clara e. salazar cruz*

39
Estudios Demográficos y Urbanos ISSN: 0186-7210 [email protected] El Colegio de México, A.C. México Salazar, Clara E. La relación entre la población y los recursos naturales en una área de expansión de la ciudad de México Estudios Demográficos y Urbanos, núm. 44, mayo-agosto, 2000, pp. 287-324 El Colegio de México, A.C. Distrito Federal, México Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=31204404 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

Upload: others

Post on 23-Jul-2022

5 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Clara E. Salazar Cruz*

Estudios Demográficos y Urbanos

ISSN: 0186-7210

[email protected]

El Colegio de México, A.C.

México

Salazar, Clara E.

La relación entre la población y los recursos naturales en una área de expansión de la ciudad de

México

Estudios Demográficos y Urbanos, núm. 44, mayo-agosto, 2000, pp. 287-324

El Colegio de México, A.C.

Distrito Federal, México

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=31204404

Cómo citar el artículo

Número completo

Más información del artículo

Página de la revista en redalyc.org

Sistema de Información Científica

Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal

Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

Page 2: Clara E. Salazar Cruz*

L a r e l a c i ón en t r e l a p o b l a c i ó n y los r e cu r s o s n a t u r a l e s e n u n área d e e xpan s i ón d e l a C i u d a d d e M é x i c o

Clara E. Salazar Cruz*

Este trabajo de investigación constituye u n esfuerzo exploratorio que pretende incursio-nar en las mediaciones existentes en la relación población-recursos naturales (P-R) en áreas de interés ambiental de la periferia de la Ciudad de México. Se interesa p a r t i c u -larmente p o r examinar la relación que establecen los descendientes de los f u n d a d o r e s (pobladores) del pueblo de San Nicolás Totolapan con los recursos naturales existentes en el ejido del mismo nombre y en u n área que no ha sido reconocida legalmente como suya pero que reclaman como tal. Se adoptó la estrategia de observar la visión subjetiva de los pobladores mencionados respecto a su proceso de integración cultural y f u n c i o n a l en el contexto social urbano en que están insertos y entender cómo afecta dicho proceso su relación con los recursos naturales.

Introducción

Este trabajo constituye u n esfuerzo exp lora tor i o que pretende in cur -s ionar en las mediac iones existentes en l a relación población-recursos natura l e s (P-R) en áreas de interés amb i en t a l de l a pe r i f e r i a de las ciudades. Se h a pr ior i zado l a visión subjetiva de los pobladores acerca de esa relación y los factores de cambio en la misma . L a hipótesis que guía l a investigación es que los descendientes de los ej idatarios y co-muneros , cuyos ejidos y comunidades se ub i can hoy en l a per i f e r ia de la C i u d a d de México , t i enen u n a relación c on los recursos naturales que está med iada por u n proceso incomp le t o de integración entre las sociedades tradic ionales y las modernas (léase rurales y urbanas) y la coexistenc ia de múltiples identidades .

L a estrategia seguida consistió en seleccionar u n ant iguo pob lado rura l ub i cado en u n área de interés ambienta l para l a C i u d a d de Mé-x i c o . 1 Se encont ró que l a z o n a med i a de l A jusco c ump l e c on l a i m -portante función ambienta l de ser fuente de abasto de agua para los mantos acuíferos, de estar cub ier ta en su mayor parte con vegetación natura l de p inus , querqus y oyameles que constituyen u n pulmón pa -ra l a c i u dad ; de ser reservor io de especies representativas de flora y

* P r o f e s o r a - i n v e s t i g a d o r a d e l C e n t r o d e E s t u d i o s D em o g r á f i c o s y d e D e s a r r o l l o U r b a n o d e E l C o l e g i o d e M é x i c o . L a a u t o r a a g r a d e c e a Lysse t te M u ñ o z y a J a i m e R am í-rez s u a p o y o e n l a e l a b o r a c i ón d e los p l a n o s .

1 L a c i u d a d t amb i é n se e x p a n d e s o b r e z ona s d e ba jo v a l o r am b i e n t a l : z o n a s d e g r a -d ada s , d e ba ja p r o d u c t i v i d a d , s i n áreas v e rde s , e tcé tera .

[287]

Page 3: Clara E. Salazar Cruz*

288 E S T U D I O S DEMOGRÁF ICOS Y U R B A N O S

f auna silvestres, y además, de cump l i r la impor tante función soc ia l de ser área recreativa y con fines de esparcimiento. Dentro de l Ajusco en -contramos que en el ej ido de San Nicolás To t o l apan era fact ible estu-d i a r l a relación P-R que pretendíamos. P o r u n lado , pa ra 9 0% de los 304 ejidatarios, 2 e l trabajo en el campo es sólo un a actividad de fin de semana, lo cual es comprensib le si observamos que aún hoy este ejido, el más grande de l Distr i to Federa l , está cubierto en 80% de su superf i -cie por bosques templados de coniferas, pinos y oyameles sobre los que hay u n decreto de veda; no tiene siembra de regadío, sólo de tempora l y, aunque se cult iva avena, maíz, fr i jo l , haba, papa, hortalizas y frutas, esta producción tiene carácter de autoconsumo.

Por otro lado , varios de los descendientes de los fundadore s de l pueb l o de San Nicolás To t o l apan continúan rec lamando derechos le-gales sobre u n área forestal c on t i gua a l e j ido basándose en l a t rad i -c ión de derecho a esa t ierra po r ser descendientes de los c omunero s de ese pueb lo , c omun i d ad que data de l a época prehispánica; e l reco-no c im i en t o de derechos sobre el área forestal que se encuen t ra en l i -t igio ante e l T r i b u n a l Ag ra r i o (1 842 hectáreas) está siendo d isputado c on los pobladores de l pueb l o de L a Magda l ena At i t l a .

Así, hacer r e f e r enc i a a los descend ientes de los fundado r e s de l pueb lo , ejidatarios o comuneros , n o significa a ludir a dos grupos de po-bladores necesariamente diferenciados; algunos de los ejidatarios e h i -jos de éstos se r e c ono c en a sí mismos también c omo comunero s . L a ident idad que adoptan depende de l área en que se ub ican los recursos con que se re lac ionan y de la situación legal de la misma. E n adelante designaremos a los entrevistados ejidatarios cuando éstos hagan referen-cia a los recursos de l ejido sobre los que t ienen derechos legales, y co-m u n e r o s cuando se ref ieran a los recursos forestales ubicados en el área que se encuentra en lit igio y sobre la que rec laman derechos.

A l c ons iderar que en e l i n t e r i o r d e l g rupo de descendientes de los fundado r e s d e l pu eb l o , que l l amar emos en ade lante p o b l a d o r e s , existe un a gran heterogene idad en cuanto a sus características socio-demográficas (composic ión fami l iar , edad , sexo, intereses i nd i v i dua -les, etcétera) y que esto p u d i e r a expresar dist intas f o rmas de uso y mane j o de recursos natura l e s , así c omo de prácticas t rad i c i ona l e s , nos p r opus imos c on t r o l a r esas variables . Pa ra l ograr u n a mayor ho -mogene i dad entre los ind iv iduos que entrevistaríamos, en cuanto al

2 S o n los h o m b r e s y mu j e r e s t i tu lares d e d e r e c h o s e j ida les .

Page 4: Clara E. Salazar Cruz*

L A R E L A C I O N E N T R E L A P O B L A C I O N Y L O S R E C U R S O S N A T U R A L E S 289

pape l que j u e ga el lugar de p r o c eden c i a y e l sent ido de pe r t enenc i a al lugar , así c omo las normas y valores que de éstos se der ivan respec-to de l med i o natura l , se decidió que los in formantes fueran todos i n -d iv iduos mayores de 60 años; que los ejidatarios a ser entrevistados tu -v i e ran derechos ejidales (es dec i r , que no podían haber vend ido sus parce las ) , y que los c omuner o s fueran efect ivamente descendientes de los fundadores 3 de l pueb l o y se reconoc i e ran c omo tales.

L a investigación se apoya pr in c i pa lmente en cuestionarios y testi-mon i o s de los ej idatarios (as) y comuneros , que fue r on obtenidos en dos reun iones en que in t e r v in i e r on 12 de ellos. Lo s recursos na tu ra -les a los cuales hacemos re ferenc ia se ub i can en dos áreas territoriales def in idas por los mismos: e l ej ido de San Nicolás To t o l apan y u n área boscosa cont igua a éste, que se encuent ra en l i t ig io .

E l d o c umen t o se h a o rgan i zado en dos partes p r in c i pa l e s , ade -más de los antecedentes teór i co -metodo lóg i cos que v i en en a c on t i -nuación, y de las conclusiones . E n la p r ime r a parte se presentan bre-vemente los antecedentes de l a l u c h a p o r los recursos natura les en San Nicolás To t o l apan c on e l fin de ub i car a los pobladores , entender su posic ión actua l frente a esos recursos, y re conocer los factores de camb i o de esa relación. E n la segunda parte se exponen en detalle los resultados de l trabajo de campo , organizado con base en c inco apar-tados: los dos p r ime r o s ( la c omun i d a d y los ej idatarios) c o r r e spon -d en a momento s reconoc idos por los pobladores como los contextos de relaciones sociales prevalecientes; los otros tres se re f ieren a los t i -pos de relación que los descendientes de los fundadores de San N i c o -lás T o t o l a p a n estab lecen c o n los recursos natura les y a los factores que sirven de mediación entre ellos.

Antecedentes teórico-metodológicos

A l efectuar u n a revisión de trabajos de investigación que abo rdan la relac ión poblac ión-recursos (P -R ) , u n o de los p r ime r o s p r ob l emas que enfrentamos fue que esos análisis se insp i raban en el pa rad i gma rura l -urbano .

E n las áreas rurales , l a relación co t i d i ana de los pob ladores c on los recursos naturales se h a abordado pr inc ipa lmente desde dos pers-

3 S e e n c o n t r ó t amb i é n a p e r s o n a s q u e se a u t o d e n o m i n a n c o m u n e r o s p e r o p r o v i e -n e n de o t r o s l u g a r e s d e l a c i u d a d .

Page 5: Clara E. Salazar Cruz*

290 E S T U D I O S DEMOGRÁF ICOS Y U R B A N O S

pectivas: l a de los estudios de l a mu je r y l a relat iva a exper i enc ias co-munitar ias . L a p r ime r a de ellas ha puesto en evidencia c ómo los h om -bres y mujeres de l campo t i enen distintas formas de acceso, c o n t r o l , mane j o y bene f i c i o de los recursos naturales ; además mues t r a c óm o las re lac i ones asimétricas de género actúan c omo med i a d o r a s p a r a que hombres y mujeres asuman y enfrenten diferentes responsabi l ida-des y riesgos frente a ellos (Mo c t e zuma y Rosales, 1992; Velázquez y Me r i n o , 1997). L a segunda perspectiva h a pr ior i zado las exper ienc ias de las c omun idade s rurales c on e l mane j o de los recursos forestales (Mer in o , 1997); anal iza los cambios en el uso de suelo med iante l a de-forestación de extensas superf ic ies pa ra e l es tab lec imiento de zonas agrícolas o ganaderas. Estos cambios se re la c i onan c on las pos i b i l i da -des que ofrece l a organización social para llevar a cabo u n mane jo co-mun i t a r i o ex i toso , c o n l a v i a b i l i d ad e c onómi ca de l mane j o fores ta l (Me r i n o y A la to r re 1997) y con diversos factores que par t i c ipan en el éxito o fracaso de l a p r omo c i ón "eco lóg ica en e l c ampo m e x i c a n o " (Mo c t e zuma y Rosales , 1992) . L a utilización de l a c omun i d a d c omo un i d a d de análisis se basa en que l a mayoría de los bosques en México está en manos de l sector social: los ejidos y comunidades o cupan 4 8% de l ter r i t o r i o na c i ona l y 8 0% de las superf ic ies forestales ( ¿abar l e ' et a l 1997) Las dos DersDectivas pu e d en ser cons ideradas den t r o de l marco explicativo de las mediac iones es dec ir de la conexión de dos o más elementos en med i o de u n tercero que cond i c i ona el t ipo part i -cu lar de relación. Específicamente, e l enfoque de mediac iones sobre la Doblarión-recursos sostiene oue "factores inst i tucionales sociales v culturales t i enen u n pape l mediat izador en la determinación de las re¬laciones población-ambiente" (C Marquet te , citado en A d amo , 1997).

E n las áreas urbanas , l a relación P-R ha sido abo rdada más b i e n de f o rma ind i r e c t a en l a per i f e r ia de las ciudades valiéndose de con -ceptos c omo "condic iones de v i da " o "pobreza" e in ten tando asociar p r i n c i p a lmen t e las características de los e lementos de l med i o cons-t ru i do (agua entubada , drenaje , energía eléctrica) c o n l a poblac ión de menores recursos (Schte ingart , 1997; C r u z , 1997). C u a n d o en e l contexto de estos estudios se h a in co rpo rado l a perspectiva de los re-cursos naturales, se h a advert ido de mane ra general que la expansión de l a man c h a u r b a n a h a avanzado sobre zonas boscosas y agrícolas (Vázquez González y Valdés, 1994) y que los suelos rura les están en proceso de degradación avanzada ( D D F , 1997; Agu i l a r e Ibáñez, 1995); se h a presentado u n balance amp l i o de las transformaciones de los re-cursos naturales med iante cifras globales. También se h an hecho i n -

Page 6: Clara E. Salazar Cruz*

L A R E L A C I O N E N T R E L A P O B L A C I O N Y L O S R E C U R S O S N A T U R A L E S 291

vestigaciones que ev idenc ian lo inap r op i ado de los suelos para su uso u r b an o en zonas donde , s in embargo , hab i t a poblac ión de bajos i n -gresos, c omo es l a zona or iente de la C i u d a d de México . E n estos aná-lisis se asocian las condic iones de l suelo con las precarias característi-cas d e l m e d i o c o n s t r u i d o , q u e s umad a s d i f i c u l t a n aún más l a s cond i c i ones de v ida de l a población de escasos recursos (Schteingart , 1987; H i e r n a u x y Lindón, 1997).

