celibato sacerdotal

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EL CELIBATO RELIGIOSO P1. El religioso necesita amar y sentirse amado por una familia La Iglesia quiere a sus religiosos célibes para que puedan dedicarse completamente al bien de las almas, sin las limitaciones, en tiempo y preocupaciones, que supone sacar adelante una familia. El religioso debe estar libre para dedicarse, cien por ciento, al cuidado de las almas. Aunque es verdad que en algún caso una esposa (en el caso de los sacerdotes) podría ayudarle, también es verdad que en otros muchos, una esposa podría absorberle su tiempo por estar enferma física o psíquicamente, o por exigir de él mayor atención, etc. La atención a la familia requiere un tiempo que el sacerdote tendría que quitarlo al dedicado al apostolado. Y por supuesto, los hijos exigirían de él, y el “amor” que supuestamente carecen los sacerdotes que no se casan, carecerán sus hijos, por la falta de atención que tendrán de su padre. Para “evitar un problema”, se estaría haciendo otro mayor. El sacerdote sin familia está más libre para el apostolado; y la Iglesia, en dos mil años de experiencia, así lo ha advertido, y por eso exige el celibato a sus sacerdotes. Asimismo, expongo este razonamiento: Quien huye del celibato por ser incapaz de cumplir con fidelidad esta exigencia, ¿no corre el riesgo de declararse a su vez incapaz de asumir la nueva fidelidad conyugal, completamente rigurosa también? P2. El hombre no puede vivir sin sexo Además, no existe evidencia científica, médica, psicológica, psiquiátrica y de ninguna índole que certifique que el hombre no puede vivir sin tener relaciones sexuales, ya que ésta no es necesaria para la vitalidad de la naturaleza humana como lo son la respiración, hidratación, nutrición, etc. Si el hombre carece de uno de estos tres elementos (respiración, hidratación o nutrición) morirá, pero si carece de relación sexual, la naturaleza sugestiona involuntariamente en el hombre la polución nocturna cuando este pasa una cantidad considerable de tiempo sin eyacular. No existe un acto involuntario en el hombre para que se hidrate sin agua, respire sin oxígeno, o se nutra sin comida, pues para el hombre son vitales estos elementos, en cambio el sexo, no. Sí existe un acto involuntario y éste es la polución nocturna. R1. El celibato no nace con el cristianismo, se impuso en el Concilio de Trento en 1,545 Si bien es cierto que el celibato sacerdotal y religioso no es un dogma de fe escrito, si lo es de manera consuetudinaria, y si hablamos en términos jurídicos, las leyes consuetudinarias son de igual o bien, hasta de mayor importancia que las leyes escritas. No nos remontemos a Concilios, remontémonos al fundador de la Iglesia Católica, y por ende, a todo este cuestionamiento: Cristo. El celibato sacerdotal

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Sobre la defensa del celibato sacerdotal católico

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Page 1: Celibato Sacerdotal

EL CELIBATO RELIGIOSO

P1. El religioso necesita amar y sentirse amado por una familia

La Iglesia quiere a sus religiosos célibes para que puedan dedicarse completamente al bien de las almas, sin las limitaciones, en tiempo y preocupaciones, que supone sacar adelante una familia. El religioso debe estar libre para dedicarse, cien por ciento, al cuidado de las almas. Aunque es verdad que en algún caso una esposa (en el caso de los sacerdotes) podría ayudarle, también es verdad que en otros muchos, una esposa podría absorberle su tiempo por estar enferma física o psíquicamente, o por exigir de él mayor atención, etc. La atención a la familia requiere un tiempo que el sacerdote tendría que quitarlo al dedicado al apostolado. Y por supuesto, los hijos exigirían de él, y el “amor” que supuestamente carecen los sacerdotes que no se casan, carecerán sus hijos, por la falta de atención que tendrán de su padre. Para “evitar un problema”, se estaría haciendo otro mayor. El sacerdote sin familia está más libre para el apostolado; y la Iglesia, en dos mil años de experiencia, así lo ha advertido, y por eso exige el celibato a sus sacerdotes. Asimismo, expongo este razonamiento: Quien huye del celibato por ser incapaz de cumplir con fidelidad esta exigencia, ¿no corre el riesgo de declararse a su vez incapaz de asumir la nueva fidelidad conyugal, completamente rigurosa también?

P2. El hombre no puede vivir sin sexo

Además, no existe evidencia científica, médica, psicológica, psiquiátrica y de ninguna índole que certifique que el hombre no puede vivir sin tener relaciones sexuales, ya que ésta no es necesaria para la vitalidad de la naturaleza humana como lo son la respiración, hidratación, nutrición, etc.

Si el hombre carece de uno de estos tres elementos (respiración, hidratación o nutrición) morirá, pero si carece de relación sexual, la naturaleza sugestiona involuntariamente en el hombre la polución nocturna cuando este pasa una cantidad considerable de tiempo sin eyacular. No existe un acto involuntario en el hombre para que se hidrate sin agua, respire sin oxígeno, o se nutra sin comida, pues para el hombre son vitales estos elementos, en cambio el sexo, no. Sí existe un acto involuntario y éste es la polución nocturna.

