conectando islas o pelando cebollas

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6 Conectando islas o pelando cebollas: Ray Boggs es vicepresidente del Departamento de Investigación de PyMES y Oficinas Domésticas de IDC. Para obtener más información, visite www.idc.com. La implementación de una amplia gama de tecnología en las empresas medianas ha transformado las operaciones y ha mejorado la productividad en diversos aspectos. Las redes inalámbricas, la conectividad a Internet de banda ancha, las portátiles y los smartphones, han mejorado en su conjunto la forma de trabajar de los empleados, ya sea en las instalaciones o de forma remota. Pero el aumento continuo de la complejidad de los entornos tecnológicos conlleva algunos riesgos de seguridad muy reales. Las empresas en expansión dedican una parte cada vez mayor de los gastos totales de TI a la seguridad, según IDC, empresa dedicada a los estudios de mercado. Mientras que las pequeñas empresas dedican un 10% de su presupuesto de TI a la seguridad, esta cantidad aumenta un 14% en el caso de las empresas medianas y, por supuesto, esta cantidad se aplica a un gasto total que también aumenta con el tamaño de la empresa. La naturaleza de estos gastos también cambia, con una mezcla de hardware, software y servicios dedicados a la seguridad que está en constante evolución. Para disponer de una cobertura de seguridad efectiva, se necesitan distintos elementos que se deben coordinar perfectamente. Más que conectar islas, lo que mejor ejemplifica el tema de su seguridad es una cebolla con numerosas capas. Las compañías están familiarizadas con la seguridad de puntos finales que protege las workstations, las portátiles y los smartphones de las amenazas de Internet –antivirus, antispam, antispoofing– es decir, todas las amenazas habituales. Esta podría ser la capa externa de la cebolla. El cortafuego (otra capa) contiene diversas medidas de seguridad que proporcionan autenticación (¿es usted realmente quien dice ser?) y autorización (¿tiene permiso para hacer lo que quiere o para acceder a determinado sitio?), que mantienen la seguridad de una organización. A medida que una empresa crece, las distintas capas de la cebolla cobran más importancia, con las capas externas de protección de puntos finales y remotos rodeando las distintas funciones de red principales. Por supuesto, la situación se puede complicar, como ocurre con la protección del correo electrónico, que tiene implicaciones tanto de red como de punto final. La coordinación y la administración de los distintos elementos y niveles de seguridad pueden plantear demandas concretas a las empresas medianas, que no suelen tener personal de TI dedicado a la seguridad. Por esta razón, los proveedores de servicios pueden desempeñar un papel especialmente importante, sobre todo a medida que la seguridad del almacenamiento se vuelve esencial, como la protección de datos y la recuperación ante desastres. El reto de coordinar los recursos de seguridad para obtener el máximo impacto. Mientras que las pequeñas empresas dedican un 10% de su presupuesto de TI a la seguridad, esta cantidad aumenta un 14% en el caso de las empresas medianas. Por Ray Boggs, de IDC.

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Conectando islas o pelando cebollas:

Ray Boggs es vicepresidente del Departamento de Investigación de PyMES y Oficinas Domésticas de IDC. Para obtener más información, visite www.idc.com.

La implementación de una amplia gama de tecnología en las empresas medianas ha transformado las operaciones y ha mejorado la productividad en diversos aspectos. Las redes inalámbricas, la conectividad a Internet de banda ancha, las portátiles y los smartphones, han mejorado en su conjunto la forma de trabajar de los empleados, ya sea en las instalaciones o de forma remota. Pero el aumento continuo de la complejidad de los entornos tecnológicos conlleva algunos riesgos de seguridad muy reales. Las empresas en expansión dedican una parte cada vez mayor de los gastos totales de TI a la seguridad, según IDC, empresa dedicada a los estudios de mercado. Mientras que las pequeñas empresas dedican un 10% de su presupuesto de TI a la seguridad, esta cantidad aumenta un 14% en el caso de las empresas medianas y, por supuesto, esta cantidad se aplica a un gasto total que también aumenta con el tamaño de la empresa.

La naturaleza de estos gastos también cambia, con una mezcla de hardware, software y servicios dedicados a la seguridad que está en constante evolución.

Para disponer de una cobertura de seguridad efectiva, se necesitan distintos elementos que se deben coordinar perfectamente. Más que conectar islas, lo que mejor ejemplifica el tema de su seguridad es una cebolla con

numerosas capas. Las compañías están familiarizadas con la seguridad de puntos finales que protege las workstations, las portátiles y los smartphones de las amenazas de Internet –antivirus, antispam, antispoofing– es decir, todas las amenazas habituales. Esta podría ser la capa externa de la cebolla. El cortafuego (otra capa) contiene diversas medidas de seguridad que proporcionan autenticación (¿es usted realmente quien dice ser?) y autorización (¿tiene permiso para hacer lo que quiere o para acceder a determinado sitio?), que mantienen la seguridad de una organización.

A medida que una empresa crece, las distintas capas de la cebolla cobran más importancia, con las capas externas de protección de puntos finales y remotos rodeando las distintas funciones de red principales. Por supuesto, la situación se puede complicar, como ocurre con la protección del correo electrónico, que tiene implicaciones tanto de red como de punto final.

La coordinación y la administración de los distintos elementos y niveles de seguridad pueden plantear demandas concretas a las empresas medianas, que no suelen tener personal de TI dedicado a la seguridad. Por esta razón, los proveedores de servicios pueden desempeñar un papel especialmente importante, sobre todo a medida que la seguridad del almacenamiento se vuelve esencial, como la protección de datos y la recuperación ante desastres.

El reto de coordinar los recursos de seguridad para obtener el máximo impacto.

Mientras que las pequeñas

empresas dedican un 10% de su

presupuesto de TI a la seguridad,

esta cantidad aumenta un 14% en

el caso de las empresas medianas.

Por Ray Boggs, de IDC.