conferencia popper sobre demarcación de la ciencia

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TEXTO: LA CIENCIA: CONJETURAS Y REFUTACIONES. [Fragmento] Fragmento compuesto por los ocho primeros apartados de la conferencia dada por K. R. Popper en Cambridge, en 1953, dentro del curso organizado por British Cancel sobre la filosofa britnica contempornea. Esta versin es la edicin castellana publicada por Paidos Estudio Bsica dentro de la obra Conjeturas y refutaciones. el desarrollo del conocimiento cientfico, 2 edicin revisada y ampliada, en Barcelona 1983.

EPGRAFES: I.- [El problema de la demarcacin centro de inters de la obra de Popper] II.- [El mtodo emprico no es el criterio de demarcacin] III.- [Atmsfera en que Popper experimenta el problema de la demarcacin] IV.- [El problema de la demarcacin no es el problema de la verdad ni el problema de la exactitud o mensurabilidad] V.- [El criterio de verificacin no resuelve el problema de demarcacin] VI.- [De la teora de la relatividad se siguen consecuencias observacionales testables o refutables y contrarias a lo esperado desde la mecnica clsica.] VII.- [El criterio de demarcacin que separa la ciencia de la pseudo ciencia es la refutabilidad o testabilidad] VIII.- [La astrologa no cumple el criterio de demarcacin] IX.- [El materialismo histrico no cumple el criterio de demarcacin] X.- [El psicoanlisis no cumple el criterio de demarcacin] XI.- [Las teoras cientficas surgen a veces de la crtica de los mitos] XII.- [El criterio de refutabilidad no responde al problema del sentido o significado de las proposiciones] XIII.- [El criterio de refutabilidad est muy lejos de ser obvio] XIV.- [Wittgenstein y el problema del sentido de los enunciados] XV.- [El criterio de verificacin es tosco para responder al problema de la demarcacin] XVI.- [El Crculo de Viena confundi el criterio de refutabilidad con un criterio de sentido o significado de los enunciados] XVII.- [El problema de la induccin] XVIII.- [ Discusin del el tratamiento humeano de la induccin.] XIX.- [La refutacin humeana de la inferencia inductiva es clara y concluyente, pero su explicacin gentico psicolgica de la induccin no es satisfactoria] XX.- [Discusin de la explicacin psicolgica humeana de la induccin.] XXI.- [Tres puntos errneos de la explicacin psicolgica humeana] XXII.- [Argumentos lgicos en contra de la teora psicolgica de Hume] XXIII.- [Para Hume, el conocimiento es una creencia resultado de la repeticin] XXIV.- [Se reemplaza la teora psicolgica de la induccin por la teora de las conjeturas y refutaciones] XXV.- [La creencia de que la ciencia procede desde la observacin a la teora es absurda] XXVI.- [Solucin al problema, qu es primero, la hiptesis o la observacin?.] XXVII.- [No hay ideas innatas, pero si expectativas anteriores a la experiencia.] XXVIII.- [La expectativa instintiva de hallar regularidades.] XXIX.- [Resumen de la crtica lgica a la psicologa humeana de la induccin.] XXX.- [Nuestra tendencia a buscar regularidades origina el pensamiento dogmtico.] XXXI.- [El pensamiento crtico busca refutar las expectativas.] XXXII.- [La actitud crtica est relacionada con la actitud cientfica que somete las teoras a test y refutaciones.] XXXIII.- [La teora cientfica se distingue de la mtica precientfica, porque somete las teoras a tests o refutaciones.] XXXIV.- [La actitud crtica es la actitud racional.] XXXV.- El razonamiento deductivo forma parte del enfoque crtico. XXXVI.- [Nuestra aceptacin crtica de las teoras no es irracional.] XXXVII.- [Para adaptarse al mundo no hay procedimiento ms racional que el de conjeturas y refutaciones.] XXXVIII.- [Diferencia entre el proceder por ensayo y error y el mtodo de conjeturas y refutaciones] XXXIX.- [Relacin entre el problema de la demarcacin y el de la induccin.] XL.- [Por qu los cientficos creen en la induccin?.] XLI.- [Resumen de la posicin de Popper ante el problema de la induccin]

KARL. R. POPPER, LA CIENCIA: CONJETURAS Y REFUTACIONES. [Fragmento]. I I.- [El problema de la demarcacin centro de inters de la obra de Popper]

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Cuando recib la lista de participantes en este curso y me di cuenta de que se me haba pedido que hablara para colegas filsofos, pens, despus de algunas vacilaciones y consultas, que ustedes probablemente preferiran que yo me refiriese a aquellos problemas que ms me interesan y con cuyo desarrollo me encuentro ms familiarizado. Por ello, decid hacer lo que nunca haba hecho antes: ofrecer a ustedes un informe de mi propia labor en la filosofa de la ciencia a partir del otoo de 1919, poca en que empec a abordar el problema siguiente: Cundo debe ser considerada cientfica una teora?; o bien, existe algn criterio para determinar el carcter o status cientfico de una teora?. El problema que me preocupaba por entonces no era Cundo es verdadera una teora?, ni cundo es aceptable un teora?. Mi problema era diferente. Yo quera distinguir entre la ciencia y la pseudo-ciencia, sabiendo muy bien que la ciencia a menudo se equivoca y que la pseudo-ciencia a veces da con la verdad. II.- [El mtodo emprico no es el criterio de demarcacin] Conoca, por supuesto, la respuesta comnmente aceptada para mi problema: que la ciencia se distingue de la pseudo ciencia o de la metafsica- por su mtodo emprico, que es esencialmente inductivo, o sea que parte de la observacin o de la experimentacin. Pero esa respuesta no me satisfaca. Por el contrario, con frecuencia formul mi problema como el de distinguir entre un mtodo genuinamente emprico y un mtodo no emprico o hasta pseudo emprico, es decir, un mtodo que, si bien apela a la observacin y a la experimentacin, con todo, no logra adecuarse a las normas cientficas. Este ltimo mtodo puede ser ejemplificado con la astrologa, por su enorme masa de datos empricos basados en la observacin, en horscopos y en biografas. Pero dado que no fue el ejemplo de la astrologa el que me condujo a plantearme ese problema, quizs sea conveniente que describa la atmsfera en la que surgi mi problema y los ejemplos por los cuales fue estimulado. III.- [Atmsfera en que Popper experimenta el problema de la demarcacin] Despus del derrumbe del Imperio Austraco se haba producido una revolucin en Austria: el aire estaba cargado de lemas e ideas revolucionarias, y de nuevas y a menudo audaces teoras. Entre las teoras que me interesaban, la Teora de la Relatividad de Einstein era, sin duda, la ms importante. Otras tres eran el Materialismo Histrico de Marx, el Psicoanlisis de Freud y la llamada Psicologa del Individuo de Alfred Adler. La gente deca muchas insensateces acerca de esas teoras, especialmente acerca de la Relatividad (como ocurre todava hoy), pero tuve la fortuna de hallar personas capaces que me introdujeron en el estudio de sta. Todos nosotros el pequeo crculo de estudiantes al que yo perteneca estabamos conmovidos por el resultado de las observaciones realizadas por Eddington sobre el Eclipse de 1919, que aportaron la primera confirmacin importante de la teora de la gravitacin de Einstein. Fue para nosotros una gran experiencia, que tuvo una perdurable influencia sobre mi desarrollo intelectual. Las otras tres teoras, que he mencionado, eran tambin muy discutidas por los estudiantes de entonces. Yo mismo entre en contacto personal con Adler y hasta cooper con l en su labor social entre los nios y jvenes de los distritos obreros de Viena, donde haba creado clnicas de gua social. Durante el verano de 1919 comenc a sentirme cada vez ms insatisfecho con esas tres teoras, el Materialismo Histrico, el Psicoanlisis y la Psicologa del individuo; comenc a sentir dudas en

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relacin a su pretendido carcter cientfico. Mis dudas tomaron al principio la siguiente forma simple: qu es lo que no funciona en el Marxismo, el Psicoanlisis y la Psicologa del individuo?, por qu son tan diferentes de las teoras fsicas, de la teora de Newton y especialmente de la Teora de la Relatividad?. IV.- [El problema de la demarcacin no es el problema de la verdad ni el problema de la exactitud o mensurabilidad] Para aclarar este contraste debo explicar que pocos de nosotros, por entonces, habramos dicho que creamos en la verdad de la teora einsteniana de la gravitacin. Esto muestra que no eran mis dudas acerca de la verdad de esas otras tres teoras lo que me preocupaba, sino alguna otra cosa. Tampoco consista en que yo tuviera la sensacin de que la fsica matemtica era ms exacta que las teoras de tipo sociolgico o psicolgico. As, lo que me preocupaba no era el problema de la verdad, en esta etapa al menos, ni el problema de la exactitud o mensurabilidad. Era ms bien el hecho de que yo senta que esas tres teoras, aunque se presentaban como ciencias, de hecho tenan ms elementos en comn con los mitos primitivos que con la ciencia: que se asemejaban ms a la astrologa que a la astronoma. Hall que aquellos de mis amigos que eran admiradores de Marx, Freud y Adler estaban impresionados por una serie de puntos comunes a las tres teoras, en especial su aparente poder explicativo. Estas teoras parecan poder explicar prcticamente todo lo que suceda dentro de los campos a los que se referan. El estudio de cada una de ellas pareca tener el efecto de una conversin o revelacin intelectuales, que abra los ojos a una nueva verdad oculta para los no iniciados. Una vez abiertos los ojos de este modo, se vean ejemplos confirmatorios de todas las partes: el mundo estaba lleno de verificaciones de la teora. Todo lo que ocurra la confirmaba. As, su verdad pareca manifiesta y los incrdulos eran, sin duda, personas que no queran ver la verdad manifiesta, que se negaban a verla, ya porque estaba contra sus intereses de clase, ya a causa de sus represiones an no analizadas y que exigan a gritos un tratamiento. V.- [El criterio de verificacin no resuelve el problema de demarcacin] Me pareci que el elemento ms caracterstico de esta situacin era la incesante corriente de confirmaciones y observaciones que verificaban las teoras en cuestin; y este aspecto era constantemente destacado por sus partidarios. Un marxista no poda abrir un peridico sin encontrar de continuo pruebas que confirmaban su interpretacin de la historia; no solamente en las noticias, sino tambin en su presentacin que revelaba el sesgo clasista del peridico- y, especialmente, por supuesto, en lo que el peridico no deca. Los analistas freudianos subrayaban que sus teoras eran constantemente verificadas por sus observaciones clnicas. En lo que respecta a Adler, qued muy impresionado por una experiencia personal. Una vez, en 1919, le inform acerca de un caso que no pareca particularmente adleriano, pero el no hall dificultad alguna en analizarlo en trminos de su teora de los sentimientos de inferioridad, aunque ni siquiera haba visto al nio. Experiment una sensacin un poco chocante y le pregunt cmo poda estar tan seguro. Por mi experiencia de mil casos, respondi, a lo que no pude evitar contestarle: Y con este nuevo caso, supongo, su experiencia se basa en mil y un casos. Lo que yo pensaba es que sus anteriores observaciones podan no haber sido mucho mejores que esta nueva; que cada una de ellas, a su vez, haba sido interpretada a la luz de experiencias previas y, al mismo tiempo, considerada como una confirmacin adicional. Qu es lo que confirman?, me pregunt a mi mismo. Solamente que un caso puede ser interpretado a la luz de una teora. Pero esto significa muy poco, reflexion, pues todo caso concebible puede ser interpretado tanto a la luz de la teora de Adler como de la Freud. Puedo ilustrar esto con dos ejemplos diferentes de conductas humanas: la de un hombre que empuja un nio al agua con la intencin de ahogarlo y la de un hombre que sacrifica su vida en un intento de salvar al nio. Cada uno de los dos casos puede ser explicado con igual facilidad por la teora de Freud y por la teora de Adler. De acuerdo con Freud, el primer hombre sufra una represin (por ejemplo, de algn componente de su complejo de Edipo), mientras que el segundo haba hecho una sublimacin. De acuerdo con Adler, el primer hombre sufra sentimientos de inferioridad (que le provocaban, quizs,

