conservación de semillas nativas y criollas: experiencias

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1 Conservación de semillas nativas y criollas: experiencias de la democracia radical desde tres municipios del suroccidente colombiano Resumen La conservación de semillas nativas y criollas en Colombia ha sido considerada como una práctica antidemocrática por parte de gremios, empresas privadas e instituciones estatales, puesto que estos consideran que dicha conservación obstaculiza la libre competencia característica de una democracia representativa de corte neoliberal. El presente trabajo argumenta que la conservación de semillas nativas y criollas es una experiencia de democracia radical que cuestiona el cuerpo teórico de la democracia representativa. A través de un análisis del discurso de los guardianes de semillas en San Lorenzo (Nariño) y Mercaderes y Caldono (Cauca), se evidenció la construcción de sistemas de autoridad compartida que impulsan acciones de resistencia hacia el modelo agrícola neoliberal y una reivindicación de las semillas como sujetos políticos. Esto permitió demostrar que la conservación de semillas nativas y criollas responde a una experiencia de democracia radical, e incluso amplía sus postulados mediante la reivindicación de una ontología política de las semillas. Palabras clave: semillas nativas y criollas, agroecología, democracia radical, ontología política. Agradecimientos: A los guardianes de semillas de San Lorenzo, Mercaderes y Caldono. Declaración de intereses Financiación: Esta investigación fue enteramente financiada por su autora. Conflictos de interés: Esta investigación no tiene conflictos de interés. Disponibilidad de información: La autora pone a disposición todas las entrevistas recolectadas en esta investigación mediante solicitud enviada a su correo electrónico. Disponibilidad de códigos: No se requirió aplicar procesos de codificación automática en el análisis de la información.

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Conservación de semillas nativas y criollas: experiencias de la democracia radical desde tres municipios del suroccidente colombiano

Resumen

La conservación de semillas nativas y criollas en Colombia ha sido considerada como una

práctica antidemocrática por parte de gremios, empresas privadas e instituciones estatales,

puesto que estos consideran que dicha conservación obstaculiza la libre competencia

característica de una democracia representativa de corte neoliberal. El presente trabajo

argumenta que la conservación de semillas nativas y criollas es una experiencia de

democracia radical que cuestiona el cuerpo teórico de la democracia representativa. A través

de un análisis del discurso de los guardianes de semillas en San Lorenzo (Nariño) y

Mercaderes y Caldono (Cauca), se evidenció la construcción de sistemas de autoridad

compartida que impulsan acciones de resistencia hacia el modelo agrícola neoliberal y una

reivindicación de las semillas como sujetos políticos. Esto permitió demostrar que la

conservación de semillas nativas y criollas responde a una experiencia de democracia radical,

e incluso amplía sus postulados mediante la reivindicación de una ontología política de las

semillas.

Palabras clave: semillas nativas y criollas, agroecología, democracia radical, ontología

política.

Agradecimientos: A los guardianes de semillas de San Lorenzo, Mercaderes y Caldono.

Declaración de intereses

Financiación: Esta investigación fue enteramente financiada por su autora.

Conflictos de interés: Esta investigación no tiene conflictos de interés.

Disponibilidad de información: La autora pone a disposición todas las entrevistas

recolectadas en esta investigación mediante solicitud enviada a su correo electrónico.

Disponibilidad de códigos: No se requirió aplicar procesos de codificación automática en el

análisis de la información.

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1. Problema de investigación

Desde la década de 1980, los sistemas democráticos representativos han impulsado un

modelo productivo agrícola neoliberal basado en los principios de la Revolución Verde

(Shiva 2012): desarrollo de la agricultura a gran escala, monocultivos y utilización masiva

de fertilizantes industriales y semillas transgénicas o híbridas (García et al. 2019). Este

modelo productivo se ha justificado con la idea de proteger y expandir los derechos

democráticos de libre competencia, libertad de consumo e innovación para optimizar la

producción económica. En Colombia, este modelo se empezó a implementar en la década de

1990 a través de estrategias de política agrícola de tipo industrial (OCDE 2015), entre las que

se incluyó una nueva legislación1 para proteger la propiedad intelectual de las semillas

creadas y modificadas en laboratorios de países industrializados. Esta legislación,

promulgada y apoyada por instituciones estatales como el Instituto Colombiano

Agropecuario (ICA) (Gutiérrez Escobar 2015), se ha sustentado en el discurso de que las

semillas transgénicas permitirán el crecimiento de la producción y la mejora en el bienestar

de todos los agricultores del país (Consuegra 2017).

Frente a esto, diversas comunidades en Colombia han tomado acciones concretas para

defender su patrimonio natural y su soberanía alimentaria2. Parte de esta defensa incluye las

acciones para proteger sus semillas nativas y criollas a través de diferentes manifestaciones

de activismo político y judicial con el apoyo de redes nacionales como la Red de Semillas

Libres de Colombia (RSLC) y la Red de Guardianes de Semillas (RGS) (Gutiérrez Escobar

2015). En la misma línea, las comunidades han decidido promover declaratorias de territorios

libres de transgénicos (TLT)3, como ha sucedido en el resguardo indígena Cañomomo

Lomaprieta (Riosucio, Caldas), y en los municipios de La Unión y San Lorenzo (Nariño).

1 Resolución 970 de 2010 y la Ley 1518 de 2012, alineadas al Convenio UPOV 91, el cual establece los principios de propiedad intelectual sobre las semillas transgénicas y al que el Estado colombiano se comprometió a adherirse como resultado de la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos. Esta legislación fue declarada inexequible por parte de la Corte Constitucional en el año 2012. 2 Según Altieri y Toledo (2011) la soberanía alimentaria es el derecho de las personas a producir, distribuir y consumir alimentos saludables de forma ecológicamente sostenible. 3 Los TLT son territorios libres de transgénicos que buscan la autodeterminación de las comunidades y la soberanía alimentaria. En concreto, los TLT no solo buscan salvaguardar el territorio de la entrada de transgénicos sino hacer un llamado a la alimentación sana y justa.

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Estas iniciativas han sido criminalizadas y deslegitimadas por parte de gremios semilleros

como Acosemillas, quienes han adoptado el discurso político que defiende el uso de las

semillas transgénicas (Acosemillas 2020). En el año 2018 estas dos entidades interpusieron

una demanda en contra del municipio de San Lorenzo, en la que se manifiesta que su

declaratoria como territorio libre de transgénicos es ilegitima, pues excedió las facultades

dadas por la Constitución de 1991 al violar los principios de la libre competencia y la

circulación comercial de las semillas certificadas. De esta manera, Acosemillas utiliza como

respaldo la democracia representativa y los principios de la libre competencia para tratar a la

conservación de semillas nativas y criollas como una práctica antidemocrática.

En un contexto global des-democratizado (Swampa 2015), y en el cual Estados como el

colombiano, con el apoyo del sector privado, han tratado de criminalizar y deslegitimar la

práctica milenaria de conservación de semillas nativas y criollas, cabe preguntarse por las

narrativas que permiten a las comunidades rurales mantener su lucha por la conservación de

semillas. La relevancia de este cuestionamiento radica en que tales narrativas, aunque

rechazan la neoliberalización de la agricultura, también son democráticas en un sentido

alternativo al planteado por los sistemas representativos que han fomentado esta

neoliberalización. Esto también coindice con discusiones académicas en relación con la

democracia (Barnett y Bridge 2013), puesto que la conservación de semillas nativas y criollas

establece sistemas de autoridad compartida que cuestionan la democracia representativa y su

relación con el proyecto del desarrollo neoliberal.

