chiavaza 2012(1)

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1 ACTAS DEL XVIII CONGRESO NACIONAL DE ARQUEOLOGÍA CHILENA Gobierno de Chile DEPARTAMENTO DE ANtropología UNIVERSIDAD DE CHILE Museo de Historia Natural de Valparaíso. Sociedad Chilena de Arqueología

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Arqueología

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  • 1

    ACTAS DEL XVIII CONGRESO NACIONAL DE

    ARQUEOLOGA CHILENA

    Gobierno de Chile

    DEPARTAMENTO DE

    ANtropologa UNIVERSIDAD DE CHILE

    Museo de Historia Natural de Valparaso.

    Sociedad Chilena de Arqueologa

  • ACTAS DEL XVIII CONGRESO NACIONAL DE

    ARQUEOLOGA CHILENA

    Sociedad Chilena de Arqueologa 2012

  • ACTAS DEL XVIII CONGRESO NACIONAL DE ARQUEOLOGIA CHILENA

    ARQUEOLOGA DEL TRABAJO Y LOS TRABAJADORES: CONTEXTOS PRODUCTIVOS DEL SIGLO XIX EN LAS

    MRGENES DEL CAPITALISMO (MENDOZA, ARGENTINA)

    Horacio Chiavazza'

    Resumen Se busca aportar conocim iento sobre las condiciones de vida de los t rabajadores y sus entornos product ivos y domst icos en diferentes contextos de Mendoza comprendidos ent re la segunda m itad del siglo XIX e inicios del siglo XX. Apuntamos evaluar la materialidad de estos sectores sociales a cont raluz del anlisis de los procesos econm icos provincial y nacional en pleno des-pegue y en el claroscuro mundial que supuso el empuje del capitalismo monoplico bajo la prem isa de una divisin internacional del t rabajo. El art culo enfat iza el enfoque y modelo desde el que se encuadra el proyecto y aporta lneas de anlisis y t ratam iento de la evidencia arqueolgica para su cont rastacin. Palabras Clave: Arqueologa histr ica, arqueologa social, t rabajo, espacios de produccin, espacios domst icos.

    Abstract This paper seeks to offer som e knowledge about workers' life condit ions and their product ive and dom est ic environm ents, in different contexts in Mendoza, during the last decades of the XI X century and the beginnings of the XX centuty. We evaluare the m aterial culture of these social groups against the provincial and nat ional econom ic processes. By this t im e, r ising capitalism organized nat ions under the prem ise of an internat ional division of labor This art icle em phasizes the perspect ive and m odel we are working on, and shows how we are analyzing and t reat ing the archaeological evidente in arder to confront the data. Key Words: Historical archaeology, Social archaeology, Labor, Product ive amas, Domest ic areas

    Introduccin

    El estudio de los procesos sociales, econmicos y culturales de Mendoza de finales del siglo XIX e inicios del XX es objeto de muchos trabajos histricos (Roig et al. 2004, para una compilacin actualizada y exhaustiva). Sin embargo, en la escala de las condiciones materiales de vida coti-dianas creemos que an no han recibido atencin suficiente. Aun as, esa historia resulta clave para entender el proceso de la vida social y el ingreso de Mendoza dentro de varias dimensiones de la modernidad: como provincia de un Estado-nacin; como enclave econmico interior orientado hacia la especializacin agroindustrial (vitivincola); como destino de una considerable masa inmigrante en contextos de territorios con historial reciente de frontera y como punto de partida hacia la expan-sin de las fronteras interiores del Estado-nacin. En definitiva, para entender a una circunscripcin jurdica poltica (Mendoza) como parte del territorio americano que el capitalismo integr dentro de una

    planificacin internacional, en la cual el trabajo y las contradicciones surgidas fueron consecuencia de procesos de apropiacin, acumulacin y emergencia clasista. El vnculo con la propiedad, el capital y la innovacin tecnolgica son aspectos que impactaron y dejaron su huella material en las condiciones de vida resueltas en escalas menores, como los de la produccin y la vivienda en contextos tanto urbanos como rurales, centrales y/o perifricos, productivos y/o administrativos.

    Enfoque

    El anlisis arqueolgico del trabajo y las condi-ciones de vida de los trabajadores se realiz desde parmetros del materialismo histrico. Comprender la realidad histrica hace necesario avanzar en una propuesta desde la base del trmino de totalidad social, discutiendo el papel del trabajo, las fuerzas productivas y las relaciones de produccin en la dialctica histrica (Bate 2007), aspectos sobre los

    1 Docente I nvest igador FFyL-SECTyP. UNCuyo, Mendoza. hchiavazza@gmaiLcom

  • + De igualdad -

    + Igualdad -

    Acumulacin de la riqueza (+ ) Ejercicio efectivo del poder politico (+ ) Acceso a la educacin y la cultura (4) Inclusividad (+ ) Distanciamiento social () Justicia (jurdica) (4)

    Categoras socioculturales

    Acumulacin de la riqueza (+ ) Ejercicio efectivo del poder poltico (-) Acceso a la educacin y la cultura (-) Exclusin (i) Distanciamiento social (+ ) Justicia (juridica) (-)

    Acumulacin de la riqueza (+ ) Ejercicio efectivo del poder poltico 011) Acces a la educacin y la cultura (1/1) Inclusividad (vi) Distan iamiento social (In) Justici (jurdica) (+ )

    Acumulacin de la riqueza (112 ) Ejercicio efectivo del poder poltico (-) Acceso a la educacin y la cultura (-) Inclusividad pa) Distanciamiento social (-) Justicia (jurdica) (in)

    homogeneidad+

    Categonas socioeconmicas

    lacin370 Horacio Chiavazza

    que la arqueologa local (histrica o prehistrica) no ha avanzado. Quiz el concepto de totalidad, desde la fragmentacin que supone todo estudio arqueolgico puede resultar ambicioso. Pero, haciendo pie en esa intencin y aportando desde la definicin de sus lmites y alcances, es mucho lo que pueda aportarse al campo mayor de los co-nocimientos logrados por el conjunto que supone una Ciencia Social.

