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Comparecencia de Rodrigo Rato para informar sobre la situación de los fondos de cohesión, de fondos estructurales y de las negociaciones sobre el euro (8 abril 1997) Leyenda: Comparecencia en el Congreso de los Diputados el 8 de abril de 1997 del Vicepresidente Segundo y Ministro de Economía y Hacienda, Rodrigo Rato, para informar de la situación de los fondos de cohesión, del recorte de los fondos estructurales en el presupuesto de la Unión Europea, así como de las negociaciones sobre el euro. Fuente: Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados. 08.04.1997, n° 167. Madrid. http://www.congreso.es/portal/page/portal/Congreso/PopUpCGI?CMD=VERLST&BASE=puw6&DOCS=1- 1&QUERY=(CGC199704080045.CODI.) . Copyright: Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados URL: http://www.cvce.eu/obj/comparecencia_de_rodrigo_rato_para_informar_sobre_la_situacion_de_los_fondos_de_cohesio n_de_fondos_estructurales_y_de_las_negociaciones_sobre_el_euro_8_abril_1997-es-eaa3bda3-01d6-4acd-8fdd- d4e03d9193d7.html Publication date: 13/02/2014 1 / 38 13/02/2014

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Comparecencia de Rodrigo Rato para informar sobre la situación de los fondos de

cohesión, de fondos estructurales y de las negociaciones sobre el euro (8 abril 1997)

Leyenda: Comparecencia en el Congreso de los Diputados el 8 de abril de 1997 del Vicepresidente Segundo y Ministro

de Economía y Hacienda, Rodrigo Rato, para informar de la situación de los fondos de cohesión, del recorte de los

fondos estructurales en el presupuesto de la Unión Europea, así como de las negociaciones sobre el euro.

Fuente: Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados. 08.04.1997, n° 167. Madrid.

http://www.congreso.es/portal/page/portal/Congreso/PopUpCGI?CMD=VERLST&BASE=puw6&DOCS=1-

1&QUERY=(CGC199704080045.CODI.) .

Copyright: Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados

URL:

http://www.cvce.eu/obj/comparecencia_de_rodrigo_rato_para_informar_sobre_la_situacion_de_los_fondos_de_cohesio

n_de_fondos_estructurales_y_de_las_negociaciones_sobre_el_euro_8_abril_1997-es-eaa3bda3-01d6-4acd-8fdd-

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COMISIONES MIXTAS

Año 1997 VI Legislatura Núm. 45

PARA LA UNIÓN EUROPEA

PRESIDENTE: DON PEDRO SOLBES MIRA

Sesión núm. 11

celebrada el martes, 8 de abril de 1997,en el Palacio del Congreso de los Diputados

ORDEN DEL DÍA:

Comparecencia del señor Vicepresidente Segundo y Ministro de Economía y Hacienda (De Rato Figaredo), parainformar sobre:

— Los temas tratados en el Consejo de Economía y Finanzas (ECOFIN), de la situación de los fondos de cohe-sión, así como del recorte de los fondos estructurales en el presupuesto de la Unión Europea (UE). A solicituddel Grupo Socialista del Congreso. (Número de expediente Congreso 213/000139 y número de expediente Se-nado 711/000063.)

— Los temas tratados en el último Consejo de Economía y Finanzas (ECOFIN), sobre la situación de los fondos decohesión, sobre el recorte de los fondos estructurales en el presupuesto de la Unión, así como sobre las negocia-ciones sobre el euro. A solicitud del Grupo Parlamentario Popular. (Número de expediente Congreso213/000222 y número de expediente Senado 711/000091.)

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Se abre la sesión a las diez y cinco minutos de la ma-ñana.

El señor PRESIDENTE: Buenos días.Iniciamos la comparecencia del Vicepresidente se-

gundo y Ministro de Economía y Hacienda, don RodrigoRato, ante la Comisión Mixta para la Unión Europea.

Además del punto inicialmente incluido en el orden deldía, por parte del Grupo Parlamentario Popular se ha pe-dido que se incorporara su petición referida a informaciónde los temas tratados en el último Consejo de Economía yFinanzas, Ecofin, sobre la situación de los fondos de cohe-sión, sobre el recorte de los fondos estructurales en el pre-supuesto de la Unión, así como sobre las negociaciones so-bre el euro. Si no hay ningún inconveniente por parte deningún grupo parlamentario, se incorporaría esta segundacomparecencia a la primera, de tal forma que se planteasela situación global de las relaciones entre España y laUnión Europea en los aspectos financieros.

¿Hay inconveniente por parte de algún grupo? (Pausa.)Si no es así, daríamos por acumuladas ambas peticiones

de comparecencia y cedería la palabra al Vicepresidentesegundo.

El señor VICEPRESIDENTE SEGUNDO Y MINIS-TRO DE ECONOMÍA Y HACIENDA (De Rato Figa-redo): Señoras y señores Diputados, buenos días. Como harecordado el Presidente, esta comparecencia ante la Comi-sión Mixta tiene por objeto informar de tres asuntos dife-renciados. Por un lado, de los temas tratados en los conse-jos de economía y finanzas de 27 de enero, 17 de febrero y17 de marzo, así como del Ecofin informal que se celebródurante el último fin de semana en Noordwijk; en segundolugar, de la situación de los fondos de cohesión, y en tercerlugar, del recorte de los fondos estructurales en el presu-puesto de la Unión Europea. Si les parece, voy a pasar a in-formar de todos estos temas en ese orden.

Temas tratados en los sucesivos ecofines. No voy a ha-cer un relato cronológico de cada uno de ellos, puesto quemuchos temas se van finalizando en cada uno de los ecofi-nes, sino que trataré los temas por bloques. Quisiera, enprimer lugar, referirme al programa de la presidencia ho-landesa en el Ecofin de enero; a los debates sobre la situa-ción económica de la Unión; a la presentación de los pro-gramas de convergencia de Bélgica, Alemania y Francia; ala asistencia financiera a terceros países; al diálogo estruc-turado con los países de la Europa oriental, los pecos; al in-forme anual del Tribunal de Cuentas para el año 1995; alrégimen fiscal de los productos energéticos; a las caracte-rísticas técnicas y proceso de selección de las monedas; alos temas relativos a la Unión Económica y Monetaria de-batidos en Noordwijk en el Ecofin informal, y, por último,a las discusiones sobre la disciplina presupuestaria en elpresupuesto comunitario.

Empezando por el programa de la presidencia holan-desa, diré que, como es tradición, en el Ecofin de enero, yen sesión abierta, se plantearon los asuntos prioritarios delpaís que va a ostentar la presidencia y que se resumen de lasiguiente manera. Según la presidencia, y desde luego en

coincidencia con España, 1997 se configura como el añocrucial para el paso a la tercera fase de la Unión Econó-mica y Monetaria y los Estados miembros están llevando acabo todas las medidas necesarias para cumplir con los cri-terios de convergencia. En enero, la presidencia holandesapresentaba como objetivo la finalización de los trabajoscomenzados en el semestre anterior y, en particular, las re-gulaciones sobre el estatuto jurídico del euro, las disposi-ciones sobre el pacto de estabilidad y crecimiento, la reso-lución sobre el sistema monetario europeo —podríamosllamarlo el mecanismo de cambios numero 2— y el diseñode las monedas euro. Sobre todos estos asuntos, los puntosprincipales, con respecto al estatuto jurídico del euro, y es-pecialmente el reglamento con base en el artículo 109.L.4,era, por un lado, como ustedes recordarán porque ya les in-formé, que existía una decisión del Consejo de Dublín deutilizar el artículo 235, que permitiría tomar medidas y de-cisiones jurídicas ahora, aunque por todos los paísesmiembros, no sólo por los países in y, por otro, utilizar elartículo 109.L.4 para tomar decisiones ya en el año 1998por parte de los países que fueran a formar parte del euroen un primer momento.

Con respecto al artículo 235, se van a regular las cues-tiones más urgentes en la adopción del euro con el fin deeliminar incertidumbres en los mercados en este proceso,como son el tipo de conversión eco-euro, la continuidad delos contratos y el redondeo de las monedas. La decisión setoma por unanimidad, previo informe del Parlamento Eu-ropeo. Tanto el Instituto Monetario Europeo como el Par-lamento ya han remitido sus informes preceptivos y, portanto, sólo queda la aprobación formal que se produciráprobablemente después de las elecciones británicas, ya queel Reino Unido mantiene una reserva parlamentaria sobreestos asuntos hasta que se lleven a cabo sus elecciones y seforme un nuevo Gobierno.

Con respecto a los aspectos relativos al reglamento ju-rídico del euro, a los que se aplicará el artículo 109.L.4, yque podríamos ya calificar como la lex monete de laUnión, se adopta por unanimidad de los Estados miembrosque pasen a formar parte del euro previa consulta con elBanco Central Europeo, por lo que habrá que esperar,desde el punto de vista formal, a 1998 para su adopción.Para zanjar las cuestiones de carácter técnico que quedaronpendientes en Dublín, la Comisión ha creado un grupo detrabajo de forma que el texto quede consensuado para suposterior adopción formal en 1998.

Respecto a las cuestiones sobre disciplina fiscal en latercera fase, era objetivo de la presidencia holandesa abor-dar la elaboración de un reglamento sobre vigilancia mul-tilateral, el reglamento sobre déficit excesivo y la redac-ción de la resolución del Consejo Europeo sobre el pactode estabilidad, derivando los tres de los acuerdos de lacumbre de Dublín. Con respecto al reglamento sobre su-pervisión y coordinación de políticas presupuestarias, éstedebe estar basado en el artículo 103.5 del Tratado y seaprueba por el procedimiento de cooperación con el Parla-mento Europeo, que ya ha emitido su primer dictamen. Lapresidencia holandesa quiere adoptar formalmente el re-glamento en el Consejo Europeo de Amsterdam.

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Con respecto al reglamento por el que se agiliza y clari-fica la aplicación del procedimiento de déficit excesivo,que está basado en el artículo 104.C.14, segundo párrafodel Tratado, la decisión se toma por unanimidad, previaconsulta al Parlamento Europeo y al Banco Central Euro-peo. El Parlamento ya ha emitido su informe preceptivo.En cuanto a la resolución del Consejo Europeo sobre elpacto de estabilidad y crecimiento, su objetivo, comoSS. SS. recuerdan, es expresar el solemne compromiso po-lítico del Consejo y de los Estados miembros para la apli-cación estricta del pacto de estabilidad. Además, la presi-dencia holandesa tenía y tiene como uno de los objetivos,que expresó en el Ecofin de enero, la resolución sobre elnuevo mecanismo de cambios y las relaciones entre lospaíses in y los países out, así como el diseño de monedas.

Desde el punto de vista de actividades regulares de losecofines, en el del mes de enero se produjo el principio deldebate sobre las orientaciones generales de política econó-mica, que serán definitivamente planteadas y evaluadas enel Ecofin del 9 de junio, que evaluará el cumplimiento delas orientaciones generales de política económica del añopasado y elevará un informe al Consejo Europeo de Ams-terdam sobre las orientaciones de este año. En el Consejodel Ecofin del 23 de junio, si es que se celebra, se aproba-rán formalmente las orientaciones generales.

Con respecto al procedimiento de déficit excesivo, alque ya he hecho mención, los países deberán presentar, aprincipios de marzo de 1997, sus datos de déficit y deudapara 1996, y está previsto que en el próximo Ecofin delmes de mayo se debatan los déficit y las situaciones dedeuda de todos los países, adelantando, por tanto, el calen-dario habitual porque normalmente este tema se trataba enjunio. Como SS. SS. comprobarán más adelante, el nuevoprocedimiento de déficit excesivo y la elección de los paí-ses que vayan a formar parte del euro aconsejan que estedebate se adelante al mes de mayo a partir de ahora.

También dentro de la presidencia holandesa están losasuntos relativos a empleo, en cuanto al examen y revisiónde los programas de convergencia. La presidencia presen-tará un informe de la situación sobre el empleo, informeque se presenta anualmente en aplicación de las áreas deacción aprobadas por el Consejo de Essen. Este informe esun ejercicio de seguimiento de las políticas de empleo se-guidas por los Estados miembros y se presenta conjunta-mente por la Comisión, el Consejo de Asuntos Sociales yel Ecofin. El comité de política económica preparará lostrabajos para el Ecofin. Asimismo, durante la presidenciaholandesa, en el mes de enero se determinó el seguimientode las gestiones y trabajos realizados por la Comisión parala eliminación del fraude y para la mejora de la gestión fi-nanciera en lo que ha venido a denominarse el SEM-2000.

Desde el punto de vista de fiscalidad, la presidencia ho-landesa planteó la continuación de los trabajos del grupoMonti sobre el análisis de los sistemas fiscales europeos,con vistas a eliminar las distorsiones existentes. Tambiénplanteó las propuestas de la Comisión sobre abscisas,sobre un impuesto al CO2 en el que España tiene clarasreticencias, desde el punto de vista de la competitividad;propuestas de la Comisión sobre el IVA; impuestos indi-

rectos y propuestas de extensión de la directiva sobre ma-trices y filiales en los temas que se refieren a la fiscalidad.

Desde el punto de vista de los préstamos a terceros paí-ses, como ustedes recordarán, la presidencia irlandesa fi-nalizó su mandato sin haber conseguido un acuerdo delEcofin con respecto a los mandatos y garantías del BancoEuropeo de Inversiones. Este punto se solucionó en elEcofin de enero, que pasaré a comentar posteriormente, ytambién se estudiaron préstamos de ayuda macrofinan-ciera a Ucrania, Macedonia, Georgia y Moldavia, asícomo la solución a los atrasos de Armenia, Georgia yTadzhikistán.

Con respecto a los servicios financieros, la presidenciaholandesa planteó en enero que tiene intención de avanzaren la aprobación de una serie de directivas que se estabandiscutiendo en el Coreper y que se dirigían a la directivasobre el coeficiente de solvencia, sobre saneamiento y li-quidación de entidades de crédito; directiva por la que semodifica la directiva sobre adecuación de capital de lasempresas de inversión y las entidades de crédito; directivasobre servicios de inversión en el ámbito de valores nego-ciables; la modificación de varias directivas relativas alsector bancario, al mercado de valores; y directivas sobrefirmeza de la liquidación y constitución de garantías.

Como último tema, en el semestre de la presidencia ho-landesa se plantearon las propuestas para abordar los te-mas de la disciplina presupuestaria, que han sido objeto dedebate y de acuerdos en el almuerzo del Ecofin formal ytambién en la sesión de la tarde, de los que pasaré a infor-mar a SS. SS. en su momento. Desde el mes de enero, Es-paña reiteró que, de acuerdo con las conclusiones del Con-sejo Europeo de Madrid, los aspectos presupuestarios amedio plazo, es decir, los nuevos marcos financieros de laUnión, no deberían ser discutidos hasta que concluyera laConferencia Intergubernamental para disipar cualquier in-tento por parte de la presidencia holandesa de anticipar undebate complejo que puede tener importantes implicacio-nes no sólo para España, sino para todos los países miem-bros.

Paso a exponer a SS. SS. cuál fue el análisis, en el Eco-fin de febrero, de la situación económica de la Unión Euro-pea. Se mantuvo en el Consejo un intercambio de puntosde vista sobre la situación económica de la Unión. Ese de-bate sirve como base para que la Comisión prepare los do-cumentos sobre las grandes líneas de política económicaque se presentarán y aprobarán en la cumbre de Amster-dam. Como principales conclusiones del debate podemosresaltar, por un lado, que el crecimiento económico de laUnión se consolida acercándose a las previsiones presenta-das por la Comisión. Este crecimiento no es igual en todoslos países, en algunos es especialmente modesto, pero seasienta en bases sólidas y tiene suficiente potencial paracontinuar y reforzarse en los próximos años, por lo que lamayor parte de los Estados miembros se consideraron mo-deradamente optimistas.

La situación de empleo se consideró en el conjunto dela Unión como no satisfactoria, siendo éste el problemamás grave que afronta la Unión Europea, por lo que se rei-teró la necesidad de seguir tomando medidas estructurales

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en cada uno de los países miembros que mejoren el fun-cionamiento de los mercados de trabajo y de bienes.

En lo que respecta a la situación fiscal, se apreciaron losesfuerzos y resultados que están consiguiendo grannúmero de países miembros, señalando que vamos en ladirección adecuada de la convergencia, lo que ayudaría sinduda a estabilizar los tipos de interés a niveles bajos, lo quepermite consolidar los procesos de crecimiento sostenidoen curso.

En el Ecofin de febrero se abordaron los programas deconvergencia de Bélgica y, en el de marzo, los de Alema-nia y Francia. Simplemente quisiera mencionar anteSS. SS. que en el paso a la tercera etapa de la Unión Eco-nómica y Monetaria, cuando entre en vigor la normativarelativa al llamado pacto de estabilidad y crecimiento, lapresentación y actualización anual de programas de con-vergencia será obligatoria, tanto en el caso de convergen-cia como en el de estabilidad. No obstante, en el momentopresente los programas de convergencia se presentan sobreuna base voluntaria, es decir, durante el período —en elcaso español— de 1998, ya que el Tratado sólo preveía supresentación en la primera etapa de la Unión Económica yMonetaria, al objeto de facilitar el análisis del estado de laconvergencia en la Comunidad.

No voy a mencionar los detalles de los programas deconvergencia de estos tres países, a expensas de que des-pués SS. SS. me puedan pedir alguna aclaración sobre losmismos, que, como saben no son formalmente aprobados,sino simplemente discutidos por el Ecofin que los acogiófavorablemente, y en las próximas sesiones del Ecofin, se-guramente en las sesiones de mayo y de junio, se debatiránotros programas de convergencia referentes a otros paísesy también a España. Como ya he dicho, cuando comiencela Unión Económica y Monetaria tanto unos Estados comootros estarán obligados a presentar programas de conver-gencia o, en el caso de Estados miembros, programas deestabilidad.

Con respecto a la asistencia financiera a terceros países,había quedado abierto durante la presidencia holandesaproduciendo una gran preocupación en los directivos delBanco Europeo de Inversiones. En el primer Ecofin, delmes de enero, se llegó a una serie de acuerdos que paso amencionar a SS. SS. Por un lado, el nivel de garantía delpresupuesto comunitario para los préstamos que concedeel BEI a terceros países queda fijado en el 70 por ciento.En cuanto a los mandatos por regiones, han quedado fija-dos en las siguientes cantidades: para los pecos, 3.520 me-cus, lo que supone un incremento de 70 mecus con res-pecto a la propuesta inicial de la Comisión y un incre-mento del 17,3 con respecto al mandato anterior. Por loque se refiere a los países mediterráneos, tema en el queEspaña tenía un gran interés y así fue demostrado, se ha fi-jado la cantidad de 2.310 mecus, con un incremento de 210mecus respecto a la propuesta inicial de la Comisión y uncrecimiento del 24,2 en relación con el mandato anterior,cifra que España considera satisfactoria.

Otro grupo de países de gran importancia para España yque llevaba bloqueado todo el año 1996 como consecuen-cia de la falta de acuerdo es el que se refiere a América La-

tina y Asia. La cifra final ha quedado en 900 mecus, con unincremento del 20 por ciento con respecto al período ante-rior, lo cual es una cifra satisfactoria desde el punto devista del análisis del Gobierno español. En cuanto a Sudá-frica, la cifra es de 370 mecus, lo que supone una pequeñareducción frente al mandato anterior y se reservan 1.050mecus para asistencia macrofinanciera, teniendo presenteslos 750 mecus necesarios para los préstamos euroatom. Elmáximo destinado a asistencia macrofinanciera ascenderáa 1.200 mecus siempre que los préstamos euroatom no ex-cedan de los 600 mecus en el período en cuestión. Por otraparte, los Estados miembros y la Comisión Europea acor-damos la creación de un instrumento especial para los pe-cos de apoyo a la preadhesión, instrumento que entrará envigor tan pronto como sea posible la futura adhesión.

En resumen, quiero decir sobre los préstamos a tercerospaíses que éstos reflejan las posiciones españolas, que no-sotros los consideramos satisfactorios, y que estamos espe-cialmente satisfechos de las cantidades que, al final, hanquedado plasmadas con respecto a los países mediterrá-neos y América Latina.

Respecto a decisiones de asistencia financiera a terce-ros países —y sólo me gustaría mencionar las fechas y lospaíses, después si SS. SS. quieren aclaraciones, estaré muygustoso de dárselas—, están los casos de Ucrania, que sedecidió el 27 de enero; de Armenia y Georgia, el 17 de fe-brero; de la antigua República yugoslava de Macedonia, el17 de febrero; de Rumania, el 17 de marzo; de Bulgaria, yel Consejo también ha discutido la necesidad de otorgarayuda alimentaria a Albania dada la situación extrema enque se encuentra. Cuando se estabilice la situación, la Co-misión ha estudiado la posibilidad de plantear ayudas a susbalanzas de pago. El tema de Bulgaria se discutió en el úl-timo Ecofin informal y, probablemente, se producirá elacuerdo en el Ecofin del mes de mayo.

Respecto al diálogo estructurado con los pecos, muysomeramente, este diálogo, como saben SS. SS., se lleva acabo dos veces al año, es decir, en cada una de las presi-dencias. En el diálogo de la presidencia holandesa sobretodo se discutieron políticas presupuestarias que se trata-ron en el almuerzo del Ecofin de enero. Hubo una posiciónunánime de que la consolidación presupuestaria es unacondición indispensable para el crecimiento económicosostenible, y muchos de los países asociados han adoptadola misma línea de consolidación presupuestaria que los Es-tados miembros, reduciendo sus respectivos déficit presu-puestarios por debajo del 3 por ciento del producto interiorbruto. Se acordó que en la siguiente reunión del diálogo es-tructurado con los pecos, que tendrá lugar en Luxemburgoen el segundo semestre de 1997, se tratarían sobre todo te-mas referentes a los mercados financieros y a la liberaliza-ción de los movimientos de capital en los países asociados.

Paso a informarles del informe del Tribunal de Cuentas,la aprobación de la gestión de la Comisión durante 1995,declaración de fiabilidad de las cuentas y programa SEM-2000. El Consejo aprobó la gestión de la Comisión du-rante1995, una vez estudiado el informe presentado por elTribunal de Cuentas, así como una declaración sobre lafiabilidad de las cuentas y la legalidad y regularidad de las

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transacciones correspondientes al ejercicio financiero de1995. La recomendación respalda las observaciones delTribunal de Cuentas y toma nota, al mismo tiempo, del es-fuerzo que realizó la Comisión en 1996, que sigue reali-zando con energía en la reforma de la gestión financiera delos recursos comunitarios y que tiene por objeto racionali-zar sus propios procedimientos financieros y la organiza-ción de sus servicios financieros, es decir, el llamado pro-grama SEM-2000, que son las siglas de las palabras en in-glés que se refieren a una gestión económica sólida.

He mencionado como uno de los objetivos de la presi-dencia holandesa el que se refiere al régimen fiscal, es de-cir, a los trabajos del grupo Monti. Me gustaría detallar al-gunas de estas cuestiones que me parecen especialmenteimportantes y relevantes, en las que España tiene posicio-nes muy concretas. La Comisión presentó la propuesta dedirectiva sobre el régimen fiscal de productos energéticos,aprobado por el Colegio de comisarios. El motivo ex-puesto por la Comisión para la presentación de esta pro-puesta de directiva era la necesidad, dentro del MercadoÚnico, de evitar distorsiones fiscales en el ámbito de losproductos energéticos, la necesidad de que los sistemas fis-cales constituyan un elemento a favor de las políticas me-dioambientales y el cumplimiento del mandato dado a laComisión por el Consejo Europeo de Essen. Sin embargo,el contenido de la propuesta no se limita a actualizar los ti-pos mínimos vigentes de aceites minerales, sino que am-plía el ámbito objetivo de la misma a las restantes fuentesenergéticas, es decir, electricidad, gas y carbón, lo que,desde el punto de vista español y de otros países, incumpleel principio de subsidiariedad. Asimismo, en opinión deEspaña y de otros países, la propuesta de la Comisión in-cumple el principio de subsidiaridad al incluir una tasamedioambiental en los nuevos tipos propuestos, al elevarlos tipos mínimos y al extender el ámbito de otras fuentesde energía que, como digo, en opinión de España y deotros países tendría efectos nocivos sobre la inflación, queafectarían a la competitividad de los Estados miembros yal cumplimiento de los criterios de convergencia. Además,la propuesta inicial de la Comisión incorporaba el princi-pio de neutralidad financiera en virtud del cual el incre-mento recaudatorio derivado de la aplicación de la direc-tiva debería compensarse con una reducción de las cargassalariales, con lo que se cubriría el objetivo de facilitar elcrecimiento del empleo. Sin embargo, en opinión de variospaíses esto sólo afectaría a los Estados miembros que tie-nen menores tipos mínimos y que, por tanto, observaríanun incremento de sus recaudaciones, y, además, se rompeel principio de unidad de caja y la no afectación de ingre-sos a gastos o a otros ingresos. Las razones medioambien-tales expuestas por la Comisión no establecen ninguna di-ferenciación entre los países que tienen menor responsabi-lidad en materia de contaminación como es, claramente, elcaso de España, y los efectos inducidos sobre el sectortransporte del carbón serían muy preocupantes.

Esta propuesta —que ya pueden suponer SS. SS. pormis comentarios que no fue aprobada y que tampoco fuepacíficamente respaldada— obtuvo la posición a favor devarios países, aunque no aceptándola en su totalidad, pero

mantuvimos posiciones totalmente en contra el ReinoUnido, Grecia, Luxemburgo y España. Por lo que respectaa nuestro país, expresamos una gran preocupación por elcontenido de esta propuesta destacando que el Consejo deEssen había hecho hincapié en el carácter voluntario delestablecimiento de los nuevos impuestos sobre la energía.Después de este debate se dieron instrucciones al Coreperpara que siguiera estudiando la propuesta con el fin de de-batirla en un próximo Ecofin. Por último, me gustaría re-cordar a SS. SS. que este tipo de propuestas deben seradoptadas por unanimidad.

Pasaré ahora a informarles sobre la evolución del temade la selección de monedas. El Consejo Europeo de Ams-terdam debe elegir los diseños finales para las monedas deleuro. El caso de las monedas, contrariamente al de los bi-lletes, es una decisión de los Gobiernos y no de los Bancoscentrales. En este tema hay dos aspectos diferenciados. Enprimer lugar, lo que podríamos denominar los aspectostécnicos que los directores de las fábricas de las monedashan estado discutiendo sobre especificaciones técnicas. Eneste tema quedan todavía dos cuestiones por dilucidar yque todavía no han sido decididas ni tampoco lo fueron enel Ecofin informal de Noordwijk. Por un lado, está el temade la inclusión del níquel en las monedas, cuestión a la quese opone sólo Suecia con argumentaciones que no han sidorespaldadas por ningún otro país. Y, sen segundo lugar,está el tema de la forma de las monedas, en el caso de lasmonedas de veinte céntimos, para que puedan tener uso enlas máquinas recreativas, y el hecho de que puedan existirmonedas que tengan nueve lados. Esta cuestión está siendodebatida técnicamente y la posición unánime de los paíseses que debe tomarse una decisión que en cualquier caso ga-rantice la utilización por parte de personas con minusva-lías. Y espero que, desde el punto de vista técnico, ambascuestiones, la del níquel y la de las monedas de veinte cén-timos, puedan estar terminadas antes del Ecofin del mes demayo.

