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Subvencionado por: Compendio básico de guías, pautas y buenas prácticas para el desarrollo de un sistema de gestión de riesgos en el transporte de cargas y viajeros por carretera Diciembre 2013

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Subvencionado por:

Compendio básico de guías, pautas y

buenas prácticas para el desarrollo de un

sistema de gestión de riesgos en el

transporte de cargas y viajeros por

carretera

Diciembre 2013

P á g i n a | 1

Edita:

Confederación Regional de Organizaciones Empresariales de Murcia (CROEM)

Subvencionado por:

Región de Murcia

Consejería de Educación, Universidades y Empleo

Dirección General de Trabajo

Instituto de Seguridad y Salud Laboral

Autor:

Dr. Francisco Toledo Castillo

Con la colaboración de:

P á g i n a | 2

ÍNDICE DE CONTENIDO

Prólogo

1. CAPÍTULO 1. Liderazgo y administración. Pág. 6

2. CAPÍTULO 2. Evaluación de los riesgos en el transporte por carretera. Pág. 19

3. CAPÍTULO 3. Formación y entrenamiento continuo. Pág. 28

4. CAPÍTULO 4. Proceso de toma de decisiones y modelos generales explicativos del

comportamiento. Pág. 40

5. CAPÍTULO 5. Selección y contratación de conductores profesionales. Pág. 85

6. CAPÍTULO 6. Contratación del transporte. Pág. 90

7. CAPÍTULO 7. Reuniones de grupo. Pág. 97

8. CAPÍTULO 8. Inspecciones planeadas y mantenimiento preventivo. Pág. 102

9. CAPÍTULO 9. Equipos de protección individual y ropa de trabajo. Pág. 129

10. CAPÍTULO 10. Control y vigilancia de la salud. Pág. 142

11. CAPÍTULO 11. Procedimientos operativos. Pág. 148

12. CAPÍTULO 12. Normas de trabajo. Pág. 158

13. CAPÍTULO 13. Plan de emergencia y contingencia en el transporte. Pág. 170

14. CAPÍTULO 14. Investigación, análisis y comunicación de accidentes e incidentes. Pág.180

15. CAPÍTULO 15. Modelo de un Plan estratégico de seguridad en el transporte de viajeros.

Pág. 199

16. CAPÍTULO 16. Especificaciones técnicas de seguridad para vehículos pesados. Pág. 206

Glosario / Bibliografía

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PRÓLOGO

El transporte de cargas y pasajeros por carretera es una actividad profesional

compleja, que en nuestro país ha tenido en los últimos tiempos un desarrollo

creciente. La mejora de la actividad socio económica ha hecho que los kilómetros

recorridos y el movimiento de mercadería y pasajeros en las distintas modalidades

de transporte se haya incrementado fuertemente.

Esto conlleva que las autoridades ejerzan una estrecha vigilancia para controlar

el cumplimiento de las normas legales que la afectan o regulan su dinámica y,

además, los gerentes se ven enfrentados a clientes y el resto de los intervinientes

en la cadena logística cada vez con mayores exigencias. Todo ello llevado a cabo

por trabajadores que se desenvuelven en un entorno y contexto laboral muy

exigente, como ser el nivel de horas de dedicación, y en el que el conductor,

personaje imprescindible en esta actividad, al igual que los pasajeros y la carga,

están casi en permanente exposición al riesgo de alta probabilidad de sufrir un

siniestro de imprevisibles consecuencias.

El sector del transporte de cargas y pasajeros por carretera lo componen

muchos empresarios autónomos, muchas micro y pequeñas empresas, bastantes

medianas, pocas grandes, y aún menos muy grandes. Además, la actividad del

transporte se lleva a cabo en múltiples entornos geográficos; reparto en áreas

urbanas e interurbanas, distribución nacional, transporte internacional, etc., siendo

variadísima la naturaleza de lo transportado; pasajeros, animales vivos, encomienda

fraccionada, carga única, transportes especiales, transporte forestal, de mercancías

peligrosas, transporte combinado, etc. y mientras unos empleados sólo conducen,

otros cargan y/o descargan, y en más ocasiones de las deseadas el mismo carga,

conduce y descarga.

A pesar del gran esfuerzo de las distintas gremiales -que nos apresuramos a

reconocer- la atomización del sector y variedad de trabajos hace difícil que el

transporte por carretera, como sector, avance de manera uniforme y en una única

dirección para el logro de objetivos comunes como, sin duda, lo son una mayor

Profesionalización, incremento de los niveles de calidad en atención al cliente,

mejores niveles de prevención de riesgos laborales (seguridad), y más eficiencia.

Siendo estos los aspectos centrales que se tratan en este Compendio básico.

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Cualquier cifra de víctimas mortales o incapacitantes por accidentes es

inaceptable, aunque siempre y en cualquier lugar habrá quienes la estimen baja en

relación a la magnitud de la actividad. Sin embargo, no habrá desacuerdo al

considerar el costo económico de los accidentes como una pesada carga para el

sector que lastra los beneficios de muchas empresas. Lo cierto es que el sector debe

reaccionar en materia de prevención de riesgos laborales por la pérdida de vidas, el

ilimitado sufrimiento, y las tremendas pérdidas económicas, poniendo en riesgo la

sustentabilidad de las empresas.

En contacto con empresas del sector del transporte por carretera, vemos que

muchas realizan una eficaz gestión de prevención de accidentes, aunque su número

resulte muy inferior a las que lo gestionan de manera irrelevante. En estas últimas,

los fallos más habituales son:

No han efectuado una rigurosa y sistemática identificación y evaluación de los

riesgos en los puestos de trabajo.

Se carece de un sistema de gestión de prevención de riesgos laborales. En

ocasiones se realiza una gestión incompleta, basada más en la intuición.

Selección de personal sin el adecuado estudio de perfil para la tarea.

Al no disponer de un sistema de gestión también carecen de una herramienta

eficaz de investigación de accidentes e incidentes.

La cultura de seguridad corporativa es inexistente o muy débil.

El máximo responsable actúa como “el jefe”, raramente como un líder visible

y creíble.

Se carece de un Plan de Formación y Entrenamiento para todos los

empleados. Puede impartirse formación “oportunista”, pero con la creencia

que la inversión en capacitación es un gasto.

Las vías de comunicación bidireccional entre dirección y trabajadores apenas

existen. Las opiniones/ideas de los trabajadores en materia preventiva no son

escuchadas.

En muchos casos, se sigue prestando más atención y mantenimiento a la

máquina que a la persona.

Así mismo, en esos contactos, se observa la dificultad que muchos empresarios

y/o gerentes tienen para acceder a sistemas o herramientas de gestión de los

riesgos de la actividad del transporte por carretera.

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Para combatir esa dificultad la Confederación Regional de Organizaciones

Empresariales de Murcia –CROEM- ha procedido a desarrollar este Compendio

básico de guías, pautas y buenas prácticas para el desarrollo de un sistema de

gestión de riesgos en el transporte de cargas y viajeros por carretera, referente para

reducir la accidentalidad y minimizar sus pérdidas económicas.

El objetivo principal, pero no único, del Compendio es “facilitar” el diseño,

desarrollo y aplicación de un sistema de gestión de los riesgos en el transporte por

carretera. Y se entrecomilla el verbo “facilitar” para enfatizar y confirmar que es el

empresario quien, tras solicitar y recibir asesoramiento sobre esta materia,

finalmente decide el sistema y nivel de gestión que aplicará en la empresa de la que

es legal y estatutariamente responsable.

Su contenido es de indudable valor científico, ya que cubre una serie de

necesidades insatisfechas en este medio y que puede ser utilizado como referente

de consulta o para la aplicación directa de una parte o del todo como sistema de

gestión. Ayudará a la creación y/o consolidación de una cultura de seguridad a

través del compromiso y visibilidad de la dirección frente a sus empleados. Sin una

sólida cultura de seguridad conocida, aceptada y seguida por todos, ningún

programa, entrenamiento, instrucción, etc. podrá permanecer el tiempo suficiente

entre los empleados para alcanzar los beneficios buscados. Y lo que es más

importante dotar a la sociedad de un servicio Profesional, mejor y más seguro.

Por último quisiera expresar mi más sincera gratitud al Profesor Francisco

Toledo Castillo por su profesionalidad y entrega.

José María Albarracín Gil

Presidente de Croem

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CAPÍTULO 1. LIDERAZGO Y ADMINISTRACIÓN

1. INTRODUCCIÓN

El diseño, desarrollo, aplicación y mantenimiento de un Sistema de Gestión de los

Riesgos en el Transporte por Carretera, en adelante SGRTC, resulta esencial para que el

empresario lleve a cabo una eficiente prevención de los riesgos laborales específicos del

transporte por carretera, a fin de reducir los accidentes e incidentes, minimizar las

pérdidas económicas accidentales, garantizar un buen servicio a de cargas y pasajeros y

una mejora en las relaciones en el entorno laboral.

El empresario es el responsable último de:

Disponer, aplicar y mantener un SGRTC acorde a las singularidades de su

empresa y con el marco legal exigible y vigente en lo referente a la Seguridad.

Proporcionar los recursos de personal, económicos y técnicos necesarios para el

logro de lo anterior.

El empresario, con la participación del resto de la dirección, debe:

Ejercer un liderazgo activo, efectivo, visible y ejemplar en la gestión del SGRTC.

Establecer y mantener una sólida cultura de seguridad corporativa.

Gestionar y administrar eficazmente el SGRTC.

Formular las normas de responsabilidad y actuación para que puedan ser

entendidas, aceptadas y seguidas por todos los empleados implicados en la

actividad de transporte.

Integrar todos los sistemas de gestión en un único Sistema de Gestión Integrada

(IMS).

En el contexto de este manual se entenderá:

a) Transporte; como el conjunto de operaciones necesarias para la realización de las

tareas de carga, conducción del vehículo y descarga.

b) Seguridad; como concepto integrador de los aspectos de Prevención de Riesgos

Laborales, Salud Laboral, Protección Patrimonial y Protección Medioambiental.

c) Empleados; como concepto unificador de empleados propios, autónomos y

contratistas, sin distinción del tipo o duración del contrato.

No obstante; a lo mencionado en el punto a) anterior, la responsabilidad del

conductor en las operaciones de carga y descarga serán las que se fijen en el contrato

de transporte, siempre que no vayan en contrario a la normativa legal vigente aplicable.

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Como concepto general, el conductor debe evitar realizar tareas y/o tomar acciones

espontáneas y no planificadas por las que pudiera quedar implicado en

responsabilidades en caso de accidente o incidente.

No es del ámbito del SGRTC la prevención de los riesgos ajenos a la actividad del

transporte, salvo en los casos en los que la excepción queda expresamente mencionada.

2. POLÍTICA GENERAL DE SEGURIDAD. ANEXO 1.

La Política General de Seguridad debe establecer de forma clara y sin ambigüedades

los compromisos, principios y valores que el empresario asume para la protección de

todos y cada uno de sus empleados.

La Política debe hacer referencia a:

a) Cumplimiento de la legislación vigente y aplicable a los distintos aspectos de

Seguridad.

b) Empleados propios, autónomos y de contratistas.

c) En cualquier lugar donde trabaje para o en nombre de la empresa.

d) Para cualquier tarea que realice para o en nombre de la empresa.

e) Compromiso con la meta Hacia el Cero Accidentes.

La Política General de Seguridad debe:

Estar firmada por el ejecutivo de mayor nivel en la empresa y refrendada con la

firma del ejecutivo de mayor nivel de la instalación donde aplique. Será también

válida si es el gerente local quien firma la Política y el ejecutivo de mayor nivel

quien la refrenda. La firma de los otros directores de la empresa será una

confirmación explícita de su apoyo.

Ser dada a conocer a todos los empleados, sin excepción de jerarquía, tipo y

duración del contrato de trabajo.

3. COORDINADOR DEL SGRTC

La dirección debe nominar por escrito al Coordinador del SGRTC.

Esta función debe aparecer en el organigrama de la empresa y disponer de una

descripción detallada de tareas y responsabilidades específicas.

La función del coordinador puede desempeñarla a tiempo completo o parcial un

empleado propio con certificación, cualificación y experiencia acorde al cometido, a los

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objetivos a alcanzar y a las exigencias legales, o un experto externo a la empresa, en

cuyo caso la relación laboral debe quedar formalizada en un contrato escrito y firmado

con mención del ámbito de aplicación y el número de horas de prestación de servicio al

mes.

La dirección debe informar por escrito a todos los trabajadores de la designación e

identidad del coordinador.

La función del coordinador debe reunir, además de las tareas que le resulten

definidas por las normas legales vigentes, todas aquellas que le sean asignadas por la

dirección. No obstante lo anterior, el empresario y la dirección:

Mantendrán las responsabilidades que les correspondan frente a las autoridades.

Tomarán las decisiones propias de su autoridad y liderazgo.

El coordinador del SGRTC debe:

Depender directamente del director general o gerente.

Ocupar una posición “staff”, sin responsabilidades en la línea de mando de la

empresa.

Contar con los recursos de personal, económicos y técnicos suficientes para

desarrollar las tareas designadas.

Facilitar la comunicación bidireccional entre dirección y trabajadores.

Sus tareas deben al menos comprender:

Asesorar a la dirección sobre la legislación vigente aplicable a la actividad de

transporte.

Asesorar a la dirección sobre las políticas, normas, instrucciones, estándares,

planes de emergencia y protección, etc. a desarrollar y aplicar en la empresa.

Coordinar el diseño, desarrollo, aplicación y mantenimiento del SGRTC.

Participar en la investigación de accidentes e incidentes.

Asesorar sobre las medidas de control y/o eliminación de incidencias, recoger y

analizar las opiniones de los empleados, etc.

Participar con la dirección en la definición, establecimiento y seguimiento de

objetivos.

Estar presente en las auditorias legalmente requeridas.

Participar en las evaluaciones de certificación externas e internas, así como en la

definición de los planes de mejora que se deriven y en el desarrollo de las

acciones específicas designadas en los planes de mejora.

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4. ORGANIGRAMA DE LA EMPRESA

El empresario es el responsable de definir y mantener la organización preventiva,

así como de gestionar las responsabilidades que emergen de las normas legales

aplicables y vigentes para la actividad del transporte. Para lo anterior, podrá delegar

funciones y responsabilidades entre su línea de mando y supervisión.

El organigrama debe mostrar la estructura actualizada de la empresa, con la

identificación de al menos las siguientes funciones y niveles de dirección, mando y

supervisión:

Consejo de Administración.

Administrador, director o gerente.

Directores de departamento o con área de responsabilidad.

Responsable del Sistema de Gestión Integrada, o el Coordinador del SGRTC.

Jefe del Servicio de Prevención. En el caso de ser legalmente requerido.

Jefes de base. En empresas con centros de trabajo geográficamente dispersos.

Jefe de Operaciones y Tráfico.

Responsable Técnico (Compras y Mantenimiento de Flota).

Jefe de Emergencias.

Conductores, ayudantes y auxiliares diversos.

Es recomendable que junto a cada función se identifique a la persona que lo ocupa.

El organigrama debe estar fechado y firmado por el máximo ejecutivo de la

empresa.

5. DESCRIPCIÓN DE CADA PUESTO DE TRABAJO

Todas las funciones incluidas en el organigrama, desempeñadas por trabajador

propio o contratado, deben disponer de una descripción detallada de las tareas y

responsabilidades propias del puesto de trabajo. Estas descripciones deben:

Definir “quién hace qué”, y “cuándo debe hacerlo”, en lo referente a las

principales tareas y responsabilidades del puesto. La seguridad debe incluirse y

mencionarse.

Ser escuetas, pero claras.

Estar fechadas y firmadas por un director autorizado y el propio interesado.

Mantenerse actualizadas.

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Cada empleado debe disponer de una copia de la descripción de su puesto de

trabajo, una vez firmada y fechada.

6. PARTICIPACIÓN DE LA DIRECCIÓN

La eficacia del SGRTC dependerá, en gran medida, de la participación eficaz, activa y

visible de la dirección frente a los empleados.

Es responsabilidad de la dirección proporcionar un entorno de trabajo seguro, lo

que podrá lograr a través de la mejora constante de hábitos, comportamientos y

actitudes en los puestos de trabajo.

A continuación se indican cuatro acciones de ayuda para la dirección en el logro de

una gestión eficaz, activa y visible del SGRTC.

6.1. Visitas de Seguridad

Visita de Seguridad significa la actividad formal llevada a cabo por un director

durante el recorrido planeado por un centro de trabajo, instalación o dependencia

con el fin de demostrar a los empleados su apoyo al SGRTC y compromiso con la

seguridad.

El objetivo de las visitas de seguridad es la mejora de las actitudes, hábitos y

comportamientos de los empleados en sus puestos de trabajo. Los aspectos

técnicos del trabajo son motivo de las visitas de inspección que se tratan en el

punto 6.2.

Cada director debe realizar visitas de seguridad a las áreas de su

responsabilidad, y a cualquier otra que se le asigne, en el número y con la

frecuencia que se establezca en los objetivos anuales.

Con la realización de las visitas de seguridad, la dirección tendrá la oportunidad

de ampliar sus propios conocimientos sobre lo qué se hace, cómo se hace, si se

hace lo que se dice que se haga, identificar riesgos no controlados, comprobar la

eficacia de una medida o instrucción, la eficacia de la formación, etc.

Durante las visitas de seguridad podrá hablar de seguridad con empleados que

han sufrido un accidente, o recién incorporados a la empresa, o que han cambiado

de puesto de trabajo, o que realizan un trabajo o tarea crítica como por ejemplo

conducir un vehículo, o con cualquier otro empleado.

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6.2. Visitas de Inspección

Como en el punto 6.1. Visita de Inspección significa la actividad formal llevada a

cabo por un director durante un recorrido planeado a un centro de trabajo,

instalación o dependencia con el fin de demostrar a los empleados su apoyo al

SGRTC y compromiso con la seguridad.

Las visitas de inspección están orientadas a la inspección de elementos

materiales y se ayudan de un listado de inspección que permita verificar que lo

inspeccionado está conforme con la norma o, en caso de no conformidad, recoger la

incidencia con el fin de posteriormente determinar una acción correctora, identificar

la persona responsable de llevarla a cabo y la fecha en la que debe ser alcanzada.

Cada director debe realizar visitas de inspección, en número y frecuencia fijada

en los objetivos anuales, a las áreas de su responsabilidad y a cualquier otra que se

le asigne, y centrarse sobre; instalaciones, máquinas, útiles, herramientas, etc.;

puestos de trabajo donde se han producido accidentes; puesto de trabajo críticos o

peligrosos con problemas específicos de seguridad; puesto de trabajo en los se

haya producido cambios en el procedimiento operativo; etc.

6.3. Reuniones de dirección

La dirección debe reunirse al menos una vez al año a fin de llevar a cabo

revisiones formales de los procesos del SGRTC. Consultar el capítulo 7. Reuniones

de Grupo.

6.4. Reuniones de Grupo de Seguridad

El objetivo de las reuniones de grupo es tratar con los empleados los aspectos

relacionados con la Seguridad, las causas de los accidentes y/o incidentes, las

modificaciones o introducción de nuevas normas de trabajo, los cambios de

tecnología, etc. a través de un proceso de comunicación bidireccional entre

dirección y empleados.

Estas reuniones:

Aseguran que todos los empleados reciben el mismo mensaje.

Crean, amplían o consolidan un clima laboral positivo a través de la

participación e interacción del grupo.

Dan a todos los empleados la misma atención y participación.

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Los objetivos anuales deben fijar el número y frecuencia de celebración de estas

reuniones de grupo. A modo de referencia, un mínimo sería:

Director; una reunión anual con todos o la mayoría de los empleados.

Cada miembro de la dirección; una reunión cada tres meses.

Además, el director, a su requerimiento o cuando la importancia de los temas

de la agenda así lo requiera, tomará parte activa en al menos algunas de las

siguientes reuniones de grupo:

Del Comité de Seguridad.

Del Servicio de Prevención.

Con supervisores de primera línea.

Cualquier otro grupo de trabajo dedicado al análisis, control y solución de

problemas específicos.

El capítulo 7. Reuniones de Grupo, desarrolla con mayor profundidad este

punto.

7. OBJETIVOS ANUALES

La dirección, con la participación del Coordinador del SGRTC, debe fijar los

objetivos anuales de seguridad, tanto a nivel general de la empresa como a nivel

individual de cada unidad operativa.

Objetivo es cada acción identificada y que se debe desarrollar para reducir la

siniestralidad, reducir el consumo, mejorar la vigilancia de la salud, alcanzar un número,

etc. Sin embargo, deben evitarse objetivos numéricos que no identifique la acción

necesaria para alcanzar el número.

Los objetivos fijados deben ser: específicos, realistas, alcanzables, cuantificables,

verificables y con responsable asignado.

La dirección, para facilitar el logro individual de cada objetivo, debe:

Revisar, con periodicidad no superior a la trimestral, el nivel de desarrollo y la

eficacia de cada acción tomada para alcanzar el objetivo.

Tomar en cuenta los objetivos que individualmente debe alcanzar cada proveedor

como aportación a los objetivos globales de la empresa principal.

Entregar una copia de los objetivos a cada empleado involucrado, y a cada

proveedor de servicio de transporte afectado.

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Darlos a conocer con carácter general a todos los empleados, solicitándoles su

compromiso para alcanzarlos.

8. NEGATIVA A TRABAJAR EN CONDICIONES DE PELIGRO GRAVE E INMINENTE

El director debe asegurar que todos los empleados de la empresa son instruidos, y

que la instrucción es comprendida por todos, sobre la prohibición de realizar cualquier

tarea o trabajo que implique la exposición a un peligro grave e inminente para la

seguridad y/o la salud de cualquier empleado propio o contratado, o de un tercero que

pueda ser afectado por el desarrollo de las operaciones de la empresa.

La instrucción debe incluir:

a) La obligación de interrumpir el trabajo, e incluso el abandono del puesto de

trabajo, si el peligro de accidente es grave e inminente.

b) La obligación de que el empleado afectado informe de inmediato a su superior a

fin de buscar una medida de eliminación o control del peligro.

La dirección debe definir las normas internas y la formación de los empleados en lo

relativo a la identificación de las situaciones de condiciones de peligro grave e

inminente, la actuación, la comunicación inmediata a su inmediato superior, la

identificación de la medida de control o eliminación, la alerta a terceros, la evacuación

del lugar de trabajo, etc.

9. POLÍTICA DE SEGUROS

La empresa debe disponer y aplicar a todo transporte una política para la

contratación y mantenimiento de seguros, que al menos considere:

Que el seguro es adecuado al riesgo a cubrir.

Que cumple con los requerimientos legales.

Que satisface los requerimientos de los clientes.

Que las coberturas y el periodo de validez se mantienen actualizadas.

Que cubre las posibles reclamaciones por negligencias u omisiones.

Que cubre las pérdidas, derrames, daños, y consecuencias que pueda causar

daños al vehículo; lesiones, incapacidad o muerte del conductor; daño o pérdida

de mercancía, producto o sustancia transportada; derrames de líquidos;

responsabilidad Civil; daños causados al medioambiente; la propiedad; a terceras

personas; etc.

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10. RÉGIMEN DISCIPLINARIO Y ELOGIOS POR RECONOCIMIENTOS

10.1. Régimen disciplinario

La aplicación disciplinaria de las acciones u omisiones de los trabajadores con

ocasión de su trabajo, en conexión con éste o derivadas del mismo, que supongan

infracción de las obligaciones de todo de tipo que al trabajador le vienen impuestas

por el ordenamiento jurídico, los convenios colectivos y demás normas y pactos,

individuales o colectivos vienen sancionadas por el Régimen Disciplinario del

convenio sectorial aplicable.

El régimen disciplinario debe asegurar la igualdad de trato frente a las

violaciones e incumplimientos de las normas que hayan sido aprobadas por la

dirección y estén formalmente establecidas.

El régimen disciplinario debe detallar cuándo el infractor debe recibir el aviso

verbal, la amonestación escrita, la suspensión de empleo y sueldo por un tiempo

definido, la cancelación definitiva del contrato de trabajo y de la relación laboral, y

el plazo en el que la empresa procederá a eliminar las incidencias y registros.

La acción punitiva debe ser usada para desalentar las violaciones e

infracciones y corregir los comportamientos fuera de norma.

El empresario debe asegurar que el Régimen Disciplinario es conocido por

todos los empleados.

10.2. Elogios por reconocimientos

Los elogios por reconocimiento de un excelente trabajo, un comportamiento

ejemplar, el acatamiento de las normas, etc. deben ser también parte del SGRTC.

Un elogio podría reconocerse por medio de una nota escrita que deje

constancia en el expediente personal del empleado

Los elogios deben ser usados para reforzar el comportamiento de los

empleados que cumplen con las normas de seguridad aplicable al trabajo.

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ENFOQUES DE LA ACCIÓN DISCIPLINARIA

Enfoque negativo Enfoque positivo

Aviso verbal El supervisor de primera línea y el trabajador

discuten el problema en privado. El

supervisor enfatiza la importancia del

cumplimiento de las normas de seguridad, lo

que se debe hacer, y lo que se espera del

trabajador.

Amonestación escrita El supervisor de primera línea y el trabajador

revisan los hechos, discuten los factores de

trabajo, y acuerdan las acciones de

corrección. El director del área sigue y apoya

esta acción del supervisor con una nota

escrita al trabajador, resumiendo la discusión

y declarando el compromiso voluntario del

trabajador para cooperar

Suspensión de empleo y sueldo por un tiempo

definido

El director del área y el supervisor piden al

trabajador que reflexione sobre si desea

continuar trabajando para la compañía, lo

que significa que acepta el cumplimiento de

las normas de seguridad como condición de

empleo. El trabajador dispone de un día para

decidir.

Cancelación del contrato de trabajo y la

relación laboral

Despido y cancelación de la relación laboral.

11. LA GESTIÓN DEL CAMBIO (Management of Change)

Es responsabilidad del empresario fijar un proceso que analice y anticipe las

posibles consecuencias causadas por cualquier Cambio que se lleve a cabo en la

organización, en los equipos e instalaciones, o en el propio negocio, para asegurar que

el Cambio no incrementa el riesgo para las personas, la propiedad, el medio ambiente o

el desarrollo del negocio, y así prevenir la posibilidad de accidentes e incidentes.

En el contexto actual del transporte por carretera el mercado impone cada vez

mayor presión sobre la productividad y la eficiencia de las empresas lo que hace

inevitable que las empresas cambien, ya sea para reaccionar frente a las nuevas

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demandas del mercado, o para introducir nuevas estrategias de negocio que le permitan

posicionarme mejor que su competencia. Desde esta perspectiva, podemos considerar

al Cambio como “un proceso inevitable y natural tanto en el entorno como dentro de la

organización, que afecta en forma significativa las formas establecidas de

comportamiento, y que se ve dificultado principalmente por las estructuras

organizacionales y por las personas que trabajan dentro de ellas.”

En los procesos de Cambio uno de los mayores problemas, si no el mayor, a los que

el empresario debe hacer frente es la falta de comprensión o de conocimiento total o

parcial del tema a cambiar por parte de los empleados – no importa su nivel jerárquico

en la organización – siendo, esta falta de comprensión o conocimiento lo que hace

aparecer, en estas personas, un rechazo o aversión al Cambio, predisponiéndolas a no

cambiar, y a rechazar o dificultar la introducción y/o aplicación de las nuevas prácticas

de gestión.

Cuando no se gestiona el Cambio, o se hace de forma incorrecta, las consecuencias

para la organización podrían ser: desorientación, desorganización, confusión,

incertidumbre, estrés, trastorno, que a su vez podrán llegar a ser las causas de un

aumento de accidentes, incidentes, derroche, aumento de costes, ineficacia, etc.

En las empresas de transporte por carretera, la Gestión del Cambio debe aplicarse

en situaciones tales como: reorganización de la empresa, cambio de cliente,

introducción de nuevas normas de seguridad, mejora del servicio, mejora de la

orientación hacía el cliente, aumento de productividad, aumento de la calidad del

servicio, aumento de la seguridad, etc.

La aplicación del proceso para la Gestión del Cambio debe ser aceptada por toda la

dirección, no sólo en las fases de (re)definición de la misión, visión y organización, sino

también en la fase de ejecución de los cambios deseados

El empresario, durante el proceso de Gestión del Cambio, debe tratar

principalmente de tender lazos de comunicación eficiente entre las personas (desde el

director de mayor nivel hacia abajo) procurando la participación de todos ellos con el fin

de generar compromiso y cooperación para la consecución de las metas propuestas.

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12. REFERENCIA DOCUMENTAL Y CONTROL DE DOCUMENTOS

La empresa debe disponer de la normativa legal e interna vigente y aplicable.

La referencia documental, en papel y/o en formato digital dentro de un PC, debe

estar a disposición para libre consulta de todos los empleados y en todos los centros de

trabajo.

La referencia documental de la empresa debe, además, contener publicaciones de

regulaciones, códigos y estándares, buenas prácticas seguidas por la industria,

catálogos, revistas, manuales de mantenimiento, manuales de operaciones, etc.

La dirección y el coordinador del SGRTC deben promover entre el resto de

empleados la consulta de las referencias documentales, y prestar apoyo para el

entendimiento y comprensión en los temas en los que los empleados pudieran

manifestar dudas.

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ANEXO 1

POLÍTICA GENERAL DE SEGURIDAD

Toda persona que trabaja en (nombre de la empresa), donde quiera que sea, es

responsable del correcto desempeño de la tarea y de la Prevención de los Riesgos

Laborales, de la Salud, de la Protección Patrimonial y de la Protección Medioambiental.

Los buenos resultados de la empresa, así como la integridad de todas las personas que

trabajan con (nombre de la empresa) son críticos para nuestro éxito como empresa.

Dentro de nuestra actividad, (nombre de la empresa) tiene como objetivo ofrecer un

ambiente de trabajo seguro y saludable para sus empleados y los de sus contratistas,

así como proteger el patrimonio y el medio ambiente. Nuestras meta en Seguridad es;

ningún accidente, ninguna lesión a las personas, y ningún daño al medio ambiente.

En (nombre de la empresa) consideramos que todos los riesgos pueden ser

controlados, que todos los accidentes pueden ser evitados y que una buena gestión de

seguridad constituye no solo una obligación legal, sino también un deber moral y una

eficiente manera de conducir nuestro negocio. Reconocemos que ninguna actividad es

tan importante como para que no pueda ser hecha de forma segura.

Esperamos que todos los que trabajan con (nombre de la empresa) cumplan con las

normas internas de seguridad, actuando siempre de acuerdo con los principios de una

buena conducta sobre seguridad, las leyes y reglamentos aplicables a nuestra actividad.

Queda explícitamente prohibido el consumo o tenencia de alcohol o de cualquier tipo de

droga durante la jornada de trabajo.

Controlaremos la correcta aplicación de nuestra Política General de Seguridad

mediante la aplicación de normas e instrucciones adecuadas, la asignación de

responsabilidades, y la inclusión de objetivos periódicos y medibles orientados hacia la

mejora continua.

Confiamos en que todos los empleados se adhieran a nuestro compromiso con la

seguridad y que hagan de la prevención de accidentes una forma de vida.

Firma:

Fecha:

Nota: Esta muestra tiene únicamente un propósito de ilustración y guía y, aunque basado en un

modelo en uso, no se propone como ideal aplicable con carácter general a todas las empresas de

transporte.

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CAPÍTULO 2. EVALUACIÓN DE LOS RIESGOS EN EL TRANSPORTE POR

CARRETERA

1. INTRODUCCIÓN

Conducir es una actividad aislada y que conlleva riesgos, y más aún hacerlo con la

frecuencia y tiempo de exposición de los conductores profesionales a quienes se les ha

de proveer de medidas preventivas para la eliminación y control de los riesgos del

transporte por carretera.

Sin embargo, es frecuente comprobar que algunas de las medidas preventivas

facilitadas a los conductores para hacer frente a ciertos riesgos, o que los conductores

han aplicado directamente, no se ajustan a la magnitud real de tales riesgos. En estos

casos el riesgo subjetivo – el riesgo estimado por una persona – es menor que el riesgo

real, lo que aumenta la probabilidad de accidente.

El objetivo principal de cualquier sistema de prevención es eliminar los riesgos

laborales en su origen o posteriormente si lo primero no fue posible. Para esto segundo

habrá que identificarlos, evaluarlos, y finalmente fijar y priorizar las medidas que

permitan eliminarlos, y si esto no fuera posible al menos controlarlos y siempre

minimizarlos hasta un riesgo tolerable.

Lo anterior se consigue a través de la aplicación de la técnica analítica y sistemática

de evaluación de riesgos en el transporte por carretera que describe a continuación, que

constituye como una herramienta complementaria, nunca sustitutoria, a la norma de

evaluación de las instituciones oficiales que será de obligada aplicación por los servicios

de prevención de la empresa.

Si la aplicación de esta técnica propuesta identifica riesgos no evaluados, entonces

se debe:

a) Requerir al servicio de prevención la revisión urgente de la evaluación de los

riesgos en el puesto de trabajo de los conductores.

b) Si a) no fuera atendido, entonces utilizar esta técnica para evaluar los riesgos en

el puesto de trabajo de cada conductor.

P á g i n a | 20

2. OBJETIVO

Establecer un proceso continuo basado en una técnica analítica y sistemática,

alternativa o complementaria con la técnica oficial, para la evaluación de los riesgos

iníciales y las revisiones periódicas que permita identificar los peligros y los factores de

riesgo en el transporte por carretera, con el fin de eliminarlos, controlarlos o

minimizarlos, priorizando las medidas preventivas a adoptar y estableciendo los

oportunos medios de control.

3. ALCANCE

El procedimiento debe considerar inicial y periódicamente todos los riesgos que

puedan ocasionar; muerte, lesiones y/o pérdida de salud en las personas, daños al

medio ambiente, daños a la propiedad, pérdida o deterioro o merma de la mercancía

transportada, fugas de gases y/o vapores, derrame de líquidos, o cualquier otra

consecuencia sobre las personas, los productos, las propiedades y el medio ambiente.

Quedan excluidos los riesgos que han sido totalmente eliminados, que han

desaparecido, por la adopción de medidas técnicas. Las medidas administrativas, por lo

general, controlan o reducen el riesgo, pero casi nunca lo hacen totalmente

desaparecer, quedando un riesgo latente a revisar.

4. RESPONSABILIDADES

Aunque las responsabilidades vienen marcadas por las normas legales aplicables a

la evaluación de los riesgos laborales, con carácter general el empresario es responsable

de asegurar que:

a) Se identifican y evalúan todos los riesgos laborales (exposiciones a pérdidas) con

origen en las tareas que los trabajadores llevan a cabo en sus puestos de trabajo.

La identificación y evaluación se efectuará en base:

Evaluación inicial y completa de todos los riesgos existentes en cada puesto

de trabajo.

Incorporación de nuevos proyectos, nuevas actividades o nuevas sustancias,

no contempladas por lo tanto en la evaluación inicial. La identificación y

evaluación debe emprender desde la misma fase de proyecto (Gestión del

Cambio).

Actualizaciones periódicas para evaluar nuevas condiciones de trabajo o

alteraciones en las existentes que representaron cambios significativos.

P á g i n a | 21

Revisión y actualización de las evaluaciones con ocasión de los daños para la

salud que se hayan producido por causa de un accidente y/o incidente.

Controles periódicos de la ejecución o estado de las medidas preventivas

tomadas para la eliminación o control de un riesgo identificado y evaluado.

b) Todos los trabajadores reciben la evaluación de su puesto de trabajo una vez

cumplimentada, firmada y fechada.

c) Las evaluaciones son efectuadas por órganos o personas con formación y

competencia adecuada, sean internos de la empresa o ajenos a la misma, pero de

acuerdo a lo requerido por ley para cada empresa.

d) Consulta a los trabajadores o a sus representantes legales sobre el método a

utilizar.

e) Disponer de un Plan de Preventivo que reúna las acciones adoptadas para el

control o la eliminación de los riesgos identificados, así como del desarrollo y

cumplimentación de las medidas incluidas en dicho Plan.

En el caso de los puestos de trabajo o trabajos/tareas/servicios contratados:

El responsable de realizar la evaluación de los riesgos corresponde a la empresa

contratada.

La empresa principal – la contratante – debe facilitar a la contratada la

información sobre los riesgos específicos del trabajo / tarea a los que puedan

verse expuestos los trabajadores por el hecho de realizar ese trabajo.

La empresa principal debe comprobar que la evaluación llevada a cabo por la

contratada se ha efectuado correctamente.

La dirección, supervisores, Coordinador del SGRTC, servicio de prevención,

empleados, etc. deben apoyar y colaborar durante la evaluación de los riesgos laborales.

5. DESARROLLO

La identificación y evaluación de las exposiciones a pérdidas debe examinar las

siguientes cuestiones: ¿cuáles son los riesgos?; ¿qué puede ir, suceder o salir mal?; ¿cuál

es la probabilidad de que algo vaya, suceda o salga mal?; ¿cuál es el impacto potencial

sobre las personas, las propiedades y el medio ambiente?; ¿qué medidas deberían o

podrían tomarse para reducir los riesgos identificados tanto como sea posible?

P á g i n a | 22

5.1. Esquema básico para la prevención de accidentes

La prevención de accidentes laborales se organizará de acuerdo a los siguientes

criterios:

a) Eliminar los riesgos en su origen. Esta debe ser la primera medida preventiva

a tomar.

b) Donde y cuando lo anterior no resulte posible se debe procede a identificar

los riesgos, así como a conocer cómo y dónde se generan.

c) Valorar la Magnitud del Riesgo, en función de la probabilidad de ocurrencia y

las consecuencias esperadas.

d) Control del riesgo. Conocida la Magnitud del Riesgo se deben adoptar

cuantas medidas sean necesarias para su eliminación. Cuando las medidas

adoptadas no logren la eliminación total del riesgo, se deben planificar

acciones preventivas de control o minimización del riesgo dentro de la

estructura del Plan de Prevención que constará de las siguientes cinco fases:

1. Planificación.

2. Desarrollo.

3. Aplicación.

4. Seguimiento.

5. Revisión de la acción preventiva.

5.2. Composición del equipo de trabajo para la evaluación de los riesgos

La evaluación de los riesgos laborales debe llevarla a cabo un equipo

multidisciplinar, flexible en su composición, en línea con lo requerido por las

normas legales aplicables, y que al menos incorpore a:

El Coordinador del SGRTC; responsable de presentar la propuesta de

evaluación a la aprobación o rechazo del director. El Coordinador siempre

formará parte del equipo.

Un miembro del Servicio de Prevención u órgano similar en la empresa.

Un miembro de la Unidad de Vigilancia de la Salud (de no estar ya incluido en

el Servicio de Prevención).

Un delegado de prevención, en representación de los trabajadores.

El trabajador que ocupe el puesto de trabajo a evaluar.

5.3. Metodología

La metodología a utilizar es un proceso estructurado que consta de las

siguientes fases:

P á g i n a | 23

5.3.1. Listar todas las ocupaciones y tareas críticas

Para identificar los riesgos asociados a cada tarea es necesario primero

listar todas las ocupaciones, y después identificar las tareas críticas en cada uno

de ellos.

Tarea crítica es toda aquella que requiere de un procedimiento operativo

para una segura y correcta ejecución.

Los listados de ocupaciones y tareas críticas deben anualmente ser

revisados y actualizados.

5.3.2. Identificar los riesgos

El proceso, de dos fases, debe identificar el mayor número posible de

riesgos:

a) Identificación objetiva

En esta fase se prescindirá de toda identificación subjetiva u opinión de

los componentes del equipo de trabajo, únicamente se considerarán las

mediciones directas para los factores de riesgo de los que se encarga la

higiene ambiental, y los informes escritos de las observaciones directas

realizadas por dirección, coordinador del SGRTC, mandos y supervisores.

En esta fase se debe también considerar los nuevos riesgos identificados

con motivo de la investigación de accidentes, incidentes, observaciones,

inspecciones, revisión de tareas críticas, nuevos o renovados

procedimientos operativos, etc.

b) Identificación subjetiva

Identificación de riesgos efectuada por los propios trabajadores sobre

sus condiciones de trabajo. Un delegado de prevención los habrá recogido

mediante el uso de cuestionarios, fichas, etc. cumplimentados por los

propios trabajadores. El Servicio de Prevención podrá aportar el mapa de

riesgos en caso de estar disponible, tanto como las evaluaciones ya

existentes y que deban ser objeto de revisión.

5.3.3. Valorar la magnitud de cada riesgo

Análisis probabilístico para los riesgos existentes en cada puesto de

trabajo determinado en función del producto de los siguientes dos valores:

Magnitud del Riesgo = NC (nivel de consecuencias) X NE (nivel de exposición)

P á g i n a | 24

a) El Nivel de Consecuencias (NC) que puede causar ese peligro en forma

de daño para el trabajador, sustancias, productos, equipos,

instalaciones, edificios, etc. Para determinar el nivel se considerará el

siguiente cuadro:

Nivel de

Consecuencias

NC Daños personales Daños materiales

Extremadamente

grave

100 1muerto o más Destrucción total

(difícil renovarlo)

Muy grave 60 Lesiones graves que pueden ser

irrecuperables; sorderas, amputaciones,

fracturas mayores, asma, enfermedades

que conducen a una incapacidad, lesiones

múltiples, cáncer y enfermedades que

acorten severamente la vida.

Destrucción parcial

(reparación costosa

y compleja)

Grave 25 Lesiones con baja laboral; cortes,

quemaduras, conmociones, torceduras,

luxaciones, fracturas, dermatitis, trastornos

musculo-esquelético.

Para reparar hay

que parar el

proceso

Leve 10 Pequeñas lesiones que no requieren

hospitalización; cortes, magulladuras

pequeñas, irritación de ojos, dolor de

cabeza, irritaciones en la piel, etc.

Reparable sin

necesidad de parar

la actividad

Siempre se debe tomar el mayor Nivel de Consecuencia de entre los

probables.

El equipo encargado de evaluar los riesgos podrá tomar otros valores

para NC.

b) Una vez determinada la gravedad, habrá que preguntarse por el Nivel

de Exposición (NE), para lo que se considerará la siguiente tabla:

P á g i n a | 25

Nivel de

Exposición

NE Significado

Continuada 4 Continuadamente. Varias veces en su jornada laboral con tiempo

prolongado

Frecuente 3 Varias veces en su jornada laboral, aunque sea con tiempos cortos

Ocasional 2 Alguna vez en su jornada laboral y con periodo corto de tiempo

Esporádica 1 En raras ocasiones, irregularmente

El equipo encargado de evaluar los riesgos podrá tomar otros valores para

NE.

c) Una vez conocida la Magnitud del Riesgo (NC x NE) se deben analizar

las normas, instrucciones, etc. ya aplicadas para controlar el riesgo y,

según la tabla de más abajo, determinar el Nivel de Deficiencia (ND), lo

que nos permitirá conocer;

La magnitud de la vinculación que se puede esperar entre el riesgo

evaluado y su relación causal directa con el posible accidente.

La prioridad de corrección de los riesgos detectados.

Para determinar el ND se deberá considerar la siguiente tabla:

Nivel de

Deficiencia ND Significado

Muy deficiente 10 Se han detectado factores de riesgo significativos que determinan

como muy posible la generación de fallos. El conjunto de medidas

preventivas existentes respecto al riesgo resulta ineficaz.

Deficiente 6 Se ha detectado algún factor de riesgo que precisa ser corregido.

La eficacia del conjunto de medidas preventivas existentes se ve

reducida de forma apreciable.

Mejorable 2 Se han detectado factores de riesgo de menor importancia. La

eficacia del conjunto de medidas preventivas existentes respecto

al riesgo no se ve reducida de forma apreciable.

Aceptable 0 No se ha detectado anomalía destacable alguna. El riesgo está

controlado.

P á g i n a | 26

d) La Prioridad de la Corrección del riesgo (PR) se calcula a partir de la

siguiente fórmula: Prioridad = NC x NE x ND

Los riesgos con PR más alta deberían ser los primeros en corregirse,

teniendo en cuenta la siguiente clasificación:

PR ≤ 40 Justificar la corrección

40 < PR ≤ 150 Corrección relativamente urgente

150 < PR ≤ 600 Corrección urgente

600 < PR Corrección inmediata

Ante situaciones con un mismo PR se debe dar prioridad a las que

pudieran causar las consecuencias más graves. En el caso de

consecuencias similares se tendrá en cuenta los siguientes factores; coste,

tiempo necesario para la corrección de las deficiencias, y el personal que

necesita ser involucrado.

Los datos contenidos en el anexo 2. Hoja Matriz para la Evaluación

del Riesgo en el Transporte por Carretera, son parte de una evaluación del

puesto de trabajo de un conductor específico, deben considerarse como

una simple aproximación.

5.3.4. Plan preventivo

Es el documento que recoge todas las medidas identificadas para la

eliminación y/o el control de los riesgos identificados y evaluados.

P á g i n a | 27

ANEXO 2

HOJA MATRÍZ PARA LA EVALUACIÓN DE RIESGOS

Nota: Este modelo resumido tiene únicamente un propósito de ilustración y guía y, aunque basado

en un modelo en uso, no se propone como ideal aplicable con carácter general a todas las empresas de

transporte.

P á g i n a | 28

CAPÍTULO 3. FORMACIÓN Y ENTRENAMIENTO CONTINUO

1. INTRODUCCIÓN

La formación y el entrenamiento continuo en competencias, actitudes y habilidades

de los trabajadores, sin excepción de nivel o puesto de trabajo, es parte importante del

capital intelectual necesario para la creación y mantenimiento de una cultura de

seguridad corporativa, e imprescindible para lograr que la actividad del transporte se

realice de manera segura y eficaz.

La formación y el entrenamiento exigido por norma legal es el nivel mínimo de

conocimientos que el trabajador debe recibir y superar para acceder a profesiones que,

como en el caso de un conductor profesional, requieren de licencias y certificaciones.

Aún así, muchos sectores industriales, organizaciones empresariales y empresas han

contrastado que gran parte de los accidentes e incidentes sufridos se debieron a una

baja formación e instrucción del trabajador, por lo que demandan un mayor nivel de

formación y entrenamiento que aporte más seguridad y eficacia durante el transporte de

sus productos.

Además, en materia de conocimiento, la dirección debe considerar:

Conductor de nuevo ingreso; ningún conocimiento debe serle reconocido hasta

que lo haya demostrado durante el proceso de selección.

Empleado de nuevo ingreso; como en el caso anterior la presentación de

certificados y licencias no debe servir para reconocer que el candidato dispone de

los conocimientos requeridos en el nivel de ingreso a la empresa.