C om o se observa, en e l área r u r a l se ana l i z an los cambios e n el uso de suelo c on s i d e r ando l a deforestación de extensas super f i c i es para e l establec imiento de zonas agrícolas o ganaderas, mientras e n las áreas cont iguas a l a man c h a u r b an a se es tud ian p r i n c i p a lm en t e los cambios de uso de suelo de r u r a l a u rbano . También destaca e n los análisis que en las áreas rurales se p r i o r i z a l a acción de l ser h uma -no sobre los recursos naturales , mientras en las urbanas se busca más b i en conocer el efecto de las condic iones de l med i o constru ido sobre la c a l i d ad de v i da de l a pob lac ión . E l pun t o de contacto entre estos dos paradigmas es que l a relación población-recursos se asocia p r i n c i -pa lmente a grupos sociales en cond i c i ones de pobreza .

L a c o n t i n u i d a d de t rad i c i ones d i s c i p l i na r i a s n o parece ser, s i n embargo , l a única razón que exp l i c a po r qué l a incorporac ión de l a perspect iva ambienta l , vista c omo la relación P-R, se enmarca den t r o de una división metodológica que i n c o rp o r a distintas variables e i n d i -cadores. E l mot ivo de peso parece ser e l he cho de que en el med i o u r -bano , los e lementos de l med i o na tu ra l (aire, agua, vegetación y fau -na ) s ó l o p u e d e n e n t e n d e r s e d e n t r o de c om p l e j o s p r o c e s o s me t r o p o l i t a n o s ( p r odu c c i ón de i n f r a e s t r u c t u r a básica, med i o s de transporte y desechos industr iales , etcétera) (Quadr i , 1994: 145) que genera lmente son inexistentes en el med i o rura l .

E n e l caso que nos ocupa , s in embargo , observamos que en l a pe-r i f e r ia de las grandes ciudades las fronteras entre lo urbano y lo r u r a l pu ed en volverse muy difusas e inc luso i r reconoc ib les ; en estas zonas hab i ta u n a población con derechos agrarios pero inserta en act ivida-des urbanas . E n estas circunstancias l a relación P-R en la per i f e r ia de la c i u d ad debe ser re conoc ida en el contexto de transición de act iv i -dades y usos de suelo rura l e s a urbanos , y observada en relación a l efecto que l a coexistencia de estos ámbitos puede tener sobre los po -b ladores y los recursos naturales.

L a p r egun ta que se p lantea es: ¿ cómo se re lac i onan los ejidatarios y los " c omunero s " insertos económicamente en actividades urbanas con los recursos naturales que poseen o sobre los cuales re c l aman de-

Page 7: Clara E. Salazar Cruz*

292 E S T U D I O S D E M O G R A F I C O S Y U R B A N O S

rechos? Esta p r egun ta nos obl igó a re f l ex ionar sobre e l p r o b l ema de la integración.

A l respecto , B e r i a i n (1996: 9) advierte que hab la r de integración signif ica dar cuenta también de su a l t e r i d a d , de su ausencia o de su dé-ficit en formas de fragmentación cu l tura l , anom ia o crisis económica . E n e l caso de sociedades en transición, dice, la población vive tal m u l -tiplicación de nuevos ámbitos sociales, que en l a med i d a en que em -p i e z a a c ompa r t i r c o n otros grupos humano s los mi smos espac ios y tiempos, aunque no el mismo espacio social , sus relaciones van s iendo mediadas po r valores y normas distintos a los de su tradición, c omo el in ter cambio ind iv idua l i zado de sus recursos por d ine r o y poder .

De acuerdo con Ber i a in , este tipo de integración, p r odu c i da c omo consecuencia de l a transformación de l contexto más ampl i o de las rela-ciones sociales, crea fracturas en l a relación de los miembros de las so-ciedades tradicionales. Su med i o ya no es e l natal , e l de la consanguin i -dad , sino e l de la función, e l de la división de l trabajo. Ya no se puede hablar de una so l idar idad mecánica basada en normas , creencias y va-lores compart idos ; hay que referirse a sol idaridades basadas en l a de-pendenc ia de roles especializados (Ber ia in , 1996: 21).

E n el caso que nos ocupa , creemos que l a relación P-R en la pe r i -f e r i a u r b ana se da en u n contexto de "integración" en e l sent ido de B e r i a i n . I nd i v i duo s que son parte de u n a c omu n i d a d y t i e n e n u n a m i sma h e r e n c i a cu l t u r a l se d i v i d en en un idade s que d i f i e r en de l a o r i g i n a l ( la c om u n i d a d ) , y e n c on s e cu en c i a sus de s c end i en t e s n o compar t en necesariamente acciones hac ia los recursos naturales aso-ciadas a los pr inc ip i o s comunitar ios . E l que l a c iudad haya absorb ido a los pobladores de los ejidos y comunidades contr ibuye a que l a re la -c ión de éstos c on los recursos naturales sea vivida c omo "una relación de cond i c i onamiento : e l campo estructura el h a b i t u s " (Bo rd i eu y Wac -quant , 1995: 87) . Esto imp l i c a asumir que dentro de l g rupo en cues-tión, las conductas específicas respecto al uso y manejo de los recursos naturales son compart idas por sus miembros en tanto permanecen las condic iones objetivas (económicas, culturales, simbólicas) de las cuales ellos son producto ; pero también aceptar que cuando esas condic iones cambian , surgen desfases en los comportamientos de los indiv iduos . És¬tos se mod i f i c an d ep end i e nd o de l a capac idad de l g rupo de preser -var los , y varían gene rando di ferentes act i tudes frente a los recursos (desdé las muy tradic ionales hasta las de rebelión y transformación).

Además, e l proceso de urbanización contribuye a mo ldear nuevas formas de relación, de "conoc imiento o construcción cognoscit iva" ha -

Page 8: Clara E. Salazar Cruz*

L A RELACIÓN E N T R E L A P O B L A C I O N Y L O S R E C U R S O S N A T U R A L E S 293

cia los recursos naturales. Para algunos autores, l a transformación de l mu n d o social va acompañada también por la variación de los universos simbólicos de los individuos vistos como procesos de significación. Esto imp l i c a que los indiv iduos ret ienen realidades que pueden surgir o no de la exper ienc ia cotidiana, pero que son estereotipadas por ellos e n el r e cue rdo c omo entidades reconoc ib les y memorab les (Berger y L u c k -m a n n , 1997: 91) que se e xp r e s an en l a transformación d e l h a b i t u s (B o rd i eu y Wacquant , 1995: 87) . A l respecto, esperaríamos encon t ra r tanto prácticas t rad i c i ona l e s , c ompar t i da s y trasmit idas lingüística-mente de una generación a otra , c omo la sustitución de éstas por u n i -versos simbólicos que ofrecen diferentes tipos de relaciones y pos i c i o -nes ventajosas de negociación hac ia fuera de l grupo or ig ina l , pasando por l a var iedad de situaciones intermedias en l a coexistencia de estos dos extremos.

L a s técnicas d e análisis u t i l i z a d a s

Para anal izar l a relación de los pobladores con los recursos naturales se dec id ió r e cu r r i r a técnicas que pe rmi t i e ran decodi f i car l a construc-ción y reconstrucción de esas prácticas de l a vida cot id iana . Las entre -vistas e n p r o f und i d ad j u n t o c on las historias de v ida han sido las téc-nicas más usadas para acercarse a l a dimensión ambienta l en ese n ive l de análisis.4 S in embargo , dichas técnicas requ ie ren gran cant idad de recursos económicos y temporales , de los que no dispusimos para es-ta investigación. 5 Se buscaron métodos comp lementar i o s y a l te rnat i -vos que nos pe rm i t i e r an max im i z a r los recursos de los que disponía-mos.

Den t r o de esta exploración de opciones metodológicas encont ra -mos dos técnicas que al complementarse en objetivos y dinámica6 po -

4 P o r q u e p e r m i t e n : a) U n a e x p l i c a c i ó n d e los a sp e c t o s sub j e t i vo s q u e r e f l e j a n l a m a n e r a e n q u e se r e l a c i o n a n los su je tos c o n los r e c u r s o s n a t u r a l e s ; b) c a p t a r l a t o t a l i -d a d d e l a e x p e r i e n c i a r e s p e c t o a l m e d i o n a t u r a l , e n e l t i e m p o y e n e l e s p a c i o , i n c l u y e n -d o l a c on s t r u c c i ó n d e las r e l a c i o n e s d e s d e l a i n f a n c i a ha s t a e l p r e s e n t e ; c) i n c o r p o r a r los c a m b i o s s ign i f i ca t i vos q u e , t an t o e n e l ámb i t o p e r s o n a l c o m o e n e l d e l c o n t e x t o so-c i a l , l l e v a n a u n a p e r s o n a a m a n t e n e r , a g r e g a r o m e z c l a r prác t i ca s q u e r e d e f i n e n s u f o r m a d e c r e a r y r e c r e a r e l m e d i o c i r c u n d a n t e .

5 D e b i ó r e a l i z a r s e e n seis me s e s y n o d i s p u s i m o s d e f o n d o s p a r a l a t r an s c r i p c i ón d e las entrevis tas .

6 C o n n i n g u n a d e las t é cn i c a s se e s p e r a q u e l o s i n f o r m a n t e s d i g a n q u é , c ó m o , d ó n d e , c u á n d o , n i c o n q u é f r e c u e n c i a él o e l l a l l e v an a c a b o c ier tas práct icas , s i n o q u e

Page 9: Clara E. Salazar Cruz*

294 E S T U D I O S DEMOGRÁF ICOS Y U R B A N O S

drían acercarnos a los dist intos c ompo r t am i en t o s c omun i t a r i o s res-pecto al med i o natura l . Estas técnicas son la de J e l l i n ek , 7 y e l ma p a de recursos (ambas cons i s t en en i d en t i f i c a r i n f o rman t e s y r e u n i r l o s ) . Med i an t e l a p r ime r técnica, los in formantes responden u n cuest iona-r i o de opinión, y c on la segunda, d ibu jan mapas de los recursos na tu -rales y de l pueb l o en dos momentos .

Las técnicas mencionadas nos pos ib i l i taron captar la visión subjeti-va de los informantes acerca de la conducta de sus semejantes, y obser-var diferentes aspectos de l compor tamiento de los miembros de l a co-m u n i d a d . I gua lmen t e r e su l t a r on adecuadas c u and o se p l a n t e a r o n preguntas referentes al manejo inadecuado de los recursos naturales o a prácticas devastadoras de los mismos. C om o observa Nate ra (1982), el hecho de que los in formantes no se sientan obl igados a referirse a sus propias actitudes o las de sus hijos los an ima a hablar con más pre-cisión de los hechos y actitudes ante problemáticas específicas.

E l cues t i onar i o de op in ión consistió en u n f o rmato c on 60 p r e -guntas cerradas y 12 abiertas, med iante las cuales se capturaba in f o r -mac ión de cuatro áreas temáticas: 1) Acceso , mane jo y uso de los re-cursos natura les de l a z ona ; 2) mane j o de desechos domést i cos , 8 3 ) acc iones sobre s i tuac iones de c on t i n g en c i a en las que se pretendía captar par t i cu l a rmente e l mane j o de riesgos respecto a los recursos (no para el ser humano ) c omo son los incendios y las plagas y, 4) op i -n iones de l g rupo y percepciones .

E l mapa de recursos nos permitió observar c ómo perc iben los po -bladores la transformación de las relaciones sociales y sus recursos natu -rales en dos momentos : antes de que la zona entrara en u n proceso de rápida urbanización (época base) 9 y en la actualidad. E n resumen, nos posibilitó conocer c ómo eran y son la zona (el centro de población o área urbana , el ejido, el área comunal ) y la c omun idad (la poblac ión) ; cuáles eran y son los recursos naturales disponibles; c ómo eran y son las prácticas y el manejo de ellos, y cuál era y es el estado en que se encuen-

p r o p o r c i o n e n i n f o rm a c i ó n r e s p e c t o a l a d i n ám i c a d e s u c o m u n i d a d a l r e d e d o r d e l a p r o b l emá t i c a d e e s t ud i o .

7 P r o v i e n e d e l a a n t r o p o l o g ía ( la t é cn i ca d e l i n f o rm a n t e ) y h a s i d o a d a p t a d a y sis-t e m a t i z a d a c o n g r a n éx i t o e n M é x i c o p o r G u i l l e r m i n a N a t e r a p a r a e n f r e n t a r p r o b l e -m a s c o n c r e t o s d e s a l u d (N a t e r a , 1988 ) .

8 N o se i n c l u y e r o n característ icas d e l a i n f r a e s t r u c t u r a básica , y a q u e las c o n d i c i o -n e s g en e r a l e s d e ésta n o están d e t e rm i n a d a s p o r las práct icas c o t i d i a n a s , s i n o má s b i e n p o r l a d i s p o n i b i l i d a d y c a l i d a d d e los serv ic ios .

9 Se d e n o m i n ó " é p o c a b a s e " a u n p e r i o d o a l r e d e d o r d e los a ñ o s t r e i n t a .

Page 10: Clara E. Salazar Cruz*

L A RELAC IÓN E N T R E L A POBLAC IÓN Y L O S R E C U R S O S N A T U R A L E S 295

tran. E n las reuniones llevadas a cabo cada uno de los participantes res-pondió el cuestionario, y en conjunto real izaron dos mapas de recursos cuyos comentarios orales fueron grabados y luego transcritos.

L a visión de los pobladores sobre los factores de cambio de la re la -ción P -R se complementó con información de l Ar ch i v o de la Re f o rma Agrar i a . C o n base en esos expedientes y en algunas tesis y monografías realizadas en distintos momentos se rescató información sobre los acto-res sociales que han tenido acceso a los recursos de l ejido de San N i c o -lás To t o l apan a través de l t iempo (Rivera, 1987; Reyes, 1981).

El caso de estudio: San Nicolás Totolapan

Una h i s t o r i a de l u c h a p o r los r e c u r s o s

De acuerdo con los datos propo r c i onados po r los ejidatarios, e l pue -blo de To t o l apan (lugar de guajolotes) data de l a época prehispánica, aunque se reconoce su existencia desde l a co l on ia . E n 1535 se fundó un a e n c om i e n d a en e l l u ga r d o n d e hoy se as i enta e l p u e b l o , y e n 1563 ésta recibió la Me r c e d Rea l o torgada p o r d o n Lu i s de Ve l a z c o , entonces virrey de la Nueva España, c on siete m i l varas 1 0 radiales de fundo legal . Desde la segunda mi tad de l siglo X V I I l a v ida de l pueb l o y el uso de los recursos naturales de la zona estuvieron inf lu idos por las hac iendas y pos t e r i o rmente p o r las fábricas, según consta en los ar -chivos y registros existentes en l a Secretaría de l a R e f o rma A g r a r i a ( S R A ) . Las tierras que per tenec i e ron in i c ia lmente al pueb l o fueron i n -vadidas, con el correr de l t iempo , po r las haciendas San Nicolás Es la -va , 1 1 E l A r e n a l , y L a Cañada y por los dueños de la fábrica de hi lados L a Magda l ena .

