comunidad_silente

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V V V i i i e e e n n n t t t o o o d d d e e e l l l S S S u u u r r r La comunidad silente de México * ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Texto publicado en Viento del Sur, Núm. 14, marzo 1999, México, DF. La paginación y el contenido son iguales a los del original publicado. Los párrafos que en la revista fueron colapsados aquí permanecen separados. Las referencias omitidas en la publicación aquí permanecen anexadas al final (Otras Referencias). Como en Viento del Sur: Se autoriza la publicación total o parcial citando la fuente. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Boris Fridman Mintz ** * Este texto es una versión corregida de la ponencia presentada en el seminario Teorías de frontera , organizado por la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, en noviembre de 1996. En proceso de publicación por la propia institución. ** Lingüista. INAH, Centro Regional de Colima. Universidad de Colima. De lo patológico a lo diverso Para el sentido común la sordera es una enfermedad. Es sorda toda aquella persona que carece del sentido del oído. Entre los médicos, aún los especialistas, priva el sentido común. Se asume que una persona normal tiene oído y que, por lo tanto, su ausencia es patológica. Los enanos son tales debido a una mutación genética. Esta mutación afecta muchas funciones de su organismo, al punto de que nunca crecen como el resto de los seres humanos. Luego entonces, reza el sentido común, los enanos son enfermos y hay que tratarlos como tales. Y, sin embargo, los enanos pueden tener una vida plena, siempre y cuando el resto de la sociedad se los permita. Al fin y al cabo, la definición de lo patológico depende de la sociedad, es en buena medida una categoría social. Existen personas más o menos sordas, más o menos albinas, más o menos cojas, más o menos tuertas. Podríamos hacer una larga lista de ‘desviaciones’ de la norma, la lista sería tan larga que probablemente todos los que lean este texto queden incluidos. Por lo que se refiere a la naturaleza, el ser enano o de cualquier otra manera no es ni normal ni anormal, simplemente se trata de una variante de la especie, por accidente o mutación. Las ‘desviaciones’ forman una parte esencial de la naturaleza de los seres vivos. No puede haber selección natural si no hay biodiversidad. Todos somos y nos hacemos ontogenética y filogenéticamente diferentes. Algunas ‘desviaciones’ llevan a la muerte del individuo, otras no. Por lo que se refiere a la sordera, no amenaza la vida ni pone en riesgo la reproducción de la especie. A un cojo le puede ser útil una silla de ruedas o una muleta para desplazarse, a un ciego le puede servir un perro guía. Un sordo no tiene problemas para desplazarse, tal vez no pueda oír a un camión que se aproxima, pero si puede mirar a su alrededor para percatarse de lo que acontece. Para algunos sordos los amplificadores resultan útiles para percibir ruidos ambientales, otros tantos pueden percibir un buen número de ruidos ambientales, aún sin amplificador. A diferencia de otras discapacidades, pues, la sordera no afecta la deambulación ni se percibe a primera vista. Las personas que nacen o se hacen sordas son diferentes. Tal vez su sordera sea el resultado de una infección viral, del abuso de un antibiótico, de un gen recesivo. Pero al fin y al cabo tenemos que dar por sentado que carecen de oído, como una condición intrínseca de su ser. Y esta diferenciación no obliga a tratar a los sordos como enfermos. Lo que es más, la sordera en cuanto tal no siempre ha sido concebida y tratada como enfermedad:

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EXPERIENCIA SILENTE

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    La comunidadsilente de Mxico*

    -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Texto publicado en Viento del Sur, Nm. 14, marzo 1999, Mxico, DF. La paginacin y el contenido soniguales a los del original publicado. Los prrafos que en la revista fueron colapsados aqu permanecenseparados. Las referencias omitidas en la publicacin aqu permanecen anexadas al final (Otras Referencias).Como en Viento del Sur: Se autoriza la publicacin total o parcial citando la fuente.-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

    Boris Fridman Mintz**

    * Este texto es una versin corregida de la ponencia presentada en el seminario Teoras de frontera , organizado por laUniversidad Autnoma de Ciudad Jurez, en noviembre de 1996. En proceso de publicacin por la propia institucin.** Lingista. INAH, Centro Regional de Colima. Universidad de Colima.

    De lo patolgico a lo diverso

    Para el sentido comn la sordera es unaenfermedad. Es sorda toda aquella persona quecarece del sentido del odo. Entre los mdicos, anlos especialistas, priva el sentido comn. Se asumeque una persona normal tiene odo y que, por lotanto, su ausencia es patolgica.

    Los enanos son tales debido a una mutacingentica. Esta mutacin afecta muchas funciones desu organismo, al punto de que nunca crecen comoel resto de los seres humanos. Luego entonces, rezael sentido comn, los enanos son enfermos y hayque tratarlos como tales. Y, sin embargo, losenanos pueden tener una vida plena, siempre ycuando el resto de la sociedad se los permita.

    Al fin y al cabo, la definicin de lo patolgicodepende de la sociedad, es en buena medida unacategora social. Existen personas ms o menossordas, ms o menos albinas, ms o menos cojas,ms o menos tuertas. Podramos hacer una largalista de desviaciones de la norma, la lista sera tanlarga que probablemente todos los que lean estetexto queden incluidos.

    Por lo que se refiere a la naturaleza, el serenano o de cualquier otra manera no es ni normal nianormal, simplemente se trata de una variante de laespecie, por accidente o mutacin. Lasdesviaciones forman una parte esencial de lanaturaleza de los seres vivos. No puede haberseleccin natural si no hay biodiversidad. Todos

    somos y nos hacemos ontogentica yfi logenticamente diferentes. Algunasdesviaciones llevan a la muerte del individuo,otras no. Por lo que se refiere a la sordera, noamenaza la vida ni pone en riesgo la reproduccinde la especie.

    A un cojo le puede ser til una silla de ruedaso una muleta para desplazarse, a un ciego le puedeservir un perro gua. Un sordo no tiene problemaspara desplazarse, tal vez no pueda or a un caminque se aproxima, pero si puede mirar a su alrededorpara percatarse de lo que acontece. Para algunossordos los amplificadores resultan tiles parapercibir ruidos ambientales, otros tantos puedenpercibir un buen nmero de ruidos ambientales,an sin amplificador. A diferencia de otrasdiscapacidades, pues, la sordera no afecta ladeambulacin ni se percibe a primera vista.

