comunidades hispanas en estados unidos

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Grupos hispano-hablantes habitaban la región que hoy se conoce como los EE.UU. mucho antes que las 13 colonias declararan su independencia de Inglaterra en 1776. Las comunidades hispÆnicas hoy día constituyen uno de los grupo sociales mÆs numeroso del país, a pesar que no todos comparten el mismo origen Øtnico, la misma memoria histórica, los mismos símbolos, incluyendo el uso comœn de la lengua espaæola. Sin embargo, un significativo nœmero de estas comunidades se reconocen así mismo como hispÆnicas, al mismo tiempo que la sociedad norteamericana los clasifica como tal. MÆs aœn, no sólo se les identifica como un mismo grupo Øtnico, sino que, ademÆs, como una minoría racial. El uso del concepto hispÆnico en los EE.UU. es un tØrmino polØmico ademÆs de incorrecto, al no considerar la heterogeneidad de los grupos designados como hispÆnicos y al reducirlos a todos a una misma categoría Øtnica. Sin embargo, anÆlisis mÆs exhaustivos de estas comunidades presentan un nœmero significativo de variables, las cuales permiten clasificar a la población hispÆnica en importantes pero, a la vez, diferentes subpoblaciones __________________________________________ Jorge Gilbert Ceballos, es sociólogo, periodista y catedrÆtico chileno. Actualmente ocupa el cargo de director del Center for Latin American Studies (CLAS), en la ciudad de Olympia, Washington, y de profesor de Estudios Latino Americanos y Comunicación Social, en el Evergreen State College. Desde 1996 se desempena como Cónsul Honorario de Chile en Seattle, Washington. Este ensayo fue publicado por la Secretearía de Dearrollo Político, en Cuadernos de Historia Veracruzana, del Gobierno del Estado de Veracruz, MØxico, en diciembre del aæo 2000. Como su título lo indica, este trabajo intenta bosquejar brevemente algunos antecedentes históricos, políticos y económicos de las comunidades de habla hispana en los EE.UU. Limitaciones de tiempo y espacio no permiten estudiar en detalles importantes actividades y movimientos políticos, formas organizacionales y otras caracterísitcas culturales de estas comunidades, las cuales aœn no han sido estudiadas en su debida magnitud. La mayoría de los trabajos existentes son parciales y aislados, perdiendo de vista la globalidad de la evolución histórica de la economía de los EE.UU. y la inserción de las diferentes comunidades hipÆnicas en los diversos períodos del desarrollo de esta nación. A travØs de este trabajo, bosquejamos, de una forma general y descriptiva, algunas de las variables mÆs relevantes en un estudio de esta índole, sin desconocer que existen otras que requieren igual o mayor anÆlisis. HISPANICIDAD Y DIVERSIDAD La primera de las variables que diferencian a las comunidades hispÆnicas en los EE.UU. es la raza. Los primeros conquistadores espaæoles que vinieron a las AmØricas, como muchos de sus descendientes, eran de origen caucÆsico, fenotípicamente similar a los colonialistas ingleses que arribaron mÆs tarde a la región. Sin embargo, el tØrmino hispÆnico incluye, incluso, a las poblaciones indígenas que habitaban el continente americano mucho antes de la llegada de Colón, en 1492. Del mismo modo, la categoría raza, tambiØn incluye a la población negra, es decir, los descendientes de los esclavos africanos introducidos originalmente en las colonias del Caribe y luego en el resto del continente. COMUNIDADES HISPANAS EN LOS ESTADOS UNIDOS: ALGUNOS ANTECEDENTES SOCIO-POLITICOS E HISTORICOS Jorge Gilbert *

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COMUNIDADES HISPANAS EN LOS ESTADOS UNIDOS:ALGUNOS ANTECEDENTES SOCIO-POLITICOS E HISTORICOS

Jorge Gilbert *

Grupos hispano-hablantes habitaban la región quehoy se conoce como los EE.UU. mucho antes que las13 colonias declararan su independencia de Inglaterraen 1776. Las comunidades hispánicas hoy díaconstituyen uno de los grupo sociales más numerosodel país, a pesar que no todos comparten el mismoorigen étnico, la misma memoria histórica, los mismossímbolos, incluyendo el uso común de la lenguaespañola. Sin embargo, un significativo número deestas comunidades se reconocen así mismo como�hispánicas�, al mismo tiempo que la sociedadnorteamericana los clasifica como tal. Más aún, nosólo se les identifica como un mismo grupo étnico,sino que, además, como una minoría racial.

El uso del concepto hispánico en los EE.UU. es untérmino polémico además de incorrecto, al noconsiderar la heterogeneidad de los grupos designadoscomo hispánicos y al reducirlos a todos a una mismacategoría étnica. Sin embargo, análisis más exhaustivosde estas comunidades presentan un númerosignificativo de variables, las cuales permiten clasificara la población hispánica en importantes pero, a la vez,diferentes subpoblaciones

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Jorge Gilbert Ceballos, es sociólogo, periodista y catedráticochileno. Actualmente ocupa el cargo de director del Center forLatin American Studies (CLAS), en la ciudad de Olympia,Washington, y de profesor de Estudios Latino Americanos yComunicación Social, en el Evergreen State College. Desde1996 se desempena como Cónsul Honorario de Chile en Seattle,Washington. Este ensayo fue publicado por la Secretearía deDearrollo Político, en Cuadernos de Historia Veracruzana,del Gobierno del Estado de Veracruz, México, en diciembredel año 2000.

Como su título lo indica, este trabajo intentabosquejar brevemente algunos antecedentes históricos,políticos y económicos de las comunidades de hablahispana en los EE.UU. Limitaciones de tiempo yespacio no permiten estudiar en detalles importantesactividades y movimientos políticos, formasorganizacionales y otras caracterísitcas culturales deestas comunidades, las cuales aún no han sidoestudiadas en su debida magnitud. La mayoría de lostrabajos existentes son parciales y aislados, perdiendode vista la globalidad de la evolución histórica de laeconomía de los EE.UU. y la inserción de las diferentescomunidades hipánicas en los diversos períodos deldesarrollo de esta nación. A través de este trabajo,bosquejamos, de una forma general y descriptiva,algunas de las variables más relevantes en un estudiode esta índole, sin desconocer que existen otras querequieren igual o mayor análisis.

HISPANICIDAD Y DIVERSIDAD

La primera de las variables que diferencian a lascomunidades hispánicas en los EE.UU. es la raza. Losprimeros conquistadores españoles que vinieron a lasAméricas, como muchos de sus descendientes, erande origen caucásico, fenotípicamente similar a loscolonialistas ingleses que arribaron más tarde a laregión. Sin embargo, el término hispánico incluye,incluso, a las poblaciones indígenas que habitaban elcontinente americano mucho antes de la llegada deColón, en 1492. Del mismo modo, la categoría raza,también incluye a la población negra, es decir, losdescendientes de los esclavos africanos introducidosoriginalmente en las colonias del Caribe y luego en elresto del continente.

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Una segunda variable es el idioma. A pesar quevastos sectores clasificados como hispánicos hablanel español como primera lengua, muchos otros no lohacen. La aplicación generalizada de este conceptono diferencia para nada a aquellas comunidades quehablan Inglés, Portugués o Francés y que tambiénprovienen de la Europa Occidental.

Otra variable importante es la que se refiere alperíodo en que las comunidades hispanohablantes seestablecieron en los territorios que hoy conforman losEE.UU. Algunas de ellas, especialmente aquellas quese ubicaron en la parte del suroeste, son descendientesde los colonizadores españoles que arribaron a dicharegión antes que los EE.UU. comenzara a extendersemás allá de los Apalaches. Otros que vinieron mástarde deben subdividirse, a su vez, entre residenteslegales y aquellos designados como �indocumentados�o ilegales.

En relación directa a la variable anterior�tiempo dearribo a los EE.UU.�es necesario considerar el lugarde origen, es decir, la nacionalidad de los individuoscomprendidos en el término hispánico. Comodijéramos anteriormente, muchos de ellos seestablecieron al suroeste de los EE.UU., incluso muchoantes que México se convirtiera en una repúblicaindependiente en 1810. Del mismo modo, unsignificativo número de hispanos provienen no sólode las diversas regiones del continente americano sinoque, también, del hemisferio occidental. En otraspalabras, los así llamados hispánicos, poseen diversasnacionalidades.

Un último, pero importante elemento del conceptohispánico es que éste conlleva un status de minoríaracial similar al de las comunidades Negras y otrosgrupos étnicos que conforman la población de losEE.UU. Sin embargo, no todos los hispánicosconcuerdan en que se les asimile a un grupocategorizado como minoría debido a quefenotípicamente no presentan ninguna diferencia conla población caucásica. Esta situación es muy comúnentre aquellos grupos blancos bien educados o sectores

de elevado niveles económicos provenientes de algunospaíses sudamericanos.

Cualquiera sean sus características, las comunidadeshispánicas constituyen la minoría étnica con la másalta tasa de crecimiento poblacional en los EstadosUnidos. De acuerdo a datos intercensales, durante elperíodo comprendido entre 1970 y 1980, la poblaciónhispánica creció 3.8%, comparado con sólo 1.7% dela población total y 1.7% de la población negra. Enotras palabras, durante la década correspondiente al 1de abril de 1970 y el 1 de abril de 1980, los hispánicosaumentaron de 9.1 millones a 14.6 millones de acuerdoa la Oficina del Censo. En 1997, individuosprovenientes de Centroamérica, Sudamérica y el Caribetotalizaban el 51% de la población residente nacidafuera de los EE.UU.; es decir, 13.1 millones. Sietemillones o 27% de esta población residente en losEE.UU. provenían de México. La misma fuente indicaque en agosto de 1998, el número de �Hispanos� erade 29,7 millones, un incremento notorio frente a los28, 9 millones de 1996; de éstos, más de la mitadnacieron en los EE.UU.

En términos generales, los orígenes y desarrollode las comunidades hispánicas en los EE.UU. incluyelas siguientes etapas: 1) La herencia española en laregión suroeste de los EEUU (México). 2) Laindependencia de México, la cual fue seguida por dosp1eríodos: a] el comienzo de la emigración en granescala de mexicanos hacia la frontera con EE.UU.Durante el siglo 19.; y b] movimientos migratorioscomo resultado de la Revolución Mexicana (1910-1920) y las Guerras Mundiales. 3) La emigraciónpuertorriqueña. 4) La emigración cubana, pudiéndosedistinguir dos momentos: a] la emigración después delas Guerras de Independencia (1860-1870) y (1895-1898) y b] la emigración de cubanos después del triunfode la Revolución en 1960. 5) La emigración de losdominicanos. 6) Finalmente, la emigración de otroslatinoamericanos entre 1965-1990.

