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CLASIFICACIÓN ACORDE A LA CATEDRA

CLASIFICACION ACORDE A LA CATEDRA 1

INSTITUTO MILITAR DE ESTUDIOS SUPERIORES CATEDRA DE ESTRATEGIA Tesis de Grado para la obtención del Título de Licenciado en Ciencias Militares Título: LA DISUASIÓN COMO TAREA ESENCIAL DE LA DEFENSA MILITAR EXTERNA. ANÁLISIS DE SU ACTUAL VIABILIDAD DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LA DOCTRINA DE EMPLEO DE LA FUERZA. Autor: Cnel. Gustavo R. Vila Tutor temático: Cnel. Pedro Vidal Tutor metodológico: Daniella Repetto



DEDICATORIA Deseo dedicar este trabajo al soldado-ciudadano oriental anónimo, de todas las

épocas, sin distinción de grado, que supo y que sabrá dar lo mejor de sí mismo,

inclusive llegado el caso, la vida, para cumplir con la misión asignada por la

sociedad de preservar la soberanía de nuestra Nación dentro del mas absoluto

respeto a la Constitución y a las Leyes.



AGRADECIMIENTO Hago extensivo este agradecimiento a muchas personas; algunas de ellas ya no

están físicamente entre nosotros pero si lo están siempre en mis pensamientos:

- A mis padres, que ya no están, a los cuales cada día extraño mas y a cuya guía

debo todo lo que hoy soy.

- A la mujer que amo, que siempre me alentó a seguir adelante y me apoyó durante

el desarrollo del presente trabajo de mil y una formas diversas. Gracias Cecilia.

- A mis camaradas y amigos que supieron aportar su comentario y/o crítica para

enriquecer este trabajo.

- A mi tutora metodológica y a su proverbial paciencia y buena onda, que fue quién

supo guiarme por los vericuetos de la metodología de la investigación.

- A mi amigo y tutor temático que siempre supo alentarme y darme el consejo

adecuado.



RESUMEN Los principales intereses a defender de un estado son su territorio; sus espacios

económicos; la preservación de sus valores nacionales; la custodia del orden

internacional y la preservación del medio ambiente. La capacidad del estado para

proteger dichos intereses como forma de asegurar el bienestar y disfrute de sus

ciudadanos, empleando los medios seleccionados por el poder político, va a

determinar el poder de una Nación. Los pilares de ese poder nacional son la

conjunción de las capacidades intelectuales, sociales, políticas, tecnológicas y

militares. El poder militar finalmente es concebido como formando parte del poder

nacional.1

Dentro de la doctrina de empleo del Ejército Nacional y como una de las tareas de

la Defensa Militar Externa hallamos a la disuasión. Esta es tan antigua como el

hombre y las guerras, sin embargo no ha sido objeto de un estudio detenido y

sistemático sino a partir del fin de la Segunda Guerra Mundial, a partir de los

trabajos del general André Beaufre. La disuasión en si misma constituye un modo

estratégico bastante particular pues su finalidad es la de hacer desistir a él o los

potenciales agresores de actuar contra nuestros intereses, haciéndoles tomar

conciencia de los costos políticos y materiales de tal empresa, mediante una

apelación a la racionalidad.

Si bien cuando se habla de disuasión se incluyen en el término todas las

capacidades del estado en los diferentes campos del potencial nacional, las FFAA

juegan un rol fundamental en lograr ese efecto buscado. El concepto de disuasión

se halla asociado al concepto de credibilidad y al de disponer de una adecuada

capacidad para causarle daño al eventual agresor o agresores. Con ello se busca

desanimar a un agresor potencial acerca de sus posibilidades de alcanzar objetivos

políticos aceptables, dentro de una relación costo-beneficio basada en la lógica del

sentido común, en que toda empresa política se justifica y sustenta cuando las

expectativas de obtener alguna ganancia son superiores a los riesgos.

Precisamente esas incertidumbres son las que alimentan la disuasión.

1 González, Julián (Compilador) ; Debate Nacional sobre defensa. Aportes para una Ley de Defensa

Nacional ; Conferencia del Dr. Luis Alberto Lacalle; Mastergraf; Montevideo, 2006, pag. 14.



Ahora bien, si la disuasión no logra su finalidad y fracasa, la necesidad de vencer

en la guerra subsiguiente se impone por sobre toda otra consideración por lo que

ningún Estado embarcado en una estrategia de disuasión puede obviar la

necesidad de contar con FFAA entrenadas y equipadas con los medios adecuados

para rechazar la agresión en caso que esta se produzca. Es un grave error político-

estratégico reiterado a lo largo de la historia por muchos Estados el considerar que

el no desarrollar políticas expansionistas y la no existencia en el horizonte

estratégico de amenazas creíbles a la soberanía, que todo ello es de por sí

garantía del disfrute de una paz permanente y la no necesidad de FFAA

profesionales. También es un grave error considerar que es suficiente para el

apresto y preparación de esas FFAA el entrenamiento que pueden significar las

Operaciones de Paz (OP) así como las medidas de fomento de la confianza mutua

con los estados vecinos. La historia contemporánea muestra que las crisis son

imprevisibles y pueden degenerar en conflictos muy rápidamente. Por ello la

necesidad de prepararse para la guerra desde tiempo de paz.

En virtud de ello, y tomando en cuenta la responsabilidad del estado en velar por la

Defensa Nacional y considerando los documentos que conforman el marco teórico

y jurídico del presente trabajo investigación es posible afirmar que un poder de

disuasión adecuado es la mejor garantía para la paz de la República. Este poder de

disuasión será analizado desde el punto de vista de la doctrina de empleo de la

Fuerza, considerando ésta como conjunto de normas y directivas del empleo y

preparación de la misma materializada en planes, directivas y manuales. Mediante

el trabajo se buscará determinar en qué medida el concepto de disuasión forma

parte de nuestra doctrina de empleo, determinar las características que en teoría

debe reunir un poder de disuasión para ser considerado sustentable, creíble y

eficaz y finalmente determinar desde la óptica de nuestra actual doctrina de empleo

si nuestro poder de disuasión efectivamente disuade.

La estructura de esta tesis contendrá una breve introducción con el problema a

estudio, sus limitaciones y justificaciones, así como sus objetivos generales y

específicos. Posteriormente se analizará la disuasión en general considerando

particularmente el concepto de combate asimétrico y el pensamiento estratégico del



general André Beaufre2 en lo relacionado con la disuasión. Posteriormente se

considera la disuasión en nuestra doctrina considerando sus antecedentes, el

marco doctrinario y la normativa legal vigente. A continuación se desarrolla el poder

militar de la región, considerando una serie de indicadores seleccionados de

nuestro país, Argentina y Brasil. En otro capítulo se analiza toda la información

obtenida, para finalmente en un último capítulo llegar a conclusiones y

recomendaciones, cerrando el mismo con una bibliografía y un glosario de términos

con sus correspondientes anexos, elementos éstos que ayudarán a comprender

mejor todo el desarrollo de la investigación así como los resultados finales.

2 El general Andre Beaufre nació el 25 de Enero de 1902 en Francia y murió el 13 de Febrero de

1975 en Yugoslavia. Combatió en la Segunda Guerra Mundial, en Argelia y en la campaña de Suez.

En 1960 es ascendido al grado de general de ejército. El general Beaufre es considerado el padre

de la “force de frappe”, la fuerza nuclear independiente francesa. Gran teórico de la estrategia en la

década de los años 60, incursionó con gran suceso en el campo de la disuasión, particularmente la

nuclear, habiendo desarrollado el concepto de la “estrategia total”. Sus escritos mas conocidos son

la trilogía “Introducción a la estrategia”, “Disuasión y estrategia” y “Estrategia de la acción”, bases de

los trabajos posteriores sobre disuasión nuclear y convencional (www.en.wikipedia.org consultado el

03 de Junio de 2008).



INDICE

Pagina

I. INTRODUCCION

A. Problemática y su contexto 9

B. Situación Problema 15

C. El porque del problema de investigación 16

D. Objetivos 18

E. Metodología empleada 18

II. LA DISUASION

A. Generalidades 20

B. La disuasión a partir de una posición de debilidad relativa 32

1. El combate asimétrico 32

2. El pensamiento estratégico del general Beaufre y sus

derivaciones

37

3. El concepto de guerra popular prolongada 46

4. La relatividad del concepto de victoria en la lucha asimétrica 52

III. LA DISUASION EN NUESTRA DOCTRINA

A. Antecedentes 57

B. Marco Doctrinario 58

C. Marco Jurídico 70

D. Conclusión parcial 72

IV. BALANCE DEL PODER MILITAR EN LA REGION

A. Poder y potencial 74

1. Poder y potencial nacional 74

2. Poder y potencial militar 74

B. Balance militar en la región 75

1. Organización 75

2. Reservas y Movilización 76

3. Recursos Humanos 76

4. Población 77

5. Efectivos de FFAA y Policiales sin movilización 78

6. Presupuesto de Defensa 78

V. ANALISIS DE LA INFORMACIÓN



A. La disuasión en teoría 80

B. La disuasión en la práctica 86

VI. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES 101

VII. BIBLIOGRAFÍA 109

VIII. GLOSARIO 116

IX. OTROS 119

A. Anexos 119

1. Indice de abreviaturas 120



I. INTRODUCCION A. Problemática y su contexto

Para los pequeños estados como el nuestro, el siglo XXI y el fin del

mundo bipolar constituyen un entorno estratégico confuso, inestable,

imprevisible e inseguro. Al decir del Brigadier General Alfredo Ewing

Pinochet :

“…la nueva realidad internacional, ya transcurrido algunos

años del término de la Guerra Fría, es posible identificarla con

cuatro características esenciales: la globalización, la

regionalización, incluidos y marginados, y el alto grado de

conflictividad” 3

El término de la “Guerra Fría” ha incidido de manera gravitante en las

políticas de defensa de todos los estados. Junto a ella adquiere particular

fuerza el fenómeno de la “globalización” cuyas manifestaciones se notan

fundamentalmente en el campo de la economía así como también en los

campos de la política, la cultura y lógicamente en el campo de la

seguridad y defensa. En este campo en todo el mundo surgen nuevos

riesgos y amenazas entre los cuales se incluyen la proliferación de las

armas de destrucción masiva, terrorismo, narcotráfico, conflictos étnico-

religiosos, problemas medio-ambientales, disputas por áreas ricas en

recursos naturales y disputas territoriales, todos los cuales tienen directa

incidencia en la política de seguridad de los estados.

En el caso particular de América Latina el fin del mundo bipolar y la

redemocratización del continente ha permitido bajar la conflictividad que

caracterizó a la región entre las décadas de los años 50 y 80. En la

actualidad se aprecia una clara voluntad política de solucionar los

conflictos intra-estatales a través de procesos de negociación y acuerdo.

No obstante lo anterior aún persisten amenazas a las soberanías de los

estados que adoptan diferentes manifestaciones: 3 Ewing, Brig. Gral. Alfredo; Conferencia “El papel de las Fuerzas Militares en una democracia en

desarrollo” en Revista “Memorial del Ejército de Chile”; 2000, Número 463, pag.16.



“…crisis o tensiones de tipo político (Argentina, Colombia,

Perú, Paraguay, Venezuela); aspectos de delimitación

geográfica indefinida ya muy restringidos (Chile / Argentina);

problemas de interpretación geográfica (Perú / Ecuador);

asuntos que configuran realidades especiales cuya

evolución depende de elementos ajenos a la región (las

Malvinas y Antártica); reivindicaciones que no se sustentan

con fundamentos jurídicos; temáticas de conflictos latentes

vinculados a problemas étnicos, movimientos de minorías

desplazadas, influencia de conflictos emergentes como

drogas, narcotráfico y otros” 4

Inclusive para aquellos que utilizan el materialismo histórico y el

materialismo dialéctico como herramientas para comprender el devenir

de la historia de las sociedades contemporáneas la guerra siempre será

una amenaza latente. “La guerra, la violencia en la historia, es un

producto de la lucha entre las naciones o entre las clases: existirá

mientras haya desigualdad entre los países y entre los hombres.” 5

Además de los conflictos interestatales pueden existir conflictos entre los

estados por la posesión de recursos naturales no renovables hídricos,

energéticos o minerales; por la competencia por los mercados o por

medidas de protección ante la competencia de otro estado. En 25 años

América Latina tendrá cerca de 650 millones de habitantes y los recursos

energéticos, hídricos y minerales seguirán siendo escasos y

deficientemente distribuidos. 6 7 En el subsuelo de América del Sur existe

una inmensa reserva de agua dulce de cerca de 40.000 Km3 que podría

abastecer las necesidades de toda la población del planeta durante

4 Cheyre, Gral Juan E.; “Componentes de una nueva arquitectura de seguridad en la región” en

“Revista Fuerzas Armadas y Sociedad”(Chile), Año 17, Nro 3, julio-setiembre 2002, pag. 37. 5 Guillén, Abraham; “Estrategia de la guerrilla urbana”; Liberación, Montevideo, 1969, pag. 11. 6 García Covarubias, Jaime; “Bases para una nueva modalidad estratégica” en Revista “Fuerzas

Armadas y Sociedad” (Chile); Año 16, Nro. 1, enero-marzo 2001, pag. 27. 7 González, Julián (Compilador) ; Debate Nacional sobre defensa. Aportes para una Ley de Defensa

Nacional ; Conferencia del Dr. Luis Alberto Lacalle; Mastergraf; Montevideo, 2006, pag. 100-102.



decenas de años. El acuífero Guaraní abarca a parte de Paraguay, Brasil,

Uruguay y Argentina, todos ellos “…integrantes titulares del MERCOSUR

y poseedores de esta gran recurso de la humanidad, pero a la vez

eventual fuente de conflictos a futuro”. 8 En este sentido, las grandes

potencias han desarrollado el concepto de que el agua es un recurso o

bien de la humanidad y en determinados foros de seguridad y política hoy

se habla de la injusta distribución de los recursos hídricos. Todo ello lleva

a deducir que al considerarse nuestra región como “reserva de la

humanidad” en cuanto a recursos hídricos, alimenticios y estratégicos, no

debe descartarse en un futuro no muy lejano una lucha por la posesión y

control de dichos recursos, liderada por las grandes economías

desarrolladas y muy similar a la que hoy se ha desatado por el control de

las reservas petroleras. 9

Como observaba el Brigadier General Ewing en la conferencia

desarrollada en Bogotá en Abril del 2000, la muerte del mundo bipolar

que caracterizó gran parte del siglo XX, eliminó gran parte de las

certezas y premisas sobre las que tradicionalmente descansaban las

relaciones internacionales entre los estados. En este entorno es posible

rescatar tres conceptos que han de afectar notablemente el campo de la

defensa: la incertidumbre, la aceleración y la inestabilidad. Incertidumbre

debido a que en el mundo bipolar estaban claramente definidos los

bandos y existían reglas mas o menos claras de convivencia. Aceleración

asociada al proceso de globalización que hace cada vez más

interdependientes a las personas, organizaciones y estados. Finalmente

inestabilidad debido a que ya no existen reglas claras tal como en la

Guerra Fría dando lugar a las llamadas “nuevas amenazas”

caracterizadas por su impredecibilidad. 10 Por lo anterior, la disuasión,

8 García Covarubias, Jaime; “Bases para una nueva modalidad estratégica” en Revista “Fuerzas

Armadas y Sociedad” (Chile); Año 16, Nro. 1, enero-marzo 2001, pag. 28.

9 Ejército Nacional; “Aportes para el debate de la Defensa Nacional”; CGE, Montevideo, 2006, pag.

3. 10 Ewing, Brig.. Gral. Alfredo; Conferencia “El papel de las Fuerzas Militares en una democarcia en

desarrollo” en Revista “Memorial del Ejército de Chile”; 2000, Número 463, pag. 18.



entendida como el arte de evitar una agresión antes que esta se

produzca, es vital para la supervivencia de las pequeñas naciones

rodeadas de vecinos poderosos y ambiciosos. 11

Cuando se plantean acuerdos regionales que parten de una supuesta

“unidad” que en la práctica no existe, se esta conformando una

asociación con miembros con visiones disímiles sobre un mismo asunto.

Estas divergencias necesariamente habrán de afectar los acuerdos al

carecer de una visión común imprescindible en cualquier proceso

asociativo o de integración. Tal como afirma el Gral. Cheyre “una prueba

del efecto que producen percepciones, situaciones o realidades

diferentes, entre actores comprometidos en un proyecto común, es la

situación del MERCOSUR…” 12

Si bien la República Oriental del Uruguay desde el 26 de Marzo de 1991

se encuentra inmersa en un proceso de integración regional, como lo es

el Mercado Común del Sur (MERCOSUR), todo lo cual podría llevar a

suponer que las tensiones con sus vecinos y socios habrían de ser

bastante improbables, ello no ha sido en modo alguno avalado por la

realidad. Como se manifiesta en el producto de uno de los equipos de

trabajo de los núcleos temáticos para el Debate de la Defensa Nacional

del año 2006, “...la historia de la Banda Oriental así lo ha dejado

demostrada, por eso es casi imprescindible analizar la ubicación

estratégica de nuestro país desde el punto de vista del interés de

terceros”. 13 Nuestros vecinos y hermanos, han sido también

tradicionalmente nuestros principales agresores toda vez que sus

intereses geopolíticos así se lo han impuesto. Desde 1811 a la fecha han

sido una constante a lo largo de nuestra historia las presiones, amenazas

11 Ejército Nacional. Marco conceptual de su proceso de modernización; CGE; Montevideo, 2004,

pag. 69-72. 12 Cheyre, Gral Juan E.; “Componentes de una nueva arquitectura de seguridad en la región” en

“Revista Fuerzas Armadas y Sociedad”(Chile), Año 17, Nro 3, julio-setiembre 2002, pag. 36. 13 Ejército Nacional; “Aportes para el debate de la Defensa Nacional”; CGE, Montevideo, 2006, pag.

1.



y agresiones por parte de países de la región o extraregionales cuando

los respectivos intereses nacionales así lo impusieron. Cuando las

presiones diplomáticas no dieron el resultado esperado estos actores

estatales recurrieron a las amenazas y cuando éstas no surtieron el

efecto deseado, muchas veces llegaron a la intervención militar abierta.

Como corolario lógico de lo anterior, cualquier estado para ser

verdaderamente independiente y soberano, debe prepararse en todos

los factores del potencial para poderse defender ante cualquier tipo de

agresión, con sus propios recursos y sin depender exclusivamente de la

supuesta colaboración y buena voluntad de ningún

“Aliado Azul” sea este vecino o una potencia regional.

La “Realpolitik” y la historia en todos los casos demuestra que la

“colaboración” nunca habrá de ser desinteresada y alcanza con recordar

por ejemplo, nuestra lamentable experiencia en la Guerra de la Triple

Alianza colaborando en el genocidio de un pueblo hermano en pago de la

“colaboración” recibida, en este caso de nuestros vecinos... Pero

tampoco se debería depender ni contar con la intervención de algún

organismo supranacional del tipo de la Organización de las Naciones

Unidas (ONU) o la Organización de Estados Americanos (OEA) para

ponerle fin al conflicto y obligar a la retirada del invasor. El triste episodio

de la Guerra de las Malvinas, entre otros, es un claro ejemplo respecto

de lo que se puede esperar de la OEA o de la ONU. En este episodio, la

potencia hegemónica hemisférica, los EEUU “… privilegió su alianza

europea en detrimento de su obligación como miembro pleno de la OEA

y principal garante del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca

(TIAR), demuestra la existencia de prioridades a que siempre se

encontrará expuesto” 14 15 A partir del 2007, el bloqueo total o parcial de

los puentes internacionales sobre el Río Uruguay compartidos con la

República Argentina por parte de “piqueteros” ambientalistas, debido a la

“crisis de las papeleras”, tácitamente avalado por el gobierno argentino y

14 Cheyre, Gral Juan E.; “Componentes de una nueva arquitectura de seguridad en la región” en

“Revista Fuerzas Armadas y Sociedad”(Chile), Año 17, Nro 3, julio-setiembre 2002, pag. 37.

15 Rojas Aravena, Francisco; “Repensando la seguridad en America Latina” en Revista “Fuerzas

Armadas y Sociedad” (Chile); Año 15, Nro. 2, abril-junio 2000, pag. 7.



apoyado y financiado por el gobierno provincial de Entre Ríos, (que en

otras circunstancias y con otros actores, perfectamente habría constituido

un “casus belli”) no debe ser descontextualizado y debe ser visto como

una perla más en un collar demasiado grande de prepotencias e

injerencias en nuestros asuntos internos por parte de nuestros vecinos.

Precisamente en virtud de las enormes diferencias entre nuestro

potencial nacional comparado con el de nuestros vecinos (y eventuales

agresores) es que nuestra Defensa Nacional, en virtud de la asimetría

existente, debe estar orientada más a evitar una agresión que a resistirla.

Por ello, el manual D 29-36 “Doctrina de Empleo del Ejército Nacional”

establece que una de las tareas de esenciales de la Defensa Externa

incluye “desarrollar un poder de disuasión sustentable y creíble” 16 Ahora

bien, que disuasión? Nuestra situación geopolítica y nuestros vecinos

determinan que para poder disponer de un poder de disuasión con esas

características se deban apelar a determinadas soluciones “sui generis”

en todos los campos del poder militar, entre ellos la doctrina de empleo

de la Fuerza, que debido a nuestras limitadas capacidades habrán de ser

totalmente diferentes a las de nuestros eventuales agresores y a las de

cualquier otra potencia del Primer Mundo. Nuestro poder de disuasión,

precisamente para poder cumplir con su finalidad y ser “sustentable y

creíble”, debe basarse en nuestras actuales capacidades y en aquellas

que razonablemente podamos llegar a desarrollar. Todo ello con vistas a

poder realizar, en caso de necesidad, aquel tipo de guerra que nuestros

agresores potenciales más le temen y que se hallan menos preparados

para enfrentar.

Como apunta el Comandante en Jefe del Ejército de Chile, Teniente

General Ricardo Izurieta si bien en la región hay una tendencia

generalizada a la cooperación y a la solución pacífica de las

controversias, la historia reciente de ella nos muestra desde

declaraciones hostiles hasta enfrentamientos armados, pasando por

16 D 29-36 “Doctrina de Empleo del Ejército Nacional”; CGE; Montevideo, 2003, pag. 26.



movilizaciones de fuerzas como mecanismos de presión. 17 Todo ello

determina que los pequeños estados, precisamente por su pequeñez y

aparente debilidad, deban como un imperativo instrumentar medidas para

defenderse de eventuales agresiones regionales o extra-regionales como

forma de preservar su soberanía e independencia. El viejo aforismo latino

“Si vis pacem para bellum” no ha perdido vigencia. Como sostiene el

Coronel Carlos Castro

“…siendo la guerra un fenómeno social de gigantesca

trascendencia y de consecuencias, a menudo imprevistas,

su preparación no puede ser obra de improvisación o de

arrebatos pasionales en los que repentinamente pueda caer

la sociedad nacional y, mucho menos, el resultado

monstruoso de la conducción de un líder o grupo obnubilado

por ideas de dominación, supremacía o simple ambición.” 18

De ahí la imperiosa necesidad de preservar la paz, preparándose

responsablemente para la guerra desde tiempo de paz.

B. Situación Problema

Para arribar a la situación problema se plantearon las siguientes

preguntas de investigación:

Desde el punto de vista de la doctrina de empleo de la Fuerza:

• ¿Las actuales capacidades operativas de la Fuerza, permiten

ejercitar una disuasión eficaz sobre las Fuerzas Armadas de la

República Argentina y la República Federativa de Brasil?

• ¿Que capacidades operativas debería desarrollar el Ejército

Nacional para disuadir a éstos ejércitos?

• ¿Que características debería reunir nuestra estrategia

disuasiva para ser eficaz en lo que respecta a la doctrina de

empleo de la Fuerza?

• ¿Como deberían interactuar las diferentes operaciones que 17 Izurieta, Tte. Gral. Ricardo; Clase Magistral “Globalización, soberanía y seguridad” en Revista

“Memorial del Ejército de Chile”; 2000, Número 463, pag. 8. 18 Castro, Cnel. Carlos;”Reflexiones en torno a una política de defensa” en Revista “Fuerzas

Armadas y Sociedad” (Chile), Vol. IX, Nro. 4, 1996, pag. 2.



materializan la Defensa Militar Externa para ser instrumentos

eficaces de una estrategia disuasiva?

En función de lo anterior se llegó a definir nuestra pregunta problema

como:

¿Nuestra actual doctrina de empleo nos permiten disuadir una

agresión militar externa de naturaleza convencional por parte de

nuestros vecinos?

C. El porqué del problema de investigación

El presente trabajo, se limitará al análisis de nuestra doctrina de empleo,

para determinar en que medida ésta apoya a la tarea de lograr un poder

de disuasión sustentable y creíble con vistas a impedir que se materialice

una agresión militar convencional. La doctrina de empleo es asumida

como el conjunto de normas y principios que se aplican en la

organización, preparacion y conduccion de la Fuerza y se materializa en

planes, directivas y reglamentos. Por ello, y como corolario logico de lo

anterior, se considera que una Fuerza no dispone de capacidades reales

cuando carece de planes, directivas y ordenes que orienten el accionar

conjunto de los elementos que la integran. Solo se consideraran para el

presente trabajo los planes, ordenes y directivas aprobados por el CJE y

diseminados al Estado Mayor del Ejercito y a los Comandos y Estados

Mayores subordinados encargados de ejercer el comando, coordinacion

y control de los mismos asi como de llevarlos a la practica.

