comunicación y lenguaje - josé luis piñuel

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  • 8/4/2019 Comunicacin y Lenguaje - Jos Luis Piuel

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    La comunicacin y el lenguaje

    Por Jos Luis PIUEL RAIGADAUniversidad Complutense de Madrid

    1. El aprendizaje de las len-guas es posible sin comuni-cacin?

    Una pregunta como sta permite no slo distinguir concep-tualmente dos cosas distintas: la comunicacin y el lenguaje, sinotambin establecer de inmediato que si las lenguas hay que aprender-las (como lo demuestra la experiencia), entonces es posible que lacapacidad de comunicarse preceda a la capacidad de usar una lengua.

    Lo ms fcil es pensar que nacemos con esa capacidad decomunicarnos, pero si se observa a un recin nacido (pues nadiedispone de recuerdos propios de aquella etapa) resulta difcil admitir-

    lo. Habra entonces que forzar una explicacin como sta: la capaci-dad se tiene, pero hay que desarrollarla.

    Ahora bien, supuesto que las lenguas se aprenden hubo al-guien que no tuviese que aprenderla? Fue l quien comenz a ense-arla a los dems? Quin invent la lengua?

    a. Quin invent la len-gua?:

    Perspectiva evolu-tiva

    Perspectiva cultu-ral

    Parecer una tontera esta pregunta, puesto que ya se sabeque slo los mitos relatan gestas, denominadas cosmogonas, paradar una explicacin del origen de cada pueblo, de cada cultura, in-cluyendo el origen de la lengua propia. La lengua, como cualquieraotra destreza cultural (no slo para comunicarse, tambin para ali-mentarse, o para construir utensilios, etc.) es un patrimonio colectivoque va cambiando de generacin en generacin gracias a la capaci-dad de comunicacin. Los antroplogos que investigan los orgenesde nuestra especie el homo sapiens- son los primeros interesados enconocer cmo se fue desarrollando la comunicacin dando origen alos cdigos de seales compartidos a partir de los cuales pudo surgiraquello que puede considerarse ya una lengua. Por su parte, los et-logos (especialistas en comportamiento animal) se preocupen deestudiar cmo se organizan aquellas conductas (que ms se asemejana la comunicacin humana) en ciertas especies en cuyo comporta-miento se descubre que existen respuestas a estmulos (sonoros,visuales, qumicos, etc.) cuya naturaleza asemeja mucho a un cdigode seales.

    De momento, las incgnitas mayores entre etlogos y an-

    troplogos residen en el hallazgo de los trayectos evolutivos; porejemplo, hubo alguna especie de abejas que pueda considerarseevolutivamente anterior a las que actualmente conocemos, y en cuyocomportamiento colectivo para organizar la bsqueda de alimento noexistiese el repertorio de seales hoy confirmado? Cmo aparecieste comportamiento comunicativo? O, segn se plantean los antro- plogos, si entre los homnidos actuales y los hombres primitivos(v.g. los habitantes de Atapuerca, o los de las Cuevas de Altamira)las diferencias son abismales, cmo fueron y cual debi ser la co-municacin en aquellos grupos intermedios, capaces de explicar laevolucin desde el repertorio de seales utilizadas por los chimpan-cs ms evolucionados, y los repertorios de seales y signos que,como en el caso de Atapuerca o Altamira, permiten imaginar que

    hubo ya previamente un lenguaje evolucionado?. De hecho, si etlo-gos y antroplogos indagan a la bsqueda de los trayectos evoluti-

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    vos, es porque todos estn de acuerdo en aceptar que existen dos procedimientos de interaccin realizables por los seres vivos: lainteraccin que puede denominarse coactiva (la directamente ligadaa la esfuerzo fsico puesto en juego para forzar las acciones entreindividuos de la misma especie o de otra), y la interaccin comunica-tiva, hecha posible por el recurso a un trabajo expresivo es decir,

    por el recurso de producir seales para reproducir respuestas enotros.

    Esta distincin conceptual est en el origen por establecerun examen descriptivo de los mecanismos de la interaccin comuni-cativa, frente a los mecanismos de la interaccin coactiva; y porreferir ambos procedimientos de interaccin, a la capacidad previa deorganizar autnomamente la accin (aprender de la experiencia ancuando se trate de conductas innatas), frente a las perturbaciones oestmulos procedentes del entorno circundante.

    El examen descriptivo de los mecanismos de la interaccincomunicativa, frente a los de la interaccin coactiva, facilit dosdescubrimientos importantes:

    1) El primero, advertir la funcin evolutiva que desempea la co-municacin en el comportamiento de los seres vivos, lo que permiti formular un programa de investigacin enormementeoriginal y que consiste en comprobar cmo, en la lnea evolutivade las especies, las conductas comunicativas aparecen siempredespus de haberse adquirido previamente la capacidad de inter-actuar coactivamente; o, dicho de otra manera ms concreta: sien una especie se advierten conductas comunicativas facilitandoalgn tipo de adaptacin, las conductas de interaccin coactivaque alternativamente podran ejecutarse en su lugar, son propiasde especies evolutivamente inferiores; brevemente: la direccinevolutiva de la conducta, para las especies, se da en el sentido desustituir las acciones autnomas por interacciones y de sustituir -cuando ello es viable y no acarrea fracaso en el logro de objeti-vos- la interaccin coactiva por la interaccin comunicativa, loque para la conducta de los nios en nuestra especie haba sidoya propuesto por Piaget.

    2) El segundo descubrimiento importante del examen descriptivode los mecanismos de la interaccin comunicativa, consiste enponer de manifiesto su rendimiento energtico superior frente alde la interaccin coactiva, en la medida que se puede asegurar elacoplamiento de acciones y/o representaciones entre individuos,con un esfuerzo significativamente menor y cubriendo distanciasespaciales y temporales enormemente superiores entre los co-municadores; esto viene a explicar, complementariamente, el

    sentido de las funciones cumplidas por la comunicacin en eldesarrollo evolutivo de las especies y de los seres vivos.

    A la espera de encontrar los trayectos evolutivos para lacomunicacin y el lenguaje, capaces de proporcionar explicacionesms precisas, el estudio antropolgico de la cultura, al menos, facili-ta nuevos datos. Los antroplogos coinciden en advertir que todosaquellos comportamientos no incluidos en el programa gentico, esdecir, no heredados, sino transmitidos por el aprendizaje efectuado apartir de interacciones comunicativas entre congneres de un grupo,y cuya vigencia en el seno de un grupo, de generacin en generacin,depende de interacciones comunicativas, son susceptibles de ser

    considerados culturales. Dicho de otra manera: en ausencia de inter-acciones comunicativas con congneres de la misma especie, losnicos comportamientos que un individuo llega a realizar son aque-

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    llos que es capaz de aprender imitando los que realizan los seresvivos ms prximos de su entorno, como ha ocurrido en aquelloscasos que describen algunos antroplogos, el ms clebre de loscuales fue narrado cinematogrficamente por Franois Truffaut enL'Enfant Sauvage (1969); otro caso que ilustra una experiencia realde casi absoluta ausencia de comunicacin con congneres fue tam-

    bin llevado al teatro enEl Milagro de Anna Sullivan, de WilliamGibson, e igualmente llevado al cine por Arthur Penn en el film TheMiracle Worker. (1962). Conviene recordar cmo en estas historias,en ausencia de comunicacin y, especialmente, careciendo delaprendizaje de la lengua (patrimonio vedado para adquirir aquelloscomportamientos que no se pueden adquirir por simple imitacin) seilustra lo que estamos diciendo: la cultura est integrada por todosaquellos comportamientos que no podan aprender ni el nio salva- je del Aveyron, ni Anne Sullivan, antes de adquirir la destreza deusar un idioma.