    Las personas que nacen o se hacen sordasson diferentes. Tal vez su sordera sea el resultadode una infeccin viral, del abuso de un antibitico,de un gen recesivo. Pero al fin y al cabo tenemosque dar por sentado que carecen de odo, como unacondicin intrnseca de su ser. Y esta diferenciacinno obliga a tratar a los sordos como enfermos. Loque es ms, la sordera en cuanto tal no siempre hasido concebida y tratada como enfermedad:

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    Hasta el siglo XIX podemos inferir que la sorderafue considerada ms que nada en trminossociales o pedaggicos; pero a partir de ciertomomento lo sera en trminos mdicos. Lamedicalizacin de la sordera acarrea una serie deefectos. En lo inmediato, se justifica que el sordosea sometido a un tratamiento

    El contrasentido de la cuestin es que lamedicina pas a hacerse cargo de la sorderacuando no tena ningn medio efectivo paracurarla Y todava no los tiene1

    Esto es lo que ha pasado en Mxico, la prcticasocial de la medicina ha reforzado la percepcin dela sordera como enfermedad y, sin embargo, no haaportado ningn procedimiento efectivo paracurarla. El oralismo, como ideologa y prcticaabanderada por algunos mdicos, ha llevado a queincluso la poltica de educacin de los sordos seelabore desde las clnicas y los consultorios, dondepoco o nada se sabe de la sordera como identidadlingstica y cultural.

    En Mxico, como en otros pases, el oralismoinsiste en que los sordos requieren rehabilitacin,terapia y solamente terapia. Desde estaperspectiva los educadores de los sordos no sonmas que terapeutas.

    El maestro especialista debe conocer los aspectosmdicos que se relacionan con su campo detrabajo el sustrato morfolgico, anatmico yfuncional de los rganos, aparatos o sistemas quepermiten los mecanismos de comunicacinverbal las diferencias que existen entre lasdiversas enfermedades que impiden u obstaculizanla comunicacin por medio del lenguaje lasposibilidades que existen, en la medicina o en laciruga, para resolver problemas que quizs noameriten trabajo rehabilitatorio

    En el rea lingstica, el maestroespecializado debe dominar las estructurasfonolgica, fontica y lingstica del cdigocomunicativo.

    Finalmente, las bases de pedagoga general,didctica moderna y metodologa especial parael manejo de los problemas de audicin, voz ylenguaje oral y escrito, son desde el punto devista terico la parte esencial de la formacindel terapeuta o del maestro especialista.2

    1 Snchez, Carlos M., La increble y triste historia de lasordera, Ceprosord, Caracas, 1990, p. 61.2 Flores, Lilin y Berruecos Villalobos, Pedro, El niosordo de edad preescolar. Identificacin, diagnstico y

    Pasemos pues a preguntarnos qu es lasordera como condicin cotidiana de la vidahumana, qu es lo que tiene de positivo, cmo esque los sordos hacen su vida social partiendo de loque son y no de los oyentes que otros quisieranque fueran, cmo hacen su vida fuera de las clnicasy los consultorios.

    La condicin que define la sordera es ms quenada social y lingstica. Podemos cruzarnos conuna sorda en la calle sin percatarnos de que lo es.Sin embargo, cuando tratamos de entablar unaconversacin con ella descubrimos la diferencia. Alno poder comunicarnos solemos reaccionar condesasosiego, tal vez pensemos que tiene algnproblema mental, sin siquiera pensar que pudieraser sorda. Si no es extranjera o habla alguna otralengua, entonces algo en ella est mal.

    El ser humano es en esencia un ser social y suidentidad social no se puede separar de su lenguaje.La identidad de cada uno de nosotros se forja en ellenguaje. La mayora de los mexicanos soamos enespaol, cantamos en espaol, pensamos en vozalta o en voz baja, pero, al fin y al cabo, en voz.Por medio del lenguaje oral platicamos con quienesnos rodean, todos los das, a todas horas, durantetoda nuestra vida.

    La sordos, en tanto que discapacitados, secaracterizan fundamentalmente por que no puedencomunicarse por medio del habla con quienes losrodean, no de modo fluido y natural. Esa capacidadde cotorreo que los oyentes ejercemos y asumimoscomo dada todos los das de nuestra vida, sa esprecisamente a la que los sordos no puedenacceder. Ahora bien, los sordos necesitancomunicarse con quienes los rodean, necesitansocializar tanto como cualquier ser humano. Unania sorda necesita conformar su propia identidadsocial, tanto como lo necesita una nia oyente y nolo puede hacer si no tiene un lenguaje en comncon quienes la rodean.

    Las prtesis no han podido ni podrnresolver el meollo lingstico y cultural de lasordera. Si una persona puede platicar hablandocon la ayuda de un amplificador, si un beb puedehacer suya una

    tratamiento. Gua para padres, mdicos y maestros.Trillas, Mxico, 1991, p. 108 (las cursivas son mas).

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    lengua oral con la ayuda de un aparato,entonces podemos tener la certeza de que oyebastante bien, no es sordo y, mientras tenga losrestos auditivos necesarios para seguirsecomunicando de manera natural, entonces seguirsiendo un hablante y un oyente ms. Pero Qusucede con todos los dems sujetos? Cules sonlas opciones de los que son lingstica ysocialmente sordos? Cul es su historia? Quin laha escrito?

    Para los sordos el dilema es satisfacer suntima necesidad de vida social con un lenguaje quecorresponda a su cuerpo. La solucin no ha venidoni de los mdicos ni de los terapeutas, sino de lahistoria de los propios sordos, como colectividad.Son ellos quienes en gran medida han escrito supropia historia, pues han sabido comunicarse entres con el cuerpo que tienen, con los sentidos que sposeen.

    Es curioso que en Mxico, a pesar de que nose han podido satisfacer las necesidadeseducativas de la poblacin con impedimentoauditivo, se omita el lenguaje manual de laeducacin de los nios con dichoimpedimento. Sin embargo, a pesar de ello,existen familias enteras que usan la mmicacomo medio de comunicacin. Ello indicaque es un lenguaje que se transmite de familiaa familia, de amigo a amigo, sin que nadie,hasta la fecha, haya modificado su estructura,ni haya enseado el lenguaje de una maneraformal.3

    Las comunidades de sordos han existidosiempre que los sordos se han reunido paracoexistir, en ellas han heredado y desarrollado sustradiciones, sus costumbres e incluso sus propiosidiomas, lenguas de seas que se hablan con lasmanos y con el cuerpo, que se oyen con los ojos.Para un nio sordo de padres sordos la sordera noes un dilema, l siempre ha sido naturalmenteSordo, con S mayscula, como sus padres,comparte con ellos una misma cultura. Al igual queel nio oyente ha tenido que aprender que otros

    3 Jackson Maldonado, Donna, Un enfoque objetivo dellenguaje manual en Donna Jackson Maldonado et al,Audicin y Lenguaje en Educacin Especial: ExperienciaMexicana, Secretara de Programacin y Presupuesto,Coordinacin General de los Servicios Nacionales deEstadstica, Geografa e Informtica, Mxico, 1981, p. 45.

    nios no son como l, si bien a l nunca le handicho que los otros estn enfermos.

    La Sordera es un

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    universo de culturas que la naturaleza hafavorecido al hacer a los sordos fisiolgicamentedistintos. Y si bien la separacin biolgica de lossordos ha propiciado su diferenciacin lingstica ycultural, esta ltima no deja de ser el fruto de suquehacer colectivo, de su propio devenir einteraccin con el resto de la humanidad, al igualque el resto de las culturas de los oyentesmexicanos. Los Sordos nos vienen a recordar queexiste una simbiosis entre naturaleza y sociedad:Lo social no puede existir fuera de nuestracorporeidad, y en cada uno de nuestros cuerpos seconcreta la existencia de lo social.

