin, de los bailes y detodas las emo-ciones y sensaciones. Lentamente, esta materia se va plasmando, por medio de

    la palabra, en manifestaciones poticas, en narraciones. Desde all se generan tambin y nocomo instancias separadas modalidades de cantar, formas y tonos de decir, formas de contar.Son los ritmos internos que, despus, cuando alguien se expresa artsticamente, los muestracomo un estilo particular y los instala nuevamente en su cultura. En todas las manifestacionesde la literatura popular, en el folclore, en el romancero, en las poesas tradicionales, en loscuentos, en los dichos, en los chistes, en el folclore domstico que se origina en cada hogar,hay una instancia esttica decantada por el tiempo. Basta con recorrer el bagaje de poemas,historias, canciones, ritmos, recuerdos vinculados a las palabras que cada persona conserva,para descubrir la punta del ovillo del imaginario compartido de una familia, de una regin, de unpas. La apuesta consiste en vislumbrar y construir nociones de pertenencia y concienciacrtica. Quizs lo ms importante sea trabajar sobre la toma de conciencia de la existencia

    concreta de un imaginario colectivo que hace pie en la cultura de la vida cotidiana. Patrimoniocreativo que no necesariamente forma parte de lo que los medios de comunicacin masifi-can yprivilegian, aunque muchos elementos de esa licuada cultura se integren, se mezclen, dentrode este imaginario colectivo que nace en otras fuentes: afectivas vinculares, profun-das.Advertir la existencia de este imaginario diferente es instalar una mirada crtica en la cul-turaoficial y su sistema de relaciones. Y desde all, avanzar hacia donde se pueda, a sa-biendas deque trabajamos en el terreno de las incertidumbres. La globalizacin es un hecho, no nos da laposibilidad de aceptarla o no. Por eso, trabajar a sabiendas con las in-certidumbres, esgrimirlas dudas, es pensar de una manera diferente, abrir espacios. Es in-dispensable serconscientes de que la cultura tiene redes que nos abarcan a todos, an a los que se deseaexpulsar; que mal o bien pertenecemos a un marco comn, al pueblo argentino, al idioma

    castellano. Y que todos compartimos semejanzas y diferencias con otros paseslatinoamericanos. De lo personal a lo colectivo A veces es bueno provocar desde los propios

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    descubrimientos. Por eso propongo un reco-rrido a travs de algunos textos que cac, tej yenganch y que ya compart varias veces con muchsimas personas que, a su vez, hicieron suspropias bsquedas. Pido gancho diran los chicos en sus juegos- para que me dejenllevarlos como si los hiciera bailar, los meciera o por qu no? Los embrujara un poco. Habauna vez el va y el ven, el va y ven, el vaivn, de un arrorr mi nio, arrorr mi sol, arrorr

    pedazo de mi corazn. Duerme, duerme negrito, que tu mama est en el campo, trabajando,duramente trabajando. Ay que viene el coco a comerse a los nios que duermen poco. Noninoni noni, mm, mm, mm. scht, scht, scht... Un da el arrorr mi nio hizo tortita de manteca,para mam que le da la teta, tortita de cebada, para pap que no le da nada. Y entonces estecaz un pajarito, este lo desplum y este pcaro se lo comi. Y siempre el tiln tiln, el chas, elbroom, el guau, el po, el coc, el toln, el QU?... Eto, eto c t! Y entonces vino un gatoque tena calzn de trapo y la cabeza al revs Quers que te lo cuente otra vez? No me digass porque los zapatitos me aprietan, las medias me dan calor, y aquel mocito de enfrente metiene loca de amor. No me digas no porque a Juancito de Juan Moreyra hay que darle laescupidera, que anoche comi una pera y le vino una cursiadera. Todo porque Cenicientaquera ir al baile del prncipe y la madrastra no la dejaba. Mientras tanto, Blancanieves viva en