Por otro lado, está el aspecto de los diseños de las mo-nedas. Aquí se ha formado un jurado europeo, compuestopor un miembro por cada país, salvo Dinamarca que se hainhibido del proceso —en el caso español, es una catedrá-tica española de numismática—, encargado de hacer unaselección de nueve series de los diseños que han presen-tado los Estados miembros; cada Estado miembro ha pre-sentado tres. Una vez seleccionadas estas nueve series sellevará a cabo una encuesta entre grandes usuarios de mo-nedas y el Ecofin, en base a la selección del jurado y a losresultados de la encuesta, aprobará el diseño final, que serápresentado a los jefes de Estado y de Gobierno para suelección definitiva en la cumbre de Amsterdam. Recorda-rán SS. SS. que los gobernadores de los Bancos Centralespresentaron el diseño de los billetes en la cumbre de Du-blín y que quedó a expensas de algunas modificacionestambién técnicas sobre los mapas que se presentaban delconjunto territorial de la Unión Europea.

Paso a informar de la evolución de todos estos temas enel último Ecofin informal de Noordwijk. Después del Con-sejo de Dublín se han puesto en marcha, en el seno del co-mité monetario, grupos de trabajo encargados de redactar

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los reglamentos y resoluciones en los que se plasmaríanlos acuerdos alcanzados en Dublín, principalmente los quese refieren al pacto de estabilidad, al sistema de vigilanciamultilateral, al estatuto jurídico del euro y al nuevo sistemade cambios, con el fin de que estos textos legislativos pu-dieran aprobarse en el Consejo de Amsterdam. En Noord-wijk hemos tenido la oportunidad de repasar el estado delos textos legales negociados en los grupos de trabajo y decerrar algunos de los temas que habían quedado abiertosen los textos propuestos.

Antes de pasar a explicarlos concretamente, quisieradecir que las decisiones tomadas cumplen en todos suspuntos las posturas mantenidas por España y que nosotroslas consideramos satisfactorias en su totalidad.

Empezaré por comentarles el reglamento relativo al re-forzamiento de la supervisión de las situaciones presu-puestarias y la supervisión y coordinación de las políticaseconómicas. En este reglamento se hace referencia al pro-ceso puesto en marcha para supervisar la evolución de laspolíticas económicas y, particularmente, presupuestariasde los Estados miembros. El reglamento recoge la obliga-ción para los países in de presentar programas de estabili-dad y detalla el contenido de los mismos. Al mismotiempo, y para aquellos países que no accedan a la UniónEconómica y Monetaria en un primer momento, indica laobligación, como ya he mencionado, de presentar progra-mas de convergencia que ayuden a la consecución de loscriterios que posteriormente les permitan formar parte deleuro.

En este punto me gustaría hacer referencia a una cues-tión que, en opinión del Gobierno, era de vital importanciapara nuestro país y que hemos conseguido recoger satis-factoriamente, tras una discusión importante, en los consi-derandos que preceden al articulado del Reglamento. Eraesencial para España que no se pusiera en duda en ningúnmomento el cumplimiento de los criterios de convergenciay, por tanto, el paso a la Unión Económica y Monetaria,con la consiguiente obligación de presentar no ya progra-mas de convergencia, sino programas de estabilidad; es de-cir que ese proceso permitiera a los Estados miembros dela cohesión seguir recibiendo los fondos de cohesión.Como SS. SS. son conscientes, estos países estaban liga-dos a la evolución de los programas de convergencia, trashaberse puesto en duda en algún momento la legitimidadde que, una vez conseguida la convergencia nominal, al-gún Estado miembro siguiera recibiendo la financiacióntendente a conseguir la convergencia real, con el paso de lapresentación de programas de convergencia a programasde estabilidad. Sin embargo, el reglamento de los fondosde cohesión establece claramente las condiciones bajo lascuales un Estado miembro puede ser beneficiario de estosfondos, es decir, que la rente per cápita esté por debajo del90 por ciento de la media comunitaria, sin que esto tenganada que ver con el cumplimiento de los criterios de con-vergencia nominales del Tratado. Pero si en algún mo-mento se pudiera poner en duda, España ha incluido unconsiderando que preserva perfectamente la posibilidad deseguir recibiendo fondos de cohesión dentro de la UniónEconómica y Monetaria, que es el considerando número

16, que dice lo siguiente: Considerando que los programasde convergencia y de estabilidad... —y después el textoque sigue es el literal que aparece en el protocolo— persi-guen el objetivo de cumplir las condiciones de convergen-cia económica a que se refiere el artículo 104 C del Tra-tado. En ese sentido, si hubiera alguna duda —y creemosque alguna duda había, al menos en algún país—, ha que-dado recogido en el nuevo reglamento de supervisión ycoordinación de las políticas económicas y presupuesta-rias.

El contenido de este reglamento llegó al Ecofin infor-mal de Noordwijk casi totalmente consensuado y no hubodemasiados problemas en su discusión. En él se estableceque los programas de estabilidad presentarán objetivos amedio plazo en términos de situación presupuestaria, cer-cana al equilibrio, y el plan de ajuste para alcanzar ese ob-jetivo, así como la tendencia prevista para la ratio de en-deudamiento público. También presentarán las principaleshipótesis sobre evolución de la situación económica y lasvariables económicas importantes, así como la descripciónde las medidas presupuestarias y de política económicapropuestas para alcanzar el plan y el análisis de los efectosde la modificación de las hipótesis económicas.

Estos programas se presentarán antes del 1 de enero de1999, se actualizarán anualmente y servirán como basepara el proceso de vigilancia multilateral. Mediante esteproceso, como SS. SS. saben, se pretende, por medio de unanálisis casi permanente de la evolución económica de losEstados miembros, anticipar las situaciones que puedanponer en peligro las previsiones y, por tanto, anticipar lasmedidas necesarias para evitar entrar en el procedimientode déficit excesivo que se detalla en el segundo de los re-glamentos y al que haré mención a continuación.

Para los países pre-in se plantea la obligación de pre-sentar programas de convergencia con los mismos objeti-vos que los programas de estabilidad, haciendo hincapiéen la convergencia hacia los criterios de Maastricht quepermita a estos países acceder posteriormente a la UniónEconómica y Monetaria.

El segundo reglamento es el relativo al procedimientode déficit excesivo. En este reglamento, siguiendo las ins-trucciones de la cumbre de Dublín, se agiliza y clarifica laaplicación del procedimiento de déficit excesivo. El regla-mento negociado mantiene en todo su articulado el espíritude los acuerdos alcanzados en Dublín y, en particular,quiero subrayar uno que es esencial y que fue una parte im-portante del debate político en Dublín: el reconocimientoexpreso, como no podía ser de otra manera, de la discre-cionalidad política del Consejo en la toma de decisionessobre la imposición o no de sanciones. Y en este regla-mento se respeta literalmente lo que ya viene expresado enel Tratado.

En este reglamento el Ecofin de Noordwijk debía pro-nunciarse sobre tres asuntos que no habían sido contem-plados en Dublín, pero que revisten importancia en la ins-trumentación del proceso: la posibilidad de acumulaciónde sanciones, el destino de las multas impuestas y la consi-deración especial del calendario presupuestario inglés, quedifiere del de los demás países. En lo que respecta al ca-

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lendario inglés, que va de marzo a marzo, como es habi-tual, el Gobierno inglés no pretendía proponer una adecua-ción de su calendario al de los demás países. El conjuntode los países encontró normal que se produjeran estas si-tuaciones diversas respecto a las prácticas británicas y sereconoció el derecho del Reino Unido a respetar sus calen-darios presupuestarios, entendiendo que esto no afectaría ala apreciación de déficit excesivos.

Entro ahora en otras cuestiones que despertaron el inte-rés del Ecofin: el reparto de sanciones. Se acordó que lasmultas recaudadas como consecuencia del incumplimientode algún Estado miembro se repartan entre los países in.Éste es un principio, en opinión de la mayor parte de lospaíses, bastante sensato. Quiere decir que los países quepueden ser objeto de multa sean sólo los que se beneficiende las multas que se puedan producir. Existe un problemaque no ha quedado resuelto y que la Comisión está estu-diando: el hecho de que el presupuesto comunitario esúnico y que, por lo tanto, no existe un presupuesto para untipo de países y, otro, para otro tipo de países. Por lo tanto,la Comisión está estudiando en este momento el sistemajurídico por el cual estas cantidades que pudieran produ-cirse en el procedimiento de déficit excesivo, en el caso deque los depósitos sin interés pasasen a convertirse en mul-tas, estas multas se afectarían —y en esto hay un consensogeneralizado— a los países in, es decir a los países quepueden ser objeto de una multa. Espero que en el Ecofindel mes de mayo la Comisión pueda entregarnos el docu-mento jurídico que, por un lado, respete la unidad de pre-supuesto y, por otro, introduzca esta especificidad respectoa las multas.

Y pasamos ahora al tema de la acumulación de sancio-nes. Como SS. SS. recuerdan, el procedimiento de déficitexcesivo establece que deberán fijarse sanciones en el casode que se produzca un déficit excesivo que no esté origi-nado por circunstancias excepcionales. Estas sancionespueden ser —y aquí empiezan los considerandos políti-cos— pecuniarias. En el caso de que sean sanciones pecu-niarias, un país que tiene un déficit excesivo, superior al 3por ciento, estaría obligado, por acuerdo del Consejo,manteniendo todas las discrecionalidades políticas que fijael Consejo, después de los informes de la Comisión y eldebate en el Ecofin, a un depósito equivalente en el primeraño a un 0,2 por ciento de su producto interior bruto másun 0,1 por cada punto que superara el 3 por ciento. Lo queno quedó establecido en Dublín es qué sucede si un país,en el segundo año, mantiene un déficit excesivo, es decir,el problema de la acumulación de sanciones. Como SS.SS. saben, para un país que mantenga durante dos años undéficit excesivo y que sea objeto de sanción pecuniaria, esasanción pecuniaria, en el tercer año, se convertiría no endepósito sin interés, sino en multa. ¿Qué sucedería con lasanción en el segundo año? El acuerdo del Ecofin deNoordwijk es que en el segundo año el elemento fijo de lasanción no se produciría y que sólo existiría el elementovariable, es decir, el depósito sin interés evolucionaría enfunción de la diferencia entre el déficit del segundo año yel 3 por ciento, en un 0,1 por ciento por cada punto de di-ferencia con el 3 por ciento. Y en el tercer año, si es que

eso se produce y el país en cuestión no modifica su situa-ción presupuestaria, el primer depósito se convertiría enmulta.

Quiero llamar la atención de SS. SS. sobre el hecho deque desde el punto de vista económico y financiero, du-rante los años de depósito, el único perjuicio que tiene elpaís es la financiación de la cantidad. Es decir, lo que real-mente el país deja de percibir no es la cantidad que depo-sita, sino el interés de esa cantidad. Por tanto, la sancióneconómica que un país financia durante los dos primerosaños de déficit excesivo no es la cantidad equis de su pro-ducto interior bruto, sino el tipo de interés que deja de per-cibir por esa cantidad. Por tanto, estamos hablando de can-tidades muy pequeñas. Sin embargo, cuando se produzcala conversión de depósito en multa entonces sí hablaremosde esa cantidad. Además, y siguiendo el espíritu y la letrade los acuerdos de Dublín, se mantuvo que en ningún casoninguno de los dos depósitos, ni el del primer año ni el delsegundo, pueden superar en cada año el equivalente al 0,5por ciento del producto interior bruto.

También se abordó en el consejo de Norwich la decla-ración que deberá realizar el Consejo Europeo sobre elpacto de estabilidad y crecimiento. Mediante esta declara-ción lo que se pretende claramente es dar un espaldarazopolítico al pacto de estabilidad y crecimiento por parte delos jefes de Estado y de gobierno, comprometiéndose a unaaplicación estricta del pacto. Esta declaración en su mismaesencia y por su misma existencia reconoce la discreciona-lidad política del Consejo y, por tanto, creo que en ese sen-tido es plenamente satisfactoria. El texto de la declaraciónllegó al Ecofin informal prácticamente cerrado, con unospequeños añadidos que no han modificado su espíritu, y nohubo prácticamente discusión por lo que a él se refiere.

Respecto al nuevo sistema de cambios, el texto consen-suado recoge todos los puntos acordados en Dublín y enconcreto uno que seguramente SS. SS. recordarán que he-mos mencionado en más de una ocasión, y es que el nuevosistema de cambios sea, no sólo equivalente al actual, sino,como ya se fija en los acuerdos del consejo de Norwich,que las bandas sean del 15 por ciento, es decir, exacta-mente iguales que las actuales. Pueden existir acuerdos bi-laterales que, en cualquier caso, serán informarles entre lospaíses pre in y el Banco Central Europeo y, por tanto, eltexto de la resolución recoge el principio de igualdad detrato para los países pre in respecto a los países in, en unasegunda fase de incorporación al euro, y no se establecendiferencias entre los países que en este momento estánconsiguiendo la convergencia y los que tengan que conse-guirla en una segunda etapa.

Otro tema que fue abordado en el consejo de Norwich yque ha sido especialmente resaltado por la opinión públicaes el calendario de la selección de países, y éste es unasunto que hasta ahora yo creo que no había sido precisadode manera tan exhaustiva.

El Ecofin informal discutió sobre el calendario para laselección de países que formarán parte de la Unión Eco-nómica y Monetaria, de acuerdo con los procedimientosestablecidos en el tratado, en la primavera de 1998. Comoustedes saben, el proceso de selección tiene que estar con-

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cluido, según dice el propio tratado, antes del 1 de julio de1998 y consta de varias fases. Me parece importante querecordemos que el proceso de selección tiene que estar fi-nalizado antes del 1 de julio de 1998, porque creo que estotambién puede disipar algunas de las especulaciones quese han hecho en los últimos días sobre cuándo hay que ce-rrar el proceso.

¿Cuáles son las fases? La primera sería que la Comi-sión y el Instituto Monetario Europeo deberían presentarsendos informes sobre el cumplimiento de los criterios deconvergencia por parte de los Estados miembros, basán-dose en las cifras del año 1997 y de acuerdo con el artículo109 j) del tratado. También en esas fechas la Comisióndebe presentar al Ecofin una recomendación sobre la dero-gación o no del procedimiento de déficit excesivo paraaquellos países que se encontraran en dicho proceso en elaño 1997. Es decir, hay dos informes, uno de la Comisióny del Instituto Monetario Europeo sobre el cumplimientode criterios de convergencia, y otro informe de la Comi-sión sobre derogación o no de los procedimientos de défi-cit excesivo. Por último, la Comisión debe presentar alEcofin una recomendación sobre los países que cumplenlas condiciones necesarias para acceder a la Unión Econó-mica y Monetaria en 1999.

A su vez, el Parlamento Europeo debe debatir los infor-mes presentados por la Comisión y el Instituto MonetarioEuropeo y debe formular su opinión y, desde luego, los par-lamentos nacionales de cada uno de los países (depende yade las prácticas parlamentarias o de las obligaciones parla-mentarias de cada uno) también celebrarán sus debates.

Por último, el Ecofin, recibidos esos informes de la Co-misión y del Instituto Monetario Europeo, debe decidir so-bre la derogación o no del proceso de déficit excesivo enaquellos países que estuvieran inmersos en él en 1997 y, asu vez, el Ecofin formulará su recomendación al ConsejoEuropeo sobre qué países cumplen las condiciones necesa-rias para entrar en la UEM, y el Consejo, en su formaciónde jefes de Estado y de gobierno, conformará la lista depaíses que formarán parte del euro en una primera fase.

Hay todavía otra decisión que puede tomarse en esemomento o posteriormente, que es la propuesta del Ecofinsobre los miembros del nuevo Consejo ejecutivo delBanco Central Europeo que, como ustedes saben, son untotal de seis, aparte de los gobernadores de los bancos cen-trales, y el Consejo Europeo tomará una decisión sobre esacuestión.

Por tanto, para simplificar, habría una primera fase dedecisiones y de informes de la Comisión y del InstitutoMonetario Europeo, una segunda fase de debate del Parla-mento Europeo, y probablemente de debates parlamenta-rios nacionales, unas decisiones del Ecofin referentes a losinformes de la Comisión y del Instituto Monetario Euro-peo sobre qué países pueden formar parte del euro, una de-cisión del Consejo Europeo sobre esa cuestión y, en para-lela o posteriormente, una propuesta del Ecofin al Consejoy una decisión de éste sobre los miembros del Banco Cen-tral Europeo.

Desde el punto de vista del Ecofin de Norwich, la posi-ción unánime de los países ha sido, por un lado, unificar en

un mismo momento el conocimiento de los informes de laComisión y del Instituto Monetario Europeo. Por tanto, enuna fecha de finales de marzo, principios de abril de 1998,esos informes se conocerían.

En segundo lugar, en opinión de los ministros de eco-nomía y finanzas de la Unión, la segunda fase debería es-tar dedicada al debate del Parlamento Europeo, cuya dura-ción se calcula en no menos de cuatro semanas y, coinci-diendo con ella, a los debates de los parlamentos naciona-les en los casos en que se produjeran. Y, por último, la opi-nión unánime es que debería irse, si ustedes me permiten laexpresión que ya ha sido utilizada, a un consejo jumbo, fi-nalizado el debate del Parlamento Europeo y de los parla-mentos nacionales, sin solución de continuidad, en que elEcofin tomaría la decisión, en función de los informes dela Comisión y del Instituto Monetario Europeo, sobre lospaíses con capacidad para formar parte de la Unión Eco-nómica y Monetaria, decisión que sería trasladada en unmismo período temporal, digamos un fin de semana, alConsejo Europeo, que tomaría la decisión sobre los países.

La última cuestión es si en ese mismo consejo jumbo oen otro posterior se adoptaría o se tomaría la decisiónacerca de cuáles sean los miembros del Banco CentralEuropeo, decisión que puede agotarse, es decir, que pue-den elegirse los seis, presidente, vicepresidente y cuatrovocales, o dejar la designación del número de vocales, se-gún los países que formen parte de él, para una segunda se-sión. Existen opiniones diferenciadas, porque hay paísesque creen que esa decisión debería tomarse en el consejojumbo y países que creen que ya va a ser bastante el temade la formación del grupo de países del euro y que, portanto, seguramente el Consejo Europeo debería reservarpara una segunda sesión el tema de los miembros delBanco Central Europeo. En cualquier caso, creo que es unasunto que va a depender, como es natural, de la situaciónpolítica y de los debates en ese momento.

Paso ahora, en esta primera fase de explicación de lostemas tratados en los diversos ecofines, a comentarles aSS. SS. el tema de la disciplina presupuestaria, que habíasido, como les recordé al principio, objeto de especial inte-rés por parte de la presidencia holandesa. España desde unprincipio, considerándolo un tema muy importante, insis-tió en que no debería referirse para nada a las perspectivasfinancieras a partir del año 1999, que deben estar plantea-das, por acuerdo del consejo de Madrid, después del cierrede la conferencia intergubernamental.

Quisiera decir que, también desde el punto de vista es-pañol, había sido expresada, como no podía de ser de otramanera, la necesidad de garantizar el cumplimiento de losacuerdos interinstitucionales, es decir, de los que se refierena la cumbre de Edimburgo. Durante la discusión se acordóuna mayor dedicación del Ecofin a los asuntos presupuesta-rios, especificando ya que se produciría un primer debateen enero, que ha venido a ser habitual, en el que los paísesque lo crean pertinente —así se dice textualmente en la me-moria escrita del almuerzo— plantearán sus visiones presu-puestarias del año anterior y del año en curso en la sesióndel Ecofin de enero que, como ustedes saben, es una sesiónpública, y enero se elige porque es el momento final en que

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la Comisión está terminando sus apreciaciones sobre el pre-supuesto del ejercicio de 1998, es decir, en este caso sobreel presupuesto que va a presentar para el año siguiente.También se acordó que en todos los ecofines de mayo, yprevia presentación de un documento de la Comisión, seproduciría un debate sobre el presupuesto preparado para elaño siguiente, es decir, en este caso, en el Ecofin de mayohabrá un debate sobre el presupuesto del año 1998.

Se insistió en la necesidad de aplicar criterios de auste-ridad a los presupuestos europeos y en la necesidad de queestos presupuestos europeos no tengan por qué alcanzarlos niveles máximos en las perspectivas financieras mien-tras se cumplan —y se dice literalmente también— losacuerdos interinstitucionales, que son los que afectan a losacuerdos de Edimburgo.

Se acordó también un seguimiento más estrecho y conmayores ahorros posibles, mencionando literalmente laevolución de la categoría 3, políticas internas, y categoría4, acciones exteriores, que, como SS. SS., saben no son es-pecialmente relevantes en nuestro caso, y se acordó asi-mismo aumentar la relación en el tema presupuestario en-tre el Ecofin y el Parlamento Europeo.

No se entró en ningún caso en cuáles deban ser las pers-pectivas financieras para los años siguientes, perspectivasfinancieras que seguramente tendrán que ser debatidastambién desde el punto de vista de los países, teniendo encuenta los efectos de la ampliación, por tanto, mante-niendo las posiciones que habían sido acordadas en lacumbre de Madrid.

Paso ahora a informar, señor Presidente, de la situaciónde los fondos de cohesión, como segundo punto del ordendel día de esta sesión de la Comisión Mixta, una vez quecreo que he informado de los temas tratados en los sucesi-vos ecofines.

La cuantía total de las ayudas previstas para el Fondo deCohesión asciende, como saben SS. SS., a 15.150 millonesde ecus de 1992 para el período 1993-1999. Teniendo encuenta que corresponden a España entre un 52 y un 58 porciento del total de recursos y efectuando una actualizaciónaproximada, se obtiene que corresponden a España algomenos de 1,5 billones de pesetas para el período contem-plado. De este total ya han sido aprobados proyectos quesuponen una ayuda de 812.014 millones de pesetas, algomás de la mitad del mismo, y como proyectos presentadosen 1996 pendientes de aprobar existe una cantidad de137.905 millones de pesetas, con lo que queda un rema-nente de 515.867 millones de pesetas pendientes de pro-gramar y aprobar.

Entre lo aprobado y presentado se han cubierto adecua-damente todas las dotaciones del Fondo hasta 1996. Asi-mismo, con los proyectos presentados en años anteriores,se han comprometido recursos de años futuros, de modoque los proyectos a presentar sólo deben cubrir una partede las dotaciones previstas para el Fondo de Cohesión en-tre 1997 y 1999.

En lo que respecta al reparto sectorial de los recursosentre medio ambiente y redes transeuropeas del transporte,se está intentando mantener un equilibrio, dedicando un 50por ciento de los recursos a cada uno de los objetivos. Es-

paña ha defendido la necesidad de una cierta flexibilidadpara poder dedicar más recursos al transporte, ya que estosproyectos suelen ser más grandes y caros. De momento, sehan aprobado proyectos de transporte que suponen ayudaspor importe de 463.554 millones de pesetas que, junto a los98.818 millones correspondientes a los proyectos presen-tados pendientes de aprobación, suponen más de 560.000millones de pesetas dedicados al sector del transporte.

En medio ambiente se han aprobado proyectos que su-ponen una ayuda de 348.459 millones de pesetas. Si se su-man los 39.086 millones presentados, se han dedicado aproyectos de medio ambiente alrededor de 390.000 millo-nes de pesetas, es decir, 560.000 millones a transporte y390.000 millones a medio ambiente.

Durante los dos primeros años de existencia del Fondode Cohesión éste se dedicó fundamentalmente a financiarproyectos de la Administración central. La razón básicaera que el Fondo fue creado como un mecanismo de com-pensación a la mayor aportación que proporcionalmenteefectuaban los países más pobres al presupuesto comunita-rio. Como dicha aportación era fundamentalmente reali-zada por la Administración central, parecía lógico quefuera dicha Administración la que se resarciera en granmedida de los retornos del Fondo de Cohesión. Este modode proceder presentaba cierto grado de contradicción en elcaso del medio ambiente, al estar transferidas la mayoríade las competencias a las administraciones autonómicas ylocales. Esta contradicción se resuelve señalando que nohay ningún inconveniente en la cesión de una parte delFondo de Cohesión a las administraciones territoriales,siempre que se haga de manera reglada, mediante la incor-poración del Fondo de Cohesión a los respectivos sistemasde financiación de dichas administraciones. Éste fue elcaso de las administraciones locales, con las que se acordó,en el marco del acuerdo de financiación para el período1994-1998, que se financiarían con 15.000 millones de pe-setas anuales (16.106 millones actualizados con el deflac-tor del ecu y el tipo de cambio peseta-ecu) proyectos demedio ambiente con cargo al Fondo de Cohesión.

Asimismo, una parte del Fondo se destinó, a partir de1995, a la financiación de los proyectos de las comunida-des autónomas, en concreto 40.000 millones de pesetasque, actualizados, ascienden a 43.587 millones de pesetas.Dicha cantidad suponía el 10 por ciento de la cuantía detransportes y el 40 por ciento de la correspondiente a me-dio ambiente. Para 1996 y siguientes se han prorrogado lascuantías para las comunidades autónomas establecidas en1995, con independencia de los porcentajes aproximadosde participación de cada sector.

Permítanme comentar a SS. SS. que, entre los proyec-tos presentados por la Administración central y pendientesde aprobar, figuran los primeros tramos de Calatayud-Ri-cla, y Zaragoza-Lérida de la nueva línea de alta velocidadMadrid-Barcelona, que supone una ayuda de 57.000 millo-nes de pesetas del Fondo de Cohesión. En estos momentosse está procediendo a cerrar la presentación de proyectosde la Administración central de modo que se cubran los390.697 millones de pesetas que restan por ser financiadospor el Fondo para el período 1997-1999.

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En el sector del transporte se prevé que la mayor partede los 163.320 millones que reste se concentren en la fi-nanciación de nuevos tramos en la línea de alta velocidadMadrid-Barcelona, que se ejecutarían a través del nuevoente recientemente creado del grupo de infraestructuras fe-rroviarias. Aparte, se presentarán algunos proyectos com-plementarios de ferrocarriles en el corredor Mediterráneoy en las cercanías metropolitanas de Madrid y, eventual-mente, algún proyecto de carreteras de la red transeuropeaque complete y agote la programación prevista.

En el sector del medio ambiente se prevé la financia-ción de obras hidráulicas de abastecimiento, acondiciona-miento de cauce y regulación de avenidas por un importede ayudas de 97.000 millones. Un importe de aproximada-mente 100.000 millones de pesetas de ayudas se dedicará aobras de presas con carácter multifuncional y se comple-tará la programación con proyectos de infraestructura ur-bana, de saneamiento y calidad de agua, de actuaciones enla costa.

En resumen, la evolución del Fondo de Cohesión esmuy positiva, con una utilización completa de los fondosasignados y perspectivas de presentación y programaciónde ayudas que nos permitirán agotar adecuadamente el vo-lumen de recursos puestos a nuestra disposición.

Paso ahora, señor Presidente, a comentar los temas re-lativos al recorte de fondos estructurales en el presupuestocomunitario, que es el último punto de mi informe.

En la documentación que les entregué en el mes de di-ciembre, al serme imposible entonces la comparecencia (yquiero agradecer ahora la amabilidad de la Comisión al en-tenderlo), se informaba del recorte de los fondos estructu-rales en el presupuesto comunitario para 1997. Por tanto,quisiera ahora dar por entregada esa información referidaal año 1997 y comentar cuáles son en este momento lasperspectivas de futuro.

Como consecuencia del llamado triálogo entre la Co-misión, el Consejo y el Parlamento Europeo, que se cele-brará, como viene siendo habitual, en el mes de abril, al-gunas delegaciones han presentado oralmente una serie depropuestas entre las que destaca la posibilidad de aprobarun presupuesto con crecimiento cero para 1998 que megustaría comentar.

