c.kp1tulo xv. · propone estudiar la conuiguracion y las riquezas naturales del suelo, no forma sus...
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C.kP1TULO XV.
Partida Je Caracas - Montañas de San Pedro y de l9Teques. - La Victoria. - Valles di: Aragua.
Para ir por ci camino mas corto, (le Caracas álas orillas del Orinoco, tcnianws que pasar la ca-dena meridional (le las montañas, entre llanita,
Salamanca y las si barias de Oc u ¡un re, atravesar
los llanos de Orituco. y embarcarnos en Cabruita,cerca de la embocadura del rio Guaneo, Pero
este camino directo nos hubiera privado delgusto de ver la parte mas bella y mejor cultivada(le la provincia , que son ¡os talles de Aragua;
(le nivelar con ci barómetro una parte de la ca-dena litoral, y de bajar ci rio Apure, hasta su
confluencia con ci Orinoco. Un viagero que se
propone estudiar la conuiguracion y las riquezasnaturales del suelo, no forma sus determinacio-nes por las distancias, sino por e] interes que
CAPITULO XV. 28!
ofrecen los paises que va á recorrer. Este pode-
¡,oso iuteres rius coiid rijo las montañas le los
Teques , ñ las aguas calientes de .\iariara , las
fértiles orillas del lago (le Valencia , y Pa" IIte(liO
de ¡as inmensas s(tl>atias de Calabozo, íi San Fer-
nando de Apure, en la parte oriental de la pro-
vincia de \armas. Siguiendo este camino, nos lie-
mos dirij ido desde brego al oeste. (1CS}itiCS al sud,
V :ti fin al este sudeste para en trar P' (11 Apure
en el Orinoco, sobre el paralelo de ;0 36' 23.
El din que salimos de la capital (le Venezuela
abra Tirad a (1 espires por horrorosos tctnl,l ores
fuimos it hacer noche al pie de las montañasni-boleadas, que cierran el valle al sudoeste. Se-guirnos la orilla derecha del rio G uaire , hasta ellagar de Arr t ¡tu ano , p or ira 1 lerma SO C811111 tu
-tallado en parte en las peñas, pasando por laVega y por Carapa. La iglesia de la Vega se tira-ni Gestar de ti ir modo muy pintoresco sobre unacortina de colinas clil)iiH'tas de tiliti CSpCS3 ve-
getaciott las casas esparcidas '.t rodeadas de da-
tUeros ,pai'cccrr anunciar la con venieocia de los
-habitantes. lina cadena de montañas poco ele-Separa el pequeño rio Giraire - del valle
282 1it10 Y.
(IU It? Pitcttit i , tan célebre en la busto ri a del pais
y (le las antiguas in!iias de oro de Batuta 3' de
Oripoto. Subiendo húcia Carapa , se ve todavia
la Silla , que parece tu ia iii meo sa cópula cortada
ca escarpe hacia el lado del tiiilf. Esta cima re-
deuda y la cresta dcl Galipanci cori sus almenas
a fluulLera de una muralla, suri los laicos 1)UIltOS
que dan caracter al paisage de aquel recLuto de
gucis y de micacsquita. Los (ldnlas grupos de
nioii lañas son de un aspecto u ni forme , y de una
triste monotonia.
Cerca de Aaitimano estaban todos los vergeles
llenos de melocotoneros cargados de flor. Dicho
lugar, el valle y las orillas dci Macarao dan al
mercado (le Caracas una qraiide al)ti!I(laIicia de
j,ic)oeutwies , iiicnihrjllos y otras frutas de Eu-
i'Of)Zi. Desde Atitimano 1 LiS Ajuntas , se
diez y siete veces el rin Guaire. El camino es
¿Vatie de Cortas ó de las Pascuas, llamado asi porque Diego
de Lobada, despues de haber deshecho A los Indios Teques yy A su cacique Guaycaypuro era 13s tnontah3S de San Pedro,
paso e211 ¿1, en 156,-, los das de Pascua, atices de penetrarera & vaHe (IC S:ua Francisco donde fundó j ;r ciudad de Cara-cas. (Oviedo, p. 252.)
CAli FIfÁ' x. ns3
i)IUV penoso; pPI'c; Sil! CIIIlJRi'O vii VQL (1(1 C0115
truir otro nuevo hariart mejor (» fl + cambiar
ci ;dveo del rio cine picnic nuiclia agita
pcir el riccio (01111)iva(I0 de la {i1[iaeicuii y de la
evaporaeioti caila sititinsidail Ihiiiia una balsa
Blas p nieno eNtensi ; y De (i(tbell sentir estas
pérdidas mi ULLa pi'oVi;1Cia donde toda la regioit
ciiitivail;t es IIUIV seca. L cXCc'jit:it'n del terreno
situa r lo entre el iiitr y la cadeita litoral d'' Ma-
riai;i y cli' f\kuatar. LII u f tielli 50(1 las lluvias
ultiClI() nimios frecuentes que Cf! el interior de
la Nueva Andalucia , en Cuinai,acon y en las
orillas cid Gliarapit'l)e.
liii Ici interior de la jiroiicia se hallan espa-
cios de dos tres le., tias cuadradas que no tic -
iieiu nlaIk;IIltial ¡LIgILlIO la calla chuce CI Unu
Y el eafi 110 1 10f 0 t1 1jt'ociuciu Hito doticle hay
corrientes de agua cn:i querogar, durante las
grandes seqitias. habiendo cotoetilo los prine-
TOS COlOJIOS la III prudencia de cICSti'LII r los hes-
es cxtrcIu!ada la evaporacioti vii un terreno
peiIroso y rodeado de peíias que reílectaii el
calor en Liudas direccicine,,. Las u Uoittaiiañ coste-
ras se parecen ;t UU am ro que se prolonga del
384 tjin:o Y.
este al oeste, del cabo Codera hasta la Punta
Tucacas, impiden el paso al aire húmedo (lelas costas, cuya parte inferior que reposa sobre
el mar, contiene siempre lilas agua en disolu-
clon.
Por los 80 y ¡ o* de latitud , en las regiones
donde las nubes no cubren el sol, se despojan
mucha parte de los árboles de sus hojas, en losmeses de Enero y Febrero, al parecer, no por
causa (le una clisniinucion de temperatura cuinocii Europa, sino porqueen aquella estacion,
siendo la mas distante de las lluvias, est.i ci airemas cerca (le llegar ui rniixinium de su sequedad.
Solo las plantas relucientes y muy correosas re-sisten á la falta de humedad. Bajo el hermoso
cielo de los trópicos, se admira ci viagero al verci aspecto casi invernal de la campiña; el mas
fresco verdor aparece, cuando se llega :i las oril-
las del Orinoco ; alli reina va otro clima , 'i las
selvas con su ,propia sombra , conservan en el
suelo un cierto grado de ,humcdad porque ledan continua sombra.
Mas allá del lugarcito de Autimano, se cstrc-
elia ci salle considerablemente. Pasamos la noche
CAPitULO XV. 255
cii una plantacioit de caña de aiucar, antes de
llegar ¿t las A ju Lis. En una casa e uutl ra la habia
mas de ochenta negros encerrados N.
por tierra sobre pieles de buey: babia cuatro es-
elaos en cada cuartiCo. y se parecia it una ca-
serna. En ci 1)aUO (le la hacienda, lial)ia una do-
cena de fuegos en los cuales éstahan liacicrido la
cocina. La turbukuta alegría de los negros, ¡los
¡ni pcd ta dorm irEl terreno de aquellas campiñas es poco it pro-
posito para el cultivo (le café que cii general, es
menos prod ud ¡vn en ci val le (le Caracas, de lo
que se liabia creülo al principio , cuando se lii-
ciéron las primeras plantaciones cerca de Chacao.Para fbrruarse una idea gendal de la importan-
da de este ramo de comercio, es necesario ad-
vertir que toda la provincia de Caracas, en tiempode su nia or prosperidad, alltesde las guerras re-
Yo llt(:ioiIjria de ¡S i , producia y a cincuenta ó
sesenta mil quiutaksdc café. Esta cantidad, quecasi igual S la cosechas reunidas de la (aiada-
Iii pe y de la ruLLrI ¡ ¡ ¡ka , debe parecer m uch oto ItiaS
considerable en razoti, tic que ci cultivo de eSle
fruto está solamente introducido en la g costas (te
236 LIBRO V.
la Tierra Firme desde el aun de ¡ 7 811 . el¡ que le
introdujo el res pectable ciudadano don Barto-
lome J3larulin.
