carta a jms sept-1-2015

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Bogotá, Septiembre 1 de 2015. Doctor Juan Manuel Santos Calderón Presidente de la República de Colombia La Ciudad. Señor Presidente: La crisis humanitaria que actualmente existe en la frontera entre Colombia y Venezuela ha tomado matices que rara vez se habían visto en la historia del continente. 299 niños separados de sus padres, 154 familias desmembradas, más de 2.000 colombianos deportados por el sólo hecho de su nacionalidad, marcados con la letra “D” – como las estrellas amarillas de Hitler - y un éxodo masivo de compatriotas que regresan al país presas del miedo, los abusos – incluidos sexuales – en su contra y la discriminación, constituyen razones más que suficientes para revisar integralmente las relaciones de nuestro país con Venezuela, al tiempo que los lineamientos regionales de la política exterior colombiana. No interpretamos la derrota de nuestro país ante la OEA solamente como un fracaso de su gobierno. El fracaso también es de la OEA que tristemente antepone otros intereses por encima de los derechos humanos y nos deja perplejos que la comunidad latinoamericana prefiera mirar al costado mientras los niños colombianos sufren el desarraigo y la ruptura emocional. Compartimos con usted la necesidad de las vías diplomáticas, pero creemos que es hora de asumir posiciones diferentes. No es el momento de acudir a Unasur (el club del populismo), donde seguramente seremos victimas de nuevas humillaciones, sino de elevar la situación a las máximas autoridades internacionales, la más importante de ellas, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, seguida por el Consejo de Derechos Humanos de la misma organización. Es necesario convocar al Concejo de Derechos Humanos de la ONU. Este órgano se puede reunir en cualquier momento y ordenar acciones concretas para mitigar el sufrimiento de nuestros compatriotas, verificar el cumplimiento de los derechos humanos y denunciar sus más que comprobadas violaciones. Ya el Delegado de las Naciones Unidas en Colombia, Fabrizio Hochschild ha visitado la zona y ha confirmado la gravedad de la situación, al tiempo que ha mencionado que no ha recibido solicitud por parte de Colombia para que la ONU intervenga. Señor Presidente, antes de esperar a ver si esta semana aparece Maduro en Unasur, su gobierno debe activar todos los mecanismos internacionales necesarios para lograr presencia internacional en la frontera, que la vez que sirva para atender esta calamidad humanitaria, minimice cualquier riesgo de confrontación o acción militar, producto de los delirios del Presidente Venezolano, que ahora incluso habla de un supuesto magnicidio contra él, del cual, absurdamente, lo inculpa a usted.

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LA EXCANDIDATA PRESIDENCIAL MARTA LUCÍA RAMIREZ, SOLICITA AL SEÑOR PRESIDENTE JUAN MANUEL SANTOS, QUE CONVOQUE AL CONSEJO DE DERECHOS HUMANOS DE LAS NACIONES UNIDAS PARA ATENDER CRISIS CON VENEZUELA.

