“CAVANCHA Y PIQUEROS EN EL SALADERO”

Claudio Rodríguez Daza Nadia Godoy Castillo

La región de Tarapacá cuenta con una superficie de 42.225,8 km2., se encuentra emplazada en el norte de Chile, sector determinado por planicies costeras y altiplánicas. De acuerdo a los datos de la Subsecretaria de Desarrollo Regional y Administrativo (SUBDERE) la población actual alcanza 286.105 habitantes tan sólo en la región. La ciudad de Iquique posee 164.396 individuos. La región se encuentra dividida administrativamente en dos provincias Del Tamarugal e Iquique. Sin embargo ancestralmente el territorio fue utilizado por los changos, quienes habitaban la costa desde el sur del Perú hasta Chile central. Si bien constituyeron los pueblos más atrasados del sector, demostraron gran destreza para aprovechar, de innumerables maneras, los recursos marinos, en las playas habitaban pequeñas colectividades, a veces también como pescadores nómades movilizándose de un punto a otro de la costa. La construcción de las viviendas, utensilios, vestimentas eran elaborados con productos del mar, ya que si bien contaban con pocos elementos para sostener su existencia, utilizaban la caza del congrio como intercambio comercial. Así pues, en la actualidad, Iquique es una ciudad costera caracterizada por actividades económicas que giran en torno al comercio, la minería y actividades ligadas al mar, de las cuales se pueden distinguir la pesca artesanal y la industria pesquera. Las características del faldeo costero facilitan la existencia de playas aptas para el nado, deportes acuáticos y el tráfico de embarcaciones menores. Asimismo el clima desértico costero favorece las actividades ligadas al mar, de esta forma la accesibilidad a las playas y sectores marítimos han posibilitado que los iquiqueños y turistas mantengan una relación directa y cercana con el océano, convirtiéndose en una de las principales acciones realizadas en la temporada estival. Es así que las prácticas culturales más comunes ejercidas por los Iquiqueños, guardan relación con baños de sol o baños recreacionales, nado y el tradicional piquero. La investigación demuestra que no existe una definición mundial compartida en cuanto al concepto de Piquero, debido a que se caracteriza por ser un concepto construido en la sociedad chilena, el diccionario de uso del español de Chile (DUECH) lo define como “zambullida en el agua que se hace con el cuerpo vertical o diagonal y haciendo que las manos y la cabeza entren primero”. Dentro de lo que respecta al piquero como práctica social de la cultura popular iquiqueña, es sin duda una de las principales actividades llevadas a cabo en Cavancha en el sector del Saladero, la cual se manifiesta hasta la actualidad. Conviene subrayar que la Península de Cavancha (Q’awancha) que en voz aymara significa, zanjón o aguada. Es eso un accidente geográfico, una extensión de tierra enclavada en el sur poniente de la ciudad de Iquique (http://www.bernardoguerrero.cl/cavancha)

Esta se encontraba alejada de la ciudad, comenzó con tres o cuatro calles recorridas por el ferrocarril y que con la creación de las pesqueras en los años treinta dio origen al varadero, frigorífico, población de pescadores y el tradicional muelle. Al mismo tiempo emerge el club Cavancha y la popular cancha de sipt, en donde se jugaba fútbol y beisbol. De acuerdo al relato de antiguos cavanchinos, al costado sur del viejo estadio municipal, existían cuatro hoteles más, también se encontraban algunas tiendas y almacenes, la escuela 27, el varadero de lanchas Lockett Bross y Cía. y algunas casas particulares, como el chalet Richardson. En las orillas del mar se hallaban fragmentos de buques náufragos (https://www.diarioiquique.wordpress.com/2011/11/07/tarapaca-identidad-e-historia-segunda-edicion-2º-parte). La existencia de la pesquera Cavancha produjo un cambio en el sector, ya que si bien tenía barcos de madera de poco tonelaje, recolectaba la materia prima para sus productos. Debido a que no todos los obreros residían en el sector, estos eran transportados diariamente en camiones, desde Iquique a la península de Cavancha. Es desde ese periodo que emergen asociaciones como el club deportivo Cavancha y los Morenos de San Pedro los que se constituyen como una instancia de reunión y festejo para los cavanchinos de la época, caracterizado por el sentido de pertenencia al barrio. En la actualidad el sector dejó de ser una caleta, como también dejaron de encontrarse los lugares antes mencionados, desplazados por actividades económicas relacionadas con la hotelería y la gastronomía, así también el aumento inmobiliario influyo directamente en que se reemplazaran las humildes viviendas de los cavanchinos por modernos edificios, dando una connotación de lujo y poder económico, quedando atrás la vida e identidades de los habitantes nacidos y criados allí. Sin embargo existen lugares y prácticas que como un acto de resistencia han sobrevivido a la globalización dentro de la península de Cavancha, como lo son el equipo de fútbol Cavancha y los morenos de San Pedro, de la misma manera, el ejercicio de realizar un “piquero” en el Saladero. El sector llamado el Saladero se encuentra ubicado en la calle, actualmente conocida como capitán Roberto Pérez. Se denomina así, a la playa donde hoy esta ubicado el club náutico y por otro lado adquiere el mismo nombre el sector del molo, espacio comprendido dentro de la caleta Cavancha. De acuerdo al relato de una cavanchina, la señora María Elizondo de Pizarro, expone: “Esa playa adquiere el nombre “El Saladero”, porque la Pesquera Cavancha operaba en el sector y realizaban el proceso de salar los pescados. El tratamiento que realizaban consistía en secado y luego bañar al pescado en sal, para continuar procesándolos y terminado en atún. Es por lo que debajo de la pasarela estaba la playa El Saladero. De la playa ya nada queda, más que el molo y el balneario ubicado en el club náutico que se le conoce como Saladero Dos”.

