comentario los fusilados

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Comentario sobre el propósito de Los fusilados de Cipriano Campos Alatorre Universidad Autónoma Metropolitana Lectura y Escritura I Antolín Nava Gilberto No cabe duda de que el propósito de la novela corta Los fusilados es de tipo más social que estético. Su finalidad es la denuncia y critica de la sociedad del México revolucionario. Lo cual se ilustra mediante la “objetividad” con la que el autor describe tanto a los personajes de la obra, inmersos en la lucha “agrarista”, como a los paisajes mexicanos de la primera mitad del siglo XX, llenos de desolación y tristeza. A través de estos dos elementos, el narrador logra hacer del lector, más que participe de una experiencia de lo bello estético, testigo critico de una sociedad caída en la barbarie. Entendida esta como violencia pura que el autor se cuida de describir a través de afirmaciones como “Un machetazo había dado en el blanco. Con un hombro casi desprendido y regando la tierra con su sangre cayo de rodillas”. 1 En su obra, Campos Alatorre, quien fuera gran amigo de Salvador Novo y Efrén Hernández, dos de los Contemporáneos, plasmo en fragmento el retrato de un México vivido, y sufrido, por las legiones zapatistas que, después de la 1 Alatorre, Campos, Cipriano. Los fusilados. Pág. 72.

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Page 1: Comentario Los Fusilados

Comentario sobre el propósito de Los fusilados de Cipriano Campos Alatorre

Universidad Autónoma Metropolitana

Lectura y Escritura I

Antolín Nava Gilberto

No cabe duda de que el propósito de la novela corta Los fusilados es de

tipo más social que estético. Su finalidad es la denuncia y critica de la sociedad del

México revolucionario. Lo cual se ilustra mediante la “objetividad” con la que el

autor describe tanto a los personajes de la obra, inmersos en la lucha “agrarista”,

como a los paisajes mexicanos de la primera mitad del siglo XX, llenos de

desolación y tristeza.

A través de estos dos elementos, el narrador logra hacer del lector, más

que participe de una experiencia de lo bello estético, testigo critico de una

sociedad caída en la barbarie. Entendida esta como violencia pura que el autor se

cuida de describir a través de afirmaciones como “Un machetazo había dado en el

blanco. Con un hombro casi desprendido y regando la tierra con su sangre cayo

de rodillas”.1

En su obra, Campos Alatorre, quien fuera gran amigo de Salvador Novo y

Efrén Hernández, dos de los Contemporáneos, plasmo en fragmento el retrato de

un México vivido, y sufrido, por las legiones zapatistas que, después de la muerte

de Madero, se enfrentaron durante 1815 en una guerra de facciones contra los

carrancistas. En este retrato conjunto de los zapatistas, resaltan sobre las demás

figuras en pena, tres hombres agobiados por la lucha que, como promesa de la

revolución, clamaban por la repartición agraria: Simón, Santiago y Evaristo.

Por medio de este trio el autor no vacila en presentar la ambigüedad

ideológica de la lucha revolucionaria. Pues si por una parte Evaristo, mando del

pequeño grupo zapatista, es consciente políticamente hablando de la lucha por la

repartición de la tierra”; por otra, Simón, un obrero común, ignora en un primer

momento toda significación de la lucha armada, pues hace ver que su inserción en 1 Alatorre, Campos, Cipriano. Los fusilados. Pág. 72.

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las filas de los zapatistas se debió más al azar y a una idea confusa de la muerte

que a la convicción libertaria. Revelando en contraste de una subjetividad

“normal”, lo que Anadeli Bencomo llamaría una “subjetividad anómala”,

característica primordial de la novela corta en México.2

A través de la construcción de este tipo de subjetividades el autor relata

una historia antiépica, esto es, una historia llena de desilusión, de derrota, de

fracaso. Una historia donde los héroes han devenido presas precisamente de la

historia misma. Pues a diferencia de un héroe épico como el Odiseo homérico,

que a pesar de la multiplicidad de su experiencia lograba conformar su identidad

como sujeto; Evaristo, Santiago y Simón no logran sobrevivir a las contradicciones

históricas, mucho menos construir una subjetividad reconciliada con su quehacer

como campesinos y obreros.

2 Cfr. El ensayo “La novela corta en México: relato antiépico y subjetividades anómalas” de Anadeli Bencomo en Bencomo, Anadeli; Eudave Cecilia (coord.) En breve la novela corta en México. Pág. 16.