Fue hasta e l 21 de dic iembre de 1920 que los campesinos de l pue -b l o de To t o l apan so l i c i taron po r p r ime r a vez ante l a Comisión L o c a l Agrar ia ( C L A ) de l Distrito Federal la restitución de sus tierras, montes y aguas. E l 15 de dic iembre de 1921 las autoridades competentes dic tami-naron que la sol ic i tud no procedía, en atención a que los títulos pr imor -diales expedidos por las autoridades españolas en 1563, y en los que el pueb lo fundamentaba su restitución, eran apócrifos según estudios pa-

1 0 C a d a va ra c o r r e s p o n d e a 30 m e t r o s a p r o x i m a d am e n t e . " L a h a c i e n d a E s l a v a c o n t a b a c o n su p r o p i a es tac ión d e l f e r r o c a r r i l .

Page 11: Clara E. Salazar Cruz*

296 E S T U D I O S DEMOGRÁF ICOS Y U R B A N O S

leográficos. A pesar de que le fue negada la restitución de tierras al pue -b l o y de que se consideraron auténticos los títulos de la hac ienda Eslava, en ese mismo año l a Dirección Gene ra l de Bosques ordenó l a suspen-sión temporal de l a tala de los montes de la hacienda. D o n Fernando de Teresa había sido señalado en algunos informes como "el p r in c i pa l aca-parador y responsable de la tala inmoderada de bosques y los perjuicios a l e qu i l i b r i o e co l óg i c o que de éste r e su l t a [ ba ]n " . 1 2 S i n emba rg o , de acuerdo con la carta enviada al presidente de la C L A de l D F po r la j u n t a de vecinos de l pueblo , se continuó con:

[...] la inconveniente y abusiva explotación de maderas [que provocaba] un aflojamiento de las tierras vegetales que en cuanto empiecen las pr i -meras lluvias irán siendo arrastradas por erosiones con detrimento no sólo de los terrenos montuosos mismos, sino hasta de los bajos del valle de México, por la descomposición de las rocas que quedarán al descu-bierto ocasionando como es geológicamente conocido la formación de depósitos salinos que destruyen la vegetación y perjudican también el va-lor de los propios terrenos por la notoria disminución de éste cuando vuelvan, como lo esperamos, a nuestro indiscutible dominio (Archivo de la Reforma Agraria, citado en Rivera, 1987).

Meses después, los habitantes de l pob lado de San Nicolás To t o l a -p an re i teraron ante las autoridades que en l a hac i enda se c on t inuaba la tala de bosques "en f o rma po r demás despiadada" y que los dueños de la m i sma habían dejado grandes extensiones "como la p a lma de l a m a n o " c on fatales consecuenc ias pa ra el c l ima d e l val le de Méx i co . Además, que las fábricas de hi los L a Magda l e n a 1 3 y L a H o rm i g a 1 4 esta-b an invad iendo sus tierras y ut i l i zando el agua de l río Magda l ena co-m o fue r za mo t r i z y que habían c on s t r u i d o tanques de depós i to de agua de 50 o 60 m , dando comienzo a u n proceso de c onsumo acele-

1 2 P e r o él a rgüía q u e po s e ía los títulos o r i g i n a r i o s q u e l o a c r e d i t a b a n c o m o legít i -m o d u e ñ o d e l a h a c i e n d a q u e s e g ú n sus i n f o rm e s f u e a d q u i r i d a e n subas t a púb l i c a e n 1783 , y de allí pa só a ser p r o p i e d a d d e d i f e r en t e s p e r s o n a s ha s t a q u e e n 1865 l a a d q u i -r ió s u p a d r e ( d o n N i c o l á s d e T e r e s a ) .

1 3 L o s d u e ñ o s d e l a c o m p a ñ ía D o n n a d i e u - V e y a n , p r o p i e t a r i o s d e l a f á b r i c a L a M a g d a l e n a , a f i r m a r o n q u e e n 1 8 9 4 a d q u i r i e r o n e l d e r e c h o a l u s o d e l a g u a d e u n a f l u e n t e d e l r ío M a g d a l e n a p a r a g e n e r a r l a f u e r z a m o t r i z n e c e s a r i a p a r a l a ins ta lac ión d e l a f ábr i ca . T a m b i é n c o m p r a r o n e l p r e d i o n ú m . 7 2 18 a u n p a r t i c u l a r d e n o m b r e F r a n c i s c o Ba l l e s t e r o s e n e l a ñ o d e 1899 , p o r l a c a n t i d a d d e 50 000 p e s o s y e n los a ñ o s s i gu i en t e s s i g u i e r o n e x t e n d i e n d o su p r o p i e d a d m e d i a n t e c om p r a s p a r t i c u l a r e s ( A r c h i -v o d e l a R e f o r m a A g r a r i a , c i t a d o e n R i v e r a , 1987 ) .

1 4 L a c o m p a ñ ía S. R o b e r t & Cía . , d u e ñ a d e l a fábr ica d e h i l a d o s y te j idos L a H o r -m i g a , adqu i r i ó u n p e r m i s o e n 1899 p a r a c o r t a r á rbo l e s p o r 700 000 p e s o s y c o m p r a r 11 h a a 25 pe so s c a d a u n a . E n tota l p a g ó 1 595 p e s o s p o r l a c o n c e s i ó n . D e b i d o a estos a r r e -

Page 12: Clara E. Salazar Cruz*

L A RELAC IÓN E N T R E L A POBLAC IÓN Y L O S R E C U R S O S N A T U R A L E S 297

r a d o d e l a gua de var i o s man a n t i a l e s (R i v e r a , 1987 ; S c h t e i n g a r t , 1987) . E l c i tado mane j o d e l agua y e l bosque puede ser r e c on o c i d o como u n a de las pr imeras circunstancias que acompañaron una fuer -te perturbación de los recursos naturales de l a zona , antes de que el pueb l o de San Nicolás To t o l apan fuera dotado de t ierra ej idal .

Fue hasta el 29 de abr i l de 1924 cuando se ordenó mediante reso-lución pres idenc ia l l a dotación de u n ej ido al pueb l o de San Nicolás To t o l apan con u n a superf ic ie de 1 300 ha provenientes de la ha c i en -da Eslava. E n el año de 1935 los campesinos so l i c i taron la ampliación de l e j ido a r gumen tando e l déficit de parcelas, y e l 13 de febrero de 1938 se les otorgó un a ampliación de 1 475 ha tomadas de las hac i en -das L a Cañada y Eslava. E n 1939 e l pueb l o realizó u n a pe rmuta c on el pueb l o de San Bernabé Oco t epe c , proceso legal med iante e l cua l e l p r ime r o cedió al segundo 75-60 ha de L a Cañada a cambio de 54-83 h a co l indantes con terrenos de la hac i enda Eslava (plano 1).

Puede observarse que las tierras adjudicadas a los pob ladores de San Nicolás T o t o l a p an en u n p e r i o d o de 20 años f u e r o n a l r ed edo r de 2 760 ha en tota l . Esto constituyó tan sólo 6% de l área que e l los so l i c i taron en restitución (50 000 ha ) . 1 5 L a dotación no sólo fue u n a por c i ón mínima respecto a las expectativas de los benef i c iados s ino también en su gran mayoría eran tierras de monte ; sólo un a déc ima parte fue para cu l t ivo de t emp o r a l , 1 6 l o que s igni f i ca que e ran p o c o cult ivables.

E n lo que respecta a los bosques, pr in c ipa l recurso de l ejido, debe mencionarse que en el presente siglo los ejidatarios han tenido poca i n -j e renc ia sobre ellos. Si b i en no se pudo obtener información acerca de l uso que se le d io a l bosque antes y durante los pr imeros años de dota -ción del ejido, se sabe que en 1947 el presidente M i gue l Alemán expidió u n decreto concesionando su explotación a la fábrica de papel Lore t o y Peña Pobre (Cocoda, 1982; citado en Schteingart, 1987: 460), el cual fi-

g l o s y a l h e c h o d e e m p l e a r a 1 5 0 0 t r a b a j a d o r e s , l a c o m p a ñ ía a l e g a b a q u e t oda s sus o b r a s e r a n lega les y d e u t i l i d a d púb l i c a (Ídem).

1 5 E l á r ea s o l i c i t a d a c o m o re s t i t u c i ón f u e , d e l c e n t r o d e l p u e b l o : 12 k m a l n o r t e h a s t a los l i n d e r o s d e T l a l p a n y P e ñ a P o b r e ; 20 k m a l su r ha s t a los l i n d e r o s c o n los p u e -b l o s d e X a t a d a l c o , T i l a p a , A d p u l c o y A c o p i l c o ; 12 k m a l o r i e n t e has t a e l p l a n d e A r e n a l y S a n N i co l á s ; y 3 k m a l p o n i e n t e ha s t a e l p u e b l o d e M a g d a l e n a C o n t r e r a s . D e b e m e n -c i o n a r s e q u e d e a c u e r d o c o n e l p l a n o d e l a C om i s i ó n L o c a l A g r a r i a d e l DF , ex i s t en t e e n e l A r c h i v o G e n e r a l d e l a SRA, e l p u e b l o d e S a n N i c o l á s c o n t a b a e n 1922 c o n s ó l o u n a s up e r f i c i e d e 168 h a . Con sú l t e s e t amb i é n R i v e r a (1987 ) .

1 6 C o m o e j em p l o p u e d e m e n c i o n a r s e q u e d e las 1 300 h a t omad a s d e l a h a c i e n d a E s l a v a e n l a p r i m e r a d o t a c i ó n , 1 198 h a e r a n d e m o n t e y só l o 101 h a d e t em p o r a l .

Page 13: Clara E. Salazar Cruz*
Page 14: Clara E. Salazar Cruz*

L A RELACIÓN E N T R E L A POBLAC IÓN Y L O S R E C U R S O S N A T U R A L E S 299

nalizó 40 años después, en 1986. E n ese entonces, y como se menc i ona en el trabajo de Schteingart (1987: 465), era la SRA la que fijaba el prec i o que esa compañía debía pagar a los ejidatarios, quienes sólo hasta 1982 l ograron obtener mejores precios por la madera , aunque éstos sólo cu -br i e ran los salarios de los trabajadores.

E n este contexto de transformación de las relaciones sociales, de intervención de variados actores, y de deter ioro i nm inen t e de los re-cursos naturales , surge l a pregunta : ¿ c ómo han viv ido los e j idatar ios ese proceso de transformación y c ómo se expresa éste en e l uso y ma -nejo actual de los recursos naturales?

Los pobladores y los recursos: relación de condicionamiento y construcción cognoscitiva

C u a n d o éramos u n a c o m u n i d a d

L a memo r i a histórica de los in formantes , en cuanto a su exper i enc ia con los recursos naturales, nos llevó hasta l a existencia de la c o m u n i d a d c omo espacio de organización social . Aunqu e en l a época base sus an -tecesores habían perd ido gran parte de las tierras que les habían sido dotadas desde l a co lon ia , los entrevistados recuerdan que éstas tenían tres usos: u n a pequeña parte estaba d iv id ida en solares urbanos d is t r i -bu idos entre los hogares de l a c omun i d ad (en cada solar se construyó una ex igua casa y se mantuvo una pequeña área de s iembra de r iego ) , o t ra parte estaba dest inada a s iembra de tempora l , y e l resto se man -tenía c omo bosque, cuyo uso y beneficios eran de la c omun i dad (pla-n o 1). Los comentar ios recogidos durante la ejecución de l ma p a de recursos nos h i c i e r on saber que desde antes de l a dotación de l e j ido cada un o de los hogares de l pueb l o de To t o l apan estaba en posesión de u n a pequeña área de s iembra de riego j un t o a su v iv ienda y dispo-nía de agua suficiente para riego:

A l principio, la comunidad estaba dividida en tierras de cultivo y cada pe-dazo de tierra de cultivo tenía su casa. Había aproximadamente unas 50 casas con techos de tejamanil, había huertas familiares y tierras de riego donde había milpas y huertos [...] se sembraba maíz, haba, frijol, nopal y durazno. Eran cultivos de autoconsumo. Dentro del terreno se tenían to-mas de agua que se usaban para el regadío. A un lado de cada terreno pa-saban los "cañitos", que era un sistema de riego. Había un sistema de com-puertas mediante el que se distribuía el agua desde un tanque a todos los

Page 15: Clara E. Salazar Cruz*

300 E S T U D I O S DEMOGRÁF ICOS Y U R B A N O S

terrenos; se abría una compuerta para recibir el agua y se cerraba la otra. Después se la pasaba al vecino y éste se la pasaba al otro. Era por día, es de-cir, un día cada uno y los días ya estaban señalados. E l agua se le dejaba a un vecino según el tiempo que necesitara para regar sus tierras. Había un señor, el aguador, al que se le pagaba cierta cantidad para que hiciera el servicio deVigilar que esa agua que venía de Los Dinamos llenara el tan-que. En la mañana repartía a las personas que querían regar y él estaba pendiente y abría la compuerta; estaba pendiente que acabara de regar £ara pasársela a la otra persona hasta que se acabara el día.

Los entrevistados menc i ona r on que en ese entonces la relación de los pobladores c on el agua y la s iembra era "adecuada" y que aunque se producía pa ra e l au to c onsumo era conveniente pa ra las neces ida -des cot id ianas p o r que "no existían conf l i c tos p o r los recursos c omo ahora " . Además, d i j e r on que el sistema de r iego proven iente d e l río Magda l ena , que se canal izaba a través de una caja reposadera 1 7 l o ca l i -zada a c inco kilómetros al noroeste de l pueblo , alcanzaba para a l imen -tar a otros pueblos como L a Magda l ena , San Francisco y San Jerónimo y que "no había de que unos se agarraban más y otros menos" , po rque el reparto era equitativo y l a cant idad de agua que entraba a cada po -blación estaba med ida . D e esos comentar ios se puede conc lu i r que la t i e r ra y el agua se distribuían po r igua l a los miembros de l a c omun i -dad a part ir de relaciones solidarias basadas en recursos de uso colect i -vo que apoyaban a l a vez e l logro de objetivos individúales.

