HAU DAABENTURA!

Cuando emprendas tu viaje a Ítaca,pide que el camino sea largo,

lleno de aventuras, lleno de experiencias.

C. KAVAFIS

Alisson acababa de llegar a su nuevo hogar. A primera vista no parecía gran cosa, eraun simple pueblo o, al menos, eso parecía. Era de noche y las calles estaban totalmentevacías, pero parecía lógico pues era pasada la media noche. El cambio era bastante

drástico después de haber pasado toda la viva viviendo en una ciudad, con su constante ruidoy su habitual mal tiempo. Esto era totalmente diferente. Las calles parecían tranquilas, cadacoche estaba aparcado delante de su casa, el clima era cálido para ser medianoche -habíaveinte grados, lo cual no estaba nada mal- y lo mejor de la casa que su padre había compradoera que tenía el bosque justo detrás

Aquel pequeño detalle la encantaba. Tenía muchas aficiones, entre ellas el deporte, elbaloncesto en concreto. Pero sobre todo, leer y dibujar. Desde pequeña se sentaba en la cocinao en su cuarto y pasaba interminables horas dibujando. Le gustaba dibujar de todo: seres fan-tásticos, objetos, personas… Con el tiempo fue mejorando, al que igual que sus hábitos delectura.- Ya hemos llegado -dijo su padre.- ¡Qué bien! Estoy agotada -respondió ella prácticamente en un bostezo.La casa parecía enorme desde fuera; era bonita, pintada en crema y marrón oscuro. Los mar-cos de las puertas y ventanas eran de madera de cerezo. La verdad, era muy bonita.

Tres días después...

Los nervios la estaban volviendo loca. Estaba de camino al Instituto. Solohabía diez minutos andando, pero su padre había insistido en llevarla encoche con la excusa de que así aprendería mejor el camino. El instituto teníael mismo nombre que el pueblo: Beacon Hills. A ella le parecía un nombre cu-rioso.

Después de haberle asegurado a su padre que, si algo iba mal, le llamaría y haberledicho mil veces que estaría bien, por fin entró en el Instituto. Nada más entrar le sorprendióla cantidad de alumnos. En los pasillos se agolpaban muchos adolescentes, un par de años ma-yores que ella, otros menores… nada que ver con lo que ella esperaba.

Mientras andaba por uno de los pasillos en busca de su taquilla, alguien la empujó pordetrás, dio un traspié y cayó al suelo junto con todos los libros que llevaba en las manos. A sualrededor aparecieron cinco jóvenes. La primera era una chica rubia y delgada, demasiadomaquillada para su gusto, con poca ropa, un “crop” negro, una minifalda con unas mallas derejilla también negras y unos zapatos de unos diez centímetros de tacón. A su lado había unchico de una piel tan pálida como la de ella, le rodeaba la cintura con un brazo, sus ojos erande color caramelo y el cabello liso y enmarañado, llevaba una camiseta gris, unos vaqueros ne-gros y unas botas negras. Junto a ellos, otros dos chicos, seguramente hermanos por el pare-cido. Estos tenían la piel más tostada y el cabello oscuro, pero un poco más ondulado, conunos vaqueros azul desgastado y unas camisetas blancas. Y por último, una chica, más omenos de la altura de la otra si se quitara los tacones; tenía el pelo negro azabache con unassimples ondas, vestía unos “shorts” vaqueros y una camiseta rosa chillón y tenía cara de pocosamigos. La rubia fue la primera en hablar:

- ¡Huy, perdona! No te había visto -dijo entre risas.- Tú debes ser la novata -dijo uno de los hermanos.- Ten más cuidado la próxima vez -replicó la otra chica en tono arrogante.Y todos los demás estallaron en risas. De pronto escuchó unos pasos detrás de ella.-¡Déjala en paz, Erica, y vete con tu séquito a otra parte! -le espetó un chico detrás de ella.