Corno M. De j ions en su estadistica (le la capi-
tan ¡a sc'ne nl de Venezuela no ha podido dar
noticia sobre el estado del comercio y de la agri-
eultii Fa sino hasta el riño iSoli , no de3arn de ser
interesantes algu rias otras Ilaciones lilas rcckn tus,
y no menos exactas. Las lilas hermosas plant'a-
dones de caí, se hallan ¡mv cii la sábana de
Ocuinare, cerca de Salaiziaric:a , y cii Rincori, as¡
corno en los paises montuosos de los i\1 anches
San Antonio tic lJat;llo y los Budares. El café de
estos tres últimos puntos, situados al este (le
Caracas! j es de superior calidad ; pero el árbol
produce menos, lo cual seatrihuive a la altura
del terreno y ?t. la frescura del clima. Las plan-
taciones Grandes de la provincia de Venezuela
cúiiiti A g uacates, cerca de Valencia y el llincori
ofrecen en los años buenas, cosechas de tres
mil quintales.
La exportacion total ele la provincia cii i
no era todavia de 4.800 quintales, y en 1804 de1 0,000 Sin embargo de que babia comenzado
i:. p h t Lo- XV.
1 -:8'. i.ns precios han variado desde seis pesosii:isra (Hez Y ocho el quintal; in la Havana se le
ha visto bajar hasta tres les os; pera en aquella
época t10 desastrada IMifli los colonos, habla
mas de ¿los millones de quintales 1t café. acu-
¿u Ltd es en los al tnacencs de Inglaterra por
valor de diez millones de libras esterlinas.
La extrema preilileccioti iiItt titiieii CII ¿licita
f)FOVI1CLfl Por el cultivo del café está CII l)a1tefundada sobre lacircunstancia de que el grano
se conserva muchos aíios; mientras que el cacao
5C pudre cii los almacenes al cabo de diez 6 docemeses , íi pesar de cuantas precauciones se cnt-pican. Durante las )roloiIgacl:Is disensiones delas potencias europeas, (:11 UIlfl epoca en que la
Metrópoli estaba demasiado débil , iwn pro-tejer el comercio de LIs Colonias. (lCl)ia la in-
1 rur los registro; de la aduana de la Gti;ivra, resulta:
Exporiictori de 1 ........2351' iair. .3...tk..sdrLuøiILi
'79) ....l.4S
1 94 .... . 5,046
3,og5
283 LIBRO Y.
dustria inclinarse COfl preferencia ú una
clon, cuya ¡nonos urgente salida, puede aguardartodos los vaivenes políticos y comerciales.
Yo he visto en las caferias de Caracas, que los
planteros se formaban menos con las plantas
jóvenes que se levantan accidentalmente bajo los
arbustos productivos, que liacieudo.krmentar
expresamente, durante cinco (has, entre hojas
de banano, el mismo grano del café despojado
de su cereza ; pero conservando una parte de su
carnosidad. Este grano fermentado, so siembra
y produce plantas que resisten mejor alardor del
sol que las que se han criado 5 la sombra enla iiusnla caferia. En aquel pais se plantan ge-
ucrairnente 5,3oo zírbo!es de café en una fanega
de terreno, que tiene 54;6 toesas cuadradas,.
i Una fanega iguala ccii dos hectares. Ca arpen! legal Je
Francia (de i,5 tosan ciiadra4as) . que produce co Eu-
ropa ca la , liemis medianas, 1,200 libras de trigo, ¿i 3,000
libras de ijataias ; es el cuarto de la fanega, y podria pro-
ducir bajo la zona tórrida . cerca de 1.700 libras de café
el ario.
It Pi TI U. XV. 239
Siendo un terreno regable arti fcia Ii tici tic , suele
costar uros 5oo pesos ¿qi la parte LSCPLCntVIOrIaide la i rov ¡neja.
131 árbol de1:cab no florece hasta el segundo
_afio, y aun esta flor sqlo subsiste 9.11 lioras,duran-
te cuyo tiempo ofrece el itrbol un aspecto muy
lindo, y que al verle de lejos se le creeria cu-
bierto de nieve. La cusielta (le1 tercer año, es ya
;ilniiirktnte. En las plaulacioties bien ngadas y
escardadas, )• CUYO terreno. está recienleniente
abierto, se ! a11aL1 :irl,oies ad nl tos que dan hasta
16, 18 aun 20 libras de caí; sin embargo, en
general no se debe con lar con ui a cosed in mayor)
(le libra y nledLaa ]o libras 1101' pie i lo cual va
('5 111) producto itiedicI , s i irior al (le las islas
Antillas. Las llitias (lite caen en el ulunictiti) de
la florida, la hita de ¿igtt:i para los riegos ¡ir ti-
fici;ilus.v una planta l m nt s it;t , llueva especie tic
Loran th u s , que se fija en las ramas, dañan tu u-
dio al úrbul del cafl. Cuando oit lis plantaciones
tic ochenta :t cien mil arbustos i se conidrua
aquella masa inmensa de substancia orrniCZt
1 e Loiti ¡erie lfl rercy: l ;iitlpos:i titI caí?. sr
JI. lo
290 LIBRO V.
mira uno de que jamas se haya probado ;i ex-traer alcohol de ella '.
Si los disturbios de Santo Dorniiio, la carestían)Orncntállea de los géneros coloniales, y la cmi-gracion de los colonos franceses han sido las pri-
meras causas del establecimiento de las caícriasen el continentede la América , en la isla de Cuba
s' en la Jamaica; su producto ha superado con
muchas sobras al defleil de la exportacion de lasAntillas francesas. Este producto ha aumentado
en razon (te la poblacion, del cambio (le COS-
turnbres, y del creciente lujo (le los pueblos (lela Europa. La isla de Santo Domingo exportaba,
en tiempo de M. l'eckcr, CfI 1730, cerca de 76millones de libras (le café; en 1812 y en lostres años siguientes, todavía se elevaba la cx-
portacion it 36 millones, segun las averiguacionesde M. Colquhouu.
Siendo el cultivo del café menos penible y
Las Cerezas JmOOLofladus cutran cii una fercnent..cjon
vinosa, durante la cual despiden un olui alcohólico muy
agradable.
Ci P11 151(1 Xi.
costoso , no ¡¡¿t ¿tirito bajo el rtginien de
los negros , CO ifiO ci de la caña de azucar. As¡ es,
( 1 UC el dcficit de 4o millones de libras. ctñ hoy
rcrn )! azad o por
10.5OutiOO libro, lit odiuctv ile II Jairi:iica-- de C ub.t
..'jon000 - .- de Surinain, Detneruy,
Berbice 1, Curacao
5.00no ein -- ------ tic Venezuela:
¿ 3. u uúOQfl - -- de la ¡si;. (le Ja va.
; ' .c000no libras.
La ini portacion total del calé de la An térica
en Europa, pasa (le 1 oG inilinijes de libras, peso
<le ¡parco de Francia ; Y ¡iii lIl(!ulai)dc) cuatro 6
cinco millones (le las islas de Francia y Borhon
treinta millones mas. de la Arabia y de Java,
se Italia que el Consiliflo entero (le la Europa
cii 1 3 i 7. (lista poco de ¡!¡o millones ¿It libras.
