carta de ciudades educadoras

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CARTA DE CIUDADES EDUCADORAS CARTA DAS CIDADES EDUCADORAS

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La carta con los principios que guían el accionar de la AICE

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CARTADE CIUDADES EDUCADORAS

CARTADAS CIDADES EDUCADORAS

CARTA DE CIUDADES EDUCADORAS

oy más que nunca la ciudad, grandeo pequeña, dispone de incontablesposibilidades educadoras, pero

también pueden incidir en ella fuerzas einercias deseducadoras. De una forma uotra, la ciudad presenta elementos im-portantes para una formación integral: esun sistema complejo y a la vez un agenteeducativo permanente, plural y polié-drico, capaz de contrarrestar los factoresdeseducativos.

La ciudad educadora tiene personali-dad propia, integrada en el país donde seubica. Su identidad es, por tanto, inter-dependiente con la del territorio del queforma parte. Es, también, una ciudad quese relaciona con su entorno; otros nú-cleos urbanos de su territorio y ciudadesde otros países. Su objetivo constanteserá aprender, intercambiar, compartir y,por lo tanto, enriquecer la vida de sushabitantes.

La ciudad educadora ha de ejercitar ydesarrollar esta función paralelamente alas tradicionales (económica, social, polí-tica y de prestación de servicios), con lamirapuesta en la formación, promoción ydesarrollo de todos sus habitantes.Atenderá prioritariamente a los niños yjóvenes, pero con voluntad decidida deincorporación de personas de todas lasedades a la formación a lo largo de la

vida. Las razones que justifican esta fun-ción son de orden social, económico ypolítico; orientadas, sobre todo, a un pro-yecto cultural y formativo eficiente y con-vivencial. Estos son los grandes retos delsiglo XXI: en primer lugar, “invertir” en laeducación, en cada persona, de maneraque ésta sea cada vez más capaz de ex-presar, afirmar y desarrollar su propiopotencial humano, con su singularidad,creatividad y responsabilidad. En segundolugar, promover condiciones de plenaigualdad para que todos puedan sentirserespetados y ser respetuosos, capaces dediálogo. Y, en tercer lugar, conjugar todoslos factores posibles para que puedaconstruirse, ciudad a ciudad, una verda-dera sociedad del conocimiento sin exclu-siones, para lo que hay que prever, entreotras necesidades, un acceso fácil de todala población a las tecnologías de la infor-mación y de las comunicaciones que per-miten su desarrollo.

Las ciudades educadoras con sus insti-tuciones educativas formales y sus inter-venciones no formales (con intencionalidadeducativa fuera de la educación reglada) einformales (no intencionales ni planificadas)colaborarán, bilateral o multilateralmente,para hacer realidad el intercambio de ex-periencias. Con espíritu de cooperación,apoyarán mutuamente los proyectos de

CARTA DE CIUDADESEDUCADORAS

Las ciudades con representación en el I Congreso

Internacional de Ciudades Educadoras, celebrado

en Barcelona en 1990, recogieron en la Carta

inicial los principios básicos para el impulso

educativo de la ciudad. Partían del convenci-

miento de que el desarrollo de sus habitantes

no puede dejarse al azar. La Carta fue revi-

sada en el III Congreso Internacional (Bolonia,

1994) y en el VIII Congreso (Génova, 2004)

para adaptar sus planteamientos a los nue-

vos retos y necesidades sociales.

La presente Carta se fundamenta en la

Declaración Universal de Derechos Humanos

(1948); en el Pacto Internacional de Derechos

Económicos, Sociales y Culturales (1966); en la

Convención sobre los Derechos de la

Infancia (1989); en la Declaración

Mundial sobre Educación para Todos

(1990), y en la Declaración Universal

sobre la Diversidad Cultural (2001).

PREÁMBULO

H

CARTA DE CIUDADES EDUCADORAS

estudio e inversión, bien en forma de coo-peración directa, bien colaborando con or-ganismos internacionales.

La humanidad no está viviendo sólouna etapa de cambios, sino un verdaderocambio de etapa. Las personas debenformarse para su adaptación crítica yparticipación activa en los retos y posibi-lidades que se abren con la globalizaciónde los procesos económicos y sociales;para su intervención desde el mundo localen la complejidad mundial, y para mante-ner su autonomía ante una informacióndesbordante y controlada desde centrosde poder económico y político.

Por otra parte, el niño y el joven handejado de ser protagonistas pasivos de lavida social y, por lo tanto, de la ciudad. LaConvención de las Naciones Unidas del 20de noviembre de 1989, que desarrolla yconsidera vinculantes los principios de laDeclaración Universal de 1959, los haconvertido en ciudadanos y ciudadanasde pleno derecho al otorgarles derechosciviles y políticos. Pueden, por tanto,asociarse y participar según su grado demadurez.