Empleado que cambia de ocupación; debe recibir la formación y entrenamiento

definida para el nuevo puesto de trabajo.

En cualquier caso; ningún empleado debe recibir la aprobación para trabajar sólo

y sin tutela hasta que la empresa haya comprobado que posee los conocimientos,

habilidades y actitudes requeridas para la ejecución de una tarea eficiente y

segura.

El empresario debe considerar que el Plan de Formación y Entrenamiento Continuo,

en adelante el Plan, contenido de este capítulo como una referencia de mínimos y que

podrá ampliarlo si así se recomienda a raíz del resultado de la evaluación de riesgos y el

análisis de necesidades de formación y entrenamiento, pero en ningún caso debería

reducirlo.

P á g i n a | 29

Este capítulo está estrechamente vinculado a los capítulos 5 y 6, Selección y

contratación de conductores profesionales, y Contratación del transporte,

respectivamente.

2. OBJETIVO

Dar guías para que el empresario pueda diseñar y aplicar un Plan de Formación y

Entrenamiento Continuo específico para la empresa.

3. ALCANCE

El Plan alcanza a todos los trabajadores de la empresa sin exclusión de nivel o

puesto de trabajo, sean empleados propios, autónomos, de contratistas, o cualquiera

que sea el tipo de contrato o la duración del mismo, donde quiera que realicen el

trabajo, si están involucrados en las operaciones de transporte.

El Plan debe quedar integrado dentro del programa formativo general de la

empresa.

4. RESPONSABILIDADES

Aunque las responsabilidades vienen marcadas por las normas legales aplicables,

con carácter general la dirección es responsable de asegurar:

Definir el Plan.

Asegurar que cada trabajador recibe formación suficiente y adecuada en materia

preventiva.

Nominar por escrito al Coordinador del Plan.

Asegurar que el Coordinador del Plan posee un completo conocimiento y

entendimiento de las operaciones de la compañía y de las necesidades asociadas

al SGRTC.

Incluir la función de coordinación de formación en la descripción del puesto

correspondiente.

Asignar recursos para el logro de los objetivos de formación y entrenamiento.

Consultar, con carácter de referencia, a los empleados o a sus representantes, la

organización y contenido del Plan.

Asegurar que la formación y entrenamiento incluidos en el plan anual se llevan a

cabo.

P á g i n a | 30

5. DESARROLLO

5.1. Análisis de las necesidades de formación y entrenamiento

El análisis de las necesidades de formación y entrenamiento debe constituir un

sistema formal y sistemático que proporcione a todos los empleados los

conocimientos, habilidades y actitudes necesarias para la ejecución de su trabajo de

acuerdo con los requisitos de la eficiencia en la producción, calidad y seguridad. Las

pautas y guías siguientes serán de utilidad para un eficaz análisis de necesidades:

Identificación del origen de los riesgos.

Análisis de investigación de accidentes / incidentes.

Observación de tareas.

Normas legales e internas y procedimientos operativos.

Competencias técnicas del conductor.

5.2. Formadores

La dirección decidirá la utilización de formadores internos o externos en

función a la formación y entrenamiento a proporcionar a los empleados.

5.2.1. El Formador Interno

La utilización de formadores internos, debidamente formados y

acreditados por certificados oficiales o por entidades especializadas, es la

opción más recomendable para impartir la formación o entrenamiento de

empleados que no requiera la utilización de equipos especializados o impartirse

en centros externos y especializados.

La función del formador interno la podrá ejercer uno o más empleados

de nivel máster o sénior, con dedicación a tiempo total o parcial.

El perfil del formador interno debe cumplir al menos con las siguientes

características:

Disponer de la confianza y el apoyo de la dirección.

Contar con la credibilidad y el respeto de los empleados.

Disponer y demostrar una alta concienciación en seguridad.

Tener interés por ampliar sus propios conocimientos.

Saber escuchar y comunicar de forma directa, positiva y motivadora.

Tener empatía (identificación mental y afectiva con el estado de ánimo

de los presentes).

Ser objetivo.

P á g i n a | 31

Tener actitud para estar dispuesto a:

- Ayudar a los empleados en la adquisición de los conocimientos

necesarios para el desarrollo de sus competencias profesionales.

- Colaborar, si es requerido, en la comunicación e implantación de

políticas, normas, procedimientos, etc.

- Participar, si es requerido, en Reuniones de Grupo con empleados.

- Colaborar, si es requerido, en la aplicación de nuevas tecnologías.

5.2.2. El Formador Externo

La selección de la entidad de formación o del formador externo se basará

en el conocimiento, experiencia y calidad que habrán demostrado o que

deberán demostrar en fase previa a su contratación definitiva.

El coordinador de formación debe:

Con antelación a la asignación definitiva de formación y/o

entrenamiento, solicitar y verificar que el formador dispone de la

certificación que acredite la posesión del conocimiento y la capacidad

de comunicación necesaria.

Siempre que resulte posible, solicitar o asistir a una formación piloto.

Siempre, solicitar la documentación de la formación para verificar y

confirmar que la formación a impartir se ajusta a lo solicitado por la

empresa.

5.3. Organización y estructura de la formación y entrenamiento

5.3.1. Lugar y tipo de formación, capacidades del formador

Formación teórica en sala; el formador debe disponer de capacidad de

comunicación para una correcta y fluida exposición de conceptos,

manejo de documentación, control de los debates, control del tiempo,

etc.

Entrenamiento práctico en campo; el formador debe disponer de

capacidad para decir, mostrar y probar cómo se debe ejecutar una

tarea de forma segura y eficiente. El formador debe hacer que el

participante participe activamente.

Formación y entrenamiento teórico–práctico; el formador debe

combinar las dos capacidades anteriores y seguir la técnica de

complemento y refuerzo de la una con la otra.

P á g i n a | 32

5.3.2. Técnicas de comunicación

Los formadores deben dominar las siguientes técnicas de comunicación:

a) Motivar al participante:

Crear una atmósfera en la que se sienta cómodo.

Preguntarle para averiguar lo que sabe de su trabajo.

Hacerle participar para que tome interés y siga la formación.

b) Decirle y mostrarle:

Si el entrenamiento lo requiere, mostrarle el método paso a paso.

Enfatizar los puntos clave del método, proceso, etc.

Instruirle clara y completamente. Asegurar que las explicaciones no

le crean confusión o incertidumbre.

c) Probar su conocimiento:

Hacer que el participante diga, muestre y exponga los puntos clave.

Preguntarle para identificar sus posibles errores o falta de

conocimiento a corregir.

No dar por concluida la formación / entrenamiento hasta asegurar

que el participante lo sabe.

d) Verificar que lo sabe:

Permitir que el participante desarrolle solo el trabajo.

Hacer seguimientos; responder sus preguntas, revisar los puntos

clave.

5.3.3. Estructura de una sesión de formación

El objetivo de toda sesión de formación debe ser claro y preciso, y su

desarrollo ajustarse a la estructura definida de la sesión.

a) Duración; antes de establecer la duración de una sesión de formación

y/o entrenamiento se deben tener en cuenta los siguientes factores:

Ocupación de los asistentes; los trabajadores de campo, poco

acostumbrados a mantener reuniones de larga duración, podrán

necesitar de sesiones más cortas y frecuentes que aquellos otros

que estén más acostumbrados a mantener la atención en reuniones

de larga duración.

Conocimiento previo de la materia; no se requiere el mismo tiempo

de dedicación para una formación de orientación o de refuerzo que

para una formación de especialización.

P á g i n a | 33

Horario; la formación se debe llevar a cabo dentro del horario de

trabajo, y no verse afectada por horarios de viaje, reuniones, inicio

o fin de jornada, etc.

b) Tamaño del grupo; dependerá del tema a desarrollar y de la

metodología a utilizar, pero el tamaño ideal del grupo es entre 6 y 12

participantes por sesión, y en ningún caso el grupo debe exceder de

15 participantes.

c) Tiempo de descanso; se debe conceder un descanso de al menos 20

minutos en sesiones de hasta tres horas de duración. Si la duración

fuera superior a tres horas, entonces se debe conceder un descanso

de 20 minutos por cada dos horas lectivas.

d) Sala de formación; debe reunir unos mínimos de confort y

equipamiento; espacio, iluminación, ventilación, silencio, equipos de

audio visuales, pizarra, etc. Una sala inadecuada predispone

negativamente a los participantes.

e) Materiales de apoyo a la formación; en sesiones de formación teórica

cada asistente debe recibir documentación explicativa de los temas

tratados. La calidad e idoneidad de los temas tratados, así como la

adecuada presentación de la documentación debe estar consensuada

y aprobada por los coordinadores del SGRTC y del Plan. La

documentación se debe entregar al finalizar la sesión, salvo que los

participantes deban utilizarla durante la sesión.

5.4. Evaluación inicial y final. Diploma y registro

5.4.1. Evaluación de conocimientos iníciales y finales.

Cada formación debe disponer de un cuestionario específico para evaluar

el conocimiento inicial y el final de cada participante. Un único cuestionario

podrá reunir las dos evaluaciones. El cuestionario debe al menos contar con las

siguientes tres columnas:

1. Se describirá la pregunta y se podrán dar tres o cuatro opciones de

respuesta.

2. Evaluación inicial; el participante debe marcar la opción de respuesta

que considere cierta.

3. Evaluación final; el participante da su respuesta una vez recibida la

formación.

P á g i n a | 34

El cuestionario se presentará al participante antes del inicio de la sesión

y se le retirará una vez cumplimentado sus datos y dado sus respuestas en la

columna de evaluación inicial. Una vez finalizada la formación se le volverá a

entregar para que nuevamente dé su respuesta en la columna “evaluación final”.

El número de preguntas del cuestionario se ajustará a la materia y al

grupo, pero no debería superar las 20.

Esta técnica permitirá establecer una comparación entre el nivel inicial y

final del participante, así como confirmar la capacidad de comunicación y

enseñanza del formador.

5.4.2. Formación asimilada.

Se podrá considerar que el participante ha asimilado la formación

cuando el número de respuestas acertadas sea igual o superior al 85% del total

del cuestionario. De no alcanzar este nivel de aciertos el formador corregirá al

participante los fallos cometidos y le aclarará las dudas, bien en ese mismo

momento o en otro posterior pero acordado.

5.4.3. Formación de refuerzo.

Una formación de refuerzo debe llevarse a cabo entre los dos y tres

meses desde la fecha en que se impartió la formación. Este refuerzo podrá

llevarse a cabo por medio de una nueva sesión o por un cuestionario cuyas

respuestas requieran consultar los materiales de apoyo entregados.

5.4.4. Diploma y Registro.

Cada participante que haya superado el nivel mínimo de

aprovechamiento exigible debe recibir un diploma de asistencia o acreditativo

del aprovechamiento de la formación. Copia del mismo debe archivarse en el

expediente personal de los asistentes, como prueba de su asistencia y

aprovechamiento.

5.5. Estructura y contenido del plan de formación. Anexo 3.

Es muy importante que el responsable de aprobar los contenidos de los cursos

de formación y sesiones de entrenamiento teórico/prácticas, asegure que:

Están en línea con las normas y requerimientos legales, y no crean

contradicciones, incertidumbres, o confusionismo.

P á g i n a | 35

Aporta valor a los conocimientos adquiridos en otras sesiones. La formación

debe complementar conocimientos, no crear contradicción, incertidumbre o

confusionismo.

Los asistentes adquieren conocimiento, aceptan la materia y hay

disponibilidad para seguirla.

Cuando la formación/entrenamiento traten sobre riesgos, se incluye al

menos:

- Tipo y naturaleza de los riesgos.

- Técnicas para la identificación y reconocimiento de los riesgos.

- Las acciones a tomar para eliminar, controlar, o al menos minimizar los

riesgos a un nivel aceptable.

- Las medidas a aplicar en el caso de que fallen las medidas de protección.

- Obligaciones individuales respecto a la aplicación de las normas.

- Obligaciones individuales con respecto a las normas aplicables en

emergencias.

5.5.1. De orientación e inducción inicial (Formación de bienvenida)

Su objetivo es introducir a todo nuevo empleado en la estructura,

cultura, valores, políticas, normas de seguridad, etc. de la empresa. El nuevo

empleado deberá recibir esta formación como paso previo a ser autorizado a

desarrollar su ocupación sin ningún tipo de tutela.

5.5.2. De homologación, reciclado y actualización

a) La formación y entrenamiento de homologación tiene el objetivo de

proporcionar a los empleados los conocimientos y habilidades

necesarias para satisfacer de forma segura y eficaz las competencias

definidas para cada puesto de trabajo. Este nivel de formación es

también requerido a los trabajadores transferidos de una ocupación a

otra donde se utilizan distintos máquinas, herramientas, o son

necesarios otros conocimientos y/o habilidades.

b) Por otra parte una única formación o entrenamiento recibido sobre

una materia no se debe considerar como suficiente para el resto de la

vida laboral, con el tiempo se olvidarán algunas partes críticas de lo

aprendido, por lo que se debe planificar una formación periódica de

reciclado.

P á g i n a | 36

c) La formación de actualización será necesaria cuando:

Se introduzca un cambio en la tecnología aplicada.

Se incorpore un nuevo equipo o sistema.

Se modifique la norma o procedimiento interno.

Aparezca una nueva o cambie la norma legal.

Se identifique una necesidad de apoyo al conductor tras un

accidente, ausencia del puesto superior a seis meses, o empleados

con necesidades de reciclado.

5.5.3. Avanzado

Su objetivo será proporcionar a los empleados formación y

entrenamiento de nivel superior al requerido para el correcto desarrollo de su

ocupación habitual. Este nivel de formación y entrenamiento les permitirá

ampliar y mejorar sus competencias como preparación para un desempeño

superior.

5.6. Evaluación del sistema y de los formadores

El formador, antes de cerrar la sesión de formación, debe:

a) Comentar con los asistentes el resultado de la formación, acordando

acciones preventivas.

b) Presentar a los participantes un Cuestionario de Evaluación de la Satisfacción

para que aporten su opinión y comentarios sobre la organización, nivel de

competencia del formador, y calidad e idoneidad de los materiales audio

visuales.

Los resultados obtenidos de las evaluaciones se deberían considerar para

decidir y/o planificar mejoras.

Un análisis de las evaluaciones de sistemas y formadores se deberá realizar con

periodicidad no superior a la anual.

5.7. El Manual del Conductor

Es un documento que recoge de manera extractada las políticas, normas,

instrucciones y procedimientos que todo conductor debe seguir para la ejecución

eficaz y segura de su trabajo.

P á g i n a | 37

No hay un formato único y recomendable para determinar el Manual del

Conductor, ya que cada empresa de transporte debe redactarlo en función de las

características de su actividad. No obstante, se debe tener en cuenta que debe

contener, de manera extractada pero suficiente, todo aquello que será exigible al

conductor durante el desarrollo de su trabajo, por lo que su contenido debe ser

estudiado y consensuado entre las distintas direcciones que pueden verse afectadas

por una tarea mal ejecutada por el conductor.

Cada conductor debe firmar el recibí en el mismo momento en el que se le hace

entrega de un ejemplar, y el enterado también debe ser firmado una vez acabadas y

comprendidas las explicaciones sobre su contenido. Las firmas de recibí y enterado

deben quedar archivadas en el expediente personal del conductor.

P á g i n a | 38

ANEXO 3

ESTRUCTURA Y CONTENIDO DE UN PLAN DE FORMACIÓN Y ENTRENAMIENTO CONTINÚO.

P á g i n a | 39

Nota: Este modelo tiene únicamente un propósito de ilustración y guía y, aunque basado en un

modelo en uso, no se propone como ideal aplicable con carácter general a todas las empresas de

transporte.

P á g i n a | 40

CAPÍTULO 4. PROCESO DE TOMA DE DECISIONES Y MODELOS GENERALES

EXPLICATIVOS DEL COMPORTAMIENTO

1. INTRODUCCIÓN

El sistema de tráfico tiene tanto ventajas como riesgos para aquellos que se ven

implicados de alguna manera en el mismo. En último término es un grave problema

social conocido que se intenta paliar con una gran variedad de medidas preventivas,

o intervenciones concretas, dirigidas a mejorar las condiciones de seguridad

actuales o explicar porqué en ocasiones éstas son tan poco efectivas. A la base de la

inmensa mayoría de los accidentes, como ya se ha dicho, hay una actuación

humana, voluntaria o errónea; por ello, si se quiere entender, y así optimizar, las

dimensiones básicas de la seguridad vial, hay que centrar la óptica, inevitablemente,

en el comportamiento del conductor, un comportamiento para cuyo estudio y

explicación se han desarrollado diversos modelos (Tortosa y cols., 1993).

Ciertamente, el hecho de que el estudio psicológico del comportamiento

humano en la conducción de vehículos se lleve a cabo desde diversas perspectivas y

modelos teóricos es algo que da cuenta de la complejísima realidad que constituye

nuestro objeto de investigación, y que no es más que el propio comportamiento

humano, objetivo básico de estudio de la Ciencia Psicológica. Por eso, en buena

medida, los tipos de modelos que subyacen a la investigación en comportamientos

viales, son los que han ido jalonando la historia de la psicología.

En concreto, para abordar el estudio de la actividad de conducir, cuyo

desempeño es función de múltiples variables de diferente naturaleza, se han ido

generando a lo largo del tiempo distintos modelos, que van desde los apoyados en

las investigaciones de Greenwood y Woods (1919) de la predisposición al accidente,

hasta las actuales concepciones que, con una visión más global y ecológica de la

conducción y la seguridad vial, tratan de superar la atomización de los

planteamientos imperantes en el pasado (Grayson, 1991).

En función del peso que otorgan a los factores personales y subjetivos en la

determinación de la conducta de conducción, los distintos modelos suelen

clasificarse en dos amplias categorías, a saber, “modelos de habilidades o exigencia

de tareas” y “modelos propositivos o cognitivo-motivacionales” (Johnston y Perry,

P á g i n a | 41

1980; Rumar, 1988). Los primeros son, sobre todo, de carácter perceptivo, mientras

los segundos son, fundamentalmente, decisionales; dos categorias universalmente

aceptadas, si bien, algunos investigadores (por ejemplo Michon, 1985;

Rothengatter, 1988; Bañuls et al., 1988), añaden un tipo de modelo intermedio, el

cognitivo, muy centrado en la atención, pero abierto a los aspectos motivacionales y

emocionales, así como a los sociales. En cualquier caso, no se trata de tipologías de

modelos contrapuestos o alternativos, sino antes propuestas que enfatizan, más o

menos, aspectos diversos de un mismo continuo: el proceso de toma de decisiones.

En estos modelos se contempla en mayor o menor medida la importancia del

riesgo en la consecución del accidente, por lo que creemos conveniente ahondar en

la propia definición de riesgo como constructo.

El riesgo: el problema de su definición

En primer lugar, en una revisión llevada a cabo por Fauquet, Portell y Riba

(1992) se pone de manifiesto que no existe una definición consensuada sobre el

propio concepto. Desde la psicología, la definición del riesgo se enfrenta al

problema de su carácter relativo a los individuos (Kaplan y Garrick, 1981; Johnson y

Covello, 1987). Viladrich (1986) afirma incluso que es imposible hablar de lo que es

más o menos arriesgado.

2. MODELOS CAUSALES, MECANICISTAS O DE HABILIDADES

Durante las primeras décadas del presente siglo, los llamados “modelos de

habilidades” guiaron la investigación y aplicación de la psicología en el ámbito de la

seguridad vial. La conducción fue categorizada desde sus orígenes como una

actividad reactiva, apoyada en un conjunto de habilidades susceptibles de ser

medidas por medio de exámenes psicotécnicos, selectivos y eliminatorios.

Consecuentemente, el conductor fue concebido, básicamente, como el elemento

receptor y respondiente en el sistema de tráfico, siendo sus habilidades

sensoperceptivas y perceptivomotoras, así como sus aprendizajes previos los

aspectos fundamentales y determinantes a la hora de desempeñar esta actividad

diestra. La prevalencia de tal concepción llevó a la adopción de los “modelos de

habilidades o de exigencia de tareas”, lo que si bien derivó en la introducción de

P á g i n a | 42

importantes medidas preventivas (como la selección y la formación), o en la

orientación de los estudios ergonómicos, ciertamente no ayudó mucho a entender

el comportamiento del conductor.

Partiendo de la definición de habilidad para conducir como la capacidad para

procesar adecuadamente la información relativa al sistema de tráfico -que

desemboca en un efectivo control del vehículo-, estos modelos reducen la

conducción al ejercicio de una serie de habilidades que se poseen en mayor o

menor grado y, que pueden medirse y perfeccionarse a través de las mismas

técnicas e instrumentos desarrollados para el estudio de cualquier ejecución

humana que implique habilidades.

El conductor, en esta orientación, no es más que un elemento que percibe y

responde, diestramente, a las demandas del sistema de tráfico, dentro de una

concepción general de la conducción como una tarea de "pasos impuestos", en la

que las exigencias al conductor vienen determinadas por factores ajenos a él

mismo.

En consonancia con este planteamiento, la seguridad al volante estaría a

merced, fundamentalmente, del nivel de habilidad del conductor para adaptarse a

las exigencias que le imponen las distintas situaciones de circulación, siendo las

habilidades sensoperceptivas, atencionales, de coordinación motriz y psicoreactivas,

las aptitudes requeridas para una conducción segura, y, por tanto, las que definen

el universo a evaluar en las exploraciones preventivas.

La literatura especializada ofrece numerosas versiones teóricas de este modelo.

En la Figura 1 presentamos la que esquematiza Rockwell (1981), una versión que,

con pocas modificaciones, ha continuado vigente hasta nuestros días (Rockwell,

1981).

Según este modelo, mediante una exploración fundamentalmente perceptiva, el

conductor adquiere información de la situación de tráfico y la procesa, lo que le va a

permitir tomar una decisión y ejecutar una conducta. Es pues un proceso controlado

por el conductor. Las características físicas y psicológicas del sujeto (personalidad,

actitudes, motivaciones, estrés, experiencias, destrezas, etc.) influyen tanto sobre

su capacidad perceptiva y atencional, como sobre su decisión y respuesta;

repercuten en última instancia sobre la forma en que conduce. Sin embargo, la

atención en este modelo se centra en el proceso de adquisición de la información

P á g i n a | 43

relevante, produciéndose un olvido casi total de los factores motivacionales y

emocionales implicados.

Implicaciones para la seguridad vial

En este modelo se apunta que la prevención y la intervención debe buscar

siempre la facilitación de la tarea de conducir, bien a través de mejoras en los

conductores (exploración continua del nivel de sus destrezas o aptitudes, formación

y entrenamiento de las habilidades, y rehabilitación en su caso); bien a través de la

ergonomía, donde la investigación se dirigía a disminuir y facilitar las exigencias de

las vías y de los vehículos. Simplificar las dificultades de los componentes físicos del

sistema de tráfico, y tener unos usuarios de las vías (principalmente conductores)

con sus aptitudes al menos en unos mínimos razonables para un desempeño acorde

con las exigencias de las situaciones viales parecía la solución óptima para

incrementar los niveles de seguridad en la conducción.

Figura 1: Diagrama de las funciones del conductor (Fuente: Rockwell, 1981)

P á g i n a | 44

Se desprende de este modelo que la intervención en Seguridad Vial debería

centrarse sobre los tres elementos del sistema de tráfico, vía-vehículo-conductor,

de la siguiente forma:

Respecto a la vía, simplificando y disminuyendo las exigencias a que somete al

conductor (diseño y ergonomía). La mejora en la calidad y rapidez del desempeño

humano requeriría el estudio y adaptación de los componentes físicos del sistema

de tráfico (por ejemplo señalizaciones y señales, trazado de una vía, ubicación de

señales, etc.) a las características fisiológicas y psíquicas del conductor.

Respecto al vehículo, incrementando los niveles de seguridad estática y

dinámica del mismo, facilitando la adecuación ergonómica de los mandos al propio

conductor (diseño y ergonomía).

Respecto al conductor, mejorando su nivel de habilidades a través de

programas de entrenamiento adecuados (educación/formación), y apartando de la

conducción a aquellos que no reuniesen los niveles de habilidad mínimos para una

conducción segura (evaluación/selección).

3. MODELOS COGNITIVOS

Los modelos cognitivos son propuestas encuadrables dentro de la amplísima

perspectiva psicológica cognitiva del procesamiento de la información, que permite

explicar la ejecución humana en las distintas tareas que forman parte de actividades

complejas, como es el caso de la conducción de vehículos, siendo su elemento

fundamental para la articulación de dicha explicación el proceso psicológico de la

atención. Entre la amplia oferta destaca por su poder heurístico, tanto positivo

como negativo, el modelo de Habilidades, Reglas y Conocimientos (Skills, Rules and

Knowledge model, Rasmussen, 1983, 1987; Reason, 1987, 1990, 1994), también

conocido con las siglas S-R-K).

Este modelo tiene su origen en la distinción entre los modos de control

atencional automático vs. controlado: ésta dio lugar a la división de la ejecución

humana en tres niveles de procesamiento cognitivo (habilidades, reglas y

conocimientos). Partiendo del proceso atencional como factor clave explicativo y eje

central del marco teórico S-R-K, desde dicho marco se han investigado diversos

P á g i n a | 45

factores y procesos psicológicos implicados en la ejecución de actividades

complejas como la conducción.

El comportamiento en la conducción

La clasificación de los niveles de ejecución o comportamiento humano en tareas

complejas tales como la conducción de vehículos que introdujo Rasmussen en los

desarrollos iniciales del modelo S-R-K (Rasmussen, 1983, 1986, 1987) se basó en

las nociones sobre control cognitivo en la ejecución de tareas. La distinción entre

procesamiento automático y controlado dio lugar a la división de la ejecución

humana estructurada jerárquicamente en tres niveles de procesamiento cognitivo:

Un nivel automático: Habilidades (Skills), al que se ejecutan las tareas rutinarias

o sumamente entrenadas (la misma tarea se ha ejecutado muchísimas veces) bajo

control atencional casi automático. Un nivel semiautomático/semicontrolado: Reglas

(Rules), al que se ejecutan las tareas familiares (para las cuales se poseen reglas o

patrones de soluciones almacenados en memoria que se pusieron en marcha en el

pasado), bajo control atencional semiautomático/semiconsciente. Un nivel

controlado: Conocimientos (Knowledge), al que se ejecutan las tareas nuevas o

difíciles (para las cuales no se poseen reglas ni patrones de soluciones, sino

solamente el conocimiento que permite aprender a llevarlas a cabo), bajo control

atencional consciente.

En la Figura 2 se presentan, de acuerdo con los desarrollos recientes del marco

S-R-K (Reason, 1987, 1990, 1994), los tres niveles de ejecución proyectados en un

“espacio de acción” definido según dos dimensiones: el tipo de control cognitivo

dominante y el tipo de situación o de tarea a ejecutar.

P á g i n a | 46

Modos de control

Consciente

Semi-

automático/semi

-consciente

Automático

Situaciones/Tareas

Rutinaria

Familiar (pero no

rutinaria)

Nueva (no familiar),

difícil o peligrosa

Ejecución

basada en

conocimientos

Ejecución basada

en reglas

Ejecución basada

en

habilidades

Figura 2. Tipos de ejecución desde el marco S-R-K (Reason, 1994)

El procesamiento automático y controlado en la conducción

La temática respecto al grado de automaticidad de las tareas implicadas en la

conducción, y el procesamiento automático y controlado en dicha actividad ha sido

abordada desde algunas investigaciones cuyo modelo teórico de partida es el marco

S-R-K. Como sabemos, los recursos de procesamiento que una persona puede

poner en marcha de forma consciente son limitados; nuestra capacidad central (o

memoria de trabajo) es limitada, y, por tanto, las tareas que una persona puede

ejecutar al mismo tiempo en la conducción, son también limitadas, aunque

dependerá del tipo de tareas a ejecutar. Así, las tareas que se ejecutan a un nivel

estratégico (relacionado con los planes y estrategias del conductor, por ejemplo la

planificación de la ruta a seguir) requieren un mayor control cognitivo -una mayor

atención consciente, o la puesta en marcha en mayor medida de recursos de

procesamiento- que las tareas que se ejecutan a un nivel táctico (relacionado con

P á g i n a | 47

patrones o secuencias conductuales más concretos, por ejemplo la realización de

maniobras como adelantar, cambiar de carril, cambiar el sentido de la marcha, etc.),

y éstas a su vez requerirán un mayor control atencional que las tareas que se

ejecutan a un nivel operacional (relacionado con operaciones o acciones muy

concretas, rutinarias, que se realizan numerosísimas veces en la actividad de

conducir siempre de forma muy similar y casi automática, y que, en general,

constituyen las tareas de control lateral y longitudinal del coche y las tareas de

control de los mandos), que apenas requieren recursos cognitivos.

En torno a la temática respecto a qué tareas se ejecutan bajo control atencional

automático en la conducción y qué tareas se ejecutan bajo control consciente, ha

habido un gran debate, en el que la cuestión de partida es la siguiente: ¿Es la

conducción una actividad automática? (Groeger y Clegg, 1996; McKnight y

McKnight, 2003; entre otros). Las investigaciones recientes que se encuadran en el

marco S-R-K ponen de manifiesto que ninguna de las tareas de la conducción se

ejecuta a un nivel completamente automático, pero sí que se pueden establecer

niveles o grados de control atencional: las tareas implicadas en la conducción no

son homogéneas en cuanto al nivel de control atencional que demanda su puesta en

marcha. Por tanto, aunque ciertamente se pueden establecer niveles de control en

cuanto a la demanda de recursos atencionales por parte de las diferentes tareas

implicadas en la conducción (lo cual es algo completamente necesario desde un

punto de vista funcional y adaptativo), ninguna de estas tareas se ejecuta a un nivel

totalmente automático.

El proceso de adquisición de las habilidades y destrezas para la conducción

Desde el marco S-R-K se ha investigado el proceso de adquisición de las

habilidades y destrezas para la ejecución de las tareas implicadas en actividades

complejas como la conducción de vehículos, proceso que pasa por distintas fases

cuya diferencia básica radica en el tipo de control atencional que predomina en cada

una de ellas (Figura 3). Así, cada uno de los diferentes niveles de control cognitivo

característicos de la ejecución de tareas predomina en mayor o menor medida en

los distintos estadios del aprendizaje de la actividad de conducir (Gregersen, 1996;

Gregersen y Bjurulf, 1996).

P á g i n a | 48

Fase inicial: en las fases iniciales del proceso de adquisición de las

habilidades y destrezas para la conducción predomina la ejecución basada en

conocimientos. En este estadio, la mayoría de las tareas a las que se enfrenta

el conductor son nuevas y difíciles, por lo que la ejecución se basa en sus

conocimientos adquiridos o transferidos respecto a las mismas, a un nivel de

control atencional consciente, de manera que hay una demanda bastante

considerable de recursos atencionales. Los errores más característicos en

este período son los errores basados en conocimientos, que son tratados en

el capítulo 5.

Fase intermedia: en el estadio siguiente del proceso de adquisición, el

conductor ha adquirido un repertorio básico de habilidades y su ejecución

empieza a darse a un nivel de control atencional semi-consciente/semi-

automático (nivel basado en reglas), puesto que comienza a aplicar reglas y

patrones mentales adquiridos de la experiencia en la ejecución de la

actividad. Los errores más característicos en este período son, por tanto, los

errores basados en reglas.

Fase final: en el último estadio del proceso de aprendizaje de la actividad de

conducir, como resultado de la práctica y repetición de dicha actividad,

muchas de las tareas implicadas en la misma se ejecutan a un nivel casi

automático de control atencional (nivel basado en habilidades), con la

consiguiente liberación de recursos cognitivos que permite economizar

esfuerzos y minimizar la fatiga, y realizar simultáneamente otras tareas o

actividades que no demanden excesiva capacidad central. Los errores más

característicos en este período son los errores basados en habilidades.

En cada una de estas fases predomina en mayor medida uno de los tres niveles

de control atencional característicos de la ejecución de tareas -en un primer

momento, el nivel basado en conocimientos; más tarde, el nivel basado en reglas; y

finalmente, el nivel basado en habilidades-, pero los tres niveles de ejecución son

puestos en marcha continuamente por los conductores durante la conducción

(Gregersen, 1996), sea cual sea el estadio de adquisición en que se encuentren. La

conducción es una actividad compleja integrada por distintos niveles de ejecución -

estratégico, táctico y operacional- cada uno de los cuales demanda recursos o

control atencional a distintos niveles, y pone en marcha secuencias de patrones

conductuales de diferente complejidad.

P á g i n a | 49

Fases del aprendizaje

Características Inicial Intermedia Final

Tipo de ejecución

predominante

Ejecución basada

en conocimientos

Ejecución basada

en reglas

Ejecución basada

en habilidades

Tipo de control

atencional

dominante

Consciente Semiconsciente/

/semiautomático

Casi automático

Tipos de error

más

característicos

Errores basados

en conocimientos

Errores basados en

reglas

Errores basados en

habilidades

Figura 3: Las fases del proceso de adquisición de las habilidades y destrezas para la conducción

desde el marco S-R-K.

Así, por ejemplo, un conductor (no novel) por la autopista, generalmente opera

al nivel basado en habilidades, ya que efectúa las operaciones básicas de control de

los mandos del coche y de la posición de éste en la calzada a nivel lateral y

longitudinal, tareas prácticamente automatizadas. Pero en el momento en que tiene

que efectuar una maniobra (un adelantamiento, un cambio de carril, etc.) o a su

alrededor ocurre algo fuera de lo normal (p. ej. una intensa lluvia, niebla, etc.), su

nivel de ejecución cambiará, por un aumento de las demandas cognitivas de control

y de la complejidad en la secuencia comportamental de operaciones o acciones a

ejecutar, que exigen este tipo de variaciones estimulares. Los conductores, por

tanto, especialmente los no noveles, ejecutan las tareas de la conducción mediante

la puesta en marcha de un movimiento continuo a través de los distintos niveles de

control cognitivo característicos de la ejecución de actividades complejas como la

conducción, predominando en los no noveles, el nivel de control cognitivo propio de

la ejecución basada en habilidades.

P á g i n a | 50

En conclusión, el proceso del aprendizaje permite el cambio del tipo de control

atencional dominante en la ejecución de una tarea hacia niveles menos controlados.

Se ha expuesto el proceso de adquisición de las habilidades y destrezas para la

conducción y las fases por las que pasa dicho proceso, cuyo factor clave es, en

definitiva, el tipo de control atencional que predomina en cada una de ellas. Dicha

adquisición se lleva a cabo mediante un ajuste o un cambio continuo, progresivo e

interdependiente, de modos de ejecución a través de los diferentes niveles de

control atencional, hasta que prácticamente se automatizan, como resultado de la

práctica y experiencia al volante, la mayor cantidad posible de acciones y decisiones

(Gregersen, 1994).

Modelo de la Conducta Planificada

Este modelo subraya el papel de los factores cognitivos como determinantes de

la conducta de salud en general y de la conducta preventiva en particular.

El modelo de Fishben ha sido aplicado a problemas de salud muy diversos, tales

como la obesidad, alcoholismo, fumar, planificación familiar. Si atendemos a la

consideración del tráfico y la seguridad vial como un problema de salud podemos

entender la importancia que tiene este modelo explicativo en dicho ámbito.

Como existen dos teorías distintas desarrolladas en el tiempo comenzaremos

por explicar la teoría de la Acción razonada de Fishben y Ajzen (Fishbein y Ajzen,

1975; Ajzen y Fishbein, 1980).

El modelo propone explicar la intención comportamental en términos de

actitudes hacia la acción en cuestión, y de creencias sobre las reacciones normativas

a la conducta.

El modelo subraya la intención como la variable dependiente importante. Así

mismo, subraya las influencias normativas que pueden afectar a la intención por

cualquier razón, ligándose por tanto con una perspectiva cultural.

La Teoría de la Acción Razonada (TAR) fue introducida por M. Fishbein en 1967

y se basa en el supuesto de que los seres humanos son bastante racionales

habitualmente y hacen un uso sistemático de la información de la que disponen.

P á g i n a | 51

Dado que se presupone que la mayoría de las acciones de relevancia social son

voluntarias, se afirma que la intención que la persona tiene de realizar (o no

realizar) una conducta es el determinante inmediato de la acción. Eso no significa

que siempre sé de una perfecta correspondencia entre la intención y la conducta,

sino simplemente que, si no se presentan acontecimientos imprevistos, una persona

actuará habitualmente de acuerdo con su intención.

Según la TAR, la intención de una persona es función de dos determinantes

básicos: uno de naturaleza personal y otro que refleja la influencia social. El factor

personal es la actitud hacia la conducta, es decir la evaluación positiva o negativa

que la persona hace de la realización de la acción. Se refiere al juicio que la persona

emite sobre si considera bueno o malo el llevar a cabo la acción.

El segundo determinante de la intención es la percepción que la persona tiene

de las presiones sociales que se ejercen sobre él para que realice o no la acción en

cuestión. Dado que se trata de prescripciones percibidas, este factor se denomina

"norma subjetiva". Se supone que las personas intentarán hacer algo cuando creen

que otras personas importantes para ellas piensan que deberían hacerlo.

La teoría asume que cada uno de los factores tiene una importancia relativa (un

peso relativo) que hay que determinar, y que depende de la intención que estemos

estudiando y de la persona en cuestión. La asignación de pesos relativos a los dos

determinantes de la intención incrementa el valor explicativo de la teoría.

Según la TAR las actitudes son función de las creencias. En general, una

persona que cree que realizar una conducta dada le conducirá muy probablemente a

resultados positivos, tendrá una actitud favorable hacia la ejecución de tal conducta.

Las creencias que subyacen bajo la actitud de una persona hacia una conducta

reciben el nombre de "creencias conductuales".

Por otro lado, las normas subjetivas son también función de creencias, pero de

unas creencias de un tipo diferente: las creencias de la persona de que otras

personas específicas o grupos piensan que ella debería o no debería realizar tal

acción. Estas creencias reciben el nombre de "creencias normativas". Una persona

que cree que aquellas otras con las que se siente motivado a cumplir piensan que

debería actuar de una determinada manera, percibirá una presión social para

hacerlo así.

P á g i n a | 52

La Teoría de la Acción Razonada (TAR) no considera a factores tales como las

actitudes hacia objetivos, las características de la personalidad, las variables

demográficas, estatus, etc. Tales variables externas pueden, sin duda, influir en la

conducta, pero no hay una relación necesaria entre cualquier variable externa dada

y la conducta. Incluso cuando tal relación aparece, puede cambiar con el tiempo y

de una población a otra. Dentro de la TAR, una variable externa tendrá un efecto

sobre la conducta sólo en la medida en que influencie los determinantes de tal

conducta ya citados.

La Teoría del Comportamiento Planificado (Ajzen, 1985, 1988, 1991) es una

extensión de la Teoría de la Acción Razonada, necesaria por las limitaciones del

modelo original en tratar o dar cuenta de aquellas conductas sobre las cuales la

gente no posee un control completo.

Aunque algunas conductas se desarrollan dentro de un marco de completo

control, es cierto que la mayoría dependen en algún grado de factores no

motivacionales tales como la disponibilidad de recursos y oportunidades

requeridos.

Los diversos factores que pueden influir en el grado en que una conducta dada

está bajo control voluntario, pueden ser diferenciados en dos grupos: factores

internos y factores externos. Los primeros se refieren a las características de un

sujeto en términos de destrezas, habilidades, conocimiento, adecuada planificación,

etc. Los segundos se refieren a los impedimentos situacionales tales como la falta

de tiempo, falta de oportunidad y dependencia de otros actores. Considerados de

forma conjunta estos factores constituyen el control que una persona tiene sobre

una conducta determinada.

El nuevo constructo que pasa a dotar a esta nueva teoría de una mayor

capacidad explicativa es el "control conductual percibido". Se habla de "control

conductual percibido" en vez de "control conductual" porque algunos factores que

influyen el control conductual son en naturaleza accidentales y no pueden ser

previsibles o anticipados.

Al igual que en el caso de las creencias normativas y conductuales, aquí

también es posible separar las creencias de control y tratarlas como determinantes

independientes de la conducta. Así como las creencias sobre las consecuencias de la

conducta conforman la base cognitiva de la actitud hacia la conducta, y las

P á g i n a | 53

creencias normativas la base cognitiva de la norma subjetiva, las creencias de

control conforman la base cognitiva que subyace al control percibido sobre la

conducta.

En la TCP el control conductual percibido se ha incluido como una variable

exógena, cuyo efecto sobre la conducta puede ser de dos tipos: un efecto directo, y

un efecto indirecto, vía la intención. Por ello, podemos hablar de dos posibles

versiones. La primera de ellas se basa en la idea de que el control conductual

percibido posee implicaciones motivacionales para las intenciones. La segunda

versión considera la posibilidad de una línea directa entre el control conductual

percibido y la conducta, de tal forma que, la realización de una conducta no

dependerá únicamente de la motivación, sino también de un adecuado control sobre

la conducta en cuestión.

Modelos cognitivo-motivacionales

La filosofía de los modelos que hemos agrupado bajo el título genérico de

“modelos cognitivo-motivacionales”, también llamados modelos “del riesgo”,

subraya el papel activo del sujeto humano que es capaz de redefinir los planes de

conducta en función del contexto. Con ellos, la investigación pasa a centrarse en los

factores de "no desempeño" que influyen sobre los distintos componentes de la

actividad de conducción: las expectativas y motivos del conductor, sus estados

emocionales, valores y normas personales, su influencia sobre la percepción

subjetiva del riesgo, y la relación entre ésta y la tolerancia al mismo en el momento

de tomar una decisión. El punto clave de estas aproximaciones consiste, en

definitiva, en la conceptualización del conductor como "creador activo' de las

situaciones de tráfico, lo que implica considerar la importancia de los aspectos

decisionales de la conducción y sus determinantes.

Algunas revisiones han mostrado que los modelos más significativos en

dirección a explicar adecuadamente el comportamiento del conductor son: el

“Modelo de Riesgo Cero” de Näätänen y Summala; la “Teoría Homeostática del

Riesgo” de Wilde; el “Modelo de Amenaza-Evitación” de Fuller; y el “Modelo

Jerárquico del Riesgo” de Bötticher y Van der Molen. A todos ellos subyace la

consideración de que las creencias, expectativas y anticipaciones que los individuos

tienen respecto a los eventos futuros son un determinante fundamental de su

P á g i n a | 54

conducta, que se considera así propositiva, dirigida a metas, y basada en las

intenciones conscientes del sujeto.

El “modelo de riesgo cero”

Al comienzo de los años 70, cuando los modelos de habilidades dominaban

todavía la investigación en el campo de la Seguridad Vial, Näätänen y Summala

desarrollan un modelo explicativo de la conducta de conducción de carácter

motivacional: “El Modelo de Riesgo Cero” (Näätänen y Summala, 1974, 1976).

Para estos autores el punto de partida realmente básico para la elaboración de

un modelo adecuado de la conducta del conductor es la conceptualización de la

conducción como una tarea de pasos auto-impuestos, en la que las exigencias

sobre las habilidades del conductor están determinadas básicamente por sus

propias decisiones. De acuerdo con este planteamiento, el conductor puede

controlar la velocidad, las distancias en el seguimiento de otros vehículos, los

adelantamientos, etc. (Summala, 1984); por tanto, sus motivos y emociones son, al

menos, tan importantes en la conducción, como lo son sus habilidades o las

características específicas de las vías y los vehículos (Näätänen y Summala, 1974,

1976). El conductor es concebido como un activo participante cuyo comportamiento

está dirigido por una serie de motivaciones personales y, las demandas a las que ha

de atender están más en función de las elecciones que éste realiza que de las

características concretas de la tarea.

Los proponentes de esta teoría señalan la existencia de dos grupos de

determinantes motivacionales en la actividad de conducción: Los motivos

excitatorios, que impulsan al conductor a la toma de decisiones más arriesgadas

(por ejemplo el conjunto de objetivos relativos al viaje, el efecto del aprendizaje

observacional y la conformidad con los modelos comportamentales, el

exhibicionismo y la autoafirmación, motivos puramente hedónico, la búsqueda y

aceptación deliberada de riesgos y emociones intensa, las emociones generadas

bien por la propia situación de tráfico o bien por factores ajenos a ella) y, los

motivos inhibitorios, que actúan como mecanismos preventivos o de control y llevan

al conductor a tomar decisiones más prudentes.

Mientras que el equilibrio entre ambos tipos de motivos da lugar a una

conducción segura, en caso de desequilibrio, los motivos excitatorios llevan al

P á g i n a | 55

conductor a tomar decisiones menos prudentes, provocando un estilo de

conducción de alto riesgo.

El elemento inhibitorio crucial en el modelo es el “Control Subjetivo de Riesgo”,

o “Control frente a amenazas” como más tarde los autores lo denominan (Summala

y Näätänen, 1988). Näätänen y Summala lo identifican con un sentimiento o

anticipación de una amenaza: su activación genera diferentes grados de temor

dependiendo de la cantidad o naturaleza del riesgo experimentado o esperado de la

situación de tráfico (Summala, 1988). Este mecanismo de control lleva al conductor

a mantener un balance estable entre el nivel de riesgo percibido y el nivel de riesgo

objetivo asociado a una determinada situación. Sin embargo, algunas propiedades

de los procesos perceptivos, cognitivos y motivacionales del conductor,

imposibilitan la actuación eficiente de este mecanismo inhibitorio. Entre ellas,

Näätänen y Summala (1976) señalan las siguientes:

La adaptación sensorial a la velocidad y subestimación de la misma. La

progresiva adaptación del conductor a la velocidad se produce como consecuencia

del mantenimiento de un nivel constante de la misma, existiendo una cierta

tendencia a la subestimación de la velocidad especialmente cuando se trata de

velocidades muy altas. Por otra parte, las mejoras en vías y vehículos atenúan o

eliminan distintos factores que producen la impresión subjetiva de velocidad,

perdiéndose las claves perceptivas que ayudan al control subjetivo de ésta.

La sobreestimación de la propia habilidad como conductor. Muchos

conductores se sienten generalmente seguros sobre la vía, con un bajo nivel de

riesgo subjetivo apoyado en el desempeño de sus propias habilidades (Näätänen y

Sumala, 1976). Al considerarse mejores conductores que el conductor promedio

atribuyen los riesgos que experimentan a fallos en el vehículo, la vía, el entorno o

los otros conductores. Este "optimismo irrealista" disminuye la probabilidad de que

estos conductores realicen acciones conductuales de tipo preventivo.