Al darse la vuelta, se encontró con un chico alto, de uno ochenta más o menos. Era del-gado con el pelo moreno y los ojos oscuros. Tenía la piel de un color trigueño y le observabacon una amplia sonrisa en su cara. Se agachó para ayudarla a recoger los libros desperdiga-dos por el suelo.- ¡Hola! soy Sco<, Sco< Mc Call.Ella le devolvió la sonrisa cuando él le tendió la mano para ayudarla a levantarse.

1 2

-Yo soy Alisson Argent.- Pues bienvenida a Beacon Hills -le dijo él.Ella se sonrojó mientras guardaba los libros.- Supongo que no llevas mucho tiempo en el pueblo.- La verdad es que no. Llegué hace tres días.- ¿Cuándo empieza tu primera clase? - preguntó él con una curiosidad que hacía que le bri-llaran los ojos.Ella miró su reloj. Faltaban veinticinco minutos.- Veinticinco minutos -respondió ella con un hilo de voz.- Bueno, pues, si quieres, te puedo enseñar un poco todo esto -dijo señalando y moviendo lasmanos en el aire, con una sorprendente alegría en la voz.-¿Será siempre así con la gente nueva? -se preguntó para sus adentros.Durante veinte minutos no paró de reír por los pasillos con Sco<, que le enseñó prácticamentetodo el instituto. En ese tiempo había descubierto que vivían en la misma calle, tenían lamisma edad e iban a la misma clase.

Una semana después…

La primera semana las clases se le hicieron muy pesadas, aunque, porsuerte, tenía a Sco< que siempre le hacía sonreír. Empezó a sentir algo porél. Conoció a algunos de sus amigos, la mayoría del equipo y otros declase, con los que no tardó en congeniar. Pero seguía coincidiendo conErica “La Arpía” y su séquito, quienes todos los días le hacían rabiar.Aquello, sin duda, era insoportable. No obstante, aprendió a disimularlocada vez mejor.

Como había hecho las noches anteriores, se adentró un poco en el bosquede detrás de la casa para dibujar un rato. Esa noche había luna llena y estaba di-bujándondola junto con los árboles y su reflejo plateado en las hojas.

Después de dos largas horas dibujando ya estaba muy cansada. De repente, algo o al-guien a una velocidad impresionante se apareció delante de ella. Sobresaltada y esforzándosepor ver algo en la oscuridad, observó a Erica y los demás mostrándole unos caninos enormesmanchados de sangre. Trató de levantarse, pero los dos hermanos, Thomas y Eric, ya la teníancogida por los hombros, bien sujeta, con tanta fuerza que sus fríos dedos se le clavaban en lapiel.

Detrás de ella se oyeron varios aullidos al unísono y un escalofrío le recorrió la espalda.Pero le daban más miedo Erica y los otros vampiros. De pronto un lobo se adelantó. Era unlobo grande, pero no el más grande. Cambió a su forma humana y, al instante, ella se diocuenta de quién era, era Liam.- La chica se viene con nosotros -dijo Liam con voz fuerte y clara.- ¿Por qué tendría que soltarla así por las buenas? -respondió Erica con aire de superioridad.Entonces un enorme lobo negro se puso junto a Liam y cambió a su forma humana.

-¡Eres Sco<! -dijo con un grito ahogado, no de miedo, sino de sorpresa y alivio.Otro lobo se abalanzó sobre Thomas y Erica y los empujó lejos de Alisson. Entonces Sco< laagarró del brazo y tiró de ella hacia adelante con tanta fuerza que la alzó por los aires y, alcaer, ya estaba en su lomo.

Al rato los demás lobos se unieron a Sco< y comprendió que él era el Alpha de la ma-nada. Poco tiempo después se quedó dormida en su lomo. A la mañana siguiente, se despertóapoyada en el pecho de Sco<, que la contemplaba mientras dormía. Él habló primero.- Respecto a lo de anoche… -empezó a decir.- No pasa nada, sigues siendo Sco<.Él titubeó ante su sincera respuesta.- ¿No has cambiado de opinión respecto a mí y a los demás? -preguntó.- Te sigo queriendo igual que antes, incluso más.- Quiero que sepas que todas las historias y los cuentos que te contaron de pequeña son re-ales.-Todas las historias son verdad… -repitió ella por lo bajo, antes de darle un beso en la meji-lla.