Lo s entrevistados re cuerdan entonces c on nostalgia e interés " la adaptación pe r f e c t a " entre el los y e l me d i o na tu r a l , basada en u n a " so l i dar idad mecánica" que , pa ra dec i r l o en palabras de B o r d i e u , se expresaba en l a ausencia de esfuerzos de adaptación conscientes e i n -tencionales.

Y l u e g o f u i m o s e j i d a t a r i o s

Los pob ladores de San Nicolás To t o l apan se conv i r t i e r on en ej idata-rios en u n contex to de reducc ión sustancial de l p a t r imon i o simbóli-co: a l a vez que se les negó su existencia c omo c omun i dad y se les do-tó sólo de 6% de l área que so l i c i taban en restitución, se les bautizó c omo ej idatar ios , en e l mar c o pos r evo lu c i onar i o , med i an t e l a dota -

1 7 L a ca ja m e d i a n t e l a c u a l se r e c o g ía e l a g u a p a r a su d i s t r ibuc ión m e d ía 1.50 m d e p r o f u n d i d a d ; 8 .30 m d e a n c h o y 80 m d e l a r g o .

Page 16: Clara E. Salazar Cruz*

L A RELAC IÓN E N T R E L A POBLAC IÓN Y L O S R E C U R S O S N A T U R A L E S 3 0 1

c ión de u n ter r i t o r i o de l im i t ado "jurídicamente" en los exped i en tes de dotac ión y ampliación de tierras. S i gu i endo a Berger y L u k c m a n (1997: 139) podría decirse que l a aparición de otro universo simbóli-co alternativo (el ejido) constituyó una amenaza para los pob ladores , p o rque su mi sma existencia demostró empíricamente que el universo p r o p i o , la c omun i d ad , era menos que inevi table . A esta negación de i d e n t i d a d ( comuneros ) y a l a imposic ión de ot ra (ejidatarios) se su -mó , p o r u n lado , e l proceso de industrialización temprana que había a l canzado e l lugar i n c o r p o r and o sus recursos forestales y gran par t e de su fuerza de trabajo, lo que afectaba su relación ancestral c on esos recursos naturales ; p o r otro lado , e l hecho de que el ej ido, t e r r i t o r i o en e l que se sustentaba l a nueva i d en t i dad c omun i t a r i a , se l o ca l i zaba cerca de la C i u d a d de México y habría de ser a lcanzado po r l a m a n -cha u rbana en pocas décadas. E n este contexto la población se vio i n -mersa e n un proceso de transición de actividades rurales a urbanas ; l a mayoría de los ind iv iduos que obtuv ieron derechos ejidales ya par t i c i -paban e n actividades urbanas: de los 269 varones y 13 mujeres sujetos de dotación en 1922, cerca de 4 8% eran obreros en las fábricas (128) v sólo 2 8% (78) e ran campes inos además de dos i nd i v i duo s oue se reg i s t raron c omo agricultores ; e l resto de los habitantes susceptibles de dotación se registró como- jornaleros (43)- comerciantes (12V em -o leados domésticos (10)- electric istas (2) var t e sanos ( l ) 1 * (R i ve ra 1987 :36 ) .

T o d a esta situación constituyó entonces u n contexto de in t eg ra -c ión social no resuelto que se expresa en las ident idades superpuestas que hoy pe rmean la relación específica de los pob ladores con los r e -cursos naturales. Cuand o nos acercamos a los ejidatarios saltó a l a vis-ta e l p r o b l ema de las múltiples ident idades : la aceptación de los dere -chos sobre u n área d e f i n i d a y d e l im i t a d a l e ga lmen t e (el e j ido ) n o imp i d e e l rec lamo permanente de los derechos legales de ot ra área 1 9

(el área c omuna l ) , sobre l a que se apoyan para autonombrarse tam-bién comuneros , n i ser considerados población u rbana dada su inco r -porac ión al mercado de trabajo de l a c iudad . Esta superposición de s i -tuac i ones r e sponde a l a conc re c i ón de universos simbólicos que se iden t i f i c an hoy en diferentes de l imi tac i ones terr i tor iales : l a z ona co-muna l , l a zona ej idal y e l solar urbano .

1 8 C e n s o r e a l i z a d o p o r l a C om i s i ó n L o c a l A g r a r i a p a r a t r am i t a r l a d o t a c i ó n d e l e j i -d o e l 28 d e j u l i o d e 1922 .

1 9 Q u e c o m i e n z a e n e l P r i m e r D i n a m o .

Page 17: Clara E. Salazar Cruz*

302 E S T U D I O S D E M O G R A F I C O S Y U R B A N O S

E l p r imer universo simbólico, el prop io , el de los comuneros , ha de-sarrol lado mecanismos para no ser desplazado por e l de los ejidatarios; reconocerse hoy como pertenecientes a una " c omun idad imag i n ada " 2 0

f o rmada mediante las relaciones directas entre sus miembros y hereda-da como una ident idad cultural , es capaz de "produc ir una rea l idad que los niega". U n ejidatario afirma:

Le digo, soy comunero. E l pueblo tiene 400 y tantos años. Se fundó en 1535. Quis iera encontrar un documento donde se explicara quiénes fueron los primeros pobladores. M i abuelita me contó que en tiempo de sus abuelos (calcula como 200 años) vino una migración de michoa-canos que llegaron a establecerse a La Magdalena. De ahí se fueron al-gunos para formar el pueblo.

Además , es su f i c i ente p a r a d e t e rm i n a r u n a relación específ ica c on e l ter r i t o r i o y los recursos naturales que en él se en cuen t r an . L a negat iva a ser r e c ono c i d o s l ega lmente c omo c omun i d a d h a f unda -mentado que estos pobladores mantengan una lu cha legal p o r u n te-r r i t o r i o boscoso de 1 842 ha , que en lo simbólico se reconoce c omo e l "área c omuna l " y en lo concreto c omo el P r ime r D i n amo . L a p e rma -nen c i a de este conf l i c to entre lo ident i tar io y u n marco legal que refu-ta su existencia, tiene como consecuencia perversa los efectos d irec tos sobre el mane jo de recursos en esta área, que veremos más adelante .

L a segunda ident idad , la de ser ejidatario, se di ferenc ia de la ante-r i o r en que está reconoc ida y sustentada legal y terr i tor ia lmente , aun -que contiene dos problemáticas intrínsecas. Po r u n lado, al constituirse "e l e j ido" c omo la opc ión de " la c omun i dad " , niega a ésta amenazan -do su h i s t o r i c i dad y todo e l universo simbólico que e l la imp l i c a ; p o r o t ro lado , al conso l idarse c omo " l a institución", es incapaz de reem-plazar el universo prop io en términos identitarios, y de promover la re-lación P-R. A la vez que el Estado re conoce l a pe r s ona l i dad jurídica de l ej ido, l leva a cabo acciones que regu lan el uso y aprovechamiento de los recursos naturales que en él se encuentran , y a l a vez l im i t an l a relación d i re c ta entre la poblac ión y los recursos; en 1944 e l Estado otorga u n a concesión a la fábrica de pape l Lo re t o y Peña Pobre para la explotación de l bosque; en 1963 e xp r op i a u n a de las pocas zonas

2 0 E x i s t e n otras " c o m u n i d a d e s i m a g i n a d a s " ( c o m o los h om o s e x u a l e s , las e tn ias , las

n a c i o n a l i d a d e s , l o s e x t r a n j e r o s ) , d e f i n i d a s p o r a t r i b u t o s c u l t u r a l e s c o m u n e s a sus

m i e m b r o s q u e n o es tán n e c e s a r i am e n t e c o n e c t a d o s i n t e r p e r s o n a lm e n t e . V é a s e B e r i a i n

(1996 : 134 ) .

Page 18: Clara E. Salazar Cruz*

L A RELAC IÓN E N T R E L A POBLAC IÓN Y L O S R E C U R S O S N A T U R A L E S 303

de a l ta p r o du c t i v i d a d agrícola d e l e j ido (al afectar 11-80-40 h a p o r causa de u t i l i dad pública en favor de l t end ido de las líneas de energía eléctrica) y, en 1977 afecta 7 h a más (que se dest inaron a l a const ruc -c ión de una subestación de energía eléctrica de 400 kv, cuya p r i n c i p a l beneficiaría fue la industr ia ) , consideradas las de más alta p r oduc t i v i -d ad de l a ex hac i enda de San Nicolás Eslava (Rivera, 1987: 67) .

L o posit ivo de ser ej idatarios fue que los pob ladores t uv i e r on l a po s i b i l i d ad de dis frutar de derechos legales y re cuperar parte d e las tierras, lo que significó para muchos u n atractivo tentador . L a i n d i v i -dualización de una parte de l pa t r imon i o c omun i ta r i o mediante l a de-l imitación de las parce las , y más c on c r e t amen t e , e l r epa r t o de u n a hectárea a cada uno de ellos "en terreno p lano de mod o tal que todos dis f rutaran de cond i c i ones similares de s iembra y p r odu c t i v i dad " fue p e r c i b i d o en l o práctico , según expre san hoy los e j idatar ios , c om o un a c on t i nu i d ad de la v ida co t id iana que no generó cambios sustan-ciales en su relación c on los recursos natura les que en el los se p r o -ducían:

En 1924, cuando fue la dotación del ejido, todo este terreno, que era co-munal , lo fraccionaron en parcelas. A los pobladores más viejos les die-ron más tierras en la parte de temporal, así que además de tener su par-cela de regadío en su casa tenían tierra de cultivo en el ejido. Tanto en su casa como en el ejido sembraban lo mismo, pero en la parcela domés-tica se levantaban dos cosechas al año porque era de riego y estaban las casas ahí, por lo que era más fácil cuidarla. También se tenían jardines y nopales.

A pesar de lo señalado, l a relación P-R se degradó en términos identitarios . E l hecho de que varios ejidatarios e hijos de éstos se auto-n omb r e n " c omuneros " podría signi f icar un a f o rma de recuperac ión de la i den t i dad . De acuerdo c on Be r i a i n (1997: 136), las rec lamac io -nes territor iales y simbólicas en la f o rma de construcción o recupera -ción de l a ident idad son formas compensatorias que art iculan segmen-ta r i amente (no jerárquica n i f un c i ona lmen t e ) l a interacción soc ia l frente a las formas predominantes en las sociedades modernas.

S i n desconocer que reconocerse c omo c omune r o podría repre -sentar también u n interés e conómi co sobre e l área en l i t ig io , se cree que p a r a los pob lado re s entrevistados ser e j idatar io es exis t i r en lo práctico: en lo i nd i v i dua l son titulares de derechos ejidales y t i enen uso y disfrute sobre sus parcelas; en lo social f o rman parte de l a asam-b l ea e j ida l y se r e l a c i onan , aunque no s iempre en buenos términos,

Page 19: Clara E. Salazar Cruz*

304 E S T U D I O S DEMOGRÁF ICOS Y U R B A N O S

c o n el Comi sa r i ad o E j i d a l y e l consejo de v ig i lanc ia . Man t ene r s e co-m o c omune r o s 2 1 e n camb i o , n o t iene u n s ign i f i cado en lo c on c r e t o (la c omun i d a d no está r e c ono c i da c omo tal po r l a Secretaría de l a Re -f o rma Ag r a r i a ) , s ino más b i e n en lo s imból ico ; man t en e r u n r ep r e -sentante c om u n a l ( d on Roqu e ) les p e rm i t e r e c ono c e r s e c om o u n g r u p o que se au to iden t i f i c a y es iden t i f i c ado p o r otros c omo i n d i v i -duos pertenec ientes a u n a categoría d i s t ingu ib le de otras categorías (Bar th , 1969, c i tado en Cardoso de O l i v e i r a , 1992: 20) , i n c l u y endo a la de ejidatarios.

Así, cuando el Estado reconoce l a persona l idad jurídica de l a tie-r r a en la figura de l ej ido, responde a u n a neces idad práctica que pre -c isa l a posesión de u n b i e n c omun i t a r i o , p e r o a l a vez qu e b r an t a l a iden t i dad de la c omun i d a d como grupo social : los hijos de los f unda -dores no t ienen más opc ión que adoptar un a iden t idad surg ida en u n momen t o coyuntura l . Ser ej idatario entonces parece responder más a u n proceso de asimilación2 2 de normas , en el sentido de incorporarse a u n a figura jurídica (el ejido) que imp l i c a perder un a distinción par -t i cu lar c omo c omun i dad . Puede deducirse a part i r de la l i t e ra tura an -t ropo lóg i ca que l a figura de e j i da ta r i o podría estar d e f i n i e n d o "a l g rupo y no l a esencia cu l tura l que él enc i e r ra " ( i d e m ) .

L a necesidad ident i tar ia , más que estar v inculada a la condic ión de e j idatar io , parece expresarse en l a cond i c i ón de defensores y cu i da -dores de los recursos natura les , ya que así se cons ide ran los descen -dientes de los antiguos pobladores . Cuand o se le preguntó a los ej ida-tarios acerca de l a act i tud que t ienen otros pobladores , avecindados o co lonos , sobre los recursos, los presentaron c omo grupos d i f e renc ia -dos que al no tener raíces en l a z ona n i intereses prop i o s en los bie -nes colectivos, n o par t i c i pan en su conservación y mani f i es tan c ierta ind i f e r enc ia frente a ellos. Men c i o n a r o n que "los otros no par t i c i pan en nada " ; que cuando se les h a ped i d o apoyo para enfrentar los con -fl ictos existentes p o r los límites de l e j ido c on otros pueb los , r e spon -d en que la zona "está muy bon i ta " , pero no par t i c ipan .

2 1 C u a n d o p r e t e n d i m o s e s t ab l e c e r c o n t a c t o c o n los c o m u n e r o s , n o s d i m o s c u e n t a d e q u e se t r a t aba d e los m i s m o s i n d i v i d u o s ( e j ida tar io s o h i j o s d e és tos ) y q u e n o t i e n e n u n a r e p r e s e n t a c i ó n l e g a l d a d o q u e l a c o m u n i d a d n o está r e c o n o c i d a c o m o ta l p o r l a Secre taría d e l a R e f o r m a A g r a r i a .

