como criar a un niño moderno

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Consejos prácticos para la crianza de los hijos en el contexto moderno

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ANIVERSARIO 2014 - VIERNES 07COMO INSTRUIR A LOS NIOS MODERNOSBOSQUEJOProverbios 22:6 (RVC)6Ensea al nio a seguir fielmente su camino,y aunque llegue a anciano no se apartar de l.ESQUEMA1. Cambio de valores.1.1. Valores de crtica de la sociedad.1.2. Valores hedonistas.1.3. Valores individualistas.2. Implicaciones para los cristianos.2.1. Ensear a confiar en la vida.2.2. Ensear el valor del propio esfuerzo.2.3. Educar los sentimientos.2.4. Ensear autocontrol.2.5. Abonar el terreno para que germine la fe.2.6. Inculcar las tres virtudes cristianas.INTRODUCCINVctor Hugo escribi en su magistral novela, Los miserables, que el porvenir est en manos de los maestros de escuela, refirindose a que el futuro de una nacin depende de la educacin que reciben sus ciudadanos. Sin embargo, no slo son los maestros quienes educan, como sealaba un contemporneo de Vctor Hugo, el filsofo norteamericano Ralph Waldo Emerson: Vosotros mandis a vuestros hijos al maestro, pero son los nios de la escuela quienes los educan. Hoy podramos decir que, aparte del maestro y los compaeros, existen en nuestra sociedad muchas ms entidades, a veces demasiadas, que aspiran a ensear, instruir y dirigir a jvenes, adolescentes o nios. Unas, con toda la intencin de hacerlo, y otras casi sin proponrselo, como la televisin, el cine, los grupos musicales, los juegos de ordenador, las revistas y los cmics, la literatura, ciertas declaraciones y comportamientos de determinados deportistas, y hasta intervenciones de futurlogos o adivinos de turno.No slo asistimos a la proliferacin de grupos que contribuyen a adoctrinar, sino tambin a una confusin de valores y contravalores que se mezclan entre s, desorientando y deformando muchas conciencias infantiles o inmaduras. DIEZ ACTITUDES QUE REVELAN A UN NIO MALCRIADOEducar a un hijo no es una tarea fcil. Pero hay indicios que nos advierten que estamos en el mal camino.1. Abusa de los berrinches. Ya sean en pblico o en el hogar, los enojos desmedidos son una clara seal de un nio demasiado mimado.2. Nunca est satisfecho. Los nios demasiado consentidos siempre querrn ms de lo que tienen. Si es de otro, mejor. 3. No ayuda en las tareas del hogar. Nadie pretende que aseen toda su habitacin o hagan la cena, pero luego de los primeros aos debera colaborar con cosas mnimas, como guardar sus juguetes. 4. Quiere controlar a los adultos. Un nio malcriado no diferencia entre el trato que merecen sus amiguitos y los mayores. 5. Te avergenza en pblico. No tiene lmites con sus actitudes ante otros mayores. Con tal de llamar la atencin, el malcriado no dudar en hacerte pasar los peores momentos. 6. No comparte. A partir de los 4 aos, los nios deberan estar ms dispuestos a compartir sus cosas con sus amigos y hermanos. 7. Tienes que rogarle. Como no reconocen a la autoridad, cada pedido que les haces es un ruego. Desde terminar la tarea hasta lavarse los dientes tienen en la previa una interminable negociacin. 8. Te ignora. A ningn nio le gusta escuchar la palabra "no", pero no debera ignorarte cuando hablas con l. 9. No juega solo. Los pedagogos consideran que a los 4 aos un nio ya debe divertirse por su cuenta, aunque sea por intervalos pequeos de tiempo. Que necesite siempre de un padre o un compaero demuestra su necesidad de atencin.10. Tienes que sobornarlo. No deberamos tener que sobornar a nuestros hijos con dinero, golosinas o juguetes para que hagan las tareas diarias.