En las investigaciones que yo hice sobre los gé-
neros coloniales en t Sin, inc IIhia fijado en
una cantidad menos considerable. Este enorme
consumo (le ¿:;tfé hO ita disminuido el d11 tlu.
cuya cxportaciuii cii Chiita Ita autiiicutado de
LIUÍO Y.
(le tui cuarto en los u) ti inos quince arios. El thi po-
d rin ser crilti va' lo corito el ca íé,ert la parte montire-
se bailan los cii iuias sobrepuestos por escalones
Y cii los cuales prosperaría este cultivo tan bien
como en ci hei u isferio a LIS L rai , donde el gobierno
del Brasil , protegiendo nobkriicnte la iudustria
y la tolerancia de cultos, ha visto introducirse
uii mismo tiempo el th , los curios , y los
dogmas de F. No ha todavía cien años que han
sido plantados los primeros cafis eta Surinam y
en las Antillas , y ya ci producto de las cosechas
(le XtIIflCtL sube al importe (le quince millones
(le pesos, evaluado el quintal, solo it catorce
pesos.
El 8 (le Febrero al salir el sol , nos pusimos en
CillIlillIl para atravesar el íligiieroic, grupo (le
montes elevados que separan k,s (10$ valles lon-
gitudinales de Caracas y deáragita. Despues le
haber pasado, cerca (le las Ajuntas, el confluente
de los (los riachuelos (le San Pedro y Macaro
que Ibranan - el vio G uai re trepamos por tilia
cuesta rápida, á la mesa de lluenavista. liñilanse
algunas casas aisladas, y su ista se extiende al
c.SPITL:Lo XV. 293
110I'di2Ste sobre la ciudad ile Caracas ¶ y il sud
sobre ci lugar de los Teques. El pais es salvage
y ztij)olCa(lø , Y CII ¿1 ya hablan (lesaparceido las
plantas del valle de Caracas. Nos hallaiiies 355
toesas suhrc el fli'.t:l (lel fluir, (jite CS CflSI la al-
tura (le Popavait , lilas parece que la tCflq)crU-
tiiV;t media 1 no pasa de 17 9 it ¡S o . El paso 1)01'
estas 111011 hiÑas estii mu y frecuentado se en-
cilcutrati ¿ cada paso largas recirs de mulas y
hueves, por ser el CLIWIIII) real (IILfl coil(luçc (le
la calilLa! ñ Ja Victoria y a tos ;il1es ic Aragua.
Bajando (le la montaña (1(1 tiiguc:iotc I11CL1 II
su do es te , se 1 kga al pequeño 1 tig r de Sa; Ved ro,
situado en tina Iioiid ura donde se reunea varios
valles, y que estit ccl'c;i de 300 toesas mas baja
que la lilusadu Bucuavista. Se cultiva ti un
tiempo el banano. las batatas y el c ; ilZ. El pttebiu
es 11111v Chico y la klesia 110 esta concluida to-
davía. Encontramos cii oua liorteria o pulperia
varios csJRtÑOhs etlropcos . (Illplea(lvs e:, el es-
tanco de tabacos; cuyo Ii LUlI nr con ras tal,n 5111-
4uiarn1eultc Con el IIUCStrO.Fatigadesdel CainiiiO
sn t1utjabati y inaldectati tIcl pais y de uqudllas
/as'n.z. ivfclieesen g l k[C 1 -. ta1)ilIt o»liçadit a
2q4 LILISUi Y.
vivir; no podiarnos menos de elogiar la belleza
salvage del punto, la fecundidad tic1 sucio, y
la dulzura del clima.El valle de San Pedro, en el cual corre el vio
del 1 nisinO riom bre , separa las dos montañas delhiguerote y de las Cociiyzas. Subirnos al norte
por las pequeñas haciendas de las Lagunas y de
los Garavatos. que no son mas que unas casasaisladas que sirven de posadas , y en las cuales
hallan los indios su bebida Favorita, que es elGuarapo ó suco fermentado (le la caña dulce
entre los indios que transitan esta carrera es muy
frecuente la embriaguez. Cerca (le los Garavatoshay Bit peñasco (le micaesquita de fi) uy rara
forma; es un in tiro escarpado que termina por
una torre. Abrimos el barcnnetro en lo mas alto.
845 toesas, de la montaña de las Cocuyzas, ynos hallamos casi a la misma albira que en al ca-
beza de lluciiav ista , aportas diez toesas iBas alto.
La vista, que se descubre desde las Lagunetas
es muy extendida i»'° uniforme. El terrenoinoti tu oso é ¡ tic nl lo , entre los ¡u anantiales delGunire y del 'ru y, llene mas de 25 leguas cnn-d rail as , sin que se encuentre mas un solo pueblo
CAPITULO XV. 295
iii uy tLti.SCiable , que es el de los leqttcs si 5W]-
este de San Pedro. De las Lag istietas bLijailios alvalle del rio Tuv la Ctlda occidental de la ¡non-taña de los Teques es ¡tatuada las Coca yzas ; yesta poblada por (los plantas de hoja de Agave
que son ci Mii ptvey dr «oc(Q • : ti y el Magut), de
Cocuy. Saliendo de las nmntafl;is de 1 liuiiei •ott' y
de los Tvqitt;s se Cii tra en un p:iis ri caniente
cultivado , cubierto (lí cabañas y aldeas , tic las
cuales al-tinas tezL(IrLait cii Europa el IioitII)re de
ciudades. En tijia d istaricia de doce- leguas del
este al oeste • se hallan I;t Victoria, San Mateo
Tunnero y Maraca y que componen en tinion
mas de 23,000. liabitacites. La nivelacion haro-
ruit rica , me La tlznlo 295 toesas por la altura
absoluta del valle del '[u y . cerca de la hacienda
de Matiterohi, y 222 toesas por la superflcie ile]
lago.
Recordaremos nuevamente que el grupo demontañas de los Teques, que tiene SSo. toesasde altura, separa dos valles lon gitudinales, lien-
tlidos en el granito, el ¿neis y el iiiicacsquila, y
t l tt C el del este, que con Licite la capital de Ca-
racas cst, 200 toesas ¡itas elevada que el valle
296
del oeste; 4uc se puede considerar como el
centro de 1a industria agrícola. Como Rabiaiiiucho tiempo que estahanos acostumbrados
lilia temperatura moderada, nos pareciéron las
flan u ras cid Tuy extremadamentete clidas. Sin
embargo, el terutúmetro se sostuvo emi re 23 y
desde las u i de la inaííaum hasta las cincode la tarde. Las noches eran de una frescura de-
liciosa, y la Leniperalura bajaba hasta 17 0 5' it
medida que di smi mii a ci calor , p recia ci aire
nlas eIllb:,is;ttllado por el olor de las flores. Dis-
ti n ni mas cpcc iainieit (e la fragancia del Li'ru
hermoso, nueva especie de Eaucratiiint cuya
flor tiene 8 fi 'u pulgadas (le largo, y que adorna
las orillas del rio Tuv.La hacienda doru le nos hospedamos era twa
hermosa plamitacion do Calla de azlICaF; el sucio
eSU't liso COIHO Ci 1011(10 (10 un lago (J&secZt(1o. El
rio Tuy sc)'pcntea entre tierras cubiertas (le ph-
tanos y un bosquccito de linee: en1,itu,,s, Ery-
tri;iet corallo-dendron, y de higueras de hojas de
Ninka. El íd veo del rio estft fonuaclo (le gui-
¡ancrahum UflhjcilaftUfl (Nov. Ccii ' 1. s. ji. 25(,.)
