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196 PH Boletín 32 Desde hace algunos meses, el Centro de Documen- tación del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico viene apostando por el desarrollo de nuevas propues- tas de valoración y disfrute del Patrimonio Histórico andaluz, a través de la elaboración de Itinerarios Cul- turales. En esta ocasión se propone ampliar las nue- vas formas de lecturas del concepto Patrimonio Cul- tural, basándose en el punto de vista del disfrute social y uso in situ del Patrimonio conservado. Con anterio- ridad al trabajo, sobre las clausuras gaditanas, que se presentará en CD ROM próximamente, se elaboraron diversos itinerarios culturales que se pueden visualizar en las páginas web de la citada institución. El primero desarrollado con motivo de la exposición Sevilla y Ve- lázquez, abrió camino para el denominado Málaga ur- bana que, aún sin concluir, pretende mostrar las enor- mes posibilidades difusoras que internet puede aportar al universo patrimonial 1 . El trabajo que ahora nos ocupa parte de la publica- ción Clausuras. Conventos y monasterios en Cádiz edi- tada por el Servicio de Publicaciones de la Diputación de Cádiz 2 . Ambas instituciones, conscientes de la im- portancia del patrimonio monacal y de las posibilida- des que la colaboración interinstitucional podía apor- tar, asumieron la realización de este CD-ROM. El objetivo básico de ambas ha sido difundir este com- plejo patrimonio y contribuir con ello, de alguna for- ma, a su valoración y conservación. Especialmente complicado, por sus propias características de accesi- bilidad, resulta la difusión de estas “islas de paz y so- siego”. No se pretende alterar su ritmo vital, pues an- tes que nada las clausuras deben ser entendidas como una especial forma de sentir la religiosidad y su aislamiento es parte consustancial con ellas. Sin em- bargo, las nuevas formas informáticas permitirán acer- carse a ellas aunque sólo sea virtualmente. No obs- tante, el acercamiento directo a estas comunidades y sus bienes culturales, en el más amplio sentido del término, también es un objetivo de este trabajo. Al- gunas sólo permitirán el acceso a sus templos, otras a algunas dependencias más, pero todas están abiertas al íntimo y respetuoso conocimiento de sus formas de vida a través de locutorios y tornos. El CD-Rom sobre las clausuras gaditanas es una apuesta más en el reconocimiento de un nuevo con- cepto de interpretación del patrimonio. En este senti- do se alinea con la forma de entender el patrimonio más allá del uso objetual de los bienes apostando por la práctica experimentación de los recursos. Entiende el patrimonio cultural como un hecho que envuelve a los ciudadanos, a la comunidad, al paisaje y al territo- rio en el que se inserta. Es algo más que un bien de interés, es aquello que nos permite llegar al disfrute social de los objetos culturales de nuestro pasado, a través del reconocimiento de su utilidad para el disfru- te de una colectividad. La necesidad de dar respuesta a las nuevas demandas culturales de uso del ocio y el reconocimiento de la inclinación hacia el sector terciario de la economía eu- ropea hacen urgente adoptar nuevos planteamientos de gestión cultural que dinamicen el territorio sobre el que nuestros bienes se ubican. Es en este sentido en el que el desarrollo de Itinerarios Culturales acabará imponiéndose como producto de uso habitual por un cada vez mayor número de usuarios. Las repercusio- nes, a todos los niveles, que ello lleve consigo deberán analizarse detenidamente. La propuesta de este CD-Rom se basa, como ya se vio, en el libro citado. En este nuevo formato, se propone un itinerario que acerque la compleja realidad de los veintiún conventos analizados, únicos supervivientes de otros muchos que antaño se distribuyeron por la geo- grafía gaditana. A pesar de recientes publicaciones mo- nográficas y de alguna serie de programas para televi- sión, la compleja realidad que se encierra tras los muros de las clausuras conventuales de Cádiz es prácticamente desconocida, incluso para quienes habitan en sus inme- diaciones y escuchan a diario el tañido de sus campanas. Información: Patrimonio Histórico Andaluz Clausuras, conventos y monasterios de Cádiz: Un intenerario cultural Luis Fco. Martínez Montiel Centro de Documentación del IAPH El presente texto utiliza en parte el elaborado por los autores del libro a quienes se debe en definitiva la au- toría de éste. Coro bajo del Convento de Santa María en Cádiz.