Debido a los cambios propios del progreso, la pesquera desapareció dando paso a la caleta de Cavancha, sector que en la actualidad es utilizado por pescadores para el desembarco de botes y abastecimientos de productos marinos. No obstante el sector del molo en El Saladero es utilizado mayormente por varones, adolescentes entre 13 y 25 años quienes realizan la práctica del piquero, como actividad recreativa. En algunas ocasiones se pueden visualizar adultos realizando acrobacias en los piqueros, rememorando sus años de adolescentes. El piquero es llevado a cabo durante la época de verano principalmente en las tardes, en donde grupos de adolescentes de distintos barrios se organizan y caminan al sector. “El piquero” consta de dos modalidades; en primera instancia se encuentra el que se realiza desde el molo y por otra parte el que se ejecuta desde el barco, específicamente desde el tangón (botalones que se colocan al costado de la proa). Sin embargo hay que hacer la salvedad, que el piquero no solo se atribuye a desde donde se realiza, sino también a la acrobacia que se aplica en él. Por otra parte el piquero representa un sentido más profundo, el evocar la tradición de realizar piruetas con la intención de demostrar el ímpetu y virilidad típica de los varones iquiqueños, que ejecutan tan osadas proezas ante las féminas que acuden al sector a observar, como a su vez el cortejo propio que provoca la práctica. De la misma manera las condiciones estructurales y formación de una piscina natural facilitan la realización de este acto en el sector de la caleta de Cavancha. La transmisión de esta costumbre se lleva a cabo a partir de la invitación de un amigo al lugar y por medio de la observación y la imitación del piquero, logrando que las generaciones actuales y futuras lo sigan realizando. Esta costumbre no se ha encontrado ajena a la resignificación en el tiempo, puesto que en primera instancia, en sus inicios era en la orilla donde se aprendía a nadar, para después pasar al molo, continuar en el muelle y terminar en la grúa que solo los valientes se

atrevían a subir. Al término de la tarde se iban nadando a playa Cavancha para retornar a sus hogares.

En la actualidad existe una re-significación, puesto que ya no existe la orilla de playa, debido a que el sector fue cercado por particulares dificultando su ingreso, de la misma forma ya no existe la grúa y la costumbre actual radica, como ya se mencionó, en lanzarse desde el molo y el tangón. Al mismo tiempo la práctica de volver nadando es casi imposible, debido a los deportes acuáticos que se han concentrado desde el sector “casino” hasta “la caleta” por el mar, impulsados por el turismo deportivo. Es importante destacar que en la actualidad este acto no solo es realizado por hombres, sino que también por adolescentes mujeres desde los 15 años en adelante. No obstante de que el piquero en El Saladero ha sido sometido a procesos de resignificación simbólica y material, continua siendo una práctica que se sigue llevando a acabo, por adolescentes hombres y mujeres que cada tarde durante la época estival concurren al sector para ejecutar diversas piruetas como por ejemplo: “palomitas”, “bombas”, “superman”, “paquetes” y “americano” entre otras. Las que permiten pasar la tarde con los amigos impresionando a las personas que se encuentran observando.

De acuerdo a lo que se pudo visualizar, la finalidad de este trabajo consistió en identificar, documentar e investigar esta costumbre de la cultura popular con el objetivo de realizar un rescate y poner en valor el piquero en el sector del Saladero como una práctica social y recreativa aún presente en la caleta Cavancha. A nuestro entender, creemos de vital importancia poder internalizar que estas actividades estructuran la vida de las comunidades y sus grupos, entregando identidad y sentido de pertenencia a un determinado territorio, las que son construidas socialmente desde la interacción otorgándole valor a la acción, de la misma manera que reafirman la identidad comunitaria de quienes lo practican.