    En consecuencia, siendo la lengua un patrimonio cultural, lacuestin de quin invent la lengua no tiene sentido: forzosamente elcdigo de signos que, en cada caso, puede considerarse lengua, debiser el producto de varias generaciones que particularmente en cadagrupo o comunidad de humanos, por primitivos que fuesen, se con-solid como consecuencia del esfuerzo por transmitir la experienciaacumulada, a partir de estmulos progresivamente organizados parafijarla. Es decir, la lengua siempre es un producto cultural de la co-municacin, del esfuerzo por hacer compartir, de generacin engeneracin, la experiencia acumulada. Y seguramente las huellas deaquellos esfuerzos son las que afortunadamente nos han llegado alconservarse milagrosamente sus vestigios plsticos en las Cuevasrupestres.

    b. Cmo aprenden la lengualos nios.

    Una cosa es usar una lengua aplicando con mayor o menorcorreccin sus reglas gramaticales -que como es sabido derivan decompartir un orden (sintaxis) con las palabras, un significado (se-mntica) adecuado a cada nivel de este orden sintctico, y un uso(pragmtica) adecuado a los escenarios de habla-, y otra ser capaz derepresentarse todas estas reglas buscndole un sentido. Esto ltimoslo lo pretenden los lingistas, pero lo primero es cuestin de gra-do: una lengua se aprende probando reglas por ensayo y error; esdecir, seleccionando aquellas formas sintcticas, semnticas o prag-mticas unas correctas, otras incorrectas- en funcin del xito co-municativo alcanzado. En la infancia, las reglas son parcialmenteinventadas y parcialmente descubiertas en funcin de esa experien-cia, a la que contribuye poderosamente el entorno familiar premian-do los xitos y corrigiendo cariosamente los fracasos; pero en la

    vida adulta, al aprender una lengua extranjera, los ensayos de pruebasiempre se efectan a partir de las reglas ya aprendidas de la lenguamaterna, por lo que es mucho ms costoso sobre todo cuando lalengua materna es muy diferente de la otra que se quiere aprender.

    Cita Claudio Gutirrez (Profesor en la Universidad de De-laware y en Costa Rica: http://cariari.ucr.ac.cr/~claudiog/ ) a Terren-ce W. Deacon (The Symbolic Species: The Co-evolution of Languageand the Brain. W.W. Norton, 1997), que dice: el lenguaje ha evolu-cionado independientemente de la evolucin del cerebro pero coor-dinadamente con ella para ser fcilmente aprendible por los nios.La seleccin natural habra eliminado en germen los lenguajes queno les fueren amigables (en el mismo sentido en que un programainformtico resulta amigable para sus usuarios).

    Esta postura es la contraria a la sostenida por NoamChomsky, quien argument que la habilidad de los nios para adqui-

    Clebre epigrama de LEANDROFDEZ DE MORATN

    Admirse un portugusde ver que, en su tierna infancia,

    todos los nios en Franciasupiesen hablar francs."Arte diablica es

    -dijo, torciendo el mostacho-que para hablar el gabacho,

    un hidalgo en Portugal

    llega a viejo y lo habla mal,y ac lo parla un muchacho".

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    rir la gramtica de su primer idioma, y la habilidad de los adultospara fcilmente usar esta gramtica, slo puede explicarse si supo-nemos que todas las gramticas son variaciones de una sola y genri-ca "gramtica universal" con la que los cerebros humanos vendranequipados por nacimiento, mediante una especie de "rgano deidioma". Pero suponer que el cerebro humano produce la gramtica

    porque posee una capacidad gramatical, equivale simplemente apasar la responsabilidad explicatoria de los lingistas a los neurlo-gos, lo cual crea ms problemas que los que resuelve.

    Cualesquiera que sean las predisposiciones responsables dela facilidad humana para aprender las lenguas, estas no dependenespecficamente de ninguna informacin simblica innata. (Deacon,97, p. 339). La teora de la gramtica universal contiene hiptesissobre los cerebros y la evolucin que no son crebles, lo cual nosignifica que debamos caer en una simple hiptesis de puro condi-cionamiento social. A pesar de que los nios aprenden el lenguaje,inmersos en un medio cultural, la pretensin de que el condiciona-miento social por s solo diera cuenta de la habilidad que adquieren,da por contestadas tantas preguntas como lo hace la teora del cono-cimiento innato. Los nios, desde luego, pueden adquirir destrezasque ni especies, por muy inteligentes que sean, ni programas sofis-ticados de inteligencia artificial, son capaces de lograr, aunque losnios sean bastante limitados en otros aspectos de sus habilidades deaprendizaje.

    Chomsky y sus seguidores tienen el mrito de haber plan-teado el enigma central sobre el aprendizaje del lenguaje: cmopuede ser tan fcil de aprender para los nios y el porqu de su es- pontnea adaptacin a los distintos medios culturales. Pero la res- puesta que ofrecen es equivocada. Afirman que el apoyo para laadquisicin del lenguaje se encuentra dentro del cerebro, suponiendotcitamente que no existe otro apoyo posible. Pasan inadvertida la

    posibilidad de que este apoyo no se encuentre en el cerebro del nioni en los cerebros de padres o maestros, sino completamente fuera detodo cerebro, en la estructura del mismo lenguaje. Deacon planteacomo analoga muy iluminadora el xito obtenido hace veinte aospor Apple Computers con sus interfaces de ventanas e iconos. Estexito estuvo basado en la estrategia de que, en vez de tener que asi-milar una coleccin de manuales ininteligibles, el usuario pudieraexperimentar abriendo y cerrando programas y mens, y aprendien-do por ensayo y error, dentro de un ambiente donde las conjeturasintuitivas tenan una alta probabilidad de resultar correctas. En suma,se trataba de adaptar las operaciones de la computadora a la gente para que la gente no tuviera tanta necesidad de adaptarse a ellas.(Deacon 97, pp. 105-106). Con base en esa analoga, Deacon seala

    que a lo largo de incontables generaciones las lenguas han llegado aser cada vez mejor adaptadas a la gente, de modo que la gente solonecesite hacer ajustes mnimos para adaptarse a ellas.

    Los nios muestran una sorprendente habilidad para hacerconjeturas afortunadas sobre la gramtica, anticipando espontnea-mente las maneras en que las palabras pueden trabajar juntas. Lasreglas que subyacen al lenguaje son adquiridas desde luego poraprendizaje de ensayo y error, pero con una muy alta proporcin deque los ensayos resulten correctos. Los nios no tratan toda la gamade maneras lgicamente posibles de organizar las palabras, sinosolamente algunas de ellas. Dicho de otro modo, estn fuertementesesgados en sus elecciones, ya que el lenguaje ha evolucionado pre-

    cisamente en esa direccin. Las mentes infantiles no necesitan es-tructuras lingsticas innatas, puesto que el lenguaje se ha adaptadoya por seleccin natural a sus propias predisposiciones mentales. En

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    vez de nios con sabidura infusa, como pretenda la doctrinaChomskiana, tenemos lenguas amigables para el nio, algo muchoms natural y explicable. Y la explicacin la encontramos en eseandamiaje terico ya sealado: la evolucin por seleccin natural. Ellenguaje est todo el tiempo bajo la poderosa presin selectiva detener que coincidir con las conjeturas probables de los nios, ya que

    ellos son el vehculo mediante el cual las lenguas se van reprodu-ciendo de una generacin a la otra. Curiosamente, "las lenguas nece-sitan de los nios mucho ms que lo que los nios necesitan de laslenguas". (Deacon 97, pp. 107-109)

    c. Cmo cambian las len-guas

    Comparando con cuidado los rasgos de la evolucin de lasespecies y de la transformacin de las lenguas, se puede llegar a laconclusin de que no hay ninguna diferencia esencial entre la una yla otra. En otras palabras, las lenguas son especies culturales queevolucionan por seleccin natural, de la misma manera que las espe-cies biolgicas. Pero eso s: las lenguas evolucionan con muchamayor rapidez que las especies biolgicas, de las que no existe unequivalente perfecto en las lenguas.

