conflictos localizados. anclajes territoriales de las luchas piqueteras en córdoba

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Publicado en Ciuffolini, M.A. (comp.) En el llano todo quema: luchas sociales urbanas y campesinas en la Córdoba de hoy. Córdoba: EDUCC 1 Conflictos localizados. Anclajes territoriales de las luchas piqueteras en Córdoba Gerardo Avalle 1 “Las novedades del habla popular son la creación de poetas anónimos que, precisamente, inventan nuevas formas porque las usuales están gastadas, han perdido el filo.” (J. Cortázar, “Cortazar por el mismo”) Introducción La trayectoria de la conflictividad social durante los últimos quince años generó importantes cambios en las relaciones de los sectores desocupados, sindicatos y Estado, alterando y resignificando el espacio de organización y supervivencia 2 de los sectores populares. Los primeros cortes de rutas y puebladas que se registran en el decenio de los ‘90 ocurren en el año 1993 en Santiago del Estero, y en 1996 y 1997 en las provincias de Neuquén y Salta 3 . Estos acontecimientos hicieron visibles las consecuencias de las políticas neoliberales implementadas durante toda la década, en un contexto de desempleo y pobreza en aumento. Como resultado de la desarticulación del mundo laboral y la pérdida de centralidad del trabajo asalariado en la organización de la vida social, se inició un proceso ininterrumpido de desplazamiento de un numeroso sector de la población hacia sus espacios más próximos, los lugares de residencia. Este proceso incipiente de organización política adquiere su propia dinámica en las mismas experiencias de acción territorial y organizativa gestadas por el campo popular. La metodología de cortes de rutas se vuelve una herramienta central para el común de los sectores desocupados organizados, quienes hacen pie en las ciudades capitales y en los principales centros financieros y productivos del país. Frente a estas significativas transformaciones, el territorio comienza a perfilarse como el escenario privilegiado donde acontecen las diferentes acciones. Esto indica la existencia de “lugares” productores de subjetividades, lugares anclados espacial y temporalmente, que actúan como catalizadores de problemáticas compartidas, y se proyectan hacia “lugares” políticos “comunes” 4 que visibilizan las diferentes luchas. El presente texto se propone analizar los sentidos que emergen en torno al “territorio” como espacio subjetivante y de lucha, a partir de la comprensión de los índices semánticos y las marcas simbólicas que remiten al mismo; así como, 1 Maestrando en Sociología (CEA-UNC). Lic. en Ciencia Política (UCC). Jefe de Trabajos Prácticos de Metodología I, Fac.de Ciencia Política y Relaciones Internacionales (UCC). Becario Conicet-Agencia Córdoba Ciencia. 2 Para un análisis de las “estrategias” desarrolladas por los diferentes actores sociales y el Estado en relación a la cuestión de la pobreza, el desempleo y la implementación de planes sociales, ver Svampa, M. & Pereyra, S. (2004). Cáp. 2, parte III. 3 Conocidos posteriormente como el “Santiageñazo”, el “Cutralcazo” y la “Pueblada” de Tartagal. 4 Virno define a estos espacios como “la estructura ósea de cada uno de nuestros discursos, aquello que permite y ordena toda enunciación particular (…) genéricas formas lógico-lingüísticas que hilvanan todos los discursos, adquieren una inmediata visibilidad”, un andamiaje que deviene en sí mismo público (2003, 26-27).

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Publicado en Ciuffolini, M.A. (2008) En el llano todo quema: luchas sociales urbanas y campesinas en la Córdoba de hoy. Córdoba: EDUCC

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  • Publicado en Ciuffolini, M.A. (comp.) En el llano todo quema: luchas sociales urbanas y campesinas en la Crdoba de hoy. Crdoba: EDUCC

    1

    Conflictos localizados. Anclajes territoriales de las luchas piqueteras en Crdoba

    Gerardo Avalle1

    Las novedades del habla popular son la creacin de poetas annimos que, precisamente, inventan nuevas

    formas porque las usuales estn gastadas, han perdido el filo. (J. Cortzar, Cortazar por el mismo)

    Introduccin La trayectoria de la conflictividad social durante los ltimos quince aos gener importantes cambios en las relaciones de los sectores desocupados, sindicatos y Estado, alterando y resignificando el espacio de organizacin y supervivencia2 de los sectores populares. Los primeros cortes de rutas y puebladas que se registran en el decenio de los 90 ocurren en el ao 1993 en Santiago del Estero, y en 1996 y 1997 en las provincias de Neuqun y Salta3. Estos acontecimientos hicieron visibles las consecuencias de las polticas neoliberales implementadas durante toda la dcada, en un contexto de desempleo y pobreza en aumento. Como resultado de la desarticulacin del mundo laboral y la prdida de centralidad del trabajo asalariado en la organizacin de la vida social, se inici un proceso ininterrumpido de desplazamiento de un numeroso sector de la poblacin hacia sus espacios ms prximos, los lugares de residencia. Este proceso incipiente de organizacin poltica adquiere su propia dinmica en las mismas experiencias de accin territorial y organizativa gestadas por el campo popular. La metodologa de cortes de rutas se vuelve una herramienta central para el comn de los sectores desocupados organizados, quienes hacen pie en las ciudades capitales y en los principales centros financieros y productivos del pas. Frente a estas significativas transformaciones, el territorio comienza a perfilarse como el escenario privilegiado donde acontecen las diferentes acciones. Esto indica la existencia de lugares productores de subjetividades, lugares anclados espacial y temporalmente, que actan como catalizadores de problemticas compartidas, y se proyectan hacia lugares polticos comunes4 que visibilizan las diferentes luchas. El presente texto se propone analizar los sentidos que emergen en torno al territorio como espacio subjetivante y de lucha, a partir de la comprensin de los ndices semnticos y las marcas simblicas que remiten al mismo; as como,

    1 Maestrando en Sociologa (CEA-UNC). Lic. en Ciencia Poltica (UCC). Jefe de Trabajos Prcticos de

    Metodologa I, Fac.de Ciencia Poltica y Relaciones Internacionales (UCC). Becario Conicet-Agencia Crdoba Ciencia. 2 Para un anlisis de las estrategias desarrolladas por los diferentes actores sociales y el Estado en

    relacin a la cuestin de la pobreza, el desempleo y la implementacin de planes sociales, ver Svampa, M. & Pereyra, S. (2004). Cp. 2, parte III. 3 Conocidos posteriormente como el Santiageazo, el Cutralcazo y la Pueblada de Tartagal.

    4 Virno define a estos espacios como la estructura sea de cada uno de nuestros discursos, aquello

    que permite y ordena toda enunciacin particular () genricas formas lgico-lingsticas que hilvanan todos los discursos, adquieren una inmediata visibilidad, un andamiaje que deviene en s mismo pblico (2003, 26-27).

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    tambin, los desplazamientos que se operan desde la cotidianeidad barrial, sus actores y problemticas caractersticas, hacia la confrontacin pblica, identificando o reconociendo antagonistas y objetos de conflictos. Para ello se han analizado algunas de las entrevistas realizadas a integrantes de la Coordinadora de Trabajadores Desocupados Anibal Vern5 (CTD-AV), y el Movimiento Teresa Rodrguez6 (MTR). Ambas son organizaciones piqueteras de la ciudad de Crdoba. Las referencias barriales que se trabajan corresponden a los centros o cabildos que estas organizaciones tienen en barrio Villa del Libertador y barrio Muller respectivamente.

    En cuanto a la estrategia metodolgica utilizada para el anlisis del corpus7, hemos empleado la tcnica de anlisis de discurso. sta consiste en un doble abordaje: en primera instancia, se emple el anlisis de contenido como estrategia que permite identificar las categoras tericas y emergentes en el corpus de discursos, y extraer el carcter referencial y significante de los mismos (Marafioti, 2004); en un segundo momento, se emple el anlisis de discurso propiamente dicho, que permite abordar los mismos discursos en su nivel semntico-textual, y, de esta forma, introducirnos en los diferentes niveles de coherencia textual y su relacin con el contexto de produccin (Van Dijk, 1997). Los elementos analizados son aquellas estrategias discursivas que utilizan los sujetos al momento de producir su enunciacin, ya sea para informar, convencer, enfatizar, negar, reformular, etc., sus diversas expresiones (Lozano y otros, 1997). La conjuncin de los dos momentos de anlisis permite reconocer y reconstruir los procedimientos imperantes en las nuevas territorialidades como espacios de produccin y localizacin de las luchas contemporneas.

    5 Anbal Vern, 37 aos, mecnico despedido de una empresa de transportes de la provincia de

    Salta, asesinado durante la represin de un piquete en esa provincia en el ao 2000. 6 Teresa Rodrguez, empleada domstica, 24 aos, participante de la pueblada de Cutral-C en el

    ao 1997. Fue asesinada durante la represin policial en el puente de acceso a Plaza Huincul. 15.000 personas acompaaron su cortejo ante una ciudad convulsionada. 7 Se han considerado para este anlisis un total de 15 entrevistas realizadas a los integrantes de los

    movimientos ya mencionados.