CAPíTULO XV. 1,97
jarros de enano lic, CÚT1UZCO tiflOS baños
r8c1ahlçs Pt los del l'uy; el agua limpia como
el cristal conserva, atiti CII ci tlia tiria teuipVflt
tui;' de iS°6' es una frescura cxtraonliriaria
pan» aquellos climas, y para tina altura de 5oo
toesas pero los itiana iittales ilii IZO SC hallan en
las iiioii tañas vecinas.
La caszt del propit tarli) colocada cii un terreno
(!C ¡ ) a 1 tOCSIS Ic clevacioti . esta rodeada de
casas de ncros ; de estos los que soti cas;idos SI'
procuran el sustçnto por si mismos. Tanto ;iqui,
cotitu vii ti.icios los valles lit ÁF:igII;I. se las ' la tui
pequeño terreno para cultivar. :ti CI cual ttn-
plcau los dms que tkiu'n libres cii la semana
que son los sal)8(los Y <totiutigos ; tienen SUS gal-
lirias y á veces un puerco. El dueño elogia su
klicidaci ai CODIO Cli el ¡tone tic l;i Etiropa los
señores alaban Lis conveniencias (le sus vasallos
(te riega ti el Icnieno con si! sudor. El cija tic
ititestra llegada vimos conducir tres negros [ti-
gilivos esclavos comprados rncicriteriieiitr. Yo
inc teiiii asistir t uno de aquellos castigos que
quitan el encanto it la vida (le los campos, JiJr
298 LIBRO Y.
donde quiera que hay esclavos; pero por fórtuna,fuéron tratados cori humanidad.
As¡ en esta plantaciou, como cii todas los de
la provincia de Venezuela, se distingue ya de
lejos en el color de las hojas, las tres especies decaña dulce que se cultivan la antigua caña
criolla, la caña (le Otaheiti, y la caña de Batavia.La primera especie, Licite la hoja de un verde mas
obscuro, ci vástago mas delgado y tilas abuii-dantes los nudos. Es la primera caña dulce que
se ha introducido de la India, en Sicilia, en las
Canarias y en las Antillas. La segunda especie se
distiugue por un verde mucho mas claro, suvástago es mas grueso, alto y suculento, y toda
la planta anuncia una vegctacion mas lujuriosa.
Esta clase se debe á los viages de Boungainville,de Gook y de Bhigh Bontigninville la llevó ñ la
isla de Françia, (le donde pasó fa Cayenc , laMartinica, y despues cii 1792, al resto de las
Antillas. La caña dulce de Otaheiti, el Tó de los
usularcs, es una de las adquisiciones titas ini-
portantes que la agricultura colonial debe a losviageros naturalistas, desde un siglo á esta parte.
CAL'ITLLU XV. 209
No solo produce un tercio mas de ve2u que Ja
caña criolla, sino que it causa de la grosura de
si, tronco y de la tenacidad de sus fibras linosas,
ofrece taiuhicn mucho mas combuistihle_ Esta
it) ti IIW ventaja es preciosa para las islas Antillas,
donde la destruccion de los bosques obliga hace
mucho tiempo it los plantadores , it servirse delbagazo para mantener el fuego bajo las calderas.
Sin el conocimiento de este nuevo vegetal, sin
los progresos que ha hecho la agricultura en elcontinente (le la América española, y la iiitro-duecion del azucar de la India y de Java. las
resoluciones de San Domingo y la destruccioti(la las grandes azucarerias (le esta isla, hubierantenido una influencia mucho mas sensible, sobreel precio tiC los géneros coloniales en Europa. La
caña de O taheiti fué transportada de la isla de laTrinidad it Caracas, y de aquí it Cucuta y San
(jL. mci reinode laí\uevaGrauada. En nuestros
dias, una cultura desde 25 años se ha disipado
casi enteramente el temor que se llal)ia coliGe-
liudo, de que trasplantada en América degene-
rase iiiscrisihlemente, y so fuese haciendo delga-
da como la caña criolla. La tercera CSJ)eCi( tic
3oo 1.18PM Y.
caña de azucar morada llamada caña de Batavia
ú de Guinea, es con efecto indigena á la isla deJava, donde la cultivan con preferencia cii los
distritos de Japara y Pasuniano. Tiene la hojamorada y mu y ancha en la provincia de Cara-Cas la prefieren para la fabricacion del roni.
Al nordoeste de la.ltaciciida del 'ruy, en la ca-dena septentrional de la cordillera (le la costa,
se abre un profundo ¡)arranco llamado QuebradaSCa!, porque, el torrente CjLIe le ha formado, pierde
sus aguas cutre las grietas 1e las peñas antes dellegar a la extremidadidad dci barranco. Todo aquelrecinto, está cubierto (le tina espesa vegetaciondesde que se entra ea el valle del Tuy, se sor-prende uno del aspecto casi invernal del paiS; es
tal la sequedad del a ¡re, que el 1 igrómneteo deDci nc se mantiene di a y noche de 36a • IjØQ
En otro tiempo se cultivaba el añil , ciiQuebrada seca, pero como el suelo, cubierto de
vegetales, no puede despedir tanto calor, comohay en el fondo del valle de '[uy, se ha substi-tuido á este cultivo, el del café: segun se va en-
trando en el barranco aumenta la humedad
Cerca del hiato, al extremo septentrional de la
CÁPiFULO XV. 301
Quebrada , hall ant os iii turrci de que se preci-
pila en los bancos inclinados del grIcis. cii cE
cual 1 niba'iabaií en liac:cr un aqüeciucto (pic de-
Ha llevar el agua hasta la llanura : en aquel
cliuXa lío prospera la agricultura Silí riegos ar-
tificialts. ¡iii arbol tic ttflfl altura extraordinaria
fijó nuestra ateticion : li;ii l.'ihasc colocado en la
falda del monte encima de la casa del hato ; y
como al menor tlespntndiiuieuto (1€ tierras, luí-
hiese caido y arruinado ci edificio a CIIP daba
sombra. 'lo liabiart quemado cerca del pie, y
derribado de mocho que cavi'ndo sobre unas
grandes higueras le iiiipidieseit rodar hasta el
hai'r;ucico. i\l(diIn&)S CI arl)ol cactio, y ¡lurique su
cima habla sido coiisuiiiida por las ¡lamas , era
todivii el tronco 1 5_ pies de largo; trola 8 pies
de ¿liaiiietru hacia las ralees. y , pies u pulgadas
la cxl rcniidad superior.
Durante un estancia ca los vallis del • Fuv y de
Aragua. casi todas las íiojtes 1atca la lo,. zo-
diacal con un resplandor extraordinario. Yo la
habla apercibido la primera Ve?. i).lj O los [It) pi -
cos, en Caracas, el ib de cuero, cles1)ues de las
siete de la tarde la 1itimta de la! inraini c le Se
302 LiBRO V.
hallaba á 539 de altura. La claridad desapareció
enteramente it las nueve y 35 minutos, casi 311
5o' despues (le puesto el sol , sin que la sereni-dad dci cielo disminuyese. A pesar de que la luz
zodiacal eramuy brillante en el valle del 'fiiy, yo
la lic visto mucho nias bella co los lomos (le lasCordilleras de Méjico, it orillas de¡, lago de Tez-
cuco, á i do toesas sobre el nivel de] mar. La
via láctea parecia obscurecerse por el resplandor
de lit zodiacal, y cuando se acumulaban Itá-cia el poniente algunas nubccilas azules y espar-
cidas, se hubiera dicho que la luna iba it apare-cer por aqu'i lado.