2 2 " A s im i l a c i ó n " es d e f i n i d a p o r C a r d o s o d e O l i v e i r a (1960 : 111) c o m o e l procesus

p o r m e d i o d e l c u a l u n g r u p o é t n i c o se i n c o r p o r a a o t r o p e r d i e n d o a) s u p e c u l i a r i d a d c u l t u r a l y b) su iden t i f i cac i ón é tn i ca a n t e r i o r .

Page 20: Clara E. Salazar Cruz*

L A RELAC IÓN E N T R E L A POBLAC IÓN Y L O S R E C U R S O S N A T U R A L E S 305

E n e l e j i d o , c a d a u n o m a n e j a s u tierra

E n l a relación que los ejidatarios establecen c on sus parcelas pud imo s re conocer diversas actitudes. P o r u n lado están las más tradic ionales , que se caracterizan po r u n compor tamien t o preservador de l pa t r imo -n i o colectivo y l a reproducc ión de prácticas ancestrales en el mane j o de l cul t ivo , que continúan a pesar de la desaparición de las zonas de r iego (p lano 2) y l a in capac idad e conómi ca para acceder a métodos más modernos de s iembra:

Sólo dos personas tienen tractores y la delegación proporciona uno. La mayoría de la gente prepara la tierra con yunta. Primero se barbecha, el tractor mete la rastra para quebrar el terreno y para la siembra se abre surco con animales. Luego viene la escarda, que se hace con yunta o con azadón, para echarle al maíz su primera tierra para que el aire no lo tire y éste es el último trabajo. E l barbecho es en diciembre después de qui-tar el rastrojo; algunos siembran en marzo y otros en abril; la escarda se hace en mayo, cuando el maíz tiene dos meses de sembraáo, el montón se echa ya que el maíz tiene cuatro meses de sembrado.

A u n q u e los ejidatarios son conscientes de que se trata de p r odu c -tos de au t o c onsumo y de que "no se le gana a l a s i embra " , a l gunos continúan con el cult ivo de l a m i l p a , l a que al c omb ina r e l maíz c on di ferentes especies, c omo el haba y el f r i j o l , sigue cump l i e nd o l a do-b le función con la que fue ideada : no agotar la t ierra y aprovechar el m i smo espacio.

Las prácticas tradic ionales se observan también en l a persistencia de la herbo la r ia ; los entrevistados menc i ona r on que en casi todos los hogare s c on los que tenían con ta c t o se p r a c t i c a y que p a r a ta l f i n s i embran plantas como h ierbabuena , manzan i l l a , ap io , ruda , tabaqui -11o, ajenjo, cedrón, estáñate, gordo l obo y pericón. Cuand o se les pre -guntó acerca de l uso que dan a la t ierra en la actual idad , contestaron que l a mayoría sólo cu l t iva sus parcelas los fines de semana pa ra au-t o consumo y muy pocos para la venta, y que es raro que usen la t ierra c omo mater ia l de construcción o barro porque "nunca se h a hecho" . Se advirtió que todos los ej idatarios u t i l i z an semi l l a , a l r ededor de l a mi tad ferti l izantes y abonos, y pocos sustancias para fumigar . L a tota-l i d a d de qu i ene s s i emb r an u t i l i z a n d i n e r o p r o p i o ; e l crédi to y los subs id ios en d i n e r o o espec ie son casi inex i s tentes . L o s p r odu c t o s más cult ivados son : maíz, f r i j o l , haba , calabaza, maguey y avena; en men o r med i da , cul t ivan chícharo, tr igo , acelga, l e chuga y chi lacayo-

Page 21: Clara E. Salazar Cruz*
Page 22: Clara E. Salazar Cruz*

L A RELACIÓN E N T R E L A POBLAC IÓN Y L O S R E C U R S O S N A T U R A L E S 307

te. Esta variedad de productos, si b i en habla de la gran diversidad de re-cursos, no puede en ningún momento ser asumida en cantidades signi f i -cativas para la sustentabilidad de la población de la zona; de acuerdo c on datos tomados de las AGEB urbanas de 1990, sólo 8% de la PEA de l pueb l o de San Nicolás Toto lapan está asociado a actividades agropecuarias.

L o expuesto permi te observar que los ejidatarios más t rad i c i ona -les no h an cambiado sus prácticas en relación con los recursos; lo que ha var iado son las condic iones de l contexto . L a pos ib i l i dad de que la t i e r r a de cu l t i vo sea trabajo y sustento a l a vez (de m o d o tal qu e se mant enga e l trabajo agrícola c omo act iv idad p r i n c i p a l y se me jo re la p r oduc t i v i dad de los recursos naturales) es prácticamente inex i s t en -te, dadas no sólo las características soc ioeconómicas de los hogares , s ino también l a ubicac ión d e l e j ido en l a pe r i f e r i a de la C i u d a d de México , conl leva la inserción de l a población en actividades urbanas .

P o r otro lado se encuent ran los ejidatarios que más han re f o rma -do su relación c on la t ierra . Se reconoce que éstos han par t i c ipado de f o rma activa en los cambios de uso de suelo de r u r a l a u rbano , a u n -que den t r o de l g rupo existen diferentes moda l idades . Lo s p r ime r o s ej idatarios que in t e rv in i e r on en ese proceso no son considerados co-m o actores de negoc i os especulat ivos en sí mismos . L a ausenc ia de acuerdos explícitos respecto al mane j o de l p a t r im on i o co l e c t i vo , y par t i cu larmente de los suelos no product ivos , posibilitó que ya desde 1952, mediante asamblea ej idal , se dec id i e ra sobre la creación de u n a zona hab i ta c i ona l en l a parte pedregosa de l e j i do ; 2 3 ésta fue d i v i d i da en lotes de 500 metros cuadrados y repar t ida a los hijos de ejidatarios, a los avecindados solicitantes y "hasta para gente de fuera que necesi-taba v iv ienda" .

C om o puede observarse, esa p r ime r a etapa de l proceso de u rba -nización de l e j ido no es conceb ida c omo u n atentado al p a t r imon i o c omun i t a r i o deb i d o , po r u n lado , a que las características natura les de la z ona (considerada como "inhóspita", volcánica y con zanjas y ba-rrancos) "no afectaban" los recursos naturales observables, part i cu lar -mente al bosque; po r otro lado , po rque en esa ocasión el camb io de uso de suelo fue cons iderado c omo u n a respuesta consensada a u n a d emanda c omun i t a r i a de suelo u rbano que cumplía u n a función so-c ia l de f in ida .

2 S Posteriormente esos terrenos fueron expropiados (339-47-28 ha) en 1977 para su titulación.

Page 23: Clara E. Salazar Cruz*

308 E S T U D I O S DEMOGRÁF ICOS Y U R B A N O S

Las poster iores trans formac iones de t ierra e j idal a suelo u r b a n o son vistas en camb i o c omo u n proceso i r r egu l a r de c ompraven t a de parcelas que h a benef ic iado ind iv idua lmente a unos pocos, aunque los espacios de uso c omun i t a r i o no escapan a ese proceso que está bas-tante alejado de los pr inc ip ios comunitar ios . De acuerdo con los testi-mon i o s de los entrevistados, a lgunos de los comisar iados ej idales en tu rno han estado involucrados en casos de corrupción, a veces bajo e l conoc imien to y aval de las autoridades competentes:

Por ejemplo, ahorita el presidente del Comisariado Ejidal: trabaja en Re-forma Agraria; se podría decir que es un ingeniero, que está titulado y que puede tener un ingreso más o menos .alio, pero de repente cuando llega al cargo ya tiene camionetas del año, o sea, aquí..., se buscan estos Ampara enriquecerse y yo creo que esto ya lleva muchos años y aho-ra ya es más. Entonces, en este caso existen convenios y hay áreas ecoló-gicas que están restringidas, marcadas incluso por la Corena, pero en la zona sé dan permisos para que se naeran condominios, y eso viene a crear conflicto en la misma comunidad porque la distribución del agua va siendo menos, los recursos disminuyen y se cambia el uso del suelo, todo eso va repercutiendo en el medio.

Esta dinámica de transformación de l uso de suelo de r u r a l a ur -bano , en l a que se ha relativizado el valor de los recursos naturales an -te e l peso que adquiere el valor e conómico de l suelo urbano , parece ser re forzada po r las reformas al artículo 27 const i tuc iona l . Respecto a los efectos de éste, algunos de los entrevistados comentaron que co-m o mucho s ej idatarios ya no s i embran , aho ra sus hi jos van a p od e r "hacer u n a casa en las parcelas sin tanto p r o b l ema " , mien t ras otros "ya no prec isamente heredarán a sus hijos, sino que venderán la par -ce la a terceras personas con las que no t ienen ningún parentesco" .

Aunque los datos sobre quienes hoy habitan el pueblo y las áreas ur -banas de l ejido obtenidos de las A G E B 2 4 urbanas muestran la preponde -

2" De acuerdo con el Censo de población y vivienda, 1 9 9 0 , en el poblado de San N i -colás Totolapan viven aproximadamente 18 691 personas distribuidas en 3 757 vivien-das particulares. Tres cuartas partes de la PEA de esta población tiene ingresos conside-rados como muy bajos (24% de la PEA gana menos de un s.m.m. y 50% entre uno y dos sanan.); 21% gana entre dos y cinco s.m.m. y, sólo 5% obtiene más de cinco s.m.m. En lo que se refiere a la vivienda y a los servicios básicos, 84% de ellas tiene piso de cemen-to y el acceso y el desalojo de aguas son aún deficientes, lo que redunda en la contami-nación de los mantos acuíferos; 51.37% cuenta con agua entubada en el predio pero fuera de la vivienda y 39.61% tiene agua entubada en la vivienda y sólo 38% tiene dre-naje conectado a la calle; 46% lo tiene conectado al suelo o fosa séptica y poco más de 15% tiene el desagüe al suelo, al río y no dispone de drenaje.

Page 24: Clara E. Salazar Cruz*

L A RELACIÓN E N T R E L A POBLAC IÓN Y L O S R E C U R S O S N A T U R A L E S 309

ranc ia de estratos socioeconómicos bajos, los testimonios aseguran qu e el proceso irregular de compraventa de terrenos en el ejido no se res-tringe a los sectores populares, y que existe también una oferta de suelo para estratos socioeconómicos medios y medio-altos. E n una reunión d e los ej idatarios c on el d ipu tado de l a delegación Contreras , donde ca -sualmente fuimos testigos, los pr imeros demandaban que no se h i c i e ran más cambios de uso de l suelo arb i t ra r i amente , que se su spend i e r an las construcc iones de c o n d om i n i o s 2 5 que se estaban l l evando a cabo en su c omun i d a d y que no d ieran más permisos de construcción. L o s argumentos uti l izados para tales peticiones fueron que no había "v ia l i -dad adecuada para mantener una sobrepoblación en San Nicolás To t o -l apan" , que dentro de l P l a n Parc ia l versión 1987 estaba c on t emp l ado que "el pueb lo es rura l y que no debían existir condominios n i mul t i fa -miliares n i mucho menos vías de alta densidad", "que el nuevo p lan de -l egac iona l (1997) que sustituye a l de 1987 no es aprobado por l a ma -yoría de los h ab i t a n t e s de l a c o m u n i d a d ya qu e e l l o s n o f u e r o n consultados para realizar cambios de l uso de l suelo" y, finalmente, que los habitantes de l a c omun idad son los que "deben dec id ir hacia dónde crecer".

H a y que resaltar que los ejidatarios rec laman fundamenta lmente los cambios de uso de suelo de rura l a urbano y las ganancias ilícitas e inequitativas que de ello resultan, pero sus argumentos no inc luyen e l de te r i o ro amb ien ta l que estas transformaciones generan en l a z ona ; por e jemplo , no rec laman la presencia de los desagües a cielo abierto n i l a contaminación de las barrancas; éstos serían argumentos de peso cons iderando que el Ajusco Med i o , donde se ub i ca e l ej ido, es un a zo-n a muy impor tante para l a recarga de l acuífero de l valle de México.

E n med i o de estas confrontaciones surge una tercera act i tud ante el pa t r imon i o colectivo, l a asumida por aquellos ejidatarios que te rmi -n an p o r cansarse de las i r regu lar idades cometidas po r los que osten-tan e l poder :

Pues estuvimos discutiendo ahí pero fue una asamblea que casi se llevó a fuerza; la gente ya estaba cansada, ya era muy tarde, y luego ya todo gri-tos. Parece que estuvieron platicando mucho el proyecto y no dejaban entrar a la gente que no fuera realmente ejidatario y, bueno, estuvieron explicándoles mucho y los cansaron. A l final, para la hora de la votación

2 6 S e r e f i r i e r o n e s p e c íf i c amen t e a u n c o n d o m i n i o q u e se e s t aba c o n s t r u y e n d o , e l

d e l a ca l l e D o s d e A b r i l , e n t r e las ca l l e s d e S o l e d a d y P r o g r e s o .

Page 25: Clara E. Salazar Cruz*

310 E S T U D I O S DEMOGRÁF ICOS Y U R B A N O S

pues muchos se habían ido porque estaban fastidiados. Fue todo el día ahí. Sí, empezaron temprano y creo que terminó ya de noche.

Estos ejidatarios, cansados de los confl ictos y fracasos arrastrados durante años p o r la venta de parcelas y la d i sputa sobre las áreas de uso c omún , a sumen u n a a c t i t ud de i n d i f e r e n c i a y de n o p a r t i c i p a -c ión, ahondando la división in t e rna que da pie a múltiples formas de arreglos uni latera les e intervenc iones de actores sociales ex ternos al e j ido (autoridades competentes y empresarios que p l an t ean grandes proyec tos ) . Es e l caso f a l l i d o , pe ro que impl icó mov i l i z a c i one s , de l proyecto de eco tur i smo p r omov i d o p o r J u l i o Alemán, que abarcaba 200 ha de reserva ecológica en tierras de l ej ido de San Nicolás To t o l a -p an . De acuerdo c on los test imonios de los entrevistados, e l Comi sa -r i a d o E j i d a l en t u rn o ced ió las tierras al "Museo de l Árbo l " , pa ra lo cua l convocó a una asamblea ejidal a la que "no fue mu cha gente por -que fue muy discreta y avisaron sólo a los que la iban a aprobar para que se presentaran sólo los que estaban de acuerdo".