España exige, como ya hemos mencionado en otrasocasiones. Y no podría ser de otra manera, que se respetenlas cantidades acordadas e incluidas en el acuerdo del con-sejo de Edimburgo de 1992 y en los acuerdos interinstitu-cionales de 1993 y que, por tanto, se incorporen los 1.000mecus de créditos de compromiso añadidos en 1998 por lamodificación de las perspectivas financieras acordadasen 1996.

En efecto, los acuerdos del consejo de Edimburgo res-ponden a una actitud política fundamental en la UniónEuropea dirigida a garantizar la cohesión económica y so-cial. Así, dicho acuerdo recogió las perspectivas financie-ras de 1993 a 1999 con un desglose, año por año, de loscréditos de compromiso, distinguiendo entre cuantías paralos fondos estructurales y para los fondos de cohesión.Además, esas cuantías se establecen como objetivos degasto y no como límites.

El acuerdo interinstitucional de 1993 estableció queanualmente se procediese a las llamadas adaptaciones a lascondiciones de ejecución de los créditos de compromiso yde pago, las cuales suponen, por un lado, transferir a añosposteriores las dotaciones de fondos estructurales y de co-hesión no utilizadas en el ejercicio anterior y, por otro lado,adaptar el importe de créditos de pago que se estimen ne-cesarios para garantizar la evolución ordenada en relacióncon los créditos para compromisos. Así, una vez aprobadaslas siguientes adaptaciones, que suponen nuevas cifras delas perspectivas financieras, éstas se consideran adaptadasy son de obligado cumplimiento. De acuerdo con ello, en1996 se acordó que, de los créditos de compromiso delpresupuesto de 1995 no ejecutados, y que ascendían a2.013 mecus, se traspasarían 390 mecus a 1997, 1.000 me-cus a 1998 y 693 mecus a 1999. España, desde el punto devista del presupuesto de 1998, no cree respaldable, y no lohará, un presupuesto cero si no se cumplen los acuerdos to-mados, y la Comisión, que todavía no ha presentado su an-teproyecto de presupuesto para 1998, por las informacio-nes oficiosas que hemos recibido, también coincide en queel presupuesto para 1998 no puede ser cero, sino que ten-drá que moverse en una cifra que permita la aplicación delos acuerdos interinstitucionales.

Por otro lado, y en relación con la gestión de los fondosestructurales que revierten directamente en España, pode-mos afirmar que existe un alto grado de ejecución de losgastos programados, alrededor del 78,6, lo cual nos sitúaen un lugar destacado entre los países miembros, puestoque estamos por encima de la media del conjunto de losmismos.

Con respecto al presupuesto para el año 1998, como yales he dicho anteriormente, será debatido en el Ecofin demayo, previo informe y anteproyecto de la Comisión,como también será objeto de debate en el ParlamentoEuropeo y, por tanto, a partir de entonces tendré ocasión deinformar a la Comisión Mixta.

Señor Presidente, creo que, a expensas de las interven-ciones de SS. SS., he abordado los temas concernientes aesta comparecencia. Por un lado, todos los temas que hansido tratados sucesivamente en los ecofines de enero, fe-brero, marzo, y en el Ecofin informal del mes de abril, asícomo la situación de los fondos de cohesión, también loque respecta a los fondos estructurales y a lo que puede serel adelanto de un debate sobre el presupuesto europeo delaño 1998. Por tanto, señor Presidente, agradeciendo laatención de la Comisión, estoy a disposición de los gruposparlamentarios.

El señor PRESIDENTE: Terminada la intervencióndel señor Vicepresidente, ¿grupos parlamentarios que de-sean intervenir? (Pausa.)

Por Eusko Alkartasuna, del Grupo Mixto, tiene la pala-bra la señora Lasagabaster.

La señor LASAGABASTER OLAZÁBAL: Quierodar las gracias al Vicepresidente Segundo por la extensainformación que nos ha facilitado, información que, ade-más, abarca una serie de reuniones del Ecofin, que nor-

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malmente suelen ser tensas y técnicamente difíciles decomprender para los que no seguimos día a día estos te-mas, y que he intentado asimilar, cosa que no sé si he con-seguido. Por tanto, me perdonará si vuelvo a repetir cues-tiones que considere que ya ha explicado y que yo no lashaya entendido correctamente, porque creo que es conve-niente que quede claro.

Voy a hacer referencia a los temas claves del últimoEcofin informal: la acumulación de las sanciones y el des-tino de las mismas. En primer lugar, en cuanto al destinode las sanciones, parece que ha quedado claro que sólosean los países in aquellos que se vayan a beneficiar de lasprobables o posibles multas, ya que parece lógico queaquellos que hacen los esfuerzos se puedan beneficiar. Poreso me gustaría preguntarle si ha existido algún tipo deconcreción respecto a qué se van a destinar, dentro de esosEstados miembros.

¿Existe alguna condición, respecto a alguna cuestiónconcreta, ya sea de políticas de cohesión o políticas relati-vas a cuestiones de desfavorecimiento, o simplemente sedeja al libre albedrío del propio Estado miembro para de-cidir a qué lo dedica? ¿Ha habido alguna concreción den-tro de ese destino? ¿Tiene que estar dedicado a algún obje-tivo concreto o simplemente se ha dejado, hoy por hoy, enese punto?

En segundo lugar, ha hecho hincapié, y creo que es vi-tal en ese reconocimiento del Ecofin, en la discrecionali-dad del Consejo para determinar si se toma o no la decisiónde las sanciones. Me gustaría saber si esa discrecionalidadhace referencia al primer año o si es para siempre, para elprimer año, para el segundo, y que incluso al final pase dedepósito sin interés a multa.

En tercer lugar, quiero hacer una pregunta en relación alos distintos informes que tiene que realizar la Comisión yel Instituto Monetario Europeo respecto a los Estadosmiembros en función de las cifras de 1997 y en relación alos criterios del artículo 109j) del tratado y también a losinformes que tiene que debatir el Parlamento Europeo ydar su opinión. ¿Qué grado de vinculación puede tener laopinión del Parlamento Europeo y, si se ha concretado elgrado de vinculación —ya sé que no lo tiene—, si se ha ha-blado un poco de ese posible debate de los parlamentos delos Estados miembros; qué grado va a tener, cara al Con-sejo de Europa, si va a ser simplemente una recomenda-ción o se dejan ahí e incluso si no se celebran, no se cele-bran?

Por último, por lo que se refiere a los seis vocales delBanco Central Europeo, que no se sabe muy bien si va aser en el consejo jumbo donde se va a decidir quiénes vana ser, o si se decidirá posteriormente (a lo mejor esto ya seha aclarado, pero lo pregunto porque no lo sé) me gustaríasaber si el Parlamento Europeo va a tener alguna participa-ción; es decir, si se le va a preguntar respecto a la propuestade esas personas o no, si se considera oportuno que den suopinión, o si simplemente no se hace nada en este tema.

En relación a los fondos de cohesión, es bueno el hechode que se haya añadido en ese reglamento a los países quepresenten plan de convergencia y estabilidad para que nohaya ninguna duda. Me gustaría saber si nos puede facili-

tar (y ha dicho claramente que no había ninguna obliga-ción de que hubiera una participación de las autoridadesllamadas regionales, a diferencia de lo que ocurría con losfondos estructurales) la diferenciación por comunidadesautónomas, no sectorial. Me imagino que habrá algunosproyectos en los que no es fácil hacerlo, pero sí me gusta-ría saber, si puede ser factible conocerlo en este momentoy a grosso modo, lo que ya se ha ejecutado, con una dife-renciación o una clasificación por comunidades autóno-mas. En segundo lugar, me gustaría saber también si enalta velocidad —ha hablado usted de Madrid-Barcelona—también se va a incluir en lo que falta por recibir del Fondode Cohesión el Madrid-Dax, que creo que es como sellama el segundo tramo de alta velocidad hacia el norte enlas redes transeuropeas.

Éstas son todas las preguntas que tengo. Le vuelvo aagradecer todo lo que nos ha explicado ya y lo que nospueda explicar.

El señor PRESIDENTE: Por el Grupo de CoaliciónCanaria, tiene la palabra el señor Mardones.

El señor MARDONES SEVILLA: Muchas gracias,señor Vicepresidente Segundo del Gobierno y Ministro deEconomía y Hacienda, por la información que nos hadado, pero quisiera que me concretara algunas cuestiones.Es sabido el apoyo que mi grupo parlamentario vienedando en el pacto de Gobierno a todas estas líneas en elárea de la Unión Europea, pero quisiera, señor Vicepresi-dente, que usted me informase aquí de si en las agendas detrabajo de los ecofines, de los que usted nos ha dado pun-tual información, de enero, febrero, marzo y el extraor-dinario, ha figurado algún tema específico relativo a losproblemas que la fiscalidad especial de Canarias está plan-teando. Le pediría que la delegación española en estos eco-fines reactivara este tema, porque en estos momentos enCanarias estamos muy preocupados y decepcionados conla posición de Holanda, con el mandato de la presidenciaholandesa, que parece que ni está por la labor ni quiere oírhablar de la situación de los compromisos que hay entre elpropio Gobierno español y Coalición Canaria sobre eltema del régimen económico y fiscal de Canarias, afectadopor la zona especial canaria y la duración de la misma. Sa-bemos, señor Vicepresidente del Gobierno, que en estemomento son muy fluidos los contactos entre el Gobiernoautónomo de Canarias, su Secretario de Estado de Ha-cienda y los que llevan la responsabilidad directa de nego-ciaciones, pero desde luego ante esta situación de incer-tidumbre creemos que en las agendas de trabajo y en elorden del día de los próximos ecofines debe figurar el quese despeje esta incógnita de incertidumbre sobre la zonaespecial canaria, sobre el reglamento del REFC y sobre lasobjeciones que se está poniendo a nivel del Consejo Euro-peo a esta situación, que no puede continuar, porque siestas incógnitas no se despejan, todo lo hecho en nuestralegislación concordante y sobre todo en la legislaciónespañola no conduce a nada. Por tanto, nos gustaría queusted nos informara de si en esas agendas se está tratandoese tema, si se puede llevar a un próximo Ecofin, si el con-

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sejo jumbo lo puede tratar, si se le puede estimular a lapresidencia holandesa sobre este tema, y si eso se estárelacionando con la conferencia intergubernamental, por-que nos encontramos ante un triángulo de producción dedecisiones o de noticias, conferencia intergubernamental,el Ecofin respectivo y la cuestión de la presidencia holan-desa. Por tanto, nos gustaría que en los órdenes del día seincluyeran los aspectos económicos y financieros. Ésta erala preocupación que quería trasladarle, señor Vicepresi-dente, pedir la insistencia de la delegación española en estacuestión, y que sea por todas las vías, entre ellas la delEcofin, por supuesto, y las relacionadas con el mismo.

El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Vasco (PNV),tiene la palabra el señor Gangoiti.

El señor GANGOITI LLAGUNO: Quiero agradeceral señor Vicepresidente del Gobierno su presencia en estaComisión y la información que nos ha facilitado. Trataréde ser bastante concreto en las cuestiones que voy a plan-tearle.

En primer lugar, ha hablado de que tanto Bélgica, comoAlemania, como Francia, han presentado unos planes deconvergencia. Me gustaría saber, si el Ministro tiene ahílos datos, en esos planes de convergencia que han presen-tado cuál es la deuda que presentan Bélgica y Alemaniacomo objetivo dentro de ese plan y cuál es también el défi-cit que presentan Alemania y Francia al respecto.

Un segundo punto es el tema de las sanciones. En estetema, y un poco en la línea también de lo que ha planteadola Diputada de Eusko Alkartasuna, nos gustaría sabercómo se va a repartir ese dinero entre los Estados in. Porotro lado, también nos gustaría conocer si el dinero de lassanciones del que se vayan a beneficiar los Estados in seráun dinero supletorio del presupuesto comunitario o será undinero adicional a los fondos y a las cantidades que recibanesos Estados.

En tercer lugar, hay un tema que nos preocupa y que yocreo que preocupa a todo el mundo: el tipo de cambio irre-vocable que se tomará de cada una de las monedas res-pecto al euro. En este sentido, todos somos conscientes deque esta decisión va a ser fundamental. Me gustaría sabersi existe una idea respecto de cuándo se tomará esta deci-sión y cuál va a ser la fórmula que se va a seguir para esafijación de tipos de cambio irrevocable de cada una de lasmonedas respecto del euro, porque a nadie se le escapaque, si no se toma una decisión realmente apropiada, po-demos asistir, en vísperas de esa fijación de tipos de cam-bio irrevocables, a tormentas monetarias importantes o adevaluaciones que puedan llevar a cabo algunos Estadoscon objeto de entrar en una situación mejor.

En cuarto lugar, precisamente ayer la prensa se hacíaeco de que el Fondo Monetario Internacional va a hacerpúblico un documento en el cual las perspectivas paranuestra incorporación al euro son realmente favorables. Eneste sentido, me felicito de que la situación de la economíavaya por ese camino. Ahora bien, en ese informe se hablatambién de que es necesario continuar con reformas es-tructurales y de que es necesario continuar el camino de li-

beralización y desregularización de nuestra economía. Y,aunque no es un tema comunitario, pero sí está ligado, yaque usted también es el Ministro económico, me gustaríapreguntarle, si el Gobierno tiene pensado continuar en lalínea de la liberalización y desregularización de la econo-mía, con la cual nosotros estamos completamente deacuerdo, qué sectores prioritarios habría al respecto y simás o menos puede haber un calendario.

Otra pregunta que quisiera plantearle es si, a nivel co-munitario, se ha hecho un estudio sobre el redondeo de lascantidades con la entrada en vigor del euro. Es decir, pa-rece ser que la moneda de valor más pequeña va a ser la deveinte céntimos, una cantidad que yo creo está alrededorde las 35 pesetas en estos momentos. Me gustaría conocersi el que esa moneda vaya a ser la más pequeña y luego elredondeo que se va a producir en las cifras puede generaralgún tipo de inflación en la economía europea.

Por último, y con esto acabo, señor Presidente, el temadel Fondo de Cohesión. Yo le felicito al señor Ministro porel logro que ha habido a este respecto y que nos ha expli-cado, y querría plantearle una pregunta. En el caso de queIrlanda, que es un caso que no es descartable, alcanzase el90 por ciento del PIB de la media comunitaria antes de lafinalización del período de vida del Fondo de Cohesión,¿las cantidades que corresponden a Irlanda se repartirían ose sumarían a las de los otros tres Estados, o simplementelos tres Estados que no hubiéramos llegado al 90 por cientoseguiríamos con las cantidades que tenemos atribuidas enestos momentos?

El señor PRESIDENTE: Por el Grupo ParlamentarioCatalán (Convergència i Unió), tiene la palabra el señorHoms.

El señor HOMS I FERRET: Gracias, señor Vicepresi-dente segundo y Ministro de Economía por la informaciónque nos ha transmitido; casi podríamos decir que se hapuesto usted al día ante esta Comisión en relación con lostres últimos Ecofin; pero también nos ha dicho algunascuestiones sobre los fondos de cohesión y fondos estructu-rales sobre los que mi grupo tiene interés en transmitirle al-gunas observaciones.

En primer lugar, quisiera decirle que de su intervenciónla primera conclusión que extraemos es que, sin duda, laconstrucción de la Unión Económica y Monetaria y lapuesta en funcionamiento ya del euro avanza a una granvelocidad. Podríamos afirmar que estamos casi en la etapafinal del proceso, estamos entrando en el último ciclo delproceso, y constatamos, por toda la información que nostransmite, que Europa se está desarrollando en estos mo-mentos a una velocidad tremenda en cuanto a la construc-ción de la Unión Económica y Monetaria, y estamos ya lle-gando a tomar las decisiones claves para definir las reglasdel juego de esa Unión Monetaria para un futuro inme-diato. Nuestro grupo está políticamente comprometido coneste proceso y sabemos que el Gobierno también. El Go-bierno español está dando claras muestras de voluntad po-lítica de plena permanencia en el Sistema Monetario y deplena permanencia en el proceso de construcción de la

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Unión Económica y Monetaria. Por tanto, si todas las pre-visiones que se están realizando se llevan a cabo, es casiseguro que España podrá incorporarse en enero de 1999 aleuro. En ese sentido no hay fisuras, no hay dudas; las vo-luntades políticas son clarísimas: el Gobierno —y estegrupo parlamentario coincide con la posición del Go-bierno— está decidido, y creemos que es bueno para losciudadanos de este país, a que España se prepare con fir-meza para entrar en la Unión Económica y Monetaria.

Ahora bien, hay inquietudes, señor Ministro, expresa-das por muchos gobiernos —tenemos a nuestro alcance in-formes sobre las posiciones de determinados gobiernos,por otra parte lógicas—, en torno a cómo va a terminar esteproceso de incorporación plena al sistema monetario y deconversión de las monedas al euro. Hay países que a me-nudo levantan voces cautelares sobre si determinados paí-ses van a cumplir o no las condiciones. Como hoy todavíatenemos un amplio margen de cuestiones a definir en rela-ción con los criterios que se van a utilizar para cuantificary valorar si la cuatro reglas se van a cumplir en un sentidou otro, hay varias posibles interpretaciones sobre si se vana incorporar o no todos los países, los quince, a la UniónEconómica y Monetaria.

Yo quisiera, señor Ministro, trasladarle una observa-ción. No se trata de una propuesta firme, sino, como digo,de una observación, y, en cualquier caso, me gustaría co-nocer su opinión. Estamos a punto de realizar una nuevaconferencia intergubernamental que va a revisar aspectossustanciales de los tratados, y eso va a cabalgar, ya queserá anterior en el tiempo, sobre las decisiones en torno ala creación de la Unión Económica y Monetaria. No sé, se-ñor Ministro, si sería oportuno vincular esos dos momen-tos; no sé si sería oportuno políticamente interrelacionarclaramente estos dos momentos. Europa va a decidir polí-ticamente si revisa aspectos funcionales y aspectos, diga-mos, centrales de todo el proceso político y económico dela Unión y, a la vez, al cabo de unos meses van a tener quetomarse decisiones valorativas sobre qué criterios se van atener en cuenta para entrar en la Unión Monetaria y cómose van a juzgar esos criterios. ¿No podríamos integrar todoen un mismo momento? ¿No se podría integrar todo en unamisma etapa de valoración política? Porque unas cosas vanvinculadas a otras y el que unas vayan antes que otras esmuy importante, y creo, señor Ministro, que usted me estáentendiendo cuando le hablo con estos términos un pocogenéricos, sin entrar en particularidades.

Creo que, políticamente, sería interesante que España,siendo uno de los países que podía estar liderando unas po-siciones muy concretas en este proceso, distintas y con ma-tices propios en relación con otros países de Europa Cen-tral, pudiera integrar ese momento político y condicionar,establecer unas reglas de debate y de reflexión para quetodo ello conformara un mismo momento en la historia,para poder dar un paso en la recepción de las reformas quehay que hacer en el ámbito de los tratados y, a la vez, darseguridades sobre los criterios y procesos de construcciónde la Unión Económica y Monetaria. Ésta es, pues, nuestraprimera reflexión política, que quizá nos genera algunasincertidumbres porque empezamos a ver estrategias políti-

cas de determinados países y nos gustaría, cuando menos,compartir con usted, trasladarle nuestras incertidumbres entorno a ese momento.

En cuanto a las cosas concretas que usted nos ha ex-puesto, que nos ha explicado, quisiera hacerle algunas pre-guntas con el fin de que amplíe un poco más la informa-ción que nos ha transmitido. Nos ha explicado que se vana adelantar los plazos para el debate sobre los déficit exce-sivos, pasando del mes de junio al mes de mayo. Nos pa-rece muy bien; creo que era lógico que se diera ese paso enprevisión de lo que va a ser el año 1998 y que nos va a ayu-dar en el tiempo a administrar las decisiones con más, di-gamos, flexibilidad. Repito, nos parece muy bien y quierodecir que ese adelanto no nos genera ninguna inquietud.

Ha hablado usted de la disciplina presupuestaria a me-dio plazo y de los programas de convergencia y de los pro-gramas de estabilidad económica. Me parece bien vincularambos programas y establecer unas condiciones que per-mitan que los puntos de referencia no solamente sean losprogramas de convergencia, sino los programas de estabi-lidad económica, porque eso da más flexibilidad. Y quedapor saber qué criterios se van a aplicar para juzgar el cum-plimiento de esos programas de estabilidad económica. Deeso ha dicho usted muy poca cosa. Sé que todavía se sabepoco de ello, pero me gustaría conocer cómo se van a juz-gar y cómo se van a analizar técnicamente los grados decumplimiento. Quizá ahí están los márgenes del procesopara permitir la permanencia en el sistema más cómoda yestablemente una vez que España se haya incorporado. Enese sentido, quisiera decirle, señor Ministro, que hemosconocido por los medios de comunicación y por informa-ciones del Gobierno los contenidos de nuestro programade estabilidad económica y no quisiera dejar de transmi-tirle nuestra posición al respecto.

Por la información que tenemos, valoramos positiva-mente ese programa que, en principio, diseña una etapatrianual con expectativas muy positivas para la economíaespañola. Nuestro grupo va a dar apoyo a este diseño; es loque desearíamos. Creemos que es un programa posible; esun poco optimista, pero posible, ya que está en la onda detodas las previsiones económicas que están haciendo lospaíses de Europa, por lo que, como digo, creemos que Es-paña puede realizarlo. Tiene elementos importantes desdeel análisis estrictamente económico, porque volver a tenertasas positivas de inversión o volver a tener tasas de creci-miento medio del 2,2 por ciento de creación de empleo ge-nera unas grandes expectativas económicas y sociales parala sociedad española. Nuestro grupo va a apoyarlo.

Ahora bien, esa reducción del déficit público, que tam-bién vamos a apoyar e insistimos en que es convenientepara el futuro económico del país, debería saberse combi-nar, debería saberse administrar de forma cautelosa, por-que no todo el gasto público que en estos momentos tienela economía española podrá evolucionar de la mismaforma en un futuro inmediato. Es verdad que, globalmente,hemos de reducir el déficit público y, en ese sentido, noso-tros no vamos a dudar, pero no todo el gasto va a poder so-portar ese esfuerzo de contención que se desprendería deun esfuerzo general de reducción de ese déficit público y,

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como usted sabe, me estoy refiriendo a la sanidad. En lospróximos dos, tres o cuatro años el gasto de la sanidad enEspaña no va a poder evolucionar de la misma forma queel gasto público en general, porque, señor Ministro, a no-sotros no nos pasa lo mismo que a los demás países de Eu-ropa, ya que Alemania o Francia no tienen la misma pirá-mide de edad que tiene España, que en estos momentos en-tra en un ciclo creciente de envejecimiento de nuestra po-blación. Ese crecimiento del envejecimiento nos va a ge-nerar unas presiones al laza en cuanto a necesidades delgasto público que no vamos a poder obviar. Por tanto, ha-brá que saber combinar ese esfuerzo de contención del dé-ficit público con la evolución del gasto, que no podrá serigual en todas sus magnitudes y en todas sus expresiones,especialmente el de la sanidad.

Tampoco podemos aceptar, señor Ministro, porquehaya que contener el déficit público, que en la próximaetapa podamos entrar en un proceso de centrifugación deldéficit público a las demás administraciones públicas. Esdecir, que el Estado, toda la sociedad española, tienen laobligación de que nuestras administraciones públicas ad-ministren cada vez mejor, de forma más eficiente, los re-cursos públicos, sin duda; vamos a tener que cumplir loscontenidos de los compromisos de la Unión Europea, sinduda; vamos a tener que reducir el déficit público, sinduda; pero que esto se haga de forma que no se centrifu-guen los problemas a las demás administraciones públicasespañolas. Esto es, que, como usted muy bien sabe, hayque afrontar una reforma de las haciendas locales, y ya hayen perspectiva una reforma de la ley, que va a definir lasfuentes de financiación de las haciendas locales. Hasta queesto no se haga, señor Ministro, debemos ser muy cautelo-sos para no centrifugar el problema a estas administracio-nes. Lo mismo pasa con las administraciones autonómicas;hasta que no terminemos, por ejemplo, la reforma del sis-tema de financiación de la sanidad no podríamos imponera todo el sistema unas exigencias derivadas del proceso deintegración a la Unión Económica y Monetaria.

Me permito también comentarle, en cuanto a las san-ciones, que a nuestro grupo le parecen muy bien los crite-rios, la información que nos ha transmitido, y que, en esesentido, no nos causa problema comprender las complici-dades y las complicaciones que tiene ese asunto. Si, al fi-nal, el reparto de esos depósitos revierte en beneficio deEspaña, muy bien. Nuestro grupo vería bien que fueran alos fondos de cohesión; quizá lo más sensato sería que esosfondos de cohesión se vieran nutridos por esos depósitos,pero en principio ahí no tenemos muchos reparos.

Sin embargo, hay una cuestión que nos preocupa, y escómo se van a distribuir internamente esas multas en lasadministraciones públicas. Usted, sobre ello, no ha dichonada. Quisiera que nos dijera algo sobre esas obligacionesa las que nos vamos a tener que someter si no cumplimos yque, ojalá, siempre cumplamos, cómo vamos a repartiresas sanciones si son imputables a otras administraciones.Ello nos obliga, señor Ministro, con anterioridad a entraren este ciclo, en 1999, a afrontar definitivamente las refor-mas de las haciendas locales y de las haciendas de las co-munidades autónomas en todos sus extremos. Por ello, yo

creo que no puede hablarse del reparto interno en cascadade esas obligaciones si no afrontamos reformas como la dela sanidad o como la de las haciendas locales, porque esta-ríamos sometiendo injustamente a unas tensiones internasa la Administración pública no estatal, a la Administraciónpública restante. Éstas son algunas de las cautelas sobre lassanciones que queríamos expresarle.

También queríamos hablarle de eliminar extorsiones,según ha dicho, sobre fiscalidad, y comentarle las observa-ciones que ha hecho sobre la fiscalidad en los productosenergéticos. Sobre electricidad, gas, carbón y aceites, po-cas cosas tenemos que decirle. Queremos apoyarle en lacautela del Gobierno español en torno a la tasa medioam-biental, porque soportaríamos injustamente unas exigen-cias que revertirían positivamente, supongo, en otros paí-ses que tienen un mayor desarrollo tecnológico en estosmomentos sobre el grado de control de los aspectos me-dioambientales. En ese sentido, compartimos con ustedtodo lo que ha dicho al respecto. Sin embargo, en cuanto ala fiscalidad, nos gustaría ampliar algunas cuestiones más.Hay otras cuestiones sobre fiscalidad que nos inquietan,como la armonización fiscal en la Unión Europea, y nosgustaría que usted nos expusiera si se está tratando en elEcofin de los compromisos sobre armonización fiscal enimpuestos como puede ser el IVA o en impuestos especia-les, porque en el ámbito de los impuestos especiales haymuchas desigualdades y, en el campo de los impuestos in-directos, también, todo lo cual deberíamos contemplar,pero también en la fiscalidad directa, en el IRPF. Estáanunciada por el Gobierno la reforma del IRPF. Es una re-forma que debería abordarse antes de 1999, porque estasdiferencias que hay en el trato en determinados tributos di-rectos requieren, si entramos en la Unión Monetaria, unajuste rápido e inmediato. Nos gustaría que nos dijera algoal respecto.