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    Los lugares de la lucha piquetera en Crdoba Los abordajes ms clsicos sobre el territorio remiten a los anlisis estadsticos que dan cuenta de la composicin poblacional de las ciudades, en los que se intenta generar una cartografa de la distribucin de la sociedad, habitualmente conocida como demografa. Una segunda perspectiva o lnea, crtica de la anterior, es la que se propone el estudio de la relacin entre el espacio y algunas variables como la clase, la raza o el gnero, configurando lo que Soja (2004) denomina espacialidad de la vida social8. El uso del concepto de territorio presente en ambas perspectivas es el de espacio fsico como lugar de permanencia o de localizacin de los individuos. No hay rastros aqu de la significacin o importancia que adquieren los espacios frente a los desplazamientos poblacionales y su consecuente impacto en las costumbres, valores y normas de esa poblacin, esto es, la posibilidad de que se haga manifiesto un cambio en los parmetros de esa cultura. Este aspecto es retomado por la escuela culturalista norteamericana, que intenta, as, identificar caracteres de comportamientos especficos para cada territorio, otorgando rango de autenticidad a aqullos que se encuentran ms alejados de los centros de desarrollo mundial. Es, en este sentido, que la periferia adquiere centralidad para la antropologa; por ejemplo, las culturas latinas se convierten en el otro cuya voz se intenta rescatar. Frente a estos enfoques, emerge una posicin alternativa que escapa de las concepciones racionalistas que remiten a la nacionalidad o a aquella segmentacin poblacional del mundo. Se asume al territorio como un espacio signado por un complejo de relaciones sociales que es, a su vez, terreno de conflictos y confrontaciones (Santos, 1999). Este abordaje hace posible pensar al territorio como algo construido, con sus presencias y ausencias. Se retoma aqu la vital diferenciacin planteada por Guttari de que

    los territorios estaran ligados a un orden de subjetivacin individual y colectiva, y los espacios ms a relaciones funcionales de toda especie. Un espacio funciona como una referencia extrnseca en relacin con los objetos que en el contiene () el territorio funciona como una relacin intrnseca, como subjetividades que lo delimitan9 (citado en Torres Ribero, 2005:269).

    En la misma lnea y siguiendo a Lefebvre (citado en Delamata, 2004; Oslender, 2002), podemos entender al territorio como orden intrnseco en tres dimensiones: 1) prcticas espaciales, refieren, por un lado, a cmo generamos, utilizamos y percibimos el espacio y, por otro, a cmo estas prcticas se encuentran asociadas a las experiencias de la vida cotidiana y la memoria colectiva; 2) representaciones del espacio, vinculadas a representaciones particulares de un determinado tipo de saber, al poder dominante y a una lgica hegemnica, lo que termina simplificando el espacio, ignorando luchas, ambigedades y otras formas de percibirlo; y 3) espacios de representacin, expresan las formas de conocimientos locales y reflejan las diferentes expresiones de resistencias que se enfrentan a las representaciones dominantes. Se hacen presente, en este sentido, por un lado, la construccin comunitaria y colectiva de un sujeto poltico, con base territorial de referencia y prcticas

    8 Estos estudios urbanos se enmarcan dentro del anlisis crtico de ciudades y regiones conocido

    como Escuela de Los ngeles. La misma rene, entre otros, a E. Soja, M. Dear y A. Scott. 9 La traduccin y el uso de cursivas son nuestros.

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    caractersticas que dan sentido al entorno que los rodea (prcticas y representaciones); y, por otro, la disputa en aquellos espacios fsicos o simblicos que desplazan los conflictos desde los mrgenes hacia los centros de poder y hacen visible su accionar. Estas afirmaciones nos permiten pensar en un doble y complejo proceso de localizacin de las luchas que registra en su produccin un constante desplazamiento entre las dos instancias. La produccin de sentido propia de cada territorio nos proporciona aquellos ndices y marcas que fijan los lmites y los contornos de cada uno de ellos. La nocin de frontera cobra centralidad al permitir demarcar los diferentes anclajes y localizaciones espacio-temporales producidas por lo sujetos en su proceso de constitucin y permanencia. Aquello que termina por diferenciar a un territorio de otro, que lo define como propio o ajeno son: los elementos temporales que nos hablan de lo cercano-lejano y de lo breve-duradero; las caracterizaciones espaciales en torno a las problemticas comunes; la continuidad o ruptura con lo cotidiano. En el presente trabajo se visibilizan dos lugares centrales que definen al territorio y los espacios, acompaados, a su vez, por sus propias lgicas de emergencia y construccin. El barrio aparece como primera instancia territorial de organizacin, donde la gestin de las necesidades y las estrategias comunitarias de supervivencia se tornan centrales; luego, la calle es construida como lugar poltico de confrontacin y disputas y espacio donde se configura el escenario de conflictos. A estos lugares les corresponden dos lgicas que atraviesan la nocin de localizacin fsica: la gestin de necesidades, por un lado, y la confrontacin poltica, por el otro; cada una de ellas prima en uno de los espacios donde tienen lugar en el barrio, la primera; en la calle, la segunda, pero registran en su produccin un constante desplazamiento desde y hacia cada uno de ellos. Las fronteras entre ambos espacios y lgicas son dinmicas, se encuentran sujetas a constantes definiciones, segn las necesidades y momentos polticos. De este modo, el barrio y la calle se experimentan en un proceso constante de transformaciones y disputas, en el que la cotidianeidad muestra la emergencia de nuevos sujetos polticos. Estos son, a su vez, quienes cuestionan el sentido otorgado a estos espacios y, en el mismo proceso de afirmacin, van definiendo al territorio como lugar identitario y de disputas entre las viejas y nuevas connotaciones asociadas al mismo. Territorio y espacio registran la primaca y el desplazamiento constante de las dos lgicas sealadas y la forma de operar fuera de sus anclajes.

    Fronteras y sujetos Cada movimiento analizado, cada expresin de protesta y resistencia remite en su transcurrir a un anclaje territorial especfico, a un espacio de representacin que nuclea la construccin colectiva. El territorio proporciona o se ofrece tanto como un espacio de referencia en sentido geogrfico, cuanto como un lugar enunciativo subjetivante y productor de sentido. Este lugar del decir, esto es, no slo la enunciacin que hacen los sujetos sino desde dnde la hacen, le otorga al territorio una doble connotacin, en tanto lo refiere como el registro espacial de una determinada accin y, a su vez, como centro de significados que conducen a lo propio y que reconocen un sentimiento de pertenencia, el lugar de alguien, denunciando, de esta forma, la imposibilidad de abordarlo desde una lectura externa al mismo.

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    El barrio aparece, entonces, como ese primer espacio que los identifica y es identitario. En este sentido, claramente seala Touraine que la gente habla ms bien en trminos de barrio, de distrito [que de ciudad] (1998:2), antes de ser ciudadanos somos residentes. Este estar en el barrio produce una imagen que los referencia y connota una pluralidad de significados en torno al concepto de residencia. Este estar otorga, por lo menos, un triple sentido a esta residencia: como lugar de localizacin de los sujetos, como lugar de localizacin de un poder o un derecho, y como punto de radicacin de algo construido (el barrio, el trabajo, el movimiento). El lugar donde acontece la vida cotidiana de estos movimientos coincide con el lugar de trabajo de sus integrantes, lo que permite afirmar la presencia de un solapamiento entre el mundo vital de subsistencia y relaciones sociales, con el mundo del trabajo. Situacin que termina definiendo un lugar de residencia permanente, que puede actuar como espacio de confinamiento o anclaje de futuras acciones. Si bien la ausencia de puestos laborales formales implica a su vez la ausencia de un lugar del trabajo definido como tal, el espacio de vida se convierte tambin en el espacio colectivo donde se buscan alternativas frente a la situacin de no-trabajo que les es comn. Los problemas, las necesidades y el individualismo imperante son enfrentados o dejados de lado mediante esta nueva dinmica de relaciones colectivas. La conformacin del movimiento y su radicacin en el barrio marca un quiebre en la cotidianeidad que caracterizaba a ese espacio. Historizar este proceso nos permite identificar un antes y despus en la forma que caracteriza la relacin entre los habitantes-residentes. El territorio impregna en la historia sus marcas caractersticas: la temporalidad, la presencia de lo cotidiano como categora central en las que se construyen los sujetos, los desplazamientos que ocurren entre el territorio y los espacios, la multiplicidad de experiencias que operaron y las necesidades y expectativas ante las cuales se articularon los diferentes sujetos. Historizar estas prcticas hace posible comprender, entonces, la articulacin entre experiencias pasadas y necesidades y experiencias presentes de los sujetos. El extracto que sigue nos permite observar el constante desplazamiento entre un sujeto individual limitado o constreido por las condiciones de vida que lo atraviesan y la emergencia de un sujeto colectivo necesario para enfrentar las problemticas comunes. De esta manera, la presencia de una necesidad comn y el elemento organizativo son percibidas como precondiciones para la lucha reivindicativa y la demanda de planes sociales. As, la situacin desesperante, comn a todos ellos, no genera una disolucin de los lazos sociales existentes sino que acta como articulador de solidaridades: [y eso ha sido () en el momento, en el pos (-) antes que saliramos a reclamar los planes haba como no? una situacin de me junto con ese, te doy una idea el me otra haba una situacin de ese tipo bueno es ah donde vemos la posibilidad de emprender este micro-emprendimiento, pero si ha sido a travs del debate, las propuestas o las ideas que han tenido otros compaeros, vecinos que nos vamos intercalando, un dice te puedo hacer pan casero (tose) el otro hacer esto, hacer lo otro (tose) y un poco la desesperacin no?, la desesperacin de ver como zafbamos no? De esta situacin] (CTD-AV07).10