    Proponemos encarar el estudio de la materiali-dad a partir de un modelo enfocado en el anlisis de dos ejes categoriales: uno sociocultural y otro socioeconmico, que en trminos especficos de-rivan respectivamente en situaciones comparadas de la vida social, entre grupos con mayor o menor diversidad y homogeneidad sociocultural y con mayor o menor igualdad y desigualdad econmico-social (figura 1).

    La aproximacin, aunque no necesariamente ortodoxa, se vincula en escala de la economa poltica y el anlisis de clase donde " ... the m arxist econom y focus on the histor ical reality of lived condit ions an how these condit ions produce and are products of social act ion." (Mc Guire 2008:74). Entendemos

    que las situaciones vitales se definen, entre otros aspectos, por la distribucin de la riqueza, un ejercicio efectivo del poder poltico, el acceso a la educacin y la cultura, mayor o menor inclusividad, dista-ciamiento social y justicia (jurdica). Todas ellas, desde la comparacin de variables que afectan el posicionamiento en la vida concreta de las persona y su grupo de pertenencia, y segn condiciones de mayor o menor desigualdad, diversidad y homoge-neidad. Las diferencias de grado en estas depended de la pertinencia del registro a clases, y en este caso hemos seleccionado dos: trabajadora y propietaria de las herramientas y medios de produccin. A. la cultura material se entendi como producto social, derivado de contradicciones generadas en la produccin de las condiciones materiales de existencia de los sectores trabajadores, procurando controlar la evidencia distorsiva derivada de la falsa conciencia resultante de la contradiccin entre base y superestructura (ideologa) (Marx y Engels 1994 [1846]). Esta tendi a quedar reflejada en la documentacin escrita por la clase dominante en tpicos que promocionan la igualdad de derechos polticos y la homogeneidad cultural integrada en el

    Figural. Modelo y categoras en relacin a condiciones de menor o mayor igualdad y diversidad socioeconm ica y cultural. El esquema opera en trm inos de sincrona dialct ica, generando asimet ras y dando bases al conflicto clasista, donde mayor o menor puede observarse en resoluciones polt icas reform istas o revolucionarias, con sus consecuentes acciones de contencin o represin respect ivamente.

  • Arqueologa del trabajo y los trabajadores: contextos productivos del siglo XIX... 371

    Pecorsede ecupres~

    Propiedades del registro onpeoronico 1-renalucin sempord e intagndad

    2- ambules de riqueza y hornogenetdad

    Figura 2. Enfoque arqueolgico histr ico ordenador para los casos considerados.

    concepto de territorio-estado-nacin como unidad indisoluble y bajo el paraguas de una democracia controlada por la oligarqua.

    Enfocar en Argentina y en Mendoza un anlisis arqueolgico de esta realidad histrica demand la especificacin de categoras concretas, visibles y medibles en el registro material, seleccionando unidades analticas que varan segn las diferentes escalas (figura 2). La esfera del trabajo (tanto en sectores extractivos como de produccin y pro-cesamiento) tiene distintos mbitos, esas esferas aparecen en mayor concordancia espacial segn el tipo de produccin y sobre todo su relacin con las condiciones de habitabilidad y distanciamiento del ncleo urbano.

    Materiales y mtodos

    Nos centraremos en indagar los procesos de ocupacin del territorio segn diferentes tipos de explotaciones (extractivas y de procesamiento) que

    resultaron claves en la historia econmica provin-cial, pero lo haremos desde situaciones especficas diferenciadas, que al ser sincrnicas, permitirn establecer parmetros de comparacin: minera en precordillera (Los Hornillos LH- en el Noroeste de Mendoza); agro-ganadera en el piedemonte (Estancia San Pablo -SP- en el Centro oeste de Mendoza) y del abasto de carnes (el matadero -M- en los mrgenes de la ciudad de Mendoza) (figura 3). En la escala microespacial, esto supuso la intervencin en sectores vinculados a diferentes actividades: laborales, domsticas, administrativas.