LA HERENCIA ESPAÑOLA

Cuando los Estados Unidos logra su independenciade Inglaterra en 1776, sus territorios comprendían la

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región ubicada entre el Océano Atlántico y lasmontañas de Alleghny. La población en 1790 apenasalcanzaba los 4 millones de habitantes, compuesta por3.172.000 Blancos y 757.000 No-Blancos, la mayoríaNegros (Gann: 1986:3). Gran parte de la poblaciónanglo-parlante vivían en áreas rurales y al comienzode las guerras por la independencia existían solamente5 pueblos con no más de ocho mil habitantes cada uno.

La situación respecto a las dependencias Españolasen norteamérica era totalmente diferente. Su poblaciónexcedía a la inglesa casi cuatro veces. De acuerdo alcientífico y viajero alemán Alexander Von Humbolt,los territorios españoles en norteamérica al final delsiglo XVIII tenían una población cercana a los 3.5millones de Blancos, 5.5 millones de mestizos (mezclade linaje español e indio), 7.5 millones de Indios, y750.000 Negros.1 Las fronteras del Imperio Españolse extendían hasta el Río Mississipi.2 La Floridatambién era un dominio español, área que se convirtióen territorio de los Estados Unidos por primera vezentre 1819 y 1821. Nueva España, es decir México,también abarcaba grandes territorios en lo que hoy díase conoce como el suroeste de los EE.UU. Estasituación duró hasta comienzos del siglo diecinueve,cuando se formó la nación mexicana en 1810. Al finaldel mismo siglo, las provincias hispanoamericanas enla región gozaban de una prosperidad nunca antesigualada. La bonanza española al final del siglo XVIIIen la región hacia presagiar que la poblaciónhispanohablante parecía destinada a controlar granparte de los territorios que actualmente comprendenlos EE.UU.

LA INDEPENDENCIA DE MEXICO

A partir de su independencia en 1810, México seconvirtió en un país poderoso, a los menos en el papel.La regiones bajo control mexicano, real o nominal,incluían desde San Francisco hasta las fronteras deCentroamérica. Sin embargo, desde un comienzo, elgobierno mexicano se mostró incapaz de ejercer unefectivo control de sus diferentes estados. El sistemaadministrativo, basado en una adaptación de laConstitución de los EE.UU no funcionó y el

surgimiento de la nueva república mexicana secaracterizó por una prolongada inestabilidad política .Durante las tres primeras décadas que siguieron laindependencia hubieron 45 cambios de gobierno,incontables rebeliones militares, golpes de estados yvarias incursiones extranjeras. Las diversasadministraciones adquirieron la forma de monarquía,república federal, república centralizada y dictadura.La clase dominante del país constituía un décimo de lapoblación, mientras que el resto de los mexicanosfueron excluidos de toda forma de poder. Losindígenas fueron transformados, vía decreto, enciudadanos mexicanos y obligados a comportarsecomo tales sin reconocer su idioma, herencia cultural,tradiciones y leyes. Una situación similar de crisis sevivía en el campo expresadas a través de profundastensiones entre los sectores campesinos yterratenientes. Los conflictos se agudizarongradualmente y alrededor de la mitad de la década de1850 la existencia de México como nación se viofuertemente amenazada por la resistencia de losindígenas y campesinos al gobierno central.

Las fronteras mexicanas del norte comprendían laszonas de California, Arizona, Tejas y Nuevo México,encontrándose bastante aisladas entre si, y organizadasen estructuras administrativa autónomas. A pesar dela existencia de un remoto sistema de comunicaciones,la totalidad de las rutas se dirigían a México, cuyasregiones fronterizas se caracterizaban por un enormeaislamiento, falta de mercados, vías de acceso y unadeficiente organización administrativa.

Entre los estados del norte México, California erala más próspera y los españoles residentes ocupabanun angosto territorio a lo largo de la costa,constituyendo una población numéricamente muyreducida y aislada del resto del imperio español. Sibien la independencia de México no los afectómayormente en un comienzo, las políticas y medidasaplicadas posteriormente por el nuevo gobiernocomenzaron a ser rechazadas por sus habitantes,quienes preferían identificarse como californianos másque como españoles o mexicanos. En 1836, losterratenientes californianos �rancheros� tomaron el

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control del gobierno provincial, aunque de una manerapacífica, poniéndolo al servicios de sus interesescomerciales inmediatos. El resto de la poblaciónpermaneció al margen de la sociedad, con escasosprivilegios y garantías sociales.

La región de California

Una vez en los territorios de California los españolesconquistaron a los pueblos indígenas, organizaronmisiones religiosas para cristianizarlos, ocuparon lasmejores tierras y construyeron fuertes militares paraprotegerse así mismos como a los ricos territoriosmineros ubicados en la parte norte de Nueva España(México, más tarde). En un comienzo se establecieronen Alta California, área comprendida entre San Diegoy San Francisco la cual, junto a la región de BajaCalifornia, formaron parte de la Provincia de Californiadel Virreinato de Nueva España, hasta el 24 de marzode 1804, fecha en que estas dos áreas fueron separadasen estados por el nuevo gobierno mexicano.Posteriormente, en 1836, se unificaron nuevamentepara formar parte del gobierno federal de la Repúblicade México como otro de sus 24 estados. El 7 de juliode 1846, con la firma del Tratado de GuadalupeHidalgo entre México y los EE.UU., el territorio deAlta California pasó definitivamente a poder de losnorteamericanos.3

Las nuevas autoridades intentaron mantener en laregión el mismo viejo orden societal impuesto porespañoles y luego, por los mexicanos. Eldescubrimiento de ricos yacimientos de oro en 1848,sin embargo, alteró drásticamente la estructura deCalifornia con el arribo masivo de gruposanglosajonones atraídos por la posibilidades deenriquecerse rápidamente.4 La poblaciónhispanohablante residente comenzó gradualmente aconvertirse en una minoría cada vez más insignificante.En 1859 la población de California era de 100.000habitantes, de los cuales 13.000 eran de origenmexicano.5 Los californianos, que al término de laguerra entre EE.UU. y México habían resentido laimposición de un nuevo sistema legal, debieron

enfrentar una serie de transformaciones económicas,políticas y culturales, como resultado de la emigraciónmasiva a la región.

La dominación anglosajona fue cada vez másevidente, expresada a través de leyes restrictivas,litigación por la posesión de tierras, abusos, violencia,discriminación y represión, una situación que forzó amuchos hispanos a abandonar las regiones mineras dela región. Sectores desplazados sobrevivierondedicándose al bandidaje o realizando acciones fuerade la ley6, una situación que condujo a las autoridadeslocales a aumentar las medidas represivas y la violenciacontra los sectores de la población hispana. De estemodo, la discriminación anti hispánica adquiriócaracterísticas institucionales, convirtiéndose, al mismotiempo, en la fuerza laboral más numerosa y barata dela zona. Los mexicanos y otros grupos de emigrantesfueron relegados a las periferias de las ciudades, atrabajar en fábricas, fundiciones, y construcción deferrocarriles. Como resultado de la apropiación delos ranchos ganaderos por los anglosajones losmexicanos que laboraban en ellos comenzaron adesplazarse hacia las ciudades en donde se empleabanpor salarios bajísimos para sobrevivir.

Como resultado de la guerra entre México y losEE.UU. los mexicanos en California sufrieron losefectos de la derrota de su país en carne propia al sermarginados económicamente y forzados a trabajar parala población anglosajona de la región. A pesar de laspromesas del Tratado de Guadalupe de Hidalgo el cualaseguraba que los mexicanos residentes podían adquirirla nacionalidad norteamericana, libertad de culto eidioma y la conservación de sus tierras, debieronafrontar un sin número de problemas, cuyasconsecuencias aún perduran, a pesar del tiempotranscurrido.

La rebelión de Tejas

Durante los primeros años de la independencia deMéxico las relaciones con los EE.UU. fueron bastante

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cordiales. El nuevo gobierno mexicano apreciaba elapoyo moral brindado por sus vecinos del norte a lascausas de independencia de las ex colonias españolasde Centro y Sud América. Incluso, la ConstituciónPolítica de México se diseñó basada en la de losnorteamericanos. Sin embargo, las relaciones entreambas naciones comenzaron a deteriorarsegradualmente con el correr de los años, produciéndoseincluso serias confrontaciones armadas entre susfuerzas militares.

La causas del conflicto bélico entre ambas nacionesderivaron fundamentales de disputas territoriales sobreTejas, región controlada administrativamente desde laCiudad de México, pero de una manera deficiente.Alrededor de la década de 1830, la población tejanaextranjera excedía a la mexicana, una situación que nopreocupaba mayormente al gobierno de ese país en lamedida que los emigrantes se circunscribieran a lasleyes y reglamentaciones de México. Sin embargo,los colonos norteamericanos nunca se mostrarondispuestos a abandonar los derechos, privilegios yformas de vida que gozaban en los EE.UU., al mismotiempo que objetaban lo que consideraban una justiciamexicana corrupta, excesivos pagos de impuestos,leyes discriminatorias en contra de los Protestantes, elaislamiento comercial y la administración de la región.A lo anterior se sumó la resolución del gobiernomexicano de abolir la esclavitud, una situación queenfureció a los sectores sureños esclavistas de losEE.UU, quienes formaban el grupo más numerososde colonos de ese país en Tejas.

La mayoría de los sectores hispanohablantes deCalifornia, Tejas y Nuevo México estaban muy lejosde sentirse identificados con México, y mucho menos,con su gobierno. Este elemento facilitó los esfuerzosde los colonos anglosajones de Tejas para desafiar lasregulaciones del gobierno mexicano y a justificar susintentos de embarcarse en un movimiento de secesión.La corriente separatista se hizo inevitable cuando elPresidente Antonio López de Santa Anna decidióprolongar su tambaleante gobierno, disolver elCongreso Nacional y transformarse en un dictaduracentralizadora, al mismo tiempo que proclamaba la

suspensión de los derechos de los estados mexicanos.De este modo, Santa Anna no sólo alienó a los colonosnorteamericanos en Tejas si no que, también, a losmexicanos que abogaban por los derechos de losEstados de California, Nuevo México, Arizona y otros.En 1836, Tejas proclamó su independencia a la vezque el gobierno mexicano intentaba recuperar,inútilmente, los territorios perdidos.

Los norteamericanos, por su parte, se mostrabanbastante divididos con respecto a una posible guerracon México. Como dijéramos anteriormente, losgrupos más proclives a una solución armada eran lossectores sureños motivados por el interés de preservarel sistema esclavista en los EE.UU. a través de lacreación o incorporación de nuevos estados a estesistema productivo�incluyendo anexación de la islade Cuba. Esta política era fuertemente resistida porlos sectores partidarios de la abolición de este sistemaproductivo y la aplicación de uno nuevo basado en eltrabajo asalariado. Por su parte, el gobierno mexicanono estaba dispuesto a permitir la partición de susterritorios, situación que finalmente, en 1846, derivóen una guerra entre ambos países.

