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    EL CATOLICISMO EN UNA SOCIEDAD

    SECULARIZADA:

    EL CASO URUGUAYO

    Nstor Da CostaUniversidad Catlica/Instituto Universitario CLAEH Uruguay

    Resumen. El artculo realiza una caracterizacin del catolicismo enUruguay, reconociendo que el mismo revista las caractersticas culturales

    propias de dicha sociedad, tempranamente secularizada desde princi-pios del siglo XX y atpica respecto del resto de Amrica Latina. Se

    describe el periplo de relacionamiento del catolicismo con el conjuntode la sociedad y se plantean los principales desafos que el momentoactual le plantean en el marco de la modernidad tarda y en una poca

    de permanentes cambios.

    Abstract. The author provides a characterization of the Catholic Church

    in Uruguay, showing how it is influenced by the cultural characteristicsof Uruguayan society, which is the most secular one in Latin America.

    He describes the relationship that this institution has established with therest of the society during the XX century, and what kind of challenges it

    confronts in the contemporary conditions of late modernity.

    Ciencias Sociales y Religin/Cincias Sociais e Religio, Porto Alegre, ano 1, n. 1, p. 131-141, set. 1999

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    En tor no al concepto de secularizacin

    El ttulo del Seminario Temtico que me toca integrar me

    hizo cambiar el enfoque y el nfasis de lo que originalmentepensaba exponer. Dado que el mismo es Secularizacin y

    Pluralismo y mi ponencia es acerca del catolicismo en una

    sociedad secularizada me pareci pertinente comenzar por el

    tratamiento del concepto de secularizacin que aunque en los

    ltimos tiempos se percibe un cambio en el contenido del trmino

    secularizacin, en algunos mbitos y en especial en mi pas es un

    debate todava pendiente.

    Las teoras de la secularizacin han dominado los enfoquesde la sociologa de la religin en una parte sustancial de este siglo.

    Sin embargo siempre ha habido contrasentidos y poca claridad, o

    ms bien ambiguedad, en torno a la definicin del concepto que

    ha sido utilizado con distintos sentidos. Es as que se bajo el

    trmino secularizacin se ha aludido a:

    Procesos de creciente decadencia de la religin en la sociedad

    que marcaban un proceso que marcaba como horizonte prxi-

    mo su desaparicin y superacin por las ciencias positivas. Procesos donde lo religioso progresivamente se mundanizaba,

    en donde los procesos de institucionalizacin socavan la pureza

    inicial del mensaje religioso, perdiendo ste su capacidad

    evocativa de lo metasocial

    Tambin ha significado un proceso de autonomizacin de la

    sociedad frente a lo religioso. La sociedad, con el avance de las

    ciencias, se autonomiza de las imposiciones que le haban sido

    impuestas desde la ortodoxia religiosa. Otro significado ha sido el de la desacralizacin del mundo: El

    mundo entero (y no solo la sociedad civil) queda desposedo

    del carcter sagrado, en tanto que todo es expesable por

    construccin de tipo racional-causal. El triunfo de la razn, la

    ciencia y el progreso avanza inexorablemente.

    En suma, desencanto del mundo, prdida de peso de las

    instituciones religiosas, avance de la ciencia y la razn, la nocin de

    progreso, la inexorable desaparicin de la religin, privatizacin de

    NSTOR DA COSTA

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    lo religioso, desacralizacin, aparecen como elementos a los que de

    una forma u otra se aluda con el trmino secularizacin. Los hechos,

    una vez ms, son quienes van diciendo hoy en da que las cosas no

    han ido en esa direccin. La realidad es porfiada y se resiste a hacercaso a las observaciones de expertos y a nuestras premoniciones.

    Subyacente a estos enfoques dominantes sobre la seculari-

    zacin aparecen algunos aspectos a mencionar. Uno de ellos es

    que todo este arsenal terico fue construido para occidente en

    sentido amplio donde la expresin de lo religioso ha estado

    referida a la presencia de la institucin mayoritaria como es la

    Iglesia Catlica, y esto ha llamado a muchos a confundir o identifi-

    car, consciente o inconscientemente Iglesia Catlica con religin. LaIglesia Catlica no es ms que una manifestacin histrica del

    hecho religioso, con una institucionalidad propia (Estruch 1994).

