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CENTRO DE ESTUDIOS DE PSICODRAMA SANTIAGO DE CHILE TESINA POSTITULO DE PSICODRAMA “MODELO DE TERAPIA PSICODRAMÁTICA Y SUS APORTES CLÍNICOS EN UN CASO DE REPARACIÓN DE ABUSO SEXUAL INFANTIL” 2010 PROFESOR GUÍA: ADA PÉREZ ALUMNOS: PABLO AMPUERO VARAS AMANDA PÉREZ DELGADO

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CENTRO DE ESTUDIOS DE PSICODRAMA SANTIAGO DE CHILE TESINA POSTITULO DE PSICODRAMA

“MODELO DE TERAPIA PSICODRAMÁTICA Y SUS APORTES CLÍNICOS EN UN CASO DE REPARACIÓN DE ABUSO SEXUAL

INFANTIL”

2010 PROFESOR GUÍA: ADA PÉREZ

ALUMNOS: PABLO AMPUERO VARAS AMANDA PÉREZ DELGADO

1

INDICE    I.  INTRODUCCIÓN.......................................................................................................3  

II.  FORMULACIÓN  DEL  PROBLEMA:    

� El  abuso  sexual......................................................................................................5  

� Consecuencias  psicológicas  del  abuso  sexual.......................................................6  

� Terapias  en  abuso  sexual  infantil...........  .............................................................10  

� Etapas  del  proceso  de  reparación.…….....................................................…..….10  

� Tratamientos  terapéuticos....................................................................................11  

� El  psicodrama......................................................................................................12  

III.  OBJETIVOS  

� OBJETIVO  GENERAL......................................................................................14  

� OBJETIVO  ESPECÍFICO...……………..…………………………………….14  

IV.  MARCO  TEORICO  

1.  PSICODRAMA  

4.1.1. Antecedentes Generales……….......………………………………………….…15

4.1.2. Teoría de Roles..…………………………………………………………….…..18

4.1.3. Tratamiento......…………………………………………………….....…………18

4.1.4. Terapia psicodramática.........................................................................................19

4.1.5 Las principales técnicas utilizadas.........................................................................22

4.1.6. Otras técnicas de intervención: técnicas verbales.................................................24

V.  MARCO  METODOLÓGICO  

5.1.  Diagnóstico…………………………….………………………….........................26  

5.2.  Metodología……..………………………………………………………………...27  

5.3 Diseño terapéutico..………………………………………………………………..28

VI.   RELATO ETNOGRÁFICO  

PRIMER   MOMENTO:   “Caldeamiento inespecífico...Camino al mapa

fantasmático, los primeros contactos entre el terapeuta, paciente y su madre”.......…..29

SEGUNDO  MOMENTO:   “Tele...Develamiento de la escena primaria, entre el

terapeuta y el paciente”.....................………………………..……………..………….32

TERCER  MOMENTO: “Máscara...Viviendo mis temores lúdicamente, entre el

terapeuta y el paciente”………………………………………………….…….……….34

CUARTO  MOMENTO: “Role playing, aprendiendo a sentirme seguro”…......36  

 

2

VII.  ANÁLISIS  Y  CONCLUSIONES……….......…..………………………………39  

BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………………….………..42

ANEXOS………………………………………………………………………………44

3

I.- INTRODUCCIÓN Es muy difícil hablar de lo que significa el abuso sexual infantil que es “la implicación

de un niño o un adolescente menor en actividades sexuales ejercidas por los adultos y

que buscan principalmente la satisfacción de éstos, siendo los menores de edad

inmaduros y dependientes y por tanto incapaces de comprender el sentido radical de

estas actividades ni por tanto de dar su consentimiento real. Estas actividades son

inapropiadas a su edad y a su nivel de desarrollo psicosexual, son impuestas bajo

presión -por la violencia o seducción- y trasgreden tabúes sociales en lo que concierne a

los roles familiares”.

Es monstruoso para quien lo vive en general, aun peor si se considera a un niño como

victima. En la infancia, lo que torna el tema más aberrante y poco asequible para

quienes trabajan con abuso sexual en menores es que los casos se dan en el ámbito

intrafamiliar o por personas cercanas y en contacto directo con la familia del niño

abusado.

En nuestra presentación, luego de la introducción, en el segundo capitulo se

conceptualiza el abuso sexual, sus consecuencias psicológicas y terapia de reparación;

siendo importante en nuestro trabajo el proceso de reparación del abuso sexual infantil.

Este tipo de intervención ayuda al niño a reparar aquellos elementos de su experiencia

psíquica que han sido dañados/alterados por la vivencia abusiva. En este ámbito, cobra

especial importancia el reestablecimiento de la confianza tanto en las relaciones con

adultos, como en el mundo.

En el tercer capítulo se definirán el objetivo general y los objetivos específicos. Para

continuar en el cuarto capítulo con el marco teórico que se construye a partir del trabajo

de la práctica clínica, con niños abusados desde el modelo psicodramático, enfoque

teórico y metodológico que surge de la sociología, el teatro y la psicología. Su núcleo es

la dramatización, por medio de la cual se trabajan los aspectos cognitivos, afectivos y

corporales, permitiendo integrar una visión holística del ser humano.

El fundador de esta corriente y modelo terapéutico fue J. L. Moreno, quien formuló al

psicodrama como “un método para sondear a fondo la verdad del alma a través de la

4

acción”. Esta corriente se desarrolló fundamentalmente en el contexto grupal,

concibiendo al ser humano desde una perspectiva vincular – social.

Se incluye en el cuarto capítulo, antecedentes generales, la teoría de roles, el tratamiento

en abuso sexual infantil que proponen diversas líneas teóricas. El estudio se centra en la

terapia psicodramática, explicando sus principales técnicas verbales y no verbales.

En un quinto capítulo nos referiremos al marco metodológico, donde se incluyen el

diagnóstico, la metodología y al diseño terapéutico. En el capitulo sexto se utiliza la

técnica etnografía interpretativa para describir cuatro momentos terapéuticos y su

análisis, finalmente se presentan las conclusiones de este caso.

5

II.- FORMULACIÓN DEL PROBLEMA:

Antecedentes del tema

EL ABUSO SEXUAL

El abuso sexual infantil es “la implicación de un niño o un adolescente menor en

actividades sexuales ejercidas por los adultos y que buscan principalmente la

satisfacción de éstos, siendo los menores de edad inmaduros y dependientes y por tanto

incapaces de comprender el sentido radical de estas actividades ni por tanto de dar su

consentimiento real. Estas actividades son inapropiadas a su edad y a su nivel de

desarrollo psicosexual, son impuesta bajo presión- por la violencia o seducción- y

trasgreden tabúes sociales en lo que concierne a los roles familiares”. Kempe (1978)1.

Las formas más comunes de abusos sexuales a menores son: el incesto, la violación, la

vejación y la explotación sexual (Gallardo, 1997a). Algunos de estos comportamientos

por parte de los agresores pueden consistir en exhibir sus órganos sexuales, tocar, besar,

o manosear a los menores, conversar con ellos de forma obscena, exhibir películas

pornográficas o fotos, hacer fotos de los menores desnudos, inducirlos a realizar

actividades sexuales o eróticas, etc., todo ello con el objetivo de obtener una

gratificación sexual. Una relación más detallada sobre los diferentes tipos de abuso

sexual, se explica en Martínez y de Paúl (1993) y también en ADIMA (1993). López y

del Campo (1999)2, expresan que existen falsas creencias en este tema pues se considera

que los abusos ocurren raramente, que sólo lo sufren las niñas, que actualmente se dan

más abusos que en el pasado, que se dan en clase social baja y que los niños no suelen

decir la verdad. Todas estas opiniones, bastante extendidas son discutidas por estos dos

autores que explican claramente cómo los abusos son más frecuentes de lo que

pensamos, que se dan en todas las clases sociales y que es conveniente creer a los niños

o al menos prestarles toda la atención necesaria cuando dicen que han sufrido un abuso.

También Topper (1988)3 destaca en un informe de FUNCOE (Fundación Cooperación y

1 Kempe en Barudy, J. (1998) Pp.161 2 Martínez, A y de Paúl, J. (1993) ADIMA 3 Toper IU (1998) Pp.54-55

6

Educación) y la Alianza internacional “Save the Children”, la peligrosa frecuencia con

la que se producen los abusos sexuales infantiles y aboga para que esta cuestión deje de

considerarse un tema tabú. Un 23% de las niñas y un 15% de los niños sufren abuso

sexual en España según un estudio de FUNCOE. Este informe fue presentado en

Valencia con motivo de un Seminario sobre Prevención del Abuso Sexual (Revista

Escuela Española, 1998).