Para los fines del presente trabajo se considerarán como eventuales

agresores potenciales a la República Federativa del Brasil y a la

República Argentina, excluyéndose la actuación de actores extra-

regionales.

Desde el punto de vista de la Institución Militar, las FFAA y en nuestro

caso, el Ejército Nacional, constituyen el núcleo básico para planificar y

ejecutar todos los actos militares, en el ámbito de su jurisdicción, que



impone la Defensa Nacional. Precisamente, tal cual lo establecen los

manuales D 29-36 “Doctrina de empleo del Ejército Nacional” y D.I. 33-01

“Concepto estratégico de empleo del Ejército Nacional”, uno de los

aspectos esenciales para lograr lo anterior consiste en disponer de

capacidades tales que desalienten o disuadan a un potencial agresor de

iniciar acciones hostiles contra el territorio nacional o que afecten nuestra

soberanía.

En ese sentido se considera que la investigación es conveniente pues los

resultados de la misma permitirían reorientar los escasos recursos

existentes en función de las amenazas y maximizar su efecto disuasivo.

la trascendencia del trabajo estriba en que permitirá orientar los

sucesivos trabajos relacionados y unificar esfuerzos en esta temática. A

su vez, desde el punto de vista instrumental, el trabajo de investigación

podrá ayudar a resolver el problema de la determinación de los roles y la

interacción entre las operaciones convencionales (OCONV), las

operaciones especiales (OE) y las operaciones de resistencia nacional

(ORN) desde la óptica de la doctrina de empleo de la Fuerza. Finalmente,

desde el punto de vista teórico, servirá hacer aportes a la doctrina de

empleo, para contribuir a desarrollar una disuasión realista, creíble y

autónoma, sentando las bases para futuros estudios.

Desde el punto de vista de la sociedad civil, la Defensa Nacional, de la

cual la disuasión es uno de los pilares básicos, es un derecho y un deber

de todo ciudadano de la República, sin perjuicio que la Constitución

vigente establece que esos mismos ciudadanos podrán ser llamados a

filas cuando la situación lo demande. La participación decidida, activa y

organizada de la población de la República desde tiempo de paz en las

diferentes tareas militares y no militares que impone le Defensa Nacional

es una forma eficaz de contribuir a disuadir a un agresor potencial.

Finalmente desde un punto de vista personal, para el autor constituye un

desafío personal el conducir esta investigación para determinar el grado

de nuestras reales capacidades desde el punto de vista de la doctrina de

empleo de la Fuerza para enfrentar una agresión armada, o mejor aún

para evitarla mediante una adecuada disuasión a partir de nuestros



propios recursos.

D. Objetivos

1. Objetivo general Determinar en que medida la actual doctrina de empleo de la

Fuerza es efectiva como herramienta para disuadir a eventuales

agresores externos.

2. Objetivo Específico

a. Establecer en que medida la doctrina de empleo actual

apoya las capacidades de la Fuerza para lograr un poder de

disuasión viable.

b. Determinar las medidas generales a implementar en materia

de doctrina de empleo de la Fuerza para mejorar las

capacidades de la misma e incrementar el poder de

disuasión externa.

E. Metodología empleada

La estrategia de investigación se basa en primera instancia en la

exploración y luego en la descripción. En principio se procede a explorar

a través de la observación de documentos de diferente naturaleza que

nos aproximarán a la temática en cuestión y al marco jurídico-doctrinario

de la misma, es decir la viabilidad de la disuasión ejercida por la Fuerza,

considerada como una de las tareas esenciales de la Defensa Militar

Externa. En forma simultánea se procede a la consulta de las diferentes

bibliotecas de los Institutos Militares, principalmente los trabajos de

investigación ya realizados que se encuentran en la biblioteca del

Instituto Militar de Estudios Superiores. Asimismo se consultó otras

bibliotecas tales como la del Palacio Legislativo y las de los Centros

Sociales de la Institución. En una segunda fase, luego de haber reunido

toda la información necesaria para materializar los objetivos propuestos,

se realizó el diagnóstico de la realidad actual del problema planteado, a



través de un análisis exhaustivo de todos los documentos mencionados.

A tales efectos se elaboraron cuadros comparativos utilizando diferentes

indicadores considerados críticos desde el punto de vista de la doctrina

de empleo, a la hora de determinar el grado de disuasión existente.



II. LA DISUASION A. Generalidades sobre disuasión

Cuando un estado soberano renuncia voluntariamente al uso de la fuerza

armada y busca obtener sus objetivos político-estratégicos por la vía de la

negociación y el acuerdo, la alternativa a una estrategia de fuerza es una

estrategia de disuasión. Es decir una estrategia que renuncia a emplear la

fuerza y cuyo objetivo es “…desincentivar, o mas bien liminar, la alternativa

del uso de la fuerza como opción aceptable y conveniente por parte de un

adversario para imponernos su voluntad en un asunto en disputa”.19

El concepto de disuasión es sumamente complejo y probablemente debido a

esa complejidad es que generalmente es malentendido y confundido con la

actitud natural de un país que busca evitar una agresión o que no ha sufrido

agresiones durante un largo período de tiempo. En estos casos no existen

actitudes disuasivas concientes y deliberadas sino que la no agresión es

consecuencia de una disuasión “accidental” o “aleatoria”. La disuasión bien

entendida

“…es una actitud decidida, responsable, planeada y

organizada de un país, por lo tanto no es casual. Es

importante entender que habrá entonces, una disuasión

natural o latente que se lleva a cabo básicamente en el nivel

político-estratégico y una disuasión manifiesta con la

combinación de los dos niveles” 20

Cual es el sentido del término “disuasión”? Si buscamos en el diccionario de

la Real Academia Española encontramos que “disuasión” es definida como

“Acción y efecto de disuadir” 21 a su vez el término “disuadir” significa

“Inducir, mover a uno con razones a mudar de dictamen o a desistir de un

19 Thauby García, C/N Fernando; “Disuasión y defensa” en Revista de Marina; Volúme116 / 849,

marzo-abril 1999, pag. 5. 20 García Covarubias, Jaime; “Bases para una nueva modalidad estratégica” en Revista “Fuerzas

Armadas y Sociedad” (Chile); Año 16, Nro. 1, enero-marzo 2001, pag. 37. 21 Diccionario de la lengua española 19na edición; Real Academia Española, Madrid, 1970, pag.

487.



propósito.” 22Tal como observa Gros Espiell, si bien no existe en el Derecho

Internacional ni en el Derecho interno una definición jurídica del término, en

su opinión es adecuada utilizarla en su sentido natural y obvio, es decir

inducir con razones a desistir de un propósito. Al relacionarla con la Defensa

Nacional, sostiene que la disuasión es

“…el instrumento para inducir un abanico de posibles razones

diferentes, a desistir de un propósito. ¿Cuál es el propósito?

Hacer desistir del propósito de agredir la integridad territorial

de la República, la soberanía nacional y el estado de derecho.

Es decir que la disuasión implica para la Defensa Nacional, la

utilización de todos los medios jurídicamente lícitos para

inducir a un eventual agresor de desistir de su propósito de

atacar la integridad y soberanía de la República.” 23

El concepto de disuasión como elemento de la estrategia es tan antiguo

como el hombre y las guerras, no obstante no ha sido objeto de un estudio

concienzudo sino hasta el siglo XX. A pesar de su permanencia en el tiempo,

su auge como objeto de estudio se desarrolla particularmente a partir del fin

de la Segunda Guerra Mundial con el desarrollo y empleo del armamento

nuclear y la creación de las fuerzas estratégicas de las grandes potencias,

particularmente a partir de los trabajos del general Andre Beaufre. Así, hoy

es posible considerar la disuasión convencional y la disuasión nuclear. A los

propósitos del presente trabajo nos habremos de referir exclusivamente a la

disuasión convencional en virtud que ninguno de los actores considerados

dispone a la fecha ni dispondrá en un futuro inmediato de armamento

nuclear.

La disuasión es un tipo de estrategia y por lo tanto se ejerce a nivel político-

estratégico, por ello conceptualmente hablando sólo se puede hablar de

“estrategia de disuasión” a este nivel, si bien puede haber “disuasión” (pero

no estrategia de disuasión) a otros niveles. La misma se ejerce en el más

alto nivel estratégico y abarca cualquiera de los campos posibles, si bien el 22 Ibidem, pag. 487. 23 Ministerio de Defensa Nacional; Defensa Nacional. Fundamentos humanos y profesionales;

Imprenta Militar, Montevideo, 1991, pag. 43.



campo diplomático es fundamental hasta que aumentan las tensiones y se

materializan las acciones armadas. A partir de este momento es en el campo

militar donde se ejercerá con mayor intensidad, pero siempre el objeto de la

disuasión serán las más altas autoridades de los estados a disuadir.

Mediante la disuasión se busca convencer y desalentar a un agresor

potencial de recurrir a una acción hostil que en caso de materializarse sería

lesiva para nuestros intereses. Su esencia radica en la creación de

amenazas militares que impidan a uno o varios actores realizar acciones de

agresión en nuestro perjuicio. Como dice Collins 24 la finalidad de la

disuasión es evitar la guerra y la misma se compone de tres elementos

básicos que se combinan entre sí para imponerle al eventual atacante un

costo sumamente alto en función de las eventuales ganancias. Estos tres

elementos que caracterizan la disuasión son: las amenazas; la capacidad

para llevarlas a cabo y la voluntad política para ejecutarlas. Así, la disuasión

no es una estrategia para la guerra sino que es una estrategia para la paz

que busca convencer a un agresor potencial que la alternativa de la agresión

es la menos atractiva de todas las alternativas a su alcance. Por ello como,

tal como observa Beaufre 25 “El arte consistirá en elegir entre los medios

disponibles y en coordinar su acción para que concurran a un mismo

resultado psicológico que sea lo bastante eficaz para producir el efecto

moral decisivo”. Su eficacia se basa

“…en la creación ,-en la mente del oponente-, de un efecto

psicológico que funciona en dos tiempo: el cálculo, es decir la

evaluación de sus posibilidades de vencer, que surge de la

comparación de sus capacidades contra las nuestras, y el

temor a los riesgos del conflicto, que emerge de una

combinación del cálculo anterior con otros elementos

intangibles, tales como el prestigio militar de nuestras FFAA,

la determinación de nuestra nación, la eventual duración de la

guerra y la estabilidad de la situación internacional bilateral y

24 Collins, John M; La gran estrategia. Principios y prácticas; Círculo Militar, Buenos Aires, 1975,

pag. 84. 25 Beaufre, Gral. Andre; Introducción a la estrategia; IMES, Montevideo, 1963, pag. 7.



multilateral de posguerra…” 26

Por ello es posible afirmar que la disuasión no somete al enemigo a un

control físico, sino que lo limita psicológicamente debido a una amenaza de

carácter abierto, claramente expresada, que como observa Collins 27 se halla

respaldada por la seguridad de una acción decisiva, automática e inexorable

la que será realizada en caso de materializarse determinadas acciones que

se pretenden evitar.

En su “Introducción a los estudios estratégicos”, Buzan observa en este

sentido que

“...la efectividad de la disuasión y la facilidad o dificultad de

implantarla dependen de dos grupos de factores: en primer lugar,

de la fuerza de la motivación básica del disuadido para llevar a

cabo la acción, y la probabilidad de que la realice en ausencia de

determinadas medidas disuasorias; y, en segundo lugar, de la

lógica de la relación entre pérdidas y ganancias resultante de

llevar a cabo la acción en presencia de las medidas disuasorias

encaminadas a evitarla.” 28

Thauby en tanto sostiene que la disuasión opera en base a tres factores:

“…uno psicológico: ¿es seria la amenaza del disuasor?; otro técnico:¿cuál es

el daño que podría producirme la amenaza del disuasor? y uno político:¿qué

podría ganar o perder en caso de actuar, o de no actuar?” 29

Según Edward Luttwack, el efecto disuasivo es generado por el disuasor de

dos formas diferentes: la disuasión por castigo y la disuasión por negación.

La disuasión por castigo se basa en mantener una capacidad remanente de

causar daños a objetivos estratégicos den enemigo aún luego de haber

recibido un primer ataque enemigo. Para lograr disuadir estos daños deben


marzo-abril 1999, pag. 23. 27 Collins, John M; La gran estrategia. Principios y prácticas; Círculo Militar, Buenos Aires, 1975,

pag. 172. 28 Buzán, Larry; Introducción a los estudios estratégicos; Ediciones Ejército, Madrid, 1991, pag. 198. 29 Thauby García, C/N Fernando; “Disuasión y defensa” en Revista de Marina; Volúme116 / 849,

marzo-abril 1999, pag. 22.



producir efectos estratégicos inaceptables y no necesitan estar relacionados

a la acción inicial del enemigo tanto por su naturaleza ni por su ubicación

geográfica. En cuanto a la disuasión por negación, ésta busca hacer que

mediante la amenaza de una resistencia organizada, el agresor sepa que le

será imposible o muy costoso controlar el territorio que logre ocupar.30

En todos los casos el potencial agresor debe ser disuadido en términos que

le sean convincentes y acorde con sus valores culturales. Así, en el caso

de los EEUU, “…la ciudadanía desea victorias decisivas y aborrece las bajas

innecesarias, prefiere la resolución rápida de los conflictos y se reserva su

apoyo a la guerra si alguna de estas condiciones no se cumple” 31. Bajo esta

perspectiva, la estrategia planteada por Mohammed Aideed en Somalia o

Nicaragua bajo el gobierno sandinista fueron mucho mas convincentes para

los EEUU que la planteada por Saddam Hussein en Irak. Así en los dos

primeros casos los EEUU se abstuvieron de intervenir abiertamente pues la

estrategia estaba diseñada y abarcaba aspectos muy sensibles para la

sociedad y el gobierno norteamericano. En cambio, la estrategia de Irak

contra la coalición liderada por EEUU carecía de un valor disuasivo.

Ahora bien, existen leyes o principios que rigen la disuasión, tal como

existen los principios de la guerra en relación a las operaciones militares?

John M. Collins en un artículo publicado en el año 1980 en la “Air University

Review” 32 enunció una lista de 9 principios básicos que rigen la disuasión.

De estos principios debe rescatarse su especificidad pues no todos son

adecuados para todas las situaciones y algunos de ellos son antagónicos.

Dicha lista incluye los siguientes principios:

• Preparación Militar

• No provocación

• Prudencia

• Publicidad

30 Luttwak, Edward; “La lógica de la guerra y la paz”; Instituto de Publicaciones Navales, Buenos

Aires , 1992, pag. 194. 31 Thauby García, C/N Fernando; “Disuasión y defensa” en Revista de Marina; Volúme116 / 849,

marzo-abril 1999, pag. 11. 32 Collins, John; “Los principios de la disuasión” en “Air University Review”, Invierno 1980-81,

Volumen XXXII, Nro 2, pag. 16.



• Credibilidad

• Incertidumbre

• Paradoja

• Independencia

• Cambio

Respecto del principio de preparación militar, aplica el viejo proverbio latino

“Si vis pacem, para bellum”. Nada alienta mas a la agresión que una Nación

indefensa con unas Fuerzas Armadas mal preparadas para la guerra; el

precio a pagar por la paz es el de un grado de preparación militar perpetuo.

Los planes y programas de preparación a largo plazo, independientemente

de lo ambicioso que puedan ser, no disuaden en modo alguno. Lo que

disuade es la capacidad de respuesta inmediata que tiene una fuerza militar

en un momento dado.

Normalmente una nación lanza una “guerra preventiva” cuando sus órganos

de conducción político-estratrégica consideran que en un futuro inmediato

sus intereses se verán amenazados por la actitud de otro estado y que en

virtud de ello es preferible hacer la guerra ahora que hacerla mas tarde. El

principio de la no provocación busca promover la estabilidad,

demostrándoles a los potenciales agresores mediante una serie de gestos

políticos conciliadores que nuestra Nación no constituye una amenaza a la

estabilidad regional.

El principio de la prudencia busca moderar las actitudes beligerantes de

nuestros potenciales agresores. Como observa Collins:

“una buena disuasión confronta a los enemigos con

indicaciones irrefutables de que las ventajas netas serán

menores o que las pérdidas netas serán mayores de las que

podrían esperar evitando una determinada medida“ 33

El temor a los costos de la agresión, base de la lógica de la disuasión no

opera si el Estado que busca disuadir mantiene secretas sus capacidades.

En virtud de ello, el mando político-estratégico de los países que buscan

disuadir deben decidir que capacidades deben ser comunicadas a los

disuadidos y como debe transmitirse ese mensaje. A su vez, se debe ser

cuidadoso a este respecto pues el principio de publicidad de la disuasión

33 Ibídem, pag. 22.



afecta directamente al principio de la guerra de la sorpresa. Una vez

adoptada la decisión de qué decir, existen variadas alternativas acerca del

como decirlo: el mensaje puede expresarse una sola vez o puede repetirse a

intervalos; se podrá transmitir directa o indirectamente, en forma explícita o

implícita, oficial o informalmente, verbal o por escrito, etc. Cada forma tiene

sus ventajas y desventajas pero el análisis de la forma escapa a la finalidad

principal de trabajo. 34

El principio de credibilidad se ve potenciado en la medida que las alternativas

de la recompensa o del castigo promovidas por la disuasión aparezcan

plausibles para el disuadido en cuanto a la probabilidad de su aplicación. La

credibilidad transforma lo posible en probable siempre y cuando los

incentivos no sean ni demasiado débiles ni demasiado intensos 35. Resulta

claro que cuando la amenaza es demasiado débil ella carece de valor

disuasivo; otro tanto sucede cuando la amenaza es demasiado fuerte. A

medida que la amenaza aumenta en severidad la posibilidad de su ejecución

disminuye, por lo que a mayor umbral de violencia menor credibilidad. Por su

parte Gross Espiell observa que la disuasión político-militar “…no puede ser

una disuasión basada en la mentira, el engaño o la simulación, sino que tiene

que ser una disuasión basada en la existencia de elementos militares

reales…” 36. Beaufre respecto de la credibilidad sostiene es el elemento que

le aporta racionalidad a la disuasión y que es una resultante de la

comparación entre el riesgo y lo que se arriesga. Y para ejemplificarlo efectúa

una comparación ante una supuesta agresión de la URSS a Suecia, ante la

cual este último país se defiende con todos sus medios. Así el general galo

sostiene que

“… el suicidio de Suecia se asemejaría al de un capitán de un

barco que preferiría hacer saltar un barril de pólvora antes que

entregarse a los piratas. Las perdidas sufridas entonces por la

URSS no estarían en proporción con sus ganancias eventuales.

He aquí la base lógica de los pequeños disuasivos nacionales.” 37

34 Ibídem, pag. 22. 35 Ibídem, pag. 23. 36 Ministerio de Defensa Nacional; Defensa Nacional. Fundamentos humanos y profesionales;

Imprenta Militar, Montevideo, 1991, pag. 46. 37 Beaufre, Gral. Andre; Introducción a la estrategia; IMES, Montevideo, 1963, pag. 48.



El principio de incertidumbre sustituye o potencia a la credibilidad cuando

ésta se encuentra debilitada ante los eventuales agresores potenciales.

Según el general Beaufre es el factor esencial de la disuasión. 38 La

incertidumbre busca un determinado efecto psicológico al crearle dudas al

disuadido acerca de las complicaciones y los costos que deberá asumir en

caso de adoptar una conducta agresiva hacia el disuasor. Las dudas acerca

del grado de las reales capacidades militares de un estado son en muchas

circunstancias un eficaz disuasivo. El principio de la incertidumbre se

contrapone con el principio de la publicidad por lo que se debe ser muy

medido en lo qué se decir y lo qué se quiere ocultar para generar

incertidumbre. Todo ello sin perjuicio que es posible dentro de la

incertidumbre, manteniéndonos siempre dentro del campo de lo lógico y

razonable aparentar ante los estados disuadidos que somos mas fuertes de

lo que en realidad somos. 39

El principio de la paradoja expresa que hay circunstancias en que la paz es

posible obtenerse mediante la guerra o la amenaza de la misma: al llegar a la

guerra o la inminencia de la misma en un lugar o circunstancia, se evitan el

surgimiento de conflictos ulteriores. El principio de la paradoja se aplica aún

en los casos en que fracasa la disuasión y se materializa la agresión militar,

todo ello siempre y cuando se adopten medidas para darle a entender a los

disuadidos que las ganancias a obtener con su agresión tendrán un costo

excesivo. 40

El principio de la independencia expresa que todos los sistemas de seguridad

están basados en intereses comunes y compartidos. La disuasión se

fortalece mientras sirve a los intereses de los socios, pero cuando esos

intereses comunes cesan o existen intereses encontrados de hecho o de

derecho cesan las coaliciones siendo por ello que ningún país debería contar

con la cooperación de sus socios en todas las circunstancias. De ahí la

necesidad de contar con capacidades independientes pues muchas veces los

socios nominales serán los propios competidores a disuadir.41

38 Ibídem, pag. 48. 39 Collins, John; “Los principios de la disuasión” en “Air University Review”, Invierno 1980-81,

Volumen XXXII, Nro 2, pag. 23. 40 Ibídem, pag. 24. 41 Ibídem, pag. 24.



El principio del cambio se refiere a la necesidad de no considerar los planes

militares, instrumentos de la disuasión, como perfectos y un fin en sí mismos.

Por el contrario, para mantener su vigencia y poder disuadir dichos planes

deben ser periódicamente actualizados teniendo en cuenta los vaivenes de

la política regional y mundial y a los desarrollos tecnológicos que impactan en

la defensa. 42

Precisamente, para poder asumir los cambios, todo plan y estrategia debe

ser flexible y mas que orientarse en las certidumbres, deben orientarse en las

incertidumbres como forma de adaptarse a los cambios necesarios. De ahí

que el principio de la flexibilidad ponga énfasis en la necesidad de planear

para lo previsto y mantener alternativas válidas para lo imprevisto en el

entendido que cuando una persona o un estado planea solo una estrategia

corre el riesgo que cuando su competidor la detecte, la pueda contrarrestar.

Por ello la necesidad de desarrollar una gama de estrategias de contingencia

que puedan desarrollarse a situaciones imprevistas. 43

Cuando un país opta por la disuasión como modelo politico-estatégico es

indispensable que sus Fuerzas Armadas desarrollen una serie de

capacidades operativas las que deberán ser integradas con la disuasión que

se efectúa en otros campos. Ambas “disuasiones parciales”, la disuasión

política y la disuasión militar conforman la Estrategia de Disuasión como

modelo político-estratégico. El Brigadier Jaime García observa que las

Fuerzas Armadas para poder desarrollar la disuasión militar deben tener una

serie de capacidades, las cuales definen el “rasgo disuasivo” de toda la

organización. Estas capacidades son:

• Capacidad Ofensiva. Es decir que las Fuerzas Armadas deben tener

determinadas “Capacidades Operativas” que le permitan “dañar” de

alguna forma al eventual enemigo. En el caso de Chile, su concepto

estratégico de empleo considera el desarrollo de una determinada

capacidad ofensiva. De esta forma se le reconocen a la fuerza las

necesarias capacidades de represalia que caracterizan a la disuasión.

Mientras que los grandes países para lograr esta capacidad ofensiva

se equipan blindados y mecanizados, aviación de largo radio de acción 42 Ibídem, pag. 25. 43 Ibídem, pag. 27.



y buques con capacidad de ataque y de destrucción de la fuerza naval

enemiga, los pequeños países deben orientar sus capacidades

ofensivas al desarrollo de un componente de Fuerzas de Operaciones

Especiales que permitan atacar blancos en el territorio enemigo.

• Apoyo social. Significa que las Fuerzas Armadas deben gozar de un

adecuado respeto y prestigio social. El contar con respeto y prestigio

social asegura la continuidad en el tiempo del esfuerzo bélico.

• Adecuado desarrollo logístico. Busca asegurar prioritariamente con

recursos económicos y materiales locales y obviamente los que

eventualmente aquellos que se puedan recibir del exterior, la

operatividad de las Fuerzas Armadas.

• Estado de alistamiento y despliegue que permita pasar rápidamente

desde un dispositivo de tiempo de paz a uno de guerra.

• Mentalidad ofensiva en los diferentes niveles de comando

acompañado de una adecuada instrucción y entrenamiento.