Contradicciones, conflictos y divisiones al interiorde las fuerzas mexicanas contribuyeron al resultadoadverso del conflicto. En efectos, los mexicanos sedividieron entre los centralistas, es decir, aquellos quedeseaban establecer una forma semi-monárquica degobierno, y los federalistas, partidarios de ladistribución del poder gubernativo a través de losestados de la nación. Del mismo modo, el sentido denacionalidad era muy escaso y el regionalismo muyintenso, especialmente en las regiones fronterizas conlos EE.UU. Al final, los norteamericanos impusieronsu superioridad militar sobre los mexicanos quienesno tuvieron otra opción que firmar el tratado de pazde Guadalupe de Hidalgo, un pueblito cerca de laCiudad de México, el 2 de febrero de 1848. De estemodo, a través de una cancelación monetaria y el usode la fuerza militar los EE.UU. se posesionaba de ricosy vastos territorios, expandiendo su dominación hastael Océano Pacífico.

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Las primeras olas migratorias hacia los EE.UU.

La corrientes migratorias hacia a los EE.UU. a partirde la independencia de México hasta el comienzo delsiglo veinte, pueden clasificarse en tres categorías. Laprimera incluye a los sectores que quedarondesplazados de los territorios mexicanos perdidos en1836, 1848, y 1853, incluyendo a los Indios, que sinser emigrantes, eran considerados como extranjerosen su propia tierra. La segunda categoría consiste engrupos de mexicanos que entraban y salían de losterritorios ubicados en la región del suroeste de losEE.UU. antes que fueran anexados definitivamente poreste país. El tercero y más importante de estos gruposmigratorios fueron aquellos mexicanos que arribaronatraídos por las dramáticas necesidades de mano deobra experimentada por ciertos sectores productivosen los EE.UU. durante la última década del siglodiecinueve.

Tres eventos significativos ocurrieron en lasrelaciones anglo-mexicanas que originaron la primeracategoría migratoria. La Rebelión de Tejas (1836), laGuerra entre México y los EE.UU (1848), y la comprade Gadsden, (1853), produjeron importantes pérdidasterritoriales para México y los casi 80.000 mexicanosque vivían dispersos en dichas regiones. En menos de40 años, habían sido simultáneamente, súbditos de laCorona española y ciudadanos mexicanos,encontrándose ahora listos para entrar en una nuevafase, esta vez, como ciudadanos de los EE.UU. Lamayoría de esta población eran descendientes decolonos de origen español-mexicano que emigrarondel interior de México, permaneciendo en dichosterritorios una vez que desplazaron o conquistaron alos grupos indígenas que las habitaban y cultivabanantes que ellos. Ahora, se encontraban ellos mismosconquistados y colonizados, separados de sus raícespolíticas y culturales, insertados en un extraño juegode fronteras que los condicionaba a todo nivel.

A pesar de los cambios en el status político de lasregiones fronterizas los flujos migratorios continuaronocurriendo en forma similar durante los primeros añosde la ocupación norteamericana sin que los inmigrantesnotaran diferencias geopolíticas significativas de las

formas en la cual se habían llevado a cabotradicionalmente en el pasado. El descubrimiento deoro en California, sin embargo, provocó un masivoingreso de mineros provenientes de la región de Sonoray otras partes de México, previa al arribo de otrosmineros de origen anglosajón. Del mismo modo, milesde campesinos comenzaron a abandonaron lashaciendas del noreste de México, hacia el sur de Tejas,después de 1836, en busca de nuevos horizontes ymejores oportunidades laborales.

Los incentivos económicos para estimular laemigración mexicana hacia los EE.UU. hasta antes de1870 eran casi mínimos. El comercio entre laeconomía mexicana y los anglosajones que llegarondespués de 1836 y 1848 consistía básicamente en laventa de productos alimenticios y algunas actividadesmineras. Una vez completado la anexación de losterritorios mexicanos los mercados para los productosde las nuevas regiones del suroeste de los EE.UU.comenzaron a expandirse rápidamente, en la medidaque la población comenzó también a crecer. Sinembargo, es importante notar que los mexicanosresidentes en Tejas, Nuevo México y California habíanmantenido relaciones comerciales con los anglosajonesdel este, desde mucho antes de la rebelión de Tejas.Los cambios territoriales, sin embargo, activaronnotoriamente las actividades comerciales, generandoun importante resurgimiento y diversificación de laregión como resultado de las maniobras militares delejército norteamericano para someter a los indígenasque las habitaban, sin que necesariamente cambiaranlas formas en que tradicionalmente se habían realizadoen el pasado.

A partir de 1880 y al calor de la construcción yexpansión del transporte ferrocarrilero la economía delos territorios sureños comenzó a desarrollarsefuertemente, estimulando así la emigración mexicanahacia dichas regiones. En 1890, una importante ymoderna red ferrocarrilera unía los territorios de Tejas,Nuevo México, Arizona y California, con el norte deMéxico y algunas zonas del centro y sur de ese paísatrayendo nuevos trabajadores mexicanos,sobrepasando totalmente los flujos migratorios

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observados en períodos anteriores. Durante las dosúltimas décadas del siglo diecinueve, 127.000mexicanos ingresaron los EE.UU., cantidadcorrespondiente a un tercio de la población de Méxicoen 1848.

Los nuevos emigrantes se diluían rápidamente entrela población sureña, aunque continuaban siendoextranjeros en todo el sentido de la palabra: incapacesde comunicarse en Inglés, sujetos a rigurosas leyes yregulaciones de inmigración y expuestos a diversasformas de racismo y discriminación racial. Hasta antesde la Revolución Mexicana de 1910 la mayoría de losemigrantes eran campesinos desplazados de la tierra ypobres de la ciudad que emigraban de sus regionespara vender su fuerza de trabajo en norteamerica y lacual se cotizaba muy por debajo de su valor real en elmercado laboral.

La rápida expansión económica de los territoriossureños también originó que asentamientos de colonosmexicanos se trasladaran en grandes cantidades másallá de sus lugares originales quienes, junto a gruposde colonos anglosajones fueron atraídos por los nuevoscentros poblacionales que se crearon a lo largo de lasvías ferroviarias en los territorios agrícolas o centrosmineros. De este modo, nuevas comunidades dehispanohablantes, la mayoría de ellas coloniasmexicanas, emergieron a lo largo de las ciudades ypueblos creados por sureños también desplazados desus territorios junto a emigrantes de orígenes indígenas,tal como ocurrió en los pueblos algodoneros de Tejasdurante los primeros años del siglo veinte, losnumerosos centros productores de azúcar deremolacha de Colorado y California, y las minas deArizona y Nuevo México.

La emigración mexicana hacia los EE.UU. duranteeste período se desarrolla, sin embargo, al margen delos controles administrativos y migratorios de lasautoridades norteamericanas, situación que cambiarádrásticamente en el año 1917. Los mexicanos queingresaban a los EE.UU. pagaban 5 centavos paracruzar el Río Grande en bote, pudiéndolo hacer todas

las veces que lo desearan. A partir de 1917 se lesobliga a presentar dos certificados de nacimiento, doscertificados de matrimonio, un certificado de buenaconducta y otro de buena salud, evedencias de que nocostituirían una carga pública para el gobierno, juntoa un pago de diez dólares por concepto de visa, másocho dólares de impuesto de entrada al país(Santibañez: 1930: 39-41). Como resultado de estapolítica se creó la categoría de imigrante ilegal paraaquellos mexicanos que optaron por hacer caso omisoa las cada vez más drásticas regulaciones migratoriaspor parte de los EE.UU.

La Revolución Mexicana y las GuerrasMundiales.

La Revolución Mexicana (1910-1920) generó unnotorio éxodo de su población hacia los EE.UU. paraescapar de las persecuciones políticas, la violencia, lacrisis económica y otros problemas que prácticamenteparalizaron y destruyeron a esa nación durante el largoconflicto insurreccional. Relativamente baja en uncomienzo, a partir de 1915, la emigración de mexicanosasume proporciones masivas, especialmente desde lazona de el Bajío, ubicado en la parte central de la regiónoeste de México. Este período coincide con el inciode la Primera Guerra Mundial, la cual genera un augeproductivo-exportador seguido por una gran demandade fuerza de trabajo nunca antes observado en ese país,acentuándose aún más cuando los EE.UU. declara laguerra a los alemanes y la mayoría de sus trabajadoresse incorporan a las fuerzas armadas.

La conscripción militar produce un serio vacíolaboral, especialmente en la industria, la agricultura,la minería y el transporte, problema que en gran partefue resuelto con la contratación de trabajadoresmexicanos que abandonaban su país para escapar dela peor de sus crisis económicas. Restriccionesmigratorias existentes conducen a que la mayoría delos emigrantes mexicanos que ingresan a los EE.UU.durante este período lo hagan en forma ilegal,especialmente en la agricultura, el sector másnecesitado de mano de obra. El censo de 1921estimaba que el número de trabajadores mexicanos

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legales e ilegales en los EE.UU. superaba los 500.000,cuando la población total de México era sólo de14.334.000 habitantes (Kiser et.al.:1979:19).

El período de la Gran Depresión a finales de lasdécada de los veinte y comienzos de los treinta, produjouna fuerte contracción en la economía de los EE.UUy mundial. Después de una época marcada por unfuerte crecimiento y prosperidad económica la crisismundial produjo una severa reseción a nivel mundial.A mediados de 1932, el producto nacional bruto delos EE.UU cayó a la mitad del valor alcanzado en 1929,originando que casi 12 millones de personas, es decir,casi un cuarto de la población laboral activa del país,perdieran sus empleos y quedaran cesantes.

La recuperación de la economía fue bastante lentay en 1940, Europa iniciaba una nueva conflagraciónbélica en contra de Alemania y sus aliados. A pesarque el conflicto aumentó la demanda por alimentos,armas, municiones y pertrechos militares, siete millonesde trabajadores norteamericanos continuaban aúndesempleados. Sin embargo, ninguna otra comunidadde emigrantes en los EE.UU. sufrió los efecto de ladepresión en la forma en que lo hicieron lascomunidades hispanohablantes, especialmente aquellossectores ocupados en labores agrícolas. Losmexicanos-americanos, a lo mismo que lospuertorriqueños, con un grupo muy insignificante deprofesionales o empresarios, trabajabanmayoritariamente en trabajos temporales uocupaciones que requerían calificaciones mínimas oninguna, percibiendo remuneraciones muy bajas y quesólo alcanzaban para cubrir sus niveles mínimos desubsistencia.

Como resultado de la depresión y como una medidapara palear la cesantía, las autoridades norteamericanasimplementaron una política de repatriación detrabajadores mexicanos en sus estados fronterizos. Seestima que entre 1929 y 1935, más de 415.000mexicanos junto a sus familias fueron deportados aMéxico, una cifra récord comparada con otrosinmigrantes de una misma raza obligados a abandonar

los EE.UU.8 Sin embargo, el estallido de la SegundaGuerra Mundial produjo un momentáneo relajo en laeconomía del país y en las oficinas de inmigración. Laconscripción masiva de soldados, la expansión ydemanda incesante de alimentos, medicinas, materiasprimas, pertrechos militares y equipos por parte delos aliados, crearon una acelerada demanda por nuevamano de obra.