Una de las principales y más recurrentes propuestas teóricas para abordar el problema

descrito es el de la democracia radical, la cual analiza las prácticas contrahegemónicas que

propenden por sistemas de autoridad compartida y la defensa de una construcción de la

democracia que rechaza los modelos neoliberales (Esteva 2007). Por ello, en este artículo se

busca aplicar el marco de la democracia radical a la práctica de conservación de semillas

nativas y criollas con el fin de reflexionar sobre las construcciones democráticas que rechazan

el modelo productivo agrícola neoliberal y cuestionan el proyecto des-democratizador

propiciado por las naciones del norte global. Así, cabe preguntarse: ¿Cómo la conservación

de semillas nativas y criollas se configura como una experiencia de la democracia radical?

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Para abordar esta pregunta, el presente trabajo realizó un análisis crítico del discurso de los

guardianes de semillas nativas y criollas en los municipios de San Lorenzo (Nariño),

Mercaderes y Caldono (Cauca), territorios en los cuales ya existe un proceso consolidado de

conservación de estas semillas liderado por estos guardianes. Para ello, se realizaron

entrevistas semiestructuradas a 26 guardianes4 de semillas activos, con las cuales se logró

identificar las diferentes estructuras discursivas en torno a las prácticas de conservación de

semillas y comprender las motivaciones políticas que han guiado la conformación de

sistemas de autoridad compartida que rechazan el modelo productivo neoliberal y cuestionan

el sistema democrático representativo que ha impulsado a dicho modelo.

El presente texto está dividido en seis secciones. La primera sección es la presente

presentación del problema de investigación. En la segunda sección se presenta el estado del

arte que permite reconocer los estudios relacionados con el problema presentado y el vacío

teórico que se busca abordar. En la tercera sección se establece el marco conceptual con el

cual se realizó el análisis de la información recolectada. En la cuarta sección se describe la

metodología llevada a cabo para realizar las entrevistas semiestructuradas. La caracterización

de los sujetos políticos, así como las configuraciones socio-mentales y las motivaciones

políticas que permiten comprender los resultados descritos se presentan en la quinta sección

de este artículo. La sexta y última sección presenta las conclusiones generales del trabajo.

2. Estado de conocimiento

El presente estado de conocimiento está dividido en tres secciones. En la primera, se

reconstruyen las investigaciones que han analizado las problemáticas y conflictos derivados

de la expansión de los derechos de propiedad intelectual (DPI) en Colombia y la

criminalización de las semillas no certificadas por parte del ICA. En la segunda, se presentan

los estudios que han utilizado el marco de la democracia radical para comprender procesos

agroecológicos y proponer dinámicas de cooperación social que promueven la horizontalidad

deliberativa en sistemas agroalimentarios globalizados. En la última sección se tratarán los

4 Los guardianes de semillas entrevistas hacen parte de las organizaciones de RSLC, RGS y el Comité de Integración del Macizo Colombia (CIMA). Los guardianes lideran las acciones organizativas que buscan conservar las semillas nativas y criollas

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trabajos que han aplicado el marco de la democracia radical al estudio de movimientos

campesinos, los cuales, a través de sus formas de resistencia, han descolonizado el cuerpo

teórico en el que se soporta la democracia radical.

Como resultado de la implementación del Convenio UPOV 91, de obligatorio cumplimiento

para Colombia debido a la firma del TLC con Estados Unidos en 2012, la política pública

del país promueve el uso de las semillas patentadas por las empresas multinacionales de

biotecnología a la vez que ha tratado de criminalizar y restringir a las semillas tradicionales

(Gutiérrez Escobar 2015). A partir de esta normativa, se han sustentado tres narrativas

discursivas construidas por el ICA y las multinacionales semilleras para atribuirle un falso

éxito a las semillas transgénicas (Silva 2018). En concreto, se afirma que i) el creciente uso

de transgénicos es un indicador de su éxito, aunque se deja de lado que a dicho éxito también

ha contribuido la intervención del Estado al decomisar de semillas no certificadas, ii) se le

atribuye la responsabilidad al agricultor de los fallos de las semillas transgénicas,

atribuyéndoles un mal manejo de ellas. Lo anterior genera iii) una descalificación de las

semillas criollas y sus ecosistemas locales, lo que refuerza un imaginario que configura a las

semillas transgénicas como las mejores para la producción agrícola (Silva 2018).

Las estrategias de conservación de semillas nativas y criollas, llevadas a cabo por los

guardianes de la RSLC en Colombia, han desafiado las narrativas anteriormente señaladas,

así como el control corporativo por parte de las multinacionales semilleras (Silva y Gutiérrez

Escobar 2019). En concreto, la RSLC ha buscado cuestionar la biohegemonía ejercida por

las transnacionales y las políticas públicas agrarias al transformar el debate público sobre

semillas. Así, para la RSLC las semillas no son materia prima que debe ser extraída, sino el

resultado de una práctica que ha adaptado saberes tradicionales (Gutiérrez Escobar y Fitting

2016). Con esto, se cuestiona el supuesto de que la biotecnología es la única forma de

conocimiento sobre el mundo natural que puede ser legitimada al momento de diseñar

políticas públicas; pues la RSLC se enmarca en un proyecto decolonizador cuyas formas de

resistencia defienden una dimensión epistémica y política de los saberes tradicionales en

torno a las semillas (Hernández y Gutiérrez Escobar 2019).

Las prácticas agroecológicas promueven sistemas diversificados de producción agrícola, en

los que las familias campesinas establecen mecanismos de coproducción con la naturaleza

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para fortalecer la biodiversidad natural y luchar por una autonomía que se deslinde del

modelo productivo neoliberal que se soporta en los Estados centrales. En este sentido, la

agroecología busca reducir el intercambio desigual y propende por una autonomía campesina

que no se rija dentro del mercado de crédito y endeudamiento (Rosset y Martínez 2015). Por

eso, la agroecología genera a su vez “cultivos sociales”, entendidos como redes de interacción

entre miembros de una misma comunidad (Calle et al. 2010; Calle et al. 2013). Estas redes

están basadas en la economía solidaria, los lazos colaborativos y un uso equitativo de los

recursos naturales. La agroecología expresa en consecuencia manifestaciones de democracia

radical porque desarrolla actividades agrícolas resilientes, esquemas de distribución

alimentaria locales y autogestionados, así como mecanismos de participación directa e

igualitaria de todos los miembros de las comunidades involucradas a través de prácticas

agroecológicas (Calle et al. 2010; Calle et al. 2013).

En ese sentido, la democracia radical puede ser el producto de la agroecología (Calle et al.

2010), ya que esta última no solo busca establecer procesos de transición productiva

agroecológica, sino que también promueve que las comunidades campesinas se desvinculen

de las estrategias agrícolas empresariales que se legitiman bajo el fuero del Estado central y

la libre competencia (Petersen 2011). Por ello, los defensores de la agroecología resaltan la

necesidad de propender por transiciones ecológicas, consistentes en el abandono de las

prácticas agroindustriales y de los modelos de exportación agrícola para pasar a esquemas

endógenos, sustentados en la solidaridad, los mercados locales y el uso sostenible de los

recursos (Guzmán Casado et al. 2000).