La reinterpretación de las situaciones amenazantes y la minimización de las

consecuencias de un accidente, en íntima correspondencia con la característica

anterior, tienden a reafirmar la autoimagen del conductor como capaz y seguro,

incrementando la confianza en su propia habilidad para resolver adecuadamente las

situaciones más difíciles, lo que puede llevar a desestimar situaciones de tráfico

objetivamente peligrosas.

P á g i n a | 56

Algunos efectos del aprendizaje. La práctica y la experiencia en la conducción

pueden influir sobre el umbral subjetivo de riesgo del conductor. Los conductores

están mucho más influidos por la probabilidad de ocurrencia de un evento que por

la magnitud de sus consecuencias. Puesto que los accidentes ocurren raramente, si

se compara su frecuencia con el tiempo que pasamos en la carretera, el simple paso

del tiempo sin que se produzcan accidentes puede atenuar el nivel de riesgo

originariamente asociado con diversas situaciones de tráfico. Asimismo, con la

práctica y la experiencia, el conductor termina por considerar la conducción como

una tarea sencilla que es posible dominar perfectamente y realizar casi de forma

automática, lo que le lleva al convencimiento de que controla totalmente su vehículo

y por tanto determina, en gran medida, el grado de dificultad de las situaciones de

tráfico en las que participa.

Algunos efectos de las expectativas. Muchas de las decisiones del conductor y

gran parte de su conducta se apoyan en las expectativas respecto al futuro

desarrollo de la situación presente. Con la experiencia, el conductor aprende a

predecir la conducta de los otros usuarios de la carretera y la suya propia,

distorsionando a menudo la realidad del sistema de tráfico y llevando al conductor a

descartar pequeños riesgos aleatorios.

Por último, el escaso efecto disuasorio que tiene la vigilancia policial y la

intervención judicial ya que el riesgo de sanción por infracciones al Reglamento de

Circulación es muy bajo y la posibilidad de impunidad, por el contrario, muy alta.

La Figura 4 ofrece una sistematización de los principales factores implicados en

la toma de decisiones del conductor y las relaciones que se establecen entre ellos

según el “Modelo de Riesgo Cero” (Näätänen y Summala, 1976, 187; Summala y

Näätänen, 1988, 83).

P á g i n a | 57

Figura 4: Modelo explicativo de la conducción. Adaptado de Näätänen y Summala, 1976

El diagrama de flujo comienza con un bucle de control desde la situación

estimular hasta la acción o respuesta motora emitida por el conductor. La

percepción provoca la aparición de expectativas -predicciones o representaciones

internas basadas en la propia percepción y efectos de la experiencia-, que dan lugar

a decisiones concretas sobre posibles cambios de conducta, caso de considerarse

necesario. Estas expectativas incrementan la probabilidad de que el conductor

actúe, en cierto modo, consistentemente con/y satisfaciendo sus motivos.

Las variables de personalidad y la experiencia se consideran como rasgos

siempre presentes, que actúan sobre la totalidad del sistema y sus componentes,

por esta razón los autores del modelo las sitúan fuera del bucle.

El módulo motivacional modifica el bucle de control, tanto de forma directa

como a través del aprendizaje. Los motivos excitatorios empujan hacia una meta

específica -acción deseada- en las diversas situaciones de tráfico, mientras que el

control subjetivo de riesgo juega un doble papel en el proceso: su activación

normalmente tiene un inmediato efecto inhibidor de la conducta a la vez que

produce respuestas de temor o su anticipación, dependiendo de la cantidad y

naturaleza del riesgo experimentado en el presente o esperado para una situación

de tráfico.

Personalidad Experiencias

Situación Estimular

Percepción

Expectativas

Control subjetivo del riesgo

Motivación

Acción deseada

Ningún cambio de conducta

Decisión

Acción

Vigilancia

12

3

4

P á g i n a | 58

Otro factor señalado en el modelo es el nivel de vigilancia del conductor,

principalmente determinado por aspectos físicos y psicológicos de la afluencia de

estímulos, siendo el riesgo subjetivo o temor una de las fuentes más poderosas

para incrementarlo.

Según el modelo, las decisiones en la conducción son tomadas a partir de la

información obtenida por la percepción y las expectativas acerca de los posibles

resultados de dicha decisión, creadas mediante tempranas experiencias en similares

situaciones (Näätänen y Summala, 1976). El conductor considera si realiza o no la

acción deseada. Específicamente, la acción deseada y las expectativas asociadas a

ella, se comparan con la continuación de la conducta presente mediante una

“decisión” que puede estar influenciada por: (a) la intensidad y clase de la acción

deseada, la cual esta en función de la naturaleza e intensidad de la motivación que

la creó, (b) la intensidad de riesgo subjetivo evocado por la expectativa ligada a la

realización de la acción deseada (c) el grado de satisfacción derivado de no cambiar

la conducta; y, (d) el esfuerzo asociado con una conducta alternativa (Näätänen y

Summala, 1976).

Las variables que influyen más directamente sobre el proceso decisional

dependen, pues, de la naturaleza e intensidad de los factores motivacionales activos

en cada momento, debido al escaso control que los mecanismos inhibidores acaban

ejerciendo sobre el comportamiento de los conductores.

El modelo predice que la acción deseada tan sólo se ejecutará si no se activa el

mecanismo de control, un mecanismo que se basa en la detección de claves y

rasgos implicados en la propia situación, y en la evitación del temor (concepto

similar al de "evitación de la amenaza" de Fuller). Esta evitación del temor es un

importante determinante de la conducta que explica por qué la mayor parte de la

conducción ocurre sin sentimiento subjetivo de riesgo. Sin ningún tipo de presión

motivacional, un conductor no ejecutará maniobras asociadas con un temor

anticipado o real, sino que tan sólo aceptará aquellas alternativas que

subjetivamente estén asociadas con un "nivel de riesgo cero".

De acuerdo con el modelo, si la acción deseada o sus consecuencias esperadas

no se asocian con riesgo subjetivo, el conductor deberá generalmente tomar la

decisión de efectuar la acción deseada. Por el contrario, si ésta se asocia con riesgo

subjetivo, deberá simplemente continuar con la conducta presente. No obstante,

especialmente bajo situaciones de intensa presión motivacional, el conductor puede

P á g i n a | 59

ejecutar la conducta deseada a pesar de que ésta vaya asociada a algún grado de

riesgo subjetivo o temor.

En general, el bucle discurre desde la percepción hasta la acción de una forma

muy automática (Summala y Näätänen, 1988). Conforme un conductor adquiere

experiencia, la tarea de conducción se torna más fácil en lo concerniente a sus

exigencias perceptivas y motoras.

Implicaciones para la seguridad vial

Los autores destacan tres bloques de medidas de seguridad, más o menos

efectivas en función de su capacidad para reducir la discrepancia entre riesgo

objetivo y subjetivo (Näätänen y Summala, 1976):

Un primer bloque se dirige a disminuir el umbral subjetivo de riesgo sobre el

continuo del riesgo objetivo. Con este fin proponen medidas tales como el

incremento de la propaganda -un procedimiento bastante superficial y

probablemente con efectos de corta duración sobre el umbral, que puede llegar a

tener cierta eficacia si se utiliza de forma continuada- que alerte sobre los peligros

y amenazas reales y potenciales de la conducción, el desarrollo de programas de

educación vial y de formación de conductores y, el aumento del grado de vigilancia

policial.

Un segundo bloque de medidas estaría orientado a reducir la disociación entre

riesgo subjetivo y objetivo, previniendo a los conductores que están alcanzando el

umbral de riesgo de accidente: limitaciones de velocidad, prohibiciones de

adelantamiento, señales de peligro, y en general todas aquellas medidas que hagan

su conducta probablemente más segura en términos objetivos.

Un último bloque iría fundamentalmente dirigido a disminuir el nivel de riesgo

objetivo correspondiente a cada punto del continuo de riesgo subjetivo, reduciendo

por tanto la disociación mencionada. A este grupo corresponderían la introducción

de medidas estructurales de seguridad en todos los vehículos (por ejemplo cascos y

cinturones de seguridad); mejora de los trazados y estado de conservación de las

vías públicas y, de las señalizaciones; creación de obstáculos físicos en las

carreteras que obliguen a los conductores a elegir márgenes de seguridad más

amplios; la sustitución de carreteras por autopistas o la construcción de carriles

P á g i n a | 60

separados por barreras antichoque para diferentes categorías de vehículos con

vistas a prevenir colisiones frontales; y, en general, cualquier modificación física del

sistema de tráfico conducente a disminuir el peligro que entraña una determinada

situación.

Se podría decir en resumen que Näätänen y Summala piensan que una fuerte

aminoración en la tasa y gravedad de los accidentes sólo podría lograrse reduciendo

la eficacia y fluidez del tráfico, si bien reconocen que este tipo de medidas, por sus

repercusiones económicas y políticas, serían muy difíciles de lograr. Al mismo

tiempo consideran totalmente imprescindible la utilización de algún tipo de

constricción social, de carácter aversivo, controlada e impuesta por ley, que sirva

para asegurar que los conductores van a observar y respetar las normas de tráfico

cuando manejan un vehículo.

El “modelo de amenaza evitación”

Desde una perspectiva más conductual, probablemente el principal modelo

teórico desde donde se ha llevado a cabo el análisis del comportamiento humano en

la conducción en el ámbito de la Psicología del Tráfico y Seguridad Vial es el modelo

de Análisis de Conducta. El Análisis de Conducta es, como se sabe, un modelo

funcional cuyo eje central a partir del cual se articula cualquier planteamiento

explicativo es el proceso psicológico del aprendizaje instrumental (Fuller, 1988a,

1988b, 1990, 1992).

Recuérdese que existen tres principios o proposiciones fundamentales en el

marco del Análisis de Conducta:

El comportamiento está controlado por sus consecuencias.

Los eventos antecedentes señalan la relación particular entre una respuesta y

sus consecuencias.

Por tanto, el comportamiento puede llegar a estar controlado por sus

antecedentes.

Estas tres proposiciones constituyen las premisas básicas que permiten

explicar, según los planteamientos del modelo de Análisis de Conducta, el

comportamiento humano en la conducción. Por tanto, estos principios rigen o

P á g i n a | 61

gobiernan todas las acciones y conductas que los conductores ejecutan durante su

conducción e interacción con el sistema de tráfico, y todas ellas pueden ser

explicadas a partir de estas proposiciones, según este modelo. Las consecuencias

reforzantes de las conductas de los conductores, forman y mantienen tales

conductas (puesto que aumentan su probabilidad de aparición), y las consecuencias

punitivas tienden a extinguirlas (puesto que disminuyen su probabilidad de

aparición). Los estímulos antecedentes señalan la relación particular entre una

conducta y sus consecuencias, puesto que posibilitan la discriminación de la

naturaleza (reforzante o punitiva) de tales consecuencias para cada conducta. Por

ello, las conductas pueden llegar a estar controladas por sus estímulos

antecedentes. La aparición de un determinado estímulo (antecedente o

discriminatorio) elicitará al conductor la naturaleza (reforzante o punitiva) de las

consecuencias de la conducta asociada con tal estímulo, lo que llevará a una alta

probabilidad de que emita dicha conducta en el caso de que sus consecuencias

(esperadas) sean reforzantes y a una baja probabilidad de que emita dicha conducta

en el caso de que sus consecuencias (esperadas) sean punitivas.

Estos presupuesto generales los concretó Fuller en el conocido “Modelo de

amenaza-evitación”, propuesto inicialmente allá por 1984, y paulatinamente

actualizado (por ejemplo Fuller, 1991, 1994). Representa un intento preliminar de

conceptualización y explicación de la conducción como una conducta de evitación

de amenazas. El término "amenaza" es empleado en el modelo para hacer referencia

a la posibilidad de que acontezca algún peligro, al hecho de que durante mayor

parte del tiempo el conductor no se está enfrentando con estímulos aversivos, sino

con estímulos potencialmente aversivos o amenazas; asimismo, el modelo subraya

el término "evitación" porque prácticamente todo el tiempo que pasa un conductor a

los mandos de su vehículo está, o bien evitando eventos potencialmente aversivos,

o bien evitando la propia posibilidad de que esos eventos aparezcan (Fuller, 1984).

Para Fuller, las acciones del sujeto sobre los mandos de su vehículo se

relacionan directa y necesariamente con dos importantes características

motivacionales del conductor: (a) su deseo de alcanzar cuanto antes el punto de

destino y (b) evitar los posibles peligros; esto es rapidez y seguridad, dos

conceptos, por otro lado, difíciles de conciliar.

P á g i n a | 62

En cualquier caso, el modelo postula que frente a un estímulo señalizador

(estímulo discriminativo), el conductor se anticipa con su respuesta (respuesta de

evitación) a la aparición de un peligro (estímulo aversivo), lo que da lugar a una

nueva situación estimular, en principio carente de riesgo (estímulo neutro). No

obstante, puede suceder que tras la aparición de la señal de peligro (por ejemplo

aproximarse a una curva sin visibilidad a elevada velocidad), el conductor se

encuentre con una situación neutral (por ejemplo carretera totalmente despejada) y

no con el peligro anticipado (por ejemplo un vehículo que circula a poca velocidad).

El hecho de que la mayor parte de los peligros en la conducción estén asociados a

estímulos discriminativos no implica, necesariamente, que éstos vayan a surgir tras

la aparición de la señal, sino tan sólo que existe una cierta probabilidad de que así

ocurra (Fuller, 1988a).

Por otro lado, el conductor puede dar o no la respuesta de evitación

dependiendo de una doble estimación: por un lado, la del grado de amenaza de

accidente (estimación subjetiva de carácter probabilístico) y por otro, la de las

recompensas y castigos asociados a las posibles maniobras a realizar.

El riesgo de accidente desaparecerá, en principio, si el sujeto ejecuta la

respuesta de evitación frente al estímulo discriminativo, antes de comprobar si en

realidad le sigue o no un evento potencialmente aversivo (por ejemplo reducir

velocidad y elevar la vigilancia al aproximarse a una curva sin visibilidad a elevada

velocidad, sin saber si va a encontrarse o no con un vehículo que circule a poca

velocidad). Por el contrario, el riesgo de accidente es mayor si la respuesta de

evitación ocurre una vez que comienza a actuar el estímulo aversivo (por ejemplo al

ver el vehículo que circula a poca velocidad) (Fuller, 1988b). Fuller denomina a estos

dos tipos de respuestas como respuesta anticipatoria y retardada de evitación,

respectivamente.

El modelo parte de la hipótesis de que la actividad de conducción se encuentra

determinada por sus consecuencias. En efecto, tanto las respuestas anticipatorias

de evitación que neutralizan un riesgo y tratan de evitar peligros potenciales, como

las de evitación demoradas que entrañan un riesgo bien definido, dependen de sus

consecuencias. En la conducción, cualquier relación entre una conducta y sus

consecuencias se establece bajo ciertas condiciones estimulares; tales condiciones

se convierten en estímulos discriminativos de la relación conducta-consecuencias y

esa conducta puede eventualmente ser sometida al control de esas condiciones.

P á g i n a | 63

En ese sentido, los accidentes surgen de la interacción entre lo que un

conductor realiza o no, y determinados rasgos de la vía y del entorno vial. Las

acciones del conductor dependerán de la historia pasada de refuerzos de ese

organismo concreto frente a condiciones similares o idénticas; por tanto, el modelo

de amenaza-evitación es una teoría claramente conductual (Fuller, 1988b).

En la Figura 5, se presenta la versión original del modelo de amenaza-evitación

(Fuller, 1984).

El estímulo discriminativo para un conductor es la situación tal y como él la

percibe (p. e. una curva estrecha con escasa o nula visibilidad). Frente a ese

estímulo deberá tomar una decisión respecto de su velocidad y situación en la

calzada, influyendo en ese proceso decisional la propia estimación subjetiva del

grado de amenaza de accidente y la de las recompensas y castigos asociadas a las

posibles maniobras a realizar.

El conductor tendrá, pues, dos opciones fundamentales: (a) Anticipar respuestas

de evitación -respuesta anticipatoria de evitación- que eliminen el peligro potencial

y eviten, en principio, correr el riesgo de un accidente (p. e. disminuir la velocidad y

mantener el pie sobre el pedal del freno sin presionarlo, ceñirse a la derecha, fijar la

vista en la curva, etc.). En este caso, la aparición de una situación peligrosa -

realización de la amenaza- dejaría de ser aversiva o amenazante, porque el

conductor tendría tiempo de maniobrar o detener el vehículo; por el contrario, la no

aparición de un peligro -no realización de la amenaza-, permitiría al conductor

mantener o elevar la velocidad de desplazamiento y, (b) Efectuar una maniobra que

no evite el posible peligro -respuesta de no evitación- y correr el riesgo de un

accidente (por ejemplo mantener una velocidad elevada, acelerar o invadir el carril

contrario para facilitar la entrada de su vehículo en la curva). Si el conductor toma

esta decisión, pueden ocurrir también las dos mismas opciones: bien que no se

presente un estímulo potencialmente aversivo con lo que el conductor podrá

mantener o, incluso, incrementar aún más su velocidad; o bien que se presente

dicho estímulo con lo que deberá ejecutar una respuesta de evitación del peligro -

respuesta de evitación retardada- (por ejemplo un rápido y fuerte frenazo junto a

un ajuste de dirección). Cuanto más inminentes son los estímulos aversivos,

menores son el tiempo disponible para responder y el rango de opciones de

evitación; en consecuencia, la posibilidad de accidente es mayor.

P á g i n a | 64

Figura 5: Modelo de amenaza-evitación (Fuente: Fuller, 1984)

Implicaciones para la seguridad vial

En tanto que la mayor parte de los peligros de las vías públicas están asociados

con ciertas señales o estímulos discriminativos cuyo significado el conductor debe

aprender (p. e. señales de tráfico, distancia de seguridad en terreno deslizante,

velocidad de aproximación a curvas sin visibilidad, cruces, pasos a nivel, etc.), una

posible línea de intervención para mejorar los niveles de seguridad vial estaría

dirigida a facilitar el aprendizaje de anticipaciones correctas a través de la

formación y/o haciendo más patentes los riesgos potenciales. Un ejemplo concreto

de esto último, sería la colocación de señales que avisasen de los peligros en los

lugares apropiados, ya que una señal mal ubicada con el paso del tiempo, tiende a

romper la reacción condicional frente a ella y a reducir su valor atencional.

A su vez, la atenuación o eliminación de estímulos potencialmente aversivos del

entorno vial (por ejemplo introduciendo separaciones físicas en las vías) y el

mantenimiento y la mejora en la capacidad de respuesta del conductor, evitando la

conducción bajo los efectos de determinados productos tóxicos, (por ejemplo

incrementando el número de controles de alcoholemia y ofreciendo información

sobre los posibles efectos del alcohol sobre la conducta), serían formas alternativas

de intervención en aras a mejorar los márgenes de seguridad en nuestras

carreteras.

V e l o c i d a d y

T r a y e c t o r i a s

C a p a c i d a d d e

m a n i o b r a

d e l v e h í c u l o

u t

E s t í m u l o D i s c r i m i n a t i v o

a

w

R e s p u e s t a d e

n o e v i t a c i ó n

u o t r a

a l t e r n a t i v a

e

A c t i v a c i ó n z

A m e n a z a s u b j e t i v a m e n t e

e s p e r a d a v

R e c o m p e n s a s y

C a s t i g o s y

R e s p u e s t a d e

e v i t a c i ó n a n t i c i p a t o r i a

c

N o a p a r i c i ó n

d e l a

a m e n a z a d

N o e x i s t e

e s t í m u l o d i s c r i m i n a t i v o

h A p a r i c i ó n

d e l a

a m e n a z a b

R e s p u e s t a d e

e v i t a c i ó n

d e m o r a d a f g

N o h a y

e x p e c t a t i v a d e

a m e n a z a

x

P á g i n a | 65

Finalmente, Fuller propone facilitar la eficacia tanto de las respuestas

anticipatorias como de las demoradas (por ejemplo a través del entrenamiento de

los conductores en el manejo de sus vehículos en todo tipo de situaciones y

mejorando los instrumentos de control de los mismos) y, utilizar recompensas y

castigos tangibles para favorecer la anticipación de respuestas de evitación, frente a

la tendencia a retrasarlas hasta que la amenaza se presente (por ejemplo utilizando

un sistema combinado de premios y castigos).

La “teoría homeostática del riesgo”

La “Teoría Homeostática del Riesgo” de Wilde (Wilde, 1982a y b; 1984; 1985a y

b; 1986; 1987; 1988a y b, 1995) surge como un intento de explicación del proceso

de toma de decisiones en cualquier situación de tráfico. Parte de la consideración de

la conducción como desempeño de una habilidad, pero se centra en el

funcionamiento del proceso, siendo la motivación humana, no las habilidades ni el

diseño del medio ambiente, el centro de la dinámica de la causalidad del accidente

(Wilde, 1987).

La Figura 6 muestra los mecanismos a través de los cuales se puede ver

afectado el desempeño en la conducción.

Figura 6: Modelo de la actividad del conductor (Fuente: tomado y adaptado de Wilde, 1985)

V

El p r op io

veh í cu lo

OV

Ot r os

veh í cu lo s

1 2 3

12

11

q

ESTADOS MOTIVACIONALES

a. La rgo p la z o (n e ce s id a d d e

e st im u la c ión )

b . Cor to p la zo ( ap r e su r a m ie n to)

c. In m e dia tos ( a ce p t a ción d e r i esgo )

p

13

Pel igr o

su b je t ivo

t o le r a d o

t

14

l

m

n

w

7v

TOMA DE DECISIONES

a. La rgo p la z o (r e vis ió n

d el ve h ic u lo )

b . Cor to p la zo ( cin tu r ó n

d e segu r id ad )

c. In m e dia t a s :

1 . Veloc id a d

2 . Se gu im ie n to

3 . Co m u n ica c ión

4 . Ava n ce

5 . Lu ce s

6 . Nivel d e a t e n ción

g

h8

9

Re sp u e st a d el ve h íc u lo

j

10

r

s

V e n t r e t + t

E

En tor n o

ab

c

5

4

En t r ad a d e

in for m a ción

d

An t i cip a c ión a n t e

E, V y OV e n t r e

t + t

6

e

ESTADOS COGNITIVOS

a. La rgo p la z o (h a b ili d a d es)

b . Cor to p la zo ( pe r c ep c ión )

c. In m e dia to (d is t r a c ció n )

FACTORES MODULADORES, p .e .:

Exp e r ie n ci a , t i po d e e n t r en a m ie nt o,

pe r son a l id a d , se xo , e d a d , fu n cion e s

pe r ce p t iva s, p r eo cu p a ción , o bj e t ivo

de l via j e, a lc oh ol , fa t iga , salu d fís i ca .

Cr it e r io

Acc ió n sob r e lo s

con t r o le s d e l ve h ícu lo

.

Estimación subjetiva del peligro

P á g i n a | 66

La teoría postula que, frente a una determinada situación de peligro, el

conductor busca la información que la define (bloque 4) e interpreta dicha situación

con el fin de anticipar las consecuencias de las posibles alternativas de conducta

(bloque 5). Esas previsiones respecto a las diversas posibilidades de acción

conllevan estimaciones subjetivas del riesgo de accidente -riesgo percibido-

(bloque 6), que el sujeto compara con el grado de peligro que esta dispuesto a

aceptar -riesgo tolerado- (bloque 14).

Como consecuencia de esta comparación, el conductor toma una decisión que

plasma en una determinada acción sobre los mandos de su vehículo. La calidad de

la recogida de información, las anticipaciones, la estimación del riesgo, la

comparación con el nivel de riesgo tolerable, las decisiones que se toman, y las

acciones que se efectúan sobre los mandos del vehículo se hallan influidas por el

estado cognitivo y motivacional del conductor (bloques 11 y 13).

Al mismo tiempo, la “Teoría Homeostática del Riesgo” señala la existencia de un

conjunto de factores moduladores de los estados cognitivos y motivacionales: a

largo plazo (por ejemplo experiencia, personalidad, tipo de entrenamiento, edad,

sexo, normas y modelos comportamentales prevalentes, agudeza sensorial, salud

física, actitudes, valores, etc.); específicos del viaje (por ejemplo propósito,

preocupaciones, nivel de alcohol en la sangre, fatiga, estado físico, etc.); y,

momentáneos (por ejemplo fluctuaciones en la tolerancia al estrés y a la frustración,

etc.) (Wilde, 1985).

Wilde considera el nivel de riesgo de accidente que el colectivo de conductores

está dispuesto a asumir, como la variable independiente que explica el proceso

circular de eventos que origina el accidente. El riesgo de accidente deriva, en última

instancia, del nivel de riesgo aceptado por la población conductora a cambio de

recibir el promedio máximo de utilidad en la cantidad y modo de sus

desplazamientos (Wilde 1988a y b).

En la Figura 7 (Wilde, 1988) ofrecemos una representación esquemática del

modelo homeostático del comportamiento de los usuarios de la vía de Wilde. El

modelo establece un proceso de control de circuito cerrado: b--c--d--e--(f)--b. El

factor decisivo, localizado fuera del circuito, es el nivel de riesgo asumido por el

P á g i n a | 67

colectivo en la actividad de conducción, que controla el producto final del sistema:

la tasa temporal de accidentes.

Figura 7: Modelo homeostático del comportamiento de los usuarios de la vía (Fuente: tomado y

adaptado de Wilde, 1988)

El modelo sostiene que cada usuario de la carretera tiene, para cada maniobra,

una representación consciente del riesgo que desea aceptar, más o menos

explícitamente experimentada. Este nivel de riesgo subjetivo de accidente que el

conductor estima como óptimo, está en función de la evaluación que hace de los

beneficios que espera obtener y los costos anticipados (incluido el peligro percibido

de accidente) que sobrevendrán como consecuencia de sus decisiones, o prudentes

o arriesgadas. Concretamente, el nivel de riesgo está determinado por cuatro clases

de factores motivacionales de utilidad subjetiva: (a) ventajas esperadas de las

alternativas de conducta peligrosa (b) los costos esperados de ellas (c) beneficios

esperados de las alternativas de conducta prudentes y, (d) los costos esperados de

estas últimas.

.

Beneficios percibidos de las distintas alternativas de atención

B. Costos percibidos de las conductas prudentes

( + )

C. Beneficios percibidos de las conductas prudentes

( - )

D. Costos percibidos de las conductas arriesgadas

( - )

A. Beneficios percibidos de las conductas arriesgadas

( + )

Nivel individual de riesgo de accidente aceptado

a

b

Habilidades perceptivas Niveles percibidos de riesgo de accidente

Estimación subjetiva del efecto intrínseco de dicha medida preventiva sobre la tasa de accidentes.

h

Introducción de una nueva medida de seguridad de carácter no-motivacional

g

c

( a - b - h ) = 0

Acciones de ajuste elegidas

Habilidades decisionales

Tasa de accidentes resultante en la zona

+Ajustes deseados

d

Habilidades para la conducción del vehículo

( f )

Feedback

P á g i n a | 68

Los costos y beneficios estimados por los conductores dependen

prioritariamente, de un conjunto de variables (económicas, sociales, culturales,

políticas, educativas y personales) que controlan el nivel de riesgo que el conductor

está dispuesto a asumir. Si bien las consecuencias puramente económicas tienen un

gran peso en la percepción subjetiva de utilidad y, por tanto, en el nivel de riesgo

percibido, el nivel de riesgo que el conductor está dispuesto a tolerar y sus

decisiones subsiguientes también se ven influidas por valores asociados con la

cultura, la presión del grupo de referencia, la identificación con el rol de la edad y el

género, así como con rasgos de personalidad -v.g. asertividad, locus de control,

estilo cognitivo, neuroticismo, etc.-.

Implicaciones para la seguridad vial

Wilde defiende repetidamente la necesidad de abordar la problemática del

tráfico desde una perspectiva interactiva y social; los factores sociales son

indispensables para explicar el comportamiento del hombre en la carretera y el

éxito o el fracaso de las medidas preventivas que se adopten.

Según Wilde, toda medida de seguridad no motivacional introducida en el

sistema produce, transcurrido cierto tiempo, un efecto contrarrestador que causa

un aumento en las conductas de riesgo del colectivo de usuarios sobre el que actúa.

Las intervenciones dirigidas a fomentar, obligar, recomendar o permitir conductas

específicas de precaución y/o dirigidas a desaconsejar conductas específicas

arriesgadas, pueden influir en la frecuencia con que dichas conductas se realicen,

pero no tendrán ningún efecto sobre los accidentes de la población en su conjunto;

esas intervenciones serán inútiles para reducir el índice de accidentalidad de la

población conductora si no contemplan una modificación del nivel elegido de riesgo

de accidente de tráfico (Wilde, 1985). Algunos ejemplos de este tipo de medidas

interventivas son: las leyes que obligan al uso de cinturones de seguridad o cascos

de motocicleta, los límites en la velocidad o en los niveles de alcohol en la sangre, el

entrenamiento de las habilidades del usuario, las normas de construcción de

vehículos, las garantías de la geometría y la señalización de los arcenes.

Señala que la seguridad sólo puede ser incrementada por intervenciones que

fomenten el propio deseo de la gente de no tener accidentes, de conducir de forma

segura, y esto puede lograrse sólo a través de medidas que incidan sobre la

P á g i n a | 69

dimensión motivacional de las personas (Wilde, 1985), que es en definitiva, la que

determina el nivel de riesgo que el colectivo de conductores está dispuesto a

asumir: ora las ventajas esperadas de las alternativas de conducta peligrosa y los

costos de las acciones prudentes, que tienden a elevar el nivel de riesgo que se esta

dispuesto a asumir, ora los beneficios esperados de las alternativas de conducta

prudentes y los costos de los comportamientos peligrosos, que tienden a reducirlo.

Por tanto las medidas preventivas se agruparían, según este modelo, en dos

categorías: (a) las que tienden a mejorar los beneficios que se esperan obtener con

conductas prudentes (por ejemplo incrementar tanto los beneficios percibidos de un

comportamiento prudente, como los costos de las conductas arriesgadas) y, (b) las

que tienden a aumentar los costos de las conductas arriesgadas (por ejemplo

disminuir tanto los beneficios que se perciben como consecuencia de las conductas

arriesgadas como los costos de las conductas prudentes).

En definitiva, se podrían distinguir tres tipos de medidas profilácticas de

carácter motivacional: (a) las que desaniman a la conducción individual, estimulando

el uso de medios más seguros de transporte colectivo, (b) las que desaniman al

conductor a realizar acciones poco seguras y, (c) las que incrementan los costos de

los accidentes para aquellos individuos que los provocan y que los beneficios para

quienes no sufren accidentes (ver Figura 8).

El experimento de los taxis de Munich

Este estudio merece especial interés, porque fue pedido por el Ministerio

Federal de Transportes de Alemania con el propósito de probar algunas

implicaciones de la teoría del riesgo constante desarrollada por Wilde bajo

condiciones de investigación bien controladas.

Parte de una flota de taxis en Munich estaba equipada con un sistema anti-

bloqueo de frenos, también conocido como ABS (por las siglas de anti-lock braking

system). Este tipo de sistemas de freno, impide que las ruedas se bloqueen bajo

condiciones extremas de frenado, y ofrece la ventaja de seguir controlando la

dirección sobre el vehículo durante una rápida desaceleración, especialmente en

superficies de baja adherencia. El sistema hace posible cambiar la dirección del

coche y reducir la velocidad abruptamente al mismo tiempo, con un riesgo

considerablemente reducido de pérdida de control. Los frenos ABS ofrecen un

P á g i n a | 70

ejemplo perfecto de lo que fue llamado un cambio en el riesgo intrínseco. Sin

embargo, de acuerdo con la teoría de la homeostasis del riesgo, se espera que los

conductores cambien su conducta y que compensen este sistema de seguridad con

el mantenimiento de conductas de riesgo ya que el nivel de riesgo deseado no se ha

alterado. Los coches con y sin el ABS en aquella flota de taxis de Munich eran de la

misma marca e idénticos en todos los otros aspectos. La mayoría de los

conductores fueron asignados aleatoriamente a uno u otro tipo de los dos tipos de

coches y los conductores restantes rotaban entre manejar un tipo o el otro. La

exposición al tráfico de cada uno de los taxis con ABS fue cuidadosamente igualada

a la de los taxis con frenos tradicionales sobre un período que duró tres años.

Debido al procedimiento de distribución no hubo diferencia en la hora del día, el día

de la semana, la temporada del año y las condiciones climáticas en las cuales ambos

tipos de taxis estuvieron sujetos a experimentación.

De entre un total de 747 accidentes ocurridos a los taxis de la compañía

durante dicho período, la tasa de participación de los vehículos con ABS no fue

menor, sino ligeramente mayor, aunque no fue significativa en un sentido

estadístico. Estos vehículos estaban de alguna manera sub-representados en la

sub-categoría de accidentes en los cuales el conductor del taxi se juzgó como

culpable, pero claramente sobre representados en los accidentes en los cuales el

conductor no tuvo la culpa. La severidad de los accidentes fue independiente de la

presencia o ausencia del ABS.

En otra parte de la investigación, los investigadores instalaron acelerómetros en

diez coches con el sistema ABS y en otros diez sin el sistema ABS, sin el

conocimiento de los conductores. Estos sensores midieron la fuerza g (9,8m/s) de

aceleración y desaceleración una vez cada diez milisegundos por un total de 3.276

horas de conducción. Se encontró que la desaceleración extrema, esto es, el frenado

extremadamente brusco, ocurrió más a menudo en los vehículos ABS.

Una tercera parte del estudio consistió en observaciones acerca del estilo de

manejo. Se entrenaron observadores para la observación sistemática del estilo de

conducción de una persona y para registrar sus evaluaciones en escalas de

valoración. Luego se les instruyó a llamar un taxi y observar el estilo de conducción

del conductor mientras ellos viajaban como pasajeros. Se realizaron 113 muestras,

57 en taxis con ABS y 56 en taxis sin ABS. Todos los viajes cubrieron la misma ruta

P á g i n a | 71

de 18 km. Las mediciones de velocidad fueron tomadas en cuatro puntos

predeterminados de esta ruta.

Los conductores no habían sido advertidos de que su estilo de conducción

estaba siendo observada y los observadores no sabían si estaban en un taxi con ABS

o sin el. Los conductores por supuesto si lo sabían.

Los análisis subsiguientes de las escalas de valoración mostraron que los

conductores de taxis con ABS realizaban giros más cerrados en las curvas, eran

menos precisos en su el mantenimiento de la trayectoria en el carril, conducían a

una menor distancia de seguridad, y creaban más "conflictos de tráfico". Este es un

término técnico para una situación en la cual uno o más participantes del tráfico

tienen que tomar acciones evasivas para evitar una colisión con otro usuario de la

vía. (Hauer. E, Garder P, 1986) Finalmente, comparados con los conductores de taxis

sin ABS, los conductores de taxis con ABS circulaban más rápido en uno de los

cuatro puntos de medición a lo largo de la ruta. Todas estas diferencias fueron

significativas.

En una extensión más profunda de su estudio, los investigadores analizaron los

accidentes registrados por la misma compañía de taxis durante un año adicional. No

se observó diferencia en la tasa de severidad de accidentes entre los taxis con y sin

ABS, pero los taxis con ABS tuvieron más accidentes bajo condiciones de manejo en

vías mojadas que los vehículos de comparación. Sin embargo, ocurrió una caída

significativa en la tasa general de accidentes en el cuarto año comparado con el

periodo de tres años anteriores. Los investigadores atribuyeron este efecto al hecho

de que la compañía de taxis, en un esfuerzo por reducir la tasa de accidentes, había

hecho que los conductores fueran responsables de pagar parte de los costos de

reparación del vehículo, y los habían amenazado con el despido si ellos acumulaban

un registro de accidentes particularmente malo.

Resumiendo, en respuesta a la instalación de los frenos ABS, los conductores

cambiaron su conducta de conducción: primero, ellos utilizaron el ABS en su

beneficio, pero no pudo ser vista una mejora en la accidentalidad por unidad de

tiempo de exposición al tráfico. Segundo, independientemente de si ellos estaban

manejando con o sin el ABS, una reducción en la tasa de accidentes ocurrió cuando

el nivel de riesgo deseado de los conductores fue reducido al incrementar los costos

esperados de una conducta arriesgada.

P á g i n a | 72

El experimento de taxis de Munich atrajo una enorme atención, no sólo en los

círculos profesionales, sino también en la prensa popular. Los periódicos

mantuvieron artículos acerca de él y la Televisión de Bavaria quería mostrar a los

televidentes lo que había ocurrido. Como el experimento ya había sido completado,

ellos decidieron recrear la manipulación experimental y la manera en que los

conductores habían respondido. La transmisión de este documental añadió más

fuerza al debate popular. Los resultados de este experimento también fueron

discutidos por un grupo de expertos internacionales de la Organización para la

Cooperación y el Desarrollo y Económico, comúnmente abreviada como OECD (por

las siglas de Organisation for Economic Co-operation and Development). En su

reporte final, estos expertos de 16 diferentes países declararon que: "las

adaptaciones conductuales de los usuarios del tráfico que pueden ocurrir después

de la introducción de medidas de seguridad en el sistema de transporte son de

preocupación particular para las autoridades responsables del tráfico, los cuerpos

regulatorios y los fabricantes de vehículos motorizados, particularmente en casos

donde tales adaptaciones pueden disminuir los beneficios esperados de seguridad".

Otro gobierno federal deseaba confirmación de la teoría acerca de la adaptación

de los conductores en respuesta al ABS. El Ministro de Transporte de Canadá pidió a

81 conductores, seleccionados de la población general, que desarrollaran un grupo

de tareas mientras manejaban un coche equipado con ABS, el cual podía ser

encendido o apagado con un interruptor. Estas tareas fueron llevadas a cabo en el

Centro de Pruebas de Transporte de Canadá en Blainville, Quebec. Las tareas

consistían en frenar en una señal de alto, acelerar a 70 km por hora, frenado de

emergencia en línea recta, seguimiento de curva, y parada de emergencia en una

curva. No hubo interacción con otro tráfico en la pista de pruebas. A todos los

conductores se les informó de las características del ABS y se les indicó cuándo

estaban conduciendo con el ABS encendido y cuándo tenían que confiar en los

frenos estándar. A algunos conductores les fue dada la oportunidad de practicar las

maniobras de frenado brusco con el ABS, mientras que a otros no se les dio la

misma oportunidad. (Grant BA. y Smiley A,1993).

Los resultados más interesantes incluyeron el hallazgo de que, con el uso del

ABS, las velocidades de conducción y la presión aplicada al pedal de freno fueron

mayores cuando los conductores sabían que estaban manejando con el sistema ABS

encendido. Más allá, fueron observadas velocidades máximas mayores en

conductores que habían experimentado el frenado de emergencia con el ABS al

P á g i n a | 73

compararlo con aquellos que no habían experimentado con él. Más importante, sin

embargo, fue la observación de que las distancias de frenado durante las maniobras

de frenado no fueron de ninguna manera menores en la presencia del ABS que con

los frenos estándar. Si hubieran sido menores, la única respuesta del conductor

hubiera sido frenar más fuertemente, sin un incremento en la velocidad. Así, la

ocurrencia potencial de distancias de frenado más cortas no se materializó. Se

perdió debido al hecho de que los conductores utilizaron los frenos más

sofisticados para mayores velocidades y frenados más fuertes, no para mayor

seguridad. De manera similar, un estudio de 1996 de 1,384 taxis diferentes

viajando al aeropuerto es Oslo, Noruega, mostró que los taxis equipados con ABS

siguieron al coche de enfrente significativamente más cerca que los taxis sin ABS.

Estos hallazgos alemanes, canadienses y noruegos avalan la declaración arriba

mencionado de la OECD: "una conclusión importante del grupo científico de

expertos es que la adaptación conductual existe, y tiene un efecto en los beneficios

de seguridad alcanzados a través de los programas de seguridad vial".

Otro estudio comparativo de coches con y sin ABS dirigido en los EEUU, llegó a

la impactante conclusión de que "es clara la evidencia de que los frenos antibloqueo

están asociados con un riesgo mayor de fatalidad para los ocupantes del vehículo

equipado con ABS” (Farmer, C.M, Lund, A.K, Trempel, R.E., Braver, E, 1997). Este

hallazgo puede ser bien relacionado a la observación hecha en Noruega de que los

coches más modernos, esto es, los que tienen características de seguridad más

avanzadas, están involucrados en accidentes más a menudo que los coches viejos.

Sin duda Wilde entra en confrontación directa con las premisas fundamentales

de las políticas industriales y gubernamentales, basadas en que es posible reducir la

tasa y severidad de los accidentes a través de la mejora de las máquinas y el

entorno en que son usadas, e incrementando la habilidad del operador humano.

Una teoría fascinante y que encuentra múltiples aplicaciones practicas en alas a

mejorar la seguridad vial-

El “modelo jerárquico”

A pesar de la base experimental aportada sobre cada uno de los modelos de

riesgo descritos hasta el momento, ninguno de ellos ha sido total y

consensuadamente aceptado por la comunidad científica. Todos ellos enfatizan el

P á g i n a | 74

aspecto motivacional del concepto de riesgo, sin embargo contienen elementos

fundamentales definidos con un escaso nivel de claridad, incluso en ocasiones de

forma ambigua y contradictoria (Bötticher y Van der Molen, 1987).

Con objeto de superar los problemas de especificación de estos tres modelos,

Bötticher y Van der Molen elaboran un nuevo modelo explicativo del

comportamiento del conductor que ha sido denominado como “Modelo Jerárquico

de Riesgo” (Bötticher y Van der Molen, 1985). Su asunción básica es que el

conductor tiene plena capacidad para tomar en consideración todas las

probabilidades subjetivamente relevantes y las utilidades derivadas de las

alternativas conductuales, y decidirse por aquella con mayor utilidad subjetivamente

esperada; por tanto, el conductor, en cualquier situación de tráfico, tras analizar las

acciones posibles entre las que debe decidir, seleccionará aquella alternativa de

conducta que considera le reporta mayor utilidad. La evitación del accidente es

considerada, en este marco, tan sólo como una de las motivaciones en la búsqueda

de maximización de la utilidad

A = disminuir los beneficios de la conducta arriesgada = Castigo B = disminuir los costos de la conducta prudente = Recompensa C = incrementar los beneficios de la conducta prudente = Recompensa D = incrementar los costos de la conducta arriesgada = Castigo

PELIGROSAS PRUDENTES

ACCIONES ESPECIFICASREGISTRO DE ACCIDENTES

ACCIDENTE/S SIN ACCIDENT

2

4

5 6

7 8

B, C

A, D

B, C

A, D

CA

ST

IGO

RE

CO

MP

EN

SA 1

3

Figura 8: Tácticas alternativas para incrementar los márgenes de seguridad vial en términos de

recompensas o castigos (Fuente: Wilde, 1985)

P á g i n a | 75

El modelo considera que la tarea de conducir está jerárquicamente estructurada.

En concreto la divide en tres niveles: estratégico (planificación), táctico

(maniobrabilidad) y operacional (control). En cada nivel tienen lugar una serie de

procesos que desembocan en la realización de una maniobra concreta.

En el nivel superior -estratégico- se planifica el desplazamiento (objetivos, ruta

concreta, velocidad media deseada, duración del trayecto...) y se realiza una

evaluación de los costos y beneficios implicados. En el nivel intermedio -táctico- se

planifican las maniobras concretas a realizar para adaptarse y resolver las diversas

situaciones viales que se van presentando (por ejemplo adelantar o no). Por último,

en el nivel operacional se ejecutan los planes en maniobras concretas (por ejemplo

mantener la posición en la calzada y la velocidad gracias a un conjunto aprendido

de habilidades que le permiten controlar los mandos), así como las reacciones de

emergencia para evitar posibles situaciones de amenaza presentadas de imprevisto.

Los dos niveles de tarea superiores tienen tanto la función de iniciar la actividad

como la de supervisarla y corregirla, si se estima oportuno.

La Figura 9 (Bötticher y Van der Molen, 1988; Bötticher y Van der Molen, 1987;

Van der Molen y Bötticher, 1988) recoge los diversos elementos (entorno vial,

procesos perceptivos, expectativas, motivos, juicios, decisiones, etc.) que entran en

juego en la tarea de conducción, dividida como hemos indicado en los niveles

estratégico, táctico y operativo.

P á g i n a | 76

Figura 9: Modelo jerárquico de riesgo. Adaptado de Bötticher y Van der Molen, 1987.

.

CONDUCT0R

PERCEPCION

JUICIOS a) riesgo b) otros

DECISION

PLAN DE MANIOBRASoriginal / corregido

compa- ración

PERCEPCION

N I V E L

E S T R A T E G I C O

N I V E L

T A C T I C O

C O R T O

N I V E L

O P E R A T I V O

M U Y

C O R T O

MOTIVACIONES a) seguridad b) otras

EXPECTATIVAS a) accidente b) otros

JUICIOS a) riesgo b) otros

DECISION

PLAN ESTRATEGICO original / corregido

plan/seguridad/otros estratég.

MOTIVACIONES

EXPECTATIVAS a) accidente b) otros

CONDUCTOR

PERCEPCION

CONDUCTA OPERATIVA

conducta normal

conducta emergencia

DECISION DE EMERGENCIA

COMUNICACION DE

UNA EMERGENCIA

L A R G O

I

N

T

E

R

V

A

L

O

T

E

M

O

R

A

L

Representación

Interna

Ambiente

Físico

Representación

Interna

Ambiente

Físico

Representación

Interna

Ambiente

Físico

P á g i n a | 77

El ambiente físico hace referencia a aquello que rodea al conductor -vehículo,

vía y entorno. El nivel estratégico incluye las posibles rutas, el tiempo a emplear, el

número de paradas, la densidad de tráfico estimada, las condiciones

meteorológicas, etc. El nivel táctico presenta una estructura similar, el propio

vehículo y la situación vial y ambiental concreta en la que se encuentra, pero ahora

ya aplicada a la situación presente de desplazamiento. Por último, el nivel

operacional hace referencia a los mandos del vehículo y los movimientos del mismo,

así como de los restantes vehículos sobre la vía. El conductor capta este ambiente

físico en todos los niveles a través de la percepción.

Según el modelo, ese proceso se ve influido en cada momento por la

representación interna que el conductor posee de ese entorno particular (o tipo de

entorno) y de las consecuencias de sus acciones en él, así como por el conocimiento

acerca de sus propias habilidades y limitaciones. La representación interna otorga

significado a los procesos de evaluación (juicio) a través de percepciones específicas

y de expectativas de resultados particulares.