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Page 1: Clausuras, conventos y monasterios de Cádiz: Un

196PH Boletín 32

Desde hace algunos meses, el Centro de Documen-tación del Instituto Andaluz del Patrimonio Históricoviene apostando por el desarrollo de nuevas propues-tas de valoración y disfrute del Patrimonio Históricoandaluz, a través de la elaboración de Itinerarios Cul-turales. En esta ocasión se propone ampliar las nue-vas formas de lecturas del concepto Patrimonio Cul-tural, basándose en el punto de vista del disfrute socialy uso in situ del Patrimonio conservado. Con anterio-ridad al trabajo, sobre las clausuras gaditanas, que sepresentará en CD ROM próximamente, se elaborarondiversos itinerarios culturales que se pueden visualizaren las páginas web de la citada institución. El primerodesarrollado con motivo de la exposición Sevilla y Ve-lázquez, abrió camino para el denominado Málaga ur-bana que, aún sin concluir, pretende mostrar las enor-mes posibi l idades difusoras que internet puedeaportar al universo patrimonial 1.

El trabajo que ahora nos ocupa par te de la publica-ción Clausuras. Conventos y monasterios en Cádiz edi-tada por el Servicio de Publicaciones de la Diputaciónde Cádiz 2. Ambas instituciones, conscientes de la im-portancia del patrimonio monacal y de las posibilida-des que la colaboración interinstitucional podía apor-tar, asumieron la realización de este CD-ROM. El

objetivo básico de ambas ha sido difundir este com-plejo patrimonio y contribuir con ello, de alguna for-ma, a su valoración y conservación. Especialmentecomplicado, por sus propias características de accesi-bilidad, resulta la difusión de estas “islas de paz y so-siego”. No se pretende alterar su ritmo vital, pues an-tes que nada las clausuras deben ser entendidascomo una especial forma de sentir la religiosidad y suaislamiento es par te consustancial con ellas. Sin em-bargo, las nuevas formas informáticas permitirán acer-carse a ellas aunque sólo sea vir tualmente. No obs-tante, el acercamiento directo a estas comunidades ysus bienes culturales, en el más amplio sentido deltérmino, también es un objetivo de este trabajo. Al-gunas sólo permitirán el acceso a sus templos, otras aalgunas dependencias más, pero todas están abiertasal íntimo y respetuoso conocimiento de sus formasde vida a través de locutorios y tornos.

El CD-Rom sobre las clausuras gaditanas es unaapuesta más en el reconocimiento de un nuevo con-cepto de interpretación del patrimonio. En este senti-do se alinea con la forma de entender el patrimoniomás allá del uso objetual de los bienes apostando porla práctica experimentación de los recursos. Entiendeel patrimonio cultural como un hecho que envuelve alos ciudadanos, a la comunidad, al paisaje y al territo-rio en el que se inser ta. Es algo más que un bien deinterés, es aquello que nos permite llegar al disfrutesocial de los objetos culturales de nuestro pasado, através del reconocimiento de su utilidad para el disfru-te de una colectividad.

La necesidad de dar respuesta a las nuevas demandasculturales de uso del ocio y el reconocimiento de lainclinación hacia el sector terciario de la economía eu-ropea hacen urgente adoptar nuevos planteamientosde gestión cultural que dinamicen el territorio sobre elque nuestros bienes se ubican. Es en este sentido enel que el desarrollo de Itinerarios Culturales acabaráimponiéndose como producto de uso habitual por uncada vez mayor número de usuarios. Las repercusio-nes, a todos los niveles, que ello lleve consigo deberánanalizarse detenidamente.

