casado en casa puede seguir trabajando de forma gratuita
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casado en casa puede seguir trabajando de forma gratuita las tierras
que tocaron a sus hermanos, y acabar por recomprárselas a unprecio reducido.
Podemos ahora encarar de forma más adecuada el problema
de por qué «cierran» o no las «casas». El ciclo de desarrollo del
grupo doméstico se soluciona en un proyecto reproductivo al que
se subordinan las estrategias productivas. En toda «casa» los padres
ancianos suponen ventajas y problemas: problemas en cuanto con-
forme ^envejecen precisan de forma creciente cuidados y afecto,
llegando a cuasi-monopolizar el trabajo de una persona a su servi-
cio; ventajas en tanto son titulares de una casa y tierras, aportan
su trabajo en tanto les es posible, al menos vigilando al ganado 0
a sus nietos, y sobre todo reciben una pensión. De esta manera el
proyecto reproductivo de todo grupo doméstico oscila entre dos
posibilidades. En un extremo un proyecto según el cual uno de los
hijos casará en la casa rural y convivirá con los padres ancianos,
solución que hace al mismo tiempo posible (le da sentido) y necesa-ria, dados los altos costes de la reproducción, la intensificación
productiva. En el otro extremo tenemos un proyecto donde los
ancianos quedan solos ante la marcha de todos sus hijos: los recursos
de la «casa» se subordinan entonces a la reproducción, presente o
futura, de la/-s familia/-s de quienes marcharon, mientras que las
atenciones que de forma creciente precisarán los viejos serán satisfe-
chas por esos hijos. Mientras en los años 60 muchas «casas» organi-
zaron su reproducción sobre este segundo proyecto, desde mediados
de los 70 un proyecto basado en la contiñuidad de la «casa» volvió
a ser la solución dominante.
I.3. ESTRATEGIAS PRODUCTIVAS
I.3.1. La importancia de la producción lechera dentro deuna estrategia productiva global
Hay una gran diversidad entre las veintitres explotaciones gana-
deras de San Martiño, tanto en la dimensión de su actividad produc-
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tiva como en él grado de intensificación técnica que alcanzan. La
comparación es fácil, dado que el vacuno lechero es la especializa-ción productiva adoptada por la práctica totalidad de las explota-
ciones. Y así en el Cuadro VI vemos que los ingresos derivados de
la producción agrícola oscilan entre valores extremos de 0 pts y 3
millones de pts por explotación; que la cabaña ganadera oscila
igualmente entre 0 y 29 vacas; y que, de forma correlativa, hay
grandes disparidades en la inversión en maquinaria e instalaciones
real'izada por cada explotación -Cuadro VIII-.
CUADRO VI
ORIGEN DE LOS INGRESOS ANUALES EN METALICO
EN 35 «CASAS» DE SAN MARTIÑO, 1988
CASAS
INGRESO AGRICOLA SALARIOS PENSIONISTAS TOTAL
NUMERO INGRESO NUMERO INGRESO NUMERO INGRESO INGRESOVACAS
1.-Alberto 29 3.000 2 540 2 1.160 4.700
2.-Bouzas 28 2.700* 3 2.500* I 670 5.800*
3.-Couto 27 2.610 1 720 - - 3.300
4.-Lousado 20 1.900* - 1 670 2.570*
5.-Arturo 20 1.900* - - 1 670 2.570*
6.-Roque 16 1.750 1 800 2 980 3.530
7.-Tito 17 1.600* 1 1.100* 2 980 3.680*
8.-Rial 17 1.600* I 800 - - 2.400*
9.-Xan 14 1.300* - - 1 490 1.790*
10.-Barbeiro 14 1.200* - - 1 490 1.690*
11.-Armando ]0 800* 1 225 1 670 1.895*
12.-Pozo 10 800* - _ _ - 800*
13.-Ernesto 12 1.000* - - 2 715 1.715*
14.-Zarros I1 900* - - 2 980 1.880*
15.-Valiño 9 '900* 1 800 - - 1.700*
16.-Muiño 10 800* 1 225 1 670 1.695*
17.-Anxel 11 1.400* 2 1.500 - - •2.900*
18.-Ferreiro 10, 900* 3 1.800* 1 490 3.190*
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INGRESO AGRICOLA SALARIOS PENSIONISTAS TOTAL
NUMERO
CASAS VACASINGRESO NUMERO INGRESO NUMERO INGRESO INGRESO
19.-Narciso 6^ 600* 2 1.300* 1 490 2.390*20.-Bazar 7 500* - - • - - 500*21.-Madorra 7 650* - - 4 1.350 2.000*
22.-Valado 5 400* 1 450* - - 850*
23.-Saiño 4 300* - - 1 490 790*
24.-Tomás - 100* 2 1.200* - - 1.400*
27.-César 2 60* - - 3 1.220 1.280
28.-Jaime 2 60* - - 2 980 1.04029.-Herminio 2 60* - - 2 980 1.04030.-Pombal 1 30* - - 3 1.470 1.500
31.-Pepe - - - - 1 490 490
32.-Rosendo - - - - 2 980 980
26.-Remedios - - - - 1 490 490
34.-Ana 1 - - - 1 235 235
35.-Tino - - - - 1 490 49036.-Arzua - - - - 1 200 20037.-Arsenio - - - - - - -TOTAL 322 29.280* 22 13.960* 41 19.500 62.280*
Ingresos calculados en miles de pts. Cifras marcadas con «*» están calculadaspor estimación (27)
Fuente: Encuesta oral y trabajo de campo en general.
(27) Aunque poseo datos sobre ingresos y gastos de todas las «casas», sólo en
tres de ellas realicé una cuenta de producción exhaustiva. Por ello digo en el Cuadro
VI que en las demás «casas» he calculado el ingreso agrícola «por estimación»,infiriendo los datos que me faltaban en cada cuenta de producción por comparación
con los de otras «casas». Por ello podría haber un error en esas cifras de hasta un
10-15 %. En cuanto a los ingresos por trabajo fuera de la explotación, el error en
las cifras «estimadas» podría ser de hasta un 25 %: en los casos de trabajadores
autónomos que cobran «por obra», porque conozco su tarifa al día, pero no el
número exacto de días que trabajaron en el año; en otros casos simplemente porque
no pude recoger información fidedigna al respecto.
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No debemos sin embargo interpretar estas diferencias como situvieran valor en sí mismas. En primer lugar porque los ingresos
por la verita de productos agroganaderos son sólo una parte de losingresos totales pércibidos por las «casas» de 5an Martiño, enconcreto algo menos del 50 %. Pensiones y salarios son capítulosigualmente importantes, como vemos en el Cuadro VI.
Las pensiones generan casi 1/3 de los ingresos totales. Ya dicenen San Martiño que
«Aiqui o mais rentable seria poñer unha granxa de aellos»
Esto se debe a que las pensiones suponen una ganancia casi
neta, debido a los bajos costes de mantenimiento de los viejos. Laspensiones de vejez juegan un doble papel. En las «casas» quecuentan con gente joven, financian la adquisición de maquinaria,o en general cualquier tipo de mejoras en la explotación; en las«casas» ocupadas sólo por viejos - agrupadas al final del Cua-dro VI-, casi suponen el único ingreso, y además de servir paraatender los gastos corrientes de sus perceptores, generan un ahorroconsiderable que no revierte en la producción agroganadera.
Los salarios suponen el tercer capítulo, algo más del 20 % de
los ingresos -Guadro VI-. La distribución entre las «casas» esmuy desigual, sólo diez de ellas perciben por este concepto más de
500.000 pts., y sólo seis deben a sus salarios la mitad o más de susingresos totales. La importancia de este capítulo es mayor en las«casas» que carecen de pensionistas y/o tienen una cabaña ganade-ra reducida.
Las diferencias entre los ingresos agrícolas de las distintas «ca-sas» requieren una segunda matización. Por un lado, porque conla palabra «ingreso agrícola» hago referencia al valor de la produc-ción vendida, no la autoconsumida, y esta última tiene una granimportancia. Y además, porque para calcular dicho «ingreso agríco-la» descuento de los ingresos por la venta de productos agrícolassólo una parte de los gastos.