    Tambin se aprecia en este tema la perdurabilidad de los

    conceptos o ms bien profecas decimonnicos sobre la

    decadencia y desaparicin de la religin, que no han tenido el

    necesario respaldo emprico. Los hechos actuales muestran a quien

    quiera verlos que la religin no ha desaparecido, sino que est

    presente en formas distintas, que lo que est sucediendo es quehay una importante reestructura del campo religioso en nuestro

    tiempo, pero ciertamente no una desaparicin del mismo. Hay

    quienes afirman que todo desencantamiento del mundo supone e

    implica a la vez la emergencia de nuevas formas de reencantar

    (Estruch 1994). Siguiendo a Daniele Hervieu Leger no se trata de

    un despertar religioso ni de un retorno a lo sagrado, sino que se

    est en presencia de una continuidad del fenmeno religioso. De

    una continuidad dentro de una profunda transformacin social. Setrata de la reorganizacin de la presencia de la religin en el

    contexto de la modernidad (Hervieu-Leger 1986).

    El caso uruguayo

    Luego de esta introduccin que pretendi acotar el trmino

    secularizacin intentar hablar del catolicismo en Uruguay, un

    EL CATOLICISMO EN UNA SOCIEDAD SECULARIZADA

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    pas y una Iglesia que se consideran secularizados. Quiz este

    trmino se refiere en el contexto uruguayo a la temprana

    separacin de la Iglesia Catlica de los poderes del Estado.

    En Uruguay la Iglesia Catlica se separ del Estado en laConstitucin Nacional de 1917, legal y efectivamente. El proceso

    que localmente se ha llamado proceso de secularizacin del

    Uruguay fue en definitiva un itinerario histrico de construccin

    nacional en que el Estado emergente y la Iglesia Catlica pugnaron

    por la ocupacin de lugares pblicos (Caetano y Geymonat 1997).

    En ese marco el Estado fue asumiendo funciones que

    histricamente haba desempeado la Iglesia Catlica (como

    control de cementerios, hospitales, laicizacin de rituales pblicos,secularizacin de los feriados, cambio de nombre de ms de 30

    pueblos y ciudades con nombres de santos, etc.) y estuvo jalonado

    de fuertes enfrentamientos entre estos dos actores, as como por

    enfrentamientos en el seno mismo de la Iglesia Catlica,

    enfrentamientos que reproducan las posiciones en la sociedad

    dentro de la Iglesia.

    El proceso de separacin de la Iglesia y el Estado culmina

    hacia 1920. El Estado uruguayo logra consolidarse hacia 1904 y enlos primeros aos del siglo XX se desarroll un proceso social de

    modernizacin muy importante para el pas ya que tuvo caracters-

    ticas fundacionales, en cuanto a la puesta en marcha y

    consolidacin de un modelo de pas viable, con una importante

    estructura productiva, de servicios y con un fuerte rol de

    integracin social que hicieron del Uruguay un pas con importan-

    tes avances en comparacin con el resto de Amrica Latina.

    La Iglesia Catlica se haba resistido al proceso de prdida deinfluencia y haba desarrollado una estrategia de presencia a travs

    de la creacin de organizaciones catlicas (sindicatos, partidos polti-

    cos, la pugna por la educacin religiosa) contando con la importante

    figura del primer Arzobispo de Montevideo, Mariano Soler, -un im-

    portante intelectual de la poca- y un grupo de laicos de fuerte

    presencia en lo social (Caetano y Geymonat 1997). La Iglesia

    desarroll una estrategia de reconquista de los espacios perdidos.

    Este se hizo fundamentalmente a travs del proyecto de los

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    Congresos Catlicos (Bazzano 1993). El primero se desarroll en

    1889 y tuvo por objeto unificar fuerzas frente a los ataques exterio-

    res; el segundo se llev a cabo en 1893 y en l se dio especial

    impulso a la promesa catlica. El tercer congreso fue en el ao 1900y prest atencin a la organizacin de la juventud y se plante por

    primera vez organizar a los catlicos en torno a un partido poltico.

    El cuarto y ltimo se realiz en 1911 y su objeto fue la

    reorganizacin del laicado en torno a las tres uniones, la Unin

    Social, la Unin Econmica y la Unin Cvica. Concomitantemente

    otra institucin como el Crculo Catlico de Obreros realizaba

    tambin congresos en la misma direccin. El proceso encuentra su

    fin en la dcada de 1920 luego de la separacin de la Iglesia con elEstado: los textos de la poca permiten ver que tanto desde la esfera

    de los poderes pblicos como de la iglesia Catlica se comienza a

    aceptar que el lugar de sta ltima est en el mbito de lo privado e

    ntimo y no en lo pblico.