    el bosque con sus siete enanos. Y siempre, el chunga chunga, el crack, el ring, el blablabl. YdiostesalveMara... ElfrutodetuvientreJess. (Qu es tesalve?Qu es tuvientreJess?) Yentonces, un da, ALA, A LA., A-L-A, A LA, ALA. Alas para la gallina turuleca que sentada en elverde limn, con el pico cortaba la rama. con la rama cortaba la flor. Pero cuando los cincopatitos se fueron a baar, escucharon: febo asoma sordos ruidos or se dejan tras los murosdel histrico convento Qu ruidos hacen los sordos detrs de los muros?) Bum burumbumpam papam Bum burubum, pam papm, viene la murga. Yo por vos me rompo todo, y te vengoa saludar y a decirte que el gobierno de hambre nos va a matar. Bum burumbm, pam papam.Mam eu quero, mam eu quero, mam. Qu gusto tiene la sal? pregunt Hansel a Gretelcon la boca llena de casita de chocolate. Salado! contest Pinocho mientras se tiraba al mardesde la boca de la ballena, llevndose a Gepetto al hombro. La princesa est triste, qu

    tendr la princesa?, los suspiros se escapan de su boca de fresa. - Este ao, sin regalos no vaa parecernos que estamos en Navidad- dijo Jo con disgusto. - A m no me parece justo quealgunas tengan tantas cosas bonitas mientras que otras no tenemos nada aadi Amy -Tenemos a mam y a pap y nos tenernos las unas a las otras dijo Beth. Esta familia es unacooperativa! coment Mafalda mientras Susanita declaraba que las casas tienen que ser comola del hornero que tiene sala y tiene alcoba y aunque en ella no hay escoba, limpia est contodo esmero Pero: Hombres necios que acusis a la mujer sin razn sin ver que sois la ocasinde lo mismo que culpis. Todo de anga noms. Por eso Malena tiene pena de bandonen:todos los viernes el amado se convierte en lobizn Se no vero, ben trovato. Y as fue comola luna vino a la fragua con su polizn de nardos. Los flamencos bailaban y bailaban con susmedias coloradas, blancas y negras. Y despertaron a Alicia que vena del pas de las

    maravillas, y all estaba Batman, esperndola. Bsame cant Bsame mucho, como si fueraesta noche, la ltima vez. Se callaron las luces, se encendieron los grillos y una msica losabraz. Era Lisa Simpson en un solo de saxo. Y colorn colorado, seguramente este cuento noha terminado. Es posible que al compartir este texto encontremos algunos elementos o algunosclimas conocidos por todos. Que nos pongamos en actividad y evoquemos otras imgenes queaqu no estuvieron, que percibamos en ellas otras resonancias, que nos asalten las ganas decomunicar a otros lo que sentimos y descubrimos, y hasta que pongamos en juego una dis-ponibilidad distinta para escuchar, para leer o escribir. Esto sucede cuando reparamos en lostextos que llevarnos adentro, combinados de mil maneras diferentes, Tenemos conciencia delos textos que llevarnos adentro? Cada uno de nosotros fue construyendo una textoteca internaarmada con palabras, can-ciones, historias, dichos, poemas piezas del imaginario individual,

    familiar y colectivo. Textotecas internas que se movilizan y afloran cuando se relacionan entres. A la manera de las retahlas infantiles podemos decir que en cada persona hay muchos

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    textos, que la unin de los textos de muchas personas arman los textos de una familia, de unaregin, de un pas. Las formas literarias no son arbitrarias, no nacen slo por una voluntadesttica de las personas que escriben, de los pueblos que escriben, nacen porque suelen seruna manera de construccin. Qu relacin hay entre el reconocimiento de los textos internosy la literatura? Qu rela-cin hay entre la presencia de la literatura en la escuela y los textos

    internos? Estos textos constituyen el piso para que la literatura tenga presencia cotidiana, ellugar en el que se puede hacer pie para dar el paso natural hacia la lectura en el sentido mscreativo. Para que cuando llegue el momento, se pueda hacer crecer lo que se tiene.Reconocernos en los textos compartidos nos da nocin de pertenencia, de venir con un pandebajo del brazo, de estar en una trama comn que de alguna manera nos respalda. El pasosiguiente ser relacionar este patrimonio personal con todo lo que hay en la biblioteca. Si esque hay biblioteca. Y si no, crea una necesidad, nace el deseo de apropiarnos de ms textos.Reconstruir las huellas de lo que traemos da tambin nocin de propiedad de ese material, queluego vincularemos a los libros, cuando llegue el momento. Todos los textos internos queposeemos provienen de algn vnculo afectivo o de circuns-tancias cargadas de afectividad. Aveces esto hace que nuestro texto interno sea prestigioso ante nuestros propios ojos, a veces