R1. El celibato no nace con el cristianismo, se impuso en el Concilio de Trento en 1,545

Si bien es cierto que el celibato sacerdotal y religioso no es un dogma de fe escrito, si lo es de manera consuetudinaria, y si hablamos en términos jurídicos, las leyes consuetudinarias son de igual o bien, hasta de mayor importancia que las leyes escritas. No nos remontemos a Concilios, remontémonos al fundador de la Iglesia Católica, y por ende, a todo este cuestionamiento: Cristo. El celibato sacerdotal tiene un fundamento teológico: Cristo fue célibe, y el sacerdote es Alter Christus, es decir, «otro Cristo». El fundamento del celibato sacerdotal está en la fe y en el amor a Jesucristo. El amor de Jesucristo es universal, igual para todos; sin los exclusivismos propios del amor matrimonial. Así debe ser el amor del sacerdote.

R2. Muchos discípulos de Jesús fueron hombres normales, con familias establecidas, que las dejaron por seguir al maestro, y aquí entro en conflicto, pensando que Jesús fue un divorcista al pedir que dejasen sus familias y los siguieran.

La continencia sexual es exigida desde inicios de la Iglesia al presbítero, obispo y al diácono. Originalmente el alto clero podía, sí, casarse, pero tenía que vivir en continencia sexual. En caso de que él estuviera casado, no podía tener relaciones sexuales con su mujer (Pedro), y el clero todavía soltero o enviudado no podía contraer matrimonio. La práctica de la continencia sexual es para todo el mundo antiguo una expresión destacada de profundo respeto religioso ante Dios. También en la Iglesia antigua se supo ya que semejante continencia completa es un “carisma” especial, pero que podía obtenerse con la oración. Por eso, antes de impartir la ordenación sagrada se preguntaba al candidato si tenía la correspondiente disposición. Si el candidato declaraba que estaba dispuesto a ello, entonces se daba por supuesto que poseía el carisma implorado. Si estaba casado, entonces la esposa (que, con ello, estaba obligada igualmente a guardar continencia) tenía que declarar también su disposición para guardarla.

Page 2: Celibato Sacerdotal

R3. El celibato no facilita "la santidad cristiana" por el contrario, la mantiene en permanente lucha, el impulso sexual es el impulso más primitivo del ser humano.

No es verdad que el celibato conduce al abuso o a la disfunción sexual. No existe evidencia alguna de que los sacerdotes estén más inclinados a abusar de los niños que otros grupos de hombres. Desafortunadamente y es de público conocimiento los escándalos sexuales que ocurren en varias organizaciones y atraviesan la sociedad, y alcanzan a hombres casados, no sólo célibes.

El abuso de los niños por parte de los adultos es epidémico en todas las clases sociales, profesiones, religiones y grupos étnicos alrededor del mundo, según lo demuestran claramente las estadísticas acerca de la pornografía, el incesto y la prostitución infantil. La pedofilia entre los sacerdotes es extremamente rara, pues afecta solamente al 0.3% del clero. Esta cifra, citada en el libro Pedophiilia and Priests (Pedofilia y Sacerdocio), escrito por el estudioso no-católico Philip Jenkins, está tomada del estudio más amplio que existe hoy día sobre este tema. Concluye que solamente 1 de entre 2.252 sacerdotes que formaron parte del estudio a lo largo de un período de más de 30 años, se ha visto afectado por la pedofilia. En los escándalos recientes de Boston, solamente 4 de entre más de los 80 sacerdotes etiquetados por los medios de comunicación como "pedófilos" son en realidad culpables de abusar de niños pequeños.

No hay evidencia de que la pedofilia sea más común entre el clero católico, que entre los Ministros protestantes, los líderes Judíos, los médicos, o miembros de cualquier otra institución en la que los adultos ocupen posiciones de autoridad sobre los niños.

El celibato no es causa de ninguna adicción sexual desviada, entre las que se cataloga la pedofilia. De hecho, en comparación con los sacerdotes, es tan probable que los hombres casados abusen sexualmente de los niños (Jenkins, Pedophilia and Priests).

Dado que ni el ser católico ni el ser célibe predispone a una persona a caer en la pedofilia, el clero casado no resolvería el problema (Doctors call for pedophilia research, The Hartford Currant, March 23). No hay más que mirar a las crisis en otras religiones, sectas o profesiones para ver este punto con claridad.

R4. El celibato es establecido para proteger bienes de la iglesia. Así impedían que los sacerdotes dejaran herencia a hijos en detrimento de sus intereses

Además de las muchas razones prácticas para adoptar esta disciplina se suponía que era un buen medio para evitar el nepotismo.

C1. Conclusión del tema

La moral no puede cambiar con las modas de cada época. Hoy está de moda la democracia; pero la verdad y el bien no dependen de lo que diga la mayoría. Una minoría de entendidos vale más que una mayoría que no lo es. Si se trata de la salud, vale más la opinión de tres médicos que el resto de un grupo mayoritario formado por una peluquera, un carpintero, una profesora de idiomas, un arquitecto, etc. No basta la opinión de la mayoría, si ésta no entiende del tema, pues la verdad no se define por el voto de la mayoría.

Querer que los sacerdotes se casen porque son muchos los (sacerdotes) que tienen mujeres, es una aberración. En ese caso, habría que permitir los robos y los atracos cuando son frecuentes. Permitir que los religiosos se casen para contentar las voces que lo reclaman, no lo convierte en bueno. Las cosas no se hacen buenas por ser frecuentes. En ese caso, el egoísmo, tan frecuente, sería bueno; y el heroísmo, tan excepcional, sería malo.