Un ejemplo de lo anterior es la organización Vía Campesina, la cual coordina a diversas

comunidades campesinas en todo el mundo para establecer mecanismos de sustitución de la

agricultura a gran escala por estructuras agroecológicas desarrolladas por estas mismas

comunidades. Estas se han convertido en organizaciones de democracia radical a través de

las prácticas agroecológicas y de su relación con los demás actores públicos y privados en

sus territorios (Calle et al. 2010; Calle et al. 2013). Asimismo, se ha aplicado el concepto de

la democracia radical al movimiento Vía Campesina y sus formas de resistencia decolonial.

La resistencia rural de este movimiento ha llevado a la práctica a la democracia radical al

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defender la relación existente entre la dignidad humana y la naturaleza (Von Redecker y

Herzig 2019).

Por otro lado, la agroecología se ha convertido en un medio práctico para cambiar la

mentalidad de las comunidades involucradas, no solo frente al ejercicio de la agricultura, sino

frente a la democracia y las relaciones sociales (Pimbert 2017; Pimbert 2018). La

agroecología ejemplifica diversos mecanismos de participación directa que hacen que los

actores involucrados reflexionen sobre su papel en el sistema democrático, y sus derechos y

responsabilidades en el marco de su comunidad. Esto se debe a que la agroecología está

sustentada en relaciones colaborativas locales y en el ejercicio de una agricultura de pequeña

escala y sostenible con el medio ambiente; prácticas generalmente opuestas a las establecidas

en los modelos agroindustriales. Así, tales prácticas han descolonizado el cuerpo teórico de

la democracia radical, al sustentar su desarrollo en sistemas agroecológicos locales con

perspectivas culturales y sociales diversas.

De esta manera, se demuestra que el marco de la democracia radical es frecuentemente

utilizado para comprender procesos agroecológicos en sistemas alimentarios globalizados.

Este marco ha permitido cuestionar a las democracias representativas actuales y comprender

las alternativas agrícolas que se oponen al sistema productivo liberal, aunque aún no se haya

realizado análisis concretos sobre las actividades de conservación de semillas desde el marco

de la democracia radical. Además, se evidencia que diversas investigaciones ponen en

cuestión el marco de la democracia radical e invitan a controvertir estos supuestos teóricos

con un lente decolonial. Con base en ello, se encuentra un vacío de conocimiento en cuanto

al análisis y reflexión de la conservación de semillas desde el marco de la democracia radical,

el cual es necesario abordar para profundizar en la reflexión sobre la democracia en contextos

en los que esta privilegia al sistema productivo neoliberal y se deslegitima la conservación

de las semillas nativas y criollas, como sucede en diversos municipios colombianos.

3. Marco conceptual

La democracia radical es una práctica política y ética que critica los lineamientos de la

democracia representativa y propone prácticas locales de imaginación política (Conway y

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Singh 2011). Dicho paradigma propone un radicalismo político que posibilite la construcción

de nuevos sistemas autónomos de organización política, social y económica que se opongan

a la globalización neoliberal y a las formas de relacionamiento social que el imperialismo

impone a través del discurso desarrollista. (Esteva 2009). Esteva y Prakash (1998) postulan

a la democracia radical como una práctica contrahegemónica nutrida por los movimientos

populares y subalternos que propende por espacios políticos que celebren la autonomía

política de las comunidades al defender sistemas de autoridad compartida y comunitaria.

Esteva y Prakash (1998) postulan que la práctica de la democracia radical implica: (i) la

construcción de sistemas de autoridad compartida de organización y gestión que reivindican

la posibilidad de imaginar paradigmas políticos diferentes a la democracia representativa y

constitucional. Estos sistemas se conforman a partir de autoridades elegidas localmente,

sistemas de gestión de bienes comunes y sistemas consuetudinarios de normas De igual

modo, (ii) el cuestionamiento y resistencia hacia los dictámenes estatales propios de la

democracia representativa. Estas acciones se evidencian cuando las comunidades rechazan

la relación preminente entre las instituciones de la democracia representativa y el desarrollo

neoliberal (Esteva 1985;1987;1991;1992). Por último (iii) si bien hay un cuestionamiento

hacia el aparato democrático representativo, existe una adaptación de dicho aparato a favor

de las normas, reglas o principios construidos por la propia comunidad. Esto implica el uso

de figuras de la democracia representativa tales como consultas, plebiscitos, y referendos

(Esteva 2007).

La democracia radical tiene una filiación con los postulados de la ontología política, los

cuales ilustran la conexión entre la democracia radical (Conway y Singh 2011) y las

experiencias políticas que establecen un relacionamiento no dual con la naturaleza. A saber,

la democracia radical desafía la modernidad y su estatismo ontológico; es decir, desafía al

régimen político constitucionalmente constituido que divide al mundo en unidades políticas

(naciones) y que proporciona principios rectores universales que anulan la diversidad de

imaginarios y prácticas políticas. En ese sentido, la democracia radical propone nuevas

construcciones ontológicas de la democracia que permitan comprender las prácticas políticas

que propenden por múltiples construcciones de mundo y que cuestionan la política de lo

razonable promovida por la teoría democrática representativa (Ziai 2014). En la misma línea,

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la ontología política reflexiona sobre las luchas de las comunidades que buscan proteger sus

condiciones de existencia de la avalancha desarrollista, extractivista y modernizante, que

constituye una amenaza para la naturaleza (Blaser et al. 2013). Así, la autonomía propiciada

por la democracia radical surge como una práctica ontológica que crea condiciones de

existencia; las cuales promulgan políticas basadas en la historia y los proyectos de vida de

las comunidades (Blaser 2013).

Por consiguiente, la construcción de un sistema de autoridad compartida, el cual está basado

en el rechazo de la dominación del patrimonio natural de los territorios, no solo puede

comprenderse desde sistemas alternativos de organización y gestión. Es necesario reflexionar

sobre los procesos territoriales que constituyen espacios de interrelación con el mundo

natural desde prácticas no dominantes con esta (Escobar 2014). Por ello, se debe analizar la

construcción de sistemas de autoridad compartida a la luz de la ontología relacional, la cual

establece relaciones diferentes con el espacio en el que se habita. Esto se evidencia cuando

una comunidad no establece una relación dual, opuesta y jerárquica entre naturaleza y el

mundo humano (Blaser 2013), sino que construye mecanismos políticos que están diseñados

para concebir a la naturaleza y al mundo humano como entidades emergentes que se juntan

como nudos de una misma red (De la Cadena 2015).

Igualmente, el cuestionamiento y la resistencia hacia los dictámenes estatales propios de la

democracia representativa no se reducen a la comprensión del rechazo de las comunidades

hacía la relación preeminente entre la democracia representativa y el desarrollo neoliberal.

También es necesario entender las prácticas cotidianas que las comunidades realizan para

transformar el espacio cotidiano y promulgar un sistema de autoridad compartida

comprometido con un relacionamiento social entre humanos y naturaleza en términos no

jerárquicos (Escobar 2014). Por ello, es necesario reflexionar sobre las prácticas políticas de

las comunidades que resisten el sistema democrático y neoliberal y expanden sus

mecanismos políticos para incluir a los no humanos: la naturaleza (De la Cadena 2015).