    ocurre lo contrario y lo ocultamos: sentimos quizs como bello el poema trasmitido por lamaestra que quisimos: 'No son los muertos los que en dulce calma, / la paz disfrutan de latumba fra /muertos son los que tienen muerta el alma y viven todava . Pero a la vez ocultamosla palabra de la abuela india o la cancin del legendario inmigrante borrachn de la familia. Losactuales criterios de globalizacin nos llevan -en los pases latinoamericanos a quedescalifiquemos an ms ese bagaje privado y compartido simultneamente. Lo importante espoder reflexionar sobre el interjuego de estos elementos, sobre nuestra lengua, la escri-tura, lalectura, aqu y ahora. Y sobre todo, pensar en cmo enriquecer los textos internos de nuestroschicos para que sus bagajes no sean slo bagajes masificados. La realidad nos dice quemuchas veces, encerrados dentro de distintos roles profesionales, no tenemos idea muy clarade nuestros textos internos. Muchos de nosotros no sabemos leernos, y cuando queremos leer

    literatura lo hacemos con esa carencia y desde ese rol. Qu sucede cuando las personas nossalimos de los roles durante un rato y ponemos en movimiento nuestra textoteca interna?Tomamos conciencia de que tuvimos un camino de palabras en el que se puede hurgar y alque se puede seguir construyendo. A fuerza de es-cuchar y realizar distintas lecturas se nosconfigur un piso en el que tanto lo que se in-corpora como la forma en que se incorpora vandeterminando las variables del crecimiento lector. Nos enteramos tambin de que lo adquiridono vino slo a travs de los libros, ni de un solo libro, ni de un solo tipo de actividad, y queadems este camino est lleno de vaivenes y no tiene nada de lineal. Me parece oportunosubrayar que una de las riquezas de la lectura se encuentra en la relectura de muchos textos.No en la media hora dedicada a leer hoy, aqu y ahora, sino en los distintos regresos fsicos yanmicos que podemos hacer a los libros. Tal vez valga la pena que pensemos mucho en esto

    quienes trabajamos con chicos y nos sentimos a veces programados a plazo fijo. Que lopiensen tambin quienes no traba-jan con chicos, pero quieren que los chicos lean. Latextoteca interna ya reconocida se encuentra un buen da con la biblioteca. Es inevita-ble.Qu tipo de biblioteca? Cualquiera. Pero para los que estamos afanados en este tema piensoque la mejor es la que defini talo Calvino: ...esa biblioteca debera comprender por partesiguales los libros que hemos ledo y que han contado para nosotros, y los libros que nosproponemos leer y presuponemos que van a contar para nosotros. Dejando una seccin vacapara las sorpresas. Y a los escritores, qu nos pasa cuando movilizamos nuestros textosinternos? Puedo res-ponder por m, pero creo que representa a mucha gente que hoy trabajaen la Argentina. Hacemos pie en el adentro para comunicarnos con el afuera, sin demasiadasgarantas. Per-sonalmente hago pie en el adentro para gambetear tentaciones y demandas,

    como instalarse en la escritura ms cmoda y quedarse all, decir slo lo que se quiereescuchar y est pres-tigiado por la moda; responder consciente o inconscientemente a las