    La Lengua de Signos Mexicanaes un lenguaje natural

    Los primeros lingistas que han estudiado condetenimiento las lenguas de seas se han tenido quepreguntar si ellas constituyen o no lenguajesnaturales.4 La pregunta no es gratuita. Cuando losespaoles colonizaron lo que para ellos era unnuevo mundo les fue necesario decidir si losindgenas eran o no seres humanos, si tenan alma,si sus lenguajes eran humanos. Fray Bartolom delas Casas asumi la responsabilidad de defenderante la Santa Inquisicin a los indgenas. Hoy enda los sordos de Mxico estn en el mismopredicamento. No falta quien los considere pornaturaleza inferiores:

    () el carcter distintivo humano porexcelencia, el lenguaje, est profundamentelimitado en el sordo, en sus formas oral y escrita,por lo que quien se encuentra en esta situacinafronta una condicin que ser infrahumana entanto no se supere.5

    A principios del siglo XX, cuando losimperios parecan haber acabado de repartirse elmundo, entonces se enfrentaron a la administracincotidiana de sus colonias y de sus reservas, contodo y las lenguas y las culturas de quienes lashabitaban. La lingstica pas a jugar un papelrelativamente positivo en la medida en que di

    4 Stokoe, W.C. Sign language structure: An outline of thevisual communication system of the American deaf, Studiesin Linguistics, Occasional Papers Vol. 8, Universidad deBuffalo, Nueva York, 1960.5 Flores y Berrueco, op. cit., p. 5-6.

    carta de naturalizacin ciudadana a todas laslenguas aborgenes del mundo, tuvieran o noescritura, estuvieran o no emparentadas con laslenguas imperiales.

    El argumento esencial fue que el lenguaje orales un lenguaje natural, mientras que el lenguajeescrito no. Desde entonces la argumentacin havariado de un lingista a otro, pero generalmente hatenido alguno de los siguientes ingredientes:

    1 El lenguaje oral se reproduce sin necesidad deeducacin formal, todo sujeto adquiere sulengua materna sin que sta le sea propiamenteinculcada. En contraste, la escritura no es lalengua materna de nadie y siempre parecerequerir de educacin formal para reproducirse.

    2 El lenguaje oral no est hecho a imagen ysemejanza de ningn otro. Sin embargo todoslos sistemas de escritura parecen ser sistemasde representacin secundaria de alguna lenguaoral.

    3 Todas las lenguas conocidas son el patrimoniode una colectividad, sin que se pueda decir queninguno de sus hablantes la invent. Por elcontrario, los sistemas de escritura han sidoinventados durante perodos histricos biendefinidos, de manera intencional, ygeneralmente solo una pequea fraccin de lasociedad los ha hecho suyos.

    Hoy en da, cuando los lingistas damos undictamen sobre la naturaleza de las lenguas deseas volvemos a hacer uso de una posicin derelativo poder y prestigio para defender a lossordos o, en su defecto, para a mantenerlos en laspenumbras.

    Para el grueso de los mdicos los sordos sonenfermos. Su enfermedad se divide en dos grandesclases: sordera pre-lingstica y sordera post-lingstica, dependiendo de cuando el sujeto perdiel odo, antes o despus de haber aprendido ahablar. Ambas requieren de enfoques distintos ysus prognosis son diferentes. Los terapeutas y losmdicos saben que para un nio con sor-

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    dera pre-lingstica las probabilidades de llegar ahablar espaol de manera fluida son nulas.Tambin saben que, an cuando un sujeto pierde elodo despus de haber adquirido el espaol,requerir de terapia para que su habla no sedeteriore demasiado y, lo que es ms importante,saben que su comunicacin oral con quienes lorodean nunca volver a ser la misma, ni siquieracon la ayuda de sofisticados aparatos y terapias.

    Ahora bien, los nios sordos de padressordos existen en familias en donde la causa de lasordera es gentica. Para los mdicos y losterapeutas estos son nios con sordera pre-lingstica, en otras palabras son nios sin lenguaje.La razn es aparentemente clara, estos nios nohablan, al menos no espaol ni ninguna otra lenguaoral. Sin odo no se puede acceder ni al dilogohablado ni al lenguaje natural.

    La verdadera historia de la raza humana se inicicon el hallazgo de los signos vocales. Cuando elhombre pudo balbucear obtuvo la posibilidad dealcanzar el pensamiento abstracto El hombredestac entre las especies por el uso inteligentede la mano, por la posicin erecta y por laoposicin del pulgar, pero sobre todo por latransformacin de la comunicacin primitiva enel medio sutil y refinado que es el lenguaje Peronada de esto habra sido posible sin laparticipacin de las complejas funciones querealiza el aparato auditivo.6

    Pero si nos atuviramos a lo que a ciencia cierta sesabe del origen del lenguaje, reconoceramos que nosabemos lo que habra sido posible con o sin elodo. Sin embargo, de manera autocomplaciente,nos imaginamos a Adn y Eva como normo-oyentes creados a nuestra imagen y semejanza.

    La verdad es que los nios Sordos de padresSordos tienen un lenguaje materno, las seas conque su familia los ha arrullado desde siempre. Porqu entonces los mdicos y los terapeutas insistenen concebirlos como a-linges? Su discurso sueleremitir al terreno de las obviedades.

    () es un hecho perfectamente aceptado que lamejor posibilidad comunicativa de un individuo selogra por medio del lenguaje oral. El lenguajemanual limita al sujeto porque

    6 Ibdem., p. 6.

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    carece de la amplitud, la magnitud y laprofundidad del lenguaje oral. Una persona que seexpresa slo con el lenguaje manual difcilmentepuede expresar algo fuera de lo concreto, comosus sentimientos, su moral o sus conceptosabstractos.7

    Este texto de Flores y Berruecos constituye unejemplo prototpico del oralismo y no deja lugar adudas en su aseveracin: el lenguaje manual esinferior y punto. Ni siquiera hace falta estudiarlo uobservarlo con detenimiento.

    Este razonamiento se sustenta en el siguientesilogismo:

    1 El lenguaje natural humano es oral-auditivo.2 El lenguaje corporal-visual de los Sordos no es

    oral-auditivo.3 Luego entonces, el lenguaje corporal-visual de

    los Sordos no es un lenguaje natural humano.

    Los lingistas somos en parte responsables de laprimera premisa. Al considerar la oralidad comouna cualidad esencial de la naturaleza humanafacilitamos el reconocimiento de muchas lenguas ycultura grafas. Sin embargo, sin darnos cuentaayudamos a los oralistas a enterrar a lascomunidades lingsticas de Sordos en elinframundo, pues les proporcionamos unargumento aparentemente consistente paraexpulsar a las lenguas de seas del reino dellenguaje natural.