No obstante, Sosa y Capafons (1996) indican que los resultados sobre estudios de

incidencia y prevalencia de abusos sexuales en la infancia y adolescencia tienden a

arrojar resultados muy dispares entre sí y la extrapolación de resultados a la población

general debe realizarse con precaución.

CONSECUENCIAS PSICOLÓGICAS DEL ABUSO SEXUAL

En la mayoría de los casos el abuso sexual provoca en las víctimas numerosas secuelas

negativas a nivel físico, psicológico o comportamental.

Podemos distinguir consecuencias a corto y a largo plazo. ADIMA (1993) indica que, a

largo plazo, los abusos determinan una presencia significativa de los trastornos

disociativos de la personalidad como son alcoholismo, toxicomanías y conductas

delictivas, aparte de graves problemas en el ajuste sexual. Las consecuencias son

diferentes si el abusador es un familiar, un extraño u otro niño (aunque se habla de

abuso cuando el agresor es significativamente mayor que la víctima o cuando está en

una posición de poder o control sobre ella); también es diferente si la relación sexual ha

sido violenta o no. Los abusos en familia suelen ser más traumáticos, ya que para el

niño suponen además sentimientos contradictorios en cuanto a la confianza, la

protección, y el apego que esperamos y sentimos con relación a nuestros propios

familiares.

Desde nuestra práctica clínica consideramos, que no todos los niños manifiestan el

mismo grado de afectación. Para algunos, el abuso, puede significar un trauma y para

otros las consecuencias pueden ser diferentes. En algunas ocasiones, puede suceder que

el grado de sufrimiento no esté relacionado o en proporción con el suceso en el que el

niño ha estado involucrado.

7

El trauma es el resultado de un acontecimiento al que la persona no encuentra

significado, y que experimenta como algo insuperable e insufrible. En el trauma se trata

de un estímulo muy grande y que supera la capacidad de la persona para procesarla y

ponerla en palabras, eso dicen los psicoanalistas especialistas en trauma. Finkelhor y

Browne (1985)4 definen la dinámica traumagénica como aquella que altera el desarrollo

cognitivo y emocional de la víctima, distorsionando su autoconcepto, la vista del mundo

y las habilidades afectivas.

El trastorno de estrés postraumático se manifiesta en las personas después de un

acontecimiento catastrófico e inhabitual. Ullmann y Werner (2000)5 exponen en su obra

los distintos tipos de traumas que pueden sufrir los niños por causas muy diferentes

como pueden ser la separación de los padres, la muerte de estos, la vivencia de una

guerra o el abuso sexual. Los síntomas más frecuentes del trauma son, vueltas al pasado

y sueños con representación del suceso ocurrido, insomnio y depresión. Síntomas que

suelen persistir durante mucho tiempo, años y a veces durante toda la vida. Sobre el

tratamiento del trauma, Malacrea (2000)6 hace una amplia disertación acerca de niños

que han sido víctimas de abuso y expone su larga experiencia en este tipo de

tratamiento.

Topper (1988), indica que Félix López, catedrático de Sexología de la Universidad de

Salamanca en sus investigaciones, ha llegado a la conclusión de que no todas las

víctimas necesitan terapia, pero todas necesitan ayuda. La víctima puede necesitar una

terapia y el agresor la necesita siempre.

Arruabarrena (1996) y Cantón y Cortés (2000)7, expresan que las manifestaciones

negativas de los menores suelen ser: confusión, tristeza, irritabilidad, ansiedad, miedo,

impotencia, culpa y autorreproche, vergüenza, estigmatización, dificultad tanto en las

relaciones de apego como déficit en las habilidades sociales, aislamiento social,

desconfianza hacia todos, o a veces, hacia personas del sexo del agresor, baja auto-

estima, impulsividad, trastornos del sueño o de la alimentación, miedo, problemas 4 Finkelhor y Browne (1985) Nueva Cork: Free Press 5 Ullmann y Werner (2000). Infancia y Trauma 6 Malacrea (2000. Trauma y Reparación 7 Cantón y Cortés (2000). Pp. 13-45

8

escolares, fugas del domicilio, depresión, labilidad, conductas autodestructivas y/o

suicidas, entre otros.

López (1995)8 indica que existen diferencias en cuanto a edad y género. Si las víctimas

son niñas suelen manifestar depresión y ansiedad. En el caso de los niños puede ocurrir,

que se manifiesten más agresivos o que se conviertan en abusadores de otros niños.

Aunque, de Paúl (2000), Profesor Titular de la Facultad de Psicología de la Universidad

del País Vasco, en una conferencia pronunciada en la Universidad de Málaga, indicó

que es frecuente decir que los abusadores han tenido en su infancia una historia de

abuso sexual o al menos así lo relatan. Pero no es posible decir que haya una

transmisión intergeneracional porque no cuadran las cifras; la mayoría del abuso se

produce de varón a mujer y la mayoría de las mujeres no son abusadoras sexuales. Sí, se

puede decir que puede pesar la historia de abuso sexual en cuanto a varones que han

sido víctimas de abuso sexual por parte de otro varón, y que van a abusar sexualmente

de otros varones, o también haber sido víctimas de abuso sexual por parte de un varón y

abusar de mujeres.

Recientemente Finkelhor (2000)9, afirma que existe una mayoría de abusadores

menores, un tercio del 90% son de género masculino. Estos menores a los que nos

referimos suelen imitar el abuso que ya han sufrido y es posible que tengan una historia

de rechazo social y de estigmatización sin que ellos mismos sepan el motivo o la causa

inicial de estos problemas.

Martínez y de Paúl (1993)10, distinguen efectos que ocurren asociados a la edad del

niño: Preescolar, Infancia y Adolescencia. Según el tiempo: se distinguen síntomas que

van a aparecer a corto y a largo plazo. Estos autores indican además, otras variables que

afectan a la gravedad de las consecuencias, tales como la frecuencia y la duración.

Según un estudio realizado por el Centro de Asistencia a Víctimas de Atentado

Sexual11, se detectaron 2.783 casos de abuso sexual infantil en Chile; las edades más

frecuentes de víctimas de abuso sexual se concentran entre los 7 – 11 años,

8 López (1995). Prevención de los abusos sexuales de menores y educación sexual 9 Finkelhor (2000), Infancia y Trauma 10 Martínez, A. y de Paúl, J. (1993). Maltrato y abandono en la infancia. Barcelona: Martínez Roca. 11 C.A.V.A.S, (2002)

9

principalmente se constata en niñas en un 76% y en niños en un 24%. El 90 % de las

agresiones sexuales es perpetrado por un conocido, como el padre, abuelo, padrastro,

tío, entre otro y el 10 % restante por desconocidos. Los abusos realizados por el padre o

conviviente de la madre, suelen ser reiterados en el tiempo y en ocasiones se acompaña

de agresión física severa.

El abuso sexual se produce tanto a nivel extrafamiliar como intrafamiliar. En el caso del

abuso intrafamiliar, el abusador pertenece al mismo sistema familiar de la víctima. De

esta forma suelen ser más traumáticos, ya que para el niño suponen sentimientos

contradictorios en cuanto a la confianza, la protección y el apego que espera y siente

con relación a los propios familiares.

Debido a que el abuso sexual intrafamiliar es el más frecuente y más dañino, hemos

decidido abocarnos a este en esta investigación.

Dentro de las consecuencias psicológicas del abuso sexual intrafamiliar, está el

problema de identidad, lo cual se manifiesta en una disminución de la autoimagen y la

autoestima del niño, aparecen sentimientos de culpa, vergüenza y desconfianza. Otras

consecuencias de los niños abusados suelen ser: confusión, tristeza, irritabilidad,

ansiedad, miedo, dificultades tanto en las relaciones de apego como déficit en las

habilidades sociales, desconfianza hacia todos o a veces, hacia personas del sexo del

agresor (Cantón & Cortés, 2000)12.

Las familias donde hay dinámicas abusivas, se caracterizan por la disfuncionalidad en

los límites. De esta forma, el niño se ve enfrentado a un contexto confuso, donde le

resulta difícil distinguir roles y tareas de aquellos que deberían cuidarlo y protegerlo.

Esto produce un quiebre en las relaciones que mantiene el niño, donde se ve afectado

principalmente el vínculo con la madre. El niño se siente desamparado y angustiado, ya

que la madre con su silencio no le entrega las condiciones adecuadas de protección.

(Barudy, 1998)13.

12 Cantón y Cortés (2000). Pp. 13-45 13 Barudy 7y Espinoza. C (1998) Pp. 46

10

Nuestro trabajo se relaciona con la propia experiencia clínica en la atención de niños

que fueron víctimas de abuso sexual atendidos en la clínica privada.