La protección del niño y del joven en laciudad no consiste sólo en privilegiar sucondición. Importa además hallar el lugarque en realidad les corresponde junto aunas personas adultas que posean como

virtud ciudadana la satisfacción que debepresidir la convivencia entre generacio-nes. Niños y adultos aparecen, a princi-pios del siglo XXI, necesitados por igualde una educación a lo largo de la vida, deuna formación siempre renovada.

La ciudadanía global se va configurandosin que exista todavía un espacio globaldemocrático, sin que muchos paíseshayan alcanzado una democracia efectivay a la vez respetuosa con sus genuinospatrones sociales y culturales y sin que lasdemocracias con mayor tradición puedansentirse satisfechas con la calidad de sussistemas. En tal contexto, las ciudades detodos los países deben actuar, desde sudimensión local, como plataformas de ex-perimentación y consolidación de unaciudadanía democrática plena, promoto-ras de una convivencia pacífica mediantela formación en valores éticos y cívicos, elrespeto a la pluralidad de las diversas for-mas posibles de gobierno y el estímulo deunos mecanismos representativos y par-ticipativos de calidad.

La diversidad es inherente a las ciudadesactuales y se prevé un incremento aúnmayor en el futuro. Por ello, uno de losretos de la ciudad educadora es promoverel equilibrio y la armonía entre identidad ydiversidad, teniendo en cuenta las aporta-ciones de las comunidades que la integran

y el derecho de todos los que en ella convi-ven a sentirse reconocidos desde su propiaidentidad cultural.

Vivimos en un mundo de incertidumbreque privilegia la búsqueda de seguridad,que a menudo se expresa como negacióndel otro y desconfianza mutua. La ciudadeducadora, consciente de ello, no buscasoluciones unilaterales simples; acepta lacontradicción y propone procesos de co-nocimiento, diálogo y participación comoel camino idóneo para convivir en y con laincertidumbre.

Se afirma pues, el derecho a la ciudadeducadora, que debe entenderse comouna extensión efectiva del derecho fun-damental a la educación. Debe producirseuna verdadera fusión, en la etapa educa-tiva formal y en la vida adulta, de los re-cursos y la potencia formativa de laciudad con el desarrollo ordinario del sis-tema educativo, laboral y social.

El derecho a la ciudad educadora debeser una garantía relevante de los principiosde igualdad entre todas las personas, dejusticia social y de equilibrio territorial.

Ello acentúa la responsabilidad de losgobiernos locales en el sentido de des-arrollar todas las potencialidades educa-tivas que alberga la ciudad, incorporandoa su proyecto político los principios de laciudad educadora.

“Ciudades mejores para un mundo mejor”

CARTA DE CIUDADES EDUCADORAS

I.

I. EL DERECHO A LA CIUDAD EDUCADORA

Todos los habitantes de una ciudadtendrán el derecho a disfrutar, en

condiciones de libertad e igualdad, de losmedios y oportunidades de formación,entretenimiento y desarrollo personal quela misma ofrece. El derecho a la ciudadeducadora se propone como una exten-sión del derecho fundamental de todaslas personas a la educación. La ciudadeducadora renueva permanentemente sucompromiso con la formación de sus ha-bitantes a lo largo de la vida en los másdiversos aspectos. Y para que ello seaposible, deberá tener en cuenta todos losgrupos, con sus necesidades particulares.

En la planificación y gobierno de la ciu-dad se tomarán las medidas necesariasencaminadas a suprimir los obstáculos decualquier tipo, incluidas las barreras físi-cas, que impidan el ejercicio del derecho ala igualdad. Serán responsables de ellotanto la administración municipal comootras administraciones que incidan en laciudad; y estarán también comprometi-dos en esta empresa los propios habitan-tes, tanto a nivel personal como a travésde las distintas formas de asociación a lasque pertenezcan.

La ciudad promoverá la educaciónen la diversidad, para la compren-

sión, la cooperación solidaria internacio-nal y la paz en el mundo. Una educaciónque combata cualquier forma de discri-minación. Favorecerá la libertad de ex-

presión, la diversidad cultural y el diálogoen condiciones de igualdad. Acogerátanto las iniciativas de vanguardia comolas de cultura popular, independiente-mente de su origen. Contribuirá a corre-gir las desigualdades que surjan en lapromoción cultural producidas por crite-rios exclusivamente mercantiles.

Una ciudad educadora fomentará eldiálogo entre generaciones, no sólo

como fórmula de convivencia pacífica,sino como búsqueda de proyectos co-munes y compartidos entre grupos depersonas de edades distintas. Estos pro-yectos deberían orientarse a la realiza-ción de iniciativas y acciones cívicascuyo valor consista precisamente en sucarácter intergeneracional y en el apro-vechamiento de las respectivas capaci-dades y valores propios de las distintasedades.