    La esencia del lenguaje natural humanoseguir siendo discutida, no cabe duda. Pero laoralidad ha pasado a ser una cualidad accesoria dellenguaje natural. Prueba de ello son las lenguas deseas de las comunidades de Sordos, que existenalrededor de todo el mundo, cada una de ellas conuna riqueza y complejidad intrnsecas tales quecada vez son menos los lingistas que se atreven aconsiderarlas inferiores respecto del lenguaje oral.

    Para la lingstica contempornea sonfundamentalmente dos las propiedades ineludiblesde todo lenguaje natural:

    1 Constituye el patrimonio histrico dedeterminada colectividad y

    7 Ibdem., p. 29.

    2 Se ha reproducido como la primera lengua de almenos una generacin de individuos en dichacomunidad.

    La Lengua de Signos Mexicana (LSM) ha sidotransmitida de generacin en generacin al interiorde la comunidad silente, no sabemos desde cuando.Y ella ha sido y ser la primera lenguaprecisamente de aquellos Sordos que se suelenclasificar como pre-lingsticos.

    Corresponde a los lingistas hacer deldomino pblico la riqueza y la complejidadgramatical de estas lenguas de seas. Pero a lasociedad mexicana en su conjunto le correspondedarle su lugar a los Sordos como minoralingstica. El Estado mexicano, las institucionesmdicas y las instituciones educativas tienen unadeuda que saldar. Ya es tiempo de que la asuman,al menos de que reconozcan que los Sordos tienenuna identidad social propia digna de respeto, losSordos tienen alma y lenguaje y ms de una vez selos han recordado a seas, en su propia lengua.

    Donde hay lengua hay cultura

    Cuando los antroplogos mexicanos discutenla definicin de los grupos tnicos de Mxico, lalengua suele ser un criterio que no se cuestiona. Sien determinada comunidad se habla cierta lenguaindgena, entonces se concluye que su identidadtnica resulta incuestionable. Por ejemplo, si en unpueblo se habla zapoteco entonces se concluye quesus habitantes son zapotecos. Lo que es ms, loszapotecos pueden haberse dispersado a diversaszonas del norte de Amrica, pero mientras quesigan hablando zapoteco se les seguirconsiderando como zapotecas.

    Ha habido lingistas y antroplogos que hanllegado a pensar que la lengua de un pueblodetermina su visin del mundo. Hay algo de verdaden ello, pues en la lengua se plasma la experienciade los pueblos. Qu debemos entonces pensar delos Sordos si ellos tienen su propia lengua?Tambin se distinguen culturalmente de losoyentes que los circundan?

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    Tienen una visin distinta del mundo que losrodea? Constituyen otro gnero de minorastnicas?

    En el caso de la mayora de comunidades deSordos contemporneas la respuesta es afirmativa.Los mayora de los sordos de Mxico conformanuna ms de las minoras tnicas de nuestro pas, noslo porque constituyen una comunidadlingstica, sino porque a lo largo de su existencia,como individuos y como grupo se relacionan con elmundo de una manera singular. Esto se refleja enprcticamente todas las esferas de su vida.

    Para empezar, el contacto del sordo con elmundo circundante se centra en la vista. Estosucede no slo en el caso de la comunidad silentemexicana. Johnson y Erting (1989) son algunos delos investigadores que han tratado el tema en elcaso del grupo tnico de sordos de los E.U.A.:

    Definir la experiencia sorda como unaexperiencia primordialmente visual es la clavepara comprender la constitucin del grupo tnicoSordo (Erting, 1985; Sacks 1988). SegnHorowitz (1985, p. 69) argumenta, lascaractersticas particulares que ms claramentedefinen una colectividad tnica sern todosaquellos rasgos que sus miembros tienen encomn por comparacin con los rasgos de otrosgrupos con los que estn en contacto dentro deun mismo ambiente. La naturaleza visual de laexperiencia vital de una persona sorda tambinaparta a las personas Sordas de la mayoraoyente-hablante. Crea una crisis de alienacincompartida, a partir de la cual se construye laconciencia del grupo y cuya contraparte es lainteraccin a travs de la frontera, con quienesno son miembros del grupo (Patterson, 1983, p.25)8

    La vista depende de la luz y por lo tanto:

    1 A los oyentes les puede parecer muyromntico tener una conversacin a oscuras consu pareja, para los Sordos la oscuridad equivaleal silencio, no puede haber conversacin sin luzy la penumbra la puede hacer insufrible.

    2 Cuando los oyentes van a tener visitas puedeparecer muy grato poner flores en el centro de

    8 Johnson, Robert E. y Erting, Carol, Ethnicity andSocialization in a Classroom for the Deaf Children En CeilLucas (ed.) The Sociolinguistics of the Deaf Community,Academic Press, Inc., San Diego, California, 1989, p. 48-9.

    la mesa, pero para los Sordos puede ser unagrosera, una seal de que no se quiere hablarcon ellos, de que se les quiere incomunicar dequienes estn al otro lado de la mesa.

    3 Si alguien toca el timbre de una casa donde viveuna familia de Sordos, de poco o nada sirve unachicharra. Lo que se requiere son focosestratgicamente ubicados o un perro quereaccione visiblemente al ruido de la chicharra.

    4 Cuando un Sordo desea atraer la atencin deotro, lo ms probable es que de-

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    cir o gritar su nombre no sea el modo mseficaz de llamarlo. Hay que tocar, atraer lamirada, golpetear sobre la mesa que secomparte, incluso apagar la luz por uninstante

    Algunas de estas cosillas de la vida diariapueden parecer banales pero, despus de todo, lavida toda es un entramado de trivialidades. La listade detalles que hacen singular la cotidianidad delSordo es larga, y no todos son triviales.9

    1 El chisme es un ritual perseverante entre losSordos, son muy comunicativos. Despus detodo ellos no pueden escuchar los noticierosdel radio o la televisin, ni leer los peridicos,pues son abrumadoramente monolinges.Todos esperan de quienes tienen algo deinformacin que la compartan. Desde pequeosdependen de sus compaeros Sordos en laescuela, entre otras cosas, para tratar dedescifrar las intenciones de un profesor que nohabla su lengua.

    2 Los Sordos adolescentes y adultos se agrupanen clubes o grupos sociales bien definidos. Lamayor parte de su vida social inteligente serealiza en el seno de ellos. Sin embargo no todoes armona. Estas agrupaciones sonrelativamente reducidas y la convivencia en suinterior es muy intensa. Se dan malentendidos,surgen fricciones que, de no ser contenidas,llevaran a la disolucin de los grupos. Tal vezpor eso en todos ellos hay una persona quefunge como rbitro. Su responsabilidad esmediar en los conflictos y se le correspondecon mucho respeto, goza de gran autoridad.

    3 Como en otros grupos tnicos, los Sordostienden a casarse con Sordos, las relaciones deparentesco por afinidad se establecen dentrodel grupo. Despus de todo es naturalenamorarse con quien uno puede platicar,confesarse o discutir.