    10 Anlisis: el desplazamiento del sujeto individual al sujeto colectivo sealado responde a la intencin

    del enunciador de incluir otras voces en su alocucin. Esta estrategia refiere a la construccin de una vivencia colectiva, y lo hace a travs del constante desplazamiento desde el discurso directo (propio)

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    A la desesperacin del presente se le anexa aquella que tuvo lugar en el pasado, conjuncin que le devuelve toda la potencialidad al territorio, ya que termina condensando las resistencias operadas y las luchas acumuladas con anterioridad, elementos que, como historia compartida, hacen posible la reactivacin de solidaridades, y actan, a su vez, como generadores y articuladores de nuevas y diversas experiencias. La necesidad registra su momento fundante o de iniciacin, transformndose en la condicin de posibilidad de lo colectivo. Este momento aparece asociado a una experiencia ocurrida temporalmente en el pasado pero aun no acabada, ya que forma parte de la historia comn que se proyecta hacia el presente. Como podemos ver a continuacin, ante una situacin represiva, una apelacin al terror, o ambas condensadas en un mismo acontecimiento, opera un proceso de resistencia que constituye luego el marco desde donde son abordadas posteriores intervenciones polticas. En esa re-apropiacin territorial se intentan desmontar signos y cdigos: [segua estudiando en la universidad. Formamos una comisin y nos sumamos a luchar, por la ubicacin, y qu s yo, en contra del cierre del Hospital Misericordia. Eso fue en los ltimos meses de la gobernacin de Mestre. Y ah entablamos contacto con los compaeros de Villa Richardson, que ya no existe ms Villa Richardson, todo es ahora la Ciudad de Mis Sueos, pero bueno, en esa poca era una villa ah enclavada detrs de los consultorios del Hospital Misericordia, y fue toda una experiencia de resistencia. Ah fue feroz la represin de Mestre, sacando incluso las parturientas, las purperas, las incubadoras, fue terrible. Ah en la zona se la llama la noche de las incubadoras, fue un desalojo a la madrugada... donde un poco los estudiantes, los compaeros (-) algunos compaeros de Quebracho que vivan ah en Gemes, en esa zona, algunos compaeros bueno, los mismos vecinos de la Villa Richardson, por estar ah ubicados detrs del hospital, se resisti a esa represin y a partir de ah empezamos a laburar conjuntamente, nosotros desde la universidad, dando apoyo escolar y ese tipo de cosas... y los vecinos comenzaron a construir un comedor comunitario y qued un espacio fsico, y a partir de ah es como que nosotros comenzamos nuestra tarea por ah si se quiere barrial, no?, ms SOCIAL] (CTD-AV08).11 Por lo tanto, en los sujetos actuales se condensan las resistencias que tienen lugar en el presente, pero a stas anteceden otras luchas ocurridas en el pasado. Todas ellas emergieron como mltiples respuestas a las necesidades. Estos espacios de experiencias12 que en un momento anterior tuvieron lugar de manera desarticulada, aparentemente inconexa, aparecen articulados en el presente. Lo que caracteriza a

    al discurso indirecto (ajeno). Lo podemos observar en el pasaje que acontece entre la primera persona a la tercera, o las variaciones que sufren las marcas del espacio (este-ese) y tiempo (ha sido-antes que). Respecto de la existencia de una precondicin para la lucha, el uso del condicional simple del indicativo saliramos expresa que para que ocurra algo debe cumplirse una determinada condicin. 11

    Anlisis: segua, conjugado en pretrito imperfecto del indicativo, indica una accin que se realiz en el pasado sin lmite de tiempo. formamos, sumamos, verbos conjugados en pretrito perfecto del indicativo, representan una situacin puntual en el pasado; pero tambin puede ser leda desde su conjugacin en el presente, puesto que son coincidentes ambas, y, en este sentido, enuncian hechos del pasado pero que conforman un presente histrico. Los marcadores de espacio aparecen en el discurso indirecto ah por lo que el suceso reivindicado colectivamente es reconocido a los otros que tienen una pertenencia territorial pero que forman parte del nosotros constitutivo. Este marcador advierte sobre la necesariedad de anclar ciertas acciones al menos espacialmente. 12

    Hacemos uso de este concepto siguiendo a Koselleck (1993).

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    la experiencia piquetera es justamente dar el lugar para esta conexin, esta construccin.

    Barrio adentro: actores La lucha por el territorio y en el territorio es un trabajo constante, el costo de esa lucha demanda un enfrentamiento permanente, cotidiano; en el que la revalorizacin de la persona pasa por una lenta toma de conciencia sobre la necesidad de resistir a denostadas prcticas, romper y construir marcos identitarios en los cuales los valores de la solidaridad y el trabajo colectivo se vuelven centrales. [Se sienten tiles comparten dos, tres, cuatro horitas con los otros compaeros, que s yo toman unos mates, estn organizados en un proyecto de trabajo, se piensa en colectivo () por ejemplo ac los punteros que tienen plan te dicen bueno mira dame diez pesos, quince pesos yo te firmo la planilla como que laburaste todo el mes en un proyecto fantasma () [] y esa es la forma entonces, nosotros rompemos con eso, nos puede ir bien o mal sobre todo con el PJ ac y bueno la verdad la relacin de fuerza no nos da tuvimos que abandonar no pudimos hacer pie ah, y despus es un lucha constante en el territorio (-) ER: Contra quin? () si vos tens que definir (-) EO: Contra los punteros contra los narcos, la misma polica.] (MTR02)13 En este proceso, el pasado es recuperado con caractersticas negativas; todas las referencias a l estn asociadas a un espacio sin pertenencia, un no-lugar. La irrupcin de otra forma social, dentro de esta cotidianeidad, hace de elemento de comparacin entre las dos secuencias temporales, ayer y hoy. La caracterizacin de los lugares en diferentes tiempos remite a hechos o sucesos que irrumpen en la linealidad aparente de la vida cotidiana. El robo, la violencia, la inseguridad y la droga remiten a ese pasado intemporal y se constituyen en potenciales amenazas al presente. La solidaridad, los vnculos comunitarios, la contencin y el reposicionamiento de los sujetos hablan de ese presente colectivo. Como seala Vergara Figueroa, el imaginario no solamente tiene una direccin negativa, es decir la representacin o la sensacin del temor, el miedo, la incertidumbre o el hasto. Tambin hay imaginarios utpicos que alimentan la confianza (2003:104). La nocin de pertenencia, de posesin se hace presente dentro de los barrios cuando las lgicas de organizacin y trabajo colectivo comienzan a enfrentarse con los actores y las prcticas tradicionales que tenan lugar en esos espacios. El territorio (su gente, sus casas, sus calles) se convierte en el centro de estas disputas. Los actores tradicionales, cuyo trabajo registra varios aos en esos lugares, se encuentran en una constante disputa por la redefinicin de las funciones que les haban atribuido y las prcticas que en ellos haban instaurado. En este enfrentamiento, dos de ellas son las que se visibilizan claramente como marcas centrales y antagnicas del territorio: el juego mercantil-clientelar frente a la lucha territorial.

    13 Anlisis: nuevamente aparece la nocin de territorio como espacio de confrontacin. En este caso,

    se enumeran las estrategias utilizadas por otros actores para la defensa de los espacios. La enumeracin tambin corresponde a nuevos actores, los narcos, la misma polica. Podemos observar tambin el nfasis que pone el productor del texto en diferenciarse de su(s) oponente(s), al hacer uso de un recurso tcnico como lo es la anttesis. sta expresa o plantea una oposicin categrica entre dos trminos: un proyecto que existe y otro que no existe, una forma de trabajo horizontal frente a una verticalista.