El modelo distingue dos tipos de expectativas: (a) “expectativas de sufrir un

accidente”, que serían las probabilidades subjetivamente esperadas de resultados

de accidente ante cada una de las posibles alternativas conductuales y, (b) “otras

expectativas” que corresponden a las probabilidades subjetivamente esperadas de

resultados de no tener accidente respecto de cada posible alternativa conductual. En

el nivel estratégico, las expectativas tienen que ver con las probabilidades subjetivas

de sufrir o no accidente a lo largo de todo el viaje y sus consecuencias; mientras

que en el nivel táctico se reducen al resultado esperado, accidente o no, de una

maniobra concreta.

El significado subjetivo de cada una de las alternativas de conducta está

determinado por las motivaciones del conductor. En el nivel estratégico actúan dos

tipos de motivaciones: (a) las centradas en la "seguridad" que son las desventajas

derivadas para el conductor del posible accidente resultado de una conducta

alternativa, estimación que puede variar de acuerdo con el tipo de accidente y, (b)

"otras motivaciones", ventajas y desventajas de otras consecuencias de las

alternativas conductuales ajenas al accidente (por ejemplo de llegar o no tarde a una

cita). En el nivel táctico se incluye también, el plan motivacional estratégico, que

proviene de las evaluaciones realizadas en el nivel superior (por ejemplo mantener

una velocidad media de 100 km/h).

P á g i n a | 78

Para Bötticher y Van der Molen (1988) los motivos que impulsan a la seguridad

son personales, varían con el tiempo y su nivel determina el grado en el que las

decisiones son influidas por expectativas subjetivas de accidente. Consideran

improbable que las motivaciones de seguridad puedan tener utilidades positivas

excepto en casos patológicos: un conductor normal, según el modelo, no utilizará

una alternativa de riesgo cuando por alguna razón una alternativa menos peligrosa

sea igual o más atractiva.

El conductor emite un juicio (de riesgo o de cualquier otro tipo) dependiendo de

la importancia relativa que otorgue a las expectativas y a los motivos. El juicio

desemboca en una decisión que lleva a que se ejecute una alternativa conductual

concreta aplicando una regla de decisión a los juicios; en este caso elegirá la

alternativa con mayor utilidad subjetivamente esperada. Así, la utilidad

subjetivamente esperada de una acción concreta se hace depender del producto

total de la probabilidad y utilidad asociadas a las posibles consecuencias de esa

acción. Tras analizar las acciones posibles entre las que debe decidir, el conductor

selecciona aquella que según su evaluación, maximiza la utilidad. Las reglas de

decisión muestran una gran variabilidad, tanto intra-sujetos como inter-sujetos.

Asimismo, resulta claro que las decisiones del nivel superior diferirán de las del

nivel táctico, puesto que el tiempo disponible para tomarlas es muy diferente.

El proceso decisional lleva a la elección de un plan de acción determinado,

estratégico en el nivel superior y de maniobra en el táctico. Este plan es corregido si

la versión original se muestra ineficaz, pudiendo el conductor mantener los

propósitos originales, o modificarlos si resulta imposible llevarlos a cabo.

El plan estratégico influirá sobre los juicios que deben realizarse en el nivel

táctico bajo la forma de un plan motivacional estratégico (por ejemplo mantener

una determinada velocidad); a su vez, los planes de maniobra del nivel táctico son

llevados a cabo en el nivel inferior, de ejecución, como conducta operativa.

Cuando un determinado plan conductual se lleva a cabo, las expectativas más

relevantes en el nivel táctico comienzan a cambiar inmediatamente, tanto por la

propia elección conductual realizada como por el concurso de acontecimientos que

tienen lugar mientras se ejecuta el plan. En consecuencia, continuamente se forman

nuevos juicios, que llevan a nuevas decisiones, bien para corregir el plan original o

bien para seguir en la secuencia prefijada. En el nivel superior se comparan -

elemento comparador en la Figura- los planes de maniobras concretos (por ejemplo

P á g i n a | 79

adelantar a un camión) con el propio plan estratégico (por ejemplo mantener una

velocidad media). Caso de no ser muy compatibles (por ejemplo un adelantamiento

peligroso), el plan estratégico deberá modificarse. Por último, en el nivel táctico, se

supervisa el nivel operacional a través de la percepción de los cambios producidos

en el entorno; las expectativas cambiarán de acuerdo con esas percepciones.

El plan de maniobra táctico se acomete por mediación de la actividad operativa

normal del conductor, su progreso es continuamente supervisado por el sujeto a

través de los cambios que produce en el ambiente. En condiciones normales, estas

percepciones llevan a pequeñas correcciones inconscientes en sus acciones (por

ejemplo sobre volante y acelerador para mantener trayectoria y velocidad).

El modelo permite dos tipos de funcionamiento en el nivel operacional, los

cuales tienen lugar a bajos niveles de conciencia. La actividad operativa adopta la

forma de conducta normal en un proceso cerrado que termina cuando el plan de

maniobra culmina o es corregido por el conductor. No obstante, este proceso puede

detenerse cuando el conductor, repentinamente, percibe una situación con una

probabilidad subjetiva muy alta de accidente (por ejemplo el vehículo que se está

adelantando comienza a derrapar o a acelerar repentinamente). En tales casos, se

plantea una reacción de emergencia, que lleva a tomar una decisión de emergencia

(por ejemplo frenar o desviar el propio vehículo), y obliga a ejecutar una maniobra

de emergencia (por ejemplo presionar violentamente el freno o actuar sobre el

volante). La reacción de emergencia puede variar de un individuo a otro de acuerdo,

por ejemplo, con la experiencia. La decisión tomada en este nivel probablemente se

reduce a buscar rápidamente un limitado número de formas de conducta de

emergencia, más o menos efectivas, tales como girar el volante, frenar, etc.

Implicaciones para la seguridad vial

El modelo no discute medidas preventivas concretas, sino que se limita a

intentar mostrar su ventaja teórica respecto a los restantes modelos de riesgo. No

obstante, se desprende claramente del modelo que las medidas deben ser

motivacionales, modificando las distintas utilidades subjetivas esperadas de las

acciones; por tanto, deberían minimizarse las ventajas derivadas de las opciones

que implican mayores riesgos, y maximizarse las ventajas derivadas de las acciones

prudentes; bien a través de sistemas de incentivos, bien por medio de

P á g i n a | 80

informaciones claras y adecuadas de los riesgos que derivan de una conducción

impruedente. Asimismo, debería incidirse durante el período de formación sobre las

estrategias decisionales frente a situaciones que comportan un determinado nivel

de riesgo objetivo.

La teoría de elección de metas

La teoría de la Elección de Metas (Duncan, 1990; Duncan, Williams y Brown,

1991) es una perspectiva que, desde un planteamiento esencialmente cognitivo-

motivacional, integra para la explicación del comportamiento humano en la

conducción, diversos factores y procesos psicológicos tales como la motivación, el

aprendizaje, la toma de decisiones, la memoria, etc.; en definitiva, muchas de las

principales variables implicadas en el procesamiento humano de la información.

El concepto fundamental de esta perspectiva teórica es la toma de decisiones. El

planteamiento central es que la conducta humana se dirige intrínsecamente hacia

metas u objetivos (motivos). La unidad básica de análisis sobre el control

conductual, es triple: el estado inicial del organismo, el estado deseado o meta, y

las conductas o acciones que se llevan a cabo para alcanzar dicha meta y reducir

diferencias. El proceso decisional pasa constantemente por una selección entre las

distintas alternativas de acción posibles para alcanzar la meta. Dichos candidatos o

alternativas de acción son ponderados mediante "reglas" que especifican su relativa

importancia o peso motivacional.

Hay una organización jerárquica de metas, submetas y acciones más

específicas, que podrían traducirse, en el contexto de la conducción, como meta

final (llegar a un sitio), maniobras necesarias, acciones más específicas dentro de

estas maniobras, operaciones componentes de tales acciones... etc., en definitiva, la

organización jerárquica va de las pautas más molares a las más moleculares. Todo

esto requiere un continuo proceso de toma de decisiones entre las diversas

alternativas de acción disponibles en cada momento de la secuencia. Y cada

decisión se tomará, en parte, en función del peso motivacional asignado a cada una

de esas alternativas (ver Figura 10).

A propósito de la relación que se puede establecer entre este planteamiento

teórico sobre el proceso decisional con los niveles de ejecución característicos del

comportamiento humano en actividades complejas como la conducción de vehículos

P á g i n a | 81

(habilidades, reglas y conocimientos, según el modelo S-R-K), el planteamiento es

el siguiente: por un lado, debido a la complejidad y nivel de generalidad que suele

caracterizar a la ejecución basada en conocimientos y en reglas, las conexiones

neurales que forman los esquemas cognitivos correspondientes no son muy fuertes

puesto que ante un estímulo, puede existir una variedad de alternativas de

respuesta, dependiendo de diversos factores como p. ej. la situación. La ejecución,

por tanto, se da a un nivel de control consciente o semi-consciente porque el

proceso decisional que media la puesta en marcha de la alternativa de respuesta

apropiada es más largo que la ejecución que se da bajo control atencional casi

automático.

Por otro lado, sin embargo, la ejecución al nivel basado en habilidades se da

bajo control atencional casi automático: la especificidad que suele caracterizar a la

ejecución a este nivel lleva a que las conexiones neurales que forman los esquemas

cognitivos correspondientes estén muy fortalecidas debido a la experiencia repetida

en dicha ejecución, de manera que ante un estímulo, la alternativa de respuesta

apropiada es casi única y depende de la situación en mucha menor medida que la

ejecución al nivel de reglas y conocimientos. La ejecución, por tanto, se da a un

nivel de control casi automático porque el proceso decisional que media la puesta

en marcha de la alternativa de respuesta apropiada es más corto que la ejecución

que se da bajo control atencional consciente o semi-consciente.

La práctica continuada de una conducta lleva a que ésta se ejecute merced a un

proceso decisional cada vez más corto, ya que dicha conducta se termina

ejecutando con relativa independencia de la ponderación de las distintas

alternativas de acción disponibles en cada momento de la secuencia. Los estímulos

desencadenan la secuencia de acciones asociadas de forma cada vez más rápida,

perdiendo relevancia el proceso de selección entre las diversas alternativas de

acción, de manera que las acciones asociadas "ganan la competición por conseguir

el control" cada vez con una mayor facilidad, de entre el conjunto total de

alternativas de acción posibles. Sobre la base de esta explicación, Duncan (1990) ha

identificado la experiencia con "la facilidad con que una acción determinada gana la

competición de entre las restantes alternativas en el proceso de selección".

P á g i n a | 82

O = estado inicial del organismo.

M = estado deseado o meta final (p. ej. llegar a un sitio).

S = submetas (p. ej. maniobras necesarias para llegar al sitio).

A = acciones específicas en la ejecución de cada maniobra.

O = operaciones componentes de tales acciones.

Figura 10: La organización jerárquica de metas, submetas, acciones y operaciones componentes

según el planteamiento sobre el proceso decisional de la teoría de Elección de Metas

Consideraciones críticas a los diferentes tipos de modelos

Los planteamientos tradicionales acerca de la conducta de conducción y los

accidentes de tráfico, que basaron sus explicaciones en las características físicas y

estado de los vehículos, vías y señalizaciones, han sido criticados como

excesivamente esquemáticos y simples; en una palabra como insuficientes para dar

cuenta de la complejidad del fenómeno estudiado. Sin embargo, y pese a las

críticas, aceptables por lo demás, al “modelo de habilidades” no hay que olvidar que

la mayor parte de las medidas adoptadas hasta hoy para prevenir la accidentalidad

derivan de la aplicación de este modelo. No menos indudables que sus

insuficiencias, progresivamente paliadas en la investigación y en las nuevas

propuestas de seguridad, son sus aportaciones positivas. Algunas de sus

propuestas tienen una fuerte influencia, no solamente sobre la opinión de los

conductores, sino también sobre las decisiones que toman las autoridades

responsables del tráfico de numerosos países respecto a la política a desarrollar en

materia de Seguridad Vial.

En general, las críticas de que han sido objeto estos modelos en las últimas

décadas se centran, fundamentalmente, en haber olvidado el importante papel que

juegan los factores motivacionales y emocionales a la hora de explicar la actividad

de conducción y en haber descrito muy superficialmente, para más tarde ignorar en

sus formulaciones, los procesos implicados en la toma de decisiones. Una adecuada

descripción del comportamiento del conductor requeriría la elaboración de modelos

de conducta más compleja que integrasen los distintos factores que en él

intervienen.

P á g i n a | 83

De acuerdo con el modelo de habilidades, los accidentes son considerados,

básicamente, como un fallo, o un error, en la actuación del conductor. Se pasan por

alto, por tanto, los factores decisionales, motivacionales y emocionales que

antecedieron al error. Las actuales investigaciones sobre accidentalidad han

mostrado con claridad, en primer lugar, el limitado peso de los errores en la

ejecución de maniobras frente a los errores de reconocimiento y en la toma de

decisiones; en segundo lugar, la importancia de las causas humanas indirectas -

influencia del alcohol, drogas, fatiga, prisa, elevado nivel emocional, inexperiencia,

etc.- en la génesis del accidente, y, por último, la relación de variables cognitivo-

motivacionales con la accidentalidad -percepción de riesgo, actitudes ante las

infracciones de tráfico, temeridad en la conducción, toma de decisiones arriesgadas,

etc.-

El análisis de este tipo de modelos deriva en una consideración básica:

minusvalora la intervención y el libre control del conductor sobre las demandas

ambientales, al considerarlo simplemente como un elemento que percibe y

responde a las exigencias del sistema de tráfico, dentro de una concepción general

de la conducción como una tarea de “pasos impuestos”. No tiene en cuenta que

factores como la velocidad, la distancia de separación respecto a otro vehículo o la

frecuencia de adelantamientos, dependen del conductor, de sus decisiones y

acciones, que en última instancia son las que determinan la dificultad de la tarea.

Las demandas a las que el conductor ha de atender, están más en función de las

elecciones que éste realiza que de las características concretas de la tarea, y el

grado de dificultad de las situaciones de tráfico en las que participa depende,

básicamente, de lo que el propio conductor haga en ellas. Ofrecen una concepción

demasiado simplista de los aspectos cognitivos y motivacionales del conductor.

Este punto de vista ha promovido también un desmedido optimismo con

respecto a los efectos de seguridad del entrenamiento y educación del conductor,

campañas informativas y medidas similares. La progresiva evidencia de la

inadecuación de estos planteamientos llevó, en el contexto más general de la

emergencia de una psicología cognitiva, a la formulación de modelos cognitivo-

motivacionales que ofrecen una interpretación más global y compleja del sujeto

humano que conduce.

P á g i n a | 84

Pero si los modelos de habilidades han sido considerados como insuficientes

para abordar el estudio del comportamiento del conductor, hasta el momento

tampoco ninguno de los modelos cognitivos o cognitivo-motivacionales

desarrollados ha sido aceptado en su totalidad por la comunidad científica. Todos

ellos aluden a aspectos relevantes aunque sin duda parciales del comportamiento al

volante, seguramente por la enorme dificultad de tomar en consideración los

múltiples factores personales, subjetivos y situacionales que pueden intervenir en

cada uno de los momentos de la secuencia comportamental de la conducción.

P á g i n a | 85

CAPÍTULO 5. SELECCIÓN Y CONTRATACIÓN DE CONDUCTORES

PROFESIONALES

1. INTRODUCCIÓN

El puesto de trabajo de conductor es imprescindible en cualquier empresa de

transporte por carretera. El conductor es la imagen de la empresa frente al cliente, es el

responsable durante el transporte del vehículo y también de las mercancías, de él

depende la calidad del servicio y la seguridad de la operación. Ninguna empresa de

transporte tendrá su imagen consolidada y su reputación ganada sin conductores

altamente profesionalizados.

Un conductor es más profesional cuanto mayor es su conocimiento de todos los

aspectos de la actividad de transporte, los aplica de manera eficaz, y con un

comportamiento seguro.

Durante el proceso de selección de un nuevo conductor, sus años de experiencia no

deben ser considerados como garantía de eficacia y seguridad, aunque la experiencia

siempre sea un punto a considerar a la hora de una nueva contratación. El candidato

debe demostrar su nivel de conocimientos, y la aplicación de hábitos, actitudes y

comportamientos seguros y eficaces.

La selección adecuada de un nuevo conductor evitará la posterior aparición de

problemas que a veces resultarán en difícil y costosa solución. Ninguna cantidad de

entrenamiento o motivación transformará a un conductor incompetente en un conductor

seguro y eficiente.

Por último, cualquier nuevo empleado, y sobre todo si éste es un conductor, debe

ser informado de que la seguridad en el trabajo es una condición para el acceso y

mantenimiento del empleo.

2. OBJETIVO

Establecer los requerimientos mínimos que el transportista debe aplicar de manera

sistemática para la contratación de nuevos conductores.

P á g i n a | 86

3. ÁMBITO DE APLICACIÓN

Esta guía es de aplicación para la contratación de nuevos empleados y conductores

bajo la modalidad de fijos, por obra o servicio, autónomos, temporales, contratistas

SPOT, etc., con una duración indefinida, temporal o por único día o servicio.

4. RESPONSABILIDADES

Las responsabilidades definitivas vendrán señaladas por las disposiciones legales

aplicables. No obstante, como un mínimo a considerar, se entenderán responsabilidades

del empresario:

Asegurar que se dispone de una norma interna para la contratación de nuevos

empleados.

Fijar las normas de seguridad que deben ser exigidos.

Asegurar la aplicación de la norma.

De la dirección:

Llevar a cabo las contrataciones aplicando la norma interna establecida.

Del Servicio de Prevención:

Revisar la evaluación de riesgos de los nuevos empleados, y en caso de ser

necesario, ajustarla a los riesgos reales de la actividad.

5. DESARROLLO

5.1. Perfil del puesto

La dirección debe establecer el perfil del puesto de conductor que desee

cubrir, para lo que debe al menos definir:

El puesto de trabajo.

El entorno donde se desarrollarán las operaciones (transporte nacional,

internacional, especiales, mercancías peligrosas, etc.)

El tipo de contrato; fijo, temporal, por obra, etc.

El nivel salarial y los complementos, estos últimos en caso de haberlos.

Una actitud positiva y buena predisposición para aprender.

Una apariencia personal; buen nivel de aseo y ordenado.

5.2. Requerimientos psicofísicos:

Capacidad física adecuada al trabajo a desempeñar. La ocupación del

conductor de vehículos pesados es una actividad de riesgo que requiere

P á g i n a | 87

disponer de buenas capacidades psicofísicas. Estas capacidades deben ser

inicial y periódicamente evaluadas por un servicio de vigilancia de la salud

profesional y competente.

Dependencia del alcohol y drogas. Las pruebas de dependencia del alcohol

y drogas deben ser parte del reconocimiento médico inicial y periódico.

Estas pruebas sólo se llevarán a cabo cuando el candidato de por escrito su

aprobación y conformidad voluntaria. No obstante, si el candidato se niega

a la realización de estas pruebas, el empresario debe decidir si continua o

da por concluido el proceso de selección.

Síndrome de la Apnea Obstructiva del Sueño (SAOS). El candidato debe

pasar un Test Diagnóstico del Padecimiento de la Apnea Obstructiva del

Sueño (SAOS). Si el candidato se niega a cumplimentar voluntariamente el

test, el empresario debe decidir si continua o da por concluido el proceso

de selección.

Trabajo a turnos y trabajo nocturno. Si el candidato opta por un puesto de

trabajo a turnos, o de trabajo nocturno, debe ser informado de que tendrá

que someterse a los cuestionarios específicos de valoración para verificar su

adecuación al puesto.

5.3. Requerimientos de experiencia y conocimientos

El responsable de la selección y contratación de nuevos empleados, solicitará

al candidato:

Originales y fotocopias del carné de conducir, y de las autorizaciones

específicas según correspondan al vehículo y mercancía a transportar.

Referencias laborales escritas de las dos últimas empresas donde haya

prestado servicio.

La formación y entrenamiento recibido en los trabajos anteriores.

Por último, el candidato debería superar:

- Pruebas teóricas; para determinar el nivel de conocimientos del

candidato así como su capacidad de expresión verbal y escrita.

- Evaluación de la conducción; prueba práctica para evaluar las actitudes,

habilidades y comportamiento del candidato al volante de un vehículo de

iguales o similares características al que posteriormente utilizará.

P á g i n a | 88

5.4. Seguridad como condición de empleo

El candidato debe ser informado de que el cumplimiento de las normas de

seguridad en el transporte es condición inexcusable para el acceso y el

mantenimiento del empleo.

5.5. Código disciplinario

El candidato debe ser informado de la existencia y aplicación del código

disciplinario interno para casos de incumplimiento reiterado de las normas y

procedimientos de seguridad en el transporte.

5.6. La entrevista personal

Durante el proceso de selección y contratación de un nuevo conductor habrá

que mantener una o varias reuniones con el candidato. La estructura que se define a

continuación permite llevar a cabo las entrevistas obteniendo de ellas el máximo

provecho.

a) Introducción

Mantener la reunión en una sala adecuada; suficiente luz, temperatura

agradable, libre de humo, sin ruido, sin interrupciones, etc.

Agradecer al candidato por acceder a la entrevista.

Relajar la situación.

Inspirar proximidad y confianza, preguntándole y llamándole por su

nombre.

Dejar claros los motivos y objetivos de la entrevista. Mantenerlos en su

mente.

b) Durante la reunión recabe información

Guiar amablemente la conversación hacia los objetivos marcados.

Entrevistar utilizando preguntas abiertas, dejando que el candidato con

sus respuestas lleve el peso de la conversación.

Escuchar con atención, interpretando las pausas y los silencios del

entrevistado.

Ser objetivo, evitando las ideas preconcebidas.

Utilizar refuerzos positivos.

c) Cierre

Animar al entrevistado a hacer preguntas, respondiéndolas de forma

clara.

Revisar la información recabada y confirmar que ha entendido.

Agradecer al entrevistado su tiempo y participación en el proceso.

P á g i n a | 89

5.7. Formación de orientación e inducción al nuevo conductor

El candidato debe estar a prueba hasta que supere satisfactoriamente la

formación de orientación e inducción. En ese momento se debe comunicar si

finalmente es o no admitido.

P á g i n a | 90

CAPÍTULO 6. CONTRATACIÓN DEL TRANSPORTE POR CARRETERA

1. INTRODUCCIÓN

La dirección, en su Política General de Seguridad, estableció su compromiso para

alcanzar un ambiente de trabajo seguro y saludable para sus empleados y los de sus

contratistas.

La dirección, podrá contratar el servicio de transporte en su totalidad o en parte, a

condición de que los contratados cumplan con plenitud y eficacia los requerimientos de

seguridad del contratista principal. La contratación del transporte por carretera debe

considerarse como un proceso crítico de la cadena logística.

El anexo 4. Muestra el proceso de selección de un contratista de transporte de

viajeros o mercancías por carretera.

2. OBJETIVO

Establecer la norma interna que sistematice el proceso de selección, evaluación y

control periódico de los contratistas de transporte por carretera, con el fin de lograr y

mantener un servicio seguro, eficaz y competitivo.

3. ÁMBITO DE APLICACIÓN

La aplicación de esta norma es de obligado cumplimiento para la contratación del

transporte bajo cualquier tipo de contrato, alianza, acuerdo, o modo de contratación del

transporte.

Quedan excluidos del alcance de este documento cualquier aspecto ajeno al de

seguridad, como por ejemplo los relativos a la situación financiera, administrativa, etc.

de las empresas contratadas o en vía de contratación.

El contratado tendrá prohibido la cesión, subrogación o la subcontratación del

transporte encargado. No obstante, el contratado podrá ser autorizado a efectuar la

subcontratación:

a) Si el contratado queda integrado en la estructura de seguridad del transportista

principal.

P á g i n a | 91

b) Si el transportista principal evalúa inicial y periódicamente al contratado a fin de

verificar que éste último dispone, aplica y mantiene las normas de seguridad que

le son exigidas.

c) Si tras satisfacer los puntos a), ó b) anteriores, el cliente del transportista

principal autoriza por escrito la subcontratación.

4. RESPONSABILIDADES

Aunque las responsabilidades estarán marcadas por las normas legales aplicables,

con carácter general la dirección es responsable de:

Aportar a los conductores contratados, subcontratados, contratistas SPOT,

autónomos, etc. información e instrucciones adecuadas sobre los riesgos

existentes en su puesto de trabajo y de las medidas preventivas

correspondientes.

Establecer los requisitos y normas en materia de seguridad que deberían ser

cumplidos por contratistas y autónomos.

Requerir al contratado, la evaluación de riesgos de los puestos de trabajo de sus

empleados.

Vigilar que las tareas se ejecutan de acuerdo con la normativa interna establecida

y comunicada a la empresa contratada o al autónomo.

Del contratado y/o del conductor autónomo:

Seguir y cumplir los estándares de seguridad en el transporte del contratista.

5. DESARROLLO

La norma interna debe:

Cumplir la legislación vigente y aplicable en materia de Prevención de Riesgos

Laborales, donde al transportista principal le corresponde los derechos y

obligaciones establecidos para la empresa principal y al contratado los de la

empresa auxiliar.

Satisfacer la legislación nacional y local aplicable al transporte de mercancías por

carretera.

Satisfacer los requerimientos de seguridad del cliente que contrata al

transportista principal.

Especificar claramente los servicios a suministrar por el contratado.

P á g i n a | 92

5.1. Gestión de los riesgos del transporte por carretera

5.1.1. Ninguna empresa debe ser contratada para el transporte por

carretera, salvo que acrediten disponer un nivel de seguridad comparable

al del transportista principal.

No obstante lo anterior, el transportista principal podrá llevar a cabo la

contratación del transporte en los siguientes casos:

1. La empresa candidata, tras la evaluación llevada a cabo sobre su sistema de

gestión de seguridad por el transportista principal o un tercero en su

nombre, no alcanza el nivel requerido por el transportista principal, pero

dispone de un alto potencial para alcanzarlo en un breve periodo de

tiempo. En este caso, la empresa candidata podrá ser contratada si acepta

incluir en el contrato de transporte las clausulas por las que:

Se compromete a llevar a cabo y a aplicar el plan de acción fijado por el

transportista principal para alcanzar el nivel de seguridad requerido.

Se compromete a incluir en su sistema de gestión las nuevas normas

legales o internas aplicables para la gestión de la seguridad en el

transporte.

Reconoce al transportista principal el derecho a la vigilancia y

seguimiento de la gestión de seguridad, así como a evaluarla o auditarla

y a recibir copia del informe de auditoría y del plan de mejora resultante.

Incluir en el contrato de transporte las clausulas por las que el

transportista principal podrá anular el contrato de transporte en caso de:

- Si el contratado no alcanza el nivel de seguridad acordado en el plazo

de tiempo acordado.

- Si el contratado no mantiene el nivel de seguridad alcanzado.

- Si el contratado no acepta aplicar las nuevas normas que puedan ser

necesarias para cumplir con la norma legal o interna.

2. La empresa de transporte principal integra en su SGRTC a la empresa

contratada, con lo que la gestión de seguridad queda garantizada.

5.1.2. El transportista principal

Una vez firmado el contrato de prestación de servicio de transporte y

hasta que el contratado alcance el nivel de seguridad que le es exigido, con

carácter inmediato debe asegurar que el Manual del Conductor contiene sus

normas de seguridad aplicables a la seguridad de las operaciones y la

conducción, y que el conductor conoce y es requerido para:

P á g i n a | 93

Realizar la Inspección diaria pre-servicio. Consultar el capítulo 7, anexo 8.

Listado de Inspección diario Pre-Uso de Vehículos Pesados.

Identificar, siempre con carácter previo al inicio de la operación, los posibles

riesgos existentes en las zonas de trabajo.

Dejar la zona de trabajo en las mismas condiciones de seguridad,

operatividad, orden y limpieza con las que se encontró.

Comprobar la compatibilidad o efectuar la segregación de productos.

Conducir de manera preventiva y económica.

Estacionar en zona segura y proceder a alejar su vehículo de otros, si fuera

necesario.

Utilizar el cinturón de seguridad siempre que el vehículo esté en movimiento.

No utilizar, ni manipular con el vehículo en movimiento; teléfono móvil,

emisora de comunicación bidireccional, navegador GPS, pantalla de datos,

etc.

No exceder las horas de conducción reglamentadas.

Tomar, sin reducir, los tiempos de descanso reglamentados.

5.2. Contratación SPOT

Un contratista SPOT es aquel que es requerido de manera repentina y puntual

para cubrir un servicio imprevisto de transporte.

El transportista principal, para la selección de un contratista SPOT, tiene que

seguir y cumplir con el mismo proceso que para cualquier otro contratista.

5.3. Conductor autónomo

Los conductores autónomos suelen, por lo general, tener una limitada

capacidad para la gestión y prevención de los riesgos, por lo que su contratación

debe seguir el mismo proceso que para los conductores propios. Una vez

contratados deben quedar integrados en el SGRTC del transportista principal.

5.4. Criterios para el proceso de selección

5.4.1. Normas legales

La persona responsable de controlar el proceso de contratación, debe

asegurar que:

El candidato dispone de las autorizaciones y la licencia para operar.

Cada vehículo dispone de las autorizaciones correspondientes.

P á g i n a | 94

Cada conductor posee el carné de conducir de la categoría adecuada al

vehículo y a las mercancías a transportar.

Cada conductor ha pasado al reconocimiento médico por personal

médico competente, y que todos ellos disponen del Certificado de

APTO para el trabajo.

El candidato está al corriente de pago de las cotizaciones a la seguridad

social en el Régimen General o en Régimen Especial de Autónomos.

Cada conductor dispone de una Evaluación de Riesgos Laborales de su

puesto de trabajo, y que ésta está firmada por empresa y conductor.

5.4.2. Normas internas

La persona responsable del proceso de selección debe asegurar que el

candidato acepta:

Aplicar y hacer seguir las normas internas de seguridad vial del

contratante.

Mantener y tratar con la máxima atención y cuidado la documentación

relativa al transporte de la mercancía desde el origen al destino.

Facilitar, si el transportista principal lo solicita, una copia del Informe

Anual y de los informes de accidentes e incidentes, ambos realizados

por el Consejero de Seguridad y firmados por un director del

contratado.

5.4.3. Control y evaluación

La persona responsable del proceso de selección debe asegurar que el

candidato acepta:

Ser evaluado / auditado sobre la gestión de seguridad y prevención por

personal competente del transportista principal o por entidades

externas acreditadas.

Entregar una copia de los informes de evaluación / auditoría de gestión

de seguridad y prevención realizados por entidades externas

acreditadas.

Facilitar información escrita sobre los controles o los procesos que

podrían afectar a las operaciones de transporte contratadas.

El transportista principal debe disponer de un proceso de evaluación del

cumplimiento de sus normas internas de seguridad.

P á g i n a | 95

5.5. Equipos y operaciones

5.5.1. Equipos

El responsable del proceso de selección debe verificar:

Que el candidato dispone, o podrá disponer cuando les sean

requeridos, de los equipos necesarios y adecuados para llevare a cabo

las operaciones de la actividad de transporte, así como que estos

satisfacen las normas y requisitos aplicables a la mercancías a

transportar.

Que los camiones, equipos auxiliares, instalaciones, máquinas,

herramientas, etc., están en buen estado de uso y su mantenimiento es

llevado a cabo según instrucciones de los fabricantes.

El transportista principal debe incluir en el contrato su derecho a la

inspección técnica de los vehículos y equipos, así como a instalar sobre los

camiones aquellos equipos, máquinas, herramientas y accesorios necesarios

para la manipulación de las mercancías.

5.5.2. Operaciones

El responsable del proceso de selección debe comprobar que el candidato

dispone de la capacidad y los conocimientos necesarios para llevar a cabo de

manera eficaz, competente y segura el transporte, incluyendo la gestión de

documentación y mantenimiento de contactos con las personas involucradas en

la cadena del transporte.

5.6. Comunicación e investigación de accidentes e incidentes

La persona responsable del proceso de contratación debe asegurar que el

contratado acepta por contrato comunicar e investigar, en el plazo y la forma

establecida por el transportista principal, cualquier accidente e incidente ocurrido

durante el transporte, las condiciones inseguras identificadas, las no conformidades

con el cliente de cualquier aspecto.

P á g i n a | 96

Contratado con plena

integración al SGRTC del

transportista principal

Transportista principal

Ninguna acción requerida

ANEXO 4

MODELO DE PROCESO DE SELECCIÓN DE UN CONTRATISTA DE TRANSPORTE

Es necesario

contratar el transporte

No

Determinar el tipo

de contratación

Contrato escrito con cada

contratista

Disponer de la Política de

contratación

Contratado con SGRTC

propio

Contratado autónomo Contratado SPOT

Ninguna acción pre-

contratación requerida.

Planificar evaluaciones de

cumplimiento

Para cubrir picos de demanda,

requiere la autorización del

cliente, y sólo sí cumplen los

estándares de Seguridad como

cualquier otro contratado

Informe de

evaluación

disponible

Sí No Evaluar

criterios.

CUMPLEN

Según resultado

evaluación, acordar

Plan de Mejora,

nuevas evaluaciones

periódicas o rechazar

al candidato

Comparar los

criterios de la

evaluación ya

disponible contra

los exigibles. Si se

acepta acordar Plan

de Mejora, en caso

contrario rechazar

al candidato a ser

contratado

No

Archivar informe evaluación y programar

nuevas evaluaciones periódicas

Integrar

plenamente al

SGRTC del

transportista

principal

P á g i n a | 97

CAPÍTULO 7. REUNIONES DE GRUPO DE SEGURIDAD

1. INTRODUCCIÓN

En el Capítulo 1. Liderazgo y Administración, punto 6.4. Reuniones de Grupo de

Seguridad, se avanzaba la necesidad de establecer una herramienta de gestión que

permitiera a la dirección informar, consultar y dar participación a los trabajadores en lo

referente a seguridad. Este capítulo desarrolla un protocolo de actuación para el logro

de la necesidad manifestada.

El director es el responsable del eficaz cumplimiento del deber general de

protección de los trabajadores propios y contratados, y esto dependerá en gran medida

de la información y conocimiento que los trabajadores tengan de los riesgos de la

empresa en general, y de los de su puesto de trabajo en especial, así como del modo de

eliminarlos o controlarlos. El deber general de protección para el empresario establece

los siguientes tres derechos para los empleados: ser informados de los riesgos; ser

consultados sobre lo que afecte a su protección; poder participar y efectuar propuestas

de mejora para la protección y prevención de accidentes.

Las reuniones y charlas de seguridad a las que se hace referencia en este capítulo,

además de satisfacer los tres requerimientos arriba mencionados, son un excelente

medio de comunicación que fluye en ambas direcciones entre gerencia y empleados.

Estas reuniones permiten a la dirección:

Asegurar que todos han recibido el mismo mensaje, y de la manera más

oportuna.

Consolidar un buen clima de cooperación a través de la participación e

interacción del grupo.

Dar a todos la misma atención y participación.

Obtener información directa de los trabajadores.

Obtener propuestas directamente de los trabajadores.

Ayudar a formar una imagen de líder en el conductor de la Reunión.

En ningún caso las reuniones y charlas sustituyen a las sesiones de formación y

entrenamiento.

P á g i n a | 98

2. OBJETIVO

Establecer una norma que permita integrar los aspectos de seguridad y prevención

en las reuniones con los empleados, así como alcanzar los requerimientos del SGRTC y

los legalmente establecidos en materia de comunicación, información, consulta y

participación de los trabajadores.

3. ALCANCE

Entran dentro del alcance de este capítulo las reuniones habituales de trabajo, ya

sean periódicas o puntuales, que se realicen en la organización en los diferentes

ámbitos; dirección, mandos, supervisores de primera línea y trabajadores, y que puedan

tener relación con la actividad laboral.

También se considerarán válidas las reuniones específicas de los diferentes grupos

dedicados a las funciones preventivas.

4. RESPONSABILIDADES

Las responsabilidades definitivas quedarán fijadas en función a lo que se establezca

en la norma legal. No obstante, con carácter de mínimos se identifican las siguientes:

De la dirección:

Promover que los aspectos relativos a la prevención de riesgos en el transporte

se traten de manera sistemática en las reuniones de grupo.

Fijar reuniones específicas a fin de reflexionar conjuntamente sobre la evolución

del SGRTC y del cumplimiento de los objetivos establecidos.

De los supervisores de primera línea:

Analizar conjuntamente con los trabajadores las incidencias que en materia de

prevención de riesgos hayan acontecido en sus ámbitos de actuación.

Aprovechar las reuniones para informar sobre las medidas de seguridad

aplicables a las operaciones.

Del Coordinador del SGRTC:

Participar en las reuniones en las que se solicite su presencia.

P á g i n a | 99

5. DESARROLLO

5.1. Tipos de reuniones

5.1.1. Reuniones de información

El objetivo principal de estas reuniones es el de informar a los

trabajadores sobre los riesgos de la empresa en su conjunto y los de cada

puesto de trabajo, las normas internas de prevención y protección así como las

medidas a adoptar en caso de emergencia. Además, estas reuniones son una

excelente oportunidad para establecer la comunicación bidireccional en todo lo

referente a seguridad entre los mandos y trabajadores asistentes.

5.1.2. Reuniones de consulta

Los empleados deben ser consultados con carácter general de todas las

cuestiones que afecten a su seguridad en el trabajo, y de cualquier otra acción

que pueda tener efectos sustanciales sobre su seguridad. En ningún caso el

resultado de la consultas debe considerarse vinculante, la capacidad de decidir

siempre permanecerá en la dirección en el marco de su responsabilidad de

garantizar la protección de los trabajadores.

5.1.3. Reuniones de participación

Los trabajadores, individualmente considerados, disponen del derecho

de efectuar propuestas para la mejora de los niveles de protección de la

seguridad en la empresa. Estas propuestas las podrán canalizar hacía la

dirección bien a través de los órganos colectivos de representación y

participación en la prevención, o bien directamente.

5.1.4. Charlas de Seguridad

Son reuniones breves, entre diez y quince minutos, del supervisor de

primera línea con los trabajadores bajo su supervisión que se realizan

momentos antes de ocupar sus puestos de trabajo.

Las charlas de seguridad son muy eficientes y efectivas para:

Compartir de manera rápida información crítica y/o pertinente.

Estimular las ideas y la interacción del equipo.

Enseñar y mostrar conceptos y procedimientos simples.

Permitir la participación rápida y espontánea de los supervisados.

Ayudar a establecer un clima para la comunicación positiva y de

cooperación.

P á g i n a | 100

5.2. Participación de la dirección

Consolidar el SGRTC, y muy especialmente en los aspectos de prevención y

protección, requiere de una participación activa y visible de la dirección, lo que

incluirá su presencia y participación en reuniones con los empleados de su área de

responsabilidad.

La participación de la dirección debe ser una acción planificada para conseguir

el máximo rendimiento de la misma, y en ningún caso deberá limitarse a realizar

comentarios aislados, improvisados o informales.

El director, debe también tener presencia e incluso participación activa y visible

en las reuniones, realizando alguna exposición o presidiéndolas, como apoyo a lo

que otros directores presentan o debaten.

5.3. Periodicidad y duración de las reuniones

Las reuniones deben formar parte del SGRTC y, en consecuencia, de los

objetivos anuales.

La periodicidad de celebración de las reuniones dependerá de la estructura y

organización de la empresa, su tamaño, y su dispersión geográfica. No obstante, la

siguiente frecuencia de celebración podrá ser suficiente:

Supervisores de primera línea: una reunión al mes

Directores de área: una reunión por semestre

Director / gerente: una reunión año

Los supervisores deben convocar a las reuniones ordinarias al mayor número de

sus supervisados, y asegurar que todos asisten al menos a una reunión por

trimestre.

La duración de las reuniones estará entre cuarenta minutos y una hora por mes,

en función de la periodicidad de las mismas y de la agenda a tratar en cada una de

ellas.

Cuando sea posible, se celebrará la reunión a primera hora del día del primer

día hábil de la semana, con ello se permite el tiempo restante de la semana para la

aplicación de lo comunicado durante la reunión.

P á g i n a | 101

5.4. Dirección de las reuniones

La dirección podrá delegar la celebración y dirección de las reuniones ordinarias

en los supervisores de primera línea, reservando su presencia para aquellas en las

que la agenda incluya puntos sensibles o de mayor trascendencia. La dirección de

las reuniones no debe ser delegada a la función de seguridad, si bien su presencia y

participación está requerida.

5.5. Presentación y desarrollo

La comunicación efectiva aumenta la motivación, por lo que se debe establecer

un estrecho contacto e interacción entre los trabajadores, los supervisores de

primera línea, y la dirección, permitiendo comunicaciones abiertas sobre seguridad,

como también sobre otras materias relacionadas con el trabajo.

El director de la reunión debe trasmitir los mensajes de forma clara y directa. La

presentación de cada tema debe realizarse con el apoyo de medios audiovisuales y

documentación como informes de incidentes, accidentes, técnicos, etc.

Si durante la reunión se acuerdan acciones, resultará importante que para cada

acción acordada se identifique al responsable de alcanzarla y la fecha estimada de

cierre. Estas acciones sólo se deben considerar cerradas cuando el director

correspondiente ha dado su conformidad con el desarrollo y alcance de la acción.

Además, las acciones acordadas deberán alcanzarse en el menor tiempo posible por

la persona responsable, aplicando el principio de que la aplicación convierte las

ideas en acción y estas en resultados, por lo que cuanto más pronto y con más

frecuencia se practique lo acordado, mejor se aprende y se recuerda.

5.6. Agenda y registro

La reunión debe quedar registrada, firmada, archivada y lista para inspección y

evaluación del SGRTC. La agenda debe recoger y planificar el desarrollo de los

temas de seguridad a tratar durante la reunión, de manera lo suficientemente

flexible para permitir la incorporación de nuevos temas de seguridad o de cualquier

otra área de interés para la empresa, siempre que los primeros ocupen al menos el

60% del tiempo dedicado. Otros datos importantes a registrarse serán la fecha de

celebración, el horario y duración, la identidad de los asistentes, los materiales

utilizados en la reunión y los entregados a los asistentes, las acciones tomadas y la

persona responsable de alcanzarlas, el estado de seguimiento de las mismas, la

fecha en la que se alcanzaron, y la firma.

P á g i n a | 102

CAPÍTULO 8. INSPECIONES PLANEADAS Y MANTENIMIENTO

1. INTRODUCCIÓN

Uno de los objetivos del SGRTC es adoptar las medidas necesarias para que los

locales, edificios, instalaciones, procesos, equipos de trabajo y productos utilizados por

los trabajadores sean adecuados para el trabajo a llevar a cabo y se mantengan seguros

y en buen estado de uso. Entre las acciones preventivas más eficaces para ello están las

inspecciones y revisiones planeadas de seguridad, en adelante inspecciones, y el

mantenimiento preventivo.

Inspecciones y mantenimiento, son herramientas que todo empresario debe

disponer y atender con carácter prioritario.

2. INSPECCIONES PLANEADAS

La inspección es una técnica de examen sistemático, cuya ejecución se orienta tanto

a la verificación del estado de todos los elementos claves como a la toma de la acción

preventiva, inmediata o planificada, adecuada a los potenciales riesgos de causar

accidentes e incidentes.

La inspección es una de las medidas disponibles más eficaces para descubrir las

condiciones de trabajo y prácticas personales inseguras que más tarde podrían ser las

causas de un accidente o un incidente. Un programa de inspecciones bien diseñado y

ejecutado debe:

Identificar los riesgos que no se previeron en acciones anteriores.

Identificar las condiciones de trabajo inseguras que puedan surgir como

consecuencia del uso y desgaste normal, así como por el abuso o el mal trato de

instalaciones y equipos de trabajo.

Identificar las prácticas de trabajo inseguras ejecutadas por el trabajador.

Identificar el efecto causado por una inadecuada gestión del cambio.

Identificar las deficiencias producidas por las acciones correctoras inadecuadas.

Tomar las medidas correctoras de las anomalías detectadas.

Asegurar el cumplimiento de los requerimientos legales.

Retroalimentar a la dirección sobre la eficacia y efectividad de compras,

ingeniería, métodos, procedimientos operativos, y otros aspectos del SGRTC.

P á g i n a | 103

Demostrar el compromiso de la dirección con la seguridad a través de una

actividad visible para la seguridad, aumentando la confianza y eficacia de los

trabajadores.

Es muy importante identificar qué tipo de revisiones podrán ser realizadas por

personal propio y cuáles deben ser efectuadas por personal especializado externo, bien

por requerimiento legal o bien por la propia complejidad de la inspección.

2.1. Objetivo

Definir la metodología de inspección para comprobar, con la regularidad

establecida, que se mantienen las condiciones de operatividad y de seguridad en

todos los activos que se definan en el alcance.

2.2. Alcance

Todos los edificios, locales, áreas, instalaciones, máquinas, útiles,

herramientas, vehículos de transporte y auxiliares en propiedad o que presten

servicio para o en nombre de la empresa y bajo cualquier modelo de contratación

(renting, leasing, etc.)

2.3. Responsabilidades

Las responsabilidades definitivas estarán marcadas por la legislación aplicable.

No obstante, con carácter de mínimos se identifican las siguientes

responsabilidades:

Del empresario:

Adoptar cuantas medidas resulten necesarias para definir, aplicar y

documentar un programa de inspecciones preventivas internas y

reglamentarias.

De la dirección:

Asegurar que las inspecciones se efectúan en tiempo y forma según la

norma.

Tomar cuantas medidas correctoras sean adecuadas, efectuar su

seguimiento, y la administración del sistema.

Completar y mantener actualizadas las Tarjetas Registro de Elementos

Críticos.

Integrar, cuando sea posible, las inspecciones con el mantenimiento

preventivo para optimizar recursos y esfuerzos.

P á g i n a | 104

De los supervisores de primera línea:

Realizar las inspecciones para velar que los equipos se encuentren en

perfecto estado de trabajo.

Informar a los trabajadores las acciones correctivas adoptadas para

solucionar las incidencias por los primeros comunicadas.

De los trabajadores, para que el empresario pueda cumplir con sus

obligaciones de prevención y de proporcionar unas condiciones de trabajo seguras y

sin riesgos:

Colaborar con la persona encargada de efectuar la inspección en su área de

trabajo.

Comunicar a su inmediato superior las condiciones de trabajo y las

prácticas personales inseguras que a su juicio entrañen un riesgo para la

seguridad y salud. Esta comunicación podrá ser inicialmente verbal, siendo

el supervisor de primera línea quien, en presencia del trabajador, redactaría

el Registro e Informe de Condiciones de Trabajo Inseguras o Prácticas Sub-

estándar.