3 4

UUn día Elisa iba por la calle, de camino a casa, después de haber salido de clase.Siempre hacía el mismo camino y nunca había nada interesante. Nada más salir delcolegio pasaba por un caminito de casas y árboles. Y así todos los días. Atenas era

una ciudad aburrida en la que nunca pasaba nada.

Pero un buen día vio algo “extraño” tirado en el suelo: era una piedra aparentementenormal y corriente, excepto por un grabado que tenía en la parte superior. Sin dudar un mo-mento la recogió y la guardó en su mochila.

Al llegar a casa empezó a investigar sobre la piedra. ¿Qué demonios significaba lo quetenía escrito? Lo primero que hizo fue identificar el idioma. Se trataba de árabe, un idioma des-conocido para Elisa. Tenía que conseguir traducir lo que estaba escrito para tratar de averiguarqué hacía esa piedra tirada en su camino.

Como no conseguía descifrar la inscripción, decidió ir a casa de Thom, un amigo muyinteligente y amable. Acudió a él con la esperanza de encontrar alguna pista si conseguía tra-ducir aquellas palabras que miraba una y otra vez, intuyendo que querían decirle algo. Estabasegura de que Thom le ayudaría.

Se pusieron manos a la obra, tratando de descubrir qué tenía que ver esa piedra con susinsignificantes vidas. Tras una larga búsqueda dieron con la clave. Aquellas palabras enárabe significaban “aquello, sin duda, era insoportable”. Su sorpresa fue en aumento cuandoescribieron esas palabras en el buscador de Internet y, boquiabiertos,descubrieron que en una noticia de veinte años atrás aparecían esasmismas palabras y esa misma piedra. La noticia hablaba de la des-aparición de una chica árabe en las Islas Griegas, en concreto, en laIsla de Santorini, conocida por sus blancas casas. La chica se llamabaFátima y tenía tan sólo 15 años. Nunca más se supo nada de ella.

Las cabezas de Thom y Elisa se llenaron de peguntas. ¿Quétenía que ver una desaparición con una piedra tirada en medio de lacalle? ¿Qué hacía esa piedra en el camino de un pueblo alrededor deAtenas? ¿Por qué reapareció después de 20 años? Un torrente deideas corría por sus pequeñas cabezas, intentando encontrar sentidoa todo lo sucedido. ¿Sería el lugar alguna pista sobre la desapari-ción?

Thom y Elisa estuvieron investigando cada detallede lo que ocurrió aquel 18 de agosto de 1996. Lo que des-cubrieron fue que, al parecer, Fátima, la chica desapa-recida estaba visitando Grecia en un viaje de quincedías junto con su familia. Durante el par de días queestuvieron en Atenas, al parecer, Fátima decidió irpor su cuenta a Santorini, ya que sus padres no te-nían previsto ir a visitar la isla.

Tras leer varias páginas en Internet que habla-ban de la extraña desaparición, Elisa ordenó y organizótodo en su cabeza. Creía haber resuelto todos los enigmas.Comenzó a hablar con Thom, tratando de aclarar todo lo que creíasaber.

- Lo más relevante de todo este embrollo son las letras escritas en la piedra: “Aquello, sin duda,era insoportable”. Sabemos que en una entrevista que hicieron a los padres de la chica, la madredijo que estaban sufriendo mucho durante la búsqueda de su hija, que “aquello, sin duda, eraera...”

Thom terminó la frase:

-”Insoportable”.

Elisa prosiguió:- Exacto, Thom, dijo que era insoportable. Y eso me hace pensar que hay gato encerrado. Pon-gámonos en el lugar de una madre que ha perdido a su hija. ¿Tu te referirías a la busqueda deuna hija como algo… “insoportable”?