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la necesidad de probarse a s mismo que era capaz de cometer un crimen), y lo mismo el segundo hombre (cuya necesidad era demostrarse a s mismo que era capaz de rescatar al nio). No puedo imaginar ninguna conducta humana que no pueda ser interpretada en trminos de cualquiera de las dos teoras. Era precisamente este hecho que siempre se adecuaban a los hechos, que siempre eran confirmadas el que a los ojos de sus admiradores constitua el argumento ms fuerte a favor de esas teoras. Comenc a sospechar que esta fuerza aparente era, en realidad, su debilidad. VI.- [De la teora de la relatividad se siguen consecuencias observacionales testables o refutables y contrarias a lo esperado desde la mecnica clsica.] Con la teora de Einstein la situacin era notablemente diferente. Tomemos un ejemplo tpico: la prediccin de Einstein precisamente confirmada entonces por los resultados de la expedicin de Eddington. La teora gravitacional de Einstein conduca a la conclusin de que la luz deba sufrir la atraccin de los cuerpos de gran masa (como el Sol), precisamente de la misma manera en que son atrados los cuerpos materiales. Como consecuencia de esto poda calcularse que la luz de una estrella fija distante cuya posicin aparente es cercana al Sol llegara a la Tierra desde una direccin tal que la estrella parecera haberse desplazado un poco con respecto al Sol; en otras palabras, parecera como si las estrellas cercanas al Sol se alejaran un poco de ste y unas de otras. Se trata de algo que normalmente no puede observarse, pues durante el da el abrumador brillo del Sol hace invisibles tales estrellas; en cambio, durante un eclipse es posible fotografiar dicho fenmeno. Si se fotografa la misma constelacin de noche, pueden medirse las distancias entre las dos fotografas y comprobar si se produce el efecto predicho. Ahora bien, lo impresionante en el caso mencionado es el riesgo implicado en una prediccin de este tipo. Si la observacin muestra que el efecto predicho est claramente ausente, entonces la teora simplemente queda refutada. La teora es incompatible con ciertos resultados posibles de la observacin, en nuestro caso con resultados que todos habran esperado antes de Einstein1. Esta situacin es muy diferente a la descrita antes, cuando resultaba que las teoras en cuestin eran compatibles con las ms divergentes conductas humanas, de modo que era prcticamente imposible describir conducta alguna de la que no pudiera alegarse que es una verificacin de esas teoras. VII.- [El criterio de demarcacin que separa la ciencia de la pseudo ciencia es la refutabilidad o testabilidad] Las anteriores consideraciones me llevaron, durante el invierno de 1919-1920, a conclusiones que reformular de la siguiente manera: 1. Es fcil obtener confirmaciones o verificaciones para casi cualquier teora, si son confirmaciones de lo que buscamos. 2. Las confirmaciones solo cuentan si son el resultado de predicciones arriesgadas, es decir, si, de no basarnos en la teora en cuestin, habramos esperado que se produjera un suceso que es incompatible con la teora, un suceso que refuta la teora. 3. Toda buena teora cientfica implica una prohibicin: prohibe que sucedan ciertas cosas. Cuanto ms prohibe una teora, tanto mejor es. 4. Una teora que no es refutable por ningn suceso concebible no es cientfica. La irrefutabilidad no es una virtud de una teora (como se cree a menudo), sino un vicio. 5. Todo genuino test de una teora es un intento de desmentirla, de refutarla. La testabilidad equivale a la refutabilidad. Pero hay grados de testabilidad: algunas teoras son ms testables, estn ms expuestas a la refutacin que otras. Corren ms riesgos, por decir as. 6. Los elementos de juicio confirmatorios no deben ser tomados en cuenta, excepto cuando son el resultado de un genuino test de la teora; es decir, cuando puede ofrecerse un intento serio, pero infructuoso, de refutar la teora. (En tales casos hablo de elementos de juicio corroboradores). 7. Algunas teoras genuinamente testables, despus de hallarse que son falsas, siguen contando con el sostn de sus admiradores, por ejemplo, introduciendo algn supuesto auxiliar ad Se trata de un simplificacin, pues aproximadamente la mitad del efecto de Einstein poda ser deducido de la teora clsica, si se adopta un teora corpuscular de la luz.1

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hoc, o reintrepretando ad hoc la teora de manera que escape a la refutacin. Siempre es posible seguir tal procedimiento, pero ste supera la teora de la refutacin slo al precio de destruir o, al menos, rebajar su status cientfico. (Posteriormente dije que esta manera de proceder era de sesgo convencionalista o una estratagema convencionalista). Es posible resumir todo lo anterior diciendo que el criterio para establecer el status cientfico de una teora es su refutabilidad o testabilidad. II VIII.- [La astrologa no cumple el criterio de demarcacin] Quizs pueda ejemplificar lo anterior con ayuda de las diversas teoras mencionadas hasta ahora. La teora de la gravitacin de Einstein obviamente satisface el criterio de la refutabilidad. Aunque los instrumentos de medicin de aquel entonces no nos permitan pronunciarnos sobre los resultados de los tests con completa seguridad, haba indudablemente una posibilidad de refutar la teora. La astrologa no pasa la prueba. Impresion y enga mucho a los astrlogos lo que ellos consideraban elementos de juicio confirmatorios, hasta el punto de que pasaron totalmente por alto toda prueba en contra. Adems, al dar a sus interpretaciones y profecas un tono suficientemente vago, lograron disipar todo lo que habra sido una refutacin de la teora, si sta y las profecas hubieran sido ms precisas. Para escapar a la refutacin, destruyeron la testabilidad de su teora. Es una tpica treta de adivino predecir cosas de manera tan vaga que difcilmente fracasen las predicciones: se hacen irrefutables. IX.- [El materialismo histrico no cumple el criterio de demarcacin] La teora marxista de la historia, a pesar de los serios esfuerzos de algunos de sus creadores y partidarios, adopt finalmente esta prctica de adivinos. En algunas de sus primeras formulaciones ( por ejemplo, en el anlisis que hace Marx de la futura revolucin social), sus predicciones eran testables, y de hecho fueron refutadas2. Pero en lugar de aceptar las refutaciones, los partidarios de Marx reinterpretaron la teora y los elementos de juicio trados de la experiencia con el propsito de hacerlos compatibles. De este modo salvaron la teora de la refutacin; pero lo hicieron al precio de adoptar un recurso que la hace irrefutable. As, dieron un sesgo convencionalista a la teora y, con esta estratagema, destruyeron su pretensin, a la que se ha hecho mucha propaganda, de tener un status cientfico. X.- [El psicoanlisis no cumple el criterio de demarcacin] Las dos teoras psicoanalticas mencionadas se encontraban en una categora diferente. Simplemente, no eran testables, eran irrefutables. No haba conducta humana concebible que pudiera refutarlas. Eso no significa que Freud y Adler no hallan visto correctamente ciertos hechos. Personalmente, considero que mucho de lo que afirmaron tiene considerable importancia, y que bien puede formar parte algn da de una ciencia psicolgica testable. Pero significa que esas observaciones clnicas que los psicoanalistas toman, ingenuamente, como confirmaciones de su teora no tienen tal carcter en mayor medida que las confirmaciones diarias que los astrlogos creen encontrar en su experiencia3. En cuanto a la pica freudiana del yo, el ello, y el super yo,2 3

Vase por ejemplo mi libro La sociedad abierta y sus enemigos, cap. 15, seccin III, y notas 13-14 Las observaciones clnicas, como todas las observaciones, son interpretaciones a la luz de teoras (ver ms adelante seccin IV y siguientes); y slo por esta razn parecen dar apoyo a las teoras a cuya luz se las interpreta. Pero el verdadero apoyo slo puede obtenerse de observaciones emprendidas como tests (intentos de refutacin); y a este fin es menester establecer de antemano criterios de refutacin: debe acordarse cuales son las situaciones observables tales que, si se las observa realmente, indican que la teora est refutada. Pero, qu tipo de respuestas clnicas refutaran para el analista, no solamente un diagnstico analtico particular, sino el psicoanlisis mismo?. Han discutido o acordado alguna vez los analistas tales criterios?. Acaso no hay, por el contrario, toda una familia de conceptos analticos, como