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    demandas de las edito-riales que quieren responder a las demandas del mercado, que quierenresponder a las demandas de escuela, etctera. En los textos internos hace pie el estado deescritura en el que uno tiene que zambullirse para poder escribir. Estado de escritura que secorresponde ajustadamente con el estado de lectura en el que se necesita entrar para poderleer de ver-dad. Ambos estados son parecidos y son ms bien disponibilidades. La tan simple y

    sencilla lectura puede a encubrir marejadas y movimientos internos que de afuera no se ven. Atal punto que nunca falte quien nos diga: "Pero dej de leer, and a hacer algo". Haca unalectura privada y autnoma, hacia una sociedad que pueda empezar a leer Entre los recursosms eficaces del camino lector, tanto personal como grupal, estn el reconocimiento deldeseo de leer y la satisfaccin de tal deseo a travs de los ms variados textos. En especial losde ficcin y poesa. En nuestros pases latinoamericanos el discurso reza su reconocimiento ala importancia de la lectura. Pero en la prctica, para que eso cumpla, es necesario el libreacceso a los li-bros. Desde la ideologa del liberalismo los libros son marginados. Losciudadanos no cuentan con libros para poder ser lectores. Una buena manera de sojuzgar a lospueblos est en ponderar la educacin y los libros, boicoteando a la vez aquello que sepondera. No obstante eso, trabajando a brazo partido, se logran espacios para el desarrollo de

    acciones y pensamientos. Espacios aislados, sin el apoyo adecuado no slo de los gobiernossino tambin de la propia sociedad , pero espacios al fin desde los que se puede afirmarcateg-ricamente, de hecho y de palabra, que es imprescindible que todo el mundo pueda leercuentos, novelas, poemas, teatro como una prctica cotidiana. Lo recomiendo especialmen-tea los adultos en general, que siempre andan preguntando cmo podemos hacer para que loschicos lean?, y a los docentes en especial, por su responsabilidad social en la formacin delectores. Crear espacios de lectura para ampliar el mundo, descubrir y aceptar mltiples formasde decir las cosas, conocer ms de nosotros mismos al tener un dilogo diferente con la culturaescrita, aprender a no quedarnos en la cscara de la realidad. La literatura y el arte planteanuniversos complejos y ricos no necesariamente difciles- que no se perciben slo por la vapuramente racional o por el conocimiento erudito de las tcnicas del lenguaje. Ese

    conocimiento llega tambin a travs del camino lector que se va construyendo. Si nofrecuentamos esos dilogos con autores de obras literarias vamos per-diendo capacidades ycierta disponibilidad que en algn momento nos puede hacer sentir que leer cuentos y poesano sirve para nada o es una prdida de tiempo. De la mano de cuentos y poemas se puedellegar, quizs, no demasiado lejos pero s hondo, e instalar una forma diferente de estar en elmundo. En la ficcin, en la poesa, hay ideas, nociones. Sen-saciones, obsesiones, que puedenllevarnos a leer y sentir la realidad de otra manera. A ve-ces, a ver lo que no vemos y sinembargo est ah a captar una puerta posible de abrir, a ac-tivar el deseo y la fe por lodesconocido. No s qu pueden hacer unos padres, unos profesionales de la educacin, de lasalud, o de cualquier orden, ms un cuento, ms un chico violentado por esta realidad y por lacultura de mercado. Pero s s que si cada profesional persona encuentra su zona de cuento,

    su zo-na de poema, va a saber qu hacer con ellos. Quizs escuchar, ms que aleccionar opres-cribir como respuesta rpida. Ayudarlos a descubrir que pueden vibrar como ha vibradoantes quien lo incita ahora a la lectura, a ponerse curiosos o tristes con las emociones ychispas que el escritor puso en su cuento. Respetar los silencios y ensimismamientos des-pusde leer o escuchar leer un texto. Contagiar el gusto por leer y no slo "el hbito", la costumbrepor va voluntarista y racional. Una biblioteca variada en la comunidad, en la casa o donde sepueda, los adultos leyendo y hablando de lo que leyeron, compartiendo prrafos, contando elcuento y lo que el cuento les hizo sentir, hacen ms que los cuestionarios de "comprensinlectora" en los que se de-legan a veces falsas responsabilidades. Transmitir una actitud vital.Quien no sufre o goza o se activa con la lectura o cualquier otra actividad, difcilmente puedatransmitirla, como se transmiten las actitudes amorosas. Leer para nosotros mismos, para los

    dems, con ellos chicos o grandes con toda honestidad. 0 no pretendamos que los chicos seanlectores. Del otro lado de la trama, el autor, al disponerse a escribir, toca zonas misteriosas

