COMENTARIO: Sigue S. Marcos contando los primeros milagros de Jesús en Galilea. Aún no ha pasado por Judea. Jerusalén está lejos y el peligro del templo aún no ha hecho su aparición en el quehacer diario del grupo. Hemos visto a Jesús rompiendo el sábado para devolver la salud, la dignidad y la libertad a un leproso; le hemos visto en la sinagoga liberando a otro de sus ataduras malignas; libera de sus fiebres a la suegra de Pedro y hoy le encontramos hablando al pueblo, rodeado por una cantidad tal de gente que impiden el paso a la casa. Se dan todas las condiciones para que un paralítico lo siga siendo, pues no puede acceder a la curación. Y esta es una de las enseñanzas del fragmento del Evangelio que leemos hoy: la compasión y la fe de otros es suficiente para obrar el prodigio de la curación. Unan curación que tiene un prólogo: primero Jesús perdona los pecados del paralítico, porque esto es lo importante; después cura el cuerpo tullido. Alrededor de Jesús hay “unos letrados sentados” listos para censurar; interponiéndose e impidiendo el paso. No hacen nada bueno, solo están listos para buscar errores y condenarlos. Es un eterno problema: los que están sólidamente asentados, socialmente considerados y en posición de dominio, temen perder su status y se convierten en fieles guardianes de una ortodoxia prefabricada a su medida. Sería bueno que pensáramos hasta que punto estamos nosotros “sentados”, estableciendo nuestra verdad y cerrando el camino a la verdad de Cristo, que trata de abrirse paso hasta las gentes que esperan, ávidas de verdad, escuchar la voz de Jesús que abre el camino a la liberación; que señala la puerta por donde se puede entrar al Reino, es decir: que el hombre se encuentre a sí mismo y pueda encontrar a Dios en su interior. Puede que tenga alguna importancia el que solamente un hecho, un milagro, se ha producido en la sinagoga; el resto se han producido en descampado, al lado del camino o en la casa. No lo han sido en el templo, donde los sabios dicen que mora Dios, sino en la intimidad. Jesús nos dice, y nos va a seguir diciendo, que lo importante es el hombre, no las estructuras que se montes sobre él para oprimirle, para hacerle paralítico. Y estemos atentos: puede que tu fe, nuestra fe, sea necesaria para que otro encuentre a Cristo en el camino.

(D)Félix García S. OP . ORACIÓN

Señor, estoy esperando encontrarte y escuchar que me dices: “Levántate

y anda” Amen www.dominicos.org/laicosop/recursos (Materiales)

LAICOS DOMINICOS Viveiro

7º DOMINGO del TIEMPO ORDINARIO “B” 19 de febrero de 2.012

“ ...contigo hablo: levántate”

LITURGIA DE LA PALABRA LECTURA DEL LIBRO DE ISAÍAS 43,18-19.21-22.24-25 Esto dice el Señor: No recordéis lo de antaño, no penséis en lo antiguo; mirad que realizo algo nuevo; ya está brotando, ¿no lo notáis?. Abriré un camino por el desierto, ríos en el yermo, para apagar la sed del pueblo que yo formé, para que proclamara mi alianza. Pero tú no me invocabas, Jacob; no te esforzabas por mí, Israel; no me saciabas con la grasa de tus sacrificios; pero me avasallabas con tus pecados, y me cansabas con tus culpas. Yo, yo era quien por mi cuenta borraba tus crímenes y no me acordaba de tus pecados.

SALMO 40R/ Sáname, Señor, porque he pecado contra ti Dichoso el que cuida del pobre y desvalido, / en el día aciago lo pondrá a salvo el Señor.

El Señor lo guarda y lo conserva en vida R para que sea dichoso en la tierra, / y no lo entrega a la saña de sus enemigos. R

El Señor lo sostendrá en el lecho del dolor, / calmará los dolores de su enfermedad. Yo dije: «Señor, ten misericordia / sáname porque he pecado contra ti» R

A mí en cambio me conservas la salud / me mantienes siempre en tu presencia. Bendito el Señor, Dios de Israel, / ahora y por siempre. Amén. Amén R

LECTURA DE LA 1ª CARTA DE S. PABLO A CORINTIOS 1, 18-22 Hermanos: ¡Dios me es testigo! La palabra que os dirigimos no fue primero «si» y luego «no». Cristo Jesús, el Hijo de Dios, el que Silvano, Timoteo y yo os hemos anunciado, no fue primero "sí" y luego «no» en él todo se ha convertido en un "sí"; en él todas las promesas han recibido un "sí". Y por él podemos responder «Amén» a Dios, para gloria suya. Dios es quien nos confirma en Cristo a nosotros junto con vosotros. Él nos ha ungido. Él nos ha sellado, y ha puesto en nuestros corazones, como prenda suya, el Espíritu.