Mantener limpia y ordenada su zona de trabajo.

2.4. Etapas del programa de inspección

Aunque existen muchos tipos de inspecciones, el procedimiento es similar

para todas ellas, pudiendo aplicar con carácter general las siguientes etapas

básicas:

2.4.1. Formación y entrenamiento

La dirección debe involucrar en la formación de protección patrimonial

a todas las personas con cargos y/o responsabilidad relevante.

La formación estará en línea con la naturaleza de los riesgos reales y

las necesidades de protección.

Los trabajadores y mandos con responsabilidad asignada para realizar

las inspecciones deben disponer de un alto compromiso con la seguridad,

estar formados, ser expertos en la materia, y poseer las habilidades necesarias

para:

Llevar a cabo de forma correcta las observaciones de

comportamiento a fin de detectar los actos personales inseguros.

P á g i n a | 105

Realizar inspecciones para la identificación de las condiciones de

trabajo que estén por debajo de los estándares marcados.

La evaluación y cuantificación de la magnitud del riesgo.

La toma de acciones correctoras para el control / eliminación de las

incidencias, así como para el seguimiento de las mismas.

La comunicación de las incidencias.

2.4.2. Actitud positiva

El inspector debe disponer de una actitud y enfoque positivo desde el

primer momento de la planificación de la inspección, llevando a cabo una

revisión de los informes previos existentes sobre el área, instalación, vehículo,

etc., o para la reunión de los instrumentos y materiales necesarios para llevar

a cabo la inspección. Debe prepararse mentalmente para encontrar, comentar,

resaltar, e incluso elogiar, lo que está bien y no sólo anotar o comentar lo que

está mal.

2.4.3. Planificar la inspección

Toda inspección debe ser planificada. Se debe definir lo que se va a

inspeccionar y los límites de la inspección. En inspecciones generales, la

utilización de mapas de la empresa y listado de equipos ayudarán a establecer

la ruta y fijar los puntos que podrán requerir mayor atención, optimizando el

tiempo y los recursos dedicados a este procedimiento.

2.4.4. Determinar qué se va a inspeccionar

Con carácter general se debe planificar la inspección de todo aquello

que esté recogido en el Alcance de esta norma. Especial atención se debe

prestar a los elementos críticos cuyo fallo podría ser la causa de la mayoría de

accidentes y de pérdidas en producción y calidad.

La identificación de los elementos a inspeccionar será tarea de un

equipo de trabajo que reunirá el conocimiento necesario y del que formará

parte; un miembro de la dirección, el coordinador del SGRTC, un supervisor de

primera línea y un trabajador o uno de sus representantes. Este equipo

propondrá a la dirección lo que se debería inspeccionar y, muy especialmente,

los elementos críticos.

El SGRTC debe claramente especificar que el mantenimiento preventivo

no es sustituto de las inspecciones planeadas.

P á g i n a | 106

2.4.4.1. Elementos críticos

Son los componentes de los equipos, vehículos y estructuras

que ofrecen mayores probabilidades de ocasionar un accidente,

incidente o pérdida importante cuando se gastan, se dañan, se abusa

de ellos, se maltratan o se utilizan de forma inadecuada, o cuando

interaccionan entre ellos. Entre los equipos que pueden contener

elementos críticos están; calderas a presión o de generación de vapor,

tanques y depósitos, sistemas de tuberías y válvulas, sistemas de carga

y descarga, sistemas de parada de emergencias, dispositivos de control

y sensores, alarmas, bombas, compresores, equipos con rotores,

equipo de transporte y levantamiento de cargas, camiones, autobuses,

estaciones de tratamiento de aguas, estacionamiento de vehículos, etc.

2.4.4.2. Preparación del inventario de elementos críticos. Anexo 5.

Para inventariar los elementos críticos se debería seguir los

siguientes siete pasos:

1) Listar todas las áreas, estructuras, equipos, vehículos, y artículos

almacenados que la empresa posea y/o opere. Se podrán utilizar los

inventarios contables, los registros de compras, el listado de los

productos MPAR, etc.

2) Revisar sistemáticamente cada elemento listado e identificar cuáles

de ellos, si fallan, podrán tener un alto potencial de producir

lesiones, enfermedades, daños a la propiedad, pérdidas de

producción, de calidad, impacto al medio ambiente, etc. Lo normal

es que la mayoría de los elementos críticos se identifiquen tras

reflexionar un poco en ellos, pero en otros se deberá investigar su

historial de accidentes, de fallos, de reparaciones, consultar los

manuales y las recomendaciones de fabricantes, el resultado de las

entrevistas con los trabajadores, la probabilidad de que desarrollen

condiciones de trabajo inseguras tras estar sometidas a esfuerzo por

el uso, las vibraciones, el calor, la corrosión, las reacciones químicas,

etc.

3) Listar todos los elementos críticos identificados.

4) Identificar las partes que se deberán inspeccionar de cada elemento

para determinar su estado.

5) Asignar la frecuencia de inspección.

P á g i n a | 107

6) Asignar los responsables de la inspección.

7) Definir las acciones correctoras y un sistema de seguimiento.

2.4.4.3. Tarjeta Registro de Elementos Críticos. Anexo 6.

Cada elemento, pieza de equipo, estructura o área listada como

crítica deberá pasarse a la Tarjeta Registro de Elementos Críticos y

listarse sus partes críticas, es decir lo que se deberá inspeccionar con

carácter prioritario.

Mantener actualizado el inventario y la tarjeta será vital para el

buen funcionamiento del sistema.

2.4.5. Programa de inspecciones

La planificación de la inspección y el desarrollo de la actividad de la

empresa no deben entrar en conflicto.

Las inspecciones son parte importante del SGRTC, y todos los

elementos que operen en la empresa deben ser objetivo de inspección para

garantizar que en ellos se previene un posible fallo o la aparición de

condiciones de trabajo inseguras. El programa de inspecciones debe incluir los

sistemas o elementos de protección de las instalaciones.

Las inspecciones deben formar parte de los objetivos anuales.

Consultar el capítulo 1. Liderazgo y administración, punto 7. Objetivos

anuales.

La periodicidad con la que se efectuarán las inspecciones variará en

función del elemento a inspeccionar y el alcance de la inspección. El siguiente

cuadro muestra, con un único propósito de ejemplo, los intervalos en los que

podrán efectuarse algunas de estas acciones coordinadas:

P á g i n a | 108

Periodicidad Elemento a inspeccionar

Mensual

Talleres de reparación y mantenimiento de vehículos (máquinas,

útiles, herramientas, etc.).

Instalaciones de tratamiento de agua sucias / residuales.

Instalaciones separadoras de aceites / grasas.

Tanques y depósitos vacios sin limpiar o con productos líquidos o

gases inflamables, combustibles, tóxicos, corrosivos, etc.

Válvulas, bombas, tuberías, etc.

Vehículos de transporte de mercancías (rígidos, tractoras,

cisternas, semirremolques, etc.), viajeros y vehículos auxiliares.

Instalaciones de carga y descarga.

Surtidores de suministro de vehículos, etc.

Recipientes a presión (compresores, equipos con rotores, etc.).

Máquinas lectoras de matrículas, de control de acceso, etc.

Sistemas de protección de los sistemas informáticos.

Sistemas de parada de emergencia (dispositivos de control,

sensores, alarmas, etc.).

Bimestral

Equipos de transporte interior y de levantamiento de cargas

(carretillas, grúas, montacargas, ascensores, etc.).

Calderas de generación de vapor / agua caliente.

Instalaciones de lavado de vehículos.

Sistema de alarma y extinción de incendios.

Trimestral Instalaciones de almacenamiento (estanterías, pallets, etc.).

Semestral

Edificios y locales de oficia (pasillos, suelos, barandillas,

iluminación, etc.).

Viales, caminos, vallados, puertas de acceso, etc.

Áreas de estacionamiento de vehículos (señalización vertical y

horizontal, zona de paso para peatones, prohibido fumar,

limpieza, etc.).

Anual Centros de transformación / subestaciones eléctricas.

Algunas Inspecciones detalladas podrán llevarse a cabo de manera

coordinada con acciones de mantenimiento preventivo.

2.4.6. Elaborar listados de inspección. Anexo 7.

Los listados de inspección son una herramienta necesaria para el

inspector.

P á g i n a | 109

Algunos listados de inspección y comprobación son proporcionados

por el fabricante del equipo y están hechos a la medida de la inspección a

realizar. Cuando los fabricantes no proporcionan estas listas de inspección,

deben ser preparados por personal especializado.

Los inspectores siempre deben considerar los listados como un mínimo

a inspeccionar y no confiarse única y totalmente a ellos. Los listados indicarán

donde mirar y que buscar, pero quizás no incluyan aspectos como tolerancias,

el color de una pieza que trabaja en condiciones anormales o con desgaste,

etc., o no determinarán la condición de trabajo insegura que se debe buscar;

en este caso lo más habitual es emplear palabras descriptivas, como: doblado,

quebrado, descompuesto, desgastado, grasiento, mellado, retorcido, corroído,

suelto, con filtraciones, ruidoso, punzante, resbaladizo, obstruido, astillado,

inestable, vibrante, gastado, etc.

Los listados de inspección deben mantenerse actualizados.

2.4.7. Determinar qué personas deben inspeccionar y los recursos necesarios

La inspección debe ser una tarea propia de los supervisores de primera

línea, pues son ellos quienes poseen mayor conocimiento de lo que se va a

inspeccionar y un interés primordial sobre el buen estado de las cosas,

además de la responsabilidad por llevar a cabo una operación segura, eficiente

y sin interrupciones. Sin embargo, cuando la dificultad o complejidad de los

aspectos a inspeccionar requiere, legalmente o no, un conocimiento específico

y/o profundo en el tema, más allá del conocimiento de los aspectos

implicados en la realización del trabajo, se debe recurrir al asesoramiento de

especialistas internos o externos a la empresa.

La dirección debe realizar inspecciones como parte de sus visitas de

inspección.

Es recomendable que las inspecciones se lleven a cabo junto al

trabajador responsable o que opere el equipo, vehículo, etc. con el fin de

hacerles participar en la identificación tanto de los fallos como de las

soluciones. Los comités de seguridad, de prevención o representantes legales

podrán ser también invitados a estar presente durante las inspecciones.

P á g i n a | 110

Cuando las inspecciones de seguridad no se llevan a cabo por los

supervisores de primera línea, es recomendable que estos efectúen al azar una

muestra representativa de las inspecciones realizadas para asegurar que el

sistema funciona de manera eficaz.

También se debe fijar el vestuario, documentos, instrumental, etc. que

se requiere para la inspección. Nadie, bajo ninguna circunstancia, debe entrar

y permanecer sin los adecuados equipos de protección personal en áreas

donde estén exigidos para los trabajadores.

2.4.8. Inspeccionar

Los siguientes son algunos de los puntos clave que ayudarán a hacer

más efectiva la inspección:

Orientarse mediante mapas de la planta.

Buscar los aspectos que puedan estar fuera de la vista y pasar

desapercibidos.

Adoptar medidas temporales inmediatas cuando se descubran

peligros o riesgos. Si el peligro es grave e inminente se debe parar la

operación hasta que sea eliminado o el peligro rebajado a riesgo

tolerable.

Describir, identificar y ubicar cada deficiencia o factor de riesgo.

Redactar el problema con una descripción corta y clara en el mismo

lugar donde se encontró. Si es posible fotografiarlo para apoyar la

descripción o facilitar la ubicación.

Clasificar los factores de riesgo en función de su importancia:

Riesgo 1. Una condición de trabajo y/o práctica insegura, capaz de

causar incapacidad permanente, pérdida de la vida o de alguna parte

del cuerpo, y/o pérdida considerable de estructuras, equipos o

materiales.

Riesgo 2. Una condición de trabajo y/o práctica insegura, capaz de

causar lesión o enfermedad grave, con resultado de incapacidad

temporal o daño a la propiedad de tipo destructivo, pero no muy

extenso.

Riesgo 3. Una condición de trabajo y/o práctica insegura, capaz de

causar lesiones menores, enfermedad leve, ó daño menor a la

propiedad.

P á g i n a | 111

Este tipo de clasificación permite priorizar las acciones correctivas.

2.4.9. Determinar las causas básicas de los factores de riesgo

Encontrar una condición de trabajo o una práctica personal insegura

debe suponer, para la mayoría de los casos, el inicio de un proceso de

investigación que sólo se debe concluir con la identificación de las causas

básicas que lo originaron, lo que llevará al Coordinador del SGRTC a analizar el

fallo en el propio SGRTC y a proponer a la dirección la medida correctora que

impida la repetición del fallo, o la aparición del accidente por la misma causa.

La técnica para determinar las causas básicas se describe en el capítulo

de Comunicación e Investigación de Accidentes e Incidentes.

2.4.10. Acciones correctoras

Los supervisores de primera línea deben tener la autoridad suficiente y

los recursos necesarios para poder corregir con carácter inmediato los

problemas en el mismo lugar de trabajo. Cuando la acción correctora requiera

de inversión o de ingeniería que demore su implantación, se deben tomar

acciones inmediatas correctoras de control del riesgo, o en caso de que se

clasifique Riesgo 1 ó 2 paralizar la operación hasta implantar una acción

correctora temporal que reduzca el riesgo a niveles aceptables.

Las órdenes de trabajo no serán aceptadas como medidas correctoras.

2.4.11. Seguimiento de las medidas correctoras adoptadas

Las medidas correctoras tomadas para la eliminación de las incidencias

surgidas en las inspecciones requieren de un seguimiento hasta su total

terminación.

2.4.12. Informe de inspección. Anexo 7.

El informe de inspección será el medio a través del cual:

Se comunicará a la dirección los problemas de seguridad y

operaciones detectados durante la inspección, lo que debe permitir

tomar decisiones acordes con lo encontrado y dentro del contexto

general de la empresa.

P á g i n a | 112

Se compartirá la información con otras áreas, lo que permitirá

localizar problemas similares.

Se recordará a los trabajadores lo que deben hacer, alentando a

hacerlo.

Se darán a conocer todas las acciones que se hubieran tomado,

evitando la descoordinación de las acciones a menudo costosas y

conflictivas.

Se impulsarán las acciones de seguimiento y ofrecería continuidad

entre las inspecciones.

2.5. Inspecciones Pre-uso del equipo. Anexo 8.

La mayoría de los equipos cuentan con sistemas de control de operación,

pulsadores de emergencia, luces, frenos, etc. que son elementos o partes críticas

para una operación segura. Estos sistemas pueden degenerar en condiciones de

trabajo inseguras entre dos usos o periodos sucesivos de mantenimiento, por lo que

las revisiones previas a su uso constituyen un importante control de prevención de

accidentes.

En el caso de las empresas de transporte cada camión y/o vehículo de

transporte es un elemento crítico, que a su vez incorpora partes críticas, y cuyo

correcto estado de trabajo y funcionamiento debe verificar el conductor antes de

iniciar su utilización.

Cuando un mismo vehículo sea compartido por más de un conductor, cada

conductor debe verificar su estado antes del inicio de su jornada, y también al

finalizarla.

Cada conductor es responsable, ante su dirección, del estado del vehículo

mientras esté a su cargo. Cada conductor es también responsable de la veracidad

de lo anotado en el listado pre uso, lo firme o no.

El conductor, solo o con la ayuda de un tercero, debe verificar todos los

puntos del listado y anotar su estado o las incidencias encontradas. Las incidencias

deben ser inmediatamente comunicadas a mantenimiento para su pronta

eliminación. Si la incidencia afecta a la seguridad de marcha, el vehículo no debe

entrar en servicio hasta su eliminación. El conductor debe ser informado de la

eliminación de la incidencia, y dar su aprobación antes de entrar en servicio.

P á g i n a | 113

2.6. Inspección del orden y la limpieza. Anexo 9.

La suciedad y el desorden son contrarios a la seguridad, la calidad, la

productividad y la contención de costos. El orden y la limpieza son esenciales para

el desarrollo de una actividad segura y eficiente. Considerar estos dos conceptos es

parte importante de unas efectivas inspecciones planeadas.

Las inspecciones planeadas proporcionan la oportunidad de localizar:

Áreas desordenadas u ordenadas de forma deficiente.

Aspectos sucios del taller, máquinas, personas, servicios, etc.

Acumulaciones peligrosas de materiales obsoletos, chatarras, etc. en áreas

de trabajo, pasillos, estanterías, recipientes o contenedores que rebosan o

están rotos, etc.

Falta de espacio en almacenes.

Falta de luz en espacios de trabajo.

Falta de señales, instrucciones, etc.

Pasillos y puertas obstruidos que, a veces, desembocan en las salidas de

emergencia.

Útiles y herramientas dejados en las áreas de trabajo y no retornados a sus

paneles.

Materiales que acumulan polvo u óxido por desuso.

Derrames, filtraciones, fugas, etc. de líquidos o gases.

Falta de interés de los trabajadores por el orden y la limpieza de su área de

trabajo.

Otros.

Y que por lo tanto requerirán tomar acción para:

Eliminar las causas de accidentes e incidentes.

Reducir los costos al evitar el derroche y desperdicio de energía, materiales,

etc.

Lograr un mayor aprovechamiento del espacio disponible.

Mantener los inventarios actualizados y en los niveles realmente necesarios.

Estimular la mejora de los hábitos de trabajo.

Aumentar la producción.

Mejorar el control de calidad.

Reflejar a terceras personas un lugar bien administrado.

P á g i n a | 114

3. INSPECCIONES INFORMALES

Este tipo de inspecciones se pueden realizar de manera natural ante una

preocupación puntual de cualquier trabajador durante el desarrollo de sus funciones

normales y, aunque ofrecen resultados limitados, ayudan a detectar condiciones de

trabajo y prácticas personales inseguras.

Las inspecciones informales aportarán valor y ofrecerán buenos resultados si están

formalizadas dentro del SGRTC. El registro de los aspectos detectados e informados por

un trabajador, supervisor o miembro de la dirección, permitirá:

Disponer de un sistema para adoptar medidas correctoras.

Informar a la dirección y al coordinador del PGS sobre los problemas existentes.

Manifestar el interés de la empresa por la seguridad y estimula a los trabajadores

sobre la necesidad de informar y eliminar riesgos.

Proporcionar datos para efectuar análisis de tendencias.

Servir como barómetro de la concienciación de los trabajadores sobre seguridad.

4. INSPECCIONES REGLAMENTARIAS

Es responsabilidad del empresario fijar procedimientos escritos que aseguren el

cumplimiento de los requisitos reglamentarios de los edificios, instalaciones, útiles y

herramientas.

5. MANTENIMIENTO PREVENTIVO

El mantenimiento preventivo es complementario al sistema de inspecciones pero no

sustituye ni a las inspecciones planeadas ni a las inspecciones reglamentarias, si bien,

como en aquellas, integra los aspectos específicos de seguridad. La falta de

mantenimiento, o el mantenimiento insuficiente, pueden ser causa de la creación de

situaciones de riesgo para las personas y de que puedan fallar elementos o equipos con

funciones críticas.

La integración de las inspecciones planeadas y el mantenimiento preventivo es una

decisión que podrá ser considerada y tomada por la dirección. En todo caso, será

recomendable aprovechar las sinergias de ambas técnicas y tratar de unificar las

inspecciones y el mantenimiento preventivo pero sólo en aquellos elementos en los que

resulte posible, sin menoscabo de que por requerir diferente periodicidad en el control

o pruebas específicas significativas se contemplen inspecciones separadas de las

revisiones de mantenimiento.

P á g i n a | 115

La planificación del mantenimiento y el proceso de suministro de pedidos no deben

entrar en conflicto.

5.1. Objetivo

Establecer un proceso sistemático que garantice la conservación en

condiciones óptimas de funcionamiento de los equipos e instalaciones, asegurando

su rendimiento y prestaciones durante toda su vida útil y consecuentemente reducir

las posibles averías y fallos provocados por el mal estado de los mismos,

consiguiendo así que el trabajo se realice con los mayores niveles de seguridad,

eficiencia y calidad.

5.2. Alcance

Todos los equipos, instalaciones, vehículos, etc., utilizados por la empresa.

No debe considerarse mantenimiento preventivo las actuaciones una vez

producida la avería, ni tampoco la construcción, modificación,

reacondicionamientos, etc.

5.3. Responsabilidades

Las responsabilidades definitivas estarán marcadas por la legislación aplicable.

No obstante, con carácter de mínimos se identifican las siguientes

responsabilidades:

Del empresario;

Adoptar cuantas medidas sean necesarias para establecer un programa de

mantenimiento preventivo.

De la dirección;

Facilitar la aplicación del programa de mantenimiento preventivo, así como

de verificar que en su área funcional se efectúa en la forma aprobada y con

el intervalo de tiempo definido.

Verificar que las medidas de reparación son las necesarias para el correcto

funcionamiento del elemento.

Del responsable de mantenimiento;

Elaborar, con el asesoramiento de los coordinadores de prevención y del

SGRTC, y proponer al empresario un programa de mantenimiento

preventivo que asegure el correcto funcionamiento y las prestaciones de los

equipos e instalaciones.

P á g i n a | 116

Registrar la ejecución del programa de mantenimiento. El registro al menos

incluirá; la identificación de los responsables de la ejecución, y el

calendario de realización de dicho mantenimiento.

De los supervisores de primera línea;

Velar para que los equipos se encuentren en correcto estado y las

actuaciones de mantenimiento se desarrollen de acuerdo con lo

establecido.

De los trabajadores;

Colaborar con la persona encargada de efectuar el mantenimiento

preventivo en sus puestos de trabajo, así como llevarlo a cabo si fueran

ellos mismos quienes tienen establecida esta tarea.

Comunicar a su inmediato superior cualquier defecto u indicio de avería

que detecte en la maquinaria o equipos que utiliza, y, si fuera necesario,

cumplimentar una comunicación de riesgo o sugerencia de mejora. Esta

comunicación podrá ser verbal, siendo el supervisor de primera línea quien,

en presencia del trabajador, redacte el parte de incidencia. El anexo 10

propone un Registro e Informe de condiciones Inseguras y Prácticas Sub-

estándar que podría aplicarse a este fin.

5.4. Desarrollo. Anexo 11.

El programa de mantenimiento preventivo deberá al menos considerar los

siguientes puntos:

1) Sistematizar el proceso que determine el equipo / sistema que requiera de

mantenimiento preventivo. Este proceso podrá proceder de la información e

instrucciones contenida en los manuales de los fabricantes, a quienes se les

deberá solicitar en caso de no disponerlos.

2) Dar diferente frecuencia de mantenimiento a las actuaciones de verificación

del correcto estado de los equipos, de aquellos trabajos específicos a

realizar como la sustitución de componentes en plazos previstos, el

engrase, etc.

3) Conocer las instalaciones y equipos que legalmente tienen establecida una

periodicidad en su mantenimiento y revisión.

4) Los riesgos suplementarios a los que podrá estar sometido el personal de

mantenimiento por las propias instalaciones donde realizan su trabajo y la

temporalidad de los mismos. El programa de mantenimiento requerirá la

P á g i n a | 117

utilización de trabajadores formados en sus cometidos, así como la posible

necesidad de un sistema de permisos e instrucciones de trabajo a fin de

reducir al máximo los problemas en las instalaciones y los riesgos para los

trabajadores.

5) Ningún trabajo de mantenimiento se podrá iniciar sin antes asegurar que la

máquina, herramienta, equipo, etc.:

Está eficazmente aislada de cualquier energía, flujo de productos, etc. y

sus mandos de maniobra eléctricos, neumáticos, hidráulicos, etc. están

etiquetados.

Los sistemas de parada están activados.

Los sistemas de actuación en caso de emergencia funcionan.

Se han tomado las medidas necesarias para evitar su puesta en marcha o

conexión accidental.

6) Cada equipo o conjunto de equipos idénticos dispondrá de un libro de

registro del programa de revisiones a realizar en cada uno de ellos, en el

que se recogerán los trabajos de mantenimiento y reparaciones realizados.

El libro deberá identificar los elementos y las partes de los equipos objetos

de revisión y los aspectos concretos a revisar.

7) Se deberá disponer de hojas de revisión mediante listas de chequeo

específicas para facilitar el control de los elementos a revisar, en donde el

personal podrá indicar las actuaciones y desviaciones detectadas de

acuerdo con los estándares establecidos. En dichas hojas aparecerá la

frecuencia y la fecha de las revisiones así como los responsables de

realizarlas. Las hojas de revisión cumplimentadas, así como los registros de

los trabajos realizados, se archivarán en las propias unidades funcionales.

P á g i n a | 118

ANEXO 5

INVENTARIO DE ELEMENTOS CRÍTICOS

ASPECTO ESPECÍFICO: Útiles y herramientas (Máquinas, equipos, sustancias, vehículos,

estructuras, áreas, etc.)

Departamento:

Almacén

productos en

depósito

Ubicación: Sala

reparaciones

Inventariado por: A.

Pozo

Aprobado por: C.

Cristóbal

ELEMENTOS CONSIDERADOS CRÍTICOS PARTES CRÍTICAS

1. Sierra de corte 1.1. Disco de corte

1.2. Mango de agarre

1.3. Guardas y protecciones

1.4. Cable y clavija de alimentación

eléctrico

1.5. Interruptor de puesta en marcha

1.6. Pulsador paro de emergencia

2. Máquina de chorro de arena 2.1. Interruptor de puesta en marcha

2.2. Conmutador aislante

2.3. Cable de alimentación eléctrica

2.4. Conectadores de tubería

2.5. Rótulo sobre protección de ojos

2.6. Protector de los ojos fijado a la

máquina

NOTA: Este modelo tiene únicamente un propósito de ilustración y guía y, aunque basado en un

modelo en uso, no se propone como ideal aplicable con carácter general a todas las empresas de

transporte.

P á g i n a | 119

ANEXO 6

TARJETA REGISTRO DE ELEMENTO CRÍTICO

ELEMENTO CRÍTICO ESPECÍFICO: Sierra de corte

(Máquina, equipo, sustancia, vehículo, estructura, área, etc.)

Departamento: Almacén de productos en depósito Ubicación: Sala reparación

paletas

Responsable inspección: A. Pozo Periodicidad: Mensual

Partes críticas del

elemento (2)

Aspectos a inspeccionar

Lo que se debe mirar

Hallazgos Acciones

Correctoras

1. Disco de corte 1.1. Estado dientes de sierra Dientes

doblados

Sustituido

1.2. Ajuste disco a eje Ok

2. Mango de agarre 2.1. Ajustado al cuerpo Ok.

2.2. Aislado de la energía Ok.

2.2. Sin astillas ni resaltes Ok

3. Guardas y

protecciones

3.1. Cubre el riesgo Ok.

3.2. Se mantienen fijas con la sierra

en operación

Puede ser

manipulada

Orden de

reparación.

4. Cable y clavija de

alimentación eléctrica

4.1. Continuo y sin cortes Ok.

4.2. Unión a equipo sólida Junta goma

suelta

Orden de

reparación

4.3. Estado clavija Ok.

5. Interruptor de

puesta en marcha

5.1. Estado funcionamiento Ok.

6. Pulsador pare de

emergencia

6.1. Nivel de operación Ok.

6.2. Estado de la protección Ok.

6.3. No síntomas mal uso Ok.

Fecha de inspección: 14 Diciembre 2.013

Responsable de inspección: A. Pozo VºBº Director: C. Cristóbal

Firma: A. Pozo Firma: C. Cristóbal

Notas:

1. Este modelo tiene únicamente un propósito de ilustración y guía y, aunque basado en un modelo en

uso, no se propone como ideal aplicable con carácter general a todas las empresas de transporte.

P á g i n a | 120

2. Criterios para elegir las partes críticas de los equipos:

Elementos que, de fallar, pueden generar riesgo de accidente.

Elementos que pueden verse sometidos a un envejecimiento de necesario control.

Elementos que pueden verse sometidos a un deterioro.

Elementos que, de fallar, pueden generar defectos de calidad en el producto o proceso.

Elementos que tengan funciones específicas de seguridad.

P á g i n a | 121

ANEXO 7

LISTADO E INFORME DE INSPECCIÓN

Departamento: Taller de reparación Elemento: Control y prevención de incendios

Responsable inspección: Z. Joaquín Estado Periodicidad: Mensual

Elementos a inspeccionar Bie

n

Mal Hallazgos Acción Correctoras

1.Detección de incendios y sistemas de alarma

1.1. Instalación B

1.2. Cobertura suficiente B

1.3. Pruebas de funcionamiento M Última año

2006

Planificar prueba

completa

2.Sistema de rociadores

2.1. Presión mínima en manómetro de 4

km/cm2

B

2.2. Suministro de agua suficiente B

2.3. Agente extintor conectado a red B

2.4. Mantenimiento realizado y registrado en

placa

B

3.Rutas de evacuación

3.1. Mapa de evacuación B

3.2. Rutas señalizadas y visibles B

3.3. Brigada de emergencia identificada B

3.4. Brigada entrenada con simulacros (verificar

en registros)

B

4.Extintores de incendios portátiles

4.1. Agente correcto para el tipo de fuego B

4.2. Señalizados B

4.3. Accesibles M Algunos ocultos Se reubicaron

4.4. mantenimiento realizado y registrado en

placa

B

5.Prevención de incendios

5.1. Orden y limpieza adecuada B

5.2. Materiales combustibles / inflamables bajo

control

B

5.3. Teléfonos de emergencia en activo B

5.4. Teléfonos de emergencia listados y

actualizados

M Unidad

quemados

Incluir teléfono

hospital

6. Contención de incendios

P á g i n a | 122

6.1.Puertas cortafuegos operativas y mantenidas B

6.2. Extractores de humos operativos y

mantenidos

B

6.3. Accesos de bomberos adecuada y libre M Obstruida Retirar pallets

6.4. Bomba Jockey activa y mantenida (ver

registros)

B

6.5. Red de agua contra incendio identificada B

Fecha de inspección: 14 Diciembre 2.008

Responsable de inspección: Z. Joaquín VºBº Director: H. Machado

Firma: Z. Joaquín Firma: H. Machado

NOTA: Este modelo tiene únicamente un propósito de ilustración y guía. Cada empresa debe

definir los elementos que deben ser inspeccionados.

P á g i n a | 123

ANEXO 8

LISTADO DE INSPECCIÓN DIARIO PRE-ÚSO VEHÍCULOS PESADOS

Elementos a comprobar Bien Mal Anotación de fallos

1. Daños exteriores en chapa y pintura.

2. Ausencia de fugas de combustible, aceites, aire a

presión, etc.

3. Ubicación segura de calzos, triángulos, extintores, etc.

4. Estado integro y funcionamiento de faros de

alumbrado y de antiniebla, luces de freno y de marcha

atrás, intermitentes, claxon, etc.

5. Funcionamiento de la señal óptica y acústica de

marcha atrás.

6. Niveles correctos de aceite, combustible, líquidos

refrigerante y limpia parabrisas, hidráulicos, etc.

7. Neumáticos; presión, dibujo, cortes, deformaciones,

objetos extraños entre las ruedas gemelas, etc.

8. Limpieza e integridad de parabrisas, espejos laterales

y retrovisores.

9. Ajuste correcto del puesto de conducción, espejos

laterales y retrovisores.

10. Cabina libre de objetos sueltos.

11. Funcionamiento freno de estacionamiento.

12 Funcionamiento del freno de pie (en el primer

momento de inicio de la marcha).

13 Documentación del vehículo y conductor. Discos

tacógrafo.

14. Otros.

Nombre y apellidos del conductor: Nombre y apellidos del operario de reparación:

Fecha y hora: Fecha y hora:

NOTA: Este modelo tiene únicamente un propósito de ilustración y guía y, aunque basado en un modelo en

uso, no se propone como ideal aplicable con carácter general a todas las empresas de transporte.

P á g i n a | 124

ANEXO 9

LISTADO PARA UNA INSPECCIÓN DE ORDEN Y LIMPIEZA

Área: Fecha: Inspector:

Elementos a comprobar Sí N

o

Anotación de fallos

1. MAQUINAS Y EQUIPOS:

1.1. ¿Están limpios y libres de todo material innecesario?

1.2. ¿Están libres de fugas de aceite, agua y cualquier otro

fluido?

1.3. ¿Disponen de las protecciones y dispositivos de seguridad,

adecuados y son utilizados?

2. MATERIALES Y PRODUCTOS

2.1. ¿Están apilados y ordenados de forma correcta y segura?

2.2. ¿Son cargados de forma segura y ordenada en camiones,

contenedores, etc.?

3. ÚTILES Y HERRAMIENTAS

3.1. ¿Están cada cosa colocada en su sitio?

3.2. ¿Están guardas limpias y libres de aceite y grasa?

3.3. ¿Están en condiciones seguras de trabajo?

4. PASILLOS Y VIAS DE PASO

4.1. ¿Son seguros y están libres de obstáculos?

4.2. ¿Están limpios y en buen estado de mantenimiento?

4.3. ¿Es visible y limpia la señalización de BIEs, extintores, etc.?

4.4. ¿Están las zonas de peatonales y de circulación de

maquinaria claramente delimitadas y marcadas?

4.5. ¿Disponen y utilizan las carretillas un espacio para su

estacionamiento seguro?

5. PISOS (SUELOS)

5.1. ¿Sus superficies son seguras y aptas para el trabajo?

5.2. ¿Se encuentran limpias, libres de zonas resbaladizas, secas,

sin desperdicios, ni materiales innecesarios?

5.3. ¿Son los recipientes para desechos suficientes y adecuados?

6. LOCALES Y EDIFICIOS

P á g i n a | 125

6.1. ¿Están las paredes, y muros limpios y en buen estado?

6.2. ¿Están las ventanas y tragaluces limpias y permiten la

entrada de luz natural?

6.3. ¿Está el sistema de iluminación artificial limpio y en buen

estado de mantenimiento?

6.4. ¿Están las señales de seguridad visibles, limpias, mantenidas

y correctamente ubicadas?

6.5. ¿Están las plataformas y escaleras (incluye barandillas)

limpias, libres de obstáculos, iluminadas, y en buen estado?

6.6. ¿Están las vías y salidas de evacuación en caso de

emergencia libres de obstáculos y listas para ser utilizadas en

cualquier momento?

6.7. ¿Están los extintores, BIEs, etc. localizables, mantenidos y

limpios?

7. ALMACENAJE

7.1. ¿Están las áreas de almacenamiento señalizadas?

7.2. ¿Dispone cada producto, sustancia y material almacenado de

un lugar identificado y etiquetado?

7.3. ¿Está indicado en cada estantería el peso máximo a

almacenar?

7.4. ¿Están los productos, sustancias y materiales almacenados

etiquetados y cerrados en sus envases y embalajes?

7.5. ¿Están los productos, sustancias y materiales almacenados

en su sitio sin invadir zonas de paso?

7.6. ¿Están los productos, sustancias y materiales apilados

almacenados en su sitio sin invadir zonas de paso?

8. RESIDUOS

8.1. ¿Hay contenedores accesibles en los lugares de trabajo?

8.2. ¿Están los contenedores de residuos especiales

identificados?

8.3. ¿Están los residuos inflamables depositados en bidones

metálicos cerrados?

8.4. ¿Se recogen los residuos incompatibles en contenedores

separados?

8.5. ¿Están los residuos por debajo del nivel de rebose?

8.6. ¿Están limpias las zonas alrededor de los contenedores de

residuos?

P á g i n a | 126

8.7. ¿Existen y están disponibles medios de limpieza en las áreas

de trabajo?

9. TERRENOS

9.1. ¿Están en orden, libres de desperdicios y de materiales

innecesarios?

NOTA: Este modelo tiene únicamente un propósito de ilustración y guía y, aunque basado en un

modelo en uso, no se propone como ideal aplicable con carácter general a todas las empresas de

transporte.

P á g i n a | 127

ANEXO 10

REGISTRO E INFORME DE PRÁCTICAS Y CONDICIONES DE TRABAJO INSEGURAS

Fecha: 1 Diciembre 2013

Nombre, apellidos y ocupación (quien identifica): P. Patricio / Encargado mantenimiento

Instalación/Máquina/equipo/Vehículo (ubicar): Escalera portátil

Departamento (ubicar lo encontrado): Mantenimiento

Director del área (a quien se dirige): J. Conde Delgado

CONDICIÓN ENCONTRADA ORIGEN CONSECUENCIAS

1. Escalera portátil de aluminio

con tercer peldaño doblado

Uso o abuso de

este útil

Posible caída de altura con lesiones

personales.

2.

3.

4.

5.

MEDIDAS CORRECTORAS ADOPTADAS Corregida (fecha)

SI NO

1. Escalera retirada de servicio y llevada a reparación 15 junio

2.

3.

4.

5.

Firma Jefe Equipo:

Aprobación director área: J. Conde Delgado

Firma: J. Conde Delgado

NOTA: Este modelo tiene únicamente un propósito de ilustración y guía y, aunque basado en un

modelo en uso, no se propone como ideal aplicable con carácter general a todas las empresas de

transporte.

P á g i n a | 128

ANEXO 11

FICHA INTEGRADA DE INSPECCIÓN Y MANTENIMIENTO

NOTA: Este modelo tiene únicamente un propósito de ilustración y guía y, aunque basado en un

modelo en uso, no se propone como ideal aplicable con carácter general a todas las empresas de

transporte.

P á g i n a | 129

CAPÍTULO 9. EQUIPO DE PROTECCIÓN INDIVIDUAL Y ROPA DE TRABAJO

1. INTRODUCCIÓN

Los tres métodos más usados para el control de los riesgos laborales que podrían

afectar a la seguridad y salud de los trabajadores son;

a) Controles de ingeniería; medios técnicos de protección colectiva que eliminan,

limitan y/o controlan los riesgos en su origen.

b) Controles administrativos; métodos o procedimientos de organización del trabajo

que consisten en la aplicación de normas y procedimientos internos para el

control de los riesgos cuando a) no es posible.

c) Equipo de protección individual (E.P.I.); que protegen al trabajador de los efectos

de los riesgos existentes, pero que deben ser utilizados en último lugar, sólo

cuando a) y b) son impracticables.

La utilización del E.P.I. es el último recurso que el empresario debe tomar para

hacer frente a los riesgos laborales reales o potenciales que pueden afectar al

trabajador, recurriendo a ellos solamente cuando no haya podido eliminarlos, evitarlos o

limitarlos suficientemente a través de los controles de ingeniería y los controles

administrativos.

Con carácter general, el uso del E.P.I. está requerido:

Donde el producto manipulado represente riesgo.

Donde la operación a realizar represente riesgo.

Donde el lugar de trabajo represente riesgo.

Hay que tener en cuenta la significativa calificación de individual; un equipo

individual es aquel que protege a una única persona, y sólo a ella. En consecuencia

estos equipos son personales e intransferibles, en ningún caso son intercambiables, y

cada trabajador debe tener asignado su propio E.P.I. por las tres siguientes razones: a)

de higiene, b) de ajuste a las características anatómicas del usuario, c) para hacer

factible que cada usuario se responsabilice del mantenimiento y conservación del E.P.I.

que se le entrega.

2. OBJETIVO

Establecer un sistema para la identificación, selección, entrega, control y

mantenimiento de los E.P.I. y de la ropa de trabajo y protección.

P á g i n a | 130

3. ALCANCE

Entran dentro del alcance de este procedimiento cualquier equipo o ropa de trabajo,

destinados a ser llevados o sujetados por el trabajador para que le protejan de uno o

varios riesgos reales o potenciales que puedan amenazar su seguridad y/o su salud, así

como cualquier complemento o accesorio destinado a tal fin.

4. RESPONSABILIDADES

Las responsabilidades definitivas quedarán fijadas en función a la norma legal

aplicable. No obstante, y con un carácter de mínimos:

Del empresario:

Adoptar las medidas necesarias para determinar los puestos de trajo en los que

deba recurrirse a la protección individual y precisar, para cada uno de estos

puestos, el riesgo o riesgos frente a los que debe ofrecerse protección, las partes

del cuerpo a proteger y el equipo o equipos de protección individual que deberán

utilizarse.

Proporcionar a los trabajadores los E.P.I. libre de todo cargo.

Documentar en el SGRTC las instrucciones de empleo de los E.P.I.

De la dirección:

Dar participación a los trabajadores usuarios de los E.P.I., o a sus representantes

legales, en la elección de los equipos.

Informar y formar a los trabajadores a su cargo sobre el correcto uso de los E.P.I.,

su mantenimiento y sustitución de aquellos que presenten anomalías o deterioro.

Recabar la documentación pertinente de los fabricantes, importadores o

suministradores.

De los supervisores de primera línea:

Colaborar de forma activa con el empresario a la hora de evaluar los puestos en

los que deban utilizarse E.P.I.

Comprobar que los trabajadores los utilizan adecuadamente.

De los trabajadores:

Utilizar, cuidar y mantener correctamente los E.P.I., así como de colocarlos

después de su utilización en el lugar indicado para ello.

P á g i n a | 131

Informar de inmediato a su mando directo de cualquier defecto, anomalía o daño

apreciado en el E.P.I. utilizado que, a su juicio, pueda entrañar una pérdida de su

eficacia protectora.

Utilizar los E.P.I. de acuerdo a las indicaciones dadas sobre la obligatoriedad de

uso según la naturaleza de los riesgos a los que queda expuesto, aunque la

exposición sea de muy breve duración.

El empresario tiene identificado el deber legal de vigilancia como el de controlar la

ejecución de las órdenes dadas, y lleva implícito el deber de corrección y sancionar

cuando así proceda, en uso de la potestad disciplinaria. Si la dirección tolera, consiente,

acepta o mantiene una actitud incorrecta de sus trabajadores implica el incumplimiento

del deber de vigilancia.

La conducta incorrecta de los trabajadores de no utilizar o utilizar inadecuadamente

los E.P.I. constituye, simultáneamente, un ilícito administrativo (del que responderá el

empresario ante la Administración) y un incumplimiento laboral (del que responderá el

trabajador frente el empresario.)

5. DESARROLLO

Cada uno de los siete pasos se describen a continuación son necesarios para

determinar el documento que de forma clara y detallada determine el E.P.I. a utilizar en

cada circunstancia, teniendo en cuenta las características de las materias a manipular,

las instalaciones donde se opere, y las instrucciones de los clientes.

Paso 1. Identificación del riesgo.

Se deben identificar los riesgos concretos que afectan al puesto de trabajo y que no

hayan podido ser eliminados por ningún otro medio. Esta identificación, saber cómo y

cuándo se generan, debería basarse en técnicas y evaluaciones como: las normas

legales, las buenas prácticas industriales, el análisis y revisión de tareas, el análisis de

los productos que se manipulan en la empresa, los controles ambientales, la

investigación y análisis de accidentes e incidentes, etc.

Hay que cuidar que la evaluación alcance también a los trabajadores con

ocupaciones externas a los locales e instalaciones fijas de la empresa; conductores,

comerciales, vendedores, visitantes, etc.

P á g i n a | 132

Paso 2. Definición de las características del riesgo.

Una vez identificado el riesgo del que el trabajador debe protegerse, se debe

analizar el E.P.I. a utilizar para su protección.

Paso 3. Determinación de las partes del cuerpo del individuo a proteger.

Es posible que, dependiendo del resultado de la identificación y de la definición de

las características del riesgo, pasos 1 y 2 respectivamente, se requieran E.P.I. especiales

no contemplados a continuación.

Protección para la cabeza

Comprenderá la defensa del cráneo, frente y parte posterior de la cabeza.

Será obligatoria la utilización de cascos protectores, en aquellos puestos de

trabajo o realización de tareas donde exista riesgo de caída o de proyección violenta

de objetos sobre la cabeza, sacudidas y quemaduras eléctricas, o que el trabajador

pueda ser golpeado o golpearse contra elementos fijos o móviles.

La gorra con protector de plástico delgado no sustituye al casco para la

protección de la cabeza.

Protección para los ojos

Se debe suministrar protección para el rostro y los ojos, mediante el empleo de

gafas, pantallas o visera transparentes, en aquellos puestos o tareas donde por el

uso de máquinas o la realización de operaciones se presente, de forma real o

potencial, uno de los siguientes peligros: choque o impacto con partículas o

cuerpos sólidos, acción de polvos y humos, proyección o salpicadura de líquidos

que puedan ser casusa de lesión, radiaciones peligrosas por su intensidad o

naturaleza, deslumbramientos, o la combinación de alguno de estos peligros.

Los protectores deben satisfacer los requisitos mínimos siguientes; proveer una

protección adecuada contra los peligros particulares para los cuales fueron

diseñados, ser razonablemente cómodos cuando son usados de acuerdo a las

especificaciones de diseño, ajustar cómodamente y no interferir indebidamente con

el movimiento del usuario, ser duraderos, poder ser desinfectados y limpiados, a

menos que sean desechables.

Las gafas protectoras reunirán las condiciones mínimas siguientes:

Sus armaduras serán ligeras, indeformables al calor, incombustibles, cómodas

y de diseño anatómico, sin perjuicio de su resistencia y eficacia.

P á g i n a | 133

Cuando se trabaje con vapores, gases o polvos, deberán ser completamente

cerradas y bien ajustadas al rostro; en los casos de polvo grueso y líquidos,

serán como las anteriores, pero llevado incorporadas botones de ventilación

indirecta con tamiz antiestático; en los demás casos serán con montura de

tipo normal y con protecciones laterales, que podrán ser perforadas para una

mejor ventilación.

Cuando no exista peligro de impacto por partículas duras podrán utilizarse

gafas protectoras del tipo "panorámica", con armazón de vinilo flexible y con

el visor de policarbonato o acetato transparente.

Deberán ser de fácil limpieza y reducir lo mínimo el campo visual.

Cuando en el trabajo a realizar exista riesgo de deslumbramiento, como es el

caso de la conducción de vehículos, las lentes deben ser de cristal polarizado o al

menos llevar un filtro para garantizar una absorción lumínica suficiente.

Si el trabajador utiliza gafas con cristales correctores, se le debe proporcionar

gafas protectoras con la adecuada graduación óptica u otras que puedan ser

superpuestas a las graduadas del propio interesado.

Las pantallas o visores estarán libres de estrías, arañazos, ondulaciones u otros

defectos y serán de tamaño adecuado al riesgo.

Protección para los oídos

Cuando exista exposición a un ruido que exceda del límite diario o de pico

señalado en la legislación vigente, será obligatorio el uso de elementos o aparatos

individuales de protección auditiva, sin perjuicio de las medidas generales de

aislamiento e insonorización que proceda adoptar. Para los ruidos de muy elevada

intensidad se dotará a los trabajadores que hayan de soportarlos de auriculares con

filtro, orejeras de almohadilla, discos, tapones, etc.