En el Cuadro VII se desglosa la cuenta de producción que herealizado exhaustivamente para tres «casas». Descuento del valor
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de la producción vendida tres grandes capítulos de gastos: «gastos
fuera del sector», que inciden directamente sobre la producción;
impuestos; y pagos a la seguridad social. En cambio no descuento
el gasto en concepto de amortizaciones por la adquisición de tierra
o maquinaria, ni por la realización de obras, pues calcular dichas
amortizaciones habría supuesto un gran problema tanto de orden
práctico como metodológico.
CUADRO VII
ESTRUCTURA DEL INGRESO AGRICOLA: CUENTA DEPRODUCCION EN 3 EXPLOTACIONES DE SAN
MARTIÑO. AÑO 1988
EXPLOTACIONESALBERTO COtiTO ROQ(;E
INGRESOS ( Miles pts.)Ingreso venta leche , 4.633 4.030 2.296
" " crías 510 666 713
" " xatos ceba 185 - -
" " vacas 265 170 -INGRESOS VENTA TOTAL 5.593 4.866 3.009
INGRESO SUBVENCIONES ]08,5 24 12,5
INGRESO TOTAL 5.701,5 4.890 3.021,5
GASTOS ( Miles pts.)GASTOS FL'ERA DEL SECTORGasto Piensos 960 1.127 725
" Abonos 102 73 20" Semilla 23 34 4
" Fito/zoosanitarios 46 59 82
" Otros 30 25 7,5TOTAL GASTO FUERA SECTOR, A 1.061 1.319 838,5
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EXPLOTACIONESALBERTO COUTO ROQUE
Gasto Gasoil/Aceite 157 87 68" Reparación Maquinaria 100 - 125" Luz 66 ]00 48
TOTAL GASTO FUERA SECTOR, B 328 192 251
Gasto Reposición Ganado 675 358 -" Alquiler Maquinaria - 49 15" Compra Hierba - 38 -" Arrendar Tierra 110 2,5 -
TOTAL GASTO FUERA SECTOR, C 785 447,5 15
TOTAL GASTOS FUERA DEL SECTOR 2.174 1.958,5 1.104,5
Gasto Contribución ^ 26 26,5 19Gasto IVA 112 100 54
Gasto Seguridad Social 386 195 96
TOTAL OTROS GASTOS 524 321,5 169
TOTAL GASTOS 2.698 2.280 1.273,5
SALDO (INGRESO - GASTO) 3.003,5 2.610 1.748
Fuente: Encuesta a explotaciones.
Realizadas estas matizaciones, podemos proceder a estudiar las
diferencias en la dimensión de las explotaciones, y en el grado de
intensificación técnica alcanzado por cada una de ellas. La primera
cuestión será exponer por qué la producción de leche ocupa lamayor parte de la actividad agraria. Seguidamente estudiaré las
disparidades en la cabaña ganadera, en tanto que son indicios de
combinaciones diversas de tierra, trabajo y tecnología, y suponen
estrategias productivas distintasLa cría de ganado lechero es una opción rentabilista frente a
soluciones alternativas. El campesino de San Martiño tiende a
especializarse en una sola producción cuya colocación en el mercado
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sea segura, y a precios relativamente predecibles (28), lo que lepermite planificar a medio plazo e invertir en la mejora del equipo
productivo. Pero además la leche asegura un precio remunerativo
tanto relativo (por litro) como absoluto (por explotación) y esto
último es prioritario dados los altos costes de procreación de la
familia. La especialización lechera cumple estos requisitos y al
mismo tiempo se ajusta a las posibilidades de las explotaciones en
tierra, mano de obra y capital, y cuando una explotación opta por
una orientación productiva distinta es porque también es distinta
en ella la combinación de factores de producción.
La cría de ganado de carne aporta un ingreso neto por cabeza
menor (29) mientras exige una cantidad similar de forrajes, y dado
que muchas de las explotaciones están «forzadas» en la relación
vacas/Ha -vid infra- la especialización cárnica ocasionaría una
caida global de ingresos. Una solución alternativa que es mantener
las vacas lecheras y al mismo tiempo cebar «xatos» (terneros) a
base de piensos compuestos resulta inviable debido al alto costo
de estos piensos. Sólo en 1984 instaló cas Roque un pequeño cebade-
ro de «xatos», aprovechando el alza de los precios de la carne, y
cuando estos precios cayeron dos años más tarde tuvieron que
cerrar el cebadero. La cría de 1 ó 2 cabezas de ganado de carne
es en cambio una buena solución para viejos que viven solos, ya
que exige mucha menos mano de obra y no está sometida al control
(28) Pese a la situación de extrema dependencia en que se encuentran los
productores respecto de las centrales lecheras, todos ellos pueden contar con un
precio orientativo para otoño/invierno, y un segundo precio para primavera/verano,
estaciones estas dos en que las centrales bajan los precios, aprovechando y escudán-
dose en el crecimiento de la producción en esos meses.
(29) Similares opciones orientan la adopción de especializaciones productivas
por parte del campesinado en toda Europa Occidental, particularmente en el caso
de la producción lechera. Para contextos similares a San Martiño, de pequeño
campesinado especializado en la producción lechera, ver Greenwood (1976) -en
Guipúzcoa- o Iturra (1988) -en Pontevedra-. Para una visión general de la
cuestión, en relación con la formulación de políticas agrarias nacionales, ver Servolin
(1988).
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que supone el pago del IVA por la leche (30) . Es así como cas
Madorra, ante la inminente jubilación de su único no pensionista,
comienza en el año 1986 a sustituir el ganado de leche por reses
de carne.
Hay que hacer una salvedad. Tener 1 ó 2 vacas de carne y criar
y cebar sus «xatos» es una estrategia que permite a ciertas «casas»
colocar pequeños excedentes de mano de obra y diversificar sus
ingresos. Así en cas Alberto, cas Bouzas, cas Muiño, cas Tito y
cas Armando, que cuentan con más mano de obra de la que la
producción lechera precisa. Muy otro es el caso de la recría de
«xatas» de raza frisona nacidas en la explotación, con el fin de
reponer las vacas lecheras viejas: es esta una práctica que realizan
la mayoría de las explotaciones.Otras ganaderías también se ven limitadas por la relación pre-
cios/costos. La cría de cerdos con fines comerciales (31) presenta
la ventaja de precisar poca mano de obra y ninguna tierra, lo que
es la situación de cas Tomás y cas Anxel, que practican ATP y
tienen muv pocas fincas. La^xelación cada vez más desventajosa
entre unos costos.en alza (sobre todo los piensos) y unos precios
pagos en caida ha Ilevado a cas Tomás a cerrar la granja mientras
que los de cas Anxel «se lo están pensando».
Ventajas distintas tiene el ganado ovino para cría de corderos,
con un bajo ingreso neto por cabeza pero también con costes muy
bajos, ya que es un ganado poco exigente en alimentación y apenas
precisa mano de obra, siempre que se pueda contar con una finca
amplia «prater as ovellas soltas». Resulta atractivo como ingreso
marginal, en una época de precios altos del cordero como él año
1987. Así cas Tomás sustituyó su granja de cerdos por otra de
(30) Para vender leche es preciso sacar licencia fiscal, lo cual es incompatible
con el cobro de una pensión de vejez, y esto impide que viejos que viven solos
vendan leche.
(3l) Casi todas las «casas» ceban cerdos, pero con destino al autownsumo
no a la venta. Pero sólo una parte de los «ranchos» -lechones- de cada camada
se reservan para cebar, y el resto se vende en casa a tratantes, a la edad de uno a
tres meses.
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ovejas, mientras cas Remedios (cuya única mano de obra. es una
vieja, y su hijo que vive en Lugo y viene los fines de semana)
empezó entonces a criar ovejas. La caida de los precios del cordero
en 1988 amenaza el futuro de estas dos granjas.
Está por fin una última alternativa cuando todo falla, plantar
pinos en las tierras, aprovechamiento que proporciona un escaso
ingreso/Ha pero apenas consume mano de obra. Lo que fue una
solución importante en los años 60 está ahora relegado a fincas de
mala calidad o muy alejadas de la casa: la caida de precios de la
madera, la amenaza de incendios y la demanda de tierras para
alimentar una cabaña de vacuno en expanŝ ión han limitado su
extensión.
Nos queda aún por valorar la importancia de las producciones
orientadas al autoconsumo familiar. La producción de patatas y
trigo s^e ha redttcido casi al mínimo preciso para el autoconsumo,
e incluso casas como Couto, Anxel o Rial, con la mano de obra
ocupada al máximo, han dejado de cultivar trigo y de hacer pan.