Tom respondió pensativo:

- No, lo definiría como algo desesperante. Insoportable me suena a que ha tenido que sopor-tar algún tipo de , digamos, ¿presión?

Elisa, esbozando una sonrisa, concluyó su explicación:

- Como tú, mi fiel amigo Thom dices, si nos ponemos enel lugar de una madre nunca diríamos eso si no hubiesegato encerrado o no estuviésemos sometidos a presión. Yesa es la pregunta del millón. ¿Quién podía presionar a lamadre? Yo creo que un personaje que ha pasado muydesapercibido en esta historia: Amina, la hermana de Fá-tima, dos años mayor que ella. La prensa apenas la men-ciona, pero por los testimonios encontrados, podemosdecir que estaban siempre juntas, aunque a veces discu-tían. Y esa es la clave. Yo creo que Fátima no fue sola a

5 6

Santorini. De hecho los padres siempre dijeron que Amina estaba muy angustiada y que nopodía hablar. Nunca apareció en los periódicos. Creo que en ese viaje ocurrió algo, probable-mente en alguna de las miles de escaleras que hay en la isla. Quizá Fátima se golpeó en unapiedra jugando... Curiosamente en el periódico de ayer apareció la breve noticia de que la her-mana de la niña desaparecida hace veinte años había vuelto a visitar el lugar donde desapa-reció su hermana. Creo que fue ella la que escribió hace veinte años esa inscripción y, trasrecoger la piedra de Santorini, la perdió en la calle de Atenas por la que vuelvo todos los díasa casa.

- Entonces, si le preguntamos a ella, sabremos dónde dejó el cuerpo de su hermana -añadióThom.

- Sí, caso resuelto.

7

Dicen que la primera gota que cae del cielo alberga el corazón de un ángel o eso pen-saba Mario, un hombre melancólico, viudo y con pocas esperanzas de vida, ya quepadecía un cáncer terminal que acabaría por matarle.

Mario era un hombre rutinario que simplemente vivía en un bucle. Un día tras otro.Uno, dos, tres… Hasta que un día se cansó. Salió a la calle un día lluvioso y junto a las gotasde lluvia, lágrimas saladas recorrieron su rostro dejando un leve rastro en sus ajadas mejillas.Tal vez, de melancolía o tristeza. Tal vez de amor, amor por la lluvia. No supo por qué ni loquiso saber. Se había enamorado de ella, de sus lágrimas caídas del cielo, de su llanto en no-ches tormentosas con los que se limpiaba las heridas, esas causadas por los rayos que corta-ban el firmamento.

Mario se levantó y extendió sus brazos inten-tando alcanzar el cielo con un pésimo resultado: soloconsiguió una pequeña gota que cayó en la punta desu dedo índice deslizándose por su brazo hasta al-canzar el cuello, donde sintió un cúmulo de emocio-nes. Miró al cielo de nuevo. Era un día pálido ygrisáceo. Todo el mundo caminaba con sus oscurosparaguas. Gotas de agua pintaban las ventanas y te-ñían las calles. El cielo se cubrió de niebla, una nieblaespesa. Mario lo miró de nuevo, pero esta vez no lovio. Subió a un tejado, se agarró a una gruesa barrametálica y extendió su otro brazo intentando alcan-zarlo, pero no lo consiguió. Se bajó y se dio cuentade que ya no estaba triste, ni melancólico, sino queahora sentía una gran alegría que había invadido sualma. Comenzó a reír y a bailar bajo la lluvia, bajosus húmedas caricias, bajo su llanto y risas. Era in-comprensible, pero sucedió: se había enamorado deella y no la dejaría ir tan fácilmente.

8

Al día siguiente volvió a hacer lo mismo. No soloaquel día, sino que pasó cuatro largos meses viendo caerla lluvia un día tras otro. Ya no vivía en aquel eterno buclede rutina, ahora era feliz bailando con su amada y, por esarazón, no le importaba que los demás le llamaran lunático,chiflado, loco. No le importaba nada de eso, la única queocupaba sus pensamientos era ella.

