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Carné de ruta 2019-2020

Fe y Luz internacional

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• Introducción 3

• ¿Qué es la pedagogía de Kett? 5

Jesús es le camino de la alegría 7 Jesús es el camino de la curación 12

Jesús es el camino del compartir 17 Jesús es el camino de la unidad 22 Jesús es el camino del perdón 26

Jesús es el camino de la belleza de nuestras culturas 31 Jesús es el camino del servicio 35

• Navidad: Jesús es el camino hacia el pesebre 40

• Fiesta de la Luz: Jesús es el camino del abandono 44 • Pascua: Jesús es el camino de la Resurrección 49 • 53 • Campamento de verano: 56

Jesús es el camino incluso cuando descansamos

Anexos − La pedagogía de Kett 59 − Juego de mesa: Tras Jesús 75 − El taller de los artistas 77 − La tienda de Fe y Luz 82 − Oración de Fe y Luz (contraportada)

Illustrations : Katalin Nagy

Photos : Krisztián Nagy et Klára Surinás

Fe y Luz internacional 3 rue du Laos 75015 Paris, Francia

T + 33 1 53 69 44 30 - foi.lumiere@wanadoo.fr - www.feyluz.org

Carné de ruta 2019-2020 : 5 €

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amos a empezar con orgullo una peregrinación hacia nuestro Jubileo. Después de haber marchado hacia el Líbano tras los pasos de Jesús, continuemos siguiéndolo, a

Él quien nos guía por intermedio de los más pequeños de nuestras comunidades. Son ellos quienes serán nuestros guías y nos invitarán a mirar hacia atrás hacia nuestros orígenes y hacia adelante con confianza. ¡Evoquemos nuestro futuro! El carné de ruta de este año fue realizado por un equipo de Fe y Luz de idioma húngaro. Estamos orgullosos de preparar el 50° aniversario de nuestro movimiento. Fe y Luz en Hungría está integrado principalmente en parroquias católicas pero también en muchas parroquias protestantes. Ellos viven el ecumenismo a través de la Palabra de Dios que está presente particularmente en las reuniones de comunidad. En este carné, nos presentan una descripción detallada de la manera en que abordan las Escrituras. La iglesia católica húngara acogerá el Congreso Eucarístico Internacional. Fe y Luz en Hungría está invitado a este congreso como movimiento ecuménico y participará con todo su amor por las Escrituras. “Eucaristía” es un término bíblico que significa “acción de gracias”. Durante este año, nos esforzaremos de manera particular en dar gracias por nuestro movimiento y nuestras comunidades y, sobre todo, por Cristo, quien es Dios, bendito por siempre.

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Les proponemos (para algunos meses) la pedagogía de Kett como una alternativa a los mimos evangélicos y al tiempo de oración pues ofrece una oportunidad de meditar sobre las Escrituras y de orar. Desde hace unos años, a las comunidades húngaras les gusta practicar la meditación y el método de oración de Franz Kett, basado en imágenes elaboradas en el suelo. Esta meditación llega directamente al corazón de nuestros amigos con discapacidad. ¡Que tengan un bello año de acción de gracias! Corinne Chatain Secretaria general

Muchas gracias a cada uno de ustedes: (de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo), Eva Vass (Hungría), Ghislain du Chéné (Francia), Csaba Mészáros (Serbia), Padre Gábor Harmai (Hungría), Amar Singh-Bahadur (Hungría), Katalin Nagy (Hungría), Corinne Chatain (Francia), y Klára Surinás (Hungría).