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    En esta disputa, se hace visible uno de los principales actores afectados ante la irrupcin de sujetos que ponen en cuestin el status quo imperante. El puntero poltico, quien reproduce la lgica de insercin barrial principalmente en sectores ms carenciados y articula las necesidades de la poblacin con el partido o gobierno de turno, hace visibles sus prcticas hegemnicas de individuacin y servidumbre. Pero las prcticas que se desarrollan como consecuencia de aqullas estn lejos de ser producto de individuos pasivos que responden con el voto al otorgamiento de ciertos beneficios. La relacin que se presenta es mucho ms compleja y hace del fenmeno un concepto multifactico. Las relaciones de intercambio por voto se hacen presente, pero junto a otras innumerables estrategias de negociacin, resistencia y medicin de fuerzas entre los diferentes actores barriales, cuya interaccin permite el ejercicio de poder de acuerdo a los recursos que cada uno posee, incluso permitiendo el sostenimiento de algunos emprendimientos barriales. Como resultado de ello, encontramos como posibilidad la emergencia de sujetos contenciosos, o vecinos-ciudadanos en ejercicio de derechos cvicos. [Por ejemplo ac en Crdoba el movimiento no surgi de un plan de lucha, sino que los compaeros que vinieron a organizar ac, en realidad venan con muchas cosas en las manos venan con la posibilidad de conseguir planes con la posibilidad de conseguir alimentos y tambin este a competir digamos territorialmente con los mismos punteros, que tambin tenan planes, tambin tenan esto y aquello quedarse finalmente con la gente que entendiera esos criterios como una forma de organizacin fue un proceso largo.] (MTR01)14 [Nosotros ac tenemos los punteros del barrio que usan a los compaeros de los planes para que le limpien la casa, le cuiden los hijos, le laven el auto me entends, le corten el pasto. El mismo Estado los contrata en negro por 150 mangos o sea es ms ahora que se acerca el tema de las elecciones, nosotros empezamos a pintar las paredes () no vote luche son todos iguales y se ponen locos, estos tipos nos laburan todo el tiempo en contra () y bueno siempre nosotros tenemos el doble o el triple de los controles habituales (-).] (MTR02)15

    14 Anlisis: la presencia de recursos tcnicos en la produccin del discurso, en este caso la anfora,

    remite a un componente emotivo, sentimental e incluso pasional de lo que se est afirmando. La anfora es la repeticin de una o ms palabras en la oracin que conforman una enunciacin histrica u objetiva (Lozano, 1997:99); en nuestro caso, remite al momento de conformacin del movimiento. Esta afirmacin queda anclada espacialmente. Se remite al lugar territorial desde donde se enuncia, al barrio. Particularmente el verbo venir incluye en su descripcin semntica la referencia al lugar (Lozano, 1997:99). Pero si bien queda localizado, el momento que es rescatado como fundante coincide con la localizacin de aqul que es construido como el otro; en este caso, el puntero poltico que tambin se encuentra en el barrio, un espacio ya de disputas. La presencia de analogas (similitudes) entre los dos sujetos mismos recursos y localizacin no nos permite marcar la diferencia entre ellos, salvo por la relacin que puedan tener. sta marca el lmite a la coexistencia en un mismo lugar, de dos sujetos antagnicos. La presencia de la frase verbal venan a () competir nos permite entender esto. Las frases verbales se componen por un verbo conjugado, venan, pero a qu?; y un verboide (infinitivo) que otorga la significacin, a competir. La competencia implica entrar a disputar, en nuestro caso, un espacio. Es dentro de este sentido donde enmarcamos nuestra concepcin del territorio como lugar de confrontacin. Hacia dentro, la disputa es territorial e implica un rechazo a la prctica mercantil, clientelar y de servidumbre; hacia fuera, la disputa es por el significado de los espacios, el enfrentamiento poltico de proyectos de vida. 15

    Anlisis: El lugar enunciativo acontece desde la tercera persona del plural, nosotros, que expresa tanto localizacin espacial dada por las marcas usadas en el discurso directo (ac=barrio), lo que reafirma la construccin colectiva del nosotros, como la posesin o apropiacin de ese espacio tenemos. El otro queda claramente definido mediante el uso de la tercera persona, los punteros; luego, la estrategia de adicin de informacin otorga la caracterizacin que es asignada a los mismos.

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    Los jefes de la droga son otro de los actores que sienten cuestionada su posicin. El problema de la droga es otra de las amenazas presentes en los barrios, que afecta mayoritariamente a los jvenes, poblacin que nutre de manera significativa a los movimientos que estamos analizando. [Mira al frente y ve que el que vende merca tiene zapatillas nuevas, motito, o sea cules son los valores () Como conos de realidades que no reflejan para nada la mayora de la vida de los pibes en los barrios. La droga es el enemigo ms grande que tenemos todos.] (MTR02) Las prcticas que se erigen en torno a su comercializacin han impulsado el desarrollo de ciertos mecanismos de represin y violencia para garantizar su mercado y sus clientes, impidiendo, incluso, la comunicacin, trnsito, y permanencia en los distintos espacios barriales o interbarriales bajo su esfera de influencia. A diferencia del puntero, los narcos imponen una frontera fsica que slo puede ser desplazada con la disminucin de su mercado, esto es restndole clientes, sumando sujetos. [Esto no es digamos una mano divina que genera as las cosas, sino que realmente hay tipos que te roban el futuro, que les roban el futuro, digamos, a muchos que son los que manejan la droga () es criminal lo que se hace con la gente, la manipulacin tambin que se hace y bueno nosotros nos organizamos para pelear contra eso, y sabemos que los que generan eso son los poderosos.]16 (CTD-AV05) [Muchas veces terminamos enfrentados los muchachos () sobre todo con el PJ ac, y hay barrios por ejemplo en donde no podemos entrar por ejemplo ac en La Rivera, arriba est () y todos los dems personajes, bueno nos amenazaron y todo.] (MTR02) Estos dos actores y las prcticas a ellos asociadas son objeto de cuestionamiento por parte de las organizaciones de desocupados, y frente a las cuales definen su accionar. Su presencia y la forma de operar de los sujetos que las sustentan son elementos que nos permiten identificar la imposicin de fronteras territoriales por parte de los movimientos. En su interior, estas prcticas no son aceptadas, el movimiento fija sus propias normas dentro del territorio que controla. Hacia afuera, donde el territorio se desdibuja y slo aparece como espacio de disputas, hay un enfrentamiento constante para intentar desmontar esas prcticas y cdigos hegemnicos. El futuro comn supone una toma de posicin frente al otro que se encuentra en sus fronteras y en constante acecho. Implica una relacin de fuerza entre oponentes ante los cuales se intentar que prime la lucha por el territorio frente al juego mercantil-clientelar, el trabajo libre frente a la servidumbre, lo colectivo frente a lo individual. Otro de los actores que aparece enumerado dentro de los extractos responde a la fuerza policial. La caracterizacin que los integrantes de los movimientos hacen de sta, si bien se construye en torno a una imagen negativa asociada a la idea de la dispusta por el control de los territorios, se radicaliza en torno a las experiencias vividas por los protagonistas. [La otra vez con () nos par el CAP y nos verdugui digamo un rato, y si vos vivs eso todos los das, lo vas a odiar a la polica, no hay forma, () y se desespera por ver la injusticia que es la polica y ac es todos los das, todos los das se vive, este ac () ellos te han dado seales clara que te meten cinco aos en CANA. Entonces se perdi por ah,

    16 Anlisis: Este enunciado expresa claramente la identificacin de uno de los antagonistas, valora

    sus prcticas de manera negativa y las termina enmarcando en una estructura de poder ms amplia y englobante (los poderosos).

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    en el sentido que vos decs nosotros, claro. A nosotros nos llegan a meter EN CANA, no a compaeros ms consolidados, dirigentes, pero nos meten una compaera, madre de cinco chicos, que qu s yo y nos hacen mierda, y los tipos saben de eso, van a apuntar a que es lo que nos ha pasado en Buenos Aires.] (CTD-AV05)17 [Cuando volvamos nos dbamos cuenta de que perdamos dos cumpas la polica agarraba dos pibes sobre todo los ms jvenes te los pedan por () de antecedentes y despus te los largaban, es una forma de meter miedo tambin para que no vayan.] (MTR01) [S eh ac o sea, el imperialismo representado en los gobiernos no cierto? representado en los gobiernos cuando estamos en la calle, el gobierno representando la polica.] (CTD-AV04) Persecuciones, averiguacin de antecedentes, forcejeos, detenciones, amenazas, etc., forman parte de las prcticas cotidianas a las que se ven enfrentados los militantes de estos movimientos, lo que genera que se represente a este actor como un oponente defensor del status quo, la personificacin de la corrupcin que ellos denuncian y el ser funcionales al modelo poltico-econmico vigente. En consecuencia, este proceso de creacin de subjetividades, que tiene al territorio como productor del mismo, es acompaado por innumerables confrontaciones que lo terminan por definir. Los actores que con anterioridad haban hecho de esos espacios sus dominios polticos son hoy disputados y confrontados por sujetos que son producto del antagonismo generado por el servilismo, la pobreza y la exclusin de un sistema que los desplaza.