2. Implicaciones para los cristianos.Cmo debemos educar hoy desde la fe? Qu valores deben transmitir a sus hijos las familias cristianas, la propia Iglesia y sus instituciones educativas? Existen muchos valores y actitudes que los creyentes debemos seguir transmitiendo a nuestros jvenes, adolescentes y nios, precisamente en estos tiempos de crisis o prdida de ideales. Podemos agruparlos en cinco puntos concretos.2.1. Ensear a confiar en la vida.Hoy no se quiere pensar en el pasado, ni en el futuro, nicamente en el momento presente. De ah que se viva al da y se busquen las satisfacciones inmediatas. No se confa en los dems, ni en el maana, ni en el trabajo o las instituciones, la poltica o la religin. No obstante, los nios necesitan aprender una actitud positiva para con su existencia, porque saber que la vida tiene valor y que el mundo posee sentido les da una certeza emocional. Esta confianza en la vida, les proporcionar la fuerza y el valor necesario para enfrentarse a las malas experiencias, las dudas, los miedos y los problemas.Para los creyentes, semejante actitud bsica se concreta ante todo en la confianza en Dios. El cristiano ve el mundo y la vida de manera positiva porque cree en un Creador personal que lo ha hecho todo bueno y que ama su obra. Es lo que expresa el salmista al decir: En ti, oh Seor, he confiado; no sea yo confundido jams (Sal. 31:1). No me defraudes jams!, dice la versin Dios habla hoy.Y cmo podemos inculcarles esta confianza?Lo ms importante ser siempre la actitud personal frente a la vida. Los padres o los educadores, no podrn nunca inculcar ideas positivas, si ellos mismos estn desanimados y envueltos en zozobras. De poco sirve, a la larga, que los padres sigan observando unos hbitos cristianos externos que no responden a su conviccin personal. Cuando se ha desvanecido la fe en Dios y en la vida eterna, resulta muy difcil comunicarle sentido a la vida de los hijos.Necesitamos vivir en Cristo!2.2. Ensear el valor del propio esfuerzo.Esto es lo que podra llamarse tambin la laboriosidad. El libro de Proverbios (6: 6-8) lo expresa con una ilustracin casi infantil: Ve a la hormiga, oh perezoso, mira sus caminos y s sabio; la cual no teniendo capitn, ni gobernador; ni seor, prepara en el verano su comida, y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento; y en Proverbios (30:26): Los conejos, pueblo nada esforzado, y ponen su casa en la piedra. Se trata de saber hacer bien las cosas, de ser eficientes, aprender a ser esforzados, sufridos, constantes, pacientes, cuidadosos, ordenados y responsables. En nuestros das y en el mundo occidental, casi estn de moda los defectos opuestos: La pereza, la bsqueda constante de la comodidad, la pasividad, la tendencia a que a uno le hagan las cosas.De ah la necesidad de que los padres y educadores creyentes sepamos exigir a los nios que sean activos en el juego y en el trabajo, que realicen todas las tareas, que produzcan algo con sus propias manos, que construyan cosas, que sirvan, limitarles el uso de la televisin y de los dems juegos pasivos, ensearles a colaborar en los trabajos domsticos, acostumbrarlos a ser autosuficientes, a bastarse a s mismos.Ud mismo debe ser su ejemplo.2.3. Educar los sentimientos.Es lo que podra llamarse educacin emocional o el cultivo del corazn. Se trata de ensearles aestablecer vnculos con todo aquello que dar sentido a su vida. Las relaciones con los familiares, parientes y amigos, con las personas que nos sirven de modelo, con la comunidad de aquellos que comparten nuestra misma fe, en la Iglesia, y sobre todo, con Dios, ensendoles el valor de la oracin personal, as como la capacidad para recogerse interiormente.Tal apertura a los dems, el tacto personal, la cortesa y disposicin a hacer que los otros sean felices es lo que les proporcionar un techo psicolgico, un hogar espiritual. Pero el cultivo del corazn supone tambin formar actitudes como el sentimiento de admiracin por todo lo bueno y bello que hay en el mundo. Despertar en ellos esa sensibilidad que hizo decir al salmista: Cuando veo tus cielos, obra de tus dedo, la Luna y las estrellas que t firmaste, digo: qu es el hombre para que tengas de l memoria? (Sal. 8:3-4) o los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos (Sal. 19:1). Cuntas horas habra pasado el salmista, durante las noches clidasde Palestina, mirando al cielo?No obstante, durante esta poca posmoderna, estamos asistiendo a la multiplicacin de las criaturas que viven psicolgicamente sin hogar, que