Cuando la evaluación confirme la exposición de empleados a este riesgo, el

empresario debe desarrollar e implantar un sistema de control del ruido que

identifique a los trabajadores que deben ser incluidos en el sistema de evaluación

de la audición.

Los trabajadores que deban llevar protección para el oído recibirán formación en:

los efectos del ruido en la audición, el propósito de los protectores auditivos

(ventajas y desventajas de los diversos tipos de protectores, e instrucciones para la

P á g i n a | 134

selección, ajuste, uso y cuidado de los protectores), el objetivo de la evaluación de

la audición.

Protección para las vías respiratorias

Será obligatorio el uso de una máscara, mascarilla, equipo de respiración

autónoma o asistida, en aquellos lugares o puestos de trabajo en los que exista un

peligro para la salud por exposición a alguna sustancia tóxica o por falta de oxígeno

del aire.

La diferencia entre los equipos de respiración y las máscaras está en que los

primeros suministran al trabajador que lo porta aire u oxígeno desde una fuente

descontaminada, y los segundos regeneran (purifican) la atmósfera contaminada

circundante al trabajador, haciéndola pasar, a cada movimiento respiratorio, a

través de un cartucho o filtro que contiene el adecuado elemento químico que

elimina o modifica los gases, vapores contenidos en la atmósfera. La eliminación de

polvo y partículas sólidas se efectúa por medio de filtros mecánicos.

Los usuarios de los equipos de respiración y mascaras deben recibir información

/ formación sobre; peligros respiratorios; control(es) usado(s) y necesidad de los

respiradores; razón para la selección de un tipo particular de respirador, sus

funciones, capacidades, y limitaciones; métodos de cómo ponerse el respirador; uso

y mantenimiento apropiado del respirador.

Protección para las extremidades superiores (manos, dedos y brazos)

Se debe suministrar protección para las extremidades superiores en los lugares o

realización de operaciones en las que exista peligro de cortaduras, quemaduras por

calor o por congelación, contactos eléctricos, o donde se manipulen sustancias

corrosivas, tóxicas, etc.

La protección de las extremidades superiores se hará por medio de guantes,

mangas, manguitos, o manoplas para prevenir los riesgos existentes.

En la manipulación de productos combustibles y de la mayoría de los ácidos, son

recomendables guantes de PVC.

Para las maniobras con electricidad se usarán guantes fabricados en caucho,

neopreno, o materias plásticas, que lleven marcado de forma indeleble el voltaje

máximo para el cual han sido fabricados, prohibiéndose el uso de otros guantes

que no cumplan este requisito.

P á g i n a | 135

Para la manipulación de elementos conductores en presencia de una atmósfera

inflamable deben usarse guantes fabricados de material conductor de la electricidad

o fabricados con materiales no generadores de electricidad estática. Nunca se

utilizarán guantes de PVC.

Para la manipulación de sustancias a altas temperaturas se utilizará guantes de

materiales aislantes con ruptura térmica. Lo mismo que para la manipulación de

sustancias que podrían provocar quemaduras por baja temperatura.

Antes de utilizarse los guantes como elemento de protección, el operario deberá

asegurarse de que los guantes están íntegros, sin rotos, agujeros, etc.

Protección para las extremidades inferiores (pie, dedos y empeine)

Se debe suministrar protección para los pies en los lugares o en la ejecución de la

tarea donde exista peligro de impactos sobre los pies o presencia de objetos

punzantes.

Para la protección de los pies, en los casos que se indican seguidamente, se

dotará al trabajador de calzado de seguridad adaptados a los riesgos a prevenir:

a) En trabajos con riesgos de accidentes mecánicos en los pies, será obligatorio

el uso de botas o zapatos de seguridad con refuerzo metálico en la puntera. Si

existe la probabilidad de perforación de la suela por clavos, virutas metálicas,

etc. se debe facilitar calzado con protección contra perforaciones.

b) Frente al riesgo derivado del empleo de líquidos corrosivos, químicos, o

líquidos combustibles, se usará calzado con piso de caucho, neopreno, y la

unión del cuero con la suela será por vulcanización, la suela será siempre

antideslizante.

c) La protección frente al agua y la humedad se efectuará con botas altas de

goma.

d) Los trabajadores ocupados en trabajos con peligro de descarga eléctrica

utilizarán calzado aislante, sin ningún elemento metálico.

e) Los operarios en las operaciones de carga o descarga de combustibles en

áreas donde pueda aparecer una atmósfera inflamable (cargaderos y pista de

estaciones de servicio), estarán dotados de calzado de material conductor o

material no productor de electricidad estática.

f) El calzado no tendrá clavos de hierro o acero, para evitar la aparición de

chispas.

P á g i n a | 136

g) En trabajos que exijan la conducción o manipulación de sustancias a altas

temperaturas se utilizará calzado de protección adecuada.

No debe utilizarse protecciones de amianto o cualquiera de sus compuestos.

En los casos de riesgos concurrentes, las botas o zapatos de seguridad cubrirán

los requisitos máximos de defensa frente a los mismos.

La protección de las extremidades inferiores se completará cuando sea necesario,

con el uso de cubrepiés y polainas de cuero curtido, caucho o tejido ignífugo.

Cinturones de seguridad en vehículos

Todo ocupante de un vehículo debe llevar puesto el cinturón de seguridad

siempre que el vehículo esté en movimiento. El cinturón de seguridad se llevará sin

la utilización de elementos extraños ajenos al mismo que modifiquen su función de

sujetar a la persona al asiento.

Ropa de trabajo y protección

En general la ropa de trabajo no está considerada como un E.P.I. No obstante, sí

son E.P.I. aquellas ropas de trabajo que cubren total o parcialmente el cuerpo del

trabajador para protegerle frente a riesgos de origen químico, térmico, mecánico,

radiactivo, biológico, etc. Para este fin se emplearán prendas tales como mandiles,

chaquetas, monos, etc. de material apropiado al riesgo a cubrir.

a) Criterios de selección de la ropa de trabajo:

Será de tejido ligero, flexible y adecuado a las condiciones de temperatura y

humedad.

Permitirá una fácil limpieza y desinfección.

El tejido será antiestático (no productor de electricidad estática).

Ajustará bien al cuerpo sin perjuicio de su comodidad y facilidad de

movimientos.

Se eliminarán o reducirán en todo lo posible los elementos adicionales

como bolsillos, bocamangas, botones, cordones, partes vueltas hacia

arriba, etc. y elementos como corbatas y bufandas.

El interior de los bolsillos incorporarán protecciones de PVC, en el caso de

que exista el riesgo de introducir trapos húmedos por combustibles,

grasas, ácidos, etc.

b) Limpieza y mantenimiento

P á g i n a | 137

La ropa de trabajo debe mantenerse limpia y lavarse frecuentemente. Las

prendas que resulten contaminadas deben ser retiradas y lavadas

convenientemente, pero NUNCA junto a otras prendas de uso personal o

doméstico.

c) Uso

Los operarios de máquinas en movimiento cuidarán de que las mangas

ajusten perfectamente por medio de elásticos.

Si las mangas largas deben ser enrolladas, lo serán siempre hacia adentro,

de modo que queden lisas por fuera.

Para secar las prendas de trabajo contaminadas por productos combustibles

o inflamables, nunca se las aplicará una fuente de calor "PELIGRO DE

INFLAMACIÓN". Hasta que sea posible su retirada mantenerlas mojadas /

húmedas con agua.

En áreas de posible presencia de vapores inflamables, como en puntos de

carga y descarga de productos combustibles / inflamables, pistas de

estaciones de servicio, etc. las prendas de trabajo nunca deben ser

quitadas. Esta operación podría generar electricidad estática y ser causa del

salto de chispa que inflame la atmósfera si esta se encuentra entre los

límites de inflamación.

Prendas de señalización

Brazaletes, guantes, chalecos, etc. fabricados en material reflectante para utilizar

en locales oscuros, poco iluminados, o en situaciones donde exista riesgo de

atropello, colisión, etc.

Cinturones de seguridad anti caída

Cuya misión es proteger al trabajador frente a posibles caídas desde altura

durante la realización de operaciones con riesgo de caída.

Paso 4. Elección del E.P.I.

Para la elección de los E.P.I. es preciso estudiar diversos factores, como; el riesgo

del que se quiere proteger, su causa o forma de presentarse, la función que cumplir,

etc. por lo que se elegirán aquellos que mejor se ajusten a los siguientes requisitos:

Deben dar el grado de protección adecuada a los riesgos de los que el trabajador

deba protegerse, sin suponer de por si un riesgo adicional.

Deben responder a las condiciones existentes en el lugar de trabajo, y que no

interfiera en el mismo.

P á g i n a | 138

Deben ser razonablemente cómodos, poder ajustarse y no interferir

indebidamente con el movimiento del usuario.

Los E.P.I. deben cumplir con la normativa que regula las condiciones de

comercialización de éstos. La utilización de medios de protección no homologados o no

certificados se equipara legalmente a la carencia de los mismos.

Cuando se produzcan modificaciones en cualquiera de las circunstancias y

condiciones que motivaron la elección del E.P.I., se deberá revisar la adecuación de los

mismos a las nuevas condiciones.

Consultar el anexo 12. Guía para la identificación de los E.P.I. y ropa de trabajo y

protección para conductores y personal de carga y descarga de vehículos pesados.

Paso 5. Normas internas de uso

El empresario debe establecer por escrito todos aquellos aspectos tendentes a velar

por el uso efectivo de los E.P.I. Para ello se debe formar e informar a los trabajadores de

manera clara y concreta sobre:

Características del E.P.I.

En qué zonas de la empresa y en qué tipo de operaciones está obligado el uso

del E.P.I.

Instrucciones para su correcta utilización, mantenimiento, limpieza, revisión,

desinfección y accesorios, de acuerdo a lo dispuesto por el fabricante.

Limitaciones de uso en caso de que las hubiera.

Fecha o plazo de caducidad del E.P.I. o sus componentes si la tuvieran o criterios

de detección del final de vida útil cuando los hubiere.

Es obligación de la dirección recabar documentación e información de los

fabricantes, importadores o suministradores.

Cuando la exposición del trabajador a agentes químicos o biológicos en el lugar de

trabajo pueda generar la contaminación de la ropa de trabajo, la empresa debe

responsabilizarse de su limpieza, además de facilitar los medios para que la ropa

potencialmente contaminada esté separada de cualquier otro tipo de ropa.

P á g i n a | 139

Paso 6. Suministro de los E.P.I.

Los E.P.I. están destinados a un uso individual y por consiguiente su entrega debe

ser personalizada y con acuse de recibo en el que se indicará: la fecha de entrega, la

fecha de las reposiciones, el modelo entregado, si se instruyó en el uso y conservación.

El empresario, al entregar los E.P.I., tiene la obligación de dar las oportunas

instrucciones sobre su correcto uso y la obligatoriedad de usarlo, para lo cual resulta es

necesario que con carácter previo los trabajadores conozcan los riesgos con los que

trabajan y se seleccionan los E.P.I. adecuados.

Paso 7. Registro de utilización y mantenimiento

La dirección debe establecer un registro que documente que al menos se han

llevado a cabo las siguientes acciones:

Fecha en la que se verifico el estado del E.P.I. antes de la entrega al trabajador.

Identificación de la persona que llevó a cabo la verificación.

Registro de incidencias, en caso de haberlas.

Fechas en las que se llevo a cabo cada inspección periódica para verificar el

estado de conservación y uso, salvo que los E.P.I. fueran desechables.

Fecha en la recogida y re-entrega de los E.P.I. defectuosos.

El registro debe permitir a la empresa:

a) Protección frente a posibles demandas judiciales.

b) Control de costos mediante la identificación del mal uso o abuso del E.P.I.

c) Provisión de datos para posteriores análisis sobre eficacia o inadecuación del los

E.P.I.

d) Aportar pruebas ante posibles evaluaciones / auditorias del sistema de gestión.

P á g i n a | 140

ANEXO 12

GUÍA PARA LA IDENTIFICACIÓN DE LOS E.P.I. Y ROPA DE TRABAJO Y PROTECCIÓN

PARA CONDUCTORES Y PERSONAL DE CARGA Y DESCARGA DE VEHÍCULOS PESADOS

P á g i n a | 141

P á g i n a | 142

CAPÍTULO 10. CONTROL Y VIGILANCIA DE LA SALUD

1. INTRODUCCIÓN

La O.M.S. define la salud como un estado completo de bienestar físico, mental y

social. La anterior definición ha llevado a definir la vigilancia de la salud en el trabajo

como un conjunto de medidas preventivas dirigidas a garantizar el bienestar físico,

psicológico (equilibrio intelectual y emocional) y social (bienestar en la relación social)

de los trabajadores en el medio laboral.

El programa de Vigilancia de la Salud debe ser parte del SGRTC, a fin de prevenir los

riesgos para la salud identificados en la evaluación inicial de los riesgos laborales y en

las periódicas sucesivas.

La participación de un miembro de la Unidad de Vigilancia de la Salud (interna o

externa a la empresa) en la evaluación de los riesgos laborales, o la disponibilidad de

una copia de la evaluación, en caso de no haber participado en la misma, debe aportar

el conocimiento suficiente, para:

Elaborar el protocolo de reconocimiento médico específico y proporcional al

riesgo o riesgos detectados.

Listar aquellas características individuales o estados psicobiológicos que, en caso

de presentarse en el trabajador, serían merecedores de una protección especial e

identificar los puestos de trabajo en los que la vigilancia de la salud es

obligatoria.

En resumen, el empresario está obligado a garantizar un control y vigilancia de la

salud entre sus trabajadores, con el objetivo de evitar las enfermedades y accidentes

laborales y, así, reducir las ausencias del trabajo debidas a enfermedades comunes,

accidentes y absentismo laboral.

2. OBJETIVO

Dar pautas que permita al médico de trabajo definir un procedimiento para

sistematizar y practicar la vigilancia de la salud de cada trabajador en el ámbito laboral.

P á g i n a | 143

3. ALCANCE

El alcance de la vigilancia de la salud dependerá de la norma legal en vigor, pero

con carácter general alcanza a todos los trabajadores de la empresa propios, autónomos

o contratados que voluntariamente presten su consentimiento o porque haya un informe

favorable de los mismos trabajadores, o de sus representantes, para llevarla a cabo. No

obstante, debe ser obligada en los siguientes supuestos:

a) Cuando la realización de los reconocimientos médicos sea imprescindible para

evaluar los efectos de las condiciones de trabajo sobre la salud de los

trabajadores.

b) Cuando se deba verificar si el estado de salud del trabajador puede constituir un

peligro para él mismo, para los demás trabajadores o para otras personas.

c) Cuando así esté establecido en una disposición legal en relación con la

protección de riesgos específicos y actividades de especial peligrosidad. Es decir

casi con exclusividad cuando estemos hablando de enfermedades profesionales

y/o riesgo potencial de Accidentes de Trabajo

4. RESPONSABILIDADES

Las responsabilidades quedarán marcadas por las disposiciones legales aplicables.

No obstante, con carácter general podrán considerarse de mínimas:

Del empresario:

Garantizar a los trabajadores a su servicio la vigilancia periódica de su estado de

salud en función de los riesgos inherentes al trabajo.

Asumir los costes de la vigilancia de la salud, que incluirá los gastos de

desplazamiento y la totalidad del salario.

Contratar el servicio de vigilancia de la salud incluyéndolo en el servicio de

prevención propio o acudiendo a un servicio de prevención externo (ajeno o

mancomunado), garantizando que el personal del mismo cuente con la

competencia técnica, formación y capacidad acreditadas.

No adscribir trabajadores a puestos de trabajo cuyas condiciones sean

incompatibles con sus características personales.

Consultar a los trabajadores o a sus representantes sobre la organización y

desarrollo del programa de vigilancia de la salud, así como sobre los

procedimientos de elaboración y conservación de la documentación relativa a la

vigilancia de la salud.

P á g i n a | 144

Dotar a la unidad de vigilancia de la salud, en el caso de ser propia, de los

recursos materiales adecuados a las funciones que realicen.

No utilizar los resultados de la vigilancia de la salud con fines discriminatorios ni

en perjuicio de los trabajadores.

Motivar una investigación cuando se produzca un daño para la salud de los

trabajadores

De los Delegados de prevención:

Vigilar el cumplimiento de la normativa aplicable y de los acuerdos de empresa

en materia de vigilancia de la salud y, en particular, elaborar el informe previo

preceptivo a la realización de la vigilancia de la salud de carácter obligatorio.

Intervenir en la definición de los riesgos, objeto de vigilancia de la salud.

Fomentar la participación de los trabajadores en la vigilancia de la salud a través

de una información clara y precisa sobre los objetivos y beneficios de la misma.

Conocer los resultados de los reconocimientos médicos en términos de aptitud,

de la necesidad de medidas preventivas y de la evaluación de los resultados

colectivos.

De los trabajadores:

Someterse a los reconocimientos médicos obligatorios.

Colaborar en aquellos que sean de carácter voluntario.

Informar a la Unidad de Vigilancia de la Salud cualquier síntoma, alteración de

salud, cambio de característica personal o estado biológico, que considere

relacionado con sus condiciones de trabajo o que pueda modificar su

sensibilidad a los riegos de su puesto de trabajo.

Informar de inmediato a su superior jerárquico directo y a los trabajadores

designados o, en su caso, al Servicio de Prevención de la detección de cualquier

trabajador que se encuentre manifiestamente en estado o situación transitoria

que pueda constituir un peligro para él mismo o para terceros.

5. DESARROLLO

El programa de vigilancia de la salud podría estructurarse de la siguiente manera:

5.1. Programa de vigilancia de la salud

La vigilancia de la salud, como instrumento que forma parte del SGRTC de la

empresa, debe constar de las siguientes ocho fases:

1. Identificación de problemas y necesidades.

P á g i n a | 145

2. Planificación de la acción preventiva, estableciendo las prioridades de

actuación.

3. Determinación de objetivos.

4. Determinación de actividades.

5. Movilización y/o coordinación de recursos financieros, físicos y humanos.

6. Realización.

7. Elaboración de conclusiones y recomendaciones.

8. Evaluación de los objetivos, actividades y recursos.

5.2. Objetivos del programa

Los resultados de la vigilancia de la salud deben ayudar al empresario en la

identificación de los problemas tanto a nivel individual como colectivo, en la

planificación de la actividad preventiva y en la evaluación de las medidas de

prevención y protección adoptadas.

5.2.1. Objetivos individuales: aquellos que se aplican a los trabajadores

considerados uno a uno. Entre ellos se encontrarán:

Detectar precozmente los efectos de las condiciones de trabajo sobre

la salud del trabajador.

Identificar los trabajadores especialmente sensibles a determinados

riesgos u objeto de protección específica según la normativa vigente.

Proponer medidas preventivas o de protección especiales para el

trabajador, adaptando la tarea al individuo.

5.2.2. Objetivos colectivos: aquellos que se aplican a los trabajadores

considerándolos como colectivo expuesto. Entre otros deben estar:

La valoración del estado de salud de la comunidad.

La identificación de los riesgos en la población expuesta mediante la

valoración del estado de salud del colectivo con relación a los mismos.

La aportación de datos para la evaluación de la exposición ambiental.

La revisión o promoción de intervenciones preventivas en función de

la aparición de daños en la población trabajadora.

La evaluación de la eficacia del plan preventivo y el establecimiento de

las prioridades.

La intervención en los planes de educación sanitaria.

La aportación de datos al Sistema de Información en Salud Laboral.

P á g i n a | 146

5.3. Cuándo debe efectuarse la vigilancia de la salud

De forma general, el reconocimiento médico para evaluar la salud del trabajador

debe efectuarse en las siguientes circunstancias:

Previa a la incorporación del trabajador al puesto de trabajo.

Después de la asignación de tareas específicas con nuevos riesgos para la

salud.

A la reanudación del trabajo, tras una ausencia de al menos dos meses por

motivos de accidente o falta de salud.

Anualmente.

Ante ciertos riesgos específicos, como los agentes biológicos, cancerígenos,

pantallas de visualización de datos, etc.

5.4. Ejecución de la vigilancia de la salud

La vigilancia de la salud, como derecho de los trabajadores, debe realizarse

cumpliendo los siguientes requisitos:

5.4.1. Adaptada

Los reconocimientos médicos específicos deben tener como único fin la

vigilancia del estado de la salud y realizarse en función de los riesgos a los que

está sometido el trabajador en su lugar de trabajo. Además, deben causar las

menores molestias posibles al trabajador y contener las pruebas

imprescindibles y proporcionales al riesgo de que se trate.

5.4.2. Derecho a la intimidad y a la dignidad de la persona

Los resultados de los reconocimientos no pueden utilizarse con fines

discriminatorios, ni en perjuicio del trabajador.

5.4.3. Confidencial

Los resultados de la vigilancia son confidenciales y se limitarán al

personal médico y a las autoridades sanitarias, sin que puedan facilitarse al

empresario o a otras personas, salvo consentimiento expreso y fehaciente del

trabajador. No obstante, el empresario y las personas con responsabilidad en

materia de prevención deben ser informadas de las conclusiones de los

reconocimientos médicos en relación con:

a) La aptitud del trabajador para el desempeño del puesto de trabajo.

b) La necesidad de introducir o mejorar las medidas de protección y

prevención a fin de que se puedan tomar las oportunas medidas

preventivas.

P á g i n a | 147

5.4.4. Documentada

Los resultados de dicha vigilancia deben constar por escrito; es decir,

existirán documentos archivados sobre los resultados y las conclusiones de la

salud de los trabajadores.

5.5. Aviso al trabajador

El trabajador debe recibir la citación para la realización del reconocimiento

médico con un tiempo no superior a las 36 horas.

6. HOJA DE DATOS SOBRE SEGURIDAD DE LOS PRODUCTOS (MSDS)

El transportista debería solicitar a su cliente o al proveedor de las sustancias y

materias la Hoja de Datos Sobre Seguridad del Producto (MSDS) de aquellas que

representen o pueda representar un riesgo para la seguridad y salud de sus empleados

durante la manipulación y/o transporte. Los empleados deberían ser informados de la

información relevante de seguridad contenida en las MSDS, y tener libre acceso a una

copia de las mismas.

P á g i n a | 148

CAPÍTULO 11. PROCEDIMIENTOS OPERATIVOS

1. INTRODUCCIÓN

El análisis del trabajo es una actividad crítica del SGRTC, que permite su realización

de forma óptima, no sólo en lo que concierne a la seguridad y salud de los empleados,

sino también por la organización y eficiencia del mismo trabajo, además de satisfacer

las exigencias legales en prevención de riesgos laborales.

2. OBJETIVO

Dar las pautas y guías que permita definir un procedimiento operativo para cada

tarea que se considere crítica por su complejidad, dificultad o debido a que una mala

ejecución pueda repercutir significativamente en la seguridad, la calidad y el medio

ambiente.

3. ALCANCE

Toda tarea / trabajo que su realización suponga complejidad o peligrosidad debe

quedar descrita por un procedimiento operativo.

4. RESPONSABILIDADES

Aunque las responsabilidades definitivas quedarán fijadas en función de la norma

legal aplicable, con carácter de mínimos y referencias se fijan las siguientes

responsabilidades:

Del empresario:

Establecer y aprobar la norma interna que regula y sistematiza la identificación

de las tareas críticas y el desarrollo de los procedimientos operativos.

De la dirección:

Asegurar que cada P.O. se desarrolla de acuerdo con la norma interna aprobada.

Asegurar la revisión y actualización periódica de los procedimientos, a fin de

eliminar o controlar los riesgos de nueva aparición.

Nominar al responsable del equipo de desarrollar los PP.OO.

P á g i n a | 149

De los supervisores de primera línea:

Asegurar la correcta aplicación del P.O. y que la ejecución del trabajo se ajusta a

su P.O.

Identificar la necesidad de nuevos procedimientos

Revisarlos periódicamente para asegurar que siguen siendo ajustados a la tarea.

Del Coordinador del SGRTC, junto al Servicio de Prevención (propio o ajeno):

Asesorar en la elaboración de los procedimientos operativos.

De los trabajadores, una vez informados y formados;

Desarrollar las tareas según se describen en los procedimientos operativos.

Todos los trabajadores deben seguir las instrucciones contenidas en los

procedimientos, comunicando a su mando las posibles deficiencias encontradas durante

su aplicación a la tarea.

5. DESARROLLO

La ejecución de cada tarea crítica debe quedar sistematizada por un procedimiento

operático, y de estos sólo se han de elaborar los estrictamente necesarios. La realización

de procedimientos operativos innecesarios irá en detrimento de lo verdaderamente

significativo.

Sólo personal autorizado, con formación y experiencia, podrá desarrollar los

procedimientos operativos, de acuerdo con las siguientes ocho etapas:

Etapa 1. Inventariar las tareas

Los pasos a dar para establecer el inventario de tareas críticas son:

a) Listar todas las posibles ocupaciones de la empresa. En una empresa de

transporte algunas de las ocupaciones típicas son; cargador, descargador,

conductor, almacenero, conductor de carretillas, y mecánico.

b) Dividir cada ocupación en tareas de manera que cada tarea pueda ser examinada

con el fin de determinar si es crítica o no.

Etapa 2. Identificar las tareas críticas

Las siguientes cuatro preguntas pueden ayudar a identificar las tareas críticas:

1. ¿Puede ésta tarea resultar en pérdidas graves si no se la ejecuta correctamente?

2. ¿Puede ésta tarea resultar en pérdidas graves después de haber sido ejecutada?

P á g i n a | 150

3. ¿Cuál puede ser la gravedad de las lesiones, el costo del daño, la repercusión en

calidad, la pérdida de producción, etc.?

4. ¿Con qué frecuencia podría ocurrir?

El capítulo 2. Evaluación de los riesgos en el transporte por carretera podrá ser útil

para determinar la magnitud el riesgo y determinar si la tarea es o no crítica.

Aunque no es posible identificar y listar las críticas sin llevar a cabo un análisis

completo de las tareas que se realizan en la empresa de transporte, las incluidas en el

siguiente listado deben siempre ser motivo de desarrollo de un procedimiento

operativo:

Operaciones normales con riesgo de graves consecuencias; manipulación de

sustancias químicas o productos combustibles e inflamables, trabajos en

instalaciones eléctricas, trabajos en altura, trabajo en excavaciones, etc.

Trabajo en condiciones térmicas extremas (calor o frío).

Operaciones en espacios confinados; atmósferas con posible deficiencia de O2,

presencia de gases tóxicos y/o inflamables, etc.

Operaciones donde el aporte de calor pueda representar peligro de incendio o

explosión por presencia de sólidos, líquidos, gases o vapores combustibles /

inflamables.

Operaciones de transferencia de productos químicos, combustibles o

inflamables.

Situaciones de emergencia.

Carga / descarga y movimiento de vehículos.

Paradas y puestas en marcha de instalaciones.

Operaciones de mantenimiento y limpieza.

Situaciones en las que se alteren los procedimientos normales de operación.

Empleo ocasional de equipos con funciones clave.

Trabajo en solitario o alejado del lugar habitual de trabajo.

Etapa 3. Analizar la tarea crítica a sistematizar con un procedimiento operativo

Antes de iniciar la redacción escrita de un procedimiento operativo es conveniente

realizar un análisis detallado de los posibles riesgos que pudieran derivarse de la

ejecución de la tarea que se pretende sistematizar, teniendo en cuenta tanto los factores

técnicos como humanos y organizativos que inciden en cada uno de los posibles

peligros.

P á g i n a | 151

En la ejecución de este análisis es fundamental tanto la propia experiencia o

buenas prácticas del trabajador, como las indicaciones o recomendaciones que respecto

a una máquina, equipo o substancia, aporta el fabricante o el suministrador.

Etapa 4. Descomponer la tarea crítica en pasos

Cada tarea debe descomponerse paso a paso en una secuencia ordenada de

ejecución segura y eficaz. Cada paso debe tomar en consideración:

La norma legal en vigor sobre seguridad y salud.

La norma interna de la empresa.

Los aspectos operativos y de seguridad de la instalación, cisterna, materia o

sustancia, empleado, medio ambiente, etc.

Para realizar una buena descomposición de la tarea en pasos debe evitarse tanto el

excesivo detalle como la generalización, seleccionándose sólo aquellos que representen

un avancen en el trabajo.

Etapa 5. Redactar el procedimiento operativo

Cada P.O. debe:

Estar redactado de forma clara, concisa, correcta y completa.

Indicar la naturaleza de la tarea crítica que describe.

Identificar la ocupación – trabajadores – autorizada a ejecutar la tarea.

Ser un listado de acciones positivas, no un listado de "no haga".

Identificar la utilización de E.P.I, útiles y herramientas necesarias para realizar la

tarea.

Listar secuencialmente los pasos a seguir por el trabajador para la ejecución

segura y eficaz.

Incluir en los Puntos Críticos los aspectos adicionales de seguridad que el

trabajador debe tener en cuenta.

Incluir dibujos, esquemas, diagramas, cuadros, etc., si con ello se facilita la

ejecución segura y eficaz.

Una vez escrito un P.O., antes de pasarlo a la aprobación del director que

corresponda, el equipo que lo ha desarrollado junto a personal de operaciones, debe

comprobar que el P.O. no contiene ninguna instrucción ni Punto Crítico que pueda ser

causa de accidente o incidente.

P á g i n a | 152

El anexo 13 contiene un P.O. relacionado con la manipulación y descarga de

productos transportados en cisterna.

Etapa 6. Aprobación, tratamiento y control del procedimiento operativo.

Todo procedimiento tiene que ser aprobado por el gerente del área al que

corresponda, antes de su implantación definitiva.

Etapa 7. Distribuir y divulgar la instrucción

Una vez aprobado el P.O., cada trabajador afectado debe recibir una copia del

procedimiento, y estos firmar el acuse de recibo, así como su asistencia a las sesiones

de formación y entrenamiento.

La dirección debe controlar que cada trabajador dispone de los procedimientos

operativos actualizados y necesarios para ejecutar las tareas críticas.

La dirección y los supervisores de primera línea deben tomar todas las medidas a su

alcance para que cada procedimiento sea comprendido, aceptado, y finalmente aplicado

por los trabajadores. Cuando un P.O. sea rechazado o no aplicado por uno o más

trabajadores, deberán identificar las causas y corregir los posibles fallos, de no existir

su aplicación debe ser exigida.

La divulgación de los P.O. puede llevarse a cabo durante:

La formación inicial de orientación e inducción del trabajador.

La formación y entrenamiento adecuado para la tarea.

El entrenamiento de habilidades.

La observación planeada de las tareas.

Las reuniones de grupo de seguridad.

La investigación de accidentes e incidentes.

Etapa 8. Revisar y actualizar

Con carácter general los P.O. deben ser revisados una vez al año, y puede ser

necesario actualizar un P.O. por cambios:

Técnicos; maquinas, herramientas, instalaciones, productos, etc.

Organizativos; reducción de tiempo en la operación, implantación de una nueva

norma interna, etc.

Legislativos.

Otros.

P á g i n a | 153

Estos cambios se producen unas veces de forma controlada y la revisión del

procedimiento operativo correspondiente se efectúa al mismo tiempo que se analizan

los cambios en la forma de ejecutar la tarea. Sin embargo, otras veces los cambios

técnicos, organizativos, legislativos, etc. pasan inadvertidos por lo que no se produce la

obligada revisión y actualización del procedimiento. Por esto segundo, se establece que

con carácter general, todos los procedimientos operativos deben ser anualmente

revisados, registrando en el procedimiento la fecha de revisión y actualización.

P á g i n a | 154

ANEXO 13

DESCARGAS DE MATERIAS LÍQUIDAS COMBUSTIBLES

Nombre del Procedimiento: Descarga de materias líquidas combustibles.

Código interno: XXXX

Fecha de emisión: 28 Febrero 2013

Ámbito del procedimiento: Descarga de materias líquidas combustibles, Clase 3 (ADR),

en instalaciones que pueden disponer o no de equipos de aspiración.

Responsable de la operación: La operación de descarga debe ser dirigida por el

empleado responsable de la instalación de descarga, y bajo cuya coordinación y

supervisión actuará el conductor del camión cisterna.

Comentarios generales de la operación: La operación está regulada por las disposiciones

del ADR, y de acuerdo a estas disposiciones la operación debe ejecutarse siguiendo las

instrucciones (procedimiento operativo) de la instalación de descarga, y con presencia

de un empleado de la misma quien actuará en nombre del empresario responsable de la

operación.

En caso de que el descargador y el transportista hayan acordado la delegación de la

función de descargador del primero al segundo, el transportista utilizará el presente

procedimiento operativo para la realización correcta, segura y eficaz de la operación de

descarga de materias líquidas combustibles a tanques enterrados o aéreos, bien por

caída por gravedad del producto o utilizando el equipo de aspiración de la instalación

de descarga.

P á g i n a | 155

Nº P A S O S P U N T O S C R I T I C O S

1. A la llegada al cliente dirigir la cisterna

a la báscula de pesada.

a) Avanzar a velocidad lenta. Velocidad máxima

20Km/h.

b) Entregar la documentación, verificar / anotar peso

total reflejada en báscula.

2. Dirigirse a la zona de descarga. Avanzar a velocidad lenta. Velocidad máxima

20Km/h.

3. Situar el camion cisterna. a) No habrá otra cisterna en operaciones.

b) La zona estará libre de obstáculos y en

condiciones de seguridad.

c) Situarlo en posición que pueda salir hacia delante

sin maniobras.

d) Situar la cisterna frente a las bocas de descarga.

e) Parar motor, actuar freno de estacionamiento,

transmisión en marcha corta, desconectar batería.

f) Si el conductor tiene que ausentarse o perder de

vista al camión cisterna; subir ventanillas y cerrar

puertas de la cabina con llave.

g) De mantener el motor en marcha para bombear

producto, el conductor debe disponer de otras

llaves.

h) Solicitar la presencia de un responsable de la

instalación hasta el final de la descarga,

4. Ponerse los equipos de protección

personal.

Guantes y calzado de seguridad aprobados. Casco si

se trabaja en alturas > 3 m.

5. Inmovilizar cisterna y señalizar la

operación.

a) Señalizar la zona de descarga (conos, señales)

b) Colocar calzos en las ruedas.

c) No realizar operaciones de reparación,

mantenimiento o limpieza. No fumar o provocar

focos de ignición.

6. Abrir sobre API (Cajón de válvulas). a) En cisterna, verificar la existencia de aire a presión

para una actuación completa de la válvula de

fondo.

b) No acoplar aún ninguna manguera.

7. Conectar la toma de tierra a la

cisterna.

De existir y conectarse, asegurar que la toma de

tierra se conecta a una parte metálica libre de grasas,

pintura, o cualquier otro material aislante.

8. Comprobar producto y cantidad. a) Sólo extraer producto de la cisterna si hay un

procedimiento aprobado de extracción de

muestras.

b) Entregar la muestra al responsable del cliente.

c) Si la cantidad se comprueba por pesada ver punto

1.

d) De realizarse por varilla milimetrada por la parte

superior de la cisterna:

- Conectar la manguera de recuperación de

P á g i n a | 156

vapores para eliminar la sobre presión de la

cisterna.

- Ponerse arnés anti-caída,

- Subir la barandilla de protección lateral,

- Abrochar el arnés a la barandilla.

e) Depositar en recipientes autorizados cualquier

tipo de residuo generado durante este paso.

9. Comprobar en tanque de cliente

producto y capacidad suficiente.

No descargar hasta asegurar que el tanque contiene

el mismo producto y capacidad libre para toda la

cantidad a descargar.

10. Conectar la manguera primero al

tanque, después a la cisterna.

Señalizar las mangueras si se extienden por zonas de

paso

11. Abrir la válvula de descarga cisterna. Si la instalación del cliente dispone de bomba, es el

cliente quien debe activar el pulsador de arrancada de

la bomba.

12. Durante la descarga El conductor:

a) Se sitúa próximo a la cisterna, vigilando la marcha

de la descarga.

b) Mantiene las bocas de hombre de la cisterna

cerradas.

c) Comprueba la ausencia de fugas, de darse parar

la operación hasta elimina la fuga y el producto

fugado.

d) Comprueba la NO creación de condiciones

inseguras. De darse parar la operación hasta

eliminada.

e) En caso de emergencia, actúa según Ficha de

Seguridad.

f) Depositar en recipientes autorizados cualquier

tipo de residuo generado durante este paso.

13. Al acabar la descarga (cuando se ha

completado la descarga de la cisterna

o el tanque se ha llenado)

a) El cliente para la bomba.

b) El conductor cierra la válvula de la cisterna.

c) Depositar en recipientes autorizados cualquier

tipo de residuo generado durante el proceso.

d) Asegurar que el exterior de la cisterna está libre

de producto, en caso contrario proceder a

limpiarla.

14. Desacoplar manguera. a) Escurrir la manguera dentro del tanque del

cliente, antes de guardarla sin arrastrar, ni

producir pequeños vertidos.

b) Depositar en recipientes autorizados cualquier

tipo de residuo generado durante este paso.

15. Recoger triángulo y calzos. Comprobar que quedan asegurados en su posición en

cisterna.

16. Quitar los equipos de protección

individual.

Limpiarlos y guardarlos adecuadamente.

17. Dirigir la cisterna a la báscula. a) A velocidad lenta. Velocidad máxima 20Km/h.

b) Por diferencia de pesada, comprobar que se ha

P á g i n a | 157

descargado la cantidad correcta.

18. Obtener aceptación del cliente. Si el cliente manifestar alguna incidencia, ésta debe

quedar registrada en el albarán de entrega.

19. Abandonar la instalación. Atención a la incorporación al tráfico.

NOTA: Este modelo tiene únicamente un propósito de ilustración y guía y, aunque basado en un

modelo en uso, no se propone como ideal aplicable con carácter general a todas las empresas de

transporte.

P á g i n a | 158

CAPÍTULO 12. NORMAS DE TRABAJO

1. INTRODUCCIÓN

La actitud positiva y el comportamiento seguro del conductor son piezas claves para

alcanzar los objetivos de seguridad en cualquier empresa de transporte. El conductor

debe saber, y ser en todo momento consciente, de que es el responsable del vehículo

mientras esté a su cargo y, además, de que es temporalmente el depositario de los tres

activos de mayor valor en una empresa de transporte; el vehículo, las mercancías que se

transportan, y la confianza de sus clientes.

Alcanzar un buen nivel de seguridad en una empresa de transporte no es tarea fácil,

aunque sí posible. Para ello, el empresario debe establecer normas internas de

seguridad que complementen y mejoren las normas legales aplicables.

En este capítulo se describen algunas de las normas internas de seguridad que la

dirección debe aplicar para lograr una mejora en los hábitos, actitudes, y

comportamiento de los conductores. La aplicación de alguna de estas normas podrá

requerir algún cambio en la organización del trabajo, e incluso en el modo de entender

y de hacer los negocios.

Es también importante que el empresario – una vez la norma haya sido aprobada,

dada a conocer a todos, implantada, y expirado el periodo transitorio de adaptación –

exija su cumplimiento, y ante el incumplimiento consciente de la norma se aplique el

código disciplinario de la empresa o de las medidas disciplinarias aprobadas en los

convenios marcos del sector.

2. OBJETIVO

Definir las normas internas “básicas” que aplicadas por el empresario y el conductor

logren una conducción más segura y eficaz, para una reducción de accidentes y de sus

costes asociados.

3. ALCANCE

Las normas son de aplicación para:

Todos los empleados involucrados en cualquier fase de la actividad de

transporte; dirección, supervisores, auxiliares, conductores, mecánicos, etc.

P á g i n a | 159

Sean empleados propios o empleados contratados bajo cualquier modalidad o

tiempo de duración.

En definitiva son de aplicación por todos los empleados propios y/o contratados

que estén afectados por la organización de trabajo de la empresa de transporte.

4. RESPONSABILIDADES

Del empresario:

Establecer las normas de trabajo aplicables a los conductores.

Favorecer la creación del entorno de trabajo que permita la implantación de las

normas aprobadas.

De la dirección;

Distribuir e implantar las normas de trabajo aprobadas por el empresario.

Establecer las acciones de control apropiadas para la verificación del

cumplimiento por los conductores de las normas aprobadas.

De los supervisores de primera línea:

Controlar el cumplimiento de las normas.

Atender los requerimientos de los conductores para que puedan aplicar las

normas.

De los conductores y resto de empleados:

Aplicar las normas, una vez informados y formados.

5. DESARROLLO

5.1. Comprobación diaria del estado del vehículo. Anexo 8.

Para las empresas de transporte cada vehículo es un elemento crítico que

contiene a su vez partes críticas, y cuyo correcto estado de operaciones debe ser

comprobado por el conductor antes de su utilización diaria.

La dirección es responsable de determinar los puntos del vehículo que el

conductor debe comprobar. La comprobación debe poder realizarse de forma visual

y/o manual, con la utilización de útiles simples y que no requieran el despiece o

desmontaje de ninguna pieza o sistema.

P á g i n a | 160

El listado de puntos a comprobar puede ser un documento independiente o

formar parte de otro documento de uso diario.

El conductor debe llevar a cabo la comprobación de los puntos del listado,

anotar las incidencias observadas y firmar el documento siempre antes del inicio de

cada jornada de trabajo.

Cuando un mismo vehículo sea conducido por más de un conductor, cada

conductor debe efectuar su comprobación antes del inicio de su jornada y también

al finalizarla.

El conductor es responsable ante la dirección de la veracidad de sus

anotaciones en el listado de comprobación, lo firme o no.

El conductor, solo o con ayuda, debe comprobar cada uno de los puntos del

listado, anotando su estado y registrando las posibles incidencias encontradas, que

deben ser inmediatamente comunicadas a su inmediato superior y al servicio de

mantenimiento para su pronta reparación. Si la incidencia afecta a la seguridad de

marcha o de conducción, el vehículo no debe entrar en servicio hasta su total

reparación. El conductor debe dar su aprobación a la reparación antes de poner el

vehículo de nuevo en servicio.

Para más información consultar el capítulo 8. Inspecciones Planeadas, punto 2.

5.2. Comprobación periódica de la licencia de conducir y las autorizaciones

reglamentarias

La dirección, para prevenir la posible ocultación por parte de un conductor de

la retirada por las autoridades de una autorización legalmente exigida, debe

establecer un sistema para comprobar que todos los conductores tienen en su

poder la licencia de conducir, las autorizaciones profesionales requeridas. Las

comprobaciones pueden realizarse con periodicidad establecida, o aleatoriamente

durante la firma de la nómina, la asistencia a formación o a las reuniones de grupo,

etc.

La dirección debe exigir a los conductores la comunicación inmediata a la

empresa, de la retirada, provisional o definitiva, del carné de conducir, se haya

producido esta perdida durante el desarrollo de la actividad profesional o fuera de

ella.

P á g i n a | 161

5.3. Comunicación de condiciones inseguras.

La Prevención de Riesgos Laborales se basa principalmente en el deber del

empresario de dar protección a los trabajadores frente a los riesgos laborales.

También, en reciprocidad, establece la obligación a los trabajadores de velar por su

propia seguridad y por la de aquellas otras personas a las que pueda afectar su

actividad, así como de Informar de inmediato a su superior jerárquico directo acerca

de cualquier situación que, a su juicio, entrañe, por motivos razonables, un riesgo

para la seguridad y la salud de los trabajadores.

5.4. Viajeros y acompañantes

El conductor tiene prohibido llevar a bordo pasajeros ajenos al servicio no

autorizados por la dirección.

5.5. Vigilancia de los vehículos

La dirección, siempre que sea posible debe indicar al conductor:

a) La ruta más segura que debe seguir, y si resulta posible facilitarle una ruta

alternativa.

b) Las áreas de descanso más seguras, y de uso preferente, existentes en la

ruta.

c) Las áreas de descanso inseguras, y por lo tanto la prohibición de aparcar /

estacionar en ellas.

d) La prohibición de permanecer en locales de mala o dudosa reputación

durante los tiempos de descanso.

e) La obligación de mantener cerrados con llave los accesos a la cabina y a la

mercancía, manteniendo la llave en su poder y control, siempre que dé la

espalda al vehículo o quede fuera de su visión directa.

Estas medidas deben extremarse cuando se transporten mercancías

peligrosas.

5.6. Utilización del freno de estacionamiento

El conductor nunca bajará de la cabina sin haber previamente desconectado el

motor y accionado el freno de estacionamiento.

5.7. Bebidas alcohólicas

El empresario debe comunicar a sus empleados y conductores acerca de:

La prohibición del consumo y/o posesión de cualquier tipo de bebida

alcohólica durante el trabajo.

P á g i n a | 162

La obligación de presentarse al trabajo con nivel CERO de alcohol en

sangre.

La dirección debe retirar del servicio a cualquier empleado y conductor con

síntomas de estar bajo la influencia del alcohol, o por la posesión de cualquier tipo

de bebida alcohólica en su puesto de trabajo.

5.8. Drogas

El empresario, debe comunicar a sus empleados y conductores acerca de:

La prohibición del consumo y/o posesión de drogas durante el trabajo.

La obligación de presentarse al trabajo libre de los efectos de cualquier tipo

de droga ilícita que pudiera alterar las capacidades psicofísicas para una

conducción segura.

La dirección debe retirar del servicio a cualquier empleado y conductor con

síntomas de estar bajo la influencia de drogas ilícitas que pudieran alterar la

capacidad psicofísica para una conducción segura, o por la posesión de cualquier

tipo de droga en su puesto de trabajo.

5.9. Medicamentos con efectos secundarios para la conducción

El empresario debe comunicar a cada conductor la obligación de informar a su

inmediato superior del consumo de medicamentos en cuyo prospecto se indique la

posibilidad de causar efectos negativos para la conducción; reducción o alteración

de la atención, aumento del tiempo de reacción, aparición de la somnolencia,

alteración de la visión, etc.

El empresario debe procurar al conductor una tarea temporal compatible con

su estado psicofísico transitorio.

El conductor debe de informar de cual es “su profesión” al doctor antes de que

este le prescriba la medicación, solicitándole aquellos medicamentos libres de

efectos negativos para la conducción. El conductor podrá también consultar al

farmacéutico sobre aquellos medicamentos libres de efectos negativos.

5.10. Teléfonos móviles y equipos de comunicación bidireccional

La utilización de teléfonos móviles, emisoras, walquies–talkies, etc. con el

vehículo en movimiento constituye una de las causas más frecuentes de accidente

por distracción y/o pérdida de atención del conductor al verse sorprendido al recibir

la llamada entrante, buscar el teléfono, marcar un número de teléfono, por el tema

P á g i n a | 163

de conversación, por la duración de la misma, al tratar de escribir un mensaje o al

abrirlo o leerlo, etc.