    Barrio adentro: problemticas En los discursos de los dos movimientos analizados el barrio aparece como esa relacin intrnseca entre sujetos, anclados espacialmente, que definen al territorio a partir de la lucha. sta es una marca espacio-temporal que se encuentra directamente asociada con los espacios de experiencias construidos por los sujetos. El barrio Villa del Libertador, base territorial de la CTD-AV, es referenciado como un barrio obrero con significativas historias de lucha reclamos de tierras y cobertura de servicios. ste registra tambin numerosas y extensas trayectorias de militancia por parte de sus habitantes, que tuvieron, como consecuencia, reiteradas persecuciones por motivos polticos e ideolgicos desde la ltima dictadura. Barrio Muller, base territorial del MTR, es referido como barrio industrial que sufri el proceso de cierre y abandono de fbricas y un creciente nivel desempleo entre sus habitantes. En l, el servicio de luz elctrica y el derecho al agua son reclamos permanentes. La CTD-AV enfatiza la reivindicacin que se hace en los sectores populares sobre el trabajo, frente a un discurso generalizado que toma a esta poblacin como conjunto de personas no motivadas para la realizacin de actividades laborales (vase el uso peyorativo del lenguaje sobre el otro). Por su parte, el MTR remite a la significativa diferencia que existe entre sectores estructuralmente marginales producto del modelo neoliberal y aqullos que han sufrido un acelerado proceso de

    17 Anlisis: conjugado en imperativo, pero condicionado, debes vivirlo. El imperativo no manifiesta

    en este caso una orden, sino que su funcin es expresiva, describe las sensaciones que genera esa situacin a la cual rechaza (Copi, 1997:49). Anfora: repeticin, habla de la objetividad de la situacin y reafirma la sensacin de rechazo. Situacin que si bien no es exclusiva, remite a una localizacin, el barrio. Establece relacin causal, si lo vives, la vas a odiar.

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    desclasamiento a partir de la crisis econmica, particularmente, el caso de los obreros del sector industrial. Las ideas presentes tanto de lucha como de defensa se convierten en un fuerte atolladero que demanda gran cantidad de tiempo y energa; y es que conviven obreros desclasados y disciplinados cuya prdida de trabajo no los moviliza, con sectores marginales, con escasa organizacin, pero gran capacidad de lucha y movilizacin. Estas construcciones estn marcando claramente la nocin de clase presente en los movimientos, puesto que la diferencia entre un sector y otro est mediada por las condiciones materiales de vida, los intereses que se contraponen, y la centralidad de la lucha como concepto histrico. Los sectores desocupados organizados marcan desde su propio lugar de enunciacin un nuevo contenido al concepto de clase. Lo hacen ahora no ya desde la fbrica sino desde la nostalgia de su ausencia, y no ya desde la posicin de obreros, sino desde su condicin de trabajadores desocupados, incluso, desde la no pertenencia al mundo laboral, desde la exclusin.

    La caracterizacin espacial que hacen los sujetos es otra de las marcas del territorio que hemos sealado anteriormente. sta se encuentra directamente vinculada a las problemticas comunes de esos espacios. Los problemas emergentes de los barrios donde se desarrollan estos movimientos responden en suma a la falta de viviendas y consecuente hacinamiento, desnutricin, ausencia de servicios de salud, desempleo y elevados niveles de pobreza e indigencia. [Ahora est el tema de los dispensarios, la falta de leche en los dispensarios, entonces la coordinadora entonces es parte de una toma de un dispensario pero que en realidad es una

    CTD-AV MTR-CUBa

    [Lo vinieron a buscar viste los milicos y l se pudo pirar pero se llevaron a los hermanos le pegaron un, una verdugueada para toda la vida y ac vos te pons a hablar con la gente que tuvo militancia, ac ha castigado mucho la dictadura.] (CTD-AV05) [Basta con levantarse a la maana y ver en estos barrios ms humildes, la cantidad de hombres que se van en sus bicicletas a la construccin, y las changas, y quines son los que construyen y levantan todos los das este pas, para ver que el pueblero no es vago, digamos.] (CTD-AV08) [Y el barrio nace como (-) una de las peleas as, histricas, es por el agua.] (CTD-AV05)

    [En eso son prolijitos no y por ah son medio ms reticentes con salir a la calle, pero en cuanto al laburo y eso no pero bueno hay una disciplina. En cambio en barrios como ste o Maldonado en donde yo creo que es casi la segunda generacin de hijos de desocupados el tema del laburo ES un dolor de cabeza nos cuesta muchsimo organizarlo. Este si hay mas facilidad en cuanto a la movilizacin, no hay problema con salir a la calle, no hay tanto prurito.] (MTR02) [Y (suspira) laburo en serio negra lo que era esta zona de San Vicente eran todas fbricas podemos caminar por el ro al costado (-) est todo abandonado eso un desastre () sta era toda una zona fabril.] (MTR02)

    Pobre trabaja lucha Obrero disciplina pobre

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    medida... tomada por un montn de otra gente que no tiene nada que ver con la coordinadora o o tiene que ver en el sentido de que es la referencia... el tema de la luz, ahora estamos luchando por el tema del gas... no, no a largo plazo, sino lamentablemente por el tema de de la garrafa.] (CTD-AV08) [estos barrios en invierno no tens gas, pero tampoco tens luz... Entonces cmo hacs para calentar una pava para hacer una mamadera, entonces es un problema terrible el tema ste en invierno. Y bueno, este, despus hay experiencias, no?, por parte de la coordinadora de de querer... que se estn comenzando a transitar como es el armado de una comisin de salud, a partir tambin de esta problemtica que es masiva, de los chicos con bajo peso, COMNMENTE les llamamos con bajo peso porque tiene distintos niveles de desnutricin. Despus, otro de los problemas en esta zona... es el tema de la... del cultivo de soja... de las avionetas que pasan justamente el sbado festejbamos el da del nio, pasaban la avioneta porque tenemos ac media cuadra de ms all ya tens el campo, todo eso es soja.] (CTD-AV08) [La cuestin de salud, estamos trabajando la cuestin del problema que hay en los dispensarios, el problema de la soja ahora, que llega bueno ahora cuando vayan ustedes para all, para los fondos, llegan, bueno, termina el barrio y llega la soja.] (CTD-AV05) Como consecuencia de lo observado, aparecen de manera muy clara las dos notaciones o ndices centrales que definen al territorio: derechos bsicos y servicios bsicos. De all que el trabajo cotidiano y colectivo sobre las necesidades acte como plataforma de toda la construccin poltica que busque generar la conciencia del cambio necesario para acabar con esa situacin y las condiciones que la hicieron posible.

    La ciudad/el piquete/la lucha: la disputa de los espacios Los conflictos configuran las condiciones polticas, sociales y econmicas de la vida cotidiana. Damos cuenta de ello cuando sus expresiones adquieren visibilidad y son fuertemente cuestionados debido a que su irrupcin afecta particularmente a aquellos espacios ms funcionales del capital, en un intento por redefinir y apropiarse material y simblicamente de lo que es identificado como referente de sus oponentes. En trminos de Lefevbre (en Oslender, 2002),

    estas representaciones del espacio son confrontadas; representaciones en las que las significaciones del exterior, del espacio, intentan ser destotalizadas para inscribirle nuevos sentidos. Un proceso que oscila entre la materialidad de un mundo que les es ajeno y un interior constitutivo; un claro enfrentamiento entre espacio y territorio. En este marco, la ciudad como espacio material donde tienen lugar todo este tipo de experiencias se ha vuelto espacio de luchas, un territorio en disputa, incluso de ciudadana. La variacin posicional del observador, el lugar desde donde habla y los lmites que avizora constituyen las marcas y el encuentro entre la mirada y el espacio. En esta situacin, los sujetos adquieren visibilidad18. De este modo la disputa pareciera

    18 Ver en Vergara Figueroa (2003) las definiciones de horizonte, perspectiva, visibilidad y

    situacin.