L a t oma un i l a t e ra l de dec is iones po r parte de l Com i s a r i a d o E j i -d a l , que afectó al p a t r imon i o c omun i t a r i o , sólo consiguió aumenta r l a des con f i anza . P o r u n l ado , él fue acusado de p a r t i c i p a r y ac tuar mov ido p o r intereses part iculares , que al cons iderar c omo "de l b i e n c omún " le s i rv ie ron de excusa para tomar decis iones s in e l a cuerdo de todos los ejidatarios. Po r otro lado , "el conf l icto i n t e rn o " generado p o r tales acciones llevó a los ejidatarios a pensar que "hasta las autor i -dades delegacionales querían hacer negocio" .

E l asunto es que hasta pusieron una demanda en contra del Comisaria-do Ej idal porque no reunía todos los permisos. Todavía últimamente hubo un peritaje de un perito y dijo que estaba mal hecho. Se basó tam-bién en que no tenía todos los arreglos que debían hacer en el terreno, los estudios de medio ambiente y todo eso. Ypo r eso mismo se le hizo la demanda al mismo Comisariado Ejidal, porque éste quería hacerlo rápi-do, tenía dinero que le habían proporcionado y quería inmediatamente invertirlo. Por eso mismo era su afán, pero hicieron un poquito las co-sas chuecas, por eso fue que se vio aquí que la cosa estaba mal y enton-ces se hizo ía demanda.

C omo consecuencia de estas acciones, hay una falta total de credibi l i -dad y de participación de todos los ejidatarios en el momento de la toma de decisiones, aunque contradictoriamente todos se benef ic ian, en ma-yor o menor medida , de los ingresos provenientes de las mismas. Los eji-datarios argumentan que "los que hacen las cosas chuecas" no están i n -

Page 26: Clara E. Salazar Cruz*

L A RELACIÓN E N T R E L A POBLAC IÓN Y L O S R E C U R S O S N A T U R A L E S 311

teresados en inver t i r e l d i n e r o en "cuestiones ecológicas" , y q u e "pa-r a que el d inero vaya a parar a sus bolsi l los" , mejor que se lo repar tan y que se lo entreguen. Esta situación nos permite observar que los eji-datarios no siempre t ienen una posición clara respecto del uso y mane -j o de los recursos naturales de l ejido; hay contradicción entre el deseo de mantenerlos y la sol ic i tud de que se distribuya el d inero que de ellos resu l ta , s in abogar p o r l a creación de los mecan i smos que p e rm i t a n reinvertir un porcentaje de esa ganancia.

B o s q u e d e t o d o s , r e c u r s o d e n a d i e . L a s d i f i c u l t a d e s d e la gestión c o m u n i t a r i a e n e l ejido

A par t i r de l a realización de los mapas de recursos se pud o observar también que l a memo r i a histórica de los ejidatarios respecto de l área c omuna l , par t i cu larmente el bosque, responde a una concepc ión bas-tante g ene r a l i z ada , ausente de expe r i en c i a s per sona l e s y d i v i d i d a tempora lmente entre antes y después de Peña Pobre . Hasta que fina-l i za l a concesión de la explotación maderera a l a fábrica de pape l , los recuerdos se re f i e ren p r i n c i p a lmen t e a una relación labo ra l patrón-empleado ; el p r i n c i p i o y fin de esta concesión parece vivido c omo u n momen t o de transición en la relación P-R. Los ejidatarios cons ideran que antes de la concesión había mayor equ i l i b r i o entre el uso de l bos-que y l a explotación de l mi smo :

Antes sí se reforestaba pero de manera natural. Había una relación natu-ral entre el uso del recurso y su reforestación. Pero ya después, como se incrementó la plaga se tuvo que implementar un sistema de reforesta-ción artificial, independientemente de la reforestación natural. Con los incendios se acaba el árbol pequeño de menos de medio metro, pues por su tamaño se quema al paso del fuego.

Du r an t e l a pre senc ia de L o r e t o y Peña Pob r e l a relación de los e j idatar ios c on e l bosque estuvo subo rd i nada a l a de esta fábrica de pape l , y e l r o l s e cunda r i o que el los desempeñaron respecto de ese b i en colectivo los llevó a desl indarse de las responsabi l idades directas sobre l o que su c e d i e r a c o n los recursos na tu ra l e s d e l bo sque . D e acuerdo con los comentar ios emit idos durante l a realización de l ma -pa de recursos, algunos de ellos asociaron la pérdida de especies an i -males y vegetales a l a aplicación de técnicas inadecuadas en el c on t r o l de las plagas:

Page 27: Clara E. Salazar Cruz*

312 E S T U D I O S DEMOGRÁF ICOS Y U R B A N O S

Cuando entró Peña Pobre ya había plagas. Ya empezaba a haber plagas, pero [los de Loreto y Peña Pobre] ut i l iz l ron plaguicidas que incluso L taban a la flora y a la fauna. Y la plaga no se acabó.

Otros cu l pa r on a l a fábrica de l deter ioro de l a zona ;

Los de Loreto y Peña Pobre explotaban la madera del oyamel, ayacahui-te (que es un pino muy parecido al oyamel y es de muy buena madera) y del ocote; había poco encino. En ese entonces todo el monte era árboles/había mucho venado, conejo, zorril lo, tejón, ardilla, armadillos, gato montés, tla-coache, zorras que comían gallinas [comadreja].

Y los más estrictos c on s i d e r a r on que e l i n c r emen t o de l a p l aga fue u n a acción in t enc i ona l p o r parte de la fábrica:

A los cuatro años de que entró Peña Pobre empezó a haber plagas. Ellos introdujeron la plaga para que hubiera más madera para explotar. En -tonces los ejidatarios dijeron "se está plagando nuestro bosque, ¿qué va¬mos a hacer?" Más o menos en 1960, cuando entró Peña Pobre, es cuan-do empezaron a usar plaguicidas los habitantes.

Así, de acuerdo con los entrevistados, las especies vegetales y an i -males nativas, en tanto produc t i v idad p r ima r i a de l a zona , no f u e r on cons ideradas en el mane jo de l bosque c omo u n factor esenc ia l pa ra su conservación. Se di jo que gran parte de la fauna o r i g i na l h a desa-parec ido , que los animales que se ut i l i zan actualmente para a l imento son los de cría (pollos y gall inas, conejos, puercos , borrego y bueyes) , y qu e sólo muy pocos ( z o r r i l l o , a rma d i l l o y c on cha ) de los que se aprovechan hoy, para med i c ina pr inc ipa lmente , son nativos de l a zona.

Independ i en temente de l a subjet ividad que surge en las dec lara-c iones presentadas, es interesante observar que los ejidatarios ven en la concesión de los recursos forestales no sólo l a sobrexplotación de l bosque, sino también e l abuso sobre otros recursos que no se respeta-r o n (como la pérdida de l a función produc t iva de l suelo y l a b iod iver -sidad) y que f u e r on muy afectados. Esto nos pe rmi t e supone r que l a fábrica de p ap e l L o r e t o y Peña Po b r e n o realizó pa r a l e l amen t e a l p ro ce so de restauración fores ta l u n c on j un t o de ac t iv idades enca -m inadas a r ehab i l i t a r los terrenos forestales pa ra que p u d i e r a n re -cupe ra r y man t ene r par c i a l o to ta lmente su vegetación, f auna , suelo y dinámica hidrológica.

T e rm inada la concesión de la explotación de los recursos foresta-les a l a fábrica, los ejidatarios t omaron el c on t r o l sobre ellos, y ahora

Page 28: Clara E. Salazar Cruz*

L A RELACIÓN E N T R E L A POBLAC IÓN Y L O S R E C U R S O S N A T U R A L E S 313

los v en como u n pa t r imon i o colectivo, aunque esto no signif ica que lo enfrenten sin conf l icto . Los entrevistados d i jeron tener c on c i en c i a de que los ciclos de la naturaleza son extremadamente diferentes a los c i -clos humanos y a las necesidades product ivas que se le han impues t o al bosque por décadas; re conoc i e ron también que no hay acuerdos so-bre c ómo manejar esos recursos. A lgunos de ellos p lantean la regene -ración na tura l de l bosque , p o r que l a i ndu c i d a , a rgumen tan , "es u n a l abo r bastante pesada" cons iderando que el bosque se r e g ene ra muy despac io y que los in cend i o s acaban c on todo e l trabajo de u n año y hay que empezar de nuevo e inc luso , "remover la t ierra para qu e ven-ga l a reforestación natura l " . También aseguran que otros no están i n -teresados en conservar e l pa t r imon i o colectivo:

No , pues la idea es de unos cuantos que estamos defendiendo la causa de la ecología. Es que por ejemplo , dentro del mismo bosque han abierto muchísima tierra, y principalmente los Fuentes [una familia] tienen cantidad de terrenos. Esas partes que han abierto, por ejemplo, no son como en el terreno de La Campana; allí sí no había árboles; era el puro llano. Pero tenemos otros terrenos en que sí había mucho árbol y el papá de los cuates fue poco a poco tirándolos y abriendo te-rrenos. Y así hay mucho terreno que está abierto dentro del mismo bosque. Otro que se empieza a abrir y que ya se ha vendido es en la punta; una parte también que está dentro del mismo bosque. Yeso es en lo que no estamos de acuerdo... que el bosque siga siendo bosque y que se reforeste toda la parte que le pertenecía al monte como arbo-lado.

Of i c ia lmente e l uso y manejo de l bosque en el ej ido corresponde a u n p lan de manejo autor izado po r la Subdelegación de Recursos N a -turales ( S R N ) en el D F , dependiente de la Semarnap . E n él se l leva a ca-bo e l saneamiento de l bosque med iante e l r e c ono c im i en t o (marca y tala) de los árboles plagados y su consecuente aprovechamiento . Esta acción de aparente consenso tampoco aleja a los ejidatarios de conf l ic -tos internos . P o r u n lado , no todos están de acuerdo con que l a técni-ca de saneamiento sea l a adecuada:

Yo en la mañana le decía al ingeniero que está contratado por el ejido "A mí se me hace que ustedes la están regando". Me dice "¿por qué?", y le digo "Mire (y ya nos pusimos a platicar) vamos a hablar de la plaga. [...] en lugar de llevar un control de los árboles que están plagados, ustedes marcan un árbol plagado cuando ya está muerto. Pero no me marcan un árbol cuando empieza la plaga que está ahí. Cuando está muerto el árbol ya la plaga no está ahí, está en otro. Entonces, no vamos a acabar con la plaga"

Page 29: Clara E. Salazar Cruz*

314 E S T U D I O S DEMOGRÁF ICOS Y U R B A N O S

Y p r o p on en y p rueban c on técnicas alternativas:

E l chiste es tomarle la delantera, ¿verdad? Tenemos otro ingeniero que nos está tratando el árbol que empieza a plagarse, le está metiendo me-dicina. Entonces ahora sí vamos a atacarlo cuando esté la plaga ahí, no cuando está muerto. Cuando está muerto ¿qué? Pues a tirarlo y hacer le-ña, se acabó. Pero sigue la mata dando. Entonces la plaga ya está en otro árbol, en uno, en dos o en tres. Porque no va a quedarse la plaga en el ár-bol muerto si ya no hay qué comer, es una cosa lógica. Hay una serie de dificultades con gente que no está al día o que no tiene suficientes co-nocimientos para llevar a cabo este tipo de trabajos. Este ingeniero tiene como 40 años de ejercer esa clase de trabajo. Consiste en que al árbol pla-gado, le hace tres o cuatro agujeros con un barreno al pie del árbol y ahí le echa un líquido, se tapa con un tapón de madera y luego un sellador. Este líquido automáticamente le sube al árbol. A la vez que lo cura cuando llega a la punta empieza a despedir un olor y ese olor ahuyen-ta a la plaga, y ya está vacunado ese árbol. A 500 metros alrededor de ese árbol ya no se va a dar la plaga, se va. Entonces, así tratamos de combatirla

Pe r o se asoman de nuevo las desavenencias internas entre los ej i -datarios que están en favor de vacunar los árboles y los que no l o es-tán. L o s p r ime r o s acusan a los segundos de " d e s i n f o rmado s " y de que re r "acabar con e l bosque" ; los segundos, apoyados p o r los técni-cos de la S R N en el D F , 2 6 i n cu l p an a los pr imeros de "andar matando a los árboles". L a falta de aval de las autor idades para emp r e n d e r ac-c iones de saneamiento de los árboles en pie , que no son compart idas por todos los ejidatarios h a puesto inc luso en riesgo a los ingen ieros que r ea l i z an e l trabajo ; "unos ya los querían de cap i t a r " m e n c i o n a -r o n . Y además son perc ib idas c omo acciones que de f i enden intereses par t i cu la res , c omo es l a venta de l a mad e r a bajo u n a es t ru c tu ra de corrupción.

P o r otro lado , hay enfrentamientos entre e l Comisar iado E j i da l y a lgunos ej idatarios po r e l mane jo de los recursos y de los benef ic ios económicos . E l Comisar iado E j i da l dice actuar con forme a los acuer-dos, dar los permisos de tala de árboles a quienes se los p i d en y sólo quitar le las herramientas a los que no t ienen documentación porque "se les olvida ped i r e l permiso" ; los ejidatarios que trabajan l a madera , po r su lado, rec laman que aunque t ienen el permiso , en los operativos "les qu i tan sus máquinas y su made ra " porque son testigos de c ómo se

2 6 Argumentan que no se ha comprobado la efectividad de esa vacuna.

Page 30: Clara E. Salazar Cruz*

L A RELACIÓN E N T R E L A POBLAC IÓN Y L O S R E C U R S O S N A T U R A L E S 315

mane ja l a situación. Respecto de los benef i c ios económicos , los e j i -datarios men c i o nan que l a empresa que c ompra l a madera "ext i ende los cheques hasta después de u n mes" , y que e l Com i s a r i a d o E j i d a l c omo comis ión de v i g i l a n c i a d e l bosque n o p r e s i o n a lo su f i c i en t e para que cada u n o de los ej idatarios que cor tan l a made ra ob t enga su sue ldo .

