confianza en nuestro dios vigilante

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Confianza en Nuestro Dios Vigilante

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CONFIANZA EN NUESTRO DIOS VIGILANTESe cuenta que en cierta ocasin una pobre mujer demandaba del sultn de Turqua una indemnizacin por la prdida de su propiedad. - Cmo la perdiste? -le pregunt.- Me dorm y los ladrones vinieron y me robaron. - Pero Por qu te dormiste? -le pregunt el sultn nuevamente.- Me dorm, porque cre que usted estaba despierto. Al sultn le agrad aquella respuesta y la confianza que en su gobierno expresaba, y orden que se le pagase lo que haba perdido. Se espera que los gobiernos humanos vigilen en inters de sus gobernadores; pero multitud de veces fracasan. No as el gobierno de Dios. Jams duerme.

71. EL CAMINO DE VIDAAl principio vi a Dios como mi observador, mi juez, tomando nota de todas las cosas que hice mal, como para saber si mereca el cielo o el infierno cuando muera. El estaba all para sortear como un presidente. Reconoc su foto pero realmente no le conoca. Pero ms adelante, cuando conoc a Cristo pareci como que si la vida fuera como andar en bicicleta; como una de doble puesto, y vi que l estaba atrs ayudndome con el pedal. No s cundo fue que l sugiri que cambiramos los lugares, pero la vida no parece ser la misma desde entonces. Cuando yo tena el control, saba el camino. Era un poco aburrido y predecible. Era la distancia ms corta entre dos puntos. Pero cuando l tom las riendas, l saba de caminos largos placenteros por las montaas y a travs de lugares rocosos a velocidades tremendas; era el nico en quien me poda sostener! An cuando pareca una locura, l me dijo, "Dale al pedal!" Me preocup y estaba ansioso y pregunt: "A dnde me llevas?" S ri y no me contest, y comenc a aprender a confiar. Me olvid de mi vida aburrida y le entr a la aventura. Cuando yo deca: "Tengo miedo" El se recargaba y tocaba mi mano. Me llev a la gente con regalos que yo necesitaba, regalos de sanidad, aceptacin y gozo. Ellos me dieron regalos para llevar en mi jornada, la de mi Seor y yo. Y nuevamente nos bamos. l dijo, "Regala los regalos; son bagaje extra, mucho peso." As lo hice con la gente que conocamos, y encontr que en mi dar yo recib, y an nuestra carga era ligera. No le tuve confianza, al principio, en el control de mi vida. Pens que chocaramos; pero l conoce secretos de bicicletas. Sabe cmo hacerla doblar en las esquinas y curvas difciles, sabe cmo saltar a rocas grandes y limpias, sabe cmo volar para acortar los caminos tenebrosos. Y ahora estoy aprendiendo a callarme y darle al pedal en lugares extraos, y comienzo a disfrutar del paisaje, y de la brisa fresca en mi cara, con mi grato compaero constante, JESUCRISTO. Y cuando estoy seguro de que ya no puedo ms, solo sonre y dice: ...Dale al pedal".

72. FE PARA CAEREstaba ardiendo una casa. Todos se haban salvado, excepto un nio, en el segundo piso. La escalera estaba llena de llamas y humo y no haba salida sino por la ventana. -Pap, pap! Cmo escapar? -gritaba el nio. - Aqu estoy -gritaba el padre- djate caer, te recibir en mis brazos; trate, Carlitos, yo te recibir. Carlos sali a gatas por la ventana, pero all qued agarrado, porque tena miedo, sabiendo que era muy largo el trecho hasta la calle. -Sultate, djate caer gritaba el padre. - No puedo verte, pap. - Pero yo si te veo: aqu estoy; ten confianza, sultate, que yo te salvar. - Tengo miedo de caer. - Sultate, trate -gritaban otras voces-, tu padre te recibir con toda seguridad; no tengas miedo. Acordndose de la fuerza y del amor de su padre, el nio recobr la confianza y se dej caer. A lo pocos instantes se hall salvo en los brazos de su padre.