    Para explicar la evolucin especfica de las lenguas, Deacon propone como hiptesis la forzosa coevolucin del lenguaje y elcerebro, que hace totalmente innecesaria la hiptesis innatista deChomsky y sus seguidores. Definitivamente las lenguas son msparecidas a las especies biolgicas que a los sistemas formales axio-mticos (como son las gramticas de los lingistas). El motivo do-minante en el aprendizaje y en la evolucin de las lenguas es que suestructura debe pasar por un estrecho cuello de botella constituidopor las mentes infantiles. Los nios humanos parecen preadaptados aconjeturar las reglas de sintaxis correctamente, porque las lenguasevolucionan de tal manera que incorporan en sus sintaxis los patro-nes conjeturales ms frecuentes. Las operaciones lingsticas quepuedan ser aprendidas ms rpida y fcilmente por los nios, tende-rn a pasar a la nueva generacin con ms efectividad y fidelidad queaquellas que les resulten difciles de aprender. Esta situacin eshomloga a la representada por el reto que enfrentaron las computa-doras PC frente a las computadoras Apple: el sistema operativoWINDOWS debi sustituir al sistema DOS porque el primero erams fcil de aprender a usar por los usuarios, que el segundo.

    Otra metfora til para entender esto, es la de imaginar allenguaje como una enfermedad infecciosa, en que una forma de vidaindependiente coloniza y parasita los cerebros humanos, usndolos para reproducirse, exactamente como los virus utilizan las clulashumanas y animales con ese mismo propsito. Efectivamente, ellenguaje es una forma de vida independiente (como otras formas de

    vida en una comunidad: formas de cazar, o de construir utensilios),que se aloja como un parsito (ms bien beneficioso) en la mentehumana, hasta el punto de contribuir a formarla de generacin engeneracin. Como un virus mental, la adaptacin simblica nos hainfectado extensamente y, en virtud de la irresistible urgencia que hainstilado en nosotros para transformar todo lo que encontramos (in-cluida la gente) en smbolos, hemos devenido medios por los cualesse propaga a s misma por todo el mundo. Incluso podramos reco-nocer en este "virus" un aspecto infeccioso en el sentido negativo:an cuando no creamos en ellas, nos encontramos todos cautivadospor el atractivo de la numerologa, la astrologa, o teoras de la cons- piracin para explicar fenmenos histricos. Esta es la expresincaracterstica de un estilo cognoscitivo nicamente humano, que nos

    marca como una especie ntegramente simblica. Pocas sociedadeshumanas, si es que existe alguna, han escapado a la garra de las

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    creencias poderosas con las que explicar el misterio la vida y lamuerte. (Deacon 97, pp. 436-437)

    La consecuencia ms importante de este carcter infecciosodel lenguaje es la dinmica coevolucin entre las lenguas y sus anfi-triones, los cerebros. Como en el caso de las especies biolgicas,cada uno de los aspectos estructurales comunes presentes en las

    lenguas, surgi en respuesta a constreimientos impuestos por uncontexto adaptativo comn. Algunas de las fuerzas selectivas de lasestructuras lingsticas incluyen sesgos hacia el aprendizaje inmadu-ro. Las adaptaciones del lenguaje a los nios llegan a hacer a laslenguas particularmente infecciosas en pocas cada vez ms tempra-nas de la vida de los nios, asegurando as su reproduccin indefini-da. No hay ningn misterio en esto: segn lo hace notar Deacon, "laslenguas resultan difciles de aprender en la madurez, simplementeporque han evolucionado para ser fciles de aprender en la infancia"(Deacon 97, pp. 136-137) Las lenguas, as, se juegan su propia su-pervivencia en el hecho de ser o no fcilmente aprendibles por loscerebros infantiles. Y en sus procesos de evolucin por esta selec-cin natural, han producido sesgos hacia la fcil memorizacin,hacia la articulacin vocal y la audicin humanas, as como a deter-minados sesgos de la referencia simblica, que son esenciales paraque el lenguaje funcione. El resultado es una extensa coleccin de predisposiciones perceptivas, motoras, de aprendizaje, e inclusoemocionales, cada una de las cuales en alguna medida rebaja la pro-babilidad de fallos en el juego del lenguaje. A causa de todas estasinfluencias, las lenguas llegan por caminos independientes a parecer-se unas a otras, no en detalle pero s en trminos de sus propiedadesestructurales ms generales. El resultado son patrones universalesreconocidos por Chomsky como fundamento de su famosa "gramti-ca profunda". Pero exactamente al revs de lo que Chomsky supona,esos universales no estn en el origen, en lo innato original, sino enel final, en la resultante comn y de hecho de la coevolucin dellenguaje y el cerebro. (Deacon 97, pp. 113-116) Los universales dellenguaje son solo universales estadsticamente, exclusivamente apo-yados por estadsticas astronmicamente grandes, de millones dehablantes y de decenas de miles de aos. Las lenguas se han adapta-do a los cerebros humanos y los cerebros humanos se han adaptado alas lenguas, pero la tasa del cambio lingstico es cientos de miles deveces ms rpida que el cambio biolgico. En la aventura de la co-evolucin de cerebro y lenguaje, a las lenguas les ha tocado realizarla mayor parte de la adaptacin. (Deacon 97, pp. 121-122)

    Ahora bien, la relativa lentitud del cambio gentico evoluti-vo, comparado con el cambio del lenguaje, garantiza que solo losrasgos del lenguaje ms invariantes y generales persistirn suficiente

    tiempo para contribuir significativamente a la evolucin de largoplazo del cerebro. Por esta razn, existe poca posibilidad de que seden adaptaciones mentales a estructuras sintcticas especficas. Sonms bien las distinciones sensoriales ms confiables, asociadas demodo congruente con circuitos neuronales particulares, las que esta-rn sujetas a algn grado de asimilacin gentica. Mientras que ladiscontinuidad o arbitrariedad cultural entre las asociaciones deestmulos sensoriales y las referencias simblicas, hace que las aso-ciaciones simblicas sean tan difciles de aprender, lo que las hacetambin imposibles de asimilar genticamente. A causa de ello, nun-ca hubo realmente oportunidad para la conformacin de referenciaslingsticas innatas. Los atributos ms universales de la estructuralingstica son por su naturaleza de lo ms variables y estn pobre-

    mente localizados dentro del cerebro. Son, pues, los rasgos menosprobables de haber hecho evolucionar apoyos neuronales especficos.

