clasificaciÓn de la reforma agraria
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CLASIFICACIÓN DE LA REFORMA AGRARIA.
Al respecto, diferentes autores han pretendido establecer una serie de
clasificaciones acerca de la Reforma Agraria, Estas clasificaciones se han
formulado desde diferentes ópticas, es decir, algunos autores toman como
referencia el factor económico, otros lo social y otros desde una perspectiva
jurídica.
CLASIFICACIÓN DESDE EL PUNTO DE VISTA ECONÓMICO
Al respecto, el Dr. Edmundo Flores establece tres tipos de reformas agrarias a
escala mundial:
Reforma agraria para países altamente industrializados en los que ocurre como
en Italia, que el sector industrializado financia la reforma dentro del marco de
las políticas de desarrollo de las regiones atrasadas; o como en Japón, que la
reforma es un método político impuesto por una potencia victoriosa y
enderezado a desarticular o demostrar el antiguo y agresivo sistema de poder.
Reforma agraria para países que tienen acceso al ahorro y a los subsidios o la
ayuda exterior de la potencia hegemónica como en los casos de Taiwán y
Puerto Rico. Se incluyen dentro de esta categoría los países atrasados que
no tienen grandes problemas de financiamiento ni de presión campesina sobre
la tierra como es el caso excepcional de Venezuela.
Reforma agraria para países atrasados que sufren gran escasez de capital
como México. Bolivia y la mayor parte de los países hispanoamericanos.
REFORMAS AGRARIAS ESTRUCTURALES
Integran no proceso nacional de transformaciones revolucionarias en las
esferas de la economía, la cultura, el Estado, la organización social y política.
Son lideradas por un elenco de nuevas fuerzas sociales, asumiendo éstas la
responsabilidad de clases motrices y conductoras del proceso.
Fundamentan el cambio de una alteración simultánea con sistema tradicional
de poder y de las normas institucionales que lo presentan y expresan
(propiedad, renta, trabajo, poder social, distribución del ingreso, etc.)
Crean una nueva imagen nacional y orgánica del estado, como estructura
básica de la transformación, la representación, la integración y el desarrollo.
Las ideologías que las inspiran no son producto del sistema institucionalizado,
sino creaciones originales del conflicto social y de la hegemonía política
conquistada por las nuevas tuerzas protagonistas del cambio.
Exigen una enérgica movilización, del ahorro interno en dirección hacia nuevas
formas de desarrollo y drásticas políticas de redistribución social de los
ingresos.
Las conquistas relacionadas con la abolición de las formas arraigadas del
latifundio de colonato (sistema de propiedad, relaciones serviles, ideología de
encomienda) son irreversibles.
No solo persiguen la demolición de la estructura latifundista sino también la
sustitución por otra estructura de nivel superior.
REFORMAS AGRARIA CONVENCIONALES
Constituyen una operación negociada entre fuerzas sociales antagónicas de
antigua o reciente formación.
Sus alcances y profundidad histórica dependen de las; condiciones de la
confrontación políticas de esas fuerzas antagónicas, por medio de
sistemas de partidos conservadores, reformistas y revolucionarios dentro de
los modelos liberales o populistas de democracia representativa.
Intentan modificar el monopolio latifundista sobre la tierra y sobre los recursos
técnicos financieros de crecimiento agrícola sin cambiar las normas
institucionales de la sociedad tradicional ni las pautas económicas de sobre
valuación comercial de la tierra.
Sus líneas ideológicas corresponden al sistema de partidos institucionalizados
que negocian la reforma.
La transformación agraria se enfoca como una cuestión en sí
relacionada exclusivamente con la tierra y separada de la problemática
nacional de los cambios estructurales (económicos, sociales y políticos).
Exigen una transformación del ahorro interno desde el Estado, y las
masas campesinas hacia los grandes propietarios de la tierra, desviando el giro
de los recursos financieros e impidiendo el indispensable desdoblamiento de la
reforma agraria en una revolución agrícola y social.