    4 A diferencia de otros grupos tnicos, ms del95% de los hijos de Sordos sern oyentes yacabarn haciendo su vida social en el mundo

    9 Existen investigaciones sobre la cultura de las comunidadesde sordos en otros pases. Cfr. Padden, Carol y Humphries,T., Deaf in America: Voices from a culture, HarvardUniversity Press, Cambridge., Massachusetts, 1988.

    de los oyentes. Las nuevas generaciones deSordos de la comunidad sern en su mayorasordos de padres oyentes, y estos ltimos porlo general no se integran a la comunidad silente.Estas nuevas generaciones sern adoptadas porlos clubes de los Sordos adultos, o por losdems nios Sordos en el contexto de laguardera o la escuela primaria de educacinespecial.

    5 A diferencia de otros grupos tnicos, ms del95% de los Sordos son hijos de padresoyentes, lo que implica que la mayora de lasveces sus parientes por consanguinidad no sonparte de la comunidad silente a la que ellosmismos pertenecen o habrn de pertenecercuando crezcan. Esto lo saben muy bien losSordos, es un tema frecuente de susconversaciones, es un rasgo de su cultura.

    6 Para los oyentes, es preferible que un niotenga algo de odo, aunque sea poco. Pero paralos Sordos tener un hermano hipoacsicopuede ser una verdadera maldicin. Losoyentes siempre prefieren dirigirse a quienhable un poco, aunque no le entiendan grancosa. Mientras tanto el resto de los Sordos, losque no hablan nada, quedan al margen, como elpatito ms feo de entre los feos. Algunoshipoacsicos abusan de esta ventaja paraasumir una posicin de poder respecto de losdems Sordos, como intermediariosprivilegiados entre la comunidad silente y losoyentes.

    7 Los hipoacsicos suelen ser vistos condesconfianza por el resto de los Sordos.Cuando los Sordos usan la sea quec o r r e s p o n d e a HIPOACUSICO puedenreferirse incluso a un sordo profundo pues,para ellos, lo que caracteriza a un hipoacsicono son sus restos auditivos sino su capacidadde hablar, de comportarse como un oyente,aunque no lo sea. Por ende, la seaHIPOACUSICO suele connotar que dichapersona reniega de su identidad como Sordo, nose asume como tal y pretende vivir como sifuera oyente, lo cual

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    manifiesta visiblemente al vocalizar, aunque nose oiga.

    El imperativo biolgico de laetnicidad: la constitucinsocial del ser humano

    Las familias que han tenido en su seno variasgeneraciones de Sordos gozan de prestigio en lacomunidad silente. En ellas se concentra ysimboliza la continuidad de la cultura y la lengua deseas a travs del tiempo. Parte de esta cultura estadedicada a la comprensin del ciclo reproductivode la comunidad, a la importancia que tiene elintroducir a los sordos jvenes y los nios depadres oyentes a la lengua y costumbres del grupo.

    Todo grupo tnico estructura sureproduccin en torno de algn tipo de relacionesde parentesco. Por lo que se refiere a las relacionesde afinidad, la comunidad silente es como cualquierotra etnia, ms del 90% de los Sordos se casan conSordos. Pero en lo que respecta a los lazos deconsanguinidad hay diferencias que deben seranalizadas con mayor detenimiento. Aqusolamente se har un esbozo de esta asignaturapendiente.

    En lo general, los Sordos de padres Sordosencajan en el esquema clsico de las relaciones deparentesco de cualquier etnia. Cuando la sordera sedebe a un gen dominante, en muy probable que entodos las generaciones del rbol genealgico hayavarios Sordos, un verdadero linaje silente en el quereproduccin cultural y biolgica engarzan demanera natural. Y a pesar de ello no dejan de teneruna caracterstica peculiar: las hijas o hijos oyentesde padres sordos frecuentemente se casarn conoyentes, estableciendo lazos de afinidad por fueradel grupo.

    Lo que distingue an ms a la comunidadsilente de otras etnias mexicanas es que ms del95% de sus miembros no son hijos de Sordos, estoes, no nacen en la etnia pues sus progenitores sonoyentes. De entrada, estos padres saben poco onada de lo que significa ser sordo cuando sus hijosnacen. Probablemente ignoran del todo la existenciade la comunidad silente mexicana, pues, an hoyda, dicha comunidad cultural carece del mselemental reconocimiento pblico.

    Lo que esto implica es que, desde laperspectiva de las relaciones de parentesco, loslazos de consanguinidad juegan un papelrelativamente reducido en la reproduccin de laetnia silente. El 95% de los Sordos se incorporan ala comunidad por medio de lazos de afinidad oconsanguinidad ficticia, esto es, por medio deapadrinamientos que equivalen a una adopcin. Yes precisamente a travs de estos apadrinamientosque un sordo adquiere la LSM y desarrolla suidentidad cultural.

    Si se define etnia como una comunidadlingstica y cultural cuya reproduccin interna seestructura en ltima instancia alrededor derelaciones de consanguinidad, entonces, en tantoque etnia, la Comunidad Silente se reducenicamente a las familias de ascendencia Sorda.

    Por lo que se refiere a procesos intragrupales, nosocupa el cmo es que los miembros se reconocena s mismos y son reconocidos por otrosmiembros como pertenecientes al grupo tnico.Para este propsito resultan primordiales losconceptos de paternidad criterios demembreca involuntarios, biolgicos ypatrimonio indicadores de membrecavoluntarios, de comportamiento y actitud.10

    A primera vista, la nocin de paternidadparece tener poca relevancia para la sordera lamayora de los nios sordos no comparten suorigen biolgico con sus padres, salvo aquellosque son tradicionalmente reconocidos como lostransmisores de la etnicidad11

    Por otra parte, si se entienden las relacionesde consanguinidad en la etnia como el resultado dela interaccin entre los imperativos de lareproduccin biolgica y los de la reproduccinsocial, entonces la comunidad silente es una etniaen la que ambos imperativos se imbrican de unmodo pecu-

    10 Johnson y Erting, 1989, op. cit., p. 46.11 Idem, p. 46-7.

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    liar. Esta es la perspectiva que Johnson y Ertinghan propuesto para los Sordos norteamericanos.

    Pero as como la paternidad se refiere a unacondicin biolgica involuntaria, tambin lasordera involucra una condicin biolgicainvoluntaria: el impedimento auditivo Aunquela atribucin fsica de la sordera no es suficientepara asegurar la pertenencia a una colectividadtnica Sorda, si parece ser una condicinbiolgica necesaria para la membreca. Estacondicin biolgica y la experiencia que engendraconstituyen el lazo involuntario a lasgeneraciones pasadas.12

    Los sordos tienen que forjarse una identidadsocial propia, muchas veces a pesar de susfamilias, tienen que recibir el soporte de su grupopara sobreponerse al ambiente alienante de padresy hermanos que no tienen una comunicacin dignae inteligente con ellos. Y esta necesidad desocializar dialogando con quienes los rodean es, ens misma, un imperativo biolgico.

    Los Sordos tienen que abrigarse en sucomunidad cuando ven a sus hijos oyentes partir,muchas veces para no regresar. Esto tambin esparte de su cultura y es, a la vez, unacondicionante biolgica de su existencia social.