TERAPIAS EN ABUSO SEXUAL INFANTIL

El abuso sexual infantil es un fenómeno psicológico complejo, que requiere de atención

psicoterapéutica tanto para los niños, como para los padres; llamada “Terapia de

reparación”, que busca ayudar al niño a reparar aquellos elementos de su experiencia

psíquica que han sido dañados/alterados por la vivencia abusiva. En este ámbito, cobra

especial importancia el reestablecimiento de la confianza tanto en las relaciones con

adultos, como en el mundo. El niño debe aprender a confiar nuevamente, validar y

elaborar su rabia por la trasgresión vivida y poder continuar su vida sin culpas y con la

sensación de autoría respecto de su propia historia. En el trabajo de reparación en niños

abusados, nos centraremos en la terapia individual.

Etapas del proceso de reparación:

Según Dolan (1997)14 hay tres etapas dentro del proceso de superación de los efectos

del abuso sexual:

� Reconocerse como víctima: Supone registrar la situación de desigualdad

jerárquica y abuso de poder ante la que se estuvo sometido en el pasado, como

niño en relación al abusador.

� Reconocerse como sobreviviente: Supone identificar los recursos personales

que le han permitido protegerse del abuso y sobreponerse a sus efectos a lo largo

del tiempo.

� Celebrar la vida: Supone la capacidad de recuperar la posibilidad de imaginar

un futuro libre de la influencia del abuso como un factor determinante en la

estructuración de la propia vida.

Cuando un niño es abusado sexualmente se establece una sensación de desprotección

con el mundo externo que daña los vínculos con los demás y especialmente con el

14 Dolan, Y. (1997). Resolución del Abuso Sexual y otros traumas. Curso Taller realizado en el instituto Milton H. Ericsson de Santiago.

11

entorno donde ha sido violentado. Es la dinámica repetitiva y persistente la que va

fijando una forma traumática de relación con los otros.

Los tratamientos terapéuticos utilizados con niños son muy similares a los utilizados

con adultos. Más que en aspectos conceptuales, las diferencias radican en la adaptación

del procedimiento a la edad y a las características del menor, así como en el papel más

directivo del terapeuta y/o del coterapeuta (Bragado, 1993)15.

Tuma (1993)16, hace un estudio sobre las terapias clásicas aplicadas a niños y distingue

entre terapia psicoanalítica, de orientación psicoanalítica, de relación, estructurada y

de terapia centrada en el cliente. En resumen, se trata de que la persona conozca y

resuelva sus conflictos inconscientes. Este autor afirma que en la psicoterapia de

orientación psicoanalítica se trata en primer lugar de aliviar los síntomas que producen

problema. El tratamiento consiste en interpretar la conducta como una defensa contra la

ansiedad, en orden a poner fin a esa conducta.

En la terapia de relación se intenta ayudar al niño a conseguir un sentimiento de valor

personal, liberarlo de los efectos dañinos de su hostilidad y ansiedad. Esta terapia se

centra en la situación actual y en la relación de paciente con el terapeuta.

La terapia mediante el juego estructurado, parte de la terapia psicoanalítica, pero

sustituye el lenguaje por el juego.

La psicoterapia centrada en el cliente intenta corregir un aprendizaje defectuoso,

proporcionando al individuo la oportunidad de desarrollar una autoconciencia y una

visión positiva de sí mismo. Estos enfoques se distinguen a lo largo de dos dimensiones

principales: la postura activa o pasiva del terapeuta y el énfasis en la relación o en la

técnica como factor que produce el cambio.

Del Barrio (1997)17 hace referencia a las técnicas terapéuticas más usuales basadas en

las distintas escuelas. Las técnicas de Modificación de Conducta parten de las

15 Bragado C. (1993) Pp. 41-79 16 Tuma J.M. (1993) Pp. 487-508 17 Del Barrio (1997) Pp. 147-164

12

conductas inadecuadas o los síntomas son conductas aprendidas y por tanto, el

tratamiento debe ir dirigido a aprender a modificar estos patrones. En cualquier

perturbación, siguiendo esta técnica se eligen las conductas con las que se va a trabajar

en función de su relevancia, frecuencia y facilidad para modificarla; planificando

además la correcta aplicación de premios y castigos.

Siguiendo a Echeburúa y Guerricaechevarría, (2000)18 la actuación iría encaminada a

los siguientes logros:

a) Reestructuración cognitiva, ya que las preocupaciones del niño pueden distorsionar

la percepción de la realidad y la creencia en sus propios recursos para afrontarla. Esta

técnica iría pues, enfocada a detectar y a modificar los pensamientos distorsionados en

relación con la situación de maltrato y abuso.

b) Entrenamiento en habilidades específicas de afrontamiento dirigidas en primer

lugar a reducir los niveles de ansiedad por medio de la técnica de relajación muscular

progresiva; en segundo lugar, a controlar las preocupaciones mediante las técnicas de

detención del pensamiento y de distracción cognitiva y la programación de actividades

incompatibles; y en tercer lugar dar pautas de actuación.

Entre otras esta, la Terapia Humanística apela a los aspectos más sanos de la

personalidad y a los valores humanos comunes entre el terapeuta y el paciente. Intentan

ver a la persona desde el punto de vista global, integrando el cuerpo la mente y las

emociones en un mismo marco de acción; dentro de ella se incluye la terapia Gestáltica.

Un programa completo siguiendo este modelo teórico de terapia dirigido a niños, se

encuentra en el trabajo de Cornejo (1996)19.

El Psicodrama: nos muestra una forma de comprensión e intervención del fenómeno

del abuso con las víctimas ya que en la interacción con los otros, intervienen vivencias

del mundo intrapsíquico que determinan la modalidad vincular, los personajes que

desarrollamos en la vida (roles), el libreto que se despliega en nuestro mundo de

relaciones (matriz), provocando muchas veces disfunciones, falta de adaptación y 18 Echeburúa y Guerricaechevarría, (2000) Pp. 864 19 Cornejo L. (1996). Pp. 13-45

13

pobreza en las comunicaciones, a través del psicodrama se facilita la re-construcción del

vínculo, presentando un camino hacia la reparación de los vínculos dañados. Es aquí,

cuando desde la perspectiva psicodramática surge el concepto de espontaneidad

empleado en psicoterapia, para explorar nuevas modalidades de intervención,

permitiendo así la rematrización de los roles, personajes y libretos que el sujeto repite

en forma rígida cuando está dañado. (Reyes, 1999)20.

Nuestro estudio buscará dar cuenta de lo siguiente:

¿Qué aportes entrega el psicodrama en la terapia de reparación de un niño

pequeño que ha sido abusado sexualmente?

20 Quiroz, O. M. y Rivera, R-T. C. (2003).

14

III.- OBJETIVOS

Objetivo General:

� Construir una intervención psicoterapéutica desde el psicodrama para conocer

sus aportes a la terapia de reparación en niños abusados sexualmente.

Objetivos específicos

� Diseñar la intervención psicoterapéutica psicodramática.

� Describir paso a paso el proceso psicoterapéutico psicodramático, de un caso de

un niño abusado de dos años y medio, focalizado en la terapia de reparación

desde el modelo psicodramático.

� Describir los emergentes según el uso de diferentes técnicas psicodramáticas en

el transcurso de la terapia de reparación en el caso de un niño abusado de dos

años y medio.

15

IV.- MARCO TEÓRICO

1.- PSICODRAMA

4.1.1.-Antecedentes Generales

El psicodrama es un enfoque teórico y metodológico que surge de la sociología, el

teatro y la psicología. Su núcleo es la dramatización, por medio de la cual se trabajan los

aspectos cognitivos, afectivos y corporales, permitiendo integrar una visión holística del

ser humano.

Esta técnica se caracteriza por brindar un espacio tanto a los conflictos y dificultades

como al desarrollo y búsqueda de recursos activos para la resolución de problemas.

Otro aspecto relevante de considerar es que el psicodrama observa y entiende los

conflictos, sin adherirse a la parte narrativa de ellos. Esto significa que el énfasis de los

objetivos, está centrado más en el proceso que en los contenidos.

El fundador de esta corriente y modelo terapéutico fue J. L. Moreno, quien formuló al

psicodrama como ‘un método para sondear a fondo la verdad del alma a través de la

acción’. Esta corriente se desarrolló fundamentalmente en el contexto grupal,

concibiendo al ser humano desde una perspectiva vincular – social.

Dentro de este paradigma, Moreno consideró que todo hecho se encontraba enmarcado

dentro de tres parámetros fundamentales: Locus, matriz y status nascendi.