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    dirimirse en torno a un enfrentamiento contra el sistema, en el que sujetos contenciosos proponen acciones directas en puntos neurlgicos y vitales del mismo, afectando el ciclo productivo de extraccin, produccin y circulacin de las mercancas. Es evidente que la articulacin de estas acciones y el pronunciamiento de los diferentes movimientos en lucha desocupados, trabajadores, gnero, etc. podran hostigar y poner en jaque los mecanismos por los cuales el sistema interviene ante los diferentes conflictos: [Yo tengo que afectar el corazn del capitalismo, las venas que son las rutas, la circulacin de mercancas y productos. Cuando vos corts una ruta ests pegando en el sistema circulatorio del capital, no es la forma de protestar del que tiene trabajo el que tiene trabajo golpea al capitalismo desde dnde desde la produccin porque para la produccin, para la venta o la atencin en el caso de que sea un servicio.] (MTR02).19 Aunque se identifican dentro de cada uno de estos movimientos discursos con mayor o menor nivel de politizacin, relacionados en gran medida a la posicin que ocupan las personas entrevistadas dentro de los movimientos y sus historias de militancia personal, a medida que nos desplazamos hacia los discursos de los sectores dirigentes, ciertas ambigedades comienzan a desaparecer y la propuesta poltica se perfila de manera ms clara. Las ambigedades y diferencias que se presentan en los discursos abordados demuestran que el camino para el cambio no est definido y que lejos de intentar reproducir o importar prcticas polticas ajenas a su realidad, el dilogo cotidiano entre la dinmica barrial y el sistema poltico va delineando el sendero. La ruptura con las prcticas anteriores a la existencia de ambos movimientos son asumidas como conquistas, y las mismas pueden ser verificadas al interior de stos. En ambos discursos, es posible observar una significativa ambivalencia; aparece una clara escisin con el mundo anterior, pero el proyecto o alternativa an no es del todo slido, es decir, no se hace visible claramente. Esto ocurre principalmente porque es asumido como un proceso de construccin, y como tal no termina de definirse. La principal ambivalencia refiere a la oscilacin entre dos sentidos: uno es el de lucha, y en l se inscribe un proyecto que busca resolver las contradicciones del mundo anterior; el otro es el reivindicativo, que responde a la defensa de algo perdido o recientemente ganado, en este caso, un derecho o estatus adquirido: [EO2- est bien pero yo, lo que me gustara que vengan a ver cuantos pibes que antes se drogaban y que afanaban y te cortaban la cabeza, hoy estn en organizaciones como la nuestra realizando tareas comunitarias, saliendo un poco de la mierda, esteee alguien ve que somos de alguna manera una red de contencin para que esto no se vaya ms al carajo de lo que ya est () no lo ven, lo ven desde el lado de que les molesta, porque de alguna manera le pusimos el grito a los nmeros, entonces, yo te contaba no los nmeros, el veinte pico por ciento de desocupacin se convirtieron en PERSONAS QUE ESTN EN LA CALLE ENCIMA] (MTR01).20

    19 Anlisis: se establece una comparacin, similitud, entre el funcionamiento del capitalismo y un

    cuerpo vivo, donde la disfuncin de una parte afecta a todo el organismo. En cierta forma reclama como propia y caracterstica de los movimientos esta modalidad de accin, al negar el paralelismo entre las formas de accin sobre un mismo objeto que tiene el desocupado y el ocupado. Adems de una analoga biolgica, lo que se propone es una accin contra su punto neurlgico, afectar directamente al motor del sistema, el corazn como smbolo de la vida y la muerte. 20

    Anlisis: El uso de adverbios temporales como antes hace referencia, por su uso anafrico, a un tiempo que no es el propio. Este tiempo anterior es caracterizado por acciones negativas que tuvieron

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    [Intentamos como romper con esa prctica punteril, que genera, bueno, te doy en todo caso votame estamos tratando de romper esto porque lo poco que hay, ya sea planes o alimentos que recibimos todos los meses para hacer funcionar los comedores o lo que fuera, se consigue con la lucha, entonces hay que defender esto con la lucha, en la medida que dejamos de participar y dejamos de salir a las calles el Estado va avanzando sobre estas conquistas y las va retirando.] (CTD-AV08)21 Uno puede recorrer en estos discursos, a su vez, los sentidos que se le asignan a estos proyectos, e ir observando cmo las reivindicaciones sostenidas en otros contextos histricos siguen presentes. La carencia material, la exclusin, la ilegalidad y la precariedad de la vida es lo que abre el camino para ensanchar las actuales categoras que estructuran a la sociedad, esto es, el derecho a otro derecho, que es, en este sentido, un indicador de cambio estructural o, si se quiere, la posibilidad de la transformacin como pretensin. [Estaban viviendo en Villa Libertador, vivieron muchsimos aos aqu y bueno, comenzaron a organizarse, en realidad ellos tambin son militantes de Quebracho y comenzaron a a generar, digamos, toda una cuestin de organizacin barrial a partir de actividades con los chicos, reuniones con los con los padres, no? Se comenz a discutir el tema de la desocupacin. Se comenzaron a organizar proyectos, no?, un poco para palear. Siempre entendemos que son paleativos, no son soluciones de fondo, el tema de la copa de leche, organizamos panaderas y bueno, hasta que se comenz a generar, digamos, un grupo relativamente numeroso como para salir a pelear por los programas o planes, no?, los llamados planes. Se consiguieron esos planes y a partir de ah se comenzaron a organizar distintos proyectos.] (CTD-AV08)22

    su concrecin en un tiempo pasado, dado por el uso del pretrito imperfecto del indicativo (ver subrayado simple). Hoy es una marca indicial, es decir que incluye al productor del texto como partcipe del tiempo que caracteriza. El uso de los gerundios para reverenciarlo nos habla de acciones duraderas (ver subrayado doble). Estos dos tiempos son presentados como antitticos. La expresin lo ven relativiza la posicin de los otros, ya que la frase inmediata anterior no lo ven est jugando como visin objetiva de lo que se est hablando. los otros no ven de esa manera, ya que asumir esa postura implica aceptar una visin alternativa, ceder espacios propios como el barrio y aceptar la presencia en espacios que importan mayor visibilidad: la calle. sta comienza a aparecer como un nuevo lugar de disputas. Sita los hechos en territorios ms amplios y enmarca esas acciones en situaciones de conflicto. 21

    La operacin de adicin que genera este extracto, es decir, la informacin adicional que proporciona, es que la lucha posee un doble condicionamiento. Es requisito previo para promover la accin y para sostener sus resultados en el tiempo. 22

    Anlisis: las distintas estrategias enumeradas tienen: una localizacin espacial estaban viviendo en Villa del Libertador vivieron muchos aos aqu. stas permitieron generar la organizacin barrial y una localizacin temtica que acta como marco, que es la creciente situacin de desocupacin. Los marcos permiten situar las afirmaciones en torno a las caractersticas del mismo. Afectan tanto al contenido de la informacin, como al estatus de realidad que les es otorgado (Goffman citado en Lozano, 1997:144). Todas las acciones (verbos) que remiten a los inicios de esta modalidad barrial son conjugados en el mismo modo y tiempo verbal (indicativo, pretrito perfecto) lo que nos est indicando situaciones puntuales, reales, ocurridas en el pasado. El verbo salir marca varios elementos. Primero, se crean (como mnimo) dos lugares: uno donde se localiza el narrador colectivo nosotros denominado adentro, el territorio. Los indicadores espaciales del texto sealan su correspondencia con el barrio. Otro espacio coincide con el afuera. El lmite entre ambos aparece marcado por el nmero que contiene al adentro. Segundo, indica el anclaje que tiene la accin generada adentro. sta sale, confronta, es exitosa, y sus beneficios nuevamente son absorbidos por el adentro.

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    [En ese tiempo no vea al movimiento tampoco como un lugar por el cual, a travs del cual canalizar mis necesidades. Eh hoy en da yo creo que es mejor canalizar las necesidades por una organizacin que individualmente.] (MTR01)23 [Toda una situacin terrible que nos hizo pensar que ac de alguna manera tenamos que (-) que no alcanzaba con dar apoyo escolar ni hacer una olla popular de vez en cuando, o construir un comedor, que la cosa era () pasa por otro lado, no?, por luchar, justamente, por revertir esa situacin, por cambiarla, y por terminar con esa situacin. Y pasamos un tiempo ms con esa construccin como muy muy aislada, no por falta de voluntad pero bueno, as se fue desarrollando ac en Crdoba hasta que despus del asesinato de Daro y de Maxi eh... nos dispusimos a coordinar, con los compaeros de la Coordinadora Anbal Vern a nivel nacional y as surge la CTD en Crdoba.] (CTD-AV07)24 Las marcas que recibe el espacio son identificadas principalmente por su carcter confrontativo, pblico y directo. Son acciones que tienen lugar en espacios pblicos donde se disputa el sentido otorgado no slo al mismo, sino tambin, a la temporalidad producto de ste. En el territorio, son centrales el pasado y el presente para la construccin de sujetos; y el futuro slo aparece como amenaza o imaginario utpico. En el espacio, es el futuro quien se vuelve central, no a modo de imaginario ya, sino de expectativas que configuran el horizonte de posibilidades de estos sujetos. Las calles, al igual que el barrio se convierten en el marco de todas aquellas acciones de resistencia, o incluso, ms que esto, en los lugares productores de las mismas. Esos lugares del decir y del hacer hacen evidente la forma de operar de las lgicas que imperan en ambas localizaciones, desplazndose de forma dinmica sobre los campos enemigos. El espacio urbano vuelto hacia el movimiento es enajenado a los otrora poderes imperantes en l, stos quedan fuera, en una frontera ms lejana aun. Este espacio apropiado es ahora territorio. Claramente lo expresa uno de los miembros de la CTD-AV cuando narra lo siguiente: [hay mucho espritu de lucha en la juventud, por ejemplo ac en esta zona, para el argentinazo, haba 80.000 personas en la calle ac noms en esta zona, este eh, recin a los tres das entr gendarmera, este, y al mes recin pudo hacer control la polica, este y se resisti de todas las formas que a vos se te ocurra, () esos dos primeros aos despus del argentinazo ac no apareci ningn candidato, no haba campaa de ningn partido, no, este la polica haca presencia pero se cuidaba mucho de no reprimir cuando se haca alguna movida porque eso poda generar mayor descontento] (CTD-AV05). Una de las acciones ms significativas refiere a la toma de espacios pblicos o privados por tiempo indeterminado. La palabra toma en los movimientos adquiere un significado que no podemos dejar de remarcar. sta se asume como una prctica espacial que busca la apropiacin, por un tiempo indefinido, de algo que no se