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    Si hubiera reglas innatas de gramtica en las mentes de losnios, nunca podran haber llegado ah por evolucin gentica. Yaunque muchos lingistas han tratado de establecer parentescos entrelas familias de lenguas, hasta ahora ha resultado imposible ponersede acuerdo sobre un solo rbol que comprenda todas las familiasexistentes. La dificultad reside en la velocidad de evolucin. A partir

    de cinco a seis mil aos de separacin entre dos lenguas, el porcenta- je de palabras en comn llega a ser demasiado cercano a cero paraser estadsticamente confiable. Por otra parte, la mezcla sexual de laspoblaciones no conduce necesariamente a una mezcla paralela de laslenguas: por efecto de las relaciones de poder, los pueblos mezcladosgenticamente tienden a guardar solamente una de las dos lenguascorrespondientes a las poblaciones de origen. A veces la lengua delpueblo dominante no muestra ninguna alteracin; y definitivamentela gramtica se resiste mejor a la mezcla que el diccionario. Si existeun efecto de interaccin entre genes y lenguas, dando a entender quelas lenguas influyan a los genes, es en la medida en que una diferen-cia de lengua puede disminuir los intercambios genticos entre po-blaciones, aunque sin anularlos del todo. Slo en este sentido el rbol

    lingstico y el rbol gentico pudieran corresponder, ya que reflejanla misma historia de separaciones y aislamientos evolutivos.

    d. En qu se diferencia el len-guaje humano y el lenguajeanimal.

    No slo los humanos mostramos una facilidad difcil de ex- plicar, para aprender una lengua, sino que adems las dificultadespara aprender otra lengua disminuyen cuantas ms lenguas se hayanpreviamente aprendido. La diferencia entre el lenguaje humano y ellenguaje animal residen fundamentalmente en esto: el primero, ellenguaje humano, es siempre objeto de aprendizaje en su totalidad; elsegundo, el lenguaje animal, no. El lenguaje animal forma parte de ladotacin gentica de conductas innatas inscritas en las capacidadesorgnicas del individuo, y que slo son parcialmente modificables enfuncin de las circunstancias de aprendizaje; mientras que el lengua-

    je humano forma parte de un patrimonio cultural externo al organis-mo individual. Los xitos obtenidos por el animal al adaptar poraprendizaje la aplicacin de sus conductas comunicativas innatas,representan una desviacin mnima respecto a los esquemas de con-ducta, o de pautas heredadas, de los que parten. Mientras que en ellenguaje humano ocurre lo contrario: los esquemas de conductaheredados (slo los arcos reflejos) representan una porcin mnimarespecto al conjunto de comportamientos que es capaz de realizar poraprendizaje, de forma que como prcticamente la totalidad de susconductas son aprendidas, su aprendizaje depende enteramente decul sea la riqueza del patrimonio cultural de su entorno y de culsea su experiencia personal de interaccin con l.

    La segunda diferencia fundamental entre lenguaje animal ylenguaje humano procede pues de la diferente naturaleza de susinteracciones comunicativas: basadas en pautas heredadas para pro-ducir seales y reproducir respuestas a ellas asociadas en la comuni-cacin animal, y basadas en esquemas simblicos adquiridos poraprendizaje, en la comunicacin humana. Los esquemas simblicosno son correspondencias entre secuencias de seales (estmulos) yrespuestas conductuales, sino asociaciones entre significantes y sig-nificados tan arbitrarias y convencionales, que los significantes pue-den presentar gran margen de libertad en la gama fsica de compo-nentes (volumen, tonalidad, contrastes, intensidad, etc.) sin que var-en por ello las formas perceptivas (visuales, acsticas, etc.) por losque se discriminan; y las respuestas no se desencadenan o activan

    como conductas asociadas, sino que son representaciones de conduc-tas o comportamientos (e incluso representacin de representaciones)con independencia de que efectivamente se puedan o no poner en

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    obra. Es precisamente este margen de libertad, tanto en la produccinde mensajes, como en la reproduccin de representaciones, lo quehace posible que la competencia comunicativa humana incluya lasimulacin, el falseamiento, la mentira Esto, naturalmente, ocurreporque la comunicacin humana se inscribe en una previa capacidadde interactuar que implica ya la representacin de un Yo y la repre-

    sentacin del Otro e incluso, a partir de los cuatro o cinco aos larepresentacin que a su vez sirve para representar la representacinque del otro tengoyo y la representacin que de mi tiene el otro, etc.

    La tercera diferencia tambin fundamental entre lenguajeanimal y lenguaje humano remite consiguientemente a la evolucinde las lenguas y de las poblaciones, ya que la ausencia de contactoscuando dos poblaciones de hablantes llegan a permanecer largotiempo aisladas, demuestra siempre cambios progresivos de lenguaprecisamente por el dinamismo y plasticidad con que se lleva a cabosu aprendizaje y el uso de sus reglas, algo que no ocurre ni muchomenos con igual celeridad comparando poblaciones animales de lamisma especie, largo tiempo aisladas unas de otras.

    Finalmente, el lenguaje animal difcilmente muestra granvariedad de formas expresivas al interior de una misma especie,como para que grupos de diferentes poblaciones no puedan interac-tuar comunicativamente entre s; mientras que en la especie humana,la eclosin de diferencias llega a ser tan grande tras la evolucin degrupos que permanecen aislados, que sin que haya habido ni muchomenos cambio de especie, los cambios de lengua llegan a ser tanprofundos que al volver a entrar en contacto ya no se entienden entres; brevemente, podra afirmarse que si en el reino animal a cadaespecie con habilidades comunicativas le corresponde fundamental-mente igual lengua, en la especie humana la diversidad de lenguas esabrumadora; y, sobre todo, mientras las poblaciones humanas pue-den permanecer inalterables genticamente durante muy largo tiem-

    po, en igual periodo temporal pueden haber desaparecido muchaslenguas y surgido otras nuevas.

    e. Las lenguas muertas y laslenguas artificiales

    Qu se entiende por una lengua muerta? Se denomina as aaquellas que fueron usadas al interior de una cultura de la que ya noquedan ni individuos, ni grupos, ni comunidades capaces de repro-ducir sus formas de vida compartida. Aquellas lenguas (v. g. el su-merio, o el asirio, o el indoeuropeo, por citar algunas al azar) hansido reconstruidas por los arquelogos e historiadores de las lenguas,aplicndole, a muestras halladas de sus vestigios escritos, las reglasgramaticales que, por ensayo y error, resultan ms adecuadas parainterpretarlas: pero esta interpretacin, que nunca puede ser corregi-da por los hablantes de aquella lengua, es siempre una interpretacin

    artificial, guiada por los requisitos de la lgica formal habituales enla investigacin cientfica. En realidad, las lenguas muertas son arti-ficiales, porque tanto en su aprendizaje, como en su uso, se aplicanreglas artificialmente construidas por una comunidad cientfica. Porel contrario, en las lenguas denominadas naturales, las formas deexpresin y sus reglas de interpretacin son patrimonio colectivo deuna cultura en permanente cambio, consecuencia de la actividad vitaly comunitaria de quienes se sirven de ellas en las interaccioneshumanas

    La cultura, es decir, el sistema organizado de aquellos com- portamientos no incluidos en el programa gentico, es decir, noheredados, sino transmitidos por el aprendizaje efectuado a partir de

    interacciones comunicativas entre congneres de un grupo, y cuyavigencia en el seno de un grupo, de generacin en generacin, de-pende de interacciones comunicativas, es el entorno dentro del cual

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    puede vivir, desarrollarse, cambiar, una lengua. Y consiguientemen-te, las lenguas desaparecen cuando se extingue una cultura, y unacultura se extingue cuando desaparecen las interacciones comunica-tivas de las que depende.

    Las interacciones comunicativas que, por el contrario, pue-den establecerse usando una lengua muerta, son interacciones comu-

    nicativas al interior de nuestra cultura cientfico-tcnica, la cual sirvepara imaginarnos culturalmente nosotros unas formas de vida yadesaparecidas, con riesgo evidentemente, de equivocarnos y de ima-ginar lo que no fue.

