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Redacción general: Martha Verónica Álvarez MolaSergio Ravelo López

Edición: Yainiris Díaz Salomón Isora Gutiérrez Romero

Corrección: Mirta R. SuárezRealización de cubierta: Albert Zayas AlarcónRealización computarizada: Idis Manals Casañas

© Martha Verónica Álvarez Mola Sergio Ravelo López, 2007© Sobre la presente edición: Casa Editorial Verde Olivo, 2008

ISBN: 978-959-224-251-7 segunda edición, corregida

(ISBN: 978-959-224-234-0 primera edición)

Todos los derechos reservados. Esta publicaciónno puede ser reproducida, ni en todo ni en parte,en ningún soporte sin la autorización por escritode la editorial

Casa Editorial Verde OlivoAvenida Independencia y San PedroApartado 6916. CP 10693Plaza de la Revolución, Ciudad de La Habana

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La realización de este libro ha sido posible gracias ala labor de la Comisión de Historia del Departamentode Sanidad del Segundo Frente Oriental “Frank País”;al esfuerzo de los profesores Alipio Rodríguez Rivera yJosé A. Llorens Figueroa; al decisivo apoyo de la Co-misión de Historia del Segundo Frente, presidida porel comandante Belarmino Castilla Mas, y al concursode todos aquellos combatientes que brindaron sus tes-timonios y vivencias de esos meses de incesante lucha.

En sus páginas la comisión trató de recoger lo mássignificativo de la vida y la labor de este departamen-to, así como reflejar la presencia y actuación de susintegrantes. Sin embargo, dadas las particularidades deeste trabajo y en aras de centrar la mayor atención enlas concepciones y principios que rigieron la organi-zación de la sanidad militar en el Segundo Frente porlo que ello puede aportar, no solo como informaciónhistórica sino además como experiencia, no es posiblemencionar a todas las personas que brindaron, de unau otra forma, su aporte a esta inolvidable página denuestro quehacer revolucionario. Cada una de ellasqueda reflejada en esta, la historia de la que fueronprotagonistas.

JOSÉ RAMÓN MACHADO VENTURA

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Al leer la historia del papel que desempeñaron loshombres y mujeres de la sanidad militar en la victorio-sa guerra librada para darle a nuestro pueblo el dere-cho a una sociedad plena de justicia social –como fueronlos sueños de Martí–, comprendemos mejor la trascen-dencia de la importante y humana misión realizada.

No teníamos experiencia previa, muchos de los queprestamos servicio como médicos, apenas nos había-mos graduado, pero la decisión de lucha y la direc-ción y organización de nuestros jefes nos permitieronsalir adelante en el cumplimiento del deber.

Atender y curar a nuestros compañeros, hacerlessentir que sus vidas tenían en nosotros seguros guar-dianes, conocer de muy cerca la miseria de los pobla-dores de las montañas, contribuir a aliviarles sussufrimientos e incluso salvar en ocasiones sus vidas,nos hizo entender con mayor fuerza la esencia y lanecesidad de la Revolución que se gestaba.

La capacidad organizativa desplegada tanto ennuestro frente como en los restantes del Ejército Rebel-de al solucionar las diversas y complejas situacionesque se presentaban durante los combates; las accio-nes para rechazar la ofensiva de las tropas de la tiraníaen sus intentos de aniquilarnos; la ininterrumpida con-traofensiva rebelde desplegada posteriormente, queculminó con la derrota del ejército de la dictadura,asesorado y armado por el imperio yanqui, requirieronde la adopción de ingentes decisiones y rápidos des-plazamientos de nuestras instalaciones sanitarias enel teatro de operaciones y constituyeron ejemplos dela capacidad y experiencia adquiridas.

El escenario del Segundo Frente Oriental “FrankPaís” fue una verdadera escuela para la vida que nos

Prólogo

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tocaría vivir tras el triunfo de la Revolución. En aque-llos días de combate compartimos con valiosos compa-ñeros, entre ellos quien fue nuestro jefe, el compañeroMachado –lo conocíamos de la época en que éramosestudiantes de medicina– quien demostró, en el des-empeño de su responsabilidad, capacidad organizativay flexibilidad para adoptar, en correspondencia con lasituación militar, las decisiones adecuadas y las me-didas necesarias en cada etapa de la guerra. Nos hizocomprender e interiorizar cuán importante era la dis-ciplina y la consagración para cumplir, en cualquiermomento, nuestras responsabilidades.

En el decurso de los enfrentamientos aprendimos asalvar vidas, a curar, casi sin recursos, a nuestros com-pañeros, medios que fueron incrementándose y me-jorando en la medida que se ampliaba el territoriodominado por nuestras tropas. Entendimos que eso solose podía lograr cuando se toma conciencia del senti-do de aquella guerra en la que pusimos, junto a la con-ciencia, el corazón y la disyuntiva de libertad o muerte.

En ese bregar influyó decisivamente el jefe delfrente, el compañero Raúl Castro, que nos condujoexitosamente a todos en tan difíciles y definitorios mo-mentos, que no solo dirigió militarmente el frente sinoque, además, organizó un verdadero gobierno en el terri-torio liberado, que nos enseñó el valor de la disciplinay la constancia. Que tanto en la guerra, como despuésde ella, ha sido un singular ejemplo de cómo un revo-lucionario debe cumplir su deber. Lo que aprendimosbajo sus órdenes marcó para siempre nuestro sentidode la vida.

Cuánto de esa experiencia nos sirvió para empren-der las nuevas tareas que nos trazara nuestro Coman-dante en Jefe para construir una nueva sociedad, deforma que la salud pública no fuera un simple servicioadministrativo del gobierno sino esencia de la ideolo-gía de la Revolución Cubana, contenida en las ideasde Fidel.

Leer esta historia nos ha traído hermosos y arraiga-dos recuerdos y, junto con ellos, pensamos lo útil queella será para los jóvenes que estudian medicina y lasnuevas generaciones de trabajadores de la salud paracomprender mejor dónde están las raíces de lo que hoytenemos, de dónde surgió la posibilidad de contar con

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la moderna tecnología que la Revolución pone ennuestras manos, cómo se forjó el triunfo sobre una so-ciedad irracional, regida por una dictadura vasalla delos Estados Unidos, lo que hizo posible, por primera vezen nuestra historia, que la salud fuera realmente underecho inalienable del pueblo.

Fidel nos ha dicho que la mayor riqueza de la Revo-lución es su capital humano. Libro como este, que rela-ta la epopeya de nuestra guerra emancipadora, sirvepara fortalecer mucho más la conciencia revolucio-naria de nuestros jóvenes, para comprender mejor dedónde venimos y la causa que defendemos, para ar-gumentar con creces por qué hoy puede ser realidadel fortalecimiento y perfeccionamiento de nuestra so-ciedad bajo la dirección de nuestro Comandante enJefe en el período más extraordinario de la Revolu-ción, en momentos en los que, como nunca antes, sehan abierto de par en par las puertas de nuestro so-cialismo a la sociedad plena de justicia social queaspiraba Martí y en los cuales se concretan, en otrastierras, las esperanzas de un destino justo para elmundo.

En las decenas de miles de trabajadores de la saludque hoy se consagran abnegadamente en todo nues-tro país, en los treinta mil de ellos que ofrecen su soli-daridad humana por el mundo, en los más de cien milcompañeras y compañeros que han prestado servicios apartir de 1963 en cien naciones, está el espíritu de aque-llos hombres y mujeres de la sanidad militar de todos losfrentes rebeldes. El Servicio Social Médico Rural fue laconsecuencia inmediata después del triunfo de la Re-volución. Allí, en los lugares donde combatimos, nacióuna salud pública que es admirada y respetada en elmundo.

Importante resulta, tener siempre en nuestras mentesque la hermosa sociedad que construimos, distingui-da por la solidaridad humana de los hombres y mu-jeres de esta tierra, y en particular por los trabajadoresde la salud, ha sido posible por nuestra guerra revo-lucionaria, la cual mostró cómo un pueblo decididopor su destino saltó de la nada a la gloria, pero con-vencido que toda ella cabe en un grano de maíz.

JOSÉ RAMÓN BALAGUER CABRERA

ÍndicePrólogo / 9

Introducción / 13

Antecedentes / 17

Surgimiento de la Sanidad Militaren el Ejército Rebelde / 25

El Cuerpo de Sanidad del Segundo FrenteOriental “Frank País” / 41

Transformaciones en la estructura del Cuerpo de Sanidad. Etapa de consolidacióny expansión del Segundo Frente / 69

Labor del Departamento de Sanidad delSegundo Frente Oriental “Frank País”al final de la guerra / 85

Conclusiones / 95

Anexos / 99

Testimonio gráfico / 117

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Este libro tiene el propósito de dar a conocer la labordesarrollada por el Departamento de Sanidad del Se-gundo Frente Oriental “Frank País” desde su creaciónen abril de 1958, con la denominación inicial de Cuer-po de Sanidad, hasta enero de 1959 en que concluyósu labor.

En él se expone, de manera resumida, la contribu-ción que brindó el Departamento de Sanidad al exito-so desarrollo de la campaña militar que tuvo lugar enel territorio que ocupaba ese frente guerrillero.

Resaltar las características organizativas y los prin-cipios que guiaron el trabajo de ese departamento, asícomo el fruto de aquella labor, constituye una mo-desta pero valiosa contribución al conocimiento denuestra historia. Además, las enseñanzas que del es-tudio de esta experiencia se derivan pueden resultarde gran utilidad en la preparación del país para elenfrentamiento de una agresión armada, aplicable, enespecial, en aquellos casos en que la confrontacióndeba desarrollarse en las condiciones de una guerrairregular.

Durante la lucha armada contra el régimen deFulgencio Batista la sanidad rebelde desempeñó unpapel significativo. En su conocida obra La guerra deguerrillas, Ernesto Che Guevara, sobre la base de losconocimientos que le aportó su desempeño como mé-dico y guerrillero, reflexionó:

Uno de los graves problemas que confronta elguerrillero es su indefensión frente a todos losaccidentes de la vida que lleva y sobre todo frentea las heridas y enfermedades, muy frecuentes

Introducción

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en la guerra de guerrillas. El médico cumple enla guerrilla una función de extraordinariaimportancia, no solo la estricta de salvar vidas,en que muchas veces su intervención científi-ca no cuenta, dado los mínimos recursos de queestá dotado, sino también en la tarea de respal-dar moralmente al enfermo y de hacerle sentirque junto a él hay una persona dedicada contodos sus esfuerzos a aminorar sus males y laseguridad de que esa persona va a permane-cer al lado del herido o enfermo hasta que secure o pase el peligro.1

Gracias a la previsión del Comandante en Jefe FidelCastro Ruz, el Ejército Rebelde contó, desde un inicio,con la participación de médicos y otros integrantesdel sector de la salud que cumplieron su quehacerprofesional en las más difíciles condiciones. Ellostienen, además, el mérito histórico de que al tiempoque desarrollaban su importante misión humanitaria,en muchos casos, tuvieron que desempeñarse tambiéncomo combatientes.

Pero, habría que agregar otro aspecto que eleva lasignificación de la labor de los médicos guerrilleros yes el hecho de que –según los principios concebidospor el Comandante en Jefe– la labor de la sanidad mi-litar revolucionaria se hizo extensiva a la poblacióncivil de los territorios donde actuaban fuerzas rebel-des. Al mismo tiempo se brindó asistencia médica, sinreservas, al propio enemigo.

La población campesina de los lugares en que seasentaron los frentes guerrilleros, carente absoluta-mente de servicios médicos, recibió los beneficios dela presencia de las fuerzas revolucionarias. Estas nosolo le brindaron atención sino que, además, compar-tieron los limitados recursos con que contaban.

Ello contribuyó a la unidad de los humildes habi-tantes de aquellas regiones con los rebeldes y cons-tituyó, en sí mismo, un importante trabajo político con

1 Ernesto Che Guevara: “La guerra de guerrillas”, Escritos y dis-cursos, t. 1, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1972,p. 135.

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la población, la cual apreció con claridad que aquellalucha era no solo por derrocar a la tiranía sino, sobretodo, para llevar a vías de hecho un cambio radical,en todos los órdenes, en la vida de injusticias y pri-vaciones en que estaban sumidos los sectores pobresdel país.

Esta situación había sido denunciada por FidelCastro, durante el juicio que se les siguió a los partici-pantes en las acciones del 26 de julio de 1953, en sualegato de autodefensa, conocido como La historia meabsolverá.

En aquella brillante exposición de los males queazotaban al país Fidel señaló:

De tanta miseria solo es posible librarse con lamuerte; y a eso sí los ayuda el Estado: a morir.El noventa por ciento de los niños del campoestá devorado por parásitos que se les filtrandesde la tierra por las uñas de los pies descal-zos. La sociedad se conmueve ante la noticiadel secuestro o el asesinato de una criatura,pero permanece criminalmente indiferenteante el asesinato en masa que se comete contantos miles y miles de niños que muerentodos los años por falta de recursos, agonizan-do entre los estertores del dolor, y cuyos ojosinocentes, ya en ellos el brillo de la muerte,parecen mirar hacia lo infinito como pidiendoperdón para el egoísmo humano y que no caigasobre los hombres la maldición de Dios […]2

Y en efecto, esta fue la dramática situación queencontraron los médicos rebeldes cuando llegaron alos territorios de los frentes guerrilleros y que comen-zaron a afrontar en la medida de sus posibilidades.

Aun cuando en este texto se dedica un espacio a lalabor de sanidad militar en las guerras de indepen-dencia y en el Primer Frente “José Martí”, no se hapretendido abundar en la historia de estos. No obstante,

2 Fidel Castro: La Historia me absolverá, Ediciones Verde Olivo,La Habana, 2003, p. 56.

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sí consideramos necesario dedicar al menos unas pá-ginas a lo que fue no solo su antecedente sino, ade-más, cimiento de la labor médico sanitaria realizadaen el Segundo Frente Oriental “Frank País”.

En la reconstrucción histórica de la labor del De-partamento de Sanidad, no consideramos en modo al-guno haber agotado el tema. Queda abierto a quienesse interesen en él y se dispongan a ampliar y profun-dizar en su significado histórico.

El Departamento de Sanidad del Segundo Frente“Frank País”, al igual que los servicios médicos delPrimer Frente “José Martí” y los restantes serviciosde la sanidad militar creados en los frentes, escri-bieron innumerables páginas de sacrificio y heroísmoque han sido simiente y aliento a los nuevos profesio-nales, técnicos y trabajadores de la salud durante másde cuatro décadas de lucha por la defensa de nuestraRevolución, tanto en los combates de Playa Girón,como en la Lucha contrabandidos y en las misionesinternacionalistas. En estas últimas, los servicios mé-dicos cubanos han estado presentes cumpliendo conlos sagrados compromisos contraídos con la patria yla Revolución.

En aquel legado está la raigambre de la profundarevolución en la esfera de la salud que ha llevado acabo nuestro país desde 1959 y que hoy ha alcanzadoniveles que sitúan a Cuba entre los primeros en elmundo en esta esfera y en el desarrollo científico.

La consagración y entrega de los fundadores de lamedicina revolucionaria hoy se multiplican en milesde médicos, técnicos y especialistas que brindan lomejor de sí –en ocasiones en adversas condiciones– tan-to en nuestro país como en numerosas naciones, con elmismo espíritu revolucionario, humano y profesional dela sanidad militar del glorioso Ejército Rebelde.

LA COMISIÓN

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La sanidad militar durante las guerras por la independencia

En los albores del enfrentamiento armado por laindependencia de Cuba, iniciado el 10 de octubre de1868, fue necesario constituir un organismo de sani-dad militar que se ocupara de los heridos en campañay del estado médico sanitario de las tropas.

Las difíciles condiciones que tuvieron que afrontarlos mambises en la manigua –sujetos a las inclemen-cias del tiempo, la escasez de alimentos y las numerosasenfermedades infecciosas y carenciales– causaron,como es lógico, bajas en ambos bandos contendien-tes. Por su parte, la población civil de las regiones enconflicto también sufrió los rigores de la guerra contrágicas secuelas de enfermedad y muerte.

A pocos meses del inicio de la Guerra de los DiezAños, el 9 de julio de 1869, fue promulgada la Ley deOrganización Militar que dio vida al Cuerpo de Sani-dad. Este quedó subordinado al Cuartel General.

Como jefe de Sanidad fue designado, el 4 de abrilde 1870, el doctor Serapio Arteaga Quesada, con elgrado de teniente coronel. Al frente de cada uno delos tres estados en que fue dividida en aquel momentola República en Armas, fueron designados el doctorAntonio Luaces Iraola, en Oriente; en Camagüey, JoséRamón Boza y en Las Villas, José Figueroa Velis y comojefe de Farmacia, Manuel Valdés.3

Antecedentes

3 Véase, Raúl Izquierdo Canosa: La logística mambisa, Centro deInformación para la Defensa, La Habana, 1991, pp. 86-93.

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El cuerpo estaba organizado en: médicos de primeraclase o mayores, que ejercían en los hospitales y osten-taban el grado de comandantes, y médicos de segundaclase; así como farmacéuticos, que actuaban en loscampamentos, con el grado de capitán, ayudados porpracticantes. Existían, además, médicos inspectoressubordinados directamente al jefe del Cuerpo de Sa-nidad de cada estado.

En 1873, fue promulgada una nueva legislaciónque ajustaba la estructura del Cuerpo de Sanidad ala organización territorial vigente, o sea, Oriente y Oc-cidente.

La situación médico sanitaria para las tropas eramuy compleja debido, por un lado, a la falta de medi-camentos para tratar las heridas de armas blancas yde fuego y, por otro, a los accidentes. La gangrena y eltétanos cobraron numerosas vidas a pesar del esfuer-zo de los galenos.

Las difíciles condiciones de la manigua y la ausen-cia de instrumental adecuado complicaban mucho lasintervenciones quirúrgicas, en especial las ampu-taciones por heridas infectadas.

Las expediciones que lograron llegar a Cuba duran-te los primeros años de la contienda contribuyeron aatenuar la carencia de medicinas, materiales de cura-ción e instrumental quirúrgico. En varias de ellas arri-baron médicos, dentistas y estudiantes de esas ramaspara sumarse a la lucha, aunque el grueso de los es-pecialistas que integraron el Ejército Libertador radi-caba en la isla.

Otras vías de abastecimiento fueron los envíos clan-destinos desde pueblos y ciudades, las requisas durantela toma de lugares poblados y, en menor medida, losasaltos a convoyes militares del enemigo.

Otro factor que hacía más compleja la labor médicosanitaria resultaban las enfermedades infecciosas entreellas: el cólera, la viruela, el paludismo y las gastroin-testinales como consecuencia, en gran medida, de laprecaria situación de los hombres en campaña, quienesse veían obligados a moverse constantemente bajo lasinclemencias del tiempo, asediados por mosquitos yotros vectores, y bajo los efectos de una deficiente ali-mentación, la utilización de agua contaminada y es-casas posibilidades de aseo personal.

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En aquellas aciagas condiciones, la mujer cubanadesempeñó un papel relevante en los hospitales desangre.* Allí cuidaban y alimentaban, con muy pocosrecursos, a los heridos. En muchas ocasiones, lospropios médicos y el personal de asistencia se vieronen la necesidad de acudir a los conocimientos que,gracias a la tradición y sabiduría populares trasmitíanlas mujeres, para suplir, con la llamada medicinaverde, la ausencia de fármacos. También, debían de-fender hasta con sus propias vidas a los combatientes,pues esos centros, al igual que las prefecturas, eran bus-cados afanosamente por el enemigo, en especial por losllamados “guerrilleros”, asesinos de la peor calaña.

Culminada la Guerra Grande muchos médicosindependentistas partieron a la emigración, donde sevincularon con la lucha por reiniciar la contienda eintegraron las filas del Partido Revolucionario Cubano(PRC). Otros permanecieron en el país y continuaron elejercicio de su profesión en espera del resurgir de unenfrentamiento armado contra la metrópoli. Ejemplode ello fue el doctor Fermín Valdés Domínguez, entra-ñable amigo de Martí, quien desde época tan tempranacomo 1881 comenzó su ejercicio profesional comomédico y una destacada labor revolucionaria.