    23 Anlisis: Este extracto presenta un carcter evaluativo en torno a la modalidad de accin

    desarrollada en la nota anterior, el calificativo en este caso es positivo. 24

    Anlisis: la sucesin de acciones se volvieron inevitables ante un contexto desfavorable. Pero no son vistas como soluciones sino como paliativos a la realidad que atraviesan. La solucin est dada por un mundo alternativo.

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    posee. Responde a una accin tanto simblica (lo que representa el lugar controlado) como material (el uso del cuerpo como recurso de defensa y presencia fsica), que reviste el carcter de ser directa, sin mediacin, y dirigida a un blanco identificado claramente como antagonista (bancos, sedes gubernamentales, residencias oficiales, etc.). Del mismo modo, el sentido otorgado a la conquista es tambin significativo, puesto que aquellas demandas e intereses sostenidos con la lucha son reivindicados como logros del movimiento. Particularmente, aquellos enfrentamientos que resultaron beneficiosos para los movimientos en los que el Estado era el principal oponente, como el caso de la obtencin y administracin de numerosos planes Trabajar y Jefes y Jefas de Hogar. Luego, estas polticas, en una clara lgica de inclusin precaria, fueron extendidas al resto de la poblacin desocupada, organizada o no, incluyendo como mediadores entre el Estado y estas personas a los diferentes niveles de gobierno y a referentes partidarios locales. Frente a esto, un sentido que trasciende a todos los movimientos de desocupados es aqul que refiere al plan social. El mismo no es concebido como una prestacin, o subsidio otorgado por el gobierno, sino como un recurso que ha sido ganado o arrancado a las diferentes gestiones25 por medio de la lucha sostenida por ellos. Un mecanismo estatal que por un lado transforma la conquista en una cesin, al tiempo que busca deslegitimarlos como interlocutores vlidos en la discusin de polticas sociales. La aplicacin de este mecanismo se rige por prcticas ya denostadas como las clientelares, represin y demonizacin meditica. Lo novedoso no es la implementacin de los planes sociales, ya que desde el ao 1995 ha sido la poltica que utilizaron los diferentes gobiernos para enfrentar los crecientes niveles de pobreza y desocupacin y la amenaza de nuevos conflictos sociales, sino el mecanismo despolitizador que este trajo a consecuencia, ya sea por la represin o la cooptacin.

    Toma Conquista

    [Discutamos la posibilidad de tomar la bolsa de valores, de tomar los lugares ms jodidos para ellos.] (CTD-AV05) [Bueno yo al movimiento (-) yo particip en la toma del banco] (MTR01) [Ah es cuando van los compaeros a los piquetes con los chicos, lo que sea, bueno ah estamos, dejan de ser nmero para tomar cuerpo, mas all de que a muchos no les guste ver la

    [Por ah, ante nuestra lucha, CEDEN alguno planes, como para calmarnos y que en algn sentido les da beneficios, les da tranquilidad todo te vuelvo a repetir, para m no es que esto va a ser estable, NADA es estable en poltica.] (CTD-AV07) [Algunos no entienden esto de los, de lo subsidios, hoy en da est generalizado que se ve mal, para nosotros fue una

    25 La implementacin de planes sociales para desocupados se inicia en la gestin menemista con los

    planes Trabajar, aproximadamente en un nmero cercano a los 250.000, en la gestin duhaldista se crean los denominados planes Jefes y Jefas de Hogares desocupados. En un principio, se los pens como planes de cobertura universal, pero a los pocos meses se cerr la nmina debido a falta de presupuesto. Los beneficiarios ascendan a 1.800.000 aproximadamente. Durante el gobierno kirchnerista, estos planes se mantienen, pero no se increment el nmero y se intenta reemplazarlos por otros que focalizan en diferentes segmentos poblacionales (jvenes, mujeres embarazadas, etc.), restando a las instituciones locales, ONGs y movimientos sociales la autonoma que haban adquirido mediante la implementacin del Jefes y Jefas.

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    realidad as tan de frente, bueno eso es recuperar la dignidad. Ser pobre no significa ser otro tipo de persona.] (MTR02)

    conquista en su momento, despus se generaliz, dieron dos millones de planes, le dieron a todo el mundo lo hicieron como una cuestin de clientelismo () nosotros sigue siendo una reivindicacin porque no haba nada para el desocupado, no hay trabajo y exigamos subsidio y en el momento que se arranc que fue de a poco.] (CTD-AV05)

    Otra de las acciones que reviste mayor difusin son los conocidos piquetes o cortes parciales o totales de calzadas de rutas o calles. Surgen de la mano de las mencionadas puebladas en Neuqun y Salta y luego son adoptados progresivamente como la metodologa central del movimiento piquetero. La situacin econmica, los cambios de gobierno y la poltica implementada por stos en relacin al movimiento piquetero han provocado fuertes diferencias en la aplicacin y el sentido otorgado a esta herramienta de lucha en estas organizaciones. Un pauelo cubriendo el rostro para evitar ser identificados ante la creciente judializacin de la protesta, los palos en la mano como instrumentos de defensa ante la represin, las gomas de automviles incendiadas y el corte total de calzada para garantizar la efectividad de la medida implementada son claras formas de constituirse y situarse en el espacio; smbolos centrales del movimiento piquetero que han sido reivindicados por los sectores polticamente ms independientes y cedidos por aqullos que buscaban una mejor imagen meditica, acuerdo con el gobierno y asentimiento de la clase media. [Eh a veces dicen que violencia es que estemos con la cara tapada en un corte, o que se tenga un palo, y en realidad eso es (-) en realidad es una cuestin hasta defensiva, porque si uno no se tapa la cara, eh despus la polica despus te busca en el barrio, te busca y seguramente si te puede llevar en cana te lleva en cana (-) o el CAP te levanta, o te pegan un par de palazos (-) Entonces es una cuestin hasta defensiva. Y lo mismo que los palos eh es para hacer un cordn de seguridad, es para proteger a los compaeros que estn en el corte, es por si algn zarpado en un auto, porque porque muchas veces van provocadores con los autos que te quieren pasar por delante, no les importa si atropellan un chico, un nio, o cualquiera que est en el corte, entonces son medidas en realidad que nosotros estamos (-) para, para defendernos entre nosotros.] (CTD-AV01) Los dos movimientos que analizamos reivindican el piquete con toda su simbologa, puesto que sta es fuente de identificacin por parte de los que participan en l, y a su vez sntoma que refleja la raz estructural de la lucha. Y es que confluyen en esa instancia el desempleo y el hambre como principales movilizadores, necesidades que al ser politizadas se transforman no slo en la demanda de puestos de trabajo estables y alimentos, sino en una accin radical que pone en evidencia las consecuencias del modelo econmico. [Y cuando pusimos la primera copa de leche, eh, de nuestro bolsillo empezamos tres das (-) tres veces por semana y comprbamos la leche nosotros eh, hacamos pan casero para vender y poder comprar el pan con eso y, y bueno, un poco con eso con el pan casero que vendamos tambin comprbamos leche eh y despus con distintas manifestaciones que hicimos al Pablo Pizurno conseguimos que el Pablo Pizurno nos diera (tose) alimentos.] (CTD-AV04)