El desarrollo de unas Fuerzas Armadas con las capacidades aludidas

permitirá ejercitar una disuasión convencional basada en un instrumento

operativo que posea capacidad para golpear “lejos, fuerte y rápido”. 44 45

Precisamente el golpear “lejos, fuerte y rápido” (“Vite, forte et loin” lema de la

Fuerza de Acción Rápida francesa) expresa con claridad como debe ser un

componente armado para disuadir convencionalmente. Es que se trata de

alcanzar un nivel aceptable de temor en el adversario y para ello es necesario

tener una determinada capacidad de proyección para agredir en profundidad

el dispositivo enemigo, particularmente sus fuentes de recursos y producir un

efecto estratégico que se asemeje lo mas posible a lo nuclear.46 En el caso

de los pequeños países esta capacidad se puede materializar mediante un

adecuado componente de Fuerzas de Operaciones Especiales con

capacidad de proyectarse al territorio enemigo y golpear blancos estratégicos

44 García, Brig. Jaime; “El futuro de la conducción del sector defensa en América Latina: un nuevo

modelo estratégico y su impacto en el diseño de las Fuerzas Armadas” de “Revista Fuerzas

Armadas y Sociedad” (Chile), Año 18, Nro. 1 y 2, pag. 195-198. 45 García Covarubias, Jaime; “Bases para una nueva modalidad estratégica” en Revista “Fuerzas





y se complementa en el territorio nacional mediante la organización de la

Fuerza para desarrollar un combate asimétrico que busque prolongar el

combate en el tiempo, utilizando a la población para hacer incontrolable el

territorio.

En su artículo “Disuasión y defensa”, el Capitán de Navío Thauby propone

una serie de capacidades que, en los diferentes niveles debería poseer una

política de defensa para lograr un efecto disuasivo eficaz. En el nivel político-

estratégico el referido Oficial naval aconseja:

• Proyección de una imagen de poder, resolución y mesura.

• Proyección del poder militar nacional dentro de una estrategia

diplomática que potencie el prestigio y la credibilidad estratégica del

estado.

• Unidad política interna.

• Determinación política de ganar la guerra y de resistir impidiendo la

imposición de comportamientos que no se desean aceptar.

• Determinación política de no aceptar una derrota militar.

En el nivel estratégico por su parte se señalan:

• Capacidad de proyectar una amenaza real sobre objetivos estratégicos

del potencial agresor.

• Capacidad para actuar sobre las bases mismas de la capacidad

ofensiva del enemigo.

• Mantenimiento de la iniciativa en todos los niveles. Unidad de doctrina

y capacidad para descentralizar la toma decisiones aún sin órdenes

del escalón superior.

• “Capacidad para incorporar con rapidez y eficiencia a la ciudadanía a

una actividad de resistencia militar organizada y sistemática, de baja

intensidad, sin plazo de término, en todo el territorio nacional, solo o en

coordinación con otras potencias, según se trate de una agresión por

parte de una potencia regional o una colonialista” 47.

Actualmente en la región las diferentes estrategias de seguridad están

basadas en la disuasión convencional, referidas a estrategias militares





típicamente defensivas. Ningún actor regional se halla embarcado en

estrategias de fuerza para alcanzar sus objetivos nacionales. Se impone por

lo tanto buscar compatibilizar la disuasión con la creación y fortalecimiento de

un ambiente de cooperación y confianza mutua entre los actores regionales.

Para compatibilizar los imperativos de la disuasión con aquellos de la

cooperación y confianza mutua se deben reinterpretar algunos de los

supuestos básicos de la lógica disuasiva. El primero de ellos es el

desconocimiento de nuestras capacidades reales; este desconocimiento es

alimentado por el país que busca disuadir como forma de crear incertidumbre

respecto de los resultados de un eventual conflicto. El desconocimiento y la

incertidumbre se conjugan para producir temor a la derrota y este temor

genera la parálisis en el supuesto agresor. Esta lógica debe ser reemplazada

por otra en la cual el conocimiento de nuestras capacidades por parte del

disuadido, lo induzcan a la inacción y a la parálisis militar por respeto y

valorización de nuestras capacidades y actitud. 48

Ahora bien, cabe preguntarse, porque a veces falla la disuasión? Depende en

primer lugar de la importancia que cada uno de los bandos le da al conflicto.

Así la guerra será total o limitada, según la mayor o menor importancia que le

asignen cada uno de los bandos. Cuando la guerra no tiene mayor

importancia para uno de los adversarios, la misma adquirirá un carácter

limitado. La opinión pública generalmente será prescindente al respecto y ello

le permitirá al estado, en caso de llevar la peor parte, abandonar sin mayores

contratiempos la lucha y acceder a lo que el otro bando desea. En cambio si

el objetivo es percibido como crítico por ambos gobiernos y sus respectivas

opiniones públicas la lucha podrá prolongarse y llevarse adelante con gran

determinación y violencia. Las relaciones disuasivas pueden llegar a ser muy

complejas y a veces los fracasos son fruto de dicha complejidad y de las

diferencias entre los actores. En toda relación de este tipo deben

considerarse las diferencias culturales (que hace que cada bando valorice de

diferentes maneras el tema en disputa); fallas en la comunicación (a veces la

imagen que se pretende proyectar no se corresponde con la imagen que

realmente se forman los receptores del mensaje); peculiaridades de los

48 Ibídem, pag. 9.



procesos de toma de decisiones políticas y militares de los diferentes actores;

diferentes estados psicológicos; etc. 49

Por su parte estos malos entendidos y fallas en la comunicación muchas

veces precipitan conflictos. Las causas pueden ser muy diversas:

• Que el disuasor considere que los riesgos para el disuadido de ser

derrotado son evidentes, en tanto que para éste tal vez no lo sean.

• Que los preparativos defensivos del disuasor sean malinterpretados

por el disuadido como los preparativos para lanzar un ataque y en

lugar de llevarlo a la parálisis, aceleran su decisión de atacar.

• Que el disuasor, en un intento de no provocar al disuadido, o no se

prepara para rechazar una eventual invasión, o en caso de hacerlo, lo

lleva a cabo con tal secreto y sigilo que el otro bando no se de cuenta

o lo tome como falta de voluntad para defenderse de una agresión.

B. La disuasión a partir de una posición de debilidad relativa 1. El combate asimétrico

Cuando de la comparación de nuestro potencial con el de nuestros

eventuales agresores surgen grandes diferencias a favor de éstos, se

debe ejercer disuasión a partir de una posición de inferioridad de

recursos, lo que necesariamente conlleva a la necesidad de recurrir a

soluciones totalmente sui generis considerando esa disparidad.

Comparados los potenciales relativos de los eventuales agresores con

los propios, se materializa una diferencia o asimetría de potencial la

cual necesariamente conlleva a una asimetría de objetivos y

estrategias entre los eventuales agresores mas fuertes y el país mas

débil. El término “asimetría”, un término muy de moda en los ambientes

de planificación estratégica a partir del fin de la Guerra Fría, es definido

por el diccionario de la Real Academia como “falta de simetría” 50 y a

su vez el término “simetría” es definido como “armonía de posición de

las partes o puntos similares unos respecto de otros, y con referencia a 49 Ibídem, pag. 10. 50 Diccionario de la Lengua Española 19na edición; Real Academia Española. Madrid, 1970, pag.

131.



una recta, punto o plano determinado” 51

A partir de esa definición podremos tomar como válida la definición que

hace el manual DO1-001 del Ejército de Tierra de España del conflicto

armado asimétrico (o “guerra de Cuarta Generación” como también se

le denomina) como “…aquel que se produce entre varios contendientes

de capacidades militares normalmente distintas y con diferencias

sustanciales en su modelo estratégico” 52 y en función de esta

definición es posible determinar lo que en este caso particular para

España, miembro pleno de la Unión Europea y de la Organización del

Tratado del Atlántico Norte constituye un enemigo asimétrico:

“El enemigo asimétrico es aquel que emplea métodos,

tecnologías, valores, organizaciones y perspectivas de

tiempo significativamente diferentes a las de nuestras

Fuerzas Armadas (de España) con la intención de maximizar

sus ventajas, explotar nuestras debilidades, lograr la

iniciativa o ganar la mayor libertad de acción” 53

Enfrentado a un enemigo superior, el bando más débil debería siempre

plantear un combate asimétrico a su oponente más poderoso como

forma de absorber y minimizar esa diferencia de potencial. Antes de la

popularización del término “asimétrico”, el general Vo Nguyen Giap en

su obra “Guerra de Liberación” caracterizaba implícitamente el término

cuando se refería a los métodos de combate empleados primero contra

Francia y luego contra el gobierno de Vietnam del Sur y los EEUU:

“El rasgo sobresaliente de nuestro arte consiste en saber

desarrollar nuestra potencia, poner en ejecución nuestros

métodos de lucha, impedir que el enemigo desarrolle su

potencia y ponga en ejecución sus métodos de lucha

favoritos, con ayuda de de nuestros puntos fuertes atacar

directamente los puntos débiles del adversario, abatir

sucesivamente todas sus fuerzas y desbaratar todos sus

proyectos estratégicos en una escala cada vez mayor, para

51 Ibídem, pag. 1204. 52 Alcázar Segura, Gral. Agustín; “El conflicto asimétrico” de Revista Ejército Nro 782, Mayo 2006,

pag. 8 53 Ibídem, pag. 8.



terminar venciéndolo completamente.” 54.

Posteriormente a los atentados del 11 de Setiembre y el ascenso al

poder de Hugo Chávez en Venezuela, en un trabajo para el Instituto de

Estudios Estratégicos de Londres (SSI) denominado “La nueva realidad

de seguridad en América Latina: el conflicto irregular asimétrico y Hugo

Chavez”, el Dr. Max Manwaring explicita la diferencia que existe entre la

guerra clásica y la asimétrica. Allí señala como principal aspecto

“…el uso de todas las redes disponibles-directas o indirectas

políticas, económicas, sociales, informacionales y militares-

para controlar el terreno humano no tradicional (versus el

terreno geográfico tradicional). Utilizando el espectro total de

los componentes multidimensionales de la guerra indirecta

e irrestricta (total), un protagonista producir una “mezcla

cóctel” de formas y medios no convencionales para enfrentar

a un oponente mas poderoso. Este tipo de guerra irregular –

basada en la noción que el terreno humano es el principal

centro de gravedad55 contemporáneo- se basa

fundamentalmente en palabras, imágenes e ideas. Sin

embargo, debe recordarse que la idea de guerra sin

restricciones no impide las operaciones militares directas. En

cualquier circunstancia, la ética es aquella que contribuye

directamente a lograr el objetivo político de forzar a un

oponente mas poderoso a que se someta a la voluntad de

un adversario mas débil.” 56

54 Giap, Vo Nguyen; “Guerra de liberación”; Rosa Blindada, Buenos Aires, 1972, pag. 117.

55 Acorde el FM 100-5 “Operations”, el concepto de “centro de gravedad” es un elemento clave en

el diseño operacional. Kart von Clausewitz lo define como “el centro de todo el poder y movimiento,

del cual todo depende”. El centro de gravedad de una fuerza u organización se refiere a aquellas

fuentes de fuerza o de equilibrio, pudiendo ser una característica, una capacidad o una localidad a

partir de la cual la fuerza u organización obtiene su libertad de acción, potencia de combate y/o

voluntad de lucha. Su ataque debe ser el punto focal de todas las operaciones enemigas y por tanto

debe ser cuidadosamente protegido. En un nivel estratégico, para este tipo de operaciones la

opinión pública nacional, del enemigo y la internacional constituyen los verdaderos centros de

gravedad. (US Army, 1986, Pág. 179-180) 56 Manwaring, Max; “La nueva realidad de seguridad en America Latina: el conflicto irregular



En el combate asimétrico, a diferencia del combate convencional, el

centro de gravedad deja de ser la organización militar enemiga o su

capacidad logístico-industrial; su lugar es ocupado por la opinión pública

–nacional e internacional- y su liderazgo. Como lo señala el Dr.

Manwaring,

“…la idea central en el conflicto contemporáneo es

influenciar y controlar a la población. Debido a ello, el centro

de gravedad no es de naturaleza militar. Es la opinión

pública y el liderazgo. En estos términos, opinión pública y

liderazgo proporcionan la arquitectura básica a partir de la

cual desarrollar fines, formas y medios estratégicos. La

intención de una estrategia de esta naturaleza es conquistar

la voluntad de la población y de sus lideres y a través de

ello, ganar la lucha por la moral.” 57

Como una forma de aclarar conceptos y como preámbulo al desarrollo

de los aspectos estratégicos, resulta de ayuda repasar brevemente los

antecedentes del conflicto asimétrico o guerra de Cuarta Generación

como también se le conoce.

Algunos autores hablan de 4 generaciones de guerras, cada uno de

ellos caracterizados por la forma de producción preponderante en ese

momento. Así, las guerras de primera generación se caracterizaron por

ser guerras de desgaste de un bajo nivel tecnológico y con la idea

central subyacente de que

“… cuantos mas adversarios muertos o incapacitados en

relación con nuestras fuerzas, mejor. Históricamente, las

guerras de desgaste sirven solo a aquellos protagonistas

con los mayores números en recursos humanos.” 58

En contrapartida las guerras de segunda generación buscan

proporcionarle al adversario menos numeroso los medios para enfrentar

y derrotar a adversarios mas numerosos. La idea básica radica en el

concepto de utilizar la rapidez, sorpresa y letalidad en los puntos asimétrico y Hugo Chavez”; SSI, Washington, 2007, pag. 25. 57 Ibídem, pag. 16. 58 Ibídem, pag. 25.



vulnerables del dispositivo enemigo. Claros ejemplos de ello los

constituyen la “blitzkrieg” alemana en la Segunda Guerra Mundial, las

campañas israelíes contra sus vecinos árabes o la última guerra de

EEUU contra Irak. 59

Las guerras de tercera generación cambian el centro de gravedad de la

lucha: del empleo casi exclusivo de la fuerza física para derrotar a un

adversario se pasa a la aplicación del conocimiento como arma. La

tercera generación combina la fuerza física con el conocimiento en una

metodología que combina inteligencia, operaciones psicológicas, medios

y tecnologías basados en el conocimiento y la manipulación cultural de

la sociedad blanco. Mas que destruir se busca paralizar al enemigo y si

bien

“el uso de la potencia mental es menos sangrienta que el uso

de los medios pesados, tales como infantería, artillería,

blindados o fuerza aérea, el objetivo último de la guerra sigue

siendo el mismo, esto es, forzar al enemigo a acceder a

nuestros propios intereses” 60

En tanto que la guerra de cuarta generación es aquella en la cual la

principal característica es la asimetría entre el fuerte y el débil y según el

Dr Manwaing presenta determinadas características como ser una

lucha predominantemente psico-política; con un conflicto que

normalmente se alarga en el tiempo y que se desarrolla entre

adversarios con capacidades asimétricas; con características que

pueden ser transnacionales y con una lucha que puede llegar a tener

un carácter total 61

Respecto de la guerra asimétrica en un contexto sudamericano éste

resulta totalmente aplicable bajo condiciones especiales de empleo. En

este contexto,

“…la única posibilidad que tiene una potencia menor es

precisamente un desequilibrio parcial y momentáneo en un

sector de su eventual enemigo para reconquistar lo perdido, 59 Ibídem, pag. 26. 60 Ibídem, pag. 60. 61 Ibídem. pag. 27



buscando simultáneamente la solidaridad internacional

mediante un impulso diplomático importante y en espera que

los organismos internacionales resuelvan la contienda y

detengan el conflicto” 62

Sostiene García Covarrubias que para enfrentar a una potencia superior,

los países pequeños y de bajo potencial nacional deberían “estructurar

fuerzas armadas que sean capaces de abordar ese desafío y no

mantener instrumentos militares sobredimensionados.”. Países como

Uruguay o Paraguay rodeados de las mayores potencias regionales

deberían orientar la reestructura de las FFAA en esa dirección. 63

2. El pensamiento estratégico del general Beaufre y sus derivaciones

a. Los modelos y modos (formas de acción) estratégicos

Acorde los medios relativos de los dos adversarios enfrentados, el

General André Beaufre desarrolló en su obra clásica “Introducción a

la estrategia” cinco “modelos” básicos o característicos: el modelo

de amenaza directa; el de presión directa; el de acciones sucesivas;

el de lucha total prolongada con débil intensidad militar y el de

conflicto corto y violento. Estos cinco “modelos” en realidad Beaufre

los consideraba ejemplos y no una clasificación exhaustiva de los

diversos tipos de estrategia; mediante ellos buscaba mostrar la

diversidad de soluciones entre las cuales la estrategia debe

seleccionar.

El modelo de amenaza directa se impone cuando se dispone de

medios muy potentes y el objetivo es modesto. En estos casos, la

sola amenaza del empleo de estos medios puede llevar al

adversario a aceptar las condiciones que se le busca imponer.

El modelo de presión indirecta se impone en tanto cuando el

objetivo es modesto, no se dispone de abundantes medios que

62 García Covarubias, Jaime; “Bases para una nueva modalidad estratégica” en Revista “Fuerzas





puedan constituir una amenaza decisiva y tampoco de dispone de

gran libertad de acción (en muchos casos debido a la disuasión que

ejercen las fuerzas del adversario). En este caso se busca la

decisión a través de una serie de acciones abiertas y encubiertas de

naturaleza política, diplomática y/o económica. Casos típicos han

sido las estrategias seguidas por Alemania y la URSS bajo Hitler y

Stalin o las de los EEUU y la URSS a la finalización de la Segunda

Guerra Mundial.

El modelo de acciones sucesivas es idóneo para emplearlo en

situaciones en las cuales el objetivo es importante, pero los

márgenes de libertad de acción y los medios son escasos. En este

modelo se combinan según las necesidades la amenaza directa y la

presión indirecta; es un modelo que alternativamente puede recurrir

a la herramienta militar para lograr la decisión o por el contrario

recurrir a medidas políticas, diplomáticas, económicas y

psicológicas. Beaufre señala que este modelo no es otro que el de

la “estrategia de aproximación indirecta” 64preconizado en Gran

Bretaña por Sir Basil Liddell Hart.

El modelo de lucha total prolongada con débil intensidad militar

corresponde a situaciones en las cuales el margen de libertad es

grande, los medios son escasos y el objetivo no es importante para

el adversario más fuerte. Mediante la prolongación de la lucha en el

tiempo a través de una estrategia de laxitud, se busca el desgaste

moral y material del adversario apostando a que no podrá sostener

dicho esfuerzo indefinidamente. Este modelo ha sido aplicado en las

guerras de descolonización en Africa y Asia, y su principal teórico es 64 La maniobra de aproximación indirecta desarrollada por el Capitan Sir Basill Lidell Hart es un

medio que se impone a aquel de los dos adversarios que no sea lo suficientemente fuerte como

para lograr una victoria clásica en el terreno escogido por el adversario. Se busca mediante una

maniobra y no el combate, alterar a su favor la relación de fuerzas con el adversario antes de la

batallan decisiva. En lugar de un enfrentamiento directo, inicialmente se apela a un juego mas sútil

destinado a compensar la inferioridad en que se halla uno de loa adversarios. La diferencia básica

entre la “aproximación indirecta” de Liddell Hart y la “estrategia indirecta” de Beaufre es la primera

busca en última instancia la victoria militar, siendo indirecta únicamente su preparación. La segunda

en tanto espera la decisión por otros medios diferentes a los militares. Es por ello que Beaufre

incluyó la “aproximación indirecta” dentro de la estrategia directa. (Beaufre, 1963, pag 64-65)



Mao Tse Tung.

Finalmente el modelo de conflicto corto y violento corresponde

cuando los medios disponibles son bastante potentes y el objetivo

no es demasiado importante. En este modelo, generalmente la

destrucción en la batalla de las fuerzas enemigas permite alcanzar

los objetivos políticos. Este modelo tendiente a la victoria militar

tiene sus principales teóricos en Napoleón y Clausewitz. 65

Estos cinco modelos estratégicos, Beaufre los ordena en función de

dos “modos” o formas de acción principales: la estrategia directa y

la estrategia indirecta. La estrategia directa corresponde a los

modelos de amenaza directa, acciones sucesivas y conflicto corto y

violento. Su principal característica es que basan la búsqueda de la

decisión en las fuerzas militares como medio principal. La estrategia

indirecta corresponde a los modelos de presión indirecta, acciones

sucesivas y lucha total prolongada con débil intensidad militar. En

general se caracteriza por no buscar la decisión del conflicto

exclusivamente mediante el enfrentamiento armado, sino utilizando

herramientas políticas, diplomáticas, económicas, psicológicas y

eventualmente militares. Estos “modos” estratégicos no son

excluyentes sino que en la dinámica de las relaciones

internacionales se complementan mutuamente.66

b. La forma de acción estratégica indirecta

Tal como observa González, las razones de la elección de una

estrategia defensiva basada en la forma de acción estratégica

indirecta por parte de cualquier estado radica fundamentalmente en

la disposición de una limitada libertad de acción; la limitación en los

niveles de empleo de la Fuerza y la limitación de los medios

disponibles 67 tal cual es nuestro caso particular. Por su parte en su

65 Beaufre, Gral. Andre; Introducción a la estrategia; IMES, Montevideo, 1963, pag. 9-16.

66 Ibídem, pag. 23. 67 Gonzalez, Cnel. Ricardo; Volumen 79 Apuntes de estrategia; Centro Militar, Montevideo, 1994,



obra “Introducción a la Estrategia” el general Andre Beaufre, al

referirse a la forma de acción estratégica indirecta y en particular al

modelo de lucha total prolongada y de bajo nivel de intensidad,

expresa que en aquellos casos en que uno de los oponentes

dispone de un gran margen de libertad de acción pero sus medios

disponibles son sumamente limitados como para obtener una

victoria militar “…se trata de llevar a un adversario mucho mas

fuerte que uno, a admitir condiciones a veces muy duras, no

empleando contra él sino medios extremadamente limitados”. En el

plano material cuando existe una gran inferioridad de medios,

“…sólo se puede sobrevivir negándose al combate y empleando una

táctica de hostigamiento para mantener la existencia del conflicto.” 68 En la misma línea argumentativa Amado sostiene que un

oponente selecciona, dentro de la forma de acción estratégica

indirecta una “maniobra por laxitud” cuando existe “…limitación de la

libertad de acción, limitación de los niveles de empleo de la fuerza,

limitación de los medios disponibles y, como consecuencia,

limitación de los medios militares…” 69

En un conflicto así planteado, para poder sobreponerse a la

superioridad enemiga, que de hecho determina una asimetría en

medios, recursos y objetivos, y poder continuar operando en forma

mas o menos organizada, se deberá recurrir a una estrategia de

“guerra total apoyada en una guerrilla generalizada”, buscando

someter al agresor a un esfuerzo de guerra que no podrá soportar

indefinidamente, tal cual ha sido utilizado, en general con relativo

éxito, en las guerras de descolonización. 70

Esta “maniobra por laxitud” que se corresponde con la típica

estrategia maoísta de la guerra o lucha popular prolongada, busca

imponerle al adversario mas poderoso que uno a admitir

pag. 122 68 Beaufre, Gral. Andre; Introducción a la estrategia; IMES, Montevideo, 1963, pag. 69.

69 Amado, Cnel Fernán y otros; Volumen 60. Estrategia. Apuntes. Enfoques. Proposiciones; Centro

Militar, Montevideo, 1980, pag. 138. 70 Beaufre, Gral. Andre. Introducción a la estrategia, IMES, Montevideo, 1963, pag. 10.



condiciones de lucha muy duras y rigurosas, empleando contra él

medios extremadamente limitados. La prolongación del conflicto en

el tiempo pasa a ser un arma en sí misma y los medios morales van

adquiriendo una importancia cada vez mayor sobre los medios

materiales. Así, la operación se desarrolla simultáneamente en dos

planos: el plano material de las fuerzas militares y el plano moral de

la acción psicológica. 71. El general Alcázar Segura observa que

“esta forma de concebir y conducir la guerra recoge muchas

aportaciones del concepto estratégico de Mao Tse Tung, en

particular los de “guerra prolongada” y “guerra justa” 72 Mediante el

concepto de guerra prolongada se busca prolongar el conflicto en el

tiempo como un fin en si mismo buscando agotar psicológicamente

a un adversario demasiado poderoso y a su población; a través del

concepto de guerra justa se busca desmoralizar a ese adversario y

a su población en el sentido que se hallan combatiendo una “guerra

injusta”. 73

Respecto de la interdependencia entre tiempo, espacio y medios

disponibles, (los “ejes de coordenadas” de la estrategia según los

denomina Beaufre en su libro “Introducción a la estrategia”) Pertusio

advierte sobre la posibilidad de efectuar permutaciones entre unos y

otros. Para hacerlo recurre a la obra del almirante Castex “Teorías

estratégicas” quién al respecto expresa que

“…si por falta de recursos (masa) no se pueden destinar

fuerzas secundarias a la tarea de contención del enemigo,

la seguridad (de la maniobra propia) dependerá entonces

aunque transitoriamente, del espacio. Este debe ser tal

que permita prolongar (tiempo duración) por la simple

acción de las distancias, la situación favorable establecida

al principio, retardando el momento (tiempo oportunidad)

en que el enemigo podrá actuar para alterarla y modificarla

71 Ibídem, pag. 14. 72 Alcázar Segura, Gral. Agustín; “El conflicto asimétrico” de Revista Ejército Nro 782, Mayo 2006,

pag. 7 73 Giap, Vo Nguyen; “Lucha armada, fuerza armada”; Nativa, Montevideo, 1967, pag. 37-47.



en su provecho”. 74

Precisamente esta es la base del concepto de guerra popular

prolongada de Mao Tse Tung.