subsisten con miedo ante el mundo y ante la vida, que padecen una sensacin de vaco existencial, de falta de alegra, de aburrimiento y negativismo. Y esto les genera ansias por poseer, envidia, odio hacia todo y hacia todos, as como un gusto por destruir, principalmente aquello que no les pertenece, desde cabinas telefnicas hasta viviendas habitadas por inmigrantes. Y todo esto por qu? Porque no se les ha sabido formar, porque no se les ha inculcado el fin primordial de toda educacin, no se les ha cultivado el corazn, ni se ha despertado en ellos una actitud positiva para con su propia existencia.2.4. Ensear autocontrol.El Nuevo Testamento indica que uno de los frutos del espritu es la templanza (G. 5:23), es decir, el dominio propio, el equilibrio personal en el uso de los bienes materiales, los deseos y los placeres. La moderacin y la sobriedad, en todos los mbitos de la vida, es el consejo que da Pablo a Tito (2:12):...ensendolos que, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente.Este debe ser tambin un aspecto importante en la educacin de nuestros das, porque estamos viendo como muchas personas, especialmente adolescentes y jvenes, se abandonan a s mismos, su voluntad flojea y empiezan a consentrselo todo; y esta falta de dominio y autocontrol lleva, en muchos casos, a la drogadiccin.Esa nefasta meca del Hedonismo, ya anunciada por Haldous Huxley en su novela Un mundo feliz. En el fondo existe una incapacidad para soportar nada, miedo a la responsabilidad y una excesiva valoracin del yo frente a la infravaloracin de los dems.La Biblia dice que el ser humano es por naturaleza impulsivo, codicioso y egosta, por lo que necesita ser educado, disciplinado y controlado. De ah la necesidad de que los padres y educadores cristianos deban despertar en los pequeos la autodisciplina.2.5. Abonar el terreno para que germine la fe.Puede el ser humano aprender a creer y mantener esa fe a lo largo de su vida? La experiencia muestra que s, que eso es factible. La Biblia nos lo ensea claramente, en el libro de los Proverbios (22: 6): Instruye al nio en su camino, y an cuando fuere viejo no se apartar de l. O lo que es similar, si se endereza el vstago, recto ser el rbol. Sin embargo, lo que hoy da abunda no es la fe cristiana, sino la falta de fe, la prdida de la misma y la incapacidad de creer. En la actualidad reina la confusin, el desconcierto y la inseguridad, incluso entre los propios creyentes. Cmo podemos, desde esta situacin, ensear las virtudes cristianas a las jvenes generaciones? Cmo es posible seguir hablndoles de Jesucristo en medio de la cultura materialista y ensearles a creer en l?La educacin racional de la fe cristiana slo puede tener xito hoy si coinciden dos condiciones: el estilo de vida de los padres y la voluntad de creer de los hijos. El testimonio de las personas con las que uno convive afectivamente parece ser una condicin necesaria para adquirir y conservar la fe en Jesucristo, pero, a la vez, no se puede ser cristiano, ni hacerse cristiano, ni ayudar a otro a hacersecristiano, sin saber o querer distinguir el bien del mal, sin tener conciencia de pecado, sin conocerse a uno mismo, sin arrepentimiento, sin querer cambiar de vida. Quien dice que quiere los fines de la educacin cristiana, pero no est dispuesto a cambiar su estilo de vida, quiere la flor, pero sin la raz o el tallo; es decir, la quiere en vano. Hay muchos padres que no creen, pero llevan sus hijos a escuelas religiosas, para que estos aprendan, por lo menos, a saber lo que es bueno. Tal comportamiento est casi siempre condenado al fracaso.2.6. Inculcar las tres virtudes cristianas.Veamos finalmente cules son las tres virtudes cristianas que debemos continuar transmitiendo a nuestros hijos:a. La fe: Sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que e que se acerca a Dios crea que existe y que recompensa a quienes le buscan (He. 11:6).b. La esperanza: Pero nosotros esperamos, segn sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia (2 P. 3:13).c. El amor: Jess le dijo: Amars al Seor tu Dios con todo tu corazn, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y mas grande mandamiento. Y el segundo es semejante:Amars a tu prjimo como a ti mismo (Mr. 22:37-39).Los creyentes debemos seguir enseando, en la era de la globalizacin, la confianza en la vida, el esfuerzo personal, el cultivo del corazn, el autocontrol y la fe en Jesucristo. Cmo? Mediante el ejemplo de vidas comprometidas que constrian a nuestros hijos a imitarnos.