La propuesta de este CD-Rom se basa, como ya se vio,en el libro citado. En este nuevo formato, se proponeun itinerario que acerque la compleja realidad de losveintiún conventos analizados, únicos supervivientes deotros muchos que antaño se distribuyeron por la geo-grafía gaditana. A pesar de recientes publicaciones mo-nográficas y de alguna serie de programas para televi-sión, la compleja realidad que se encierra tras los murosde las clausuras conventuales de Cádiz es prácticamentedesconocida, incluso para quienes habitan en sus inme-diaciones y escuchan a diario el tañido de sus campanas.

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aluz Clausuras, conventos y monasterios

de Cádiz: Un intenerario cultural

Luis Fco. Martínez Montiel

Centro de Documentación del IAPH

El presente texto utiliza en parte elelaborado por los autores del libro aquienes se debe en definitiva la au-toría de éste.

Coro bajo del Convento de Santa María en Cádiz.

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Hasta la llegada de la publicación de la Diputación gadi-tana, estos conjuntos, cuya vida cotidiana se debate en-tre la penuria material y la riqueza espiritual, no han teni-do la misma for tuna que sus semejantes sevillanos ytoledanos, dados a conocer en lujosas publicaciones ha-ce ya casi veinte años. A esta situación pretende ponerfin la publicación citada y su continuación con la próximaedición conjunta de un CD-Rom. El silencio editorialparecía demostrar su escasa importancia y los condena-ba al olvido. Tan sólo los dulces productos reposterilesen ellos elaborados, adquiridos durante todo el año através de los tornos, o en una exposición en los díasprevios a la Navidad, servían para dejar constancia de suexistencia. De hecho, para una gran mayoría ésta es laúnica relación con los conventos de clausura gaditanos.Para otros, sin embargo, asiduos de las iglesias conven-tuales a la hora de cumplir con los preceptos religiosos yparticipar en sus celebraciones litúrgicas, la realidad de laclausura son las lejanas voces monjiles entonando pre-ces, orando o cantando, y la fugacidad de un conjuntode sombras desdibujadas tras las rejas de los coros. Encualquier caso, se trata siempre de visiones fragmenta-rias y parciales, casi de instituciones sobre el cerradomundo de las clausuras conventuales.

Cierto es que todos los conventos de clausura se pa-recen y que la vida diariamente desarrollada por susrespectivas comunidades ofrecen muy pocas variantesde unos a otros. No obstante, se advierten algunas di-ferencias. Las más perceptibles dependen de la anti-güedad y monumentalidad de las casas, de la amplitudy número de patios y huer tos, de la riqueza y varie-dad de su patrimonio. Así en Cádiz, frente a la simbó-lica esbeltez de la torre del Monasterio de Santa Ma-ría, se encuentra el sentir doméstico de las fachadasdel Convento del Santísimo Corpus Christi y San José,prácticamente irreconocibles como integrantes de unaclausura. De igual modo, la original solución de losclaustros y escaleras del Monasterio de Nuestra Seño-ra de la Piedad de Cádiz tiene poco en común, desdela perspectiva ar tística, con la sencillez del patio delMonasterio de la Santísima Trinidad de San Fernando.En todo ello ha resultado determinante la piedad delos creyentes, la generosidad de los fundadores y pa-tronos, el celo de las comunidades por preservar, apesar de los duros avatares sufridos a lo largo de lahistoria y muy especialmente durante el siglo XIX, ellegado que habían recibido.

Otra diferencia importante, más allá de la superficialque determinan las formas y el austero colorido delos distintos hábitos, radica en el número de religio-sas que habitan los conventos. Junto a comunidadesque con carácter extraordinario superan la docena,en la mayoría de los casos el número de monjas sereduce a ocho e incluso a seis, en una prueba feha-ciente de la disminución de las vocaciones. La llegadade una novicia a cualquier convento es recibida co-mo una esperanzadora señal, como una auténticabendición del cielo. Pero, desgraciadamente, no to-das las vocaciones llegan a prosperar. No obstante,en los últimos tiempos, algunas comunidades han au-mentado gracias a la presencia de novicias proce-