No se formula la exigencia de una transformación estructural y política del
Estado, sino una apertura de sus órganos asistenciales y de sus mecanismos
de distribución social del ingreso agrícola.
REFORMAS AGRARIAS MARGINALES O CONTRARREFORMAS AGRARIAS
- No apuntan hacia la ruptura del monopolio señorial sobre la tierra o hacia la
transformación de las estructuras latifundistas o hacia la alteración sustancial
de sus reglas de funcionamiento, sino hacia su preservación histórica.
- Operar exclusivamente en una línea de modernización tecnológica o de
ampliación de la infraestructura física, ya sea por medio de recursos estatales
de inversión o de reformas superficiales o de carácter marginal.
- Intentan desviar la presión nacional o la presión campesina sobre la estructura
agraria latifundista por medio de operaciones de diversión tácticas, como la
colonización de tierras baldías en zonas periféricas, la parcelación marginal
de latifundios, el mejoramiento o readecuación de las tierras, la
introducción segmentada de innovaciones tecnológicas, etc.
- Se, apoyan políticamente, en la negociación entre sectores políticos de las
propias clases dominantes, por intermedio del sistema conservador y populista
de partidos y de la aplicación irrestricta de las normas institucionales de la
sociedad tradicional.
- Persiguen como "objetivo estratégico, la conservación del Estado, que no solo
dentro del marco de la estructura agraria, sino también en el ámbito de la vida
nacional o de las relaciones internacionales de intercambio.
EXISTE OTRA TOPOLOGÍA DE REFORMA AGRARIA PLANTEADA POR
EDELBERTO TORREZ RIVAS Y JAIME LAZO SAUNAS
Una tipología de las Reformas Agrarias Latinoamericanas
No desearíamos terminar este escrito sin antes incorporar a él un intento de
tipologización de las Reformas Agrarias, impulsadas en América Latina. Para ello
incluiremos en el presente la caracterización postulada por uno de los autores de
otros trabajos.
Muchos son topologías o clasificaciones de las Reformas agrarias
latinoamericanas que se han propuesto. Sin embargo, la gran deficiencia común
que se presenta en ellas es que están cegadas por una orientación agrarista,
acentuando los aspectos cuantitativos y cualitativos de la redistribución de tierras,
pero haciendo abstracción de la marcha general del conjunto de la economía. La
reforma no es concebida así como proceso político, fruto de contradicciones de las
clases antagónicas en el seno de la sociedad.
Nuestro punto de vista es diferente, pretendemos precisamente ubicar a las
Reformas Agrarias de acuerdo a la naturaleza del Estado en que ellas se
desarrollan.
No olvidamos toda tipologización presente, junto a las ventajas para el análisis, los
efectos de ocasionar generalizaciones; peligrosas que ocultan las particularidades
relevantes de cada fenómeno. Pese a ello creemos que el espectro de las
Reformas Agrarias en América Latina nos permiten postular que la reforma agraria
de corte farmer-ejidal, que se desarrollan en las primeras épocas de la formación
del Estado burgués; carácter reformista, promovidas por la burguesía interior y el
imperialismo, a fin de consolidar el Estado burgués mediante el estímulo del
capitalismo en el sector agrario y la ampliación de la base social de la burguesía;
carácter revolucionario, aquellas surgidas a raíz de situaciones de crisis del
Estado burgués y que han apuntado a una mayor profundidad en las medidas
agrarias con el fin de contribuir a debilitar a la burguesía (agraria en especial) y
abrir pasos a nuevos sectores sociales al bloque en el poder.
Basado en esta premisa, las Reformas Agrarias en América Latina pueden
agruparse en tres tipos:
Reforma Agraria, que responden a los elementos del proceso farmer-ejidal. En
ellos están desde luego, el caso mexicano, el guatemalteco bajo Jacobo Arbenz, y
el boliviano a inspiración del Movimiento Nacional Revolucionario (M.N.R.)