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su derecho a pretender un status cientfico no es sustancialmente mayor que el de la coleccin de historias homricas del Olimpo. Estas teoras describen algunos hechos, pero a la manea de mitos. Contienen sugerencias psicolgicas sumamente interesantes, pero no en una forma estable. XI.- [Las teoras cientficas surgen a veces de la crtica de los mitos] Al mismo tiempo, comprend que tales mitos son susceptibles de desarrollo y pueden llegar a ser testables; que, en un sentido histrico, todas o cas todas- las teoras cientficas se originan en mitos; y que un mito puede contener importantes anticipaciones de teoras cientficas. Ejemplos de esto son la teora de la evolucin por ensayo y error, de Empdocles, o el mito de Parmnides del universo compacto e inmutable, en el que nada sucede nunca y que, si le agregamos otra dimensin, se convierte en el compacto universo de Einstein (en el cual tampoco sucede nada, jams, puesto que, desde un punto de vista tetradimensional, todo est determinado y establecido desde un comienzo). Creo, pues, que si una teora no es cientfica, si es metafsica (por decirlo as), esto no quiere decir , en modo alguno, que carezca de importancia, de valor, de significado o que carezca de sentido4. Pero a lo que no puede aspirar es a estar respaldada por elementos de juicio empricos, en el sentido cientfico, si bien, en un sentido gentico, bien puede ser el resultado de la observacin. (Ha habido muchas otras teoras de este carcter precientfico o pseudo-cientfico, algunas de ellas, desgraciadamente, tan difundidas como la interpretacin marxista de la historia; por ejemplo, la interpretacin racista de la historia, otra de esas imponentes teoras que todo lo explican y que ejercen el efecto de revelaciones sobre las mentes dbiles.) XII.- [El criterio de refutabilidad no responde al problema del sentido o significado de las proposiciones] Por consiguiente, el problema que trat de resolver al proponer el criterio de refutabilidad no fue un problema de sentido o significado, ni un problema de verdad o aceptabilidad, sino el de trazar una lnea divisoria (en la medida en que eso puede hacerse) entre los enunciados, o sistemas de enunciados, de las ciencias empricas y todos los otros enunciados, sean de carcter religioso o metafsico, o simplemente pseudo-cientfico. Aos ms tarde, probablemente en 1928 o 1929, llam a este primer problema el problema de la demarcacin. El criterio de refutabilidad es una solucin a este problema de la demarcacin, pues sostiene que, para ser colocados en el rango de cientficos, el da ambivalencia (no quiero sugerir con esto que no haya ambivalencia), que hacen difcil, sino imposible, llegar a un acuerdo acerca de tales criterios?. Adems, cundo se ha avanzado en el examen de la cuestin relativa a las medida en la cual las expectativas (conscientes o inconscientes) y las teoras definidas por el analista influyen en las respuestas clnicas del paciente ( para no hablar ya de los intentos conscientes de influir en el paciente proponindole interpretaciones, etc.)?. Hace aos introduje el trmino efecto edpico para describir la influencia de una teora, expectativa o prediccin sobre el suceso que predice o describe: se recordar que la cadena causal conducente a parricidio de Edipo comenz en la prediccin de este suceso por el orculo. Es un tema caracterstico y recurrente de tales mitos, pero no ha logrado atraer el inters de los analistas, lo cual quizs no sea casual. (El problema de los sueos confirmatorios sugeridos por el analista es discutido por Freud, por ejemplo, en Gesammelte Schriften III, 1925, donde dice en la p. 314: Si alguien afirma que la mayora de los sueos utilizables en un anlisis....deben su origen a la sugestin [del analista], no puede hacerse ninguna objecin desde el punto de vista de la teora analtica. Pero agrega sorprendentemente: Pero en este hecho no hay nada que disminuya la credibilidad de nuestros resultados.). 4 El caso de la astrologa, que es actualmente una tpica pseudociencia, puede ayudar a ilustrar este punto. Hasta la poca de Newton fue atacada por los aristotlicos y otros racionalistas por una razn equivocada: por su afirmacin ahora aceptada, de que los planetas ejercen una influencia sobre los sucesos terrestres (sublunares). De hecho, la teora gravitacional de Newton, especialmente la teora lunar de las mareas, fue hablando en trminos histricos- un resultado del saber astrolgico. Newton al parecer se resista a adoptar una teora que provena del mismo establo, por ejemplo, que la teora segn la cual las epidemias de influencia se deben a influencia astral. Y Galileo, sin duda por la misma razn, rechaz la teora lunar de las mareas. Tambin sus recelos hacia Kepler pueden explicarse fcilmente por sus recelos hacia la astrologa.

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los enunciados o sistemas de enunciados deben ser susceptibles de entrar en conflicto con observaciones posibles o concebibles. III XIII.- [El criterio de refutabilidad est muy lejos de ser obvio] En la actualidad, yo s, naturalmente, que ese criterio de demarcacin el criterio de testabilidad, o de refutabilidad est lejos de ser obvio. Por aquel entonces, en 1929, me pareca casi trivial, aunque resolva para m- un problema intelectual que me haba preocupado profundamente y que tena, tambin, obvias consecuencias prcticas (polticas, por ejemplo). Pero no capt sus implicaciones ni su significacin filosfica. Cuando se lo expliqu a un condiscpulo del Departamento de Matemticas (que es ahora un distinguida matemtico, residente en Gran Bretaa), me sugiri que lo publicara. En esa poca pens que era absurdo, pues estaba convencido de que mi problema, puesto que era tan importante para m, deba de haber conmovido a muchos cientficos y filsofos, quienes seguramente ya habran llegado a mi obvia solucin. Me enter de que esto no era as a travs de la obra de Wittgenstein y de la acogida que se le dio, por ende, publiqu mis resultados trece aos tarde en la forma de una crtica del criterio de significado de Wittgenstein. XIV.- [Wittgenstein y el problema del sentido de los enunciados] Como todos ustedes saben, Wittgenstein trat de demostrar en el Tractatus... (ver por ejemplo sus proposiciones 5.53, 6.54 y 5) que todas las proposiciones llamadas filosficas o metafsicas, en realidad no son proposiciones o son pseudo-proposiciones: carecen de sentido o significado. Todas las proposiciones genuinas (o significativas) son funciones de verdad de las proposiciones elementales o atmicas, que describen hechos atmicos, es decir, hechos que, en principio, es posible discernir por la observacin. Si llamamos enunciado observacional no solamente al enunciado que expresa una observacin real sino tambin a aquel que expresa algo que se podra observar, debemos afirmar (de acuerdo con el Tractatus..., 5 y 4.52) que toda proposicin genuina es una funcin de verdad de enunciados observacionales y, por lo tanto, deducible de stos. Toda otra aparente proposicin ser una pseudo-proposicin carente de significado en verdad, no ser ms que una jerigonza sin sentido. XV.- [El criterio de verificacin es tosco para responder al problema de la demarcacin] Wittgenstein us la idea mencionada para caracterizar la ciencia en oposicin a la filosofa. As leemos (en 4.11, por ejemplo, donde se presente a la ciencia natural como opuesta a la filosofa): La totalidad de las proposiciones verdaderas es la ciencia natural total (o la totalidad de las ciencias naturales). Esto significa que las proposiciones que pertenecen a la ciencia son las deducibles a partir de enunciados obervacionales verdaderos; son aquellas proposiciones que pueden ser verificadas mediante enunciados verdaderos. Si conociramos todos los enunciados observaciones verdaderos, tambin sabramos todo lo que la ciencia natural puede afirmar. Esto equivale a un tosco criterio de demarcacin basado en la verificabilidad. Para hacerlo un poco menos tosco, se lo modifica de la manera siguiente: Los enunciados que, posiblemente, puedan entrar en el mbito de la ciencia son aquellos que, quizs, puedan ser verificados por enunciados observacionales; y estos enunciados, a su vez, coinciden con la clase de todos los enunciados genuinos o con significado. De acuerdo con este enfoque, pues, la verificabilidad, la significatividad y el carcter cientfico coinciden. Personalmente, nunca estuve interesado en el llamado problema del significado; por el contrario, siempre me pareci un problema verbal, un tpico pseudo-problema. Slo estaba interesado en el problema de la demarcacin, es decir, el de hallar un criterio para establecer el carcter cientfico de las teoras. Fue este inters el que me permiti ver inmediatamente que el criterio del significado basado en la verificabilidad, de Wittgenstein, pretenda desempear tambin el papel de un criterio de demarcacin; y el que me permiti comprender, as mismo, que, en tal carcter, es totalmente inadecuado, an en el caso de que se disiparan las incertidumbres acerca del dudoso concepto de significado. Pues el criterio de demarcacin de Wittgenstein para usar mi propia terminologa en

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este contexto- equivale a la verificabilidad o a la deducibilidad de enunciados observacionales. Pero este criterio es demasiado estrecho (y demasiado amplio): excluye de la ciencia prcticamente todo lo que es, de hecho, caracterstico de ella (mientras que no logra excluir a la astrologa). Ninguna teora cientfica puede ser deducida de enunciados observacionales ni ser descrita como funcin de verdad de enunciados observacionales. XVI.- [El Crculo de Viena confundi el criterio de refutabilidad con un criterio de sentido o significado de los enunciados] Todo lo anterior lo seal, en distintas ocasiones, a los wittgenstenianos y a miembros del Crculo de Viena. En 1931-1932 resum mis ideas en un extenso libro, ledo por varios miembros del Crculo, pero que nunca se public, aunque incorpor parte del mismo en mi Lgica de la investigacin cientfica; en 1933 publiqu una carta al director de Erkenntnis en la que trat de resumir en dos pginas mis ideas sobre el problema de la demarcacin y el de la induccin5. En esta carta y en otras partes califiqu el problema del significado como un pseudo-problema, en contraste con el problema de la demarcacin. Pero mi aporte fue clasificado por miembros del Crculo como una propuesta para reemplazar el criterio verificacionista del significado por un criterio refutacionista del significado, lo cual, efectivamente, quitaba sentido a mis concepciones6. Mis protestas de que yo estaba tratando de resolver, no su pseudo problema del significado, sino el problema de la demarcacin, fueron intiles. Mis ataques a la teora de la verificacin surtieron cierto efecto, sin embargo. Pronto llevaron una completa confusin al campo de los filsofos verificacionistas del sentido y de la falta de sentido. La tesis original de la verificabilidad como criterio de significado era, al menos, clara, simple y enrgica. Las modificaciones y cambios que se introdujeron luego fueron todo lo opuesto7. Debo decir que, ahora, esto lo ven hasta sus proponentes. Pero dado que habitualmente se me cita como uno de ellos, deseo repetir aqu que, si bien yo cre esta confusin, nunca particip en ella. Yo no propuse la refutabilidad ni la testabilidad como criterios de significado; y aunque yo pueda confesarme culpable de haber introducido ambos trminos en la discusin, no fui yo quien los introdujo en la teora del significado.

Mi Lgica de la investigacin cientfica (Tecnos, 1962), a la que aqu llamaremos L.SC.D., es la traduccin de Logik der Forschung (1934), con una serie de notas adicionales y de apndices que incluyen la carta al director de Erkenntnis mencionada en el texto y que fue publicada por primera vez en Erkenntnis 3, 1933, pag. 426 y ss. En lo que respecta a mi libro mencionado en el texto y nunca publicado vease el artculo de R. Carnap Sobre las proposiciones protocolares ( Erkenntnis 3, 1932, pp. 215-228, donde esboza mi teora en las pp. 223-228 y la acepta. Llama a mi teora procedimiento B y dice (p. 224): Partiendo de un punto de vista diferente del de Neurath ( quien desarrolla lo que Carnap llama procedimiento A, p.223). Popper desarroll el procedimiento B como parte de su sistema.. Y despus de resumir mi teora de los tests, Carnap resume sus ideas de la siguiente manera (p.228): Despus de evaluar los diversos argumentos examinados, me parece que la segunda forma de lenguaje con el procedimiento B que es la forma aqu descrita- es la forma de lenguaje cientfico ms adecuada de las propuestas hasta el presente....en la...teora del conocimiento.. Este artculo de Carnap contena el primer informe publicado de mi teora de los tests crticos. 6 El ejemplo que da Wittgenstein de una pseudo-proposicin sin sentido es: Scrates es idntico. Obviamente, Scrates no es idntico tampoco tiene sentido. As, la negacin de una orcaicn sin sentido tampoco tendr sentido, mientras que la de un enunciado significativo tambin ser significativa. Pero la negacin de un enunciado testable (o refutable) no tiene porqu ser testable, como seal en mi L.Sc.D. (p. Ej. p. 38 y ss) y como sealaron luego mis crticos. Puede imaginarse fcilmente la confusin que provoc el hecho de tomar la testacin como criterio de significado y no de demarcacin. 7 El ejemplo ms reciente de comprensin equivocada de la historia de este problema es A.R. White, Note on Meaning and Verification Mind 63, 1954, pp. 66 y ss. El artculo de J.L. Evans publicado en Mind 62, 1953, pp. 1 y ss. Y que White critica en mi opinin es excelente y de una rara penetracin. Como es fcil imaginarse ninguno de los autores puede reconstruir totalmente la historia. Se encontrarn algunas sugerencias en mi Sociedad abierta... notas 46, 51 y 52 del cap. 11; y un anlisis ms detallado en el cap. 11 de este volumen.