Por último, el entendimiento de las adaptaciones de la democracia representativa que realizan

las comunidades en favor de sus normas, reglas y principios propios debe considerar la

construcción y promulgación de una historia política territorial (Escobar 2014). En concreto,

el uso de consultas y figuras de participación establecidas constitucionalmente son un

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mecanismo que busca salvaguardar la historia política del sistema de construcción

compartida de las comunidades. Esto implica que se busca tejer una configuración histórica

diferente a la historia universal; la cual está imbuida en la retórica colonial y universalista

(Blaser 2013; Escobar 2014). En ese sentido, para comprender las estrategias pragmáticas de

la democracia radical es necesario comprender que esta también es un mecanismo para

defender la existencia de sistemas políticos que protegen las prácticas políticas de las

comunidades (Blaser et al. 2013).

4. Metodología

La metodología establecida es el análisis crítico de discurso, el cual es un tipo de

investigación analítica que estudia el discurso en relación con el poder y la dominación en

un contexto social y político particular (Van Dijk 2002). El análisis de discurso toma partido

de manera explícita y espera que su producto contribuya a la resistencia contra la desigualdad

social. En concreto, para comprender un fenómeno social a la luz de un conjunto de discursos,

Van Dijk (2002) propone cuatro categorías de análisis: i) los actores sociales, ii) las acciones,

iii) el contexto y la estructura y iv) las representaciones sociomentales. Para el autor, las

identidades de los participantes se forjan desde modelos mentales que se manifiestan a partir

del lenguaje y que representan a una cultura, a una actitud o a una ideología específica.

Si bien esta investigación no tiene como intención develar estructuras de poder ni la ideología

de un conjunto de personas, sí intenta entender un fenómeno social a través de su interacción

con las experiencias cotidianas de los participantes. En este caso, se aplicó la metodología

planteada por Van Dijk (2002) para identificar y analizar los diferentes argumentos de los

participantes sobre la conservación de semillas nativas y criollas y su relación con el ejercicio

de la democracia radical.

Para desarrollar esta metodología, se elaboró un cuestionario semiestructurado a partir de las

categorías de análisis referidas en el marco conceptual de este trabajo. Este cuestionario se

aplicó a 26 guardianes de semillas en San Lorenzo, Caldono y Mercaderes. Las entrevistas

realizadas permitieron capturar los diferentes argumentos discursivos de los guardianes,

reconstruir los procesos relacionados con las actividades con semillas nativas y criollas, e

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identificar elementos argumentativos que dan cuenta de configuraciones de democracia

radical dentro de tales procesos.

Cada uno de los discursos verbales de las entrevistas fue releído y clasificado manualmente

según el tema expresado en estos: sistema consuetudinario desarrollado en torno con la

conservación de semillas, esquemas de gestión de semillas y sistemas de elección de

guardianes. Con este mismo procedimiento se identificaron las experiencias detalladas en

torno a la presencia de conflictos con gremios semilleros y entidades estatales como el ICA;

las motivaciones y causas de dichos conflictos; y la existencia o ausencia de oposición o

sustitución de las instituciones estatales por parte del aparato normativo consuetudinario

construido por los guardianes.

Una vez se realizó esta clasificación, se reconstruyó cada una de las categorías de la

democracia radical (sistema de autoridad compartida, resistencia a la neoliberalización y uso

del aparato democrático representativo) Así, se identificó cómo cada uno de los elementos

discursivos clasificados remite o expresa a una de las tres categorías de la teoría de la

democracia radical. Dentro de este proceso, se identificaron argumentos discursivos que

remitían a aspectos particulares de la ontología política, tales como la ontología relacional,

las prácticas de transformación del espacio cotidiano, y la reivindicación de una historia

política comunitaria. Esta última identificación complementó el análisis desde el marco de la

democracia radical y permitió comprender a mayor profundidad los procesos políticos

desarrollados dentro de la conservación de semillas.

5. Resultados y análisis

5.1. Sistemas de autoridad compartida

En primer lugar, se observó una regularidad temática en los discursos de los guardianes de

semillas en torno a la construcción del sistema de autoridad compartida en sus territorios.

Este sistema responde a un discurso común sobre el rechazo a la destrucción y dominación

del patrimonio natural de su territorio. Dentro de este sistema, la conservación de semillas

propende por un relacionamiento ético con la naturaleza y radicaliza la democracia al

expandir formas de habitar en el mundo.

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Sin embargo, los discursos de los entrevistados permitieron identificar diferencias en cuanto

a los mecanismos de elección de los nuevos guardianes, los procesos de conservación de las

casas de semillas y la aplicación práctica de las normas consuetudinarias que rigen en cada

uno de los sistemas de autoridad compartida. Estas diferencias obedecen a la diversidad de

contextos geográficos, sociales y políticos en los territorios estudiados, la cual promueve una

política del lugar que, en vez de obstaculizar las actividades con semillas, permite la

construcción de múltiples ontologías que radicalizan su conservación.

El guardián

Para todos los entrevistados, el guardián es una autoridad local que promueve la conservación

y protección de semillas nativas y criollas por mandato entregado por la comunidad en la que

habita. El guardián es un actor político que entiende a las semillas como miembros de la

comunidad que merecen ser libres a través de su circulación y conservación. Además, este

promueve la conservación y la libre circulación de semillas a través de intercambios,

préstamos y cultivos. Esto configura las bases de la democracia radical, tal como lo señala

Blaser (2013), ya que los coordinadores de las manifestaciones de democracia radical (los

guardianes de semillas) no buscan establecer directrices de dominancia sobre la comunidad

agrícola ni sobre el patrimonio natural, sino promulgar una ontología relacional de

conservación y cuidado. Tal como señala Aura Alina, guardiana de semillas de San Lorenzo:

Para ser guardián de semillas uno debe estar unido, no digo regido o dirigido, sino que es un

proceso de unidad que genera adoptar ciertos principios y formas de convivencia e

interrelación. Esos principios tienen que ver con que todo lo que yo haga tiene que cumplir

tres principios: primero que lo que yo haga me beneficie a mí, segundo beneficie a la

comunidad y tercero beneficie a la madre tierra. Todo tiene que cumplir esos tres principios

porque si no entonces no es sustentable, no hay sostenibilidad en nada de lo que tú hagas. Las

semillas nacen libres, caminan libres y nuestra obligación, en este planeta, es dejar que ellas

sigan siendo libres (Comunicación personal 2019).

Las diferencias en los procesos de selección de los guardianes se pueden explicar porque las

experiencias de democracia radical se caracterizan por tener cuerpos centralizados que se

acoplan a las necesidades locales, pero a su vez cuentan con cuerpos flexibles cuyas

estructuras son más informales, lo cual facilita la movilidad entre las tareas (Esteva 2007).

Así, los entrevistados de San Lorenzo afirmaron que no convocan una votación para elegir a

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los guardianes. Cada persona se postula ante la coordinación central de la RGS en Nariño y

dicha coordinación evalúa la trayectoria agrícola del postulado. Por otro lado, en Mercaderes

y Caldono, aunque los guardianes conocen la labor de la coordinación central de la RGS y

mantienen relaciones con la RSLC, consideran que no es necesario hacer un trámite formal

ante ninguna coordinación para ejercer sus funciones, por lo que eligen a sus guardianes por

votación entre todos los miembros adultos de la comunidad.