Reforma Agraria Reformista que son las destinadas a desarrollarse en el marco
estructural burgués y, por tanto, responden en primera instancia a desarrollar las
relaciones capitalistas en el agro: descansa en el respeto a, la propiedad privada y
tienen por otro lado una orientación campesinista que expresa en la generación de
una pequeña burguesía rural, desarrollada a partir de la propiedad individual
parcelaria, sin embargo, a diferencia de las anteriores, ellas tienen una ideología.
En efecto tienen una motivación ideológica social cristiana. En ellas se
encuentran las Reformas Agrarias, fruto del accionar de la alianza para el
Progreso.
Reformas Agrarias Revolucionarías, que son aquellas insertas en un proceso de
transformación general, de transformaciones del conjunto de la economía y de la
sociedad, y, por tanto, asumen un con nido anti imperialista, anti-oligárquico y
democrático. El caso cubano es evidente una reforma agraria de este tipo. Igual
cosa se puede señalar con el proceso agrario bajo la unidad de Chile y con
limitaciones, el ejemplo de Perú durante el régimen de Velasco Alvarado.
Examinemos a continuación algunas de las CARACTERÍSTICAS MAS
DESTACADAS DE LOS TRES TIPOS DE REFORMA AGRARIA, propuestas:
REFORMA AGRARIA DE CORTE FARMER-EJIDAL
El modelo mejicano presenta ciertos elementos que consideramos en conjunto o
aisladamente permiten establecer las proyecciones que ha tenido o tiene en las
transformaciones y desarrollo de la agricultura de otros países latinoamericanos.
Estos elementos se pueden sintetizar en los siguientes aspectos:
- Proceso dirigido por la burguesía con participación del campesinado Jugando
éste un rol no dirigente.
- Futuro de la presión campesina, manifestada en violencia.
- Orientando a liquidar la propiedad feudal y las relaciones de
producción precapitalistas (lo cual tiene efectos redistributivos en las tierras).
- Propone desarrollar la producción en el área de propiedad privada la cual se
conforma " no solo el sector de la reforma agraria, sino también con las
propiedades privadas involucradas directamente en la distribución de tierras
para aumentar la oferta de bienes al mercado interno y/o exterior.
- Beneficia a amplios sectores de campesinos con tierras no incorporadas al
mercado " de tierras, de allí su carácter campesinista. El desarrollo de las
relaciones capitalistas de producción y la utilización de los instrumentos de
modernización se realiza básicamente en las propiedades grandes y medianas
del sector no reformado, jugando los beneficiados con tierras de la reforma
agraria, y minifundistas tradicionales un papel abiertamente secundario.
Todo el proceso de reforma se ha caracterizado por una alta sujeción a la
orientación y ritmo de accionar del Estado burgués. La dotación de tierras a los
campesinos persiguen un fin claramente político: separar al campesinado de la
clase obrera y dificultar así las posibilidades de la alianza clasista.
Del examen de la reforma agraria de México, Guatemala y Bolivia, es posible
concluir que en lo central estas experiencias estuvieron orientadas al desarrollo
capitalista de la agricultura de los respectivos países, siguiendo la concepción
farmer ejidal ya descrita. Esto fundamentalmente ha respondido al doble juego de
este modelo, en su aspecto farmer, apoyarse para capitalizar el agro y en su
aspecto ejidal descansar su orientación campesinista, con lo cual se contribuye a
retardar la manifestación de la modernización capitalista. Con estas reformas, la
burguesía perseguía eliminar las trabas que las relaciones pre-capitalistas
componían al desarrollo capitalista en el agro en una etapa mediante el estado
burgués y por ende al resto de la economía. Son en este sentido anti-oligárquicas
pues se postulan en un periodo histórico en que el estado oligárquico está en
crisis, como manera de orientar el desarrollo por un claro cauce burgués.