La forma de acción estratégica indirecta se maneja con dos

componentes básicos que son la maniobra exterior y la maniobra

exterior. La maniobra exterior en cambio se desarrolla en todo el

mundo y mediante ella se busca ganar libertad de acción para la

maniobra interior de forma de lograr la decisión en el teatro de

operaciones. La maniobra exterior es fundamentalmente una

maniobra psicológica que coordina medios políticos, diplomáticos,

económicos y militares. En esta maniobra exterior los

procedimientos empleados son variados:

“…se apelará al respeto de las formas legales del

Derecho Internacional; se pondrán de manifiesto los

valores morales y humanitarios y se tratará de que el

adversario tenga mala conciencia en la lucha,

haciéndole dudar de la justicia de su causa; así se

creará una oposición en parte de su opinión interior, e

tanto que, si se puede se soliviantará tal o cual fracción

de la opinión internacional, creando una verdadera

coalición moral de simpatizantes ingenuos, seducidos

por argumentos adaptados a sus prejuicios; este clima

será explotado en la ONU, por ejemplo o en otras

reuniones internacionales, pero será empleado por

doquier como una amenaza destinada a impedir que el

adversario emprenda tal o cual acción…” 75

La maniobra interior se realiza dentro del área geográfica afectada

por las operaciones militares, una vez que se ha logrado un cierto

grado de libertad de acción. Considerando las fuerzas materiales, las

fuerzas morales y el tiempo como variables esenciales de la

maniobra interior, es posible concluir que “si hay inferioridad de 74 Pertusio, Roberto L.; “Estrategia Operacional”; Instituto de Publicaciones Navales, Buenos Aires,

1995, pag. 93. 75 Beaufre, Gral. Andre. Introducción a la estrategia, IMES, Montevideo, 1963, pag. 66-67.



fuerzas materiales, se deberá compensar esa inferioridad con

fuerzas morales superiores y una maniobra larga” 76 77

La estrategia tradicional que buscaba la decisión de la guerra por las

armas, a través de las batallas, no necesariamente es la única

alternativa cuando se enfrenta una asimetría de potencial. Como

observa Beaufre, la relación fuerte-débil hace que este último debido

a su debilidad intrínseca deba optar racionalmente por una

“concepción psicológica” de de la guerra a partir de una estrategia

indirecta, en lugar de la “concepción materialista” tradicional, base

de la estrategia militar directa por la que normalmente opta aquel

bando mas fuerte. Esta concepción tradicional cuya expresión más

perfecta se encuentra en el concepto de estadounidense de la

guerra, tiene un enfoque esencialmente tecnológico y logístico. El

débil generalmente opta por “una estrategia militar muy indirecta en

la que la decisión psicológica se busca de manera directa por el

empleo preponderante de medios psicológicos” 78 79 En esta

estrategia indirecta

“...lo que decide la victoria no son los factores

estratégicos primarios (fuego, número, calidad y

cantidad de armamentos y abastecimientos, etc), sino

mas bien los factores estratégicos secundarios

(población favorable, moral inquebrantable, política

popular, apoyo internacional, etc): los norteamericanos

en Vietnam pueden ganar casi todas las batallas en el

espacio, pero las pierden en el tiempo, perdiendo

población favorable progresivamente al par que la

ganan los guerrilleros.” 80

76 Gonzalez, Cnel. Ricardo; Volumen 79 Apuntes de estrategia; Centro Militar, Montevideo, 1994,

pag. 126. 77 Beaufre, Gral. Andre. Introducción a la estrategia, IMES, Montevideo, 1963, pag. 68. 78 Beaufre, Gral. Andre; La guerra revolucionaria; Almena, Buenos Aires, 1979, pag. 84-85. 79 Guillén, Abraham; "Desafío al Pentágono: la guerrilla latinoamericana”; Andes, Montevideo, 1969,

pag. 67-69. 80 Ibídem, pag. 61.



En esta estrategia indirecta, el general Beaufre en su obra “La

guerra revolucionaria” menciona que existen tres impulsos

fundamentales de naturaleza psicológica que deben explotarse:

cultivar la esperanza; desarrollar el desaliento y disuadir al

adversario.

El primero de estos impulsos tiene como objetivo a las fuerzas y

población amiga. El cultivo de la esperanza se basa en la existencia

de un tema psicológico que justifique en la población todos los

sacrificios que le son exigidos. Si bien el tema psicológico es

determinante, no es autosuficiente; es necesario fortalecerlo y

reforzarlo mediante una adecuada explotación psicológica de los

éxitos políticos y militares por mas pequeños que estos sean a

través de una adecuada campaña de propaganda.

El segundo impulso se orienta a las fuerzas y población del agresor

y es llamado “desarrollar el desaliento”. Cuando se considera el

“desarrollo del desaliento” sobre el enemigo, su población y sus

aliados debe tenerse en cuenta la importancia que esto adquiere

desde el momento que es la forma a través de la cual se afecta la

voluntad de lucha del agresor. Tal cual afirma Beaufre en este

sentido es posible utilizar tres aspectos psicológicos: “quitar toda

esperanza de éxito al adversario; crear y reforzar el cansancio;

sembrar la confusión sobre la importancia de las concesiones

buscadas” 81. Para “quitar la esperanza de éxito” al enemigo,

partiendo de la base en que éste nunca podrá derrotar militarmente

a la resistencia y que a su vez ésta tampoco podrá derrotar al

agresor alcanzándose una situación de “tablas” de la cual solo es

posible salir mediante negociaciones, en las cuales el bando mas

débil adopta una postura negociadora sobre la base de no hacer

ninguna concesión bajo ninguna circunstancia. Son exponentes

típicos de esta técnica las posturas y estrategias negociadoras de

las delegaciones norcoreanas, vietnamitas, argelinas y

norvietnamitas en las extenuantes negociaciones mantenidas en

81 Beaufre, Gral. Andre; La guerra revolucionaria; Almena, Buenos Aires, 1979, pag. 86.



Panmunjon, Evian y París respectivamente.

El “quitar la esperanza” interacciona para producir los efectos

deseados con el “crear y reforzar el cansancio” del enemigo. El

método por excelencia para cansar a un enemigo mas poderoso es

la guerra popular prolongada cuyo teórico mas notable, Mao Tse

Tung la aplicó con notable suceso en China desde 1926 a 1949. La

esencia del concepto estriba en que en presencia de un adversario

mas fuerte, para ganar hay que saber durar lo suficiente, es decir

para ganar políticamente alcanza con no perder militarmente. 82

La estrategia del conflicto prolongado establece que para no perder

hay que saber durar y para ello es indispensable que el enemigo se

canse antes que nosotros: “En la estrategia de la guerra prolongada

gana siempre el bando que tiene mas moral, mejor política y mas

capacidad de duración” 83. El general Beaufre sostiene la necesidad

de mantener el combate por un largo período de tiempo y sobre un

teatro de operaciones lo mas excéntrico posible para dificultar sus

operaciones y toma como ejemplos los conflictos en Indochina,

Argelia y Vietnam en los cuales primero Francia y luego los EEUU

debieron realizar esfuerzos desproporcionados respecto del objetivo

político del conflicto y respecto de los medios empeñados por sus

adversarios. Cuando un adversario realiza grandes esfuerzos y se

empeña decididamente en un conflicto es que busca una decisión

rápida del mismo. La respuesta del adversario mas débil en todos

los casos será prolongar la guerra empleando medios limitados,

haciendo de la duración del conflicto el arma mas poderosa de su

arsenal pues “... la guerra larga es una guerra de medios limitados.

Si se busca una decisión rápida con grandes medios, se ofrece

flanco a la maniobra de guerra prolongada del enemigo.” 84

Para “sembrar la confusión sobre la importancia de las concesiones

buscadas” en el enemigo se debe recurrir a la llamada “táctica del

salame” o “maniobra del alcaucil”. En ella se busca presentar

82 Ibídem, pag. 87. 83 Guillén, Abraham; "Desafío al Pentágono: la guerrilla latinoamericana”; Andes, Montevideo, 1969,

pag. 10. 84 Beaufre, Gral. Andre; La guerra revolucionaria; Almena, Buenos Aires, 1979, pag. 98.



inicialmente un objetivo inicial modesto y sobre la base de que no

existirán nuevas exigencias. Obtenida esta concesión inicial se

continúa con un proceso de sucesivas demandas modestas. Así se

busca obtener en etapas sucesivas una concesión que nunca se

habría conseguido de una sola vez. Esta técnica fue utilizada

exitosamente por Hitler entre 1935 y 1939 y por los nacionalistas

argelinos entre otros. 85

Finalmente el tercero busca “disuadir al adversario” de utilizar sus

medios de una forma negativa. Para hacerlo se crean y esgrimen

una serie de amenazas, las cuales serán puestas en práctica en

caso que el adversario haga tal o cual cosa; todo ello busca crear

una inhibición psicológica en el enemigo. Al decir de Beaufre, en la

aplicación de esta estrategia “hay que efectuar un juego muy

cuidadoso en el plano psicológico: la amenaza debe ser real,

también debe ser creíble y, por lo tanto, posible” 86

3. El concepto de guerra popular prolongada

Como se vio, dentro de la forma de acción estratégica indirecta, la

denominada “maniobra por laxitud” se corresponde con la típica

estrategia maoísta de la guerra o lucha popular prolongada, concebida

por Mao Tse Tung durante los años de la Revolución China. Esta

estrategia que le dará la victoria al Ejército Rojo contra el régimen del

generalísimo Chiang Kai Chek será posteriormente aplicada con gran

suceso en las luchas de descolonización de Asia y Africa por los

diferentes movimientos de liberación. Inclusive con posterioridad a los

años 60 y 70 y una vez consumada las independencias nacionales de

las ex colonias, el modelo continuará siendo utilizado por multiplicidad

de movimientos insurgentes sin tener en cuenta su ideología. E

inclusive aún hoy, luego de la implosión de la ex URSS el modelo sigue

siendo eficiente cuando se busca combatir a un adversario más

poderoso y se disponen de medios extremadamente limitados.

85 Ibídem, pag. 88. 86 Ibídem, pag. 88.



En este contexto, la prolongación del conflicto en el tiempo pasa a ser

un arma en sí misma y los medios morales y psicológicos van

adquiriendo una importancia cada vez mayor sobre los medios

materiales. Kart Von Clausewitz en su obra “De la Guerra” indicaba

respecto de la variable tiempo que

“...la mera duración del combate será suficiente para

hacer, en forma gradual, que la pérdida de fuerzas

experimentadas por el enemigo llegue a un punto en que

el objetivo político no sea ya un equivalente adecuado, y

en ese punto, tendrá, por ende que abandonar la lucha.” 87

Respecto de la interdependencia entre tiempo, espacio y medios

disponibles, se puede decir que en un sentido general a falta de

medios, se cede espacio de forma de prolongar la lucha en el tiempo,

maniobrando en un medio humano favorable y hostil al enemigo.

Tal como lo señala Guillén,

“...el espacio y el tiempo interdependen estratégicamente:

cuando un ejército es muy fuerte en fuerzas, maquinaria

bélica y potencia de fuego trata de ganar terreno; cuando

un ejército o guerrilla es extremadamente débil procura

ganar tiempo, escapando a los cercos y batallas que le

tiende el adversario”. 88

Mao Tse Tung lo deja en claro en “Problemas estratégicos de la guerra

revolucionaria” cuando afirma que la guerra debe ser prolongada

debido a la fortaleza del enemigo y a la debilidad del Ejército Rojo. Sin

embargo el principio que se aplica a las campañas y batallas es

inverso: no se debe buscar la prolongación de unas y otras sino la

decisión rápida para impedir que el enemigo concentre medios y pueda

utilizar su superior potencia de combate. 89

El general Vo Nguyen Giap lo explica en base a su experiencia en

Vietnam que cuando se enfrentan a potencias desarrolladas

87 Clausewitz, Kart Von; “De la Guerra”; Círculo Militar, Buenos Aires, 1981, pag. 48. 88 Guillén, Abraham; "Desafío al Pentágono: la guerrilla latinoamericana”; Andes, Montevideo, 1969,

pag. 25. 89 Mao Tse Tung, “Selección de escritos militares”; Ediciones en Lenguas Extranjeras; Pekín,

1967,pag. 156.



“...necesitamos tiempo para debilitar gradualmente a las

fuerzas enemigas, limitar sus puntos fuertes, agravar sus

debilidades para aumentar nuestras propias fuerzas,

desarrollar nuestros puntos fuertes, superar nuestras

debilidades, de manera que el enemigo se debilite en el

curso de los combates mientras nosotros nos

fortalecemos. La estrategia de guerra popular es la de una

guerra de larga duración.” 90

Es el viejo concepto maoísta de la guerra popular prolongada:

“Frente a un ejército poderoso y bien armado que haga la

guerra en tres dimensiones (tierra, mar y aire), y aún en

una cuarta dimensión, que pudiera ser el arma nuclear, un

pequeño ejército, una guerrilla pueden sobrevivir, durar y

mantener la resistencia, para ganar a la población

favorable, a condición de ceder espacio, para ganar la

guerra en el tiempo” 91

El ejemplo paradigmático del uso del tiempo lo constituye la segunda

guerra de Vietnam. Los EEUU, a medida que la guerra en el Sudeste

Asiático se prolonga en el tiempo va experimentando una sangría

interminable de fuerzas morales, políticas, materiales y humanas que

poco a poco van desalentando y desmoralizando a su opinión pública

de la posibilidad y racionalidad de alcanzar el objetivo político

perseguido por el cual entró a la guerra. Todo ello lleva a los EEUU a la

mesa de negociaciones en busca de una “paz honrosa” para buscar una

salida a un conflicto en el que no se percibe claramente su tiempo de

duración. Así, ante la imposibilidad de alcanzar el objetivo político, todas

las victorias tácticas norteamericanas no impiden que Vietnam del Norte

obtenga una victoria estratégica. Pues si bien los EEUU pudieron ocupar

el espacio vietnamita con sus unidades militares, nunca logró controlar a

la población local y quién controla a la población local puede durar en el

tiempo. 92

Para instrumentar este concepto se parte de la necesidad de organizar a 90 Giap, Vo Nguyen; “Guerra de liberación”; Rosa Blindada, Buenos Aires, 1972, pag. 89. 91 Guillén, Abraham; “Estrategia de la guerrilla urbana”; Liberación, Montevideo, 1969, pag. 59. 92 Ibídem, pag. 22-23.



la población local e involucrarla activamente en la lucha contra el

enemigo, de forma que éste controle el espacio pero no a la población.

Para ello se estructuran 3 tipos de fuerzas: fuerzas regulares, fuerzas

regionales y fuerzas locales.

“En un país con un territorio no muy extenso y frente a un

enemigo que dispone de una gran movilidad y de tropas

numerosas, esa organización y distribución de fuerzas

puede limitar los puntos fuertes del adversario y desarrollar

los nuestros, crear un dispositivo estratégico sólido a fin de

conservar la iniciativa en toda circunstancia” 93

Toda la doctrina básica de combate se encuentra reunida en 3 escritos

fundamentales de Mao Tse Tung: “Problemas estratégicos de la guerra

revolucionaria” de Diciembre de 1936; “Problemas estratégicos de la

guerra de guerrillas contra el Japón” de Mayo de 1938 y “Sobre la guerra

prolongada” de Mayo de 1938. En todos ellos se expresa que cuando se

es débil en número no se debe bajo ninguna circunstancia aferrarse al

terreno, sino que por el contrario se debe evitar presentar un blanco

definido al enemigo. En toda circunstancia se debe saber durar,

buscando llevar la iniciativa en las operaciones, actuando militarmente

mediante combates breves, que en todos los casos más que buscar un

efecto militar sobre el agresor buscan producir un efecto moral y

psicológico sobre la población. Cuando se emprenden acciones

ofensivas siempre deben conducirse de fuerte a débil contra fuerzas

enemigas aisladas, desprevenidas, agotadas o desmoralizadas,

eligiendo el momento y el lugar. Cuando se es débil en todas partes

nunca se debe combatir en todos los puntos; por el contrario se debe

atacar en aquel punto donde mediante una rápida concentración se

logre superioridad de fuego y de medios en un terreno y en medio de

una población favorables.94 95 96. La base de todo el concepto es atacar

93 Ibídem, pag. 48-49. 94 Ibídem, pag. 13-15; pag. 59-61; pag. 71-73. 95 Ibídem, pag. 75-78. 96 Mao Tse Tung “Selección de escritos militares”; Ediciones en Lenguas Extranjeras; Pekín, 1967,

pag. 111-134; pag. 233-243; pag. 271-277.



sólo cuando se es mas fuerte que el enemigo en el punto donde se

busca la decisión. Si el enemigo es 100 veces mas fuerte, es posible ser

mas fuerte que él en un punto dado pero no en todo el territorio. Ello por

obra de una rápida concentración: “...Aunque se sea 1000 veces inferior

estratégicamente, se debe ser 5 o 10 veces mas fuerte tácticamente,

solo en un lugar dado y por un tiempo dado.” 97

En todos los casos se tiene plena conciencia que los esfuerzos de

organización deben orientarse a organizaciones militares mas complejas

que las unidades de guerrilleros, en el entendido que son las fuerzas

convencionales las únicas que pueden enfrentarse de igual a igual a un

ejército regular enemigo y lograr resultados decisivos. En la estrategia

maoísta (y en los escritos de sus diferentes cultores) a esta fase

superior se le llama “guerra de movimientos” y básicamente consiste en

operaciones convencionales desarrolladas por un ejército organizado

regularmente, que a sus efectos es llamado “ejercito popular”. 98

“Desde el punto de vista estratégico, aunque la guerrilla

impone numerosas dificultades al adversario y le inflige

serias pérdidas, sólo puede desgastarle. Para poder

aniquilar importantes fuerzas vivas enemigas y liberar el

territorio, debe transformarse progresivamente en guerra de

movimiento.” 99

En este combate asimétrico, se debe actuar en forma opuesta a lo que

haga un enemigo superior en hombres y recursos: la asimetría impide

que seamos capaces de combatir de igual a igual acorde la ortodoxia

operativa. Sería algo así como un heroico suicidio sin sentido alguno, al

estilo de la última carga a caballo de la caballería polaca con sus lanzas

enfrentando a los tanques alemanes a la entrada de Varsovia...

Esto lo sostenía y resumía admirablemente Mao Tse Tung en su escrito

de Diciembre de 1936, titulado “Problemas estratégicos de la guerra

revolucionaria”. Allí, el líder comunista chino enumera los principios 97 Guillén, Abraham; “Estrategia de la guerrilla urbana”; Liberación, Montevideo, 1969, pag. 101. 98 Giap, Vo Nguyen; “Lucha armada, fuerza armada”; Nativa, Montevideo, 1967, pag. 52-58. 99 Ibídem, pag. 54.



básicos de la guerra de guerrillas, adecuados a las condiciones de aquel

tiempo: “Cuando el enemigo avanza, retrocedemos; cuando el enemigo

se detiene lo hostigamos; cuando el enemigo se fatiga, le atacamos;

cuando el enemigo se retira le perseguimos.” 100. Así, cuando el

enemigo avanza en fuerza con grandes unidades, el bando más débil se

divide en unidades pequeñas y de alta movilidad y se retira evitando el

combate; cuando el enemigo por el contrario esta fatigado, hay que

hostigarlo para que no descanse y se desmoralice; cuando el enemigo

esta desmoralizado hay que atacarlo pero siempre de fuerte a débil.101 102

Esta misma perspectiva la tenía Sun Tzu 400 años antes de Cristo

cuando en su obra el “Arte de la Guerra” mencionaba en el Capítulo I

que

“Todo el arte de la guerra está basado en el engaño, el

ardid.

Por eso mismo, cuando seáis capaz, fingid la incapacidad;

activo, la pasividad.

Cercano, haced creer que estáis lejos, y lejano, que estáis

cerca.

Echad el anzuelo al enemigo para que caiga en una

trampa; simulad el desorden y asestadle el golpe.

Cuando él se concentra, preparaos para a luchar contra él;

donde él es fuerte, evitadle.

Irritad a su general y confundidle.

Aparentad hallaros en un estado de inferioridad y animadle

a la arrogancia.

Cuando esté unido divididlo.

Atacad por donde no esté preparado; efectuad una salida

cuando él no la espere.” 103

100 Mao Tse Tung “Selección de escritos militares”; Ediciones en Lenguas Extranjeras; Pekín, 1967,

pag. 120. 101 Guillén, Abraham; “Estrategia de la guerrilla urbana”; Liberación, Montevideo, 1969, pag. 98-101. 102 Guillén, Abraham; "Desafío al Pentágono: la guerrilla latinoamericana”; Andes, Montevideo,

1969, pag. 29-31. 103 Sun Tzu, “El arte de la guerra”; Ate, Buenos Aires, 1981, pag. 93-96.



4. La relatividad del concepto de victoria en la lucha asimétrica

En un plano general, la victoria en la guerra consiste en lograr,

mediante el empleo compulsivo de la fuerza, que el enemigo adopte

una actitud o un comportamiento que bajo otras circunstancias no

aceptaría. El agresor vence si logra alterar el status quo e imponerle a

su adversario nuevas condiciones; el agredido vence cuando impide un

cambio en el status quo, logrando mantenerlo y haciendo desistir al

agresor en sus empeños de cambiarlo. Cabe señalar que en ningún

conflicto los objetivos políticos de los bandos enfrentados son

simétricos (es decir de igual importancia y valor para ambos), ni

necesariamente son polares (o sea opuestos).

La victoria en la guerra no constituye un fin sino un medio. Para el

militar profesional la victoria militar muchas veces se convierte en un fin,

pero para el político puede no serlo tal como lo señala el Comandante

Pujol de Lara en un artículo de la Revista Ejército de España. Pone

como ejemplo al general Douglas Mc Arthur al regreso de Japón, en

1951, luego que el presidente Harry Truman le retirara su confianza a

raíz de su postura ante la guerra de Corea, en donde buscaba una

victoria militar a ultranza, en detrimento de las consideraciones político-

estratégicas que manejaba la Administración Truman. Decía el héroe

de Bataan en su despedida ante el Congreso de los EEUU que

“…una vez que nos vemos inmersos en una guerra no hay

otra alternativa sino la de usar todos los medios para darle

un fin rápido. La finalidad de la guerra es la victoria, no la

indecisión prolongada. En la guerra nada reemplaza a la

victoria” 104

La actitud del general que a primera vista podría resultar loable y

compartible desde el punto de vista militar, en realidad era una visión

equivocada de la relación que existe entre la guerra y la política:

confundió la guerra (el medio) con el fin (el objetivo político a alcanzar a 104 Pujol de Lara, Cte. Victor; “Sobre la victoria en la guerra” de Revista Ejército Nro. 779, Marzo

2006, pag. 24.



través de la guerra). Es que el objetivo militar debe siempre ajustarse al

objetivo político y muchas veces la victoria militar, por sus costos y

posibles consecuencias, puede no constituir el medio mas adecuado

para alcanzar el objetivo político. Es por ello que lo que debe ser

considerado “victoria militar” en todos los casos deberá ajustarse a los

objetivos políticos.

La “derrota militar” en el sentido estricto del término puede tener a

veces diferentes lecturas y a pesar de todo ser la base de una victoria

política. Así la guerra entre Egipto e Israel de 1973. A pesar de la

derrota militar que finalmente sufrió Egipto a manos de Israel, el

gobierno y el pueblo egipcio así como los demás países árabes

tomaron el hecho como una victoria pues el esfuerzo de guerra egipcio,

aún cuando militarmente constituyó una derrota, en el plano político

obligó a Israel a negociar con Egipto en Camp David. Para Israel en

cambio, la “victoria militar” no constituyó ningún estímulo pues en los

hechos significó una dura derrota política pues hizo patente la debilidad

israelí.

Un caso similar puede decirse de los EEUU en Vietnam: si bien las

FFAA norteamericanas nunca perdieron un combate en Vietnam,

finalmente perdieron la guerra. El Comandante Pujol de Lara sostiene

que:

“…el ejército americano no había sido derrotado en el

campo de batalla. La guerra no se perdió en Vietnam. En

primer lugar se perdió a la opinión pública americana,

posiblemente después de la ofensiva del Tet de 1968. Tras

la opinión pública los políticos perdieron su voluntad de

vencer, que nunca había sido suficiente para dar los medios

y la libertad de acción suficiente para conseguir la victoria.

La derrota fue consecuencia de la percepción psicológica del

pueblo norteamericano de que la guerra no podía ser

ganada” 105




Un caso similar vivió Francia en la guerra de Argelia. Si bien Francia

tampoco nunca perdió una batalla a manos del Frente de Liberación

Nacional (FLN) de los nacionalistas argelinos, no es menos cierto que

sus “victorias militares” no pudieron impedir que perdiera la guerra. Por

su parte, la derrota militar del FLN de hecho constituyó una victoria

política que permitió que en 1962 en el momento de mayor debilidad

militar del FLN se alcanzara una victoria política como era la

independencia total de Francia.