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Según el método asociado al nombre del educador alemán Franz Kett, un niño es un don en su cuerpo, su alma y su espíritu. Este método también se conoce como la pedagogía de “la mano, el corazón y el espíritu”. En primer lugar, es una pedagogía de la mano porque toca to-dos los sentidos. Cuando los participantes reciben algo con los ojos cerrados deben analizar con los otros sentidos para respon-der a la pregunta: ¿qué tienes en las manos? La manera en que recibimos el objeto a utilizar más adelante es más reveladora que el objeto en si mismo. Si los participantes, con los ojos cerrados, reciben algo, el responsable también les acariciará las manos. De una manera análoga, si ellos reciben algo con los ojos abier-tos, el responsable los mirará a los ojos y les sonreirá. La pedagogía de Kett es una pedagogía de la mano porque implica la creación y es una manera de moldear el mundo. Cada participante crea algo y el grupo crea con cada uno una imagen que puede tocarse o verse. Es por esa razón que también la lla-maos una pedagogía de las “imágenes sobre la tierra”, pues mol-deamos la tierra y el mundo.

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En segundo lugar, se trata de una pedagogía del corazón pues invita a los participantes a expresar sus sentimientos. Es im-portante que todos tengan la posibilidad de compartir algo sobre lo que van a crear. Lo que vivimos va más allá ya que trabajamos con nuestras manos mientras escuchamos música. Cuando habla-mos en voz alta de lo que ha madurado en nuestro interior de al-guna manera abrimos nuestro corazón a los demás. Finalmente, se trata de una pedagogía del espíritu porque transmite el conocimiento del mundo, de las Escrituras, del fun-cionamiento de la comunidad humana y de uno mismo. Cuando creamos una imagen Kett, es importante saber lo que queremos transmitir. Cada fase de la reunión está basada en una frase que queremos compartir. Cada juego y pregunta se centra en un valor que dar a conocer. Nunca es el responsable de la reunión quien revela la frase clave, la espina dorsal, la esencia misma de la imagen, sino son los participantes quienes la descu-bren, la contemplan y la articulan por si mismos. La pedagogía de Kett consiste en hacer reflexionar a los participantes en lugar de transmitirles conocimientos.

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¿Cómo revivir el Evangelio?

E n el medio de la peregrinación de 1971 a Lourdes, todos estaban tan contentos que empezaron a cantar Aleluya el día

de Viernes Santo. Ellos habían comprendido que la alegría de la Resurrección no podía estar separada de la Pasión de Jesús. Quienes vienen por primera vez a un encuentro de comunidad se quedan sorprendidos de vernos llenos de alegría: “¿cómo pueden estar contentos con personas con discapacidad mental?”. No podemos guardar esta alegría para nosotros solos, debemos anunciar a nuestro alrededor nuestra buena nueva. Los mensajeros de la alegría no pueden parar de ser misioneros.

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: Juan 21, 1-14, La pesca milagrosa

• Juntos, revivimos el Evangelio Hoy vamos a hacer el mimo del nacimiento de una gran alegría. Al inicio, San Pedro estaba triste pensando que Jesús ya no ne-cesitaba de él ni de los otros discípulos. Es por eso que ellos van a pescar. Sin embargo, más tarde él se da cuenta que Cristo re-sucitado quiere ser su amigo y necesita de él. Jesús no lo recha-za así Pedro lo haya negado tres veces. Jesús necesita de Pedro así como Jesús necesita de cada uno de nosotros.

Personajes: Pedro, los demás apóstoles, Jesús y el discípulo bien amado. Guion Jesús se queda apartado o se esconde. − Pedro: Voy a pescar. − Todos: Vamos contigo. Avanzan uno detrás del otro. − Pedro: Subamos a la barca todos juntos. Lancemos las redes.

¡Vamos! Lanzan las redes. − Pedro: Volvamos a lanzar la red. ¡No hay nada! Lo intentaran

varias veces. − Jesús se acerca: Buenos días, ¿hay peces?

− Los apóstoles (en coro): No hemos atrapado nada. − Jesús: Lanzad la red a la derecha. − Pedro: Bien, hagámoslo. ¡Vamos, lancemos la red! ¡Está llena

de peces! ¡Levantad la red despacio y con cuidado! − El discípulo que Jesús amaba: ¡Es el Señor!