Las políticas municipales de carác-ter educativo se entenderán siempre

referidas a un contexto más amplio inspi-rado en los principios de la justicia social,el civismo democrático, la calidad de viday la promoción de sus habitantes.

Las municipalidades ejercerán coneficacia las competencias que les

correspondan en materia de educación.Sea cual fuere el alcance de estas compe-tencias, deberán plantear una políticaeducativa amplia, de carácter transversale innovador, incluyendo en ella todas las

modalidades de educación formal, noformal e informal y las diversas manifes-taciones culturales, fuentes de informa-ción y vías de descubrimiento de larealidad que se produzcan en la ciudad. Elpapel de la administración municipal esestablecer las políticas locales que se re-velen posibles y evaluar su eficacia; ade-más de obtener los pronunciamientoslegislativos oportunos de otras adminis-traciones, estatales o regionales.

Con el fin de llevar a cabo una ac-tuación adecuada, las personas res-

ponsables de la política municipal de unaciudad deberán tener información precisasobre la situación y necesidades de sushabitantes. En este sentido realizarán es-tudios, que mantendrán actualizados yharán públicos, y establecerán canalespermanentes abiertos a individuos y co-lectivos que permitan formular propues-tas concretas y de política general.

Asimismo, el municipio en el procesode toma de decisiones en cualquiera delos ámbitos de su responsabilidad, tendráen cuenta el impacto educativo y forma-tivo de las mismas.

II. EL COMPROMISO DE LA CIUDAD

La ciudad ha de saber encontrar,preservar y presentar su propia y

compleja identidad. Ello la hará única yserá la base para un diálogo fecundo ensu interior y con otras ciudades. La valo-

II.

PRINCIPIOS

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CARTA DE CIUDADES EDUCADORAS

ración de sus costumbres y de sus oríge-nes ha de ser compatible con las formas devida internacionales. De este modo podráofrecer una imagen atractiva sin desvir-tuar su entorno natural y social. A su vez,promoverá el conocimiento, aprendizaje yuso de las lenguas presentes en la ciudadcomo elemento integrador y factor de co-hesión entre las personas.

La transformación y el crecimiento deuna ciudad deberán estar presididos

por la armonía entre las nuevas necesida-des y la perpetuación de construcciones ysímbolos que constituyan claros referentesde su pasado y de su existencia. La planifi-cación urbana deberá tener en cuenta elgran impacto del entorno urbano en el des-arrollo de todos los individuos, en la inte-gración de sus aspiraciones personales ysociales y deberá actuar contra la segrega-ción de generaciones y de personas de di-ferentes culturas, las cuales tienen muchoque aprender unas de otras.

La ordenación del espacio físico urbanoatenderá las necesidades de accesibilidad,encuentro, relación, juego y esparcimientoy un mayor acercamiento a la naturaleza.

La ciudad educadora otorgará un cui-dado especial a las necesidades de laspersonas con dependencia, en su planifi-cación urbanística, de equipamientos yservicios, con el fin de garantizarles unentorno amable y respetuoso con las li-mitaciones que puedan presentar, sin quehayan de renunciar a la máxima autono-mía posible.

La ciudad educadora fomentará laparticipación ciudadana desde una

perspectiva crítica y corresponsable. Paraello, el gobierno local facilitará la informa-ción necesaria y promoverá, desde latransversalidad, orientaciones y actividadesde formación en valores éticos y cívicos.

Estimulará, al mismo tiempo, la par-ticipación ciudadana en el proyecto co-lectivo a partir de las instituciones yorganizaciones civiles y sociales, to-mando en consideración las iniciativasprivadas y otras formas de participaciónespontánea.

El gobierno municipal deberá dotar ala ciudad de los espacios, equipa-

mientos y servicios públicos adecuados aldesarrollo personal, social, moral y cultu-ral de todos sus habitantes, con especialatención a la infancia y la juventud.

La ciudad deberá garantizar la cali-dad de vida de todos sus habitantes.

Ello supone el equilibrio con el entornonatural, el derecho a un medio ambientesaludable, además del derecho a la vi-vienda, al trabajo, al esparcimiento y altransporte público, entre otros. A su vez,promoverá activamente la educación parala salud y la participación de todos sushabitantes en buenas prácticas de des-arrollo sostenible.

El proyecto educativo explícito y elimplícito en la estructura y el régi-

men de la ciudad, los valores que ésta fo-

mente, la calidad de vida que ofrezca, lascelebraciones que organice, las campañaso proyectos de cualquier tipo que pre-pare, serán objeto de reflexión y partici-pación, con los instrumentos necesariosque ayuden a las personas a crecer per-sonal y colectivamente.

