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DIARIO DE BURGOS DOMINGO 2 DE SEPTIEMBRE DE 2007vivirverano200726
MÍRIAM LÓPEZ / LA BUREBA
Cuando llega el final de algo queha sido maravilloso, la tristeza
comienza a cubrir los bellos re-cuerdos dejándolos ya , para siem-pre, manchados por la pena de loque un día brilló. Hoy, camino dela Bureba, los campos de girasolescuentan que ya les queda poca vi-da, que el color que nos ofrecíanse ha borrado del paisaje y ya tansólo queda esperar el fin. Un de-senlace demasiado trágico queasalta a los pueblos y que, poco apoco, acaba con ellos como si fue-ra una epidemia de soledad queles va perdiendo en el olvido.
No muy lejos de la capital exis-te un precioso y abandonado lu-gar. Un viejo cartel indica que en-tramos en Bárcena de Bureba. Ba-jo los rayos del sol la zona esespecialmente bonita. Nunca lle-
El aguaque da vida
lugarespara perderse
Estas tierras burebanas al pie delPáramo de Masa esconden verdestesoros y unas aguas cristalinas quedeslumbran a vecinos y visitantes.
gó a ser asfaltado. Cada paso porlos estropeados caminos resultamás triste pues apenas cuatro ca-sas conservan el tejado. Las puer-tas abiertas descubren habitacio-nes oscuras, tétricas, que escon-den historias perdidas en otrotiempo. Los manzanos y ciruelosestán repletos de fruta que nadiecogerá. El silencio rodea las ruinasde adobe y las apolilladas vigas demadera. Un final que, quizá, nosea para siempre pues, al parecer,hay quien está interesado en revi-vir el pueblo. Hasta entonces seráuno más de tantos, un lugar en elque los restos de lo que fueron ho-gares estremecen al visitante ha-ciéndole imaginar lo que en untiempo lejano tuvo vida.
A menos de cuatro kilómetrosse encuentra nuestro siguientedestino, Castil de Lences. Al llegar,se aprecia que se trata de un pue-blo con un encanto especial. Lascasas llenas de flores, las estrechascalles empedradas a la perfeccióny el sonido, ese sonido de Castil; elsonido de las aguas. Y es que el pe-queño riachuelo que atraviesa lalocalidad es un gran atractivo,pues regala a todo el que pasea porsu lado la misma vitalidad y fres-cura que él mismo desprende. Alcaminar por las estrechas y labe-rínticas vías encontramos a jóve-nes y mayores. Estos últimos conla cosecha entre sus manos o ha-ciendo algún que otro trabajo per-misible durante las vacaciones,aunque sea para enseñar a los máspequeños una pizca de la vida deantaño.
HISTORIA RELIGIOSA. En la par-te más alta del pueblo y perfecta-mente integrado con el resto de laarquitectura se encuentra el con-vento de la Asunción de NuestraSeñora, que se comenzó a cons-truir en el año 1270. Desde este lu-gar la vista resulta fabulosa. Ade-más del olivo situado a escasosmetros, la imagen se completa conlos campos en los que es agrada-ble ver el ondeante movimientode los altos chopos. Actualmente,son 19 las monjas de clausura queallí viven. Aunque en otro tiemposí mantenían relación con los ve-cinos del pueblo por motivos detrabajo, ahora, dedicadas de plenoa la restauración, son autosufi-cientes. Además del templo quepertenece al convento, el pueblodispone de otra parroquia de granbelleza. Enfrente de una impresio-nante morera se encuentra un be-lla portada románica. En la parteposterior de la iglesia, tras una pe-queña puerta encontramos unaestrecha escalinata de caracol que