La casa de semillas

Para fomentar prácticas éticas entre los agricultores y los entes no humanos (semillas), los

guardianes gestionan casas de semillas. En San Lorenzo, los guardianes manejan casetas de

semillas personalizadas en sus terrenos y establecen intercambios, compra, venta y préstamos

de semillas con la casa matriz de la RGS ubicada en Pasto. En Mercaderes no existe una casa

de semillas, pero se llevan a cabo estrategias de conservación consistentes en la continuidad

del ciclo de cultivos y mantienen un vínculo comercial con la casa de semillas de la vereda

Siberia (Caldono, Cauca), construida por los guardianes de este municipio con la ayuda de la

RSLC y la organización SWISSAID. La particularidad de este último territorio es que junto

a las comunidades campesinas conviven comunidades indígenas Nasa y Misak, las cuales

han tenido conflictos por la propiedad de la tierra. En este contexto, los guardianes

manifiestan que cada pueblo tiene distintas realidades que se tornan conflictivas, pero han

utilizado la casa de semillas para mantener el tejido social entre ellos.

Al analizar esta evidencia, es claro que para los guardianes de San Lorenzo, las casetas y las

casas de semillas cuestionan la idea de “bancos de semillas”, la cual es recurrente en

investigaciones sobre semillas (Vernooy et al. 2015). La palabra “banco” está envuelta en

códigos capitalistas de acumulación, lo cual contradice los principios de los guardianes y de

su práctica de conservación. Así, como señala Aura Alina: “Nosotros no hablamos de bancos

de semillas porque no nos parece ese tema de un sistema capitalista y depredador, por eso

hablamos de casas de semillas” (Comunicación personal 2019).

Asimismo, para algunos guardianes de San Lorenzo, el lugar donde habitan las semillas es

un altar y un refugio, lo cual resignifica su habitabilidad: se establece un compromiso con la

libertad de las semillas y con la prolongación de la vida de sus diferentes especies. La pérdida

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en la variedad de semillas implica así una ausencia en el legado histórico que los actuales

guardianes le quieren dejar a los futuros, así como una destrucción de las diferentes

posibilidades agrícolas que permiten habitar la tierra desde una ontología que radicalice el

entendimiento de la naturaleza (De la Cadena 2015).

Los procesos de conservación llevados a cabo por los guardianes de Mercaderes evidencian

su cuestionamiento a la conservación desde un espacio que no sea la tierra misma, ya que

para ellos, cuidar y prolongar la vida de las semillas implica retornarlas a su hogar a través

de la siembra. Esta práctica establece una narrativa que pasa por reconocer que las semillas

provienen y pertenecen a la tierra, y que su resguardo no es una casa como la de los humanos.

El reconocimiento radical de la habitabilidad de las semillas las reconoce no solo como entes

sagrados y libres, sino como seres que tienen su propia ontología del habitar que es

radicalmente opuesta a la de los seres humanos (Blaser 2013). En palabras de Elizabeth,

guardiana de semillas en Mercaderes:

No tenemos un sitio específico para guardar las semillas. (…) eso se hace de forma natural

pero no en un sitio específico, o por ejemplo, nuestra semilla la guardamos es en la tierra, que

es volviéndolas a sembrar, porque si la semilla no tiene un proceso de conservación pues la

semilla no nace, no germina. Entonces la mejor forma de conservarla es volviéndolas a

sembrar (Comunicación personal 2020)

La comprensión de los guardianes de Caldono en torno a la casa de semillas como un eje

integrador de distintas comunidades refleja lo señalado por Blaser (2013), en cuanto a que la

promulgación de distintas ontologías opuestas a la ontología moderna implica establecer

conexiones parciales entre múltiples ontologías, sin anular sus diferencias ontológicas y

comprometiéndose con la promulgación de una política compartida. En este caso, una

política donde las semillas nativas y criollas son conservadas y defendidas. En la narración

de Ricardo, guardián de semillas de Caldono:

Una cosa muy interesante que vi fue el poder perdonar, poder asumir eso que estaba pasando

de otra manera; y nuestra casa de semillas, pensar en las semillas, fue básicamente lo que

hizo que nos siguiéramos encontrando, que nos siguiéramos viendo; y nosotros planteamos

que una de las situaciones que hacía importante el grupo de trabajo eran las semillas, era la

vida, era la biodiversidad, era el alimento, era la autonomía alimentaria, y eso dijimos que

Page 15: Conservación de semillas nativas y criollas: experiencias

15

eso era un llamado para que todos nos pudiéramos unir en torno a las semillas (Comunicación

personal 2020).

El sistema consuetudinario de normas

Aunque existen diferencias en cuanto a la conservación de semillas y sus manifestaciones en

el habitar de las mismas, en los territorios estudiados se manejan principios básicos comunes

respecto a la comercialización de semillas, los procesos de decisión y coordinación, y la

promulgación de la soberanía alimentaria de las comunidades. Esto les permite promover una

política alimentaria opuesta a la impulsada por el Estado colombiano mediante la distribución

y promoción de semillas transgénicas.

En concreto, los guardianes han establecido principios para llevar a cabo la circulación y

comercialización de semillas nativas y criollas, y fomentar prácticas agroecológicas que

promuevan la soberanía alimentaria, la construcción de un comercio agrícola que proteja la

naturaleza, y la restricción de cultivos transgénicos que comprometan las semillas por medio

del contacto o hibridación. Estos principios establecen préstamos, intercambios, ventas y

compras de semillas entre los guardianes y los miembros de sus comunidades. Los préstamos

consisten en suministrar a los agricultores un kilo de semillas nativas o criollas con el

compromiso de devolver un kilo y medio al guardián. La compraventa de semillas tiene la

intención de obtener los recursos suficientes para sostener las actividades de los guardianes

y realizar mercados o ferias en los municipios donde tienen presencia. Por último, el

intercambio se realiza en espacios formales e informales, tales como las asambleas de la RGS

y la RSLC y encuentros en los que los guardianes comparten sus experiencias con las semillas

y las intercambian para establecer lazos de amistad en sus territorios. En palabras de Aura

Alina:

Nosotros no lo hacemos [el intercambio de semillas] como negocio, porque las semillas

nativas y criollas tienen una ventaja, que cuando tú siembras, tú tienes nuevamente la semilla

y no tienes que ir a comprar a ninguna parte, esa es la ventaja, entonces para nosotros no es

un negocio en el concepto “quiero vivir de la venta de semillas”. Lo que nos beneficia a

nosotros es que cada vez que una persona nueva tiene una semilla nuestra se va a multiplicar

y vamos a permitir que haya mucha abundancia, entonces vamos a generar mucha paz y

nuestra misión se ha cumplido. (Comunicación personal 2019)

Page 16: Conservación de semillas nativas y criollas: experiencias

16

Estas prácticas reflejan lo planteado por Esteva y Prakash (1998), en tanto que las prácticas

comerciales autónomas incentivan procesos económicos que no se rigen bajo los parámetros

capitalistas del neoliberalismo, y que por el contrario, ofrecen formas cotidianas de

emancipación política (Esteva 1985; 1991). Los guardianes buscan así establecer cargas

económicas compartidas que les den potestad sobre su patrimonio natural (Esteva 1991) bajo

sus propios términos y sin perder el sentido democrático de su autoridad. Al mismo tiempo,

han desarrollado medios de comercialización que deslegitiman el comercio agroindustrial y

la gramática política hegemónica de los precios del mercado bajo la asunción de la libre

competencia.