PENSAMIENTO: El texto de Isaías que hoy leemos, situado temporalmente al final del destierro de Babilonia, deja ver a un Dios rico en misericordia, que borra los crímenes y olvida los pecados. Es un avance del mensaje que Jesús nos traerá después. El Dios justiciero y vengativo del Antiguo Testamento, comienza a dejar ver claramente su faz misericordiosa. Es posible que el pueblo elegido se haya contaminado con la religión y los dioses babilónicos; es posible que sus idolatrías fueran mayores que sus fidelidades. Sin embargo, Dios, abre sus brazos al pueblo y muestra su misericordia y su amor al pueblo que está preparando desde antiguo para que en él se haga vida su Palabra. Es un mensaje plenamente actual, tal vez de todos los tiempos, pues el hombre ha olvidado a Dios y se ha marchado siguiendo a otros dioses más atractivos, aparentemente menos exigentes , sobre todo, más divertidos. El dios dinero, el dios poder, el dios soberbia, incluso el dios ciencia, han arrastrado al hombre a sus templos, alejándole del camino del Dios que sigue siendo la meta final, que perdona, que olvida y sigue derrochando su amor con los hombres.

Y nosotros, ¿Cuántas veces hemos dejado a Dios de lado para poder asistir a un espectáculo, partido, fiesta, etc. ¿Cuántas veces hemos dejado el encuentro semanal con Dios porque estamos cansados? Pues bien: Dios no se ha olvidado de nosotros. Nos está mirando con amor maternal, borrando nuestras faltas, olvidando nuestros pecados. La Misericordia de Dios no se acaba.

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS 2, 1-12 Cuando a los pocos días volvió Jesús a Cafarnaún, se supo que estaba en casa. Acudieron tantos, que no quedaba sitio ni en la puerta. Él les proponía la Palabra. Llegaron cuatro llevando un paralítico, y como no podían meterlo por el gentío, levantaron unas tejas encima de donde estaba Jesús, abrieron un boquete y descolgaron la camilla con el paralítico Viendo Jesús la fe que tenían, le dijo al paralítico: «Hijo, tus pecados quedan perdonados.» Unos letrados, que estaban allí sentados, pensaban para sus adentros: ¿Por qué habla éste así? Blasfema. ¿Quién puede perdonar pecados fuera de Dios? Jesús se dio cuenta de lo que pensaban y les dijo: «¿Por qué pensáis eso? ¿Qué es más fácil: decirle al paralítico «tus pecados quedan perdonados» o decirle "levántate, coge tu camilla y echa a andar»? Pues, para que veáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados... entonces le dijo al paralítico: «Contigo hablo: Levántate, coge tu camilla y vete a tu casa» Se levantó inmediatamente, cogió la camilla y salió a la vista de todos. Se quedaron atónitos y daban gloria a Dios diciendo: «Nunca hemos visto una cosa igual"

CANTO: ( CLN O 5 ) 1.En la fracción del pan nos das,

Señor, tu salvación. Nos das tu vida-Cuerpo y Sangre-

fruto de tu amor. .....

4.Los desvalidos comerán y el hambre saciarán;

alaben al Señor / los que le buscan en la fe.

5.Yo soy el Pan de vida; / el que crea vivirá, y yo le resucitaré para la eternidad.

6.Yo vengo a dar la salvación, / no vengo a condenar; el Padre me ha enviado

para que encontréis la paz.

DOMINGO 7º del T. O. “B” SALUDO:

Hermanos: Hoy la liturgia nos presenta a Jesús haciendo que un hombre, dependiente para todo de los demás, se ponga en pie y comience a vivir libre. Junto al paralítico nos presenta a cuatro hombres cuya fe hace posible que el inválido llegue junto a Jesús y se produzca su curación. Si nos preguntamos como estamos nosotros puede que lleguemos a descubrir que somos el paralítico, inmóviles en una fe que, a fuerza de vivirla rutinariamente ha dejado de moverse y está esperando que alguien nos ayude a llegar junto a Cristo para que podamos recuperarnos y caminar nuevamente. También puede que se nos pida que seamos los que ayuden a otros paralíticos a volver a caminar en la fe. Es posible que seamos las dos cosas a la vez. Que esta Eucaristía que vamos a celebrar nos permita comprender nuestra misión y llevarla a cabo.

CELEBRANTE: Presentemos ... ... diciendo, ESCÚCHANOS, SEÑOR

1. Por el Papa, los obispos y cuantos formamos la

Iglesia de Cristo, para que sepamos ayudar a quien lo necesita y compartir nuestros bienes, OREMOS

2. Por los enfermos, los ancianos, los que necesitan

nuestra compañía y nuestra ayuda, para que siendo fieles al Evangelio se la prestemos con alegría, OREMOS

3. Por los pobres, los parados y todos aquellos que

necesitan ayuda para vivir con dignidad, para que seamos los amigos que les ayudan a reclamar y conseguir lo que les corresponde, OREMOS

4. Por los que trabajan en las parroquias y en los

movimientos cristianos, para que tengan siempre la fe suficiente y la actitud de servicio que Jesús pide, OREMOS

5. Por los que celebramos esta Eucaristía, para que al

compartir la mesa del Señor aprendamos a responder generosamente a la petición de los hermanos necesitados que esperan nuestra ayuda, OREMOS