III. AL SERVICIO INTEGRAL DE LAS PERSONAS

La municipalidad evaluará el impactode aquellas propuestas culturales,

recreativas, informativas, publicitarias ode otro tipo y de las realidades que niñosy jóvenes reciben sin mediación alguna.Llegado el caso, emprenderá sin dirigis-mos acciones que den lugar a una expli-cación o a una interpretación razonables.Procurará que se establezca un equilibrioentre la necesidad de protección y la au-tonomía para el descubrimiento.

Proporcionará, asimismo, ámbitos deformación y debate, incluyendo el inter-cambio entre ciudades, con el fin de quetodos sus habitantes puedan asumir ple-namente las novedades que éstas generan.

La ciudad procurará que las familiasreciban la formación que les permita

ayudar a sus hijos a crecer y a aprehen-der la ciudad, dentro del espíritu de res-peto mutuo. En este mismo sentidodesarrollará propuestas de formaciónpara los educadores en general y para laspersonas (particulares o personal de ser-vicios públicos) que en la ciudad cumplen,

III.

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“Ciudades mejores para un mundo mejor”

CARTA DE CIUDADES EDUCADORAS

a menudo sin ser conscientes de ello,funciones educativas. Se ocupará, asi-mismo, de que los cuerpos de seguridad yde protección civil que dependen directa-mente del municipio actúen conforme adichas propuestas.

La ciudad deberá ofrecer a sus ha-bitantes la perspectiva de ocupar un

puesto en la sociedad; les facilitará elasesoramiento necesario para su orien-tación personal y vocacional y posibili-tará su participación en actividadessociales. En el terreno específico de larelación educación-trabajo es impor-tante señalar la estrecha relación quedeberá existir entre la planificación edu-cativa y las necesidades del mercado detrabajo.

En este sentido, las ciudades defini-rán estrategias de formación que ten-gan en cuenta la demanda social ycooperarán con las organizaciones sin-dicales y empresariales en la creaciónde puestos de trabajo y en actividadesformativas de carácter formal y no for-mal, a lo largo de la vida.

Las ciudades deberán ser conscien-tes de los mecanismos de exclusión y

marginación que les afectan y de las mo-dalidades que revisten, y desarrollaránlas políticas de acción afirmativa necesa-rias. En especial, atenderán a las perso-nas recién llegadas, inmigrantes orefugiados, que tienen derecho a sentircon libertad la ciudad como propia.

Dedicarán esfuerzos a fomentar la cohe-sión social entre los barrios y sus habi-tantes de toda condición.

Las intervenciones encaminadas aresolver las desigualdades pueden

adquirir formas múltiples, pero deberánpartir de una visión global de la persona,configurada por los intereses de cada unade ellas y por el conjunto de derechos queatañen a todos.

Cualquier intervención significativa hade garantizar la coordinación entre lasadministraciones implicadas y sus servi-cios. Se fomentará también la coopera-ción de las administraciones con lasociedad civil libre y democráticamenteorganizada en instituciones del llamadotercer sector, organizaciones no guber-namentales y asociaciones análogas.

La ciudad estimulará el asociacio-nismo como forma de participación y

corresponsabilidad cívica, a fin de canali-zar actuaciones al servicio de la comuni-dad y obtener y difundir información,materiales e ideas para el desarrollo so-cial, moral y cultural de las personas. A suvez, contribuirá en la formación para laparticipación en los procesos de toma dedecisiones, de planificación y de gestiónque la vida asociativa conlleva.

El municipio deberá garantizar in-formación suficiente y comprensible

e incentivar a sus habitantes a infor-marse. Considerando el valor que supone

seleccionar, comprender y tratar el grancaudal de información actualmente dis-ponible, la ciudad educadora facilitará re-cursos que estén al alcance de todos. Elmunicipio identificará los colectivos queprecisen de una atención singularizada, ypondrá a su disposición puntos especiali-zados de información, orientación yacompañamiento. A su vez, estableceráprogramas formativos en tecnologías dela información y las comunicaciones paratodas las edades y grupos sociales con lafinalidad de combatir nuevas formas deexclusión.

La ciudad educadora deberá ofrecera todos sus habitantes, como obje-

tivo crecientemente necesario para lacomunidad, formación en valores y prác-ticas de ciudadanía democrática: el res-peto, la tolerancia, la participación, laresponsabilidad y el interés por lo pú-blico, por sus programas, sus bienes ysus servicios.

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Esta Carta expresa el compromiso de las

ciudades que la suscriben con todos los

valores y principios que en ella se han

manifestado. Se define como abierta a su

propia reforma y deberá ser ampliada con

los aspectos que la rápida evolución social

requiera en el futuro

“Ciudades mejores para un mundo mejor”

III.