Sostiene CLAUSEWITZ que la victoria en la guerra absoluta o total se

da cuando son derrotadas las FFAA enemigas, se ocupa el territorio y se

elimina la voluntad de combate del enemigo. En este caso la victoria

militar es imprescindible y el objetivo militar se funde con el objetivo

político. Pero este es un caso extremo y es mas la excepción que la

norma. Ganar una guerra las mas de las veces, no requiere de una

“victoria absoluta”, es decir poner al enemigo a nuestra merced y

derrotarlo completamente, porque la guerra, raras veces es absoluta o

total.. Generalmente alcanza con derrotarlo hasta el punto de que

acceda a aceptar aquello que a nosotros nos interesa o que desista en

su intento de imponernos condiciones o conductas no deseadas. Tal

como lo explica el capitán de navío Thauby ello se logra “…poniendo al

enemigo en una situación en que acceder a lo que se está requiriendo

sea menos malo para él que resistir a ello” 106

Debido a que en las guerras se dan gradaciones o situaciones

intermedias entre el concepto absoluto o total de guerra y de paz

absoluta o total es que surgen las llamadas “guerras limitadas”.

Ahora bien, que son las guerras limitadas? Para Robert Osgood, las

guerras limitadas son aquellas en las que no se persigue la completa

subordinación de un estado a otro y en la cual se emplean medios

menores que la totalidad de los recursos militares de los beligerantes,

dejando a la sociedad civil y a las FFAA enemigas en su mayor parte

106 Thauby García, C/N Fernando; “Disuasión y defensa” en Revista de Marina; Volumen 116 / 849,




intactas. 107. Henry Kissinger en tanto opinaba que la guerra limitada era

una restricción voluntaria de medios, como por ejemplo auto-imponerse

el no uso de determinadas armas, o el accionar dentro de un área

seleccionada, o el seleccionar determinado tipo de objetivos.

Fundamentalmente la guerra limitada constituye una restricción en los

fines perseguidos de la guerra. 108

Al ver en detalle las limitaciones auto-impuestas tendremos que la

limitación geográfica significa que la acción principal se halla confinada a

un determinado lugar del planeta; la limitación de medios significa

restricción en la selección de los sistemas de armas a utilizar en la

guerra; en tanto que la limitación de objetivos o blancos se refiere a un

intento que busca controlar el daño a centros civiles

Ahora bien una guerra puede estar limitada a un área geográfica y sin

embargo ser total para uno de los actores, requiriendo de su parte el

empleo total de sus recursos. El no emplear determinados sistemas de

armas por una de las partes o el no batir determinados objetivos no es

una garantía de un sufrimiento menor para la otra parte. En todo caso la

verdadera limitación debe buscarse en los fines u objetivos políticos

perseguidos; en ausencia de este acto político, todas las demás

limitaciones de naturaleza militar carecen de sentido y no garantizan que

por efecto de la escalada no se llegue a una guerra total o absoluta. 109

En una guerra limitada como las señaladas, alcanza con conseguir

alguno de estos objetivos o parte de ellos. En la mayor parte de los

casos alcanza con derrotar al ejército enemigo. El problema radica

cuando para uno de los bandos (normalmente el mas fuerte) la guerra

es limitada y para el otro, al luchar por su supervivencia, por el contrario

(normalmente el mas débil de los oponentes), la guerra es absoluta o

total. Así por su carácter de total, el bando mas débil no se limita en el

uso de la violencia, llevando la guerra al absoluto teórico. En estos

107 Osgood, Robert; “Limited war revisited”; West View Press, New York, 1979, pag. 3. 108 Kissinger, Henry; Armas nucleares y política internacional; Editorial Rialp, Madrid, 1962, pag.

171. 109 Gamba, Virginia y otra (Compiladoras); Ensayos de estrategia; Hasenbalg, C/F Rodolfo “Guerra

limitada y escalada”; Circulo Militar, Buenos Aires 1985, pag. 77-78.



casos, según Clausewitz aquel bando que utilice la fuerza sin

restricciones será el que obtenga ventajas sobre aquel que por el

contrario se autolimita.110

Como conclusión, existe más de un tipo de victoria. Es diferente el

concepto de victoria para el fuerte que para el débil: cuando el fuerte no

gana, pierde; cuando el débil no pierde, gana. Generalmente el bando

más débil enfrentado a un oponente mas fuerte puede aspirar a una

victoria política en la mesa de negociaciones, en la medida que

mantenga una capacidad militar marginal que le permita seguir

combatiendo, prolongando el conflicto en tiempo, al precio asimilar

pérdidas y de no lograr victorias tácticas. Tal como lo sintetiza Guillén

“...cuando no se es fuerte en potencia de fuego, número de

soldados y armas pesadas, hay que ceder espacio, ganar

población y guerrilleros en función del tiempo, para que los

factores secundarios (moral, política, etc.), ganen la guerra

en la mesa de negociaciones diplomáticas o políticas...” “Si

el pueblo tiene moral, guerrilla potente y un poderoso

ejército, decide las negociaciones de paz a su favor; si

sucediera todo lo contrario, la guerra sería perdida o

convertida en una mala paz...” 111

110 Pujol de Lara, Cte. Victor; “Sobre la victoria en la guerra” de Revista Ejército Nro. 779, Marzo

2006, pag. 110. 111 Guillén, Abraham; "Desafío al Pentágono: la guerrilla latinoamericana”; Andes, Montevideo,

1969, pag. 20.



III. LA DISUASION EN NUESTRA DOCTRINA A. Antecedentes

El concepto del ciudadano-soldado-miliciano está profundamente arraigado

en la gestación de nuestra nacionalidad. Desde los tiempos de la

colonización, la Banda Oriental por su carácter de frontera entre las

posesiones del Reino de España e Indias y de Portugal, así como de rica

pradera ganadera poblada por enormes manadas de ganado vacuno y

caballar codiciadas por portugueses, ingleses, franceses y holandeses los

que permanentemente incursionaron en nuestra costa y van a determinar la

naturaleza de la sociedad. La nuestra va a ser desde el comienzo y por

imperio de las circunstancias una sociedad esencialmente militarizada,

verdadero “antemural defensivo a la espalda inerme del reino americano en

el Río de la Plata”; el puerto de Montevideo va a convertirse en el principal

apostadero naval de la Corona Española en la región. En virtud de todo ello,

el guerrear y la condición de milicia eran elementos del diario vivir de

aquellos esforzados pobladores. Estos podían optar por prestar servicio de

milicias, que era una obligación cívica en aquella sociedad o por el contrario

alistarse para integrar unidades “de línea”, de carácter permanente. 112

Posteriormente en los tiempos de la revolución y la Patria Vieja, la guerra era

una emergencia que se daba y ante la cual toda la comunidad se preparaba

para apoyar a las fuerzas patriotas. Era una guerra total en la que participa

toda la población de la Provincia Oriental. Al decir de Washington Reyes

Abadie la sociedad oriental de la época “… se imbrica íntegramente en la

lucha, de manera que las guerras de la independencia fueron guerras en el

fondo sociales donde la comunidad toda se empapó en la lucha, participó de

la lucha, sufrió las consecuencias de ella” 113

El IMES a principios de la década de los años 50 ya consideraba la

necesidad de conformar un Ejército Nacional pequeño pero dotado de una 112 Ministerio de Defensa Nacional; Defensa Nacional. Fundamentos humanos y profesionales;

Imprenta Militar, Montevideo, 1991, pag.137-140. 113 Ibídem, pag. 143.



gran movilidad que le permitiese desplazarse rápidamente en la dirección en

que se concrete la amenaza y de poder cumplir gracias a su capacidad de

maniobra una misión de retardo aún contra fuerzas muy superiores. Este

esquema de maniobra se visualizaba complementarlo con la organización de

la población en base a una infraestructura de orden territorial para la

cooperación con las fuerzas armadas regulares, fomentando la acción de

guerrilleros y el desarrollo del sabotaje en todo punto sensible de la

retaguardia del invasor.” (IMES, 1952; IMES, 1967)114

Estos “medios irregulares” en opinión del general José Ramagli tenían una

gran importancia estratégica y política, “…constituyendo un medio que debe

figurar en las previsiones de toda planificación estratégica, ofensiva o

defensiva, particularmente cuando se cuente con medios regulares

reducidos”. Los mismos deberían estar conformados sobre la base de

organizaciones formadas con civiles encuadrados por personal militar con la

misión de desgastar al invasor, impidiéndole el control del territorio y la

población. 115

B. Marco Doctrinario

Dentro del marco doctrinario habremos de considerar los siguientes

documentos:

• D 29-16 Apreciación de Situación del Ejército Nacional.

• D 29-36 Doctrina de Empleo del Ejército Nacional.

• D.I. 33-01 Concepto Estratégico de Empleo del Ejército Nacional.

• Ejército Nacional. Marco conceptual de su proceso de modernización.

• Actuaciones de las Mesas Temáticas durante el Debate de la Defensa

Nacional.

• Concepto del Comandante en Jefe 2006

• Documento “Directriz de Ejecución para los Objetivos Específicos

establecidos en el documento “Concepto del Comandante en Jefe del

Ejército 2006” 114 Dirección General IMES; Conceptos doctrinarios básicos sobre el empleo de las Fuerzas

Terrestres; IMES, Montevideo, 1967 115 Ramagli, Gral. José; Volumen 29 Estrategia. Nociones elementales; Centro Militar, Montevideo,

1956, pag. 116-117.



• Concepto del Comandante en Jefe del Ejército. Precisiones de

ejecución para el año 2007 y de planificación para el período 2008-

2010”

• RC 1-1 Manual de Operaciones

• La defensa nacional. Aportes para un debate.

1. D 29-16 “Apreciación de Situación del Ejército Nacional”

El 18 de mayo de 1996, el Comandante en Jefe del Ejército Tte. Gral.

Raúl Mermot emite el citado documento con el objetivo de de determinar

cometidos, objetivos, estrategias y un concepto de empleo del Ejército

que sirvieran como base para la adecuación y reorganización de la

Fuerza y la reformulación de la doctrina de empleo de la misma. Cabe

señalar que los actuales documentos DI 33-01 y D 29-36 derivan de esta

apreciación de situación inicial. 116

En la sección denominada “Capacidades y debilidades” considera dentro

de las capacidades de carácter operativo al “Ejército Nacional como

factor de disuasión”, estableciéndose una serie de capacidades y

debilidades. Dentro de las capacidades cita la actual organización,

despliegue y entrenamiento de la Fuerza; como debilidades la falta de

información y planes para la movilización y problemas de equipamiento

en la que se refiere a obsolescencia y carencias en los equipos y

materiales. 117

En la sección de “Objetivos Permanentes y Coyunturales”, el primero de

los objetivos coyunturales lo constituye el “alcanzar un poder de

disuasión creíble que minimice las posibilidades de cualquier intento de

agresión armada y sirva asimismo de respaldo a la política exterior del

estado”.118

En la Sección “Estrategias Operacionales”, a partir de los objetivos 116 D 29-16 “Apreciación de Situación del Ejército Nacional”; CGE, Montevido, 1996, pag. 3-5. 117 Ibídem, pag. 49-50. 118 Ibídem, pag. 65.



coyunturales se desarrollan objetivos específicos o intermedios y las

diferentes estrategias para alcanzarlos. Así para el objetivo mencionado

anteriormente relacionado con el poder de disuasión se establecen los

siguientes objetivos específicos:

“a. Mantener actualizada la doctrina de empleo de los medios

del Ejército.

b. Lograr una capacidad dual que permita enfrentar tanto una

agresión armada interior tipo subversiva como una de origen

externo (combinada o no con acciones insurreccionales

interiores) previendo la posibilidad de conducir acciones

irregulares ofensivas en caso de resultar superado inicialmente

en un conflicto convencional.

c. Desarrollar un ejército moderno de alta movilidad y

flexibilidad y capacidad de rápida respuesta.

d. Asegurar la defensa de nuestras fronteras de toda agresión

física y cooperar en el resguardo de penetraciones culturales e

ideológicas en defensa de los valores nacionales.

e. Estar en condiciones, si así lo dispusiera el Poder Ejecutivo,

de proteger las instalaciones y los objetivos vitales y sensibles y

los servicios esenciales del país de toda amenaza interior o

externa.

f. Preservar la operatividad de la Fuerza manteniendo la

imprescindible presencia en todo el ámbito nacional, cubriendo

el despliegue territorial existente y teniendo en consideración

las posibilidades del país.

g. Estar en condiciones de movilizar recursos materiales,

humanos y tecnológicos de la Nación para atender eventuales

necesidades de operaciones militares en tiempo de guerra.” 119

En cuanto a las estrategias para viabilizar los anteriores objetivos

específicos se mencionan las siguientes:

• Cooperar en el ejercicio de la soberanía en todo el territorio por medio

del mantenimiento de presencia en todo el territorio y el control de las




fronteras.

• Organizar, equipar, instruir y entrenar a la Fuerza de manera de

desarrollar una capacidad de disuasión que posibilite a través de una

estrategia defensiva y una ofensiva táctica conducir el combate en

tres instancias. En primera instancia una resistencia inicial procurando

rechazar al enemigo hacia las fronteras y recuperar el territorio. En

una segunda instancia “... y en caso de gran superioridad estar en

condiciones de resistir la ocupación en todos los campos, empleando

procedimientos tanto regulares como irregulares, hasta que la

conducción política pueda solucionar el conflicto por otros medios”.

Finalmente, en última instancia “...y en caso de darse las

condicionantes”, cooperar con los organismos de Seguridad Colectiva

Regionales o Mundiales en la recuperación de la soberanía.

• Complementar la preparación convencional de las tropas con

equipamiento e instrucción especial para enfrenar amenazas

terroristas.

• Mantener una estructura de fuerzas de combate desplegadas que

constituyan “...por su instrucción, entrenamiento y equipamiento

(particularmente el tendiente a proporcionar una gran movilidad y

flexibilidad, poder de fuego y adecuado equipo individual y colectivo)

un elemento de disuasión”.

• Mantener presencia y acción en todo el territorio como factor de

motivación y coordinación de la Defensa Nacional.

• Desarrollar procedimientos comunes y coordinaciones con otras

Fuerzas “como forma de complementar limitaciones intrínsecas”.

• Desarrollar una adecuada capacidad profesional que permita integrar

fuerzas y comandos combinados, “como requerimiento imprescindible

a una previsible alianza o recepción de apoyos” de terceros países

“luego de una acción dilatoria en que nuestras FFAA deberán luchar

liberadas a sus propias posibilidades.”

• Desarrollar y promover la capacitación profesional y el espíritu de

cuerpo “como factor compensatorio de las debilidades materiales”.

• Desarrollar las investigaciones y estudios necesarios para la

actualización de la doctrina de empleo.

• Desarrollar centros de alta capacitación en defensa estratégica militar



y de formación de expertos.

• Definir la forma de actuación y funcionamiento del sistema de

movilización.

• Acorde a la misión asignada a la fuerza, instrumentar una propuesta

de Plan de Defensa Nacional. 120

2. D 29-36 “Doctrina de Empleo del Ejército Nacional” (2003)

Acorde el D 29-36 “Doctrina de empleo del Ejército Nacional, la misión

fundamental del Ejército Nacional consiste en “defender la

independencia, la paz y el honor de la República, la integridad de su

territorio, su Constitución y sus leyes en el marco de su jurisdicción”.

Dentro de esta misión es posible distinguir dos categorías de objetivos:

objetivos principales y objetivos secundarios y los dos pilares sobre los

que se basa el accionar de la Fuerza para la consecución de los mismos:

en primer lugar, el desarrollo de un adecuado poder de disuasión y en

segundo lugar, la “…preservación y afianzamiento de los valores

nacionales e ideales democráticos-republicanos, identidad e integración

nacional.” 121

En el documento antes señalado, para el cumplimiento de los objetivos

principales y secundarios se establecen tareas esenciales y accesorias, y

es a partir de las primeras que se produce la gran categorización de la

Defensa Militar: tareas esenciales de la Defensa Militar Externa (DME) y

tareas esenciales de la Defensa Militar Interna (DMI). A los efectos de la

presente investigación nos habremos de centrar exclusivamente en las

primeras. Las tareas esenciales de la DME incluyen: el desarrollo de un

poder de disuasión sustentable y creíble; la conducción de la DME junto

a las demás Fuerzas en caso de materializarse una agresión y el

contribuir a preservar los valores nacionales 122

120 Ibídem, pag. 71-73. 121 D 29-36 “Doctrina de Empleo del Ejército Nacional”; CGE; Montevideo, 2003, pag. 15. 122 Ibídem, pag. 16-17.



3. D.I. 33-01 “Concepto Estratégico de empleo del Ejército Nacional”

En la misma línea argumentativa que el documento D 29-36, el

documento DI 33-01 “Concepto Estratégico de empleo del Ejército

Nacional” expresa que la estrategia de disuasión es

“…el instrumento psicológico-militar, que procura desarrollar el

Factor Militar como elemento disuasivo y solvente, en

consonancia con la realidad nacional y la percepción que se

pueda tener de posibles amenazas, y que implica la preparación

y eventual aplicación del Factor Militar con el objeto de cambiar

una actitud asumida o intenciones manifiestas, así como lograr

la abstención de comportamientos no deseados de un potencial

enemigo” 123

El documento DI 33-01 señala que ante una agresión armada

convencional proveniente del exterior, nuestra doctrina establece un

concepto estratégico del empleo de los medios terrestres en base a tres

etapas o instancias claramente diferenciadas:

• en una primera instancia, desarrollando OCONV y OE se busca

rechazar al invasor hacia la frontera recuperando el territorio perdido

• en una segunda instancia, en caso de fracasar la anterior, se continua

resistiendo al invasor combinando OCONV, ORN y OE, empleando

tácticas convencionales y no convencionales, a medida que este

ocupa el territorio, y se busca en el plano político-diplomático obtener

una solución negociada al conflicto.

• en una tercera y última instancia se continúan con las operaciones y

se dispone la colaboración con aquellos organismos de seguridad

regionales o mundiales que intervengan para la recuperación de

nuestra soberanía e integridad territorial.

123 DI 33-01 “Concepto estratégico de empleo del Ejército Nacional”; CGE; Montevideo, 2003, pag.

39.



4. Ejército Nacional. Marco conceptual de su proceso de modernización.

En este documento, totalmente alineado con los manuales D 29-36 y DI

33-01, se enuncia la misión fundamental así como las misiones

subsidiarias de la Fuerza y los objetivos principales y secundarios, sobre

la base de dos pilares básicos, uno de los cuales es el “Desarrollo de un

poder de disuasión sustentable y creíble” 124. Es a partir de estos

objetivos que se desarrollan las tareas esenciales de la Defensa Militar

Externa y de la Defensa Militar Interna. A su vez, dentro de las primeras

se incluye la tarea de “Desarrollar un Poder de Disuasión sustentable y

creíble” 125

Posteriormente en dicha publicación se determinan los cuatro tipos de

estrategias operativas delineadas a partir de la misión fundamental y

subsidiaria de la Fuerza: estrategia de disuasión; estrategia para la

defensa militar externa; estrategia para la defensa militar interna y

estrategia para el cumplimiento de las tareas que se derivan de la misión

subsidiaria. Respecto de la estrategia de disuasión se expresa que

“…constituye el instrumento sicológico-militar imprescindible,

que procura desarrollar el Factor Militar como elemento

disuasivo y solvente, en consonancia con la realidad

nacional y la percepción que se pueda tener de posibles

amenazas”.

“Implica la preparación y eventual aplicación del Factor

Militar con el objetivo de cambiar una actitud asumida o

intenciones manifiestas, así como lograr la abstención de

comportamientos no deseados de un potencial enemigo.” 126

En cuanto a la estrategia para la defensa militar externa establece que la

misma se basa en el “concepto de “estrategia defensiva” y “ofensiva

124 Ejército Nacional. Marco conceptual de su proceso de modernización; CGE; Montevideo, 2004,

pag. 62. 125 Ibídem, pag. 63. 126 Ibídem, pag. 66-67.



táctica” a ser desarrollada exclusivamente en el Territorio Nacional”

teniendo como base el empleo de la diplomacia; el desarrollo de un poder

de disuasión sustentable y creíble; la intervención de los mecanismos de

seguridad hemisférica y la operación de “Fuerzas No Convencionales en

caso de ser sobrepasadas las Fuerzas Convencionales” 127

El citado documento establece que le Ejército del Siglo XXI debe ser una

Fuerza normatizada basada en los conceptos de interoperatividad,

proyectabilidad y flexibilidad para atender las múltiples misiones de la

Fuerza y las eventuales amenazas. Este instrumento deberá visualizar la

incorporación de tecnología de punta que permita actuar como elemento

de disuasión, favorezca la interoperatividad y permita cumplir eficiente y

eficazmente las misiones fundamentales y subsidiarias. 128

Debido a la carencia de un sistema de movilización en funcionamiento

que permita el rápido alistamiento de reservas, se depende de un núcleo

de tropa profesional en condiciones de empleo y apresto. Dichos

elementos

“…deberán actuar inicialmente para atender la necesidad

prioritaria de brindar cobertura y seguridad a la movilización

así como proceder al encuadramiento e instrucción de los

ciudadanos movilizados, aspecto fundamental donde radica

el peso de la credibilidad de nuestro Poder de Disuasión” 129

5. Actuaciones de las Mesas Temáticas durante el Debate de la Defensa Nacional

Durante el año 2006, el Gobierno Nacional con el apoyo del Programa

de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) dispuso llevar a

cabo un debate nacional sobre la Defensa Nacional con vistas a la

promulgación posterior de una Ley de Defensa Nacional en el que

participarían diferentes actores, entre ellos las propias FFAA. Con 127 Ibídem, pag. 67. 128 Ibídem, pag. 121. 129 Ibídem, pag. 122.



vistas a estas instancias de debate es que el 28 de Marzo de 2006, el

Comandante en Jefe de la Fuerza, teniente general Carlos Díaz emite

un documento titulado “Directivas para la representación del Ejército

Nacional en el Debate sobre la Defensa” donde dispone la

conformación de equipos de trabajo para preparar núcleos temáticos

para este debate y sus diferentes fases. Es así que se conforman

cuatro equipos correspondientes al mismo número de núcleos

temáticos: la Defensa Nacional; Defensa Nacional y política exterior de

la República; Definición del carácter del Ministerio de Defensa Nacional

y sus competencias específicas y las FFAA como componente militar

de la Defensa Nacional.

El equipo de trabajo 1 al analizar las grandes definiciones

concernientes a la Defensa Nacional, manejando conceptos vertidos

en un documento aprobado por la Comisión de Defensa del Frente

Amplio referido a cambios a ser introducidos en el Ministerio de

Defensa Nacional (MDN) expresa sobre la política militar de defensa

que ella es una responsabilidad básica y específica del MDN, que se

integra en tiempo de paz a un conjunto de actividades que aseguran: la

integridad territorial del país; la custodia y el ejercicio de la soberanía

nacional; una adecuada preparación para rechazar una agresión y el

“...garantizar que el país disponga de medios de disuasión suficientes

para desalentar la posibilidad de ataque bélico exterior” 130

6. Concepto del Comandante en Jefe del Ejército 2006

Con fecha 20 de Abril de 2006, el Comandante en Jefe del Ejército,

teniente general Carlos Díaz, emite su “Concepto del Comandante en

Jefe del Ejército”; el mismo es publicado en la Orden del Comando

General del Ejército (OCGE) Nro 10.147. Allí el Comandante explicita los

objetivos estratégicos de la Fuerza los cuales se hallaban establecidos

en el Plan Estratégico de Gestión de la Fuerza e incluidos en la “Ley de

Presupuesto Nacional 2005-2009” Nro. 17.930. Estos objetivos

estratégicos posteriormente se descomponen en objetivos específicos 130 Ejército Nacional; “Aportes para el debate de la Defensa Nacional”; CGE, Montevideo, 2006,

pag. 1.



por áreas de actividad.

Allí encontramos como objetivo estratégico 1 el “...mantener un poder de

disuasión sustentable y eficaz, basado sustancialmente en el desarrollo y

mantenimiento de las capacidades bélicas necesarias, que alejen las

posibilidades cualquier intento de agresión violenta...” 131

Posteriormente este “Concepto del Comandante” es complementado por

una “Directriz de Ejecución” publicada en la OCGE Nro 10.444 de fecha

11 de Setiembre de 2006 donde se asignan tareas específicas a los

diferentes departamentos del Estado Mayor del Ejército para el

cumplimiento de los objetivos estratégicos y específicos de la Fuerza.132

7. Documento “Directriz de Ejecución para los Objetivos Específicos establecidos en el documento “Concepto del Comandante en Jefe del Ejército 2006”

En este documento, con fecha 17 de setiembre de 2007 se mantienen

los objetivos estratégicos para la Fuerza establecidos en el “Concepto del

Comandante en Jefe” (2006) y se reformulan las tareas para los

diferentes actores para el cumplimiento de los mismos manteniendo un

formato similar a la “Directriz de Ejecución” del año 2006, con lo que se

deduce que la disuasión sustentable y eficaz sigue siendo un objetivo

estratégico de la Fuerza, planificándose una serie de acciones en los

diferentes campos de actividad para materializarla. 133

8. “Concepto del Comandante en Jefe del Ejército. Precisiones de ejecución para el año 2007 y de planificación para el período 2008-2010”

Con fecha 1 de Agosto de 2008, el Comandante en Jefe emite su

concepto para el año 2008 y proporciona direcciones de trabajo para

alcanzar los objetivos estratégicos de la Fuerza para el trienio 2008-2010.