dentes de tierras americanas o de países africanos,como ha ocurrido en el Convento de Corpus Christide Arcos de la Frontera. La existencia de comunida-des tan reducidas, unido a la avanzada edad de quie-nes la integran, ha ocasionado ya la desaparición enfecha no lejana de algunos conventos, pues ha sidonecesario reunir en una sola clausura a las religiosasque antes formaban varias. Una grave consecuenciadel escaso número de monjas de algunos conventoses el apreciable y progresivo deterioro de los edifi-cios. La falta de uso de algunas zonas conventuales yla imposibilidad de atender convenientemente las fá-bricas, acelera el proceso de ruina. Cubiertas sin re-parar, humedades crecientes, vegetación descontro-lada en huertos y patios, instalaciones inservibles sonsignos inequívocos de una clausura reducida, enveje-cida y pobre.

Fue precisamente la necesidad de poner remedio atan preocupante situación la que determinó a muchascomunidades a realizar actividades y labores de las

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El Puerto de Santa María.Convento de la Concepción.Galería alta del Claustro.

Sanlúcar de Barrameda. Conventode Regina Coeli. Coro.

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que obtener unos beneficios económicos con los quehacer frente a la conservación y restauración de susconventos. Así, en algún caso se montaron talleres debordados y de confección de ornamentos litúrgicos,mientras en otros conventos se fabricaban hostias ose establecía un servicio de lavado y planchado. Sin

embargo, lo más frecuente fue que las comunidadesde religiosas de clausura se dedicasen a elaborar unagran variedad de dulces. Con el paso del tiempo y ladesaparición de encargos, con el encarecimiento delas materias primas y las dificultades para mantener laproducción de calidad y rentable, los talleres de labo-res textiles casi se han abandonado. No obstante, aunse dedican a confeccionar ornamentos sagrados algu-nas de las clausuras analizadas.

En razón de su mayor rentabilidad, aunque siemprelimitada y con grandes diferencias estacionales, se hageneralizado la elaboración de dulces. Gracias a es-tos ingresos ya no resulta necesar io recurr ir a laventa de algún sector del Convento para hacer fren-te al mantenimiento del resto, como ocurrió con losde Madre de Dios y del Espíritu Santo, ambos en Je-rez y con el de éste mismo título de El Puer to deSanta María.

A pesar de todo, el tiempo de los conventos de clau-sura sigue marcado por el rezo de las horas. Desde lasseis de la mañana a las nueve de la noche se sucedenLaudes, Tercia, Sexta, Nona, Vísperas y Completas. Aello se suman los minutos dedicados a la meditación, ala oración y a la celebración de la misa. Es el triunfode la vida contemplativa. Esta dura jornada de oracióny trabajo, invariable para cualquier época del año, tam-bién tiene sus momentos de descanso y recreación,aumentado el tiempo a ello dedicado durante los do-mingos. Pero no hay lugar para la ociosidad. Siempreexiste alguna tarea por hacer, algún ensayo de coropor realizar, cualquier pequeña labor doméstica quecompletar. Por eso la laboriosidad es la nota dominan-te en todas las clausuras. En las horas destinadas altrabajo, un ensordecedor silencio, sólo roto por elmurmullo de alguna fuente o el trino de los canarios yde otros pájaros multicolores, que en sencillas jaulascuelgan por las galerías de los claustros, se adueñan delos conventos.

En este otro mundo que son las clausuras conventua-les, con ese su otro tiempo, la presencia de alguienajeno a ambos es siempre una intromisión. De ahí elcelo con el que muchas comunidades preservan su in-timidad. Quienes hemos tenido la oportunidad de ac-ceder a muchas de ellas nos sentimos unos privilegia-dos y aceptamos, aunque no de buena gana, quecier tos conventos nos hayan negado el acceso a laclausura. Así pues, muchos ámbitos permanecen ocul-tos y el legado artístico en ellos conservados continuasiendo desconocido. Tan sólo unas cuantas imágenes ypinturas adivinadas tras las rejas del coro y del locuto-rio, además de ciertos elementos arquitectónicos in-tuidos en la lejanía por alguna ventana o puerta entre-abier ta han quedado en nuestras retinas acuciandonuestra curiosidad. Por el contrario, en una manifesta-ción más de esas perceptibles diferencias existentesentre conventos, a las que antes se aludía, en ciertosmonasterios se tuvo liber tad para recorrer cuantosámbitos comunes se creyeron oportunos para el tra-bajo, aunque respetando la intimidad de las celdas yprocurando entorpecer en la menor medida posibleel desarrollo de la vida conventual. De guía sirvieron

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Arcos de la Frontera. Conventodel Espíritu Santo. En el obrador.