El locus: es el lugar donde un hecho ocurre, el cual es condicionante pero no

determinante, es el escenario de todo y sirve de referente para poder comprender las

circunstancias que estimularon la estructuración de alguna conducta determinada. Para

efecto de la investigación un locus puede ser, el hecho mismo de la implicación de un

menor en un acto de abuso sexual, ejercidas por un adulto perteneciente a una familia,

que no protege de este hecho.

La matriz: es un mecanismo de defensa que se estructura rígidamente, y que surge

como respuesta frente a la dificultad del individuo de no poder manejar el entorno y sus

16

emociones. Es acá, donde se realizan las intervenciones terapéuticas. Con respecto a

nuestra investigación, la matriz sería por ejemplo, el aislamiento, que en un momento

sirvió al niño para resolver su vivencia como abusado) escapar de un conflicto de

lealtad, evitar la vergüenza, entre otros) pero que luego, no le permitiría vincularse de

manera adecuada con las personas significativas, lo cual se genera a partir de la

culpabilidad y vergüenza que el niño siente frente al abuso.

El status nascendi: está referido a la dimensión temporal, al proceso de desarrollo en el

cual se enmarca el locus. En el caso del abuso, puede ser por ejemplo, familias

disfuncionales, padres separados, dificultades económicas, padres alcohólicos, descuido

del cuidador por razones laborales, entre otros que inciden en el abuso hacia el niño.

Dentro de los postulados que están a la base de la teoría de J.L. Moreno se encuentran

los conceptos de espontaneidad y creatividad.

En el caso de la espontaneidad, se refiere a la capacidad de expresar y actualizar un

conjunto de pulsiones, necesidades y tendencias propias del sujeto que están normadas

socialmente. Opera como un catalizador psicológico, que le permite al sujeto frente a

situaciones nuevas reconocer emociones, pensamientos y acciones adecuadas al

contexto.

Para el surgimiento de la espontaneidad, se requiere de un universo abierto, es decir que

continuamente haya un alto grado de novedad, que estimule en el sujeto la percepción

de un cambio. Además, debe existir un grado de imprevisibilidad de los

acontecimientos venideros, de tal forma que el individuo no automatice las respuestas.

La espontaneidad presenta cuatro atributos, el primero se refiere a la cualidad

dramática de la respuesta, la cual consiste en otorgarle novedad y vitalidad a

sentimientos, acciones y expresiones verbales a situaciones repetitivas que no contienen

nada nuevo y original. La segunda forma a considerar es la creatividad que es la

capacidad de desarrollar nuevas conductas afectivas, cognitivas y corporales de manera

única. La tercera forma es la originalidad, considerado como el libre flujo de expresión

que no llega a realizar una contribución tan importante para llamarla creatividad. Por

último, está la adecuación de la respuesta, es decir un hombre es capaz de dar una

respuesta apropiada a nuevas situaciones.

17

Los procesos grupales se pueden estudiar a partir de cómo los miembros intercambian

mensajes entre sí. Moreno considera a cada miembro un átomo social, que interactúa

con los demás sobre la base de un sociograma, gráfico que muestra quienes interactúan

más y quienes menos, así como también las maneras en que se relacionan.

Vínculo desde el psicodrama

En relación con los núcleos teóricos que atraviesan el psicodrama se encuentra; el

desarrollo evolutivo, la teoría de roles y la teoría de las relaciones interpersonales

(vínculo), que en su conjunto explicarían la teoría del vínculo.

Desarrollo Evolutivo

En cuanto al desarrollo evolutivo, Moreno describe el nacimiento de un niño como un

acto de espontaneidad. La indefensión del niño lo sitúa en una dependencia y lo

convierte en un ser social.

Esta placenta social se convierte en el universo del niño y a medida que el niño crece

este universo va cambiando. Moreno describe dos universos, en el primer universo el

niño aparece como un candidato a protagonista de su propia vida. Su madre es el primer

yo auxiliar, es como una prolongación de su cuerpo. Durante esta etapa se desarrolla el

primer rol, que surge de la necesidad de ser amamantado, Moreno lo define como rol

psicosomático, ya que depende de una función esencial para la sobrevivencia y no son

producto del deseo sino de una necesidad biológica. El primer universo termina cuando

el mundo comienza a diferenciarse para el niño en fantasía y realidad.

En el segundo universo, ya hay diferenciación entre fantasía y realidad, el niño puede

efectuar la inversión de roles en dos etapas: una en la que se ubica activamente en la

otra parte, y representa su rol y la otra en que representa el rol de la otra parte respecto a

otra persona, lo cual da cuenta de la capacidad del niño para desempeñar roles

psicodramáticos (psicológicos). Con este proceso la matriz de identidad deja paso a la

matriz familiar y luego a la matriz social, en la cual se dan los roles sociales, teniendo el

niño la posibilidad de crearlos y socializar en ellos. El traspaso exitoso del primer al

segundo universo depende de un buen vínculo madre – hijo y confluye en un niño que

confía, pide protección y la encuentra en una madre que protege.

18

El abuso sexual infantil obstaculiza el desarrollo normal del niño, los roles

psicodramáticos se ven afectados ya que se tornan sin plasticidad, debido a la falta de

alternativas nuevas (Macarena Quiroz O. y Constanza Rivera R-T.) 200321.

Además, debido a que existen una serie de emociones con relación al abuso, al abusador

y en general a las figuras de protección, los cuales no son expresados, los roles sociales

también se ven afectados, ya que son desempeñados automática y/o rígidamente, es

decir sin creatividad.

4.1.2.- Teoría de Roles

Dentro de la teoría de los roles, el rol es un concepto vincular que se define como la

unidad más pequeña de la conducta’, el yo surge de estos roles, siendo de esta forma el

yo un concepto vincular. Dentro de esta teoría se diferencian distintos tipos de roles, por

un lado están los que representan ideas y experiencias colectivas llamados

sociodramáticos, y por otro los roles psicodramáticos que representan experiencias e

ideas individuales. En este caso, una madre puede ejercer el rol social de madre, el cual

es una conserva cultural, de acuerdo a sus propias fantasías e historias personales.

(Moreno, 1993)22.

En resumen, todo vínculo se realiza a través de un rol con su complementario. Los roles

se agrupan en conjuntos, los cuales van siendo asumido a lo largo de la socialización,

que a su vez conforman la identidad social del sujeto, a esto se le denomina clusters.

Primero se desarrollan los cluster materno y paterno, caracterizados por roles

asimétricos. Finalmente se desarrolla el tercer cluster fraterno, caracterizado por roles

simétricos.

4.1.3 Tratamiento

El abuso sexual presenta diferentes formas y por tanto también el tratamiento ha de ser

diferente: no es lo mismo si ha existido o no contacto físico íntimo, vaginal o anal; si ha

consistido en exhibicionismo o inducción al menor a realizar actividades sexuales. 21

Macarena Quiroz O. y Constanza Rivera R-T. ( 2003) Pp.33 22 Moreno. (1993)

19

Arruabarrena (1996)23 distingue el tipo de intervención según su grado de urgencia. No

es igual una intervención en el momento de la crisis que una intervención a mediano o

largo plazo. El tipo de intervención depende también de las necesidades específicas del

menor y de la severidad de sus problemas (Arruabarrena y de Paúl, 1994)24.

Según Peterson y Urquiza (1993) deben tenerse en cuenta además, las características del

niño: edad, capacidad verbal, madurez emocional, etc.

En cuanto a la duración del tratamiento, Gallardo (1997b) distingue los que pueden ser

desarrollados a corto, medio y largo plazo25.

Aunque el tratamiento en estos casos de abuso puede ir dirigido a la familia, o a la

pareja, y llevado tanto a nivel individual como grupal, esto no quiere decir que no se

incluya a la familia en el tratamiento. Según Jiménez (1997) la familia, debe incluirse en

la medida en que tenga un papel directo en la etiología y mantenimiento del problema.

Entorno en el que se produce el abuso Intrafamiliar Extrafamiliar Tipos de consecuencias según la edad Preescolar Infancia Adolescencia

Duración del tratamiento Tratamiento en situación de crisis

Tratamiento a corto plazo

Tratamiento a largo plazo

A quién se dirige el tratamiento Abusador Niño Víctima Familia de la víctima Sesiones: en forma Grupal Individual Niveles del tratamiento Físico Emocional Comportamental

Tabla 1. Intervención en abuso sexual

4.1.4.-Terapia Psicodramática

Desde este modelo, el vínculo psicoterapéutico se plantea de una posición yo – tú, en el

cual el terapeuta toma una postura activa que le permite sanar a través de este vínculo.