Cuando la norma legal aplicable autorice la utilización de teléfonos móviles, y

por extensión cualquier medio de comunicación bidireccional, a través de los

sistemas llamados de manos libres, el empresario debería asegurar que:

a) El sistema de manos libres instalado corresponda a un modelo de los

llamados profesional. Es decir; que en ningún momento el conductor deba

apartar las manos del volante para la utilización del teléfono.

b) La duración de la conversación será la mínima necesaria para solicitar la

identidad del que llama e indicarle que le contactará más tarde, una vez

aparcado en lugar seguro y autorizado. En ningún caso la conversación se

extenderá durante más de un minuto y medio.

c) No se utiliza ningún otro móvil, personal o profesional, salvo el conectado

al sistema de manos libres.

No obstante lo anterior, el empresario debe considerar adoptar la instrucción

de seguridad “Motor encendido, teléfono móvil apagado”. Para aplicar esta

instrucción, el empresario debe:

1. Comunicar a los conductores la prohibición de utilizar cualquier teléfono

móvil, personal o profesional, mientras el vehículo esté en movimiento y a

cualquier velocidad (incluye los mensajes).

2. Considerar, como opción técnica, adoptar una de las siguientes medidas

técnicas o solución similar;

Instalar en cabina mecanismos electrónicos para la desconexión

automática de cualquier equipo de comunicación bidireccional una vez el

vehículo se haya puesto en movimiento, es decir; con el motor conectado

y el freno de mano en posición de marcha.

Incluir el teléfono móvil en el sistema GPS y programarlo para que sólo

pueda ser utilizado con el vehículo parado.

Por motivos de seguridad, los teléfonos móviles se mantendrán apagados en

el interior de estaciones de servicio, petroquímicas, refinerías, instalaciones de

almacenamiento de combustibles y en cualquier otra instalación donde así esté

indicado, salvo en el interior de las áreas con autorización expresa para la

activación y uso de estos equipos.

P á g i n a | 164

5.11. Uso de navegadores GPS

El navegador vía GPS es un elemento que aporta un mayor nivel de seguridad

durante la conducción, pero su mal uso podrá ser causa de accidente. La norma

interna debe instruir al conductor que su programación y/o manipulación debe

efectuarse sólo con el vehículo parado en lugar seguro, y prohibir su manipulación

con el vehículo en movimiento.

5.12. Cinturones de seguridad

Esta norma aplica a cualquier tipo de automóvil o vehículo de transporte así

como a las carretillas de transporte y elevación.

El conductor, y cualquier pasajero que lo acompañe, tienen que llevar el

cinturón correctamente abrochado siempre que el vehículo esté en movimiento.

Los cinturones de seguridad deben mantenerse libres de cualquier elemento

que impida su normal utilización y funcionamiento.

5.13. Condiciones generales de circulación

El empresario debe informar y formar a los conductores para que estos:

Observen la normativa legal y en ningún caso excedan los límites de

velocidad establecidos para cada tipo y tramo de vía.

Circulen a la velocidad adecuada para el tipo y estado de la vía, las

condiciones del tráfico y las condiciones climatológicas existentes, aunque

la velocidad deba ser inferior a la legalmente permitida.

No superen la velocidad máxima de 30 Km/h en áreas residenciales, de

recreo y escolares.

Mantengan en el interior de las glorietas una velocidad máxima no superior

al 50% de la indicada por la señalización vial. En glorietas donde la

velocidad máxima no esté señalizada se deberá limitar a 15km/h. Esta

norma debe también aplicar a las curvas cerradas en los accesos y salidas a

autopistas, autovías, polígonos industriales, etc.

Mantengan en el interior de las glorietas una velocidad uniforme, sin

realizar cambios de marcha, aceleraciones o frenadas innecesarias hasta

que todo el vehículo haya salido de la glorieta y esté alineado.

Mantengan la distancia de seguridad con el vehículo que les precede,

distancia de que no debe ser inferior a la que puede recorrer en tres

P á g i n a | 165

segundos, añadiendo un segundo por cada factor de riesgo adicional

existente; niebla, lluvia, nieve, suelo mojado, nocturnidad, etc.

Mantengan una distancia de seguridad lateral con los vehículos que les

rodean, y nunca inferior al metro y medio en adelantamientos de peatones,

ciclistas y motocicletas.

Adelanten a otros vehículos sólo en caso de existir condiciones muy

favorables para ello.

Indiquen con suficiente anticipación y claridad las maniobras de cambio de

dirección que tienen previsto realizar, evitando crear dudas y/o confusiones

al resto de los usuarios de la vía.

Realicen frenadas suaves y progresivas en las aproximaciones a glorietas,

cruces, etc. dando tiempo al resto de los vehículos a adaptarse a su

velocidad.

Dejen una distancia de 2 ó 3 metros frente a la línea en semáforos y pasos

de peatones.

No pongan su vehículo en circulación hasta pasados dos segundo desde

que lo hizo el vehículo precedente, a la salida de semáforos, ceda el paso,

etc.

Utilicen la técnica del “pie frente al freno” en cruces, paso de peatones,

zona escolar, etc. a fin de reducir el tiempo de reacción ante una posible

frenada de emergencia.

Realicen una conducción tranquila y respetuosa con el resto de los usuarios

de las vías, evitando gesticular o realizar acciones que puedan provocar

reacciones bruscas en su contra.

En el interior de las instalaciones industriales deben respetar la señalización

existente.

5.14. Tiempos de conducción y descanso. Gestión del cansancio.

Definiremos tiempo de trabajo a todo período comprendido entre el inicio y el

final del trabajo, durante el cual el trabajador móvil está en su lugar de trabajo, a

disposición del empresario y en el ejercicio de sus funciones y actividades”, esto es:

1. El tiempo dedicado a todas las actividades de transporte por carreteras.

Estas actividades incluyen, en particular:

La conducción.

La carga y la descarga.

La asistencia a los pasajeros en la subida y bajada del vehículo.

P á g i n a | 166

La limpieza y el mantenimiento técnico.

Todas las demás tareas cuyo objeto sea garantizar la seguridad del

vehículo, de la carga y de los pasajeros o cumplir las obligaciones legales

o reglamentarias directamente vinculadas a una operación de transporte

específica que se esté llevando a cabo, incluidos el control de la carga y

descarga, los trámites administrativos de policía, aduanas, funcionarios

de inmigración, etc.

2. Los períodos durante los cuales el conductor no puede disponer libremente

de su tiempo y tiene que permanecer en su lugar de trabajo, dispuesto a

realizar su trabajo normal, realizando determinadas tareas relacionadas con

el servicio; en particular: los períodos de espera de carga y descarga,

cuando no se conoce de antemano su duración previsible, es decir, o bien

antes de la partida o antes del inicio efectivo del período de que se trate.

Quedan excluidos del tiempo de trabajo las pausas y los tiempos de descanso.

Con carácter general, el empresario es responsable de la organización del

trabajo y de la planificación de las jornadas de trabajo de los conductores. Los

conductores son responsables de no exceder los tiempos de conducción y tomar los

descansos de acuerdo a la normativa aplicable y en función de su estado psicofísico

de cada momento.

El empresario debe asegurar el compromiso de los conductores con respecto

a:

Respetar y no exceder los tiempos de conducción legalmente en vigor:

- El tiempo diario de conducción no debe ser superior a 9 horas. No

obstante, este tiempo podrá ampliarse como máximo hasta 10 horas

dos veces durante la semana.

- El tiempo de conducción semanal no podrá superar las 56 horas.

- El tiempo total acumulado de conducción durante dos semanas

consecutivas no podrá ser superior a 90 horas.

Respetar y no exceder el tiempo máximo de trabajo semanal de 48 horas,

si bien podrá llegar hasta 60 horas semanales si la media calculada en un

periodo de cuatro meses no excede de las cuarenta y ocho horas

semanales.

P á g i n a | 167

Tomar los tiempos reglamentarios de descanso de:

- Tras un periodo de conducción de cuatro horas y media, el conductor

hará una pausa ininterrumpida de al menos 45 minutos, salvo que tome

un período de descanso.

- Dicha pausa podrá sustituirse por una primera de al menos 15 minutos

seguida de una segunda de al menos 30 minutos, intercaladas en el

período de conducción, de forma que se respeten las disposiciones del

párrafo primero.

- El descanso diario no será inferior a 12 horas entre dos jornadas

consecutivas de trabajo. Este descanso podrá fraccionarse, en cuyo

caso el primer periodo de descaso no será menor de 3 horas y el

segundo periodo de descanso no podrá ser inferior a 9 horas

ininterrumpidas.

- Después de seis días consecutivos de conducción, será obligado un

descanso semanal de 45 horas consecutivas. Este descanso podrá

reducirse hasta un mínimo de 24 horas a la semana, pero las horas

pendientes de descanso deberán tomarse de una sola vez junto a un

periodo de descanso de 9 horas consecutivas, antes de que termine la

tercera semana siguiente. No se pueden tomar dos periodos de

descanso reducidos consecutivos.

Utilizar los tiempos de descanso para recuperarse de la fatiga y el

cansancio.

En caso de sentir los síntomas de cansancio;

a) Si está en ruta;

Para y dormir hasta recuperarse.

Informar a su superior de la circunstancia.

b) Si no está en ruta solicitar un cambio de turno o de tipo de jornada.

5.15. Control de la actividad y comportamiento del conductor en la conducción

El empresario debe disponer de una norma interna con el objetivo de analizar

la actividad del conductor y verificar que cumple con las normas legales e internas

aplicables.

El empresario debe incluir esta tarea de control en la descripción de las

funciones y responsabilidades del puesto de trabajo del empleado asignado.

P á g i n a | 168

El control de la actividad del conductor debe comprender el análisis de al

menos 15 jornadas de trabajo consecutivas, asegurando que los kilómetros iníciales

de una jornada se corresponden a los finales de la jornada anterior. Se tendrán en

cuenta los cambios de vehículo realizados por el conductor durante la jornada de

trabajo. El análisis de los siguientes datos aportará control a la actividad del

conductor y a la gestión del cansancio:

Hora de inicio del trabajo.

Hora de finalización del trabajo.

Tiempo total de trabajo.

Tiempo de conducción; diario, semanal y quincenal.

Tiempo de descanso entre periodos de conducción.

Tiempo de descanso entre dos jornadas consecutivas de trabajo.

Tiempo de descanso semanal.

Velocidad máxima a la que circuló.

Distancia diaria total recorrida.

Paradas no autorizadas o de difícil justificación, tanto en carga como en

vacío.

Anotación correcta de los datos de identificación del conductor, fecha, lugar

de origen y destino, y los kilómetros iníciales y finales.

Régimen del motor. Verificar que se conduce de manera eficiente

(preventiva y económica).

El análisis puede realizarse sobre periodos aleatorios o sobre la totalidad de la

actividad de un determinado conductor, según se trate de un análisis programado o

de la búsqueda de actuaciones / comportamiento determinados. Todos los

conductores deben ser motivo de un análisis al menos dos veces al año.

El responsable de llevar a cabo esta tarea debe informar a la dirección sobre

todas las incidencias detectadas, quienes deberán decidir la acción correctora

proporcionada a la gravedad de la incidencia identificada. Se debe aplicar

“Tolerancia Cero” con aquellos conductores que cometan infracciones graves, o con

los reincidentes con las normas legales e internas de la empresa.

P á g i n a | 169

5.16. Turnos de trabajo

Los conductores sometidos a turnos de trabajo son más vulnerables a padecer

enfermedades por desordenes psicosomáticos y a sufrir accidentes. El

establecimiento de turnos nocturnos o de turnos rotatorios requiere de la aplicación

de medidas específicas en el campo de la identificación y selección de los

conductores mejor adaptados, así como de normas de prevención de la seguridad y

la salud del conductor que eviten la aparición temprana del estrés y el cansancio, y

que promuevan el descanso efectivo de los conductores.

La identificación de los conductores aptos para el trabajo a turnos, así como la

determinación de los horarios y rotaciones, debe ser una tarea realizada

exclusivamente por personal competente y especializado.

El control y supervisión del comportamiento del conductor a turnos debe verse

incrementado con respecto a un conductor con una jornada normal de trabajo.

5.17. Gestión de residuos

Cualquier tipo de residuo generado durante la jornada laboral debe ser

depositado en los contendores apropiados, evitándose su abandono y contaminación

del entorno. Ejemplo de residuos; aceites, papel, chatarra, productos químicos,

lámparas, piezas de repuesto, filtros, aerosoles, prendas contaminadas, E.P.I. usados,

trapos de limpieza, etc.

P á g i n a | 170

CAPÍTULO 13. PLAN DE EMERGENCIA Y CONTINGENCIA EN EL TRANSPORTE

1. INTRODUCCIÓN

Las empresas de transporte por carretera localizan sus riesgos tanto en los locales

de oficinas e instalaciones fijas como en la actividad de transporte, siendo en ésta

última en la que los riesgos no controlados podrán generar un mayor número de

situaciones de emergencia debidas a la ocurrencia de accidentes e incidentes de alto

potencial de pérdida.

El concepto de emergencia se puede definir como cualquier situación peligrosa que

requiera una intervención inmediata y urgente para eliminar, controlar o reducir las

consecuencias imprevisibles que puedan sufrir las personas, las propiedades y el medio

ambiente.

El carácter abierto de esta definición hace que cada empresa deba identificar y listar

sus posibles situaciones de emergencia, siendo de ayuda el listado facilitado en el punto

3. Alcance.

El desarrollo y aplicación del Plan de Emergencia en el Transporte – en adelante PET

– debe estar coordinado con el resto de planes de emergencia y contingencia

desarrollados y aplicados por la empresa, con el fin de que las acciones a tomar en caso

de una emergencia por incidencias en tareas como las de la carga y la descarga se

complementen pero no se interfieran.

Además, el PET debe también incluir las posibles exigencias de cada cliente en

aspectos como los plazos y formas de comunicación de la emergencia y las técnicas de

salvamento de sus productos durante la misma.

Por último, debido a las múltiples y diferentes naturalezas de las mercancías que se

pueden transportar; animales vivos, mercancías peligrosas, líquidos a granel, mercancía

fraccionada, etc., este documento sólo permite establecer un plan de emergencia tipo

que ayude a las empresas en el diseño de sus propios planes de emergencia

específicos.

P á g i n a | 171

2. OBJETIVO

Facilitar las pautas y guías necesarias para que las empresas puedan desarrollar,

aplicar y mantener actualizado un PET acorde a sus necesidades, e independientemente

de las medidas y servicios que puedan ser coordinados por las autoridades responsables

del control, coordinación y eliminación de la emergencia.

3. ALCANCE

Todas las empresas de transporte deben disponer de un PET que les ofrezca

cobertura frente a todas las situaciones de emergencia en las que puedan verse

involucradas como consecuencia de las acciones de sus empleados, contratistas, o de

terceros que puedan afectar a su actividad.

4. RESPONSABILIDADES

Las responsabilidades del empresario y de cada uno de los gerentes quedarán

determinadas por la normativa legal vigente y aplicable. No obstante, con carácter

general:

Del empresario:

Dotar de un PET específico a su empresa.

Nombrar a la persona encargada de desarrollarlo y mantenerlo actualizado.

Dotar a la empresa de la estructura de responsabilidades y los recursos

materiales y humanos necesarios para la correcta implantación del PET.

Consultar a los empleados o a sus representantes legales.

De la dirección:

Aplicar el PET.

Requerir de los clientes sus requerimientos específicos con relación a informes y

cobertura.

Planificar y llevar a cabo ejercicios prácticos, simulacros del plan de emergencia,

con periodicidad no superior a la anual.

Del supervisor de primera línea:

Informar y formar a los conductores y a cualquier otro trabajador de las

actuaciones a llevar a cabo según lo contemplado en el PET.

P á g i n a | 172

Del Coordinador del SGRTC;

Proporcionar al empresario, a la dirección y al Servicio de Prevención el

asesoramiento necesario para el desarrollo, implantación y mantenimiento del

PET.

Del Servicio de Prevención:

Integrar el PET en el programa general de prevención de riesgos laborales.

Analizar las posibles situaciones de emergencia en base a la evaluación de

riesgos, de los accidentes sufridos en la empresa o en el sector, del tamaño y

organización de la empresa, su configuración y de la disponibilidad de servicios

asistenciales.

Evaluar las necesidades de equipo, material e instalaciones incluyendo los

necesarios para la prestación de los primeros auxilios.

Seleccionar los trabajadores encargados del equipo de intervención.

Establecer las necesidades de formación de los componentes de los equipos de

intervención y de los socorristas y garantizar su actualización.

Informar, o colaborar en la información, a todos los conductores y al resto de

trabajadores involucrados en la activación del PET sobre las normas básicas de

actuación en caso de accidente, actualizando dicha información siempre que sea

necesario.

Instruir a todo nuevo conductor o empleado con relación a la actuación que se

espera de él en caso de accidente.

Protocolizar el aviso de emergencia a la lista de contactos internos y externos a la

empresa.

Planificar y protocolizar la remisión de heridos al centro o centros de asistencia

médica especializada.

Protocolizar la organización, comunicación y registro de cada emergencia.

Comprobar periódicamente el funcionamiento correcto del PET.

De los delegados de prevención:

Vigilar el cumplimiento de la normativa aplicable.

De los trabajadores y miembros de los equipos de intervención:

Actuar de acuerdo con lo dispuesto en el PET.

P á g i n a | 173

5. DESARROLLO

5.1. Clasificación de las emergencias

Tipo UNO: Avería o accidente. El vehículo no puede continuar la marcha. No hay

heridos. El conductor puede gestionar la emergencia.

Tipo DOS: Accidente. No hay heridos. El vehículo ha resultado dañado. El conductor

necesita ayuda para gestionar la emergencia.

Tipo TRES: Accidente. Hay heridos. El vehículo ha resultado dañado. El conductor

necesita ayuda para gestionar la emergencia.

Tipo CUATRO: Accidente. El vehículo ha resultado dañado. El conductor no puede

gestionar la emergencia.

Esta clasificación debe permitir planificar las acciones que se deberán tomar

una vez sucedido el accidente y activada la emergencia.

5.2. Estructura de mando durante las emergencias

Los representantes de las autoridades desplazados al lugar de la emergencia

serán “oficialmente” los responsables de tomar y ordenar las acciones de control y

eliminación de la emergencia.

No obstante lo anterior, los empresarios son responsables de;

a) Disponer del PET.

b) Planificar las acciones que ayuden al control de la emergencia y a reducir su

impacto.

La dirección debe nominar a:

Jefe de intervención: su designación podrá recaer en el empleado de mayor

experiencia en el control y eliminación de situaciones críticas. El jefe de

intervención debe conocer las características técnicas de los vehículos y de los

equipos instalados, la naturaleza y riesgos de la mercancía transportada,

disponer de capacidad y autoridad suficiente para la coordinación de los

equipos de intervención y para la toma de decisiones en el mismo lugar donde

se desarrolla la emergencia. El Jefe de Intervención siempre actuará bajo las

instrucciones del Jefe de Emergencia.

Jefe de Emergencia; podrá ser un miembro de la dirección o el coordinador

de seguridad y es quien valora la emergencia y envía los equipos internos y las

ayudas externas necesarias.

P á g i n a | 174

El conductor, si su estado psicofísico se lo permite, debe iniciar las acciones

de control de la emergencia desde el mismo momento de producirse el accidente y

hasta la llegada del Jefe de Intervención o de la autoridad competente y

responsable.

El jefe de Intervención, a su llegada al lugar de la emergencia tomará el mando

y la iniciativa y coordinación de las acciones hasta la llegada de la autoridad.

A la llegada de la autoridad al lugar de la emergencia, el conductor y/o el Jefe

de Intervención pasarán toda la información disponible y quedarán a su disposición.

5.3. Activación del PET

1. Activación de la Emergencia (Alerta)

a) El conductor; si su estado psicofísico se lo permite, activará el PET.

b) Si el conductor no estuviera en condiciones de activar la emergencia

trataría de hacerlos a través de un tercero.

2. Comunicaciones del transportista a:

a) Central de Emergencias; si el conductor o un tercero ya activó el PET,

para verificar que los servicios externos están ya activados y tomar las

acciones oportunas complementarias.

b) Ayudas externas; bomberos, ayuntamiento o policía local, empresas del

Plan de Ayuda Mutua; ambulancias, grúa; taller reparación; servicio de

limpieza y recuperación y tratamiento de residuos; etc.

c) Equipos de emergencia del transportista.

d) Clientes afectados; de inmediato por teléfono a los contactos nominados.

5.4. Actuaciones durante la emergencia

5.4.1. Actuación del conductor

Las posibles actuaciones del conductor estarán recogidas en las fichas

de alarma y emergencia que cada empresa debe disponer en función del tipo

de producto / mercancía transportada.

El conductor debe conocer el contenido de estas fichas y estar

entrenado para su correcta aplicación.

5.4.2. Actuación del Jefe de Intervención

Las principales misiones del Jefe de Intervención deben estar enfocadas

a:

P á g i n a | 175

a) Procurar el salvamento y evacuación de heridos y lesionados.

b) Evaluar una posible extensión de la emergencia y sus posibles

consecuencias.

c) Planificar y coordinar con las autoridades presentes las tareas de

recuperación de la mercancía transportada y del vehículo. Para ello

debe:

Organizar el equipo de emergencia, propio o externo,

Localizar medios de recogida, transporte y disposición de los

residuos y materiales contaminados,

Las decisiones y acciones encaminadas al control y eliminación de la

emergencia deberían estar orientadas a:

Correctivas; que deberían corregir el problema en la medida que su

evolución lo aconseje

Preventivas; que deberían impedir que el problema se agrave.

Para ejecutar estas acciones el jefe de Intervención debe conocer y

disponer de tácticas que le ayuden a controlar y eliminar las consecuencias.

Dichas tácticas deben perseguir, al menos, los siguientes cuatro objetivos:

Objetivo 1. Auxilio y evacuación de personas atrapadas o heridas.

Objetivo 2. Contener o neutralizar los peligros de sustancias

combustibles e inflamables.

Objetivo 3. Extinción de las materias en combustión.

Objetivo 4. Presencia de los medios de comunicación.

5.5. Criterios para la selección de servicios, equipos y herramientas

El PET debe planificar las acciones de aplicación inmediata para el rápido

control y/o eliminación de la emergencia a fin de:

Evitar la demora en el control.

Favorecer una más rápida eliminación de la emergencia.

Reducir la posible extensión de los daños.

Minimizar las pérdidas

Favorecer el restablecimiento del lugar del accidente a las condiciones

originales.

Los servicios, equipos y herramientas que se deben disponer dependerán del

tipo de emergencia y de su localización.

P á g i n a | 176

Para estudiar la necesidad de disponibilidad de los servicios, equipos y

herramientas se establecen los siguientes criterios:

5.5.1. Servicio propio, contratado y Pacto de Ayuda Mutua.

La naturaleza y el potencial de pérdidas de los accidentes, el tipo de

acción a desarrollar, las condiciones climáticas existentes, la distancia desde la

ubicación de los recursos humanos y los medios técnicos hasta el lugar de la

emergencia, la rapidez que exija la respuesta, etc. son factores que se deben

considerar para decidir si las emergencias se deben cubrir con recursos

propios, medios contratados a empresas especializadas, Pactos de Ayuda

Mutua, afiliación a asociaciones internacionales de ayuda, o con una

combinación de estos que en cualquier caso permita al transportista hacer

frente a una emergencia las 24h/día de los 365 días/año.

El establecimiento de Pactos de Ayuda Mutua entre empresas del sector

es una medida muy recomendable cuando el transporte se efectúa a nivel

nacional, y, a veces, como la única solución posible para dar respuesta a una

emergencia de forma adecuada y rápida.

La contratación de empresas especializadas podrá ser una solución para

los transportes transfronterizos, y siempre necesarias para actuaciones en

medio acuáticos, zonas ambientalmente sensibles, etc.

La afiliación a organizaciones internacionales de ayuda, podrá ser la

opción más recomendable para transportes internacionales en los que se crucen

diversos países.

En cualquier caso, el transportista debe asegurar, y periódicamente

verificar, la capacidad organizativa, los tiempos de respuesta, la idoneidad y

capacidad de medios técnicos y la preparación de los equipos humanos de

aquellas empresas y/o organizaciones con las que establezca contrato o

acuerdos para situaciones de emergencia.

5.5.2. Disponibilidad de personal, equipos y herramientas.

Los transportistas, además de contar con la organización interna

necesaria, deben disponer en cualquiera de las formas descritas en el punto

anterior de la capacidad de gestión y respuesta inmediata a las emergencias en

las que se vean involucradas. Consultar Punto 3. Alcance

P á g i n a | 177

Los vehículos para el transporte del equipo técnico (bombas,

compresores, generadores, mangueras, acoples, productos para la absorción de

las materias líquidas, etc.) y el personal de emergencias, deben estar revisados

y disponibles para actuación inmediata las 24h/día, 365 días/año.

5.5.3. Mantenimiento y control de los equipos para emergencias

La experiencia ha demostrado que algunos equipos y herramientas son

usados con más frecuencia que otros dependiendo de las circunstancias de

cada emergencia, y consecuentemente expuestos a un mayor deterioro y

desgaste mientras que otros permanecen invariables. Para evitar faltas o fallos

por el mal estado de equipos y herramientas estos deben inventariarse y

periódicamente inspeccionarse su disponibilidad y buen estado.

Los medios técnicos identificados para las situaciones de emergencia no

deben utilizarse como equipos y herramientas de trabajo habitual.

5.5.4. Equipos de protección individual

Durante una emergencia la variedad de acciones y trabajos a desarrollar

podrá ser muy amplia y llevarse a cabo en condiciones no exentas de riesgos

para quienes los realizan. Los operarios podrían tener que hacer frente a

operaciones de tipo mecánico, tal como de corte o arrastre de partes metálicas

o cristales, o el contacto con productos corrosivos, combustibles, aceites de

motor, etc. Por lo anterior es necesaria una correcta identificación de los E.P.I. a

disponer, así como el entrenamiento del personal para conocimiento de uso y

limitaciones de los mismos. Este entrenamiento deberá estar integrado en el

programa anual de formación y entrenamiento. Consultar el capítulo 3.

Formación e entrenamiento continuo.

No obstante lo anterior, en ningún caso se justifica la disponibilidad y

uso de equipos especializados que sólo deban ser utilizados por personal

competente y entrenado. Por ejemplo; equipos de aproximación y extinción de

incendios que solo deben ser utilizados por las brigadas de bomberos, la

utilización de equipos de análisis de atmosferas con presencia de gases

nocivos, inflamables, que requieren una formación y entrenamiento específico.

P á g i n a | 178

5.6. Listado de los equipos mínimos de comunicaciones y socorro

El listado siguiente de equipos debe entenderse de mínimos, ni exhaustivo ni

limitativo, pero intencionadamente excluye cualquier equipo especializado por

entender que estos serían aportados por la brigada de bomberos, servicios médicos,

servicio de grúa, etc.:

Teléfonos móviles. Sólo se usarían en áreas sin presencia de productos

combustibles e inflamables, y alejado de los riesgos del tráfico.

Cinta para la acotación de la zona de trabajo.

Conos reflectantes para la señalización del tráfico.

Triángulos de aviso de peligro.

Prendas de trabajo para sus empleados (monos, trajes de agua para días de

lluvia, chalecos o chaquetas reflectantes).

Guantes que protejan del riesgo presente y con suficiente resistencia

mecánica.

Cascos para la protección de la cabeza.

Calzado de seguridad (preferiblemente botas).

Caja de herramientas.

Linternas y baterías.

Producto limpiamanos y toallas de papel.

Extintores de incendio.

Botiquín de primeros auxilios, con frasco lavaojos y manta para quemados

(gel de agua) y gasas / pomada para tratamiento de quemados.

5.7. Relaciones con los medios de comunicación

Un accidente de graves consecuencias podría resultar de interés para los

medios de comunicación y, consecuentemente, la noticia ser divulgada a nivel local

y/o nacional en prensa escrita, radio o televisión. En ocasiones, la noticia se emite

imprecisa, pudiendo formar en la opinión pública una idea equivocada de las causas

del accidente, los daños causados, las repercusiones, los responsables, los

damnificados, etc. con el riesgo de pérdida de imagen y reputación para las

empresas y personas implicadas.

P á g i n a | 179

Para prevenir que una noticia emitida de manera imprecisa pueda ser la causa

de la pérdida de imagen y reputación para las empresas y personas, se debe:

a) El transportista;

Nominar un portavoz para las relaciones con los medios de comunicación.

Informar a todos sus empleados que sólo el portavoz está autorizado a

realizar declaraciones a los medios.

b) El portavoz debe actuar SIEMPRE en coordinación con los portavoces del

cliente/s y de las autoridades allí presentes.

c) Cuando la respuesta a una pregunta sea inevitable, limitarse a los hechos

probados sin emitir juicios de valor o información no confirmada. NUNCA SE

DEBE ADMITIR LA RESPONSABILIDAD DEL ACCIDENTE, HASTA PROBADA.

d) En los simulacros de emergencias incluir ejercicios de entrenamiento sobre

técnicas de comunicación.

P á g i n a | 180

CAPÍTULO 14. INVESTIGACIÓN, ANÁLISIS Y COMUNICACIÓN DE ACCIDENTES E

INCIDENTES

1. INTRODUCCIÓN

Los accidentes no son fruto del azar, la mala suerte, el destino, o la casualidad, son

la consecuencia de la suma o acumulación de diferentes causas (causalidad) como;

trabajar ante una situación de peligro, trabajar con un riesgo no identificado, no tomar

una acción preventiva para eliminar o controlar un riesgo ya conocido, seguir una norma

o instrucción técnica imprecisa, no seguir la norma o instrucción que describe la forma

segura de ejecutar una tarea crítica, la ejecución de una tarea por un trabajador con

insuficiente formación, etc.

La investigación de accidentes e incidentes es una técnica analítica a posteriori,

llevada a cabo por un equipo multidisciplinar, consistente en el examen metódico del

suceso indeseado e inesperado que resultó, o pudo, resultar en lesiones personales,

daños a la propiedad, daños al medio ambiente, o en interrupción de la actividad.

Entre los beneficios a lograr con un adecuado proceso de investigación, están:

Perfeccionamiento del plan preventivo, a través de la retroalimentación de los

fallos encontrados.

Reducción del número e índices de frecuencia de accidentes e incidentes.

Reducción de los costos asociados a los accidentes e incidentes.

Optimización de los procesos de producción.

Aumento de reputación entre sus clientes.

El anexo 14. Incluye el diagrama de flujo para la investigación de los accidentes /

incidentes.

2. OBJETIVO

Establecer una metodología, al tiempo que aportar unas guías y pautas, que

permitan identificar los hechos, circunstancias y los fallos del sistema de gestión, que

dieron lugar al suceso imprevisto e indeseado, con el fin de determinar las medidas

correctoras necesarias que eviten la repetición de eventos similares por las mismas

causas. En ningún caso el proceso de investigación debe orientarse a la identificación de

posibles culpables.

P á g i n a | 181

Es también objetivo de este procedimiento aprovechar la experiencia y las lecciones

aprendidas para mejorar el sistema preventivo y lograr la reducción de la siniestralidad

laboral.

3. ALCANCE

La Investigación de accidentes e incidentes, como herramienta de mejora continua

en la prevención de accidentes, debe aplicarse a:

Todos los accidentes que hayan causado la muerte o cualquier tipo de lesión

(física o psíquica) en empleados propios, de contratistas o a terceros que hayan

sido afectados por el desarrollo de la actividad empresarial.

Todos los accidentes que hayan causado pérdidas materiales significativas

Todos los accidentes e incidentes que hayan requerido el paro de la actividad

productiva.

Todos los accidentes con lesiones que requieran curas de botiquín.

Todos los eventos de seguridad patrimonial debidos a acciones criminales.

Todos los accidentes menores que sean muy repetitivos.

Todos los incidentes y condiciones inseguras con alto potencial de pérdida, o que

pudieran afectar a un elevado número de personas.

Todos los incidentes con mercancías peligrosas.

Todos los incumplimientos de la legislación vigente y aplicable.

Cualquier otro evento que el empresario considere investigar.

4. RESPONSABILIDADES

Las responsabilidades quedarán determinadas por la normativa legal vigente y

aplicable. No obstante, con carácter general:

Del empresario:

Disponer un procedimiento de investigación, y asegurar que se aplica.

De la dirección:

Notificar el accidente a la autoridad competente.

Informar a los delegados de prevención los accidentes sufridos y los resultados

de las investigaciones.

Asegurar que las acciones de mejora o las medias correctoras adoptadas se

implantan.

P á g i n a | 182

Comunicar el accidente y/o incidente al cliente de acuerdo con los

requerimientos marcados o acordados con el propio cliente.

De los trabajadores:

Informar a su inmediato superior de cualquier accidente o incidente en el que

queden involucrados durante el desarrollo de sus funciones laborales.

Colaborar y testificar de buena fe en la investigación de los accidentes, siempre

que puedan aportar datos de interés para el esclarecimiento del suceso.

De los delegados de prevención:

Solicitar su incorporación al proceso de investigación.

Realizar su propia investigación o solicitar la realización de las pruebas que

consideren convenientes.

5. DESARROLLO

Cada accidente es diferente, por lo que cada investigación también lo será. No

obstante, las siguientes pautas y guías orientarán al empresario a definir y establecer su

propio estándar.

5.1. Quién debe investigar

Además de las personas facultadas por la norma legal para dirigir o participar

en la investigación, la investigación interna de los accidentes e incidentes debe ser

tarea de un equipo designado por el empresario.

Con carácter general un equipo de investigación podrá estar formado por:

Un director, preferiblemente procedente de otro área diferente al que se

produjo el accidente y sin responsabilidad directa sobre la/s persona/s

involucrada/s en el mismo. Este director será responsable ante el

empresario del contenido del informe de investigación, en el que deben

quedar incluidas las acciones de mejora / correctoras.

Un mando con funciones y responsabilidades en el área donde se produjo el

suceso y sobre la persona/s involucrada/s. Este mando actuará bajo las

instrucciones del director responsable de la investigación.

El Coordinador del SGRTC, quien, como experto en los procesos de

investigación y en el SGRTC, asesorará al director hasta el final del proceso

de investigación.

P á g i n a | 183

El supervisor de primera línea del accidentado, por su conocimiento del

área, de los procesos y de las personas.

El delegado de prevención.

En accidentes que hayan causado elevados daños, o en incidentes con alto

potencial de pérdida, el director responsable de la investigación podrá requerir la

colaboración, el asesoramiento, y la incorporación total o parcial al equipo de otros

técnicos propios o ajenos a la empresa.

La investigación de incidentes menores podrá ser llevada a cabo por los

supervisores de primera línea, quienes deberán contar con el asesoramiento y la

ayuda del Coordinador del SGRTC. Los supervisores serán los responsables de la

realización del informe y de proponer las acciones de mejora.

Los componentes de los equipos de investigación deben haber recibido

formación y entrenamiento adecuado sobre las técnicas y el proceso de

investigación.

5.2. Cuándo debe iniciarse la investigación

La investigación debe iniciarse inmediatamente o en el menor tiempo que sea

posible, pero siempre dentro de las 24 horas desde producido el accidente.

La toma inicial de datos, hasta la llegada de un director o el equipo de

investigación designado, puede iniciarse de inmediato por el supervisor de primera

línea del área donde se haya producido el accidente, o por el mismo conductor en

caso de tratarse de un accidente de carretera y se encuentre en condiciones de

realizar la toma de datos. El Coordinador del SGRTC debe asesorar en esta primera

acción.

El primer paso en una investigación es identificar y registrar las pruebas /

evidencias antes de que estas se alteren, muevan o desaparezcan.

5.3. Dónde se debe investigar

Los investigadores podrán necesitar visitar:

El lugar del accidente para recogida de datos y fotografías que puedan

posteriormente ser utilizados como pruebas y evidencias.

A los testigos directos del suceso a fin de conseguir su testimonio, y

también a los indirectos como personal de rescate, policía, etc.

P á g i n a | 184

El vehículo, máquina, etc. en el lugar donde se encuentre depositado tras el

accidente.

Las oficinas donde obren los registros de formación y entrenamiento,

procedimientos operativos, y puedan mantener entrevistas con los gerentes

o supervisores, etc.

5.4. Etapas del proceso de investigación

Todo informe debe ser firmado y aprobado por el director responsable

de la investigación.

5.4.1. Reaccionar oportuna y positivamente ante el accidente

Cuando ocurre un accidente el supervisor de primera línea debe actuar

para:

Tomar el control en el lugar de los hechos.

Procurar atención de primeros auxilios y solicitar ayuda de

emergencia.

Controlar posibles accidentes secundarios.

Identificar y mantener inalteradas las evidencias.

Notificar a la dirección.

Iniciar la investigación.

5.4.2. Reunir la información pertinente acerca del incidente

Los acontecimientos que dieron como resultado un accidente contienen

una gran cantidad de información, el problema para los investigadores es

encontrarla y ordenarla. El equipo de investigación debe orientarse hacia el

esclarecimiento de los hechos, evitando convertir la investigación en una

auditoria, en un proceso cerrado contra una persona, o guiarse por ideas

preconcebidas. Las siguientes acciones podrán llevarse a cabo para encontrar

la información:

5.4.2.1. Clasificación de las evidencias. La Técnica de las 5Ps

Rara vez una única causa provocará un accidente, más bien

serán varias las causas que al relacionarse entre ellas estarán

construyendo la secuencia del accidente. Identificarlas y clasificarlas es

uno de los retos de la investigación. La utilización de la Técnica de las

5Ps permitirá sistematizar la búsqueda y clasificación de las evidencias,

reduciendo la posibilidad de pasar por alto aspectos claves. La técnica

consiste en agrupar las evidencias en los siguientes cuatro bloques:

P á g i n a | 185

1ª P - Personas:

Aptitud y actitud del trabajador para el control de los peligros de

accidente.

Testigos directos; lesionados, colaboradores, etc.

Testigos indirectos; contratistas, personal de mantenimiento, etc.

Otros.

2ª P - Posiciones:

Ambiente y lugar de trabajo; agentes físicos (iluminación, ruido...),

químicos, biológicos, espacio de trabajo (orden y limpieza,...).

Posición final de reposo del equipo, vehículo o cualquier otro

elemento.

Evidencia de movimientos; huellas, colisiones por / contra, caídas,

etc.

Localización y estado del EPI.

Otros.

3ª P - Partes:

Vehículos.

Instalaciones, máquinas, herramientas, equipos, EPIs.

Materiales y/o a las sustancias componentes de materias primas y

productos.

Otros.

4ª P - Papeles:

Organización del trabajo.

Métodos de trabajo.

Registros de formación.

Actas de reuniones.

Listados de inspección.

Otros.

5ª P - Productos:

Respirar un gas o vapor tóxico.

Sobrellenados de tanques.

Fuga y/o escape.

Derrame.

Contaminación

P á g i n a | 186

5.4.2.2. Examinar el lugar del accidente

Esta primera acción debe proporcionar una imagen mental

general en la medida que se busca y comenta la información que se

vaya recibiendo. Componer un cuadro general permitirá percibir de qué

forma las personas, los equipos, los materiales y el medio ambiente

intervinieron en el accidente, al tiempo que formularse nuevas

preguntas que necesitan de nuevas respuestas, lo que hará que las

piezas empiecen a encajar en el cuadro. El correcto desarrollo de esta

primera acción supondrá un gran ahorro de tiempo y trabajo al equipo

de investigación.

5.4.2.3. Entrevistar a los testigos

Un testigo es una persona que sabe algo de lo que sucedió.

Podría haber testigos directos que presenciaron en todo o en parte el

accidente, pero también los podría haber indirectos; es decir personas

afectadas, trabajadores de la zona, ingenieros de las instalaciones,

formadores, personal de mantenimiento, inspectores, personal de

rescate, policías, etc. Los primeros testigos en ser entrevistados deben

ser los directos, seguidos de los afectados, después quien se considere

que podría aportar información relevante.

La información obtenida de los testigos podrá aportar pruebas

para la identificación de las causas inmediatas, y ponerles sobre las

pistas de las causas básicas.

5.4.2.4. Reconstruir los hechos

A veces podrá considerarse necesario reconstruir el accidente,

o parte del mismo, pero esto sólo ha de hacerse si con ello no se

genera un incremento injustificado del riesgo o se puede volver a

producir el accidente que se investiga.

5.4.2.5. Dibujos y diagramas

Simples y sencillos dibujos o diagramas ayudan a explicar,

visualizar y comprender lo que sucedió. Al testigo le podría ayudar a

componer y a facilitar su explicación y al entrevistador a visualizar y

comprender los detalles que le aporta el testigo, al tiempo que le

facilita la realización de preguntas y la comprensión de las respuestas.

En accidentes graves podría ser necesario dibujos a escala.

P á g i n a | 187

5.4.2.6. Examinar los equipos

El examen de los equipos involucrados en un accidente podrá

ser tan necesario como lo pudo ser visitar el lugar de los hechos. Con

frecuencia los accidentes son el resultado del uso de un equipo en mal

estado, de forma incorrecta, o por no seguir los procedimientos

operativos o instrucciones técnicas existentes.

El examen de instalaciones, equipos, vehículos, etc. podrá

aportar datos relevantes para la investigación, y en caso necesario

solicitar un informe técnico a una entidad oficial o especializada para

que determine si hubo o no fallo mecánico, desplazamiento de la carga,

etc. Estos informes en ocasiones son necesarios para la protección de la

empresa frente a posibles reclamaciones por un aparente defecto de

funcionamiento de una máquina, un sistema, etc.

5.4.2.7. Revisión de la documentación

A través de la revisión de actas de reuniones, registros de

formación y entrenamiento, informes de investigación de accidentes /

incidentes similares, registros de mantenimiento, planificación del

trabajo, normas de trabajo, etc. se podrá comprobar si existía o no una

norma para la tarea, si la norma era la adecuada, si la tarea se ejecutó

según la norma, si el entrenamiento fue el adecuado, etc., lo que podrá

identificar algunas de las causas básicas o fallos del sistema.

5.4.2.8. Fotos del accidente

Unas fotos adecuadas podrán ser de gran utilidad al mostrar

información relevante que, además, podrán ilustrar los informes,

ahorrando tiempo en su redacción. Las fotografías podrán también ser

muy útiles para el entrenamiento posterior de los empleados.

5.4.2.9. Análisis de los fallos del material

Hay accidentes que se debieron al fallo de una estructura, de

un equipo, o de un material, o que pudieron ser sobrecargados, mal

utilizados, no mantenidos, etc. La confirmación de uno de estos fallos

podrá requerir realizar ensayos con estos materiales por técnicos

especializados.

P á g i n a | 188

5.4.3. Analizar los factores críticos

Todas las etapas del proceso de investigación son importantes y

necesarias, pero será en esta donde se deberán identificar los factores críticos,

y determinar las causas inmediatas y los fallos del SGRTC.

Como factor crítico se entenderá; las acciones o acontecimientos

negativos, o las condiciones de operación o ambientales no deseadas, que

influyeron en gran medida para la construcción del accidente / incidente, y

que si no se hubieran existido o si se hubieran controlado, se habría podido

evitar el accidente o reducido su severidad.

La identificación de los factores críticos es esencial para centrar el

proceso de investigación en unos pocos factores, en lugar de centrarse en

todos y cada uno que incluirán a los de menor trascendencia en la

construcción del accidente / incidente. La construcción de un diagrama o un

cronograma del accidente / incidente podría ayudar a su identificación.

Una vez identificados los factores críticos, se deberán determinar

primero las causas inmediatas y posteriormente las básicas en cada uno de

ellos.

Como causas inmediatas se entenderán; las circunstancias que se

presentan justamente antes del contacto. Estas causas son observables e

identifican los actos o comportamientos inseguros que pudieron dar paso a la

ocurrencia del suceso, así como las condiciones de trabajo inseguras

existentes en el lugar de los hechos.

Como causas básicas se entenderán; las causas reales por las que

surgen / ocurren las causas inmediatas. Las causas básicas identifican los

factores personales y los factores de trabajo (medio ambiente laboral).

Conocidas las causas básicas se podrá proceder a la identificación de

los fallos de control, es decir a los fallos del SGRTC de cada empresa. Estos

fallos representarían el inicio de la secuencia de causas que terminarían en la

pérdida (accidente o incidente). Existen tres razones que podrían ser el origen

del fallo del sistema;

P á g i n a | 189

1. La existencia de un SGRTC de estructura inadecuada, o que no

identificó todos los riesgos, o que no contempló las acciones /

medidas adecuadas para el control de los riesgos.

2. La falta de normas internas que hubieran permitido eliminar o

controlar los riesgos, o la existencia de normas inadecuadas.

3. El cumplimiento inadecuado de la norma / procedimiento.

5.4.4. Desarrollar y tomar medidas correctoras

El trabajo realizado en el proceso de investigación carecerá de sentido

si finalmente no se llegan a adoptar las medidas de mejora / correctoras

encaminadas a evitar un nuevo accidente por la repetición de las mismas

causas, ello dentro de un plazo acordado de ejecución y con un responsable

designado. Las medidas podrán ser:

a) Medidas provisionales; la mayoría de estas medidas sólo corrigen los

síntomas, es decir, los actos y las condiciones inseguras. Son

medidas iníciales que corresponden a la pregunta; ¿qué podría

hacerse en este mismo momento para evitar que el suceso vuelva a

repetirse?, y que deberán ser seguidas por medidas definitivas que

corrijan los fallos del SGRTC. En ocasiones estas medidas

provisionales podrán también ser tomadas considerando las causas

básicas. Por ejemplo; si se detecta un fallo en el entrenamiento del

trabajador no sería necesario esperar a verificar todo el plan de

formación para proceder a proporcionarle una formación de

refuerzo.

b) Medidas definitivas; estas medidas deben corregir los factores

personales o de trabajo, de las causa básicas, tanto como los fallos

del SGRTC.

El informe de investigación debe incluir las medidas correctoras

definitivas, como parte del documento o como documento aparte si antes

deben ser discutidas y aprobadas por la dirección. Cada medida correctora

aprobada debe tener un responsable de alcanzarla en una fecha estimada.

5.4.5. Seguimiento a la puesta en práctica de las medidas de control.

Se debe comprobar que las acciones de mejora propuestas se aplican,

resultan eficaces y no presenten efectos adversos inesperados o indeseados.