CARTA DAS CIDADES EDUCADORAS

“Cidades melhores para um mundo melhor”

Hoje mais do que nunca as cida-des, grandes ou pequenas, dispõemde inúmeras possibilidades educa-

doras, mas podem ser igualmente sujeitasa forças e inércias deseducadoras. De umamaneira ou de outra, a cidade oferece im-portantes elementos para uma formaçãointegral: é um sistema complexo e aomesmo tempo um agente educativo per-manente, plural e poliédrico, capaz decontrariar os factores deseducativos.

A cidade educadora tem personalidadeprópria, integrada no país onde se situa é,por consequência, interdependente da doterritório do qual faz parte. É igualmenteuma cidade que se relaciona com o seumeio envolvente, outros centros urbanosdo seu território e cidades de outros paí-ses. O seu objectivo permanente será o deaprender, trocar, partilhar e, por conse-quência, enriquecer a vida dos seus habi-tantes.

A cidade educadora deve exercer e des-envolver esta função paralelamente às suasfunções tradicionais (económica, social,política de prestação de serviços), tendo emvista a formação, promoção e o desenvolvi-mento de todos os seus habitantes. Deveocupar-se prioritariamente com as crian-ças e jovens, mas com a vontade decididade incorporar pessoas de todas as idades,numa formação ao longo da vida.

As razões que justificam esta funçãosão de ordem social, económica e política,sobretudo orientadas por um projectocultural e formativo eficaz e coexistencial.Estes são os grandes desafios do séculoXXI: Primeiro “investir” na educação decada pessoa, de maneira a que esta sejacada vez mais capaz de exprimir, afirmar edesenvolver o seu potencial humano,assim como a sua singularidade, a suacriatividade e a sua responsabilidade.Segundo, promover as condições de plenaigualdade para que todos possam sentir-se respeitados e serem respeitadores, ca-pazes de diálogo. Terceiro, conjugar todosos factores possíveis para que se possaconstruir, cidade a cidade, uma verdadeirasociedade do conhecimento sem exclu-sões, para a qual é preciso providenciar,entre outros, o acesso fácil de toda a po-pulação às tecnologias da informação edas comunicações que permitam o seudesenvolvimento.

As cidades educadoras, com suas insti-tuições educativas formais, suas interven-ções não formais (de uma intencionalidadeeducadora para além da educação formal)e informais (não intencionais ou planifica-das), deverão colaborar, bilateral ou multi-lateralmente, tornando realidade a trocade experiências. Com espírito de coopera-ção, apoiarão mutuamente os projectos

CARTA DAS CIDADESEDUCADORAS

As cidades representadas no I Congresso

Internacional das Cidades Educadoras, que

teve lugar em Barcelona em Novembro de

1990, reuniram na Carta inicial, os princí-

pios essenciais ao impulso educador da ci-

dade. Elas partiam do princípio que o

desenvolvimento dos seus habitantes não

podia ser deixado ao acaso. Esta Carta foi

revista no III Congresso Internacional

(Bolonha, 1994) e no de Génova (2004), a

fim de adaptar as suas abordagens aos

novos desafios e necessidades sociais.

A presente Carta baseia-se na Declaração

Universal dos Direitos do Homem (1948), no

Pacto Internacional dos Direitos Económicos,

Sociais e Culturais (1966), na Declaração

Mundial da Educação para Todos (1990), na

Convenção nascida da Cimeira Mundial para

a Infância (1990) e na Declaração Universal

sobre Diversidade Cultural (2001).

PREÂMBULO

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CARTA DAS CIDADES EDUCADORAS

de estudo e investimento, seja sob aforma de colaboração directa ou em cola-boração com organismos internacionais.

Actualmente, a humanidade, não vivesomente uma etapa de mudanças, masuma verdadeira mudança de etapa. Aspessoas devem formar-se para umaadaptação crítica e uma participação ac-tiva face aos desafios e possibilidades quese abrem graças à globalização dos pro-cessos económicos e sociais, a fim de po-derem intervir, a partir do mundo local, nacomplexidade mundial, mantendo a suaautonomia face a uma informação trans-bordante e controlada por certos centrosde poder económico e político.

Por outro lado, as crianças e os jovensnão são mais protagonistas passivos davida social e, por consequência, da cidade.A Convenção das Nações Unidas de 20 deNovembro de 1989, que desenvolve econsidera constrangedores os princípiosda Declaração Universal de 1959, tor-nou-os cidadãos e cidadãs de pleno di-reito ao outorgar-lhes direitos civis epolíticos. Podem associar-se e participarem função do seu grau de maturidade.

A protecção das crianças e jovens nacidade não consiste somente no privile-giar a sua condição, é preciso cada vezmais encontrar o lugar que na realidadelhes cabe, ao lado dos adultos que pos-

suem como cidadã a satisfação que devepresidir à coexistência entre gerações. Noinício do século XXI, as crianças e os adul-tos parecem necessitar de uma educaçãoao longo da vida, de uma formação sem-pre renovada.

