comentario lacan y el tiempo lógico

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Mis consideraciones sobre el seminario “Sujeto, Tiempo Lógico y Lenguaje” Por Diana Melisa Paredes Oviedo El tiempo ha atravesado todas nuestras discusiones, no es gratuito que en el título de este seminario esté ubicado entre el sujeto y el lenguaje, quizá puente o quizá piedra de tropiezo. Ha servido para clasificar los niveles de civilidad de un pueblo frente a otro, la posesión de mecanismos para aprehenderlo se constituye en indicio de su complejidad. Hablamos entonces de un tiempo estructurante, cuyas manifestaciones fluctúan, pero que está siempre ahí y el modo de nombrarlo obedece a las contingencias de la lengua, pero se hace visible en todas las acciones de nombrarse y darse un lugar que emprenden los hombres. Tiempo contingente y necesario, un tiempo que está y un concepto de tiempo-o muchos- a pensar, tratamos de apresarlo e inventamos rejillas para ello y con el fin de que no se escape inventamos formas de correspondencia entre nuestros objetos y ese discurrir. Las representaciones del tiempo tienen historia, cuando nos aproximamos a la pregunta por su estatuto ontológico podemos observar que no es sencillo definirlo. Estamos en él y se abalanza sobre nosotros, es red de relaciones, es una urdimbre y síntesis de lo que llamamos pasado, presente y futuro; lo percibimos como continuum pero nuestra percepción está mediada por la simbólica construida en torno a él a lo largo de esos siglos y generaciones que no recordamos. Ya Cohéleth ,en la tradición judeo-cristiana, había dado lugar a una pregunta agónica por el tiempo, nos habla en el Capítulo 3 del momento oportuno: Hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa: 3.1 un tiempo para nacer y un tiempo para morir, un tiempo para plantar y un tiempo para arrancar lo plantado; 3:3 un tiempo para matar y un tiempo para curar, un tiempo para demoler y un tiempo para edificar;3:8 un tiempo para amar y un tiempo para odiar, un tiempo de guerra y un tiempo de paz. Como he mencionado, el tiempo y el símbolo se encuentran estrechamente relacionados y Cohéleth nos muestra modos en que ese tiempo se traduce o presenta. Pero, ¿Cómo simboliza el hombre?, o mejor, ¿Qué es simbolizar? Sobre esto no habrá postura final, comprendo que cuando en muchas ocasiones decimos algo para ocultar, lo que hacemos es mostrar. Siguiendo este tipo de razonamiento puede inferirse que ese decir del tiempo confirma lo que negamos: no sabemos qué es pero lo desearíamos saber para tener la máquina del “tiempo”. En el decir del que se analiza, en el decir del que se filma y envía su video suicida en la web hay un intento de congelarse, de retroceder en el tiempo y comprender o de apresurarse en este mismo y explicar, todo es cuestión de tiempo. Ese lenguaje temporalizado es el que nos hace ser y darnos una duración, fui, soy y seré. Oculta y muestra, con él le atribuyo cosas a lo que veo y digo que algo es porque

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Síntesis del seminario Lacan: Sujeto, tiempo y lenguaje.

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  • Mis consideraciones sobre el seminario Sujeto, Tiempo Lgico y Lenguaje

    Por Diana Melisa Paredes Oviedo

    El tiempo ha atravesado todas nuestras discusiones, no es gratuito que en el ttulo de

    este seminario est ubicado entre el sujeto y el lenguaje, quiz puente o quiz piedra

    de tropiezo. Ha servido para clasificar los niveles de civilidad de un pueblo frente a

    otro, la posesin de mecanismos para aprehenderlo se constituye en indicio de su

    complejidad. Hablamos entonces de un tiempo estructurante, cuyas manifestaciones

    fluctan, pero que est siempre ah y el modo de nombrarlo obedece a las

    contingencias de la lengua, pero se hace visible en todas las acciones de nombrarse y

    darse un lugar que emprenden los hombres. Tiempo contingente y necesario, un

    tiempo que est y un concepto de tiempo-o muchos- a pensar, tratamos de apresarlo e

    inventamos rejillas para ello y con el fin de que no se escape inventamos formas de

    correspondencia entre nuestros objetos y ese discurrir.