Durante la Guerra de 1895 la presencia de médi-cos en las filas mambisas se hizo aún más patente.Varios de ellos alcanzaron altas responsabilidades tan-to militares como civiles, y una buena parte ostentógrados militares en reconocimiento a su consagracióny valor. Uno de los primeros médicos en incorporarse aesta contienda fue el doctor Frank Agramonte, expe-dicionario de la goleta Honor, que entró por Duaba el1ro de abril de 1895.

A inicios de septiembre de ese año, el mayor generalAntonio Maceo se encontraba enfermo con trastornosestomacales y requirió los servicios del doctor Guillermo

* Hospitales de sangre: Rústicas instalaciones hospitalariasconstruidas por los mambises en las zonas de las prefec-turas o en los lugares de difícil acceso, para protegerlos delenemigo. Ante la falta de personal médico sanitario, por logeneral, eran atendidos por mujeres campesinas que utiliza-ban la medicina verde y otros tratamientos empíricos.

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Fernández Mascaró, puertorriqueño de nacimiento,quien fue ascendido al grado de teniente coronel ydesignado, posteriormente, jefe de Sanidad de la di-visión.

Al crearse la Columna Invasora, el lugartenientegeneral Antonio Maceo nombró al coronel JoaquínCastillo Duany, jefe de Sanidad. Como médicos perso-nales para la campaña que se avecinaba designó a loscoroneles Guillermo Fernández Mascaró y HugoRoberts Fernández.

Por entonces, ya se destacaba en Las Villas la figuradel doctor Juan Bruno Zayas, joven habanero que habíaalcanzado en la región gran prestigio como profesio-nal y revolucionario, y quien se incorporó en MalTiempo, con un destacamento de caballería bien equi-pado y disciplinado, a la Columna Invasora. A él sesumó otro galeno, el doctor Nicolás Alberdi Golzari.

Por su parte, el doctor Fermín Valdés Domínguezregresó del exilio en Cayo Hueso, en la expedición delvapor James Woodall, dirigida por los mayores genera-les Carlos Roloff, Serafín Sánchez y José MaríaRodríguez Rodríguez, Mayía, quienes desembarcaronpor playa Tayabacoa, el 24 de julio de 1895. En esamisma expedición llegaron los dentistas RaimundoSánchez Valdivia y Francisco Gonzalo Otazo. En la or-ganización de la sanidad militar del Cuarto Cuerpo deEjército de Las Villas colaboró Valdés Domínguez, yfue nombrado jefe por el propio Roloff. En septiembrede ese año participó como delegado, por Camagüey, ala Asamblea de Jimaguayú. Además, organizó loscuerpos de sanidad de varias brigadas. Desempeñólos cargos de subsecretario de Relaciones Exterioresdurante el gobierno de Salvador Cisneros Betancourt,jefe de despacho del Cuartel General del GeneralísimoMáximo Gómez y jefe de la sanidad militar del primerCuerpo de Ejército de Oriente.

Hubo también destacados profesores universitarios,como el doctor Francisco Domínguez Roldán, que alestallar la guerra se incorporó al Ejército Libertadorbajo las órdenes de Pedro Betancourt y otros, como elnotable cirujano Enrique Núñez Palomino, quien re-cogió con esmero en sus memorias las experienciasde tres años de la guerra, en los que atendió a tres-cientos treinta y cuatro heridos.

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Este galeno, cuya efigie se levanta en el HospitalDocente “Calixto García” en merecido homenaje, alconcluir la contienda presentó a la Academia de Cien-cias de Cuba el trabajo “Consideraciones sobre lasintervenciones quirúrgicas de heridas producidas porarma de fuego”.4 En él expuso las características de lasheridas producidas por los proyectiles de los fusilesutilizados. También abordó la conducta terapéuticaante diferentes lesiones de partes blandas, fracturasóseas; así como otras de tipo vasculares y de las grandescavidades.

Núñez Palomino dedicó este valioso trabajo a lamemoria de los médicos caídos en campaña: FedericoIncháustegui, Oscar Primelles, Juan Bruno Zayas, Fran-cisco Hernández Ramos, Miguel Bacallao, HerminioCeulino, Alfredo Virgilio Ledón, Antonio López Pérez,Estanislao Argudían, Luis Delgado, entre otros.

El 13 de junio de 1896, en el combate de San Gabrielde Lombillo, durante la Campaña de Pinar del Río, elcoronel Hugo Roberts, médico del Cuartel General,resultó gravemente herido. Maceo ordenó al doctorMáximo Zertucha que lo visitara y luego se dirigiera alCuartel General para ocupar el cargo de este. En el Ofi-cio No. 874 le ordenó al comandante y prefecto del cam-pamento de La Vigía, José Manuel Barrios, lo siguiente:

Le recomiendo con todo encarecimiento al doctorHugo Roberts, jefe de Sanidad del 5to. Cuerpode Ejército. Digno de toda clase de considera-ciones sé que merecerá de Ud. el más solícitocuidado y la asistencia más exquisita, aloján-dolo, si Ud. no tiene inconveniente en su pro-pia casa, a donde iré a visitarlo alguna vez.5

Las experiencias acumuladas sirvieron para confor-mar una sólida estructura de sanidad militar. Por laLey de Organización Militar de 1897 fue creado el Ins-tituto de Sanidad Militar. Este dependía, en lo orga-nizativo, de la Secretaría de la Guerra; del jefe superior

4 Véase, Archivo del Museo de las Ciencias.5 Archivo Nacional de Cuba, Fondo Antonio Maceo, Correspon-dencia.

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del Cuerpo de Sanidad, en lo profesional; y del Generalen Jefe, en sus aspectos generales.6

Este cuerpo estaba integrado por una plana mayorcon el personal científico, que incluía a médicos y far-macéuticos, y por las brigadas, con personas sin títulopero con experiencia. La plana mayor estaba formadapor el director jefe, con rango de brigadier; los jefes desanidad, coroneles; los de división, tenientes corone-les; los de brigada, comandantes; y los de regimientoso batallones, capitanes.

Los cuarteles generales del General en Jefe y del lugar-teniente general, los de los jefes de departamentos mili-tares, del inspector general del ejército y el Consejo deGobierno tenían asignados un equipo médico.

Durante los enfrentamientos armados no pocos deellos entregaron heroicamente sus vidas. Así lo escri-biera Martí al referirse al doctor José Miguel Párragadurante la Guerra de los Diez Años, quien fue alcan-zado por el fuego enemigo mientras atendía a un heri-do: “[…] vio de cerca la muerte sin temblar [...]”7

El 1ro de enero de 1897 se puso en vigor la CartillaInstructiva, un manual de procedimientos de urgen-cias con el fin de ayudar a practicantes y enfermerospara atender los distintos tipos de heridas por armasblancas, de fuego y otras.

A fines de la contienda se dio a conocer el Regla-mento de sanidad militar. Este documento oficializóla práctica, llevada a cabo por la propia experienciadel conflicto, de dividir el servicio de sanidad militaren: servicio móvil, el cual se trasladaba con las tropas encampaña; y servicios inmóviles, que incluían los hospi-tales fijos, farmacias, algunos centros de vacunacióncontra la viruela, estos últimos dirigidos, entre otros,por el doctor Guillermo Fernández Mascaró.

Los hospitales de sangre eran los encargados de re-coger a los heridos, brindarles primeros auxilios ytrasladarlos, si era posible y necesario, a los hospitalesfijos, prefecturas o casas de particulares para reponerse.

6 Véase, Ley de Organización Militar, 1897, Instituto de His-toria de Cuba, Archivo.

7 José Martí: “Patria”, 14 de mayo de 1892, OC, t. 5, Editorial deCiencias Sociales, La Habana, 1975, p. 364.

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Existían, además, las llamadas ambulancias que eranpuestos médicos que seguían a las tropas y se desple-gaban detrás de estas; los puestos de socorro que seadelantaban lo más posible a los lugares donde se li-braban los combates, aprovechando para enmascarar-se las condiciones del terreno; y los camilleros osanitarios que realizaban el traslado de los heridos ylos clasificaban según su gravedad. Para trasladarloseran designados un oficial y una escolta y se estable-cía una ruta fija con el objetivo de asegurar una mejorprotección.

Los heridos leves que se encontraran cerca de sus do-micilios eran autorizados, por el jefe de sanidad corres-pondiente, a recuperarse con sus familias.

En todos los casos, la sanidad militar se ajustó, antetodo, a las condiciones del teatro de operaciones mili-tares, al personal médico y paramédico con que conta-ba cada territorio, a las particularidades y topografíade la región del país en que tenían lugar las acciones,entre otros factores.

Hoy nuestra historia recoge los nombres de más deun centenar de médicos y estudiantes que partici-paron en la Guerra de 1895. Seis alcanzaron gradosde brigadier: Eugenio Sánchez Agramonte, EugenioMolinet Amorón, Hugo Roberts, Daniel Gispert, San-tiago García Cañizares y Eusebio Hernández. Trecealcanzaron el de coronel, cuarenta y ocho el de te-niente coronel y catorce el de capitán. Diecisiete ca-yeron en combate, entre ellos Federico IncháusteguiCabrera, Oscar Primelles y Juan Bruno Zayas.

Varios médicos desempeñaron, además, cargos yservicios ajenos a la sanidad militar: Juan Bruno Zayas,Fermín Valdés Domínguez y Joaquín Castillo Duanypor solo mencionar algunos.8

Junto a los médicos lucharon treinta y siete farma-céuticos, dirigidos por el doctor Gonzalo Otazo, nue-ve de los cuales, cayeron en combate; así como veintiúndentistas, entre los que se encontraba Juan Emilio dela Caridad Núñez Rodríguez. La entereza de estoshombres queda sintetizada en Jaime Recasens, quien

8 Véase, Miguel Varona Guerrero: La Guerra de Independencia,vol. 3, Editorial Lex, 1946, pp. 1866-1880.

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murió de tuberculosis en Trilladeritas al negarse a aban-donar el campo insurrecto.

Muchas de las particularidades y experiencias de lasanidad militar mambisa fueron reeditadas durantela lucha armada contra la tiranía de Batista. Ante elnuevo llamado de la patria y en muy adversas condicio-nes, médicos, estomatólogos, farmacéuticos, estudian-tes, sanitarios o personas decididas a brindar su aporte,integraron las filas de la sanidad militar rebelde.

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El 15 de mayo de 1955 Fidel Castro y los demás par-ticipantes en las acciones del 26 de julio de 1953 quese encontraban detenidos en el llamado Presidio Mo-delo de la entonces Isla de Pinos, fueron amnistiadostras un fuerte movimiento popular.

Antes de partir al exilio y mientras desarrollaba unabreve, pero fructífera campaña contra el régimen, sos-tuvo importantes reuniones para el futuro de la lucha yconstituyó la Dirección Nacional del Movimiento 26 deJulio, el 12 de junio de 1955.

Con el objetivo de preparar al grupo de revolucio-narios que reiniciaría en Cuba la lucha armada con-tra la tiranía de Fulgencio Batista, Fidel partió haciaMéxico el día 7 de julio de 1955.

En tierra azteca conoció al joven médico argentinoErnesto Guevara de la Serna. El Che, como trascen-dería después en la historia, antes del primer encuentrocon Fidel, ya conocía de la lucha de los cubanos, fuedurante su estancia en Guatemala, donde coincidió ycompartió largas jornadas con Antonio López, Ñico,exilado en aquel país luego de su participación en elataque al cuartel Carlos Manuel de Céspedes de Baya-mo, el 26 de julio de 1953.

Tras una larga conversación con Fidel, el Che quedóincorporado como médico del futuro destacamentoguerrillero que se preparaba en México para iniciar lalucha en las montañas cubanas. Al rememorar sutrascendental encuentro con el líder cubano, el Cheescribió: “Lo conocí en una de esas frías noches deMéxico, y recuerdo que nuestra primera discusiónversó sobre política internacional. A las pocas horas

Surgimiento de la sanidad militar en el Ejército Rebelde

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2do- Para el mejor funcionamiento de los hos-pitales, es necesario suprimir las visitas sincausas justificadas, rigiéndose para esto, porel horario que esté señalado por el director.3ro- He sabido que muchas veces llegan pa-quetes conteniendo medicinas o materialesquirúrgicos, los cuales son interceptados porlas avanzadas y en ocasiones retenidos y hastausados, sin autorización para ello. Es impres-cindible que tan pronto llegue cualquier tipode medicamento, sean enviados con la mayorurgencia posible al hospital de la zona.Al exponerle los anteriores puntos, lo hago conla certeza de que tendré de ustedes la máximacooperación como ha sido hasta el presente, locual motiva como jefe del Cuerpo de SanidadMilitar mi más sincero agradecimiento paratodos.A los veintitrés días del mes de julio de 1958.

LIBERTAD O MUERTE

JOSÉ R. MACHADO

DIRECTOR GENERAL DEL CUERPODE SANIDAD40

El aseguramiento médico antes y durante las ac-ciones militares también quedó regulado en un docu-mento. Este es muy importante toda vez que estabadirigido a asegurar la labor que debía llevar a cabo elCuerpo de Sanidad en las circunstancias que imponíala guerra irregular en un amplio territorio y con insu-ficiencia de personal idóneo.

CIRCULARA LOS MANDOS MILITARES DE ESTESEGUNDO FRENTECOMPAÑEROS:En anterior circular ha quedado fijado el con-cepto de la armonía y espíritu de cooperaciónque debe existir entre los distintos mandos

40 Idem.

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militares y este Cuerpo de Sanidad, a fin deque este pueda ejercer a plenitud su labor.Es una de las funciones de este organismo, lade velar y cuidar por la salud de todos los miem-bros de nuestro glorioso ejército y brindarleconfianza y seguridad al combatiente, el cualdebe saber que mientras lucha tiene cerca ydispuesto para ayudarlo un médico, un enfer-mero o un sanitario.Ahora bien, dado lo extenso de nuestro terri-torio y el número de combatientes y debido alpoco personal técnico con que contamos, esimposible que donde quiera que exista unaavanzada o un pelotón tengamos un médico oun enfermero. Pero lo que sí es posible, y estocae bajo la responsabilidad de los jefes mili-tares es que se lleve a cabo cualquier tipo deacción bélica, previamente planeada, y se tengaun miembro responsable de este Cuerpo deSanidad cerca de la zona de operaciones.Es necesario, o de lo contrario este departa-mento no puede garantizar la seguridad de loscombatientes, que siempre que se vaya a unaacción militar, se le comunique con toda laantelación posible al director del hospital dela zona, no sólo para que designe un médico oenfermero que acompañe a la tropa, sino tam-bién para realizar ciertos preparativos quesiempre son necesarios llevar a cabo en elHospital de improviso, por muy organizado queeste se encuentre.Le pido sinceramente a todos los jefes mili-tares que no piensen en el hospital y en los mé-dicos a la vista de los heridos, sino que lo haganantes de que los hechos se produzcan, con todolo cual tendremos un mejor y más eficiente ser-vicio que en fin es de todos y para todos. LIBERTAD O MUERTE

JOSÉ RAMÓN MACHADO

DIRECTOR GENERAL DEL CUERPODE SANIDAD41

41 Idem.

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Estos documentos, escritos con sencillez y preci-sión, arrojan un caudal de enseñanzas acerca de lasmedidas que se deben adoptar en lo que a sanidadmilitar se refiere y, especialmente, desde el ángulo delas necesidades y exigencias de un ejército irregular.

Ahora bien, en el contexto del proceso de reorgani-zación del Segundo Frente, el 3 de agosto de 1958 fueemitida la Orden Militar No. 40, mediante la cual serestructuró militarmente el frente.

Las columnas No. 6 “Juan M. Ameijeiras” y la No. 9“José Tey” se mantuvieron operando. Se ordenó la crea-ción de tres nuevas columnas: la No. 7 “Abel San-tamaría”, la No. 8 “Antonio López Fernández” y la No. 10“René Ramos Latour”.

Poco tiempo después, se determinó que las colum-nas 7, 8 y 9 cambiaran su numeración por 17, 18 y 19respectivamente, lo cual no representaba transforma-ciones en la estructura ni en la jefatura. La columnaNo. 10, además de cambiar su numeración, modificósu nombre por existir otra con igual denominación enel Tercer Frente “Mario Muñoz”. Pasó a llamarse Co-lumna No. 20 “Gustavo Fraga”.

Dos meses después, en octubre, por orden del coman-dante Raúl Castro se creó la Columna No. 16 “EnriqueHart”, formada fundamentalmente por combatientes delas columnas No. 6 y No. 19 y operó en los municipiosde Antilla y Banes.

Para esta etapa también se hicieron cambios im-portantes y ocurrieron incorporaciones que fortale-cieron el Cuerpo de Sanidad. Se sumaron al cuerpolos doctores José Ramón Balaguer y Enrique Font y,hasta el mes de diciembre, continuó el arribo de mé-dicos, estomatólogos y personal auxiliar. Así se pudoampliar, paulatinamente, el número de hospitales re-beldes, por lo tanto hubo un notable aumento en elnivel de atención a las fuerzas del Ejército Rebelde yal campesinado.

Por otra parte, como resultado de la labor de reorga-nización que el comandante Raúl Castro realizaba enel frente, a partir del 28 octubre de 1958 entró en vigorla Orden Militar No. 49 Ley Orgánica del Segundo FrenteOriental “Frank País”. En su articulado recogía toda laestructura y funciones de los cargos del aparato mili-tar y las dependencias de apoyo.

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En virtud de dicha orden, el Cuerpo de Sanidad sedenominó oficialmente Departamento de Sanidad. Ellono alteraba, en lo esencial, la estructura creada, peroampliaba las facultades para la organización de losservicios médicos de las tropas y de la población civil.Y expresaba: “Artículo 46. El Departamento de Sani-dad tendrá a su cargo la organización, administracióny dispensación de los servicios médicos y sanitariosque se precisen para la mejor atención de la poblacióncivil y las tropas del Segundo Frente”.42

Organización de la sanidad militar en las columnas*En consonancia con la nueva estructura del frente,

ahora con seis columnas y con la exigencia de mejorarla atención, los servicios de sanidad presentaron elimperativo de ajustarse desde el punto de vista or-ganizativo, aunque todas las instalaciones se mantu-vieron bajo la dirección general del Departamento deSanidad del Segundo Frente Oriental “Frank País”.

Columna No. 6 “Juan M. Ameijeiras”

La dirección del trabajo de sanidad en esta colum-na, fue desempeñada por el propio doctor MachadoVentura, responsabilidad que simultaneaba con la je-fatura del departamento.

Contaba con un hospital en Majimiana, con recur-sos para realizar cirugía mayor. En esta instalaciónprestaron servicios los médicos Enrique Creagh y Enri-que Font y como auxiliares de enfermería, Magali Jacoboy Tisbé Trutié, quienes se mantuvieron de forma per-manente.

Posteriormente, este hospital fue trasladado paraMarcos Sánchez y allí prestó sus servicios Octavio de

42 Raúl Castro Ruz: “Orden Militar No. 49”, 28 de octubre de1958, Instituto de Historia de Cuba, Archivo, Fondo SegundoFrente.

*Todas las informaciones que se brindan sobre los serviciosmédicos fueron tomadas de las historias de las columnas.

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la Concepción de la Pedraja* quien entonces era estu-diante de medicina y se incorporó en el Central SantaAna de Auza, donde se instaló un hospital provisionaldurante los días del asedio y toma de San Luis.

Esta columna también disponía de un puesto mé-dico avanzado en Bayate, donde se desempeñaba JuanGonzález-Rodiles Planas y trabajaban como auxiliaresde enfermería Teresa Romero, Teté y Yolanda Suárez.Este territorio contaba, además, con servicio de esto-matología y estaba a cargo de los doctores Oscar Medinay Mario Linares Wilson.

Otro puesto médico funcionaba en el Alto de la Vic-toria, atendido por el doctor Gilberto González y elalumno Rómulo Soler.

Columna No. 19 “José Tey”Al reorganizarse los servicios de sanidad en la co-

lumna, la jefatura fue asumida por el doctor José Ra-món Balaguer Cabrera.