    Se seleccion el anlisis de sitios definiendo los niveles y contextos de ocupacin que permitan otorgar entidad temporal sincrnica, entre finales del siglo XIX e inicios del siglo XX, aunque con niveles de resolucin temporal e integridad dife-rentes. El objetivo de un estudio comparado de los registros, apunta a obtener datos sobre las con-diciones materiales de trabajo en emplazamientos productivos de media duracin, con nfasis en el siglo XIX, enfocando a las condiciones de vida desde

  • 372 Horacio Chiavazza

    Figura 3. Localizacin de los sitios analizados (Los Hornillos LH, Matadero M, San Pablo SP)

    el anlisis de los espacios domsticos y asociados a los de produccin en la era del capitalismo pero desde su periferia. Se busc observar tendencias arquitectnicas diferenciadas en los espacios de referencia, tanto de las estructuras en s, como de las tcnicas de edificacin, materias primas insu-midas, modalidades de uso y posibles reciclados de edificaciones preexistentes, acondicionamientos del terreno, etc. Esto, en combinacin con el ma-nejo de los descartes y la espacialidad asignada a las tareas de produccin y su relacin a viviendas, nos permiti elaborar hiptesis referidas a los procesos de desarrollo econmico y su vnculo con las condiciones de vida de trabajadores y familias que, entendemos, se visualiza efectivamente en el registro material.

    Mtodos

    Se realizaron prospecciones superficiales siste-mticas en los casos del emplazamiento minero de Los Hornillos (LH) y la estancia San Pablo (SP) (Chiavazza y Prieto 2008; Chiavazza 2010), donde se integraron datos topogrficos, arquitectnicos y distribucionales para definir el tamao y forma

    de los emplazamientos (del sector nuclear por lo menos). En el caso del matadero (M) de la ciudad los lmites venan establecidos por el museo de sitio del rea Fundacional, que contiene las excavaciones con sus restos en exposicin (Brcena y Schvelzon 1991). Aunque, el emplazamiento en s an no se define estructuralmente de modo claro, por lo que el registro que tratamos aqu es el recuperado por excavaciones propias realizadas en el ao 2000.

    Definidas las reas, se procedi a realizar relevamientos arquitectnicos y excavaciones, para establecer correlaciones entre secuencias constructivas y estratigrficas, asociando as, contextos artefactuales a diferentes escalas. Sobre todo edificaciones con niveles de ocupacin y conjuntos de artefactos derivados inicialmente de dos tipos principales de actividades: domsticas. administrativas y productivas.

    Establecida la secuencia ocupacional y la correlacin entre el consumo domstico, los in-sumos productivos y las tcnicas de edificacin y acondicionamiento de edificios e infraestructura productiva, se enfoc el anlisis de artefactos en tipos, clases, especies, etc., segn del material que se tratara. Pero la interpretacin de los mismos se llev a cabo desde un enfoque que los considera

  • Arqueologa del trabajo y los trabajadores: contextos productivos del siglo XIX... 373

    resultado de la gestin social de los recursos para la produccin de bienes de uso e intercambio, analizando en consecuencia su insercin tanto en el sistema productivo y de intercambio y su anta-gonismo manifiesto en el consumo de los propios productores (preguntamos: cul es la proporcin establecida entre las condiciones laborales de los trabajadores y la riqueza producida?).

    En cuanto a los criterios de anlisis de los contextos arqueolgicos, compartimos la idea de trabajar con flexibilidad y asumiendo que fueron generados por una sociedad moderna (Weissel y Chichkoyan 2010); en la que los procesos de obtencin, procesamiento, intercambio y distri-bucin, asumen lgicas que no coinciden con las propias de sociedades estudiadas tradicionalmente por la arqueologa de nuestro pas (prehispnicas y coloniales). La obtencin, produccin y distribu-cin no es directa, los productores se alejan o no (dependiendo de su posicin respecto a la ciudad) de las posibilidades del consumo o siquiera de una participacin que resulte concordante o proporcional respecto de la generacin de riqueza que aportan a la dinmica econmica autoexpansiva del capi-talismo (O'Connor 2001). La economa centrada en valores monetarios (fetichismo del dinero) genera un distanciamiento alienante entre quienes producen, su capacidad de consumir en relacin a sus necesidades, y quienes son propietarios del capital, los que disponen de las herramientas de trabajo e imponen las ideologas dominantes en el modo de produccin vigente (plus-vala). Por esa razn, los anlisis de materiales se organizan no slo en tomo a sus condiciones composicionales, sino tambin en relacin a su grado de representacin y participacin en la vida social. Asumindolos en la dimensin donde actan e interactan (trabajo, energa, alimentacin, almacenamiento, edificios, arreglo personal, sanidad, educacin, etc.).

    Materiales

    Los Hornillos (LH) Es un conjunto minero localizado en la pre-

    cordillera a unos 2500 msnm (Chiavazza y Prieto 2008). La explotacin dominante fue cuprfera en veta a cielo abierto y su ncleo ocupacional co-rresponde al lapso comprendido entre 1880-1910 circa, aunque el emplazamiento se realiz sobre

    ocupaciones prehispnicas y registra usos hasta mediados del siglo XX.

    El sector principal es un conjunto de cinco habitaciones de piedra separadas en dos bloques y bordeando un aterrazamiento que implic el levanta-miento y nivelacin artificial del terreno, que linda con un arroyo. Este fue encauzado, pudieron observarse obras de infraestructura hipotticamente vinculadas con el manejo de su energa hdirca y las actividades de extraccin y procesamiento localizadas unos 30 metros aguas abajo (Chiavazza y Prieto 2008). En el sitio se practicaron 14 excavaciones en interiores y exteriores de las habitaciones, sobre un total 9 m2. La potencia estratigrfica arqueolgicamente frtil posee unos 60 cm y el registro arqueolgico, como en los siguientes sitios, presenta contextos con materiales de diferente cronologa y tipologa. Aqu se destaca la presencia de instrumentos retomados sobre fragmentos de vidrios (Sironi 2009).