Alrededor de 1942, las políticas de �repatriación�implementadas unos años antes, habían sidoprácticamente olvidadas. Más aún, el gobierno de losEE.UU. inició conversaciones con las autoridadesmexicanas para firmar un contrato para abastecer defuerza laboral a los agricultores de California, NuevoMéxico, Tejas y otras regiones del suroestenorteamericano. A pesar de las innumerablesreservaciones del gobierno de México al tratado debidoa las continuas quejas de discriminación laboralexperimentadas por los trabajadores de ese país, en1492 se acordó que la agencia The U.S. Farm SecurityAdministration procediera a contratar individualmentea mexicanos (braceros), para trabajar temporalmenteen los EE.UU. por períodos específicos, principalmenteen la agricultura. Durante los 22 años de existenciade este programa, se contrataron 4.6 millones debraceros la mayoría de ellos provenientes de seisestados de la parte central del norte de México(Kerr:1997:294). En un período de cinco añossolamente�1942 y 1947�alrededor de 200.000braceros ingresaron a trabajar a los EE.UU, la mitadde ellos a las haciendas de California, mientras que elresto, en las diversas regiones del suroeste de ese país(Gann:1986:58).

La Segunda Guerra Mundial también se convirtióen un elemento aglutinador de importantes sectoresde las comunidades de habla-hispana en las diversasramas de las fuerzas armadas norteamericanas. Sinembargo, los sectores hispánico comenzaba en losniveles más bajos de la jerarquía militar y generalmenteeran asignados a las tareas mas duras y peligrosas. Elcenso de 1940 indicaba que habían 1.076.653mexicanos (cifra considerada como muy

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conservadora), 109.407 españoles, 69.967puertorriqueños, y 65.714 cubanos. Al final de laguerra, más de un tercio de la poblaciónhispanohablante�la mayoría mexicanos9�habíanprestado servicios militares en las fuerzas armadasnorteamericanas, el más alto porcentaje de todo el restode las comunidades étnicas del país.

La nueva corriente migratoria

Aunque es muy difícil proporcionar cifras exactasdel número de personas que cruzan las fronteras desdeMéxico hacia los EE.UU. cada año, como a la vez,cuantas de estos inmigrantes se quedan permanente aresidir en el país, fuentes oficiales indicaban que entre1950 y 1960, 299,811 mexicanos ingresaronlegalmente a los EE.UU., aumentando a 459,937 en elperíodo 1961 y 1970. También se sabe que las cuotasde mexicanos legales e ilegales en tránsito hacia losEE.UU. experimentaron un rápido crecimiento durantelas décadas siguientes a pesar de las restriccionespuestas en prácticas�sistema de cuotas� por laautoridades norteamericanas en 1977, para detenerestos flujos migratorios.

Actualmente, las corrientes de emigrantes ilegaleso �indocumentados� continuan siendo elevadas,pricipalmente mexicanos y centroamericanos. La causamás común en el caso de los mexicanos es la pobreza,mientras que en el caso de los centroamericanos esuna combinación de miseria e inestabilidad política,especialmente en la década de los ochenta. Durante laadministración de Richard Nixon, se estimaba queexistían entre seis a doce millones de mexicanos en losEE.UU. Estudios del gobierno mexicano, sin embargo,indican que las cifras fluctúan entre medio y un millónde personas en un mismo período de tiempo, variandode acuerdo a las estaciones climáticas, especialmentedurante los períodos de cosechas.

La severa crisis económica que afectó a Méxicodurante la primera mitad de los ochenta produjo unnuevo éxodo masivo de mexicanos hacia las fronterasnorteamericanas que ingresaron ilegalmente a ese paísen busca de oportunidades laborales. Esta situación

coincide con el rápido crecimiento de las comunidadeshispanohablantes en los EE.UU. De acuerdo a uno desus informes publicado en 1982 por la Oficina delCenso, la población de habla hispana en la nación erade 14.6 millones personas en 1980, concentradosfundamentalmente en California, Tejas, y Florida.

Estudios censales estiman que entre 1980 y elcomienzo del nuevo siglo la población �hispánica�solamente podría alcanzar tasas de crecimiento entreun 6.4 y 9.9 por ciento, del total de la población de losEE.UU.10 A pesar de la fuerte tendencia de losemigrantes mexicanos de retornar a su país de origenun significativo de número de ellos se han establecidopermanentemente en diversas ciudades de los EE.UU.Tendencias migratorias recientes muestran que muchosmexicanos tienden a moverse hacia estados cada vezmás alejados de las fronteras entre ambos países enbusca de empleos más estables que les permitaradicarse permanentemente en ellos junto a sus familias.De cualquier forma, los estudios sobre la emigraciónmexicana actual son aún bastante incompletos y suscaracterísticas poco conocidas. Lo que no está endudas, sin embargo, es que la presencia de lostrabajadores mexicanos�legales e ilegales�es y hasido fundamental para la economía norteamericana,especialmente cuando la necesidad de mano de obrabarata para producir productos a precios competitivoses cada vez más evidente.

LA COMUNIDAD PUERTORRIQUEÑA

La población puertorriqueña y cubana constituyen,respectivamente, la segunda y tercera nacionalidadeshispanohablantes más numerosas en los EstadosUnidos, después de los mexicanos. Ambas nacionesse encuentran en la región del Caribe, comparten unpasado histórico y cultural común, junto a una herenciaracial similar, producto de la mezcla de españoles yesclavos negros traídos del Africa. Tanto Cuba comoPuerto Rico fueron las últimas territorios colonialesen posesión de la Corona española después de lasguerras de independencia que afectaron al continenteamericano entre 1810 y 1821.

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Durante el período 1895 y 1898, Cuba inició susegunda guerra de independencia en contra de España,culminando con la intervención militar de los EE.UU.en el conflicto. La insurrección independentista tuvoun alto costo económico y social tanto para Cuba comopara los españoles, sin embargo los grandes ganadoresdel conflicto fueron los norteamericanos cuyosinversiones en la Isla se estimaban entreUS$30.000.000 a US$50.000.000 en 1893.Enfrentados a la imposibilidad de los españoles dederrotar militamente a los insurgentes un grupo deprominentes inversionistas norteamericanos en Cubaexigieron al Presidente McKinley intervenir en elconflicto. Los empresarios se quejaban de haber sufridopérdidas de US$100.000.000 durante los tres años delconflicto insurrectional (Gilbert: 1981:107). Una seriede encendidas discusiones en el Congreso dieron pasoa una variada gama de declaraciones apoyando el envíode fuerzas militares por parte de prominenteslegisladores de la época tales como Lodgage, Foraker,Frye, Morgan and Davis, incluyendo al futuropresidente Theodore Roosevelt. La prensa,especialmente el grupo Hearts, también participaronactivamente en el debate apoyando entusiastamente laintervención militar en Cuba.

Utilizando como pretexto una misteriosa explosiónocurrida durante la noche en uno de sus barco de guerraanclado en el Puerto de la Habana (Maine), el gobiernonorteamericano declaró la guerra a España. En unperíodo de seis meses los ejércitos cubano ynorteamericanos unidos derrotaron a Españaforzándola a negociar los términos de un armisticiofinal. Sin embargo, los representante cubanos noparticiparon en dicha ceremonia de rendición, nitampoco fueron invitados a la firma de lasnegociaciones finales, llevadas a cabo el 1 de octubrede 1898, en la ciudad de París. Entre los protocolosnegociados bajo los términos impuestos por losEE.UU, el gobierno español renunció totalmente a lasoberanía de Cuba, al mismo tiempo que cedía aperpetuidad Puerto Rico, Filipinas y Guam.

En un comienzo, las autoridades norteamericanasadministraron Puerto Rico bajo un régimen militar,

pero a partir de 1900 se cambió a una administracióncivil, con un gobernador y un aparato legislativodesignado por Washington. Puerto Rico, continuó bajola tutela norteamericana, administrado bajo la formade territorio federal, hasta 1952, año en que adquirióun controversial status de Estado Libre Asociado, unsituación que perdura hasta hoy día. Durante esteperíodo, intereses norteamericanos comenzaron aexplorar la Isla en busca de oportunidades económicas,apoyados en las viejas elites criollas enquistadas en laindustria del azúcar, tabaco y café, agrupados eninstancias productivas más modernas y eficientes.

En 1917, el Congreso norteamericano aprueba laLey Jones (Jones Act), por la cual se convierte a lospuertorriqueños en ciudadanos de los EE.UU, seestablece un parlamento local elegido por votaciónpopular y un gobernador designado federalmente porWashington. De la noche a la mañana, entonces, losEE.UU. incorporaron a su haber a un significativosegmento de la población hispanohablante, que entreotras consecuencias, obliga a los puertorriqueños aprestar servicios militares en las fuerzas armadas deese país. A pesar del nuevo status de ciudadanosnorteamericanos, los puertorriqueños continuaronsujetos a tratos coloniales, en donde el destino dePuerto Rico comenzó a ser controlado por sectoresde habla inglesa. Incluso, la iglesia Católica de PuertoRico pasó a depender de la jurisdicción de la diócesisde Boston, y hasta la década de 1940 las escuelaspúblicas eran obligadas a enseñar en Inglés, idiomaque mucho de los profesores desconocían.

Los vaivenes de la débil economía boricua en manosde la agroindustria norteamericana, forzaron a muchopuertorriqueños a emigrar hacia los EE.UU,principalmente Nueva York. Allí, junto a una ola decubanos que emigraban de su país por las mismasrazones, pasaron a formar parte de la fuerza laboralde una red de industrias pequeñas de vestuarios y otrasque operaban sin restricciones o regulaciones alguna,restaurantes y otros servicios que pagaban muy bajossalarios. En este sentido era posible encontrarnumerosos grupos de puertorriqueños en Nueva Yorkdebido a las escasas oportunidades económicas en la

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Isla, circulando sin restricciones, ahora, comociudadanos norteamericanos. Este sector boricuahispanohablante le imprimió un carácter muy especiala ciertos barrios de Manhattan, junto a un grupo decubanos que también se radicaron en la zona oeste dela ciudad, el este de Harmlen, y más tarde Brooklyn ySouth Bronx.

La Segunda Guerra Mundial interrumpió laemigración entre Puerto Rico y los EE.UU, y el tráficomarítimo entre ambas regiones se limitó solamente alo absolutamente indispensable. Sin embargo, una vezterminada la conflagración mundial, las corrientesmigratorias de puertorriqueños hacia norteamérica sereanudaron nuevamente, esta vez, en forma másacelerada, debido a las facilidades del transporteaéreo�que reemplazó al marítimo�al impacto de losmedios de comunicaciones sobre aquellos quebuscaban mejores oportunidades laborales, la ausenciade resticciones migratorias y el servicio militarobligatorio. Durante la guerra de Corea, en la décadade los cincuenta, se estima que cerca de 40.000puertorriqueños prestaron servicios militares en lasfuerzas armadas de los EE.UU (Gann:1986:78).