    La experiencia cientfica, propia de nuestra propia cultura,gracias a la cual podemos establecer artificialmente el uso de laslenguas muertas, tambin ha llevado a intentar, y conseguir, la fa-bricacin artificial de lenguas; desde aquellas completamente ins-trumentales, como el Morse, o el lenguaje de sordomudos, etc., queen realidad slo sirven para transcribir a un cdigo convencionalnuestras lenguas naturales, hasta aquellas otras, como el esperanto,creada por el matemtico ruso de apellido Zamenhof, que la invent

    con la idea, muy sugerente, de mezclar gramticas de varios lenguasromances y del ingls. Pues bien, con ms de doscientos aos deaquella iniciativa todava no se conoce ninguna comunidad humanaque hable dicha lengua como moneda corriente en sus relaciones eintercambios cotidianos, todava no se conoce ninguna cadena detelevisin que emita en esperanto ni obra alguna que destaque en elpanorama de la literatura universal que haya nacido al amparo de esalengua artificial. Las lenguas artificiales, como el esperanto, surgidasen nuestra cultura, resultan un juego de lites culturales, las nicascapaces de acceder a su aprendizaje y uso; al forzar artificialmentelos lmites de las diferencias culturales de nuestros grupos humanos,donde siguen viviendo nuestras lenguas naturales, no pueden alcan-zar el vigor propio de stas, porque las interacciones comunicativas

    que las lenguas artificiales hacen posible, son muy escasas, reducidasy tambin artificiales.

    2. El significado y el sentidoen el uso de la lengua

    Llegados a este punto est claro distinguir, como hace laLingstica, entreLenguaje,Lengua yHabla.

    La primera de estas nociones, la nocin deLenguaje, remitea la capacidad de aprender y usar una lengua (o varias), lo cual, en laexperiencia humana, procede directamente a una actividad muyconcreta: la de interactuar comunicativamente de una manera muydiferente a como se comunican los animales, por muy evolucionadosque sean. Si aquella capacidad, que se denomin Lenguaje, no esinnata como pensaba Chomsky, y no procede de un rgano neuro-

    lgico, sino que, por el contrario es un patrimonio colectivo, unsaber hacer que previamente existe en la comunidad pero no en elpropio organismo del individuo, y que se adquiere interactuando alinterior de esa comunidad, como acabamos de comentar unas pgi-nas antes, entonces el lenguaje es como el trayecto que somos capa-ces de recorrer desde la prctica de la comunicacin a la prctica dela lengua. Y como, segn deca Machado, se hace camino al andar,cuantas ms veces recorremos ese trayecto, y cuantos ms trayectosensayemos aprendiendo nuevas lenguas y yendo de una lengua aotra, ms rico es el mapa mental que nos construimos para orien-tarnos en el uso de las lenguas. Esta es quizs la imagen que mejorpuede representar la nocin de lenguaje: un mapa mental para orien-tarnos en el aprendizaje y uso de las lenguas.

    Pero en qu consiste una lengua? Unas pginas atrs ya di-jimos que una cosa es usar una lengua aplicando con mayor o menor

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    correccin sus reglas gramaticales -que como es sabido derivan decompartir un orden (sintaxis) con las palabras, un significado (se-mntica) adecuado a cada nivel de este orden sintctico, y un uso(pragmtica) adecuado a los escenarios de habla-, y otra ser capaz derepresentarse todas estas reglas buscndole un sentido. Pero una cosaes el sentido de la lengua para los lingistas, y otra el sentido de la

    lengua para los hablantes que hacen uso de ella. Una lengua seaprende probando reglas por ensayo y error; es decir, seleccionandoaquellas formas sintcticas, semnticas o pragmticas unas correc-tas, otras incorrectas- en funcin del xito comunicativo alcanzado.

    En la infancia, las reglas son parcialmente inventadas y par-cialmente descubiertas en funcin de esa experiencia comunicativa, ala que contribuye poderosamente el entorno familiar premiando losxitos y corrigiendo cariosamente los fracasos; y en la vida adulta,al aprender una lengua extranjera, los ensayos de prueba siempre seefectan a partir de las reglas ya aprendidas de la lengua materna,proceso mucho ms costoso sobre todo cuando la lengua materna esmuy diferente de la otra que se quiere aprender. Hay dos trayectos desentido (eleccin de un significado socialmente compartido en lacomunicacin) cuando se usa una forma (mensaje compuesto conelementos de la lengua, ya sea una sola palabra, o una secuencia deellas):uno consiste en comprobar si se ha elegido correctamente unade lasformas posibles del repertorio conocido de formas del mismonivel, y el otro consiste en comprobar si la forma usada es adecuadaal escenario de interaccin (secuencia de actos en una interaccincon el otro).

    Los lingistas, cuya preocupacin va en direccin a estable-cer una lgica cientfica de esas formas, estudian sus componentes yel repertorio de formas posibles, segmentndolas en elementos muyconvencionales: monemas,fonemas, lexemas, etc. Esto, naturalmenteno lo hace ni el nio, ni el adulto cuando comprueban la adecuacin

    de formas respecto al repertorio conocido, y respecto al escenario deinteraccin; lasformas, como sabemos por la psicologa son aquellasconfiguraciones de estmulos o sensaciones que nosotros, de unmodo casi inconsciente, agrupamos para formarfiguras que destacande un fondo. Y podemos organizar o estructurar mentalmente esosestmulos (visuales, auditivos, etc.) atendiendo a diversos factores.Buena de prueba de cmo podemos organizar las sensaciones o est-mulos de modo diferente lo constituyen las llamadas figuras reversi-bles (mira la ilustracin de al lado). Pues bien, en la lengua vamosdescubriendoformas de muy diversos niveles y no exactamente porel mismo proceso que establecen los lingistas. Las primeras formasque construye el nio son las denominadas holofrases. Son comopalabras totales (At!, Ab!) con las que el nio intenta

    nombrar una o varias cosas a la vez con el objetivo de delimitar suspropias acciones en el escenario en que es capaz de situarse junto alos dems. Y a partir de ah, por ensayo y error, vamos enriquecien-do el mapa de formas adecuadas tanto con relacin a los significadoscompartidos, como con relacin a los escenarios de interaccin. Ycuando, ya de adultos, seleccionamos formas adecuadas, lo hacemosya sea guindonos segn el mapa elaborado por experiencias dondela lengua se habla con mucha correccin (mbito social, estudiosrealizados, etc.), ya sea elaborado por experiencias donde la lenguase habla segn hbitos caractersticos de grupos humanos por mbitosocial, regiones culturales, etc.

    Como en nuestra cultura cientfica las representaciones de la

    lengua impuestas por los lingistas influyen poderosamente sobre suaprendizaje social (gracias a la educacin), los mapas mentales sobrelas formas lingsticas asociadas al xito comunicativo producen tres

    En esta ilustracin podemosobservar o bien el rostro deuna anciana que mira hacia elngulo inferior izquierdo dela imagen, o bien el rostro deuna joven de espalda, de laque vemos la oreja izquierdadonde antes veamos el ojode la anciana, y un collar

    donde antes veamos la bocade aquella. As, unos mismosdatos perceptivos puedenhacer que veamos figurasdiferentes Por qu? Porqueel acto perceptivo dependedel sujeto que percibe, de sudisposicin mental. Si nosfijamos bien, jugamos condos grupos de estmulossensoriales que se intercam- bian sus papeles defigura yfondo. Cuando un grupo de

    estmulos o sensaciones seestructuran formando unfondo, el otro grupo lo haceformando una figura, y vice-versa En general, en todo proceso perceptivo tendemosa formar una figura determi-nada.