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La crtica de mis presuntas concepciones se difundi mucho y tuvo gran xito. Pero no era una crtica de mis concepciones8. Mientras tanto la testabilidad ha sido ampliamente aceptada como criterio de demarcacin. IV XVII.- [El problema de la induccin] He examinado el problema de la demarcacin con algn detalle porque creo que su solucin es la clave de la mayora de los problemas fundamentales de la filosofa de la ciencia. Dar luego una lista de algunos de estos problemas, pero slo tratar con alguna extensin uno de ellos: el problema de la induccin. Comenc a interesarme por el problema de la induccin en 1923. Aunque este problema se halla estrechamente relacionado con el de la demarcacin, durante cinco aos no comprend en toda su plenitud esta conexin. XVIII.- [Discusin del el tratamiento humeano de la induccin.] Abord el problema de la induccin a travs de Hume. Pens que este tena perfecta razn al sealar que no es posible justificar lgicamente la induccin. Hume sostena que no puede haber ningn argumento lgico vlido9 que nos permita establecer que los casos de los cuales no hemos tenido ninguna experiencia se asemejan a aquellos de los que hemos tenido experiencia. Por consiguiente, aun despus de observar la conjuncin frecuente o constante de objetos, no tenemos ninguna razn para extraer ninguna inferencia concerniente a algn otro objeto aparte de aquellos de los que hemos tenido experiencia. Pues si se dijera que tenemos experiencia de esto10 es decir, si se afirmara que la experiencia nos ensea que los objetos constantemente unidos a otros mantienen tal conjuncin-, entonces dice Hume, formulara nuevamente mi pregunta: por qu, a partir de esta experiencia, extraemos una conclusin que va ms all de los ejemplos pasados, de los cuales hemos tenido experiencia. En otras palabras, el intento de justificar la prctica de la induccin mediante una apelacin a la experiencia conduce a un regreso al infinito. Como resultado de esto, podemos decir que las teoras En la L.Sc.D. hice el anlisis de algunas objeciones semejantes y les di respuesta; sin embargo, luego se plantearon objeciones anlogas sin referencias a mis respuestas. Una de ellas es la afirmacin de que la refutacin de una ley natural es tan imposible como su verificacin. La respuesta es que esta objecin mezcla de dos niveles de anlisis totalmente diferentes (como la objecin e que las demostraciones matemticas son imposibles porque el control, por mucho que se lo repita, nunca puede asegurar que no hayamos pasado por alto un error). En el primer nivel, hay una asimetra lgica: un enunciado singular por ejemplo, acerca del perihelio de Mercurio- puede refutar formalmente las leyes de Kepler; pero no es posible verificar formalmente stas con ningn nmero de enunciados singulares. El intento de reducir la importancia de esta asimetra solo puede llevar a confusin. En otro nivel, podemos vacilar en aceptar cualquier enunciado, an el ms simple enunciado observacional; y podemos sealar que todo enunciado supone una interpretacin a la luz de teoras, por lo cual es incierto. Esto no afecta a la asimetra fundamental, pero es importante: la mayora de los que hicieron la diseccin del corazn antes de Harvey observaron mal; observaron lo que esperaban ver. No puede haber nunca una observacin totalmente segura, libre de peligros de las malas interpretaciones. (Esta es una de las razones por las cuales la teora de la induccin no es satisfactoria). La base emprica consiste principalmente en una mezcla de teoras de un grado inferior de universalidad (de efectos reproducibles). Pero subsiste el hecho de que, con respecto a cualquier base que el investigador pueda aceptar (a su riesgo), slo puede testar su teora tratando de refutarla. 9 Hume no dice lgico, sino demostrativo, terminologa que segn creo- es un poco engaosa. Las dos citas siguientes son del Tratado de la naturaleza humana, libro I, parte III, secciones VI y XII. (las bastardillas son de Hume. 10 Esta cita y la siguiente son de Loc. Cit., seccin VI. Vase tambin la obra de Hume Investigacin sobre el entendimiento humano, seccin VI, parte II, y su Abstract, editado en 1938 por J. M. Keynes y P. Sraffa p. 15, y citado en la L.Sc. D., nuevo apndice * VII, texto correspondiente a la nota VI.8

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nunca pueden ser inferidas de enunciados observacionales, ni pueden ser justificados racionalmente por stos. XIX.- [La refutacin humeana de la inferencia inductiva es clara y concluyente, pero su explicacin gentico psicolgica de la induccin no es satisfactoria] Hall que la refutacin de la inferencia inductiva hecho por Hume era clara y concluyente. Pero me sent totalmente insatisfecho por su explicacin psicolgica de la induccin en funcin de la costumbre o el hbito. Se ha observado a menudo que esta explicacin de Hume no es, filosficamente, muy satisfactoria. Sin embargo, fue propuesta como una teora psicolgica, no filosfica; pues trata de dar una explicacin causal de un hecho psicolgico el hecho de que creemos en leyes, es decir, en enunciados que afirman regularidades o que vinculan constantemente diversos tipos de sucesos- al afirmar que este hecho se debe a (o sea, est constantemente unido a) la costumbre o al hbito. Pero esta reformulacin de la teora de Hume es todava insatisfactoria, pues lo que acabo de llamar un hecho psicolgico puede ser considerado, a su vez, como una costumbre o un hbito, la costumbre o el hbito de creer en leyes o regularidades; y no es muy sorprendente ni muy aclarador que se nos diga que tal costumbre, o hbito, debe ser explicada como debida o unida a una costumbre o un hbito (aunque sea de un tipo diferente). Slo podemos reformular la teora psicolgica de Hume de una manera ms satisfactoria si recordamos que ste usa las palabras costumbre y hbito como en el lenguaje ordinario, o sea, no simplemente para describir una conducta regular, sino ms bien para teorizar acerca de su origen (que atribuye a la repeticin frecuente). Podemos decir entonces que, al igual que otros hbitos, nuestro hbito de creer en leyes es el producto de la repeticin frecuente, de la repetida observacin de que las cosas de un cierto tipo estn constantemente unidas a cosas de otro tipo. XX.- [Discusin de la explicacin psicolgica humeana de la induccin.] Esta teora gentico-psicolgica, como hemos observado, est implcita en el lenguaje comn, y, por lo tanto, no es tan revolucionaria como pensaba Hume. Es, sin duda, una teora psicolgica sumamente popular podramos decir que forma parte del sentido comn. Pero a pesar de mi fervor por el sentido comn y por Hume, yo estaba convencido de que esta teora psicolgica estaba equivocada y que, en verdad, era refutable sobre bases puramente lgicas. XXI.- [Tres puntos errneos de la explicacin psicolgica humeana] Yo pensaba que la psicologa de Hume, que es la psicologa popular, estaba equivocada al menos en tres puntos diferentes: a. el resultado tpico de la repeticin; b. La gnesis de los hbitos y, en especial, c. El carcter de esas experiencias o modos de conducta que pueden ser llamados creer en una ley o esperar una sucesin de sucesos sujeta a leyes. a. El resultado tpico de la repeticin por ejemplo, de repetir un pasaje difcil en el piano- es que los movimientos que al principio requieren atencin luego pueden ser ejecutados sin atencin. Podramos decir que el proceso se abrevia radicalmente y cesa de ser consciente: se convierte en fisiolgico. Tal proceso, lejos de crear una expectativa consciente de sucesiones sujetas a leyes o de creencia en una ley, puede, por el contrario, comenzar con una creencia consciente y luego destruirla al hacerla superflua. Al aprender a andar en bicicleta, podemos comenzar con la creencia de que evitaremos la cada si tomamos la direccin en la que corremos el riegos de caer, y esta creencia puede ser til para guiar nuestro movimientos. Despus de la prctica necesaria, podemos olvidar la regla; en todo caso, ya no la necesitamos. Por otro lado, an si es verdad que la repeticin puede crear expectativas inconscientes, stas slo se hacen conscientes si algo va mal (podemos no haber odo el tic-tac del reloj, pero podemos or que se ha parado). b. Los hbitos o las costumbres, por lo general, no se originan en la repeticin. An los hbitos de caminar, hablar o alimentarse a determinadas horas comienzan antes de que la repeticin pueda