El censo de 1960, indicaba que alrededor de900.000 puertorriqueños residían en los EE.UU. Lamayoría de ellas emigraron entre el período posteriora la Segunda Guerra Mundial y la década de loscincuenta, mientras que la población de Puerto Rico,durante el mismo período, poseía una población de2.300.000 habitantes; es decir, casi un tercio lapoblación de ese país habían emigrado hacia losEE.UU. Como resultado de la ola migratoria, lapoblación puertorriqueña residente el los territorioscontinentales de los EE.UU. aumentó deaproximadamente 70.000 in 1940 a más de 300.000en 1950, 893.000 en 1960, alcanzado 1.4 millones en1970 y 1.8 millones en 1980 (Bean & Tienda: 1987:24).

En su búsqueda por nuevas fuentes laborales,sectores significativos de puertorriqueños seestablecieron en diferentes regiones del oeste centralde los EE.UU, incluyendo Lorain y Ohio, para trabajar

en la industria del acero. Del mismo modo, otronúmero importante de ellos emigraron hacia lasciudades de Chicago, Milwaukee y otras ciudadesaledañas. Allí encontraron poblaciones de mexicanosy mexicanos-americanos, quienes se habían establecidoen esas ciudades con anterioridad. Como ellos, lospuertorriqueños crearon asociaciones de ayuda mutua(mutuales) para defender su fuentes laborales o crearsus propios talleres artesanales para sobrevivir.

La comunidades mexicanas o aquellas de origenmexicano, no se mezclaron fácilmente con lospuertorriqueños, quienes se establecieron en barriosmás alejados y separados. Diferencias culturales(cocina, música, acentos), raciales (negros, mestizos,mulatos, indígenas) eran y continúan siendomarcadamente diferentes. Usualmente puertorriqueñosy cubanos pobres viven en los mismo barrios ydesempeñan trabajos similares con bajos salarios.Empleadores y otros sectores de la población de losEE.UU. comúnmente no hacen distinción alguna entreambos a pesar de sus diferentes nacionalidades.

El lugar con mayor concentración depuertorriqueños ha sido tradicionalmente Nueva York.De acuerdo al censo de 1980, 860.552 puertorriqueñosresidían en ese estado, constituyendo el 12.2% del totalde su población. Teóricamente, el problema de ajustede esta comunidad de habla hispana en los EE.UUdebería haber sido más simple que el de otros gruposemigrantes debido a que legalmente eran ciudadanosnorteamericanos. Sin embargo, a pesar que nuncaestuvieron expuestos a las situaciones traumáticasexperimentadas por los mexicanos, también sufrierondiscriminación�especialmente los más morenos�rechazo por parte de la sociedad anglosajona y susinstituciones, y muchos de ellos aún viven en los límitesde la extrema pobreza. Cifras oficiales indicaban queen 1983, alrededor del 60% de los puertorriqueños enNueva York recibían algún tipo de ayuda social porparte del gobierno (Gann:1986:83).

Resumiendo, la población puertorriqueña puedeinterpretarse como una comunidad hispanohablantecondicionada estructuralmente por su statusdependiente junto a un patrón migratorio que los ubica

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entre dos mundos culturalmente diferentescontribuyendo, de este modo, a su marginalización delresto de la sociedad anglosajona. Esta característicaes aún muy evidente, especialmente en las grandesurbes industriales como Nueva York y Chicago, entreotras.

LA EMIGRACION CUBANA

Los cubanos constituyen el tercer grupo nacionalnuméricamente más grande de la poblaciónhispanohablante radicada en los EE.UU. Similar a laemigración mexicana y puertorriqueña su arribo datadesde el comienzo del siglo diecinueve, principalmentea los territorios de Florida, debido a su proximidadgeográfica a la Isla (90 millas) y su característica deex-colonia española. Sin embargo, un elementoimportante que distingue al flujo migratorio cubanodel mexicano y puertorriqueño es que los primerospresentan un proporción similar de sectores de lasclases medias y de la clase obrera. En el caso de losgrupos poblacionales que históricamente han emigradode México y Puerto Rico, la mayoría de ellos eran ycontinúan siendo los sectores laborales máspostergados, muchos de ellos campesinos desplazadosde la tierra.

Desde el comienzo de los EE.UU. como repúblicaindependiente, existió un fuerte interés por el controlde Cuba debido a su proximidad y ubicación geográficaprivilegiada. Thomas Jefferson mismo, fue unconstante propulsor de la incorporación de la islacaribeña a los territorios de la Unión, idea que alcanzóuna gran popularidad entre 1800 y 1823, siendo lossectores esclavistas norteamericanos los másentusiastas propiciadores de esta iniciativa. Laposibilidad de contar con otro estado pro-esclavistacerca de sus territorios deslumbraba a los gruposterratenientes que aún utilizaban mano de obra esclavaen sus labores productivas, como a la vez, para reforzarsu lucha en contra de los sectores abolicionistas y pro-industriales del norte del país. Del mismo modopensaban que una débil España no estaba encondiciones de evitar las presiones de Francia e

Inglaterra para abolir definitivamente la esclavitud enCuba.

Los sectores oligárquicos cubanos pro-esclavistatambién apoyaban entusiastamente la idea de anexarCuba con los EE.UU, especialmente a partir de 1820,una vez que España descontinuó el comercio deesclavos en la Isla. La única salida para este sectorterrateniente era, entonces, afiliarse con los estadosesclavistas del Sur de los EE.UU, principalmenteVirginia y Meryland, los cuales aún mantenían uncomercio de africanos-esclavos para sus tareasproductivas y comerciales. La derrota de los gruposterratenientes y pro-esclavistas sureños durante laguerra civil de ese país a manos de la Unión, puso fina esta posibilidad.11

Posteriormente, durante el primer movimientoindependentista que afectó a Cuba entre 1868 y 1878,más conocida como la Guerra de los Diez Años, seprodujeron importantes desplazamiento de supoblación hacia Europa y los EE.UU. Losnorteamericanos, quienes en varias oportunidadeshabían intentado comprar la Isla de Cuba a losespañoles, ofrecieron $100 millones de dólares alcomienzo de la insurrección, oferta que fue rechazadanuevamente por los europeos.

Se estima que a los menos 100.000 cubanosabandonaron la Isla en 1869 como refugiados políticoso en búsqueda de mejores oportunidades económicas.Los sectores más acomodados lo hicieron rumbo a lavieja Europa, en donde continuaron viviendo en unaforma acomodada, mientras que sectores de la clasemedia, fundamentalmente comerciantes y profesionaleslo hicieron hacia los EE.UU, principalmente, NuevaYork. (Kenellos: 1994:119) Entre los desplazados seencontraban un significativo número de obrerostabacaleros calificados quienes, de inmediato, seincorporaron a trabajar en las compañías cubanasproductoras de cigarros establecidas en Key West, LaFlorida, desde 1830. Sus propietarios cubanos habíanabandonado la Isla para escapar de las impopularesprácticas monopólicas comerciales impuestas por

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España a sus colonias americanas. Alrededor de 1870,Key West presentaba prácticamente la forma de unaciudad cubana, pero en territorio norteamericano.

Desde un principio la comunidad cubana en Floridamanifestó una enorme cohesión entre sí y una gransolidaridad con los sectores que propiciaban la guerrade independencia contra de España. Organizacionesde apoyo y solidaridad con la revolución fueronorganizados para recaudar fondos y financiar la luchainsurreccional, como a la vez, apoyar a los activistas yrepresentantes de los insurgentes en Nueva Yorkdurante el período que duró el conflicto.

Una vez establecidos y consolidados comocomunidad, los cubanos se involucraron activamenteen las actividades políticas locales de sus propiascomunidades. En 1875, habían más de mil cubanosregistrados en los listados electorales del condado deCounty, ubicado en Key West. El primer alcaldeelegido en esa ciudad fue Carlos Manuel de Céspedes,hijo del líder máximo de la guerra de la independenciade Cuba, del mismo nombre que su hijo. Sin embargo,con el tiempo, conflictos laborales y políticos, llevarona ciertos productores de cigarros a trasladar susactividades comerciales y productivas a la región deTampa, lo que produjo un importante flujo de obrerostabacaleros hacia esa región, convirtiendo a la zonaen el centro productor de cigarros más importante ydinámico, en un corto tiempo.

Entre 1895 y 1898 se inicia una segundainsurrección armada en contra de los españoles,liderada por el poeta y escritor, José Martí. Del mismomodo que en Key West en el pasado, se organizaroncomités de solidaridad y apoyo a la revolución, siendola mayoría de ellos cubanos residentes en Florida. Altérmino del conflicto, algunos cubanos exiladosregresaron a la Isla, aunque un importante númerosde ellos, con hijos y familias enraizados en los EE.UU.,optaron por permanecer definitivamente en el país. Decualquier forma, la presencia de los cubanos en Floridadurante la segunda mitad del siglo XIX fue bastantesignificativa y las primeras organizaciones ymovimientos laborales fueron organizados por ellos,

junto a una variedad de actividades comerciales yproductivas en la región. La educación bilingüeadquirió un fuerte ímpetu en el estado y en ciudadescomo Key West y Tampa se introdujeron importantesreformas y modificaciones, tanto en los serviciospúblicos como en la cultura cívica.

Junto al aumento de la influencia económica ypolítica de los cubanos residentes, también comenzarona jugar un papel más dinámico en las relaciones de laCasa Blanca con España y sus colonias en el Caribe.Sin embargo, los intereses empresariales y corporativosnorteamericanos en Cuba, los cuales prosperarongracias al apoyo y protección de la administracióncolonial española, no estaban preparados para arriesgarsus inversiones ante la inefectividad de los ibéricos pararesolver el movimiento insurreccional.12 Presionescomerciales y políticas persuadieron finalmente algobierno de los EE.UU. a intervenir en el conflicto ytomar control de Cuba, objetivo que se logró el 1 deoctubre de 1898, con la firma del Tratado de Parísentre ambas naciones.13 La Enmienda Platt y el Tratadode Reciprocidad, más tarde, le imprimieron una nuevacaracterística a Cuba, en donde, teóricamente, la Islaadquirió el status de República independiente en 1901,pero en la práctica significó sólo un cambio de sucondición de colonia española a la de semi-colonia delos EE.UU.14

Los enclaves establecidos por emigrantes de origencubano durante el siglo XIX en Florida continuaronsirviendo como base a nuevos refugiados quecontinuaron abandonando la Isla hasta finales de esesiglo, como resultados de las violentas insurreccionesy crisis políticas-económicas ocurridas durante eseperíodo. Durante la década de los veinte, por ejemplo,un grupo de jóvenes intelectuales se trasladó a Miamihuyendo de las políticas represivas del dictadorGerardo Machado y organizar un movimientoinsurreccional para derrocarlo. La dictadura deMachado que regía a Cuba con el apoyo d el gobiernode los EE.UU, fue finalmente derrocado en 1933 poruna coalición de estudiantes, quién junto a suscolaboradores más cercanos, también solicitaron asilopolítico en La Florida. La calma y prosperidad no

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fueron entonces una característica de la joven nacióncubana, por lo que las comunidades de Miami y otrasen el estado de la Florida continuaron sirviendo comocentros de refugios para muchos cubanos.