    Por su condicin biolgica, los sordos nopuede participar plenamente en el cotorreo sonorode la sociedad circundante. Por eso, y porque sonseres sociales por naturaleza, los sordos handesarrollado y reproducido su propia etnicidad,muy a pesar de los lazos de consanguinidad que losunen con la cultura oyente.

    Etnocidio y resistencia

    En la cultura de la comunidad silente deMxico est presente el reconocimiento de que hasido, es y ser una minora. Los Sordos se sabenminora oprimida Hasta dnde lo aceptan comoalgo natural, eso es algo que est por verse. Sabenque tienen una historia. Los Sordos adultos de laCiudad de Mxico recuerdan con orgullo que en laCiudad de Mxico estuvo la Escuela Nacional deSordos. Recuerdan que esta escuela se fund elsiglo pasado, que la iniciativa fue encabezada porun Sordo francs de nombre Eduard Huet, y que

    12 Idem, p. 47.

    fue avalada por un decreto presidencial de BenitoJurez. Recuerdan que en ella se formabanprofesores Sordos para los nios Sordos y que deella partieron muchos adultos a diferentes partesde la repblica, llevando consigo lo que hoy es laLSM.

    Los Sordos no han olvidado que algunosmdicos y funcionarios cerraron su escuela bajo elargumento de que los sordos son enfermos ynecesitan clnicas, terapia mas no educacin. Actoseguido dispersaron a los nios sordos endiferentes escuelas, segn dijeron y dicen, paraintegrarlos al mundo normo-oyente. A sus padresse les inculca que no deben usar seas paracomunicarse con ellos, que los deben de alejar de lacomunidad silente, que lo que importa es quevocalicen unas cuantas palabras del espaol,aunque para ello se posponga hasta la eternidad sueducacin general.

    El discurso con que se ha justificado laopresin de los sordos es muy similar alnacionalismo con que hoy se pretende minimizar laparticipacin indgena en la vida nacional. MargoGlantz lo ha caracterizado de manera magistral.

    Los indios, como las mujeres, son vistos demanera colectiva y cualquier especificidad sediluye en aras del bien comn de la nacin.

    Esta indiferencia o ms bien desprecio quedespoja al indio de sus derechos y hasta de suhumanidad, viene de muy atrs. Es por ellosignificativo analizar las obras de los escritoresdel siglo XIX donde se da cuenta de los primerosaos de vida independiente, poca en que parecagestarse un proyecto de nacin, nunca puesto enmarcha totalmente Elijo a Luis G. Incln,autor de Astucia, su novela ha sido canonizadapor figuras importantes de nuestra literatura delsiglo XX y vista como el paradigma de lonacional

    () en ese concepto de nacin el indioaparece desprovisto de identidad, es colectivo,por tanto annimo y prescindible. Transcribo unmemorable pasaje , en donde uno de los hroesnovelescos, un charro contrabandista de tabaco,habla de su ilustre genealoga, y rela-

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    ta un episodio de la vida de un to, oficial criollo,seguidor de los hermanos Rayn, enemigo deIturbide, gran mexicano:

    Pues bien los de Cuatareo fue que,amotinados los indios contra el recaudador deltributo, mi to quiso sosegarlos, y como era deesperarse se compr el pleito y todos se fueroncontra l; una de tantas pedradas como le tirabanle toc al caballo y cay redondo, mi to se siguidefendiendo a pie; mirndose desarmado yacosado por todas partes, no tuvo ms recursoque agarrar de los pies al primer indio que tuvo alas manos y con l pegarles a los dems a guisa depalo; en cuanto mat a aquel infeliz lo arroj des, y tom a otro haciendo lo mismo con cuatroo cinco; les infundi tal temor que corrierondespavoridos todos sus contrarios dejndolodueo del campo () entr en esto la justicia, yen las averiguaciones todos declaraban azoradosque Garduo mataba gente con gente .

    La imagen es literal, el indio es vistosolamente aqu como un objeto, en el sentidolato del trmino, no significa, es usadosimplemente en su funcin instrumental.Estamos ante una verdadera transferencia de lohumano que se convierte en objeto y carecedefinitivamente de cualquier esencia. No esposible concebir un mayor sometimiento.13

    Al igual que a los indios, a los sordos se lesconcibe y se les trata como objetos. Tal vez no enlas novelas de Incln, pero si en todas lasinstituciones pblicas del sector salud y del sectoreducativo. Se les concibe como el objeto abstractode una infinidad de terapias. Y se les somete aestas terapias aunque no saquen mayor provechode ellas. Se les prohibe comunicarse en su idioma,se les niega el acceso a los contenidos de laeducacin bsica La lista de ignominias es largay, desgraciadamente, Mxico no es el nico pasdonde se practican.14

    Se trata de un sistemtico etnocidio, muy apesar del cual la comunidad silente se reproduce.

    13 Glantz, Margo, La cuestin indgena, La Jornada, 23de octubre de 199614 Vase Snchez, Carlos M., La increble y triste historiade la sordera, Ceprosord, Caracas, 1990 o Lane, Harlan,When the mind hears. A history of the deaf, RandomHouse Inc., New York, 1984.

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    Como explicar esta terquedad del Sordo pordefender su existencia colectiva? Una explicacines el imperativo biolgico de existir como serplenamente social, como una ley de gravitacin queha llevado y continuar llevando a los sordos abuscar la comunin silente. Esta necesidad desocializacin humana es tanto o ms fuerte que loslazos de consanguinidad, pues ha sustentado laexistencia de la cultura de los Sordos mexicanos,como etnia oprimida, incluso a pesar del frecuenterechazo de los padres biolgicos para que susnios sordos se socialicen en la comunidad silente.

    El mito de la integracin

    Integrar 1 Reunir y organizar los elementosque se necesitan para formar o completar algo:integrar un grupo, integrar una exposicin 2Formar parte de un conjunto: Los diputadosobreros integraron la comisin 3 Hacer que algoo alguien entre a formar parte de algo: integrarun grupo a la excursin, integrarse a la ONU.15

    La poltica educativa del gobierno mexicanopara con los indgenas siempre ha girado en torno ala nocin de que estos ltimos deben integrarse aldesarrollo nacional. Se trata de una relacinunidireccional, en que la integracin se entiendeexclusivamente como Hacer que algo o alguienentre a formar parte de algo. Las demsacepciones de integrar se hicieron a un lado,siempre bajo la presuposicin de que la unidad dela nacin esta dada, los indgenas han quedadofuera de ella y su nica opcin es asimilarse o serasimilados.

    Por lo que se refiere a poltica del lenguaje, laintegracin se ha equiparado con la adquisicin delespaol. En los programas de educacin indgenaha habido dos variantes. Una ha sido elbilingismo, entendido como una transicin gradualdel uso de la lengua indgena al espaol. Losprogramas de inmersin han constituido la otravariante, en que el nio indgena solamente recibeclases en Espaol, desde el momento en que poneun pie en el saln, sin importar cual sea su lenguamaterna. La historia de la poltica indigenista deeducacin es larga y compleja, a veces bilinge, a

    15 Lara, Luis Fernando et al, Diccionario Bsico delEspaol de Mxico, El Colegio de Mxico, Mxico, 1986.

    veces no. Pero hay que resaltar que su dogmasiempre ha sido el mismo: castellanizar es integrar.