El II de febrero al salir el sol salirnos de la
platitacion de 3iauterola. El camino sigue las
atnrrias orillas del rio Tuy ; la mañana estaba
fresca y hi'utjietla y ci aire embalsamado por la
fragancia del Pancratium undulatum s' de otrosgrandes liliñeeos. Para ir it la Victoria se pasa por
el liudo lugar del Mamon ú del Consejo, céle-bre en lzi provincia por una imagen milagrosade la virgen. Poco antes de llegar it Mamon, nos
detuvimos en una hacienda perteneciente it lafamilia de los Monteras vimos una negra mas
CM'ti 12L0 XV. 5o3
que centenaria sentada d clan te (le tiria c;iln, fi ita
dv juncos y tierra ; Se cuiiocia sil edad porque
era esclava criolla. Y parteia gozar de buena sa-
1w). tu ' nieto su' o no (li j o La tengo ii sol,
porque ci calor la hace vivir. • Pareciótios esle
iiiedio Un POCO violento, pues ci sol abrasaba en
rayos perpendiculares. Los pueblos de color tos-
tado los negros bien aclimatados Y los Indios,
llegan5 u iia dichosa vejez en la i.oria tórrida.
En otro 1 ugar he citadoo la historia de un jodí-
"ello del Perú iii iterto it ja edad de ¡4.5 años
dcs1ntes de haber estado casado qo años.
Ocio Francisco i\lo,,tcra y su hermano, joyel)
eclesi:isi ten mu y ilustrado , nos acom pañáron
para conducirnos su casa ñ la Victoria. Casi
(odas las j ainilias con qiliccws liahiaino.s tenido
amistad en Caracas, los I..stariz los ['ovares, los
Toros, se hallaban reunidas en los valles de
Aragua propietarios de las mas bellas planta-
ciones rivalizaban cutre si para hacernos agra-dable aquella iiiansioti antes (le lii ternainús en
las orillas del Oriooco disfrutamos todavia de
todas las ventajas de una civilizacion adelan-
tada.
3o4 - rir.r,Q Y.
A medida que nos acercábamos A la Victoria
encontrabamos el suelo mas liso y semejante al
fondo de un laqo desecado ; erciamos estar en
el valle (11, llasli en el canton (Ir Borne. La ex-
tremidad oriental de este valle es íirida 6 inculta,
sin que se hayan aprovechado en ella 105 arrOyos
que descienden de las monlafias vecinas ; pero
.a inmediaciones de la ciudad , comienza uit
hermoso cultivo (ligo de la ciudad, aunque en
mi tiempo, la Victoria no fuese todavía conside-
rada sino como una si ni pIe pi 111)1(1 A pesar (le
fluc. tctiia ;000 liahitaiite hermosos edificios,
una iglesia adornada con cç,lu,iinas (id ¿rdeii
dórico ' , y todos los recursos de 1z1 imiusiria
comercial. JI al na mucho t ¡en i pr), que los habi-
tantes de la Victoria liabian lindido A la corte de Es-
pafia el titulo du Villa y el derecho de elejiruin ca-
bildo y un ayuntamiento. El ministerio español
se,ppuso A .esta solicitud , A pesar de que en
tiCfli1)O de la expedicion al Orinoco de Iturriaga
y Solano, babia acordado á pc'ticiou de los frailes
O. CSt3ba todavia concluida; Inbia cinco años que se
trabapba en ella.
CÁPITULI) XV. 3o fi
de San Eran CiSCO, VI pomposo titulo (le ciudad
algi.tuios gro pus de cabañas indias.
Las ¡ti mediaciones de Victoria, ofrecen por su
col ti yo tui aspecto muy particular. La altura ile!
suelo cultivulo es de 2O ti 3oo toesas sobre el
nivel de¡ ruar. y sin enihartu se encuent ran cam-
pos (II trigo niczclaclos COY) las plantaciones de
caña (1 itice , de CIt'é y de pL (anos. Exceptuando
el interior (le la isla de Cuba, apenas se CI3CIICII-
tran cii Ja regio') equinoccial de las colonias espa-
ñolas los cereales de Europa cultivados cii
w le en in ua region tan poco elevada. Es cosa
extraña ver dichos cereales europeos cultivados
desde el ecuador, hasta la T.aponia a los 69' (le
latitud; cii regiones cuyo calor medio , es de )<
27? .'t — ?; y donde quiera que la temperatura
del estki es mayor tic 90 u o. Se conoce el
in ¡si ini um de calor uiece sari o para La mad uracton
del trigo, la eebadav avena; mas se está tau se-
guro en ena ti tú al nzaziifluni que p ucd cu su-
portar.
La Victoria y el lugar vecino de San Mateo
pro , ! ticen 400o quintales de trigo siembran (fi
el unes de diciembre y se recoge la cosecha It
ti. 20
3o5 ,.Iuno Y.
los setenta Ü setenta y cinco (1185 despues. Sugrano es grueso, blanco, y abundante en gluten
su película es mas fina y menos dura que Ja del
trigo de las alturas de Méjico. Una fanega de 400
estadales clú cerca de la Victoria, 3000 5 3200
libras de trigo; por consiguiente e! producto deestas tierras y las de Buenos Aires, es dos veces
mayor que el de los paises del norte. A Veces SO
recoge diez y seis veces la semilla, cuando por
término mecho, y segun las investigaciones deLavoisier, no da la superficie de la Francia arri-
ba (le CIUCO 5 seis granos por uno ó 1000 Ú 3 200
libras por lhnega. A pesar (le esta fecundidaddel suelo, y de. esta bondad del clima, es masproductiva ¡,a de la caña de azucar, quela de los cereales en el valle (le Aragua.
Pasan por Victoria dos caminos de comercio;el (le Valencia y Puerto Cabello, y' el (le Villa
che Cura ó los llanos; por cuya ra7on se hallanproporcionalmente alli mas blancos que en Ca-
racas. Al ponerse el sol visitamos el montecillodci calvario, cu ya vista es muy herniosa y esten-dida. Al oeste se descubren los amenos valles (leAragua, cubiertos de jardines, de campos cititi-
LM'iTUiÁ) XV. 3o7
vados, bosquceiltos salvages , haciendas y hatos.
llitcia el sud y el sudeste, se ven extenderse
hasta pérdida de vista las inontaiias (te ¡a Pal rita,
uavraiIiia Tiara y Gis iii pa que ocultan las iii-
incusas llanuras de Calabozo.
C 'mt ¡ u uaiii os lentamente nuestro camino por
los lugares de Srm Mateo, i'urniero y Maraca y á
la hacienda del Cura , lirrmris.i piantacion del
conde de Tova y , ó donde llegarnos el i ! (le febrero
por la tarde. Nos (letilvi ruos al g unas horas en la
Cortçesioii en casa de una fíainifia tan res pecta Me.
COMO ilustrada, los Ostariz. La casa que con-
tiene una colec(:iorl (le libros clejidos , cstt co-
1 o(:ad a cii tiria cm ¡11(1 ¡cta y rodeada (le plan-
taciones de café y (le caUta (1 'tIce. Un bosquecillo
de bálsamo dú it aquel sitio frescura y fragancia.
Vi inc's con el niavor gusto muchas casas disper-
as por el valle habitada', por borros las leyes,
las ijistilucicities y las costurzibres Son mas favo-
rables á la libertad (le los negros en las colonias
españolas que en ninuua otra nacion curopi.
Sao Mateo. Turriicro y Maracay son lugarcitos
in uy lii uL os en 'os cuales todo anuncia el bien
estar ; se crc yj8 uno en lala Pai'te mas indus-
3o$ LIBRO V.
IIiOSa de la Cataluña. Cerca de San Mateo vi-
nios los últimos campos (le trigo y los últimosindinos de ruedas hidráulicas orjzort tales. Es-peraban una cosecha de veinte veces la semilla,
y como si este producto no fuese sitio mus mo-ci erado, Inc preguntaban si le retid ¡u mayor el
trigo en Prusia y cii Polonia es un error has-(ante CXtClUhidt) ba j o los trópicos el 'le mirarlos cereales como plantas que degeneran apro-
ximanclose al ecuador y tic creer que son las
cosechas mas al,tindantes en el pais del norte.