Nuestro grupo —y voy terminando, señor Presidente—quisiera transmitir al Ministro de Economía y Haciendaque no nos van a encontrar en actitudes dubitativas paraapoyar al Gobierno en ese proceso de integración en laUnión Monetaria. No tuvimos duda alguna con el anteriorGobierno socialista y mucho menos vamos a tenerla con elGobierno del Partido Popular, en momentos cruciales y fi-nales de la etapa. Pero, señor Ministro, a la vez que va a te-ner esos apoyos, le urgimos para que se aceleren al má-ximo los ajustes internos que hay que hacer en la economíaespañola. Por ello, apoyamos su plan de estabilidad econó-mica y los elementos que nos ha dado a conocer sobre eseplan pero, a la vez, esa perspectiva positiva de crecimientoanual del 3,2 por ciento del PIB para los próximos tresaños nos obliga a afrontar, como ha dicho algún otro por-tavoz, las reformas estructurales internas y todo lo relativoa estabilizar el crecimiento económico en lo que nosotrospodíamos decir la realidad económica más productiva delpaís, y expresamente a las pequeñas empresas. Hay quepriorizar hoy para las pequeñas empresas todos los cam-bios estructurales que hemos de impulsar en los próximosdos años. Por ello, le animamos, en ese proceso que apo-yamos y compartimos conjuntamente, a acelerarlo al má-ximo y a abordar en los próximos meses esas reformas que

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puedan tener como destinatario ese ámbito económico,que es el que nos va a poder generar la mayor estabilidadeconómica y las mayores posibilidades de creación de em-pleo, que son las pequeñas empresas.

Señor Ministro, en cuanto a los fondos de cohesión y alos fondos estructurales, mi grupo quisiera sensibilizarleen esta cuestión, toda vez que en 1999 entra una nueva fasede dichos fondos. Europa ha empezado ya a moverse encuanto a revisar los elementos que van a definir la nuevaetapa de los fondos estructurales y de los fondos de cohe-sión, por lo que yo quisiera motivar al Gobierno español aque acelerara todas sus reflexiones y trabajos internos paradar a conocer nuestras posiciones en la reforma de esosfondos. Sabe el señor Ministro que en Europa ya se hacreado una comisión de estudio, con unos 40 expertos.Ninguno es español y deberíamos estar nosotros en estacomisión. No es una comisión deliberatoria, sino de refle-xión no institucionalizada. Como digo, se ha creado ya unacomisión de unas 40 personas para empezar a reflexionarsobre los contenidos de los fondos de cohesión. España de-bería estar ahí. Nosotros deberíamos empezar a reflexio-nar. En este sentido, mi grupo quería proponerle, señor Mi-nistro, si fuera posible, que se presentara a esta Cámara,por iniciativa del Gobierno, a finales del presente año, uninforme balance de lo que han sido estos tres años de fon-dos estructurales y de fondos de cohesión, 1995, 1996 y1997, en previsión de que 1998 pueda ser el año en queconformemos cuáles deberían ser nuestros criterios parapoder entrar en una reforma de los fondos estructurales.España es uno de los principales países receptores de re-cursos de los fondos estructurales y de los fondos de cohe-sión, y deberíamos liberar la reforma de los reglamentos delos futuros fondos. Por ello, nos inquieta esta cuestión por-que, según como se desarrollen los reglamentos futuros delos fondos estructurales, podría repercutir en España. Sehabla de simplificación de los cuatro fondos estructurales;se habla de cuantías. Hasta la fecha hemos tenido unabuena evolución; hasta la fecha todo el ciclo de los fondosestructurales y de los fondos de cohesión han sido positi-vos para la sociedad española, pero Europa se está plan-teando una reforma de esos fondos, basándose en la futuraampliación de la Unión Europea, y ahí nos inquieta vercómo se conducirá toda esa nueva etapa de los fondos es-tructurales. Le quería motivar para ese próximo quinque-nio. Quizá podríamos empezar a reflexionar en esta Comi-sión, sobre la base de un informe realizado por el Gobiernoacerca de lo que han sido los últimos tres años, sobre estanueva etapa de reforma de los fondos estructurales y de losfondos de cohesión.

No entienda mis palabras como una reflexión críticaporque no lo es en absoluto. Repito, valoramos muy posi-tivamente la evolución que ha tenido. Ha sido una primerafase de fondos de cohesión de tres años que, en principio,ha dejado buenos resultados y balances. Nos gustaría terri-torializar mucho más todos esos fondos, pero el tiempo yalo está haciendo progresivamente en comunidades autóno-mas y en administraciones locales. Por tanto, el ciclo es te-rritorializar cada vez más los fondos estructurales y losfondos de cohesión, en lo que estamos de acuerdo. Sin em-

bargo, nos inquieta la nueva etapa que entra, porque lospaíses de la Europa central están planteándose reformasprofundas de los elementos reglamentarios de los fondosde cohesión y de los fondos estructurales, y debíamos vigi-lar con mucho celo esta nueva fase.

Señor Presidente, quiero felicitar al señor Ministro porla información que nos ha dado y decirle que vamos a con-tinuar en la misma posición política en que hemos estadosiempre, que es la de dar pleno apoyo en el momento ac-tual al Gobierno, para que España entre en la Unión Eco-nómica y Monetaria, y que sepan los ciudadanos y, espe-cialmente, los demás países de Europa, que vamos a hacertodo lo posible y se van a tomar todas las decisiones enesta Cámara, y estoy seguro de que el Gobierno lo va a ha-cer, para que España entre en la Unión Económica y Mo-netaria, porque su futuro depende de ello.

El señor PRESIDENTE: Por el Grupo Parlamentariode Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, tiene la pala-bra el señor Alcaraz.

El señor ALCARAZ MASATS: Señor Presidente,agradecemos su presencia en esta Comisión al señor Vice-presidente Segundo y Ministro de Economía y Hacienda,aunque he de decirle desde el principio que IzquierdaUnida-Iniciativa per Catalunya no comparte la problemá-tica adoptada de cara a la convergencia europea. Tampococomparte el diseño concreto que se está haciendo de cara ala alternativa, muy modesta por lo que conocemos, que seva a plantear en la Conferencia Intergubernamental conrespecto al Tratado de la Unión Europea. Desde ese puntode vista, usted conoce que vamos a plantear, en el marco delo posible, a nuestro juicio, de lo auténticamente necesariode cara a la creación de empleo y a una auténtica unidadeuropea, unidad económica antes que monetaria, un textoconcreto pidiendo, al mismo tiempo, que se celebre un re-feréndum en este país para la integración que se va a plan-tear a partir del mes de marzo de 1998.

Por tanto, ésa es nuestra posición que ustedes conocenperfectamente; posición clara que vamos a desgranar tran-quilamente, pero de manera rotunda y contundente con losdistintos tramos que usted ha destacado hoy aquí. Hoy va-mos a ver el tema económico, cómo nos estamos acer-cando a esa convergencia europea, a ese examen de marzode 1998, teniendo en cuenta parámetros económicos, fun-damentalmente monetarios de convergencia. Esto es loque vamos a tratar hoy aquí y me voy a ceñir a este tema,no sin antes aludir al marco político en que se desarrollaesta convergencia desde la óptica española.

Ustedes están consiguiendo coordenadas de aproxima-ción en el terreno de lo monetario, de lo económico y fi-nanciero, pero no pensamos que esto sea correlativo alclima político que estamos viviendo y que puede afectar aeste trayecto que usted ha detallado aquí. Por tanto, quierohacer esa referencia al terreno de lo político, de la políticapura, porque es cierto que hay un amplio bloque de apoyoa Maastricht, al Tratado de la Unión Europea y al examende convergencia de mayo de 1998; pero en función de dia-lécticas políticas que se están desarrollando públicamente,

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quiero decir profusamente publicadas en los medios de co-municación, ese apoyo político no existe de la misma ma-nera, señor Rato, porque incluso se anuncian dinámicas deadelanto de campañas electorales y a veces el apoyo polí-tico concreto, real que se produce desde el mayor partidode la oposición, efectivamente, en los principios coincidecon ustedes de cara a la convergencia y de cara al examende 1998, pero a nivel político no existe esa confianza real,material. Quiero dejar sobre la mesa esta dicotomía, estadisyuntiva de que no concuerda el terreno de lo políticocon esa convergencia que a nivel monetario y a nivel eco-nómico usted ha diseñado desde perspectivas optimistas,no diría yo objetivas sino optimistas.

En el terreno de lo económico nos encontramos anteuna problemática de ajuste permanente y duro, precisa-mente en los parámetros que aún no cumplimos, esos indi-cadores van a exigir una política de ajuste duro que, decara al Estado del bienestar, y como no se puede seguir conel actual nivel de gasto, va a afectar, sin duda, a las pensio-nes. Ya ha afectado en ese pacto que se ha hecho hace pocotiempo, o en el tema de la sanidad, empezando por las deu-das sanitarias que no se van a poder cumplimentar si sereduce el actual nivel de gasto. Esta política de ajuste per-manente iría complementada con esa recomendación queustedes hacen continuamente y que han cumplido en eltema de la congelación de los salarios del sector público,de la moderación salarial en el sector privado. Todo estoparte de ese último acuerdo que ustedes han hecho hacepoco más de seis meses, me refiero al pacto de estabilidady a la necesidad de aplicarlo de manera rigurosa; tan rigu-rosa, que supone multas muy importantes y supone etapasa cumplir de manera tremendamente concreta de cara a laconvergencia y al examen de 1998.

A partir de aquí el ajuste macroeconómico se va a de-senvolver a través de condiciones muy duras en todos lospaíses de la Unión Europea, y nos encontramos con un di-seño —que yo ya le criticaba cuando usted informó sobreel Ecofin de Dublín, que se celebró en septiembre del añopasado—, con un marco que completa toda la estrategianeoliberal. Por una parte, la transferencia tremenda de so-beranía que se hace con respecto al sistema de bancos cen-trales europeos y el Banco Central Europeo que se va acrear el año que viene, y, de otra parte, el tema de que lapolítica presupuestaria de los distintos países queda tre-mendamente intervenida como consecuencia de que losparlamentos de los distintos países quedan también inter-venidos en este camino que ustedes están diseñando y quesiguen de manera muy rigurosa.

Por tanto, lo que se persigue fundamentalmente es elequilibrio presupuestario a través de medidas de enormeimportancia y acabo de citar la creación de los bancoscentrales. Esto se puede conseguir de dos o tres maneras—todo el mundo lo sabe— o a través de la reducción delgasto público, o a través del aumento de los ingresos pú-blicos, o mediante una combinación de ambas posibilida-des. Señor Rato, en este momento nos encontramos —loque va a suscitar una primera pregunta por parte de esteportavoz— en una situación en la que parece muy proba-ble que de cara a la inversión pública y al consumo público

ustedes tiendan a establecer restricciones de cara a conse-guir reducir el déficit para la convergencia europea y pasarel examen de marzo de 1998. En consecuencia, es posibleque ustedes tengan en cartera una reducción drástica deldéficit, en estos momentos es su primera prioridad, y a talfin están actuando en todo el proceso de privatizaciones;un proceso profundo para intentar reducir el déficit, que novan a conseguirlo a través del proceso de privatizaciones,como usted sabe muy bien. Simplemente harán ahí unpoco de cosmética con respecto a intereses, con respecto aotras cosas, pero no irán al fondo de la cuestión; y el fondode la cuestión tampoco vendrá por el tema del aumento delos ingresos fiscales, tal y como estamos viendo. Hay unenorme fraude que ustedes no están persiguiendo de he-cho, y los beneficios fiscales que ustedes están aprobandono conducen a que el problema de la reducción del déficitse solucione a través del mayor ingreso de la fiscalidad.

Parece claro que nos vemos abocados a un nuevo ajustepresupuestario, señor Rato. Si no es así, le ruego que meaclare cómo van a conseguir reducir drásticamente el défi-cit público. Si en el próximo período ustedes están aboca-dos a una reducción, que sin duda va a afectar a la inver-sión pública —y, por descontado, al consumo público, por-que, si no no se entiende el escenario macroeconómico conrespecto a las fechas 1997 y el año 2000 que acaban de pu-blicar—, ello no cuadra exactamente si no se tiene encuenta la necesidad de ese recorte presupuestario al quenosotros pensamos que ustedes están abocados a cortoplazo, en los próximos meses, antes de que finalice esteaño. Le ruego que me aclare esta situación y que, si no, mehable de la estrategia de cara a la reducción del déficit enfunción de esta cita que tenemos en marzo de 1998.

Nosotros no estamos de acuerdo (en este sentido tene-mos posiciones diferentes que venimos exponiendo y quesintetizaremos en un documento como alternativa al que seplantee en función del enorme consenso que existe en estaCámara para la reforma del Tratado de la Unión Europeaen la Conferencia Intergubernamental) con las escasas ma-tizaciones que se van a hacer al Tratado de la Unión Euro-pea. En todo caso las matizaciones fuertes empeoran la si-tuación, y me remito a lo que acabo de nombrar, al pactode estabilidad que viene aplicándose de manera rigurosaen los últimos meses. Nosotros queremos situar, funda-mentalmente en primer lugar, los objetivos económicos, ydentro de ellos el tema de la creación de empleo y, comoconsecuencia, la mejor distribución de la riqueza y la rentacomo prioridad absoluta de la necesidad de una conver-gencia, de una unidad europea diferente. En ese sentidoqueremos orientar los instrumentos económicos hacia lacreación de empleo, porque no se está creando empleo; alcontrario, se está destruyendo la posibilidad de creación deempleo estable a través de otras políticas que arrojan a lomejor unos datos que en muchos casos son discutibles, porejemplo, los 35.000 nuevos empleos, según se dice, res-pecto a marzo, sin tener en cuenta que 22.000 de esos em-pleos han sido en el sector terciario y que afectan al cam-bio de fecha con respecto a la Semana Santa en algunos desus parámetros fundamentales. Por lo tanto, la precariedadaumenta y seguimos con un volumen de desempleo tre-

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mendo que está afectando a sectores muy importantes demanera estructural.

A partir de las sucesivas reformas de desregulación ydescausalización de la contratación, en especial la de 1984y la de 1994, se ha conseguido en nuestro país un mercadode trabajo que sigue empeorando, señor De Rato, y notiene su punto de referencia en la necesaria articulaciónpara hacer del Tratado de la Unión Europea otra cosa decara a este objetivo número 1, a nuestro juicio, que no lo esen todo lo que se está haciendo de cara a ese examen demarzo de 1998. Existen altas tasas de desempleo y tempo-ralidad que doblan en España las de cualquier país de laUnión Europea, Hay un enorme avance de los fenómenosde precarización en España y altísimas tasas de siniestrali-dad laboral que no se logran corregir y que están muy porencima de los países de nuestro entorno. Al mismo tiempohay un reforzamiento extraordinario de los poderes de di-rección y organización empresariales en la fase de entrada,permanencia y salida del mercado de trabajo, y se va a verposiblemente cuando mañana o pasado conozcamos eltexto del último acuerdo con respecto al cambio del mer-cado laboral en esta última etapa.

Esta situación —le voy a dar un dato— está afectando alos colectivos de jóvenes y mujeres, protagonistas funda-mentalmente de la temporalidad y de la rotación en el em-pleo, como lo demuestra, por ejemplo, el análisis que se hahecho en algún sindicato con respecto a los últimos nuevemeses de los asalariados y asalariadas jóvenes menores de25 años. En 1987 había 793.300 asalariados fijos en estetramo de edad. En el primer trimestre de 1996 ha habido310.900, es decir, un 24 por ciento, teniendo en cuenta queen 1987 había un 53 por ciento. Respecto a los asalariadostemporales, diré que en 1987 había 705.400 en este tramode edad y 963.900 en el primer trimestre de 1996, es decir,un 76 por ciento, subiendo por lo tanto mucho respecto al47 por ciento que existía en 1987. Por lo tanto, no se puedeculpar a la rigidez de nuestro mercado de trabajo deldesempleo existente, sino que este tipo de desempleo se vaacentuando y se van agudizando las condiciones precariasdel desempleo, fenómeno que no se soluciona en absolutocon las sucesivas reformas que ustedes están realizando.La política que ustedes vienen practicando no conduce a lacreación de empleo. Estamos en el año del empleo, segúndijeron ustedes en el seno de este último tramo para el exa-men de marzo de 1998. Sin embargo, no se está creandoempleo.

Yo le pediría que nos dijera si ustedes han contempladoen algún momento la posibilidad, que incluso se ha discu-tido en la mesa de negociación entre sindicatos y patronal,de un pacto global para la reducción de la jornada de tra-bajo en este país y de las horas extraordinarias, así como laposibilidad de negociar la edad de jubilación e incluso eltiempo de vacaciones, porque si no no es posible hablarcon seriedad de una estructura distinta de cara a la creaciónde empleo como tema esencial.

Ustedes fundamentalmente hablan de que disminuyenlos tipos de interés —esto es cierto— y se crea empleo—esto no es cierto—, y mucho menos empleo real, porqueincluso está disminuyendo la protección a niveles insopor-

tables. Solamente la tercera parte de los parados tiene hoyprotección social de desempleo, según los datos que esta-mos viendo en todas las estadísticas; un 32 o un 33 porciento de los desempleados. Disminuyen los tipos, pero nose crea empleo; disminuyen los tipos, pero no se repercutetampoco de manera adecuada en el consumo real, en lavida cotidiana, en la microeconomía constante que esta-mos viviendo. Es cierto que a veces se bajan las hipotecas,los créditos personales, pero al nivel en el que disminuyenlos tipos de interés. Eso sí, en los depósitos que se hacen através de una circular, que sale el mismo día en que dismi-nuyen los tipos, sí se baja el interés. Esos depósitos de losparticulares estaban al 8 o al 8,5 por ciento y ahora el inte-rés que reciben de la banca o de las cajas de ahorro es del4 ó 4,5 por ciento. Ahí sí bajan los tipos de interés al día si-guiente en que se produce la reducción por parte del Bancode España.

Por lo tanto, señor De Rato, le pregunto si tiene algunaprevisión con respecto a la reducción del tiempo de tra-bajo, la posibilidad de algún acuerdo real, no empresa porempresa, no a través del debate de los convenios colectivosconsiderados uno por uno (que además no tiene esa vincu-lación que anteriormente tenían, aunque figuran en laConstitución Española como elementos vinculantes en lanegociación, pero ya no existen como tales), y si estánrealizando alguna gestión o van a establecer alguna polí-tica concreta de cara a la repercusión de la bajada de los ti-pos de interés en la vida cotidiana, en los créditos, en lashipotecas normales.

Le hago la cuarta pregunta. Usted dijo hace pocotiempo —y me parece que no se ha solucionado el tema—que la macroeconomía va bien para que la microeconomíano vaya bien, no disfrute de la repercusión real de esa po-lítica que ustedes tanto saludan a nivel macroeconómico.Se les está lanzando a los ciudadanos el mensaje de quehay que sacrificarse para que la macroeconomía vaya bien,aunque con ello vaya peor la microeconomía y siga estan-cada la demanda, que además no puede subir ya que podríarepercutir en una subida de la inflación. Por tanto, yo lepregunto si esa crítica que usted hacía —autocrítica, mejordicho— ante los medios de comunicación ha suscitado al-gún ejercicio gubernamental para intentar solucionar el di-vorcio entre la macro y la microeconomía.

En quinto lugar, señor De Rato, y ya ya sido suscitadoanteriormente este tema por el portavoz del Grupo Vasco(EAJ-PNV), estamos viendo desde el exterior, porque hayuna política de comunicación muy cerrada y parece lógicoque sea así, distintos movimientos, muchos de los cuales,los más importantes, proceden de Alemania; movimientosque a veces no nos explicamos. Alemania tiene dificulta-des a la hora de contener el déficit, pero fundamentalmentetiene dificultades a la hora de entregar el marco en esteproceso. Eso es lo que parece. Solamente lo «entregaría»—entre comillas— en manos del euro en función de deter-minadas condiciones de convergencia, algunas no escritas,que cumplieran el resto de los países. Fundamentalmenteestá el tema de los tipos de cambio. Nos da la impresión aveces que se está presionando de manera subterránea decara a los tipos de cambio irrevocables y al proceso de ti-

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pos de cambio que se va a establecer con respecto a los dis-tintos países de la Unión Europea. No consideramos queexista un tipo de cambio neutral en estos momentos, perose puede corregir. Sin embargo, a partir de cierto períodoya no se podrá corregir de la misma forma y desde elmismo poder político o económico. Se tendrá que corregirde otra manera y de forma muy limitada. Es decir, si Es-paña no consigue un tipo de cambio neutral (las noticiasque se dan se refieren a si Alemania cumple o no cumple,si se van a tener en cuenta o no de manera rigurosa los cri-terios de convergencia de Maastricht, si va a haber otroscriterios complementarios no dichos, criterios políticos)pensamos nosotros que las fortísimas presiones que hayvan a repercutir a la hora de ver los tipos de cambio irre-vocables que se vayan a conceder, a estructurar, a plasmarcuando llegue el momento. En este sentido, le quiero pre-guntar cómo va a enfocar este tema el Gobierno y cuálesson los problemas que existen.

Respecto a los fondos estructurales de cohesión —ter-mino, señor Presidente— para el ejercicio presupuestariode 1997, a propuesta del Consejo, la Comisión en su ante-proyecto preveía un aumento del 8 por ciento, sin em-bargo, el Parlamento Europeo votó una reducción de 2.500mecus: 1.000 mecus en los fondos estructurales, 1.000 conrespecto a la PAC y 500 en las otras políticas contempla-das.

A nuestro juicio, la importancia de esta decisión está enque, por primera vez en la historia de la Unión Europea, sevulneran los principios establecidos en el Consejo de Eu-ropa de Edimburgo; me refiero a las perspectivas financie-ras de la Unión Europea 1994-1999. Aquí hay que desta-car, señor De Rato, que el grupo parlamentario europeo delPartido Popular, incluida la delegación española, votó a fa-vor de esa reducción.

Esta decisión política tiene distintas lecturas. Por unlado, en estos dos años de austeridad, de enorme recorte fi-nanciero-económico, en los que se quiere ahorrar el má-ximo posible para el examen de marzo de 1998, nos en-contramos con que esto puede suponer un recorte comple-mentario en los presupuestos españoles de 1997; no para1998, sino ya en 1997. Hay que recordar que los fondos es-tucturales funcionan en un régimen de cofinanciación, esdecir, las administraciones adicionan un porcentaje entre el50 y el 30 por ciento del coste total del proyecto. Es, por lotanto, un recorte que tiene en cuenta esta dialéctica de lacofinanciación.

En segundo lugar, esta decisión va en perjuicio de laspolíticas estructurales, que si tienen algún sentido es preci-samente el de reducir las diferencias, las disparidades re-gionales, aspecto que va a verse agravado con la puesta enmarcha en la Unión Europea del mercado único interior.Finalmente, los fondos estucturales, tal como hoy los co-nocemos, teniendo en cuenta sus objetivos, sus criterios deelegibilidad, etcétera, en función del proceso que yo he di-señado brevísimamente pero que usted ha tocado descrip-tivamente no entrando en el fondo de la cuestión, corren enriesgo de desaparecer.

En el informe del Parlamento Europeo sobre las orien-taciones presupuestarias para 1998 —nosotros lo enmen-

damos, desde luego— se anunciaba una reducción para eseejercicio de los créditos para las atenciones de pago, lo quesignifica una reducción efectiva en lo que realmente seestá gastando en fondos estucturales. Aquí, aparece eltema muy importante del carácter condicional, porque losfondos de cohesión están sujetos a los déficit excesivos,otra vez el déficit que va a aparecer en el próximo períodoen este país de manera obsesiva, por eso hablaba yo de laposibilidad de que tengan ustedes en mente un recorte pre-supuestario para este año. Si el déficit de un Estado es ma-yor a lo acordado en el Consejo del Ecofin, el fondo se sus-pendería automáticamente.

Este criterio, en función de lo que vemos en las institu-ciones europeas, es el que puede estar en la mente de algu-nos miembros de la Comisión, si no aplicable en los próxi-mos ejercicios, sí para la reforma de los fondos estructura-les después de 1999. Precisamente el comisario de asuntoseconómicos y monetarios está trabajando con una pro-puesta según la cual aquellos Estados que no cumplan conlos criterios de convergencia verían supeditados los pagosde los fondos europeos.

El señor PRESIDENTE: Le ruego que vaya termi-nando ya, señor Alcaraz.

El señor ALCARAZ MASATS: Sí, termino inmedia-tamente, señor Presidente.

Estas propuestas confunden los objetivos de los recur-sos, señor De Rato, porque, mientras los fondos estructu-rales tienen por objeto la consecución de la cohesión eco-nómica y social, el fondo de cohesión persigue la compen-sación a los Estados con un PIB inferior al 9 por ciento dela media comunitaria, como aquí se ha dicho anterior-mente.

Señor De Rato, le ruego que me aclare si esto es así y siesta reducción que se ha operado en los fondos estructura-les estaba pensada sistemáticamente debido a los recortesfinancieros y presupuestarios que se van a operar en el fu-turo en este país ante el examen de marzo de 1998.

El señor PRESIDENTE: Por el Grupo ParlamentarioSocialista, tiene la palabra el señor Costa.

El señor COSTA COSTA: Señor Ministro de Econo-mía y Hacienda, en primer lugar, deseo agradecerle la in-formación que nos ha suministrado; una información, sinduda, densa en su contenido y quizás excesivamente espa-ciada en el tiempo. Si bien es verdad que no se pudo pro-ducir la comparecencia prevista en diciembre, aunque losportavoces obtuvimos alguna información, es tambiéncierto que la acumulación de temas que por sí mismos da-rían lugar a una reunión de esta Comisión, hace difícil-mente debatible en profundidad cada uno de los mismos.Yo no sé si ha utilizado la técnica de contárnoslo todo paraque lo que tiene contenido quede inmerso dentro de la ma-raña de información que nos ha suministrado, pero, encualquier caso, la información que nos ha dado ha sido ex-haustiva y ha pasado bastante por encima de los temas másconflictivos o interesantes para nuestro país y para las de-

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cisiones que su Gobierno, que el Gobierno de España debeadoptar en los próximos años.

Si nos atenemos a los temas de mayor interés, sin des-preciar ninguno, yo intentaría entrar en alguno de elloscomo es, básicamente, el relativo a la Unión MonetariaEuropea, que es el que ha captado la mayor atención a losconsejos del Ecofin desde que usted compareció en estaComisión también para explicar asuntos sobre la UniónMonetaria y el relativo a las perspectivas financieras. Esverdad que en la agenda 2000 hay una previsión de no acu-mular a la vez todos los debates europeos, de seguir un or-den determinado cronológico, de ir solucionando un temadespués de otro, pero se están discutiendo algunas cuestio-nes desde nuestro punto de vista inquietantes, tales comoel desbloqueo, el acuerdo sobre los préstamos del BEI paraacciones de política exterior; los trabajos en los ámbitosdependientes del Ecofin referentes a la Conferencia Inter-gubernamental y el presupuesto de 1998. Yo intentaría en-trar en esas cuestiones con un poquito más de detalle, pro-curando no ser excesivamente extenso en mi exposición.

En cuanto a la Unión Monetaria, el Consejo Europeo deDublín ya fijó básicamente una serie de acuerdos que po-dríamos clasificar en dos aspectos: un calendario de proce-dimientos y la aplicación de los compromisos políticos ad-quiridos en Dublín. Por la información que nos ha sumi-nistrado, vemos que estos calendarios se están cumpliendorazonablemente, por lo que debemos congratularnos. Ra-zonablemente, en el Consejo de Amsterdam se estará encondiciones de cumplir el calendario de compromisos ad-quirido y la aplicación de las decisiones políticas allí adop-tadas, particularmente el pacto de estabilidad. El Gobiernoespañol apoyó una posición que no ha sido la que final-mente se ha acordado, se ciñó muy estrechamente a la po-sición alemana y, finalmente, esta posición no fue exacta-mente aprobada. Además, hay un acuerdo sobre el que, sinentrar a valorar extensamente ahora, deberíamos reflexio-nar cuál es el hecho de que las sanciones se distribuyan en-tre los países in. Yo creo que éste es un elemento muy co-yuntural, en una posición que nosotros compartimos deque España debe estar dentro de los países in. Pero si aten-demos a la filosofía de la Unión Monetaria, seguramente loque hace esto es dificultar todavía más que los países outtengan mayores mecanismos para acceder a la Unión Mo-netaria Europea, con lo cual se debilita de alguna manera(porque los países in serán los que sin duda tendrán unamejor situación económica) la cohesión europea en ese as-pecto. Habría que analizar algún mecanismo para que lassanciones aplicadas por un déficit excesivo sirvan a la co-hesión y no sean devueltas a los países que, de hecho, hansido sancionados. No parece muy razonable que los mis-mos países, los in, los que están sancionados, sean los quese repartan una sanción que es una penalización por un in-cumplimiento de unas condiciones.