El período post revolucionario: 1959

El éxodo más conocido de cubanos hacia los EE.UUse produjo después del triunfo del movimientorevolucionario que puso fin a la sangrienta y represivadictadura de Fulgencio Batista, en 1959. Durante elgobierno de Batista Cuba alcanzó niveles de corrupcióny degradación únicamente comparables con los de ladictadura de Machado. Previo al gobierno de Batistaexistieron dos administraciones, muy frágiles, una 1944y la otra en 1948, las cuales alienaron rápidamente laconfianza de los cubanos en sus líderes y lasposibilidades de alcanzar estabilidad política yhonestidad administrativa. El asalto al poder por partede Fulgencio Batista en 1952, esta vez como unarrogante dictador, se inició definitivamente unimportante período revolucionario orientado a cambiardrásticamente el sistema antidemocrático, antipopulary represivo imperante en Cuba.

Importantes sectores de cubanos y analistasinternacionales coincidían en sindicar a los EE.UU.como el principal responsable de la crisis económica ypolítica de Cuba, considerada como una semi coloniade ese país, a pesar que la nefasta Enmienda Platt habíasido derogada en 1934. Sin embargo, resultabaevidente que la dictadura de Batista, junto acorporaciones y grupos de la mafia norteamericanacontrolaban la mayoría de la economía de la Isla,incluyendo los juegos de azar y la prostitución. Así, elalzamiento insurrectional y posterior derrocamientode Batista, la noche del 31 de diciembre de 1959, nosorprendió ni a los sectores más conservadores de losEE.UU, incluyendo la administración de ese país.15

El desarrollo posterior y la orientación que comenzóa adquirir la revolución cubana no fue del agrado de laadministración del Presidente D. Einsenhower,resultando en un rompiendo total de las relacionesdiplomáticas y económicas entre ambos gobiernos.

Simultaneamente, la administración noerteamericanapuso en práctica una política obstruccionista y deabierto boicot a Cuba para obligar a sus líderes atrabajar dentro de los parámetros de la Casa Blanca.Entre las medidas adoptadas se pueden mencionar elboicot económico (cierre total del mercadonorteamericano), diplomático (expulsión de Cuba dela Organización de Estados Americanos), militar(invasión de Bahía Cochinos y las guerrillas delEscambray), e ideológico, siendo este último elementofundamental en la emigración masiva de cubanosdurante los primeros años de la década de lossesenta.16

La presencia de un sector de cubanos pudientesafectados por las nuevas medidas de la reforma agraria,reformas habitacionales, nacionalizaciones, políticassalariales y otras medidas similares produjeron fuertesantagonismos y tensiones con el nuevo gobiernorevolucionario. Lo anterior, unido a un enorme atrasocultural, analfabetismo y falta de conocimientohistórico facilitaron el trabajo ideológico que permitióalienar a importantes segmentos de cubanos de losobjetivos de la revolución, a través de una fuertecampaña basada en elementos anticomunista yseudocristianos. Los EE.UU. abrió totalmente suspuertas a todos aquellos desilusionados con larevolución que quisieran huir del �comunismo haciala libertad�. De este modo, a través de la emigración,miles de médicos, numerosos ingenieros, arquitectos,intelectuales, profesores, técnicos, obreros calificados,cubanos pobres, junto a terratenientes y grandesempresarios, abandonaron definitivamente Cuba rumboa los EE.UU. En los diez años que siguieron cerca de500.000 cubanos dejaron la Isla y aunque la mayoríase dirigieron a la Florida un significativo número deellos se establecieron en otros lugares de los EE.UU.,especialmente California, Nueva York y Chicago.Programas habitacionales para refugiados, cursos deInglés, fondos federales para la educación de los niñosde los refugiados cubanos y programas de salud fueronalgunos beneficios del paquete de ayuda ofrecido porlas autoridades norteamericana para facilitar el procesode emigración.

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Cuando Lyndon Johnson asumió la presidencia,después del asesinato de John Kennedy� tambiénhabía apoyado la emigración de cubanos�se aprobóuna ley especial que permitía a obtener estatus deemigrantes a aquellos que tuvieran que huir degobiernos considerados represivos�normalmente,países no alineados con los EE.UU. En 1965, a modode respuesta, Fidel Castro anunció públicamente quetodos aquellos cubanos que tuvieran familiares en losEE.UU. podían abandonar la Isla desde Bahía deCamioraca. El peligro del viaje y la incapacidad de lasembarcaciones para trasladar a los miles de cubanosque deseaban emigrar hacia los EE.UU. junto a susfamilias, se organizó un puente aéreo el cual se mantuvoen operaciones hasta 1973.17 Mientras las oficinas deinmigración norteamericana recibían a los refugiadoscubanos con los brazos abiertos, se cerraban las puertasa miles de refugiados chilenos, argentinos, uruguayos,haitianos, centro americanos y otros latinoamericanosque debieron huir de sus países para escapar de lasdictaduras militares que se apoderaron del poder, conel apoyo de los EE.UU.

La tensión entre Cuba y los EE.UU. a partir de lainstauración del gobierno revolucionario fue siempretensa, alcanzando una nueva y aguda escalada en abrilde 1980, cuando un grupo de cubanos se refugió en laembajada peruana en la Habana y a los cuales se leotorgó asilo político por parte de ese país. En unarespuesta muy calculada, el gobierno cubano procedióa informar a la nación que todos aquellos que desearanabandonar Cuba deberían presentarse en la embajadade Perú, la cual, de inmediato, recibió más de diez milcubanos. Las autoridades procedieron a procesar lospapeles y otorgar documentos de salida a aquellos quelos solicitaron, y desde Miami se organizó una flotillade 42 embarcaciones para buscar a los pasajeros desdela bahía de Mariel. Al final de 1980, un total de 125.000cubanos, más conocidos como los �marielitos�,abandonaron la Isla con destino los EE.UU, con elbeneplácito de la administración de Jimmy Carter.

A diferencia de otros emigrantes cubanos que habíanarribado previamente, la mayoría de los �marielitos�no tenían familiares en la Florida u otros lugares en

los EE.UU, por los que se les ubicó en diferentescampamentos transitorios, exigiéndoseles comorequisito la obtención de un aval de nacionalidadnorteamericana para ser puestos en libertad. Engeneral, este grupo sufrió una serie de problemas nuncaantes experimentadas por otros cubanos queabandonaron la Isla una vez que Fidel Castro asumióel poder, quienes, a diferencia de otros gruposhispánicos, siempre contaron con el apoyo yoportunidades proporcionadas por las autoridadesnorteamericana a través de programas especiales. Envarios de los campamentos se organizaron inclusoalzamientos y huelgas para protestar por lasrestricciones y maltrato recibido en los �campos deconcentración�, como denominaban a las estacionesde residencia temporal en que fueron ubicados por lasautoridades migratorias. Con el tiempo, este segmentode cubanos terminó integrándose gradualmente a lasociedad norteamericana.

LA OTRA EMIGRACION

Actualmente, comunidades hispano-hablantes deorígenes mexicanos, mexicanos-americanos,puertorriqueños, cubanos, junto a un número crecientede latinoamericanos provenientes de otras regionesresiden en los diferentes territorios de los EE.UU. Enun principio, sin embargo, las olas migratorias desdeCentro y Sud América fueron escasas debido a lasrestricciones impuestas por las autoridadesnorteamericanas, comparadas con las facilidadesencontradas por otros emigrantes provenientes deEuropa. Esta situación cambió drásticamente a partirde 1965, una vez que el Congreso Norteamericanoabolió el sistema de cuotas permitiendo el arribo deotros comunidades hispanohablantes de otras regionesde América.18

Entre estos grupos resaltan los dominicanos quienes,entre 1960 y 1975, aumentaron de 756 a 13,081, sincontar los visitantes temporales e ilegales (Morrisonet al.: 1981:819). A partir de la década de los ochenta,sin embargo, comienza un fuerte proceso migratoriohacia los EE.UU., debido a las continuas crisis políticasy económicas que afectaron a la República Dominicana

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a partir de los cincuenta. Los bajos precios del azúcar,la crisis de la industria azucarera, la alta deuda externacontraída por el país, que en 1982 alcanzaba a 1.200millones de dólares, junto a una tasa de cesantía del30%, forzó a muchos dominicanos a buscar empleosfuera del país. Fuentes oficiales estimaban que alcomienzo de los ochenta alrededor de 300.000 a500.000 dominicanos residían en los EE.UU., lamayoría de ellos en Nueva York, una cifra equivalentea casi el 10% de la población de SantoDomingo.(Gann:1986:117).

Similar a los dominicanos, los flujos migratoriosdesde Centro América hacia los EE.UU. eran muyescasos. Sin embrago, el rápido desarrollo de seriosconflictos políticos e insurrecciones, seguidas porseveras crisis económicas e inestabilidad laboralforzaron a muchos centroamericanos a buscar nuevosdestinos fuera de la región. Entre 1961 y 1978, 38.900salvadoreños, 35.700 panameños, 35.500guatemaltecos y 28,000 hondureños entraronlegalmente a los EE.UU. (Ibid.:118).

El triunfo de la Revolucion Sandinista en 1979, laagudizacion de los conflictos armados en CentroAmérica, junto a las políticas intervecionistasadoptadas por la administración de Ronald Reagan enla región, produjeron como resultado un masivo éxodopoblacional, bajo las formas de refugiados políticos yeconómicos.19 Fuentes oficiales indican que alcomienzo de los ochenta, cerca de 200.000nicaragüenses abandonaron su país. En 1983, lasmismas fuentes estimaban que el número desalvadoreños en los EE.UU ascendían a casi 500.000;de éstos, entre 200.000 a 300.000 se habían radicadoen Los Angeles, convirtiéndose así en la segunda�ciudad salvadoreña� más grande del mundo. Lamayoría de los inmigrantes eran ilegales, por lo queenfrentaron innumerables barreras legales y culturalespara encontrar trabajos y tener acceso a serviciosbásicos. Gran parte de los problemas de lossalvadoreños y otros refugiados de la región fueronenfrentados a través de la solidaridad de algunasorganizaciones norteamericanas, especialmente lasiglesias, entre las que se destacaba el Southern

California Ecumenical Council, y cuya misiónconsistía en prestar ayuda a los refugiadoscentroamericanos.

El caso de los sudamericanos es diferente. Losprimeros en arribar en pequeños grupos fueroncolombianos quienes huían de los violentosenfrentamientos entre los sectores conservadores yliberales de ese país, período más conocido como LaViolencia. Así, grupos de profesionales colombianosbien entrenados llegaron a los EE.UU. a finales de laPrimera Guerra Mundial. En 1970 habían 27.000colombianos�primera o segunda generación� lamayoría de ellos blancos que residían en JacksonHeights (sector de clase media en Nueva York) yquienes se distinguían notoriamente del resto de lascomunidades hispánicas, fundamentalmente losdominicanos y puertorriqueños. El mismo año 1970,la ciudad de Chicago albergaba a 3.500 colombianos,una gran mayoría de ellos procedentes de las regionescosteñas de ese país, cuya composición racial mostrabauna mezcla de africanos, indígenas y españoles. Deestemodo, a pesar de provenir de un mismo país, lascaracterísticas fenotípicas, económicas, culturales ysociales de los colombianos eran muy diferentes entresí.