Contaban con un hospital en Los Indios, dirigidopor el propio Balaguer, con la colaboración del doctorLuis Matos Guilbes. Apoyados por los auxiliares de en-fermería Humberto Surí, Xiomara Suárez y EsperanzaGainza y por el práctico farmacéutico Oliverio Villa. Enlos primeros días de diciembre, se incorporaron el doctorMarcelino González Serrano y el estomatólogo RolandoSosa. Ese mismo mes se creó un pequeño hospital en ellugar conocido por El Manguito, tres kilómetros al norte,próximo al campamento de El Jobo.

En él actuaba como jefe el compañero Arlés Qui-ñones y como auxiliar de enfermería Emma Chacón.

* Octavio de la Concepción de la Pedraja (1935-1967): Matricu-la la carrera de Medicina en la Universidad de La Habana en1952. Sin concluir estudios se vinculó al M-26-7 en Tacajó.A principios de noviembre de 1958, se incorpora al EjércitoRebelde como auxiliar de cirugía del Departamento de Sani-dad. Regresa a la Universidad luego del triunfo de la Revo-lución y concluye estudios. Parte hacia el Congo en el grupodel Che, en agosto de 1965. En noviembre de 1966, miem-bro de la guerrilla del Che marcha hacia Bolivia, donde muerebaleado por cerco enemigo el 12 de octubre de 1967.

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En los últimos meses del año, fue trasladada hacia eselugar la doctora en Farmacia Enid Fernández.

Columna No. 17 “Abel Santamaría”Con el fin de garantizar la atención médica en el

territorio de la Columna No. 17, fue nombrado jefe deesa dependencia el doctor Enrique Creagh, quien setrasladó con el personal y los medios bajo su mando,desde el hospital de Calabaza de Sagua –territorio dela Columna No. 19– para la finca La Guinea, a un kiló-metro de la comandancia de El Arpón.

La casa seleccionada tenía agua corriente y, pa-sados unos días, se instaló una planta eléctrica. Con-taba con dos amplias habitaciones utilizadas paraconsultas, un almacén transformado en sala de hos-pitalización y un comedor habilitado como salón deoperaciones.

Poco después, se puso en funcionamiento un la-boratorio a cargo de la técnica Gloria Sherwood. Ellopermitió intensificar el proceso de hemoclasificación,aspecto vital para la atención a los combatientes heri-dos. Un centro de esterilización, dedicado a cubrirlas necesidades de todo el frente, que se instaló entre LaCaridad y La Caoba, y su responsable fue el auxiliarenfermero José A. Novua Rivas.

A partir de ese núcleo central se desarrollaron lospuestos sanitarios en las compañías, unidades móvi-les y pelotones de avanzada, con vistas a darle aten-ción médica a la tropa y a la población campesina.

El primer puesto sanitario, semejante a un hospi-talito, que contaba con medios para ingresar pacienteshabía sido organizado a principios de agosto en la Com-pañía C “Roberto Estévez Ruz”. Radicó en una casa,ubicada en Juan Mulato, facilitada por el campesinoJosé Quintas. Dicho puesto estuvo atendido por losauxiliares de enfermería Ángela Rodríguez Granado,La Mora, Emma Ros Pérez y Juan Rafael Casaus Díaz.

Posteriormente, este se trasladó hacia una casa enEl Paraíso que tenía mejores condiciones para esos fines.Allí se instalaron siete camas y una planta eléctrica. Enrealidad llegó a ser un hospital. En octubre fue asigna-do a este centro el doctor José A. Delgado Álvarez.

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En las otras compañías, también se incorporaronsanitarios. En el mes de octubre, fue enviada la auxi-liar de enfermería Adela Fernández para La Caridad,zona donde radicaba la jefatura de la Compañía A.

Para la Compañía B “Reinaldo Brook” fue traslada-da la doctora Enid Fernández quien, ayudada por latropa y la auxiliar de enfermería Caridad Batista, pusoa funcionar un puesto médico en una casa con buenascondiciones ubicada en La Güira, cerca de Jarahueca.Posteriormente, con la designación del doctor ÁngelMeneses y del auxiliar de enfermería Onelio Gonzálezse transformó en hospital.

Las tropas rebeldes continuaban su incremento, seavanzaba a nuevos territorios y se producían constan-tes encuentros con el enemigo. Ello provocó un au-mento del número de heridos y pacientes. Fueronatendidos no solo los combatientes rebeldes, sino lapoblación, en sentido general, y hasta el propio ene-migo. La jefatura de la sanidad rebelde del frente asig-nó otro médico para las compañías A y B. El reciénllegado era el doctor Luis Hernández Pina, quien estu-vo subordinado al doctor Meneses.

Los doctores Eduardo Ruiz Magariño y SurellaGendis Abich, esposos, completaron el personal médi-co de la columna. Ellos se habían incorporado al frenteen el campamento de Guanina, de la Columna No. 19“José Tey”, donde pusieron a funcionar un dispensariomédico.

El aumento de personal de sanidad permitió quedurante la ofensiva rebelde se ubicaran postas sani-tarias en Florida Blanca y Casa de Tablas, territorio dela Compañía A, equidistante de las principales zonasdonde se desarrollaban las acciones. En ellas, los doc-tores Creagh y Ruiz Magariño, junto al personal auxi-liar, preparaban las condiciones para el traslado de losheridos al hospital de La Caridad.

Fuerzas de la Compañía C requisaron, el 13 de agos-to, una importante cantidad de medios sanitarios enel hospital de Marcané: medicamentos y materialquirúrgico. La situación mejoró notablemente, puesestos eran muy deficitarios.

Para finales del mes de octubre, los servicios desanidad de la Columna No. 17 “Abel Santamaría” con-taban con puestos médicos en cada compañía, puestos

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sanitarios en todas las unidades móviles y con los hos-pitales en los centrales Marcané y Miranda. Estos úl-timos se sumaron a principios de noviembre, cuandoquedaron dentro del territorio rebelde como resulta-do del avance de las líneas del Segundo Frente Oriental“Frank País”.

Columna No. 18 “Antonio López Fernández”Esta columna llegó a contar con varias instalacio-

nes dedicadas al trabajo de sanidad que prestaban ser-vicios a la tropa y al campesinado. Por ejemplo, en laCompañía D existía el hospital ubicado en la finca ElTeniente, el hospital de Felicidad de Yateras y un dis-pensario en el Alto del Mango.

La Compañía E contaba con el hospital “Manuel S.Tames Guerra”; con tres dispensarios, ubicados en lacomandancia de Bejuquera, Puriales de Caujerí y SanAntonio del Sur; y con dos botiquines de urgenciasen Alto de las Coloradas y en la ganadera Navarrete.

Además, la Compañía A, que fue la última que secreó, tenía el hospital “Patricio Sierra Alta” y el dis-pensario ubicado en el lugar conocido por La Perrera.

El personal del Departamento de Sanidad en la Co-lumna No. 18 estuvo integrado entre otros por: GilbertoCervantes, jefe de la sanidad rebelde en esta columna;Pablo Jiménez Riverí, médico; Bernardino Creagh, esto-matólogo; Gerardo Figueras, estudiante de Medicina;Ángela Rodríguez, Ludia Pelegrín, Jaime Archer, MartaE. Martínez, Clara L. Maletá Castillo, Carmen y Margari-ta Ascón, Mario Ávila, Juan Díaz Odou y Mario Fresneda,auxiliares de enfermería; Alberto Tito Rodríguez, chofer,un compañero llamado Jesús, Afortunado Centeno y JuanBautista Pérez, en los aseguramientos.

Columna No. 20 “Gustavo Fraga”Tuvo como jefe de sanidad, inicialmente, al doctor

Horacio González Menchero. En el mes de octubre, elhospitalito que estaba situado en lo alto de la Sierra deSan Román fue trasladado para Casimbas.

Posteriormente, se habilitó una segunda instala-ción sanitaria en la zona de Filipinas. En este momento

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también se decidió que los doctores González Mencheroy Benjamín de Zayas, asignados a esta columna, pa-saran a prestar servicios en otra zona de operacionesdel frente pues se había incorporado el doctor José A.Gutiérrez Muñiz, quien pasó a encabezar el trabajo desanidad en la columna.

También, se incorporaron el doctor Rafael ParúasToll; el estudiante de medicina Gerardo Figueras y losauxiliares de enfermería Migdalia Jacobo Elías, CarmenRosa Martínez, Juan Imbert y María Matilla Clares. Pos-teriormente se sumó el sanitario Orlando La O Estraday se situó un puesto médico avanzado en Corralillo.

Columna No. 16 “Enrique Hart”Al constituirse esta columna, en octubre de 1958, la

jefatura del Departamento de Sanidad se vio en la ne-cesidad de escoger combatientes para que cumplieranfunciones de sanitarios a quienes se les entregaronalgunos medicamentos esenciales para su empíricalabor.

Durante una acción sorpresiva contra el puesto dela Guardia Rural del central Tacajó, con la cooperacióndel doctor Achúcaro –quien atendía el hospital delcentral–, y de la compañera Miriam Colomé, ambosdel Movimiento 26 de Julio, la columna logró pro-veerse de instrumental quirúrgico y medicinas. Lacompañera se incorporó a la columna como auxiliar deenfermería.

El 2 de noviembre llegó, en una camioneta, el auxi-liar de enfermería Osvaldo Quintana, quien pertenecíaal movimiento. Consiguió una vivienda para establecerel botiquín: un bohío con dos camastros y asientos, cercade la comandancia, en la bajada del Chorro de Maíta. Elvehículo fue utilizado como ambulancia.

El día 16, los compañeros de la sanidad militar dela columna, con la anuencia de la comandancia, sededicaron a buscar un lugar más adecuado, en cuantoa capacidad e higiene. Encontraron una casa aban-donada y la ocuparon. Era de madera con techo dezinc. Por esos días el estudiante de medicina AmelsEscalante, fue designado provisionalmente por el jefedel frente para que ocupara la dirección de sanidad

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en la columna. Poco después los tenientes, médicos,Horacio González Menchero y Benjamín de ZayasGarcía, por decisión de la jefatura del departamento,fueron trasladados para asumir la dirección de la sa-nidad militar en esta columna.

La sanidad militar, en su accionar durante esta eta-pa, tal como pasó con otras estructuras del frente, sefue consolidando, amplió sus servicios y perfeccionósu organización. En este proceso resultaron impres-cindibles los traslados frecuentes de personal y lasreubicaciones de instalaciones sanitarias, que le per-mitió al departamento cumplir, en mejores condicio-nes, las importantes misiones para las que fue creado.Y estar, así, en condiciones de acometer nuevas y máscomplejas tareas en el transcurso de la guerra.

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A inicios del año 1958, la guerra revolucionariaentró en una etapa superior. Como parte de la estrate-gia concebida por el Comandante en Jefe Fidel Castro,la lucha armada se extendería a nuevos territorios de laantigua provincia de Oriente.

El 16 febrero de 1958 tuvo lugar el segundo combatede Pino del Agua, significativo éxito rebelde, que per-mitió ocupar un buen número de armas y parque quehicieron posible constituir nuevas columnas rebeldes.A ello se sumó el hecho de que los heroicos meses delucha armada en la Sierra Maestra habían hecho facti-ble contar con oficiales y combatientes experimenta-dos en la guerra irregular y en la vida en las montañas.

El 27 de febrero de 1958, el Comandante en JefeFidel Castro emitió una orden militar mediante la cualascendía al capitán Raúl Castro Ruz al grado de coman-dante y le asignaba la jefatura de la Columna No. 6. Estaoperaría en el territorio montañoso situado al norte dela antigua provincia de Oriente, desde el término mu-nicipal de Mayarí hasta el de Baracoa. Bajo su mandoquedaron los grupos rebeldes que operaban en esa zona.

Una orden militar similar estableció la creación dela Columna No. 3 que operaría en las inmediacionesde Santiago de Cuba, bajo el mando del capitán JuanAlmeida Bosque, también ascendido a comandante, yquien tenía la misión de constituir el Tercer Frente“Mario Muñoz”.

La Columna No. 3 tomó el nombre de la ciudad deSantiago de Cuba y la No. 6 fue denominada Frank País

El Cuerpo de Sanidad del Segundo FrenteOriental “Frank País”

Creación del Segundo Frente Oriental “Frank País”

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en honor al asesinado joven santiaguero, principal fi-gura y alma del movimiento clandestino.

El 1ro de marzo ambas fuerzas se reunieron en Patade la Mesa, campamento de la Columna No. 4, dirigidapor el Che, desde donde partieron para cumplir susimportantes misiones.

De inmediato y en virtud de la orden impartida porFidel, el comandante Raúl Castro procedió a seleccio-nar los hombres que integrarían esta nueva agrupa-ción del Ejército Rebelde. Escogió sesenta y sietehombres quienes quedaron distribuidos entre una es-cuadra de la comandancia y cuatro pelotones.

Una de las decisiones para la integración de estanueva columna fue la de incorporar al doctor JoséRamón Machado Ventura como su médico, con el gradode teniente.

Antes de la partida, el doctor Sergio del Valle leentregó a Machado unos pocos recursos: medicamen-tos e instrumental, para enfrentar la difícil tarea que sele había asignado. Contar con medicinas, instrumen-tal y otros medios para la atención a heridos y enfer-mos es vital para la guerrilla, y aunque escasos, seríanutilizados convenientemente.

Al referirse a este aspecto el Che escribió:

Las medicinas necesarias deben obtenerse através de contactos con organizaciones de sa-nidad que estén en la retaguardia del enemi-go […] Hay que organizar un aparato quepermita traer rápidamente el medicamentonecesario en caso de peligro e ir abasteciendoa todos los hospitales de lo necesario para sutrabajo, tanto militar como civil. Además,deben hacerse contactos con médicos de laslocalidades cercanas capaces de intervenir al-gunos heridos […]23

Dada la función que debió cumplir como médico deesta agrupación guerrillera y en virtud de lo complejode la misión asignada a esta columna, toda vez que

23 Ernesto Che Guevara: “La guerra de guerrillas”, ob. cit., p. 138.

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tuvo, incluso, que realizar el cruce de la Carrera Central;el doctor Machado, fue uno de los oficiales que desde elinicio recibió información acerca del destino que lle-vaba aquella nueva fuerza rebelde. El comandante RaúlCastro se lo había comunicado personalmente ante elimperativo de preparar condiciones para la atenciónmédica de la tropa durante el extenso y peligroso tra-yecto hacia la región asignada para constituir el nuevofrente.

Según la experiencia médica y guerrillera con queya contaba, a partir de sus vivencias en la Sierra Maes-tra, decidió reservar los materiales de curación, instru-mentos de cirugía, algunos anestésicos de los utilizadospor los estomatólogos y antibióticos que le habían en-tregado para la atención de los combatientes que re-sultaran heridos en futuras acciones. El resto de losmedicamentos, como era habitual, se compartiría conla población civil.

El comandante Raúl Castro denominó al trasladode la Columna No. 6 hacia la región de destino opera-ción “Frank País”. Esta, organizada en tres etapas, llevóa sus integrantes en una marcha de unos once díashasta Piloto del Medio, zona donde consideraron abier-to el Segundo Frente, el día 11 de marzo de 1958.

Afortunadamente, a pesar de las característicascomplicadas de la misión, durante el trayecto no hubonecesidad de brindar atención médica a la tropa, salvoalgunas magulladuras por las largas caminatas. Bastedecir que de los casi ciento noventa kilómetros querecorrió la columna desde su salida de la Sierra Maes-tra, la gran mayoría se hizo a pie, a marcha forzada.

Sin embargo, la mayor atención la demandó la po-blación campesina. Esta, al conocer que había un mé-dico entre los rebeldes, acudió a solicitar su ayuda,aunque en realidad no había muchos recursos paraofrecerles.

Como un símbolo premonitorio de lo que significópara la población civil de aquellos territorios la llega-da del Ejército Rebelde, al arribar a Piloto del Medio eldoctor Machado debió atender a un niño con gravísimasquemaduras por agua caliente. Debido a la ignoranciay la falta de recursos, la familia le había frotado estiér-col de chivo como “remedio”. Esto obligó al doctor aemplear uno de los dos sueros que tenía en el aseo del

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paciente, luego le inyectó suero antitetánico y, comen-zó a aplicarle antibióticos. Al partir, dejó algunos me-dicamentos para el enfermo. Más tarde supo que aquelniño logró sobrevivir.

Inicios del trabajo de sanidad en el Segundo FrenteUna vez en el territorio que constituyó el Segundo

Frente, el comandante Raúl Castro decidió dar unamplio recorrido por la región con el objetivo de fami-liarizarse con el terreno, contactar con los grupos dealzados rebeldes y con la población en general. Estese extendió del 12 de marzo al 10 de abril.

En las proximidades del territorio se asentaban másde una decena de centrales azucareros, las minas deNicaro y Moa, cuyos propietarios eran yanquis, así comolatifundios con cierto desarrollo. Ello facilitaba la ad-quisición de recursos de todo tipo para ir nutriendoal Ejército Rebelde de talleres, pequeñas fábricas, yde instalaciones para la atención sanitaria y otrasnecesidades.

Si bien es cierto que todo lo anterior hacía el terri-torio más vulnerable desde el punto de vista militar,no cabe duda que también entrañaba ventajas que re-percutirían en el quehacer de las fuerzas rebeldes queallí se asentaban.

Estos territorios contaban con núcleos poblacio-nales más numerosos, varios de ellos con una rica ylarga tradición de lucha, no solo durante la etapa co-lonial en las filas del Ejército Libertador sino tambiénen las luchas por la justicia social durante los añosde la República neocolonial. Fieles exponentes son:El Realengo 18 y su histórico dirigente, el campesinomambí Lino de las Mercedes Álvarez; El Vínculo deGuantánamo donde fue asesinado el campesino NicetoPérez y el valle de Caujerí donde los campesinos esce-nificaron luchas por sus derechos.

Topográficamente, las serranías eran mucho menosagrestes que las de la Sierra Maestra. Aquellos lugaresposeían, también, una red de caminos que, al menos endeterminadas épocas del año, hacían factible el tras-lado en camiones o yipis lo cual permitía el recorridopor la zona.

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El conjunto de factores favorables que los integran-tes del Segundo Frente encontraron en esta región,hizo posible que las etapas a las que se refiere el Cheen su trabajo La guerra de guerrillas –es decir, el trán-sito de la etapa nómada y seminómada, a la de estabi-lización–, se produjeran con cierta celeridad. Setransitó con rapidez de una a otra, en lo que se refierea la evolución del frente en sentido general y, lógica-mente, también en lo relativo al trabajo de la sanidadmilitar.

Con respecto a la situación social, el cuadro deabandono de la población en todos los aspectos erasimilar al que reinaba en la totalidad de los camposde Cuba. Incluso, durante 1957 en la región que luegoocupaba el Segundo Frente y en particular en la zonade Mayarí Arriba, se produjo una gran epidemia degastroenteritis que causó decenas de muertes entrelos niños de las familias más humildes. Algunos de losguerrilleros que compartieron la vida con el campesi-nado de esa región en los duros meses de la guerra,consideran –por referencia de la población atendida–que el índice de mortalidad por esta epidemia, entrelos nacidos en 1956 y el primer semestre de 1957,pudo haber sido aproximadamente del ochenta porciento, expresión de la total orfandad que en este as-pecto, como en otros muchos, sufría el campesinadocubano.

El recorrido inicial realizado por el jefe del frente, co-mandante Raúl Castro a su llegada a la región que cons-tituiría el nuevo teatro de operaciones para el EjércitoRebelde, le permitió conocer y evaluar sus peculiari-dades y actuar en consecuencia para el mejor desarro-llo del nuevo frente guerrillero. Con relación a ello, ensu primer informe al Comandante en Jefe desde el Se-gundo Frente, Raúl le explicaba:

[…] Como verás he adoptado el sistema de ircreando compañías con zonas asignadaspara que formen parte de nuestra ColumnaNo. 6 “Frank País”; para esta fecha, veinte demarzo, ya contábamos con dos compañías fuer-temente armadas, o sea, la de Efigenio y elgrueso de la tropa que trajimos de la Sierraque aún permanecía conmigo, además de la de

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Songo (A) débilmente armada como anterior-mente hube de señalarle y al mando del capi-tán Tomassevich.24

Como parte de esta labor de organización, en losmeses de marzo y abril Raúl constituyó comités decampesinos revolucionarios, depuró y limpió de mal-hechores los grupos de alzados que operaban por lalibre en aquellos territorios. Asimismo, estableció con-tacto con los diferentes grupos armados del Movimien-to 26 de Julio que operaban en la zona antes de sullegada.