P á g i n a | 190

5.5. Comunicación del accidente y/o incidente

Sucedido un accidente y/o incidente la dirección del transportista debe

comunicar a su cliente, en el plazo y el modo acordado, la ocurrencia del suceso.

En el caso de un accidente/incidente durante el transporte por carretera de

una mercancía peligrosa la comunicación a las autoridades se ajustará a las

disposiciones legales en vigor.

5.6. Cálculo del costo del accidente / incidente. Anexo 15, punto 5.

La puesta en marcha y mantenimiento del SGRTC requiere de recursos

humanos y económicos a cargo de la empresa. Además, tras la investigación de un

accidente o incidente, la posible aplicación de acciones y medidas preventivas podrá

significar un costo. Sin embargo, la accidentalidad laboral supone, además del

padecimiento humano, un importante coste económico que, en ocasiones, amenaza

la continuidad de la empresa. Parece evidente que es necesario conocer el coste de

los accidentes e incidentes y cuánto es la inversión realizada en la aplicación de

medidas de prevención de accidentes.

El método de valoración del coste que se propone consiste en evaluar el costo

total, asegurado y no asegurado, de cada una de las partidas que han quedado

afectadas por los accidentes e incidentes. El grado de exactitud y precisión en el

cálculo del coste dependerá del esfuerzo que se realice a la hora de contabilizar

cada una de las partidas.

A continuación se ofrece un listado de alguno de los posibles conceptos de

costo de un accidente laboral de tráfico, que el empresario debe determinar:

Costes directos (los que la empresa puede identificar y contabilizar

fácilmente):

- Costo de las horas perdidas tanto por los trabajadores accidentados

como por sus compañeros, mandos, etc. el día del accidente.

- Costo de las horas dedicadas por diferentes miembros de la jerarquía de

la empresa a la investigación del accidente.

- Costo de las horas dedicadas a acompañar a las visitas de los

organismos oficiales con motivo del accidente.

- Costo de las horas dedicadas a cualquier otra actividad relacionada

directamente con el accidente, como la asistencia a juicio, etc.

- Costo de las horas perdidas como consecuencia de paros o huelgas

convocados tras el accidente.

P á g i n a | 191

- Costo de la atención médica en la empresa: material de primeros

auxilios, horas dedicadas por el servicio médico, etc.

- Costo de parada de maquinaria, si quedara precintada hasta que su

estado se considere seguro o porque haya que repararla o reponerla.

- Costo de materiales: pérdidas de materias primas, productos dañados en

el accidente, etc.

- Costo de equipos o maquinaria: costo de la reparación de los daños

sufridos en el accidente.

- Costo de limpieza de las instalaciones.

- Costo por el pago de penalizaciones por demoras producidas.

- Costo asociado a la pérdida de producción el día del accidente.

- Costo para la recuperación de la producción: costo de horas extras,

costo de rotación de personal, costo de subcontratación, etc.

- Costos administrativos por el tiempo dedicado a las gestiones que

requiere un accidente.

- Costos asociados a la contratación de nuevo personal: costos de

anuncios, procesos de selección, contratación, formación, etc.

- Costos por nueva distribución de los puestos de trabajo: sustituciones,

formación, reentrenamiento, etc.

- Costo de las medidas preventivas a implantar para que el accidente no se

vuelva a repetir.

- Costos de defensa jurídica en causas judiciales.

- Sanciones, multas, recargos de prestaciones, recargos en los seguros,

indemnizaciones, etc.

Costes indirectos (la empresa no puede medirlos de manera exacta, pero

que están indudablemente asociados al accidente):

- Costos por la pérdida de imagen a causa del accidente laboral.

- Costos por pérdida de contratación, cuando se valora la integración de la

prevención de riesgos.

- Costos de conflictos laborales: deterioro en las relaciones laborales entre

los trabajadores y con la empresa.

- Costos por disminución de la moral de los trabajadores tras un accidente

laboral.

- Costos por la pérdida de la experiencia del trabajador accidentado.

P á g i n a | 192

5.7. El informe de investigación

Todo informe debe ser firmado y aprobado por el director responsable de la

investigación.

El informe de la investigación de accidentes debe reunir todas las evidencias

probadas y documentadas. En el caso de que el informe incluya suposiciones o

afirmaciones no probadas o no documentadas, se deberá indicar de forma clara e

inequívoca.

El informe debe al menos dar respuesta a las siguientes preguntas:

¿Cuál fue la pérdida?

¿Cuáles fueron las causas?

¿Cuál es el potencial de pérdida si no se corrigen las causas?

¿Qué, dónde, cómo sucedió?

¿Qué se había hecho para controlar los riesgos?

¿Qué se requiere hacer?

¿Se disponen de las evidencias que soporten los hechos descritos?

De forma no exhaustiva, se relaciona la documentación que deberá ser

adjuntada al propio informe de investigación de un accidente de carretera:

Actas levantadas por la autoridad laboral.

Atestado y el informe técnico realizado por la Policía de Tráfico.

Resultado de la prueba de alcohol y drogas.

Diligencia del Juez.

Dictamen técnico sobre el estado de mantenimiento y funcionamiento del

vehículo.

Documentación relativa al vehículo; estado técnico según agencia oficial,

hoja de mantenimiento, inspecciones, etc.

Documentación relativa al empleado; licencia de conducir, registros de

formación, asistencia a reuniones de seguridad, reconocimiento médico,

etc.

Documentación relativa al transporte; Peajes de autopistas, hoja de ruta,

etc.

Fotografías del accidente; vehículo, lugar del accidente, daños causados,

etc.

Mapas, planos, diagrames, etc.

Comprobantes, facturas de gastos, etc.

P á g i n a | 193

La redacción del informe debe ser clara, utilizando palabras sencillas.

El anexo 15. Informe de Investigación de Accidentes / Incidentes, propone un

modelo que podría ser implantado o servir como ejemplo y ayuda para la realización

de un propio.

5.8. Divulgación de las lecciones aprendidas

Terminada la investigación del accidente/incidente, se debe comunicar a todos

los empleados las causas del accidente y las lecciones aprendidas, lo que permitirá

aumentar el conocimiento, la concienciación y el compromiso de los trabajadores

con la seguridad. Esta comunicación o Safety Flash, que no debería ser mayor de

una página, podrá realizarse durante Reuniones de Grupo de Seguridad,

colocándolo el comunicado en los paneles informativos, etc.

5.9. Análisis de Accidentes e Incidentes

El análisis de accidentes / incidentes conlleva un examen metodológico de las

causas reales de los sucesos indeseados sufridos, y suministra retroalimentación

sobre la eficacia del SGRTC como medio para la prevención de los riesgos laborales

y, en consecuencia, la reducción de la siniestralidad.

La dirección debe obtener índices y tendencias a través de la información

registrada. Los índices le permitirán valorar el resultado de los diferentes aspectos

de gestión para un periodo establecido. Las tendencias le permitirán conocer su

situación con respecto a otros periodos, o a lo largo de la evolución de la empresa.

A continuación se listan los índices estadísticos de siniestralidad de utilización más

frecuente:

Índice de frecuencia accidentes con baja = Nº total de accidentes x 106

Nº total horas/hombre trabajadas

Índice de gravedad = Nº total de jornadas perdidas x 103

Nº total horas/hombre trabajadas

Índice de incidencia = Nº total de accidentes x 103

Nº promedio de trabajadores expuestos

P á g i n a | 194

Duración media = Nº jornadas perdidas

Nº de accidentes

Índice de frecuencia accidentes carretera = Nº total de accidentes x 106

Nº total Kilómetros conducidos

Índice de casos de primeros auxilios = Nº total casos de primeros auxilios x 103

Nº total horas/hombre trabajadas

P á g i n a | 195

ANEXO 14

DIAGRAMA DE FLUJO PARA LA INVESTIGACIÓN DE ACCIDENTES E INCIDENTES

P á g i n a | 196

ANEXO 15

INFORME DE INVESTIGACIÓN DE ACCIDENTES E INCIDENTES

Parte de accidente nº__________

DEPARTAMENTO: DISTRIBUCIÓN DEL INFORME:

____ Servicio médico / botiquín

____ Dirección departamento

____ Servicio de Prevención

____ Coordinador SGRTC

PARTE DE ACCIDENTE Nº:

AÑO:

ACCIDENTE/ INCIDENTE: (tache lo que no proceda)

1. DATOS DEL TRABAJADOR

Nombre y apellidos:

Antigüedad: En la empresa (meses): En el puesto de trabajo (meses):

Edad: Tipo de contrato: Ocupación:

Categoría profesional:

2. DATOS DEL ACCIDENTE / INCIDENTE

Fecha: Hora del suceso: Hora de trabajo:

Lugar donde sucedió:

Estaba en su puesto: Si / No

(tache lo que no proceda)

Era su trabajo habitual: Si__ / No__ (tache lo que no proceda)

Agente material:

Parte del agente:

Medios de emergencia requeridos: Medios de comunicación presentes:

3. DATOS DE LA INVESTIGACIÓN

3.1. Identificación de los testigos:

3.2. Descripción del accidente / incidente:

3.3. Factores críticos:

3.4. Causas inmediatas: Acciones y condiciones inseguras (Consultar el Listado Completo de Causas y Fallos del Sistema, seleccionar la/s causa/s incluir código/s):

3.5. Causas básicas: Factores personales y condiciones del trabajo (Consultar el Listado Completo de Causas y Fallos del Sistema e incluir códigos):

P á g i n a | 197

3.6. Fallos del sistema de gestión de seguridad (Elementos del programa):

1. Liderazgo y administración

2. Evaluación de riesgos

3. Formación y entrenamiento

4. Selección y contratación

5. Subcontratación

6. Reuniones periódicas de grupo

7. Inspecciones planeadas

8. Observaciones del comportamiento

9. Equipos de protección individual

10. control y vigilancia de la salud

11. Procedimientos operativos

12. Normas de trabajo

13. Reglas generales para trabajos especiales

14. Plan de autoprotección interior

15. Plan de emergencia en el transporte

16. Plan protección actos ilícitos

17. Investigación de accidentes e incidentes

18.Especificaciones técnicas vehículos

19. Evaluación y mejora del SGRTC

3.7. Acciones de mejora / correctoras (identificar responsable y fecha prevista de cierre):

1.

2.

3.

4.

5.

3.8. Evaluación de pérdida si las acciones de mejora no se implantan:

Potencial de gravedad de la pérdida: Grave____ / Seria____ / Menor____ /

Probabilidad de repetición: Frecuente____ / Ocasional____ / Rara vez____ /

4. INFORME DE LESIONES

Descripción de lesión:

Parte del cuerpo lesionada:

Grado de la lesión: Leve____ / Grave____ / Muy grave____/ Fallecimiento____/

Asistencia: Botiquín____ / Mutua____ / Hospital____/

Diagnostico médico:

5. COSTO DEL ACCIDENTE / INCIDENTE (estimación del coste por el método del cálculo puntual)

5.1. Costes directos debidos a:

Horas pérdidas por los accidentados, compañeros, mandos, etc. el día del accidente……………………

Horas pérdidas por investigación del accidente………………………………………………………………………………

Horas dedicadas a acompañar a las visitas de organismos oficiales con motivo del accidente……….

Horas dedicadas a cualquier otra actividad relacionada con el accidente…………………………………….…

Horas perdidas por paros o huelgas consecuencia del accidente……………………………………………………

Atención médica (primeros auxilios, traslados a centros sanitarios, servicios médicos, etc.)…………

Parada de maquinaria por reparación, reposición, precintado, etc. ……….……………….…………………….

Reparación o reposición de herramientas o cualquier otro bien……………………….……………………………

Pérdida de productos terminados, materias primas, etc. ……………………………………..……………………….

Alquiler de maquinaria / herramientas para suplir a los dañados hasta su reposición……………………

Pérdida por disminución de la producción…………………………………………………..…………………………….....

Pérdida de pedidos / penalización por retrasos en la entrega de pedidos……………………………………..

Recuperación de la producción: horas extras, rotación de personal, subcontratación…..………………

Honorarios pagados a profesionales externos (abogados, técnicos, ETT, etc.)……………………………….

Proceso judicial (juicio, costas, indemnizaciones, sanciones, aumento prima de seguros, etc.)……

COSTE

P á g i n a | 198

Medidas preventivas a aplicar para que el accidente no se repita………………………………………………….

Sanciones, multas, incremento de la prima de los seguros…………………………………………………………….

SUBTOTAL COSTOS DIRECTOS……

5.2. Costes indirectos debidos a:

Costos por la pérdida de imagen a causa del accidente laboral.

Costos por pérdida de contratación, cuando se valora la integración de la prevención de riesgos.

Costos de conflictos laborales: deterioro en las relaciones laborales entre los trabajadores y con la

empresa.

Costos por disminución de la moral de los trabajadores tras un accidente laboral.

Costos por la pérdida de la experiencia del trabajador accidentado.

SUBTOTAL COSTOS INDIRECTOS

COSTE TOTAL

NOTA: El método intenta contabilizar los costes no asegurados, tanto de los accidentes como de los incidentes

6. SEGUIMIENTO DE LAS MEDIDAS CORRECTORAS

Acción propuesta Acción tomada Fecha de cierre

1.

2.

3.

4.

5.

7. FIRMAS DE APROBACIÓN Y CIERRE

Firma del responsable de la investigación: Fecha de cierre

NOTA: Este documento tiene únicamente un propósito de ilustración y guía y, aunque basado en un

modelo en uso, no se propone como ideal aplicable con carácter general a todas las empresas de transporte.

P á g i n a | 199

CAPÍTULO 15: MODELO DE UN PLAN ESTRATÉGICO DE SEGURIDAD EN EL TRANSPORTE

DE VIAJEROS

1. INTRODUCCION

A la hora de abordar la tarea de desarrollar un plan estratégico de seguridad vial, es

importante encuadrar el modelo teórico sobre el que se asienten los objetivos

operativos que den cobertura a las diferentes tomas de decisiones y, por tanto, a las

acciones concretas que definen lo que se denomina gestión de la seguridad. Es aquí, en

la elección, combinación y programación de medidas y contramedidas adecuadas donde

se van a configurar en última instancia los resultados finales y, en consecuencia, la

calidad del diseño del modelo de gestión. Sin embargo, y en la misma línea de

importancia se encuentra el espíritu conceptual en lo referido a la seguridad y su

posición en la empresa.

Los cambios ocurridos en las últimas décadas y en especial en los últimos años, en

todos los sectores industriales y económicos del país, han detonado toda una serie de

corrientes y estilos de gestión que, por su dirección y en especial por su velocidad y

anclaje científico han conseguido incorporarse y adaptarse con la rapidez y eficacia

suficiente como para poder dar respuesta a las exigencias de las Políticas avanzadas a

nivel Internacional. .

En el último Congreso Internacional de Seguridad en el transporte celebrado en

Londres y bajo patrocinio del Consejo Internacional de Ministros de Transporte, se

concluyó que la seguridad es la mejor inversión de los transportes de viajeros, y el que

desconoce esto es porque no ha valorado el coste de un solo accidente. Así mismo y a

petición de la comunidad científica internacional en el ámbito de la seguridad

constataron que el requisito inicial que define la toma de decisiones en la valoración de

establecer alianzas comerciales, parte de evaluar la política de seguridad de dicha

empresa. Si no existe una política de seguridad objetivable se paraliza el proceso,

mientras que si este requisito se cumple se procede a la valoración posterior del interés

comercial.

2. EL VALOR DE LA SEGURIDAD COMO POSICIONAMIENTO GLOBAL

En las últimas décadas y en paralelo a los nuevos modelos de gestión, las grandes

empresas de transporte de viajeros han optado por la creación de protocolos operativos

evaluables productivamente tomando a la seguridad como una de las variables

objetivables en el resultado final del ejercicio comercial. Sin embargo, y aún cuando los

P á g i n a | 200

resultados económicos han sido favorables, el modelo se encuentra sujeto a revisiones

que definen las diferencias entre las empresas avanzadas y el resto.

Es decir, la estrategia de las empresas más avanzadas en este sector han optado por

modelos de compensación entre la producción y la seguridad, siendo esta última una

variable determinante del nivel de excelencia de la empresa, que actúa con un efecto

multiplicador de la eficacia en la operatividad final.

Una de las estrategias más elaboradas por los consultores organizacionales es

utilizar las medidas de seguridad como detonante del proceso productivo general. Es

decir, la búsqueda de modelos de gestión más avanzados constata que el control de la

seguridad comprende un marco de resultados colaterales que repercute directamente en

los resultados económicos de la empresa.

Esto significaría que, establecer criterios de seguridad en la búsqueda de alianzas a

medio y largo plazo, permitiría presentar más elementos de éxito en la negociación de

los precios del transporte.

La conclusión de este proceso es que un adecuado manejo de la seguridad radica en

la evaluación de todos los procesos organizacionales que inciden en mayor o menor

medida en la seguridad final, desde la dirección hacia los conductores, estratificando los

pasos y puestos intermedios junto con las acciones y tareas que desarrollan.

2.1 El coste de la seguridad.

A la hora de abordar la valoración económica de las intervenciones en

seguridad, Heinrich, uno de los más importantes evaluadores de las medidas no

monetarizables, concluye que la intervención en seguridad produce unos resultados

favorables superiores en veinte veces las inversiones iniciales. Así mismo establece

unos criterios de medición de los accidentes en los que demuestra que los daños a

la imagen de la compañía superan en diez veces los costes directos. Es decir un

accidente en el sector del transporte de viajeros se considera una catástrofe de un

gran impacto emocional y mediático en la sociedad.

A su vez es muy importante destacar la conveniencia de estipular programas

de reducción de accidentes en los objetivos generales de la empresa, y que dichos

programas computen con prioridad en la elaboración de políticas salariales por

objetivos del personal de estructura y operativo.

P á g i n a | 201

3. OBJETIVOS GENERALES

Todos coincidimos que el accidente en el sector del transporte se encuadra dentro

del modelo denominado “Sistemas de dominó”, según el cual en todo accidente se

produce un fenómeno parecido al comportamiento de las fichas del dominó colocadas

una junto a otra, que empujando la primera se produce una caída en cadena de todas

ellas, siendo suficiente separar una para que la reacción se detenga.

Los modelos clásicos de la gestión de la seguridad han incorporado en su análisis

criterios de medición basados en las consecuencias intermedias y finales, creando unos

dispositivos de reacción que han ido mejorando con los años. Sin embargo, en la

actualidad y en la misma línea que marcan los países más desarrollados, la gestión de la

seguridad debe emerger de una cultura de la seguridad que tenga una clara vocación

multidisciplinar tanto en su teoría como en su práctica.

Las líneas fundamentales en los que se deben basar los principios de la dirección de

la seguridad serían los siguientes:

­ La seguridad debe enmarcarse en la organización al más alto nivel de

ejecución y dependiente de la más alta instancia decisoria con el objetivo de

colaborar con todos y a la vez permanecer independiente en sus acciones.

­ La seguridad es un objetivo prioritario de toda la organización. La dirección

de la seguridad debe abanderar las corrientes de influencia que se

identifiquen con este objetivo.

­ En la gestión de la seguridad debe presidir la ética y la consecución de

resultados.

­ La seguridad tiene que armonizar las distintas estrategias llevadas a cabo

por el resto de gestores.

­ La dirección de seguridad debe identificar las responsabilidades de cada

miembro de su equipo. Debe asegurarse que cada miembro entienda y

acepte estas obligaciones, identificándose con la consecución de las mismas.

Es importante que se expliquen y registren por escrito.

P á g i n a | 202

­ La dirección debe asegurarse de que los miembros implicados en la gestión

de la seguridad tengan las competencias suficientes para llevar a cabo dichas

actividades.

­ La seguridad debe articularse en el marco de la comunicación, por ello

cualquier gestor de la misma debe ser capaz de detectar los riesgos y

gestionarlos. Una de sus principales tareas es la gestión de la anticipación de

los cambios y sus efectos secundarios. La dirección debe evaluar el efecto

que cualquier cambio propuesto generará en el sistema global del riesgo.

­ La coherencia y la sistematicidad de los controles e inspecciones debe

avanzar no solo hacia el tratamiento corrector, sino hacia la transmisión del

por qué de estos protocolos y la necesidad de seguirlos rigurosamente

­ Las decisiones en la planificación de la seguridad deben basarse en la

evaluación continua y en la justificación científica de la misma.

­ Las intervenciones en seguridad deben consensuarse con las instancias

encargadas de la producción con el objetivo de equilibrar los riesgos.

­ La dirección de seguridad debe dirigir la mayor parte de sus esfuerzos hacia

la reducción de la probabilidad de ocurrencia de los accidentes, buscando

medidas que reduzcan los riesgos

­ Las estrategias de control y supervisión de las conductas indisciplinadas y

desviadas de las cultura de la organización deben de ser un objetivo

prioritario de la gestión de la seguridad

­ La gestión de la seguridad debe basarse en una categorización de los

riesgos, identificando los llamados riesgos intolerables y por tanto

determinando la tasa de riesgo aceptable.

­ La dirección de seguridad debe intervenir en la elaboración de los criterios

de selección de sistemas y productos y, a su vez, transmitir al exterior altos

ratios de exigencia y evaluación de los mismos.

­ La organización debe tratar la seguridad como un sistema que forma parte

del proceso productivo general, y a su vez conceptualizar los accidentes

como síntoma de un error del sistema.

P á g i n a | 203

­ La dirección de seguridad debe promover la investigación, la ejecución de

proyectos, la colaboración interdepartamental, y la constante necesidad de

revisar sus planteamientos.

­ Una de sus responsabilidades más importantes es la generación de

auditorías de seguridad a los operadores encargados del transporte que

permitan evaluar la eficacia de las intervenciones que configuran el plan

anual de seguridad.

4. OBJETIVOS OPERATIVOS

El objetivo operativo más importante es sentar las bases de la creación y puesta en

marcha de un programa de asesoría de seguridad dirigido al departamento de seguridad

que secuencialmente vaya asumiendo las tareas realizadas por consultores de seguridad

sin irrupciones en el clima laboral. Esta debe ser la fase inicial que, en un plazo de un

año y sin introducir ruidos al sistema, consiga tener la autoridad suficiente para

gestionar el cambio. Evidentemente teniendo en cuenta la idiosincrasia y problemáticas

de cada organización.

En este sentido también es recomendable que la sección encargada del

mantenimiento de los procesos de seguridad establecidos se retroalimente de fuentes

fiables y creíbles para poder respaldar cualquier decisión que limite la legalidad y la

efectividad vigente.

5. PLAN DE ACCIÓN

A diferencia de lo que las empresas piensan, los planes de acción eficaces son

aquellos que introducen estrategias de impacto a muy corto plazo y a la vez tiene

estrategias con objetivos a largo plazo. Podemos transmitir una gran preocupación por

la seguridad en una intervención de un solo día y a la vez seguir con procesos menos

evaluables inmediatamente. Sin embargo para que las estrategias a largo plazo

funcionen, deben combinarse con aquellas que aunque tengan bajo coste sean muy

operativas. En la base de datos TRANSPORT que acumula más de cinco millones de

artículos científicos en el ámbito del transporte se puede seleccionar acciones concretas

y su resultado, disminuyendo, por tanto, el error propio de la gestión intuitiva. El plan

de acción comprendería las siguientes intervenciones:

P á g i n a | 204

­ Evaluación del estado del arte.

­ Elaboración de un programa de seguridad.

­ Formar a todos a todos los miembros del departamento de seguridad en

gestión de la seguridad, valoración del riesgo y medidas de control y

supervisión

­ Implementación de acciones concretas y evaluación de la eficacia.

­ Medición objetiva del clima laboral con el objetivo de revisar las

intervenciones siguientes.

­ Evaluación de las amenazas y cálculo de los riesgos. Priorizando las acciones

en función del nivel de urgencia. Método Hazop

­ Diseño de estrategias de detección de la corrupción y reducción de la

indisciplina. Estrategias de intervención medibles objetiva y

económicamente.

­ Elaboración de un programa de auditoria interna que facilite la posibilidad de

incrementar la seguridad y por ende el nivel de compromiso entre las partes.

­ Selección y creación de mandos intermedios de amplio aspecto supervisor y

de altos niveles de control de los conductores. Líderes de seguridad con

altos compromisos con la empresa.

­ Selección de conductores y establecimiento de evaluaciones psicomédicas.

­ Desarrollo de protocolos para la detección, y control del consumo de

sustancias de abuso.

­ Elaboración de programas de formación adaptados a la reducción del

continuo incidente/accidente.

­ Implementación de herramientas formativas en 3D que optimicen la

formación y reduzcan el tiempo de la misma.

­ Desarrollo de aplicaciones informáticas para el registro, tratamiento y

parametrización de los incidentes/accidentes.

P á g i n a | 205

­ Evaluación de los conductores poliinfractores y poliaccidentados, decidiendo

la situación de sus capacidades y la toma de decisiones de su continuidad en

el puesto.

­ Investigación, reconstrucción y peritación de accidentes de tráfico con

programas informáticos de reconocido prestigio y defensa en el juzgado.

­ Transmisión constante de los objetivos de la empresa a todos los

componentes de la misma.

­ Disminución progresiva de los esquemas verticales en la gestión de los

conductores, dotando a los mandos intermedios de conocimientos y

herramientas para la detección de factores de riesgo en los conductores.

­ Valoración económica e institucional de todas las acciones propuestas y

ejecutadas. Valoración contable del beneficio económico de las acciones

propuestas

­ Por último, elaboración de jornadas de comunicación con empresas e

instituciones con el objetivo de presentar los objetivos conseguidos que

redunden en el prestigio de la compañía y a la vez poder colaborar con los

decisores políticos en una toma de decisiones más eficaz.

La seguridad es rentable si la gestión de la misma se va parametrizando

continuamente. La satisfacción del empresario de una empresa de transporte es medible

desde el punto de vista económico, vocacional, profesional.

En definitiva, todos los integrantes de la empresa pueden y deben participar en la

creación y en el progreso de la misma, con el objetivo de que los trabajadores no solo

sean capaces de gestionar su trabajo, sino además es necesario proporcionarles un

futuro estable y seguro. Esto desembocará en el compromiso de cada trabajador en

colaborar activamente en los objetivos comunes que diferencian a las empresas que dan

un servicio profesional del resto.

P á g i n a | 206

CAPÍTULO 16. ESPECIFICACIONES TÉCNICAS DE SEGURIDAD PARA VEHÍCULOS

PESADOS

1. INTRODUCCIÓN

Las estadísticas de accidentalidad en carretera muestran que entre el 90 y el 95% de

los accidentes de tráfico se debieron al fallo humano, y que un alto porcentaje de estos

los cometieron los conductores. Por otra parte, los fabricantes de equipos y sistemas

para la automoción, conocedores de que la tecnología tiene una creciente capacidad

para intervenir en la conducción y en el control de algunos aspectos del

comportamiento del conductor, sacan al mercado equipos y sistemas que proporcionan

un mayor nivel de seguridad en la conducción de camiones y de la seguridad vial en

general.

Los avances tecnológicos aportan innumerables ventajas al conductor, unas de

eficacia, otras de confort, otras de seguridad, y en ocasiones estas ventajas se suelen

asociar, aunque esta asociación no siempre sea cierta, o dicho de otro modo, para que

esta asociación sea cierta el conductor debe ser plenamente conocedor de la tecnología

y del uso seguro de la misma. En caso contrario, estaríamos hablando de la teoría del

riesgo constante; a mayor nivel tecnológico, mayor nivel de riesgo asumido.

2. OBJETIVO

Aportar información sobre los equipos y sistemas de seguridad activa y pasiva que

incorporados como equipamiento en un camión aumentan el nivel de seguridad, por lo

que se reduce la probabilidad de accidentes, mejora los niveles de protección del

conductor y acompañante, así de seguridad vial en general.

3. ALCANCE

La presente información debería ser considerada durante el proceso de selección

para la compra de un nuevo camión.

4. RESPONSABILIDADES

El empresario debe considerar los avances tecnológicos disponibles en cada proceso

de compra de un nuevo camión, lo que le permitirá disponer de un mayor nivel de

prevención de los riesgos del transporte. También, debería asegurar que los

conductores son instruidos acerca de la nueva tecnología disponible en el camión y de

su utilización segura.

P á g i n a | 207

5. SEGURIDAD

5.1. Prevención de accidentes

5.1.1. Sistema de climatización automática

Distintas pruebas han demostrado que las altas temperaturas en cabina

son causa de cambios de comportamiento en los conductores, tendiendo a

volverse más impacientes, a cometer un mayor número de errores y a hacer una

evaluación incorrecta de la situación, lo que podría traducirse en accidentes. El

control de la temperatura ejerce una enorme influencia en la productividad y la

seguridad del conductor.

5.1.2. Diseño ergonómico de la cabina y fácil acceso a los mandos

El conductor pasa muchas horas en el puesto de conducción, lo que será

causa de fatiga y cansancio. La selección de una cabina desarrollada bajo

estrictos conceptos ergonómicos facilitará al conductor un acceso más fácil y

rápido a todos los mandos y controles, y le retrasará la aparición de la fatiga y

el cansancio.

5.1.3. Bajo nivel de ruido en cabina

La conducción es una actividad altamente estresante, siendo el ruido

junto al calor, la incomodidad y el propio tráfico los factores más

desencadenantes. La selección de una cabina silenciosa, ayudará a retrasar la

aparición del estrés y sus consecuencias.

5.1.4. Alarma antirrobo

Los índices de siniestralidad representativos de robos, actos vandálicos e

incluso de terrorismo muestran una incidencia creciente, lo que se traduce en

una mayor preocupación por la seguridad del conductor y de las mercancías

transportadas. Un primer nivel de protección ante estos riesgos está en la

instalación de alarmas antirrobo que protejan al conductor durante su estancia

y descanso en cabina como a las mercancías transportadas. Las alarmas podrían

estar conectadas a una central de alarma vía GPRS, y disponer de un avisador

acústico y óptico externo.

P á g i n a | 208

5.1.5. Teléfonos móviles, navegadores GPS y pantallas de visualización de

datos

Los equipos de gestión incorporados a la conducción son muy útiles,

pero su mal uso puede ser causa de accidentes.

El objetivo es lograr la compatibilidad entre la utilidad de estos equipos y

la seguridad en la conducción, para ellos se deben seguir las recomendaciones

de instalación y uso del fabricante, y asegurar que el conductor conoce y sigue

estas últimas.

5.1.6. Sistema de frenos y estabilidad

Las condiciones del tráfico están en constantes cambio, y el conductor

podría verse involucrado en conflictos de tráfico que le forzarán a realizar

maniobras de emergencia quizás en el interior de una rotonda, en una curva o

en situación de pavimento mojado, donde el sistema ABS ya no es suficiente

para mantener el camión bajo su control. El sistema EBS (Electronic Braking

System / Sistema Electrónico de Frenado), con los sistemas complementarios

ESP (Electronic Stability Program / Control Electrónico de Estabilidad) y RSS (Roll

Stability Support / Sistema Electrónico de Ayuda Anti-Vuelco) permitirá al

conductor mantener el camión en la trazada permitiéndole frenar o esquivar al

obstáculo evitando el temido efecto tijera.

Otros sistemas como el ATC (Automatic Traction Control / Control

Automático de Tracción), DSC (Differential Slip Control / Control de bloqueo del

diferencial) le permitirán mejorarán aún más los niveles de seguridad.

5.1.7. Neumáticos de perfil muy bajo

Bajar el centro de gravedad representa mejorar la seguridad y un menor

riesgo de accidente por vuelco. Cuando el uso del vehículo lo haga posible, todo

nuevo vehículo debería montar neumáticos del perfil muy bajo.

5.1.8. Neumáticos antisplash

Los neumáticos tradicionales evacúan el agua existente sobre el asfalto

proyectándola hacía los lados y hacia atrás, lo que afecta negativamente a la

visibilidad de los conductores que se encuentran inmediatamente detrás o

proceden a su adelantamiento. Esta situación de peligro puede eliminarse, o al

menor reducirse considerablemente, montando neumáticos Antisplash, cuyo

P á g i n a | 209

deflector hace que el agua se proyecte a una altura por debajo de los ojos del

conductor que circula detrás.

5.1.9. Sistema de control y mantenimiento de presión en neumáticos

El neumático es el único elemento que une al camión con la carretera, y

tiene una gran influencia en el comportamiento del camión en marcha.

Conceptos como presión y temperatura van estrechamente ligados a la

seguridad en el transporte. Para controlar el riesgo de reventón del neumático

por sobrecalentamiento, se debería equipar al camión con equipos electrónicos

de control continuo de la presión de cada neumático, y de un sistema de

mantenimiento de la presión. Un dispositivo de alarma en cabina informaría al

conductor de cualquier incidencia.

5.1.10. Eliminación de ángulos muertos

Eliminar los ángulos muertos ayudará al conductor a identificar posibles

peatones, ciclistas, objetos, etc. que de otra manera podrían sufrir un accidente

por atropello. Esta medida de prevención puede lograrse disponiendo de:

Dos espejos retrovisores, uno a cada lado, de visión normal + gran

ángulo,

Un espejo que permita al conductor ver lo existente entre el lateral

derecho de la cabina y el bordillo de ese lado

Un espejo que permita al conductor ver lo existente en el frontal de la

cabina (cabinas de frente chato.)

5.1.11. Sistemas electrónicos de apoyo al conductor

Los fabricantes de camiones son conscientes de que muchos de los

accidentes causados por fallos del factor humano podrían haber sido evitados

por sistemas electrónicos aplicados al control de la conducción. A continuación

presentamos los que en la actualidad se consideran más desarrollados y

relevantes:

5.1.11.1. A.C.C. (Sistema de control adaptado de la velocidad de crucero

/ Adaptive Cruise Control)

El conductor determina la velocidad de marcha constante a la

que desea circular, mientras que un sistema de cámaras y sensores

monitorizan constantemente que el vehículo se mantiene a la distancia

de seguridad fijada con el vehículo que le precede. El sistema frena y

P á g i n a | 210

acelera automáticamente según las condiciones del tráfico, emitiendo

una señal de alarma ante una situación que requiera una enérgica

frenada.

5.1.11.2. Alerta de Cambio Involuntario de Carril / Lane Departure

Warning

Una cámara montada en el interior de la cabina escanea las

líneas continuas y discontinuas 50 / 100 metros por delante del camión

y cuando el sistema detecta que el camión se sale involuntariamente del

campo emite una alerta al conductor quien corrige la trayectoria.

5.1.11.3. Sistema de visión nocturna / Night Vision System

En la oscuridad aumenta el riesgo de colisionar contra objetos

caídos o animales que han invadido la calzada. Un sistema de visión

nocturna de tecnología de infrarrojos permite detectar estos peligros

hasta en una distancia de 150 metros y mostrarlos claramente en una

cámara de alta resolución, lo que permite al conductor frenar o realizar

una maniobra de esquiva.

5.1.11.4. Sensor circundante contra los ángulos muertos / Blind Spot

Detection (Ver 5.1.10. Espejos de eliminación de ángulos

muertos)

La utilización de espejos es tal como se comentó en el punto

5.1.10., es una solución apropiada para vehículos ya en uso, pero la

visión en vehículos nuevos se consigue a través de sensores radar que

constantemente monitorean los alrededores del vehículo ayudando al

conductor en sus maniobras.

5.1.11.5. Sistema de alerta anti sueño / Driver Attention System

El sistema de alarma anti-sueño incorpora una cámara de

infrarrojos instalada en el salpicadero, que con una luz infrarroja

examina la cara del conductor y un software evalúa en tiempo real

parámetros de dirección de la mirada y parpadeo (número y duración),

determinando si el conductor está atento y alerta. Si el sistema

electrónico detecta señales de cansancio en el conductor, le avisa

dependiendo del peligro que suponga: si detecta pequeñas distracciones

avisa al conductor con una vibración del asiento hasta que dirija de

nuevo la mirada a la carretera, y en situaciones en las que detecte riesgo

P á g i n a | 211

de que el conductor pueda dormirse al volante, avisa además con una

sonido de volumen ascendente.

5.1.12. Avisador óptico y acústico de maniobra marcha atrás

Con el fin de alertar y evitar accidentes en quienes se encuentren en las

inmediaciones del camión, este debería estar provisto de un avisador óptico y

acústico de inicio y operación de la maniobra de marcha atrás.

5.1.13. Indicadores de cambio de dirección y freno

Con el fin de que los conductores que siguen al camión, y que no

disponen de visión directa de los indicadores montados en la parte baja del

chasis, se deberían duplicar estos indicadores en la parte superior del

remolque, semirremolque o caja.

5.1.14. Elementos retroreflectantes

La incorporación de bandas retroreflectantes en el contorno de los

remolques / cisternas mejora la visibilidad de los vehículos pesados tanto

durante el día (propiedad de fluorescencia) como durante la noche (propiedad

de retroreflactancia) mostrándose más visibles en cualquier situación.

5.1.15. Luces de Conducción Diurna (LCD)

La utilización de las luces de cruce o de luces específicas tipo LED reduce

la probabilidad de accidente al aumentar la visualización del vehículo durante el

día.

5.2. Reducción de lesiones

Los accidentes ocurrirán a pesar de las protecciones que se tomen. Siendo

conscientes de ello, la mejor opción para preservar la vida, reducir las lesiones y su

gravedad pasa por la elección de camiones que ofrezcan el mayor nivel posible de

seguridad pasiva.

5.2.1. Interior de cabina con absorción de energía

En caso de colisión, la fuerza cinética del camión deberá ser absorbida y

repartida por toda la estructura de chasis / cabina. Otra fuerza cinética que

también actuará será la del cuerpo del conductor, que deberá ser retenida por el

cinturón de seguridad y en última instancia por la estructura interior de la

cabina. Por este motivo, es muy importante la selección de una cabina con alta

capacidad de absorción y reparto de la energía, y con un interior cuyos

P á g i n a | 212

materiales dispongan una gran capacidad de absorción de energía y con

diseños no agresivos.

5.2.2. Cinturón de seguridad

Los asientos del conductor y acompañante deberán disponer de

cinturones de seguridad de tres puntos de anclaje e integrados en los asientos.

5.2.3. Avisa cinturones

Piloto ubicado en el salpicadero que se activa cuando detecta que el

conductor o el acompañante no se han abrochado el cinturón de seguridad y el

vehículo se ha puesto en movimiento.

5.2.4. Air bags

Cojín relleno de gas que se infla rápidamente fuera del cubo del volante

cuando se produce un choque frontal, protegiendo de este modo al conductor

de las fuerzas que se generan. Para que el airbag pueda funcionar

correctamente, es esencial llevar abrochado el cinturón de seguridad. El airbag

se ha diseñado para funcionar conjuntamente con el cinturón de seguridad, no

para ser un sustituto de este.

5.2.5. Sistema de protección trasera contra empotramiento

Las distintas alturas de los camiones y los automóviles siempre han

constituido un problema de seguridad en caso de colisión. El sistema de

protección contra empotramiento evita que en caso de colisión / alcance los

automóviles queden empotrados debajo del camión y reduce la probabilidad de

lesiones graves.

5.2.6. Defensas laterales anti empotramiento

En todo camión rígido o articulado, se debería instalar protecciones

rígidas en los espacios libres entre dos estructuras, y que prevengan en todo

momento el empotramiento o deslizamiento bajo el camión de peatones,

bicicletas o motocicletas.

6. MEDIO AMBIENTE

El objetivo a perseguir con una correcta selección de opciones es la reducción del

consumo de combustibles y emisión de las emisiones de gases efecto invernadero,

sobre todo de dióxido de carbono (CO2), y de los gases nocivos para la salud como los

óxidos nitrosos (NOx), hidrocarburos no quemados (HC) y humos negros.

P á g i n a | 213

La selección de camiones cuyos componentes estén identificados como materiales

reutilizables ayudará a la conservación del medio ambiente.

P á g i n a | 214

GLOSARIO

Accidente. Acontecimiento inesperado e indeseado que se presenta de manera brusca,

normalmente evitable, con resultado de interrupción en el normal desempeño del

trabajo, lesiones a las personas, pérdidas materiales o daño al medio ambiente.

Acto inseguro. Comportamiento que podría dar paso a la ocurrencia de un accidente o

incidente.

Competencias. Conjunto de comportamientos, conocimientos, habilidades y aptitudes

necesarios para el desempeño de una ocupación.

Condición insegura. Circunstancia material que podría ser causa de un accidente o

incidente.

Dirección. Conjunto de personas responsables de dirigir y gestionar la empresa.

Director o gerente. Empleado responsable último de las actividades y resultados de la

operación en un centro de trabajo determinado. Figuras típicas que se incluyen en este

título son el director del centro de trabajo y el director general.

Emergencia. Cualquier situación peligrosa que requiera una intervención inmediata y

urgente para eliminar, controlar o reducir las consecuencias imprevisibles que puedan

sufrir las personas, las propiedades y el medio ambiente.

Empresario. Director de empresa que, con responsabilidad propia, reúne los factores de

la producción y los dispone de arreglo a un plan, para obtener su mayor rendimiento.

ERL. Evaluación de Riesgos Laborales.

Gerente. En el contexto de este documento es cualquier empleado con capacidad para

supervisar a otros empleados, sean estos propios, contratados, autónomos, etc.

Incidente. También conocido como accidente blanco y casi accidente. Acontecimiento

inesperado e indeseado que se presenta de manera brusca, normalmente evitable, y que

bajo circunstancias ligeramente diferentes podría causar interrupción en el normal

desempeño del trabajo, lesiones a las personas, pérdidas materiales o daño al medio

ambiente.

P á g i n a | 215

Medidas Pro-activas. Medidas o acciones desarrolladas para el control del cumplimiento

de las actividades establecidas en materia de prevención de riesgos laborales con el fin

de que la actividad laboral se realice con la máxima eficacia y seguridad.

MM.PP. Mercancías Peligrosas.

Norma interna. Especificación técnica, aprobada por el Director Superior, para una

aplicación repetida o continuada y cuyo cumplimiento es obligatorio en la empresa.

OCA. Organismo Autorizado por la Administración.

Ocupación (Trabajo). Puesto de trabajo que cubre todas las actividades del trabajo que

desempeña una persona mientras ocupa ese puesto.

O.M.S. Organización Mundial de la Salud.

Paso. Es una acción donde algo sucede para hacer avanzar la acción y alcanzar la tarea /

trabajo total.

PEI. Plan de Emergencia Interior.

Peligro. Riesgo con una posibilidad (probabilidad) muy elevada de producir un daño –

grave o no – en un periodo de tiempo muy corto o de forma inmediata.

Persona responsable. Persona obligada a responder de alguna acción o por algún

empleado.

PET. Plan de Emergencia durante el Transporte.

Práctica sub-estándar. Desviación a partir de un estándar, norma o procedimiento

aceptado.

Prevención. Conjunto de medidas adoptadas o previstas en todas las fases de la

actividad de la empresa, destinadas a evitar o disminuir los riesgos derivados del trabajo

con el fin de evitar la ocurrencia de un accidente y para conseguir que, si este se

produce, los daños sean los mínimos posibles.

Procedimiento operativo (también conocido como Protocolo de Actuación y como

Instrucción Técnica). Es una descripción que detalla las acciones parciales a realizar para

la correcta y segura ejecución de una tarea. También es la descripción paso a paso

sobre cómo proceder, desde el comienzo hasta el final, para desempeñar de forma

correcta y segura una tarea.

P á g i n a | 216

Punto crítico. Es una información significativa incluida en un procedimiento operativo y

que necesariamente el trabajador debe tener en cuenta y seguir para realizar el paso

dentro del marco de seguridad establecido.

Riesgo (Factor de riesgo). Es toda circunstancia, situación o variable que aumenta las

probabilidades de una persona de contraer una determinada enfermedad profesional o

sufrir un accidente.

Riesgo (Gravedad del riesgo). La probabilidad de que se produzca el daño y la severidad

del mismo.

Riesgo (Magnitud del riesgo). Incertidumbre de que pueda ocurrir un accidente, medida

en términos de probabilidad de ocurrencia.

Riesgo Laboral (Exposición a pérdida). Es la probabilidad de que un trabajador, bajo

determinadas circunstancias laborales, sufra un daño derivado de su trabajo.

Riesgo Laboral Grave e Inminente. Así se entenderá aquel que resulte probable

racionalmente que se materialice en un futuro inmediato y pueda suponer un daño

grave para la salud de los trabajadores.

En el caso de exposición a agentes susceptibles de causar daños graves a la salud de los

trabajadores, se considerará que existe un riesgo grave e inminente cuando sea

probable racionalmente que se materialice en un futuro inmediato una exposición a

dichos agentes de la que puedan derivarse daños graves para la salud, aún cuando éstos

no se materialicen de forma inmediata.

Seguridad. En su concepto general y más amplio del PGS engloba las áreas de

Seguridad, Salud Laboral, Protección del Patrimonio y Medio Ambiente.

Servicio de Prevención. Conjunto de medios humanos, materiales y organizativos

dispuestos por una entidad, bien directamente o mediante concierto, para realizar las

actuaciones necesarias para garantizar la adecuada protección de los trabajadores,

patrimonio y funcionamiento normal de las operaciones.

SGRTC. Sistema de Gestión de los Riesgos en el Transporte por Carretera.

Sistema de Permisos de Trabajo. Procedimiento administrativo establecido para la

autorización de trabajos que comportan un riesgo notable.

P á g i n a | 217

Supervisor de Primera Línea. Empleado que supervisa directamente a la mayoría de

empleados. Supervisor, Capataz son algunos de los títulos dentro esta jerarquía que se

asocia a la de mandos intermedios.

Tarea. Conjunto de acciones requeridas para contemplar un trabajo dentro de una

ocupación o puesto de trabajo. Por razones de simplificar conceptos nos referimos

indistintamente a tarea y trabajo.

Tarea crítica. Toda tarea que requiera para su ejecución segura el seguimiento de un

procedimiento operativo. También es la tarea / trabajo que tiene un historial de

pérdidas por accidentes; muerte, lesión personal, pérdida de propiedad, pérdida de

calidad, pérdida de producción, etc., o que tiene un alto potencial de causar pérdidas,

aunque aún no haya antecedentes de pérdida.

Trabajo. Es una acción o conjunto de acciones necesarias para completar un objetivo

específico en la producción de bienes, prestación de servicios y otras funciones

necesarias. Por razones de simplificar conceptos nos referimos indistintamente a tarea y

trabajo.

Transporte. Conjunto de operaciones de carga, transporte y descarga necesarias para el

desarrollo de la actividad de la empresa de transporte por carretera.

P á g i n a | 218

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