    Esta visin de la cuestin indgena asume quela depauperacin de los indgenas se debe a su faltade integracin y que, por supuesto, su integracina la nacin constituye su pasaporte al progreso,nacional, por supuesto. Esta concepcin hoy escndidamente expresada por intelectuales comoHctor Aguilar Camn:

    (En la) idealizacin de la comunidad indgenacomo un lugar ms genuino, real, mexicano yprofundo que el resto de Mxico tambinhay un error. Me parece que estas comunidadesson muy respetables en sus tradiciones y en sudolor, en su miseria, ex-

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    plotacin y privaciones, pero no me parece quetengan que ensearle mucho al resto de Mxicoen materia de eficiencia econmica y, menos, dedemocracia interna.

    Creo que la autogestin de las comunidadesindgenas las va a conducir a lo que es ya sumayor problema: el aislamiento. No creo quepuedan autogenerar la riqueza que necesitan.Requieren contacto con el mundo exterior,(necesitan) 'importar' las cosas que no tienen,empezando por el espaol, y formas de vida, (deorganizacin econmica, social, poltica), que lashagan menos prescindibles, ms tiles para elconjunto de la nacin.16

    Esta ideologa de la integracin se ha dado demanera paralela al confinamiento de las lenguas ylas culturas indgenas al mbito de la familia y elpueblito, siempre asumiendo que el uso de lalengua indgena no debe o no puede trascender almbito de la vida pblica, poltica, legal

    Por su parte, la poltica mexicana deeducacin de los sordos no es muy diferente.Tambin ha tenido dos variantes, la comunicacintotal y el oralismo. La primera se asemeja algradualismo del bilingismo indigenista, pregonauna castellanizacin tolerante, en que se vale usartodo, hasta las seas y los gestos, con tal de que elsordo aprenda a hablar espaol.

    Por su parte, el Oralismo cree que el niosordo solamente debe ser expuesto al espaolhablado. Se arguye que solamente inmerso en elmundo de la comunicacin sonora el nio llegar ainteriorizar el espaol hablado. El dogma deloralismo es que el uso de seas se debe limitar,cuando no proscribir, pues se arguye que distrae alsordo del espaol hablado.

    Sin embargo, tanto el Oralismo como laComunicacin Total prejuzgan que las seas y lacomunin de los Sordos nicamente conducen alaislamiento del sordo , en lugar de integrarlo.

    El lenguaje manual limita al sujeto adesenvolverse en un crculo reducido. Si unhablante le dirige la palabra a un sordo que slo secomunica por el lenguaje manual, no sercomprendido. Si el sordo le contesta con ellenguaje manual y el hablante y oyente normalno conoce ese cdigo, no podr entender elmensaje. En esta forma el vnculo comunicativo

    16 Aguilar Camn, Hctor, Respuesta a Fernando Bentez,La Jornada, 29 de junio de 1995.

    est bloqueado y no existe la posibilidad deintercambio de experiencias. En consecuencia, ellenguaje manual marca al individuo como unapersona diferente, cuando en realidad un sordoslo difiere de los dems por su incapacidadsensorial.17

    Y vaya que en la poltica de atencin a lossordos se ha hablado de integracin al desarrollonacional, de integracin educativa, desde hacebastante tiempo:

    La poltica educativa de integracin ha procuradoimpulsar la modalidad de grupos integrados parala atencin de alumnos con problemas deaprendizaje y otros grupos de nios hipoacsicosen las escuelas regulares. Esta modalidad seimplant en el D.F. desde hace 20 aos y seextendi hacia algunos estados de laRepblica18

    Ahora la Secretara de Educacin Pblicapretende extender esta prctica a toda la Repblica,sin siquiera hacer un balance cuidadoso de losresultados obtenidos.

    Para los sordos los resultados han sidodesastrosos. Los nios han sido sistemticamenteabandonados a su suerte, cierto, en escuelas deeducacin bsica regular, pero abandonados ydispersos, sin que sus profesores o suscompaeros oyentes tengan obligacin alguna decomunicarse con ellos, en una lengua que seaaccesible a todos. En ocasiones sin siquiera tenercompaeritos Sordos con los que platicar en LSMdurante el recreo.

    En los llamados grupos integrados se trata alsordo como un objeto, se le deposita en un rincndel saln, sin prestarle atencin mientras que elprofesor dedica su atencin a los normo-oyentes.Muchos nios indgenas han sido sometidos aprogramas de castellanizacin por inmersin, sulengua se proscribe en diversos mbitos de la vidaescolar, pero siempre se asume que estos niospueden percibir y aprender una segunda lengua.Esta presuposicin no es aceptable en el caso delos nios sordos, pues para ellos siempre ser

    17 Flores y Berruecos, 1991, op. cit., p. 29.18 Programa de desarrollo educativo 1995-2000, PoderEjecutivo Federal, Mxico, 1995, p. 82.

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    imposible platicar en un idioma sonoro que nopueden percibir.

    Si se hicieran pblicos los niveles dedesercin prevalecientes, el escaso o nulo acceso alos contenidos educativos por parte de los niossordos, entonces se hara pblico que estosprogramas son de verdadera desintegracin. Lacomunidad silente lo sabe muy bien, y sabe queello se debe a la exclusin de su lengua del mbitoescolar, a la ausencia de profesores Sordos en elaula, al hecho de que como comunidad lingstica ycultural no se les deja participar en la educacin.

    La visin unilateral de la integracin delsordo ha sido acompaada de la marginacin de laLSM. An cuando se reconoce que la LSM es unidioma ms, se asume que nunca podr ni deberser usado fuera de las asociaciones de los Sordos,que nunca cumplir un papel relevante en lainteraccin del sordo con el resto de la sociedad yque sus hablantes, los adultos Sordos, nunca sernprofesores de los nios sordos. Luego entonces, seconcluye, el principal objetivo de la escuela es laintegracin por medio de la castellanizacin:

    El lenguaje manual para el sordo es ms fcil esms rpido de aprender y requiere de menosesfuerzo por ser su lenguaje natural, pero si leslimita la integracin. 19

    () el objetivo de la escuela de audicin nodebe ser solamente el oralizar, sino debe ser elhecho de que el nio adquiera un lenguaje[castellano] como medio de comunicacin a finde que curse educacin segn sus posibilidades, seintegre al medio laboral y por lo tanto a lacomunidad siendo un sujeto productivo yrealizado.

    Para lograr esto, en una escuela de audicinpueden haber grupos trabajando indistintamentecon alternativa oral o de comunicacin totalsegn las necesidades de los alumnos. 20

    Es cierto que los Sordos estn marginados,cuando menos tanto como los indgenasmonolinges. Su acceso a mucha informacin estfrancamente limitada, an aquella que para el restode los hispanohablantes es moneda corriente.