Este modelo de relación terapéutico implica una bidireccionalidad y además una

asimetría en donde el rol del terapeuta debe estar claro.

En la psicoterapia psicodramática lo que se busca es el encuentro, el yo – tú, en el que

gobierna el tele, a través del encuentro se alcanza la máxima efectividad terapéutica. 23 Arruabarrena (1996) Pp. 312-324 24 Arruabarrena y de Paúl, (1994) 25

GallardoJ.A. (1997b)Pp. 247-257

20

Durante esta instancia se incluye todo lo que ambos conocen, su aprendizaje, su

historia, pero equilibradamente integrada en el yo – tú. En este contexto el terapeuta

facilita el contacto con el mundo interno.

Es importante considerar, que el encuentro en la relación terapéutica no debe ser

considerado como una simetría de roles. De esta forma es fundamental tener en cuenta

que el vínculo terapéutico es asimétrico en responsabilidades, esto no implica una

lejanía emocional con el paciente, pero sí una direccionalidad en la conformación de un

vínculo de confianza.

En el proceso terapéutico, el dispositivo del psicodrama es generar un espacio escénico

en que se produce un imaginario, dentro del cual, lo que importa son las fantasías

internas desplegadas por el paciente. En este espacio, éste tiene la oportunidad de

establecer una realidad suplementaria, a partir de la cual se pueden llevar a cabo

acciones, verbalizaciones y expresión de emociones importantes para la cura

psicodramática, pero que no fueron realizados en la escena original real. (Reyes, 2002)

En algunas ocasiones, en especial en los casos que se trabaja con estructuras yoicas más

débiles como es el caso de los psicóticos o niños quienes aún no han estructurado

firmemente el yo, se utilizan objetos intermediarios que permitan la proyección de todos

los mecanismos defensivos en él, a su vez de las emociones que son rechazadas por la

conciencia, para poder finalmente reparar el yo a través del objeto utilizado. (Reyes,

2002).

Además, durante este proceso el terapeuta va desplegando distintas funciones, tales

como entregar contención, estimulación y compartir frente al paciente. Es así, como el

vínculo terapéutico se va conformando a través del paso por los distintos clusters.

Hay múltiples dimensiones que se dan en la relación terapéutica, la cual toma en cuenta

parámetros espaciales, temporales, áreas involucradas, referencias al individuo, al grupo

o a la sociedad utilizando la acción o la palabra. Para esto es importante considerar el

proceso longitudinal y transversal en que se da la relación. El aquí y el ahora y la

historia que se actualiza en esta dimensión.

Con respecto al espacio, la configuración de éste es de suma importancia en

psicoterapia, ya que prepara al protagonista para que sea él mismo y actúe en un

ambiente que reproduce aquel en el que vive. De esta manera, pueda en este espacio

21

resignificar e ir gradualmente reordenando su historia traumática. Para la resignificación

y reordenamiento de la experiencia traumática, es necesario que en el vínculo

terapéutico se concretice la acción, la palabra y el sentimiento, asociado a tal

experiencia.

Otra dimensión a considerar es la de individuo, grupo y sociedad. Desde estas

dimensiones, es relevante, que en el asumir una experiencia dolorosa en el vínculo

terapéutico, se comprenda el significado personal e íntimo de ese dolor, pero que

además se trascienda el sentido familiar, colectivo y cultural que ha adquirido dicha

experiencia dolorosa.

En la psicoterapia psicodramática se presentan dos mecanismos de acción: uno de

índole dramática (catarsis de integración e insight dramático) y el otro de elaboración

verbal. En relación con la primera, Moreno destaca la integración sistemática, ya que el

proceso terapéutico psicodramático incluye la catarsis, pero lo importante es ir

integrando gradualmente las distintas partes de la producción.

En la integración los aspectos del yo que permanecían fijados en el pasado, pasan a

formar parte del presente. La catarsis es sólo la culminación de un proceso, la

integración del mismo se presenta de manera gradual, a veces lenta y penosa.

El insight dramático es el darse cuenta tanto del locus como la matriz, y la dinámica que

existe entra ambos. Es un estado emocional profundo, que permite comprender una

situación que permanecía oscura hasta ese momento. Deviene del empleo de técnicas

dramáticas en cualquier momento de la sesión. El niño siempre se comunica a través de

sus producciones simbólicas (dibujos, juegos, representaciones entre otros) Es

importante estar atento a estos elementos comunicacionales, no minimizarlos pensando

que “sólo son juegos”. El juego es para el niño la expresión de su mundo interno, es el

lenguaje con el que cuenta, por lo tanto hay que estar atento a los significados que pone

en éste, no son casuales, ni dan lo mismo.

En los niños, la verbalización es también una de las partes fundamentales del trabajo

terapéutico. Los cambios cualitativos fundamentales de la terapia ocurren en la acción

dramática, pero los cambios cualitativos posteriores a la dramatización, provienen de la

22

elaboración verbal. Sin ella puede perderse enorme cantidad de situaciones que se

plantean a partir de dramatizaciones.

En resumen, las tres formas de acción no son de ninguna manera excluyentes, por el

contrario, después de la catarsis de integración es necesaria la elaboración verbal

relacionada con su edad, es decir, concreta y conectada directamente con lo ocurrido en

el juego.

El método psicodramático, permite que sea el propio paciente quien vaya construyendo

el camino al insight. De esta forma, permite la co-construcción ideo afectiva del

individuo y la resignificación del vínculo.

El proceso terapéutico va de lo más superficial a lo más profundo, donde están presentes

momentos básicos dentro de la terapia. En un comienzo, a través del caldeamiento

prepara a la persona para que se encuentre en una posición óptima para la acción, luego

viene la dramatización que es la realización de la acción, generalmente a través de la

dramatización del conflicto.

4.1.5. Las principales técnicas utilizadas dentro del proceso terapéutico son: el espejo,

doble, el soliloquio, inversión de roles e improvisación espontánea.

· El espejo; se utiliza para que el protagonista tenga una visión totalizadora de la

situación, de esta forma, otro toma el papel del paciente con el fin de objetivarlo y

permitirle observarse desde afuera. Se usa como objetivante del comportamiento,

cuando el protagonista no ha tomado en cuenta lo que hace y la imagen que proyecta al

exterior es distinta sustancialmente de la que percibe de sí mismo. En el niño, espejar

las conductas agresivas, impulsivas y poco adaptadas son reconocidas en el terapeuta

como conductas del agresor.

· Técnica del soliloquio; consiste en pedirle al niño la expresión en voz alta de lo que

siente y piensa, para incitar a que exprese algo que no se ha manifestado explícitamente

en el discurso. Este aporte de datos hace en general variar tanto el vínculo como el

clima emocional, junto con la manera de desempeñar los roles.

· El doble; en terapia psicodramática con los niños consiste en que el terapeuta asume la

actitud corporal y afectiva del paciente, creándose un espacio reflexivo que le ayuda al

23

protagonista acercarse a los aspectos de sí mismo con menos insight, supliendo de esta

forma las dificultades expresivas. El objetivo se ha logrado cuando lo expresado por el

yo auxiliar o terapeuta, es reconocido por el protagonista como propio y puede

exteriorizar por sí mismo todo sus contenidos implicados en la situación.

· La técnica de improvisación espontánea; en los niños les permite desplegar su

mundo interno de forma indirecta, a través de papeles ficticios e imaginarios a través de

la creación de juegos surgidos espontáneamente.

· La inversión de roles consiste en que el niño como protagonista cambie el rol que está

realizando con sus complementarios, que hacen referencia a otros personajes

involucrados en la escena, volviendo luego a la posición inicial. Explorando la relación

entre el rol de víctima y agresor, elaborando la relación abusiva.

. Mapa fantasmático individual: Consiste en dibujar la propia figura corporal en una

hoja de papel, en donde se encuentra dibujado el perfil humano. Al igual que en otros

métodos psicodramáticos, se realiza primero un caldeamiento corporal, a partir del cual

la persona se conecta con sus sensaciones cenestésicas y kinestésicas corporales,

emociones, historias, fortalezas, cargas y heridas del cuerpo, para luego pintarlas

espontáneamente sobre este perfil (Gloria Reyes, 2006).

La idea es que realice esta pintura lo más laxa y primariamente posible, que la exprese y

luego la vaya revisando y significando: qué es lo que siente en relación a lo que pintó.

El terapeuta va interrogando o haciendo algunos señalamientos. Emerge de esta forma

lo que los autores denominan la fantasmática corporal, las heridas e historial

inconcientes bloqueados del cuerpo (Gloria Reyes, 2006).