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    [Este... los mecanismos para organizar de alguna manera, o conseguir laburo los hemos conseguido en varios lugares del pas, puestos de trabajo genuino, ya sea en empresa o dentro del mismo estado. Como mecanismos de organizacin y lucha, entonces cuando hablamos de dignidad, estamos hablando de recuperar la, la la dignidad de sentirnos parte de un colectivo, de no ser simplemente un numero estadstico, muchas veces en un corte de ruta o una calle romper con los esquemas tradicionales... bueno ah estamos, dejan de ser numero para tomar cuerpo, mas all de que a muchos no les guste ver la realidad as tan de frente, bueno eso es recuperar la dignidad. Ser pobre no significa ser otro tipo de persona.] (MTR02) [Bueno entonces el piquete es parte de decir, bueno cmo reclamamos, cmo salimos eh a la lucha poltica que es lo fundamental YO CREO QUE LO FUNDAMENTAL NO ES EL PIQUETE EN S, es la lucha POLTICA en realidad.] (CTD-AV07) Estas acciones ponen en tensin los diferentes mecanismos que posee el sistema para contenerlos, puesto que la ampliacin de la democracia mediante el ensanchamiento de los espacios pblicos es una poltica que de antemano aparece desbordada frente a la pretensin que representan estas expresiones de resistencia y lucha popular, dado que cuestionan las bases mismas de la democracia representativa en tanto liberal. [Pero seguimos luchando contra esto, que es la entrega de nuestro pas, y que en realidad es lo que est sucediendo en Latinoamrica y en el mundo. Y ah estn los pueblos rabes, y est Venezuela, est Colombia, est Cuba, est el pueblo boliviano que tambin. Y tiene que ver con una misma poltica que es la, la poltica del imperio.] (CTD-AV01) [No creemos que... esto se vaya a cambiar metindose dentro del gobierno ni tampoco creemos armando un frente de izquierda sino que creemos que ste va a ser el resultado de la lucha de todo un pueblo... que nuestra patria tiene toda una historia de lucha, si se quiere, irresureccional en estos trminos, puede llegar a ser posible... generar una alternativa de cambio, y en ese sentido habr trabajo para todos y habr Argentina para todos y habr dignidad.](CTD-AV08) [Nosotros lo definimos como eso como un cambio social. Donde la democracia sea mucho ms perfecta de lo que es hasta ahora, que esta siendo una farsa. Donde haya la posibilidad, como hacemos nosotros, las asambleas, de la democracia directa, de la revocatoria de los mandatos, donde nadie est atado. Hoy uno elige un representante, y el tipo tiene 4 aos para hacer y deshacer a su gusto, esteee y no tenemos los mecanismos para decirno loco nosotros te votamos para esto, no para esto otro.] (MTR02) Posiblemente la expectativa transmitida por estos movimientos se encuentra enraizada en un horizonte de posibilidades cuyo marco de realizacin no es el del presente. Ambos luchan por el cambio social, la justicia, la igualdad y los principales ejes de articulacin se construyen en torno a las banderas antiimperialistas, otra economa y otro Estado. Lo que s es claro es que esta alternativa es una construccin cotidiana en la que confluyen experiencias ancladas territorialmente en un contexto de exclusin creciente, junto a un horizonte de expectativas que moviliza la resistencia.

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    Consideraciones finales Todas las observaciones nos indican que las acciones colectivas, cuando el problema ms acuciante es la vida misma, no pueden ser abordadas como una consecuencia directa de la pobreza, o como meras estrategias de supervivencia, ni reducidas a enunciaciones que expresan la polivalencia de los significantes polticos inscriptos transitoriamente en espacios pblicos. En cada conflicto se puede leer la raz estructural que los vertebra: la produccin de sujetos que establecen relaciones antagnicas frente a un otro ante el cual se costituyen, identificando intereses y condiciones de vida comunes, y enfrentados de manera directa con el capital y el Estado; lo que pone en evidencia la incapacidad de ambos para dar respuesta a esa situacin estructural dentro del sistema poltico y econmico vigente. A manera de sntesis, podemos sealar algunas de las significaciones que adquiere el territorio en este trabajo, las prcticas que aparecen asociadas al mismo y las diferencias que se plantean en torno a los espacios. El territorio se presenta signado por numerosas marcas que nos permiten observar dos dimensiones centrales en confrontacin con los espacios: la produccin de subjetividades y las lgicas de accin que imperan en los lugares polticos. Las marcas del territorio estn impregnadas por la presencia indiscutible de la cotidianeidad como elemento central en la construccin comunitaria frente a las necesidades ante las cuales se organizan: a) el uso del tiempo: en el territorio, prima un pasado intemporal que se constituye como presente histrico mediante el cual se hacen contemporneas las experiencias acontecidas tiempo atrs, y un futuro que se muestra como amenaza o imaginario utpico de construccin posible; mientras que en los espacios, el presente es central para la definicin de las luchas que acontecen, y el futuro ya no se presenta como un imaginario compartido sino como el horizonte donde condensan todas las expectativas; y b) el desplazamiento que constantemente se produce entre la dinmica territorial y la confrontacin espacial. Los ndices caractersticos de estos dos lugares son los derechos sociales y servicios bsicos. stos son atravesados directamente por las lgicas que priman en cada espacio. En el territorio, la gestin colectiva de necesidades se enfrenta a la lgica mercantil-clientelar imperante en el espacio, ambas son el resultado de un tipo de sujeto particular, un sujeto poltico, o un sujeto contencioso. En el dominio del espacio, la lgica imperante es la lucha y la confrontacin pblica y las consecuentes experiencias de resistencia ante los crecientes intentos de cooptacin para mantener el orden y el status quo; a diferencia del territorio, no son los sujetos los que producen, sino que stos son producidos por las lgicas espaciales, dando lugar al vecino-ciudadano que ejerce sus derechos cvicos constitucionales, con alguna posibilidad de resistencia y mayor politizacin, y un ciudadano cliente, cuya participacin, en tanto usuario, se rige por las leyes del mercado poltico.

    Subjetividad Territorio Espacio

    Lgi

    cas Territorio

    Gestin de las necesidades Sujetos polticos

    Lucha Vecino-ciudadano

    Espacio Mercantil-clientelar Sujeto contencioso Status quo-cooptacin Ciudadano usuario

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    La frontera entre territorio-espacio es un aspecto complicado y problemtico, puesto que las debilidades que se presentan en los mrgenes del territorio son tomadas por los de afuera, ya sea el Estado, el puntero, el empresario, etc., para intentar cooptar y absorber estas expresiones, disciplinarlas y funcionalizarlas a los efectos de evitar mayores problemas y mantener vigentes las reglas actuales. Pero, simultneamente, las prcticas que ponen en accin los movimientos analizados son eminentemente disruptivas puesto que confrontan el accionar de estos actores y disputan los sentidos de cada espacio dominado por stos. Si bien es cierto que estas caractersticas son centrales al momento de remitirnos a la dinmica barrial, cabe reconocer que tambin se desplazan a espacios ms amplios, menos localizables como la calle. sta es tomada tal como se encuentra configurada espacialmente26, pero sus representaciones son cambiadas por otras que definen una nueva distribucin fsica y refuncionalizacin de los espacios, permitiendo una circulacin particular de los cuerpos que reproduce la cotidianeidad presente en el territorio, y creando as nuevos lugares polticos. Estos dos desplazamientos de significados y de espacios generan resistencias por parte de los actores tradicionales tanto porque su visin es recusada y sus prcticas son desarticuladas, como por la disputa de espacios de mayor visibilidad. El territorio como anclaje fsico y simblico de las prcticas que llevan a cabo los movimientos analizados permite evidenciar la presencia constante de los embates e intentos de penetracin estatal. Una conocida lgica responde a la inclusin mediante reconocimiento legal de la situacin a la que adscriben. Con ello, este proceder bloquea la poltica en aras de la pacificacin, restando toda politicidad al fenmeno que se presenta, manteniendo vigente las condiciones estructurales que dieron lugar a la emergencia del mismo. La otra forma, que no registra una inscripcin explcita dentro de la legalidad, y por lo tanto imperceptible, responde a las diferentes intromisiones en los territorios construidos, ya sea a travs de la violencia, la cooptacin, las amenazas, etc., proveniente de los diferentes actores (antagonistas) ya sealados. Pero, a pesar de la amenaza que representan para la perdurabilidad de estos movimientos, ambas lgicas son tomadas por ellos como insumo para afianzar la potencialidad de lo colectivo como forma de vida y organizacin. Hemos podido percibir a travs de las diferentes enunciaciones, el potencial de lucha que condensa la significacin de un espacio como propio, esto es, la construccin subjetiva del territorio. Frente a situaciones de desposesin, abandono o exclusin, cuyo efecto ms generalizado es la intervencin estatal a travs de mecanismos ya conocidos, se abre la posibilidad de la coordinacin de acciones entre sujetos que se inscriben en una lgica de construccin poltica antagnica. Pensar la subjetividad como un anclaje no estanco y la posibilidad de trascender a otros contextos es salirse y pensarse desde el territorio hacia otros espacios transindividuales.

    26 Su representacin espacial en el sentido de Lefebvre (Oslender, 2002).

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