Con estos combatientes y con los integrantes de losdiferentes pelotones de la Columna No. 6, llevó a caboun proceso de fusión que dio lugar a la formación delas compañías A, B, C, D y E. El jefe del frente, además,decidió establecer la primera comandancia en El Agua-cate, término municipal de Guantánamo.

Durante aquellos primeros días, el doctor Machadosolo atendió algunas ligeras lesiones de los guerri-lleros y a la población campesina. Pero, muy prontocomenzó a ampliar notablemente su labor.

Al llegar a la zona de Guayabal de Yateras, la co-lumna encontró una pequeña instalación médica queprestaba servicios a los alzados que actuaban por aque-llos lugares y a la población civil. Al frente de esta seencontraba el doctor Aurelio Martínez Mejías y su es-posa, Pura Fuentes Tena, a quien llamaban La Madri-na. El matrimonio, además, había preparado un grupode muchachas del lugar como sanitarias.

Raúl orientó al doctor Machado contactar con ellos ysolicitarles que contribuyeran con la atención a loscombatientes de la Columna No. 6 y de las agrupacio-nes rebeldes del Segundo Frente que se crearían enesos territorios. De este modo el grupo y su pequeñainstalación quedaron incorporados al nuevo frenteguerrillero; el doctor Martínez Mejías y su esposa fueronposteriormente ascendidos a oficiales de la sanidad

24 Raúl Castro Ruz: “Informe No. 1 al Comandante en JefeFidel Castro”, 20 de abril de 1958, Instituto de Historia deCuba, Archivo, Fondo Segundo Frente.

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militar. Esta unidad asistencial estuvo ubicada en elterritorio asignado a la Compañía D.

Una vez establecida la comandancia en El Aguaca-te y de regreso del recorrido de inspección inicial, Raúlordenó al doctor Machado Ventura que organizara laactividad de sanidad. Todas las instalaciones médicosanitarias que se encontraban en el territorio del frentequedaron, entonces, bajo su mando.

Era conocido por la comandancia que habían co-menzado a llegar médicos y personal empírico y queestos se encontraban dispersos en varios campa-mentos. Se inició, así, la tarea de localizar en todo elterritorio a los médicos o personal con cierto gradode conocimiento, radicados en las zonas asignadas acada una de las compañías creadas hasta ese momen-to, con el fin de incorporarlos oficialmente a las fuer-zas rebeldes.

En medio de todo el quehacer que implicaba losmomentos iniciales de la fundación del frente, fuenecesario preparar de inmediato un conjunto de ac-ciones militares en apoyo a la convocatoria del Movi-miento Revolucionario 26 de Julio a la huelga general.

El comandante Raúl Castro, al prever la situaciónque podría derivarse de estas acciones, orientó al doctorJosé Ramón Machado Ventura que creara las condicio-nes que le fueran posibles para garantizar la atención alos combatientes que resultaran heridos.

Como parte de estos preparativos y ante la falta depersonal idóneo, se designaron varios compañeros ycompañeras para que actuaran como sanitarios. Seprepararon mochilas que contenían: esparadrapo,gasa, sulfas, mercurocromo, analgésicos y algún ins-trumental quirúrgico, así como camillas rústicas paraatender las bajas rebeldes que pudieran ocurrir en loscombates.

Muy pronto las instalaciones destinadas al trabajode la sanidad aumentaron su actividad como lógicaconsecuencia del inicio de las acciones combativasde las fuerzas rebeldes.

El intento de paralizar al país mediante la huelgageneral, tuvo lugar el 9 de abril de 1958, el SegundoFrente ejecutó las acciones previstas. Durante los díasque duraron estas acciones en la región de Guan-tánamo se atacaron los cuarteles de Imías, Jamaica,

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Soledad y Caimanera. El propio día 9, en el combatede Imías, los rebeldes sufrieron la pérdida del capi-tán Ciro Frías, jefe de la Compañía E, y varios compa-ñeros resultaron heridos, los que fueron trasladadosy atendidos en el hospitalito de Yateras.

En el informe que le rindió el comandante RaúlCastro, el 20 de abril, a la Comandancia General, conrelación a estos hechos expresaba:

[…] Momentos antes de llegar la fatal noticiale informaba yo a los compañeros que estabanreunidos, que podíamos contar con las armasde Imías, pues era un asunto seguro, los mu-chachos recogieron el cadáver y su arma, dela misma forma recogieron los heridos, remi-tiéndolos a la zona del hospital de Fajardo, ya aCiro lo enterraron en uno de los cementeriosocupados en esa zona […]25

El 14 de abril de 1958, fuerzas bajo el mando deljefe del frente atacaron Soledad. En esta acción los re-beldes tuvieron un total de cinco heridos y resultaronmuertos los combatientes Alex Urquiola Marrero yDiógenes Silveira. Este último falleció en los instan-tes en que el doctor Machado, ayudado por ErnestoCasillas, trataba de cargarlo para conducirlo a un lugarmás seguro, pero nada se pudo hacer pues había reci-bido una herida en el epigastrio que le provocó unaintensa hemorragia interna.

Al respecto, el comandante Raúl Castro escribió:

[…] Se suceden varias descargas cerradas einmediatamente en el sector donde yo estabase entabla un duelo, ellos con granadas y no-sotros a bombazos, cosa que al cabo de cincominutos logramos dominar al disminuir susgranadas y mantenerse nuestro fuego defusilería y bombas, en esos precisos momen-tos una granada nos mató a Alex Marrero, dela Vanguardia (fue uno de los que ajustició aCowley) y en esos instantes servía como ayu-

25 Idem.

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dante del basuquero del M-26; la misma gra-nada hirió en un párpado a Calzadilla, quiense portó muy bien y quería seguir tirando tiros,de la misma forma se portó el doctor Machadopeleando y cargando a los heridos en medio dela balacera […]26

Ante la grave situación y la necesidad de trasladara los heridos hacia un lugar seguro, luego de recibir laorden de retirada se logró conseguir un camión de losdenominados “zapas”* para evacuarlos.

El traslado se complicó, pues durante el trayectoapareció una avioneta del ejército que disparó contraellos. Con el ánimo de proteger la vida de los heridos,el vehículo que los conducía fue ocultado en una es-pecie de grieta entre el propio farallón y el arbolado. Alperderlo de vista, la aeronave enemiga se retiró. Estohizo posible que los compañeros pudieran ser, final-mente, conducidos a su destino, donde fueron aten-didos.

Las primeras curas a estos heridos –relataríael doctor Oscar Medina Dumas– las hizo eldoctor José R. Machado en el propio combate,en las condiciones más adversas. Más tarde eltraslado de estos se efectuó bajo un constanteametrallamiento aéreo y a partir de ese díacomenzaron los despiadados bombardeos a lapoblación campesina de la zona. No respetaronbateyes, bosques, montañas, ni aun los humil-des bohíos.27

Creación del Cuerpo de SanidadComo se ha relatado, desde la llegada de la Colum-

na No. 6 al territorio donde se asentó el nuevo frente

26 Idem.* Zapa: Vehículo con tres diferenciales y seis ruedas, muy uti-

lizado para el transporte de mercancías, antes del triunfo dela Revolución, en las regiones montañosas.

27 Oscar Medina Dumas: Testimonio. Comisión de Historia delSegundo Frente Oriental “Frank País”, Archivo.

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guerrillero, comenzó la organización de instalacionesque prestarían servicios de sanidad: hospitales o pues-tos médicos.

Los heridos en las acciones de apoyo a la huelgadel 9 de abril fueron conducidos hacia una casa si-tuada en la zona de Monte Rus, perteneciente a uncampesino de apellido Andrade, colaborador del mo-vimiento revolucionario. En este sitio fueron atendi-dos, inicialmente, por el doctor Machado Ventura–quien ya atendía a los heridos en Soledad, en plenocampo de acciones y venía con ellos en el traslado–, yel doctor Gilberto González Pérez, quien trabajaba enLa Prueba, cerca de Songo, y por el cirujano dentistaOscar Medina Dumas. Los dos últimos se habían in-corporado poco tiempo antes a las filas del EjércitoRebelde. Medina había estado previamente en la zonaasignada al capitán Raúl Menéndez Tomassevich.

También se incorporaron como sanitarias dos mu-chachas: Marina Andrade, hija del dueño de la men-cionada vivienda, y Rosaura Leyva, Cuca. Los heridosde Caimanera llegaron hasta este sitio, acompañados deldoctor Enrique Creagh y el equipo sanitario que habíaparticipado en aquella acción. Entre ellos, Juan Gon-zález-Rodiles Planas, estudiante de Medicina, LuisAlbistu, enfermero, y Migdalia Jacobo, sanitaria.

En su primer informe al Comandante en Jefe, Raúlescribió: “[…] Se organizó un hospital provisional,donde se instalaron nuestros heridos y los que lle-garon de los otros lugares donde se combatió […]”28

Rápidamente los heridos fueron trasladados para lacasa de la viuda de Erbella, cerca de La Escondida, enel sitio denominado Verraco, y relativamente próximoa El Aguacate, donde quedó instalado a partir de en-tonces el Hospital Central. Este lugar contaba con muybuenas condiciones, pues estaba mejor protegido dela aviación enemiga y era una instalación amplia, conun corredor techado, paredes y piso de madera, techode zinc y agua corriente, proveniente de un manan-tial, conducida por gravedad a través de una tubería.

28 Raúl Castro Ruz: “Informe No. 1 al Comandante en JefeFidel Castro”, 20 de abril de 1958, Instituto de Historia deCuba, Archivo, Fondo Segundo Frente.

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Con los heridos venían los doctores y el personalsanitario que los atendían en Monte Rus. Con excep-ción de Magali Jacobo que arribó días después junto aotra sanitaria: Tisbé Trutié. Con este personal comen-zó a funcionar inicialmente el Hospital Central.

En este sitio, incluso, se pudo acondicionar uncuarto para cirugía. Este hospital funcionó, aproxima-damente, desde mediados del mes de abril hasta losprimeros días de junio de 1958.

Por aquellos días ocurrió un lamentable accidenteautomovilístico en la loma de La Juba. En él perecióuna compañera procedente de Guantánamo incor-porada recientemente al personal de sanidad, la co-madrona Caridad Pérez. Como resultado de la colisión,tuvo una hemorragia interna por compresión de lapelvis y, a pesar de los esfuerzos del doctor Machado,murió casi de inmediato. El doctor Enrique Creaghtambién sufrió una luxación del hombro. Su paso por elHospital Central de La Escondida resultó transitorio.Posteriormente fue designado para organizar un hos-pital en la zona de Joturo, término municipal de AltoSongo, lugar donde operaba el capitán Raúl MenéndezTomassevich.

Al fortalecimiento del trabajo de sanidad en esta etapatambién contribuyó, en buena medida, el hecho de queen torno a los días del intento de paro general del 9 deabril se sumó, al Segundo Frente, un significativo nú-mero de combatientes de la clandestinidad.

Entre las incorporaciones se contó con la doctoraen Farmacia Enid Fernández Vázquez, quien ya teníaalguna experiencia pues había brindado cuidadosmédicos a los heridos de la Columna No. 9 “José Tey”*tras el ataque al cuartel de Boniato, el propio día 9.Inicialmente fue enviada a la zona donde se encon-traban las fuerzas rebeldes que dirigía el capitánMenéndez Tomassevich.

Otra significativa incorporación en este período fue lade Gilberto Cervantes y aunque aún no se había gra-duado de médico, tenía gran experiencia en la espe-cialidad de Ortopedia, adquirida en su labor en elHospital “Calixto García” de La Habana. El doctor

* Posteriormente se denominó Columna No. 19 “José Tey”.

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Machado, que lo conocía de este centro asistencial,decidió enviarlo a la zona de Baracoa, donde operaba laCompañía E bajo las órdenes del capitán Félix Pena, conel fin de organizar allí un hospital.

Al mismo tiempo, se habían incorporado y se encon-traban por la zona de El Lirial, territorio de la Compa-ñía C, los doctores Horacio González Menchero, cirujano,y Benjamín de Zayas García, estomatólogo –ambosprovenientes del movimiento clandestino de Holguín–,y el estudiante Julián Rizo en funciones de sanitario.

En el informe que envió al Comandante en Jefe, confecha 20 de abril de 1958, con relación al trabajo desanidad, el comandante Raúl Castro refirió:

El Cuerpo de Sanidad, con un Hospital Centralaquí y otro en Yateras,* con mesas de opera-ciones, cuerpo de enfermeras, con avanzadassanitarias en los puntos próximos a los com-bates, etcétera… y con un Reglamento y estruc-turación propia. Este departamento lo estáorganizando perfectamente el doctor Machado,quien me ha dado muestras de médico valien-te, magnífico combatiente y eficaz organiza-dor, por lo que lo ascendí a capitán médico, jefedel Cuerpo de Sanidad de nuestra columna, acuyas órdenes estarán todos los hospitales ysectores del recién creado cuerpo.29

Se evidencia así que ya para esta fecha, escasamentea un mes y días de creado el frente, se trabajaba ardua-mente y ya existían algunas estructuras constituidaspara enfrentar las tareas de sanidad.

Las necesidades de la atención médica en las di-versas regiones, obligaban la realización de frecuen-tes recorridos por las zonas de las compañías queintegraban la columna, lo que le permitió a la jefa-tura de la sanidad, apreciar y evaluar las carenciasde cada zona y, en consonancia, reubicar al personal

* En realidad el lugar es Guayabal de Yateras.29 Raúl Castro Ruz: “Informe No. 1 al Comandante en Jefe Fidel

Castro”, 20 de abril de 1958, Instituto de Historia de Cuba,Archivo, Fondo Segundo Frente.

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médico y trasladar hospitales y demás instalacionesdestinadas a estos servicios, según la situación mi-litar lo requiriera. Con el fin de adoptar la decisiónmás adecuada en cada caso, se tuvieron en cuentalas características específicas del personal y las misio-nes que cumplirían.

En las primeras etapas del desarrollo del frente, losgalenos asumieron cualquier tipo de atención, perocuando se pudo contar con profesionales con ciertaespecialización, estos eran situados en aquellos lu-gares donde resultaran más útiles y efectivos sus ser-vicios.

Con el objetivo de ampliar el personal dedicado aestas labores, comenzó la preparación de compañeraspara que sirvieran como sanitarias, las que procedíande Guantánamo y otros lugares próximos al frente. Al-gunas tenían experiencia en primeros auxilios y ellodaba una mayor posibilidad de atención a los pacien-tes que acudían a las instalaciones médicas rebeldes.

El crecimiento, el desarrollo de la actividad y la in-corporación de personal, así como la existencia devarias instalaciones, dieron lugar a que el comandan-te Raúl Castro decidiera constituir el Cuerpo de Sani-dad y antes de oficializarlo designa a la persona queasumiría la responsabilidad de dirigirlo. Lo cual quedaestablecido en una orden militar:

POR CUANTO: Para la mejor atención de los pro-blemas sanitarios que confronta el EjércitoRevolucionario “26 de Julio” en este SegundoFrente-Zona Norte, se hace preciso crear elCUERPO DE SANIDAD de la Columna No. 6“Frank País”, que estará formado por el perso-nal facultativo y auxiliar que en su reglamen-to se determine, en uso de las facultades deque estoy investido, por este medio

RESUELVO:PRIMERO: Ascender al grado de capitán al 1er.teniente doctor JOSÉ MACHADO VENTURA delas Fuerzas Rebeldes de la Columna No. 6“Frank País” que opera en el Segundo Frente-Zona Norte.

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SEGUNDO: Designar al capitán médico doctorJOSÉ MACHADO VENTURA para que organiceel CUERPO DE SANIDAD de la Columna No. 6“FRANK PAÍS”, a cuyo efecto se le otorgan poreste medio amplias facultades para ello.TERCERO: Se deja nombrado desde ahora al capi-tán médico doctor JOSÉ MACHADO VENTURApara el cargo de DIRECTOR GENERAL DELCUERPO DE SANIDAD de la Columna No. 6“Frank País”.Dado en el Segundo Frente-Zona Norte, a losveinte y tres días del mes de abril de mil nove-cientos cincuenta y ocho.

LIBERTAD O MUERTE

RAÚL CASTRO RUZ

Cmdte. Jefe Col. 6 “Frank País”30

El 25 de abril fue creado, oficialmente, el Cuerpo deSanidad del Segundo Frente mediante la Orden Mili-tar No. 5 firmada por el comandante Raúl Castro. Enella se evidencia el grado de detalle con que se conci-bió la estructura de este cuerpo, escalonadamentedesde un nivel central hasta las unidades más sim-ples de las fuerzas rebeldes. Se establecieron princi-pios de organización y se definieron responsabilidades.Contemplaba la obligación de la atención médica a lapoblación civil, concebía y dejaba explícitamente es-tablecido que los destinados para ocupar las principa-les responsabilidades, en los distintos escalones demando, eran los profesionales de la medicina.

POR CUANTO: Conocido son los diversos proble-mas de orden sanitario que se le presentan alas tropas de esta columna en campaña, asícomo la necesidad de que las mismas cuen-ten con un organismo que preferentementeatienda los casos de heridas y en general cual-quier tipo de asistencia médica que requierannuestras fuerzas y los civiles que residen en

30 Raúl Castro Ruz: “Orden Militar”, 23 de abril de 1958, Insti-tuto de Historia de Cuba, Archivo, Fondo Segundo Frente.

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todo el territorio liberado y ocupado por la Co-lumna No. 6 “Frank País”.POR CUANTO: Para la mejor atención sanitariaen general y la asistencia médica en particu-lar que requieren nuestras tropas en campa-ña se precisa la creación de un Cuerpo deSanidad.POR TANTO: En uso de las facultades de que estoyinvestido por este medio,

RESUELVO:

PRIMERO: Crear el CUERPO DE SANIDAD de laColumna No. 6 “FRANK PAÍS” del Ejército Re-volucionario “26 de Julio”, a fin de que se ocu-pe de atender todos los problemas de ordensanitario que se presenten en todo el terri-torio liberado y ocupado por las fuerzas rebel-des de nuestra columna, y en particular la másefectiva asistencia médica que requieran encampaña nuestras tropas.SEGUNDO: Para la mejor organización del Cuer-po de Sanidad de la Columna No. 6 “FRANKPAÍS”, a fin de que el mismo responda a losaltos fines que motivan su creación, dichoCuerpo quedará estructurado de la manerasiguiente:1ro. DIRECCIÓN GENERAL: La máxima autori-dad del Cuerpo de Sanidad radicará en la Direc-ción General y la misma será ejercida por unmédico facultativo con el grado que a bientenga disponer la jefatura de la Comandanciade la Columna No. 6 “FRANK PAÍS”, a fin de queactúe como Director del Cuerpo de Sanidad.2do. HOSPITAL CENTRAL: El Cuerpo de Sani-dad contará con un Hospital Central que seencargará de atender todos los casos quirúrgi-cos de gravedad.3ro. HOSPITALES DE CAMPAÑA: Serán centroshospitalarios encargados de la atención médi-ca y sanitaria de nuestras tropas en campañay de la población civil del territorio liberado yocupado por la Columna No. 6 “FRANK PAÍS”.