    Estancia San Pablo (SP) Es un casco de estancia ubicada en el piede-

    monte cordillerano del Valle de Uco, a 1500 msnm (Chiavazza 2010). La explotacin dominante fue ganadera, a la cual se incorporaron crecientemente campos cultivados de cereales, viedos y frutales. El conjunto habitacional permiti postular una hiptesis de arranque ocupacional en el siglo XVIII, sobre sustrato indgena, aunque el ncleo corresponde a 1880-1910 aproximadamente. Las casas registran usos hasta la dcada de los aos ochenta del siglo XX. Hay claras diferencias en los materiales constructivos utilizados, como piedra y adobe en paramentos y entablonados, caas y cielos rasos para techos. Los pisos varan entre los de tierra consolidada, baldosas de diferente tipo y cemento alisado, los que supusieron trabajos de rellenos y nivelaciones significativas. Se practica-ron 11 excavaciones arqueolgicas en interiores y exteriores de las habitaciones y en el corral pircado (7,2 m2 en total).

    El sector principal del sitio para el perodo en cuestin involucra un conjunto con usos diferen-ciales. Consta de 17 habitaciones, cuatro galeras y un patio (se conservan techos). Representa un tpico casco de estancia ganadera. Se provee de agua del arroyo San Pablo por medio de acequia y a 100 metros se localiza un corral de pircas de una hectrea. Se llevaron a cabo estudios de paramen-

  • 200%

    130%

    160%

    140%

    120%

    .7100% 30%

    60%

    40%

    20%

    0% NIETAL

    Materiales segn tipos por sitio

    VIDRIO

    ZOOARQ Tipos de material

    CERMICA

    XI

    374 Horacio Chiavazza

    tos, techos, adems de excavaciones. La potencia estratigrfica arqueolgicamente frtil vara segn el sector entre los 20 y 180 cm de profundidad.

    El Matadero de la ciudad (M) Este sitio se viene excavando desde 1989 (Bar-

    cena y Schvelzon 1991). Quedando integrado en el museo del rea Fundacional de la ciudad. Ha sido objeto de intervenciones posteriores en el contex-to de ampliacin de excavaciones o seguimiento de obras. Se trata de una estructura con variable cantidad de dependencias, que por el momento ha sido definida con algo de claridad en el sector denominado "Trinchera Norte". Las excavaciones estn en el que se considera sitio urbano y en un sector del rea que correspondi al centro de la ciudad, pero que luego del terremoto de 1861, pas a transformarse en un sitio marginal. De hecho, el matadero fue instalado frente a la que haba sido la plaza principal de la ciudad y donde se haba localizado el cabildo durante 300 aos. Las labores de matadero incluan sectores de trabajo, circulacin y administracin. En el sector definido como matadero se excav un rea de 60 m2. Sin embargo debe considerarse que otras excavaciones de niveles sincrnicos, tambin corresponderan al emplazamiento pero con otras funcionalidades.

    Justamente del sector y niveles correspondientes al matadero pero hacia el que correspondi a la administracin es de donde provienen los materiales aqu analizados (por lo que los resultados analticos deben tomarse como parciales).

    Se provea de agua de los sistemas de acequias desarrollados desde etapa colonial y en el que se destaca el canal Zanjn (actual Cacique Guaymalln) ubicado 40 metros hacia el este del emplazamiento.

    Se llevaron a cabo estudios de estructuras. Los cimientos eran de piedras de gran volumen liga-das con argamasa, las paredes de adobe y ladrillo revocadas y los pisos estaban embaldosados y em-pedrados. La potencia estratigrfica arqueolgica vara segn el sector excavado entre los 80 y 150 cm de profundidad.

    Resultados

    Los materiales fueron discriminados a partir de su composicin bsica en metales, vidrios, zooarqueo-lgicos y cermicas (tabla 1 y figura 4). En los tres sitios predomina el descarte de vidrios, seguido de huesos, cermica y metales. Las tendencias dentro de cada sitio muestran descartes proporcionados, aunque con matices: en LH predominan vidrios seguidos de metales, zooarqueolgicos y cermicas

    Figura 4: Porcentajes de material discriminado segn tipologas composicionales

  • Arqueologa del trabajo y los trabajadores: contextos productivos del siglo XIX... 375

    respectivamente en un rango amplio entre el 76% y el 4% (72 puntos entre lo que abunda y lo que presenta menor cantidad). En SP, tambin predo-minan los vidrios pero son seguidos por huesos de animales, cermica y metal sucesivamente. Se mantiene la diversidad de clases, pero con diferen-cias menos contrastantes en un rango entre el 34% y el 14% (20 puntos). En M tambin se repite la preeminencia de vidrios, en este caso sobre metales, huesos y cermicas respectivamente, asemejando a LH, pero con contraste de entre el 65% y el 9%, es decir 54 puntos de diferencia. Esto es un indicio de patrones de descarte en contextos de trabajo sincr-nicos, detectndose un bajo porcentaje de huesos en matadero debido a la excavacin de un sector desvinculado del procesamiento y descarte de las reses. En cuanto a los metales, en los tres sitios se detecta un descarte, predominio de los vinculados a la edificacin. En el caso del vidrio, LH presenta la particularidad de haberse constituido en materia prima para la elaboracin de herramientas de trabajo expeditivas (Sironi 2009).