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− Pedro: Allá voy. (Él hace como si sumergiera la cabeza en el agua y nada para reunirse con Jesús. Jesús puede estar senta-do o asando un pescado, pero no es indispensable.)

− Jesús: Traed algunos de los peces que acabáis de sacar. Los demás: ¡Dios mío, está muy pesado! ¡Qué gran pesca! (Agarran despacio la red y van hacia Jesús.)

− − Los apóstoles: ¡Qué bueno que estés aquí de nuevo!

Explicación

¿Por qué Pedro está triste al inicio del relato? (Porque él co-metió un pecado grave contra Jesús al negarlo y piensa que Jesús ya no lo necesita.)

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− ¿Por qué Pedro se tira al agua? (Porque está muy contento de ver a Jesús.)

• En pequeños grupos

Cuando Pedro escucha el llamado “lancen la red”, compren-de que se trataba de Jesús quien estaba delante de él y eso lo llenó de alegría.

− ¿A quién me gusta encontrar? ¿Quién es la persona que me pone contento(a) cuando la veo? ¿Por qué?

− ¿Cuándo reconocemos a Jesús en nuestras vidas?

− ¿Qué me pone contento(a)? ¿Qué puedo compartir con los demás para hacer que ellos estén contentos también?

Agradezcamos a Jesús que necesita de nosotros también. Damos gracias por reconocerlo en la Palabra de Dios así como en los ri-tos de nuestras comunidades cristianas, durante la misa o la co-munión. Le damos gracias por haber llenado nuestros corazones de alegría.

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• La oración de un pobre

Jesús, yo quiero siempre guardar tu alegría en mi corazón.

Fabricamos un medallón en forma de pez (ver página 77).

Juego El equipo habrá preparado una bolsa (o funda de almohada) y ha-brá colocado secretamente diversos objetos. Al igual que no pode-mos ver debajo del agua lo que la red atrapa, aquí tampoco sabre-mos lo que vamos a atrapar. Con los ojos cerrados (o vendados), sumergiremos las manos en la bolsa para atrapar un objeto e in-tentaremos adivinar lo que es.

Cada día cantaré una canción sobre la alegría o la providencia.

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e y Luz inició en 1971 con la experiencia de una familia que se vio rechazada de una peregrinación diocesana a Lourdes

debido a sus hijos con discapacidad severa. Nuestro movimiento está fundado sobre el sufrimiento de los padres. ¿Cuál es la situación hoy en día? Estamos a gusto en nuestras comunidades porque encontramos amigos: compartimos, cantamos, bailamos y rezamos juntos. ¿Hacia dónde nos quiere llevar Jesús en los siguientes años? Aún existen muchas personas que necesitan ser reconfortadas, tranquilizadas, incluso curadas. ¿Podemos desarrollar nuestro don en Fe y Luz para mitigar a todos aquellos que sufren?

• Lucas 5, 17– 26, la curación del paralítico

• Otras sugerencias: Juan 9, 1-11, el ciego de nacimiento; Marcos 5, 21-24 y 35-43, la curación de la hija de Jairo; Mateo 17, 14-20, Je-sús expulsa a los demonios.

(Puede reemplazar el compartir y la acción de gracias) La curación del paralítico (anexo 1 página 59).

A su llegada, cada uno recibe una teja, un trozo de pizarra, una palma u otra cosa que, según las costumbres del país, se utilice para cubrir un techo. Esto simboliza el tejado que fue abierto por los amigos del paralítico para descenderlo en la camilla hasta la habitación donde se encontraba Jesús. Los trozos que recibimos se pondrán en forma de techo en el rincón de oración. Al final, cada uno se podrá llevar el objeto a casa.