Pero en cambio ha experimentado un cierto auge la pequeña pro-
duccion de hortalizas, y sobre todo la cría de carnes menores como
cerdos, gallinas, pollos y-menos- conejos. Buena parte de las
«casas» han adquirido en los últimos años amplios congeladores,
lo que les permite cebar, sacrificar y conservar una gran cantidad
de carne a lo largo de todo el año, sin tener que reducirse a la
alternativa consumo en fresco/salado. Si tenemos en cuenta que
cas Couto tiene un gasto mensual de 25.000 pts. para 5 miembros
(dos de ellos son niños a media pensión en un colegio) en la adquisi-
ción de alimentos }' artículos de droguería; o que cas Alberto, con
7 miembros (dos de ellos comen fuera de casa a mediodía) tiene
un gasto mensual de 20.000 pts por el mismo concepto, vemos
como la producción de autoconsumo apoyada en la innovación
técnica no es una práctica anclada en el pasado, sino que constituye
una estrategia adaptativa que reduce en gran medida el coste de
reproducción de las personas (32).
(32) Cas Couto y Cas Alberto son de las que tienen una alimentación más
variada -comprobado personalmente- y con un mayor peso de productos adquiri-
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Una vez contextualizado el papel de la especialización lechera
dentro de la producción agrícola global, podemos enfrentarnos a
la cuestión de las diferencias en la dimensión de laŝ explotaciones
y en el grado de «modernización» de cada una de ellas. Analizaré
la estructura de las 23 explotaciones ganaderas -Cuadro VI=,
prescindiendo de aquellas otras Ilevadas por ancianos que viven
solos, y que cuentan sólo con una o dos vacas.Dada la importancia del vacuno lechero, la dimensión de la
cabaña de vacuno es un indicador muy fiable de la actividad pro-
ductiva total. La mayoría de las explotaciones se encuentra entreun mínimo de 9 vacas y un máximo de 28, situándose sólo bajo
este umbral las de cas Bazar y cas Madorra, que van camino de
cerrar, y las de cas Valado y cas Saiño, que sufren limitaciones
productivas muy fuertes. La pregunta podría formularse entonces
como sigue. Si dentro de la ganadería lechera la vía más fácil para
aumentar los ingresos es incrementar el numero de vacas de leche
... za qué se deben las disparidades en la dimensión de la cabaña
ganadera? zEs un problema de falta de tierra, de brazos, o de
capital para adquirir maquinaria y realizar obras?
Ninguna y todas las razones a la vez. Un número determinado
de reses exige una superficie de labradío y pastos para alimentarlas,
disponibilidad de brazos para trabajar la tierra y cuidar del ganado,
y dinero para capitalizar la explotación. Por ello el número de reses
de cada explotación es señal de una combinación específica de
tierra, trabajo y tecnología. Ordenaré las veinte primeras explota-
ciones del Cuadro VI en tres escalones, según el número de vacas,
indicio de un nivel de intensificación «alta», «media» o«baja»:
a.- 9 explotaciones «bajas» entre 9-12 cabezas
b.- 8 " «medias» " 13-20 "
c.- 3 " «grandes» " 25-30 "
dos en establecimientos comerciales, mientras que en otras casas las compras de
productos alimenticios tienen una importancia mucho menor. Mientras, en 1988,
el Instituto Nacional de Consumo calculaba sus presupuestos familiares en base a
un gasto medio de 15.000 pts. por persona y mes en alimentación.
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Estudiando el uso de la tierra, trabajo y tecnología en cada una
de estas explotaciones, intentaré concluir en qué medida estos tres
factores marŝan límites, por exceso o por defecto, a la intensificaciónproductiva.
I.3.l.a El uso de la tierra: la subaersión de la estructura agraria
En el Gráfico VI podemos comparar el uso de la tierra (33) en
las diferentes explotaciones en el año agrícola 87-88. La mayor
parte está dedicada a producciones forrajeras, sobre todo pradera
artificial y«prados do país», con pequeñas extensiones de nabos,
maíz y«ferrañas»; la superficie dedicada a productos destinados
al consumo humano como las patatas y el trigo es, comparativamen-
te, reducida (34). En el mismo Gráfico VI comparamos ŝon la
extensión que teoricamente debéría tener la pradera artificial en
cada explotáción, en función del número de cabezas de ganado que
alimenta: ingenieros agrónomos y campesinos coinciden en una
cifra entre 2-2'5 vacas por hectárea.
La conclusión es doble. Por un lado en casi todas las explotacio-
nes la extensión de pradera artificial es bastante menor que lo que
sería ideal; por otro la extensión total de producciones forrajeras
se acerca en la mayoría de las explotaciones a esa cifra ideal, pero
sin alcanzarla y en general quedándose por debajo. Y esto es más
evidente en explotaciones que tienen una cabaña ganadera mayor,
como las de cas Couto, cas Arturo o cas Lousado.
zEstán las explotaciones «forzadas» debido a la existencia de
límites infranqueables, ya porque no dispongan de más terreno útil
para labrar (en cada explotación y en el conjunto de la parroquia),
(33) De la tierra efectivamente aprovechada en cada explotación, en forma de
cultivo o pastos, ya que no se incluye la superficie a inculto, a matorral o a pinos;
y de tierra bajo cualquier régimen jurídico, sea en propiedad, cedida en «arrenda-
miento», o comunales roturados.
,(34) Recordemos que el trigo juega un papel importante en la renovación de
la pradera artificial.
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ya por razones jurídicas o técnicas, como excesiva parcelación o
mala calidad del suelo? O es que el problema radica en un usoineficiente del suelo disponible?
La estructura de la propiedad marca un límite objetivo, sobre
todo la extensión de tierra propiedad de los miembros de cada
«casa» -Shanin, 1982-. El precio de la tierra en venta es alto,la extensión susceptible de cesión «en arrendamiento» es limitada,
y su tenencia carece de garantías jurídicas: el campesino descon^a
entonces de sembrar praderas, con la inversión que ello acarrea,
en tierra ajena. Por esa misma razón de la inseguridad de la tenencia
el campesino no se ha decidido hasta hace poco a sembrar praderas
en sus «ténzas» en el monte comunal, donde más de 200 hectáreasestaban abandonadas o plantadas a pinos.
Así las «casas» que contaban con extensiones amplias de tierra
y concentradas en pocas fincas como cas Couto tenían ventajas
de principio. Lo mismo sucedía con las «Casas do Monte», como
cas Bouzas y cas Alberto: situadas en la periferia de la parroquia
tenían un monopolio «de facto» sobre un amplia área de «grandes»fincas a inculto, que han ido adquiriendo y poniendo a prado. Pe-
ro esto mismo nos indica que la propiedad no es el factor determi-
nante: la explotación de cas Rial, con 17 vacas, surgió casi «de
cero», cuándo hace cinco años el hijo Andrés empezó a arrendar
y adquirir fincas, roturarlas y sembrar pradera en ellas. El caso
contrario es el de cas Madorra, con la principal propiedad de la
parroquia ... plantada a pinos o arrendada, mientras sostiene sus
7 vacas casi unicamente sobre dos grandes fincas; o el de cas
Barbeiro que tiene a inculto muy cerca de la casa una «enorme»
finca de 2,6 hectáreas con la que podría alimentar 5 reses más,
mientras que la producción de hierba de las otras fincas es insufi-ciente para su ganado.
Finalmente la inseguridad jurídica no es un obstáculo para las
mayores explotaciones cuando las ideas «están claras», cuando hay
un proyecto de gestión por medio. Cas Alberto o cas Couto no
dudan en sembrar pradera en la tierra que llevan arrendada, y
como vemos en el Gráfico VII estas dos «casas» y las de Bouzas,
Lousado o Rial han sido pioneras en sembrar pradera en el monte:
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y así a finales de 1988 cas Bouzas tenía más de la mitad de su
superficie de pradera sembrada en el monte comunal.