    Tabla 1: Material reconocible discriminado segn tipologas composicionales

    Excavacin Metal Vidr io Zooarqueol Cerm ica Totales

    LH (9 rd) 266 1.835 230 94 2.425

    SP (7,2 m1) 150 371 293 264 1.078

    M (60m2) 332 1.601 224 292 2.449

    En segunda instancia se analizaron materiales segn: tipo de material (vidrio, metal, etc.), y destino del objeto: (herramienta, edificacin, movilidad, sa-lud, alimentacin, etc.). Se observaron los descartes, que en el total de cada materia prima, representan los artefactos definidos en cada actividad (por ej. cuntos metales del total de los mismos en cada sitio, corresponden a edificacin, herramientas, movilidad, etc.) (Tabla 2).

    Trabajo Los descartes de herramientas son escasos en

    el contexto de cada sitio y comparando entre los mismos, independientemente de la materia prima (aunque con predominio lgico de metales como bsica en la fabricacin de instrumentos de trabajo). Esto pondra en duda la capacidad diagnstica del

    registro para establecer los tipos de explotacin. Sin embargo es lo esperable en torno del uso del espacio; solo LH present materiales vinculados al trabajo (escasos). SP no evidenci materiales aso-ciados a la produccin. La comparacin cuantitativa indica en M cantidades proporcionales al resto del material. En LH hay ms diversidad que en M. Esto aun cuando el porcentaje relativo de metal en LH y en M es de segundo orden. El estudio de los metales confirma la idea de concordancia espacial esperada para diferentes sectores en los sitios segn su funcin (en LH hay restos de metal, escorias de fundicin y elementos de medicin).

    Energa En M hay evidencias de mayor diversidad de

    usos y de materias primas incluidas en el manejo de energas (metales y vidrios), destacndose la energa elctrica, que no est en SP y LH (conse-cuencia lgica de su posicin urbana). En LH slo existen vinculados a la movilidad (energa animal) y uso de lmparas de kerosene. En SP este aspecto se vincula al desarrollo y la aplicacin de energas segn el espacio del sitio. Slo en LH hay evidencias referidas a la actividad especfica (minera), que en SP y M no se registran, sobre todo de canalizacin de agua y adaptacin del terreno con posibles fun-ciones productivas.

    Movilidad En ninguno de los sitios se hallaron artefactos

    relacionados con vehculos motorizados. La movi-lidad, evidenciada en herrajes y cabalgaduras est presente en LH y M. Sin embargo no en SP, donde la actividad pecuaria lo haca esperable, pero que guarda lgica con la discriminacin y ordenamiento de los espacios intrasitio (en la casa patronal no sera del todo congruente encontrar este tipo de material, que estara en corrales y depsitos). Esto resulta de procesos de mayor o menor especializacin y segre-gacin de espacio funcional segn tipo de actividad en cada emplazamiento. En LH se visualizara la mayor concordancia y en SP y M respectivamente media y menores concordancias. De este modo los restos indican los contrastes sugeridos al modo de vida, dentro del propio sistema capitalista, por dife-rentes formas de trabajar, producir, consumir y vivir.

  • Rubros que representan los objetos

    Trabajo

    Edificio

    Energa

    Alimentacin abastecim iento (hipott ica com ida)

    Alimentacin almacenam iento

    Alimentacin consumo

    Arreglo personal y suntuario

    Adm inist racin/ educacin

    Armas

    Capital (dinero) Salud

    Descartes indeterm inados

    Materiales

    t rabajo general produccin especfica

    edificio

    edificio

    t rabajo movilidad elect r icidad

    ilum inacin elct r ica

    fauna ext ica peq

    fauna ext ica med

    fauna ext ica grande

    fauna autctona peq

    fauna autctona med fauna autctona grande

    mamfero ind

    ave ind

    alimentacin almacenam iento alimentacin almacenam iento

    alimentacin consumo

    alimentacin consumo

    loza

    Gres

    Porcelana

    Roja Vidriada

    arreglo personal

    arreglo personal

    Ornamentacin

    educacin / adm inist racin

    Armas

    Monedas

    higiene y sanidad

    metal indeterm inado

    Escorias

    I ndeterm inado

    376 Horacio Chiavazza

    Tabla 2: Conjunto de materiales analizados en cada sit io segn rubro y t ipos de materias primas. Materia pr im a LH SP M

    metal 1,12% 0% 0,60%

    metal 0,77% 0% 0%

    metal 63,10% 59,60% 92,72%

    vidr io 11,02% 2,16% 57,99%

    metal 6,70% 0,66% 2,12%

    metal 0% 0% 0,30%

    vidr io 0% 0% 0,56%

    seo 3,70% 12,28% 20,90% seo 25,92% 34,47% 17,40% seo 18,50% 27,60% 61,60% seo 10,40% 9,20% 0% seo 0% 0,68% 0% seo 39,00% 15,69% 0% seo 32,00% 0,00% 0% seo 11,70% 0,00% 0%

    metal 19,00% 32,45% 3,03% vidr io 64,90% 87,29% 35,70%

    metal 1,12% 0% 0,30%

    vidr io 1,30% 67,50% 2,24%

    cerm ica 54,20% 89,70% 59,93%

    cerm ica 6,38% 0,37% 1,02%

    cerm ica 13,80% 3,40% 28,08%

    cerm ica 4,20% 4,90% 8,21%

    cerm ica 21,27% 1,51% 2,73%

    metal 2,63% 2,64% 0,60%

    vidr io 1,70% 0,81% 0,10%

    vidr io 0% 0% 0,06%

    vidr io 0% 0% 0,18%

    metal 2,63% 1,32% 0,30%

    metal 1,12% 1,90% 0%

    vidr io 4,90% 2,97% 0,20%

    metal 0,75% 1,32% 0%

    vidr io 0,70% 0% 0%

    vidr io 15,32% 0% 2,86%

  • Arqueologa del trabajo y los trabajadores: contextos productivos del siglo XIX... 377

