Universidad Nacional Autónoma de México

Facultad de Estudios Superiores Zaragoza

López León Jorge Enrique

1504-B

Alienación

24/10/13

Schaff, A. (1979). La alienación como fenómeno social. Barcelona: Crítica-Grijalbo. Versión libre, 1-12.

Me resultó muy complicado el entender los conceptos de alienación y enajenación expuestos en la lectura, de repente me pareció que los intercambiaba el autor de manera indistinta, de manera que me vi forzado a buscar otros textos para complementar este y no quedarme con las dudas. Es probable que la confusión partiera del uso coloquial de la palabra enajenación y de lo poco familiar, a pesar de las lecturas pasadas donde se tocaba de manera superficial, que resulta el concepto de alienación. Entiendo la alienación como el desconocimiento del valor de la producción humana, llámese trabajo físico o intelectual, creatividad, pensamiento o cultura que lleva a la enajenación de dicho producto, es decir a la percepción de un alejamiento entre el sujeto creador y el fruto de su esfuerzo; de esta forma, el trabajo indeseado, hecho a la fuerza sin motivación interna hacía el desarrollo de las capacidades intrínsecas del ser humano, es un trabajo alienado. Este fenómeno se puede dar tanto objetivamente, como de manera subjetiva. Karl Marx argumenta que la alienación económica da pie a que se de en otros ámbitos, de manera que puede llegar hasta el punto en que el individuo no se percibe a sí a gusto mismo, respecto a las normas dominantes. Esto lleva a un vacío, debido a que la vida de los seres humanos debe tener un fin, un ideal, una meta. Así, tratamos de llenar el hueco en nuestro ser; actualmente el modelo de producción capitalista encierra la enfermedad y la cura, o más bien el placebo, donde nos da lo necesario para tratar de sobrellevar la falta de identidad mediante la generación de necesidades para atenderlas mediante el consumo. Cuantos de nosotros no anhelamos tener lo último en tecnología, moda, ver la película más reciente, adquirir el CD hit del mes, acudir a esa obra de teatro que tanto esperábamos (porque la cultura se ha enajenado en el momento en que se entiende como una mercancía más) y sentirnos liberados, aunque sea momentáneamente, de la carga que representa el ser partícipe de una sociedad, como lo plantea Erich Fromm, neurótica. Bajo esta idea, el hombre se encuentra enfermo y la sociedad le da medios para mantener a raya las

manifestaciones neuróticas que llegara a tener, todo dentro de sus normas. Es interesante entonces replantear el modelo de enfermedad psíquica, ya que Fromm plantea que las personas con comportamientos anormales (mal vistos por la mayoría) simplemente desahogan su neuroticísmo de diferente manera, de formas que la sociedad no aprueba y se encarga de censurar. Si bien no es el tema principal, es interesante tocarlo aquí, ya que se relaciona con la alienación en cuanto a la falsa sensación de bienestar a la que estamos condenados al ignorar, disimular o infravalorar la enajenación de la plusvalía del trabajo. Un mundo donde a los seres humanos se les considere un fin y no un medio actualmente está lejos, como estuvo lejos de la época de Víctor Hugo a pesar de que él concebía como imposible que las desigualdades y el analfabetismo ocurrieran en nuestra época, sin embargo, no debemos rendirnos ante tal situación, ya que eso también sería alienación, los cambios son posibles, precisamente porque somos creadores de las estructuras opresoras, las que nos mantienen en estado de letargo, debemos prepararnos, esforzarnos por conocer más sobre los procesos de producción, la enajenación, familiarizarnos con conceptos como la plusvalía, la economía local o comunitaria, alentar el valor utilitario de las cosas y el valor intrínseco de las personas para alentar un verdadero desarrollo humano.