    Las representaciones del tiempo tienen historia, cuando nos aproximamos a la

    pregunta por su estatuto ontolgico podemos observar que no es sencillo definirlo.

    Estamos en l y se abalanza sobre nosotros, es red de relaciones, es una urdimbre y

    sntesis de lo que llamamos pasado, presente y futuro; lo percibimos como continuum

    pero nuestra percepcin est mediada por la simblica construida en torno a l a lo

    largo de esos siglos y generaciones que no recordamos. Ya Cohleth ,en la tradicin

    judeo-cristiana, haba dado lugar a una pregunta agnica por el tiempo, nos habla en el

    Captulo 3 del momento oportuno: Hay un momento para todo y un tiempo para cada

    cosa: 3.1 un tiempo para nacer y un tiempo para morir, un tiempo para plantar y un

    tiempo para arrancar lo plantado; 3:3 un tiempo para matar y un tiempo para curar,

    un tiempo para demoler y un tiempo para edificar;3:8 un tiempo para amar y un

    tiempo para odiar, un tiempo de guerra y un tiempo de paz.

    Como he mencionado, el tiempo y el smbolo se encuentran estrechamente

    relacionados y Cohleth nos muestra modos en que ese tiempo se traduce o presenta.

    Pero, Cmo simboliza el hombre?, o mejor, Qu es simbolizar? Sobre esto no habr

    postura final, comprendo que cuando en muchas ocasiones decimos algo para ocultar,

    lo que hacemos es mostrar. Siguiendo este tipo de razonamiento puede inferirse que

    ese decir del tiempo confirma lo que negamos: no sabemos qu es pero lo desearamos

    saber para tener la mquina del tiempo. En el decir del que se analiza, en el decir del

    que se filma y enva su video suicida en la web hay un intento de congelarse, de

    retroceder en el tiempo y comprender o de apresurarse en este mismo y explicar, todo

    es cuestin de tiempo.

    Ese lenguaje temporalizado es el que nos hace ser y darnos una duracin, fui, soy y

    ser. Oculta y muestra, con l le atribuyo cosas a lo que veo y digo que algo es porque

  • ya ha sido para alguien. El lenguaje es pues lugar de reencuentro, donde interpreto,

    reinterpreto y soy interpretado, me sumo a las explicaciones heredadas, explico y

    puedo ser explicado. Entonces simbolizo porque otro simboliza, lo hago para que

    quien siga en la cadena pueda verme, yo pueda ser pensado por l: existo al poder ser

    representado. Cuando nacemos, somos pequeos homo sapiens a quienes otros

    destinan sus palabras, no soy sujeto cognoscente porque an no he podido tomar la

    palabra, pero cuando lo logro observo que esta liberacin me hace dependiente del

    otro, de su asistencia presente en el lenguaje, en el que me toc pero que pudo ser

    otro, que pudo ser de otro modo y que exigira otro nombre.

    El lenguaje me pone, en efecto, frente a eso que soy y lo que son los otros. Es espejo,

    porque el otro con su lengua me constituye, me alieno a esa imagen que l otro ofrece

    de m, pero puedo moverme y ver cmo soy espejo para otro. Me encuentro en esa

    dinmica reflejado-reflejar, pero la veo aunque no s si la comprendo, por este camino

    la desnaturalizo, me vuelvo para m pero sabiendo que no soy yo sin el otro. No soy

    sin ese que piensa o razona como yo, que trata de moverse de manera anloga a mis

    esfuerzos, de emitir juicios con las mismas dudas y titubeos porque en cada paso dado

    hay un jugarse la vida. Acto en el tiempo, puedo suspender y volver infinitamente, o

    puedo resolver, realizar en un horizonte temporal y ah ser.