. Rol Playing: es una exploración más creativa, espontánea y personal del rol, intenta la

exploración del rol en base a distintas posibilidades de representación. (Gloria Reyes,

2006)26.

. Máscaras: Las máscaras conectan con “lo otro”, con “el otro”, el que está debajo,

atrás, oculto, cubierto, protegido por una máscara. La máscara, como la postura 26 Gloria Reyes (2206) Pp. 156-157

24

corporal, cobra su potencia según el escenario, el contexto en el que incluye. Se

significa y resignifica sólo en esas circunstancias.

La máscara como elemento transformador. Se desencadena a partir del efecto de fusión-

integración-ruptura que ocurre al utilizar la máscara, lo que puede posibilitar tanto la

construcción de personajes, de movimientos, de expresiones, como la emergencia de

relaciones actitudinales que se resaltan a partir de los contenidos que la máscara

moviliza.

. Objetos intermediarios: son todos los elementos que acompañan la terapia como

títeres, máscaras, pintura, entre otros, que permite al paciente desplegar su fantasía

interna. (Gloria Reyes 2006).

4.1.6.- Otras técnicas de intervención son las verbales que se clasifican en:

· Coloquiales; involucran toda intervención dialogal, información que se proporciona,

preguntas y confirmaciones. Este tipo de intervenciones pueden ser hechas en la acción

o en lo verbal, también es importante considerar los mensajes corporales emitidos por el

terapeuta y a los que el paciente responde a través de gestos, actitudes corporales, entre

otras. En los niños se relacionan con sus amistades, relaciones de conflicto con otros

niños, eventos del diario vivir, salidas, paseos entre otros.

· Señalamientos; apuntan a que el terapeuta debe tomar una pequeña distancia del

paciente. Se trata de llamar la atención sobre conductas, lapsus o enfatizar

interrogativamente una frase. Los señalamientos cumplen con el objetivo de llamar la

atención sobre algún signo que emite el paciente y esta siendo ignorado por éste.

· Interpretaciones; son las más complejas de realizar, tratan de acceder a los niveles a

los que el paciente no puede llegar por sí mismo. Las interpretaciones apuntan al mundo

del yo – ello, de las motivaciones inconscientes de las conductas. Estos aspectos son

desconocidos por el paciente.

· Entrevistas; permite al terapeuta realizar un reportaje al paciente, estando éste en su

rol o en otro, con el fin de obtener información sobre los personajes y sus puntos de

vista dentro de la acción.

25

A partir del proceso psicoterapéutico individual, se busca la rematrización que abre

nuevas alternativas de relación, incorporada la espontaneidad y creatividad con la

realidad.

26

V- MARCO METODOLÓGICO:

5.1.-Diagnóstico: Recursos Internos del Paciente

Mediante la observación clínica se concluye que el niño tiene un desarrollo psicomotor

adecuado para su edad. Asiste regularmente a psicoterapia en compañía de su madre sin

faltar nunca a las sesiones programadas. Su motivación a asistir a terapia verbalizada y

evidenciada en sus conductas (consulta a la madre en el hogar sobre el día de su

próxima sesión, hace tareas en el hogar y las trae voluntariamente a las sesiones). Se

muestra receptivo a las actividades desarrolladas en cada sesión.

Obstaculizadores

Bloqueo emocional de la pena por los eventos abusivos. Conductas impulsivas y

agresivas hacia los compañeros de Jardín y a la madre. Destruye material de trabajo en

las sesiones, sobretodo al inicio de la terapia.

La sensación de culpa de la madre revictimiza al niño en su rol de abusado, lo que

retarda el avance de la psicoterapia un par de meses.

Conflictos más Relevantes

Observamos un duelo no elaborado por la ausencia del padre a raíz de la separación de

los progenitores a los dos meses de nacido el niño cuya causa es el alcoholismo del

padre. Trauma causado por los episodios de abuso sexual que se reflejan en un trato

dependiente con la madre, la relación temerosa y agresiva que establece con personas

del sexo masculino asociado a la imagen del abusador. Consulta con frecuencia a la

madre sobre su género; se pinta los labios con témperas y utiliza en sus juegos los

zapatos de la madre.

Status Nascendi, Locus, Matriz

Status Nascendi: Familia monoparental (madre-hijo), ambos viven de allegados en la

casa de la abuela materna. Padres separados por alcoholismo del padre. La tía materna

del niño lo tiene a su cuidado mientras la madre y la abuela trabajan; ambas se inician

por necesidad en el mundo laboral a temprana edad. Se siente protegido por la madre y

se identifica positivamente con ella en el rol protector y contenedor.

27

Locus: Debido a que la abuela y la madre trabajan el niño queda al cuidado en la casa

de la tía materna y de su primo de dieciséis años. Junto a él inicia una serie de juegos

que incluyen el desnudarse, tocarse y ponerse ropa de mujer que sistemáticamente

fueron aumentando hasta concretarse el abuso sexual en un período de cuatro meses.

Matriz: Se estructura rígidamente la agresión como mecanismo de defensa frente al

abuso sexual lo que con el tiempo aparece como falta de control de impulsos y baja

tolerancia a la frustración. Esto aparece en el trato agresivo con sus compañeros de

jardín, la madre, la abuela y en ocasiones con los terapeutas, lo que le impide

relacionarse de forma adecuada con las personas significativas.

Átomo Social

Paciente : P (Niño de dos años y medio)

Madre : A (Separada)

Padre : B (Alcohólico, ausente)

Abuela : C (Vive con el paciente y su hija)

Primo : J (16 años, abusador)

Tía : D (Hermana de la madre, cuidadora del niño)

Amigo : E (19 años, amigo de J, abusador)

5.2 Metodología:

Se diseñará una intervención psicoterapéutica psicodramática para luego implementarla

en la atención directa de un niño de dos y medio años edad, atendido en la clínica

privada.

Basándose en la edad de la víctima, la intervención considera momentos terapéuticos

con el niño, la madre y ambos.

La técnica a utilizar para el registro y análisis de los datos será la Etnografía

Interpretativa. Lo que la define es cierto tipo de esfuerzo intelectual, es decir, una

especulación elaborada en términos de ‘descripción densa’ propuesto por Gilbert Ryle.

“Lo que en realidad encara el etnógrafo es una multiplicidad de estructuras complejas,

muchas de las cuales están superpuestas o entrelazadas entre sí, estructuras que son al

mismo tiempo extrañas, irregulares, no explícitas, y a las cuales el etnógrafo debe

28

ingeniarse de alguna manera para captarlas primeros y explicarlas después”. De esta

manera el etnógrafo escribe, y al hacerlo contempla tres fases de conocimiento: observar,

registrar y analizar. Para su estudio no considera el discurso social puro, ya que sólo

tenemos acceso a una pequeña parte que nuestros informantes nos refieren, sin embargo es

posible realizar conjeturas de las significaciones y llegar a conclusiones explicativas,

pudiendo entender las significaciones como aspectos que trascienden a lo verbal. (Geertz,

1987)27

En un primer momento se accederá a las fichas clínicas, se registra material didáctico de

las sesiones, las producciones gráficas, plásticas y lúdicas psicodramáticas. Se

consideran los elementos de avance en el trascurso de la terapia desde Marzo del 2008 a

Febrero del 2010. Durante un segundo período del trabajo se tomarán los registros

construidos anteriormente y se analizarán a través de lo descrito en el marco teórico.

5.3 Diseño terapéutico

Se consolidará el diseño de la intervención siguiendo la estructura propuesta por este

paradigma.

� Indagar sobre la historia de vida, utilizando la entrevista exploratoria aprovechando la

instalación del vínculo terapéutico con el niño y su madre.

� Explorar acerca del diagnóstico desde una perspectiva psicodramática. Explorar status

nascendi, locus y matriz de identidad con el paciente.

� Trabajar con mapa fantasmático corporal.

� Trabajar con escena y desde allí con inversión de roles, de tal manera que el paciente

logre diferenciar el rol abusador del rol del abusado, verlo desde afuera para integrar la

escena completa y asumir su posición de víctima.

� Observar en el niño las capacidades creativas y de espontaneidad para medir el desarrollo

de sus funciones yoicas de adecuación/transferencia los procesos de espontaneidad y

creatividad, cómo ha ido desarrollando las funciones yoicas de adecuación / transferencia

en la integración del mundo interno y externo.

� Observar los momentos en que se presenta el Tele entre el paciente y el terapeuta.

Se aplicará el diseño y analizarán los resultados.