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desempear algn papel. Podemos decir, si preferimos, que slo merecen ser llamados hbitos o costumbres despus que la repeticin ha desempeado su papel tpico, pero no debemos afirmar que las prcticas en cuestin se originan como resultado de muchas repeticiones. c. La creencia en una ley no es exactamente igual a la conducta que manifiesta la expectativa de una sucesin de acontecimientos sujeta a leyes, pero la conexin entre ambas es suficientemente estrecha como para que se las pueda tratar conjuntamente. Pueden resultar, quizs, en casos excepcionales de una mera repeticin de impresiones sensoriales (como en el caso del reloj que se detiene). Yo estaba dispuesto a admitir esto, pero sostena que normalmente, y en la mayora de los casos de algn inters, no se las puede explicar de esa manera. Como admite Hume, una sola observacin sorprendente puede bastar para crear una creencia o una expectativa, hecho que trata de explicar atribuyndolo a un hbito inductivo formado como producto de un gran nmero de largas secuencias repetitivas experimentadas en un perodo anterior de la vida11. Pero yo sostena que esto era simplemente un intento de eliminar hechos desfavorables que amenazaban su teora; intento infructuoso, ya que esos hechos desfavorables pueden ser observados en animales muy jvenes y en los bebs, en realidad, a una edad tan temprana como nos plazca. F. Bge informa de lo siguiente: Se puso un cigarrillo encendido cerca de la narices de unos cachorros de perro. Estos lo olfatearon una vez, se volvieron y no hubo nada que los hiciera a retornar a la fuente del olor y olfatear nuevamente. Pocos das despus reaccionaron ante la mera vista de un cigarrillo y hasta de un pedazo de papel blanco arrollado saltando hacia atrs y estornudando12. Si tratamos de explicar casos como ste postulando un gran nmero de largas secuencias repetitivas a una edad an anterior no slo estamos fantaseando, sino tambin olvidando que en las cortas vidas de los astutos cachorros no slo debe haber lugar para la repeticin, sino tambin para muchas novedades y, por consiguiente, para lo que no repeticin. XXII.- [Argumentos lgicos en contra de la teora psicolgica de Hume] Pero no slo hay ciertos hechos empricos en contra de la teora psicolgica de Hume; hay tambin argumentos decisivos de naturaleza puramente lgica. La idea central de la teora de Hume es la de repeticin, basada en la similitud (o la semejanza). Usa esta idea de manera muy poco crtica. Se nos induce a pensar en la gota de agua que horada la piedra: secuencias de sucesos indiscutiblemente iguales que se nos van imponiendo lentamente, como el tic-tac del reloj. Pero debemos comprender que, en una teora psicolgica como a de Hume slo de la repeticin para nosotros, basada en la similitud para nosotros, cabe admitir que tenga algn efecto sobre nosotros. Debemos responder a las situaciones como si fueran equivalentes; tomarlas como similares: interpretarlas como repeticiones. Los astutos cachorros, podemos suponer, mostraban con su respuesta, su manera de actuar o de reaccionar, que reconocan o interpretaban la segunda situacin como una repeticin de la primera, que esperaban que estuviera presente su elemento principal, el olor desagradable. La situacin era una repeticin para ellos porque respondan a ella anticipando su similitud con la situacin anterior. Esta crtica aparentemente psicolgica tiene una base puramente lgica que puede resumirse en el siguiente argumento simple (que es, justamente, el argumento del cual part originalmente para efectuar la crtica). El tipo de repeticin considerado por Hume nunca puede ser perfecto; los casos que tiene presente no pueden ser casos de perfecta igualdad; slo pueden ser casos de similitud. As, slo son repeticiones desde un cierto punto de vista. (Lo que tiene sobre m el efecto de una repeticin puede no tener este efecto sobre una araa.) Pero esto significa que, por razones lgicas, debe haber siempre un punto de vista -tal como un sistema de expectativas, anticipaciones, suposiciones o intereses- antes de que pueda haber repeticin alguna; punto de vista que, por consiguiente, no puede ser simplemente el resultado de la repeticin. (Ver tambin el apndice *X, (1) de mi L. I. C).

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Tratado, seccin XIII, seccin XV, regla 4 F. Bge, Zur Entwicklung..etc.Zeitschrift f. Hundeforschung, 1933. Publicado en D. Katz, Animals and Men, cap. VI, nota al pi.

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Para los propsitos de una teora psicolgica del origen de nuestras creencias, debemos reemplazar entonces la idea ingenua de sucesos que son similares por la idea de sucesos ante los que reaccionamos interpretndolos como similares. Pero si esto es as (y no veo manera de escapar de esa conclusin), entonces la teora psicolgica de la induccin de Hume conduce a un regreso infinito, anlogo precisamente a ese otro regreso infinito que descubri el mismo Hume y fue usado por l para refutar la teora lgica de la induccin. Pues, qu es lo que deseamos explicar? En el caso de los cachorros, deseamos explicar una conducta que puede ser descrita como la de reconocer o interpretar una situacin como repeticin de otra. Indudablemente no podemos explicar esta repeticin apelando a repeticiones anteriores, una vez que comprendemos que las repeticiones anteriores tambin deben de haber sido repeticiones para ellos, de modo que surge nuevamente el mismo problema: el de reconocer o interpretar una situacin como repeticin de otra. Para decirlo ms concisamente, la similitud para nosotros es el producto de una respuesta que supone interpretaciones (que pueden ser inadecuadas) y anticipaciones y expectativas (que pueden no realizarse nunca). Por lo tanto, es imposible explicar anticipaciones o expectativas como si resultaran de muchas repeticiones, segn sugera Hume. Pues aun la primera repeticin para nosotros debe basarse en una similitud para nosotros y, por ende, en expectativas, que es precisamente lo que queramos explicar. Esto muestra que en la teora psicolgica de Hume hay un regreso al infinito. XXIII.- [Para Hume, el conocimiento es una creencia resultado de la repeticin] Hume, crea yo, nunca haba aceptado todas las implicaciones de su propio anlisis lgico. Despus de refutar la doctrina lgica de la induccin, se enfrent con el siguiente problema: cmo obtenemos realmente nuestro conocimiento, como hecho psicolgico, si la induccin es un procedimiento que carece de validez lgica y es racionalmente injustificable? Hay dos respuestas posibles: (1) obtenemos nuestro conocimiento por un procedimiento no inductivo. Esta respuesta habra permitido a Hume adoptar un cierto tipo de racionalismo. (2) Obtenemos nuestro conocimiento por repeticin e induccin y, por lo tanto, por un procedimiento que carece de validez lgica y es racionalmente injustificable, de modo que todo aparente conocimiento no es ms que un tipo de creencia: creencia basada en el hbito. Esta respuesta implicara que hasta el conocimiento cientfico es irracional, de modo que el racionalismo sera absurdo y debera ser abandonado. (No discutir aqu los viejos intentos, que ahora estn nuevamente de moda, por eludir la dificultad afirmando que la induccin, por supuesto, carece de validez lgica si entendemos por lgica lo mismo que lgica deductiva, pero no es irracional de acuerdo con sus propios patrones, como puede verse por el hecho de que toda persona razonable la aplica de hecho: la gran realizacin de Hume fue destruir esta identificacin acrtica de las cuestiones de hecho -quid facti?- y las cuestiones de justificacin o validez -quid iuris?-. Al parecer, Hume nunca consider seriamente la primera alternativa. Despus de abandonar la teora lgica de la induccin por repeticin, cerr un trato con el sentido comn y volvi a admitir humildemente la induccin por repeticin bajo el disfraz de una teora psicolgica. Yo propongo invertir la teora de Hume. En lugar de explicar nuestra tendencia a esperar regularidades como resultado de la repeticin propongo explicar la repeticin para nosotros como el resultado de nuestra tendencia a esperar regularidades y buscarlas. XXIV.- [Se reemplaza la teora psicolgica de la induccin por la teora de las conjeturas y refutaciones] As, fui conducido por consideraciones puramente lgicas a reemplazar la teora psicolgica de la induccin por la concepcin siguiente. Sin esperar pasivamente que las repeticiones impriman o impongan regularidades sobre nosotros, debemos tratar activamente de imponer regularidades al mundo. Debemos tratar de descubrir similitudes en l e interpretarlas en funcin de las leyes inventadas por nosotros. Sin esperar el descubrimiento de premisas, debemos saltar a conclusiones. stas quizs tengan que ser descartadas luego, si la observacin muestra que son erradas.

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Se trataba de una teora del ensayo y el error, de conjeturas y refutaciones. Haca posible comprender por qu nuestros intentos por imponer interpretaciones al mundo son lgicamente anteriores a la observacin de similitudes. Puesto que este procedimiento estaba respaldado por razones lgicas, pens que sera tambin aplicable al campo de la ciencia, que las teoras cientficas no son una recopilacin de observaciones, sino que son invenciones, conjeturas audazmente formuladas para su ensayo y que deben ser eliminadas si entran en conflicto con observaciones; observaciones, adems, que raramente sean accidentales, sino que se las emprenda, como norma, con la definida intencin de someter a prueba una teora para obtener, si es posible, una refutacin decisiva. V XXV.- [La creencia de que la ciencia procede desde la observacin a la teora es absurda] La creencia de que la ciencia procede de la observacin a la teora est tan difundida y es tan fuerte que mi negacin de ella a menudo choca con la incredulidad. Hasta se ha sospechado de que soy insincero, de que niego lo que nadie, en su sano juicio, puede dudar. En realidad, la creencia de que podemos comenzar con observaciones puras, sin nada que se parezca a una teora, es absurda. Este absurdo queda bien ilustrado por la historia del hombre que dedic su vida a la ciencia natural, anot todo lo que poda observar y transmiti su inapreciable coleccin de observaciones a la Royal Society para que se la usara como material inductivo. Esta historia nos muestra que, si bien la recoleccin de escarabajos puede ser til, la de observaciones no lo es. Hace veinticinco aos trat de explicar esto a un grupo de estudiantes de fsica de Viena comenzando una clase con las siguientes instrucciones: "tomen papel y lpiz, observen cuidadosamente y escriban lo que han observado. Me preguntaron, por supuesto, qu es lo que yo quera que observaran. Evidentemente, la indicacin "observen!" es absurda13. (Ni siquiera cumple con las reglas del idioma, a menos que se sobreentienda el objeto del verbo transitivo.) La observacin siempre es selectiva. Necesita un objeto elegido, una tarea definida, un inters, un punto de vista o un problema. Y su descripcin supone un lenguaje descriptivo, con palabras apropiadas; presupone una semejanza y una clasificacin, las que a su vez presuponen intereses, puntos de vista y problemas. "Un animal hambriento escribe Katz-14 divide el medio ambiente en cosas comestibles y no comestibles. Un animal en fuga ve caminos para escapar y lugares para ocultarse...En general el objeto cambia... segn las necesidades del animal. Podemos agregar que los objetos pueden ser clasificados y pueden convertirse en semejantes o desemejantes solamente de esta manera, relacionndolos con necesidades e intereses. Esta regla no solo se aplica a los animales, sino tambin a los cientficos. Al animal el punto de vista se lo suministran sus necesidades, su tarea del momento y sus expectativas; al cientfico, sus intereses tericos, el problema especial que tiene en investigacin, sus conjeturas y anticipaciones, y las teoras que acepta como una especie de trasfondo: su marco de referencia, su horizonte de expectativas". XXVI.- [Solucin al problema, qu es primero, la hiptesis o la observacin?.] El problema: Qu es lo primero, la hiptesis (H) o la observacin (O)?, es soluble; como lo es el problema :Qu es lo primero, la gallina (G) o el huevo (H)?. La respuesta al ltimo interrogante es: Un tipo ms primitivo de huevo, y la respuesta al primero es. Un tipo ms primitivo de hiptesis. Es muy cierto que cualquier hiptesis particular que elijamos habr sido precedida por observaciones; por ejemplo, las observaciones que trata de explicar. Pero estas observaciones, a su vez, presuponen la adopcin de un marco de referencia, un marco de expectativas, un marco de teora. Si las observaciones eran significativas, si creaban la necesidad de una explicacin y, as, dieron origen a la invencin de una hiptesis, era porque no se las poda explicar dentro del viejo1314