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    donde viven como peces las cosas que provocaron emociones profundas. La taquicardia de laan-gustia o la trasgresin, la risa, el odio, el miedo, el amor. Son movimientos internos que setransmiten a travs de la palabra y sin que necesariamente figuren como tema de lo que seescribe. Vaivenes, ritmos poticos. Las autnticas obras literarias salen generalmente de estazona, de adentro hacia fuera. Es un proceso cuyo resultado es un texto que tal vez no sea el

    que el autor pens al comienzo. Ah, o quizs antes, nunca se sabe, comienza la parte arte-sanal: trabajar, ser orfebre de esa materia que va generando con sus palabras para luegoencontrarse con la interioridad del lector. Esto sucede cuando se escribe para cualquierinterlocutor, de cualquier edad. Quizs despus vengan ajustes y regulaciones, correccionessiempre necesarias. Pero cuando los textos no pasaron por la zona misteriosa, cuandotransitaron slo las razones de la razn y la pura intencionalidad, es difcil que aparezca elobjeto artstico. No creo ni en el uso instrumental de la literatura, ni en la creacin de historiasescritas ex-presamente para que los chicos no tengan miedo, comprendan problemasfamiliares o su-peren traumas particulares. No creo en el uso unidireccional de ningn cuento nidel arte en general. S confo en la conexin amplia, libre, recurrente, curiosa, afectiva con laobra arts-tica. Confo en la eficacia de esta conexin con pocas normas fijas porque es la que

    crea una zona para dejarse ser. Quizs una de las pocas y verdaderas zonas de libertad. Zonadonde juega la privacidad y la autonoma para leer y para escribir, en la vida de cada persona,en la vida del maestro, en la vida de los nios. La privacidad que pone en juego nuestrasdisponibilidades ms profundas, que permite el ensayo y el error, el detectar el momento de lanecesidad de recurrir al otro, a los otros. Poder entrar y salir del silencio, sabiendo que estlegalizado como espacio. La autonoma para irse independizando, para incorporar los cambios,para usar las palabras que posee, para tener opiniones. Al final de estas reflexiones nacidas deexperiencias compartidas con tanta gente, propongo recorrer otro enganchado confeccionadocon fragmentos de textos y de registros de talleres Participantes con diferentes exploracionessobre sus procesos lectores, reflexiona-ron, dijeron, discutieron y elaboraron trabajos escritosque hoy enriquecen esta tarea. "Comprob que uno est ms poblado de textos de lo que

    crea... ",. "Descubr que tengo ganas de leer, que hay bastante todava capaz de darme ganas,que me dejo quitar el tiempo de hacerlo... Descubr que no importa en qu lugar estoy hoy nicunto "camino" recorr, sino que siempre se est a tiempo para comenzar o seguir. M caminopor ahora es cortito... "Somos textotecas ambulantes que pueden ser consultadas por otros ypor nosotros mis-mos...'. "Ahora me enfrento a mi propio camino lector. Comienzan hablandode un camino. Algo personal. Todos opinan. Comparten. Ya pienso y siento. Puedo vermecaminando sin dete-nerme jams, empiezo a revisar momentos de mi propia vida. En todosaparece la lectura vinculada a todos los cambios, a las bsquedas, a las elecciones, al poder(...) Y entonces voy atrs, muy atrs en el tiempo. Son todos los textos que tengo dentro y heido juntando a lo largo del camino. El grupo ayuda, van y vienen las palabras, se deslizan comopor tobo-ganes, atropellan y chocan contra las historias ajenas, se hacen una en las historias

    comunitarias (...) Renacen textos cantados, insultados, recitados entre lgrimas, ledos milveces y dichos otras tantas (...) Tengo tanto para decir!..." No olvidar estas noches en quelos escritores me tomaron por asalto, en medio de la os-curidad y el fuego, y con tesn medecan sus textos, y era como si cada uno de ellos fuera conformando en m un tejido, unamalla de sueos, tristezas, risas, historias y personajes que de uno u otro modo se meparecan, me hacan vibrar con el raro privilegio de poder ver mi vida entera, la construccinque era yo carne y sangre con las palabras camino propio andado y desandado y a la vez-persona 'caminada' por el poder de los textos..