Respecto a la Unión Monetaria, nos mostramos deacuerdo con todo lo que se está llevando a cabo y vemosque el calendario se está cumpliendo correctamente, peroquisiéramos hacer alguna reflexión y suscitar algunas du-das que se nos plantean. En primer lugar, la reflexión esque estamos en una buena situación económica —los datos

así lo avalan— y que la misma, curiosamente, es fruto deun año en que el Partido Popular, el Gobierno, no aprobósu presupuesto; es fruto de una política originada en el año1996; por tanto, es fruto de la herencia recibida en granparte por el Gobierno, ya que no quiso aprobar un presu-puesto. Es la base de la actual situación y la base para po-der estar en la Unión Monetaria.

Siendo la situación económica favorable para los inte-reses de España, que nosotros queremos seguir apoyando,queremos felicitarnos, en primer lugar, porque su Ministe-rio haya conseguido que las múltiples dudas, incluso reti-cencias que había en su grupo respecto a ese proyecto deUnión Monetaria Europea, hayan sido superadas y poda-mos ahora estar todos de acuerdo en que éste es uno de losproyectos más interesantes e importantes para nuestro paísen los próximos años.

Las dudas que me surgen respecto al cumplimiento queEspaña va a tener para estar en la Unión Monetaria no loson tanto por el cumplimiento de las cifras en sí mismas enel momento de la entrada, como por el mantenimiento deldéficit en la economía española. Podríamos decir que lasdudas se refieren básicamente a dos cuestiones. Siendocierto que la inflación está en un momento especiamentebueno, es verdad también que quedan flecos en algunossectores donde la inflación está muy por encima de la me-dia (básicamente en servicios, transportes o educación). Yaunque con la revalorización que se está produciendo deldólar podemos tener algunos problemas derivados del en-carecimiento que lógicamente se va a producir en los pro-ductos petrolíferos, es verdad, insisto, que la situación eninflación es buena para nuestro país en términos históricos.

La cuestión que más nos preocupa es el mantenimientodel déficit en términos del programa de convergencia y delllamado programa de estabilidad, que estos días hemosvisto en los medios de comunicación. Es verdad que en elaño 1997 ustedes hacen input importantísimos al pasado,pero también es verdad que son razonables las dudas quesurgen sobre las previsiones de ingresos que se van a nece-sitar para cumplir las que el propio presupuesto establece.Además, en el horizonte inmediato están los mayores efec-tos sobre regularización de balances que ustedes han apro-bado y, por lo que hemos visto en los medios de comuni-cación, ustedes fijan en el plan de estabilidad un creci-miento medio del 3,3 por ciento anual hasta el año 2000,con un déficit público situado en el 1,6 por ciento.

Esto, visto en un cuadro y sin ninguna explicación, eslógico que genere serias dudas. Antes decía algún portavozque ustedes van a tener que realizar recortes presupuesta-rios. Creo que eso no sería suficiente. Lo que nos gustaríaoír del Ministro, para poder seguir apoyando esas políticasque compartimos de integrar a España en la Unión Mone-taria Europea, son los elementos por los cuales España vaa cumplir esas condiciones; cómo se va a producir, qué re-formas se van a impulsar; qué recortes de gasto o qué in-crementos de ingresos van a realizar para que todo estocuadre.

Para fijarnos un déficit del 1,6 por ciento en el hori-zonte del año 2000, necesariamente tienen ustedes que re-cortar lo que se ha llamado el Estado de bienestar, es decir,

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las políticas de bienestar de nuestro país. Sin que se recor-ten esas políticas es prácticamente impensable que se déun escenario de ese tipo, aun con los crecimientos cierta-mente optimistas que ustedes prevén. Éstas serían mis du-das más importantes respecto a la economía española en elaño 2000.

El segundo tema que quería tratar es el de las perspecti-vas financieras. Ya ha dicho usted que las han dejado delado, que han acordado, tal como estaba previsto en laagenda 2000, alcanzada en la cumbre informal de Formen-tor, no acumular el debate de temas que pudieran bloquear-se unos a otros y, por tanto, hacer difícil su resolución. Tam-bién es verdad que se está produciendo ya un debate en mu-chos países de la Unión Europea, debate que se publica enlos medios de comunicación y, por tanto, crea opinión enpaíses de la Unión Europea que no están interesados enmantener algunas de las políticas que hoy son el eje funda-mental de la política europea de nuestro país, tales comofondos estructurales, fondos de cohesión o política agrícolacomún. Yo he leído declaraciones del Ministro de Econo-mía que preside en estos momentos el Consejo Europeomostrando su voluntad firme de que haya reformas radica-les —cito textualmente— en los fondos estructurales, fon-dos de cohesión y política agrícola común. Cuando se hablade reformas radicales, temas que han sido tratados en losconsejos informales y que no son objeto de actas aparente-mente, quisiera saber cuál es la posición del Gobierno es-pañol en esa materia, si puede confirmarnos que esos temasno están siendo tratados en los consejos, ni siquiera en losinformales. En cualquier caso, me gustaría saber qué accio-nes está realizando el Gobierno, porque éste es un elementoque va calando, no sólo en la opinión pública, sino tambiénen los responsables políticos de muchos países que ven enel mantenimiento de esas políticas algún obstáculo en laampliación a los países del Este o en el mantenimiento desu statu quo en la aportación al presupuesto comunitario.Ésos son los temas que le preocupan sin duda a nuestro paísy que deben tener un seguimiento muy estrecho ya que po-drían tener consecuencias muy negativas para España. Res-pecto a esas mismas perspectivas financieras, si me datiempo, entraré después en el tema presupuestario.

En cuanto a la cobertura de los préstamos del BEI, creoque se ha resuelto razonablemente para nuestro país. Hacontinuado el acuerdo ya adoptado en consejos europeosde una distribución política y equilibrada entre el Medite-rráneo y el este de Europa. Se ha conseguido una buenacobertura para América Latina y Asia. Por lo tanto, quere-mos solamente congratularnos de que se haya producidoun acuerdo y de que el nivel de cobertura sea razonable-mente bueno para los efectos que nosotros queremos, quees contribuir a la estabilidad económica, social y a la segu-ridad en las zonas en las que la Unión Europea está inter-viniendo.

Respecto a la Conferencia Intergubernamental, nosgustaría que nos informara específicamente de los temasdel ámbito del Ecofin, concretamente, del empleo, priori-dad política para nuestro grupo y prioridad política tam-bién para la Unión Europea. Queremos saber cómo se estáabordando el tratamiento de este asunto en el Ecofin, si se

está vinculando de alguna manera a la Unión Económica yMonetaria y si hay algún tipo de vinculación a través deorientaciones financieras o de otras líneas políticas que pu-dieran incluir el empleo como uno de los elementos a con-siderar en el futuro en políticas de la Unión Monetaria o enpolíticas estructurales de la Unión Europea. Queremosconocer, por lo tanto, si hay alguna información que nospudiera suministrar al respecto y que nos aclarara estasituación. También dentro de la Conferencia Interguber-namental y vinculado a las perspectivas financieras, que-remos saber si nuestro país está proponiendo que se mo-difique el sistema de ingresos de la Unión Europea parahacerlo más equitativo, más justo, más progresivo, y paraque se vaya sustituyendo el recurso IVA por el recurso pro-ducto interior bruto, lo cual crearía unas condiciones me-jores para nuestro país y más justas para el conjunto de laUnión Europea.

Finalmente, el tema del presupuesto de 1998. Ya ha di-cho el Ministro que está preocupado por la orientación quese está dando a ese presupuesto, que se opone a algunas delas orientaciones que se pretenden dar, lo cual siempre esgrato escucharlo, pero estamos ya en el segundo año en elque se proponen recortes en políticas que afectan de ma-nera importante a nuestro país. Aparentemente, hay algu-nas orientaciones para recortar otra vez los fondos de lapolítica agrícola común, de las ayudas estructurales, en po-líticas internas y acciones exteriores, en esos cuatro ámbi-tos, pero, particularmente, en los dos primeros tienen unaimportancia para nuestro país. Se ha producido ya un re-corte en el presupuesto de 1997, en la ejecución de gastos,en ayudas estructurales, así nos lo ha manifestado ustedmismo hace un momento. Las perspectivas financieras quese acordaron en Edimburgo terminan en el año 1999.Luego, ya no será posible ir posponiendo en el tiempo, in-definidamente, la parte de gastos que no hayan sido com-prometidos por los países miembros. Aparentemente ahíhay un fleco en el que resulta fácil poder extraer algunascantidades suplementarias para otras políticas. Así se haproducido en el año 1997 y parece que es la misma in-tención para el año 1998, con el agravante de que, aparen-temente, lo que se está tratando es de recortar ayudas acereales en la política agrícola común o de hacer un recortenominal, otra vez, en las acciones estructurales de la UniónEuropea. Y todo ello, ¿a qué conduce? Conduce, básica-mente, a una situación en donde las políticas internas decohesión de la Unión Europea se van debilitando, endonde las posiciones más favorables para nuestro paíspierden contenido. Ustedes tienen una fe inmensa en elmercado, nosotros creemos en él, pero no tenemos la fe deque todo lo resuelve. Esas políticas han dado unos frutosmuy importantes para la modernización y la creación deinfraestructuras en nuestro país. Lo que queremos oír desus manifestaciones es que no va a permitir que las pers-pectivas financieras de Edimburgo disminuyan con recor-tes sistemáticos a los presupuestos de la Unión Europeahasta el año 1999 y que usted va a luchar para que esto nosea así.

Ésos son los temas de máximo interés para nuestrogrupo. Efectivamente, en nuestra solicitud de comparecen-

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cia había algunas preocupaciones añadidas sobre los fon-dos de cohesión, ya que estaba en cuestión si España seríasancionada o no por no cumplir con las condiciones paraobtener dichos fondos. Eso se resolvió favorablemente. ElMinistro no ha hecho referencia a ello porque está supe-rado por el tiempo y nos ha explicado cómo se están ges-tionando esos fondos de cohesión que, básicamente, coin-cide con lo que se venía haciendo ya en la etapa anterior,con un nuevo programa para llegar a 1999 y utilizar el con-junto de estos fondos.

Ya le anuncio que vamos a pedirle el máximo de infor-mación y de transparencia en este tema. Creo que es deinterés de todos el que estos fondos se utilicen en su tota-lidad, y mostramos nuestra preocupación respecto a losfondos estructurales en el sentido de que no se están utili-zando todas las posibilidades que daría a nuestro país eseinstrumento, precisamente por las dificultades de cofinan-ciación que pueden tener algunas de estas políticas paranuestro país.

Queremos preguntarle si en el nivel de inversión del Es-tado en estos momentos las previsiones de inversión, sea através de recorte o no, se produzcan por una política espe-cíficamente dirigida a no realizar gasto en inversiones pú-blicas o mediante un recorte explícito de las inversionesprevistas, van a afectar a la posibilidad que esos fondos tie-nen para nuestro país.

Nada más.

El señor PRESIDENTE: Por el Grupo ParlamentarioPopular, tiene la palabra el señor Aguirre.

El señor AGUIRRE RODRÍGUEZ: Bienvenido, se-ñor Vicepresidente, a esta Comisión. Quiero agradecerle lainformación que ha facilitado a todos los grupos. No seréyo, con el reloj en la mano, quien intente mecer más lasomnolencia que se haya podido producir, fundamental-mente por la falta de crítica, porque si algo podemos ano-tar, una vez repasadas y escuchadas las intervenciones delas personas que me han precedido en el uso de la palabra,es que hay que buscar un común denominador, y ese co-mún denominador es la ausencia de críticas. No ha habidocríticas en relación a cómo se están llevando a cabo lasgestiones, la administración y la defensa de los intereses deEspaña en toda la negociación en el marco de la UniónEconómica Europea. No obstante, este portavoz no ha po-dido, por supuesto, tomar nota de alguna voz que tiene elperfil de intentar recuperar posiciones de aislamiento queno sería bueno reproducir. No quisiéramos en ningún casoestar al lado de este tipo de posiciones, y queremos mostrarnuestra frontal oposición a que se pueda volver a repetir enEspaña una situación aislacionista de nuestro entornoeuropeo. Desde luego, no vamos a entrar en este turno ahacer valoraciones de debates que probablemente entraránen breve en esta Cámara, como son los debates concer-nientes al plan de estabilidad; nos vamos a concretar a laintervención del señor Vicepresidente.

El Grupo Parlamentario Popular no puede más que vercon serena satisfacción y optimismo objetivo y fundado elavance que se está produciendo con la presidencia holan-

desa. Mi grupo considera que las precisiones que se estánalcanzando en los temas que se van cerrando poco a poco,sin ningún tinte de hostilidad para los intereses de España,nos hacen pensar que estamos ante un proceso político, porla vertiente de negociación que tiene, y ante un proceso deunión económica que goza de buena salud. No obstante,debo reconocer que la satisfacción se ve reforzada cuandocomprobamos que en España, que hace un año estaba enuna posición difícil ante la convergencia con Europa, algu-nas de esas dificultades están desapareciendo y hoy nosencontramos situados en una sala de espera ante el examende convergencia de la primavera de 1998, donde nuestraposición goza de confianza y credibilidad en los mercados.Sin embargo, debemos significar que no todos los indicioshablan en positivo. Hay que anotar que algunos indicios le-vantan preocupación en este grupo y no podemos dejar demencionar que tenemos que situarlos en las tensiones mo-netarias que se han vivido en las últimas semanas y que cu-riosamente siempre vienen asociadas a declaraciones queestán cuestionando desde Centroeuropa la viabilidad delproyecto, unas veces en torno a los criterios y otras vecesen torno al calendario. En este sentido, mi grupo quiere ha-cer una declaración política reafirmando nuestro compro-miso con el cumplimiento de esos criterios y con el firmecumplimiento —y perdonen la redundancia— del calen-dario.

La presidencia holandesa es sin duda, hoy por hoy, y ala vista de lo que nos ha informado el señor Vicepresi-dente, un período en el que se están logrando serios avan-ces. Aquellos acuerdos de Dublín que todos los gruposparlamentarios de esta Cámara consideraron como una delas cumbres más importantes, el estatuto jurídico del euro,el pacto de estabilidad y crecimiento, el Sistema Moneta-rio Europeo 2, son acuerdos que la presidencia de Holandaestá cerrando prácticamente durante su mandato. Se podríadefinir que los tres aspectos aprobados en Dublín estaránpendientes de una aprobación formal con la sola excep-ción, por lo que hemos podido escuchar, de las resolucio-nes que haya que tomar respecto al SME2 sobre las que laComisión y los ecofines seguirán trabajando. Hemos po-dido anotar que la situación económica del marco europeogoza también de una salud aceptable, con un crecimientoeconómico consolidado. Bien es verdad que podemos en-tender que se trata de un crecimiento económico modestopero suficientemente potenciado. Probablemente sólo ten-dremos que anotar uno de esos elementos que están intro-duciendo un mayor grado de dificultad, que es la situacióndel desempleo en el marco europeo. Coincidimos en que setrata de una situación que no es satisfactoria, y en cambiopodemos anotar que los esfuerzos que se están realizandoen materia fiscal por todos los países están situando a Eu-ropa en el buen camino.

Nos ha parecido oír hablar al señor Vicepresidente delos programas de convergencia de Bélgica, Alemania yFrancia y nos gustaría que hiciera alguna precisión más entorno a estos programas de convergencia, sobre todo en loque concierne al capítulo de deuda pública en el caso muyconcreto de Bélgica, y qué opinión le merece que un paíscomo Bélgica tenga situada su deuda pública en el entorno

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del 130 por ciento. También nos interesaría conocer, por-que ya ha sido publicado por muchos medios de comuni-cación, cuáles son las nuevas políticas presupuestarias queestán alentando Alemania y Francia, donde comienza a na-cer una figura —no diría que novedosa, pero sí digna deser observada— como son las políticas presupuestariasasimétricas, es decir, esas políticas presupuestarias en lasque se produce al mismo tiempo una contención en elgasto y un descenso en la presión fiscal. Nos gustaría co-nocer cuál es la opinión del señor Vicepresidente sobreesas políticas asimétricas en materia presupuestaria queestán llevando a cabo Alemania y Francia. Al Grupo Po-pular le interesa el próximo debate que tendremos en estaCámara sobre el plan de estabilidad, no sólo por el conte-nido, que ya tendremos ocasión de poder abordar aunquehoy algunos portavoces nos han anticipado sus posiciones,sino porque nos interesa ver el ejemplo alemán sobre elpacto de estabilidad que está siendo reflejado de maneramatemática en torno a los Länder, de igual grado de com-promiso para las regiones alemanas y para la nación ale-mana. En ese sentido quisiéramos conocer su opinión so-bre si esta operación que está llevando a cabo Alemaniapodría tener en España algún tipo de traducción para com-prometer no sólo la política presupuestaria de la naciónsino también la política presupuestaria de las comunidadesautónomas en el horizonte de este pacto de estabilidad.

Considero, señor Presidente, que uno de los elementosque más incertidumbre está introduciendo en este procesode convergencia es el grado de compromiso que muestranlos países miembros, sobre todo cuando desde algunas desus tribunas se pone en cuestión alguno de los cumpli-mientos del calendario o de los criterios. Mi grupo tieneque mostrar aquí su satisfacción por la postura firme queha guardado el Gobierno español en relación con las posi-bilidades que tendría un nuevo impuesto sobre la energía,y nos gustaría escuchar al Vicepresidente hablar de lo quehemos tenido que subrayar acerca de que cualquier deci-sión que haya que adoptar en materia de impuestos sobre laenergía tiene que ser adoptada por unanimidad. Quisiéra-mos que nos dé una previsión de cómo puede evolucionarel estudio que se está realizando sobre la implantación deeste nuevo impuesto.

Mi grupo tiene que felicitarse porque se haya logradoque los países que cumplan los criterios y entren en el pe-lotón de cabeza en la Unión Económica y Monetaria, pue-dan todavía ser beneficiarios de los fondos de cohesión.Creo que el considerando número 16 que se ha conseguidoincorporar es un gran logro de la gestión del Gobierno es-pañol y, por tanto, mi grupo lo saluda y felicita por estascuestiones.

Tenemos la impresión de que el Consejo de Europa deAmsterdam va a dejar cerrados multitud de los elementosque quedaron abiertos y pendientes de discusión desde Du-blín y que este Consejo de Europa va a ser la puerta de lafase final del proceso de convergencia. No nos preocupa elcalendario que ha sido expuesto por el señor Vicepresi-dente, en el bien entendido de que hemos podido anotarque todos los mecanismos y los indicadores tendrán queestar dispuestos, y serán puestos a examen, a finales de

abril o principios de mayo. Creo que esta precisión esbuena para el proceso de la Unión Económica Europea,como creo que sería bueno que no se volvieran a repetirningún tipo de declaraciones que pongan en duda algo entorno a este calendario y en torno a los criterios.

Sin más asuntos a los que referirme, simplementequiero reiterar mi felicitación al Gobierno por la muybuena marcha que está teniendo la posición española decara al próximo examen de la primavera de 1997. Migrupo espera con expectación el próximo debate de lo quecreemos que es importante en todo este proceso, que es eldebate del pacto de estabilidad, porque si es importante ac-ceder en la primera fase, consideramos que es más impor-tante conocer cuáles van a ser las condiciones de manteni-miento en la Unión Económica y Monetaria y cuáles van aser las derivaciones en lo que no dudamos va a empezar aser un debate en torno a la posible armonización de políti-cas fiscales y de cobertura social.

El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Vi-cepresidente.

El señor VICEPRESIDENTE SEGUNDO DEL GO-BIERNO Y MINISTRO DE ECONOMÍA Y HA-CIENDA (De Rato y Figaredo): Gracias, señor Presi-dente, señores Diputados. Quiero, ante todo, agradecer eltono, como no podía ser de otra manera, de todas las inter-venciones y el detalle con las que éstas se han producido.

Me gustaría en esta segunda intervención poder aportar,desde mi punto de vista, las matizaciones a mi propiaintervención, que han suscitado dudas en SS. SS., y res-ponder a aquellas cuestiones que han sido planteadas porSS. SS. en nombre de sus grupos parlamentarios.

Se ha planteado el tema del destino de las multas en va-rias intervenciones. Quisiera insistir primero en que lasmultas se producen al tercer año del mantenimiento de undéficit excesivo y el criterio general que se está planteandoes que los países que pueden ser multados son aquellos quevan a recibir el retorno de las multas. Aquellos países quenunca pueden ser multados, porque no son parte del euro,no recibirían el retorno de las multas. Las multas, en cual-quier caso, tienen que comprender SS. SS. que son un in-greso extraordinario del presupuesto comunitario, que noestará previsto en los acuerdos de las perspectivas finan-cieras del año 1999 y siguientes y que, por tanto, será undinero extra, si quieren llamarlo así. Parece lógico que elpaís multado no reciba el dinero. Quiero decir que entre lospaíses in el que no va a recibir el dinero es el multado, por-que ya comprenderán ustedes que esto carecería de dema-siada lógica. Por tanto, el universo de los países beneficia-rios de esas multas sería el de los países que pueden sermultados pero que no lo han sido y que, por tanto, sí estáncumpliendo los criterios de estabilidad, los planes de esta-bilidad.

¿Cuál es el destino lógico que yo creo que va a haber?Creo que va a ser un extorno que van a recibir esos países,que además tiene su lógica. Pensemos: España, miembrode la Unión Económica y Monetaria, está haciendo un es-fuerzo presupuestario. Otro miembro de la Unión Econó-

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mica y Monetaria no lo está haciendo. España es un paísque puede ser multado, pero no lo es porque cumple consus obligaciones y, sin embargo, es perjudicada, junto conlos demás miembros que cumplen con sus obligaciones dela Unión Económica y Monetaria, por un país que tiene undéficit excesivo y, por tanto, compromete la política mone-taria de los países euro. En ese sentido, España y los demáspaíses euro que cumplen con su compromiso reciben ensus presupuestos un extorno que sería la consecuencia dela multa que se le impusiera al país euro que no hubieracumplido. La posibilidad de que ese extorno fuera a todoslos países, también a los no miembros del euro, parece queno tiene respaldo en este momento y quiero decir que meparece lógico que no lo tenga. Piensen ustedes que hay paí-ses que no quieren formar parte del euro por razones polí-ticas absolutamente legítimas pero que claramente han di-cho que tienen una cláusula de opt out. Y hay otros paísesque aunque quieran pueden encontrarse con dificultadespara serlo. Esos países nunca podrían ser multados. Portanto, no parece lógico que puedan estar sometidos a loque pudiera ser un extorno, que vuelvo a insistir —aunquehe visto que ha llamado mucho la atención de SS. SS.—que es un extorno al tercer año de déficit excesivo. Portanto, no creamos que ahí se va a producir una acumula-ción de loterías imprevisibles, no lo creo. Pienso que si hallamado la atención a SS. SS. es porque debe llamárselapero no me parece que tengamos que fijarnos en este temapara resolver problemas que también han sido planteadosrespecto a las perspectivas financieras. En este momentodigamos que hay prácticamente una unanimidad sobre es-tos criterios, es decir, que las multas cuando se generen re-viertan a los países que pueden ser multados y que no lohan sido y se está buscando la fórmula de conseguir ese ca-mino. El que si eso formara parte de políticas comunitarias—ha sido planteado al final por el Grupo Socialista, perolo incorporo ahora—, tendría que ser aplicado a todos lospaíses, incluidos los que no quieren ser parte del euro, pa-rece que no tiene respaldo en este momento. Parece que lomás lógico y lo que en este momento tiene más respaldo esque esto repercuta en los países que cumplen sus objetivosde estabilidad y que son perjudicados, porque no sólo hayque tener en cuenta que las multas deberían —hay un con-senso generalizado— ser un retorno para los países quepueden ser multados, es que además de ser los multadosson los perjudicados, porque no olvidemos que los paísesque tienen ya una moneda común y que tienen, por tanto,una política monetaria común y unos tipos de interés co-munes se ven perjudicados porque hay un país que nocumple sus criterios de déficit y, por tanto, desestabiliza lapolítica monetaria común. O sea que no sólo son los paísesque pueden ser multados, es que son los únicos que puedenser perjudicados, porque los demás países al no tener unapolítica monetaria común se encuentran con que el hechode que haya un déficit excesivo en un país euro ni lesafecta ni les compromete. Ésa es la posición —y he reco-gido las opiniones de SS. SS.— en la que se mueve en estemomento el Ecofin, respaldada tanto por los países quepretenden formar parte del euro como por los países que nolo pretenden o por algún país que en este momento plantea

esa pretensión a medio plazo, que creo que tiene una ciertaracionalidad.

Siguiendo con las intervenciones de la portavoz deEusko Alkartasuna, la señora Lasagabaster, la discreciona-lidad del Consejo existe, es decir, el Consejo toma decisio-nes teniendo en cuenta todos los elementos que quiera. Esverdad que la declaración institucional que se ha acordadoimplica una voluntariedad política de los países miembrospara cumplir el procedimiento de déficit excesivo, pero noes menos cierto que en concreto el artículo 104 del Tratadoclaramente introduce amplios criterios de discrecionalidadpolítica. Por tanto, el Consejo tomará sus decisiones enfunción —y creo que se dice textualmente en el Tratado—de todos los elementos que tenga a su alcance, como sonlos informes de los países, los informes de la Comisión, in-forme del Ecofin y lo que al Consejo en ese momento leparezca. Es verdad que el Consejo tiene ya una serie de de-claraciones y sobre todo va a tener una declaración que dealguna manera indica un deseo de cumplir, salvo en cir-cunstancias que el Consejo apreciará, los procedimientosestablecidos para el déficit excesivo. Pero, en cualquiercaso, el Consejo mantiene su discrecionalidad política.Éste ha sido un tema crucial desde el punto de vista polí-tico —creo que el tema más importante—, y pienso que esun tema no sólo legalmente lógico sino que además, desdeel punto de vista político, me parece imprescindible.

Los informes de la Comisión no son vinculantes. Nadaes vinculante, puesto que el Consejo toma sus decisionespor razones políticas; lo que sí es cierto es que estamos enun mundo real, es decir, los países que cumplan sus crite-rios o los que no lo cumplan. Pensemos además que laUnión va a seguir existiendo y, por tanto, las decisiones setomarán dentro de lo que ha sido un juego de entendi-miento entre los países miembros. Tampoco son vinculan-tes los informes de los parlamentos; es decir, no está pre-visto que los parlamentos nacionales informen, lo que pasaes que parece lógico que cuando se produzca el debate delParlamento Europeo, cuyo informe no es vinculante peroque es un debate que seguramente va a pesar políticamentesobre el Consejo, habrá muchos países que hagan un de-bate. Algunos están obligados legalmente a producir esedebate y me da la sensación, me atrevería a decir, que po-líticamente todos los países van a producir un debate sobreesta cuestión. Me parece difícil pensar que no se va a pro-ducir un debate sobre el momento de la entrada en laUnión Económica y Monetaria que SS. SS. piensen que vaa suponer no sólo la posición de cada uno de los países,sino la posición que nosotros tendremos con respecto a losdemás países. En ese sentido me parece que incluso algu-nas de las preguntas de SS. SS. en este caso ya indican queSS. SS. están interesadas en cuestiones concretas de otrospaíses. El Parlamento Europeo es escuchado —sigo consus preguntas, señora Lasagabaster— en el tema de losnombramientos del Banco Central Europeo, pero la deci-sión es del Consejo, como es escuchado el Instituto Mone-tario Europeo.