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4to. UNIDADES MÓVILES: Son teams médi-cos que actuarán y se moverán conjuntamen-te y a la retaguardia de las tropas que salgana campañas o acciones bélicas, a fin de aten-der todos los casos que se le presenten a losmiembros de nuestras fuerzas rebeldes duran-te dichas campañas o acciones bélicas.5to. TEAMS DE SANITARIOS: Dentro de cadaunidad existirán por lo menos dos miembrosde la tropa, adiestrados por el Cuerpo de Sani-dad, para que atiendan cualquier caso urgen-te que a las mismas se le presenten.TERCERO: El Director General del Cuerpo de Sa-nidad de la Columna No. 6 “FRANK PAÍS”queda autorizado por este medio para queproceda de inmediato a la organización yestructuración de todos los departamentos osecciones a su cargo, seleccionando su per-sonal y el número con que contará cada unode ellos.CUARTO: El Hospital General contará con per-sonal facultativo adiestrado para la atenciónde los casos quirúrgicos de gravedad que sepresenten y estará integrado por la SecciónMédica y la Farmacéutica, así como un Depar-tamento de Laboratorio.QUINTO: Los Hospitales en Campaña ademásde atender los casos leves y menos gravesque puedan presentarse, se encargarán dedarle consultas externas tanto a nuestrastropas, como a los civiles de la zona liberada yocupada que precisen de la atención médica.En todo Hospital en Campaña existirán los si-guientes departamentos:

a) El Departamento Médico: que estará com-puesto por todos los médicos adscriptos alHospital en Campaña, así como los alumnosde medicina, enfermeros o enfermeras y sa-nitarios que se precisen.b) El Departamento Dental: que estará a car-go de un doctor en Cirugía Dental con suauxiliar.

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c) Un Departamento de Farmacia que es-tará a cargo de un doctor o doctora en Far-macia con su correspondiente auxiliar.d) Un Departamento de Administración quecontará con un administrador y el personalnecesario para que atiendan todos los pro-blemas administrativos del hospital.

SEXTO: Para la Dirección de cada Hospital enCampaña será nombrado un oficial médico queserá la máxima autoridad de dicho centro hos-pitalario.SÉPTIMO: Las UNIDADES MÓVILES contarán porlo menos con un médico, un enfermero o en-fermera y dos camilleros sanitarios.OCTAVO: Los teams de sanitarios que deberánactuar dentro de la unidad a que pertenezcan,serán seleccionados de la misma tropa para seradiestrados por el Cuerpo de Sanidad.NOVENO: Se faculta al Director General delCuerpo de Sanidad de la Columna No. 6 “FRANKPAÍS” para otorgar grados hasta sargento delpersonal adscripto a la sanidad militar, en cuyocaso bastará para que tenga plena validez quecomunique tan solo a la Comandancia las de-signaciones que hubiere hecho a los gradosque hubiere conferido dentro del personal asus órdenes.Dado en el Segundo Frente-Zona Norte a losveinte y cinco días del mes de abril de milnovecientos cincuenta y ocho.

LIBERTAD O MUERTE

RAÚL CASTRO RUZ

Cmdte. Jefe Col. No. 6 “FRANK PAÍS” 31

Desde los primeros días de la llegada de la Colum-na No. 6 al territorio del Segundo Frente ya se veníatrabajando incesantemente en la atención médico sa-nitaria y, a partir del momento en que se creó el Cuerpo

31 Raúl Castro Ruz: “Orden Militar No. 5”, 25 de abril de 1958,Instituto de Historia de Cuba, Archivo, Fondo Segundo Frente.

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de Sanidad, se produjo un salto importante en la orga-nización de esta labor en el territorio rebelde.

El mismo día que se emitió la orden de la creacióndel Cuerpo de Sanidad, se elaboró la Orden MilitarNo. 6,32 mediante la cual el jefe del frente decidiónombrar como subtenientes de este cuerpo a los pro-fesionales que a continuación se relacionan:

• Doctor en Medicina, Gilberto González Pérez• Doctor en Medicina, Enrique Creagh Creagh• Doctor en Cirugía dental, Oscar Medina Dumas• Doctora en Farmacia, Enid Fernández VázquezEstos fueron los primeros ascensos a oficiales de

profesionales de la salud del nuevo frente guerrillero.Durante el curso de la guerra ocurrieron otros, en lamedida que se iban incorporando más combatientes aeste cuerpo.

De esta forma, durante los meses de marzo y abril,se dieron importantes pasos para la organización deltrabajo de sanidad del Segundo Frente. En esta etapa,ya el Cuerpo de Sanidad se encontraba estructurado,organizado y distribuido el personal incorporado, segúnlas decisiones de la jefatura del cuerpo y las necesi-dades de la situación operativa.

Se había prestado atención a los heridos en los pri-meros combates y se había continuado la atención a lapoblación civil. Los cimientos estaban echados y, sobreellos, descansó el desarrollo posterior de esta impor-tante actividad para los combatientes y para la pobla-ción campesina que fue también beneficiaria de estasignificativa labor.

Trabajo del Cuerpo de Sanidad durante el rechazode la ofensiva de verano

Tras el revés de la huelga del 9 de abril, la dicta-dura consideró que había llegado el momento delanzar contra el Ejército Rebelde una gran ofensiva, la

32 Véase Raúl Castro Ruz: “Orden Militar No. 6”, 25 de abril de1958, Instituto de Historia de Cuba, Archivo, Fondo SegundoFrente.

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cual había venido preparando desde hacía algún tiempo,fundamentalmente contra el Primer Frente “José Martí”,pero que incluyó también operaciones en el territoriodel Segundo Frente.

Convencido de que se avecinaba con celeridad unaofensiva del enemigo, el Comandante en Jefe conci-bió su plan de defensa del territorio rebelde. En ellofue esencial la decisión de realizar una reagrupaciónestratégica de las fuerzas en un momento en que el ad-versario suponía que estas se mantendrían dispersas envarios territorios.

En efecto, la dictadura se dispuso a lanzar sus me-jores fuerzas, más de diez mil hombres bien armados,apoyados por blindados, artillería, la aviación y la mari-na, fundamentalmente contra el Primer Frente, dondetendrían lugar importantes combates y una tenaz yhábil resistencia de unos trescientos rebeldes que con-taban con armas de guerra y grupos de escopeteros.

Al mismo tiempo, el Comandante en Jefe hizo llegarinstrucciones al comandante Raúl Castro para queorganizara el rechazo de las tropas de la dictadura enel territorio del Segundo Frente Oriental.

Inmediatamente, el jefe del frente dictó las medi-das para organizar el enfrentamiento a la embestidaenemiga. Entre ellas, las que tenían que ver con la im-portante labor de la sanidad militar que, en este caso,debía desempeñarse en condiciones extremadamentedifíciles.

A pesar de las limitaciones materiales y de personal,se fueron adoptando decisiones que brindaran asegu-ramiento médico a las tropas durante los enfrenta-mientos. Asimismo, se prepararon nuevos lugares paratrasladar a los combatientes que resultaran heridos.

Las primeras acciones que se pueden considerarcomo preámbulo de la ofensiva contra el SegundoFrente tuvieron lugar el día 1ro de mayo de 1958. Estedía se produjeron dos combates por la zona de Mayarí,en los lugares conocidos por Corea y La Zanja. En esteúltimo, las fuerzas rebeldes, integradas esencialmen-te por escopeteros, fueron auxiliadas por el práctico deenfermería Arlés Quiñones, funciones que desempeñabadesde el mes anterior.

Para reforzar el Segundo Frente, el 12 de mayo sesumó la Columna No. 9, bajo el mando del comandante

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Belarmino Castilla Mas, Aníbal. Y pasó a operar en lazona Sagua-Mayarí.

Al día siguiente, el enemigo realizó un intento depenetrar por el territorio norte del frente y entablócombate con fuerzas rebeldes de la Compañía C en elsur de Cananova. El 31 de mayo se combatió en Bazán.

El teniente Pedro Soto Alba, al frente de una patru-lla de escopeteros, se enfrentó, el día 23, en Cuchillasdel Sitio, con una tropa de alrededor de trescientossoldados provenientes de Sagua de Tánamo. A pesar dela superioridad del enemigo los rebeldes ofrecieron unatenaz resistencia. Cuando la situación se tornaba muycrítica llegó al lugar un refuerzo que comandaba Belar-mino Castilla y mediante un rápido contrataque obli-garon al contrario a retirarse.

El grupo de la sanidad militar de la Compañía Catendió a los compañeros heridos en esta acción, al-gunos de ellos de gravedad como el caso del comba-tiente Juan Cortés, el Bomberito. El doctor HoracioGonzález Menchero, jefe del Cuerpo de Sanidad deaquella zona, rememora el momento en que atendiólas heridas de este combatiente. El breve relato refle-ja las excepcionales circunstancias en que los médi-cos rebeldes llevaban a cabo su importante labor:

Me encontraba cerca de donde se estaba com-batiendo cuando me trajeron al Bomberito,ya él venía con un cuadro agudo; era un neu-motórax abierto, porque tenía un orificio porproyectil de arma de fuego, con entrada en laregión pectoral izquierda, y de salida en regióndorsal del mismo lado. Ya él venía sin pulsoni presión. Lo pudimos conducir en un yipihasta donde estaba el hospitalito de El Lirial,el cual se hallaba algo distante, por lo quellegamos anocheciendo. Allí no teníamos luzeléctrica, ni medios con que alumbrarnos, te-niendo que improvisar la iluminación con lasunidades selladas del yipi y unos acumula-dores.

Preparamos la mesa de comer en la cocina einmediatamente mandamos a hervir el ins-trumental para esterilizarlo. Julián Rizo fungió

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de ayudante de anestesista, ya que en esemomento el doctor Benjamín de Zayas no seencontraba por estar atendiendo a otro heri-do. Empezamos a resolver el problema de le-vantar la presión para lo cual le adminis-tramos un suero –una dextrosa en agua conLevofed–. Inmediatamente que la tensiónarterial subió de máxima a cien, comenza-mos la operación.Hubo que improvisar ante aquella situación dela mejor manera posible; el instrumental y losmedios estériles que teníamos allí eran bienescasos. Con mucho trabajo pudimos abrir eltórax. Como no teníamos un separador costaltuvimos que resecar dos costillas para poderentrar en la cavidad pleural, para ello utiliza-mos una pinza de mecánico (un alicate), quepreviamente habíamos esterilizado por aguaen ebullición. Parejamente tenía que atenderla anestesia, porque la que utilizamos fuePentotal por vía intravenosa. Pudimos entraral tórax y sacamos toda la sangre esa y suturéaquella herida con aguja atraumática.Al cerrar el tórax no teníamos sonda adecuadapara reexpandir el pulmón y tuvimos que uti-lizar una manguera de sacar gasolina, quetambién mandamos a esterilizar por ebullición,y eso fue lo que nosotros dejamos en la cavi-dad pleural para la reexpansión pulmonar, co-nectada a un sello de agua, dentro de una latade gas.*El posoperatorio fue bastante tormentoso, enel sentido de que el compañero Bomberito nocooperaba, porque quería de todas manerasquitarse aquella sonda que tenía puesta y lemolestaba, ya que era una manguera muygorda y lo manteníamos con su sello bajo deagua.Rizo le inyectaba Penicilina cada cuatro horaspasándole cien mil unidades en ese tiempo.

* Recipiente donde se envasaba combustible (queroseno).

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En aquella época se utilizaba por vía in-tramuscular; hoy día, la pudiéramos haberutilizado por vía endovenosa, por la mismavenoclisis, pero en fin, el problema es que alas 72 horas, le retiramos la sonda, porque yase veía que no expulsaba ninguna sangre ysellamos el orificio con apósitos y el compañeroBomberito fue mejorando. Ya al cuarto día selevantaba y empezó a comer. No hizo fiebre, ycomo a la semana estaba en el posoperatoriode la convalecencia.33

Por otra parte, el 12 de mayo en la zona de la Com-pañía E, al mando de Félix Pena, los rebeldes tambiénsostuvieron un encuentro en el lugar denominadoJagüeyes. Durante un tiempo prolongado, esta com-pañía se vio sometida a intensos ataques aéreos, sobretodo, en el área de la entrada del abra de Mariana enel valle de Caujerí. En otras áreas también hubo com-bates de determinada magnitud.

En los encuentros sostenidos en la carretera de SanAntonio del Sur y en el abra de Mariana, el ejércitologró romper la defensa rebelde. El frente defensivoquedaba roto y descubierto un flanco de la zona deYateras. Ante esta situación, el comandante Raúl Castrodecidió enviar las fuerzas rebeldes por detrás de la líneaenemiga para que desarrollaran un hostigamiento tí-pico de la guerra de guerrillas.

En aquella complicada situación, se produjo unaccidente en la fábrica de armas de la Compañía E queocasionó heridas graves a varios compañeros, quienesrequirieron de atención médica de emergencia. Inclu-so, se hizo necesaria una intervención quirúrgica encondiciones extremadamente complejas.

El doctor Gilberto Cervantes, al recordar aquel difí-cil momento, relató que el herido fue conducido alhospital ubicado en la zona de la Compañía D, paraamputarle una pierna y, en este lugar, ante la presenciadel doctor Martínez Mejías, se hicieron los preparativospara la operación.

33 Horacio González Menchero: Testimonio, Comisión de His-toria del Segundo Frente Oriental “Frank País”, Archivo.

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Del hecho específico, el doctor refiere:

Antes de pasar a operar, por primera vez sepudo tomar la presión ya que había esfigmoma-nómetro y estetoscopio... preparamos unapalangana con alcohol y otra con yodo y alcohol;no había para amputar la sierra indicada, niguantes. Toda la tibia y el peroné estaban des-baratados, entonces tuve que proceder a de-sarticular al nivel de la rodilla, mientras leproporcionábamos como anestesia Surital gotaa gota.En dos ocasiones nos hizo fase de apnea y conla ayuda del doctor Martínez Mejías, Quintero,Nery, Pacho y La Madrina, se le dio respiraciónartificial y todos los cuidados que requería laocasión. La intervención resultó realmentedramática.34

Las acciones fundamentales de la ofensiva sobre elSegundo Frente se desarrollaron esencialmente porla zona sur del territorio del frente, que fue la direc-ción por donde el enemigo planificó lanzar el golpeprincipal, con el objetivo bien definido de tomar ElAguacate, lugar en que radicaba la ComandanciaCentral del frente.

El 28 de mayo comenzaron las acciones por esta zonacuando el ejército de la tiranía inició su ofensiva terres-tre por el sur, desde Guantánamo en dirección a LaLima, Cupeyal y La Victoria. A partir de este momentose sucedió una serie de combates de importancia. Sedestaca el de La Lima que se prolongó unos tres días.

Ese combate y las acciones subsiguientes se desarro-llaron hasta el día 9 de junio de 1958. El ejército em-prendió una retirada de la que Raúl escribió: “Lun. 9de junio. El ejército, hostigado constantemente por laspatrullas rebeldes y ya completamente desmoraliza-do, suspende la ofensiva y se dispone a replegarse.Parece que se les acabó el ron y la mariguana […]”35

34 Gilberto Cervantes: Testimonio, Archivo Comisión de His-toria del Segundo Frente.

35 Raúl Castro Ruz: “Carta a Vilma Espín”, 7 de junio de 1958,Instituto de Historia de Cuba, Archivo, Fondo Segundo Frente.

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Sin embargo, a partir del día 18 de junio el enemigorealizó un nuevo intento de penetración por la zonade Guantánamo, por las mismas regiones donde habíalanzando inicialmente el golpe principal de sus ac-ciones. Por la zona norte del frente y por el sudestetambién tuvieron lugar combates.

La tenaz resistencia de los integrantes del frente,con sus métodos de lucha irregular, lograba resulta-dos superiores a los del enemigo, que hacía la guerramediante métodos regulares. Así quedaba frustrado elintento batistiano de desalojar a los rebeldes de losterritorios bajo su control.

Lógicamente, como consecuencia de aquellos fuer-tes enfrentamientos, los rebeldes sufrieron bajas, in-cluso, el propio jefe del Cuerpo de Sanidad, el doctorMachado Ventura, resultó herido por la metralla de unobús de mortero el día 29 de mayo, cuando se desarro-llaba el combate de La Lima, en la zona sur del frente.Al igual que otros heridos, fue remitido al hospital, loatendió el estudiante de medicina Juan González-Rodiles Planas bajo su propia asesoría, así pudo conti-nuar desempeñando sus funciones como jefe de lasanidad rebelde del Segundo Frente.

Relacionado con este hecho el comandante RaúlCastro informaba, el día 30 de mayo, a los compañerosdel movimiento clandestino:

Durante el día de hoy, los campamentos de laJuba, reciben otro buen raid aéreo. Nos hierenal doctor José Ramón Machado, por obús demortero, quien se encontraba peleando enuna de las líneas de fuego, y a Furry (AbelardoColomé) por bala de aviación, aunque por suer-te calibre 30 y a sedal. Por la noche, igualmentese realizan ataques de hostigación y variasescaramuzas más y así amanece el 31 demayo, cuarto día de cruzada, donde el enemigoapenas ha avanzado unos dos o tres kilóme-tros, y para eso muy lentamente. Ya el total decamiones, en la retaguardia enemiga es de 25,sin contar los yipis, microondas, etcétera. Lanoche anterior tengo una reunión con los jefes,en las cercanías del frente; todo lo veíamos

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bien, el parque escaseaba algo pero la morales 1000 x 1000 y los muchachos dispuestos afajarse bien […]36

En aquellos cruciales momentos, el trabajo de lasanidad rebelde se incrementó, dado que también au-mentaron las necesidades de la población civil.

La imposibilidad del enemigo de penetrar las de-fensas rebeldes, determinó que el mando del ejérci-to de la dictadura decidiera intensificar criminalmenteel empleo de la aviación. Durante días, efectuó indis-criminados bombardeos y ametrallamientos, las prin-cipales víctimas eran civiles, incluidos mujeres, niñosy ancianos.

El recrudecimiento de los ataques de la aviación –quearrasaban poblados y obligaban a la población a refu-giarse casi permanentemente en cuevas– y el hechode contar con pruebas irrefutables de que aviones deBatista eran abastecidos, en reiteradas ocasiones, conbombas, municiones y combustible, en la base norte-americana de Guantánamo, influyó en la decisión deljefe del Segundo Frente de capturar algunos ciuda-danos norteamericanos. El objetivo: que constataranin situ las secuelas de los bombardeos. Esto les permi-tiría a los detenidos actuar como testigos de las con-secuencias que sobre la población civil acarreaba elsuministro de material bélico por parte del gobiernode los Estados Unidos al régimen de Batista, auncuando desde el mes de marzo Washington habíaanunciado, ante la opinión pública internacional, unembargo de armas a la dictadura batistiana. Con lapresencia de estos en zonas rebeldes se perseguía,también, el cese de los bombardeos.

A través de la Orden Militar No. 30, firmada el 22 dejunio de 1958 por el comandante Raúl Castro, se dis-ponía la detención de ciudadanos norteamericanosque residieran en territorio del frente, con excepciónde las mujeres y los niños. Se establecían, además,las normas éticas para el trato con los retenidos, asícomo con los periodistas y diplomáticos.

36 Raúl Castro Ruz: “Carta a Vilma Espín y René Ramos”, 2 dejunio de 1958, Instituto de Historia de Cuba, Archivo.

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Comenzaba, así, la llamada operación Antiaérea, comoparte de la cual tuvo lugar el ataque a Moa, acción con-cebida con varios objetivos, uno de ellos el de capturara ciudadanos norteamericanos. Fue aprovechada, ade-más, para requisar una buena cantidad de instrumen-tal médico quirúrgico y medicinas, misión asignada alos doctores Horacio González Menchero y Benjamínde Zayas. Y tomaron parte en ella el compañero JuliánRizo y el sargento Nelson Mulet.

En la noche del 26 de junio de 1958, fuerzas de laCompañía C de la Columna No. 9 atacaron y tomaronel centro industrial de Moa. Los doctores designa-dos, en cumplimiento de la indicación recibida, pro-cedieron a desmontar parte del hospital y acopiarontodas las medicinas y medios con que contaba, inclu-yendo algunas camas. También sumaron los medica-mentos que existían en las farmacias del lugar.

Los abundantes y modernos recursos juntados, po-sibilitaron que se habilitara, poco después, el hospitalde Los Indios, en territorio de la Columna No. 9 “JoséTey”. Por indicaciones de la jefatura del Cuerpo deSanidad, se envió una cantidad razonable a las res-tantes instalaciones médicas del frente.