    Alimentacin En este caso se evaluaron restos de alimentos

    (zooarqueolgicos) y de utensilios. El clculo de NISP (seo) permite formar una primera idea sobre la incidencia que tuvieron en la dieta u otras activi-dades diferentes especies animales (no es un clculo definitivo en ese sentido). Los huesos muestran cantidades similares en cuanto a los reconocibles en algn nivel taxonmico (NISP), estos animales estuvieron vinculados a la vida humana con diferentes caractersticas (alimento, movilidad, mascotas, etc). Discriminados por gnero y especie y agrupados segn su origen (autctonos o alctonos) el primer elemento que resalta es que conforme ms aislados, los sitios presentan mayor presencia de especies autctonas silvestres (adems de mayor tamao) que especies alctonas domsticas (en LH y SP hay fauna autctona silvestre, mientras que en M no se la registr). En M, como es lgico, predomina Bos taurus y hay menor variabilidad que en los otros sitios. Los restos de SP y LH son ms diversos, pero adems ms proporcionales segn categoras y tamaos de los animales. Esto podra ir en el sentido de que la dieta crnica es ms amplia en LH que en SP y la ciudad (M) respectivamente. Esa amplitud de dieta tiende a incorporar ms especies silvestres, ms de las de menor tamao y a su vez en proporciones (al menos de NISP) similares.

    En cuanto a objetos relacionados con la alimen-tacin, los de almacenamiento (en metal y vidrio) indicaran que a mayor aislamiento mayor es la proporcin de uso de tales tipos de artefactos (lo esperable, por otro lado). LH y SP muestran por-centajes altos mientras que en M, un espacio ms desvinculado del consumo en la ciudad, muestra porcentajes ms bajos. La concordancia de espacios domsticos y productivos se reafirma en LH. En SP la tendencia es propia del descarte domstico (con baja congruencia espacial de descartes respecto de residuos derivados de la produccin); mientras que en M, los residuos de almacenamiento en el sector excavado presentan una mnima presencia.

    Los objetos vinculados al consumo de alimen-tos, presentan mayor diversidad, pudiendo ser de cermica, vidrio, metal e incluso hueso (cachas de cuchillo por ej.). Los elementos de vidrio y metal, que eran ms costosos que las cermicas, en los tres sitios son escasos, ya que justamente, el uso de metal propenda a extender la vida til y el reciclaje, que con el tiempo, a la par de adquirir mayor valor

    social (antigedad heredable incluso), eran poco o nada descartados. En M no los hay y en LH y SP son muy bajas las cantidades recuperadas (en SP, son levemente ms altas quiz producto del descarte en un sector domstico de sectores acomodados de la sociedad con asiento rural).

    En cuanto a las cermicas, en SP, las lozas y por-celanas dominan el registro; semejante a lo registrado en M, aunque aqu las primeras ceden porcentajes a favor del aumento de las rojas y vidriadas locales. Si bien en LH tambin domina la loza (confirman-do el alcance logrado con la industrializacin y exportacin de este producto), su predominio es menos marcado sobre las cermicas locales (aqu el registro es mas diverso y rico, hay mayor equilibrio entre las cantidades de los diferentes tipos). En este caso, consideramos que el registro cermico de SP es un buen reflejo de la vajilla usada en una casa patronal rural (el consumo se prefiere sobre lozas). En LH la cantidad de cermicas locales reflejaran menajes menos demandantes de visibilidad social, acorde a las condiciones econmicas de las familias y/o trabajadores que habitaron el emplazamiento.

    Arreglo personal Tanto en LH como en SP, se detectan productos

    indicativos de la coexistencia familiar en los empla-zamientos productivos (contextos que dan cuenta de grupos de edad: adultos-infantiles y grupos de gnero hombres-mujeres). Cuentas de collar, cru-cifijos, perfumeros, anillos, etc., son asociados a mujeres. En tanto, en M, solo se detectaron objetos infantiles que podran discriminarse por gnero (muecas y canicas).

    Salud Fragmentos de frascos medicinales son recu-

    rrentes en LH y SP, y menor cantidad se observ en el registro excavado en M (sin embargo esto debe considerarse parcialmente, ya que se han reportado este tipo de materiales en excavaciones previas del sitio (Brcena y Schvelzon 1991). Lo que parece sugerir es una previsin sanitaria frente al aislamiento familiar y un consumo importante de medicinas en LH (Sironi 2009).