Vase seccin 30 de L. Sc. D. Katz, loc. cit

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armazn terico, del viejo horizonte de expectativas. Aqu no hay ningn peligro de regreso infinito. Si nos remontamos a teoras y mitos cada vez ms primitivos hallaremos, al final, expectativas inconscientes, innatas. XVII.- [No hay ideas innatas, pero si expectativas anteriores a la experiencia.] La teora de las ideas innatas es absurda, creo; pero todo organismo tiene reacciones o respuestas innatas, y, entre stas, respuestas adaptadas a sucesos inminentes. Podemos llamar a estas respuestas expectativas", sin que esto implique que tales expectativas sean conscientes. El nio recin nacido "espera", en este sentido, ser alimentado (y hasta podra decirse, ser protegido y amado). Dada la estrecha relacin entre expectacin y conocimiento, hasta podemos hablar, en un sentido totalmente razonable, de conocimiento innato. Este conocimiento no es, sin embargo, vlido a priori; una expectativa innata, por fuerte y especfica que sea, puede ser equivocada. (El nio recin nacido puede ser abandonado y morir de hambre). XXVIII.- [La expectativa instintiva de hallar regularidades.] As, nacemos con expectativas, con un conocimiento que, aunque no es vlido a priori, es psicolgica o genticamente a priori, es decir anterior a toda experiencia observacional. Una de las ms importantes de estas expectativas es la de hallar una regularidad. Est vinculada a una tendencia innata a buscar regularidades o a una necesidad de hallar regularidades, como podemos verlo en el placer del nio cuando satisface esta necesidad. Esta expectativa "instintiva" de hallar regularidades, que es psicolgicamente a priori, corresponde de manera muy aproximada a la "ley de causalidad que Kant consideraba como parte de nuestra dotacin mental y como vlida a priori. De este modo, podramos sentirnos inclinados a afirmar que Kant no logr distinguir entre maneras de pensar psicolgicamente a priori y creencias vlidas a priori. Pero yo no creo que haya cometido un error tan grueso como ste. Pues la esperanza de hallar regularidades no slo es psicolgicamente a priori, sino tambin lgicamente a priori: es lgicamente anterior a toda experiencia observacional, pues, es anterior a todo reconocimiento de semejanzas, como hemos visto; y toda observacin implica el reconocimiento de semejanzas (o desemejanzas). Pero a pesar de ser lgicamente a priori en este sentido, la expectativa no es vlida a priori. Pues puede fracasar: podemos concebir fcilmente un medio ambiente (que sera letal) que, comparado con nuestro medio ambiente ordinario, sea tan catico que no podamos en modo alguno hallar regularidades. (Todas las leyes naturales podran seguir siendo vlidas: los medios ambientes de este tipo han sido usados en los experimentos con animales mencionados en la seccin siguiente.) As, la respuesta de Kant a Hume estuvo a punto de ser correcta, pues la distincin entre expectativa vlida a priori y expectativa que es gentica y lgicamente anterior a la observacin, pero no vlida a priori, es realmente algo sutil. Pero Kant demostr demasiado. Al tratar de mostrar cmo es posible el conocimiento, propuso una teora cuya inevitable consecuencia era que nuestra bsqueda de conocimiento debe tener xito necesariamente, lo cual, como es obvio, es errado. Cuando Kant afirmaba: "Nuestro intelecto no extrae sus leyes de la naturaleza, sino que impone sus leyes a la naturaleza", tena razn. Pero, al pensar que estas leyes son necesariamente verdaderas, o que necesariamente tenemos xito al imponerlas a la naturaleza, estaba equivocado15. La naturaleza, muy a menudo, se resiste exitosamente y nos obliga a considerar refutadas nuestras leyes; pero s seguimos viviendo, podemos. intentarlo nuevamente.

Kant crea que la dinmica de Newton era vlida a priori (Vase sus Fundamentos metafsicos de la ciencia natural, publicado entre la primera edicin y la segunda de la Crtica de la Razn Pura.) Pero si podemos explicar, como l pensaba, la validez de la teora de Newton por el hecho de que nuestro intelecto impone sus leyes a la naturaleza, de ello se desprende -creo yo- que nuestro intelecto debe tener xito en esto; lo cual hace difcil de comprender por qu un conocimiento a priori como el de Newton es tan difcil de alcanzar. Se encontrar una formulacin ms detallada de esta critica en el cap. 2, especialmente en la seccin X, y en los caps. 7 y 8 de este volumen.

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KARL. R. POPPER, LA CIENCIA: CONJETURAS Y REFUTACIONES. [Fragmento]. XXIX.- [Resumen de la crtica lgica a la psicologa humeana de la induccin.]

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Para resumir esta crtica lgica de la psicologa de la induccin de Hume, podemos considerar la idea de construir una mquina de inducciones. Colocada en un mundo simplificado (por ejemplo, un mundo de series de fichas coloreadas), esta mquina, mediante la repeticin, puede "aprender" y hasta "formular" leyes de sucesin que sean vlidas en su "mundo. Si pudiera construirse tal mquina (y no tengo ninguna duda de que esto es posible), entonces, puede argumentarse, mi teora debe ser equivocada; pues si una mquina es capaz de realizar inducciones sobre la base de la repeticin, no puede haber ninguna razn lgica que nos impida hacer lo mismo. El anterior argumento parece convincente, pero es equivocado. Al construir una mquina de induccin, nosotros, los arquitectos de la mquina, debemos decidir a priori lo que constituye su "mundo"; qu cosas se tomarn como similares o iguales; y qu tipo de "leyes" queremos que la mquina sea capaz de "descubrir" en su "mundo". En otras as, debemos insertar en la mquina un esquema que determine lo que va a ser importante o interesante en su mundo: la mquina tendr principios "innatos de seleccin. Los constructores habrn resuelto ella los problemas de semejanza, con lo cual habrn interpretado mundo para la mquina. VI XXX.- [Nuestra tendencia a buscar regularidades origina el pensamiento dogmtico.] Nuestra propensin a buscar regularidades e imponer leyes a la naturaleza da origen al fenmeno psicolgico del pensamiento dogmtico o, con mayor generalidad, de la conducta dogmtica: esperamos regularidades en todas partes -y tratamos de encontrarlas aun all donde no hay ninguna. Nos inclinamos a tratar como a una especie de "ruido de fondo los sucesos que no ceden a estos intentos, y nos aferrarnos a nuestras tentativas hasta cuando son inadecuadas y deberamos aceptar la derrota. Este dogmatismo es, en cierta medida, necesario. Lo exige una situacin que slo puede ser manejada imponiendo nuestras conjeturas al mundo. Adems, este dogmatismo nos permite llegar a una buena teora por etapas, mediante aproximaciones: si aceptamos la derrota con demasiada facilidad, corremos el riesgo de perder lo que estamos a punto de lograr. XXXI.- [El pensamiento crtico busca refutar las expectativas.] Es indudable que esta actitud dogmtica que nos hace aferrarnos a nuestras primeras impresiones indica una creencia vigorosa; mientras una actitud crtica, dispuesta a modificar sus afirmaciones, que admite dudas y exige tests, indica una creencia dbil. Ahora bien, de acuerdo con la teora de Hume y con la teora popular, la fuerza de una creencia sera producto de la repeticin; as, tendra que crecer siempre con la experiencia y ser siempre mayor en las personas menos primitivas. Pero el pensamiento dogmtico, el deseo incontrolado de imponer regularidades y el manifiesto placer por los ritos y la repeticin como tales son caractersticos de los primitivos y los nios; y la experiencia y madurez crecientes a veces crean una actitud de cautela y de crtica, en lugar del dogmatismo. Quizs pueda mencionar aqu un punto de acuerdo con el psicoanlisis. Los psicoanalistas afirman que los neurticos y otras personas interpretan el mundo de acuerdo con un esquema personal fijo que no abandonan fcilmente y que, a menudo, se remonta a la primera infancia. Un patrn o esquema que se ha adoptado a una edad muy temprana de la vida se mantiene luego a todo lo largo de sta, y toda nueva experiencia es interpretada en trminos de l, verificndolo, por decir as, y contribuyendo a aumentar su rigidez. Esta es una descripcin de lo que he llamado la actitud dogmtica, a diferencia de la actitud crtica, la cual comparte con la primera la rpida adopcin de un esquema de expectativas -un mito, quizs, o una conjetura, o una hiptesis- pero que est dispuesta a modificarla, a corregirla y hasta a abandonarla. Me inclino a sugerir que la mayora de las neurosis pueden deberse a un desarrollo parcialmente detenido de la actitud crtica; a un dogmatismo estereotipado, ms que natural; a una resistencia frente a las demandas de modificacin y ajuste de ciertas interpretaciones y respuestas esquemticas. Esta resistencia, a su vez, quizs pueda explicarse en algunos casos como proveniente de una lesin o un shock, que den

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origen al temor y a una necesidad creciente de seguridad o certidumbre, anlogamente a la manera como una lesin en un miembro nos hace temer moverlo, con lo cual adquiere rigidez. (Hasta podra argumentarse que el caso del miembro daado no es simplemente anlogo a la respuesta dogmtica, sino un ejemplo de ella.) La explicacin de cualquier caso concreto tendr que tomar en consideracin el peso de las dificultades que supone hacer los ajustes necesarios, dificultades que pueden ser considerables, especialmente en un mundo complejo y cambiante: sabemos, por experimentos con animales, que es posible producir a. voluntad diversos grados de conducta neurtica, haciendo variar las dificultades de manera adecuada. Encontr muchos otros vnculos entre la psicologa del conocimiento y otros campos psicolgicos considerados a menudo alejados de ella, por ejemplo la psicologa del arte y la msica; en realidad, mis ideas acerca de la induccin se originaron en una conjetura acerca de la evolucin de la polifona occidental. Pero esta historia os la ahorrar. VII XXXII.- [La actitud crtica est relacionada con la actitud cientfica que somete las teoras a test y refutaciones.] Mi crtica lgica de la teora psicolgica de Hume y las consideraciones vinculadas con ella (la mayora de las cuales las elabor en 1926-7 en una tesis titulada Sobre el hbito y la creencia en leyes"16 puede parecer un poco alejada del campo de la filosofa de la ciencia. Pero la distincin entre pensamiento dogmtico y pensamiento crtico, o entre actitud dogmtica y actitud crtica, nos vuelve a llevar directamente a nuestro problema central. Pues la actitud dogmtica se halla claramente relacionada con la tendencia a verificar nuestras leyes y esquemas tratando de aplicarlos y confirmarlos, hasta el punto de pasar por alto las refutaciones; mientras que la actitud crtica es una disposicin a cambiarlos, a someterlos a prueba, a refutarlos, si es posible. Esto sugiere que podemos identificar la actitud crtica con la actitud cientfica, y la actitud dogmtica con la que hemos llamado pseudo cientfica. Sugiere, adems, que, en un plano gentico, la actitud pseudo cientfica es ms primitiva que la cientfica y anterior a sta: es una actitud precientfica. Este primitivismo o esta anterioridad tiene tambin su aspecto lgico. Pues la actitud crtica no se opone a la actitud dogmtica, sino que ms bien la supera: la crtica debe ser dirigida contra creencias existentes y difundidas que necesitan una revisin crtica; en otras palabras contra creencias dogmticas. Una actitud crtica necesita como materia prima, por decir as, teoras o creencias defendidas ms o menos dogmticamente. XXXIII.- [La teora cientfica se distingue de la mtica precientfica, porque somete las teoras a tests o refutaciones.] La ciencia, pues, debe comenzar con mitos y con la crtica de mitos; no con la recoleccin de observaciones ni con la invencin de experimentos, sino con la discusin crtica de mitos y de tcnicas y prcticas mgicas. La tradicin cientfica se distingue de la precientfica porque tiene dos capas. Como la ltima, lega sus teoras; pero tambin lega una actitud crtica hacia ellas. Las teoras no se trasmiten como dogmas, sino ms bien con el estmulo a discutirlas y mejorarlas. Esta tradicin es helnica: se la puede hacer remontar a Tales, fundador de la primera la primera escuela (no me refiero a la primera escuela filosfica, sino simplemente 1a primera escuela") que no se preocup fundamentalmente de la conservacin de un dogma. XXXIV.- [La actitud crtica es la actitud racional.] La actitud crtica, la tradicin de la libre discusin de las teoras el propsito de descubrir sus puntos dbiles para poder mejorarlas es la actitud razonable, racional. Hace un uso intenso tanto de la16

Tesis presentada al Instituto de Educacin de la Ciudad de Viena en 1927, con el ttulo Gewohnheit und Gesetzerlebnis" (no publicada).