Como se refleja en el Gráfico VII, dentro de la base territorial
de todas las explotaciones juega un papel importante la tierra
poseida en propiedad desde hace al menos diez años, ya sea hereda-
da o adquirida: especialmente en aquellas que cuentan con una
cabaña «media/baja», y en las explotaciones en vías de cerrar. Lo
contrario sucede en las explotaciones «altas» o«medias» que han
experimentado un fuerte crecimiento en los últimos años, a costa
de comprar fincas (cas Bouzas, cas Rial) o tomarlas en arrenda-
miento (cas Alberto, cas Rial), o roturar el monte comunal. Las
razones inversas llevan a explotaciones «bajas» como cas Muiño,
cas Saiño o cas Valado a depender mucho de tierra arrendada o
de comunales roturados, pues parten de una base muy reducida y
no cuentan con recursos para comprar fincas.
La capacidad de subvertir la estructura agraria es así clave del
éxito diferencial de las explotaciónes. También lo es lo que los
agrónomos llaman un «uso eficiente del suelo». Volvamos al Gráfico
VI, donde se resume la distribución de aprovechamientos en cada
explotación. Cas Tito y cas Armando tiénen dos de las labranzas
más extensas de la parroquia, pero soportan con ellas cabañas
ganaderas relativamente reducidas, en cas Armando una «ridícula»
relación de 0,8 hectáreas/vaca. Analizando la distribución de culti-
vos de está última explotación vemos la baja proporción de praderas
artifi^iales, que además están mal cuidadas, y degeneran a los pocos
años hasta convertirse en «prados do país», con una productividad
mucho menor. En cambio los miembros de cas Armando vuelcan
grandes esfuerzos en sus fincas de nabos y maíz, forrajes invernales
que les permiten ahorrar en piensos compuestos, pero en cambio
no les dejan tiempo para roturar la amplia extensión de inculto
que poseen. Mientras tanto cas Couto mantiene el triple de ganado
con una labranza menor (uná relación de 0,26 Has/vaca) dedicada
casi exclusivamente a pradera artificial, a la que saca el doble de
rendimiento, una media de cuatro cortas anuales por finca, frente
a las ^dos cortas/año que consiguen en su pradera artificial los decas Armando.
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La clave pues parece estar en la combinación de trabajo ytecnología.
I.3.l.b La escasez de mano de obra como factor limitatiao
El ciclo agrícola se resuelve en todo grupo doméstico en un
doble ciclo de trabajo, diario y anual. De la mano de obra disponible
en el propio grupo doméstico dependen una serie de faenas que se
realizan cotidianamente: corta y recolección de forrajes en lós cam-
pos, alimentación del ganado, ordeño y limpieza de las cuadras, y
frecuente extracción de abonos para fertilizar las praderas. Por otro
lado se organiza un ciclo de trabajo anual donde las faenas de
siembra y recolección, y sobre todo el ensilado y el empacado de
hierba seca concentran en pocos días unas necesidades de mano
de obra muy superiores a lo disponible en cada grupo doméstico.
Se recurre para ello a la organización de cadenas de eñtreayuda,
que concentran por turno en cada «casa» la mano de obra y la
tecnología de varios grupos domésticos -Iturra, 1977-.
Pero las tareas cotidianas han de afrontarse con la mano de
obra del grupo doméstico. En generaÍ se produce una división del
trabajo elemental en las principales tareas, siguiendo parcialmente
los criterios de edad (quien enseña versus quien aprende) y de sexo(hombre versus mujer). La división del trabajo se produce dentro
de cada faena, diferenciándose un «director» frente a un «auxiliar»,
y entre las faenas, de forma que la dirección en las cuadras suele
corresponder a la mujer, y en las fincas al hombre. Pero no es esta
una división estricta, y hay una cierta intercambiabilidad de papeles
de una explotación a otra: el momento que atraviesa el grupo
doméstico en su ciclo de desarrollo; los azares demográficos y la
presencia de ATP son los factores responsables de estas variaciones.
La división del trabajo es a la vez resultado y precondición de
la composición interna del grupo doméstico, pues a lo largo de su
ciclo de desarrollo varía en el la relación productores/consumidores,
o sea la relación entre necesidades de consumo y mano de obra
disponible para el trabajo agrícola. La mano de obra con que cuenta
cada grupo doméstico es escasa, pues mientras los ancianos carecen
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de fuerza para colaborar en las tareas principales, los menores de
catorce años, escolarizados, sólo pueden ayudar a tiempo parcial,
y las mujeres jóvenes deben ocuparse del trabajo doméstico y del
cuidado de los niños. Idealmente entonces la pareja productiva en
cada «casa» sería un matrimonio joven, dirigiendo el varón las
tareas en los campos y ella las tareas en las cuadras. Es el caso de
cas Pozo, cas Ernesto, cas Muiño, cas Zarros o cas Couto, en las
que los hijos aún no prestan una contribución laboral apreciable,
y si son muy pequeños quedan al cuidado de los abuelos ancianos.
Es también el caso de cas Madorra o cas Bazar, donde han quedado
solas dos parejas de sesentones. Significativamente, todos estos
grupos domésticos tienen explotaciones «bajas», con menos de 13
vacas, excepto cas Couto que «ha aumentado» a costa de un grado
de intensificación técnica y de esfuerzo ingente.Un segundo paso lo tenemos cuando uno o varios hijos se hacen
mayores. Tipicamente el trabajo en los campos se organiza entonces
entre padre e hijo, y el trabajo en las cuadras entre marido y mujer,
dedicándose esta de forma creciente al trabajo «doméstico». Así
sucede en cas Armando, cas Barbeiro, cas Lousado y cas Xan.
Aquí las dimensiones de la cabaña en cada explotación van a
depender del grado de intensificación técnica.El paso final se produce cuando un hijo/-a «casa en casa», de
forma que durante unos años convivirán dos parejas activas en la
«casa», situación especialmente favorable para una expansión pro-
ductiva. Así en cas Bouzas y cas Alberto el «matrimonio en casa»
de un hijo se ha visto seguido de un plan de intensificación técnica,
adquisición de tierras .y roturaciones. Las dos mujeres se encargan
ahora de las cuadras en cas Alberto, mientras padre, hijo y nuera
se encargan de los campos; en cas Bouzas la nuera, que tiene un
empleo, es sustituida por un segundo hijo. Es uñ caso similar al
de cas Arturo, donde padre e hijo realizan el trabajo agrícola auxi-
liados por un pariente que vive con ellos.Las estrategias que incluyen ATP generan una variante de este
esquema, al sustraer la mano de obra de uno de los miembros
jóvenes, el varón en seis casos sobre siete. Las dimensiones de la
explotación van a depender entonces de la existencia de mano de
100
obra alternativa y del grado de intensificación técnica. Cas Roque
y cas Rial soportan explotaciones «medias» a costa de una doble
jornada asfixiante del joven asalariado y de una intensificación
técnica alta. Dada la inexistencia de mano de obra alternativa,
pues sólo en cas Rial la madre ayuda, este ritmo sólo es viable
mientras la pareja es joven.
Esta mano de obra alternativa sí existe en cas Tito y cas Valiño,
donde el trabajo en cuadras y fincas es dirigido por la joven no
asalariada, con casi nula colaboración de su marido. En cas Tito
una mayor tecnificación y el trabajo esforzado de padre y tío sesen-
tones mantienen una explotación «media», en cas Valiño baja inten-
sificáción y el auxilio «relajado» de los padres soportan una explota-
ción «baja».
En definitiva, la disponibilidad de mano de obra impone unos
límites a las dimensiones de la explotación, pero siempre la intensifi-
cación técnica proporciona un cierto margen de maniobra: intensifi-
cación encaminada no tanto a reducir el tiempo de trabajo como
a incrementar la producción. Una primera forma de lograrlo consis-
te en la manipulación del ciclo agrícoia. Como vemos en el Gráfico
VI cas Rial, cas Roque y cas Arturo mantienen explotaciones «me-
dias» con una mano de obra escasa a base de eliminar el cultivo
de forrajeras que consumen mucho trabajo, como maíz y nabos, y
sustituirlas por hierba ensilada o alto consumo de piensos compues-tos. Es la misma opción que acabó tomando cas Couto en el año
agrícola posterior a nuestro trabajo de campo. Igualmente, elimi-
nando casi maíz y nabos, pudieron compaginar cas Ferreiro y cas
Anxel su trabajo no agrícola con la atención a una explotación
«baja». Esta estrategia va acompañada de la intensificación del
aprovechamiento de pradera artificial, aumentando el número de
cortas. Los casos más representativos de la opción contraria vuelven
a ser cas Armando y cas Tito, que siembran un amplia extensión
de nabos y maíz y obtienen rendimientos deficientes de sus prade-
ras.