    Recapitulando y de acuerdo al tratamiento ana-ltico de materiales brevemente descrito, en el caso del sitio minero LH, la base material de la existen-

  • 378 Horacio Chiavazza

    cia se resuelve en un marco de alta concordancia espacial de las esferas administrativas laborales y domsticas. En el caso de la casa patronal de la finca SP, el espacio administrativo concuerda con el domstico, sin embargo el de produccin ganadera se distancia. Por ltimo, la produccin del mbito urbano, el matadero, manifestara claras segregacio-nes espaciales entre las esferas de administracin, trabajo y vida domstica (tabla 3).

    Tabla 3: Concordancias espaciales segn t res act ividades bsicas no nicas de la vida dent ro del sistema capitalista

    ( t rabajar, adm inist rar y vivir) Sit ios Espacio de Espacio de

    t rabajo adm inist racin M Baja concordancia espacial

    SP Media concordancia espacial LH Alta concordancia espacial

    En cuanto a las tendencias comparadas de los espacios pueden sintetizarse las siguientes. En M, sector urbano de procesamiento y en el espacio de administracin, se observa: 1- Tendencia al uso de materias primas procesadas para edificio (ladrillo, argamasa, empedrados, etc.). 2- Uso de cimientos y materiales preexistentes (del cabildo colonial). 3-Resignificacin del espacio bajo un nuevo contexto poltico: de casa de gobierno colonial a lugar de procesamiento "sucio" post-terremoto y en contexto de consolidacin del Estado-Nacin. 4- Artefactos predominantes del mundo de la produccin y de los hombres (herramientas, elementos constructivos, bebidas alcohlicas, alto ndice de descarte). 5- No se han detectado especies silvestres entre los restos zooarqueolgicos del contexto matadero (analizado en este caso) y manifiesta nmeros (NISP) esperables en la primaca de vacunos. 6- Se observa adems una normalizacin higinica y separacin de espacios de procesamiento y administracin (Coni 1897). 7- El contexto histrico corresponde a tendencias laborales de injusticia y marginalidad social en un marco de combinacin entre desarrollo de nuevas tecnologas (1885, llegada del FFCC a la ciudad) y proliferacin de epidemias (clera 1868, 1886, 1887, Figueroa 2007).

    En el emplazamiento rural de produccin agropecuaria SP, las tendencias difieren parcial-mente: 1- Coincide respecto al uso de materias primas elaboradas para edificio (sobre todo para la administracin). Pero se marca un cambio de

    materias primas desde el ncleo colonial al esta-blecimiento del siglo XIX (habitaciones de piedra a habitaciones de adobe). 2- Uso de cimientos y muros preexistentes, aterrazamiento y acondi-cionamiento en el proceso de crecimiento de la casa patronal. 3- Diferenciacin clara de espacios domsticos y productivos. 4- Resignificacin del espacio: de casa de piedra a casco de estancia pecuaria a finca de estilo (por ej. paisajismo en jardines e introduccin de especies exticas, por ej. cecuoyas). 5- Artefactos predominantes del mundo de la produccin y de los hombres (herramientas, elementos constructivos, bebidas alcohlicas, alto ndice de descarte). 6- Predominio de especies exticas, pero gran diversidad y baja riqueza de silvestres entre los restos zooarqueo-lgicos. 7- Normalizacin higinica y separacin de espacios de la vida cotidiana, cuartos, cocinas, bao, corrales y graneros. Asimilacin entre el espacio de Administracin y la vivienda patronal. 8- El registro manifiesta un sostenido crecimiento econmico y condiciones materiales vinculadas a un consumo de materiales importados y locales (con posibilidad de indagar gnero y edad entre los descartes segn los espacios).

    En el emplazamiento precordillerano de LH los resultados muestran: 1- Tendencia al uso de materias primas locales para edificacin (con bajos ndices de fabricacin, rocas y barro). 2- Reorganizacin del espacio en el proceso. Segn habitacin, pro-duccin, acopio, descartes, aprovechamiento de energa (secuencia de habitaciones preexistentes, posiblemente coloniales). 3- Mantenimiento de funcionalidad del espacio en relacin a acciones de extraccin y produccin y en torno a recursos minerales (aunque muy diferentes): de taller de produccin ltica prehispnica a emplazamiento extractivo y de procesamiento mineral. 4- Artefactos predominantes tanto del mundo de la produccin como de la vida domstica (herramientas, elementos constructivos, bebidas alcohlicas, alto ndice de descarte, medicinales, cosmtica y educacin. Por el momento los registros responden a la presencia de mujeres y nios adems de hombres). Hay tec-nologas expeditivas: instrumental con filo retomado sobre vidrios. 5- Restos zooarqueolgicos indican consumos equivalentes de especies exticas y sil-vestres. 6- Normalizacin higinica y separacin de espacios de extraccin (mina), procesamiento (muelas y cadas de agua) y vida domstica (esta

    Espacio domst ico

  • Arqueologa del trabajo y los trabajadores: contextos productivos del siglo XIX... 379

    se interdigita con la del procesamiento final es-corias de fundicin y descarte basureros). El contexto histrico manifiesta tendencias laborales de injusticia, marginalidad social en un marco de combinacin entre desarrollo de nuevas tecnologas y la demanda de materias primas como el cobre y la evidencia de ingesta de alcohol entre habitantes (Sironi 2009).