5.2. Resistencia a la neoliberalización de la agricultura

Los guardianes de semillas comparten un discurso común de rechazo hacia la producción de

semillas transgénicas, la neoliberalización de la agricultura y la propiedad intelectual de las

semillas. En concreto, los guardianes manifiestan que su sistema de autoridad compartida no

solo tiene el propósito de establecer relaciones autónomas que propendan por la conservación

de las semillas nativas y criollas. También es una manifestación política que se resiste a

comercializar y cultivar con semillas transgénicas, a practicar y concebir a la agroindustria

como único modelo “razonable” de agricultura, y a ejercer propiedad sobre las semillas por

medio del discurso que defiende los DPI (Blaser 2015).

En primer lugar, los guardianes consideran que la circulación de las semillas transgénicas

genera la ilusión de un falso beneficio, ya que estas han sido modificadas y manipuladas con

el fin de beneficiar a un sector reducido de la población, quien ejerce los DPI sobre tales

semillas y recibe las ganancias por su venta. En contraste, las semillas nativas y criollas son

para los guardianes el ente vital de los cultivos agroecológicos, puesto que en ellas empieza

la vida natural. Es decir, las propiedades de reproducción e intercambio libre de estas semillas

les permite mantener la biodiversidad en sus territorios y el desarrollo de sus cultivos sin

necesidad de invertir grandes recursos en la compra de semillas, como sucedería si

reemplazaran las semillas nativas y criollas por semillas transgénicas.

Igualmente, los guardianes señalan que las prácticas agroindustriales generan desigualdades

económicas entre los grandes productores y las comunidades campesinas e indígenas, ya que

tales prácticas promueven que los primeros se apropien de la tierra y el patrimonio natural de

Page 17: Conservación de semillas nativas y criollas: experiencias

17

los segundos para optimizar la producción agrícola. Al mismo tiempo, las prácticas

agroindustriales generan desigualdades sociales, puesto que se impide el desarrollo de la

soberanía alimentaria de las comunidades locales y los mecanismos sustentables y

participativos para el uso de las semillas. Esto se debe a que la agroindustria se sustenta en

la exportación masiva de productos agrícolas y el uso de semillas certificadas, porque las

regulaciones del comercio internacional exigen que los productos agrícolas que se exporten

hayan sido cultivados con semillas que cumplan los DPI ejercidos por las empresas

multinacionales dueñas de tales semillas, generalmente modificadas genéticamente.

En consecuencia, los guardianes manifiestan su rechazo al ejercicio de la propiedad

intelectual sobre las semillas, dado que este principio se defiende como resultado de la

expansión de la agroindustria y de la búsqueda de beneficios privados, en detrimento de las

prácticas de conservación de semillas nativas y criollas y la soberanía alimentaria de las

comunidades. En palabras de Aura Alina:

La agricultura agroindustrial es autodestrucción. Las personas que están haciendo eso nunca

van a entender, o si lo entienden, no sé qué pasa, que lo que están haciendo es una actitud en

contra de ellos mismos, porque es que las semillas libres nos benefician a todos, una semilla

privatizada solo va a beneficiar a un sector, pero es mentira, es un beneficio falso, es un falso

beneficio porque mira, una semilla transgénica, que para mí no son semillas, una OGM, es

algo que te destruye también al mismo productor, porque si ese productor consume esas

semillas también se está envenenándose igual. (Comunicación personal 2019)

Al analizar los discursos de los guardianes, se evidencia su oposición al discurso que defiende

los DPI sobre las semillas. Esta oposición responde al hecho de que el ejercicio práctico de

este discurso implicaría la prohibición del uso y conservación de las semillas nativas y

criollas, y en consecuencia, la destrucción de los sistemas de autoridad compartida y la

diversidad cultural y biológica en los territorios. Así, aunque la Resolución 970 de 2010 y la

Ley 1518 de 2012, las cuales imponían de manera efectiva estas prohibiciones, ya hayan sido

derogadas, el discurso que promovió dicha legislación sigue vigente y es repetido por

instituciones estatales como el ICA y los gremios semilleros en el país.

La vigencia del discurso de defensa de los DPI sobre las semillas se evidencia en la

promulgación de la Resolución 3168 de 2015 por parte del ICA (2015). Si bien esta

Resolución no prohíbe el cultivo y consumo de las semillas nativas y criollas para el pan

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coger de las comunidades, y considera que la ancestralidad y el conocimiento agrícola que

se conservan en estas es importante, sí impide la circulación comercial de estas semillas

(Grupo semillas y RSLC 2015). (Garcia et al. 2019). Así, el ICA prohíbe a las comunidades

comercializar y tener dinámicas económicas que les permitan proteger sus semillas y

circularlas libremente en el territorio nacional.

Esta postura estatal puede ser comprendida a partir de la teoría de Esteva y Prakash (1998),

quienes señalan que las instituciones democráticas, al estar atadas a la neoliberalización de

la política, cooptan la autonomía política de las comunidades a través de la restricción de

acceso a los mercados locales o a la imposibilidad de establecer dinámicas comerciales

propias. Esta misma teoría también permite comprender las acciones de resistencia por parte

de las comunidades afectadas por estas restricciones: cuando se construyen sistemas alternos

de autoridad compartida también se está resistiendo al desarrollo neoliberal, a sus lógicas de

producción y acumulación, y a la dominación y cooptación que este modelo establece sobre

la naturaleza (Blaser 2013).

Esta oposición, liderada en este caso por los guardianes de semillas nativas y criollas, se basa

en la construcción ontológica que han realizado sobre estas, pues, como se mencionó en la

primera sección, ellos definen a las semillas como entes libres que custodian la historia de la

práctica ancestral y milenaria de la conservación (Blaser 2013). La manipulación genética

con fines de lucro entra en un conflicto irreconciliable con esta ontología de las semillas,

pues las semillas transgénicas destruyen su historia agrícola de la comunidad con el

reemplazo y muerte de las semillas nativas y criollas, al tiempo que vuelve dependiente al

agricultor.

La resistencia de los guardianes también presenta variaciones territoriales. En el caso de San

Lorenzo, los guardianes de semillas llevaron a cabo en el año 2016 una iniciativa popular

para declarar al municipio como libre de transgénicos (Portillo 2019). La declaración incluía

la implementación de acciones como la promoción del uso de semillas nativas y de la

protección de los sistemas de comercialización para que no tengan contacto con productos

transgénicos. Se recogieron alrededor de 1300 firmas de ciudadanos que apoyaron esta

decisión, lo que impulsó al Concejo municipal a promulgar dicha declaración de manera

oficial (Portillo 2019) Para los entrevistados esta declaración fue una manifestación de

Page 19: Conservación de semillas nativas y criollas: experiencias

19

autonomía y soberanía popular porque desde la comunidad y las autoridades municipales se

plantearon políticas y medidas para proteger la economía campesina y apoyar la protección

de los intercambios, las casas, y toda actividad comercial relacionada con las semillas nativas

y criollas.