Una segunda forma de intensificación representa la inversiónen maquinaria e instalaciones. En el Cuadro VIII se ordenan las
explotaciones en tres escalones, «altas», «medias» y«bajas», y
101
vemos como cada escalón se caracteriza por un parque de maquina-
ria e instalaciones distinto. Hay dos rasgos técnicos que marcan el
paso de explotaciones «bajas» a«medias», el autocargador de forra-
jes y las cuadras de parrilla. Cargar a mano diariamente la hierba
para más de 10 vacas es un trabajo agotador para dos personas:
de las explotaciones con más de 13 vacas sólo cas Barbeiro y cas
Xan carecen de autocargador (en relación con la falta de solución
del proceso hereditario), mientras que por debajo de las 13 vacas
cas Zarros y cas Narciso han sido los únicos en comprar autocarga-
dor, y esto a finales de 1988. El segundo rasgo es la posesión de
cuadras amplias con parrillas, que simplifican las tareas de alimen-
tación, ordeño y limpieza del ganado: todas las explotaciones «me-
dias» tienen estas cuadras, mientras que la mayoría de las explota-
ciones «bajas» carecen de ellas o han realizado en los años 87-88
pequeños emparrillados que sus vecinos califican de chapuzas.
-Ver Cuadro VIII-. Del mismo modo, la innovación técnica en
el sistema de ordeño mediante la instalación de «sistemas de circuito
cerrado» distingue a las explotaciones más grandes, como cas Alber-.
to, cas Couto y cas Arturo.
Además la mecanización no sólo maximiza la mano de obra,
sino que permite recuperar mano de obra «inútil» de viejos y niños.
Un sesentón incapaz ya para cargar hierba puede hacer con un
autocargador el trabajo de dos jóvenes, y algo similar sucede con
las tareas de ordeño.
L3.l.c La capitalización de las explotaciones
La especialización lechera y las transformaciones que conllevaen el proceso de trabajo han repercutido en los últimos veinte añosen cambios en la estructura de las explotaciones, en particular enel valor relativo de los distintos factores de producción. A menudoestos cambios han sido teorizados desde la sociología rural siguien-do el criterio de que el capital ha sustituido a la tierra como factorde producción básico, aserto este que requiere matizaciones. Unaexplotación de 10 vacas que fuera preciso adquirir «ex-novo» ten-dría los siguientes costes a precios de mercado:
102
- Tierra : 4 Has ^ 4.000.000 pts.- Ganado : 10 vacas ^ 2.000.000 "- Instalaciones : Cuadra/fosa/palleira -> 3.000.000 "- Maquinaria : Tractor y aperos -> 5.000.000 "- TOTAL . -^ 14.000.000 "
Junto a lo elevado del capital invertido, resalta también laimportancia sólo relativa de la tierra, algo menos de130 % del costetotal. La amortización de tales inversiones resultaría realmentedifícil si tuviera que descansar exclusivamente en los ingresos de
la explotación. La realidad es que, como veremos, la amortizaciónpesa sobre el conjunto de los ingresos del grupo doméstico, entrelos que destacan salarios y pensiones. Pero además estas «cuentasde economista» siguen muy de lejos la realidad.
La transformación técnica de una explotación es un procesoacumulativo, no algo ex-nuvo, y los distintos façtores de producciónno necesariamente se adquieren a preciu de mercado. La tierra enprimer lugar suele heredarse en parte; el resto de ella se toma «enarriendo» a unos precios bastante bajos, un máximo del 3% anualde su valor en venta, o se recibe gratuitamente o en contraprestaciónde servicios; y cómo vimoŝ previamente, la roturación de comunalesha supuesto una expansión del mercado de tierras a un coste relati-vamente bajo. En cuanto al ganado, sus costes de reposición sontambién altos, pues una vaca lechera no tiene una vida útil superiora ocho años, con lo que sería preciso amortizar anualmente 1/8 dela diferencia entre el valor del despojo -40.000 pts- y el de unanueva res -200.000 pts-; pero estos costes se reducen ya que eshabitual recriar en la explotación alguna «xata» para reposición.Maquinaria e instalaciones también experimentaron un fuerte alzade precios en los últimos años, pero en gran parte de las explotacio-nes los principales gastos se hicieron antes del año 1985 -Cua-dro III-, a precios proporcionalmente menores, y beneficiándosede subvenciones estatales que ya no existen. Y es sobre todo eneste apartado donde las inversiones varían mucho de una explota-ción a otra, dependiendo del grado de intensificación técnica.
103
CUADRO VIII
EQUIPAMIENTO EN MAQUINARIA AGRICOLA EINSTALACIONES DE 23 EXPLOTACIONES DE SAN
MARTIÑO, 1988
CASAS Segadora Rotativa Tractor Cisterna Auto- Empaca- Ordeña- Circuito Cuadra
Cargador dora dora Ordeño Parrilla
«ALTAS»
Alberto + - + + + + + + +
Bouzas + + + + + + + - +
Couto + - * + + - + + +
«MEDIAS»
Lousado '+ - + + + - + - +
Arturo + - + 1/2 + + + + +
Roque + - + 1/2 + - + - +
Tito + - + + + - + - +
Ria] + - + + + - + - +
Xan + - * 1/2 - - + - +
Barbeiro + - * 1/2 - - + - *
« BAJAS»Armando + - * 1/2 - - + - *
Pozo + - * + - - + - *
Ernesto + - * 1/2 - - + - -
Zarros + - * + + - + - +
Valiño + - * 1/2 - - + - -
Muiño + - * + - - + - +
Anxel + - - I/2 - - + .. - *
Ferreiro + + + 1/2 - + + - *
Narciso + - * + + - + - +
Bazar + - * + - - + - -
Madorra + + + + + - + - +
Valado - - - - - - + - -Saiño + - - - - - + - -
Apero +: Lo tiene.Cisterna 1/2: Adquirido «en parceiría» - a medias con otro/s vecino/s.Tractor *: Adquirido de 2.a mano.Cuadras *: Pequeñas y de construcción chapucera.
Fuente: Trabajo de campo.
104
En el Cuadro VIII vemos las diferencias en equipamiento einstalaciones entre las distintas explotaciones, y podemos compro-
bar que existe una correlación significativa con nuestra tipología
de «altas», «medias» y«bajas», y especialmente con el umbral de
las 14 reses. Las explotaciones «bajas» recurren a pequeñas obras
para reaprovechar viejas edificaciones para nuevos fines; constru-
yen cuadras de cemento pero mal distribuidas, y con.sistema de
recogida de deyecciones «en canal»; compran tractores de segunda
mano, adquieren la cisterna del purín «en parceiria» y tienen un
parque de aperos del tractor reducido, recurriendo para suplir esta
deficiencia a la contratación de especialistas o a la ayuda de vecinos.
Consiguen así reducir las inversiones, pero por contra han de emple-
ar mucho más tiempo para atender la explotación (sobre todo para
atender el ganado y para cargar forrajes, pues casi todas carecen
de autocargador) y para devolver las ayudas recibidas. Así mismo
tienen unos gastos muy elevados en reparaciones y alquiler de
maquinaria. Las explotaciones «medias» y«altas» invierten por
contra cantidades muy superiores en maquinaria e instalaciones:
«cuadras modernas» con emparrillado y-en las explotaciones
«altas»- sistema de ordeño «de circuito cerrado», tractores nuevos
y un parque completo de aperos (entre ellos autocargadores y,
nuevamente en las eplotaciones «altas», empacadoras de forrajes).
La consecuencia es un notable ahorro de mano de obra, que permite
a explotaciones como la de cas Couto atender casi el triple de
ganado que cas Armando con similar mano de obra: los gastos de
amortización en cas Couto son superiores, pero cargan sobre una
producción, ergo un ingreso, también muy superior. De hecho son
las tres explotaciones «altas» de la parroquia las únicas que tienen
una elevada capacidad de financiación a partir de sus ingresos
agrícolas, independientemente de las cantidades que sus miembros
obtengan en concepto de salario o pensión.