En contraste, la emigración argentinos, chilenos yuruguayos presenta, en general, patrones muy similaresa la de los emigrantes de Europa occidental quearribaron a los EE.UU. durante el período de las post-guerra: individuos provenientes de centros urbanos,de sectores medios acomodados, y con altos nivelesde preparación académica o tecnológica. Hasta elcomienzo de la década de los setenta, mayoría de losargentinos, chilenos y uruguayos que emigraron a losEE.UU. lo hicieron por razones netamente económicasy en búsqueda de mejores oportunidades. Estasituación comienza a cambiar drásticamente con lainstauración de regímenes militares dictatoriales, queobliga a gran cantidad de sudamericanos,fundamentalmente sectores de trabajadores yprofesionales, a huir de sus países por razonespolíticas�represión, violencia y despidos masivos.20

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Sudamericanos a lo mismo que loscenteoamericanos, tienen muy poco en común entresí, excepto el uso de la lengua española. Países vecinoscomo Honduras, Nicaragua o El Salvador, por ejemplo,presentan enormes contrastes en sus estructuras étnicasy sociales, a lo mismo que el resto de las nacionessudamericanas. En otras palabras, la utilización de unmismo lenguaje o religión, no proporcionanecesariamente un sentido de pertenencia a una mismacomunidad mal llamada �hispánica�. Por el contrario,dichos grupos difieren entre sí de acuerdo a su orígenesnacionales, étnicos, culturales y sociales, ingredientesque los llevan a resentir la incapacidad de losnorteamericanos para reconocer el variado mosaicode hispano-hablantes que existe en los EE.UU.

EL NUEVO MILENIO

El término del siglo 20 indicaba que, a fines de 1994,la población hspanoparlante en los EE.UU. era de 27millones, un aumento de 28% con respecto a 1990.En contraste, el total de la población del país creció aun ritmo mucho más lento, únicamente 6% entre 1990y 1994. Como resultado se puede observar que unoentre diez ciudadanos norteamericanos son de origenhispánico, por lo que las autoridades migratoriasproyectan que este grupo aumentará a 31 millones enel año 2000, a 63 millones en el 2030 y a 88 millonesen el año 2050. Por las misma razones, las autoridadesmigratorias proyectan que prácticamente uno de cadacuatro norteamericanos serán de origen �hispánico�.Entre las razones que explican el rápido aumento delas comunidades hispanoparlantes en los EE.UU. semencionan las altas tasas de nacimiento de estos gruposy sus altos niveles de inmigración21. Cerca de un terciode estas comunidades nacieron fuera de los EE.UU.(Bureau of Census, 11-95).

La misma fuente indicaba que la tasa de desempleoentre los grupos de hablahispana variaba desde 7%,para las comunidades cubanas, a casi más del 14%,para los puertorriqueños. Del mismo modo, las familiasde origen puertorriqueño tenían en 1993 un ingresopromedio de 20 mil dólares, comparados con casi 25mil dólares percividos por las familias mexicanas,cubanas, centroamericanas y sudamericanas. La tasa

de cesantía para estos grupos hispanoparlantesalcanzaba un 11%, comparado con un 6% de lapoblación blanca no hispánica. Igualmente, las tasasde pobreza entre las familias hispánicas superaban másde dos veces a la de la población caucásica. En 1993,cerca del 27% las familias �hispanas�, comparada con11% de las familias blancas, aparecían clasificadas porlas autoridades norteamericanas bajola categoría depobres. Entre ellss, dichos grupos variaban desde unaparentemente bajo 17%, para los hogares cubanos, aun 35% entre las familias puertorriquenas (Ibid.).

En la medida que las condiciones económicas sedeterioran rápidamente en América Latina, las tasasde emigración hacia los EE.UU., incluyendo lainmigración ilegal, tiende a aumentarsignificativamente. De acuerdo a los Servicios deInmigración y Naturalización de los EE.UU. (INS),cerca de 5 millones de inmigrantes indocumentadosresidían en ese país en octubre 1996, constituyendo el1.9% de la población total. El país que encabezaba lalista de inmigrantes no documentados era México con2.7 millones o 54% de la población ilegal que ingresóa los EE.UU. durante ese período. Entre 1988 � 1992y 1992 �1996, la población indocumentada aumentósobre 150.000 individuos al año. Del total de lapoblación indocumentada en 1996, creca de 2.1% orel 41% de ellos eran emigrantes con permisostemporales de residencias vencidos. Esto es, individuosque ingresaron legalmente a los EE.UU. con visastemporales, pero que se quedaron en el país una vezque éstas expiraron. La proporción de esta poblacióninclude cerca de un 16% de mexicanos y 26% decentroamericanos. En octubre de 1996, quince paísesconstituían la fuente principal de ingreso de más de 50mil emigrantes indocumentados. La lista laencabezaban cinco países geográficamente cercanos alos EE.UU.: México, El Salvador, Guatemala, Canadáy Haití (ver Tabla 1).

CONCLUSION

Las comunidades de habla hispana en los EE.UU.presentan diferencias significativas entre si�raza,nacionalidad, tiempo de arribo, clases sociales, culturas

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e ideologías, entre otras. Como consecuencia, lasexperiencias migratorias de cada una de estascomunidades difieren notoriamente entre ellas,situación que lleva a cuestionar la utilización delconcepto �hipánico� como un elemento clasificatoriohomogeneo de las diversas comunidades dehispanohablantes que residen en los EE.UU. Cadauno de estos presentan diferentes experiencias lascuales han marcado notoriamente sus formas deintegración y participación cultural y económica en lasociedad norteamericana.

La comunidad puertorriqueña constituye un grupoétnico caracterizado históricamente por un muy bajostatus socioeconómico y aislamiento de la sociedadglobal. Por el contrario, la población cubana al nohaber sido segregada a un mercado laboral secundarioconstituyen el sector más existoso de todas lascomunidades de habla hispana, mostrando fuertestendencias a la integración y asimilación a la sociedadnorteamerica. El trato preferencial y status diferenteotorgado a la población cubana por las autoridadesnorteamericanas, a partir del triunfo de la revolucióncubana en 1959, junto a las condiciones económicasmismas de su población, distinguen notablemente alos refugiados de ese país de los emigrantes mexicanos,puertorriqueños y otros latinoamericanos.

En el caso de los mexicanos-americanos, quienespresentan una de la más amplias formas diversidadcultural y económica por ser el grupo hispanohablantehistóricamente más numeroso y antiguo en los EE.UU.requieren de análisis y estudios más rigurosos paraevitar caer en una ambiguedad o simplicidadexplicativa de los mismos.

Finalmente, el aislamiento de los mexicanos ypuertorriqueños en comunidades étnicashispanohablantes y sus correspondientesmanifestaciones culturales han sido estructuralmenteproducidas por su concentración en mercados laboralespara minorías. La existencia de un flujo continuo deemigrantes, históricamente disponibles parareemplazarlos, han suplido las dramáticas necesidadesde mano de obra barata requerida por ciertos sectores

productivos de los EE.UU. El flujo migratoriocontinuado de puertorriqueños y mexicanos contribuyea mantener las tradiciones culturales de estos grupos,y a reelaborarlas como una base de cohesión social eincluso, de solidaridad. Estas características tanantiguas se mantienen intactas si consideramos eltiempo transcurrido. Las dificultades materiales desobrevivencia misma de estas comunidadeshispanohablantes en una sociedad anglosajona que losrechaza pero que los necesita, los lleva a refugiarse enlo más rico poseen: sus tradiciones culturales, cuyasfundaciones sociales se han nutrido históricamente enlas relaciones solidarias de sus miembros.

NOTAS

1 Información tomada de A History of LatinAmericas (New York: Hill and Wang, 1972). Vertambién Cycles of Conquest: The Impact of Spain,Mexico and United States on the Indians of theSouthwest 1533-1960. (Tucson: University of ArizonaPress, 1961).

2 Por medio de un pacto secreto firmado en 1762,Francia transfirió a España sus derechos a los territoriosde Louisiana, una vasta región al oeste del RíoMississippi. Los españoles controlaron dichosterritorios hasta 1800, una vez que Francia invadióEspaña. En 1803, Napoleón Bonaparte procedió,finalmente, a vender Louisiana a los Estados Unidos.

3 De acuerdo a los términos del tratado, Méxicocedió a los EE.UU. las regiones de California y NuevoMéxico, es decir, un amplio territorio equivalenteaproximadamente a la mitad del tamaño de México enesa época. Del mismo modo, México renunciaba atodas sus pretensiones y reclamos sobre la posesiónde Tejas, mientras que las fronteras entre ambosnaciones se establecían a partir del Río Grande. Enlos territorios adquiridos militarmente por los EE.UUse crearon con el tiempo los estados de California,Nevada, Arizona, Utah, Nuevo México y Wyoming,incluyendo partes de los que hoy constituyen Kansasy Colorado. A cambio de estas concesiones

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territoriales, los EE.UU. pagaron a México la sumade US$15.000.000, asumiendo, al mismo tiempo, lascompensaciones solicitadas por sus ciudadanos algobierno mexicano y que accedían a la suma deUS$3.250.000. Finalmente, el autoridadesnorteamericanas se comprometían a respetar laspropiedades y la religión de los mexicanos quehabitaban en los territorios anexados. El tratadotambién estipulaba que aquellos mexicanos quedesearan retornar a México podrían hacerlo sinproblemas, mientras que los que desearan permaneceradquirían automáticamente la nacionalidadnorteamericana.

4 En 1849, buscadores de oro, más conocidos comolos Forty-Niners, arribaron a California provenientesde todas partes de los EE.UU. y otras regiones delmundo. La búsqueda de oro se concentró en la regiónde Mother Lode, ubicada las laderas de Sierra Nevaday se prolongó durante los dos años siguientes, cuandola �quimeradel oro� terminó casi tan rápida como habíacomenzado. Las actividades mineras se convirtieronen una actividad cada vez más estable y organizadabajo la forma de empresas extractivas. La mayoría delos buscadores de oro se transformaron en trabajadoresagrícolas, comerciantes o simplemente abandonaronla región en la medida que grandes compañías mineraspasaron a controlar la producción minera.

5 Durante los dos primeros años que siguieron aldescubrimiento de oro en California la poblaciónhispánica alcanzaban al 15%; en 1870, sin embargo,constituían solamente el 4% de los habitantes de laregión. La numerosa inmigración anglosajona fueacompañada por otra de sudamericanos,principalmente peruanos, argentinos y chilenos, lamayoría de ellos, trabajadores calificados tales comopanaderos, albañiles, carpinteros y mineros. Sinembargo, el grupo más numeroso provenían de laregión de Sonora, al norte de México.