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argumentacin verbal como de la observacin, pero de la observacin en inters de la argumentacin. El descubrimiento griego del mtodo crtico dio origen, al principio, a la equivocada esperanza de que conducira a la solucin de todos los grandes y viejos problemas; de que establecera la certidumbre; de que ayudara a demostrar nuestras teoras, a justificarlas. Pero tal esperanza era un residuo de la forma dogmtica de pensamiento; de hecho, no se puede justificar ni probar nada (fuera de la matemtica y la lgica). La exigencia de pruebas racionales en la ciencia indica que no se comprende la diferencia entre el mbito de la racionalidad y el estrecho mbito de la certeza racional: es una exigencia insostenible y no razonable. XXXV.- El razonamiento deductivo forma parte del enfoque crtico. Sin embargo, el papel de la argumentacin lgica, del razonamiento deductivo, sigue teniendo una importancia fundamental para el enfoque crtico; no porque nos permita demostrar nuestras teoras o las de enunciados de observacin, sino porque slo el razonamiento puramente deductivo nos permite descubrir las implicaciones de nuestras teoras y, de este modo, criticarlas de manera efectiva. La crtica, como dije, es un intento por hallar los puntos dbiles de una teora, y stos, por lo general, slo pueden ser hallados en las ms remotas consecuencias lgicas que se siguen de la teora. Es en esto en lo que el razonamiento puramente lgico desempea un papel importante en la ciencia. XXXVI.- [Nuestra aceptacin crtica de las teoras no es irracional.] Hume tena razn al destacar que nuestras teoras no pueden ser inferidas vlidamente a partir de lo que podemos saber que es verdadero: ni de observaciones ni de ninguna otra cosa. Llegaba, as, a la conclusin de que nuestra creencia en ellas es irracional. Si creencia significa aqu nuestra incapacidad para dudar de nuestras leves naturales y de la constancia de las regularidades naturales, entonces Hume tiene razn nuevamente: podra decirse que este tipo de creencia dogmtica tiene una base fisiolgica, y no racional. Sin embargo, si se usa el trmino "creencia" para indicar nuestra aceptacin crtica de las teoras cientficas -una aceptacin tentativa combinada con un deseo por revisar la teora, si logramos un test que sta no pueda satisfacer-, entonces Hume estaba equivocado. En esta aceptacin de teoras no hay nada irracional. Ni siquiera hay nada irracional en basarnos, para los propsitos practicados, en teoras bien testadas, pues no se nos ofrece ningn otro curso de accin ms racional. XXXVII.- [Para adaptarse al mundo no hay procedimiento ms racional que el de conjeturas y refutaciones.] Supongamos que nos hemos propuesto deliberadamente vivir en este desconocido mundo nuestro, adaptarnos a l todo lo que podamos, aprovechar las oportunidades que podamos encontrar en l y explicarlo, si es posible (no necesitamos suponer que lo es) y hasta donde sea posible, con ayuda de leyes y teoras explicativas. Si nos hemos propuesto esto, entonces no hay procedimiento ms racional que el mtodo del ensayo y del error, de la conjetura y la refutacin: de proponer teoras intrpidamente; de hacer todo lo posible por probar que son errneas; y de aceptarlas tentativamente, si nuestros esfuerzos crticos fracasan. Desde el punto de vista que aqu exponemos, todas las leyes y todas las teoras son esencialmente tentativas, conjeturales o hipotticas, aun cuando tengamos la sensacin de que no podemos seguir dudando de ellas. Antes de ser refutada una teora, nunca podemos saber en qu aspecto puede ser necesario modificarla. Todava se usa como ejemplo tpico de ley "establecida por la induccin, ms all de toda duda razonable la de que el sol siempre surgir y se pondr dentro de las veinticuatro horas. Es extrao que an se recurra a este ejemplo, aunque pueda haber sido til en los das de Aristteles y Piteas de Massilia, el gran viajero que durante siglos fue llamado mentiroso por sus relatos acerca de Tule, la tierra del mar congelado y el sol de medianoche.

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XXXVIII.- [Diferencia entre el proceder por ensayo y error y el mtodo de conjeturas y refutaciones] El mtodo del ensayo y el error, por supuesto, no es simplemente idntico al enfoque cientfico o crtico, al mtodo de la conjetura y la refutacin. El mtodo del ensayo y del error no slo es aplicado por Einstein, sino tambin, de manera ms dogmtica, por la ameba. La diferencia reside, no tanto en los ensayos como en la actitud crtica y constructiva hacia los errores; errores que el cientfico trata, consciente y cautelosamente, de descubrir para refutar sus teoras con argumentos minuciosos, basados en los ms severos tests experimentales que sus teoras y su ingenio le permitan planear. Puede describirse la actitud crtica como el intento consciente por hacer que nuestras teoras, nuestras conjeturas, se sometan en lugar nuestro a la lucha por la supervivencia del ms apto. Nos da la posibilidad de sobrevivir a la eliminacin de una hiptesis inadecuada en circunstancias en las que una actitud dogmtica eliminara la hiptesis mediante nuestra propia eliminacin (hay una conmovedora historia de una comunidad de la India que desapareci a causa de su creencia en el carcter sagrado de la vida, inclusive la de los tigres). As, obtenemos la teora ms apta que est a nuestro alcance mediante la eliminacin de las que son menos aptas. (Por "aptitud" no slo entiendo utilidad, sino tambin verdad). Yo no creo que este procedimiento sea irracional ni que necesite ulterior justificacin racional. VIII XXXIX.- [Relacin entre el problema de la demarcacin y el de la induccin.] Volvamos ahora de nuestra crtica lgica de la psicologa de la experiencia a nuestro problema central, el de la lgica de la ciencia. Aunque algunas de las cosas que he dicho hasta ahora pueden sernos tiles, en la medida en que puedan haber eliminado ciertos prejuicios psicolgicos en favor de la induccin, mi enfoque del problema lgico de la induccin es completamente independiente de esta crtica y de toda consideracin psicolgica. Siempre que no creis dogmticamente en el presunto hecho psicolgico de que hacemos inducciones, podis olvidar ahora todo lo anterior, con excepcin de dos puntos de naturaleza lgica: mis observaciones sobre la testabilidad o la refutabilidad como criterio de demarcacin, y la crtica lgica de la induccin hecha por Hume. Por todo lo que ya he dicho, es obvio que haba un nexo estrecho entre los dos problemas que me interesaban por aquel entonces: la demarcacin y la induccin o mtodo cientfico. Era fcil ver que el mtodo de la ciencia es crtico, o sea, trata de efectuar refutaciones. Sin embargo, me llev algunos aos comprender que los dos problemas -el de la demarcacin y el de la induccin- eran uno solo, en cierto sentido. XL.- [Por qu los cientficos creen en la induccin?.] Por qu, me pregunt, tantos cientficos creen en la induccin? Hall que esto se debe a su creencia de que la ciencia natural se caracteriza por el mtodo inductivo, es decir, por su mtodo que parte de largas series de observaciones y experimentos y se basa en ellos. Creen que la diferencia entre ciencia genuina y especulacin metafsica o pseudo cientfica depende exclusivamente de que se emplee o no el mtodo inductivo. Creen (para expresarlo con mi propia terminologa) que slo el mtodo inductivo puede suministrar un criterio de demarcacin satisfactorio. Recientemente di con una interesante formulacin de esta creencia en un notable libro filosfico escrito por un gran fsico, Natural Philosophy of Cause and Chance de Max Born17 . ste escribe: "La induccin nos permite generalizar una serie de observaciones para obtener una regla general: que la noche sigue al da y el da sigue a la noche... Pero mientras que en la, vida cotidiana no hay ningn criterio definido para determinar la validez de una induccin... la ciencia ha elaborado un cdigo, o una regla prctica, para su aplicacin". En ninguna parte revela Born el contenido de este cdigo17

Max Born, Natural Philosophy of Cause and Chance, Oxford, 1949, pg. 7.

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inductivo (el cual, segn sus propias palabras, contiene un criterio definido para determinar la validez de una induccin); pero destaca que no hay ningn argumento lgico que justifique su aceptacin: es una cuestin de fe, por lo cual se siente tentado a llamar a la induccin un principio metafsico. Pero por qu cree l que debe existir tal cdigo de reglas inductivas vlidas?. Esto se aclara cuando l habla de las grandes comunidades de gente ignorante de las reglas de la ciencia o que las rechazan, entre ellos los miembros de las sociedades contra la vacunacin y los creyentes en la astrologa. Es intil discutir con ellos: yo no puedo obligarlos a aceptar los mismos criterios de induccin vlida en los que yo creo: el cdigo de reglas cientficas". Esto aclara completamente que "induccin vlida" es entendida aqu como criterio de demarcacin entre ciencia y pseudo ciencia. XLI.- [Resumen de la posicin de Popper ante el problema de la induccin] Pero es obvio que esta regla prctica para la "induccin vlida" ni siquiera es metafsica: simplemente no existe. Ninguna regla puede garantir la verdad de una generalizacin inferida a partir de observaciones verdaderas, por repetidas que stas sean. (El mismo Born no cree en la verdad de la fsica newtoniana, a pesar de su xito, aunque cree que se basa en la induccin.) El xito de la ciencia no se basa en reglas de induccin, sino que depende de la suerte, el ingenio y las reglas puramente deductivas de argumentacin crtica. Puedo resumir algunas de mis conclusiones de la manera siguiente: (1) La induccin, es decir, la inferencia basada en muchas observaciones, es un mito. No es un hecho psicolgico, ni un hecho de la vida cotidiana, ni un procedimiento cientfico. (2) El procedimiento real de la ciencia consiste en trabajar con conjeturas: en saltar a conclusiones, a menudo despus de una sola observacin (como lo destacan, por ejemplo, Hume y Born). (3) Las observaciones y los experimentos repetidos funcionan en la ciencia como test de nuestras conjeturas o hiptesis, es decir, como intentos de refutacin. (4) La errnea creencia en la induccin se fortifica por la necesidad de un criterio de demarcacin que, segn se cree tradicional pero errneamente, slo lo puede suministrar el mtodo inductivo. (5) La concepcin de este mtodo inductivo, como el criterio de verificabilidad, supone una demarcacin defectuosa (6) Nada de lo anterior cambia lo ms mnimo con afirmar que la induccin no hace seguras a las teoras, sino slo probables.