Además la intensificación técnica repercute no sólo en un au-
mento global de la producción sino en una mayor productividad
por unidad de superficie, por vaca y por trabajador, al facilitar una
relación ingresos/gastos más favorable en base a la aplicación de
economías de escala; en precios unitarios más altos debido a una
105
mejor posición frente al mercado y las instituciones; y en una
capacidad de autoorganización que permite ocupar una posición
favorable en las redes de entreayuda.
Las explotaciones más tecnificadas se benefician preferencial-
mente de ciertos recursos, como la tierra que otras «casas» les
ceden a bajo precio o a cambio de servicios, o la porción de comuna-
les a que todas las casas tienen derecho, pero sólo algunas tienen
interés y recursos para ponerla en producción -vid Gráficos VI
y VII-. Así mismo obtienen una productividad muy superior de
sus praderas, y manipulan el ciclo agrícola de forma ventajosa.
Sóbre más tierra pueden tener más ganado, y cada res produce
más leche, ya que las mayores explotaciones adquieren vacas selec-
cionadas y se deshacen de las vacas que producen poca leche. En
cambio las explotaciones más pequeñas han de recurrir sobre todo
a la recría; a su ganado le afectan diversas enfermedades, que se
traducen en esterilidad o malpartos, y en una reducción de la edad
de vida útil de las reses; y estas explotaciones están siempre tentadas
a reducir la dieta de piensos compuestos, ahorro que no compensa
la consiguiente caida en la producción de leche. Finalmente las
explotaciones mayores tienen un gasto inferior en reparaciones y
alquiler de maquinaria, tanto en términos relativos (pesa sobre un
ingreso bruto mayor) como en términos absolutos. Así cas Alberto
con 27 vacas y un equipo completo y bien cuidado tuvo en 1988
un coste en reparaciones de 100.000 pts y un coste «0» en concepto
de alquiler de maquiñaria; cas.Roque con 16 vacas tuvo un coste
conjunto por ambos conceptos de 150.000 pts; y cas Valado, con
5 vacas y sin maquinaria tuvo unos gastos de 100.000 pts poralquiler, más del 10 %.del valor bruto de su producción.
Las explotaciones más tecnificadas también ocupan una posi-
ción más favorable frente al mercado. Las centrales lecheras aplican
un sistema de primas sobre el precio oficial de la leche, en función
de su riqueza en grasas y proteinas y su pureza bacteriológica.
Estas primas son trasposición del antiguo sistema de pagar más a
quienes almacenaban leche en tanque de refrigeración y a quienes
tenían sistema de ordeño en circuito cerrado. Aunque estas instala-
ciones garantizan un producto más higiénico, los paisanos sostienen
106
que el antiguo y el nuevo sistema de primas viene a dar mejores
precios al agricultor que produce más litros, para así retenerlo
como cliente, mientras a los pequeños productores se les rebaja
arbitrariamente el precio. La verdad es que en julio de 1988 la
pe,queña explotación de cas Ernesto recibía 34 pts por litro de
leche, muy por debajo de las 40 pts/litro percibidas por cas
Alberto.
Esta mejor posición frente al mercado permite también a las
explotaciones mayores diversificarse hacia ramas especialmente lu-
crativas. Una de ellas es el trabajo con maquinaria «pra fora»: cas
Alberto amortizó en dos años el alto coste de adquisición de una
empacadora de hierba trabajando con ella para particulares, lo
mismo que hace actualmente cas Bouzas. La misma cas Alberto
envió en 1988 a uno de sus miembros a un curso de inseminación
artificial para ganado lechero, y tras adquirir el material necesario
este joven empezó a trabajar como inseminador para otros ganade-
ros, y ha empezado a«semillar» el ganado de su explotación con
semen selecto, con el fin de recriar las crías para reposición de su
propia cabaña y para la venta a particulares.
Las mayores explotaciones tienen a través de redes personales
una capacidad de acceder a las instituciones y de acceder a líneas
crediticias oficiales, y así cas Couto y cas Alberto no pierden unasubvención al adquirir un apero, mientras miembros de otras «ca-
sas» no piden esas subvenciones porque les asusta el papeleo. Lo
mismo sucede con el crédito oficial, al que han recurrido cas Couto,
cas Lousado, cas Arturo, cas Xan y cas Rial, todas ellas explotacio-
nes «medias» o«altas», mientras que miembros de otras «casas»
se jactan de no haber tenido que pedir nunca un crédito. Aúnresulta más evidente la diferencia de actitud ante las campañas de
saneamiento ganadero, basadas en el sacrificio de las reses enfermas
de brucelosis o tuberculosis. Nuestras tres explotaciones «altas» y
cuatro de las «medias» sómetieron sus cuadras a saneamiento cuan-
do este era voluntario, a partir de 1985, acogiéndose a subvenciones
estatales sustanciosas. Cuando el saneamiento se hizo obligatorio,
en 1988, cas Pozo y cas Tito debieron sacrificar casi todo su ganado
contando con unas subvenciones menores.
107
Finalmente las explotaciones más tecnificadas ocupan una si-tuación preferencial en las redes de entreayuda. Organizan en tornoa sí equipos de trabajo más amplios, para las grandes faenas, ysacan mayor provecho de las aparentemente igualitarias entreayu-das, ya que por así decirlo cobran varios días de mano de obrabruta por cada día que ayudan con maquinaria especializada (35).
Si unas mayores dimensiones proporcionan a una explotaciónrendimientos diferenciales que le ayudan a autofinanciarse, porcontra las amortizaciones suponen una carga más pesada cuantomás pequeña sea la explotación y menor por tanto el ahorro quesea capaz de generar. Cas Bazar y cas Pozo son las dos únicas«casas» que no reciben ingreso alguno en forma de salarios y pensio-nes, ni lo han recibido en los últimos diez años: contando con unapequeña cabaña ganadera, de 7 y 10 reses respectivamente, hande aplazar las inversiones que requeriría una mayor intensificación.
I.3.2. El uso alternativo de la mano de obra: la A.T.P.(36)
Sobre los 24 grupos domésticos que incluyen algún miembro
no pensionista 13 reciben ingresos en concepto de salarios, oscilandola importancia de estos sobre los ingresos totales entre un modesto11 % en cas Armando y cas Muiño, hasta casi un 100 % en cas
Tomás y cas Aguiar. De igual modo varía el papel de los salariosen la capitalización de las explotaciones. En algunos casos el trabajoasalariado es eventual, y subordinado a este propósito de capitalizar
(35) O'Neill (1984) interpreta del mismo modo este fenómeno. Podemos tomar
como ejemplo la red de contraprestaciones entre cas Alberto, que cuenta con 27
vacas, y cas Narciso, que cuenta con 9. La primera casa ensila tres o cuatro veces
más hierba que la segunda, y empaca cuatro o cinco veces más hierba seca. De
este modo la asistencia de los miembros de cas Alberto con su maquinaria al ensilado
y empacado de cas Narciso, que dura dos o tres días en total, es devuelta por los
miembros de cas Narciso asistiendo como braceros a las mismas faenas de cas
Alberto, que duran el triple de días.(36) Para una exposición general sobre la agricultura a tiempo parcial en
España, ver Etxezarreta (1985).
108
la explotación, y así explotaciones «altas» amortizan la adquisición
de ciertos aperos trabajando con ellos para sus vecinos. También
en 1988 sendos miembros de cas Armando y cas Muiño aceptaron
empleos eventuales, para ayudar a financiar la adquisición de un
autocargador de forrajes . A un segundo nivel están cas Rial y cas
Roque, donde el trabajo asalariado ha constituido una importante
fuente de ingresos durante años, pero se subordina a financiar un
proceso de intensificación de la explotación: cuando esta alcanza
ciertas dimensiones se hace di0cil compatibilizar ambas activida-
des, y así en 1989 ambas «casas» abandonaron el trabajo asalariado.
A un tercer nivel se encuentran cas Tito, cas Valiño, cas Anxel,
cas Couto, cas Narciso y cas Valado, en las que uno o más miembros
trabajan fuera de la explotación y sólo muy eventualmente dentro,
de forma que el trabajo asalariado es una fuente autónoma de
ingresos, no subordinada a la explotación, aunque eventualmente
pueda financiar inversiones en ella. Así en 1988 en cas Narciso los
jornales de los dos hijos se sumaron a la pensión del padre con el
fin de adquirir un autocargador. Finalmente en ciertas «casas»
predomina la lógica del trabajo asalariado: cas Ferreiro adquiere
maquinaria financiada por y con objeto de trabajar como especialis-
ta para sus vecinos, y sólo subsidiariamente la emplea en su explota-
ción, mientras en cas Tomás y cas Aguiar el ingreso agrícola tiene
un carácter muy residual, y se minimizan las inversiones en la
explotación.
