URANITO EDITORES

ARGENTINA - COLOMBIA - CHILE - ESPAÑA - ESTADOS UNIDOS MÉXICO - PERÚ - VENEZUELA - URUGUAY

Graciela Repún

Conato Patejoy el caso del fantasma

del castillo

Conato_Fantasma.indd 1 31/05/15 12:54

Directora editorial: Anabel JuradoEdición: Francisco Gorostiaga Coordinación editorial: Fernanda Argüello y Andrea MolinaDiseño de interior: Claudia AnziluttiDiseño de tapa: MZMS Macarol StambukIlustración: Laura Michell

Reservados todos los derechos. Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, incluidos la reprografía y el tratamiento informático, así como la distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamo públicos.

© 2014 by Graciela Repún© 2014 by EDICIONES URANO S.A. - ArgentinaPaseo Colón 221 - C1063ACC - Ciudad de Buenos Aireswww.edicionesurano.com.ar

1a edición

ISBN 978-987-703-098-3 Queda hecho el depósito que establece la Ley 11.723

Impreso en Gráfica TriñanesCharlone 971 - AvellanedaPcia. de Buenos Aires - ArgentinaJunio de 2015

Impreso en Argentina. Printed in Argentina

Graciela Repún Conato Patejo y el caso del fantasma del castillo / Graciela Repún ; ilustrado por Laura Michell. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Uranito Editores, 2015. 48 p. : il. ; 21x17 cm. - (Conato Patejo)

ISBN 978-987-703-098-3

1. Narrativa Infantil Argentina. 2. Cuentos. I. Michell, Laura , ilus. CDD A863.928 2

Conato_Fantasma.indd 2 01/06/15 15:33

Dedicatorias

De Graciela Repún A Laura Michell, que se comprometió a edificar perplejidades con paciente y dulce talento. A Enrique, que ayudó con mirada ilustradora. Al capo de Mateo Niro, un lujo de introductor. A los alumnos y las Plaza, que alentaron. A los Uranitos que visualizaron el pato, el conejo y el libro conteniéndolos: Anabel, Francisco y Fer. Y a Marina y Julián, siempre.

De Laura MichellA Graciela, por confiar en mí para ilustrar esta serie de Conatos tan hermosos como complejos. ¡Gran aprendizaje! A Daniel, por acompañarme y darme energía.

Conato_Fantasma.indd 3 31/05/15 12:54

Introducción

Ojos bien abiertos

A menudo nos atrapan ciertos enigmas policiales de la vida co-tidiana, de los cuales nos vamos enterando en cuentagotas a través del diario o de la televisión y que, más allá de lo truculento del caso, promueven nuestro deseo de develar algún misterio: ¿quién fue? ¿Por qué? ¿De qué modo? Nos gustan las sombras porque nos desa-fían a revelar lo que ellas esconden.

Ese permanente reto fue, quizás, una de las principales claves del éxito de la rica tradición de la literatura policial en la Argentina y el mundo. El policial es un género muy extendido en la historia de la literatura. Y, al igual que otros géneros populares, también tuvo un reconocimiento en las universidades y las instituciones “de cultura”. Prestigiosos escritores, importantes académicos y avezados críticos se dedicaron a escribirlo o a estudiarlo.

A pesar de que se trata de un tipo de relato con una trama bas-tante regular, no todos los policiales son del mismo tipo. A grandes rasgos, existen dos grandes vertientes: la del policial “negro” o “psicológico” (algunos de los escritores referentes más importantes de esta corriente son Dashiell Hammett y Raymond Chandler), en el cual el detective es un ser idealista pero atormentado por el mundo, con cierta mala vida y confusa reputación; y la otra, la del llamado policial “clásico” o “de enigma”, en los cuales lo que existe es un misterio que el perspicaz detective, y con él los lectores, se es-merará en develar. De esto último se trata la serie de Conato Patejo de Graciela Repún.