C om o se observa, l a decisión de los pobladores de actuar sobre e l bosque está d iv id ida y med iada p o r intereses diversos: por u n lado los económicos , que pr iv i l eg ian l a tala de los árboles, y por otro los c o n -suetudinar ios , que pre t enden asegurar e l manten imien t o de l recurso sin alteración. Los pr imeros efectúan prácticas de manejo de recursos adecuadas a l a l ega l i dad y ajustadas a benef i c ios mater ia les ; los últi-mos t oman acciones que no r e sponden a u n a obl igación lega l , s i n o que surgen espontáneamente de l sent ido de i d en t i dad y de l a t r a d i -c i ón 2 7 que los une al lugar .

S in embargo , a nuestro cr i ter io el p r o b l ema centra l en torno a l a gestión comunitar ia del bosque no es necesariamente la cuestión de l sa-neamiento . Las opiniones de los ejidatarios están divididas entre e l apro -vechamiento de los recursos mediante e l saneamiento t rad i c i ona l ( la tala de los árboles enfermos) y la desaparición de los beneficios econó -micos a corto plazo si la nueva técnica (el saneamiento de los árboles en pie) tiene éxito. L a visión de los más conservadores es que la desa-parición de los benef ic ios económicos afectaría no sólo a los e j idata-rios, también a las autoridades encargadas de dar los permisos y "de re-comendar a los especialistas que real izan los estudios técnicos".

Cons i d e rando el grado de subjet ividad que caracteriza a los testi-m o n i o s , n o es p o s i b l e a d j u d i c a r r e s p on s ab i l i d a d e s ; s in emb a r g o queda c laro el ámbito de desconf ianza tanto en el in t e r i o r de l g rupo c omo c o n las autor idades competentes . Lo s e j idatar ios pa r e c en n o tener c on o c im i en t o adecuado de l mane jo de los recursos natura les de las áreas comunes . D e los resultados obten idos en las entrevistas se in f i e r e que los recursos de l bosque no son para casi n i n g u n o de los ej idatarios un a fuente de ingresos signif icativa, que pocos son los que viven de cortar madera y que las plantas vivas de l bosque no t ie -n e n mercados cautivos n i se u t i l i z an para usos especial izados, c omo

2 7 S i b i e n n o n o s f u e po s i b l e d e t e r m i n a r l a e d a d d e los e j ida tar io s d e u n a y o t r a lí-n e a d e a c c i ó n p o r m e d i o d e l a i n f o rm a c i ó n o b t e n i d a e n e l t r aba j o d e c a m p o , se c r e e q u e los q u e p r i o r i z a n los in tereses e c o n óm i c o s s o n i n d i v i d u o s d e m e n o r e d a d , y los q u e p r i v i l e g i a n e l s a n e am i e n t o s in a p r o v e c h am i e n t o m a d e r a b l e , los de e d a d má s a v an z ada .

Page 31: Clara E. Salazar Cruz*

316 E S T U D I O S DEMOGRÁF ICOS Y U R B A N O S

mate r i a p r ima para veneno , colorantes , pegamentos y ceras. E n c on -traste se di jo que el bosque sí tiene signi f i cado en l a v ida d i a r i a ; que a lgunas fami l ias t oman todavía de él recursos co t i d i anos c om o son las varas y fibras para las escobas, las plantas pa ra cercos vivos (oya-m e l , maguey rosita con espinas, maguey) , los forrajes y pasturas (maíz, zacate, avena y cebada) y e l combust ib l e (ocote, oyamel , mejotes de maguey, leña) . Además, que para la g ran mayoría el bosque t iene u n c o n t e n i d o e c o l ó g i c o p r o f u n d o : s i gn i f i c a p r i n c i p a lm e n t e u n c l i m a más agradable y una z ona de retención de agua para l a c i udad . T am -bién, que p r op i c i a u n estado de ánimo posit ivo y creativo y que g ran parte de ellos real iza actividades recreativas y desarro l la e co tur i smo y camp i smo .

E n este contexto discursivo, los ejidatarios manif iestan interesarse p o r acciones no estrictamente económicas; algunas familias s i embran árboles y reforestan por su cuenta , y varios ejidatarios, con juntamente c o n l a Comis i ón de Recur so s Na tu r a l e s (Co r ena ) y l a De l ega c i ón T l a l p a n , pa r t i c i p an en act iv idades de reforestac ión 2 8 y de conserva -c ión de l suelo , c omo la creación de vasos contenedores y surcos de maguey . P a r a estos e j idatar ios n o invo lu c rado s d i r e c t amen t e en e l p l a n de mane j o , talar los árboles es u n a amenaza a su i d e n t i d a d ; l a po s i b i l i d ad de exist ir c omo c omun i d a d depende de la p e rmanen c i a de ese pa t r imon i o c omun i ta r i o que les permite autoidenti f icarse , dis-t inguirse de los otros y relacionarse en el in ter i o r de l g rupo y c on los demás. Pe r o también es u n atentado c on t r a e l me d i o amb i en t e . E l sent ido de i d en t i d ad se expresa en términos de di ferenciac ión res-pecto a los otros pobladores (migrantes e hijos de migrantes ) , y l a de-fensa de los recursos naturales se apoya prec i samente en e l espacio compar t ido con ellos:

Lo que yo he notado es que ha venido gente de otros estratos, que ha ve-nido gente tanto de clase media alta, en una situación difícil, como gen-te de bajos recursos... gente de Tepito. De esas zonas marginadas" que hay en el Distrito. Esa gente que no tiene tierra, pero como que aprecia la naturaleza y se vienen a estos lugares porque les gusta el campo, les gusta la calma, que no haya tantos conflictos... gente a la que le gusta el aire, las quesadillas que saben muy bien, los bosques que los rodean.

2 8 L a s e s p e c i e s c o n q u e se r e f o r e s t a s o n o y am e l , o c o t e , e n c i n o , p i n o , c e d r o , aya -

c a h u i t e , e n m e n o r m e d i d a se s i e m b r a n c i r u e l o , p e r a s , c h a b a c a n o s y mo r a s .

Page 32: Clara E. Salazar Cruz*

L A R E L A C I O N E N T R E L A P O B L A C I O N Y L O S R E C U R S O S N A T U R A L E S 317

Z o n a e n l i t i g i o : tierra d e n a d i e , b o s q u e s i n m a n e j o

Resu l ta interesante destacar, además de l ya refer ido manejo de los re-cursos en el ej ido , que el bosque existente en las 1 842 ha cont iguas al m i smo que se encuen t ran en l i t ig io ante e l T r i b u n a l Ag r a r i o está ac-tua lmente p lagado p o r los gusanos descortezador y ba r r enado r y no se h a n l levado a cabo en las últimas dos décadas acciones de sanea -m i e n t o en él. Esta falta de actuación puede ser a t r i bu i da en par te a las divis iones internas entre los dos pueblos invo lucrados en l a l u c h a por los recursos (los de l pueb l o de San Nicolás están div id idos e n dos grupos : los que están c on e l Com i s a r i a d o E j i d a l y los que están c on d on Roque V i l l anueva ; los de l pueb l o de L a Magda l ena t i enen c in c o líderes) . Éstos i n t e r r ump i e r o n u n conven io , real izado en 1975, para el saneamiento y aprove chamien to de los recursos de l bosque e n e l que traba jaron con jun tamente y c ompa r t i e r on benef i c ios e c onómi -cos: los de San Nicolás T o t o l a p an t raba jaron 6 3% de l bosque , y los de l pueb l o de L a Magda l ena el 3 3% restante.

L a anter ior apreciación co inc ide con la de otros actores sociales. E l d ipu tado federal de L a Magda l ena Contreras expresó que pa ra lo -grar e l saneamiento de l bosque son pr ior i tar ios también los acuerdos entre los dos pueblos :

Si no están de acuerdo [los del pueblo de San Nicolás y los del pueblo de L a Magdalena] no se puede avanzar. Tienen que estar de acuerdo los dos en la forma en que se van a distribuir los recursos y los ingresos. E l l i -tigio sobre la propiedad es una cosa y lleva su ritmo... pero para el sanea-miento tiene que haber un acuerdo entre ustedes y ellos para que el día que venga el secretario de Medio Ambiente del D F se pueda firmar un acuerdo de todos los interesados.

E l subdelegado de Recursos Natura les de l a Semarnap en e l D F , po r su parte, advirtió que mientras los dos pueblos no estén de acuer-do n o puede haber u n saneamiento de l bosque, porque éste imp l i c a el aprove chamien to maderab le ; l a au t o r i dad no puede ex t ender u n pe rm i s o en u n a z ona en l i t i g i o , dado que no hay u n "p r op i e t a r i o " a quién autorizar ; en este caso part i cu lar , autor izar e l aprovechamiento maderab le a cua lqu iera de las dos comunidades involucradas genera-ría u n conf l icto social .

C om o se observa, l a falta de actuación sobre e l bosque parece es-tar med i ada también por l a indefinición jurídica en la tenenc ia de l a t ierra . Los comuneros de San Nicolás argumentaron que aunque tie-

Page 33: Clara E. Salazar Cruz*

318 E S T U D I O S D E M O G R A F I C O S Y U R B A N O S

n e n l a posesión de l bosque y las escrituras, la Secretaría de l a Re f o r -ma A g r a r i a n o h a r e c ono c i d o sus derechos sobre e l área en l i t i g i o y que " n i uno n i otro [pueblo] pu ed en explo tar esos recursos" . L a i n -definición jurídica, sumada a las di f icultades de gestión vec ina l , oca-s i ona que el bosque no tenga ningún tipo de manejo y en consecuencia que se agrave su deter ioro . A la existencia de l a plaga se suma que la made ra caída y los árboles secos, que no pueden ser aprovechados so p ena de sanción, son f lama para los ya tradic ionales incend ios de las épocas de secas. 2 9 Los comuneros asociaron esos incendios , en o r d e n de impor tanc i a , a l a presenc ia de madera seca t irada, las altas tempe-raturas , los vientos y sequías, y a las fogatas de visitantes; en mu c h o men o r med i da a l a práctica de quema de pasto para combat i r las p la -gas, l a quema in t enc i onada para que retoñe el pasto, y al descu ido y la fal ta de vig i lancia .

Además de los aspectos ya mencionados, la falta de saneamiento de l bosque puede adjudicarse también a la discrecionalidad con que se ap l i -ca la legislación vigente en la zona. A l respecto cabe recordar, por u n la -do, que el artículo 89 del Reglamento de la Ley Forestal especifica que:

C u a n d o l a S e c r e t a r ía t e n g a c o n o c i m i e n t o d e c u a l q u i e r m a n i f e s t a c i ó n o

e x i s t e n c i a d e p o s i b l e s p l a g a s o e n f e r m e d a d e s f o r e s t a l e s , n o t i f i c a r á y r e -

q u e r i r á a l o s J j i d a t a r i o s c o m u n e r o s , p r o p i e t a r i o s y poseedores d e t e r r e n o s

f o r e s t a l e s o d e a p t i t u d p r e f e r e n t e m e n t e f o r e s t a l , a s í c o m o l o s t i t u l a r e s d e

a u t o r i z a c i o n e s d e a p r o v e c h a m i e n t o d e r e c u r s o s f o r e s t a l e s , q u i e n e s r e a l i -

c e n a c t i v i d a d e s d e r e f o r e s t a c i ó n y a los responsables de la administración de las áreas naturales proteirídas,M a e f e c t o d e q u e é s t o s r e a l i c e n l o s t r a b a j o s

d e s a n i d a d f o r e s t a l [ . . . ]

L o que i n d i c a que el saneamiento de l bosque no está asoc iado n e c e s a r i amen t e a l a t i t u l a r i d a d d e l p r e d i o , y que las au t o r i d ad e s competentes podrían autor izar a los "poseedores" u n permiso de sa-n e am i e n t o p a r a u n área d e t e rm i n a d a y p o r u n t i emp o d e f i n i d o . A u n , c ons ide rando válido e l a rgumen t o de no ex tender e l pe rm i s o para evitar u n conf l i c to social entre las dos comun idades , las au t o r i -dades competentes podrían actuar en su n omb r e y representación. E l artículo 31 de l a misma Ley establece que:

2 9 C o m o e j e m p l o d e b e m e n c i o n a r s e q u e e l i n c e n d i o d e j u l i o d e 1998 a f e c t ó a l b o s q u e d e l a z o n a e n l i t i g i o p e r o n o al b o s q u e d e l e j i do d e S a n N i co l á s T o t o l a p a n , so -b r e e l q u e sí existe u n p r o g r a m a d e m a n e j o .

3 0 L a s curs ivas s on nues t ra s .

Page 34: Clara E. Salazar Cruz*

LA RELACIÓN ENTRE LA POBLACIÓN Y LOS RECURSOS NATURALES 319

Cuando los trabajos de sanidad no se ejecuten y siempre que exista ries-go grave de alteración y daños al ecosistema forestal, la Secretaría realizará los trabajos correspondientes con cargo a los obligados, quienes deberán pagar la contraprestación respectiva en los términos de las disposiciones fisca-les aplicables. Quedarán exceptuados d e las disposiciones previstas en el pá-rrafo anterior los trabajos de sanidad forestal que la Secretaría ejecute, en apoyo de los propietarios o poseedores de terrenos forestales o de aptitud preferentemente forestal, a través de las medidas, programas e instrumentos económicos previstos p o r la ley. 31

A l respecto , las autor idades a rgumentan que no rea l i zan los t r a -bajos el las mismas deb ido a "que no hay a quién cobrar l e los t raba -jos de saneamiento " ; sin embargo , los benef i c ios de l m i smo podrían ser o b t e n i d o s p o r la p r o p i a Secretaría vía H a c i e n d a . F i n a lm e n t e , otros a r gumen t o s en que se basan d i chas au t o r i dades pa ra no e x -tender e l pe rmi so de aprovechamiento de los recursos es que el bos -que está afectado por u n decreto de v eda 3 2 que desde 1947 restr inge l a tala de los árboles "en ve rde " en tanto n o ex is ta u n a p laga c om -p r o b ada sobre el los , y que en r ea l i d ad "e l p r o b l ema de ese bosque no es l a p laga , s ino l a contaminación de l aire que deb i l i t a los árbo -les".