Como es lógico suponer, durante los meses de mayo,junio y principios de julio, en que se rechazó la ofensi-va del enemigo, la situación operativa en el territorioobligó a una serie de cambios de ubicación de las insta-laciones médicas hacia lugares que ofrecieron mayorseguridad, zonas más inaccesibles para el enemigo ymejor protegidas contra los ataques de la aviación.

En consecuencia, el hospital de Joturo se trasladótransitoriamente para San Nicolás y posteriormente fuellevado al poblado de Calabazas, bajo la dirección deldoctor Creagh. Ya a mediados del mes de junio, fun-cionaba satisfactoriamente al lado de la pequeña pistade aterrizaje que se extendía en el caserío. La insta-lación contaba con dos habitaciones en la planta bajay una barbacoa habilitada como cuarto para hospita-lización, con camas y camillas. La consulta externa serealizaba diariamente. Auxiliaban al médico en sus la-bores, Luis Albistu Soto, Rosa Trepau, Fernando Rosabaly Jesús Sánchez.

El hospital, bajo la dirección del doctor GonzálezMenchero, en la zona de El Lirial, después del ataque

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a Moa, fue trasladado para Los Indios que pudo serhabilitado con los recursos obtenidos en la requisaefectuada en aquel lugar.

Por otra parte, el Hospital Central de La Escondida,por motivos de seguridad, debió ser trasladado al lugarconocido por El Sopo. Este sitio tenía mejores condi-ciones de protección contra los ataques del enemigo.

En estos instantes también se creó, bajo la direc-ción del doctor Gilberto González Pérez, el hospital deSoledad de Mayarí. Con posterioridad, arribó al frenteel doctor José Antonio Delgado Álvarez, así pudo con-tar este centro con dos médicos, pues el trabajo que enél se desplegaba requería de personal especializado.Por su ubicación y por poseer mayor población, la de-manda de los servicios de sanidad era superior que enotras regiones. La plantilla la completaban: StanleyPhillipson Matos, laboratorista, y Gloria C. Castañeda,enfermera.

La casa escogida para ese centro de salud poseíamuy buenas condiciones. Contaba con instalacionesaledañas que también fueron utilizadas. En el localcentral se acondicionó un salón grande de veinte ca-mas, una sala de curaciones y consulta, así como doscuartos para laboratorio y farmacia. Posteriormente, seubicó en el portal la sala de espera de la consulta deestomatología. Estaba situado en un lugar muy transi-tado, por lo que brindó amplios servicios a la tropa y ala población campesina.

En aquellos momentos críticos, cuando los rebel-des luchaban tenazmente contra un enemigo muysuperior en fuerzas y medios se lograron éxitos en eltrabajo de sanidad en el frente, motivados, principal-mente, por la flexibilidad y la rapidez con que se actuó,a tenor de las variantes que exigían los imperativos dela guerra.

De julio a principios de agosto de 1958, la llamadaofensiva de verano de la tiranía había sido totalmentederrotada. Factores decisivos fueron el valor y la inte-ligencia con que se llevó a cabo la defensa decidida ytenaz del territorio controlado por el Ejército Rebelde.

La labor relacionada con el Cuerpo de Sanidad delSegundo Frente, requirió de un trabajo intenso y creati-vo para lograr satisfacer, en la mayor medida posible,las exigencias del aumento de las acciones de guerra

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sobre la tropa. Asimismo, fue necesario incrementarla atención a la población civil.

Ello requirió de redoblados esfuerzos de este cuer-po, para desarrollar una labor inteligente y flexible quepermitiera enfrentar con éxito las consecuencias delos ataques del adversario en circunstancias difícilesy complejas.

La derrota de la tiranía en la ofensiva de verano,trajo un cambio sustancial en el desarrollo de la guerrarevolucionaria y del Ejército Rebelde. Al decir del Che,la tiranía “salió con la espina dorsal rota”.

El desarrollo del Segundo Frente, en todos los ám-bitos, obligaba a la jefatura del Cuerpo de Sanidad aadoptar medidas urgentes que respondieran a los cam-bios cualitativos que se produjeron en lo adelante.

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Una nueva etapa de trabajoUna vez aplastada la ofensiva enemiga en el Se-

gundo Frente, el comandante Raúl Castro acometióun profundo proceso de reorganización de la estruc-tura militar y administrativa. Este se desarrolló de julioa octubre de 1958 y como parte de las transformacio-nes acaecidas las compañías de la original ColumnaNo. 6 se convirtieron en columnas independientes.

En carta al Comandante en Jefe, con fecha 18 dejulio de 1958, el jefe del frente explicaba:

Debido al crecimiento de este frente, es nece-sario ir experimentando una metamorfosis,que ya se está llevando a cabo poco a poco. ElSegundo Frente se llamará “Frank País”, e ire-mos a la creación de varias columnas que com-prendan a su vez las compañías necesariastodo bajo su mando centralizado y coordinadocomo hasta ahora.37

A fin de perfeccionar el trabajo de la sanidad military definir las relaciones con los mandos, el 23 de julio el

Transformaciones en la estructuradel Cuerpo de Sanidad. Etapa de consolidación

y expansión del Segundo Frente

37 Raúl Castro Ruz: “Carta al Comandante en Jefe Fidel CastroRuz”, 18 de julio de 1958, Instituto de Historia de Cuba,Archivo, Fondo Segundo Frente.

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comandante Raúl Castro y el capitán Machado Venturafirmaron una circular mediante la cual se establecían,de forma muy clara y precisa, las normas que regiríanlas relaciones entre los distintos mandos militares y lasdirecciones de los hospitales ubicados en el territoriode las columnas y compañías, lo que constituía un as-pecto de vital importancia para el desarrollo armónicode esta labor en las condiciones de un frente guerrillero.

CIRCULARA LOS MANDOS MILITARES DE ESTESEGUNDO FRENTE

COMPAÑEROS:Como es sabido, a fines del mes de abril delpresente año fue creado por la Comandanciade este Segundo Frente el Cuerpo de SanidadMilitar; este organismo se hizo necesario de-bido a la extensión territorial, el número decombatientes y velando por la salud y seguri-dad de todos los miembros del Ejército Revolu-cionario 26 de Julio y del campesinado,abandonado en las más precarias e ínfimascondiciones sanitarias.El Cuerpo de Sanidad Militar por ser un orga-nismo eminentemente técnico goza de auto-nomía, la cual es a su vez una necesidad parasu mejor desenvolvimiento interno, al mismotiempo que le es imprescindible para realizarsu sagrada misión, en cualquier sitio o zonadel territorio rebelde, valiéndose del postula-do de que la medicina no tiene fronteras.Debe quedar bien delimitado que el directores la máxima autoridad dentro de los hospita-les rebeldes, en lo referente al orden interior,organización, horario de consulta, horas devisitas y demás medidas de índole técnico yadministrativo.Ahora bien es lógico que el Cuerpo de SanidadMilitar no pueda depender de sí mismo, en loque a abastecimientos, custodia, transporte,etc. se refiere, siendo en estos puntos dondelos jefes de compañías de la zona donde se

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encuentre ubicado él o los hospitales rebel-des deben prestar su mayor cooperación a losseñores médicos tratando de mejorarlos ysuperarlos en todo lo posible pues con esto es-tán engrandeciendo su compañía, brindandoconfianza y seguridad a los combatientes y elapoyo obligado al sufrido campesino.Es necesario quede bien esclarecido la armo-nía y sentido de cooperación que debe existirentre los jefes militares y los directores dehospitales, para lograr el constante avance yprogreso de estos haciendo que cada miem-bro de nuestro glorioso Ejército pueda sentir-se orgulloso y confiado al hablar de loshospitales rebeldes.A los veinte y tres días del mes de julio de milnovecientos cincuenta y ocho. RAÚL CASTRO JOSÉ R. MACHADO

Comandante Jefe Director Generaldel Cuerpo de Sanidad38

Otras dos circulares se emitieron ese mismo día. Una,dirigida a los médicos, responsables o directores dehospitales y otra, a los mandos militares del frente.Ambas firmadas por el jefe del Cuerpo de Sanidad.

La primera era un anticipo de normas reglamenta-rias destinadas a garantizar el orden y la disciplinanecesarios para que los servicios de la sanidad militarfuncionaran orgánicamente.

CIRCULARA TODOS LOS COMPAÑEROS MÉDICOSRESPONSABLES O DIRECTORES DEHOSPITALES

Esta Dirección General del Cuerpo de Sanidadquiere poner en conocimiento de los señoresmédicos, los siguientes puntos, los cuales seránbases para la integración del futuro reglamentointerno de este organismo y quedando como tal,

38 Raúl Castro Ruz y José R. Machado Ventura: “Circular del23 de julio de 1958”, Instituto de Historia de Cuba, Archivo.

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mientras no sea terminado y dado a conocer elreferido reglamento.1ro- Es deber del médico responsable o directordel hospital velar por el funcionamiento de este,no solo desde un punto de vista técnico, sinotambién administrativo, organizativo y moral.2do- Todo médico está en la obligación cadavez que se ausente de su hospital por más dedos días, ponerlo en conocimiento de esta direc-ción general, siempre y cuando no se haya au-sentado por motivos tácticos o de fuerza mayor.3ro- Queda prohibido la admisión de personalen los hospitales sin previa consulta a la direc-ción general, explicando el cargo, labor o conoci-miento al respecto que posea el aspirante. Nosiendo así en los casos que el aspirante poseaalgún título de capacitación profesional, pudien-do ser admitidos pero inmediatamente puestosa disposición de la Dirección General.4to- El material quirúrgico o facturas de medi-camentos que se logren obtener, debe ser co-municado a esta dirección si por su cuantía ycalidad lo ameritan, esto es con el objeto delograr una distribución equitativa de todosnuestros recursos en los distintos hospitales.Todos los médicos de este cuerpo deben obrarcon sentido humano y revolucionario en lo quea esto se refiere.5to- Los señores médicos directores o respon-sables de hospitales, están en la obligación deorganizar botiquines de urgencia en las dis-tintas avanzadas, así como de proveerlos delmaterial idóneo en tales casos y de visitarlosy asesorarlos periódicamente.Dado a los veintitrés días del mes de julio demil novecientos cincuenta y ocho. LIBERTAD O MUERTE

JOSÉ R. MACHADO

DIRECTOR GENERAL DEL CUERPO DE SANIDAD39

39 José R. Machado Ventura: “Circular del 23 de julio de 1958”,Archivo personal.

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Mediante la segunda se determinaba que para quela población campesina fuera beneficiada con la aten-ción médico sanitaria que brindaba el Cuerpo deSanidad, no era necesario que los mandos militares ex-pidieran carta o recomendación algunas para ser aten-dida en los hospitales del frente. Esta práctica erareflejo de la época en que la población humilde, priva-da de este derecho, necesitaba ser amparada por unarecomendación u otro documento similar que emitíanlas autoridades del gobierno, los militares, politiquerosy latifundistas.

Por ello, se hizo necesario reiterar a todos los man-dos que para los miembros del Cuerpo de Sanidadconstituía un deber atender a todos por igual.

C I R C U L A RA LOS MANDOS MILITARES DE ESTESEGUNDO FRENTE

COMPAÑEROS:

El Cuerpo de Sanidad Militar, quiere dejarconstancia por medio de la presente de su agra-decimiento con ustedes por la ayuda que has-ta el presente han venido prestando a esteCuerpo de Sanidad Militar; al mismo tiemposolicitamos nuevamente su cooperación paralograr el más estricto cumplimiento de los si-guientes puntos.

1ro- Que por cada jefe de compañía se hagasaber a todos los oficiales subalternos que noes necesario como se acostumbra, el dar car-tas o recomendaciones a campesinos para quese les preste atención en cualquiera de nues-tros hospitales. Esto nos crea una dificultadperenne, ya que muchos campesinos al notener las referidas recomendaciones se sien-ten menospreciados y por ende se disgustan.Todos los miembros de este Cuerpo de Sani-dad están en la obligación de atenderlos porigual sin distingos de ninguna clase, al mis-mo tiempo, que constituye para nosotros unsagrado deber.

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2do- Para el mejor funcionamiento de los hos-pitales, es necesario suprimir las visitas sincausas justificadas, rigiéndose para esto, porel horario que esté señalado por el director.3ro- He sabido que muchas veces llegan pa-quetes conteniendo medicinas o materialesquirúrgicos, los cuales son interceptados porlas avanzadas y en ocasiones retenidos y hastausados, sin autorización para ello. Es impres-cindible que tan pronto llegue cualquier tipode medicamento, sean enviados con la mayorurgencia posible al hospital de la zona.Al exponerle los anteriores puntos, lo hago conla certeza de que tendré de ustedes la máximacooperación como ha sido hasta el presente, locual motiva como jefe del Cuerpo de SanidadMilitar mi más sincero agradecimiento paratodos.A los veintitrés días del mes de julio de 1958.

LIBERTAD O MUERTE

JOSÉ R. MACHADO

DIRECTOR GENERAL DEL CUERPODE SANIDAD40

El aseguramiento médico antes y durante las ac-ciones militares también quedó regulado en un docu-mento. Este es muy importante toda vez que estabadirigido a asegurar la labor que debía llevar a cabo elCuerpo de Sanidad en las circunstancias que imponíala guerra irregular en un amplio territorio y con insu-ficiencia de personal idóneo.

CIRCULARA LOS MANDOS MILITARES DE ESTESEGUNDO FRENTECOMPAÑEROS:En anterior circular ha quedado fijado el con-cepto de la armonía y espíritu de cooperaciónque debe existir entre los distintos mandos

40 Idem.

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militares y este Cuerpo de Sanidad, a fin deque este pueda ejercer a plenitud su labor.Es una de las funciones de este organismo, lade velar y cuidar por la salud de todos los miem-bros de nuestro glorioso ejército y brindarleconfianza y seguridad al combatiente, el cualdebe saber que mientras lucha tiene cerca ydispuesto para ayudarlo un médico, un enfer-mero o un sanitario.Ahora bien, dado lo extenso de nuestro terri-torio y el número de combatientes y debido alpoco personal técnico con que contamos, esimposible que donde quiera que exista unaavanzada o un pelotón tengamos un médico oun enfermero. Pero lo que sí es posible, y estocae bajo la responsabilidad de los jefes mili-tares es que se lleve a cabo cualquier tipo deacción bélica, previamente planeada, y se tengaun miembro responsable de este Cuerpo deSanidad cerca de la zona de operaciones.Es necesario, o de lo contrario este departa-mento no puede garantizar la seguridad de loscombatientes, que siempre que se vaya a unaacción militar, se le comunique con toda laantelación posible al director del hospital dela zona, no sólo para que designe un médico oenfermero que acompañe a la tropa, sino tam-bién para realizar ciertos preparativos quesiempre son necesarios llevar a cabo en elHospital de improviso, por muy organizado queeste se encuentre.Le pido sinceramente a todos los jefes mili-tares que no piensen en el hospital y en los mé-dicos a la vista de los heridos, sino que lo haganantes de que los hechos se produzcan, con todolo cual tendremos un mejor y más eficiente ser-vicio que en fin es de todos y para todos. LIBERTAD O MUERTE

JOSÉ RAMÓN MACHADO

DIRECTOR GENERAL DEL CUERPODE SANIDAD41

41 Idem.

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Estos documentos, escritos con sencillez y preci-sión, arrojan un caudal de enseñanzas acerca de lasmedidas que se deben adoptar en lo que a sanidadmilitar se refiere y, especialmente, desde el ángulo delas necesidades y exigencias de un ejército irregular.

Ahora bien, en el contexto del proceso de reorgani-zación del Segundo Frente, el 3 de agosto de 1958 fueemitida la Orden Militar No. 40, mediante la cual serestructuró militarmente el frente.

Las columnas No. 6 “Juan M. Ameijeiras” y la No. 9“José Tey” se mantuvieron operando. Se ordenó la crea-ción de tres nuevas columnas: la No. 7 “Abel San-tamaría”, la No. 8 “Antonio López Fernández” y la No. 10“René Ramos Latour”.

Poco tiempo después, se determinó que las colum-nas 7, 8 y 9 cambiaran su numeración por 17, 18 y 19respectivamente, lo cual no representaba transforma-ciones en la estructura ni en la jefatura. La columnaNo. 10, además de cambiar su numeración, modificósu nombre por existir otra con igual denominación enel Tercer Frente “Mario Muñoz”. Pasó a llamarse Co-lumna No. 20 “Gustavo Fraga”.

Dos meses después, en octubre, por orden del coman-dante Raúl Castro se creó la Columna No. 16 “EnriqueHart”, formada fundamentalmente por combatientes delas columnas No. 6 y No. 19 y operó en los municipiosde Antilla y Banes.

Para esta etapa también se hicieron cambios im-portantes y ocurrieron incorporaciones que fortale-cieron el Cuerpo de Sanidad. Se sumaron al cuerpolos doctores José Ramón Balaguer y Enrique Font y,hasta el mes de diciembre, continuó el arribo de mé-dicos, estomatólogos y personal auxiliar. Así se pudoampliar, paulatinamente, el número de hospitales re-beldes, por lo tanto hubo un notable aumento en elnivel de atención a las fuerzas del Ejército Rebelde yal campesinado.

Por otra parte, como resultado de la labor de reorga-nización que el comandante Raúl Castro realizaba enel frente, a partir del 28 octubre de 1958 entró en vigorla Orden Militar No. 49 Ley Orgánica del Segundo FrenteOriental “Frank País”. En su articulado recogía toda laestructura y funciones de los cargos del aparato mili-tar y las dependencias de apoyo.

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En virtud de dicha orden, el Cuerpo de Sanidad sedenominó oficialmente Departamento de Sanidad. Ellono alteraba, en lo esencial, la estructura creada, peroampliaba las facultades para la organización de losservicios médicos de las tropas y de la población civil.Y expresaba: “Artículo 46. El Departamento de Sani-dad tendrá a su cargo la organización, administracióny dispensación de los servicios médicos y sanitariosque se precisen para la mejor atención de la poblacióncivil y las tropas del Segundo Frente”.42

Organización de la sanidad militar en las columnas*En consonancia con la nueva estructura del frente,

ahora con seis columnas y con la exigencia de mejorarla atención, los servicios de sanidad presentaron elimperativo de ajustarse desde el punto de vista or-ganizativo, aunque todas las instalaciones se mantu-vieron bajo la dirección general del Departamento deSanidad del Segundo Frente Oriental “Frank País”.

Columna No. 6 “Juan M. Ameijeiras”

La dirección del trabajo de sanidad en esta colum-na, fue desempeñada por el propio doctor MachadoVentura, responsabilidad que simultaneaba con la je-fatura del departamento.

Contaba con un hospital en Majimiana, con recur-sos para realizar cirugía mayor. En esta instalaciónprestaron servicios los médicos Enrique Creagh y Enri-que Font y como auxiliares de enfermería, Magali Jacoboy Tisbé Trutié, quienes se mantuvieron de forma per-manente.

Posteriormente, este hospital fue trasladado paraMarcos Sánchez y allí prestó sus servicios Octavio de

42 Raúl Castro Ruz: “Orden Militar No. 49”, 28 de octubre de1958, Instituto de Historia de Cuba, Archivo, Fondo SegundoFrente.

*Todas las informaciones que se brindan sobre los serviciosmédicos fueron tomadas de las historias de las columnas.

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la Concepción de la Pedraja* quien entonces era estu-diante de medicina y se incorporó en el Central SantaAna de Auza, donde se instaló un hospital provisionaldurante los días del asedio y toma de San Luis.

Esta columna también disponía de un puesto mé-dico avanzado en Bayate, donde se desempeñaba JuanGonzález-Rodiles Planas y trabajaban como auxiliaresde enfermería Teresa Romero, Teté y Yolanda Suárez.Este territorio contaba, además, con servicio de esto-matología y estaba a cargo de los doctores Oscar Medinay Mario Linares Wilson.

Otro puesto médico funcionaba en el Alto de la Vic-toria, atendido por el doctor Gilberto González y elalumno Rómulo Soler.

Columna No. 19 “José Tey”Al reorganizarse los servicios de sanidad en la co-

lumna, la jefatura fue asumida por el doctor José Ra-món Balaguer Cabrera.