La práctica de la ATP no se subordina necesariamente a la
capitalización de las explotaciones. El trabajo asalariado de uno 0
varios miembros del grupo doméstico constituye una estrategia
alternativa y a veces paralela a la intensificación productiva, pero
existen factores tanto internos como externos al grupo doméstico
que limitan el desarrollo de esta estrategia. Entre los factores «exter-
nos» destaca el bajo salario que garantizan los empleos en la zona,
de una media de 65.000 pts mensuales, insuficiente por sí solo para
sostener una familia. Pero más decisiva es la situación de desmante-
lamiento progresivo de la estructura de industria/servicios comar-
cal, que reduce al mínimo las posibilidades de encontrar trabajo
asalariado: en 1989 una reducción de plantilla en el matadero dejó
109
sin trabajo a sendos miembros de cas Roque y cas Rial, mientras
que los periódicos discutían el pósible cierre del manicomio, que
dejaría sin trabajo al cabeza de cas Anxel.
Pero igualmente supone una limitación a la posibilidad de prac-
ticar ATP la estructura interna del grupo doméstico. Dada la esca-
sez de mano de obra la mayoría de las explotaciones no pueden
prescindir del trabajo de un miembro joven a menos que cuenten
con otros miembrqs que lo sustituyan -vid supra- En todo caso
la práctica de ATP es dificilmente compatible con una explotación
de más de 15 vacas, y en la inayoría de los casos la cabaña no
supera las 10 vacas.Existen por contra otros factores como tierra y capital insufien-
tes, que al limitar las posibilidades de intensificación productiva
hacen de la ATP una opción ventajosa. En la mayoría de estos
casos la base territorial con que contaba la explotación era muy,
reducida o estaba muy parcelada, y tampoco existían recursos
alternativos en forma de ahorro o pensiones para financiar la inten-
sificación. Cas Valado fue fundada por una pareja retornada de la .
emigración en 1975, con ahorros apenas suficientes para levantar
una casa y comprar un par de fincas: en estas condiciones el varón
se dedicó a trabajar de albañil, dejando a su mujer al cuidado de
una pequeña explotación. Algo similar ocurre con cas Anxel, consti-
tuida por dos herederos residuales que tras casar construyeron casa
propia: careciendo de tierras y dinero el varón fue pasando por
diversos trabajos no agrícolas, mientras su mujer llevaba una granja
de cerdos, y sólo cuando años más tarde recibió la mujer varias
fincas en herencia pudieron tener vacas. Cas Roque, cas Rial, Cas
Valiño y cas Ferreiro son por contra ejemplos de parejas que «casa-
ron en casa», pero debido a que contaban con una base territorial
redizcidá y muy párcelada hubó de dedicarse uno de los cónyuges
al trabajo asalariado.La ATP tiene la ventaja de ser una opción diversificadora, que
permite responder flexiblemente a variaciones en el proceso de
producción. Conforme los hijos alcanzan la adolescencia aumentan
las disponibilidades de trabajo, y así a finales de 1988 cas Ferreiro
y cas Valado construyeron nuevas cuadras y empezaron a aumentar
110
el ganado. En cas Rial y cas Roque el salario de uno de los miembros
ha sido clave en la capitalización de la explotación, pero al mismo
tiempo la práctica de la ATP ha mermado la disponibilidad de
mano de obra para la explotación y las pcsibilidades de desarrollo
de esta: cuando en 1989 el miembro asalariado de cas Roque pierde
su empleo, de inmediato empiezan a ampliar sus cuadras. Este
último caso muestra ademas como la ATP permite responder a las
variaciones en la coyuntura económica general, en particular la
mayor o menor remuneración que proporciona la actividad agrícola
frente al trabajo asalariado. Hasta finales de los años 701a relación
fue favorable a este último, y el trabajador más capacitado de
muchas casas estuvo empleado como chófer (cas Couto y cas Xan),
albañil (cas Arturo), en una fábrica (cas Bouzas o cas Alberto) o
en la madera (cas Ernesto). En los años 80 el abandono de este
trabajo asalariado, a veces seguido del «matrimonio en casa» del
trabajador, será el paso previo a la intensificación de la explotación
-Cuadro V-.
Del mismo modo lo anterior nos indica que la posibilidad de
practicar ATP depende en gran medida del momento que atraviese
el grupo doméstico en su ciclo de desarrollo. El abandono del
trabajo asalariado puede producirse en la fase final del ciclo, cuando
ese asalariado «casa en casa» y la subsiguiente intensificación de
la explotación demanda más mano de obra; pero este abandono
de la ATP puede corresponder también a una etapa de madurez
en el ciclo, cuando al asalariado cuarentón empiezan a fallarle las
fuerzas para desarrollar una doble jornada, dentro y fuera de la
explotación. En esa misma fase de madurez, por contra, pueden
ser sus hijos adolescentes quienes comiencen a trabajar fuera de
casa, y no sólo por los ingresos que ello supone sino también como
primer paso en la inserción en el mercado laboral de esos hijos,
que culmina con el abandono del domicilio familiar. Así sucede
con sendas muchachas de cas Ferreiro y ca^ Alberto que trabajan
en supermercados, o el hijo menor de cas Bouzas que es vendedor
a domicilio.Tenemos por último un caso especial, el trabajo con maquinaria
agrícola «pra fora», para otras explotaciones. Es el caso de especia-
111
listas como cas Ferreiro, que cuentan con aperos especialmente
caros y/o utilizables sólo en momentos puntuales del ciclo agrícola,
y trabajan en alquiler para otras explotaciones a las que no sería
rentable la adquisición de estos aperos. Un caso distinto es el de
las explotaciones «altas» a las que sobra fuerza de trabajo, que
pueden adquirir alguno de estos aperos «irrentables» y amortizarlo
trabajando «pra fora» durante dos o tres años. Es lo que hizo cas
Alberto en su día cuando compró la empacadora y actualmente
hace con el tanque de inseminación, mientra que cas Bouzas trabaja
«pra fora» con empacadora y rotativa.
I.3.3. El doble papel de las pensiones
Las pensiones de la seguridad social, tanto las de vejez como
las de incapacidad, componen el tercer gran capítulo de ingresos,
hasta el punto dc que la parroquia recibe por este concepto una
cantidad equivalente a los 2/3 de su «ingreso agrícola». Ya antes
se comentó como los paisanos dicen irónicamente que lo más renta-
ble sería poner una «granxa de vellos», que apenas dan gasto y
algo trabajan. Hay que distinguir por un lado aquellas «casas»
compuestas sólo por viejos, que reciben casi la mitad de las pensio-
nes de toda la parroquia -Ver Cuadro VI-. Tengan o no produc-
ción agrícola, el dinero de estas pensione ŝ no se invierte en el campo:
descóntados los gastos de manutención el resto reposa en cartillas
de ahorro y acaba tomando el camino de la ciudad. Por otro lado
está el resto de las «casas» -Cuadro VI - que cuentan •on explota-ciones manejadas por gente joven, o al menos no jubilados: en la
casi totalidad de ellas consta que las pensiones han sido utilizadas
en los últimos años para financiar la renovación del equipo produc-
tivo. Es este un fenómeno general a toda la comarca, como nos
exponía el que fue director del Banco de Crédito Agrícola en el
ayuntamiento:
«No ano 81 ... 0 90% da xente que cobraba a pensión alí non a
aiñan retirar, se in,gresaba na sua cuenta ... e alí quedaba ... ahora
e ao reaés, 0 90% lévanna [o dia 1J pra gastarn.
112
De este modo las pensiones cumplen un doble papel, dependien-do de la solución que adopte el proceso reproductivo en cada «casa».
