NORMAS BÁSICAS PARA CONSERVAR FRUTAS CRUDAS Y FRUTOS SECOS

1. Las frutas delicadas (frambuesas, fresas, moras, zarzamoras, arándanos, cerezas, picotas, ciruelas, higos, melocotones, nectarinas, paraguayos, uvas...) se conservan bien en la nevera en un “tupper” cuadrado forrado con papel absorbente de cocina. Para ello, dichos alimentos deben estar secos y sin lavar. Antes de tapar el envase, se cubre con papel absorbente de cocina, que se debe cambiar cuando se humedece por la transpiración del vegetal.

2. Las frutas “duras”, como las chirimoyas, los kiwis, las manzanas, las peras, los cítricos, el melón y la sandía, pueden colocarse en bandejas de porespan, en fuentes o en platos, al descubierto, en la nevera.

3. Los plátanos se pueden conservar en la nevera envolviéndolos muy bien, de una en uno, con varias vueltas de plastifilm (que quede muy pegado a toda la superficie) para que no haya nada de aire y no se produzca ninguna humedad.

4. Al melón, a la sandía y a la piña, una vez abiertos, debemos pegarle al corte film transparente e introducirlos en una bolsa de conservación para que no se resequen con el aire.

5. Los limones se pueden transformar en zumo el mismo día de la compra y:

Envasarlo inmediatamente en pequeños recipientes herméticos y congelarlo.

Colocarlo inmediatamente en las cubiteras del hielo y una vez obtenidos los cubitos de zumo de limón introducirlos en el congelador en bolsas de congelación.

6. La piel del limón y de la naranja se puede congelar en “tuppers” para luego aromatizar postres o rayarla. Para ello, se lava previamente el fruto con agua caliente y jabón, para eliminar al máximo la capa de cera que lo recubre, luego se seca y finalmente se retira, con un cuchillo pequeño muy afilado, solamente la parte coloreada, que es la que posee todas las esencias.

7. Los frutos secos ricos en grasa (almendras, avellanas, nueces...) se conservan en “tuppers” en la nevera varios días, pero muchos meses en el congelador.

8. Los frutos secos ricos en azúcar (dátiles, higos, orejones...) y la carne de membrillo casera se conservan varios meses en un “tupper” en la nevera sin necesidad de congelación.