Despites que los productos de la agriculturabajo los diferentes zonas , y las temperaturasconvenientes ñ los cereales, lino podido somne-
terse pl caIrmmlo . se ha reconocido que pasados
los 450 de latitud , no es tau gra::dc la produe-CiOtu del trigo como cii las costas septeli triomiales
del Africa y en las alturas de la Nueva Granada,del Perú y de Méjico. Sin cotnparmr las ten tpo-raturas medias del año ctutero.v solo sí las de laestacion que comprende el cielo de la vegelacion
de los cereales, se hallan por tres meses de ve-T.111(1 co el norte de En ropa , 15* m q° ; enEgypto y .flCrl)CriiI. 27 á 99 . bajo los trópicos
C\ Pi rulo xv.
entre ¡401) y 30o toesas ile altura, it 25"
del terunóniciri) cciItiflitlO.
Las bellas cosechas (le Eqvpto y del reino de
Argel , las del valle de Aragua y (lei interior di:
la isla de Cuba, l)rt I ( l ) 1 u evu Jet t temen te qm, el
aumento de calor no dan a it la cosecha del trigo
y le los otros granos nutritivos, si esta tetnpe-
ratitra elevada no tsL' utiida zi tilia excesiva se-
quedad ¿ Im itiedad a esta (iltitiia cucutistaiwia
deben siti duda atribuirse las anouialis aparen-
tes, (JUC se oliservati a veces bajo los trópicos,
en el limite inferior d1 los cerches. Al este de la
llavaua cii el famoso distrito (le las Cuatro Villas,
este liniiw baja casi liata el nivel del Océano
mientras que lit oeste de la misma ciudad , (u
faklzt de las niontaiins tIc Méjico, cerca de Jalapa
a 67 toesas (le altura, es toclavia tal el lujo de
la Yrgetacion que ci trigo no forma espiga.
Al de la conquista se cultivaron
Con buen exito los granos uc Europa en varias
regiones que ho y Se ercen demasiado c;diclas 6
IIUIIIC(l3S para CSIa proc1 tiecion ; los españoles
u e se tras 1 ad aro u ;*t América , estaban menos
acoslu robrados ú ;ilimctittirse con mali, y les era
310 LIBRO Y.
mu y ¿ostoso dejar su habitud europea; no secalculaba si el trigo darla itictios utilidad que elcafé 6 el algodoii; se probaban todas las semillas,
se preguntaba á la misma naturaleza, por queno se razonaba sobre falsas Icarias. La'provinciade Cartagena que está atrevesada por las mon-tañas dc'Maria y de Guaniocó, producia trigohasta el siglo XVI'. En la provincia de Caracases muy antigua esta produccion e', los terrenosmontuosos de Tocu yo. Quibor y liarquesimeto,la cual se ha conservado afortunadamente y sololas inmediaciones de Tocu yo exportan anual-mente cerca de Bono quintales de harinas exce-lentes. Mas aunque la provincia tic Caracas, ensu vasta extension ofrece varios parages propiosit la cultura del trigo, yo creo que cii generaleste ramo (le agricu It tira no será n utica iii ti y
iniportante. Los valles mas templados no tienenbastante anchura. y no siendo verdaderamentecolinas , su elevacion media , sobre la superficiedel mar, no es bastante considerable para que
Don lgnøcio do Pombo, informe del real consulado de Car-
tagena (le 1 ndia.s •03 a o, p• 5.
CAVI liliA' XV. 3i i
los I iabi La rites rrn tengan mayor i nlcres <:ti plan-tadas de café que en sembrarsembrar granos. En el din
llegan las harinas á Caracas, (le EspaÑa ó de los Es-
lados Unidos. En otras circutistaiicias mas favo-rables it la industria y t la tranquilidad pública
en que sea frecuentado ci camino de Santa F?
de Bogota al citibarezulero de l'achaquiaro, los
habitantes de Venezuela recibiran las harinas dela Nueva Granada, por los nos Meca s.
A cuatro leguas tic distancia de San Mateo.se halla ci lugar (le Turinero. Se atraviesan con-
tinuainente plantaciones (le azucar, añil. ¡tiqodori
Y cafk. La regularidad que se observa en la eons-
trucciun (te los pueblos, inariifltsta que todos
deben su origen ú los frailes y á las misiones. Las
calles estan bien alineadas y, criiiii-
(lose cii ;iligtilo recto; y la plaza mayor (fue for-ma un cuadrado al centro , contiene la iglesiala de T u rniero es un cd ¡ II do magnífico, peromuy cargado de adornos (le arquitectura. Desde
que los cu ras han remplazadoo A los nusioiteros
las lnthj t;n:iocies (fe los blancos se han mezclado
con las de los Indios; Y estas desaparecen poco
5 poco, como una raza separada, es decir, que
312 LIBflO Y.
se les representa en estado general de la pobla-
don por mestizos y zambos, cu yo número au-
menta cada din. Sin cinl)aro todavía lic hallado
40oo Indios tributarios en los valles de kragita
los was numerosos son los de Turincro y de
Guacara ; $OT1 1)C(jltCñOS ItICHOS reelion-
dios que los Chaimas sus ojos anuncian masviven é inteligencia lo que procede acaso menosde una diferencia de raza, que (le una elviliza-
cion mas adelantada. Trabajan ñ jornal con-jo los
hombres libres; son activos y laboriosos el corto
rato que dan al trabajo; pero lo que ganan endos iiiescs, suelen gastarlo en una semana, com-prando licores fuertes en las pequeflas liosteriascuyo número, por desgracia. se aumenta (te (lía
en dia.En T,irmeio vimos una reunion de Ja milicia
del país; solo su aspecto anunciaba que haciaasiglos no Rabia sido interrumpida la paz en
aquellos valles. El capitan general creyendo (larun nuevo ¡iii pu ¡so al servicio militar, 1 ¡abia dis-puesto grandes ejercicios; el batallen de Tui--mero cii una batalla figurada había hecho fuegocontra el de la Victoria nuestro liuesped te-
CÁPIrCLO tY.
itiente de la milicia, no se hartaba de pintarnos
el peligro de esta evohicion. • Me he visto, de-
- cia, rodeado de fusiles que á cada momento
• podian quebrarse; inc han tenido cuatro lia-
ras al sol, sin pernu 1 ir siquiera que mis escla-
vos tuviesen un paraguas sobre ini cabeza,
rpi(lamente los pueblos mas pacificos
tornan las costumbres de la guerra ! Yo inc son-
rda entónccs de una timidez que se manifestaba
con tal candor; y doce alias de.spues aquellos
mismos valles de Aragua. aquellas llanuras apa-cibles (le la Victoria y de Ttiruicro, ci desfllzulero
de Cabrera y las krtiles orillas del lago de Va-lencia, han venido ñ ser el teatro de los combates
mas sangrientos y encarnizados , entre los mdi-genos, y los soldados (le la metrópoli.
Al sud (le Tu rrnero sale Ii icia la llanura un
brazo de montaña calc:iria. y separa dos hermo-sas pailtaciones de azucar. llamadas la l'nja yla Guayavita ; la primera pertenece,,'¡ la familiadel conde de Tovar, quetiene posesiones en Lo-
dos los cantones de la provincia. Cerca de laGtia yavita se ha descubierto la inina (le hierro
pardo. Al norte de Tunuero, en la cordillera de
3, 4 ,.tuno V.
la costa, se eleva el Clivao, inuntecillo granitico,
desde cuya cima se ve ü un tiempo mismo el
el mar ye! lago de Valencia. Pasando dicha toma
peñascosa, que se prolonga It pérdida de vista
liácia el oeste, se llega por senderos bastante di-
fíciles, i las ricas plantaciones de cacao que con-tiene el litoral en Choroni, Ocumare y Turiarno,
igualmente nombrados por la fertilidad de su
suelo, que por la insalubridad de su clima. Cada
punto del valle de Aragua como Turmero, Ma-
racay, Cura , Guacara, tienen sus caminos demontes que vienen á uno de los pequeños puer-
tos (le la costa.