Los fondos de cohesión son fondos nacionales. Es ver-dad que hay acuerdos políticos, establecidos en los años1994 y 1995, en los que el Gobierno central acuerda, con

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ayuntamientos y comunidades autónomas, asignar unascantidades globales a proyectos que le presentan directa-mente ayuntamientos y comunidades autónomas, proyec-tos que no han sido territorializados y que son elegidos enfunción de su calidad. Ése es el criterio que había hastaahora y es el criterio que este Gobierno ha mantenido.Además, parece lógico que los fondos de cohesión seannacionales, puesto que es el presupuesto nacional el queaporta fondos a la Unión Europea, no son los presupuestosterritoriales de comunidades autónomas y ayuntamientos.Por lo tanto, parece lógico que sea el presupuesto nacionalel que pueda beneficiarse. También parece lógico que elEstado central no sólo responda a sus criterios políticossino que esté dispuesto a aceptar prioridades políticas enmedio ambiente y en redes de transporte transeuropeas,aunque ése es un tema más delicado, que también se estásolucionando, de las comunidades autónomas y de losayuntamientos. Creo que en estos momentos hay una si-tuación satisfactoria, entendiendo siempre que éstos sonfondos nacionales y que hay una parte que está asignadapor acuerdos del Consejo de Política Fiscal y Financiera apropuesta de las comunidades autónomas, aunque tam-poco territorializadas. Supongo que cada Gobierno trata demantener un equilibrio al final del proceso. Éste será unproceso protagonizado por dos gobiernos de signo dis-tinto; espero que, cuando finalice el proceso en el año 1999podamos mostrar que ha habido un equilibrio entre comu-nidades autónomas, pero no existe un criterio de reparto delos fondos de cohesión y se ha mantenido el criterio delGobierno anterior de que esos fondos se asignan a las co-munidades autónomas en función de la calidad de los pro-yectos. No está previsto en este momento, en los fondos decohesión, la financiación de Madrid-Dax. Por tanto, no esuna de las previsiones planteadas en este momento.

El señor Mardones, de Coalición Canaria, me plantealos temas referidos al REF y a la ZEC. Quisiera decir queeste tema no es debatido en los ecofines, es un tema deba-tido entre el Gobierno español y la Comisión. En ese sen-tido, quiero insistir en que el Gobierno ya ha transmitidoclaramente a los comisarios más involucrados en estetema, los señores Van Miert y Monti, que considera estetema prioritario, que además no estamos ante unas ayudasnuevas, que la situación fiscal de Canarias siempre ha sidodistinta de la de la Península, y, en ese sentido, estamosante una novación o una situación de puesta al día de ins-trumentos fiscales que ya existían en la relación internafiscal española. Por tanto, no estamos ante un programa denuevas ayudas. El segundo principio que hemos introdu-cido es el de las zonas ultraperiféricas, que son reconoci-das en la Unión y también en la propia Conferencia Inter-gubernamental, de la que Canarias es un claro ejemplo.

El tercer principio que hemos introducido es que hayprecedentes en la Unión Europea, como es el caso de Ma-deira o de Irlanda, y hay otros precedentes menores, peroque también nos están sirviendo para discutir esta cues-tión. Desde luego, nosotros hemos transmitido, como sabeel Gobierno canario, que éste es un tema de máxima im-portancia para el Gobierno español, que lo estamos si-guiendo muy de cerca. Creo que la fase de intercambio de

papeles técnicos está a punto de finalizar, si no ha finali-zado ya, y espero que en las conversaciones que mantene-mos con los comisarios Van Miert y Monti podamos llegara un acuerdo, pues soy plenamente consciente de la impor-tancia de disipar incertidumbres sobre este tema.

El señor Gangoiti me ha planteado algunas cuestionesque paso a contestar. También me ha hablado de las mul-tas. Vuelvo a insistir en el criterio que en este momentogoza del máximo consenso, que además creo que es el quetiene sentido. Me ha planteado la fijación del tipo de cam-bio. La fijación del tipo de cambio no está decidida, es untema que está por debatir en este momento. La posibilidadde que nos encontremos ante países que produzcan deva-luaciones en sus monedas para estar en una mejor situa-ción de tipo de cambio me parece difícil, primero, porqueno creo que el tipo de cambio sea el del día anterior aun-que, vuelvo a insistir, este tema no se ha debatido. Habráque buscar una fórmula por la cual el tipo de cambio reco-nozca la realidad de una economía, independientemente delas situaciones de los mercados muy cerca de la fecha. Enese sentido, no es fácil que los países miembros vayan aaceptar situaciones absolutamente coyunturales. Segundo,y hablando desde nuestro punto de vista, nuestra situaciónde mucha estabilidad cambiaria se ha mantenido a lo largodel último año o del último año y medio y, al mismotiempo, está coincidiendo con una capacidad de exporta-ción de nuestra economía extraordinariamente importante.Quiero recordar a los señores miembros de la Comisiónque los datos del último mes de febrero con respecto a ven-tas a la Unión Europea son extraordinariamente altos, losmás altos desde que nos incorporamos al Mercado Comúnen el año 1986. En ese sentido, también hay que poner derelieve que se produce en un momento en que los principa-les clientes, como son los países centrales o grandes, no es-tán en su mejor momento económico o están todavía en unprincipio del ciclo y, sin embargo, la penetración españolaes considerable, lo cual demuestra que la competitividadde nuestra economía está creciendo por fórmulas muchomás estables y sanas, como son las reformas estructuralesy la disminución de los desequilibrios, mucho más que porel tipo de cambio. En cualquier caso, éste es un tema pen-diente de debate, que sin duda es muy importante y al queel Gobierno español dedica y va a dedicar una gran aten-ción. Vuelvo a insistir en que creo que en ningún caso nin-gún país va a pretender que sea el tipo de cambio del díaanterior. Creo que ésa es una posición difícilmente mante-nible por razones obvias. El día anterior puede haber mo-vimiento de mercados muy marcados que desvirtúen abso-lutamente la posición de los países en una dirección y enotra.

En cuanto al redondeo, no creo que debamos tener unagran preocupación. El redondeo va a ser de hasta seis déci-mas, por tanto bastante amplio. No veo que vaya a afectardirectamente a la inflación y va a haber monedas de 20 yde 10 céntimos. Por tanto, no vería grandes problemas enla cuestión del redondeo.

Coincido con el señor Gangoiti en el sentido de que laliberalización y la desregulación es un tema esencial. Qui-siera recordar a la Comisión que el Gobierno, el pasado

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mes de febrero, aprobó un calendario de liberalización ydesregulación para el año 1997, con medidas concretasque el Gobierno está cumpliendo en función del calenda-rio. Creemos que es un plan de liberalización que afectaprincipalmente a sectores energéticos, telecomunicacionesy al sector del suelo. El Gobierno ya ha insistido en su pre-ocupación por la evolución que puedan tener los precios dealgunos servicios, y estamos vigilantes en esa cuestión.Coincido ampliamente con el señor Gangoiti, primero, enque la sostenibilidad de nuestro proceso de convergenciaestá en la liberalización y desregulación de mercados. Porejemplo, uno de los temas que en este momento se está po-niendo sobre la mesa, un acuerdo para una mayor liberali-zación de nuestro mercado laboral, es un elemento esen-cial, que sin duda se suma a otras cuestiones como las quese refieren a los adelantos que el Gobierno ha planteado yaprobado respecto a las telecomunicaciones, adelantandolos plazos de liberalización total a las privatizaciones tota-les, como es el caso de Telefónica, y a los procesos gene-rales de desregulación en los mercados energéticos que sedesprenden del nuevo protocolo eléctrico.

En cuanto al Fondo de Cohesión, tiene vigencia hasta elaño 1999. En el caso de Irlanda, me pregunta S. S. qué su-cedería si Irlanda antes de 1999 superara el 90 por cientode renta, tengo la impresión de que no sucederá mucho,porque seguramente Irlanda estará haciendo lo que esta-mos haciendo todos los países, que es mandar proyectosplurianuales que garanticen suficientemente el cumpli-miento y la absorción del fondo de cohesión. No descubroningún secreto si les indico a SS. SS. que el año 1999, da-dos los plazos que tiene normalmente la Comisión paraaprobar un proyecto de medio ambiente o de redes trans-europeas, no es el momento de presentar los planes. Éstos,como muy tarde, se presentarían en 1998. Eso es lo que no-sotros estamos haciendo y seguramente también los demáspaíses. Por tanto, creo que la suspensión de los fondos decohesión asignados a Irlanda, en el caso hipotético de queen la primavera de 1999 llegase al 90 por ciento de la rentaeuropea, seguramente sería una declaración formal másque en otro sentido. Si se produjese esa situación, en cual-quier caso nosotros tendríamos derecho a nuestro porcen-taje del total de los fondos de cohesión. Me da la sensaciónde que estamos ante una discusión más teórica que prác-tica. Otra cosa es cuál sea la discusión de las políticas decohesión social a partir de 1999, que ha sido planteada porotros portavoces y a la que me referiré más adelante.

El señor Homs me ha expuesto algunas cuestiones quepaso a comentar y que creo que son de interés general. Unade ellas es vincular la Conferencia Intergubernamental conla negociación de la UEM. No están vinculadas y, portanto, no es tan fácil vincular formalmente una cosa con laotra. Los acuerdos sobre la Conferencia Intergubernamen-tal provienen de otros acuerdos de los diversos consejos,como los de la UEM. Son, en principio, repito, dos proce-sos paralelos pero no vinculados.

¿Cuál será la evolución en el tiempo? Si me preguntanSS. SS. si la Conferencia Intergubernamental va a acabarsus trabajos en junio de 1997, en este momento no me atre-vería a pronunciarme. Debemos de tener en cuenta, por

otra parte, que hay un país que va a tener elecciones prác-ticamente a principios de mayo, puede haber un cambio degobierno y en su política. Me refiero a Gran Bretaña. Vere-mos cuál es su posición en la Conferencia Interguberna-mental. También hay otros países que por razones no elec-torales sino de fondo tienen posiciones sobre la citada con-ferencia. No me atrevo a pronunciarme en este momentosobre si la finalización es la prevista o si continuará du-rante la presidencia de Luxemburgo. Lo que veo muy difí-cil de plantear políticamente, y que haya un acuerdo entrelos países, es vincular el proceso de Unión Monetaria conel proceso de Conferencia Intergubernamental. Las estra-tegias que cada país tenga seguramente son otra cuestión,pero me parece que la vinculación formal de un proceso aotro en este momento es absolutamente imposible, inde-pendientemente de si debió de serlo o no, si era satisfacto-rio o no para los intereses de unos y de otros.

El señor Homs ha mencionado el programa de estabili-dad español. Quiero decirle que está siendo discutido conlas comunidades autónomas y será aprobado por el Go-bierno en fechas próximas. Y está siendo discutido con lascomunidades autónomas por razones obvias, porque unaparte del déficit público les compete, y el Gobierno, comoes natural, quiere conocer su opinión. El señor Homs ha di-cho que era optimista y posible. Hablar sobre optimismo ypesimismo es siempre una discusión de difícil concreciónpolítica. Probablemente es el menos optimista de los quehemos conocido. Hemos conocido programas mucho másoptimistas. Los crecimientos medios del PIB de los pro-gramas anteriores eran superiores al que ahora se prevé. Larealidad de la que se partía y que se describía era absoluta-mente distinta de la de ahora. Para que seamos más cons-cientes de eso, le indicaré que la característica de los dosprogramas de convergencia anteriores era que las realiza-ciones y los logros se daban siempre al final del período yen éste va a ser justamente al contrario. Por tanto, el com-promiso político del gobierno que lo presenta va a ser bas-tante más fuerte en este caso que en otros anteriores, en losque su consecución siempre se fiaba a la última parte delperíodo. Probablemente esto tiene que ver con que nuncase hayan cumplido por los gobiernos que los presentaban.En cualquier caso, ése es un debate que indudablementenos va a llevar tiempo. El Gobierno lo aprobará, lo remitiráal Parlamento para su debate, como se ha producido enocasiones anteriores, y conoceremos entonces la posiciónde los diversos grupos parlamentarios sobre el tema.

La reducción del déficit público ha sido planteada porel señor Homs respecto a actuar de forma cautelosa bienpor problemas que puedan tener bien las comunidades au-tónomas, bien por políticas compartidas como la sanidad.Yo quiero poner de relieve, primero, que en los cuadrosque han sido conocidos públicamente está claro que el Go-bierno prevé una reducción del déficit público con un man-tenimiento importante de las políticas sociales como con-secuencia de una nueva situación de la economía española,que no es nueva desde el punto de vista del año 1997, perosí respecto a 1996. Somos una economía que está cre-ciendo hacia el 3 por ciento con muy baja inflación y conuna contención del gasto público que permite la reducción

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del déficit público. Esta circunstancia es nueva respecto alpasado pero no al presente. Por eso, prever un plan de con-vergencia en el que sucedan ese tipo de cosas, a este Go-bierno le parece simplemente responder a su propia polí-tica económica, que ya en este momento está produciendoese tipo de efectos. Por tanto, SS. SS. conocerán seguro elplan de convergencia del Gobierno, pero les anuncio quelo que va a contener es la política económica que ya esta-mos realizando. No vamos a traer aquí un plan de conver-gencia para asegurar a SS. SS. que haremos otra políticaeconómica para conseguirlo. Ese ejercicio ya lo hemos he-cho en otras ocasiones; nunca nos ha servido para nada,hablo desde el punto de vista de los españoles, y creo quees mejor ir a otro en que un gobierno presente un plan deconvergencia que engarce con su política actual, no con laque dice que va a hacer dos años más tarde.

Desde el punto de vista de la sanidad, quiero insistir enque en 1997 el Gobierno ya ha aumentado su financiaciónpor encima de lo que eran los compromisos a los que es-taba obligado; no sólo ha aumentado la sanidad por la evo-lución del PIB, sino que ha aumentado 75.000 millonesmás. Y respecto a los acuerdos que son objeto de debate enesta Cámara, yo no quisiera ahora anticiparme, pero sinduda la evolución del gasto sanitario tendrá que ver con losíndices de su propia evolución, y el Gobierno espera lasconclusiones de la Comisión de Sanidad para efectuar eldebate acerca de cuál deba ser la base sobre la que se esta-blezca el gasto sanitario. Como el señor Homs estaba pre-ocupado porque nosotros lo estuviéramos a nuestra vez poreste tema, quiero transmitirle, cosa que él ya sabe, que enel año 1997 hemos demostrado nuestra firme voluntad deasegurar una financiación de la sanidad pública suficienteque garantice las prestaciones a los ciudadanos.

Respecto a las comunidades autónomas, se está lle-gando a acuerdos en tiempo y plazo con todas ellas sobrela financiación autonómica. Algunas no están de acuerdocon un determinado sistema de financiación, pero en cual-quier caso hay un sistema nuevo de financiación de las ad-ministraciones públicas de régimen común. Y lo que síquisiera poner de manifiesto es que la evolución de la fi-nanciación de las comunidades autónomas va a ir ligada alcrecimiento del Impuesto sobre la Renta de las PersonasFísicas o de una cesta de tributos que sin duda les va a si-tuar en crecimientos de su financiación similares a los quetenga el Estado, por tanto, en un sistema de financiaciónmejor que el que había hasta este momento. Eso indica queel mayor esfuerzo de reducción del déficit público, ya enlos propios programas que el Gobierno ha ofrecido y en losque está trabajando, no recaen sobre las administracionesterritoriales, sino sobre el Estado central. En ese sentidome parece que aunque deba haber un esfuerzo coordinado,conjunto, como el que ha habido hasta ahora, los objetivosde reducción del déficit público por unos y por otros van aser equilibrados y claramente el Estado central va a hacerun esfuerzo yo diría que sustancial en ese tema.

Quisiera poner de relieve a SS. SS., porque creo que esun tema importante, que cuando hablamos de reduccionesdel déficit público en términos de PIB no estamos ha-blando en términos monetarios. Algunas veces, cuando se

ven estos cuadros, puede darse esa confusión. Cuando ha-blamos de reducciones de déficit público en términos dePIB podemos estar hablando, y estamos hablando real-mente, de aumentos del gasto público en términos moneta-rios. Nosotros esperamos que la evolución de la inflaciónen España en los próximos años permita aumentos degasto público un poco superiores al aumento de los pre-cios, lo que supone que la combinación de crecimientoseconómicos sostenidos en la línea en la que estamos eneste momento, con reducciones de los precios y conten-ción del gasto, pueda dar una mezcla de política econó-mica en la cual podamos reducir el déficit público sin au-mentar la presión fiscal y, al mismo tiempo, mantener laspolíticas de cohesión. Esto que les describo es lo que estápasando en el año 1997 y puedo decirlo con la seguridadde quien lo está realizando y no lo plantea simplementecomo un ejercicio hacia el futuro de posibilidades o sim-plemente de voluntarismo.

Desde el punto de vista de las sanciones y la distribu-ción de las mismas entre las administraciones públicas, elseñor Homs ha planteado este tema, y yo quiero recordar aSS. SS. que en el Consejo de Política Fiscal y Financieradel mes de enero hubo un acuerdo por unanimidad de todaslas administraciones, las autonómicas y la nacional, pararespaldar los criterios que tienden a una estabilidad macro-económica conseguida a través de una estabilidad presu-puestaria, y también para establecer un sistema de déficitexcesivo en el cual ya está trabajando el Consejo de Polí-tica Fiscal y Financiera en una comisión creada al efecto elpasado mes de enero. Por tanto, debemos ser conscientesde que hay una voluntad por parte de las administracionesterritoriales españolas de someterse a unos criterios de dis-ciplina presupuestaria, por cierto voluntad que no ha sur-gido ahora, sino que ya surgió en los actuales planes deconvergencia, y que los mayores incumplimientos de esosplanes de convergencia, desde el punto de vista del déficitpúblico, no han venido en el pasado de las administracio-nes territoriales, y aunque no sea mi función defenderlasen este momento sí quiero decir que la Administracióncentral ha incumplido en más ocasiones, no en el año 1996ni en el año 1997, pero sí en ejercicios anteriores. En estemomento creo que el Consejo de Política Fiscal y Finan-ciera tiene su expresa intención de someterse a los criteriosde estabilidad y de establecer un procedimiento de déficitexcesivo interno en España, y habrá que ver cuáles son lasconclusiones a las que llega la voluntad del Gobierno cen-tral y de las administraciones territoriales.

Creo que tanto en el caso del PNV como de CiU me hanhecho preguntas sobre el tema de Bélgica que también mehan hecho después algunos otros portavoces. Los progra-mas de convergencia de Bélgica prevén una evolución dela deuda desde el 124.1 en el año 1998 al 117.8 en el año2000. Prevé, por tanto, una evolución del déficit públicodesde el 2 por ciento en el año 1998 al 1,1 en el año 2000;un crecimiento del PIB del 2,6, 2,7 y 2,5, y un superávitprimario muy fuerte, del 6,2, del 6,5 y del 6,5, imprescin-dible para un país que tiene este nivel de deuda pública yque por tanto necesita niveles de superávit primario extra-ordinariamente fuertes. Éste es el escenario macroeconó-

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mico probable, hay otro denominado prudente por parte delas autoridades belgas que paso a comentarles, en el cual ladeuda pública bajaría no a 117, sino a 120 en el año 2000,el crecimiento sería lineal del 2 por ciento y el déficit pú-blico se quedaría en el 1,4 en el mismo año, en vez de en el1,1 en el escenario probable, como situaban anteriormente.Eso por lo que se refiere al caso belga.

El señor Homs ha hecho algunas referencias a las pers-pectivas financieras y a los fondos de cohesión en el futuroque también ha hecho el señor Costa y que voy a contestarcuando me refiera a la intervención del señor Costa.

Paso a comentar la intervención del señor Alcaraz, quedice de entrada (cosa que por otra parte su grupo ha dichoen muchas ocasiones y él mismo en esta Comisión, al me-nos que yo recuerde) que no comparte el proceso de con-vergencia ni la modestia de la Conferencia interguberna-mental. Partimos de posiciones no coincidentes con res-pecto al proceso de convergencia y también plantea que sugrupo va a pedir un referéndum sobre la Unión Económicay Monetaria. Yo quisiera decir que mi grupo tampoco com-parte esa previsión. Creemos que el debate sobre la UniónEconómica y Monetaria, como el del Tratado de Maas-tricht, deben ser debates que se produzcan en el Parla-mento, que es donde están los instrumentos posibles paraplantearlos. Probablemente los españoles ya tenemosconstancia de que el sistema de referéndum no siempreproduce los efectos que se solicitan de él. En cualquiercaso, hay una voluntad, que ya está expresada en la vota-ción del Tratado de la Unión, de formar parte de la UniónEconómica y Monetaria, puesto que España no han plan-teado en la negociación del Tratado de Maastricht unacláusula op-out ni ha sido planteada en el Parlamento es-pañol; por tanto, nosotros, en principio, formamos partedel grupo de países que en el año 1999, y si cumplimos losrequisitos, que los vamos a cumplir, formaremos parte dela Unión Económica y Monetaria, no como otros países,como es el caso de Dinamarca y de Inglaterra, que clara-mente habían dicho ya en la negociación del Tratado deMaastricht que, independientemente de su cumplimientode los requisitos, querían estar liberados de la situación au-tomática de formar parte de la Unión Económica y Mone-taria.

En resumen, hay una decisión en esta Cámara del Tra-tado de Maastricht, votado ampliamente, que indica esavoluntad, y por consiguiente plantear un referéndum eneste momento es una decisión política que yo, como es na-tural, respeto, pero que no comparto, entre otras cosas por-que la decisión política ya está tomada por esta Cámara, ytengo la impresión de que además será ratificada si Españacumple las condiciones, de manera política, aunque legal-mente nosotros tenemos ya un compromiso en el Tratadode Maastricht, que fue aprobado parlamentariamente conuna amplia mayoría y que ha sido ratificado en sucesivaselecciones generales por los partidos que llevaban comouno de sus objetivos primordiales en sus programas la con-vergencia en la Unión Económica y Monetaria para Es-paña. En cualquier caso, cuando su grupo plantee el refe-réndum, ya tendremos un debate sobre el mismo, no sé siconmigo, con los grupos o con el Gobierno y los grupos,

pero en cualquier caso yo ya le adelanto cuál es la posicióndel Gobierno.

Ha dicho que en terreno monetario hay una convergen-cia, pero no en el político. Yo discrepo de su señoría. Eneste momento hay una convergencia en el terreno moneta-rio; nuestros tipos de interés están bajando, pero hay unaconvergencia clara en el terreno real; nuestra inflación estábajando; nuestro déficit público se está aproximando al delos países más estables; nuestro crecimiento es superior alde los países más estables, y nuestra creación de empleo essuperior a la de los países más estables. La intensidad de lacreación de empleo en España en este momento, del 2 porciento, es bastante superior a la de otros países, por tanto,S. S. puede tener las valoraciones políticas que quiera, fal-taría más, pero desde luego desde el punto de vista econó-mico no podemos coincidir al decirme que estamos sim-plemente en un proceso de convergencia monetaria, paranada; estamos en un proceso claro de convergencia realdesde el punto de vista de las realidades macroeconómicasde nuestro país.

La economía española es hoy una economía muchomás estable de lo que era hace muy poco tiempo, y no sóloes mucho más estable desde el punto de vista macroeco-nómico, sino que los ciudadanos perciben que hoy un au-mento de negociación salarial del 3 por ciento supone unaganancia de poder adquisitivo, y me parece que eso sí esimportante. Y que los pensionistas españoles en 1996 hanganado poder adquisitivo como consecuencia de que la in-flación ha sido inferior a la prevista. En ese sentido me pa-rece que estamos ante ganancias reales y que el ritmo decreación de empleo en el último trimestre de 1996 y en elprimero de 1997 demuestra claramente que estamos anteuna intensidad de creación de empleo notable y muy su-perior a la de nuestros competidores europeos. Por tanto,S. S. puede hacer las valoraciones políticas que quiera,para eso estamos, pero desde el punto de vista económicono puedo coincidir en que estamos simplemente ante unaaproximación monetaria, si es que se refiere a tipos de in-terés.

En cuanto al clima político, yo creo que en este mo-mento la estabilidad del Gobierno es máxima y, por tanto,no sé qué determina el clima político más que la estabili-dad del Gobierno. A partir de ahí, las divergencias políti-cas me parecen —no sé si la palabra es imprescindibles—lógicas; los partidos no coincidimos, especialmente losque están en la oposición y los que están en el Gobierno,pero me parece que el clima político no puede ser más es-table.

Respecto a adelanto de campañas electorales, no sé enqué se basa S. S. para prever un adelanto de campañaselectorales a nivel nacional. Si se refiere a otro tipo decampañas electorales, comprenderá que yo no puedo haceren este momento, desde el punto de vista nacional, nin-guna valoración sobre esas cuestiones, que competen aotras administraciones y a otros parlamentos.

Creo que esto ya lo discutimos en mi última compare-cencia, no estamos ante un ajuste permanente. Estábamosantes ante políticas de ajuste permanente porque estába-mos permanentemente desajustados. Las políticas de ex-

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pansión de la demanda a base de déficit públicos crecien-tes, de falta de regulación y de falta de liberalización demercados nos han llevado a los españoles a vivir perpetua-mente en ajustes que nunca producían efectos, porque es-tábamos siempre desajustados. En este momento nuestrasrentas crecen por encima de la inflación, la economía estáajustada y estamos creciendo en empleo y en crecimientodel producto interior bruto por encima de nuestros compe-tidores. Por tanto, no estamos en ningún ajuste. Si a lo queS. S. llama ajuste es que el déficit público en España de-crece, sí, pero eso no me parece una política de ajuste, sinouna política imprescindible para crear empleo. Me pareceimposible crear empleo en este momento, no ya en Europasino en el mundo, con políticas en las que el déficit públicocrezca, porque automáticamente tendrá usted desajustes, ysi tiene usted desajustes, antes o después tendrá que inten-tar ajustarlos. Ahí es donde vienen las políticas de ajustes.Por tanto, no espere S. S. políticas de ajuste del Gobiernodel Partido Popular. Puede esperarlas de otros. Si la expe-riencia es la madre del conocimiento, la experiencia nospuede decir que hay otros que sí nos han llevado a políticasde ajustes. El Partido Popular no está en una política deajuste. Estamos en una política de estabilidad macroeconó-mica, que es la que nos puede permitir crecer establementea lo largo de los próximos años, crear empleo y ademásmejorar el poder adquisitivo de nuestros ciudadanos. Enese sentido, no estamos ante ajustes duros ni ajustes per-manentes ni nada parecido. El sector público está redu-ciendo el déficit público y eso me parece extraordinaria-mente positivo para la credibilidad y para el bienestar delos ciudadanos. Con un presupuesto tan estricto como eldel año 1997, quiero recordar a S. S., y especialmente alseñor Alcaraz, que ni pensiones ni sanidad han sufrido nin-gún tipo de recorte. Además, cuando debatamos el pro-grama de convergencia y de estabilidad del Gobierno po-dremos ver claramente lo bueno que es para la cohesiónsocial interna y para las políticas de solidaridad tener eco-nomías estables.