En Mercaderes, la Resolución 3168 de 2015 (ICA 2015) ha generado una prohibición

implícita a las iniciativas de construcción de una nueva agricultura que se oponga al

narcotráfico. Las comunidades de este municipio se han articulado desde distintas

organizaciones (CIMA, Fundecima y Guardianes de Semillas) para sustituir los

monocultivos de la planta de coca pajarito caucana (Erythorxylum, Coca variedad Pajarito)

por un sistema comercial agrícola más diverso y basado en el uso de semillas nativas y

criollas, ya que la predominancia del monocultivo de coca incentiva el narcotráfico en la

zona. Cabe aclarar que los agricultores no quieren abandonar por completo el cultivo de coca

pajarito caucana; por el contrario, quieren diversificar la agricultura para proteger a la hoja

de coca del narcotráfico y propender por una historia política de paz y reconciliación a través

de dicha diversificación.

Para responder a las directrices del ICA, las comunidades agrícolas de Mercaderes decidieron

articular tareas con la RGS y la RSLC. Así, aun cuando estas comunidades no tienen sistemas

de autoridad tan organizados como en San Lorenzo, se ha impulsado la creación de una casa

de semillas que tiene relación comercial con la casa matriz de Siberia (Caldono).

Adicionalmente, los guardianes de Mercaderes han iniciado procesos de enseñanza y

concientización del cuidado de las semillas nativas. El discurso de los guardianes de estos

municipios evidencia los principios agroecológicos de conservación de semillas y manifiesta

su postura de resistencia para recuperar lo que se ha perdido por cuenta del narcotráfico.

Así, es posible afirmar que la conservación de semillas nativas y criollas es una manifestación

política de resistencia en contra de las políticas neoliberales del Estado, lo cual evidencia el

carácter de ejercicio de oposición de la democracia radical en estos territorios (Esteva y

Prakash 1998). Este ejercicio, manifestado a través de procesos de la declaratoria en contra

de los transgénicos o de una historia conjunta entre diferentes comunidades campesinas e

indígenas, se origina en la misma práctica agroecológica y las acciones cotidianas de los

sistemas de autoridad compartida. En palabras de Aida, guardiana de semillas de Nariño:

Page 20: Conservación de semillas nativas y criollas: experiencias

20

El trabajo es político desde el momento en que empezamos a transformar realidades con las

acciones. Comer sano es un acto político, escoger que siembro es un acto político, escoger

como lo siembro es un acto político, escoger que no voy a envenenar a nadie cuando siembro

los alimentos es un acto político, escoger que no voy a trabajar con agroquímicos es un acto

político, escoger que voy a tratar bien a la persona que me ayude en el trabajo es un acto

político, que vamos a pagar bien de manera justa es un acto político. Es como entendemos lo

político, es como hacemos eso y lo convertimos en un hábito de manera cotidiana

(Comunicación personal 2019)

5.3. Uso de figuras de la democracia representativa en favor de la democracia

radical

Los discursos de los guardianes de semillas entrevistados evidencian el uso recurrente de

herramientas de la democracia representativa colombiana para fortalecer a sus sistemas de

autoridad compartida y legitimar a sus acciones de resistencia a las políticas agrícolas

neoliberales. La recolección de firmas y la consulta popular han sido uno de los recursos

políticos utilizados para ello, estos han sido utilizados de diferentes maneras en los territorios

estudiados, pero siempre con un propósito común: reivindicar a la semillas nativas y criollas

como sujetos políticos.

Por una parte, los guardianes de San Lorenzo afirman que la recolección de firmas para

declarar al municipio libre de transgénicos está avalada por el concejo municipal de San

Lorenzo. Aunque consideran necesario establecer Estados alternativos que sean fieles a la

autonomía de los sistemas de autoridad compartida, argumentan que no es estratégico

enfrentarse directamente al Estado colombiano. El uso de las firmas es para ellos un

mecanismo pragmático que les posibilita proteger y promulgar su realidad política sin tener

que sacrificar su lealtad con sus comunidades.

Las estructuras argumentativas de los guardianes de San Lorenzo son consistentes en

cuestionar la institucionalidad democrática que defiende el modelo agroindustrial, en el cual

se ha soportado el gremio semillero Acosemillas para demandar al municipio de San Lorenzo

por llevar a cabo su declaratoria como territorio libre de transgénicos. Acosemillas, apoyado

por el aval político brindado por el ICA, argumenta que la consulta popular y el aval que dio

el Concejo Municipal a la declaratoria son inconstitucionales y exceden los derechos que

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21

confiere la Constitución de 1991a la ciudadanía y al Concejo de este municipio (Juzgado

Sexto Administrativo Oral del Circuito de Pasto 2019).

En respuesta a ello, los guardianes de San Lorenzo se articularon con diferentes

organizaciones como el Grupo Semillas y la RSLC para promover y defender el Acto

Legislativo número 226 de 2019 de la Cámara de Representantes, el cual buscaba promover

que todo el territorio colombiano sea declarado libre de transgénicos. En una de las

audiencias de este proyecto argumentaron que la declaratoria de San Lorenzo responde a la

preocupación de la comunidad agrícola por la presencia de transgénicos, y señalaron que la

defensa de los transgénicos por parte de Acosemillas no puede coexistir ni estar en armonía

con los principios de los guardianes de semillas (Congreso de la República de Colombia

2019; comunicación personal 2019). Cabe aclarar que este acto legislativo fue archivado por

vencimiento de términos, por lo cual se interpuso un nuevo Acto legislativo (008 de 2020),

el cual establece las mismas demandas que el anterior (Congreso de la República de

Colombia, 2020).

En contraste, los guardianes de Mercaderes y Caldono aseveran que las consultas populares5

realizadas en sus territorios sirvieron para ejercer su derecho a la protesta frente a

determinadas acciones del aparato democrático representativo. No se evidencia en tales

guardianes una oposición a la figura misma del Estado colombiano, sino a determinadas

decisiones estatales que van en contravía de sus derechos políticos, incluyendo la formación

de sistemas de autoridad compartida para promover el uso de semillas nativas y criollas y

oponerse a las políticas neoliberales. En palabras de Mauricio, guardián de semillas de

Caldono:

Todos hacemos parte del Estado, y las instituciones del Estado tienen que obedecer a unas

cosas que definamos como nación, entonces en cierta manera nosotros, lo que tenemos que

hacer es incidir para que el Estado asuma estas situaciones, estas problemáticas que estamos

planteando. El tema es como cada gobierno, de acuerdo a sus tendencias y a sus ideologías,

pues va proponiendo ciertas cosas, porque el Estado no es homogéneo. Entonces hay que

mirar que hay instituciones de nivel local, hay instituciones de nivel regional, hay

5 En Mercaderes la consulta tenía la intención de definir si la comunidad permite la minería metálica a gran escala y la explotación de hidrocarburos, y en Caldono, la consulta tenía la intención de rechazar el TLC con Estados Unidos.

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instituciones de nivel nacional, y uno entra a jugar con todo eso (Comunicación personal

2020)

Por ello, la comunidad indígena Nasa promovió una consulta popular en el año 2005 que

buscaba determinar la opinión de las comunidades sobre el TLC con Estados Unidos (Nixon

2005). En palabras de los guardianes de semillas, la consulta era una herramienta para

declarar en foro público su rechazo contra la criminalización de las semillas nativas y criollas;

pues este TLC restringe el intercambio libre de productos sin una propiedad intelectual

definida, siguiendo lo establecido por el Convenio UPOV 91. Así, para los guardianes de

Caldono, el TLC tiene principios que van en contra de su historia milenaria de conservación

de semillas y de sus derechos como ciudadanos políticos participes de una democracia

representativa.

