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1 3 2 Centro de Espiritualidad Apostólica San Pablo [email protected] www.centrodeespiritualidadsanpablo.org HACIA EL DOMINGO XXIII DEL TIEMPO ORDINARIO Para Orar Cada Día el Evangelio del Domingo Próximo Del Lunes 1 al Domingo 7 de septiembre de 2014 Hacia el Domingo XXIII del Tiempo Ordinario Orar en el Corazón del Mundo: Por las personas que tienen una enfermedad mental Sguir a Jesucristo 3 “Hagan como yo” Orar en la Casa: Optar por vivir con los otros Hacia el XXIII del Tiempo Ordinario Evangelio de Jesucristo según san Mateo Capítulo 16 versículos 13-20 “Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Qué dice la gente sobre el Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es?». Ellos le respondieron: «Unos dicen que es Juan el Bautista; otros Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas». «Y ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy?». Tomando la palabra, Simón Pedro respondió: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo». Y Jesús le dijo: «Feliz de ti, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en el cielo. Y yo te digo: «Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo». Entonces ordenó severamente a sus discípulos que no dijeran a nadie que él era el Mesías”.

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Hacia el XXIII del Tiempo Ordinario. HACIA EL DOMINGO XXIII DEL TIEMPO ORDINARIO Para Orar Cada Día el Evangelio del Domingo Próximo Del Lunes 1 al Domingo 7 de septiembre de 2014 Hacia el Domingo XXIII del Tiempo Ordinario - PowerPoint PPT Presentation

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Centro de Espiritualidad Apostólica San [email protected]

www.centrodeespiritualidadsanpablo.org

HACIA EL DOMINGO XXIII DEL TIEMPO ORDINARIO

 Para Orar Cada Día

el Evangelio del Domingo PróximoDel Lunes 1  al Domingo 7 de septiembre de 2014

Hacia el Domingo XXIII del Tiempo Ordinario

Orar en el Corazón del Mundo: Por las personas que tienen una enfermedad mental

Sguir a Jesucristo 3 “Hagan como yo”

Orar en la Casa: Optar por vivir con los otros

Hacia el XXIII del Tiempo Ordinario

Evangelio de Jesucristo según san MateoCapítulo 16 versículos 13-20

“Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Qué dice la gente sobre el Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es?». Ellos le respondieron: «Unos dicen que es Juan el Bautista; otros Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas». «Y ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy?». Tomando la palabra, Simón Pedro respondió: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo».  

Y Jesús le dijo: «Feliz de ti, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en el cielo. Y yo te digo: «Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo». Entonces ordenó severamente a sus discípulos que no dijeran a nadie que él era el Mesías”.

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Mar 2

MIÉ 3

Lun 1

Jue 4

 La situación puede complicarse: ¿qué hacer si mi hermano no me escucha (por alguna de las diversas razones que Jesús no precisa)? Jesús  invita  entonces  a  hacer  llamado  a  dos  o  tres  testigos.  Es  la lógica  del  pequeño  grupo  para  que  el  asunto  se  trate confidencialmente  pero  proporcionándonos  los  medios  para liberar  la  palabra  haciendo  llamado  a  otros  además  de  a  mí. Continúo  mi  meditación  a  partir  del  ejemplo  concreto  que  he vivido o del  cual  soy  testigo.  Jesús, abre mis oídos para entrar en discusión. 

Sínodo                       

Diálogo          

Discusión 

    La  situación  puede  complicarse  todavía,  sobre  todo  si  mi  hermano  se rehúsa  a  escuchar.  ¿Qué  hacer  entonces?  Jesús  no  baja  los  brazos. Preconiza  una  nueva  solución  si  las  dos  primeras  no  dan  los  frutos esperados. ¿Cuál? Alertar a la comunidad de Iglesia, dicho de otra manera, al  colectivo,  a  un  grupo,  al  que  precisamente  permite  reconocerse hermanos  unos  de  los  otros.  En  una  palabra,  convocar  un  sínodo,  una asamblea.  Aquí  una  vez  más  se  trata  de  una  escucha  que  se  vuelve  a ofrecer  y  se  hace  posible.  Pero  si  persiste  el  rechazo,  Jesús  invita  a considerar a mi hermano como “un pagano, un publicano”, es decir, una persona a quien se invita a convertirse de nuevo, como desde el principio de su vida con Jesús. Estos casos afortunadamente son raros, pero existen, como  por  ejemplo  nuestros  hermanos  que  se  rehúsan  a  reconocer  la libertad  religiosa  afirmada  por  el  concilio  Vaticano  II. Medito  sobre  una situación análoga. Jesús, abre mis oídos para hacer Iglesia. 

 

 

Evangelio de Jesucristo según san Mateo Capítulo 18, versículos 15-20             

  

 

 La situación es simple, por no decir banal. Un hermano ha cometido un pecado. Un hermano, es decir, una persona que es como yo discípulo de Jesús,  miembro  de  su  Iglesia.  Cometer  un  pecado:  es  decir,  haber actuado  en  oposición  al  Reino  de Dios  como,  por  ejemplo, mintiendo, haciendo  sentir  el  propio  poder  a  través  de  la  violencia,  desviando dinero, hablando mal de alguien… A situación simple, remedio “simple”: el diálogo, uno a uno. Atreverme a ir a ver a mi hermano para hablarle en  confianza,  mostrarle  lo  que  no  está  bien  y,  si  escucha,  esperar “ganarlo”,  es  decir,  sacarlo  del  camino  que  ha  tomado  y  hacer  que regrese a la vía de la reconciliación. Oro tomando un ejemplo concreto, una  situación  análoga  a  la  que me  veo  confrontado. Medito  entonces sobre mi comportamiento, sobre la manera que he elegido para ganar a mi  hermano.  Jesús,  abre mis  oídos  al  diálogo  con mi  hermano que  ha cometido un pecado.