¿Hay una transferencia de soberanía al Banco CentralEuropeo? La hay, es cierto. Pero ha habido una mayoríaparlamentaria en esta Cámara que es partidaria de esatransferencia de soberanía en un proceso de integracióneuropea. ¿Por qué somos partidarios? Voy a poder contes-tarle al menos en nombre del Gobierno. Porque si la eco-nomía europea quiere tener una identidad propia que seareflejo de su peso internacional, claramente tiene que tenerun proceso de integración financiero y real creciente. Laúltima semana nos demuestra claramente que aunque ten-gamos un PIB acumulado similar al de Estados Unidos y elnúmero de ciudadanos europeos y su renta per capita seacomparable a la de Estados Unidos, los mercados financie-ros americanos tienen todavía una influencia no siempreentendible sobre la realidad europea. Si Europa quiere te-ner una evolución de su política monetaria que responda asus necesidades y a su propio ciclo, claramente tiene que ira procesos de integración. Si no, se encontrará con situa-ciones como las que hemos vivido la semana pasada, o to-davía se han vivido con más intensidad en 1994 y en 1987.En ese sentido, a mí no me cabe ninguna duda que la res-

puesta europea al proceso de globalización mundial es elproceso de integración. España está tan interesada como elresto de los países europeos en que Europa, que forma yauna entidad económica cada vez más integrada, tiene quetener una respuesta que garantice que su tamaño econó-mico al mismo tiempo tiene el suficiente peso, desde elpunto de vista de los mercados financieros, para poder te-ner su propio ciclo económico, que no se vea absoluta-mente determinado por decisiones tomadas en otros luga-res en función de los propios ciclos económicos, en estecaso, y sobre todo, el de Estados Unidos.

Me plantea S. S. la posibilidad de que haya restriccio-nes en la inversión pública. No las veo si el Gobierno man-tiene su política económica que garantiza el crecimiento.Como vamos a poder comprobar en el debate del plan deestabilidad, no es esa la previsión que tenemos. Si planteaS. S. el que haya un recorte presupuestario en el año 1997,en este momento el Gobierno tampoco lo ve. La evolucióndel presupuesto en los tres primeros meses es satisfactoriay el Gobierno ve que esa evolución, tanto en los ingresoscomo en los gastos, es la prevista. Es verdad que es un pre-supuesto muy ambicioso desde el punto de vista de la con-tención del déficit, del nuevo aumento de la presión fiscaly del mantenimiento de las políticas de solidaridad social,pero el Gobierno está para hacer presupuestos ambiciososno para hacer presupuestos que produzcan desajustes. Portanto, el Gobierno lo que tiene que hacer es cumplir esepresupuesto ambicioso, y lo está haciendo.

No comparto la afirmación de S. S. de que el fraude estásin persecución. Hay un plan muy importante de luchacontra el fraude, y cuando veamos las cifras de evoluciónde los ingresos en el año 1997, su señoría podrá tener unaopinión más fundada sobre esta nueva cuestión.

Ha hablado de un matiz coyuntural. Es verdad que losdatos de creación de empleo y de aumento de cotizantes ala Seguridad Social en el mes de marzo están influenciadospor la Semana Santa. Pero también es verdad que están in-fluenciados por el 31 de marzo, y esta fecha ha caído al fi-nalizar la Semana Santa. El 31 de marzo es cuando la gentese apunta al desempleo como consecuencia de la finaliza-ción de los contratos temporales. Por tanto, aunque no voya discutir los efectos positivos de la Semana Santa, en esteaño hay un dato que también hay que tener en cuenta.

Independientemente de las matizaciones temporalesque queramos hacer, que sin duda todas ellas deben ser he-chas, de lo que no cabe duda es que la creación de empleoen este momento en España es más alta que la de nuestroscompetidores y más alta que la del año anterior. En esesentido todos debemos estar satisfechos de esa intensidadde creación de empleo. Todavía es más importante que enun ambiente como este los interlocutores sociales sean ca-paces de dar una respuesta en España a lo que es la necesi-dad de aumentar las posibilidades de empleo, moderni-zando nuestro sistema de contratación. Y como el Go-bierno ha puesto de manifiesto, y aprovecho esta ocasiónpara hacerlo una vez más, el hecho de que los interlocuto-res sociales españoles sean capaces de producir modifica-ciones y modernizaciones del mercado laboral nos sitúa enel caso en el que todos los demás países europeos tienen.

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El inmovilismo de algunas situaciones sociales en Europano es el que se está produciendo en España. Eso me pareceque también es un elemento importante que demuestra lacapacidad de la sociedad española, y no de un determinadogobierno, de responder a los desafíos que en ese momentose están produciendo y que sin duda están ligados a un pro-ceso de internacionalización y de globalización de la eco-nomía.

Ha dicho S. S. que Alemania puede imponer condicio-nes no escritas. Ni Alemania ni nadie está poniendo condi-ciones. Las condiciones están escritas en el Tratado y estánvotadas por los países, y son las condiciones de conver-gencia en los plazos establecidos en el Tratado; no hay nin-guna otra condición. Por tanto, no hay condiciones no es-critas de nadie, ni nadie las ha planteado, ni creo que nadielas va a aceptar.

Vuelvo a insistir en el tema de los tipos de cambio por-que S. S. lo ha mencionado como una posibilidad de quefuera una compensación. En los tipos de cambio de con-versión de las monedas nacionales al euro todavía no hansido fijados los criterios. Éstos tendrán que ser, primero,iguales para todos, como es natural, y, segundo, no puedendepender de una circunstancia coyuntural de mercados. Enese sentido, se podrá llegar a un acuerdo razonable entrelos países que permita una incorporación de cada realidadeconómica a un tipo de cambio que haya demostrado suefectividad.

Con respecto a los fondos estructurales del año 1997,quisiera insistir en algo que remití a la Cámara en mi in-forme, ya que no pude traerlo personalmente, pero quevuelvo ahora a resaltar. Aceptamos un presupuesto de1997, pero exigimos, primero, que para condicionar nues-tro voto favorable el Consejo reiterara su compromiso dereformar las OCM de productos agrícolas mediterráneos,sin discriminarlas por razones financieras, y también a quese excluyeran del recorte en fondos estructurales los crédi-tos de pago vinculados a los marcos comunitarios deapoyo del objetivo uno: fomentar el desarrollo y el ajusteestructural en las regiones menos desarrolladas. Esta solu-ción fue la que finalmente se aprobó. Por tanto, nosotros,en el año 1997, que contribuimos a un voto de un presu-puesto comunitario muy estricto, sin embargo garantiza-mos que nuestros intereses iban a estar protegidos.

Esta decisión respeta los acuerdos de Edimburgo, yaque no ha modificado los créditos de compromiso pro-puestos por la Comisión en el anteproyecto. Los créditosde compromiso no se están recortando en el año 1997, sonlos que determinan el nivel de ayudas y, por tanto, la deci-sión no perjudica a España. En ese sentido, quiero aclarar,como ya lo hice por escrito pero lo vuelvo a reiterar en estemomento, que nuestros intereses, que están sobre todo enlos créditos que garantizan la cohesión y que están respal-dados por la Cumbre de Edimburgo en un acuerdo inte-rinstitucional, no han sido perjudicados en el año 1997 yno lo van a ser en 1998. Nadie lo ha planteado y no haymanera de que se pueda plantear. El Gobierno españoltiene ahí una posición no sólo firme sino sólida. Porquehay que tener posiciones firmes que sean sólidas. Ésa esuna posición firme y sólida que proviene de acuerdos ante-

riores. Este gobierno no tiene por qué decir que son acuer-dos que ha conseguido él exclusivamente, pero son acuer-dos que nos dan una solidez a la que en este momento notenemos por qué renunciar, y no creo que nadie vaya a pe-dirnos que renunciemos a ella.

La posibilidad —y con esto termino de responder al se-ñor Alcaraz— de condicionar los fondos de cohesión a losdéficit es una discusión en la que España siempre ha man-tenido una posición —es verdad que no una posición uná-nimemente compartida por otros países— y es que los pro-gramas de convergencia obligan al final del proceso. LaComisión y la mayor parte de los países entienden que losprogramas de convergencia obligan en cada año del pro-ceso. La discusión hubiera estado, en el caso español —ycon esto contesto también a una referencia del señorCosta—, habida cuenta de que el Gobierno español incum-plió el Programa de Convergencia en el año 1995, en quepodrían habernos sancionado con los fondos de cohesióndel año 1996. La garantía del cumplimiento del Programade Convervencia en el año 1996 ha obviado ese debate.Desde el punto de vista legal, España mantiene su posiciónde que los fondos de cohesión sólo pueden ser afectadospor la totalidad del incumplimiento del Programa de Con-vergencia, por su incumplimiento al final y no a lo largo deunos determinados años, pero ese debate en este momentono está planteado, habida cuenta de que España sí estácumpliendo en los años 1996 y 1997 su Programa de Con-vergencia.

Paso ya a contestar al señor Costa, del Grupo Socialista.Me dice S. S. que debería informar de cada uno de los eco-fines. Yo estoy a lo que me diga la Comisión, pero hay al-gunos ecofines en los que no cerramos asuntos y creo quele he hecho un resumen completo a SS. SS. Ha dicho quehe pasado por encima de los temas más conflictivos paraEspaña. Pues si ha sido así, ya él ha tratado de que me cen-trara en ellos y, por lo tanto, le agradezco su ayuda paraque no se pase por encima de ese tipo de temas.

Respecto a las perspectivas financieras del próximopresupuesto, no de las que ya están cubiertas, España hamantenido la posición de que esas perspectivas no puedennegociarse hasta que no finalice la Conferencia Interguber-namental. Esa posición es la que nos conviene y lo que nopodemos pedir es que no se discutan las perspectivas fi-nancieras hasta que no finalice la Conferencia Interguber-namental, pero que sí se discutan. Eso es muy difícil y,además, creo que entraríamos en un debate que en este mo-mento no nos interesa. Es indudable que las perspectivasfinancieras a partir del año 1999 van a estar marcadas porposiciones políticas de los países y algunos países ya lasestán exponiendo. Hacen bien en decirlas, ya veremos silas mantienen. Sin duda, una parte sustancial de las pers-pectivas financieras del próximo presupuesto comunitarioes la ampliación. Son plenamente conscientes SS. SS. deque la ampliación está por definir en muchos temas. Todossomos partidarios de la ampliación pero, ¿cuántos paísesvan a entrar, van a ser objeto de la ampliación? ¿En quécondiciones? ¿Va a cambiarse el acquis comunitario parala ampliación o van a acomodarse los nuevos países al ac-quis comunitario? Éste es un debate básico. Todos estos

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debates están por hacer. ¿Que interesan a España? Sinduda, pero no sólo a España. Nosotros tenemos nuestroscompromisos establecidos hasta el año 1999 y hemos im-puesto en la Cumbre de Madrid que no se discuta nadahasta que no finalice la Conferencia Intergubernamental.Probablemente —y yo creo que con razón— esa imposi-ción nos beneficia; sin duda se va a abrir un debate, peroun debate que en parte está marcado por la situación pre-supuestaria actual de algunos países y, en parte, está mar-cado por algo que todavía nadie puede definir, que es elproceso de ampliación. Yo pienso que lo que España tieneque hacer es mantener sus posiciones, no permitiendo quese puedan incumplir los compromisos ya adquiridos—cosa que puede hacer, en el presupuesto de 1997 lo hahecho, en los presupuestos de 1998 y de 1999— y cuandocomience la discusión de las perspectivas financieras vere-mos todos los temas que entonces se ponen encima de lamesa. Sin duda se van a poner las políticas de cohesión in-terna de la Unión, se va a poner encima de la mesa la con-tribución de los países, cuál sea el presupuesto comunita-rio en relación al PIB, cuál sea la ampliación, quiénes seanlos miembros de la ampliación, en qué condiciones entren,qué políticas comunes haya que variar como consecuenciade la ampliación y quién esté dispuesto a variarlas. Ése esun debate con el que sin duda nos vamos a encontrar y SS.SS. van a tener oportunidades yo me atrevería a decir quemás que suficientes para profundizar en este tema con elgobierno que entonces sea responsable, que seguramenteserá el del Partido Popular, pero en cualquier caso es undebate que los españoles hemos elegido —yo creo queacertadamente— no adelantarlo. En este momento no veoninguna razón para que nosotros estemos planteando, en elEcofin ni en ningún otro lugar, un debate que otros paísessí querrían adelantar y que nosotros estamos exigiendo queno se adelante. Porque no queremos aceptar ahora com-promisos que no sabemos en qué condiciones se van a pro-ducir. Vuelvo a repetir que la ampliación es un elementodeterminante del próximo presupuesto. En ese sentido, yocreo que España debe ser un socio leal, como lo es; garan-tizar que es un socio solidario, como lo es; exigir que laspolíticas de solidaridad y de cohesión sean políticas esta-bles de la Unión Europea, como deben serlo, pero tambiénhay que ser consciente de que nos vamos a encontrar enunas circunstancias distintas, no por lo que ya vemos queestá sucediendo en cada uno de nuestros países, sino por-que, además, hay un proceso de ampliación y en este mo-mento tenemos que ver exactamente cómo va a ser, quépaíses van a formar parte, qué efectos va a tener sobre laspolíticas comunes, qué plazos de adaptación se va a dar aesos países y si al final nos encontramos con un presu-puesto comunitario que represente el 1,27 del PIB, comoquieren algunos países, o más. Yo creo que menos no va aser fácil. En ese sentido creo que España debe realizar sustrabajos internos y la Administración central los está ha-ciendo, como no podía ser de otra manera, pero no creo,sinceramente, que nos interese adelantar ese debate.

Ya he hecho referencia al tema de las multas. Creo quelas multas no forman parte del presupuesto comunitario,sino que son un extorno que recibe el presupuesto por unas

circunstancias que afectan sólo a unos determinados paísesy, por lo tanto, el consenso sobre eso, que yo comparto yque el Gobierno comparte, es que deben referirse a esospaíses. Y hay que ver, desde un presupuesto comunitario,cómo pueden esos países recibir unas determinadas canti-dades que probablemente puedan estar asignadas a deter-minadas políticas pero que seguramente estarán asignadasa mejorar sus situaciones presupuestarias internas que, alfin y al cabo también tiene relación con el perjuicio, que hapodido causarles el país que no ha tenido esa política decumplimiento de su programa de estabilidad.

El señor Costa dice que tenemos una buena situacióneconómica respecto a la herencia recibida. Ése es un de-bate que vamos a dejarlo para otro momento. No le haré larelación de la herencia recibida, pero si simplemente nosfijamos en el diferencial de intereses con Alemania, seráusted consciente de que el presente es bastante mejor quela herencia, aunque no creo que a las dos menos cuarto dela tarde el señor Costa me tome a mal que le diga que noestoy de acuerdo con él, pero que ese debate lo tendremospronto, cuando presentemos el plan de convergencia; y se-guramente será un debate recurrente entre su grupo y elmío y entre otros grupos.

Hay algo que sí le tengo que comentar. Dice: dudas delGrupo Popular superadas. No, las dudas que se han supe-rado son que la economía española pudiera formar parte dela Unión Económica y Monetaria, que eran muchas, y eneste momento parece ser que usted no las tiene y que sehan reducido notablemente. El Grupo Popular ¿tenía dudasde que con la política económica anterior formáramosparte de la Unión Económica y Monetaria? Sí, muchas.¿En este momento tiene dudas? Bastantes menos. ¿Ésta esuna posición que comparten la mayor parte de los merca-dos y de las instituciones nacionales e internacionales? Sí.Tenían muchas dudas antes y tienen muchas menos ahora.Pero sobre el Grupo Popular, con respecto a la Unión Eco-nómica y Monetaria, creo que S. S. no puede afirmar quenosotros tuviéramos más dudas que las que se generabande la gestión económica del anterior gobierno.

Sostenibilidad. La sostenibilidad, que preocupa alGrupo Socialista —y yo le agradezco esa preocupación—,va mejorando. Porque en los años 1993, 1994 y 1995 tenía-mos déficit públicos superiores al 6 por ciento y ahora soninferiores. Por tanto, va mejorando. Yo espero que la preo-cupación de S. S. se mantenga a lo largo de los próximosaños, puesto que la preocupación del primer grupo de laoposición en la sostenibilidad del presupuesto es estu-penda, y si, además de preocupación, dieran un paso más ehicieran alguna propuesta, seguramente nos enriqueceríanmucho.

Expone S. S. su preocupación sobre el encarecimientodel petróleo. Sin duda éste es un tema preocupante parauna economía tan dependiente de la energía exterior comoes la española. Sin embargo, está produciéndose un enca-recimiento del precio del petróleo, para ser estrictos, comoconsecuencia de la apreciación del dólar, que, por otraparte, parece que no está en una evolución sin fin, pero almismo tiempo se está produciendo un abaratamiento delprecio en dólares del petróleo. Digamos que la conjunción

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de la apreciación del dólar está coincidiendo con una re-baja del precio del petróleo que sin duda nos beneficia; siuna primera situación nos perjudica, la otra nos beneficia.En este momento el Gobierno no ve problemas desde elpunto de vista del efecto de la energía en el coste o en laevolución del índice de precios al consumo.

Ha manifestado S. S. —lo ha dicho el señor Alcaraz an-tes— que tenía dudas sobre las previsiones de ingresos.Las dudas son libres, indudablemente, pero en este mo-mento no comparto esas dudas; la evolución de los ingre-sos es satisfactoria. En ese sentido, es bueno que la Cámaramantenga su control sobre el Gobierno en estas cuestiones,pero le insisto en que la evolución de los ingresos y de losgastos, pero en concreto de los ingresos —que S. S. ha di-cho que le preocupaban—, es satisfactoria.

En cuanto al Programa de Convergencia, que ha sidoobjeto también de referencia por parte de S. S., así como deotras, ha preguntado qué políticas. Las que estamos apli-cando. La diferencia de este Programa de Convergenciacon anteriores es que no supone un cambio de política delGobierno. Lo que va a pasar es lo que está pasando. Poreso podemos hacer un programa en el que digamos que lamayor parte de las mejoras macroeconómicas se van a pro-ducir en los años 1997 y 1998 y no vamos a dejar las gran-des mejoras, desde el punto de vista del déficit público o dela inflación, para la última parte del Programa de Conver-gencia, cosa que era una constante en programas de con-vergencia anteriores.

Ha dicho una frase que no quisiera sacar de contexto,pero sí quiero enfatizar mi desacuerdo. No es necesariorecortar el Estado del bienestar para reducir el déficitpúblico. No lo es. Por tanto, no tratemos de transmitir a laopinión pública española que en las circunstancias ac-tuales y con la previsión económica en la que nos en-contramos, con la reducción de los desequilibrios y elasentamiento de una situación de estabilidad, es necesarioun recorte del Estado del bienestar. No es así, no lo es; portanto, no lo digamos. Es más, si la evolución de la eco-nomía europea es la que prevén otros países —y acabo deleerles a ustedes lo que prevén crecer los belgas o los ale-manes, lo puedo comentar también; por tanto, nuestro di-ferencial de crecimiento con ellos va a ser el que en estemomento se está produciendo, no muy distinto— si la pre-visión del crecimiento europeo es la que en este momentodefienden la mayor parte de los gobiernos europeos, va-mos a poder tener una evolución cada vez más estable dela financiación de la Seguridad Social, que demuestre a losciudadanos que estamos mejorando esa financiación de laSeguridad Social, al mismo tiempo que reducimos el défi-cit público. Por tanto, creo que no debe decirse que hayque recortar el Estado del bienestar como necesidad de unprograma de estabilidad. Si algún grupo cree que debe ha-cerlo, que lo proponga él, pero nosotros no lo proponemos.Quisiera dejarlo bien claro desde el punto de vista del Go-bierno y del Partido Popular.

Ya he hecho referencia a las perspectivas financieras,pero el señor Costa ha dedicado a ello buena parte de su in-tervención. Desde luego, en cuanto al año 1998 —y conesto paso a su último punto— no estoy preocupado. Creo

que tenemos una posición firme y sólida, como ya hemosdemostrado en el año 1997, y la vamos a mantener, sin queeso quiera decir, como es natural, que vamos a estar en unambiente en el que va a haber —y España coincide— unapresión cada vez mayor o un diseño cada vez mayor, tam-bién a nivel europeo, de políticas presupuestarias eficacesy restrictivas, que sean capaces de aprovechar los recursosde la mejor manera posible. Pero en lo que interesa a Es-paña, que es la categoría 2, no veo en este momento razo-nes para estar preocupado más allá de los debates que pue-dan producirse; no veo ninguna razón.

De cara al futuro, el debate de las perspectivas financie-ras, después de la Conferencia Intergubernamental, serámuy importante. Pero vuelvo a repetir los argumentos quehe dado antes. España decidió, y yo coincido con esa deci-sión, que no debería adelantarse, creo que no nos interesaadelantarlo, y cuando se plantee habrá que tener en la mixde decisiones muchas cuestiones, incluso cuando muchasde ellas no están decididas, como es la de la ampliación.

Me alegro de que S. S. considere razonable los acuer-dos del BEI, han sido costosos, han tardado casi un año,pero creo que efectivamente son razonables. Con respectoa la Conferencia Intergubernamental y el empleo, diré queel Ecofin no está entrando en temas de la Conferencia In-tergubernamental, pero sobre el debate del empleo Españaes partidaria de que haya un título en el Tratado, con lacreación de un grupo de trabajo, sobre este tema del em-pleo. Hay otros países que están en contra, pero nosotrossomos partidarios de que sea así. En cualquier caso, las po-líticas de empleo son políticas nacionales, ésa ha sido his-tóricamente la posición española y, desde luego, es la queyo creo que nos conviene. La posición histórica española,repito, que creo que es la que nos conviene, es que no debefijarse como criterio de convergencia la situación del de-sempleo. Otra cosa es que nosotros seamos partidarios deque, desde el punto de vista político, el Tratado de la Unióndebe recoger un capítulo del empleo, entre otras cosas,porque todos los países han coincidido, en los ecofines enlos que se han tratado los temas del empleo, en que éste esel problema que más preocupa a los ciudadanos europeos.En ese sentido, no compartimos la posición de los paísesque no quieren un título del empleo, manteniendo, sin em-bargo —y creo que es perfectamente compatible—, que laspolíticas de empleo son políticas nacionales.

Con respecto al IVA, ya hay un mecanismo para evitarque los ingresos de los países más pobres o con una rentaper capita tengan un techo y creo que, desde el punto devista del marco financiero de cuál sea el nuevo sistema definanciación de la Unión Europea, ése va a ser uno de lospuntos a plantear: si hay que tener en cuenta o no el pro-ducto interior bruto. Eso tendrá mucho que ver con qué po-líticas de cohesión sean las que se diseñen. No me atrevoen este momento a pronunciarme y vuelvo a dar el argu-mento de que éste es un debate que no podemos adelantar,no nos interesa adelantarlo. Es verdad que hay algunos paí-ses que ya han dicho que, desde el punto de vista de recur-sos propios, son partidarios de mantener el techo del 1,27.Ellos lo han dicho, nosotros no hemos dicho nada y, ade-más, no estoy seguro de que los que lo hayan dicho hoy lo

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vayan a mantener dentro de dos años. Hemos escuchado alos que lo han dicho, pero no hemos entrado en ese debate;probablemente había alguna intención de que entrásemosya a definir posiciones que nos pudieran atar las manos decara al futuro.

Creo que sobre el presupuesto de 1998 he sido suficien-temente extenso. Desde el punto de vista de que pueda ha-ber recortes en otras categorías, como la 3 o la 4, no son lasque más nos afectan; y desde el punto de vista de la cofi-nanciación no veo en este momento problemas en el man-tenimiento de nuestros grados de cumplimiento de los fon-dos estructurales y de los fondos de cohesión. En los fon-dos estructurales tenemos, como he dicho en mi primeraintervención, un alto grado de cumplimiento, casi el 79 porciento, uno de los más altos de la Unión, y en los fondos decohesión estamos cumpliendo y vamos a cumplir el 100por cien de los fondos de cohesión a los que tiene derechoEspaña.

Paso ya brevemente, señor Presidente, a los comenta-rios que ha hecho el portavoz del Grupo Popular. Coincidocon el señor Aguirre en que ha habido declaraciones en losúltimos meses, desde el punto de vista de algunos respon-sables europeos, que han creado inestabilidad en los mer-cados. Creo que esas declaraciones no deberían haberseproducido, lo he dicho públicamente y lo reitero, y que losresponsables económicos y políticos europeos deben hacerdeclaraciones que no sean especulativas y que no seantampoco declaraciones abiertas. Declaraciones sobre si seadelanta la fecha de entrada o si se retrasa me parecen de-claraciones especulativas y abiertas y en muchos casos le-galmente imposibles. La discusión sobre las realidadeseconómicas de otros países me han parecido siempre irres-ponsables. Creo que los responsables económicos de cadapaís europeo deben responder de sus políticas y de sus paí-ses y que es una mala practica —que espero que se estédesterrando— que se puedan hacer declaraciones sobreotros países, porque todos los países están haciendo sus es-fuerzos y ya veremos lo que tenemos que opinar sobre larealidad económica de otros países en el momento de lasdecisiones que, como les he dicho, estará en torno a la pri-mavera del año 1998. Me parece absolutamente inútil yademás irresponsable hacerlo en este momento. Y la ma-yor parte de los responsables económicos europeos no lasestán haciendo, pero se han hecho algunas que no son ex-traordinariamente útiles.

Es verdad que la presidencia holandesa va a cumplircon los objetivos marcados en enero y creo que eso esbueno. Los objetivos creo que incluirán el nuevo SM-2, enel que se está trabajando. También creo que el debate quea nosotros nos podía haber preocupado más, que es el deadelantar el debate de las perspectivas financieras despuésde 1999, en este momento está zanjado. Por tanto, en esesentido creo que no deberíamos tener demasiadas sorpre-sas, aparte de que el debate de mayo sobre el presupuestode 1998 seguramente será intenso. Pero creo que España,vuelvo a repetirlo, tiene una posición firme y sólida quepodemos y debemos mantener.

El crecimiento económico europeo, al que ha hecho re-ferencia el señor Aguirre, es cada vez más sólido, no sólo

en el caso español, sino en el de nuestros socios. Podemosver cómo las perspectivas de crecimiento de Alemania, deFrancia, de Bélgica, son sólidas; les he comentado el plande convergencia belga, que se mueve en un entorno del 2como mínimo o el 2 largo, 2,6 ó 2,7 de crecimiento en elperíodo. Ésa es una previsión absolutamente razonable yque además indica claramente la recuperación del cicloeconómico europeo que ya se está produciendo en el con-junto de los países, según la información que cada uno deellos estamos suministrando y que claramente se está pro-duciendo en España.

En cuanto a problemas de convergencia en general,pienso que es un tema muy importante, porque la solidezdel proceso de convergencia europea no se basa sólo en lasvoluntades políticas. Los mercados nos han demostradoclaramente que no se trata exclusivamente de tener la vo-luntad política de formar parte de un determinado núcleode países; se trata de las realidades económicas. En esesentido, si hoy vemos el grado de convergencia en tipos deinterés, en inflación y en déficit público, de los paíseseuropeos, somos conscientes, o debemos serlo, en mi opi-nión, de que la convergencia se está produciendo. Hoy po-demos decir que para los próximos años Bélgica, Alema-nia, España y Francia prevén evoluciones del PIB, del dé-ficit público y de la inflación muy convergentes, que, ade-más, son las que se están produciendo en el año 1997, y ésaes la solidez del proceso. Por eso, aunque haya situacionesen los mercados que puedan evolucionar momentánea-mente con mayor o menor tensión, sí hemos podido com-probar cómo, pese a los últimos tres meses en que los mer-cados, por razones de todo tipo, han estado en una situa-ción menos estable que en el último trimestre de 1996, sinembargo, la economía española, la moneda española y eltipo de interés español se han movido en las circunstanciasen que estaban a finales del año 1996, hacia el mes de no-viembre o principios de diciembre, y ya en estos días esta-mos entrando en situaciones como las que teníamos a prin-cipios de enero, que eran extraordinariamente positivas.