    Como saldo de esta larga y dura pugna no slo el estado

    tom el control de un conjunto de servicios e instituciones antes

    controladas por la Iglesia Catlica, sin que entroncando con el

    proyecto de pas batllista (por ser Jos Batlle y Ordez, presidentede la Repblica su propulsor), el Estado se convirti en un fuerte

    proveedor de dones, asumiendo para si un importante conjunto de

    elementos religiosos, reflejando los anhelos de trascendencia en la

    actividad profana del Estado que se presentaba como el gran

    proveedor de bienes materiales y simblicos.

    El culto religioso o cuasi religioso a lo profano se materializa

    en el Estado uruguayo y en su sistema poltico.Se producen

    transposiciones de creencias, devociones, rituales y liturgias almbito secular. Estas consideraciones parten de la base de que el

    conjunto de elementos mticos y litrgicos que aparecen central-

    mente en algunas sociedades llamadas secularizadas no son ex-

    clusivos de religiones de lo sobrenatural.

    En la conformacin del Estado y la nacin moderna

    uruguaya se produjo un desplazamiento de la Iglesia Catlica a

    lugares secundarios de la sociedad y el nuevo Estado, integrador

    de diversidad poblacional inmigrante, proveedor de casi todo, se

    EL CATOLICISMO EN UNA SOCIEDAD SECULARIZADA

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    transform en una religin civil, como dice Giner (1994) a travs

    de la sacralizacin de rasgos de la vida social en rituales pblicos y

    liturgias cvicas o polticas encaminados a conferir poder y reforzar

    la identidad, y el orden en una colectividad heterognea,atribuyndose trascendencia mediante la dotacin de carga

    numinosa a sus smbolos, as como de carga pica a su historia.

    Al decir de un autor uruguayo ... se extirp la religin ofi-

    cial, se la arrincon hasta hacerla disidencia familiar... pero no se

    elimin la religiosidad, sino una religin establecida y se fund otra

    religin que se convirti en la mayor religin uruguaya del siglo

    XX (Andacht 1992).

    La Iglesia Catlica acept su rol en la esfera de lo privado,ntimo y prcticamente, con pocas oscilaciones, se mantuvo all

    hasta la llegada de los 60. Durante todo ese tiempo se desarroll

    una actitud de preservar a los que ya eran catlicos en estructuras

    confesionales, al decir de Segundo y Rod (1969), se desarroll un

    modelo de ... pequea cristiandad privada enclavada en un pas

    laicista, fortaleza sitiada y campana de cristal donde la vida del

    clrigo cada vez ms se desarrolla dentro de las filas catlicas, con

    poco contacto con el exte rior ; la vida de l laico cat li co, resultaforzosamente esc indida en di f ci l tens in entr e un pas libera l cuyas

    reglas de juego debe asumir de hecho por la fuerza de las cosas

    La dcada del 60 replantea el lugar social de la Iglesia Catli-

    ca a partir de la conjugacin de un conjunto de factores, por un

    lado el agotamiento de un modelo de pas con su crisis propa, por

    otro el Concilio Vaticano II con una clara reformulacin del rol y la

    presencia de la Iglesia en lo social as como la Conferencia de

    Obispos de Medelln (para algunos la adaptacin del ConcilioVaticano a Amrica Latina); y como tercer factor debemos agregar

    los aires propios de esa dcada provenientes allende fronteras.

    La divisin comenz a instalarse en el seno de la sociedad

    uruguaya aumentando el grado de confrontacin interna. La Iglesia

    Catlica no fue ajena a ese proceso a lo que deben sumarse las

    divisiones que trajo aparejado la aplicacin del Concilio a nivel

    local. El primer gran conflicto interno estuvo centrado en la

    conduccin de la Arquidicesis de Montevideo (Martnez 1992). El

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    cardenal Barbieri, titular de la arquidicesis haba visto agravada su

    salud y el Vaticano nombr un Administrador Apostlico que

    contaba con el apoyo del nuncia. El Nuevo Administrador (Mons.

    Corso) tena una posicin abiertamente contraria a la realizacin decambios, incluidos los provenientes de la mayora.

    Esta actitud lo enfrent con la mayora del clero y del

    laicado, especialmente los provenientes de movimientos apostli-

    cos. El enfrentamiento tuvo ribetes muy altos y luego de varios

    episodios donde el ms notorio fue el que se desarroll en

    medio de un acto pblico el da del Papa, en donde el nuncio fue

    abucheado el Vaticano resolvi la creacin de una dicesis, por

    la divisin de otra existente, y traslad a dicho lugar a Mons.Corso, envi un interventor a la nunciatura y luego sustituy al

    nuncio y nombr Administrador Apostlico a Mons. Carlos Parteli,

    el obispo con mayor preocupacin por la cuestin social.