6 Juan Flores, Joaquín Murieta, Jacinto Treviño yTiburcio Vásquez son algunos de los hispanohablantesdesplazados de la época que organizaron una serie deactividades, revolucionarias para algunos o de

bandidaje para otros, en contra de los terratenientesanglosajones y californianos. El poeta chileno y PremioNovel de literatura en 1971, se inspiró en la vida dellegendario Joaquín Murieta para escribir su famosaobra literaria Vida y Muerte de Joaquín Murieta.

7 Territorios ubicados en el extremo sur de NuevoMéxico y Arizona, comprados por los EE.UU. aMéxico en 1853, con el objetivo de asegurar losderechos para construir una vía ferroviaria en elsuroeste de ese país.

8 Como medida para detener la inmigración durantela crisis de la depresión económica el gobierno deEE.UU. puso en práctica un programa de�repatriación� de inmigrantes, siendo las comunidadesmexicanas las más afectadas por esta política. Larepatriación obligada se basaba en la creencia que losemigrantes mexicanos enviados de vuelta a su país eranextranjeros �no-asimilables�, a pesar que muchos deellos tenían hijos que asistían a las escuelas públicas,eran bilingues en inglés y español, jugaban al béisbol yen general, compartían la misma experiencia de lassegundas generaciones de otros grupos de emigrantesen los EE.UU. Al deportar a sus padres, la políticamigratoria norteamericana violaba los derechos de lamayoría de los niños, quienes al haber nacido en losEE.UU., eran legalmente ciudadanos norteamericanos,pero forzados a abandonar su país de origen por ladeportación de sus familias.

9 Enrolarse en las fuerzas armadas constituía unade las formas más simples para obtener documentosde inmigración permanente en los EE.UU., siendoutilizada extensivamente por los mexicanos emigrantespara adquirir la residencia permanente en el país. Porsu parte, sin estar expuestos a los problemasmigratorios de los mexicanos, 65.000 puertorriqueñosprestaron servicios militares en las fuerzas armadas delos EE.UU. durante la Segunda Guerra Mundial.

10 Al respecto, ver el estudio realizado por el StateDepartment of Parks and Recreation de California,publicado en 1982.

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11 El pricipal motivo que originó la guerra entre

ambos sectores fue la esclavitud. El sector sureñoincluía a los terratenientes de 11 estados agrupados enla Confederación y quienes dependían de los esclavospara realizar sus actividades productivas, especialmenteel cultivo de algodón. A pesar que la esclavitud erailegal en los estados del norte, sólo un grupo muypequeño se oponía a su uso. El debate principal entrelos grupos norteños y sureños giraba entorno a que sidebería o no permitirse el uso de esclavos en losterritorios oestes de los EE.UU. recientementeanexados durante la guerra contra México (1846-1848), incluyendo Nuevo México, parte de Californiay Utah. A los opositores de la esclavitud lespreocupaba que este sistema se expandiera,fundamentalmente porque no querían competir por eluso de fuerza de trabajo esclavo en labores productivas,las cuales resultaban mas costosas e inapropiadas parael tipo de producción utilizado en sus regiones,principalmente industrial.

12 Según La Secretaría de Estado de los EE.UU.,se estimaba que las inversiones en Cuba, al inicio de lasegunda guerra de independencia alcanzaban a losUS$50.000.000. Durante los primeros años quesiguieron al conflicto insurrectional, disminuyeron ala mitad; la producción azucarera, de la cual los EE.UUera el primer beneficiario, cayó de un millón detoneladas en 1894-1895, a 25.000 toneladas entre1898-1899 (Leland:1928:37)

13 Un grupo compuesto por 70 prominentesempresarios de Nueva York, 40 de Filadelfia and 64de Mobile solicitaron oficialmente la intervenciónnorteamerican para terminar la insurrección cubana eldía 9 de febrero de 1898. Más información al respectopuede verse en mi trabajo, Cuba: From PrimitiveAccumulation of capital to Socialism, chapter V.(Toronto: Two Thirds Productions: 1981).

14 La Enmienda Platt fue el nombre por el cual seconoció la enmienda a la Ley de Apropiación delEjército de 1901 propuesta al Congresonorteamericano por el Senador Orville Hitchcock Plattde Connecticut. Esta enmienda especificaba lascondiciones bajo las cuales el gobierrno federal de los

EE.UU. podía intervenir en los asuntos internos deCuba e incluída en la Constitución cubana de 1901.Entre otras medidas, la Enmienda Platt establecía lasbases legales para intervenir militarmente en Cubacomo a la vez, les otrogaba el derecho a mantenerbases militares en la Isla. Posteriormente, dichaEnmienda se convirtió en un tratado permanente entreambos paises, firmado el 22 de mayo de 1903. Alamparo de dicho tratado, los EE.UU. intervinieronmilitarmente en Cuba en 1906, 1912, 1917 y 1920.Varios legisladores y estadistas norteamericanosdenunciaron el tratado como un acto no democráticoe imperialista. Renegociaciones del mismo condujerona que la Enmienda Platt fuera finalmente derogada1934. El Tratado de Reciprocidad Comercial instituyóun sistema aduanero favorable a los EE.UU., como ala vez, aseguraba el control absoluto del mercadocubano tanto azucarero como industrial por parte delos norteamericanos. Como resultado de ambostratados se consolidó en Cuba una estructura dedependencia con respecto a los EE.UU., una situaciónque eliminó cualquier posibilidad de alcanzar undesarrollo autónomo como nación.

15 En marzo de 1952, Fulgencio Batista, apoyadopor el ejército se apoderó del gobierno de su país. Entreotras medidas, Batista suspendió la constitución,disolvió el Congreso e instituyó un gobiernoprovisional, prometiendo elecciones para el añosiguiente. Después de desbaratar un alzamientoinsurreccional en la Provincia de Oriente lidereada porel jóven abogado Fidel Castro, el 26 de Julio de 1953,y una vez calmada la situación política, el gobierno deBatista anunció que las elecciones se llevarían a efectoen el otoño de 1954. El candidato opositor a Batista,Grau San Martín, se retiró de la elección unos díasantes acusando al gobierno de utilizar terrorismo encontra de sus seguidores. Batista resultó elegido sinoposición y durante la inauguración de su gobierno, el24 de febrero de 1954, restauró la cosntitución políticay otorgó anmistía political a los presos politicos,incluyendo Fidel Castro, quienes se exiliaron enMéxico. Sin embargo, el 2 de diciembre de 1956 FidelCastro junto a 80 insurgentes regresó a Cuba, quienesdespués de una serie de escaramuzas militares, se

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refugiaron en las montañas de Sierra Maestra. En dicholugar se formó el Movimiento 26 de Junio enconmemoración del asalto al Cuartel Moncada en1953, para resistir y combatir al gobierno de Somoza.Durante los años siguientes las fuerzas revolucionariasconsolidaron un importante apoyo popular en contradel gobierno de Batista. El 17 de marzo de 1958 seorganizaró un gran paro general que a pesar de serderrotado por las fuerzas militares consolidaron aúnmás la oposición al gobierno. La sectores rebeldes, através del uso de diversas formas de lucha, incluyendola guerrilla, socavaron las bases de apoyo militar ypolítico de Batista quién, el 31 de diciembre de 1959,fue finalmente derrotado y forzado a abandonar elpoder.

16 Un análisis más exhaustivo de las diversas formasde boicot implementada por la administración de losEE.UU se puede encontrar en mi trabajo yamencionado, Cuba: from Primitive Accumulation ofCapital to Socialism, capítulo VII. En español, ver eltrabajo de Vania Bambirra, La revolución cubana: unareinterpretación. (México: Editorial Siglo Veintiuno:1974).

17 Durante el resto de la década de los sesenta lasrelaciones entre Cuba y los EE.UU. fueron tensas yhostiles. Sin embrago, a través de la Embajada de Suizaen Cuba tanto los gobiernos de EE.UU y Cubaacordaron en 1965 permitir que aquellos cubanos quedesearan emigrar hacia norteamerica pudieran hacerlo.Alrededor de 260.000 cubanos abandonaron la isladurante 1965 y 1973, una vez que este sistema deimigración terminó oficialmente.

.18 Modificaciones a la ley de imigración de 1965

que abolieron el sistema de cuotas para emigrantes deacuerdo a su lugar de nacimiento pusieron en prácticanuevos requisistos migratorios que establecía unalimitación annual de 170,000 visas para enmigrantespovenientes del Hemisferio Oriente. En 1968, unaenmienda a ley de inmigración permitiendo el ingresode las primeras 120.000 personas provenientes delHemisferio Oriente que se registraran con lasautoridades de imigración fue aprobada por las

autoridades nortemaericanas. En 1977, una nuevaenmienda modificó la cuota a 290.000 imigrantesprovenientes de cualquier parte del mundo, con unmáximo de 20.000 individuos por país, eliminando deesta manera cuotas separadas para cada hemisferio.Al mismo tiempo un sistema para emigrantes delHemisferio Oeste, dando preferencia a aquellosimigrantes que tuvieran familiares que fueranciudadanos norteamericanos o residentes permanenteso trabajadores especializados requeridos en losEE.UU., fue implementada por la autoridadesmigratorias. El Acta de Refugiados de 1980 redujo lacuota mundial a 270.000 personas pero se mantenía elsistema de preferencias a trabajadores especializadosy familiares de residentes permanentes. Esposos, hijosy parientes de ciudadanos norteamericanos estánexcentos de cuotas o limitaciones numéricas, que seaplican a otros imigrantes. Entre 1981 y 1986, 500.000individuos provenientes de Sud Asia ingresaron a losEE.UU.

19 Uno de los puntos claves de la política exteriorde Ronald Reagan consistió en revertir el impacto delos focos revolucionarios en Centro América y elCaribe. Con posterioridad al triumfo de la RevoluciónSandinista en 1979, que depuso a Anastasio Somoza,los EE.UU. comenzó a acusar a los sandinista deayudar a los grupos guerrilleros de El Salvador. LaAdministración Reagan se dedicó a apoyar y financiara grupos contrarevolucionarios antisandinista, loscuales comenzaron a operar abiertamente al interiorde ese país. En 1982, Nicaragua firmó un tratado conla URSS, lo que motivó que Reagan ampliara suprograma de apoyo militar y financiero a los grupos�contras� en Nicaragua. Del mismo modo, la CasaBlanca envió armas y personal militar especializado aEl Salvador para entrenar y asesorar a las fuerzasarmadas de ese pais en la lucha contra los gruposrevolucionarios. Esta situación generó una graninestabilidad social, económica y política, generandograndes oleadas de refugiados civiles que huían de losconflictos en la región.

20 Para mayor información acerca de este períodover The Aftermath of the Military State in Latin

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Gilbert, Jorge , �The Military State and the ChileanDictatorship� in Aftermath of the Military State in LatinAmerica. (Olympia: TESC: 1990).

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