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    consecuencias importantes:

    1. Tiende a confundirse una lengua con su gramtica2. Tiende a considerarse uno slo de los trayectos de

    significado compartido para las formas lingsti-cas: el de la estructura de las formas disponibles,

    olvidando el que apunta a los escenarios de inter-accin.

    3. Tiende a imponerse el habla del grupo dominantecomo garanta del xito en la comunicacin.

    Estos son los problemas que vamos a ver a continuacin.

    a. La traduccin y losproblemas de comuni-cacin, o cmo no

    puede confundirse unalengua con su gram-

    tica.

    Quizs conozcas los versos del Romance Somnmbulo deGarca Lorca:

    Verde que te quiero verde.Verde viento. Verdes ramas.

    El barco sobre la marY el caballo en la montaa.

    O aquellos otros deLa casada infiel:

    Y yo me la lleve al rocreyendo que era mozuelapero tena marido.

    Fue la noche de Santiagoy casi por compromiso

    se apagaron las farolasy se encendieron los grillos.

    Se puede intentar, si dominamos un idioma extranjero,hacer una traduccin. Qu difcil. No parece que a medida que nosalejamos de la trascripcin literal se abren ms vas alternativas de

    expresin para recrear los sentimientos que el original puede provo-car en nosotros? Y cmo elegir la mejor? Y cul es la mejor?Existe un criterio objetivo para saberlo? Obviamente no es el tra-yecto que va desde las formas lingsticas (palabra, frase, verso)hacia los significados impuestos por la gramtica (menudas inco-rrecciones! en el Romance Somnmbulo), pero tampoco el trayectoque va desde las formas lingsticas hacia los significados proceden-tes de los escenarios de interaccin: Cul es el escenario? El esce-nario descrito de una seduccin a las orillas del ro? O el escenarioen el que un poeta escribe, recita, o vende y/o regala, ya editado, su poema? Para dar respuesta cabal a estas preguntas, vamos con elsiguiente apartado.

    b. Texto y contexto enla comunicacin

    Es obvio que si una forma concreta compuesta segn losusos de una lengua, posee ms de una alternativa para responder auna situacin, esto obliga a admitir que dicha forma es intencional:es decir, que depende de cul sea la finalidad o el objetivo que justi-fica haberla elegido entre todas formas posibles. Ahora bien, esto noslleva directamente a reflexionar sobre la enorme importancia quepuede tener conocer cul es la tendencia (entendida como finalidad)que persigue toda comunicacin aun antes de que sta se manifieste.Supongamos que toda significacin se establece por la relacin entreuna expresin y un contenido, aunque la expresin sea lo nico fsi-camente tangible, exterior a los organismos de los hablantes y no elcontenido, que es una representacin que se activa en la mente decada uno. Pues bien, esa relacin en la tradicin lingstico-semitica se establece sobre dos planos: un plano denotativo y unplano connotativo. El plano denotativo se establece por la eleccin

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    exclusiva de una sola relacin entre una expresin y un contenido, enfuncin de un solo objetivo o finalidad concreta. Mientras que elplano connotativo se establece por toda una serie de alternativas queuna cultura va acumulando a medida que asocia la misma expresincon diferentes contenidos y diferentes finalidades contextuales. Porejemplo, el primer verso del Romance sonmbulo de Lorca, citado

    antes, Verde que te quiero verde, en tanto que una forma de expre-sin, pudo haber sido compuesta antes de que lo hiciera Lorca, perono se sabe. Pasados los aos, se hace clebre y puede alternativa-mente traerse a colacin tanto para referirse al poema de Lorca,como para referirse a otras muchas cosas aprovechando su fuerzaexpresiva; si haces una bsqueda en www.google.com escribiendoesas palabras del verso, encontrars que sirven tanto para identificarorganizaciones ecologistas que se hacen llamar de esta forma, comoempresas de alimentos naturales, como para referirse al ttulo de unespectculo, como para ubicar un juego de lenguaje, etc. siemprehaciendo coincidir el adjetivo verde con aquellas referencias cultura-les que arrastra: lo natural, el medio ambiente, etc., pero tambin elhumor relacionado con el sexo. Ms an, dado un contexto comuni-

    cativo como el que aqu estamos construyendo contigo, lector, estaforma expresiva resulta el objeto de nuestra reflexin, etc.

    Los diccionarios lxicos tratan de inventariar lo ms ex-haustivamente posible el conjunto de relaciones que pueden estable-cerse entre una expresin y un contenido, y los diccionarios histri-cos de la lengua incluso pretenden inventariar los textos literariosdonde las palabras aparecen en secuencias textuales, pero no existediccionario posible capaz de inventariar las finalidades u objetivoscomunicativos ligados a los contextos en los cuales un texto es tradoa colacin. Esta imposibilidad es debida a que en los procesos co-municativos el limite o la tendencia de significacin de los textos omensajes no se cierra en el mensaje, el texto, o forma expresiva, sinoen la relacin que los hablantes mantienen, no slo con los textos,sino tambin la que mantienen entre s y fundamentalmente con lareferencia de stos, es decir, con las representaciones mentales pre-vias que los textos pueden activar y frente a las cuales el texto aadeuna parte de los datos, pero no su totalidad; y obviamente cadacual, emisor y receptor, elabora su propia representacin como con-secuencia de la situacin, en la que adems confluyen las experien-cias personales y la cultura de grupo, con sus normas, hbitos dehabla, etc.

    c. El caso de My fairlady: el habla y la san-cin social

    Seguramente se puede recordar en el cine, o en la TV, laobra teatral de George Bernard Shaw "Pygmalion", o la pelcula deGeorge Cukor My fair lady, con guin dramtico basado en aquella.

    En esta historia se relata, con una irona muy divertida, cmo unajoven es sometida a una educacin lingstica que persigue transfor-mar su habla habitual y caracterstica de los bajos fondos de Lon-dres (grupos de mendigos, truhanes, buhoneros, estibadores, etc.), enel habla peculiar de las reuniones y de losparty de la alta sociedad.Las aventuras que all se relatan ponen de manifiesto cmo las for-mas de habla, con relativa independencia de los conocimientos ad-quiridos que se pueden traer a colacin en la conversacin, juegan elmismo papel que el vestuario y los complementos que nos ayudan adisfrazarnos en personajes de la vida social.

    Esta ya no es una consecuencia de los contextos, ni de lapragmtica de las situaciones asociables a la lengua, sino que es otrade las manifestaciones de las influencias sociales externas adheridas

    a la lengua mientras sta est viva. Sin el habla, o mejor, sin hablas peculiares y caractersticas de los grupos humanos, las lenguas no

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    cambian y mueren: y para vivir y reproducirse en las comunidadeshumanas la lengua termina, gracias al habla, por servirle a loshablantes mecanismos, que aunque son propios de la lengua, cum-plen los mismos cometidos que los elementos de vestuario, maquilla-je, disfraz, con que expresar los rasgos de los personajes con quenos gusta ser reconocidos.

    3. La expresin y sus valoressociales y cognitivos

    Como hemos ido viendo y comentando en los apartados quepreceden, el lenguaje, la lengua y el habla constituyen capacidades,habilidades y destrezas no slo adquiridas a travs de las interaccio-nes comunicativas, sino que les brindan a stas interacciones oportu-nidades de enriquecerse, desarrollarse y reproducirse que, de no serpor la mediacin de la Lengua, permaneceran limitadas al juego deestmulos y respuestas conductuales propia de especies inferiores. Lacomunicacin es mediadora del lenguaje y el lenguaje es tambinmediador de la comunicacin.