Hasta que un día el doctor le llamó y le dijo que nopodía seguir medicándole, pues se le estaba yendo la ca-beza y que, por lo tanto, le quedaba un día de vida. Mario,apenado por la sorprendente noticia, comenzó a llorar yle preguntó al doctor:- ¿Es acaso el amor una locura?

Salió de la consulta y se sentó en la sala de espera.Una escuálida y arrugada mujer, que iba en una silla deruedas, al oír su llanto de profundo dolor, se le acercó y ledijo con voz ronca:-Tranquilo, yo también estoy loca y me voy a morir. ¿Peroqué importa esto?Mario levantó la mirada y le contestó:- Eso no me preocupa. Lo que me atormenta es que he fra-casado, he fracasado con ella y nunca más la podré ver.La mujer comenzó a reír y le dijo:-El fracaso es la forma que tiene la vida de preguntartecuánto quieres lo que deseas.

Mario se levantó, abrió las puertas de par en par yechó a correr por los pasillos. Al salir, se metió en el cochey comenzó a conducir hacia la más alta de las montañaspara poder conseguir la primera gota que cayera del cielo,pues éste comenzaba a oscurecerse más y más. Allí sintiócómo el frío se filtraba por su ropa, mientras el viento sa-cudía los árboles y le obligaba a agarrarse la chaqueta. Derepente, vio que de una de las nubes surgía una conden-sación de agua que pronto terminaría en una gota. Estabadispuesto a cogerla, pero no se lanzó y dejó que fuera ellala que se acercara a él.

Cerró los ojos, sonrió, levantó su rostro, extendiósus brazos, abrió sus manos y comenzó a reír y a bailar gri-tando:

-¡Te quiero! ¡Te quiero!

Su corazón latió con más fuerza que nunca ysu risa se unió a la de la lluvia que repiqueteaba,aunque no lo suficiente como para apagar su vozgritando: “¡Te quiero y estoy enamorado de ti!”.Así, con los brazos extendidos, dejó que su cora-zón quedara empapado, mientras él seguía riendoy gritando: “¡Te quiero, te quiero!”.

Al ver que no pasaba nada, decidió lanzarsea por ella y cayó al vacío. Había muerto bajo la llu-via, bajo sus húmedas caricias, bajo su llanto ybajo sus risas.

Ella se puso a llorar y a gritar con sus tor-mentas que su amado había muerto. De Mariosolo quedó un pálido rastro y un enorme charcode sangre con el que la lluvia pintó en el suelo:

“Yo también te quiero”.

9 10

Estaba en la cama, en mi habitación, escuchando música, cuando de repente mi músicaparó. En su lugar se oía una voz y segundos después una llamada. No era muy clarapero entre las palabras desordenadas y gritos se escuchó una voz que decía: “sintoniza,

sintoniza”. Quería saber qué le pasaba y, aunque hablara, nadie respondía al otro lado de lalínea. En ese momento mi móvil se quedó sin batería.

Estuve dando vueltas a la palabra que escuché: sintoniza. No tenía ni idea de qué sig-nificaba, pero iba a encontrar respuesta . Por mi cabeza pasó un único lugar, el sótano, era im-posible no encontrar las respuestas en ese lugar lleno de libros y objetos extraordinarios. Cogíla llave que había debajo de mi cama, salí de mi cuarto y me dirigí a esa puerta de madera ce-rrada a conciencia para que nadie entrara. Al entrar, una capa de humo salió de una esquinaen la que se ocultaba una pequeña ventana. De todas las veces que había entrado nunca mefijé en el hueco que se veía en la parte inferior. Cuando me acerqué, vi una radio y en la partesuperior una talla en la madera en la que ponía: "Si el dado vas tirar, prepárate para viajar"

La frase no tenía ningún sentido en mi cabeza. Empecé a pensar en ello hasta que mis ojos seposaron sobre la rueda para sintonizar de la

radio. En ese momento me di cuenta de quetenía que sintonizar la cadena.