Contaban con un hospital en Los Indios, dirigidopor el propio Balaguer, con la colaboración del doctorLuis Matos Guilbes. Apoyados por los auxiliares de en-fermería Humberto Surí, Xiomara Suárez y EsperanzaGainza y por el práctico farmacéutico Oliverio Villa. Enlos primeros días de diciembre, se incorporaron el doctorMarcelino González Serrano y el estomatólogo RolandoSosa. Ese mismo mes se creó un pequeño hospital en ellugar conocido por El Manguito, tres kilómetros al norte,próximo al campamento de El Jobo.

En él actuaba como jefe el compañero Arlés Qui-ñones y como auxiliar de enfermería Emma Chacón.

* Octavio de la Concepción de la Pedraja (1935-1967): Matricu-la la carrera de Medicina en la Universidad de La Habana en1952. Sin concluir estudios se vinculó al M-26-7 en Tacajó.A principios de noviembre de 1958, se incorpora al EjércitoRebelde como auxiliar de cirugía del Departamento de Sani-dad. Regresa a la Universidad luego del triunfo de la Revo-lución y concluye estudios. Parte hacia el Congo en el grupodel Che, en agosto de 1965. En noviembre de 1966, miem-bro de la guerrilla del Che marcha hacia Bolivia, donde muerebaleado por cerco enemigo el 12 de octubre de 1967.

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En los últimos meses del año, fue trasladada hacia eselugar la doctora en Farmacia Enid Fernández.

Columna No. 17 “Abel Santamaría”Con el fin de garantizar la atención médica en el

territorio de la Columna No. 17, fue nombrado jefe deesa dependencia el doctor Enrique Creagh, quien setrasladó con el personal y los medios bajo su mando,desde el hospital de Calabaza de Sagua –territorio dela Columna No. 19– para la finca La Guinea, a un kiló-metro de la comandancia de El Arpón.

La casa seleccionada tenía agua corriente y, pa-sados unos días, se instaló una planta eléctrica. Con-taba con dos amplias habitaciones utilizadas paraconsultas, un almacén transformado en sala de hos-pitalización y un comedor habilitado como salón deoperaciones.

Poco después, se puso en funcionamiento un la-boratorio a cargo de la técnica Gloria Sherwood. Ellopermitió intensificar el proceso de hemoclasificación,aspecto vital para la atención a los combatientes heri-dos. Un centro de esterilización, dedicado a cubrirlas necesidades de todo el frente, que se instaló entre LaCaridad y La Caoba, y su responsable fue el auxiliarenfermero José A. Novua Rivas.

A partir de ese núcleo central se desarrollaron lospuestos sanitarios en las compañías, unidades móvi-les y pelotones de avanzada, con vistas a darle aten-ción médica a la tropa y a la población campesina.

El primer puesto sanitario, semejante a un hospi-talito, que contaba con medios para ingresar pacienteshabía sido organizado a principios de agosto en la Com-pañía C “Roberto Estévez Ruz”. Radicó en una casa,ubicada en Juan Mulato, facilitada por el campesinoJosé Quintas. Dicho puesto estuvo atendido por losauxiliares de enfermería Ángela Rodríguez Granado,La Mora, Emma Ros Pérez y Juan Rafael Casaus Díaz.

Posteriormente, este se trasladó hacia una casa enEl Paraíso que tenía mejores condiciones para esos fines.Allí se instalaron siete camas y una planta eléctrica. Enrealidad llegó a ser un hospital. En octubre fue asigna-do a este centro el doctor José A. Delgado Álvarez.

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En las otras compañías, también se incorporaronsanitarios. En el mes de octubre, fue enviada la auxi-liar de enfermería Adela Fernández para La Caridad,zona donde radicaba la jefatura de la Compañía A.

Para la Compañía B “Reinaldo Brook” fue traslada-da la doctora Enid Fernández quien, ayudada por latropa y la auxiliar de enfermería Caridad Batista, pusoa funcionar un puesto médico en una casa con buenascondiciones ubicada en La Güira, cerca de Jarahueca.Posteriormente, con la designación del doctor ÁngelMeneses y del auxiliar de enfermería Onelio Gonzálezse transformó en hospital.

Las tropas rebeldes continuaban su incremento, seavanzaba a nuevos territorios y se producían constan-tes encuentros con el enemigo. Ello provocó un au-mento del número de heridos y pacientes. Fueronatendidos no solo los combatientes rebeldes, sino lapoblación, en sentido general, y hasta el propio ene-migo. La jefatura de la sanidad rebelde del frente asig-nó otro médico para las compañías A y B. El reciénllegado era el doctor Luis Hernández Pina, quien estu-vo subordinado al doctor Meneses.

Los doctores Eduardo Ruiz Magariño y SurellaGendis Abich, esposos, completaron el personal médi-co de la columna. Ellos se habían incorporado al frenteen el campamento de Guanina, de la Columna No. 19“José Tey”, donde pusieron a funcionar un dispensariomédico.

El aumento de personal de sanidad permitió quedurante la ofensiva rebelde se ubicaran postas sani-tarias en Florida Blanca y Casa de Tablas, territorio dela Compañía A, equidistante de las principales zonasdonde se desarrollaban las acciones. En ellas, los doc-tores Creagh y Ruiz Magariño, junto al personal auxi-liar, preparaban las condiciones para el traslado de losheridos al hospital de La Caridad.

Fuerzas de la Compañía C requisaron, el 13 de agos-to, una importante cantidad de medios sanitarios enel hospital de Marcané: medicamentos y materialquirúrgico. La situación mejoró notablemente, puesestos eran muy deficitarios.

Para finales del mes de octubre, los servicios desanidad de la Columna No. 17 “Abel Santamaría” con-taban con puestos médicos en cada compañía, puestos

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sanitarios en todas las unidades móviles y con los hos-pitales en los centrales Marcané y Miranda. Estos úl-timos se sumaron a principios de noviembre, cuandoquedaron dentro del territorio rebelde como resulta-do del avance de las líneas del Segundo Frente Oriental“Frank País”.

Columna No. 18 “Antonio López Fernández”Esta columna llegó a contar con varias instalacio-

nes dedicadas al trabajo de sanidad que prestaban ser-vicios a la tropa y al campesinado. Por ejemplo, en laCompañía D existía el hospital ubicado en la finca ElTeniente, el hospital de Felicidad de Yateras y un dis-pensario en el Alto del Mango.

La Compañía E contaba con el hospital “Manuel S.Tames Guerra”; con tres dispensarios, ubicados en lacomandancia de Bejuquera, Puriales de Caujerí y SanAntonio del Sur; y con dos botiquines de urgenciasen Alto de las Coloradas y en la ganadera Navarrete.

Además, la Compañía A, que fue la última que secreó, tenía el hospital “Patricio Sierra Alta” y el dis-pensario ubicado en el lugar conocido por La Perrera.

El personal del Departamento de Sanidad en la Co-lumna No. 18 estuvo integrado entre otros por: GilbertoCervantes, jefe de la sanidad rebelde en esta columna;Pablo Jiménez Riverí, médico; Bernardino Creagh, esto-matólogo; Gerardo Figueras, estudiante de Medicina;Ángela Rodríguez, Ludia Pelegrín, Jaime Archer, MartaE. Martínez, Clara L. Maletá Castillo, Carmen y Margari-ta Ascón, Mario Ávila, Juan Díaz Odou y Mario Fresneda,auxiliares de enfermería; Alberto Tito Rodríguez, chofer,un compañero llamado Jesús, Afortunado Centeno y JuanBautista Pérez, en los aseguramientos.

Columna No. 20 “Gustavo Fraga”Tuvo como jefe de sanidad, inicialmente, al doctor

Horacio González Menchero. En el mes de octubre, elhospitalito que estaba situado en lo alto de la Sierra deSan Román fue trasladado para Casimbas.

Posteriormente, se habilitó una segunda instala-ción sanitaria en la zona de Filipinas. En este momento

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también se decidió que los doctores González Mencheroy Benjamín de Zayas, asignados a esta columna, pa-saran a prestar servicios en otra zona de operacionesdel frente pues se había incorporado el doctor José A.Gutiérrez Muñiz, quien pasó a encabezar el trabajo desanidad en la columna.

También, se incorporaron el doctor Rafael ParúasToll; el estudiante de medicina Gerardo Figueras y losauxiliares de enfermería Migdalia Jacobo Elías, CarmenRosa Martínez, Juan Imbert y María Matilla Clares. Pos-teriormente se sumó el sanitario Orlando La O Estraday se situó un puesto médico avanzado en Corralillo.

Columna No. 16 “Enrique Hart”Al constituirse esta columna, en octubre de 1958, la

jefatura del Departamento de Sanidad se vio en la ne-cesidad de escoger combatientes para que cumplieranfunciones de sanitarios a quienes se les entregaronalgunos medicamentos esenciales para su empíricalabor.

Durante una acción sorpresiva contra el puesto dela Guardia Rural del central Tacajó, con la cooperacióndel doctor Achúcaro –quien atendía el hospital delcentral–, y de la compañera Miriam Colomé, ambosdel Movimiento 26 de Julio, la columna logró pro-veerse de instrumental quirúrgico y medicinas. Lacompañera se incorporó a la columna como auxiliar deenfermería.

El 2 de noviembre llegó, en una camioneta, el auxi-liar de enfermería Osvaldo Quintana, quien pertenecíaal movimiento. Consiguió una vivienda para establecerel botiquín: un bohío con dos camastros y asientos, cercade la comandancia, en la bajada del Chorro de Maíta. Elvehículo fue utilizado como ambulancia.

El día 16, los compañeros de la sanidad militar dela columna, con la anuencia de la comandancia, sededicaron a buscar un lugar más adecuado, en cuantoa capacidad e higiene. Encontraron una casa aban-donada y la ocuparon. Era de madera con techo dezinc. Por esos días el estudiante de medicina AmelsEscalante, fue designado provisionalmente por el jefedel frente para que ocupara la dirección de sanidad

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en la columna. Poco después los tenientes, médicos,Horacio González Menchero y Benjamín de ZayasGarcía, por decisión de la jefatura del departamento,fueron trasladados para asumir la dirección de la sa-nidad militar en esta columna.

La sanidad militar, en su accionar durante esta eta-pa, tal como pasó con otras estructuras del frente, sefue consolidando, amplió sus servicios y perfeccionósu organización. En este proceso resultaron impres-cindibles los traslados frecuentes de personal y lasreubicaciones de instalaciones sanitarias, que le per-mitió al departamento cumplir, en mejores condicio-nes, las importantes misiones para las que fue creado.Y estar, así, en condiciones de acometer nuevas y máscomplejas tareas en el transcurso de la guerra.

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De noviembre a diciembre de 1958, tuvo lugar la im-petuosa ofensiva del Ejército Rebelde sobre las posi-ciones del enemigo que condujo finalmente a latrascendental victoria del 1ro de enero de 1959.

Para las fuerzas rebeldes del Segundo Frente seabrió una etapa de importantes enfrentamientos mili-tares, en respuesta de las órdenes del Comandante enJefe del Ejército Rebelde, Fidel Castro Ruz.

Para la sanidad rebelde se iniciaba, también, unaetapa de intensa actividad. En ese momento, ya teníalas condiciones mínimas necesarias para llevar a cabosu labor con éxito.

El Departamento de Sanidad contaba ya con oncehospitales, siete puestos médicos, un centro de es-terilización y numerosas postas sanitarias; así comodiecinueve médicos, tres doctores en farmacia, cua-tro estomatólogos, cuatro estudiantes de medicina,cuatro técnicos dentales, un podólogo, tres técnicosde laboratorio, tres de rayos X, cuatro graduados deenfermería y otro personal de aseguramiento y auxi-liar hasta unas ciento sesenta personas.

Por otra parte, se crearon salones de operacionesen los hospitales. En ellos, a pesar de ser instalaciones encierto modo rústicas, se realizaron intervenciones quesalvaron la vida tanto a combatientes como a pobladoresde la zona. Por ejemplo: resecciones y suturas intestina-les, hernias estranguladas, apendicectomías, cesáreas,amputaciones, toracotomías y otras, que rebasaron lascincuenta intervenciones de la llamada cirugía mayor.

Labor del Departamento de Sanidaddel Segundo Frente Oriental “Frank País”

al final de la guerra

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Según un informe sobre el trabajo de la sanidad re-belde en el Segundo Frente, desde el 1ro de junio hastael 30 de noviembre, se habían atendido 3 180 campesi-nos y 1 274 combatientes, cifras muy por debajo de larealidad, pues en el propio informe se reconocía que nofueron contabilizados los casos atendidos durante re-corridos, accidentados y los atendidos por el resto delpersonal técnico o empírico.43

La labor del personal de sanidad fue tan vasta que deella se beneficiaron no solo los sectores más humildesde esos territorios, sino, en sentido general, todos lospobladores de aquella zona. El testimonio del médicorebelde Pablo Jiménez Riverí da fe de ello.

Bueno aquello* fue muy distinto a Guamuta,aquello era una zona cafetalera, una zona degente rica. La lucha era por no cobrar, y el co-mandante Machado me había dicho: “ni un cen-tavo a nadie”. Y ahí llegaban millonarios del caféque querían pagar. Entonces yo les decía “mire,compañero –le enseñaba una bandera que teníadetrás de mí, del 26 de Julio–, esto es un servi-cio social del Movimiento 26 de Julio, y no po-demos hacer distinciones entre ricos y pobres”.Entonces todos aquellos cafetaleros traían a susmujeres, sus hijos [...]44

Dentro del trabajo desplegado en el Segundo Frentepor el Departamento de Sanidad hay que destacar elquehacer de los estomatólogos rebeldes, quienes no sololaboraron en la extracción de piezas dentarias y reali-zaron trabajo profiláctico, sino que en muchos casosprestaron servicio como auxiliares de los galenos en in-tervenciones quirúrgicas en las que algunos actuaroncomo anestesistas.

43 Véase, “Informe resumen sobre el trabajo del Departamentode Sanidad”, Instituto de Historia de Cuba, Archivo.

* Se refiere al trabajo desarrollado en Puriales de Caujerí, unidoal pueblo de San Antonio del Sur por carretera.

44 “Médico guerrillero a los 58 años: Relato del doctor Pablo JiménezRiverí”, periódico Granma, 18 de diciembre de 1967, p. 3.

87

Asimismo, es necesario resaltar el importante papeldesempeñado por el movimiento clandestino en el llano.El apoyo con medicamentos, instrumental y otrosmedios y el esfuerzo para la incorporación de personalcalificado resultaron vitales para el departamento. Eneste quehacer se destacaron, fundamentalmente, loscombatientes clandestinos de Guantánamo. Entreellos se encuentran las hermanas González-Rodiles,Mirtha Rabilero, Elia Frómeta y José A. GutiérrezMuñiz. También se distinguieron en estas misionescombatientes de la clandestinidad de Santiago deCuba: Luis Calvo, Eduardo Mesa, Anita y Marcia Cés-pedes, Lucía Parada, las hermanas Ruiz Bravo y lasCuza Téllez, entre otros.

La mayoría de los que cumplieron estas misioneseran jóvenes, entre ellos numerosas mujeres que asu-mieron grandes riesgos con el objetivo de trasladarsistemáticamente los avituallamientos destinados a lasanidad militar en territorio rebelde.

Otras vías de suministro fueron las requisas realiza-das por las fuerzas rebeldes tras las acciones militaresy, en menor medida, contribuciones de vecinos de laszonas con recursos.

La ofensiva rebeldeCumpliendo instrucciones de la Comandancia Ge-

neral del Ejército Rebelde, la jefatura del SegundoFrente organizó acciones previas a la ofensiva generalque se enmarcaron en la llamada operación Gancho.Esta tenía como finalidad la toma de importantes en-claves del enemigo ubicados en las cabeceras muni-cipales para entorpecer la farsa electoral, promovidapor el régimen batistiano, que tendría lugar el 3 denoviembre de 1958.

El comandante Raúl Castro coordinó estas accio-nes entre efectivos de las columnas No. 6 y No. 7 delSegundo Frente con la cooperación de la Columna No. 9del Tercer Frente. El principal objetivo era la toma deAlto Songo, cabecera municipal. La ciudad de AltoSongo permaneció varias horas en manos rebeldes. Del2 al 5 de noviembre cayeron las posiciones enemigasubicadas en Ermita, Cuneira y Soledad.

88

Como parte de esta operación los rebeldes hosti-garon, además, La Maya y San Luis, y presionaron sobreGuantánamo y Santiago de Cuba para impedir la sali-da de refuerzos, mientras otras fuerzas sitiaban a CayoMambí, Sagua de Tánamo y las minas de Ocujal.

En cumplimiento de las órdenes del jefe del EjércitoRebelde, las fuerzas del Segundo Frente desarrollaronimportantes acciones con el objetivo de tomar las prin-cipales posiciones del enemigo en los pueblos y ciu-dades enmarcados en su territorio.

La operación Gancho constituyó una exitosa ofensi-va que no se limitó al objetivo inicial de obstruir la farsaelectoral sino que, en la práctica, desencadenó la ofen-siva general de todas las columnas del Segundo Frente.

Desde el 9 de noviembre, efectivos de la columnaNo. 18 “Antonio López” comenzaron el asedio al cuar-tel de Imías. La situación para los rebeldes se compli-có en los días posteriores. Fuerzas de la aviaciónenemiga bordeaban las posiciones rebeldes. El jefe delfrente envió a Efigenio Ameijeiras para, junto con FélixPena, hacerse cargo de las acciones contra el cuartelde Imías. El 14 se produjo la victoria. Fue un combatebreve, pero sangriento en el cual el enemigo sufriónumerosas bajas. Esta acción le daba a las fuerzas re-volucionarias el dominio de las comunicaciones deGuantánamo a Baracoa.

Lógicamente, el desarrollo de la ofensiva del EjércitoRebelde sobre las posiciones del adversario, incremen-tó la necesidad de brindar atención médica al enemi-go lo cual requirió redoblados esfuerzos por parte delos médicos rebeldes. Ni aun en las más tensas cir-cunstancias faltó esa atención.

Testimonio revelador de ello es el certificado dedefunción expedido en el hospital de El Arpón, el día8 de noviembre de 1958, a nombre del cabo del ejérci-to de la dictadura Manuel Lorién Guerrero.

EJÉRCITO REVOLUCIONARIO 26 DE JULIO

SEGUNDO FRENTE “FRANK PAÍS”ZONA NORTE DE ORIENTE

DEPARTAMENTO DE SANIDAD

El que suscribe doctor JOSÉ R. MACHADOVENTURA, capitán médico del Ejército Revo-lucionario 26 de Julio:

89

CERTIFICO: Que el cabo del ejército de la dicta-dura FÉLIX MANUEL LORIÉN GUERRERO de47 años de edad, casado, vecino de Santiagode Cuba y destacado en el puesto militar delcentral Baltony fue examinado por mí presen-tando todos los signos de la muerte la cual fueocasionada a mi entender por un síncope car-díaco como causa directa y por una cirrosishepática como causa indirecta. El menciona-do militar dejó de existir a las 12 y 35 del díade la fecha.Y para que conste y a petición de las autorida-des del Ejército Revolucionario 26 de Julio ex-pido el presente en el hospital de la Guineadel Arpón perteneciente a la Columna No. 17“Abel Santamaría” a los ocho días del mes denoviembre de 1958.

LIBERTAD O MUERTE

FDO. DR. JOSÉ R. MACHADO VENTURA

Cap. Méd. Drtor. del Dpto. de Sanidad

Los abajo firmantes militares prisioneros yheridos recluidos en este hospital hacemosconstar que el compañero LORIÉN GUERREROfue asistido y tratado debidamente sin que sepudiera evitar su fallecimiento, por lo que sus-cribimos el presente certificado voluntaria-mente.Fdo. Antonio CalaCabo Esc. 15 G:R.Fdo. Darcy Donatién PérezSold. Seg. Esc. 15Fdo. Francisco Leyva MaceoCabo Secc. Stgo de Cuba 45

La noche del 13 de noviembre, por las ondas de RadioRebelde, se trasmitieron declaraciones del Comandante

45 José R. Machado Ventura: “Documento del 8 de noviembrede 1958”, Comisión de Historia del Segundo Frente, Archivo.

90

en Jefe Fidel Castro, mediante las que impartió órde-nes a las columnas de todos los frentes y orientó a laciudadanía las acciones para el comienzo de la bata-lla por la provincia de Oriente.