En este documento el Tte. Gral. Rosales mantiene los mismos objetivos 131 CGE, OCGE 10.417; Montevideo, 2006, pag. 198-199. 132 CGE, OCGE 10.444; Montevideo, 2006, pag. 443-469. 133 EME, HT 951/N/07



estratégicos que su antecesor en el cargo. Dentro de éstos figura con el

número 1 la necesidad de mantener un poder de disuasión que sea

eficaz y sustentable. Este documento es publicado en la OCGE Nro.

10.519 del 23 de Agosto de 2007. 134

9. RC 1-1 Manual de Operaciones

El manual de operaciones de la Fuerza en el Capítulo II expresa que “la

tarea principal del Ejército es prepararse para librar y ganar guerras, de

acuerdo a las misiones establecidas en la Constitución y las Leyes” 135

Este librar y ganar guerras debe darse en un espacio geográfico peculiar

que en nuestro caso carece de grandes obstáculos naturales que

favorezcan la defensa, lo cual le habrá de afectar severamente el

ejercicio del comando y control de un Comandante de tropas en cualquier

nivel. Por ello se hace necesario adecuar una organización territorial

adecuada a los medios disponibles, al espacio y a las posibles

amenazas. En este sentido, el manual RC 1-1 es en gran medida el

producto de la “Actualización de la Doctrina de Ejército” de Setiembre de

1995 en donde se manejan conceptos muy similares. 136

El manual mencionado asimismo establece que

“...las tropas son el factor fundamental de la doctrina. En

ellas estriba la capacidad de lucha y voluntad de triunfo de

todo Ejército.” “El soldado es el que libra y gana la guerra,

no las máquinas. La dimensión humana de la guerra será el

factor decisivo en el futuro, tal como en el pasado.” “...es el

soldado el llamado a cumplir la misión. Su actuación

significa la diferencia entre la victoria y la derrota.” 137

Así de esta manera se enfatiza la perspectiva psicológica del combate y

de la guerra como choque de voluntades con la necesidad del

acondicionamiento mental del soldado como un elemento decisivo en la

preparación militar por los efectos que tiene en la moral y la voluntad de

134 CGE; OCGE 10.519; Montevideo, 2007. 135 RC 1-1 Manual de Operaciones; CGE, Montevideo, 2001, Cap. II, pag. 14 de 62. 136 Ibídem, Cap. II, pag 3-4 de 62. 137 Ibídem, Cap. II, pag. 5-6 de 62.



lucha.

En diferentes capítulos el manual referido analiza las diferentes

operaciones y dentro de las operaciones tácticas, en el Capítulo VIII

considera los principales aspectos de lo que da en llamar “Operaciones

tácticas no convencionales” o en forma mas acotada “Operaciones no

convencionales”. Allí se dan generalidades acerca de las mismas, se

enuncian los diferentes objetivos que persiguen, se brindan lineamientos

generales acerca la táctica, la logística, la instrucción y la movilización,

referida a estas operaciones. Así como la necesidad de que en “en caso

que las Fuerzas Terrestres sean sobrepasadas por el enemigo, se

deberá prolongar la lucha por tiempo indefinido” 138. Cabe señalarse que

a partir del año 2003, con la publicación de los documento DI 33-01 y D

29-36, estas “Operaciones no convencionales” pasarán a denominarse

“Operaciones de Resistencia Nacional”, denominación que mantendrán

hasta el presente.

10. La defensa Nacional. Aportes para un debate

En este libro se establece la necesidad de que Uruguay adopte una

postura estratégica defensiva a partir de una diplomacia preventiva y la

disuasión. Mediante la disuasión se busca crear una percepción en los

agresores potenciales que en caso de una agresión los costos serán

superiores a los beneficios, es decir que los costos políticos y militares

serán inaceptables. Para ello la disuasión debe reunir tres requisitos:

capacidad para causar daño; comunicación de nuestras capacidades a

través de mensajes claros a los eventuales agresores y credibilidad,

materializada por la voluntad para utilizar la capacidad anterior por parte

del Gobierno Nacional. 139

Al hablar de la acción permanente del Ejército Nacional se expresa que

su accionar se halla basado en dos pilares básicos, uno de los cuales lo

constituye el desarrollo de un poder de disuasión sustentable y creíble.

Ello ha de generar en el agresor el convencimiento de que habrá de 138 Ibídem, Cap VIII, pag. 1-3 de 3 139 Rodríguez, C/N Hernes y otros; La Defensa Nacional. Aportes para un debate; MDN,

Montevideo, 2005, pag. 57-59.



enfrentarse con una fuerza con una inquebrantable voluntad de combatir

y resisitir. 140

En el Capítulo 5, al considerar los medios de la Defensa Nacional se

enuncia el concepto estratégico de empleo militar terrestre el cual en

forma coherente con el D 29-36 y DI 33-01 expresa las diferentes

estrategias operativas que se desarrollan a partir del análisis de la misión

fundamental y subsidiaria de la Fuerza:

• Estrategia de Disuasión

• Estrategias para el cumplimiento de la misión fundamental del Ejército

Nacional

o Estrategia para la Defensa Militar Externa

o Estrategia para la Defensa Militar Interna

• Estrategia para el cumplimiento de las tareas subsidiarias.

La estrategia de disuasión como estrategia operativa es el instrumento

psicológico-militar que busca desarrollar el factor militar como elemento

disuasivo acorde la realidad nacional y las amenazas percibidas,

buscando cambiar actitudes o intenciones manifiestas. A su vez, la

Defensa Militar Externa se basa en los conceptos de “estrategia

defensiva” y “ofensiva táctica”, teniendo como una de sus bases el

“desarrollo de un poder de disuasión sustentable y creíble” 141

C. MARCO JURIDICO

Dentro del marco jurídico vigente serán considerados los siguientes

documentos:

• Constitución de la República

• Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas 14.157

• Ley Orgánica del Ejército 10.050

• Proyecto de Ley de Defensa Nacional

1. Constitución de la República

140 Ibídem, pag. 144-145. 141 Ibídem, pag. 146-149.



Nuestra norma constitucional establece en su artículo 4to que “La

soberanía en toda su plenitud existe radicalmente en la Nación…” La

Nación a la que hace referencia el artículo precedente se denomina

República Oriental del Uruguay. Esta a su vez es, “la asociación política

de todos los habitantes que habitan dentro de los límites que configuran

el territorio” (artículo 1ro), “es y será libre de todo poder extranjero”

(artículo 2do) y “no será patrimonio de persona o familia alguna” (artículo

3ro)142

En función de lo anterior podemos sostener que la defensa de la Nación

significa la defensa de la República; de sus habitantes y de sus derechos;

de su territorio, independencia y soberanía; de su ordenamiento

constitucional y legal. Por ello en la defensa nacional como

mantenimiento de los aspectos que hacen a la vida de la República, el

componente militar desarrolla un aspecto vital de la misma. 143

2. Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas 14.157

La Ley 14.157, Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas establece en su

artículo 1ro establece que “Las Fuerzas Armadas son el núcleo básico de

la población, organizado para planificar y ejecutar los actos militares que

impone la Defensa Nacional”. Posteriormente establece en el artículo 2do

la misión fundamental del componente armado del estado como la de

brindar seguridad nacional interior y exterior”. 144

3. Ley Orgánica del Ejército 10.050

La Ley Orgánica del Ejército en el artículo 2do establece como misión

fundamental de la Fuerza el “…contribuir a dar la seguridad nacional

142 Constitución de la República 143 González, Julián (Compilador) ; Debate Nacional sobre defensa. Aportes para una Ley de

Defensa Nacional ; Conferencia del Dr. Luis Alberto Lacalle; Mastergraf; Montevideo, 2006, pag.

165. 144 Digesto del Ministerio de Defensa Nacional; ”Ley 14.157 “Ley Orgánica de las Fuerzas

Armadas”; Montevideo, 1974, pag. 3.



exterior e interior, en el marco de la misión de las Fuerzas Armadas,

desarrollando su capacidad en función de las exigencias previstas”. En el

artículo 4to de dicha ley se establecen las tareas fundamentales entre las

que se destacan la ejecución de los actos militares que impone la

Defensa Nacional; la formulación de la doctrina, la táctica, las normas y

procedimientos para la organización y el apresto de los medios; la

formulación de los diferentes planes operativos; el mantenimiento del

despliegue para el cumplimiento de las misiones; la conducción de las

operaciones, etc. 145

4. Proyecto de Ley de Defensa Nacional

La nueva Ley de Defensa Nacional define en su Artículo 1 a la Defensa

Nacional como “conjunto de actividades –civiles y militares- dirigidas a

preservar la soberanía y la independencia de nuestro país, a conservar la

integridad del territorio y de sus recursos estratégicos, así como la paz de

la República, en el marco de la Constitución y las leyes; generando las

condiciones para el bienestar social, presente y futuro de la población”

Posteriormente en el Artículo 2 se expresa que la Defensa Nacional es

“un derecho y un deber” de los orientales y que en la instrumentación de

la misma confluyen “coordinadamente las energías y los recursos del

conjunto de la sociedad.” En el Artículo 4 se reivindica el derecho de la

legítima defensa establecido por la ONU ante un caso de agresión,

haciéndose particular hincapié en la disuasión cuando se expresa que

esa legítima defensa se ejercerá sin perjuicio de el empleo de todos “los

medios disuasorios y preventivos que resulten adecuados.” 146

D. CONCLUSIONES PARCIALES

1. Existe un marco juridico-doctrinario de nivel estrategico que considera a

la disuasion como una herramienta viable y necesaria para conducir la

Defensa Militar Externa. 145 Boletín del Ministerio de Defensa Nacional (Reservado) Nro. 2328; Ley 15.688 “Ley Orgánica del

Ejército”; Montevideo, 1984, pag. 17-18. 146 Poder Legislativo; Proyecto de Ley de Defensa Nacional; Montevideo, 2008.



2. En los niveles operativos y tacticos de la Fuerza en lo que a doctrina se

refiere, existen carencias de ordenes, directivas y reglamentos que

implementen lo que se establece y acepta en el plano politico-estrategico.

3. En relacion al numeral anterior, y considerando la Defensa Militar Externa

a partir de los tres tipos de operaciones que la materializan, la realidad

actual de la Fuerza indica que:

• no existen planes, ni directivas, ni reglamentos para conducir OE

• no existen planes, ni directivas y hay grandes carencias de

reglamentos para conducir ORN.

• no existen planes, hay algunas directivas y hay carencias de algunos

reglamentos para conducir OCONV.

4. En funcion de lo expresado en 3. anterior y considerando la relacion

existente y ya establecida en I. C. (al considerar la situacion problema),

entre “capacidades” y “ordenes, directivas y reglamentos”, se concluye

que:

• No existe capacidad para conducir OE.

• Existe una muy limitada capacidad para conducir ORN.

• Existe una limitada capacidad para conducir OCONV.

5. Cabe asimismo senalar que para el caso que la agresion militar externa

se desarrolle conjuntamente con operaciones insurreccionales en el

interior del pais, si bien existen planes al respecto (Plan Director de

Seguridad), a la fecha se carece de un manual o reglamento que

considere las acciones a adoptar contra estas fuerzas irregulares,

encontrandose en la etapa de preparacion en el EME un manual de

operaciones de estabilizacion (nueva terminologia para designar a las

viejas “öperaciones de contrainsurgencia”.



IV. BALANCE DEL PODER MILITAR EN LA REGION A. Poder y potencial 1. Poder y potencial nacional

Antes de definir qué es el “Poder Militar” y conocer en base a sus

indicadores cual es su balance en la región, se debe definir el “Potencial

Nacional”. Este puede ser definido como “el conjunto de recursos y

valores espirituales y materiales que posee una nación efectiva y

potencialmente”147. Es posible simplificar y aclarar aun mas ésta

definición diciendo que el potencial nacional está formado por el poder

nacional, (es decir lo que realmente poseemos) más las posibilidades de

desarrollo y crecimiento en un futuro previsible.

Para estudiar como está formado el potencial nacional en forma

metodológica este se subdivide en diferentes factores: político,

económico, sico-social y militar. A su vez dichos factores se verán

condicionados por el ambiente físico (la geografía) y por la ciencia y

tecnología.

2. Poder y potencial militar.

Siguiendo una línea de razonamiento similar, el Poder Militar es la parte

del factor militar preexistente, que ya está disponible para su empleo, en

tanto que el potencial militar es la suma del poder militar (es decir lo que

ya existe) mas lo que es posible disponer en un plazo determinado.

Sin lugar a dudas el elemento fundamental del poder militar son las

FFAA. Este poder se subdivide en poder terrestre, naval y aéreo. Debido

a nuestra situación geográfica y a la de nuestros eventuales agresores,

de iniciarse acciones bélicas contra nuestro territorio, es lógico pensar

que las principales acciones se desarrollarán en base a fuerzas 147 Vol. 60 Biblioteca Gral. Artigas « estrategia apuntes- enfoques proposiciones. Amado, Pomoli,

Torello 1980



terrestres, no obstante deben considerarse las operaciones conjuntas y

eventualmente combinadas.

B. Balance militar en la región

Para realizarlo se considerarán algunos de los indicadores anteriormente

considerados que muestran en una forma sustancial las diferencias

existentes ente los países a estudio (Uruguay, Argentina y Brasil), los que

mostrarán la gran diferencia que existe en cuanto a capacidades de las

distintas FFAA. Los indicadores seleccionados han sido modelos de

organización; reservas y movilización; recursos humanos; poblacion;

efectivos policiales y militares sin movilizacion; presupuesto de defensa.

1. Modelos de organización

Tanto los modelos de Brasil como de Argentina combinan un modelo

mixto de organizacion. En Argentina sus FFAA se conforman sobre la

base de Oficiales y SubOficiales profesionales con soldados conscriptos

incorporados a traves del Servicio Militar Voluntario (Ley Nro 24.429 de

del ano 1994). En Brasil el sistema es similar en lugar de un SMV se

habla de un Servicio Militar Obligatorio (Ley Nro 4375 del ano 1964). En

Uruguay en tanto no existe un sistema similar. 148

ORGANIZACIÓN MILITAR

PAIS Servicio Militar Leyes de Inst. Mil. Constitución

Argentina Voluntario y obligatorio Si No

Brasil Voluntario y obligatorio Si Si

Uruguay No existe No No

Elaboración propia. Fuente: “Atlas comparativo de la defensa en América Latina”

(2007)

148 Rico, Cnel Sergio; Tesis de grado “La capacitación militar de los ciudadanos a ser

movilizados previamente a integrar las reservas”; IMES, Montevideo, 2007.



2. Reservas y movilización

En Argentina, la Ley 22.429 de 1998 contempla la conformacion de

reservas, asimismo, la Ley de Defensa Nacional Nro 23.554, establece

precisiones y cometidos para conducir la movilizacion. Para el caso de

Brasil, la ley de Servicio Militar Obligatorio, Nro 4375 del ano 1964,

contempla tanto la conformacion de reservas como la movilizacion. En el

caso de Uruguay si bien existe la Ley de Instrucción Militar Obligatoria Nro

9943, la misma carece de aplicación y efectos practicos. 149

RESERVAS Y MOVILIZACION MILITAR PAIS

Reservas Movilización

Argentina Ley actualizada Ley de Defensa Nacional

Organos competentes

Brasil Previsto en Servicio Militar Ley de Servicio Militar

Obligatorio

Organos competentes

Uruguay Ley sin aplicación Ley sin aplicación

No existen órganos

competentes


(2007)

3. Recursos Humanos

En Argentina la Constitucion Nacional, la Ley de Defensa Nacional y el

“Libro Blanco de la Defensa” contienen disposiciones relativas a los

derechos y deberes de los ciudadanos en materia de Defensa Nacional.

Para el caso de Brasil, la Constitucion Nacional y la Ley de Servicio Militar

Obligatorio reglamenta dichos derechos y deberes. En el caso de Uruguay

no esta previsto en el texto constitucional la obligatoriedad de los

149 Ibidem



ciudadanos de defender a la Patria. 150

RECURSOS HUMANOS PAIS

Obligatoriedad

Argentina Prevista en Constitución y Leyes

Brasil Prevista en Constitución y Leyes

Uruguay No prevista


(2007)

4. Poblacion

La poblacion de Uruguay es aproximadamente 11,6 veces menor que la de Argentina y 54,9 veces menos que la de Brasil. A su vez la poblacion en edad de servicio militar de Uruguay es aproximadamente 11,7 veces menor que Argentina y 59,8 veces que Brasil

POBLACION

PAISES

INDICADOR

Uruguay Brasil Argentina

Población

total

3.460.607 190.010.647 40.301.927

Población

entre 18-49

años

1.524.749 91.314.740 17.865.642

Población que

anualmente

alcanza edad

para servicio

militar (18-49

años)

Informacion no

disponible

3.517.578 679.224

Indice de

nacimientos

14.41/1000 16.3/1000 16.53/1000

Elaboración propia. Fuentes: “Janes`s Sentinel Country Risk Assesment” (2007) y

“CIA`s World Factbook” (2007)

150 Ibidem



5. Efectivos de las FFAA y Policiales sin movilizacion

Los efectivos militares y policiales de Uruguay, sin proceder a la movilizacion, son apoximadamente 4,76 veces menores que los de Argentina y 14,03 veces que los de Brasil.

EFECTIVOS FFAA Y POLICIALES SIN MOVILIZACION

PAISES

INDICADOR


Ejército 15.400 195.000 42.500

Armada 6.000 48.500 17.000

Fuerza Aérea 3.000 50.000 13.200

Gendarmeria 18.000

Prefectura

Naval

13.300

Policía 25.000 400.000 132.000

TOTALES 49.400 693.500 235.500



6. Presupuesto de Defensa

Si bien el pocentaje del PBI afectado a gastos de defensa de Uruguay no es muy diferente al de Argentina y Brasil, siendo inclusive superior al de este ultimo pais, las diferencias se dan en el volumen de los diferentes PBI: el PBI de Uruguay es aproximadamente 10,9 veces menor que el de Argentina y 47,5 veces que el de Brasil.

PRESUPUESTOS DE DEFENSA

PAISES

INDICADOR


Producto

Bruto Interno

16.710.000.000 794.000.000.000 183.000.000.000



(U$S)

Gasto en

Defensa (%

PBI)

1,5 % (2006) 1,7 % (2006) 1,04 % (2004)

Gasto en

Defensa

(U$S)

168.500.000 20.644.000.000 1.530.000.000





V. ANALISIS DE LA INFORMACION A. La disuasión en la teoría Debido a las limitaciones impuestas por la geografía, presupuestos,

población y a la disparidad del balance militar con los eventuales agresores,

nuestra doctrina de Defensa Militar Externa no puede descansar ni en la

tecnología ni en la cantidad, pues es razonable pensar que nunca tendremos

superioridad en esos aspectos. Todo ello determina que Uruguay deba

prepararse mas que para ganar una guerra (que como se vio es

prácticamente imposible de ganar en el sentido clausewitziano del término),

para disuadir a sus eventuales enemigos de adoptar una conducta hostil que

desemboque en la agresión armada. Por ello la necesidad de una estrategia

de disuasión que, como se vio, es considerada en todos los documentos de

la Fuerza.

Pero que sucede cuando una estrategia de disuasión fracasa? Cuando la

disuasión fracasa, el país debe estar capacitado para defenderse

maximizando sus capacidades y minimizando sus limitaciones, pero en

todos los casos con un criterio realista y sustentable. En el caso de Uruguay,

debido a esa inferioridad en todos los factores del potencial ya considerada,

es que el país razonablemente opta, tal como se desprende del estudio de

los manuales y documentos de la Fuerza, por una forma de acción

estratégica indirecta en la cual la maniobra interior se basa en el modelo de

lucha total prolongada y la “maniobra por laxitud” tal como la preconizaba el

general Beaufre, modelo en el cual, para ser efectivo, debe participar de una

u otra forma toda la población de la República. De esta forma, “...la

movilización del pueblo de todo el país creará un vasto mar para ahogar el

enemigo, creará las condiciones que compensarán nuestra escasez de

armas y otros elementos y creará los requisitos previos para superar todas

las dificultades en la guerra” 151. A través de esta estrategia indirecta se

busca obligar a un adversario más poderoso a soportar condiciones de vida

y de lucha muy duras, empleando contra él medios extremadamente 151 Mao Tse Tung “Selección de escritos militares”; Ediciones en Lenguas Extranjeras; Pekín, 1967,

pag. 253.



limitados: la inferioridad material se compensa con superioridad moral. Por

ello se dice que la operación se desarrolla en dos planos: el plano de las

fuerzas materiales y el plano moral de la acción psicológica.152

En el plano material, tal como se desprende de todos los documentos

analizados de la Fuerza, se busca durar. Esta actitud de durar y prolongar el

conflicto en el tiempo constituye el núcleo de la maniobra por laxitud: solo es

posible sobrevivir cuando se evita el combate decisivo y simplemente se

hostiga al enemigo para mantener latente el conflicto. En el plano psicológico

también se busca durar y para ello es necesario desarrollar las fuerzas

morales y de la población local, a la vez que se ataca la voluntad de lucha

del enemigo, de su población y de sus aliados. Aquí adquieren

preponderancia determinadas técnicas psicológicas como la propaganda, el

adoctrinamiento y la organización de la población, mediante un

encuadramiento estrecho y bien vigilado de la misma. En este contexto,

“…los únicos éxitos son de orden psicológico, o sea que todas las acciones

materiales no tienen otro interés que su valor para levantar la moral o el

prestigio de los combatientes o de la población.” 153

Ahora bien, dentro de esta estrategia indirecta y considerando la necesidad

de la movilización y organización de toda la población de la República para

apoyar y conducir la lucha, se debe tener en cuenta que en la propia

fortaleza cuantitativa del enemigo también radica su mayor debilidad.

Considerando que el enemigo nos ataca en varias direcciones,

estratégicamente éste se halla en líneas exteriores mientras que nuestras

fuerzas se hallan en líneas interiores, y estratégicamente, aquel se

encuentra en la ofensiva mientras nosotros nos hallamos a la defensiva.

Esto que en principio puede parecer desfavorable para nuestras fuerzas, en

realidad puede volverse en contra del enemigo si hacemos uso adecuado de

nuestro territorio, el que sin ser vasto demandará una gran cantidad de

soldados para ocuparlo y controlarlo en su totalidad, y mucho mas aún si

movilizamos y organizamos para la lucha a la población nacional, en medio

de la cual debería moverse el enemigo. Para maximizar estas ventajas

señaladas, en lugar de una guerra de posiciones obstinada y sin sentido, 152 Beaufre, Gral. Andre; Introducción a la estrategia; IMES, Montevideo, 1963, pag. 68-69. 153 Ibídem, pag. 71.



donde la aniquilación de nuestras fuerzas militares es tan solo cuestión de

tiempo, es posible sostener una guerra flexible de movimientos,

concentrando y dispersando nuestros medios en una geografía y un medio

humano amistoso. De esta manera logramos invertir la situación táctico-

estratégica y si bien el enemigo se halla estratégicamente en líneas

exteriores y a la ofensiva, operacional y tácticamente lo podemos obligar a

combatir en líneas interiores las campañas y las batallas. En tanto que para

nosotros, las líneas interiores y la defensiva al nivel estratégico se convierten

en líneas exteriores y ofensiva en las campañas y batallas. Para ello, en lo

operativo y táctico se debe manejar el principio maoísta de “operaciones

ofensivas de decisión rápida en las líneas exteriores” y “en lo estratégico el

principio de “guerra defensiva prolongada en las líneas interiores”. 154

Precisamente, ante una agresión armada convencional proveniente del

exterior los documentos D 29-16, D 29-36, DI 33-01 y “Ejército Nacional.

Marco conceptual en su proceso de modernización” establecen un concepto

estratégico del empleo de los medios terrestres en base a tres etapas o

instancias claramente diferenciadas:

• en una primera instancia, desarrollando OCONV y OE se busca rechazar

al invasor hacia la frontera recuperando el territorio perdido

• en una segunda instancia, en caso de fracasar la anterior, se continua

resistiendo al invasor combinando OCONV, ORN y OE, empleando tácticas

convencionales y no convencionales, a medida que este ocupa el territorio, y

se busca en el plano político-diplomático obtener una solución negociada al

conflicto.