Cuando acabé, automática-mente apareció un hueco entrela pared dejando al descu-bierto una espiral de colores.Al girarme mi pinza se soltó ycayó al vacío, pensé en esperaroír algún ruido para deducirpor tanteo la profundidad.Después de un largo rato sinescuchar nada, valoré mis op-ciones: podía quedarme y olvi-

darlo todo o arriesgarme yencontrar respuestas. Al cabo de unrato decidí arriesgarme y sin pensarlomás detenidamente salté.

Caía rápidamente y a mi alrededor se oían ruidos de relojes y una música muy suave. Derepente un montón de imágenes aparecieron y la espiral me llevó a una de ellas. Cuando entréen la imagen me choqué contra algo, una librería, en ese instante levanté la vista y vi que estabaen una sala enorme llena de libros y en medio un ordenador gigante ocupaba la mayor partedel espacio. Me senté en la silla, miré al reloj y la fecha de la pequeña pantalla; el día y la horaeran los de aquella misma tarde. En cuanto toqué el ratón una serie de imágenes aparecieronante mis ojos y en ellas podía ver una cosa en común: el mundo muy cambiado, sin ningún tipode color y lleno de oscuridad y tristeza. Al mirar la pantalla me percaté de que había una notacon una pulsera blanca pegada en ella que decía: “necesito tu ayuda, llámate a ti misma, tienesque hacerlo para no cambiar la historia. Hay que cambiar el mundo, coge la pulsera y cuídala.”Sujeté la nota entre mis manos y leí la firma. Era mi nombre en letras algo descuidadas, pero erami firma. La nota estaba hecha por mí y eso solo me despertó más preguntas para las cuales notenía respuesta. Sin esperar más me puse la pulsera y agarré el móvil que había a mi derecha,marque el número y empecé a hablar. En cuanto pronuncié una palabra volví a caer. Esta vezel ruido de fondo era más intenso, sonaba mi voz muy grave mezclada con sonidos muy fuer-tes que me provocaron un gran dolor de cabeza. Me desmayé.

Cuando me desperté, aparecí en el sótano.Salí corriendo y me dirigí a mi cuarto. Cerré lapuerta detrás de mí. No sabía qué había pasado,me sentí muy rara y deseé no haber saltadonunca. Entonces miré la pulsera en mi mu-ñeca: en ella se leían unas iniciales, a lasque no presté atención hasta que cogími ordenador y vi un mensaje lar-guísimo que me daba más instruc-ciones.

-Cariño, ¡baja a cenar! -mi abuela me lla-maba desde el piso inferior a gritos-Ya voy abuela -rápidamente bajé y me sentéa la mesa con ella.En cuanto vio mi pulsera su cara cambió y conun tono muy serio me dijo:-¿De dónde la has sacado?

11 12

Korrika atera zen. Ez zen gelditu oso urrun egon arte eta arnastu ezin izan zuenarte. Negarrez zegoen. Une hartan bakarrik nahi zuen munduko leku txiki etaurrun batean sartu eta lo egin betirako. Goiz hori bere bizi=ako txarrena izan zen.

Dena ahaztu nahi zuen.

A=o dragoiak etorri ziren eta sumendira sua bota=en hasi ziren. Memoria zeuka-netik beraien lagunak izan ziren sumendiko izakiak. Baina azken urteetan matxinoek ezzuten haiek agin=ea nahi, uste zuten beren herriek gobernu bera izan behar zutela etamatxinada bat presta=en hasi ziren. Baina dragoiek jakin zuten eta eraso zuten. Borrokan

izaki asko hil ziren, haien artean bere ama. Oso triste jarrizen eta negar egin zuen. Baina geroago gertatu zena oke-rragoa izan zen.