    A partir de la llegada del nuevo Administrador apostlico de

    Montevideo, que fue un activo participante en el Concilio Vaticano

    y presidi la Comisin de Paz de la Conferencia de Obispos de

    Medelln) comenz de una poca de apertura a la participacin

    laical y de mayor presencia de la Iglesia en las cuestiones sociales.Asimismo, el conjunto de actores de la sociedad uruguaya

    reaccion frente a este cambio de posicionamiento, reclamando la

    no intromisin en asuntos que no era de su competencia, por un

    lado y por otro aplaudiendo sus posturas en lo social. Cabe aclarar

    que esta nueva presencia de la Iglesia en la escena pblica no se

    hizo en una perspectiva integralista o restauracionista, donde se

    llamara a la reconstruccin del ser catlico en la sociedad, sino que

    se hizo en perspectiva de dilogo y de presencia en favor de losms necesitados y de la libertad. Esto cambi la presencia de la

    iglesia en la esfera pblica sobre todo en la segunda mitad de la

    dcada del 60, aunque su episcopado estaba tambin atravesado

    por las mismas tensiones que el conjunto de la sociedad..

    En 1973, se llev a cabo un golpe de estado y comenz la

    dictadura uruguaya. Frente a la misma la Iglesia sigue teniendo una

    actitud de presencia en lo pblico aunque su episcopado, por

    mayora, quit libertad de accin a los obispos ms propensos a

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    una presencia en lo social, neutralizndose en cierta forma el

    accionar pblico, aunque no su presencia en lo pblico, aunque

    ahora la Iglesia era vigilada como todos los dems actores del pais.

    Mientras el episcopado neutralizaba su accin como tal, la mayorade las parroquias abri sus puertas a la participacin ciudadana y

    gener espacios de libertad a muchas organizaciones sociales y

    polticas.

    El retorno a la democracia en 1985 es coincidente con el

    cambio de Arzobispo de Montevideo. La nueva administracin, as

    como el conjunto de la Iglesia aparecen en la escena pblica sin

    proyectos claramente definidos. En estos ltimos aos, luego de

    marchas y contramarchas en general se puede apreciar unandar inercial de la Iglesia sobre la base de la experiencia pasada y

    la presencia social, en algunos casos de forma inercial.

    Concomitantemente el universo religioso da muestras de

    cambios. El primero de ellos que la propia sociedad comienza a

    vislumbrar es el referido a la instalacin de religiosidad afro-

    brasilea que entr al Uruguay por las fronteras terrestres con

    Brasil y que comienza a realizar celebraciones pblicas los das 2

    de febrero en las playas de Montevideo.El segundo cambio ms visible es la aparicin del

    pentecostalismo a travs de la proliferacin de templos en algunos

    barrios de sectores bajos y en el propio centro de Montevideo.

    Estas iglesias provienen sobre todo de Argentina y Brasil.

    La reestructura del campo religioso que se opera en el mun-

    do actual sorprende a la Iglesia Catlica que no encuentra

    respuestas frente al mismo o tiende a ensayar respuestas aisladas.

    Si tuviramos que caracterizar el momento actual podramosdecir que en la iglesia Catlica no hay conciencia del cambio de

    lugar social de lo religioso, y que hay confusin o mejor dicho el

    despiste en torno a esa situacin.

    Es as que las acciones pastorales son aisladas: El crecimiento

    concentrado de la experiencia carismtica (o pentecostalismo cat-

    lico), el crecimiento y estabilizacin de movimientos de corte

    intimista y con una vivencia propia de lo simblico, los movi-

    mientos espiritualistas intimistas, las propuestas de fuerte com-

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    promiso con los sectores ms dbiles, etc., son algunos de las

    principales tendencias que se pueden apreciar.

    Si es claro que los itinerarios locales del catolicismo y el

    peculiar proceso de secularizacin han marcado su impronta enla sociedad y en la Iglesia y que la Iglesia uruguaya no sera

    entendible sin ese itinerario. A diferencia de otros lugares, como

    por ejemplo la Argentina, el catolicismo intransigente no slo no es

    hegemnico (Mallimaci 1996) sino que su significacin es escasa.

    En el medio del conflicto de la secularizacin (1867-1906)

    este fue sin duda muy importante, pero ya en los ltimos aos del

    mismo se notaban importantes cambios de posicin referidas a lo

    sano que podra llegar a ser una separacin entre Iglesia y Estado.El propio Arzobispo de Montevideo as lo dejaba consignado en

    uno de sus escritos (Cayetano y Geymonat 1997).