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Bogotá, Septiembre 1 de 2015. Doctor Juan Manuel Santos Calderón Presidente de la República de Colombia La Ciudad. Señor Presidente: La crisis humanitaria que actualmente existe en la frontera entre Colombia y Venezuela ha tomado matices que rara vez se habían visto en la historia del continente. 299 niños separados de sus padres, 154 familias desmembradas, más de 2.000 colombianos deportados por el sólo hecho de su nacionalidad, marcados con la letra “D” – como las estrellas amarillas de Hitler - y un éxodo masivo de compatriotas que regresan al país presas del miedo, los abusos – incluidos sexuales – en su contra y la discriminación, constituyen razones más que suficientes para revisar integralmente las relaciones de nuestro país con Venezuela, al tiempo que los lineamientos regionales de la política exterior colombiana. No interpretamos la derrota de nuestro país ante la OEA solamente como un fracaso de su gobierno. El fracaso también es de la OEA que tristemente antepone otros intereses por encima de los derechos humanos y nos deja perplejos que la comunidad latinoamericana prefiera mirar al costado mientras los niños colombianos sufren el desarraigo y la ruptura emocional. Compartimos con usted la necesidad de las vías diplomáticas, pero creemos que es hora de asumir posiciones diferentes. No es el momento de acudir a Unasur (el club del populismo), donde seguramente seremos victimas de nuevas humillaciones, sino de elevar la situación a las máximas autoridades internacionales, la más importante de ellas, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, seguida por el Consejo de Derechos Humanos de la misma organización. Es necesario convocar al Concejo de Derechos Humanos de la ONU. Este órgano se puede reunir en cualquier momento y ordenar acciones concretas para mitigar el sufrimiento de nuestros compatriotas, verificar el cumplimiento de los derechos humanos y denunciar sus más que comprobadas violaciones. Ya el Delegado de las Naciones Unidas en Colombia, Fabrizio Hochschild ha visitado la zona y ha confirmado la gravedad de la situación, al tiempo que ha mencionado que no ha recibido solicitud por parte de Colombia para que la ONU intervenga. Señor Presidente, antes de esperar a ver si esta semana aparece Maduro en Unasur, su gobierno debe activar todos los mecanismos internacionales necesarios para lograr presencia internacional en la frontera, que la vez que sirva para atender esta calamidad humanitaria, minimice cualquier riesgo de confrontación o acción militar, producto de los delirios del Presidente Venezolano, que ahora incluso habla de un supuesto magnicidio contra él, del cual, absurdamente, lo inculpa a usted.

Igualmente, por tratarse de un asunto que afecta la seguridad nacional y regional, es preciso denunciar la acción del Gobierno Venezolano ante el Consejo de Seguridad de la ONU. No es el camino fácil, pero es el adecuado, es mejor prevenir que lamentar. Sabemos que su gobierno promovió el asiento de Venezuela como representante de toda América Latina en el Consejo y que eso disminuye el margen de maniobra, pero usted, Presidente, tiene la obligación no solo de defender los derechos de las familias colombianas en los foros pertinentes , sino de minimizar cualquier riesgo de un acción militar de iniciativa venezolana sobre la región de la frontera con el pretexto del paramilitarismo. Adicionalmente, señor Presidente, debemos aceptar que lo sucedido ayer no es un hecho aislado dentro del ejercicio de la diplomacia, sino la consecuencia de la ausencia de una estrategia de política exterior. Pensábamos que ya habíamos vivido lo peor tras el fallo de la Haya sobre San Andrés, pero los sucesos nos siguen atropellando. Por ello, demandamos que con urgencia se revisen las líneas de trabajo de la cancillería y su gobierno en materia de relaciones exteriores y se convoque ala comisión asesora de relaciones exteriores con la periodicidad y frecuencia que esta situación anómala amerita. Por otra parte, no es comprensible que un Estado hostil sea el garante del proceso de Paz en la Habana. Nuestra paz, tal como han manifestado diversas voces, se debe lograr con Venezuela, a pesar de Venezuela o contra Venezuela y no se equivoque, el Presidente Maduro prefiere sus elecciones a la paz de Colombia y reitera en sus actos su preferencia a las farc sobre la institucionalidad colombiana. No podemos seguir secuestrados en nuestras decisiones de política exterior por el proceso de la habana para terminar el conflicto con Farc y una manera de ir concretando los acuerdos ,es liberarnos de intermediarios cuyos valores no coinciden con nuestra tradición democrática y cuyos intereses se oponen a los de nuestro país. Señor Presidente, reiterando mi inquebrantable compromiso con el bienestar de Colombia, , sepa que las anteriores consideraciones corresponden al sentimiento de muchos colombianos que estamos convencidos de que esta crisis abre el camino para tomar decisiones de fondo, que superen las coyunturas.