• en una tercera y última instancia se continúan con las anteriores

operaciones y se dispone la colaboración con aquellos organismos de

seguridad regionales o mundiales que intervengan para la recuperación de

nuestra soberanía e integridad territorial

A partir de materializada esa segunda instancia y ante el fracaso de expulsar

al invasor fronteras afuera, es que se inician las ORN y se involucra a la

154 Mao Tse Tung “Selección de escritos militares”; Ediciones en Lenguas Extranjeras; Pekín, 1967,

pag. 257-259.



población civil en el conflicto.155 El objetivo perseguido consiste en prolongar

indefinidamente la guerra en el tiempo a sabiendas que por las asimetrías de

medios y objetivos, el agresor buscará una guerra corta, convencional, de

alta tecnología, económica y políticamente barata, con pocas bajas y

limitados daños colaterales, manteniendo un estricto control de la

información y manteniendo al margen de la misma a su territorio y a su

población. En esta instancia, el esfuerzo debe orientarse a destruir la

sincronización de los planes enemigos y obligarlo a pelear, mediante la

combinación de OE y ORN, aquel tipo de guerra que desea evitar: una

guerra larga, de baja intensidad, de baja tecnología, políticamente cara,

maximizando sus bajas, con libertad de información y llevándole la guerra a

su propio territorio, población e intereses político-económicos, aún fuera del

propio teatro de operaciones. Así planteada la lucha, surge claramente que

el objetivo de las operaciones militares en esta instancia no es ganar en el

sentido clásico del término (lo cual es prácticamente imposible con nuestros

medios) sino mas bien no perder y buscar una solución negociada al

conflicto, a través de una acción estratégica indirecta que busca influir sobre

la opinión pública del agresor de forma de cansarla del conflicto y que exija a

su gobierno la finalización del mismo.

La historia de la Humanidad nos enseña que solo se alcanza a disuadir a un

agresor mas poderoso cuando es posible desarrollar tácticas, técnicas y

procedimientos de combate para los cuales aquel no se halla preparado para

enfrentarlos ni material ni psicológicamente, ni tampoco desea hacerlo por

los eventuales costos humanos, políticos y económicos, y que aún así nunca

existe una disuasión del 100%. Para alcanzar esa capacidad de disuasión,

en su doctrina, el Ejército Nacional establece que debe ser capaz de poder

conducir 3 tipos de operaciones militares que interactúan entre sí y se

apoyan mutuamente:

• Operaciones convencionales: Definidas por el documento DI 33-01

“Concepto Estratégico de Empleo del Ejército Nacional” como “operaciones

que se desarrollan en un Teatro de Operaciones por Fuerzas Militares

organizadas operando en forma abierta, con la finalidad de imponer su 155 DI 33-01 “Concepto estratégico de empleo del Ejército Nacional”; CGE; Montevideo, 2003, pag.

43



voluntad sobre el enemigo.” 156 Son las típicas operaciones realizadas por

todos los ejércitos del mundo, empleando los medios humanos y materiales

para combatir convencionalmente a un ejército agresor. En nuestro caso se

llevan a cabo siempre en nuestro territorio buscando rechazar al agresor y

recuperar el territorio nacional perdido.

• Operaciones Especiales: Según el documento anteriormente citado son

“...operaciones tácticas que se ejecutan tanto en territorio propio como en

territorio enemigo, fundamentalmente por parte de Fuerzas especialmente

entrenadas y equipadas, con la finalidad de desgastar al enemigo,

desorganizar sus Fuerzas, paralizar su capacidad de acción y destruir o

disminuir su voluntad de combatir”. 157 Son las llevadas a cabo para atacar

blancos estratégicos en territorio del agresor. Más que buscar un efecto

militar inmediato de naturaleza táctica buscan afectar la voluntad de lucha de

la nación agresora, logrando efectos estratégicos.

• Operaciones de Resistencia Nacional: Acorde el anterior documento

citado son “operaciones que, en el marco de las tareas de la Defensa Militar

Externa, se desarrollan selectivamente en todo el territorio nacional ocupado

por el enemigo, una vez que las Fuerzas del Ejército han sido sobrepasadas

en el curso de las operaciones convencionales. Son las llevadas a cabo en

todo el territorio nacional ocupado por el agresor”. 158

Al considerar los tres tipos de operaciones que materializan la Defensa

Militar Externa acorde nuestra doctrina de empleo es importante considerar

la relación que el general Beaufre establece entre “disuasión” y “acción” y la

necesaria complementación entre una y otra. El general galo expresa que:

“…la disuasión es el escudo, que no puede mas que parar, la acción es la

espada que puede a la vez, golpear y parar. Disuasión y acción son dos

términos complementarios de la estrategia.” 159 Por ello, cualquier estrategia

de defensa, para ser balanceada deberá contener ambos elementos: cuando

se quiere impedir que un eventual agresor “haga algo”, hay disuasión; por

su parte, cuando se quiere “hacer”, hay acción. Pero la principal diferencia

156 Ibídem, pag 24. 157 Ibídem, pag. 25. 158 Ibídem, pag. 25. 159 Beaufre, Gral. Andre ; Estrategia de la acción; Pleamar, Buenos Aires, 1973, pag. 44-45.



entre “disuasión” y “acción” se encuentra en la intención puramente

defensiva de la primera y en la intención ofensiva, en grados diversos, de la

segunda. Por ello, para lograr el objetivo de desalentar una agresión

convencional, toda estrategia debe contener un adecuado balance entre

disuasión y acción: tanto más de disuasión cuanto mas reducida es la

acción, tanto más de acción cuanto menos efectiva sea la disuasión. Así

puede expresarse que el balance disuasión-acción en el caso particular de

nuestro país se materializa mediante el desarrollo de capacidad que

permitan llevar a cabo OE, OCONV y ORN en nuestro país, y OE en el

territorio enemigo.

A través de una integración balanceada y planificada de estas tres

operaciones se puede conducir la “maniobra por laxitud” a que hace

referencia el general Beaufre, desarrollando una limitada capacidad

defensivo-ofensiva. No obstante, como condición “sine qua non”, para

desarrollar esta maniobra, resulta fundamental canalizar, organizar y orientar

un sentimiento natural en todos los pueblos invadidos como es el de la

resistencia al agresor y a sus colaboradores. Como observa Herrera, esta

“resistencia” no es sino “la acción normalmente espontánea que realiza una

población frente a un acto invasivo por parte de un poder extraño, un poder

extranjero”. 160 Esta “maniobra por laxitud” con la cual se enfrenta la agresión

de un enemigo mas poderoso basa su desarrollo mas en el apoyo activo y

decidido de la población organizada y encuadrada, en el alargamiento del

conflicto y en el desgaste moral y material del enemigo, que en la tecnología

avanzada y los grandes números que nuestra Fuerza no posee ni

razonablemente habrá de contar en un mediano plazo. Bajo esta concepción

de la guerra, el material es prescindible y el elemento decisivo es el hombre.

Tal cual expresa González el empleo de esta estrategia “…demanda un

esfuerzo moral muy grande por parte de quien lo utiliza y exige un fuerte

elemento pasional y gran cohesión nacional, para soportar con estoicismo

las enormes penurias que implica una lucha de este tipo.” 161.

160 Herrera Jiménez, Hector; La doctrina militar bolivariana. El nuevo sistema de seguridad y defensa

venezolano; Caracas, 2006, pag. 128-129. 161 Gonzalez, Cnel. Ricardo; Volumen 79 Apuntes de estrategia; Centro Militar, Montevideo, 1994,

pag. 131.



El desarrollo de las operaciones militares a través de la maniobra interior

podrá determinar que se llegue o a una improbable situación de superioridad

sobre las fuerzas enemigas y sus aliados o bien que se llegue a una

situación mucho mas realista de estabilización o estancamiento. En el caso

de la primera alternativa, es decir en caso de lograr superioridad, se podrán

dar condiciones para cambiar a una estrategia directa y buscar una solución

militar del conflicto. En caso contrario, en presencia de una situación de

estabilización o estancamiento en la cual el enemigo es incapaz de derrotar

militarmente a la RN y ésta es incapaz de hacer otro tanto con el invasor, se

abre un espacio para las negociaciones 162 , las cuales siempre para el

bando mas débil constituyen una forma de victoria indirecta pues en este tipo

de guerra asimétrica 163 “cuando el débil no pierde, gana, pero cuando el

fuerte no gana, pierde”

B. La disuasión en la práctica

A los efectos de determinar en que medida el concepto teórico de disuasión,

que como se pudo apreciar se halla contenido en los principales documentos

doctrinarios de la Fuerza, se aplica y se traduce en medidas prácticas y

concretas dentro de la misma, dándole un sustento material al concepto

teórico-doctrinario de “disuasión sustentable y creíble” se hace necesario

analizar diferentes elementos considerados indicadores válidos del nivel de

disuasión en que se debería sustentar la doctrina de empleo. Estos

indicadores serán:

• Los principios de la disuasión de John Collins

• Los objetivos específicos desarrollados en el documento D 29-16,

documento básico para el desarrollo de la actual doctrina de la Fuerza.

• Las capacidades que constituyen los “rasgos disuasivos” de una Fuerza

desarrollados por el Brigadier Jaime García.

Para hacerlo hemos de considerar a la doctrina de empleo, como “Conjunto 162 Ibídem, pag. 131. 163 El Tte. Cnel. LaWarren V. Patterson en un proyecto de investigación del US Army War College

define la guerra asimétrica como el “…actuar, pensar u organizarse en forma diferente al oponente

de forma de maximizar nuestras ventajas y explotar las debilidades del oponente.”



de principios, normas o preceptos de aplicación en la concepción,

preparación y conducción de una fuerza; se la materializa en planes,

directivas, reglamentos, etc.”164 De esta forma se analizará como la

disuasión se manifiesta en los planes, directivas y reglamentos vigentes y en

las principales actividades con ellos relacionadas, en el entendido que sin

planes, directivas y reglamentos no puede haber capacidades reales.

1. Los principios de la disuasión

Los principios de la disuasión desarrollados por Collins son nueve:

preparación militar; no provocación; prudencia; publicidad; credibilidad;

incertidumbre; paradoja; independencia y cambio.

a. Principio de Preparación Militar

La preparación militar de la Fuerza desde el punto de vista de la

doctrina de empleo, es no es la mas adecuada debido a que no se

posee capacidad de respuesta inmediata al carecerse de planes y

directivas y de los necesarios niveles de apresto del personal,

armamento, munición, equipo y abastecimientos de las diferentes

clases. Asimismo:

• No existen planes, directivas ni reglamentos para conducir OE

para proyectar fuerzas a territorio enemigo y conducir OE

buscando efectos estratégicos, por lo que se considera que no

existe dicha capacidad.

• No existen planes ni directivas y existen muy escasos documentos

de instruccion de ORN por lo que la capacidad para conducir estas

operaciones es muy limitada.

• No existen planes, existen algunas directivas y faltan algunos

reglamentos de OCONV por lo que se puede expresar que existe

una capacidad limitada para conducir OCONV.

164 RV 136-1 Terminología castrense en uso en las fuerzas terrestres; Ejército Argentino, Buenos

Aires, 1969, pag. 138.



b. Principio de No provocación

La no provocación, la no injerencia en los asuntos internos de los

estados, el respeto al Derecho Internacional y la resolución pacífica

de las controversias han sido características de la política exterior del

Uruguay en todos los tiempos. La doctrina de empleo de la Fuerza

mantiene la misma línea. Debido a ello se considera que la

materialización de este principio en la doctrina de empleo es buena.

c. Principio de Prudencia

Uruguay no emite señales claras a sus eventuales agresores acerca

de la necesidad de mostrar prudencia. Ello es así debido a que los

agresores no cuentan con indicios claros de que sus ventajas netas

serán inferiores que los costos de una agresión a nuestro país; ello es

así, en gran medida y desde el punto de vista de la doctrina de

empleo a nuestras carencias en lo que se refiere a planes, directivas y

reglamentos. Debido a ello la materialización de este principio en la

doctrina de empleo se considera como mala.

d. Principio de Publicidad

El país no comunica adecuadamente sus capacidades a los

eventuales agresores. Dentro de la doctrina de empleo y en relación a

las capacidades actuales, aquella que podría disuadir más

eficazmente a un agresor, como es el caso de las ORN, no es

adecuadamente transmitida. En virtud de ello, se considera que su

materialización en la doctrina de empleo es mala.

e. Principio de Credibilidad

La credibilidad es regular debido a que las capacidades disuasivas de

la Fuerza establecidas en nuestra doctrina, en la práctica son

demasiado débiles en función del potencial nacional. Por ello, estas

capacidades resultan poco creíbles para los eventuales agresores en



virtud de la debilidad de nuestras posibles respuestas y la falta de

preparación para las mismas en cuanto a planes, directivas y

reglamentos.

f. Principio de Incertidumbre

El nivel de incertidumbre de nuestra doctrina de empleo es regular. La

incertidumbre permite reforzar la credibilidad sembrando la duda

sobre las capacidades reales de un estado. En nuestro caso, no

existe incertidumbre respecto de nuestra doctrina de OCONV (pues

un calco de la de nuestros agresores); existe una cierta incertidumbre

sobre la doctrina para conducir ORN, y la incertidumbre sobre nuestra

doctrina de OE es total (no por sus contenidos sino por no existir a la

fecha dicha doctrina). La incertidumbre en ORN y OE no es una

“incertidumbre por accion” sino es una “ïncertidumbre por omision”, al

carecer de los necesarios elementos.

g. Principio de la Paradoja

En el caso que fracase la disuasión y se materialice una agresión,

debido al grado actual de desarrollo de nuestra doctrina de empleo y

su conocimiento en mayor o menor grado por parte de los eventuales

agresores, no es dable que éstos supongan que la agresión tendrá un

costo excesivo. Su materialización en nuestra doctrina de empleo es

mala.

h. Principio de Independencia

Nuestra doctrina de empleo es coherente con el principio de

independencia pues sostiene que la disuasión debe ser sustentable y

parte del supuesto de que se podrá contar o no con apoyos externos.

Por lo anterior se considera que la materialización de este principio en

la doctrina de empleo es buena.



i. Principio del Cambio

Para el caso de este principio y en lo que se refiere a nuestra doctrina

de empleo, el mismo tiene una aplicación regular pues en la

institución existe una fuerte resistencia a cualquier tipo de cambio.

Complementariamente con lo anterior, no existen planes a

introducirles cambios y las directivas y los manuales a los cuales

eventualmente introducirles cambios son insuficientes.

PRINCIPIOS DE LA DISUASION ( COLLINS)

Principio Aplicabilidad

Preparación militar Mala

No provocación Buena

Prudencia Mala

Publicidad Mala

Credibilidad Regular

Incertidumbre Regular

Paradoja Mala

Independencia Buena

Cambio Regular Elaboración propia. Fuente: John Collins “Los principios de la disuasión”

Air University Review. (2007)

2. Los objetivos específicos

El documento D 29-16 establece un objetivo general y siete objetivos

específicos que materializan el poder o grado de de disuasión deseado.

Para medir su grado de materialización desde el punto de vista de la

actual doctrina de la Fuerza se los clasificará como “Alcanzado”, “No

alcanzado” y “Parcialmente alcanzado”

a. Mantener actualizada la doctrina de empleo

Se considera como un objetivo “No alcanzado” debido a:

• No existencia de planes y órdenes de operaciones para el caso de



un ataque exterior.

• Indefinición de la Fuerza como tal respecto del alcance, doctrina,

aplicación, implementación y complementación de las ORN con las

OE y OCONV.

• Falta de manuales que completen la base doctrinaria de empleo de

la Fuerza para los tres tipos de operaciones: OCONV, OE y ORN.

Ello es particularmente grave en lo que respecta a la carencia de

un manual básico que reúna nuestra doctrina de OE; la

desactualización del manual básico de las operaciones del

Ejército, el RC 1-1 “Manual de Operaciones”; y la carencia de un

manual de ORN , debido a que el RC 10-2 “Operaciones de

Resistencia Nacional” fue retirado de circulación y a la fecha no se

ha confeccionado otro.

b. Lograr una capacidad dual que permita enfrentar tanto una agresión armada interior como una agresión armada exterior (combinada o no con acciones insurreccionales)

Se considera como un objetivo “Parcialmente alcanzado”. Ello es así

debido a que:

• Si bien para el caso de una agresión exterior la doctrina de empleo

presenta carencias gravísimas, algunas ya expresadas, para el

caso en que dicha agresión se complemente con acciones

insurreccionales en apoyo de la actuación enemiga, existen planes

al respecto (Plan Director de Seguridad).

• No obstante ello, para el caso de esas acciones insurreccionales

en apoyo a la agresión exterior, actualmente se carece de un

manual de operaciones de estabilización (la nueva terminología

para denominar a las operaciones de contrainsurgencia en un

ambiente de operaciones de paz tipo ONU) que refleje la doctrina

del Ejército.



c. Desarrollar un ejército moderno de alta movilidad y flexibilidad y capacidad de rápida respuesta.

Desde el punto de la doctrina de empleo se considera como un

objetivo “No alcanzado” debido a que:

• Si bien por un lado se adquieren materiales nuevos buscando

dotar a la Fuerza de alta movilidad y flexibilidad, por el otro, las

carencias de planes, órdenes y manuales impiden la capacidad de

rápida respuesta y condicionan la flexibilidad, de los Comandantes

en todos los niveles de comando al no tener directivas o

instrucciones de cómo, porqué y hacia donde se deben orientar las

diferentes acciones de una forma eficaz y coordinada, de forma de

lograr el efecto deseado en el momento y lugar elegidos.

• A la vez, el hecho de adquirir sin una doctrina de empleo que

oriente el equipamiento determina que una vez recibido el material

se deba adecuar la doctrina al material y no proceder a la inversa.

Esto es particularmente grave y se demuestra claramente respecto

de las armas anti-tanque y anti-aéreas.

• Si bien en diferentes documentos de la Fuerza se explicita la

necesidad de adquirir armamento anti-tanque y material anti-aéreo

portátil, a la fecha no existe capacidad anti-tanque en el país: el

único sistema de armas plenamente operativo es el lanzacohetes

RPG-7 y se encuentran en su totalidad en el exterior. Esto ya de

por si limita severamente toda la doctrina de empleo, en lo que

respecta a la lucha anti-tanque, dentro de un marco de OCONV

habida cuenta que se ha de enfrentar a un enemigo fuerte en

tanques. Pero asimismo impide parcialmente o inhibe de una u

otra forma el desarrollo de ORN y OE. En cuanto a la defensa anti-

aérea nuestras capacidades actuales, considerando la amenaza

aérea, son muy escasas por la falta de material, la obsolescencia

del mismo, su escasa movilidad y su incapacidad para responder

al modelo defensivo vigente.



d. Asegurar la defensa de nuestras fronteras de toda agresión física.

Desde el punto de vista de la doctrina de empleo y excluyendo el caso

de una agresión militar, se considera como un objetivo “Parcialmente

Alcanzado”.

• Existen planes y directivas que contemplan la defensa de las

fronteras contra amenazas no militares, abarcando un amplio

abanico de posibilidades. Si bien existen manuales de la Fuerza

relacionados con el control de disturbios civiles, a la fecha la

doctrina en ese sentido no se disemina adecuadamente a las

Unidades Básicas al no impartirse instrucción de disturbios civiles

por parte de la Fuerza por falta de personal preparado para

impartir dicha instrucción. A la fecha, quienes imparten dicha

instrucción son elementos de la Armada Nacional y

exclusivamente para preparar al personal que parte en misión de

paz a Haití.

e. Estar en condiciones de proteger las instalaciones, objetivos vitales y servicios esenciales de toda amenaza exterior e interior.

Desde el punto de vista de la doctrina de empleo, se considera como

un objetivo “Parcialmente Alcanzado”.

• Existen planes y directivas que contemplan la protección de

instalaciones y servicios vitales, no obstante se visualizan las

mismas limitaciones relacionadas con la defensa de fronteras

contra amenazas que no lleguen a configurar una agresión militar.

f. Preservar la operatividad de la Fuerza manteniendo presencia en todo el país, cubriendo el despliegue territorial existente.

En relación con la doctrina de empleo este es un objetivo “Alcanzado”.



g. Estar en condiciones de movilizar recursos materiales, humanos y tecnológicos para atender necesidades militares en tiempo de guerra.

Desde el punto de vista de la doctrina de empleo este es un objetivo

“No alcanzado”.

• Si bien los manuales y documentos de la Fuerza establecen

necesidad de conducir la movilización total y parcial, a la fecha

existen carencias que limitan la capacidad para llevarla a cabo.

OBJETIVOS ESPECIFICOS

Objetivos Cumplimiento

Mantener actualizada la Doctrina de Empleo de la Fuerza NA

Lograr una capacidad dual que permita enfrentar una agresión interior y

exterior (con o sin apoyo de acciones insurreccionales)

PA

Desarrollar un Ejército de alta movilidad y flexibilidad y capacidad de

rápida respuesta.

NA

Asegurar defensa de fronteras en caso de agresión física PA

Protección de instalaciones y servicios esenciales en caso de guerra PA

Preservar operatividad de la Fuerza manteniendo despliegue territorial A

Movilizar recursos materiales, humanos y tecnológicos en tiempo de

guerra.

NA

REFERENCIA NA: No Alcanzado; PA: Parcialmente Alcanzado; A: Alcanzado Elaboración propia. Fuente: D 29-16 “Apreciación de Situación del Ejército Nacional” (2007)

3. Capacidades que definen el “rasgo disuasivo” de una Fuerza

Las mismas fueron desarrolladas en el año 2004 por el Brigadier Jaime

García en la “Revista de Fuerzas Armadas y Sociedad”. Estas

capacidades que configuran el “rasgo disuasivo” de una Fuerza son:

capacidad ofensiva; apoyo social; adecuado desarrollo logístico; estado

de alistamiento y despliegue y mentalidad ofensiva.

a. Capacidad ofensiva

En nuestro caso, la capacidad de proyectarse ofensivamente en



territorio del agresor deberia estar dada por nuestro componente de

Fuerzas de Operaciones Especiales. Sin embargo, desde el punto de

la doctrina de empleo, esta capacidad se considera “Parcialmente

Alcanzada”. Ello es así debido a que:

• Si bien existe un componente de Fuerzas de Operaciones

Especiales, encargados de desarrollar las OE y llevar la guerra a

territorio enemigo, a mas de 40 años de enviarse Personal

Superior a realizar cursos de esta especialidad, la Fuerza aún no

ha logrado estructurar una organización con perfil definido, como

asi tampoco conformar un núcleo teórico básico que defina su

doctrina de empleo.

• Afectan negativamente esta capacidad, ademas del aspecto

nombrado, el hecho de que hoy no se prepara a los Oficiales Jefes

y Oficiales Superiores de la Fuerza, eventuales miembros de un

Comando o un Estado Mayor en operaciones, a planificar y

conducir este tipo de operaciones, en coordinacion con las

OCONV y OE.

b. Apoyo social

Considerando esta capacidad desde la óptica de la doctrina de

empleo puede expresarse que la misma es “No Alcanzada”.

• Actualmente las FFAA y particularmente el Ejército Nacional no

gozan de un alto grado de respeto y prestigio social debido

fundamentalmente a la actuación que le cupo durante el proceso

cívico-militar y comno consecuencia del necesario ajuste historico.

Ello obviamente dificulta en caso de guerra la continuidad en el

tiempo del esfuerzo bélico.

• A la vez, este bajo prestigio social dificultará el desarrollo de las

operaciones militares, particularmente las ORN para las cuales el

apoyo popular es una condición indispensable.

c. Adecuado desarrollo logístico

Actualmente esta capacidad desde la óptica de la doctrina de empleo



se considera como “No Alcanzada”. Ello se debe fundamentalmente a

que:

• Se carece de autosuficiencia logística.

• No existe una base industrial de defensa.

• En materia de abstecimientos y suministros criticos relacionados

con las capacidades capacidades operativas se depende del

exterior.

• Existe rezago tecnologico e importantes carencias en cuanto a

material anti-tanque de mediano y largo alcance; material anti-

aéreo portátil; equipos de vision nocturna; sistemas de adquisicion

de blancos; sistemas de comando, control, comunicaciones e

inteligencia; prooteccion; etc.

d. Estado de alistamiento y despliegue que permita pasar de un dispositivo de tiempo de paz a otro de guerra.

Esta capacidad desde la óptica de la doctrina de empleo se considera

como “No alcanzada” debido fundamentalmente a:

• No existencia de planes y órdenes para la eventualidad de una

agresión exterior.

• No existe a la fecha un mecanismo eficiente que permita

contabilizar, registrar, localizar y reagrupar al personal movilizable.

• Marco legal con falencias.

• Ausencia de organizaciones y estructuras especificas.

• Escasa capacidad de escalamiento terrestre.

• No existencia de planes para la transición de un dispositivo y

organización de tiempo de paz a uno de tiempo de guerra.

e. Mentalidad ofensiva y adecuada instrucción y entrenamiento.

Desde el punto de vista de la doctrina de empleo esta capacidad se

considera como “No alcanzada”. Ello es así debido fundamentalmente

a que:

• En cuanto a la “mentalidad ofensiva”, existen deficiencias en la

formación del Cuerpo de Oficiales en materia de “Etica Militar” y



“Liderazgo”, elementos fundamentales a la hora de crear Oficiales

con iniciativa, agresividad, sentido práctico y formados en la

escuela del “mando descentralizado”. Existen deficiencias en los

programas y hay carencias en materia de textos de estudio y

manuales al respecto.