    Ahora bien, al igual que la comunicacin, el lenguaje, lalengua y el habla son mediadores y mediados por las formas cultura-les de produccin social de bienes y servicios; son mediadores ymediados tambin por las formas culturales de pensar, reconocerse as mismos, reconocer al entorno, es decir, por las formas culturalesde conocer; son mediadores y mediados, igualmente, por el capitalde recursos propios de los que dispone nuestro cuerpo y nuestraforma corporal de cuidarlo, desarrollarlo, etc.; y, finalmente, sonmediadores y mediados por los trayectos vitales recorridos de esce-nario en escenario sociales, donde la cultura marca de manera bas-tante exhaustiva el juego de la relacin humana

    Vemoslo punto por punto para terminar.

    a. Valor social de losrecursos expresivos:las mercancas de tex-tos y narraciones

    Las formas culturales de produccin social de bienes y ser-vicios, que comprenden tanto las tcnicas de produccin, como las

    estructuras de propiedad para medios, trabajo e intercambio de losbienes y servicios producidos, imponen condiciones nada desprecia- bles al uso de textos y expresiones comunicativas. El derecho ahablar, la obligacin de callar y obedecer, el poder para imponersocialmente la vigencia de las propias expresiones hacindolas escri-bir y distribuir, etc., no se reparti por igual en ninguna de las socie-dades conocidas. Cmo no reconocer la diferente suerte que en cadasociedad histrica han corrido, por ejemplo, aquellos textos gracias alos cuales se impone el poder, se dicta la ley, o se trasmiten lascreencias que sostienen la cohesin social? De hecho, los primerostextos que se conocen fueron leyes y escrituras de propiedad. Fueronestas urgencias de perennidad las que dieron lugar a las primerastcnicas de escritura conocidas, las cuales permitieron gestionar el

    saber comunitario acumulndolo, guardndolo, ordenndolo, trans- portndolo de una parte a otra.., Primero el dibujo y la escrituraideogrfica, ms tarde la escritura alfabtica, fueron las primerastcnicas que pudieron desbordar los lmites de la comunicacin caraa cara, de la comunicacin oral, que siempre requera, para ser efec-tiva, de la simultaneidad temporal (y no demasiado alejada en elespacio) de ambos interlocutores. Pero slo el ms fuerte poda im-poner su voluntad de perennidad.

    A aquellas primitivas tcnicas de la escritura en muros, l- pidas, arcilla, papiro, papel, etc., realizadas con las manos (y lasayudas de buriles, pinceles, tintas, etc.) vino a desbordarlas siglosms tarde le tecnologa de la imprenta, potenciando las copias de los

    documentos que, en gran nmero, podan ser distribuidos entre au-diencias cada vez mayores. Y cual fue el primer libro impreso enOccidente? La Biblia. Ahora bien, habra sido posible la Revolu-

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    cin Francesa sin la imprenta?

    Cuando mucho tiempo ms tarde, gracias al telgrafo, sesuperaron los lmites que el transporte de mercancas haca posiblepara distribuir mensajes rpidamente y a grandes distancias, lleg lasegunda revolucin tecnolgica que, tras la imprenta, vino a desbor-dar los lmites de la comunicacin con la distribucin instantnea de

    informacin: pero sta, curiosamente, para lo primero que sirvi fuepara ganar tiempo en transacciones burstiles.

    Luego vendran la radio y el telfono para mensajes sono-ros, y la televisin para los audiovisuales..., momento histrico enque la produccin industrial de servicios de comunicacin se con-vierte no slo en uno de los sectores econmicos de mayor pujanza,como es el sector de los Medios de Comunicacin Social, sino quees a travs de ellos donde se juega la construccin social de la reali-dad...

    Finalmente, y tras la tercera revolucin tecnolgica encar-nada por la computacin informtica de documentos, llegara Inter-net haciendo posible la instantaneidad y la ubicuidad entre masas deinterlocutores... Cul ser su efecto a escala histrica? Quizs esdemasiado pronto para aventurarlo

    Indudablemente, el valor social de los recursos expresivosde la lengua, tras la segunda mitad del siglo pasado, que es cuando laproduccin distribucin y consumo de servicios de comunicacin haconocido su definitiva industrializacin, se ha transmutado en mer-canca; de la lengua y de sus formas de habla, se retiene como valordominante su rendimiento econmico: si es barata en los procesos deproduccin, si es rentable por su demanda econmica y si sus cotasde mercado, tanto para ser aprendida, como para ser utilizada en lastransacciones econmicas, negociaciones polticas y en los discursosideolgicos, se encuentran en expansin. La globalizacin, por

    otra parte, ha hecho que hoy, como nunca, hayan cobrado su mayorauge y su mayor urgencia los servicios de traduccin: on line, auto-mtica, simultnea, de interpretacin, etc. etc.

    b. Valor cognitivo delos recursos expresi-vos: el lenguaje del

    pensamiento

    Las formas culturales de pensar, reconocerse a s mismos,reconocer al entorno tienen su trasunto, como no puede ser menos,en la lengua. Tanto en las virtualidades expresivas que esta brinda alos hablantes, como en las destrezas que con su lengua materna elindividuo puede desarrollar al reflexionar, pensar, proyectar susinquietudes, emociones, sentimientos, etc.

    Es de sobra conocido, incluso entre quienes comienzan a es-tudiar antropologa cultural, que las lenguas esquimales, careciendo

    de trminos capaces de matizar los tonos de verdes y ocres, abundanen nombres para discernir las gamas de los contrastes entre blanco ynegro; mientras que las lenguas por ejemplo mediterrneas, care-ciendo de nombres para discernir las gamas de los contrastes entreblanco y negro, abundan en trminos capaces de matizar los tonosde verdes y ocres. Esto no refleja ms que el valor cognitivo queprestan los recursos expresivos del lenguaje tanto al grupo como alindividuo.

    Disponer de un rico vocabulario, adquirir el hbito de laconversacin, del debate, dominar destrezas de redaccin e inclusoejercitarse en la declamacin e interpretacin en voz alta de textosteatrales, constituye un conjunto de recursos de gran valor educativoque desgraciadamente se conserva de forma desigual en las escuelas

    y que termina por marcar diferencias importantes en la formacin yen las oportunidades de xito social entre aquellos que lo han practi-

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    cado y los que no.

    El lenguaje del pensamiento acaba por convertirse en el ca-pital de mayor rendimiento de las estrategias de planificacin y anti-cipacin de acciones e interacciones sociales. Dice la sabidura popu-lar que si no piensas lo que haces, acabas por hacer lo que no pien-sas Y cmo pensar sin formular enunciados, sin usar el lengua-

    je? La deliberacin, la duda, la reflexin y el examen de las accionesno las provoca el pensamiento icnico (como el discurso onrico,el caracterstico de los sueos), sino el pensamiento lingstico. Noes verdad que una imagen valga mil palabras, sino que una palabravale mil imgenes, pues es capaz de representar tanto las cosas posi-bles como las imposibles Este es el valor cognitivo de la lengua.

    c. Valor expresivo delcuerpo, la voz, el es-

    pacio, los objetos...