Por un lado han favorecido el proceso migratorio, al posibilitar quetodos los hijos marcharan a la ciudad dejando solos a los padresen la aldea, con el porvenir cubierto por el cobro futuro de lapensión; por contra, cuando las expectativas de la emigración seennegrecieron, algunos hijos encontraron un incentivo suplementa-rio para «casar en casa» en el hecho de que el cobro por los padresde una pensión les permitiría financiar la intensificación técnicade las explotaciones. También aquí el cobro de pensiones tiene unefecto ambivalente en el proceso de intensificación. Su papel esinversamente proporcional a las dimensiones de la explotación, yen las «bajas»pueden tener gran importancia en la financiación deinversiones, así en cas Zarros o cas Saiño, donde las pensionessuponen el 50% de los ingresos, o en cas Armando, cas Muiño ycas Ernesto,^.donde casi suponen un 40% del ingreso total. Porotro lado, en esas mismas «casas» el cobro de pensiones puederelentizar el proceso de transformación técnica, ya que sus miem-bros pueden optar por no arriesgar e ir tirando con unas pocasvacas y el cobro seguro de una cantidad mensual.
Pensión cobrada por los ancianos y«censo» (cotizaciones a la
seguridad social) pagado por los hijos son dos caras de la mismamoneda dentro del proceso reproductivo de un grupo doméstico.El «censo», unas 100.000 pts por •persona y año, es financiadoprioritariamente con cargo a las pensiones de los viejos, pero pesasobre el conjunto de los ingresos, y cuanto menores sean estosmayor es ese peso: en cas Alberto una de las dos pensiones cubrecon coinodidad las cotizaciones de cuatro miembros, por contra encas Bazar -ver Cuadro IX- las cotizaciones de sus íios miembrosdevoran más de un 30 % de los ingresos totales. De igual modo eldinero que se cobra por la pensión tiene su contraprestación en lasatenciones que exige el cuidado de estos ancianos cuando enferman.La longevidad de un anciano no depende tanto de un sistemahospitalario como de los cuidados que le presten sus parientes, laatención primaria destinada a prevenir caidas, o a evitar problemasen el aparato digestivo y respiratorio.
113
aAiquí as causas de que morran os aellos son as tres 'C ; caidas,
catarros e cagaleras ...»
Estos cuidados que precisa un viejo enfermo llegan a monopoli-zar la atención de una mujer, sustrayendo así un trabajador a laexplotación. Cuando en cas Roque el marido abandona el trabajoasalariado para dedicarse integramente a su explotación, libera asu mujer de gran parte de su trabajo en los campos, dejándole untiempo libre que le será necesario cuando sus padres ya muy ancia-nos acaben enfermando.
La intensificación lechera, más allá del hecho de depender encada explotación de una combinación específica de recursos, consti-tuye un proceso acumulativo donde una innovación facilita la poste-rior adopción de otras. En este sentido el cambio técnico es unfactor dinamizador de la jerarquía social a medio plazo. Las explo-taciones más tecnificadas obtienen ingresos adicionales, que les danuna cierta capacidad de autofinanciación. De este modo los pionerosen la adopción de innovaciones lo son también en recibir esosingresos diferenciales que les permiten crecer más rápido. Pero estefactor cobra mayor importancia por el hecho de que los pioneroseñ la especialización lechera se beneficiaron de una relación deprecios/costes más favorable. La relación entre los precios de inputsy outputs agrarios dentro de la producción lechera fue netamentefavorable al agriculior hasta mediados de los años 70, pero estarelación se invirtió a partir de entonces, en relación con la crisisenergética. Los paisanos de San Martiño recuerdan como en losprimeros años 70 la leche valía menos, «pero daba mais», dadoslos bajos precios relátivos de piensos, carburantes y maquinaria,esta última fuertemente subvencionada y accesible mediante crédi-tos a bajo interés. Los primeros en optar por la intensificacióntécnica lo hicieron así en condiciones mucho más favorables, ypudieron expansionarse más rapidamente: cas Couto financió en1977 la transformación mediante un crédito al 2%, a devolver en12 años; cas Rial lo hizo en 1983 mediante un crédito al 12 %, que
tuvo que devolver en 5 años. Como podemos ver en el Cuadro III,las cinco explotaciones que tienen hoy más ganado compraron el
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primer tractor antes de 1976, y cas Couto, cas Arturo y cas Mádo-
rra (que fue otrora explotación punta) dieron los pasos fundamen-
tales antes de 1980. Por contra explotaciones «bajas» como las
de cas Zarros, cas Ernesto, cas Muiño, cas Valiño, cas Pozo 0cas Armando empezaron a realizar esas reformas más tardiamente,
y a un coste más elevado. Algo similar se vió ya respecto al sanea-
miento ganadero, que realizaron las mayores explotaciones a un
coste relativo inferior al que tuvieron que soportar quiene ŝ sanea-ron en 1988.
De todo lo dicho se pueden extraer conclusiones en cuanto ala mayor o menor éstabilidad de la jerarquía económico/social de
la parroquia a medio plazo. Existen factores como la posesión de
tierra o capital que colocaron en una situación preferencial a las«casas» más ricas para abordar la intensificación técnica y mante-
ner su posición. Por otro lado la propia lógica de la transformación
técnica y la capacidad diferencial para acceder a prestaciones esta-
tales, dependiente a veces de algo tan aleatorio como la longevidad
de los ancianos, vinieron a dinamizar la jerarquía social. Si compa-
ramos el San Martiño de hoy con el de hace treinta años las diferen-
cias a este respecto son notables. Pero no hace falta ir tan lejos.
Cas Bouzas, que hoy tiene una explotación «alta», no tenía peso
alguno en los años 70; cas Roque, hoy una floreciente explotación
«media», era en el decenio anterior una «casa» de pequeños agricul-
tores; cas Tito, cas Rial, y cas Xan eran «casas» de caseiros, y las
dos últimas tenían explotaciones misérrimas hace sólo diez años.
En el otro extremo también existen casos notables: cas Madorra,
el mejor «lugar» de la parroquia desde los años 60, está a punto
de cerrar; cas Cal, el mejor «lugar» hasta los años 60, cerró ya, y
venderá sus tierras cuando mueran los viejos; cas Queixo, uno de
los mcjores «lugares» antes de los años 50, es hoy un «lugar»
diminuto, regido por una anciana que vive sola. Sin llegar a este
extremo cas Couto y cas Arturo tuvieron en los años 60, y tienen
hoy, dos de las mayores explotaciones, pero pasaron en los 70 un
fuerte bache que casi les llevó a cerrar. Cas Armando tuvo y sigue
teniendo uno de los mayores lugares de la parroquia ... en extensión,
pero mantiene sobre el una miserable cabaña de 10 vacas.
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Ni tierra, ni trabajo, ni capital son así factores necesariamente
determinantes de la prosperidad de una.explotación y de la «casa»
que la lleva. La adopción de innovaciones técnicas depende en
parte de un «savoir faire» de los miembros del grupo doméstico
que los paisanos teorizan como «atreverse», una capacidad de au-
toorganización y de gestión que cristaliza en el proceso de aprendi-
zaje que siguen las personas a lo largo de un paralelo proceso de
vida, tanto dentro del grupo doméstico como en instituciones forma-
les; y que se renueva con la capacidad de manejar información a
través de redes de relaciones personales. La intensificación técnica
es en último término un proyecto productivo que se subordina a
un proyecto reproductivo mayor, la solución que se le da al proceso
hereditario en cada «casa», cuya incidencia veremos ahora.
I.4. AUGE VERSUS RUINA DE UNA «CASA»
Ya vimos como el momento que atravesaba el grupo doméstico
en su ciclo de desarrollo condicionaba sus necesidades y los recursos
de que podía disponer para satisfacerlas. Estamos ahora en condi-
ciones de afirmar que la aplicación de opciones más o menos intensi-
ficadoras depende en gran medida de la adopción de un proyecto
reproductivo centrado en la permanencia de uno de los hijos en la
casa paterna, como podemos ver en la historia de cada explotación.
En un primer momento el matrimonio y la subsiguiente paterni-dad de la pareja «casada en ŝasa» posibilita/da sentido a/hacenecesaria la intensificación productiva a través de la innovación
técnica. Posibilita, ya que suele rubricar el acceso a la gestión de
la explotación de una joven generación con ideas nuevas; da sentido
a invertir en la explotación, ya que existe una seguridad de que
esta seguirá funcionando durante años; hace necesaria la intensifi-
cación; puesto que la joven pareja «casada en casa» ha de hacerfrŝnte a sus necesidades de consumo y a los gastos de reproducción
de su prole. Desde este punto de partida se entiende mejor la
historia de una serie de explotaciones. Cas Couto era uno de los
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