27 Geertz, C. (1987) Pp. 23

29

VI. RELATO ETNOGRÁFICO

“No mirar ni escuchar”

Primer Momento

“Caldeamiento inespecífico...Camino al mapa fantasmático, los primeros

contactos entre el terapeuta, paciente y su madre”

30

Primer momento: mapa fantasmático A la espera del paciente “niño”, como terapeuta, siempre se siente mayor ansiedad a la

de cualquier otro paciente. El mundo del niño alterado por la realidad del abuso ya era

suficientemente duro, cuando además consideramos su edad, con sus cortos dos años y

medio, ¿como trabajar?, ¿que preguntarle?. Previa a la intervención se tiene una

conversación con la madre que da pie al trabajo terapéutico.

P. Paciente de dos años y medio de padres separados por alcoholismo del padre.

Actualmente vive con su madre y su abuela materna. Asiste al jardín infantil donde se

detectan conductas agresivas hacia sus compañeros expresados con golpear y escupir. El

niño era dejado ocasionalmente en la casa de una tía para su cuidado mientras la madre

y la abuela trabajan. En ese hogar habita un primo de 16 años de nombre “J”; en ese

contexto fue que ocurrieron episodios de abuso sexual reiterados (locus). A medida que

la madre investiga e interroga al niño por sus conductas agresivas, él relata

paulatinamente algunos detalles de las agresiones que “J” tuvo hacia su persona hasta

develar el abuso sexual. (Status Nascendi).

La madre decide acudir a terapia psicológica para tratar las conductas agresivas de su

hijo debido al abuso; por lo que se acuerda iniciar terapia de reparación con el niño.

Cabe destacar que la madre estuvo presente en todas las sesiones.

El trabajo de sesiones que se describe a continuación corresponde a cuatro momentos

claves en el transcurso del tratamiento, varias de ellas toman los contenidos ocurridos en

el proceso e incluyen más de una sesión.

En esta sesión P se muestra como un niño conversador, participativo y cuestionador de

cada pequeño detalle de los terapeutas y de la consulta. No excesivamente apegado a la

madre y dispuesto a jugar de inmediato.

En el contexto de las entrevistas iniciales la madre relata que P en el hogar colorea

impresiones de personajes favoritos de dibujos animados que identifica claramente, La

madre le entrega dos sin colorear. Facilitándole el terapeuta témperas para iniciar el

rapport.

T: P, ahora vas a colorear los dibujos que trajeron mientras yo converso con tu mamá.

31

P: ¡¡Ya!!, ¡pero con los dedos porque me gusta así!

Mientras se realiza la anamnesis del niño con la madre, P pinta las hojas y refiere:

P: Ya terminé, mire, ya terminé !así! (interrumpe la conversación con la madre y se

abalanza sobre la mesa para mostrar su trabajo)

T: Veo que le pintaste los ojos y la boca a los dibujos

Madre: Siempre hace lo mismo, en la casa incluso pinta las luces de un tren de juguete

que tiene y de los autos igual, dice que les pinta los ojos.

P: ¡Sí!

T: ¿Por qué?

Se tapa los ojos y luego la boca.

T: ¿Es para que no vea?

P: Si, no puedo ver ni decir.

T: ¿Qué pasa si dice cosas?

P: Le pegan, le sacan sangre y le meten una barata en la boca, la serpiente en la boca y

en el potito.

T: ¿Y qué pasa si ve?

P: Es feo, da susto

T: ¿Qué ve?

P: Que el “J” se viste de mujer

T: ¿Alguna vez viste al “J” vestido de mujer?

P: Si, pero no está bien porque es niño, los niños tienen pene y las niñas vagina. ¿Yo

soy niño verdad mamá?

Madre: Si, tú eres niño y yo soy niña, y los niños no se visten de mujer, eso está mal, no

se hace.

P: Pero el “J” me ponía falda, ¿soy niño?

T: Si eres niño y los niños no se visten de mujer, él se equivocó.

La Técnica del mapa Fantasmático nos permite acceder a las zonas de conflicto en la

imagen del cuerpo del paciente, zonas que marcan la matriz y que entregan detalle de lo

ocurrido abriendo el proceso hacia el inicio de la terapia. Con el correr de las sesiones y

utilizando la técnica del mapa Fantasmático se logra que P normalice el pintado de las

impresiones y comienza a relatar en detalle los abusos, atreviéndose a ver y a hablar. Se

reconoce como víctima haciendo manifiesta la injusticia.

32

“Que coincidencia en las figuritas de papel”

Segundo Momento

“Tele...Develamiento de la escena primaria, entre el terapeuta y el

paciente”

33

Segundo momento terapéutico: Objeto intermediario (Figuritas de Papel)

Durante las primeras sesiones de la terapia y en el contexto de la hora de juego

terapéutica P inicia un juego que tiene que ver con realizar figuras en papel mediante el

doblado, inicialmente hacemos un barco, un avión y un cerdito. Luego me pide que

invente algo con una hoja, doblo la hoja y se corta una figura humana de forma que al

desplegarla (tele) queda como resultado tres figuras humanas tomadas de la mano. Esto

llama poderosamente su atención.

P: ¡Hoo!, ese soy yo, dibújame… este en el “J” y este en el gordito.

T: ¿E l gordito?

P: Sí, ahora hay que cortarlos.

P Toma la tijera y corta bruscamente las manos, dejando a cada figura humana por

separado del resto, luego corta piernas y brazos de manera tan acelerada que incluso

pasa a llevarse un dedo. Luego de eso me pide que yo continúe los cortes, juego que

disfruta mucho riéndose a carcajadas.

T: P, ¿Había alguien más aparte de tu y el “J” en el juego?

P: Sí, el gordito

T: ¿Cómo era?

P: Gordito, moreno, más grande que el “J”, es el amigo del “J”.

Mediante la utilización del objeto intermediario figura de papel queda en evidencia la

presencia de un tercero en los episodios de abuso, posteriormente la información es

pesquisada por investigaciones y se da con este tercer actor “E”, quien resulta ser mayor

de edad y por lo tanto imputable y procesable por los cargos de abuso y violación.

Igualmente queda en evidencia el alto monto de agresión que se descarga en las figuras

de papel mediante los cortes, se abre la posibilidad de expresar la rabia y posteriormente

la pena ante lo sucedido, emociones necesarias para el proceso reparatorio.

Con el correr de las sesiones y la catarsis emocional que produce este juego se van

regulando las emociones. P ya no utiliza la rabia en las relaciones con sus compañeros

de curso ni con su madre ni abuela, se abre un espacio para la pena y se repara el

vínculo madre-hijo.

Se produce una coincidencia télica en el momento de cortar tres figuritas de papel que el

niño claramente reconoce como los tres implicados en la escena primaria del abuso.

34

“Le dejo mis miedos”

Tercer Momento

“Máscara...Viviendo mis temores lúdicamente, entre el terapeuta y el

paciente”

35

Tercer momento terapéutico: Máscara

En una de las sesiones en la mitad del proceso de terapia de reparación del abuso P llega

como todas las sesiones acompañado de su madre y que en esta oportunidad permanece

en la sesión, el niño muy contento y con ganas de compartir trae de su casa una máscara

que le compró su madre en un desfile de fin de semana y el explica al terapeuta que se

trata de “una máscara de los transformers”.

T: ¿Qué es para ti, que es esto?

P: Nadie lo mata, no se muere. (Se pone en posición tensa con los puños oprimidos,

piernas abiertas y muestra los dientes)

P: (Se coloca la máscara) ¡Bum bum!, te mata, dispara fuerte

T: ¿A quién mata?

P: A todos (hace el gesto de disparar estático)

T: ¿Y salva a alguien?

P: No, mata a todos (gira en su eje rápidamente y tropieza cayendo al suelo)

Hacia el final de la sesión.

P: (El niño recalca con mucho énfasis), le dejo la máscara, la cuida y la vengo a buscar

la otra semana

T: Gracias, la voy a cuidar mucho con cariño

P: Se despide agradeciendo los juegos acercándose a su madre para prepararse a salir de

la consulta. Da la mano al terapeuta de despedida y abraza a la madre a la salida.

En esta sesión al entregar el niño la máscara, es cuando se consolida la figura del

terapeuta como un ser poderoso e invencible pero el mismo tiempo protector. Durante el

trabajo del uso de la máscara P adquiere también la capacidad de protegerse él mismo

compartiendo su temor y su rabia con otros.

36

“Juguemos a protegernos”

Cuarto Momento

“Role playing, aprendiendo a sentirme seguro”

37

Cuarto momento terapéutico: Role Playing

El momento final de la terapia fue el más extenso del proceso y se caracterizó por un

juego en el que trae la máscara de vuelta al espacio de la consulta. En una de las últimas

sesiones en que P llega como siempre en compañía de su madre, saluda cordialmente y

espera instrucciones para comenzar el juego a diferencia de sesiones anteriores donde

invadía el espacio de la consulta, manipulando los elementos de juego antes de saludar.