    El lenguaje, la lengua y el habla son mediadores y media-dos, igualmente, por el capital de recursos propios de los que disponenuestro cuerpo y nuestra forma corporal de cuidarlo, presentarlo alos dems, desarrollarlo en sus movimientos, etc. El valor expresivodel cuerpo, de la voz, del movimiento en el espacio, del uso de losobjetossobre y con nuestro cuerpo (maquillajes, adornos, vestuario),es de antiguo puesto de relieve en el montaje escnico de rituales entodas las culturas, en los que siempre es necesario hacer visibles losrasgos que diferencian a los personajes, rasgos que, sin embargo, hantenido su origen en textos y narraciones, por tanto, a travs de lalengua. Si la lengua y el habla sealan, por ejemplo, como valien-te, a un personaje heroico, la urgencia ser hacer visible lo que noes sino una caracterstica abstracta del lenguaje: hay que hacerlavisible! Los mitos se expresan por narraciones, pero se ejercitan, seejecutan, por rituales. Y los rituales son puestas en escena dondese visualizan personajes que ejecutan acciones en el espacio y sesirven de objetos.

    Los ritos, a su vez, sirven no slo a ejercitar los mitos y

    creencias, sino tambin a mostrarlos, a ensearlos, a facilitar elaprendizaje y transmisin popular de los mitos y creencias. Por eso,terminan por necesitar puestas en escena cuyos efectos sean slorepresentados, pero no ejecutados con sus consecuencias realessobre los personajes que asumen sus papeles narrativos. Y surge elteatro. En un rito de boda, los personajes que ejecutan sus papeles decontrayentes, entran solteros y salen casados, han cambiado denaturaleza social; pero en una representacin teatral, no: los actoresque hacen de contrayentes no cambian de naturaleza social tras surepresentacin.

    Pero si el teatro aparece en todas las culturas a medida quese necesitan ensear los mitos y narraciones fundantes de la cohesin

    social, tambin acaba por brindar la oportunidad de la puesta enescena a cualquier texto narrativo: las primeras obras literarias apa-recidas en todas las lenguas naturales (cuyo gnero es la pica) fue-ron escritas para ser declamadas en pblico y ms tarde representa-das en escena.

    Y hoy da, qu decir, que no sea de todos conocido, sobreel auge de las ms variadas puestas en escena de narraciones, habidacuenta del incremento productivo del cine, y de ste a travs deltelevisor? O qu decir del auge adquirido por las destrezas ejercita-das por conseguir disciplinar el cuerpo, la voz, el movimiento, etc.de forma que se consiga representar al propio personaje hacindo-lo creble? Directores de Instituciones y Organizaciones, represen-tantes polticos y portavoces, habida cuenta de la importancia escni-

    ca de los Medios de Comunicacin, ya han asumido ejercitarse enestas disciplinas del lenguaje corporal.

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    d. Valor expresivo delas situaciones: ritua-les, protocolos y jue-gos de la relacin.

    El ceremonial, como se acaba de indicar, puede definirsecomo la puesta en escena socialmente legitimada de interaccionescomunicativas, es decir, de intercambios de expresiones o mensajesque, en los interlocutores que participan, pero tambin en los que loscontemplan, activan representaciones mentales (o sea, significados oreferencias). Es por consiguiente ante todo una forma social de pro-

    ceder que atae tanto a una comunicacin que se establece entreinterlocutores socialmente vlidos, como ante un pblico espectadorque la contempla o la ve.

    En cualquier ceremonial, pues, al igual que en el teatro, hay,primero, una interaccin entre los propios actores que escenifican unrelato, y, segundo, otra interaccin expresiva entre el autor (o auto-res) que disean y hacen ejecutar la puesta en escena, y el pblicoasistente al espectculo que activa en su mente representaciones queel autor pretende inducir con la obra. Pero a diferencia de lo queocurre en el teatro, la interaccin que se pone en escena en los ritua-les socialmente vigentes en una cultura (por ejemplo, una boda), y enlos ceremoniales reconocidos institucionalmente como vlidos (por

    ejemplo, el procedimiento oficiado por el edil municipal, los contra-yentes y los testigos), no es ficticia, sus efectos son reales y com-prometen la vida de las personas e instituciones ciudadanas que sesirven de ellos para hacer pblicos los compromisos contrados,tanto ante los pblicos que los contemplan, como ante la sociedadque reconoce la ceremonia como vlida.

    Pero hay tambin otra diferencia entre lo que es un rito y unceremonial. Por ejemplo, las reglas que ordenan una competicindeportiva forman parte de un universo ritual por el que socialmentese sanciona al ganador y al derrotado que, respetndolas, han compe-tido. Pero si la competicin, adems, se pone en escena ajustndose aunas reglas de procedimiento aadido (por ejemplo, presencia de jueces y fedatarios oficiales para homologar los resultados de lacompeticin), entonces la aplicacin y respeto a estas reglas de pro-cedimiento, aadidas a las propias del reglamento del juego, consti-tuyen ya un ceremonial. Si el procedimiento para la homologacinde una prueba se ha respetado, las marcas resultan socialmente vli-das (es decir, reconocidas y reconocibles) para otorgar el derecho alpremio, cualquiera que sea ste una copa o un puesto en la jerarquade vencedores, etc., y ese derecho incluso puede hacerse valer antelos tribunales, que tendrn que juzgar si la competicin no slo se haajustado a sus propias reglas vigentes, sino tambin a las dictadaspor el procedimiento oficial de celebracin.

    Diferentes culturas o comunidades humanas pueden com-partir ritos (los antroplogos los clasifican segn determinadas cate-

    goras de los efectos sociales que por ellos se legitiman, por ejemplolos ritos de pasaje para reconocer el paso de individuos, desde unstatus a otro); pero los ceremoniales, o puesta en escena de losrituales, pueden variar de una cultura a otra, de un grupo humano aotro, de una poca histrica a otra, etc. Los rituales son modelos quedescubren los investigadores para comprender cmo en los diferentes pueblos, se establecen combinatorias lgicas para asociar rasgosdiversos relativos a acciones significantes con rasgos integradosen representaciones o significados distintos. Los ceremoniales, porel contrario, son sistemas que regulan el uso, para su puesta enescena, de acciones significantes y representaciones significadas, alobjeto de que en una comunidad humana concreta se puedan compo-ner relatos o textos ceremoniales. Por su parte, el protocolo se

    asemejara al conjunto de reglas ortogrficas y estilsticas de la co-rrecta presentacin escnica de los ceremoniales. Podra, pues, afir-

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    marse, que si los ritos corresponden al nivel saussuriano de lengua-je, los ceremoniales se corresponderan con el nivel de la lengua,y el protocolo con el nivel de habla, pero adems, no para demos-trar diferencias, sino para establecer criterios normativos asociados avalores sociales de excelencia, reputabilidad, imagen corporativa. Endefinitiva, es por la puesta en escena de los ceremoniales por la que

    la imagen de las instituciones que se sirven de ellos, logra destacarde manera positiva.

    Si seguimos, pues, tomando como referencia la competenciahumana para comunicarse explicada en este artculo, enseguida seadvertir que en el habla se aplican de forma concreta y contingente,no slo reglas procedentes de la lengua y de las destrezas lgicassuperiores del lenguaje, sino tambin normas sociales que ataen alcontexto en que se produce la interaccin entre los interlocutores(por ejemplo, disposicin espacial y temporal de los turnos de pala-bra, actitudes condicionadas por el rango diferente o similar de loshablantes) y tambin creencias y representaciones mentales previassobre la situacin, el lugar, los personajes, el tema, los datos particu-lares y las expectativas por las que discurre la conversacin o contac-to comunicativo.

    Si se pretende llegar a entender cmo se articulan todas es-tas regulaciones hasta conseguir darle sentido unitario a la comuni-cacin no pueden pasarse por alto el valor expresivo de las situacio-nes (rituales, protocolos y juegos de la relacin) que marcan en lti-mo trmino el sentido de los textos y discursos integrados en ellas.