Saliendo de Ttirmero, se descubre á una le-
gua (le distancia, un objeto que se presenta al
orizonte como un terrero redondo, corno un
¿(UPU/ns cubierto de vegetacion. No es una co-
liria, ni un grupo de arlmles, sino un soloárbol, el famoso :t7nmng del Gua)re, conocido
en toda Ja provincia por la enorme ctension desus ramas, que forman una copa ltemisfrica de
576 pies de circunferencia. Es el zamang unabella especie de mismosa , cuyas ramas tor-tuosas Ibrman su separacion en dos brazos á
('.M'iTULO XV.
¡nodo de horcas; sus hojas delgadas Y finas Se
desunian agradablemente sobre el azul del cie-
lo largo rato nos detuvimos bajo esta bóvedavegetal.
Los habitantes de aquellos valles sobre todolos indios, tienen en veneracioti al :arnang del
Gua yre, el cual ya fué hallado por los primeros
conquistadores, I)000 trias ó tu cmos. en el mismoestado que ¡¡o; . le vemos; en ni ucli o (kw 1)0 que11,1 se le observa aten (a mcmi (e. no se le ¡ma visto
cambiar de forma ni de grueso. Debe ser por lomenos de la edad del Drago (le la Orotava. No
deja (le haber alguna inagestaci en el aspecto (leestos irboles antiguos, y por esta misma razon.
Se castiga severamente la violacion de estos mo-uhmnielitos de la naturaleza en paises donde se
cante de los del arte. Sim pililos con SatiSICciI)i)-pie el pro mr;eta rin actual del zamnang . habia
puesto un pleito i un arrendador que Italia te-nido la osa(ha de cortar umma rama ; y que vista
la causa ante ci tribunal se condenó al arren-
dador.
La cultura y la poblacioim de las llanuras, au-menta ji medida du la 1mroximniclatl de Cura y
3143 JIRRO Y.
Guacara cii la orilla septentrional del lago. En
los valles de Aragua se cuentan iiias (le 52,000
habitantes en una cx tension (le terreno de i
kgu as de largo y 2 de ancli o ; fc' rinatid o una
pob laci on de 2000 al mas 1)0V legua citad rada,
que casi iguala A la de los paises mas poblados
de la Francia. El lugar de Maracay era en otro
tieiii 1)0 ci centro de las plantaciones de a11 ji
en nula mas prosperaba es le ni lijo (le industria co-
lonial. En 1795, SC contaban setenta mercaderes
de tienda ;it)ierla en una 1)nblaCioli (le seis mil
almas; las ca! as son lo las dr cal y cauto. le-
111(20(10 en cada patio varios cocoteros cu yas ra-
mas sobresalen por encima de los edificios. El
aspecto de prosperidad general está todavía mas
nianifiesto en .\Iaracay que cii Turmero. El
añil de aquel pais ha sido siempre reputado
en el comercio, como igual y aun superior
al ¿le Gnaten)a ja; su cultivo desde 172 Fin se-
guido al (le) cacao, y precedido al de café y al-
godozi. La prcdilcccioii de los colonos se ha lijado
sucesivamente sobre estas cuatro producciones,
tilas solo el cacao y el café han permanecido como
objetos importantes cite) comercio con la Europa.
CAPITULO XV.
La fdbr!caeion del añil en los tiempos prós-
peros , ha igualado casi it la (itiO se hace en Mé-
jico ; y ha lIeado co Venezuela hasta 4o.000
arrobas ó UIt 1)111 Ion (le libras cu yo valor exce-
día 5 inSomno pesos Inertes. Para formarse
una idea tic la riqueza di' la agricultura cii las
colonias españolas es necesario prevenir que el
añil de Caracas, curo producto en i 7 q4 pasó
de:4 .00(1,000 de reales, CS la cosecha levan-
lada en 4 Ti 5 leguas cuadradas. En los a (jos de
178P A t;qi, venian cuatro o cuico mu! ijoin-
hrrs libres los valles ile Aragua, para ocuparse
(ML UI cultivo y fahrie;icion del añil, y trabaptbati
íi jornal dura mi te (los meses.
El Mill empobrece ci suelo en que se cultiva
uluitatite ititichos arios cOI15tCtitiVØs, itIa que
I!itlgtIII;l I)%l'a planta; Se consideran vn como
exli;iit7 tos los terrenos de Maraca y . Tapatapa y
'Fttrinero , y el producto del añil ha ido sidnipre
d is!ninuvcndo. Las guerras marítimas han pa-
ralizado e! comercio . y los precios han ba-
Coziltinal;u poni ('.ti el ntiitcreio de t .200,000
,5oo.000. de ajili.
318 LIBRO Y.
judo por la frecuente imhiortacion del añil (leAsia. La compaflia de Indias vende actual-
merite' en Londres, mas 1e 5,Soo,000 libras (le
añil mientras que en 1786, no sacaba de SUS
vastas posesiones pasado de 250,000 libras. A
medida que en los valles de Aragua ha dismi-nuido el cultivo del añil, ha aumentado en la
provincia (le Varinas, y en las llanuras abrasadas
de Cucuta á orillas del río Tachira, donde lastierras vírgenes dan un producto nhiindanie y
(le un colorcolor e) mas hermoso.
Llegamos it Maracay mu y tarde ¡ las personas
á quienes estabamos recomendados estaban au-
sentes; mas apenas los habitantes advirtiéron
nuestra zozobra, que todos ñ porfia nos ofrecié-rort colocar nuestros instrumentos y
cuidar nuestros ¡nulas. Se ha dicho mil vecesque las colonias españolas son el pais de la hos-pitalidad , mas el viagero liafla cada din nuevo
motivo de repetirle; y todavía lo son igualmenle,á pesar de que la industria y el comercio han ex-
tendido las conveniencias y la civilizacioia entre
o Es decir, en ¡Si o.
CAPITULO XV. .3519
los colonos. Una Familia de Canarios DOS recibió
con la iras amable cordialidad , se nos dispusouna cena excelente. y se evitaba con cuidado
todo lo que podia embarazar nuestra libertad.
El dueño de la casa estabia de viage con nego-
cias de comercio y su muger, juven que hacia
P°° tiCIfl1)O (chin la felicidad dede ser madre, se
entregó ála mayor alegria cuando supo que á
nuestro regreso del Rio Negro, pasariamos por las
orillas del Orinoco por Angostura , donde sehallaba su marido ; :1 quien (lebialnos hacer Sa-
ber el nacimiento de su hijo. En aquellos paises,se considera ti los liucspedes viageros como losmedios mas seguros de comtlnicacioii; y aunque
hay correos, hacen estos tales rodeos que rara
vez se les confian las cartas para los llanos ú sá-
banas del interior. Se nos hizo ver el niño al
punto de partir, pues aunque le habiamos vistodormir la noche ánterior era necesario verle des-pierto. Prometimos pintarlo it su padre faccion
por faccion; pero la vista de nuestros instrumen-
tos y libros hacia desconfiar ti la jóveri madre,
y decia • que en ita viage tan largo, y en medio (le
tantos cuidados de otro género, podríamos bien
520 tinno y.
olvidar el color de los ojos (le sn niño. . Exprc-Sioli inocente de tina eoiiíiaisza , que caracteriza
la primera edad de la civilizacion!En el camino de Maracay ñ la Hacienda (le
Cura, se ve (le cuando en cuando el lago (le Va-lencia. La cadena granítica del litoral CUVIjI ha-cia el sud unsi brazo en la llanura, que es el pro -
inouutorio de Portachuelo por el cual estaría casicerrado el valle. si Ufl pequeño desfiladero no le
Separase del peñasco de la Cabrera. Este puntoha 51(1(1 célebre cii los últimas guerras revol tido-ui:irias de Caracas: todos los partidos se lo (lis-
pu labaiu por ser el que abre camino estire Valen-cia y los llanos. La Cabrera forma hoy una pe-iiínsula ; hace Go años que era una isla Peñas-
cosa en el lago cuyas aguas (lismulluyen I°:vaineute.- Pasamos siete dias muy agradables enJa hacienda de Cura, en una casita rodeada de
l)osqiI:s , pti CS la Casa situé la cii la plan-
tacion (10 azucar. estaba infestada de bulas,
enkrrncdad en ja piel, muy comutt entre los
esclavos en estos valles.