En la literatura policial clásica, por lo general, el enigma se pre-senta al comienzo mismo del relato. A través de toda la narración se desandará el camino que posibilitó que eso sucediera y se intentará comprender por qué pasó lo que pasó (cuál fue el móvil), cómo fue

Conato_Fantasma.indd 4 31/05/15 12:54

que pasó (el modo) y en manos de quién se perpetró (quién es el culpable). El relato está organizado, así, a partir de la investigación que servirá para resolver el enigma por parte del detective. Pero para ello es fundamental que las pruebas estén a la vista de todos, no solo de los personajes sino también de los lectores. Porque eso demostrará la peculiar capacidad de observación del investigador, que está en ver lo que el resto de las personas (incluso, muchas ve-ces, los lectores) no ven, y exhibir finalmente esas evidencias.

Sobre toda esta larga historia de literatura policial se construye Conato Patejo y el caso del fantasma del castillo. Sin embargo, aquí el desafío es mayor: este juego de pareceres y miradas novedosas sobre aquello que está a la vista se vuelve el quid de la cuestión y, por eso mismo, constituye un preciso botón de muestra del género. Como un lazarillo, el bueno de Conato Patejo revela, a través de su mirada profesional, a los otros personajes y a nosotros, los lectores, una realidad distinta. Y es precisamente esa particular manera de mirar lo que hace a la revelación del enigma: las ilusiones ópticas hacen que los huéspedes huyan para favorecer los objetivos del culpable. De este modo, Conato Patejo nos intima al “deber de ob-servar”, como diría su colega Sherlock Holmes.

Mateo Niro

Conato_Fantasma.indd 5 31/05/15 12:54

6

Conato_Fantasma.indd 6 31/05/15 12:54

—Buen día —dijo mi cliente—. Usted es el detective Conato Patejo, ¿verdad?

—Así es.—Me gusta su nombre. Es original. —Gracias. Me lo pusieron mis padres —respondí

señalando la foto que tengo en mi biblioteca.—¡Hermosa foto!—Le agradezco. —Permítame presentarme: soy Rallo Cabana. Y necesito

su ayuda.

7

Conato_Fantasma.indd 7 31/05/15 12:54

Miré a mi visitante con atención. Me subí a un mueble y lo miré desde ahí arriba. Me tiré al piso y lo observé desde abajo. Giré a su alrededor para conocerlo de frente y de perfil. Y para verlo del revés me colgué de cabeza, como mi amigo Alei, el murciélago.

Así llegué a una conclusión: mi nuevo cliente era una rana. O un caballo.

Si se trataba de un caballo, lo único que estaba viendo era su cabeza. Mi madriguera es demasiado pequeña como para que introdujera en ella el resto de su cuerpo.

Fuera lo que fuese, no parecía sentirse bien. Tenía la piel marrón verdosa, la respiración agitada y la mirada triste. Hacía mucho calor y pensé que el aire libre, por lo menos, le daría un color más saludable.

O las dos cosas a la vez.

8

Conato_Fantasma.indd 8 31/05/15 12:54

9

Conato_Fantasma.indd 9 31/05/15 12:54

—¿Le parece continuar nuestra conversación en el estanque? —pregunté.

Hizo un gesto de asentimiento. Mis clientes, incluso los nuevos, saben que cuando no estoy en la madriguera, el estanque es mi oficina natural.

Le pedí que se adelantase mientras yo preparaba dos ensaladas para llevar. Hice una para cada uno; la primera, de alfalfa aderezada con insectos, y la otra, de zanahoria y pescado crudo.

10

Conato_Fantasma.indd 10 31/05/15 12:54

Cuando llegué al estanque, ya se había metido al agua. Dejé las ensaladas en la orilla y me metí yo también. Según mi punto de vista, que cambiaba con cada movimiento, podía estar viendo a un caballo con el cuerpo sumergido o a una rana parada sobre un montón de lianas. Pero eso no tenía importancia. Especialmente sabiendo que, según su punto de vista, mi cliente podía estar viendo a un pato nadando panza arriba o a un conejo pataleando hacia adelante.

Yo también soy un ser cambiante.

11

Conato_Fantasma.indd 11 31/05/15 12:54