A cidadania global vai-se configurandosem que exista ainda um espaço globaldemocrático, sem que numerosos paísestenham atingido uma democracia eficazrespeitadora dos seus verdadeiros pa-drões sociais e culturais e sem que as de-mocracias de longa tradição possamsentir-se satisfeitas com a qualidade dosseus sistemas. Neste contexto, as cidadesde todos os países, devem agir desde asua dimensão local, enquanto plataformasde experimentação e consolidação dumaplena cidadania democrática e promoveruma coexistência pacífica graças à forma-ção em valores éticos e cívicos, o respeitopela pluralidade dos diferentes modelospossíveis de governo, estimulando meca-nismos representativos e participativos dequalidade.

A diversidade é inerente às cidades ac-tuais e prevê-se que aumentará aindamais no futuro. Por esta razão, um dosdesafios da cidade educadora é o de pro-mover o equilíbrio e a harmonia entreidentidade e diversidade, salvaguardandoos contributos das comunidades que a in-

tegram e o direito de todos aqueles que ahabitam, sentindo-se reconhecidos apartir da sua identidade cultural.

Vivemos num mundo de incerteza queprivilegia a procura da segurança, que seexprime muitas vezes como a negação euma desconfiança mútua. A cidade edu-cadora, consciente deste facto, não pro-cura soluções unilaterais simples, aceita acontradição e propõe processos de con-hecimento, diálogo e participação como ocaminho adequado à coexistência na ecom a incerteza.

Confirma-se o direito a uma cidadeeducadora, que deve ser consideradocomo uma extensão efectiva do direitofundamental à educação. Deve produzir-se, então uma verdadeira fusão da etapaeducativa formal com a vida adulta, dosrecursos e do potencial formativo da ci-dade com o normal desenvolvimento dosistema educativo, laboral e social.

O direito a uma cidade educadora deveser uma garantia relevante dos princípiosde igualdade entre todas as pessoas, dejustiça social e de equilíbrio territorial.

Esta acentua a responsabilidade dosgovernos locais no sentido do desenvolvi-mento de todas as potencialidades educa-tivas que a cidade contém, incorporandono seu projecto político os princípios da ci-dade educadora.

CARTA DAS CIDADES EDUCADORAS

I.

I. O DIREITO A UMA CIDADE EDUCADORA

Todos os habitantes de uma cidadeterão o direito de desfrutar, em con-

dições de liberdade e igualdade, os meios eoportunidades de formação, entreteni-mento e desenvolvimento pessoal que elalhes oferece. O direito a uma cidade edu-cadora é proposto como uma extensão dodireito fundamental de todos os indivíduosà educação. A cidade educadora renovapermanentemente o seu compromisso emformar nos aspectos, os mais diversos, osseus habitantes ao longo da vida. E paraque isto seja possível, deverá ter em contatodos os grupos, com suas necessidadesparticulares.

Para o planeamento e governo da ci-dade, tomar-se-ão as medidas necessá-rias tendo por objectivo o suprimir osobstáculos de todos os tipos incluindo asbarreiras físicas que impedem o exercíciodo direito à igualdade. Serão responsáveistanto a administração municipal, como ou-tras administrações que têm uma influên-cia na cidade, e os seus habitantes deverãoigualmente comprometerem-se neste em-preendimento, não só ao nível pessoalcomo através de diferentes associações aque pertençam.

A cidade deverá promover a educaçãona diversidade para a compreensão, a

cooperação solidária internacional e a pazno mundo. Uma educação que deverácombater toda a forma de discriminação.Deverá favorecer a liberdade de expressão,

a diversidade cultural e o diálogo em condi-ções de igualdade. Deverá acolher tanto asiniciativas inovadoras como as da culturapopular, independentemente da sua ori-gem. Deverá contribuir para a correcçãodas desigualdades que surjam então dapromoção cultural, devido a critérios exclu-sivamente mercantis.

A cidade educadora deverá encora-jar o diálogo entre gerações, não

somente enquanto fórmula de coexistên-cia pacífica, mas como procura de projec-tos comuns e partilhados entre grupos depessoas de idades diferentes. Estes pro-jectos, deverão ser orientados para a re-alização de iniciativas e acções cívicas,cujo valor consistirá precisamente no ca-rácter intergeracional e na exploraçãodas respectivas capacidades e valorespróprios de cada idade.

As políticas municipais de caráctereducativo devem ser sempre enten-

didas no seu contexto mais amplo inspi-rado nos princípios de justiça social, decivismo democrático, da qualidade de vidae da promoção dos seus habitantes.