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GLOSARIOCIENCIA: Una ciencia es el conocimiento humano de una parcela de la realidad, es decir una teora o un conjunto de teoras que describen de manera universal y necesaria el funcionamiento o comportamiento de los fenmenos que componen dicho campo de la realidad. Popper estima que la ciencia es un tipo de conjetura humana caracterizada por ser verdadera, por ser conocimiento objetivo de la realidad, pero siempre en estado crtico, en estado de crecimiento. La ciencia humana son conjeturas verdaderas, en cuanto que mantienen contrastado su poder predictivo, pero su verdad es histrica, provisional, porque el conocimiento humano est sometido a un proceso de continua revisin y crecimiento, que tiene que ver con la mejora continua de las conjeturas y el incremento de la experiencia. Popper estima la ciencia como el modelo de conocimiento humano, por eso una de sus grandes preocupaciones ha sido poder demarcar el conocimiento cientfico, y separarlo de las doctrinas pseudo cientficas, cosa que defini merced a su criterio de testabilidad o refutabilidad. CIRCULO DE VIENA: Un influyente grupo de filsofos neopositivistas que desarrollaron su posicin cientsta entre 1910 y 1933 en la ciudad de Viena. A su tendencia antiespeculativa y antimetafsica, unieron su aprecio de la nueva lgica matemtica como instrumento para resolver los problemas metodolgicos de la ciencia y para construir el lenguaje capaz de unificar los diversos conceptos de las distintas ciencias, logrando de esta manera la unidad del conocimiento humano. Segn Philipp Frank, hacia 1910 comenz a surgir en Viena un movimiento que consideraba la filosofa positivista de Mach como muy importante para la vida intelectual, pero que a la vez no ignoraba los defectos bsicos de esta filosofa (especialmente la escasa atencin prestada a la lgica y a las matemticas y la excesiva atencin prestada al anlisis de las sensaciones). A dicho grupo pertenecan, adems de Frank, Otto Neurath y Hans Hahn. Intentaron primero completar a Mach con Poincar y Duhem, as como relacionar el pensamiento de Mach con las investigaciones lgicas de Couturat, Schroder, Hilbert, etc. Influy en ellos, luego, el pensamiento fsico de Boltzmann, y, sobre todo, el de Einstein. Todava no se haba descubierto la importancia del pragmatismo norteamericano y todava se vean con favor algunas ideas de Hans Driesch (y, en parte, de Hugo Dingler). Pero el grupo empez a presentar una figura reconocible slo cuando Hahn llam la atencin, hacia 1920, sobre la importancia del Tractatus logico-philosophicus de Wittgenstein (el cual se mantuvo aparte, casi desdeosamente, del Crculo) y proclam que la reconstruccin positivista deba realizarse mediante el estudio de Wittgenstein y de los Principia matemtica de Russell y Whitehead. Al ocupar Moritz Schlick la Ctedra de Filosofa de la Ciencia de Mach en Viena, y al llegar tambin a Viena Carnap, se form definitivamente el Crculo, cuyas tesis fueron elaboradas principalmente por Carnap, Neurath y Hahn. Pronto se incorporaron otros pensadores y cientficos: R. Von Mises, K. Menger, Kurt Gdel, E. Schrdinger -consagrados principalmente a la fsica y a la matemtica- alternaron con economistas como J. Schumpeter, con juristas como Hans Kelsen cuyo formalismo desemboc en el puro neutralismo jurdico de Gustav Radbruch- y con socilogos como E. Silzel. El Crculo de Viena comenz a funcionar como tal en 1929 (con ocasin del Congreso para la Epistemologa de las Ciencias Exactas, que inclua al grupo de Viena y al de Berln, junto con el Congreso de matemticos y fsicos alemanes, en Praga) bajo la presidencia de Moritz Schilick. Otros grupos se haban incorporado ya a sus trabajos o comenzaron a mantener estrechas relaciones con el Cruclo. Es el caso del grupo de Berln, formado por Hans Reichenbach quien, sin embargo, se separ pronto de las tesis ms radicales del Crculo- Kurt Grelling, Rudolf von Mises, Walter Dubislava agrupados en la Asociacin de filosofa emprica- y luego C. G: Hempel. Es tambin el caso de algunos filsofos americanos que fueron a Viena a ponerse en contacto con Schlick y Carnap, tales como W. Van Quine, Ernest Nagel y Charles W. Morris, el cual se interes por la relacin del Crculo con el pragmatismo. Tambin Herbert Feigl se incorpor al grupo y difundi la expresin positivismo lgico para sus tesis capitales. Finalmente, iniciaron relaciones estrechas con el Crculo de Viena tanto el Crculo de Varsovia que comprende varios de los que ms han impulsado la nueva lgica y han iniciado, inclusive, como Lesniewski, el estudio semntico: Tarski, Twardowski, Lukasiewicz, Kotarbinski, etc.- como el movimiento analtico britnico (A. J. Ayer, R. B. Braithwaite, J. T. Wisdom, F. P. Ramsey, etc.) y pensadores franceses tales como Louis Rougier, Marcel Boll, el General Vouillemin, el lgico escandinavo J. Jrgensen, y los grupos de Uppsala y Oslo, etc. En vista del crecimiento del Crculo se decidi convocar un congreso especial, el Congreso para la Ciencia Unificada, segn la designacin de Neurath. La conferencia preliminar para este congreso,

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celebrada en Praga (1934) revel la aproximacin del Crculo de Viena y del Positivismo lgico a lo que Morris llam el positivismo biolgico de los pragmatistas; se trataron de unir las dos corrientes proponindose la frmula de empirismo lgico, que fue adoptada sobre todo en EE.UU. donde las ideas del Crculo se encontraron con tradiciones anlogas ya muy desarrolladas: trabajos lgicos de Peirce, elaboracin del pragmatismo conceptualista (C. I. Lewis), de la semitica (Ch. Morris), de la lgica formal, del operacionalismo, etc.. A los EE.UU. se trasladaron varios de los antiguos miembros del Crculo o de los grupos afines. As, Hans Reichenbach (Los ngeles), R. Carnap (Chicago; luego, California), Kl Gdel (Princeton), Alfred Tarski (Berkeley, California) y otros han influido sobre el pensamiento norteamericano contemporneo a la vez que han recibido de l mltiples incitaciones para la prosecucin de un trabajo tanto lgico como semntico, de tal modo que peude hablarse de un entrecruzamiento de influencias que hace difcil precisar ya las orientaciones estrictas del Crculo de Viena. Por eso puede decirse que ste ha quedado fundido con orientaciones de tipo ms amplio: el llamado empirismo cientfico intent, en efecto, ser la reunin de todas las tesis centrales y ms importantes de los antiguos grupos, con lo cual el Crculo lleg a quedar disuelto como grupo, de modo que el folleto programtico Wissenschaftliche Weltanschauung. Der Wiener Kreis, publicado en 1929, ya no represent sino una primera serie de posiciones. Estas siguieron elaborndose sobre todo en la revista Erkenntnis (vols. 1-8, 1930-1940), en el Journal of Unified Science (iniciado en 1939), en la Encyclopedia of Unified Science, especialmente desde el momento en que muchos de sus miembros se refugiaron en EE.UU. Desde casi el comienzo el Crculo haba revelado intereses diversos que, aunque no estrictamente contradictorios, eran por los menos divergentes. As mientras algunos, como Hahn y Schlick, trabajaban en los temas desarrollados por la lgica nueva y se ocupaban de cuestiones sobre la teora del conocimiento, la significacin y la verificacin, otros como Carnap, Neurath, Gdel y, en parte Krank, se orientaban hacia ese trabajo en Lgica y en semitica que ha parecido luego alcanzar el primado. Para estos ltimos, en efecto, se trataba sobre todo de los problemas de unificacin de ciencias y de campos de ciencias, del simbolismo lgico-matemtico, del anlisis lgico de las proposiciones, de la teora de la constitucin, de la formacin de una sintaxis lgica del lenguaje, de la solucin de antinomias, del desarrollo de la ciencia, etc.,. En todo caso la tendencia general de todos los miembros del grupo ha sido el abandono gradual de las tendencias ms radicalmente empiristas. (Ferrater Mora, Diccionario de Filosofa, vol. 4, de la Q-Z, Alianza 1979.) CONJETURAS: Una conjetura es una opinin fundada en probabilidades, indicios u observaciones. El hombre tiene necesidad de conocer y predecir el desarrollo de los acontecimientos reales para sobrevivir en la realidad. Esto lo logra haciendo conjeturas sobre las reglas segn las cuales se comportan los procesos reales, es decir sobre sus regularidades. El hombre tiende a imaginar e inventar historias, o conceptos o reglas, o cualquier otro tipo de conjetura, que le permita tener expectativas de cmo va a comportarse la realidad. El conocimiento cientfico es para Popper una conjetura crtica, que demuestra su validez objetiva mientras sus predicciones no son refutadas por los hechos, en especial aquellas que son consideradas por sus creadores como sus tests. COSTUMBRE O HBITO: Una tendencia o inclinacin natural que resulta de la repeticin de actos. Tambin una prctica que ha adquirido fuerza de ley. Hume explicaba psicolgicamente la creencia o adhesin racional a las leyes cientficas diciendo que eran hbitos o costumbres. Ver hbito. CRITERIO DE SIGNIFICADO O SENTIDO: Criterio que permite determinar qu afirmaciones tienen significado o sentido y qu proposiciones carecen de l. Los neopositivistas pensaron que el criterio de significado o sentido era el criterio de verificacin. Segn este criterio una teora o una afirmacin tienen sentido o significado cuando pueden ser verificadas, es decir cuando son afirmaciones observables o cuando de ellas se siguen proposiciones observables que pueden ser contrastadas por la experiencia (ver verificacin). Un ejemplo de proposicin observable o proposicin protocolar seran los protocolos de experimento que escriben los cientficos, por ejemplo el paciente A tiene 37 de temperatura, pero tambin afirmaciones cotidianas observables, como la luz est encendida o est lloviendo. Una proposicin como Dios existe, por el contrario, carecera de sentido porque ni es una afirmacin verificable, ni de ella se siguen inequvocamente consecuencias verificables. Las proposiciones de la lgica y de la matemtica, que no tienen consecuencias empricas, no carecen de sentido, porque son analticas y tienen un s