De acuerdo c on l a Ley Foresta l y según el artículo 89 de l Reg la -mento de la m i sma , 3 3 la autor idad competente debe avalar la amenaza de la p laga mediante u n estudio técnico. E n la práctica, el saneamien-to (léase l a tala) de los árboles p lagados se au t o r i z a en respuesta a una so l i c i tud p r ev i a 3 4 de los interesados acompañada de l estudio téc-n ico realizado por ellos y no por las autoridades; en este caso particular, estas últimas no actuaron a pesar de que desde 1990 se dictaminó que en la zona había alrededor de 90 000 m 3 de madera muerta, o lo que es lo mismo, alrededor de 70 000 árboles plagados. 3 5

8 1 Las cursivas son nuestras. 3 2 L a veda forestal es la restricción total o parcial del aprovechamiento de los re-

cursos forestales en una superficie o para una especie determinada, establecida me-diante decreto expedido por el titular del Ejecutivo Federal. En el caso particular del Ajusco, sólo se permite la tala de árboles plagados y / o secos y el aprovechamiento de los caídos debido a vientos, tormentas u otra contingencia ambiental.

3 3 Que dice: "III. Los responsables de la administración de las áreas naturales pro-tegidas realizarán el informe técnico de conformidad con este reglamento".

" Con el nombre, denominación o razón social y domicilio fiscal del propietario del predio.

3 5 Dato ofrecido en la Subdelegación de Recursos Naturales en el D F ; entrevista in -formal con el subdelegado de la misma el día 26 de octubre de 1998.

Page 35: Clara E. Salazar Cruz*

320 E S T U D I O S DEMOGRÁF ICOS Y U R B A N O S

Así, l a falta de actuación sobre e l bosque en u n a z ona e n l i t i g i o c om o consecuenc ia de l a carenc ia de acuerdos entre las c omu n i d a -des involucradas es re forzada po r la indefinición, superposición, am-bigüedad y d i s c rec i ona l idad c on que se ap l i can las leyes y los decretos que en teoría intentan promove r l a preservación de los recursos natu -rales. E n otras palabras, e l amp l i o rango de interpretación d e los ins-t rumentos legales puede , en ocasiones, n o sólo oponerse a l a regu la -c ión de l manejo de los recursos, sino acarrear consecuencias funestas para ellos; la existencia de l a ley no garantiza su efectividad.

Conclusiones

Se ha anal izado l a relación que los ejidatarios y los c omunero s , hab i -tantes de u n pob lado de or igen ru ra l absorbido po r l a man c h a urba -n a , t i enen hoy con los recursos naturales sobre los que man t i e n e n o r e c l aman derechos agrarios. Enc on t r amos que: 1) l a pob lac ión c om -parte u n m i smo o r i g en (son descendientes de c omuner o s ) y f o rma parte de una c omun i d a d ej idal ; 2) no constituyen u n a c omun i d a d ho -mog énea y sus m i emb r o s t i e n en di ferentes formas de r e l a c i ona r s e c o n los recursos natura les ; 3 ) esas formas de re la c i onarse i n c l u y en desde prácticas muy trad i c iona les de conservación hasta l a transfor-mación total de l uso de suelo de ru ra l a urbano , además de todo t ipo de combinac iones intermedias entre estos dos extremos.

Hemo s asociado esa heterogene idad de situaciones a l a transfor-mac ión de las c ond i c i one s d e l c on tex t o genera l y a l a aparición de universos simbólicos alternativos a l a c omun i dad p r ima r i a que no l o -g r a r on reemp laza r adecuadamente e l c on jun to de pat rones que en o t ro momen t o c on f i gu r a r on u n a visión par t i cu l a r d e l m u n d o en e l que se sustentó una relación mo r a l entre los pobladores y los recursos naturales de que disponían. E l hecho de que los descendientes de los fundadores de la c omun i d ad de San Nicolás To t o l apan hayan pasado de ser comuneros (aunque no sea una exper ienc ia vivida sino subjeti-va, en l a conc ienc ia ) a ser ej idatarios y luego poblac ión urbana ; que hayan perd ido paulat inamente el c on t r o l sobre sus recursos naturales (sus tierras fueron invadidas po r las haciendas, e l agua de que dispo -nían para su s iembra de r iego fue absorb ida po r las fábricas de h i l a -dos, sus recursos forestales fueron c oh e s i o nad o s a las fábricas de pa -p e l , y f i na lmen t e su suelo es d emandad o para usos urbanos ) y que hayan visto l a transformación de l signif icado y valor de esos recursos

Page 36: Clara E. Salazar Cruz*

L A RELACIÓN E N T R E L A POBLAC IÓN Y L O S R E C U R S O S N A T U R A L E S 321

en aras de grandes proyectos de nación (modernización, i ndu s t r i a l i -zación y urbanizac ión ) , h a t en ido efecto d i r e c t o sobre e l mane j o y uso que ellos real izan de dichos recursos naturales.

E n p r i n c i p i o , podríamos dec i r que c omo efecto de dichos p r o c e -sos, la relación de los pobladores con los recursos naturales ha pasado a ocupar cada vez menos espacio en su vida cotidiana; que la tierra, de ser trabajo y sustento a l a vez, hoy día es una actividad secundaria de la v i d a urbana , y que el valor cu l tura l y ambienta l que guió la relación de los fundadores de l pueb lo con los recursos naturales se ha relativizado e n sus descendientes, ante la preponderanc ia que adquiere e l valor e c onó -mico de l suelo en l a peri fer ia de la c iudad .

S in embargo , si observamos más deten idamente , l a anter i o r a f i r -mación sólo es parc ia lmente cierta. Aunqu e los indiv iduos han pasado de c omunero s a ej idatarios y luego a trabajadores urbanos con de r e -chos sobre suelo ru ra l , algunos de ellos continúan viviendo real idades que son , o pueden no ser necesar iamente , las de su exper i enc ia co t i -d iana , pe ro que "son retenidas y estereotipadas en el recuerdo c om o ent idades r e c ono c i b l e s y memo r a b l e s " (Berger y L u c km a n n , 1997: 91) . L a pe rmanenc i a de esas realidades como universos simbólicos, e n tanto o f r e c en u n sent ido de pe r t enen c i a e i d en t i d ad co lect iva a los m i embro s de l ej ido , les permi te mantener relaciones P-R basadas e n p r i n c i p i o s c omun i t a r i o s , que no han sido reemplazados to ta lmente en todos los ind iv iduos , n i c o n l a m i sma fuerza , en tanto po s i b i l i t an crear campos de p od e r que s irven de soporte a l man t en im i en t o de los recursos naturales en l a per i f e r i a u r b ana y que f un c i o nan c om o elementos de resistencia a los cambios de uso de suelo de rura l a u r -bano .

Se h a observado que la pos ib i l i dad de acción en ese campo se ve d i f i cu l t ada p o r factores que actúan c omo mediac ión en niveles más concretos de l a relación P-R. P o r u n lado , la aplicación de l a leg is la -ción. E n e l e j ido , l a aplicación d i s c rec i ona l y l a sobreposición de las leyes h a p r i o r i z a d o , en diversos momen t o s , re lac i ones sociales que distan de estar dir ig idas a u n a correspondenc ia equ i l i b rada entre los pob ladores y los recursos naturales : mediante la ley agrar ia se do tó a los vecinos de San Nicolás To t o l apan de derechos sobre u n ejido; po -cos años después, med ian te l a ley forestal se impuso una veda sobre los recursos forestales que en él se encontraban y se conces ionó p r o n -tamente l a explotación de los mismos a las fábricas de pape l . Más re -c i entemente , l a aplicación de la ley u rbana es vista como u n proceso que regu lar i za la ocupación de terrenos sobre tierras ejidales, c on t r i -

Page 37: Clara E. Salazar Cruz*

322 E S T U D I O S DEMOGRÁF ICOS Y U R B A N O S

huyendo así a su urbanización. E n la z ona en l i t ig io l a legislación h a actuado p o r ausenc ia en de t r imen t o de los recursos ; l a indef inic ión en l a tenenc ia de l a t i e r ra h a servido de sustento pa ra l a f a l t a de ac-tuación sobre recursos naturales plagados.

F ina lmente , también en el ej ido, l a gestión c omun i t a r i a se ve d i f i -cu l tada po r las diferentes posic iones que se expresan c omo parte de l proceso de integración d i s func i ona l entre las sociedades t r ad i c i ona -les y las modernas ; los confl ictos internos en el uso y mane jo de los re-cursos naturales se mani f iestan en ident idades unidas a l a p e rman en -c i a de los recursos natura les e iden t idades constru idas c o n base en valores y normas que r i gen l a v ida urbana , c omo las transacciones de la t ierra po r d ine r o y l a l u cha por e l poder .

Bibliografía

Adamo Flament, Susana Beatriz (1997), "La relación población-ambiente en el Distrito de Riego Valle del Carrizo (Sinaloa), a partir de un enfoque de mediaciones", en Cecilia Rabell, L o s retos de la población, México, Flac-so, pp.19-56.

Aguilar, Adrián Guillermo y César Ibáñez (1995), "Expansión urbana y dete-rioro ambiental. Áreas de conservación ecológica en la Ciudad de Méxi-co", México (mimeo.).

Balarezo P., Susana (1994), Guía metodológica para incorporarla dimensión de gé-nero en el ciclo de proyectos forestales participativos, Quito, Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación ( F A O ) , Progra-ma Bosques, Árboles y Comunidades Rurales ( F T P P ) , Proyecto Desarrollo Forestal Participativo en los Andes ( D F P A ) .

Berger, Peter L. y Thomas Luckmann (1997), L a construcción social de la reali-dad, Buenos Aires, Amorrortu.

Beriain , Josetxo (1996), L a integración en las sociedades modernas, Barcelona, Anthropos.

Bordieu, Pierre y L o i c J . D. Wacquant (1995), Respuestas poruña antropología reflexiva, México, Grijalbo.

Cabarle, Bruce, Francisco Chapela, Sergio Madrid y Leticia Merino (1997), "La silvicultura comunitaria mexicana frente a los estándares internacio-nales", en Leticia Merino, E l manejo forestal comunitario en México y sus pers-p e c t i v a s de sustentabilidad, Cuernavaca, C R I M , UNAM / S ema rnap /C on s e j o Mexicano para la Silvicultura Sostenible/World Resources Institute.

Cardoso de Oliveira, Roberto (1960), O processo de assimilacáo dos Terina, Río de Janeiro, Museum Nacional (Livros I).

(1992), E t n i c i d a d y estructura social, México, Centro de Investigaciones

Page 38: Clara E. Salazar Cruz*

L A RELAC IÓN E N T R E L A POBLAC IÓN Y L O S R E C U R S O S N A T U R A L E S 323

y Estudios Superiores en Antropología Social (colección Miguel Othón de Mendizábal).

Cruz, María Soledad (1997), "Notas sobre la diversidad de la propiedad priva-da y el proceso urbano", México (mimeo.).

D D F (Departamento del Distrito Federal) (1997), P l a n Parcial de las Delegacio-nes Tlalpan y L a Magdalena Contreras.

Hiernaux Nicolás, Daniel y Alic ia Lindón (1997), "Producción del espacio y regularización de la tenencia de la tierra en el valle de Chalco", en Anto-nio Azuela y Francoise Tomas, Acceso de los pobres al suelo urbano, México, P U E C , Instituto de Investigaciones Sociales, U N A M , pp. 249-276.

Hirsch, Jennifer S. y Constance A. Nathanson (1997), "Demografía informal: cómo utilizar las redes sociales para construir una muestra etnográfica sistemática de mujeres mexicanas en ambos lados de la frontera", Estu-dios Demográficos y Urbanos, vol. 12, núm. 1 y 2 (34-35), pp. 177-199.

Massolo, Alejandra (comp.) (1994), L o s medios y los modos. Partiüpaciónpolítica y acción colectiva de las mujeres, México, P I EM , E l Colegio de México.

Mer ino , Leticia y Gerardo Alatorre (1997), "Las condiciones de los aprove-chamientos forestales en los casos de distintas comunidades en México", en Leticia Merino (coord.), E l manejo f o r e s t a l comunitario en México y sus perspectivas de sustentabilidad, Cuernavaca, C R I M , UNAM / S ema rnap /C on s e -j o Mexicano para la Silvicultura Sostenible/World Resources Institute.

Moctezuma Navarro, David y Héctor S. Rosales Ayala (1992), L a promoción ecoló-gica del campo mexicano. Una práctica a desarrollar, Cuernavaca, C R IM , U N A M

Natera, Guil lermina (1982), "E l método del informante como alternativa pa-ra la investigación de los problemas de salud", en Instituto Mexicano de Psiquiatría, Memorias de la Primera Reunión sobre Investigación y Enseñanza, IMP , pp. 108-113.

Quadr i de la Torre, Gabriel (1994), "La ciudad y la evaluación de impacto ambiental: un enfoque económico", en Antonio Yúnez-Naude (comp.), Medio ambiente. Problemas y soluciones, E l Colegio de México, pp. 141-170.

Registro Agrario Nacional, Archivo del Ejido de San Nicolás Totolapan. Reyes Martínez, María Martha (1981), "E l desempleo y subempleo en San N i -

colás Totolapan para realizar un programa de educación social", tesis de licenciatura en Trabajo Social, México, U N A M .

Rivera Lona, Miguel (1987), "La transformación del suelo ejidal en suelo ur-bano. E l caso del ejido de San Nicolás Totolapan", tesis de licenciatura en Sociología, México, U N A M .

Schteingart, Martha (1987), "Expansión urbana, conflictos sociales y deterio-ro ambiental en la Ciudad de México. E l caso del Ajusco", Estudios Demo-gráficos y Urbanos, vol. 2, núm. 3 (6), pp. 449-477.

(coord.) (1997), Pobreza, condiciones de vida y salud en la Ciudad de Mé-xico, México, E l Colegio de México.

Semarnap (Secretaría de Med io Ambiente , Recursos Naturales y Pesca) (1998), Reglamento de la Ley Forestal.

Page 39: Clara E. Salazar Cruz*

324 ESTUDIOS DEMOGRAFICOS Y URBANOS

Vázquez González, A . B. y E. C. Valdez (1994), Impacto ambiental, México, Ins-tituto Mexicano de Tecnología del Agua/Facultad de Ingeniería, UNAM .

Velázquez, Margarita y Leticia Merino (coords.) (1997), Género, análisis y mul-tidisciplina, Cuernavaca, CRIM, UNAM.