Onartu zezakeen bere ama hilda egotea,une batean guztiak hilko direlako. Gainera borro-kan hil=ea ohore handia zen. Baina ezin zuenonartu bera ama sumendi bat izatea. Sorgin batibururatu zi=aion bere arima sumendian jar=eaeta galdetu gabe egin zuen. Nola esango zuenbere ama sumendi bat zela?

Berak esan zion sumendiak bizirik dau-dela, baina ez da gauza bera. Berria esan

ziotenean korrika egin zuen, koba-zulo batean sartu arte, oso nekatuta.Sumenditik oso urrun zegoen.

Negar rezeta korrika joatean sen-titu zuen sumendia geldi-rik zegoela, triste. Bere amasumendi bat izateak gauza onbakarra zeukan: berarekin hi=egin zezakeen kobazulo sakratubatetik.

Ez zekien zenbatdenbora zeraman hai=ulohorretan i=ul=ea erabakizuenean. Bere familia osoabere ama zen, baina lagunakere bazeuzkan eta kezkatuta egongo ziren, seguru.

Sumendira igo=ean, kraterreraino igo zeneta barrura sartu zen. Suaren gainetik ibili zenbeste aldean egon arte. Suaren maitagarri bat zen,eta suaren gainetik ibili ahal zen. Kobazulo ba-tean sartu zen, eta ordu erdi pasa ondoren bereamaren hai=ulora heldu zen. Sumendiko barrualdea la-birinto bat bezalakoa zen. Bere amaren aurpegia horma batean agert-zen zen. Bere ama ikusi zuenean, dena konpondu behar zuela jakin zuen. Ama oso pozik jarrizen. Asko sentitu zuela esan zion. Elkarrekin egon ziren, gauza onetan pentsa=en. Egunero bi-sita=era joango zela agindu zion eta alde egin zuen. Ama bere zain egongo zen. Orain eginahal zuen gauza bakarra zen.

15 16

Bazen behin, munduko irla oso txiki batean erle familia bat. Erleak Jofra zuen izena etaerreginarekin ezkonduko zen hurrengo egunean. Oso goiz esnatu zen erreginari bi-sita egitera joango zela pentsatuta.

Gau horretan amets gaizto bat izan zuen. Amets horretan Jofrak ikusten zuen nolaerregina gaixorik jar=en zen eta azkenean hil=en zen. Horregatik oso goiz esnatu eta jau-regira abiatu zen. Jauregian, erregina ikusi zuenean, dena konpondu behar zuela pentsatuzuen. Erregina gaixorik zegoen ohean.

Une horretan medikua sartu zen jauregian:

- Egun on Jofra, zure emaztegaia hilko da hiru egunetan zerbait egiten ez badugu-esanzuen medikuak.

- Zer egin dezaket? –galdetu zion ia negarrez.

- Antidoto bat dago , baina “Atso zizarerak” du eta oso arriskutsua da berarengana joatea-esan zion.

-Joango naiz eta erregina sendatuko da –agindu zion.

Orduan, bere gauzak hartu zituen eta antidotoaren bila joan zen. Oso bidaia luzeaegin behar zuen. Lehenengo igelen lakua zeharkatu behar izan zuen. Gero, inurrien basa-mortuan kobazulo batean sartuko zen. Buka=eko zizareen herrialdean sartu eta antidotoaerreginari eraman behar zion. Berak hegan egin zezakeen, baina hiru egun bakarrik zeuz-kan. Horregatik “Arrano express” bat hartu eta bi ordutan igelen lakura ailegatu zen. Ezinzuen lakua inguratu, horregatik hegan egitea erabaki zuen. Erabaki txarra izan zen. Igelakmihi handia dute eta intsektuak jaten dituzte. Lakuaren erdian zegoen eta ia ikusi ahal zi-tuen inurriak, inurrien basamortuan. Baina, bat-batean gauza bat ikusi zuen bere alboan.Igel baten mihia zen. Goran= joan zen, baina harrapatu egin zuen. Bere ahoan sartu eta sa-belera ailegatu zen. Sabelean ostikadak ematen hasi zen. Orduan igelak botaka egin zueneta atera zen.