“Si tu hermano peca, ve y corrígelo en privado. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano. Si no te escucha, busca una o dos personas más, para que el asunto se decida por la declaración de dos o tres testigos. Si se niega a hacerles caso, dilo a la comunidad. Y si tampoco quiere escuchar a la comunidad, considéralo como pagano o republicano. Les aseguro que todo lo que ustedes aten en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desaten en la tierra, quedará desatado en el cielo. También les aseguro que si dos de ustedes se unen en la tierra para pedir algo, mi Padre que está en el cielo se lo concederá. Porque donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, yo estoy presente en medio de ellos”.

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Vie 5

Orar en el Corazón del Mundo con el Papa Francisco (Del Apostolado de la Oración)

  Después  de  estos  ejemplos,  Jesús  extrae  una  enseñanza sobre lo que nuestra palabra en Iglesia es capaz de atar o desatar. Medito  al  escuchar  esta  frase  de  Jesús:  “todo  lo que ustedes aten…”.  Jesús, abre mis oídos para atarme a ti.

 

Dom 7

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El lazo de la palabra    

¿Dos o tres reunidos? Jesús está presente  

  

Ponerse de acuerdo            

SÁB 6

  “También  les  aseguro…”.  Jesús  remata  el  clavo,  como  si  esta enseñanza  fuera  todavía  más  importante.  Jesús,  abre  mis  oídos para buscar el acuerdo entre nosotros.

 

   La última  frase de  la enseñanza de  Jesús es capital. Cuando dos o tres  se  reúnen  en  nombre  de  Jesús,  es  decir,  en  nombre  de  “Dios que salva”, dicho de otra manera, cuando dos o tres lo hacen todo, absolutamente todo para salvar a su hermano, para sacarlo del mal pase en el que se encuentra, para encontrar la palabra, el diálogo, la discusión  que  podrá  alcanzar  su  escucha  y  su  capacidad  de convertirse, entonces sí, estos dos o tres actúan con Jesús presente en medio de ellos. Jesús ha desplegado toda su energía para salvar a este que está perdido,  sanar al que está enfermo. Si dos o  tres no reunimos  para  hacer  esto,  manteniéndonos  a  la  escucha  de  su palabra, entonces sí, Jesús está ahí entre nosotros. ¿Qué esperamos para hacerlo?

 

Oremos  para que las personas que sufren  de  alguna  deficiencia mental  reciban el amor y  la ayuda que necesitan para una vida digna.

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ORAR EN LA CASA

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Orar en la casa

  

 

 

  

 

  Seguir a Jesucristo… 3

 

  Reunámonos  dos  o  tres  para  vivir  u  organizar  nuestras actividades,  para  inscribirnos  a  algún  curso,  para  orar… Tratemos  de  poner  todo  en  marcha  para  ir  a  buscar  a otros que estén con nosotros. Amigos o gente que todavía no conozcamos. No  importa. Todo arranca en el regreso, hermosa  ocasión  para  “no  tomarse  todo  demasiado personal”.

 

“Una o dos personas… dos o tres testigos”San Mateo 18, 16.20

 

Todavía  es  el  regreso  y  todos  retomamos  las actividades habituales y, sobre todo, con el ritmo que les  es  propio,  con  energía  nueva  por  las  vacaciones. Para  renovar  este  regreso –  no  retomar  sino  vivir  las cosas de manera nueva-, podríamos, como lo propone el  Evangelio,  acentuar  esta  semana  el  hecho  de reunirnos para actuar en grupo. 

 “Seguidme, es decir, haced como yo, pasad por el mismo camino que yo; seguidme  en  el  camino  que  he  tomado  para  cumplir mi misión;  actuad como  he  actuado  yo,  caminad  tras mis  huellas,  no  toméis  otro  camino, pues podríais equivocaros y no llegar a la meta. Debéis continuar mi obra. Vosotros  sois  mis  apóstoles,  mis  sucesores,  tenéis  que  actuar  como  yo para llegar a la meta. Yo he convertido al universo: he tomado el camino del Pesebre, de la Cruz. Tomad el mismo camino si queréis llegar al mismo fin; de otro modo no llegaréis... Yo os envío a vosotros como mi Padre me ha enviado a mí; haced pues, como yo, si queréis cumplir la misión que os 

confío en nombre de mi Padre” (vd342). A. Chevrier

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  Sin  embargo,  no  es  lo  que  nos  propone  el  Evangelio. Jesús  nos  hace  notar  que  en  grupo  es  más  fácil  que alcancemos nuestra meta: “Porque donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, yo estoy presente en medio de ellos”. Se nos  invita a creerlo y a ponerlo en práctica. Es un  hermoso  programa  el  que  se  nos  propone  para  una semana  de  regreso,  y  un  hermoso  camino  para  el  año escolar que arranca. 

 

 

 

 Y aquí la prueba: no importa qué hagamos, se nos incita fuertemente  a  no  quedarnos  solos.  Sea  para  actuar  sea para hacer una petición en la oración, somos más fuertes en  grupo  y  seguros  de  ser  escuchados  por  Dios.  Esto parece evidente pero observemos nuestra manera de ser. No es sencillo. Podemos tender a actuar solos para mayor eficacia,  rapidez,  necesidad  de  reconocimiento,  incluso ganancia o vanidad. Tenemos buenas razones para ello y pueden hasta justificarse.