Vivianio,s al modo (le las gentes acomodadas
del tm , tomando (los baños al dia . durmiendo
CAPITULO XV. 32 1
tres veces y haciendo cuatro comidas en las
veiiite y cuatro horas. La temperatura del agua
del lago es bastante caliente, (le 24. fI 95. grados;
pero hay otro baño muy fresco s' delicioso, 5 la
sombra de los Ceibas y tic los grandes Zainitng,
en ci torrente de la Tu: LI a que viene (le las ¡00!)-
tañas graníticas del Js!incos, dil Diablo. Ln el mo-
iiien lo de entrar en aquel baño, no se debe temer
A las picadas de los mosquitos; pero sí á las de
los jwlu(os que cubren la c:iscara (le! Doliclios
primntus, y que diseminados en la admósíera son
1 leva( los por €1 viento. Cuando aquello 5 pr) i tos,
que con razon se les caracteriza con el nombre de
J'icée pica , se agarran al cuerpo, excitan una co-
mneouz extrcmanuentr incómoda. Se siente uno
picado sin apercibir la causa del mal.
Cerca de Cura, hallamos todos los habitantes
ocupados en romper el terreno cubierto de Mi-
mimosas. Hcreuliaq Coccololoba exconuta , para
dar ma y or extension al cultivo del algodon ; cuya
produccion , que cmi l) m rtc ha remplazado A la del
añil, ha probado tan bien en los últimos años,
que el algodonero se ha quedado silvestre en
las orillas del lago (le Valencia ; y nosotras he-II. II
522 1.IMiO Y.
mos hallado arliustos de 8 y lo pies (le altura
cíd relazados con la flignonia y con otras enre-
(laderas linosas. Sin embargo, todavía no es
mu y importante la exportacion del algodon de
Caracas en la Guaira apenas ha sido un año con
otro de tres it cuatrocientas mil libras ; P'° el)
todos los l)IICrtOs de la capitaiiia general se ha
aumentado á mas de 22 1 000 quintales con
motivo de las hermosas plantaciones de Cariaco,
Nueva Barcelona y Maracaibo. Es casi la mitad
del producto de lodo el Archipiélago de las An-
tillas.
El algodoti de los valles de Aragua es de bella
calidad y solo inferior al del Brasil, pues que se
le prefiere á los de Cartagena, Santo Domingo
y de las pequeüas Antillas. Los cultivos del algo-
don se extienden por un lado, desde el lago de
Maraca y hasta Valencia , y por el otro (lesCle
Guaica ú Guigue las plantaciones grandes dan
hasta Go ñ 70,000 libras anuales. Cuando se ob-
strva que en los Estados Unidos, poi Cúrisi-
guicntc fuera de los Trópicos, y en un clima
inconstante y ñ veces contrario ti la cultura,
se ha elevado la eN1)OrtaCioII cid algodon mdi-
CAPÍTULO XV. 323
geno en iB aiios desde i basta iSi5 , de
1,206,000 libras hasta 83 millones, parece im-
posible forniarse una idea del desarrollo que vai tomar este ramo de comercio, cuando la in-tlnstna nacional se halle l;bre de las trabas que
la o pri 1 lien en las prov u ici as reunidas de Vene -
zuda, Nueva Granada, tl9ico y en las orillas delrio de la Plata : en la actualidad, las costas de la
Guayana ho)andesa,e.i golfo de Cariaco, los valles
de Aragua y las provincias (le Maracaibo y Car-
tagena son los paises que mas algoclon producenAMI la América meridional despucs del Brasil.
Durante nuestra mansioli en Cura, hicimos
varias excursiones ñ las islas de rocas, que hay
cii medio del lago de Valencia, 5 las fuentes ca-líen tes (le Ma tiara , y it la alta montaña gran it tea
llamada el Cucurucho de Coro. Un est recho y,
sendero cominee ¡ti puerto de Turiauiio y•
los famosos cacahuales tIc la costa : en todasestas expediciones admiramos mucho , no sololos ¡)FOtCSOS (IC la cultura, Si» ti La riN en (I(.]
acrecentamiento (le una ¡n pul acion libre, labo-riosa , acostumbrada al trabajo y demasiadopobre para contar con la asiseiicia de los escla-
LIBRO V.
vos. Por todas partes se han formado estableci-
inien tos separados, por arrendadores y propie-
tarios l)laflcOS y mulatos. -Nuestro huesped, cuyo
padre disfrutaba 4o,000 I)CSOS (le renta, poseiamas tierras de las que podia cultivar, y las dis-
trIl)uia entre las familias pobres del valle de Ara-
gua que querian dedicarse al cultivo del algo-
don. Procuraba poblar aquellas grandes planta-ciones, (le hombres libres que trabajando tinasveces en sus casas, otras en las plantaciones ve-
cinas , segun les convenia le proporcionabanjornaleros en el tiempo de las recoleciones.
El conde de Tovar noblemente ocupado en los
medios de destruir progresivamente la esclavitud
(le los negros en aquellosaquellos cantones, se lisongeahacon la esperanza «le hacer menos necesarios los
esclavos it los proprietarios , y de ofrecer S loslibertos la falicidad de ser arrendadores. Al par-
tir para Europa habla dividido y arrendado en
porciones, una parte de las tierras de Cura quese extienden al oeste al pie del peñasco de las
Viruelas. Cuatro años dcspues ó su regreso á
América, lialló en el mismo sitio hermosos Plan-
tios (le algodon y un lugarcito de 3o ñ 4o casas.
CAPITULO V. 32 5
llamado Punta Zamuro • el que liemos visitadovarias veces ensi] co!npaliia. Los habitantes de
este lugarcillo son casi todos iruilatos zambos yrtecos ¡ihres. Este e j emplo de division de ter-reno ha sido seguido con muy buen éxito porotros proprietarios fuertes. El arriendo es de diez
pesos por fanega (le tierra, que se paga en di-nero, ú en algodon. Como los arrendadores sue-
len hallarse escasos de fondos , dan el algo(Ion áUI] precio mli) liitMLiCO ; á veces lo venden aun
antes de la cosecha, y estos adelantos hechos porVCCiiiI)S ricos, obligan al deudor á que ofrezca
con frecuencia sus servicios como jornalero. El
precio de los jorules es menos caro que en Fran-
cia en el valle de Aragua y en los ¡Jarios , se
paga A un hombre libre que trabaja de peon,Con cuatro A cinco [)CSO$ al mes, y la comida¡daque es muy poco costosa á causa de la abauclati-cia de las carnes y legumbres. Me complazco cii
dar estos poritieriores sobre la agricultura colo-
nial , porque con ellos se prueba ú los habitantes
(le la Europa , que ya ha muncho tiCiilj)O no se
duda por las personas ilustradas (le las colonias,