T: Lo saluda y pregunta ¿cómo está?, ¿qué traes en la mano?

P: La máscara del trasnformer (se la coloca) y dice enérgicamente iniciando el juego, yo

soy el transformer y tú eres la guagua que llora (le muestra al terapeuta cómo

representar a la guagua, en posición fetal y llorando “¡gua gua!”, lo toma de la mano y

acuesta en el piso, mientras él como transformer mira amenazante y le apunta con gesto

de disparo)

T: ¡Ya!, ahora tu eres la guagua y yo el transformer

P: no quiero! No! (se saca la máscara y mira afligido a la madre buscando su apoyo)

T: Bueno, sigamos así entonces

A los minutos

P: Ahora tu eres el transformer y yo la guagua (se saca la máscara y se la pasa al

terapeuta, tan pronto como éste se pone de pié, P toma el rol de la guagua en posición

fetal en el suelo)

T: Bueno, “soy el transformer y vengo por la guagua”

P: ¡Noooo! ¡Gua gua! (mueve las piernas y se tapa la cara)

T: Ya no quiero ser malo

P: ¡Ya!, mejor así, sin susto

T: “Soy el transformer bueno y mato a los malos que vienen a hacerle daño a la

guagua”

P: Abraza al terapeuta

P: ¡Defiéndeme, mátalos! (cubriéndose detrás del terapeuta)

Otro momento importante en la siguiente sesión. P quiere continuar el juego de la sesión

anterior trayendo nuevamente su máscara de transformer. Donde propone de inmediato

al terapeuta continuar con el juego de la semana anterior. (Cabe recordar que el período

de las sesiones finales el niño ya tiene 4 años y medio)

38

P: Yo ahora el transformer y tú la guagua

T: Bueno

P: ¡¡Haaaa!!, mueran, la guagua es mía, yo cuido la guagua

De esta forma al aplicar el juego de roles quedan establecidas las habilidades de P para

darle un nuevo sentido a lo ocurrido y encontrar herramientas para defenderse a si

mismo del recuerdo de la experiencia del abuso.

Conseguido esto termina el tratamiento.

Cuatro momentos terapéuticos y técnicas utilizadas:

1.- Entrevistas iniciales: Mapa Fantasmático

2.- Primeras sesiones del tratamiento: Objeto Intermediario (Figuritas de papel)

3.- Mitad del tratamiento: Máscara

4.- Finalización del tratamiento: Role Playing y cambio de roles

39

VII- ANÁLISIS Y CONCLUSIONES A manera de conclusión, el registro y análisis de los datos a través de la Etnografía

Interpretativa, nos entregó un amplio espacio de creaciones, reconstrucciones y

observaciones ricas en la posibilidad que nos plantea el psicodrama de intervenir aun en

los espacios más profundos de un niño abusado sexualmente.

La realización de la práctica del psicodrama realizada con un niño abusado

sexualmente, permitió corroborar que es posible ayudar al proceso de reparación a

través del trabajo expresivo, elaborativo que permiten las técnicas psicodramáticas.

La relación espacio tiempo que permite el psicodrama le sirvió a P. para reencuadrar su

historia a través de la creación de imágenes de los roles del abusador y el abusado.

El trabajo de observación-diagnóstica al inicio fue fundamental para detectar las

necesidades que manifestaba a través de los juegos de roles y creación de imágenes.

Durante el proceso de reparación, el niño reconoció que su conflicto estaba fuera de él;

en la medida que trabajó con las distintas técnicas propuestas por el terapeuta, como el

mapa fantasmático, objetos intermediarios, tele, máscaras y roles, pudo ordenar y

resignificar sus experiencias.

Mediante la elaboración del mapa fantasmático logra acceder a las zonas de conflicto en

la imagen del cuerpo del paciente, zonas que marcan la matriz y que entregan detalle de

lo ocurrido abriendo el proceso hacia el inicio de la terapia; el paciente se reconoce

como victima haciendo manifiesta la injusticia a través de las emociones como la pena,

logrando finalmente ver y hablar.

Al trabajar con el objeto intermediario la figura de papel, queda en evidencia la

presencia de un tercero en los episodios de abuso; manifestando un alto monto de

agresión que se descarga en las figuras de papel mediante los cortes, a través de este

momento en el paciente, se abre la posibilidad de expresar la rabia y posteriormente la

pena ante lo sucedido, emociones necesarias para el proceso reparatorio.

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Como resultado de este proceso se regulan sus emociones, en que P logra controlar la

rabia manifiesta en las relaciones con sus compañeros de curso, madre y abuela, es decir

que por medio del objeto intermediario se logra reparar el vínculo madre-hijo.

Se produce una coincidencia télica en el momento de cortar tres figuritas de papel que el

niño claramente reconoce como los tres implicados en la escena primaria del abuso;

donde el niño se atreve a relatar los acontecimientos nombrando a un tercero abusador

antes no mencionado en la escena, ayudándolo a disminuir sus terrores nocturnos,

pesadillas y a conseguir un sueño más reparador.

Mediante la utilización técnica de la máscara; el niño reconoce en el terapeuta una

figura protectora, que lo hace sentir menos ansioso frente a las figuras masculinas, al

reconocerse como un varón adquiere la capacidad de protegerse a si mismo, siendo

capaz de compartir su temor y rabia con otros.

El Role Playing, como técnica transversal durante el tratamiento, dio la posibilidad al

niño de transformar en forma gradual, la fuerza de la agresión, en fuerza de la

contención, encontrando las herramientas para defenderse a si mismo, del recuerdo de la

experiencia del abuso. De esta forma al aplicar el juego de roles quedan establecidas las

habilidades de P para darle un nuevo sentido a lo ocurrido.

En este sentido, el proceso de reparación tuvo un avance en la medida que el paciente

logró integrar aspectos negativos y positivos de sí mismo.

Se pudo constatar que el modelo psicodramático, mediante las técnicas descritas, es

eficaz en el proceso de reparación de niños con abuso sexual, esencialmente porque en

niños pequeños, es necesaria la inclusión de aspectos resignificadores desde la

dimensión corporal, en compañía de las emociones y los pensamientos.

Desde la difícil experiencia de estos casos, es importante destacar que el terapeuta es

una de las figuras que acompañará al niño en su proceso de reparación. Es vital

considerar las cualidades que el terapeuta debe tener en esta intervención, especialmente

en el modelo psicodramático donde se revive la experiencia intensamente desde lo

corporal y lúdico del niño.

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Lo que sugerimos considerar en el rol del terapeuta psicodramático son las siguientes

cualidades:

- Ser empático con el universo del niño

- Alta tolerancia a la frustración

- Capacidad de juego

- Capacidad de resistir la transferencia seductora y agresiva

- Ser flexible, creativo y espontáneo

- Saber tratar con la culpa y frustración de los padres

- Confiar plenamente en las sensaciones que despierta el paciente en el terapeuta,

permitiendo la aparición del tele.

- Evitar la revictimización del niño a través de la correcta utilización de las

técnicas psicodramáticas.

- Reconocer la complejidad de las distintas técnicas del psicodrama y aplicarlas

adecuadamente según la etapa evolutiva y capacidades del niño.

Después de dos años de trabajar con este niño de tan corta edad, uno de los tantos casos

en el que se pudo intervenir, la mayor dificultad fue la culpa de la madre, de no haber

previsto el abuso, esta sensación revictimiza al niño en su rol de abusado sexualmente e

impide el avance de la terapia un par de meses. Fue necesario trabajar en una sesión la

genuina sensación de perdón solo con la madre, mediante la técnica de los cojines e

intercambio de roles logra resignificar la culpa.

La mayor fortaleza de este niño en su proceso de terapia, fue su capacidad creativa, la

gran facilidad para mostrar su mundo interno, mediante la proposición espontánea de

juegos, su motivación para recibir y aceptar instrucciones y enriquecerlas con sus

propios contenidos internos.

Finalmente concluimos, desde la experiencia práctica clínica, que en la reparación de

niños abusados sexualmente, el psicodrama es una herramienta válida, que integra la

espontaneidad, el juego como una manera que ellos se miren a sí mismos, su entorno,

aprendiendo nuevas formas de conductas y lograr integrar los conflictos de su vida por

medio expresión y acción.

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Anexos

Figuritas de papel: TELE

45

Mapa Fantasmático 1

46

Mapa fantasmático 2

47

OTRAS PRODUCCIONES GRÁFICAS DEL NIÑO.