Los discursos reflejan una actitud pragmática de los guardianes, ya que se mantiene la

oposición a los valores ontológicos antagónicos con la conservación de semillas nativas y

criollas a través del uso del aparato democrático, aun cuando este aparato promueve dichos

valores antagónicos (Blaser 2013). Esto se alinea con lo establecido por Esteva y Prakash

(1998), en tanto que la democracia radical explota estrategias pragmáticas y estratégicas del

espacio público de la democracia representativa con el fin de proteger los procesos

autónomos y comunitarios de las comunidades. Estas estrategias buscan transformar las

condiciones políticas y comerciales de los territorios con el objetivo de promover una ética

identitaria que se opone a las formas de cooperación estatistas de la democracia

representativa.

El objetivo final de estas estrategias es la reivindicación de las semillas como sujetos

políticos, ya que la ética identitaria y los procesos políticos autónomos defendidos a partir de

las consultas populares están sustentados en la idea de la semilla como un ente libre, diverso

y que no está sujeto a la imposición de los DPI, tal y como se argumentó en las secciones

anteriores. Al mismo tiempo, estas acciones conllevaron a revelar el proceso des-

democratizador del norte global reflejado en la relación estrecha entre la democracia

representativa colombiana y el modelo productivo agroindustrial. Esto se refleja en que la

respuesta estatal frente a estas iniciativas populares ha consistido en apoyar a Acosemillas en

su demanda a San Lorenzo y ratificar los principios de no comercialización de semillas no

certificadas a partir de la Resolución 3168 de 2015 (ICA 2015).

Page 23: Conservación de semillas nativas y criollas: experiencias

23

Las diferencias discursivas en cuanto al papel que los guardianes le otorgan al Estado y a la

legitimidad política de la democracia representativa también supone una reevaluación de la

teoría de la democracia radical en cuanto a la categoría de la legitimidad estatal planteada

por Esteva y Prakash (1998). Si bien los guardianes de Mercaderes y Caldono argumentan

que su sistema de autoridad compartida es una manifestación política que resiste al desarrollo

neoliberal y la legislación colombiana que criminaliza a las semillas nativas y criollas, los

guardianes son a la vez partícipes de la promulgación ontológica de la democracia

representativa y se sienten parte del Estado.

Lo anterior cuestiona el marco teórico de la democracia radical pues, como se señaló en la

tercera sección de este trabajo, la democracia radical propone una fractura con los principios

ontológicos de las democracias representativas para promulgar y reivindicar una gramática

política particular. Sin embargo, los discursos de los guardianes de Mercaderes y Caldono

son consistentes en aseverar que, si bien rechazan el modelo de desarrollo agroindustrial y

buscan establecer un sistema de autoridad compartida autónomo, la promulgación de su

sistema de autoridad se reconoce como parte del Estado colombiano.

Esta postura se puede explicar a partir de la crítica de Ziai (2004) a la propuesta teórica de

Esteva y Prakash (1998), pues señalan que dicha propuesta establece rupturas en las

diferentes ontologías, sin reconocer que las manifestaciones políticas locales no están

necesariamente desconectadas de los Estados democráticos representativos. Es cierto que

Esteva y Prakash (1998) aceptan que la democracia radical pone a su servicio los mecanismos

de participación de la democracia representativa, pero estos asumen que el uso de dichos

mecanismos refiere únicamente a una estrategia pragmática por parte de las comunidades, lo

cual es cierto para el caso de San Lorenzo. Sin embargo, desestiman que el uso de dichos

mecanismos también responde a un autorreconocimiento político con los valores

democráticos del Estado social de derecho; lo cual no anula la construcción política de su

sistema de autoridad compartida como opuesto al régimen estatista democrático. Esto se

evidencia en casos como los de Mercaderes y Caldono, donde ambas ontologías se

entrecruzan y se promueven de manera crítica.

En ese sentido, para todos los guardianes entrevistados, la promulgación de su ontología

política está basada en su reivindicación de las semillas nativas y criollas como sujetos

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24

políticos, con el consecuente ejercicio de sus sistemas de autoridad compartida, su relación

ontológica con la naturaleza y la conservación de una historia agrícola milenaria guardada en

estas semillas. No obstante, para los guardianes de Mercaderes y Caldono estas acciones

implican una participación ética, en los espacios de la democracia representativa, que intenta

reformar sus instituciones para que estas sean más parecidas a su sistema de autoridad

compartida. Estos guardianes se comprenden a partir del sentido contrahegemónico de los

estudios subalternos de la democracia radical, sentido en el que se busca establecer un

conflicto entre opuestos con el fin de promover una realidad política.

6. Conclusiones

Esta investigación demostró cómo el ejercicio de conservación de semillas nativas y criollas,

realizado por los guardianes de semillas de San Lorenzo, Mercaderes y Caldono se configura

como una experiencia de la democracia radical. Estos guardianes han construido un sistema

de autoridad compartida a través del cual se elige a sus autoridades locales, se establecen

casas de semillas, y se promueven normas consuetudinarias que regulan los procesos de

intercambio de estas semillas. Los discursos de los guardianes mostraron matices políticos

en estos elementos, los cuales responden a sus construcciones ontológicas respecto a su

relación con las semillas y a su reivindicación histórica particular según sus prácticas

milenarias de conservación. Esto supone una política del lugar que no anula las diferencias

políticas, sino que reconoce las posturas conflictivas que se pueden dar a la hora de construir

un sistema de autoridad.

Asimismo, la conservación de semillas de los municipios estudiados cuestiona la política de

lo razonable, promovida por la filosofía política liberal y de la cual se nutre el cuerpo teórico

de la democracia representativa. La política razonable separa las demandas de la ciudadanía

en dos bloques: aquellas que son lógicas y razonables, y aquellas que se consideran irreales

bajo los parámetros liberales que propenden por el desarrollo neoliberal Por lo general, las

demandas que abogan por una ontología relacional de la naturaleza son catalogadas en el

segundo bloque. El ejercicio de la democracia radical es así la construcción de un sistema de

autoridad compartida que resiste y cuestiona las políticas neoliberales y que se legitima bajo

el fuero político de las democracias representativas. Sin embargo, también se debe

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25

comprender como una construcción ontológica que propende por la defensa de prácticas que,

a través de una política del habitar, reivindica la historia de una comunidad. Esto permite

comprender cómo las acciones políticas de los guardianes son legítimas según sus propios

valores políticos.

Por último, cabe resaltar que la democracia radical propuesta por Esteva y Prakash (1998)

necesita reevaluar la última categoría que define su cuerpo teórico. Los guardianes de

semillas, si bien construyen una experiencia de democracia radical según lo expuesto por la

teoría, expanden sus postulados teóricos. En concreto, los sistemas de autoridad compartida

de Mercaderes y Caldono tienen gramáticas políticas diferentes al lenguaje estatista de la

democracia representativa, sin manifestar una separación tajante con esta. La promulgación

de su política del lugar pasa por legitimar la democracia representativa y demostrar sus

falencias y contradicciones internas, en especial aquellas que refieren a la relación estrecha

entre la democracia representativa colombiana y el modelo productivo agroindustrial.

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