Vinculado a lo anterior está su contenido de clase: robustecer a la burguesía y
apartar al campesinado de futuras alianzas con la clase obrera. Son procesos
agrarios en los cuales las fracciones burguesas más visionarias logran establecer
alianzas con campesinos pobres, los cuales responden con una activa
movilización tras las reformas y de paso contribuyen a legitimar a esas facciones
en el poder. Desde luego no toda la burguesía entiende el proyecto político, a
largo plazo" se postulan sectores más progresivos burgueses y anteponen a él sus
intereses económicos y políticos de corto plazo (como en Guatemala bajo Arbenz).
La connotación farmer ejidal de las reformas agrarias señaladas ha desapareció
claramente en el caso boliviano por la imposición en los años 60 y 70 de un franco
carácter reformista, en México por su mediatización dadas las políticas agrarias
fomentistas del estado orientadas a la gran propiedad, y en Guatemala por la
contrarrevolución y el reemplazo por orientaciones y erradicación forzosa de
campesinos de zonas de crecimiento industrial.
REFORMAS AGRARIAS REFORMISTA
En las leyes de reformas agrarias de los años 60, dentro de una concepción global
de defensa de propiedad privada sobre la tierra, se persiguen algunas limitaciones
de este derecho. Ello está en concordancia con los postulados generales de la
Iglesia Católica expresados en la Encíclica RERUM NOVARUM, cuadragésimo
Armo y MATER y; MAGISTRA.
De ellas, además, se rescata el principio de la función social de la tierra. Este
concepto aparece en las leyes de Venezuela, Ecuador, Honduras, Bolivia, etc.
Las medidas redistributivas del suelo, empiezan invariablemente por planes en los
que la colonización y la afectación de los latifundios improductivos aparecen
entrelazados, apuntando más bien a satisfacer a las grandes propiedades al
margen del grado de utilización que tengan Se debe recurrir de esta manera a
limitar el tamaño de la propiedad, para así, liberar tierras para traspasarlas a
campesinos. En otras palabras se pasa del énfasis en lo productivo, en lo
económico al énfasis en lo social. Todo lo anterior explica el alto contenido
reformista de estas reformas agrarias.
A primera vista las reformas agrarias inspiradas en la Alianza para el progreso,
parecen responder a la concepción farmer ejidal del modelo de desarrollo
capitalista mexicano descrito por Bartra. Ello se basa en que con las tierras de la
reforma agraria por un lado se postulan la granja capitalista y por el otro se
entrega tierra a los campesinos restándoles muchas veces el mercado de tierras.
Sin embargo, una profundización del examen nos advierte cuan erradas es esa
apreciación. Valga la pena no obstante, señalar que hay una generalización
posible de realizar entre ambas estrategias, ninguna de las dos dan resultado
decisivas para la modernización capitalista en las agriculturas de sus respectivos
países.
Ahondando en las especificaciones el reformismo agrario de los años 60, se
advierte en el aspecto del robustecimiento de la burguesía, que este reformismo
se concibe como una medida más de ensanchamiento de la base económica y por
ende política de las fracciones industriales y agrarias. Para ello, todas la leyes de
Reforma Agraria de corte reformista postulan como constante la indemnización de
los terrenos expropiados y el mantenimiento de la llamada "reserva".
Las indemnizaciones de-tierras para la reforma agraria (y también para la
colonización que aparecen entrelazadas) que hace el estado burgués o bien se
realiza a través de pagos al contado en caso de tratarse de compras (con lo cual
muchos terratenientes son abiertamente favorecidos) a bien, si se trata de
expropiaciones, las tierras pagadas en bonos, forma en que la parte al contado
fluctúa entre el 10% y 30% según las causases de expropiación, y el saldo n
bonos de diferentes tipos cuyos plazos de amortización varían entre 5 y 30 años
pero, la mayoría de estas leyes (le reforma agraria, permiten que éstos puedan
hacerse efectivos si el expropiado los invierte en el desarrollo industrial. Así en
ambos casos se estimulan el paso de los terratenientes a la burguesía.