    Formas y tipos de catolicismo

    El ser catlico no es parte de la construccin identitaria del

    Uruguay y si es parte de esa construccin el reconocimiento delUruguay como una sociedad secularizada, laica.

    No me resulta posible con los elementos de anlisis de que

    dispongo elaborar una tipologa clara del catolicismo uruguayo, o

    mejor de los catolicismos uruguayos, sin embargo se pueden men-

    cionar brevemente algunas lneas de clasificacin que nos

    permitirn seguir avanzando en la investigacin.

    Un tipo es el que Mallimaci (1996) llama Comunidades

    Emocionales en los que la consideracin de lo emocional y lo ntimotiene un lugar central y en el que la conjuracin de la incertidumbre

    personal juegan un rol importante en los contenidos centrales. Encon-

    tramos aqu a la experiencia carismtica, as como a los

    neocatecumenales, la Comunidad Jerusaln, Dalmanut, entre otros.

    Otro tipo de catolicismo es el que podramos llamar

    dialogante con perfil social. El nombre de la categora habla de

    que se percibe una actitud donde no se plantea la preeminencia de

    un modelo catlico de sociedad, y por tanto, dialoga con sta. Y el

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    perfil social viene dado por su opcin a tener presencia en el

    mundo de los excluidos, los ms pobres y desde all desarrollar su

    fe catlica.

    Probablemente estos sean los pilares articuladores de la pre-sencia del catolicismo en la sociedad uruguaya, aunque sin duda

    no los nicos, ya que hara falta mencionar otras experiencias

    como la del Opus Dei.

    Con excepcin de algunos movimientos de tipo comunida-

    des emocionales la presencia en lo social, en el mundo de los

    pobres y los excluidos con propuestas de distinto tipo parece estar

    presente en la mayora de las propuestas mencionadas incluida,

    claro est la del Opus Dei y teniendo un lugar ms importante enel tipo dialogante.

    Aunque el tipo dialogante es hoy por hoy hegemnico el

    momento actual parece caracterizarse como de continuidad

    inercial y propuestas por ensayo y error. Esto quiere decir que

    muchas de las acciones pastorales de los distintos espacios dentro

    del catolicismo uruguayo intentan seguir adelante con un alto

    grado de perplejidad por las nuevas interrogantes puestas por los

    cambios de sta poca o mejor por este cambio de poca yensayando en ese universo respuestas con alto contenido de mo-

    delos del pasado reciente (aos 60 y 70), por un lado y/o tratando

    de incorporar otros elementos provenientes de la confrontacin

    personal de quienes lo llevan adelante con nuevos requerimientos

    del momento o incluso ante el cuestionamiento que otras

    propuestas religiosas no catlicas ponen a su frente como desafo

    de estas horas.

    La alta capacidad normatizadora de la Iglesia, y quiztambin de la sociedad, uruguaya muestra que la aparicin de

    propuestas diversas, provenientes fundamentalmente de fuera del

    pas, y que poseen una lgica interna propia y altamente coherente

    consigo mismas han sufrido, luego de su llegada y primer impacto,

    un acotamiento de sus posibilidades de crecimiento y de conver-

    tirse en masivas o hegemnicas. A esto debe sumarse la inexis-

    tencia de liderazgos claros dentro del seno del episcopado y

    tambin del cuerpo sacerdotal.

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    Los prximos aos sern, quiz, momentos de replanteos y

    reubicacin del ser y quehacer de la Iglesia Catlica en el seno de la

    sociedad uruguaya. Cabe preguntarnos si la no existencia de mode-

    los claramente dinamizadores persistir por mucho tiempo o sialguna de las experiencias existentes lograr adquirir un dinamismo

    y un peso interno propio que le permita replantear las formas de

    presencia de la Iglesia Catlica o quiz la demanda de un catolicis-

    mo romano preocupado por acrecentar el nmero de catlicos

    genere un empuje importante en esa direccin. Queda tambin

    presente la pregunta de si surgirn lideres claros que funcionen de

    factores aglutinantes que permitan dinamizar todo este proceso.

    Estas preguntas slo las responder el futuro, aunque segura-mente el esbozo de las mismas est presente en los diferentes

    catolicismos existentes en el Uruguay y quiz fuera de sus fronteras.

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    EL CATOLICISMO EN UNA SOCIEDAD SECULARIZADA

    Ciencias Sociales y Religin/Cincias Sociais e Religio, Porto Alegre, ano 1, n. 1, p. 131-141, set. 1999