Eso demuestra que los mercados, independientementede que, como es natural, no siempre están en la misma po-sición y no lo van a estar a lo largo de los próximos meses—estarán unas veces en unas posiciones y otras veces enotras, no siempre dependiendo exclusivamente de la reali-dad europea— desde el punto de vista español, tenemosuna creciente posición de credibilidad en los mercados ycreo que las cifras macroeconómicas que conoceremos enel próximo futuro podrán reafirmar esta posición.

Es cierto, señor Aguirre, que los países que están discu-tiendo sus planes de convergencia plantean presupuestosfuturos de sus economías con contención del déficit pú-blico, también con reformas fiscales que produzcan dismi-nuciones de la presión fiscal, así como modificaciones delos impuestos más importantes, y y coincido con que ése esun elemento básico de la competitividad para el futuro, enel que España está inmersa y va a continuar estándolo, porlo menos mientras haya un Gobierno del Partido Popular.

Sobre el plan de convergencia español respecto al ale-mán creo que he hecho algunos comentarios, pero puedohacer algunos más. Alemania prevé crecer en el ciclo un

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2,5 por ciento y nosotros un 3,2, que es una diferencial decrecimiento muy razonable y, además, históricamente,perfectamente sostenible. Alemania va a tener una evolu-ción del déficit público muy similar a la nuestra, un pocopor debajo de nuestras previsiones, lo cual también me pa-rece razonable. Alemania pretende acabar con el 1,5 y no-sotros estamos pensando en movernos en cifras de alrede-dor del 1,6, lo que también me parece absolutamente ra-zonable. Ellos tienen una situación de partida mucho me-jor que la nuestra en deuda pública, lo que indudable-mente les da un margen que nosotros no tenemos. Franciaprevé también un crecimiento del 2,5 en el mismo pe-ríodo, con un déficit público que evolucionará de formamuy similar al de Alemania y con una deuda pública quetambién es mejor que la nuestra, puesto que está por de-bajo del 60 por ciento.

Los crecimientos en términos de producto interior brutoque se plantean entre los países europeos son bastante si-milares, con algunos diferenciales que creo perfectamentejustificados en el caso de España, puesto que se están pro-duciendo en este momento y ya se han producido en 1996.

Con respecto a las negociaciones sobre unos nuevosmarcos tributarios, efectivamente éste es un tema en el queno hay consenso. Nosotros creemos que la propuesta ini-cial de la Comisión iba mucho más allá de lo que deberíair. En los temas que afectan a la energía, España es clara-mente reticente, puesto que no tenemos los problemas me-dioambientales que tienen otros países, y mantendremosesas posiciones. Sin duda somos parte del grupo Monti, re-presentados al máximo nivel político por el Secretario deEstado de Hacienda, pero tenemos claramente nuestra po-sición, no en solitaro, sobre cuestiones tributarias y ya ve-remos cómo se puede llegar a acuerdos en este tema. Hehecho ya referencia al tema de los fondos de cohesión y alprograma de estabilidad. Es verdad que a nosotros nos in-teresaba y nos interesa ir dejando sentado que las políticasde cohesión no se ven afectadas por la convergencia nomi-nal —lo hemos plasmado en un documento y lo haremosen todos los que podamos— y creo que ése es un hechoque debemos mantener como una prioridad de nuestra po-lítica europea. Después de 1999 ya debatiremos cómo seplasman estas políticas de cohesión, pero la Unión Euro-pea tendrá unas políticas de cohesión, sin duda, esas polí-ticas de cohesión tendrán que definirse en la nueva UniónEuropea y España tendrá mucho que decir en esas cuestio-nes.

Efectivamente, creo que no hay que poner en duda ni elcalendario ni los criteros, ni para pensar que se pueda ade-lantar ni para pensar que se pueda atrasar. A España le con-viene este calendario, le convienen estos criterios, vamos acumplir el calendario y los criterios y creo que a Europa,en su conjunto, le conviene un proceso que responda a loacordado y a lo tratado, lo cual dará credibilidad a la UniónEuropea y al proceso de Unión Monetaria.

Me parece, señor Presidente, que he respondido —almenos era mi intención— a todas las cuestiones, pero,como es natural, si hay algún punto concreto que haya de-jado de contestar o algo que quiera manifestarme algúnportavoz, estoy a disposición de lo que diga la Presidencia.

El señor PRESIDENTE: Señor Costa, tiene medio mi-nuto.

El señor COSTA COSTA: Ha contestado en efecto atodos mis planteamientos y se lo agradezco. Simplementeha habido algunas contradicciones, que me gustaría poderespecificar.

En primer lugar, no he dicho que su grupo no estuvierade acuerdo o tuviera dudas respecto al cumplimiento delGobierno. No. En su grupo había personas escépticas res-pecto al proceso de Unión Monetaria europeo que ahoraocupan altos cargos en su ministerio; lo manifestaban pú-blicamente y hay numerosas citas al respecto. Si usted haconseguido que estas personas crean en este proceso, bien-venido sea; esto hemos logrado y nos alegramos de ello.

Las cifras que estamos discutiendo hoy, la situacióneconómica que hoy estamos discutiendo, es fruto del pre-supuesto de 1996, de un presupuesto prorrogado del ante-rior Gobierno. Eso no es opinable por mucho que ustedahora quiera decir que no vamos a entrar en cosas del pa-sado. Sólo han entrado en cosas del pasado, hasta ahora,que les ha convenido, pero ahora que ya no les conviene,no les interesa. Yo creo que ésas son cuestiones menores,quizá, a efectos prácticos, pero que forman parte del de-bate político y que no se deberían tergiversar.

En las tormentas en los tipos de cambio, cuando se pro-ducían con el Gobierno anterior, para ustedes era el mer-cado y era la incompetencia del Gobierno; cuando se pro-ducen ahora, son… ¿qué son? No voy a calificarlas yo por-que no quiero contribuir con elementos que favorezcan apaíses o a grupos que tal vez no tienen un interés especí-fico en que España forme parte desde el primer momentode la Unión Monetaria Europea.

Respecto a la sostenibilidad, ya tendremos ocasión dedebatir, no es el momento ahora, pero usted conoce perfec-tamente, mucho mejor que yo, porque lo ha elaborado, queel presupuesto para 1997 no es sostenible en el tiempo,porque se dan una serie de circunstancias —que yo no voya reiterar, porque han sido ampliamente debatidas en laCámara— no repetibles en 1998, no repetibles, y menos,seguramente, en 1999, con algunos elementos de políticasque ustedes han implementado, como la regulación de ba-lances y otras, que van a tener unos efectos sobre los in-gresos, especialmente en esos años. Ésos son elementos aconsiderar en una discusión, que no la vamos a hacerahora, pero que tampoco hay que confundirse. Una cues-tión es que nosotros discutamos sobre las perspectivas fi-nancieras con otros países de la Unión Europea en estosmomentos, que seguramente no nos conviene, y otra cues-tión es que nosotros internamente, como país, no empece-mos a tener un debate sobre cuál es la posición de nuestropaís respecto a las perspectivas financieras a partir de1999. Si con todos esos elementos España ve además sus-tancialmente recortadas sus ayudas por fondos estructura-les, se acaba el Fondo de Cohesión y se reforma la políticaagrícola común en 1999. Además de esa reducción que us-ted propone en el déficit público, ya me contará cómo va afinanciar esas políticas, a no ser que estén pensando en ma-yores ingresos, por tanto en incrementar la fiscalidad, cosa

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perfectamente posible, realista y a lo mejor necesaria en al-gún caso, pero ésas son las cuestiones.

Respecto a 1995-1996, a pesar de que la Unión Euro-pea hace una buena valoración de la situación económicade Europa, hay que recordar que mientras el crecimientoen España en 1995 fue de 2,78 por ciento, en la UniónEuropea era del 2,17, es decir, España estaba por encimade la media de crecimiento de la Unión Europea, y en1996, en España fue del 2,17 por ciento y en la UniónEuropea del 1,59, es decir, que ha habido una caída delcrecimiento económico en la Unión Europea en el últimoaño. Luego las valoraciones que se puedan hacer son li-bres, pero las cifras están ahí y se producen en países quetienen una gran importancia socioeconómica sobre las po-líticas y las orientaciones políticas y económicas de laUnión Europea. Por tanto, son también elementos a consi-derar.

El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra, también porun minuto, señor Alcaraz.

El señor ALCARAZ MASATS: Efectivamente, el se-ñor De Rato vislumbra inmediatamente el perfil de nuestrodiscurso, que es contrario al Tratado de la Unión Europeay a la política de convergencia que se está realizando, noasí el señor Aguirre, que siempre habla de consenso totalen el Ecofin de Dublín. No distingue que hay aquí repre-sentantes de 2.700.000 votos que no estamos de acuerdo,pero no para aislarnos en una perspectiva de la que porcierto él no ha huido, aunque ha distribuido galletas sin oírla intervención, sino que vamos a plantear un texto alter-nativo concretísimo que cabría como otra perspectiva en eltexto de la Unión Europea de Maastricht, y pedimos el re-feréndum correspondiente porque creemos que no está Es-paña para entrar en Maastricht automáticamente. En lasencuestas lo van a ver: la mitad de la gente no está deacuerdo y la otra mitad está de acuerdo y no sabe bien porqué. Ésa es la estructura de todas las encuestas que se hanhecho en torno al tema de Maastricht. Lo dejo ahí recor-dando al señor Aguirre que nosotros no estamos deacuerdo ni lo vamos a estar. Permítame mantener este dis-curso en este tono de si bemol y no aceptar ese abrazo deloso que usted siempre me ofrece, porque no creo que tengaque elevar la voz para demostrar que no estoy de acuerdo.Creo que es un tono con el que se puede decir que no estoyde acuerdo sin elevar excesivamente la voz.

Le agradezco ese dato, señor De Rato, de que no hayninguna inestabilidad política. Yo creo que sí la hay, ahíestá el problema del aro. Efectivamente hay un problemaen el sentido de que pueden precipitarse elecciones territo-riales en un momento en que estamos de cara al examen deMaastricht o de las posteriores consecuencias a la hora dediscutir la política financiera. Yo creo que sí hay problema.Simplemente se lo preguntaba en plan casi periodísticopara que usted pueda estimular a esta Comisión, donde in-tentamos mantener un tono que por lo visto no gusta exce-sivamente.

Otro tema de fondo. Ustedes dicen que no practican lapolítica de ajuste permanente —y tú me lo preguntas, que

diría Bécquer—, pero si han aprobado el presupuesto quehan aprobado, ésa es la política de ajuste permanente. Nome lo enfoque desde un punto de vista técnico, académico.Si aprobaron es política de ajuste de las inversiones y delconsumo público, teniendo en cuenta que no sabemos loselementos estimuladores de la recaudación, ésa es la polí-tica de ajuste permanente. Es de lógica pensar que en unpaís como el nuestro, donde hay mayores desequilibrios ymenor desarrollo productivo y tecnológico que en el restode los países de la Unión Europea, el esfuerzo de ajusteeconómico será mayor. Por tanto, creemos que la aplica-ción de ese presupuesto, el plan de privatización constantey profunda, las consecuencias, ya, sobre las nuevas pen-siones, los anuncios que se hacen respecto a sanidad y alEstado del bienestar, van a fórmulas de disminución de eseya escaso, en función de su estructura, Estado del bien-estar.

Termino, señor Presidente, porque a la hora de comen-tar los fondos estructurales y otros temas correspondientes,usted ha hablado de posiciones firmes y sólidas del Go-bierno respecto al futuro de esos fondos estructurales y a laparticipación española. Ya lo veremos; esperemos que nosean posiciones firmes que encubran organización de de-rrota, como en la OCM del aceite, porque ahí se nos estáorganizando una derrota, no se está haciendo una políticade iniciativa diplomática de cara a intentar la minoría delbloqueo o anunciar ya un bloqueo en este terreno, por muysimbólico que fuese. Efectivamente, la aplicación que us-tedes hacen del artículo 113, tal como se está enfocando enestos momentos, que es la asunción total del antiguoGATT de la Organización Mundial del Comercio, en elfondo encubre que en este tema, por muchas manifestacio-nes que encabecemos, vamos a una derrota anunciada quenosotros tampoco aceptaremos.

Termino con el tema del empleo. Usted ya pone sobre lamesa la contradicción que contempla la política econó-mica que ustedes están llevando adelante. Ustedes sonmaestros en lanzarles señales a los mercados, pero no enlanzar señales a la sociedad, no. El día en que le examineel señor Aznar antes de marzo de 1998 y le pregunte cómova la economía, usted podrá decir: Muy bien. Si acto se-guido le pregunta cómo va la sociedad, usted, posible-mente le tendría que contestar: Mal, o: Sigue igual. Ése esel problema de fondo entre la macroeconomía o la políticade convergencia de cara a marzo de 1998 y la realidad.Cuando le pregunto por el empleo y de cara a conseguirlocomo objetivo fundamental en la política de convergencia,un objetivo concatenado, armónico, de todos los países,usted dice: No, el empleo es política nacional. ¿Cómolleva usted todos los instrumentos fuera de la política na-cional? Ahí están el plan de estabilidad y los bancos cen-trales, incluso con transferencia de soberanía. ¿Se lleva us-ted todos los instrumentos económicos fundamentalesfuera y sin embargo el empleo es objetivo nacional?¿Cómo se come eso, señor De Rato? Ahí está la contradic-ción. La economía puede ir muy bien, podemos estar muycerca de la convergencia, pero cada vez más lejos de unaconvergencia real en la cuestión del empleo con respecto alas medias europeas.

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El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señorAguirre.

El señor AGUIRRE RODRÍGUEZ: Señor Alcaraz,sabe S. S. que este portavoz es partidario de que los tonossean pausados y, por tanto, en ellos intervengo y así lo in-terpreto. Confío en no haber repartido ninguna galleta queno fuera puro pastel, pero tengo que decirle que he aten-dido puntualmente su intervención. Si quiere, incluso le re-paso, titular a titular, los puntos que ha tocado. En cual-quier caso, quiero decirle que mi grupo opina que si tuvié-ramos que seguir las recetas de su programa político enmateria económica relativo a la Unión Europea estaríamosposicionándonos claramente a favor de aislarnos de eseproceso de integración y mi grupo está en contra de queEspaña permanezca aislada de un proceso de integracióntan importante como el que estamos viviendo; en ningúncaso queremos repetir períodos de aislamiento que Españatuvo anteriormente.

En relación con las alusiones al Grupo Popular y su,parece ser, dudosa voluntad en tiempos pasados, le voy ahacer una invitación al portavoz del Grupo Socialista, yes que se repase las intervenciones que se han celebradoen esta Cámara en todos los temas y materias relativos ala Unión Europea y verá cómo todas y cada una de ellashan sido apoyadas, con su voto favorable por el GrupoPopular.

Tengo que reconocer que sí hay una diferencia entre laetapa del mandato socialista y la del Partido Popular. Enaquella ocasión los cuatro criterios de convergencia, défi-cit de inflación y tipos de interés, no se cumplían y se cum-plía el de deuda. Cuando terminó el mandato socialista in-clusive el de deuda se había lesionado y ya tampoco secumplía. A partir de que el Grupo Popular y su Gobiernoasumieron las tareas de responsabilidad de esta Adminis-tración tengo que reconocer, y podrá usted reconocerloconmigo, que esto de la inflación va bien, lo de los tipos deinterés va mejor, el tipo de déficit que tiene España estámuy de acuerdo con los criterios de convergencia y toda-vía mantenemos la deuda pública en los niveles en los quela heredamos de ustedes.

El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Mi-nistro.

El señor VICEPRESIDENTE SEGUNDO DEL GO-BIERNO Y MINISTRO DE ECONOMÍA Y HA-CIENDA (De Rato y Figaredo): Sobre las contradiccionesdel Grupo Popular, si éramos escépticos y las citas, no secohíba, déme las citas. Si hay personas en puestos de res-ponsabilidad en el Ministerio de Economía y Hacienda ac-tual que eran escépticos —cosa de la que yo no tengo nin-guna constancia, más bien la contraria—, están teniendoresultados a favor de la convergencia mucho mejores quelos de los que eran apasionados. Así pues, desde el puntode vista de los intereses nacionales, probablemente lo quejuega es la capacidad y no el voluntarismo. En cualquiercaso las citas siempre son muy útiles en el Parlamento parademostrar las afirmaciones y como tendremos muchas

ocasiones de debatir estos temas estoy seguro de que lasescucharé.

Tengo que decir que el Grupo Parlamentario Popular hasido siempre partidario de la integración europea y ha sidocrítico ante las políticas que no nos llevaban a la integra-ción europea. Pero puestos en 1996 lo que hemos hecho hasido cumplir los presupuestos, lo cual es novedoso. No secumplían nunca los presupuestos. Se han cumplido connosotros y quiero recordarle a S. S. que el cien por cien delajuste presupuestario para reducir el déficit público y for-mar parte de la Unión Europea lo ha hecho este Gobierno,con unos presupuestos heredados, pero ha sido este Go-bierno. No querría incidir más en el tema porque nos lle-varía mucho tiempo, pero simplemente se lo apunto paraque tengamos ocasión de ver en otro momento cuál era elcuadro macroeconómico que nos presentaron en los presu-puestos para 1996, aunque fueron prorrogados, y la reali-dad; ése es un debate que S. S. tendrá ocasión de tener con-migo y con mis compañeros en más de una ocasión.

Tormentas en los mercados. Devaluaciones de 400 pun-tos básicos de diferencia con el bono alemán e inestabili-dad política de verdad, como la que ha habido aquí a fina-les de 1995, sí son tormentas de los mercados. Yo com-prendo que desde el punto de vista de los experimentadosse diga que lo de ahora es cosa de niños. ¡Sin duda! No seha devaluado la peseta, no tenemos al Gobierno en una si-tuación de inestabilidad política creciente por razón de lascuestiones políticas y además nuestro diferencial de tiposde interés con Alemania se mueve entre por debajo de 100y alrededor de 120. Por tanto, estamos aguantando muchomejor la situación de credibilidad en los mercados.

Sostenibilidad del presupuesto de 1997. Usted con ellome plantea el presupuesto de 1998. ¡Ya tendrá usted oca-sión de debatir el presupuesto de 1998!

En cuanto a la regularización de balances, le insisto aS. S. en lo que ya he dicho a muchos de sus compañeros:que este año la Hacienda pública va a ganar dinero con laregularización de balances, y bastante, y que a partir delaño que viene la actividad económica y los efectos positi-vos de la mejora de financiación de las empresas van a sermás que suficientes para producir los efectos beneficiososen la recaudación; por cierto, lo mismo que sucedió enotras regularizaciones de balances anteriores.

Perspectivas financieras, el debate interno. Sin dudahay que tener un debate interno y la Administración lo estáteniendo. Nosotros estamos trabajando ya en cuáles son lasperspectivas financieras, es nuestra obligación, y segura-mente tenemos que tener escenarios distintos. Yo no creo—ni creo que sea una posición política que debamos acep-tar— que la Unión Europea no tenga políticas de cohesiónsocial internas ni políticas agrícolas, lo que pasa es que vaa haber un debate muy importante que en mi opinión nodebemos adelantar y no sólo porque no nos interesa, yaque la situación en la que estamos ahora la tenemos com-prometida a nuestro favor, sino también porque en estemomento hay una cierta presión en todos los países máscentrada en la reducción del déficit público que en otros te-mas, cosa absolutamente lógica en el proceso en el que es-tamos. En el año 1999 ya veremos cuáles son las priorida-

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des políticas en muchos países y cuáles son las cuestionesque hay que negociar políticamente con ellos. Yo creo quenosotros debemos esperar a ese momento. Seguramente laampliación, una vez creada la Unión Monetaria en el año1999, será una necesidad política mucho más clara, per-ceptible y medible de lo que es hoy y, por lo tanto, yo creoque a nosotros no nos corre nadie, si me permite la expre-sión. Es indudable que la Administración tiene que hacersus trabajos internos, así como los grupos políticos y sobretodo los que tienen responsabilidades en el ParlamentoEuropeo, y ése es un tema que nos va a llevar tiempo ydebates.

Las posiciones de los países cambian, como es natural,porque las prioridades políticas cambian. Conseguida laUnión Monetaria nos centraremos en otras prioridades po-líticas y veremos cuáles son. Las prioridades políticas es-pañolas las veremos en ese momento y tendrán que serparte de un consenso. Desde luego la Unión Europea tieneun trasfondo importante de cohesión y de políticas de soli-daridad, como lo tiene de políticas agrícolas, que no va adesaparecer en las perspectivas de 1999. Cuál sea su mate-rialización seguramente será una cuestión de debate im-portante, pero le repito que creo que debemos esperar a vercuáles son entonces las prioridades políticas de algunos denuestros socios, que a lo mejor no son exactamente las quevemos hoy, y eso puede ser ventajoso o no. Aunque eltema sea muy importante no lo vamos a mejorar por ade-lantarlo. Es posible que incluso lo empeoráramos si nos-otros ahora estableciéramos posiciones políticas que noscomprometieran en la negociación futura. Con esto notrato de ocultar nada de lo que los grupos, especialmente elsuyo que ha tenido responsabilidades de Gobierno, no seanplenamente conscientes.

El señor Alcaraz me habla de la inestabilidad política.Yo quiero decirle que en esta Comisión ha habido inter-venciones de todos los grupos y me parece que el Gobiernotiene una estabilidad política no sólo suficiente sino envi-diable y, por lo tanto, no tengo ninguna duda del manteni-miento de esta estabilidad y creo que además es lógico. Eslógico porque los partidos que apostaron por un Gobiernodel Partido Popular, cuyos dos principales objetivos eranasentar la financiación autonómica de los territorios comu-nes en un proceso de corresponsabilidad y garantizar laconvergencia, tienen más que motivos para estar satisfe-chos, porque hemos hecho esas dos cosas y, por tanto, eslógico. Los apoyos no son mágicos, los apoyos son porquesí, porque las cosas funcionan y los éxitos de la políticaeconómica del Gobierno deben compartirlos los gruposque apoyan al Gobierno; me parece que lo hacen y ademásme parece completamente lógico. Por tanto, estabilidadhay y yo creo que va a haber más como consecuencia deque la estabilidad es algo que proviene de la realidad y meda la sensación que los objetivos políticos compartidos,que son los que esta mañana se han debatido aquí, son cadavez más creíbles.

Su señoría insiste —y perdóneme que yo también tengaque insistir— en que estamos ante un ajuste permanente yyo le digo que no. El ajuste se produce cuando hay inesta-bilidad macroeconómica. Cuando hay estabilidad macro-

económica lo que puede haber es una política de austeridadque puede provenir —como ha dicho S. S. en su primera in-tervención— de una disminución de los gastos o de un au-mento de los ingresos o de ambas cosas. Pero no estamosante una situación de ajuste permanente. La economía es-pañola en este momento no está desajustada. Mire usted lasituación que tenemos por balanza por cuenta corriente,mire usted nuestra situación de inflación, mire usted la cre-dibilidad que tenemos en los mercados y no hable de ajuste,porque no estamos en una política de ajuste. Es verdad queel papel del Estado está cambiando y va a seguir cam-biando. Ahí seguramente S. S. y yo no estemos de acuerdoo a lo mejor en una cosas sí y en otras no, porque cuando seestudian los detalles se ve hasta qué punto uno está enacuerdo o en desacuerdo; por tanto tampoco quiero antici-par demasiados desacuerdos. No estamos en una política deajuste permanente. Estamos en una política de estabilidadcreciente y cuanta más estabilidad menos riesgos de ajuste.

Fondos estructurales. No estamos ante una organiza-ción de la derrota, señor Alcaraz. Para los años 1998 y1999 España tiene una posición firme y además efectiva ysólida —lo he dicho antes y lo reitero ahora— y, por tanto,no veo ningún riesgo en las perspectivas financieras eneste momento.

La negociación a partir del año 1999 será una negocia-ción importante, sin duda, como todas lo han sido, mar-cada por las prioridades políticas del futuro, que estaránmuy ligadas a la ampliación y, por tanto, nosotros tendre-mos muchas cosas que decir, como otros muchos —somosquince países y todos tendremos muchas cosas que de-cir—, pero yo no me precipitaría en esa cuestión, como nome precipitaría en el aceite de oliva. Lo que tenemos quehacer es defender nuestros intereses y nuestros derechosclaramente; creo que tenemos base para hacerlo, y lo esta-mos haciendo en el tema de las OCM de productos medi-terráneos, en concreto del aceite de oliva. Estoy seguro deque para ello contaremos con el respaldo de su señoría.

Respecto al empleo, S. S. ha dicho que van bien losmercados y va mal la sociedad. Yo me conformo con queel empleo en España aumente, el consumo aumente, elahorro aumente y la confianza aumente. Usted, a lo mejor,cree que eso no es suficiente. Si esas cuatro cosas aumen-tan, aumentan mediblemente, es decir, si hay más genteempleada, si el consumo aumenta, si hay más ahorro pri-vado en las familias y si hay más confianza, yo creo que lasociedad estará mejor, mucho mejor. Si hay otras variablesque S. S. quiere introducir, estoy dispuesto a verlas, perodeclaraciones genéricas sobre la sociedad reconocerá S. S.que me son difíciles de contestar o, al revés, muy fáciles decontestar, por lo tanto, preferiría centrarme en esas cuatrometas, que son todas ellas medibles y lo podemos compro-bar a lo largo de los meses.

El empleo es una política nacional; sin duda, es una po-lítica nacional. Es más, en España las políticas activas es-tán siendo no sólo nacionales sino autonómicas, y me pa-rece lógico. Nosotros defendemos que el empleo es unapolítica nacional. Otra cosa es que S. S. me diga: Es quehemos renunciado a toda política económica. Su señoríaestá completamente equivocado. Hemos renunciado o es-

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tamos aceptando una cosoberanía o una integración enEuropa de decisiones sobre política monetaria que en estemomento tampoco dependen exclusivamente de los países.El tipo de cambio no depende exclusivamente de los paí-ses, hace mucho tiempo que dejó de depender de los paí-ses. Depende de los mercados y, probablemente, estamosmucho más sólidos frente a los mercados en una integra-ción europea que no exclusivamente solos; y he hecho re-ferencia a eso antes, hablando del conjunto de Europa res-pecto a la política americana. Pero hay muchas cosas quese pueden hacer: la liberalización de mercados o no, la mo-dernización de mercados, la reestructuración de lo que esel funcionamiento de la competencia, el abrir la competen-cia cada vez más en nuestro país, la reforma de los tributos.Hay muchas cosas que tenemos que hacer. No crea ustedque porque se cree el Banco Central Europeo no vamos a

tener mucho trabajo que hacer si queremos mejorar la vidaconcreta de los españoles. En ese sentido, creo que todaslas ayudas son pocas.

Señor Presidente, quiero finalizar —creo que he contes-tado a todo lo que me han planteado— agradeciendo a losgrupos parlamentarios de la Comisión su atención y suamabilidad. Espero que podamos mantener en el futuromayores grados de colaboración y, sobre todo, de informa-ción por parte del Gobierno de las futuras decisiones quese produzcan durante la presidencia holandesa y el princi-pio de la presidencia de Luxemburgo.

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias.Se levanta la sesión.

Eran las dos y veinticinco minutos de la tarde.

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