Os municípios deverão exercer comeficácia as competências que lhes

cabem em matéria de educação. Qualquerque seja o alcance destas competências,elas deverão prever uma política educativaampla, com carácter transversal e inova-dor, compreendendo todas as modalidadesde educação formal, não formal e infor-

mal, assim como as diferentes manifesta-ções culturais, fontes de informação e viasde descoberta da realidade que se produ-zam na cidade.

O papel da administração municipal é ode definir as políticas locais que se revela-rão possíveis e o de avaliar a sua eficácia,assim como de obter as normas legislati-vas oportunas de outras administrações,centrais ou regionais.

Com o fim de levar a cabo uma ac-tuação adequada, os responsáveis

pela política municipal duma cidade deve-rão possuir uma informação precisa sobrea situação e as necessidades dos seus ha-bitantes. Com este objectivo, deverão re-alizar estudos que manterão actualizadose tornarão públicos, e prever canais aber-tos (meios de comunicação) permanentescom os indivíduos e os grupos que permi-tirão a formulação de projectos concretose de política geral.

Da mesma maneira, o município face aprocessos de tomada de decisões em cadaum dos seus domínios de responsabili-dade, deverá ter em conta o seu impactoeducador e formativo.

II. O COMPROMISSO DA CIDADE

A cidade deve saber encontrar, pre-servar e apresentar sua identidade

pessoal e complexa. Esta a tornará únicae será a base dum diálogo fecundo comela mesma e com outras cidades. A valo-

II.

PRINCÍPIOS

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“Cidades melhores para um mundo melhor”

CARTA DAS CIDADES EDUCADORAS

rização dos seus costumes e suas origensdeve ser compatível com os modos de vidainternacionais. Poderá assim oferecer umaimagem atraente sem desvirtuar o seu en-quadramento natural e social.

À partida, deverá promover o conheci-mento, a aprendizagem e a utilização daslínguas presentes na cidade enquanto ele-mento integrador e factor de coesão entreas pessoas.

A transformação e o crescimentoduma cidade devem ser presididos

por uma harmonia entre as novas necessi-dades e a perpetuação de construções esímbolos que constituam referências cla-ras ao seu passado e à sua existência. Oplaneamento urbano deverá ter em contaas fortes repercussões do ambiente ur-bano no desenvolvimento de todos os indi-víduos, na integração das suas aspiraçõespessoais e sociais e deverá agir contra todaa segregação das gerações e pessoas dediferentes culturas, que têm muito aaprender umas com as outras.

O ordenamento do espaço físico urbanodeverá estar atento às necessidades deacessibilidade, encontro, relação, jogo elazer e duma maior aproximação à natu-reza. A cidade educadora deverá concederum cuidado especial às necessidades daspessoas com dependência no planeamentourbanístico de equipamentos e serviços, afim de lhes garantir um enquadramentoamável e respeitador das limitações quepodem apresentar sem que tenham querenunciar à maior autonomia possível.

A cidade educadora deverá fomentara participação cidadã com uma pers-

pectiva crítica e co-responsável. Para esteefeito, o governo local deverá oferecer ainformação necessária e promover, natransversalidade, as orientações e as ac-tividades de formação em valores éticose cívicos.

Deverá estimular, ao mesmo, a parti-cipação cidadã no projecto colectivo apartir das instituições e organizaçõescivis e sociais, tendo em conta as inicia-tivas privadas e outros modos de parti-cipação espontânea.

O governo municipal deverá dotar acidade de espaços, equipamentos e

serviços públicos adequados ao desenvol-vimento pessoal, social, moral e cultural detodos os seu habitantes, prestando umaatenção especial à infância e à juventude.

A cidade deverá garantir a qualidadede vida de todos os seus habitantes.

Significa isto, um equilíbrio com o am-biente natural, o direito a um ambientesadio, além do direito ao alojamento, aotrabalho, aos lazeres e aos transportespúblicos, entre outros. Deverá promoveractivamente a educação para a saúde e aparticipação de todos os seus habitantesnas boas práticas de desenvolvimentosustentável.

O projecto educador explícito e im-plícito na estrutura e no governo da

cidade, os valores que esta encoraja, a

qualidade de vida que oferece, as mani-festações que organiza, as campanhas eos projectos de todos os tipos que pre-para, deverão ser objecto de reflexão e departicipação, graças à utilização dos ins-trumentos necessários que permitamajudar os indivíduos a crescer pessoal ecolectivamente.

III. AO SERVIÇO INTEGRAL DAS PESSOAS

O município deverá avaliar o impactodas ofertas culturais, recreativas, in-

formativas, publicitárias ou de outro tipo eas realidades que as crianças e jovens re-cebem sem qualquer intermediário. Nestecaso, deverá empreender, sem dirigismosacções com uma explicação ou uma inter-pretação razoáveis. Vigiará a que se esta-beleça um equilíbrio entre a necessidadede protecção e a autonomia necessária àdescoberta. Oferecerá, igualmente espa-ços de formação e de debate, incluindo osintercâmbios entre cidades, para quetodos os seus habitantes possam assumirplenamente as inovações que aquelasgeram.