    () dicho aqu entre nosotros, estn comoestn debido a sus culturas. Esto es, estn

    19 Mora de Malo, Nancy E., Nuevos enfoques sobre el donde la palabra, Nancy Mora de Malo, Mxico, 1989, p. 87.20 Idem, p. 87-88 (el texto entre corchetes es mo).

    aislados, pobres, enfermos, analfabetas y miden1.10 debido a que conservaron una

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    cultura que esos resultados produce No es lamaldad del no-indio, sino los usos y costumbresindias lo que produce la miseria de esos pueblos.Crearon un idioma, pero no un alfabeto paraescribirlo; tienen una medicina propia, vista pormuchos geros del new age como superior,sistemas de agricultura predicadas por ciertosgurs como ms afines con la naturaleza,mtodos de construccin propios, formas dealimentacin, ropa, msica, bailes. El resultado esignorancia y pobreza.21

    Pero la falacia de esta ideologa de la integracinest en asumir que su ignorancia deriva de sudiferenciacin cultural y lingstica en cuanto tal yque, por lo tanto, si logrramos rehacerlos anuestra imagen y semejanza su marginacin sedesvanecera, como por arte de magia. No importaque para ello tengamos que negarles el derecho a laidentidad que ya poseen y los concibamos comoseres pasivos, objetos que podemos manipular anuestro antojo.

    Si la cultura y la vida nacional fueran unamasa homognea, tal vez estas polticas deeducacin seran eficaces. La educacin sera antetodo una poltica de estandarizacin y operaracomo produccin en serie. Para homogeneizar alSordo hay que amasarlo en la misma escuela que alresto de los oyentes. Esta parece ser la aspiracinde la poltica educativa para los discapacitados, suobjetivo parece ser disolver e integrar lasdiversidades a la norma nacional, o losdiscapacitados a la nacin de los normales, segnsea el caso.

    Afortunadamente, ese algo nacional no existey, por lo tanto, este entendimiento de laintegracin no es ms que un mito de la ideologanacionalista. Todos los estados nacionales seconforman de seres sociales concretos ms omenos diversos, con lenguas y visiones del mundoque varan de una latitud a otra, de generacin ageneracin, de una a otra esquina del vecindario.Cabe entonces preguntarse por qu, si nostopamos con la diversidad del ser social a cadapaso, por qu entonces se nos dice que debemosnegarla, anularla siempre que sea posible?

    Los mitos forman parte de los rituales denuestra vida diaria, de tal modo que todo mito

    21Gonzlez de Alba, Luis, Dejad en paz a los indios/I, LaJornada, 28 de octubre de 1996.

    forma parte de una prctica, de un quehacer social.El mito de la integracin al que nos hemos referidono es inofensivo, se ha constituido como parte dela cruda prctica de la opresin de las minorastnicas. Como tal se aplica por igual a losindgenas, a los Sordos o a cualquier otro grupominoritario cuya situacin marginal se justifica yperpeta con base en su diferenciacin cultural:Estn amolados porque son diferentes. No es envano que expresiones como no seas indio o dilogode sordos tienen el significado que tienen.

    Los Sordos y los indgenas estn integrados ala cultura nacional, esta ltima no existe sin ellosms que como un fetiche abstracto, inasible. Loscientficos sociales tenemos la obligacin deresaltar esto como un hecho. Los indgenas estnhaciendo lo propio. Ellos siempre han estado ahaunque no se les haya escuchado o aunque nosiempre hubieran exigido la atencin de los dems.La comunidad silente tambin ha estado ah,aunque no hayamos querido o sabido darle el lugarque se merece. Hoy en da lo que est en juego noes la integracin de los Sordos o los indgenas a lavida nacional, sino la descomposicin del tejidosocial mexicano en su conjunto, con todo y losmestizos normo-oyentes.

    El tema a discutir no es la integracin de losSordos o de los indgenas, sino la calidad de lainteraccin que establecemos entre todos, la calidezcon que nos aproximamos el uno al otro y sabemosdegustar nuestras diferencias. No se trata de unatarea imposible. La constitucin de Sueciaproclama dos lenguas nacionales, el Sueco y laLengua de Seas Sueca. En Venezuela y Uruguay lapoltica de educacin de los sordos es bilinge y serealiza un esfuerzo sistemtico para dar a la Lenguade Seas Venezolana y a la Lengua de SeasUruguaya el lugar que les corresponde. En unazona rural relativamente aislada de Yucatn, todoslos lugareos hablan cuando menos dos lenguas, elmaya yucateco y la Len-

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    gua de Seas Maya. Cuando un sordo participa enuna reunin todos usan la Lengua de SeasMaya

    En un exquisito libro que mezcla el gnero dela ficcin y la crnica, Harlan Lane narra la historiade los Sordos y su educacin en los E.U.A. Lane sepercat con gran claridad del paralelo que existeentre el destino de los indgenas y el de los Sordos.Lane reconstruye en primera persona elpensamiento de Laurent Leclerc, un Sordo francsque en el siglo pasado jug un papel fundamentalen la creacin de la primera escuela para sordos delos E.U.A.

    Hace unos pocos aos, comenc a intercambiarcorrespondencia con mi compaero de escuelaEduard Huet, el cual, habiendo inaugurado laprimera escuela para los sordos en Brasil, fueinvitado a Mxico para fundar una escuela ah.Algunos de los estudiantes de Huet pertenecan ala nacin azteca y sus familias hablaban azteca.Huet, quien escriba de manera fluida el francs,el portugus y el espaol, se interes en lahistoria de los aztecas, sus costumbres y sulengua. Sus cartas me hicieron meditar sobre lasemejanza de los esfuerzos por reemplazar elazteca por el espaol, con la finalidad de asimilara los indgenas y los intentos de reemplazar lasseas con el ingls, con la finalidad de asimilar alsordo. 22

    Ya es hora de que en Mxico nos percatemosdel paralelo, de que se debata en pblico la polticade salud y educacin de los sordos. Por su parte,los Sordos pueden hacer su lucha en los espaciospolticos que se han abierto para los ciudadanoscon discapacidades. Pero tambin deben considerarla posibilidad de luchar junto con los indgenas.Entre ellos probablemente puedan recibir un tratodigno, como distintos y normales.

    22 Lane, Harlan, When the mind hears. A history of thedeaf, Random House Inc., New York, 1984, p. 283-84.

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    Otras referencias

    Erting, Carol. 1985. Cultural conflict in a deafclassroom. Anthropology and EducationQuarterly. Vol. 16. P 225-243.

    Horowitz, D. L. 1985. Ethnic groups in conflict.University of California Press. Berkeley.E.U.A.

    Patterson, O. 1983. The nature, causes andimplications of ethnic identification. EnC. Fried (ed.) Minorities: Community andidentity. Report of the Dahlem Workshopon Minorities: Community and identity.Springer-Verlag. New York.

    Sacks, O. 1988. The revolution of the Deaf. NewYork Review of Books. 35 (9).