    Conclusin

    Los registros analizados permiten contrastar las caractersticas de la vida entre la ciudad y el campo, en este caso, diferenciando espacios de explotacin agroganadera y mineras. Seleccionamos registros procedentes de sitios con funciones productivas, lo que permite observar en sincrona, la forma de organizar los espacios en relacin con sus habitan-tes. La concordancia entre espacios domsticos y productivos se define o disuelve conforme el sitio est ms o menos aislado respecto de la ciudad. En LH el campamento inserto en la precordillera funciona como unidad de actividades generalizadas, donde residuos de la vida productiva y domstica se imbrican en el espacio. En la casa patronal de SP los residuos de actividades domsticas y productivas se distancian y en M, en el margen de la ciudad, los descartes se vinculan ms con la vida productiva que la domstica.

    Los resultados, puestos sobre el modelo, indican que el aislamiento y la distancia a condiciones urbanas seran la nota. En LH la tendencia a la autosuficiencia, en SP una autosuficiencia pero con ndices de incorporacin de productos apro-visionados propios de condiciones de vida ms solventes, en M el predominio de restos productivos son resultado de un espacio abstrado de las acti-vidades domsticas y vinculado al procesamiento productivo y diferente de la casa de la ciudad. As, conforme ms aislados los sitios, la distribucin de la riqueza se observa ms limitada, sobre todo al comparar registros como los de LH y SP y los restos de cermica y su vnculo al menaje. Esto, tambin se observa en los consumos de carne. En LH los porcentajes de huesos de fauna silvestre autctona superan a los de fauna domstica alctona, por lo que se observa un sistema de subsistencia basado en la procura de alimento cazando (acompaado por evidencias de armas, como cpsulas de bala).

    Justamente lo opuesto sucede en M, donde no se registr evidencia de fauna silvestre.

    Estos datos permiten diferenciar la inclusin de sectores ms desprotegidos, claramente menos incorporados en el consumo de productos alimen-ticios; pero que son los que aportan ms insumos al sistema (LH mineral y SP ganado), y que ma-nifiestan menor descarte de insumos que M (que procesa y distribuye, no produce). Esto, cuanto menos, permite observar tendencias diferenciadas de descartes. LH manifiesta mayor homogeneidad, como sistema cerrado hacia s mismo, y ms desigual respecto del sistema en sentido amplio. M indica menos heterogeneidad como registro, producto de condiciones ms homogneas y menos igualitarias respecto a lo observado, por ejemplo, en el espacio domstico de una casa patronal como SP, donde hay evidencias de mayor heterogeneidad en sus ocupantes (por ej. se diferencian restos vinculados con lo masculino y lo femenino) y mayor cantidad de restos de acondicionamietno, ornamentacin y acceso a la cultura (por ejemplo, estarcidos murarios se relevaron en SP, Chiavazza 2010).

    Los contextos analizados no agotan de ninguna manera las posibilidades de anlisis de condiciones de vida material en diferentes contextos de un pe-rodo tan sensible a la explicacin de mecanismos de cambio social inherentes al capitalismo. Esti-mamos que los criterios utilizados para examinar contradicciones entre fuerzas de produccin, esto es la tecnologa y su control, y las instancias or-ganizativas implcitas en las formas de relaciones sociales ligadas a la produccin, son adecuados, y que la arqueologa puede aportar valiosa informa-cin en escala no habitual en estudios histricos. En todos los casos se define una tendencia a la reutilizacin de espacios y acondicionamiento de la arquitectura. Las secuencias continuas de uso de estos espacios, desde etapas prehispnicas hasta el siglo XX (con lgicas diferentes del manejo del territorio y sus recursos), permiten estimar que el agua y su disponibilidad predecible en un contexto rido, gravit como elemento decisor en la seleccin.

    Las tendencias a reutilizar y acondicionar varan en cada caso debido a la disponibilidad de mate-riales constructivos y costos de obtencin (rocas, argamasa, adobe, barro, ladrillos, etc.), siendo claro que siempre se apunt a bajar costos incluso mantenindose muy por debajo de los umbrales

  • 380 Horacio Chiavazza

    de r iesgo aceptables (se t rata de zonas expuestas a sismos y aluviones) . Las condiciones de habi-tabilidad, sin embargo, varan de mejor a menor calidad desde el emplazam iento rural pat ronal, el matadero en el contexto urbano a las casas de los m ineros. La segregacin de espacios product ivos, adm inist rat ivos y domst icos va en relacin a ese esquema. En cuanto al consumo crnico es claro el cont raste ent re la fauna domst ica y silvest re en contextos urbanos y rurales respect ivamente.

    Caracterizar la vida a t ravs de tendencias en el consumo de alcohol, acceso a la medicina, dis-ponibilidad de herram ientas, generacin de calor, alimentacin, vivienda, condiciones de higiene,

    etc, en relacin al mundo del t rabajo, el manejo de la energa y la r iqueza generada, son slo algunos de los aspectos que pretendimos conocer desde la materialidad, generada por los protagonistas de la histor ia y que no fueron exactamente sus relatores, como tampoco los beneficiados directos de la r iqueza generada con su t rabajo.

    Agradecimientos: A Crist ina Prieto Olavarra que codir igi los t rabajos, al equipo de invest igacin del CIRSF-SECTyP, FFyL UNCuyo. A la Munici-palidad de Mendoza, la UNCuyo, la Adm inist racin de la Reserva Natural Villavicencio y la empresa Salentein, que posibilitaron recursos y perm isos para realizar los t rabajos.

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