17 18

- Baina Sara, itsua naiz, ezin dut lan hori egin! Oihukatu zuen Danielek.- Ez zait inporta Dani, egin beharko duzu.- Eran=un zion irakasleak

Dani, 14 urteko mutil bat zen. Altua, ederra eta azkarra, baina arazohandi bat zeukan, itsua zen. Bere bizi=a erabat aldatu zen 2015eko apirila-ren 27an, petardo baten bolbora begietan sartu ondoren, itsu gelditu bai=en.Geroztik, Danielek bel=a ikusten zuen dena.Eskolan arazoak zeuzkan lanak eta azterketak egiteko. Ez zeukan lagun=a-rik. Egun batean, bere irakasleak, Sara, eskolako maketa bat egiteko aginduzion teknologia klasean. Danielek hau en=un zuen:

- Baina Sara, itsua naiz, ezin dut lan hori egin! Oihukatu zuen Danie-lek.- Ez zait inporta Dani, egin beharko duzu.- Eran=un zion irakasleakKlasea amai=ean, makila hartuta , Dani bere etxera joan zen. Bere logelansartu zen eta maketa nola egin pentsatu zuen. Bat-batean:- Xabi!!-esan zuenXabi bere lagun mina zen.- Xabiren lagun=a behar dut! Bera lagunak sendatu ahal nau!Pentsatutakoa egin zuen, Xabiren laguna aurkitu zuen. Berak likido magikobat zuen, dena senda=en zuena.- Zure begietan sartu behar duzu likido pixka bat. Hori egiten baduzu,hiru egunetan sendatuko zara.-esan zion Xabiren lagunak- Ederto! Baina lau egunetan eman behar dut lana…-esan zuen Danie-lek.Mutilak likido pixka bat sartu zuen begietan eta etxera joan zen.- Lanarekin hasi behar dut, bestela ez dut astirik izango.

Danielek kartoia, pegamentoa eta egurra hartu eta maketa egiten hasi zen. Hiru egu-netan maketa bukatu zuen eta egun berean… ondo ikusi ahal izan zuen! Oso pozik zegoen etaXabier eta bere lagunarekin egon zen Coca-cola bat edaten Txoko tabernan. Dena ondo ikus-ten zuen, mirari bat zen!

Dena primeran zihoan eta oso pozik zegoen Daniel. Baina, gauean, etxera ailega=eaneta eskolako maketa itsusia ikusi zuenean, dena konpondu behar zuela konturatu zen. Itsuazenean egin zuen lana, horregatik desastre bat izan zen. Baina ez zuen astirik hobe=eko…

19 20

Lurra ez zegoenean, egitura ilunak bakarrik zeuden: sorginak, munstroak… Bainaegun batean, zerutik izugarrizko izar bat heldu zen lurrera. Barruan mutil txiki etaalaia zegoen.

Denbora pasatu zen eta mutil horrek ehun urte bete zituen, horregatik lurrekopertsonek pentsa=en zuten ezilkorra zela. Garai hartan, profezia bat zegoen eta hau esa-ten zuen: “Lurrera mutil bat etorriko da eta berak lurra aldatuko du. Berak Eguzkiaizango du izena”

Eguzkiaren ordua ailegatu zen eta berak bazekien bere gorpu=ak argi handia ema-ten zuela eta galaxiako jendeak argi hori ikusten zuela. Bera zerura joangozen, baina hori ez zen hain erraza izango. Sorginen erregeak, Ilargia izene-koa, ez zuen lurra alda=erik nahi.

Azkenean Ilargiak Eguzkia ikusi zuenean, dena kon-pondu behar zuela pentsatu zuen. Geroztik Ilargia

eta Eguzkia ez ziren be-rriro lurrera etorri,baina… gaur egunhaiek ikusi ahal ditugu.

Orduan, nork irabazizuen borroka hori?

21 22