• En lo relacionado con la instrucción y entrenamiento, no existen

manuales que contengan la base doctrinaria de las OE y las ORN

por lo que es imposible instruir, entrenar y evaluar a los elementos

afectados a estas operaciones, así como tampoco hacer lo propio

con los Comandos y Estados Mayores afectados al comando y

control de estas operaciones.

• Por su parte, en los Institutos de formación de la Fuerza,

particularmente en la Escuela Militar no se tiene claro cual es el

perfil del Oficial que necesita la Fuerza en función de las

amenazas y capacidades. A su vez, el Plan 1989, vigente a la

fecha en la Escuela Militar, no ha sido discutido ni analizado a

fondo por la Fuerza.

CAPACIDADES QUE DEFINEN EL “RASGO DISUASIVO”

Capacidad Estado Capacidad ofensiva PA

Apoyo social NA

Adecuado desarrollo logístico NA

Estado de alistamiento y despliegue NA

Mentalidad ofensiva / adecuada instrucción & entrenamiento NA

NA: No Alcanzado; PA: Parcialmente Alcanzado; A: Alcanzado Elaboración propia. Fuente: Brigadier Jaime García “Bases para una nueva modalidad

estratégica” (Revista “Fuerzas Armadas y Sociedad”) (2007)

3. Conclusiones a. La disparidad de potencial entre los eventuales agresores y

nuestro país hace inviable una disuasión convencional basada



exclusivamente en formulas ortodoxas. Dicho de otro modo: la

disuasión que pudiera ejercer la Fuerza no sería creíble ni

sustentable –y por ende no funcionaría- si nuestra Defensa

Militar Externa, se basase exclusivamente en las OCONV y OE.

En caso de así hacerlo, en caso de depender exclusivamente de

tácticas, técnicas y procedimientos convencionales no haríamos

sino alentar la agresión pues el agresor sabe que en una sola

batalla perderíamos la guerra.

b. El elemento que aporta credibilidad y sustentabilidad a nuestra

doctrina de Defensa Militar Externa, ante los eventuales

agresores, es la interacción entre ORN, OCONV y OE en el

marco de una estrategia indirecta. El integrar estos tres tipos de

operaciones, conducidas en forma asimétrica y a partir de una

posición de debilidad, para obtener un determinado efecto

estratégico, permite lograr un mayor grado de disuasión y en

caso que dicha disuasión fracase, permite estar en condiciones

de conducir un tipo de conflicto que ninguno de los agresores

desea pelear.

c. Con la forma de acción estratégica indirecta, tal como observa el

Coronel González se busca alcanzar un resultado decisivo por

métodos no militares.165 Para lograr disuasión, dentro de esta

forma de acción es necesario desarrollar capacidades que

permitan conducir los tres tipos de operaciones militares que

interactúan entre sí y se apoyan mutuamente:

• Operaciones convencionales (OCONV): las típicas

operaciones realizadas por todos los ejércitos del mundo en

las cuales se emplean los medios humanos y materiales para

combatir convencionalmente al ejército agresor. En nuestro

caso se llevan a cabo en nuestro territorio buscando rechazar

al agresor y recuperar el territorio nacional perdido.

• Operaciones Especiales (OE): llevadas a cabo para atacar 165 Gonzalez, Cnel. Ricardo; Volumen 79 Apuntes de estrategia; Centro Militar, Montevideo, 1994,

pag. 121.



blancos estratégicos en territorio del agresor y en nuestro

territorio. Más que buscar un efecto militar inmediato buscan

afectar la voluntad de lucha de la nación agresora.

• Operaciones de Resistencia Nacional (ORN): las llevadas a

cabo en todo el territorio nacional ocupado por el agresor una

vez que hemos perdido capacidad para conducir operaciones

convencionales..

d. La historia militar contemporánea es pródiga en ejemplos en el

sentido que es posible derrotar a una fuerza militar en el campo

de batalla, pero es imposible luchar contra todo un pueblo

organizado y encuadrado para resistir una agresión. Y resulta

mucho mas complejo aún cuando a lo anterior, el enemigo debe

sumarle el problema adicional de eventualmente poder sufrir

ataques a blancos estratégicos en su propio territorio a través de

OE. Que se alcanza con esto? Se alcanza una capacidad de

“defensa defensiva” o “defensa no provocativa”, similar a la de

muchos países históricamente neutrales tales como Suecia,

Suiza, Austria o la ex Yugoslavia, que al decir de Buzán

“…persiguen estrategias militares autosuficientes basadas en

hacer que el país sea difícil e inútil de ocupar. Ambas han

conseguido con éxito desde hace tiempo mantenerse al margen

de rivalidades mas importantes que han florecido a su

alrededor…” 166 Otro teórico que ha incursionado en la “defensa

defensiva” ha sido Johan Galtung quién basa sus modelos de

seguridad en una mezcla de medios defensivos y de

invulnerabilidad, proscribiendo las armas ofensivas. Sobre la

defensa defensiva Galtung expresa que “...es el dispositivo que

mejor se adapta para que los estados tengan un adecuado nivel

de seguridad sin llegar a provocar a los otros. Esta formulación

está compuesta por tres variables: la defensa convencional, la

166 Buzán, Larry; Introducción a los estudios estratégicos; Ediciones Ejército, Madrid, 1991, pag.

381.



paramilitar y la no militar”. 167

e. Si bien hay una aceptación expresa en todos los documentos de la

Fuerza acerca de la necesidad de disuadir a adversarios mas

poderosos, estableciéndose un marco teórico coherente en dicho

sentido, en la práctica al comparar la realidad operativa de la

Fuerza en función de la doctrina de empleo, con una serie de

indicadores tal cual se hizo en párrafos anteriores, surge

nítidamente que en la práctica, desde la óptica de la doctrina de

empleo, Uruguay tiene una escasa capacidad disuasiva. Ello es

posible resumirlo en el siguiente cuadro:

COMPARACION DE INDICADORES

CALIFICACION INDICADOR No Alcanzado

Parcialmente Alcanzado

Alcanzado

Principios de la disuasión (1) 4 3 2

Objetivos específicos del poder de

disuasión

3 3 1

Capacidades del “rasgo disuasivo” de una

Fuerza

4 1

(1)Al calificar a los principios de la disuasión se consideró su aplicabilidad en

función de la doctrina como “Buena”, “Regular” o “Mala”. Dicha calificación

corresponde a “No Alcanzado”, “Parcialmente Alcanzado” y “Alcanzado”

respectivamente.

Elaboración propia. (2007)

167 Instituto Español de Estudios Estratégicos; “Ideas sobre prevención de conflictos”; Ministerio de

Defensa, Madrid, 2001, pag. 153.



VI. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

A. Conclusiones 1. La disuasión

La finalidad de la disuasión es evitar la guerra imponiéndole a un

eventual atacante un costo sumamente alto en comparación con las

eventuales ganancias. Busca crear en la mente del eventual agresor un

determinado efecto psicológico que lo inhiba de iniciar una acción

considerada hostil.

2. La disuasión en nuestra doctrina

a. Desde los inicios de nuestra nacionalidad, la ubicación geográfica de

la Banda Oriental determinó que la defensa del territorio descansase

en gran medida en la participación activa de la población local,

complementando la acción de los ejércitos regulares de la Corona,

como forma de desalentar y disuadir acciones hostiles por parte de

portugueses, franceses, holandeses, británicos.

Posteriormente y particularmente luego de la finalización de la

Segunda Guerra Mundial, la Fuerza desarrollo una doctrina

defensiva que considerando la disparidad de potencial con los

vecinos, consideraba el empleo organizado y activo de la población

en la conducción de acciones irregulares en apoyo a las

operaciones convencionales, todo ello como forma de disuadir una

eventual agresión exterior.

b. Si bien todos los documentos que conforman el marco teórico de la

Fuerza y respaldan la doctrina de empleo hacen hincapié en la

necesidad de desarrollar un “poder de disuasión sustentable y

creíble”, se hace necesario diferenciar entre la “disuasión efectiva” y

la “disuasión declamada”. La “disuasión efectiva” o real es aquella

que efectivamente se ejerce en virtud de los planes, directivas y



manuales existentes y que materializan la misma desde el punto de

vista de la doctrina de empleo. La “disuasión declamada” en cambio,

es aquella que desde un plano teórico e ideal se promueve en los

diferentes documentos vigentes de la Fuerza. No necesariamente

habrá de existir diferencia entre ambas disuasiones, pero la

condición para que converjan es que todas las medidas y

orientaciones anunciadas en la “disuasión declamada”, se

materialicen en la “disuasión efectiva”.

A partir del análisis de nuestro “poder de disuasión declamado” en

función de los principios de la disuasión de Collins, de los objetivos

específicos del poder de disuasión del documento D 29-16 y de las

capacidades que componen el “rasgo disuasivo” de una Fuerza, se

puede definir nuestro “poder de disuasión efectivo” como “escaso”.

c. El marco jurídico vigente reconoce explícitamente la necesidad de

conducir la Defensa Nacional en presencia de una agresión e

implícitamente reconoce a la disuasión como una herramienta

esencial para prevenir los conflictos, acorde con la tradicional

posición oriental de “resolución pacífica de las controversias”. Por su

parte la nueva Ley de Defensa Nacional en congruencia con los

demás textos establece a título expreso el derecho a la legítima

defensa y a adoptar todas las “medidas disuasivas y preventivas

correspondientes”.

3. Balance del poder militar en la región

El balance militar en la región es claramente favorable a los actores

considerados como agresores potenciales en todos los indicadores

analizados, generando una situación de clara asimetría de potencial.

Por todo lo expuesto anteriormente se hace necesario nivelar la

relación y balance de potencial negativo con nuestros eventuales

agresores, fijándose objetivos asimétricos respecto de los eventuales

agresores, sobre la base de un empleo “sui generis” de los medios



disponibles y la generación de capacidades, aspectos todos estos que

deben manifestarse en la doctrina de empleo de la Fuerza.

B. Como síntesis de lo anterior puede expresarse que: 1. El siglo XXI y el fin del mundo bipolar conforman un entorno estratégico

confuso, inestable, imprevisible e inseguro en donde surgen nuevos

riesgos y amenazas particularmente para los pequeños estados como

el nuestro rodeado de vecinos poderosos y ambiciosos.

2. Para los países que voluntariamente renuncian a políticas agresivas, la

alternativa a una estrategia de fuerza planteada por un ocasional

agresor la constituye una estrategia de disuasión. Conocida desde la

Antiguedad, la esencia de la disuasión radica en la creación de

amenazas militares que desalienten las conductas agresivas.

3. Existe un balance regional netamente favorable a nuestros vecinos e

hipotéticos agresores en casi todos los factores del potencial. Este

desequilibrio determina que Uruguay para desalentar una agresión y

eventualmente defenderse, deba recurrir a alternativas “sui generis” que

buscan maximizar sus capacidades y minimizar sus debilidades dentro

de una forma de acción estratégica indirecta.

4. Desde el punto de vista militar, y en virtud de nuestra debilidad relativa,

existe una asimetría con nuestros eventuales agresores en cuanto a

capacidades y a modelo estratégico. Esta asimetría y la necesidad de

disuadir se encuentran asumidas en los principales documentos que

constituyen la base de nuestra doctrina de empleo (“disuasión

declamada”).

5. Desde el punto de vista de la doctrina de empleo, existe un defasaje

entre la “disuasión declamada” y la “disuasión efectiva”. Ello es así en

virtud que nuestro poder de disuasión desde el punto de vista de la

doctrina de empleo, no es creíble, sustentable ni eficaz pues presenta

severas carencias en materia de planes, órdenes y manuales,

afectando decididamente la preparación de los medios para conducir la



disuasión (“disuasión efectiva”).

6. En virtud de lo anterior puede expresarse que nuestro poder de

disuasión desde el punto de vista de la doctrina de empleo y una vez

contrastado con los principios de la disuasión, las capacidades del

“rasgo disuasivo” de una Fuerza y el grado de cumplimiento de los

objetivos específicos de nuestro poder de disuasión, puede ser definido

como “Escaso”.

C. Conclusiones finales Acorde a las preguntas iniciales planteadas se concluye que desde el

punto de vista de la doctrina de empleo:

1. Nuestras actuales capacidades operativas no permiten alcanzar un

elevado grado de disuasión sobre los eventuales agresores

considerados en este trabajo.

2. Las capacidades consideradas en la doctrina de empleo de la Fuerza,

es decir capacidad para conducir OCONV, OE y ORN son suficientes

para disuadir a los eventuales agresores, en la medida en que se

diseñen los planes necesarios; se desarrolle, publique y difunda la

doctrina de OE y ORN; se produzcan los manuales necesarios a

dichas operaciones; y se entrene al personal de la Fuerza sobre la

base de esa doctrina y manuales.

3. Nuestra doctrina debería poseer las cinco capacidades que definen el

“rasgo disuasivo” de una Fuerza. Sin embargo, considerando nuestra

doctrina de empleo, nuestros eventuales enemigos y nuestras

capacidades, en dicha estrategia disuasiva adquieren particular

importancia dos de esas capacidades: el tener una limitada capacidad

ofensiva para poder llevar la guerra al territorio del agresor y el

disponer de un significativo apoyo social debido al rol que juega la

población en la estrategia de la Fuerza.



4. Desde el punto de vista de la doctrina de empleo, las OCONV, OE y

ORN deberán interactuar de forma tal hacer que los costos de una

agresión armada a nuestro país sean tan grandes que eliminen

cualquier posible beneficio a obtener por parte del atacante. Por ello

la defensa militar externa busca mediante un adecuado poder de

disuasión prevenir la agresión más que rechazar la misma.

D. Recomendaciones

Considerando la naturaleza, el alcance y las limitaciones del presente

trabajo, desde el punto de vista de la doctrina de empleo de la Fuerza

se recomienda:

1. Realizar todos los estudios y acciones necesarias dentro de la Fuerza a

los efectos de incrementar el poder de disuasión de la misma hasta

lograr la necesaria eficacia, credibilidad y sustentabilidad, atributos

éstos que desde el punto de vista de la doctrina de empleo exigen

particularmente:

• Desarrollar y emitir órdenes, planes y directivas claras a todos los

elementos de la misma.

• Desarrollar aquellos manuales que constituyen la base doctrinaria

operacional de ORN y OE y completar aquellos manuales faltantes

de la base doctrinaria de OCONV.

• Instruir y entrenar a todo el personal militar y a determinados

segmentos de la población civil, en base a planes estructurados en

consonancia con dicha doctrina de empleo.

2. Considerar en la doctrina e incluir e integrar en los correspondientes

planes, directivas y manuales a la población civil organizada y

encuadrada por elementos de la Fuerza, para lograr disuadir y

eventualmente resistir una agresión armada y como forma de darle

sustentabilidad y credibilidad a todo el cuerpo doctrinario. A tales

efectos se considera oportuno desarrollar estudios sobre la doctrina de

empleo de países que como la ex – Yugoslavia, Finlandia, Suecia,

Suiza, Austria o Singapur han desarrollado un concepto de “defensa



total” logrando una plena integración entre FFAA y sociedad civil como

elemento central de su poder de disuasión. Una vez completados

dichos estudios, gestionar ante el mando político de las FFAA el marco

legal y los mecanismos necesarios para facilitar la integración de la

población civil a las diferentes actividades que conforman la Defensa

Nacional.

E. Consideración Final

En un país en vías de desarrollo como el Uruguay el gasto para la defensa

nacional no puede disociarse de los compromisos y obligaciones que tiene

el Estado de satisfacer necesidades de orden económico, social y cultural

de la sociedad. El equilibrio entre estos gastos es muy difícil de lograr,

particularmente en sociedades donde no se percibe claramente amenazas

exteriores; todo ello genera fuertes resistencias en atender las necesidades

de defensa en detrimento de las necesidades sociales. No obstante debe

señalarse que la defensa nacional no se improvisa y es deber de cualquier

gobierno asumir y aceptar esos gastos a pesar que no sean redituables

electoralmente.

Existen caminos alternativos para una Defensa Nacional no provocativa

basada en la disuasión de los potenciales agresores. En todos los casos la

participación activa de la población movilizada y encuadrada por las

organizaciones del Estado es una condición indispensable. Ello es

coherente con la idea subyacente en la nueva Ley de Defensa Nacional de

que la defensa del Estado en presencia de una agresión armada exterior

no puede ni debe ser patrimonio de las FFAA, sino que es un derecho y un

deber de toda la Nación. Decía el coronel Roger Trinquier al respecto que

“Hoy como antaño ser soldado sigue siendo el primer deber

de un hombre libre que quiere seguir siendo libre. Durante un

período de su vida, mas o menos largo según las

circunstancias, debe tomar conciencia del hecho de que la

suerte de la Nación y la de todos los suyos está en sus



manos.” 168

Sin embargo, para que la población pueda participar en la Defensa

Nacional efectivamente se deben implementar desde el Estado y desde

tiempo de paz aquellos mecanismos jurídicos que permitan organizar y

entrenar a la población para su eventual actuación. A la vez, para hacer

creíble esta estrategia, se debe trascender la órbita de las FFAA, a los

efectos de coordinar y planificar con organizaciones gubernamentales no

militares (intendencias, ministerios, empresas públicas, entes autónomos,

etc) y con organizaciones civiles (empresas privadas, sindicatos, iglesia,

partidos políticos, etc) acerca de los diversos roles que deberían

desarrollar cada uno de estos componentes en caso de una invasión

extranjera. No obstante, para que la resistencia al invasor sea un éxito, por

encima de cualquier marco jurídico, se hace necesario educar desde la

infancia a todos los ciudadanos acerca del derecho y el deber de todo buen

oriental de colaborar de una u otra forma en la defensa de su Patria.

Finalmente un pensamiento de Sun Tzu respecto de la relación entre la

victoria y el conocimiento de las capacidades y debilidades propias y las

del enemigo que debería ser tenido en cuenta en el momento de rediseñar

la arquitectura de defensa de nuestro país, del cual la disuasión es un

elemento fundamental:

“Es preciso saber que hay cinco casos en los cuales la victoria

es previsible:

El que sabe cuando hace falta combatir y cuando no hay que

hacerlo, será victorioso.

El que sabe cómo hay que utilizar un ejército importante y un

ejército reducido, será victorioso.

Aquel cuyas tropas estén unidas en torno de un objetivo

común, será victorioso.

El que es prudente y espera a un enemigo que no lo es, será

victorioso.

El que tiene generales competentes y está al abrigo de la

injerencia del soberano, será victorioso. 168 Trinquier, Coronel Roger; “Guerra, subversión, revolución”; Rioplatense, Buenos Aires, 1975,

pag. 220.



Estos son los cinco casos precisos en los que el camino de la

victoria es conocido.

Por eso digo:”Conoced al enemigo y conoceos vos mismo y

en cien batallas nunca correréis ningún peligro.

Cuando no conocéis al enemigo, pero os conocéis vos mismo,

vuestras probabilidades de victoria o de derrota son iguales.

Si desconocéis al mismo tiempo al enemigo y a vos mismo,

podéis estar seguro de que os encontraréis en peligro en cada

batalla.” 169

169 Sun Tzu, “El arte de la guerra”; Ate, Buenos Aires, 1981, pag. 116.



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VIII. GLOSARIO

A. Estrategia

“Arte de la dialéctica de las voluntades que emplean la fuerza para

resolver un conflicto”. 170

B. Política

“Arte y ciencia de fijar los objetivos y trazar la orientación general para su

conquista o mantenimiento”. 171

C. Poder

“Son los recursos espirituales y materiales de la nación, disponibles

efectivamente en un momento dado, incluyendo aquellos cuya existencia

se desconoce pero aún no están en condiciones de ser utilizados”. 172

D. Defensa Nacional

“Disposición, conjunción y acción coordinada de todas las energías y

fuerzas morales y materiales de la Nación, con el objeto de garantizar en

todo tiempo, en todas las circunstancias y contra todas las formas de

agresión, la seguridad y la integridad de su desarrollo, de sus

instituciones y de sus habitantes”. 173

E. Disuasión

“Impedir que una potencia adversa tome la decisión de emplear sus

armas, o más generalmente, que actúe o reaccione frente a una situación

dada, mediante la existencia de un conjunto de disposiciones que

constituyan una amenaza suficiente. Por tanto es un resultado

psicológico el que se busca mediante una amenaza”. 174

170 Beaufre, Gral. Andre; Introducción a la estrategia; IMES, Montevideo, 1963. 171 DI 33-01 “Concepto estratégico de empleo del Ejército Nacional”; CGE; Montevideo, 2003, pag.

13. 172 Ibídem, pag. 14. 173 Ibídem, pag. 121. 174 Beaufre, Gral. Andre ; Disuasión y estrategia ; Pleamar, Buenos Aires, 1980



F. Defensa No Provocativa

“Supone una “defensa defensiva”, es decir lograr que atacar el país sea

una tarea muy dura, invadirlo resulte caro y ocuparlo difícil. Implica

disponer de potentes fuerzas de negación, que en sí mismas no resultan

adecuadas para una acción ofensiva de largo alcance, y también implica

preparar cuidadosamente las defensas, como por ejemplo tomar

medidas para destruir aquellos recursos que puedan ser valiosos para el

invasor antes que pueda utilizarlos. La defensa defensiva supone que la

capacidad militar de un país se vea confinada al máximo a su territorio, lo

que permite que un agresor potencial solamente se sienta amenazado en

caso de atacar, al tiempo que no constituye una amenaza para otras

naciones”. 175

G. Capacidades

“Aptitud específica que posee una organización o individuo en relación

con una determinada misión y funciones”. 176

H. Operaciones Convencionales (OCONV)

“Son aquellas operaciones que se desarrollan en un Teatro de

Operaciones por Fuerzas Militares organizadas operando en forma

abierta, con la finalidad de imponer su voluntad sobre el enemigo”. 177

I. Operaciones Especiales (OE)

“Son aquellas operaciones tácticas que se ejecutan tanto en territorio

propio como en territorio enemigo, fundamentalmente por parte de

Fuerzas especialmente entrenadas y equipadas, con la finalidad de

desgastar al enemigo, desorganizar sus Fuerzas, paralizar su capacidad

de acción y destruir o disminuir su voluntad de combatir”. 178

175 Buzán, Larry; Introducción a los estudios estratégicos; Ediciones Ejército, Madrid, 1991, pag.

379. 176 RV 136-1 Terminología castrense en uso en las fuerzas terrestres; Ejército Argentino, Buenos

Aires, 1969, pag. 69. 177 DI 33-01 “Concepto estratégico de empleo del Ejército Nacional”; CGE; Montevideo, 2003, pag.

24. 178 Ibídem, pag. 25.



J. Operaciones de Resistencia Nacional (ORN)

“Son aquellas operaciones que, en el marco de las Tareas de la Defensa

Militar Externa, se desarrollan selectivamente en todo el territorio

nacional ocupado por el enemigo, una vez que las Fuerzas del Ejército

han sido sobrepasadas en el curso de las operaciones convencionales” 179

K. Credibilidad

“Del latín credibilitis, creíble. Creíble. Adjetivo. Que puede o merece ser

creído”. 180

L. Sustentabilidad

“La habilidad para mantener el necesario nivel y duración de actividad

operativa para lograr objetivos. Sustentabilidad es la función que

proporciona y mantiene niveles de fuerzas, materiales y abastecimientos

en apresto, necesario para apoyar un esfuerzo militar”. 181

M. Doctrina de empleo (o conducción)

“Conjunto de principios, normas o preceptos de aplicación en la

concepción, preparación y conducción de una fuerza; se la materializa en

planes, directivas, reglamentos, etc.” 182

179 Ibídem, pag. 25. 180 Diccionario de la lengua española 19na edición; Real Academia Española, Madrid, 1970, pag.

377. 181 US Army; JP 1-02 Dictionary of military and associated terms; Department of Defense,

Washington DC, 2001, pag. 330. 182 RV 136-1 Terminología castrense en uso en las fuerzas terrestres; Ejército Argentino, Buenos

Aires, 1969, pag. 138.



IX. OTROS A. Anexos

1. Indice de abreviaturas

Montevideo, 26 de Abril de 2008

Cnel.

GUSTAVO R. VILA



ANEXO 1: INDICE DE ABREVIATURAS

APC Armored Personnel Carrier

BMDN Boletín del Ministerio de Defensa Nacional

CGE Comando General del Ejército

EEUU Estados Unidos de América

FLN Frente de Liberación Nacional

FFAA Fuerzas Armadas

IFV Infantry Fighting Vehicle

IMES Instituto Militar de Estudios Superiores

MBT Main Batle Tank

MDN Ministerio de Defensa Nacional

MLRS Multiple Launcher Rocket System

OCGE Orden del Comando General del Ejército

OCONV Operaciones Convencionales

OE Operaciones Especiales

OEA Organización de Estados Americanos

ONU Organización de las Naciones Unidas

OP Operaciones de Paz

ORN Operaciones de Resistencia Nacional

PNUD Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo

SMV Servicio Militar Voluntario

SMO Servicio Militar Obligatorio

TIAR Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca

URSS Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas

clasificaciÓn acorde a la catedra 4873 08.… · el general beaufre es considerado el padre de la...

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