En relación a las reservas, todas las leyes consideradas permiten que el
terrateniente se quede con una parte de la propiedad, la cual muchas veces él
puede elegir según haya sido el nivel de producción o intensidad de la explotación
del suelo. Esto agregado al hecho de que por lo general no se expropian los
inventarlos vivos y muertos, se traduce que en la llamada reserva se produzca una
sobrecapitalización (fruto del ganado, y maquinaria no expropiado y de los dineros
provenientes de las indemnizaciones) y por ende se generan perspectivas
abiertamente superiores de modernización capitalista que en "las parcelas de
campesinos beneficiados con tierras. Esta situación se ve robustecida por la
circunstancia, de que las reservas son por lo general superficies 10 y 20 veces
superiores a las parcelas.
A lo anterior habría que agregar que la reserva tiene una connotación política
indiscutible, permite la presencia física del ex terrateniente, ahora convertido en
gran burgués agrario, quien con mejores conexiones con el mercado y con los
organismos crediticios y de asistencia técnica7Tb_tarda en asumir el rol de
intermediario y, por tanto, pasa a explotar a los parceleros en la comercialización
de los productos.
La orientación campesinista de las reformas agrarias reformistas se expresan en
estas leyes y en las acciones que postulan, en la tendencia a desarrollar la
"Empresa Familial Campesina". La intención queda clara, generar farmers a partir
de la fragmentación de algunas haciendas o bien como parte de la colonización.
En Chile por ejemplo, la meta política declarada por La democracia cristiana era
generar en su forma agraria, 100,000 nuevos propietarios.
REFORMAS AGRARIAS REVOLUCIONARIAS
Estas reformas agrarias están consideradas desde el punto de vista de su
inserción, en el conjunto de transformaciones, no son necesariamente
anticapitalistas, por el contrario, en algunos casos están orientadas a robustecer el
capitalismo en el agro. Sin embargo, estas reformas responden a medidas
impulsadas en procesos revolucionarios, en los cuales la orientación democrática
burguesa, pasa a ser absorbida y subordinada en mayor o menor medida a lo
democrático popular, en estas condiciones se adquiere un carácter
antiimperialista. Ello dependiendo desde luego de la hegemonía de clases que se
establece en la conducción política del proceso.
Estas reformas agrarias responden en todo caso a procesos de cambios que se
postulan y que tienen validez plena en el corto período ante la agudización de la
situación de crisis del estado burgués, producto del reacomodamiento de fuerzas
en el bloque de dominación, captación de dominado campesinos del área
reformada en nuestro objeto de análisis, las crisis han podido ser saldadas y se ha
impedido la ruptura del sistema, lo que se ha traducido en la reforma agraria pase
a ser mediatizados y transformadas en directo apoyo de clases de los sectores
dominantes.
Bien es sabido que los procesos revolucionarios en los países considerados, si
bien significaron transformaciones cuali y cuantitativas en relación a la situación
precedente, no lograron, salvo el caso de Cuba, consolidarse en el largo período.
El accionar de la burguesía en el plano de la lucha ideológica, en la representación
política y económica y directamente en la contrarrevolución, minó al" cabo de un
tiempo la capacidad de los sectores conductores del proceso revolucionario para
profundizar en él y para mantenerse ligado a los intereses de obreros y
campesinos. Así, la revolución democrática popular, o bien fue interrumpida
violentamente (Chile) o bien fue revertida a una condición exclusivamente
burguesa (Perú).
En el primer caso, la reforma agraria fue no solo paralizada sino también fue
abiertamente invertida en sus logros, en el segundo, los cambios en el agro fueron
restringidos al poco