Para cumplir las indicaciones del jefe del EjércitoRebelde, el comandante Raúl Castro elaboró planes deacción coordinados con el Tercer Frente “Mario Muñoz”.A las 20:00 horas del 23 de noviembre se iniciaron loscombates en la zona del Segundo Frente. Fueron cer-cados Mayarí, Cueto, San Luis, Alto Songo y La Mayaen tanto se hostigaba a Sagua de Tánamo, Cayo Mambí,Río Frío y Guantánamo.

Las nuevas circunstancias en que la sanidad re-belde desarrollaba su misión, determinaron que la je-fatura del Departamento de Sanidad en el SegundoFrente considerara necesario mover los hospitaleshacia las proximidades de la zona de operaciones paraadecuarse a las condiciones que imperarían, pues laofensiva implicaba la salida de su territorio para rendirlos principales enclaves del enemigo y liberar pueblosy ciudades. Para ello se solicitó autorización. El capi-tán José R. Machado Ventura, en su condición de jefedel Departamento de Sanidad le expresó a AugustoMartínez Sánchez, jefe de la Dirección Interdepar-tamental del Segundo Frente:

Estimado compañero:El motivo de la presente es, para pedirte quete asesores bien con la Comandancia Centralel camino a seguir con los hospitales, según loindiquen las conveniencias bélicas.En el momento en que estamos y según el avan-ce de nuestras tropas, se hace difícil el servi-cio hospitalario a nuestro ejército, debido a lodistante que se encuentran algunos de nues-tros hospitales de los campos de batallas.Por lo tanto, creo conveniente el traslado de estoshacia las cercanías de las zonas de operacio-nes, donde tendríamos las ventajas de prestarmejores y más rápidos servicios a nuestrosheridos, sería menos el consumo de gasolinay más facilidades para la adquisición de algúnmedicamento de urgencia.

91

Me comunicas inmediatamente lo que deci-dan sobre este asunto para el caso que decidanafirmativamente, dedicarme de inmediato altraslado de ello. 46

La respuesta resultó afirmativa: según se produjerael avance de las tropas rebeldes sobre pueblos y ciu-dades, mover las fuerzas de la sanidad rebelde hacialas proximidades del teatro de operaciones. En corres-pondencia con el principio inviolable de apoyar al cam-pesinado en su atención sanitaria, se determinó notrasladarlas todas y escoger los hospitales rebeldesmejor ubicados y las áreas de mayor concentración depoblación radicada permanentemente para que conti-nuaran prestando servicio al campesinado. Se desig-naron los hospitales ubicados en Palenque de Yateras,Soledad de Mayarí, El Arpón y El Manguito.

Mientras la ofensiva rebelde continuaba activa e im-petuosa, el 7 de diciembre la Fuerza Aérea Rebelde efec-tuaba su primera acción combativa sobre el cuartel deLa Maya, que se rindió poco después. La segunda tomade San Luis y las de Alto Songo, La Maya y Río Fríodieron a los rebeldes el control absoluto de los accesosa Santiago de Cuba por el este, mientras mantenían eldominio de las comunicaciones con Guantánamo.

El 18 de diciembre, el comandante Raúl Castro con-ferenció –en el lugar conocido por La Rinconada, Jigua-ní– con el Comandante en Jefe acerca de la estrategiafinal.

La ofensiva rebelde era victoriosa, el ejército de latiranía estaba casi derrotado. La Comandancia Centraldel Segundo Frente impartió órdenes precisas para elmomento del triunfo definitivo de las armas rebeldes.En respuesta, el jefe del Departamento de Sanidad hizosaber a los responsabilizados con la labor de la sani-dad militar en todo el territorio del Segundo Frente:

PRIMERO- Que cada uno de ustedes permanezcaen sus puestos, cumpliendo con sus deberescontraídos hasta nuevas órdenes.

46 José R. Machado Ventura: “Carta al Jefe de la DirecciónInterdepartamental”, 9 de diciembre de 1958, Instituto deHistoria de Cuba, Archivo, Fondo Segundo Frente.

92

SEGUNDO- Queda prohibido terminantemente eltraslado de materiales de curaciones, instru-mentales, medicinas, muebles, etcétera. En fin,todo lo que constituya la existencia de dichoshospitales.No pudiendo por lo tanto disponer de estos, enningún sentido, es decir devolverlos. Todo tie-ne que permanecer en su lugar.TERCERO- Si en algún momento son desobedeci-das estas órdenes, tendré que proceder deacuerdo con las disposiciones vigentes en laLey Orgánica, aprobadas por la ComandanciaCentral, de este Segundo Frente Oriental“Frank País”. 47

La medida trasmitida era previsora, evitaría el des-orden y la desarticulación del sistema de sanidad mi-litar. Esto resultó muy importante en ese momento ycomo experiencia para los nuevos tiempos.

En la medida que avanzaban las fuerzas rebeldes delSegundo Frente sobre los pueblos y ciudades, las ins-talaciones médico sanitarias que se encontraban enestas, como es el caso de las llamadas casas de socorro,quedaban bajo el control de las autoridades rebeldes yen todos los casos contaron con la colaboración delpersonal que en ellas laboraba.

En el transcurso del tiempo que funcionó la estruc-tura de la sanidad militar en el vasto territorio delSegundo Frente, existieron, aunque en distintos mo-mentos, diecinueve instalaciones categorizadas comohospitales de guerra. Funcionaron, también, decenasde dependencias que completaban la estructuraorganizativa del frente, entre ellas dispensarios, pues-tos de primera ayuda y sanitarios.

Ya en diciembre de 1958, la ofensiva rebelde de losfrentes de guerra avanzaba hacia Santiago de Cuba. Asu paso se rindieron pueblos y ciudades. Ante la tangi-ble posibilidad de que se produjera en breve la batallapor la toma de la ciudad, que contaba con una fuerte

47 José Ramón Machado Ventura: Documento. Instituto de His-toria de Cuba, Archivo, Fondo Segundo Frente.

93

guarnición, el comandante Raúl Castro ordenó al jefedel Departamento de Sanidad que preparara todos losrecursos y personal a su alcance para brindar asegura-miento médico a las fuerzas rebeldes que participaríanen estas acciones.

El 31 de diciembre la misión asignada quedaba cum-plida cabalmente. Los cercos establecidos a Guan-tánamo y Santiago de Cuba permitían el inicio delataque final. A pesar de que el general del ejército dela dictadura Eulogio Cantillo –quien se había reunidocon el Comandante en Jefe Fidel Castro el día 28 de esemes en las minas del central Oriente, cerca de PalmaSoriano en presencia de Raúl Castro– traicionó losacuerdos contraídos con Fidel, los cuales incluían lacapitulación de la plaza militar de Santiago de Cuba,esta ciudad se rindió sin combatir a las fuerzas rebel-des, al igual que el resto de las pocas ciudades orien-tales que estaban aún en manos del enemigo, aunqueya cercadas. Con ello se evitó el inútil derramamientode sangre.

La dictadura se desplomó y el pueblo alcanzó la vic-toria el 1ro de enero de 1959. Con ella finalizó la labordel Departamento de Sanidad del Segundo FrenteOriental “Frank País” para dar paso a la gran tareade construir un sistema de salud para beneficio detodo el pueblo.

95

En los nueve meses y veinte días de existencia delSegundo Frente, el Departamento de Sanidad dio res-puesta, en las complejas circunstancias de la guerrairregular, a la trascendente misión de garantizar laatención médico sanitaria tanto de los combatientesdel Ejército Rebelde que actuaban en este territorio,como de la población civil e incluso de los efectivosdel ejército enemigo que la necesitaron.

Diversos factores determinaron los resultados al-canzados por este equipo, compuesto por un personalheterogéneo: médicos, estomatólogos, técnicos, enfer-meros, sanitarios y personal de aseguramiento. Entreellos sobresale la actitud profesional y revolucionariade los integrantes del departamento, que hizo posiblevencer todo tipo de obstáculos a fin de llevar a cabo,con éxito, esa noble labor. En todos primó siempre elvalor y un profundo y arraigado sentido del deber.

Asimismo, las condiciones socioeconómicas y to-pográficas de aquellos territorios eran favorables y,lo más importante, tanto el mando del frente como losresponsables de la sanidad militar supieron aprove-charlas.

Para entender la magnitud del rol desempeñado porlos dirigentes de la sanidad militar –en las diferentesinstancias–, debe señalarse que estos carecían de co-nocimientos, en sentido general, sobre los requeri-mientos y principios organizativos que debían regir estaactividad en condiciones de guerra. Baste señalar queel jefe del departamento, al asumir la dirección de estecontaba con la poca experiencia que le había aportadosu tránsito por el Primer Frente “José Martí”.

Sin embargo, a pesar de este inconveniente se im-puso la inteligencia y el sentido común. Se logró, con

Conclusiones

96

el concurso de quienes tomaron parte en esta labor,dotar a este departamento, en todo el territorio delfrente y en los diferentes escalones de mando, de unaestructura flexible en la cual se combinaron con aciertoel principio del mando único y la jerarquización delas funciones; así como de instalaciones con ciertonivel de descentralización y una satisfactoria coordi-nación con los mandos de las unidades rebeldes enlas que se desempeñaban.

Las jefaturas militares de las columnas podían, así,adoptar decisiones prácticas ante el desarrollo de laguerra. No obstante, decidir sobre el destino del perso-nal médico y técnico así como de los medicamentos, lasinstalaciones y otros medios era solo facultad de la jefa-tura del departamento que los movía según sus necesi-dades y, en el caso de los recursos humanos, atendiendotambién a las condiciones del personal en cuanto a co-nocimientos, experiencia, y especialidad, en consonan-cia con el momento y la situación imperante en elterritorio, pero siempre en interés de los requerimientosde la guerra, de los combatientes y de la población.

Otro factor de capital importancia fue la atenciónbrindada por el jefe del Segundo Frente Oriental “FrankPaís”, comandante Raúl Castro Ruz, al trabajo del de-partamento, por la comprensión del rol que este desem-peñaba, por el respaldo personal que siempre le ofrecióy por la autoridad de que dotó a todos sus integrantes,especialmente al jefe del departamento.

Gracias a ese a apoyo, el departamento logró un tra-bajo eficiente y una subordinación directa de todas lasestructuras de la sanidad a la jefatura. Por otra parte,Raúl en su condición de comandante jefe del SegundoFrente, estableció un vínculo directo y permanentecon la jefatura del departamento y facilitó la coordina-ción de esta con los mandos militares de las colum-nas y compañías.

La historia del Departamento de Sanidad arroja unvalioso legado para el caso de que nuestra patria tengaque enfrentar un conflicto armado, no solo por la signi-ficación de la labor de sanidad en el ámbito estricta-mente militar, sino también por el impacto político quetuvo en la población.

Ello quedó claramente expresado por el general deejército Raúl Castro Ruz cuando evaluó los resultados

97

48 Raúl Castro Ruz: “Se logró lo que todos esperábamos”, revis-ta Bohemia, 11 de marzo de 1988, p. 33.

de la labor médico sanitaria y de educación en el Se-gundo Frente:

El prestigio que alcanzó la labor sanitaria y deeducación que se desarrolló con la poblacióncivil fue un incentivo que acrecentó su deci-dida colaboración con el Ejército Rebelde y con-tribuyó de modo muy especial a enraizar elrespeto que sentía por él. He considerado siem-pre que el conjunto de ese esfuerzo constitu-yó, de hecho, un trabajo político y social masivode inestimable valor que hizo sentir de modomuy directo a los habitantes de aquellos terri-torios lo que representaría el triunfo de la Re-volución.48

Anexos

101

Médicos

José Ramón Machado VenturaGilberto González PérezEnrique Creagh CreaghAurelio Martínez MejíasHoracio González MencheroGilberto Cervantes NúñezJosé Antonio Delgado ÁlvarezJosé Ramón Balaguer CabreraEnrique Font D’ EscoubetÁngel Rafael MenesesLuis Rafael Matos GuilbesLeopoldo Luis Hernández PinaEduardo Ruiz MagariñoPablo Jiménez RiveríMarcelino González SerranoJosé Antonio Gutiérrez MuñizRafael Felipe Parúas TollHéctor Humberto AcesEduardo Reyes CosFlavio Pombert GuerraRafael García MoreauxNicolás Limonta FerrerGonzález Posada

Cirujanos Dentistas

Oscar Medina DumasPedro Vázquez TurróBenjamín de Zayas GarcíaMario Linares Wilson

Integrantes del Departamento de Sanidad

Anexo No. 1

102

Bernardino Creagh CreaghRolando Sosa Estrugo

Doctores en Farmacia

Enid Fernández VázquezSurella Gendis AbichLidia Guevara Fournier

Estudiantes de Medicina

Octavio de la Concepción de la PedrajaGerardo Figueras LarrazábalJuan González-Rodiles PlanasHumberto Ortiz RodríguezJaime Salgado SuárezAmels Escalante ColásHilda Benítez SosaElías de Jesús Alarcón VerdeciaFlorián Figueredo GuerreroJuan Luis Vidal RamosRómulo Soler Vaillant

Estudiantes de Estomatología

Jacinto Otero Fernández

Técnicos

Stanley Phillipson MatosGloria Esther Sherwood OriaLucila Suárez García

Enfermeros graduados

Agapito Luis Albistu SotoGloria Concepción CastañedaSusana Ávila RúaImilse Portuondo

Auxiliares de enfermería

Emma Carnet HernándezRafael Gregorio Leyva Caron

103

Fidel Vargas RuzJuan Imbert PalmeroEglaín Rey DelgadoMiguel Arcángel RamírezIbraim Rosabal MoralesErnesto Silva FerrerRafael Celso Muradás LópezCarmen Rosa Martínez AlbearMargarita Ascón GonzálezCarmen Ascón GonzálezJaime Archer SivaRolando Álvarez RodríguezGladys Castañeda PompaAbilio Cala CuzaJuan Rafael Casaus DíazAdela Fernández AbiagueAntonio Galdeano DuarteÁngel Luis Gracias GonzálezCarlos Gorrás RodríguezMagali Jacobo ElíasMigdalia Jacobo ElíasClara Luz Maletá CastilloMarta Emilia MartínezAna Martínez RodríguezJosé Antonio Novua RivasLudia Pelegrín GamesÁngel Luis Petier PolléArlés Avelino Quiñones TransoHilda Reyes TrejoÁngela Rodríguez GranadoTeresa Romero Espinosa, TetéMirna Enriqueta RodríguezJosé Ricol MartínezMaría Tisbé TrutiéRosa Trepeau MenaElsy de la Cruz DíazXiomara Suárez FernándezEsperanza Gainza FonsecaOliverio VillaMario FresnedaHumberto SuríPablo Gilberto AcostaEugenio Ríos Cuza Loida Juana Matos González

104

Evangelino Oliva FonsecaMario ÁvilaEmma Rosa Le BlanchJuan ColásOnelio González ArtilesSenén TorresMiriam Colomé IbarraOsvaldo QuintanaEmma Ros PérezJuan Díaz OdouCaridad BatistaYolanda SuárezEmma ChacónRosaura Leyva, Cuca

Personal de servicios y aseguramientos

Miguel AguileraManuel Bravo LeónJuan Roberto Cano SarriónManuel Columbié AriasAfortunado Centeno DuribeBrígida Cardosa AriasPascual Columbié RodríguezJulián Ernesto GarcíaRoberto Isaac MálagaFrancisco Lobaina GonzálezMelba Maceo MartínezEnrique Oliva PavónFernando Rosabal DíazEmilio Roseau BeltránLeonardo Sánchez GallardoWalfrido San JuanDomingo MesaMariano Urquiza RamírezIsrael Coroniel MartínezPastor Batalla SoaCarlos Gómez BaltazarAna Iris López MartínezMaría Josefa Matilla ClaresJesús Orlando Semon LaraJulián TurcásJesús Velázquez RojasFélix Pérez

105

Ángel Manuel CostalesCarlos Reinaldo LópezLuis López RuizArmando Muñiz CruzAldo Orlando Cigarreta GarcíaAlberto Tito RodríguezHiginio BornotDigna María Cid ColónJavier Derivet SalzabalMario Fernández Pura Rosalina Fuentes TenaJuan González QuesadaJulián Ernesto García EspinosaMario Gómez RomeroAlba Rosa Rodríguez PelegrínRamón Rico OcañaSaturnino Olivero HernándezSabino Columbié AriasRoberto Zarzabal RamosIsrael Vega del ToroFrancisco Marrero TitoLuis Aníbal NegretGermán Piris BragadoCelestino Rivero RojasAmador San Juan MartínezOrlando La O Estrada

106

Anexo No. 2

HospitalesLa EscondidaMajimianaEl SopoCalabaza de SaguaSoledad de MayaríLos IndiosLa CaridadMarcos SánchezEl ArpónLa GüiraEl ParaísoJuan MulatoCasimbaPuriales de CaujeríPalenque de YaterasSan Antonio del SurLa PerreraFilipinasEl LirialChorro de Maíta

DispensariosBejuqueraAlto de la VictoriaAlto del MangoBayateEl ManguitoErmitaJoturoLa AyúaCasa de TablasSan NicolásNaranjo Agrio

Relación de instalaciones del Servicio de Sanidad

107

Listado con la clasificación de los grupos sanguíneos de loscombatientes de la Columna No. 17, muestra del desarrollo

alcanzado por el Departamento de Sanidad del Segundo Frente.

Anexo No. 3

108

Las altas para reincorporarse al servicio eran certificadas a los respectivos jefes militares, una vez que concluía la atención

de los heridos o enfermos en los hospitales rebeldes.

Anexo No. 4

109

Sistemáticamente, las instalaciones médicas rebeldes rendíaninforme sobre la atención brindada a los combatientes

y la población civil.

Anexo No. 5

110

Solicitud remitida al jefe del Departamento de Sanidad para lacreación de un hospital en la zona de El Paraíso, territorio de la

Columna No. 6 “Frank País”.

Anexo No. 6

111

Los enemigos heridos y hechos prisioneros recibían la más esmerada atención por parte de los médicos guerrilleros.

La política de respeto y ayuda al adversario fue un principioestablecido por el Comandante en Jefe Fidel Castro

durante toda la guerra.

Anexo No. 7

112

Los nombramientos de personal facultativo y técnico eran decididosy avalados por la jefatura del departamento,en coordinación conlos respectivos mandos militares de los territorios y de acuerdo

con las necesidades del desarrollo de las acciones.

Anexo No. 8

113

Comunicación del capitán José Ramón Machado Ventura sobrela conveniencia de acercar los hospitales rebeldes a las zonasdonde se desarrollaban y tendrían lugar las últimas acciones

de la ofensiva rebelde.

Anexo No. 9

114

Ante la inminencia de la victoria y la derrota de la dictadura,el jefe del Departamento de Sanidad, cumpliendo órdenes del jefe

del frente, impartió, con la antelación necesaria, órdenes paramantener la vitalidad y organización de esos centros.

Anexo No. 10

115

A pesar de la dinámica de la guerra, incluso los nombramientosprovisionales del personal médico eran acreditados por la jefatura

del departamento.

Anexo No. 11

Testimonio gráfico

Doctor Mario Muñoz, participante en el asalto al cuartel Moncada.Hecho prisionero y brutalmente asesinado, el 26 de julio de 1953.

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Doctor José R. Machado con Celia Sánchez, a finales delaño 1957, en el alto de Palma Mocha, Sierra Maestra,

territorio del Primer Frente “José Martí”.

Vilma Espín, estrecha colaboradora de la labor de sanidaddel Segundo Frente.

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El doctor Delgado junto a un paciente en el hospitalde Soledad de Mayarí.

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Personal médico y sanitario del hospitalde La Caridad. Al centro, el doctor Magariño.

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El doctor Juan Luis Vidal Ramos en el hospital de Matayegua.

En el hospital de La Güira el doctor Ángel Menesesatiende a un paciente.

El doctor González Pérez y el equipo de fluoroscopia con quecontaban en el hospital de Soledad de Mayarí.

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