A cidade deverá procurar que todasas famílias recebam uma formação

que lhes permitirá ajudar os seus filhos acrescer e a apreender a cidade, num espí-rito de respeito mútuo. Neste mesmo sen-tido, deverá promover projectos deformação destinados aos educadores emgeral e aos indivíduos (particulares ou

III.

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CARTA DAS CIDADES EDUCADORAS

pessoal pertencente aos serviços públicos)que intervêm na cidade, sem estaremconscientes das funções educadoras.Atenderá igualmente para que os corposde segurança e protecção civil que depen-dem directamente do município, ajam emconformidade com estes projectos.

A cidade deverá oferecer aos seushabitantes a possibilidade de ocupa-

rem um lugar na sociedade, dar-lhes-á osconselhos necessários à sua orientaçãopessoal e profissional e tornará possível asua participação em actividades sociais.No domínio específico das relações es-cola-trabalho, é preciso assinalar a rela-ção estreita que se deverá estabelecerentre o planeamento educativo e as ne-cessidades do mercado de trabalho.

Para este efeito, as cidades deverão de-finir estratégias de formação que tenhamem conta a procura social e colaborar comas organizações sindicais e empresas nacriação de postos de trabalho e de activi-dades formativas de carácter formal e nãoformal, sempre ao longo da vida.

As cidades deverão estar conscientesdos mecanismos de exclusão e mar-

ginalização que as afectam e as modalida-des que eles apresentam assim comodesenvolver as políticas de acção afirma-tiva necessárias. Deverão, em particular,ocupar-se dos recém-chegados, imigran-tes ou refugiados , que têm o direito desentir com toda a liberdade, que a cidadelhes pertence. Deverão consagrar todos os

seus esforços no encorajar a coesão socialentre os bairros e os seus habitantes, detodas as condições.

As intervenções destinadas a resol-ver desigualdades podem adquirir

formas múltiplas, mas deverão partirduma visão global da pessoa, dum parâ-metro configurado pelos interesses decada uma destas e pelo conjunto de di-reitos que a todos assistem. Toda a in-tervenção significativa deve garantir acoordenação entre as administraçõesenvolvidas e seus serviços. É preciso,igualmente, encorajar a colaboração dasadministrações com a sociedade civillivre e democraticamente organizadaem instituições do chamado sector ter-ciário, organizações não governamen-tais e associações análogas.

A cidade deverá estimular o associa-tivismo enquanto modo de participa-

ção e corresponsabilidade cívica com oobjectivo de analisar as intervenções parao serviço da comunidade e de obter e di-fundir a informação, os materiais e asideias, permitindo o desenvolvimento so-cial, moral e cultural das pessoas. Por seulado, deverá contribuir na formação para aparticipação nos processos de tomada dedecisões, de planeamento e gestão queexige a vida associativa.

O município deverá garantir uma in-formação suficiente e compreensível

e encorajar os seus habitantes a informa-

rem-se. Atenta ao valor que significa se-leccionar, compreender e tratar a grandequantidade de informação actualmentedisponível, a cidade educadora deveráoferecer os recursos que estarão ao al-cance de todos. O município deverá iden-tificar os grupos que necessitam de umaajuda personalizada e colocar à sua dis-posição pontos de informação, orientaçãoe acompanhamento especializados.

Ao mesmo tempo, deverá prever pro-gramas formativos nas tecnologias de in-formação e comunicações dirigidos a todasas idades e grupos sociais a fim de comba-ter as novas formas de exclusão.

A cidade educadora deverá ofere-cer a todos os seus habitantes, en-

quanto objectivo cada vez maisnecessário à comunidade, uma formaçãosobre os valores e as práticas da cidada-nia democrática: o respeito, a tolerância,a participação, a responsabilidade e ointeresse pela coisa pública, seus pro-gramas, seus bens e serviços.

“Cidades melhores para um mundo melhor”

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Esta Carta exprime o compromisso assu-

mido pelas cidades que a subscrevem com

todos os valores e princípios que nela se

manifestam. Define-se como aberta à sua

própria reforma e deverá ser adequada aos

aspectos que a rápida evolução social exi-

girá no futuro.

Ciudades Educadoras Delegación América Latina

Cidades EducadorasDelegação América Latina

Municipalidad de RosarioBuenos Aires 711, 2º piso.Rosario, Santa Fe. Argentina.54 (341) 4802275ce_americalat@rosario.gob.arwww.edcities.orgwww.ciudadeseducadorasla.org

Ciudades Educadoras Delegación América Latina

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