Chiclana de la Frontera. Conventode Jesús Nazareno. En el obrador.

Jerez de la Frontera. Convento delEspíritu Santo. Refectorio.

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habitualmente las respectivas prioras, acompañadas dela vicaria, de la clavera o de alguna otra hermana, aun-que en varias ocasiones ha sido toda la comunidad laque acudió a saludarnos. Nuestra presencia desperta-ba curiosidad, tanto como ellas despertaban la nuestray no desaprovechamos la ocasión propicia para pre-guntar, a veces con escasa prudencia, por cuestionesde toda índole, siendo especialmente frecuentes lasrelativas a la vocación religiosa y a la vida en clausura.Siempre obtuvimos respuestas y comentarios apropia-dos, dando muestras de su seguridad en una vida con-sagrada a Dios, ofreciéndonos claras pruebas de sualegría por haber hecho de la clausura un modo de vi-da. Como era de esperar también nosotros sufrimosun variado e inteligente interrogatorio, demostrándo-nos con sus preguntas estar muy al corriente de loque ocurre más allá de los altos muros, espiritualesmás que físicos, de las clausuras. Especialmente ame-nas y relajadas a veces incluso ingenuas, fueron lasconversaciones en los obradores, siendo varias las reli-giosas que accedieron a ser fotografiadas mientras ela-boraban unos exquisitos dulces, que fuimos seguida-mente invitados a saborear.

Las vivencias que la elaboración del libro nos deparófueron muy variadas. Frente al esfuerzo que en mu-chas ocasiones ha supuesto, está la inmensa for tunade descubrir un mundo distinto que, sin embargo, estádentro del nuestro. El trabajo nos ha permitido cono-cer o profundizar en otra forma de vida y dejó unaprofunda huella. A la par que conocíamos dulces ela-boraciones reposteriles, aprendíamos del otro alimen-to espiritual. Todo ello hace que tengamos que dejartestimonio de nuestro agradecimiento a cuantos hicie-ron posible realizar éste trabajo que ahora, gracias alServicio de Publicaciones de la Diputación de Cádiz yal Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico se volve-rá a editar en ésta ocasión en formato CD-ROM.

Fotografías: Inmaculada Salinas

Notas

1. El itinerario propuesto en la página web realizada con motivode la exposición “Sevilla y Velázquez” fue publicado en elBoletín del PH nº 28. Pág. 193 y ss. Los diferentes circuitospropuestos presentaban la ciudad planteando diferentes visio-nes según su relación con el artista. En la actualidad el núme-ro de visitantes de la página web de Velázquez asciende amás de once mil, lo que demuestra las posibilidades de difu-sión de los itinerarios culturales a través de métodos informá-ticos. Por lo que se refiere a “Málaga urbana”, aunque aun noconcluida en su totalidad, se decidió presentarla en la redcomo una alternativa a la visita tradicional de la capital mala-gueña. En ella se presentan hitos arquitectónicos que por noestar en los circuitos habituales, apenas son conocidos por losvisitantes de la ciudad.

2. Barros, J.R.; Bianchi, S.; Gómez-Alvarez, I.; Hernández, J.C.;Martínez, L.F. y Morales, A.J.: Clausuras. Conventos y monaste-rios en Cádiz. Diputación de Cádiz. Servicio de Publicaciones.Cádiz, 1998.

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El Puerto de Santa María. Convento de la Concepción. Sacristía. Bajo.

Cádiz. Convento del Corpus Christi. Escalera conventual.