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• Juntos, revivimos el Evangelio

El Evangelio de hoy habla de la gran aventura del paralítico y sus amigos. Debieron amarse mucho, tanto como nosotros en la comunidad. Esa amistad los llevó hacia Jesús y Jesús recompen-só maravillosamente esa amistad. En Fe y Luz, Jesús está con nosotros. Cuando invitamos a amigos a la comunidad, los invi-tamos a presentarse ante Jesús. Revivamos juntos lo que pasó después. Personajes: Jesús, la multitud alrededor de Jesús, el paralítico, cuatro amigos, los escribas (por lo menos 2).

Guion Jesús está sentado. Él enseña el Padre Nuestro a la multitud que lo rodea. Los cuatro amigos forman parte de la multitud. El pa-ralítico se encuentra un poco lejos, acostado sobre dos mantas o más, de tal manera que no se rompan cuando lo levanten. Los amigos van a la casa del paralítico y le dicen: “Es Jesús, él te puede curar”. − El paralítico: ¡Quiero verlo! ¿Podéis llevarme?

Ellos lo llevan en las mantas y lo dejan detrás de la multitud sentada en círculo.

− Los amigos: ¡No podemos entrar! Hagamos un agujero en el tejado.

Ellos perforan un agujero en el tejado, luego van a buscar al paralítico y lo dejan delante de Jesús. − Jesús: Hijo, tus pecados te son perdonados. − Los escribas: ¡Blasfemia! ¿Quién puede perdonar pecados sino

sólo Dios?

− Los amigos: ¡Queremos que se cure! ¿Quién se preocupa de sus pecados?

− Jesús (a los escribas y a los amigos): ¿Qué es más fácil, decir a este paralítico: “tus pecados te son perdonados”, o bien: “levántate, toma tu camilla y anda?” Levántate, toma tu cama y regresa a tu casa.

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El cojo se levantó, tomó sus mantas y regresó a su casa. Los amigos se alegraron y los escribas salieron del lugar con cólera. Explicación - ¿Qué quiere decir ser paralítico? (Es una discapacidad grave:

no podemos caminar y nos tienen que llevar a donde quera-mos ir.)

- ¿Por qué los amigos hicieron un agujero en el techo? (Porque era la única manera de llevar a su amigo paralítico hacia Jesús.)

- ¿Por qué Jesús cura primero los pecados del paralítico? (Porque el pecado es un tipo de parálisis. Nuestro objetivo es ser sal-vados, siempre estar con Dios y eso solo es posible si Jesús perdona nuestros pecados. Es el regalo más grande de Jesús, además de todas las curaciones.)

- ¿Por qué Jesús finalmente curó al cojo? (Porque quería demos-trar que tenía el poder de perdonar los pecados y de curar el cuerpo.)

• En pequeños grupos

Jesús cura al paralítico gracias a la fe de sus amigos. - ¿Has sido curado por Jesús?

- ¿Tienes que ser curado ahora? ¿De qué?

- ¿De qué debe ser curada tu comunidad?

- ¿Si Jesús te curara ahora, que cambiarías de tu vida?

Damos gracias por la persona que nos invitó a unirnos a la comunidad. • La oración de un pobre

Gracias Jesús por sanarnos y curarnos.

Elaboramos flores de papel (ver página 77).

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• Juego

Construimos una pirámide con pequeños frascos vacíos. Una marca en el suelo delimita la distancia donde se coloca el juga-dor. Lanza una pelota para derribar la pirámide. ¿Cuántas veces deberá lanzar la pelota cada persona para derribar la pirámide?

Cada día cantaré una canción de curación o de fe.

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Nuestras experiencias son todas muy diferentes y debemos compartir nuestras historias a nuestro alrededor, primero en nuestras comunidades, pero no solamente ahí. Nuestros testimonios deben ser conocidos en nuestras parroquias y nuestras diócesis. Todo lo que recibimos, como amigos de Jesús, en medio de una peregrinación, un retiro, o una celebración debe ser compartido. Pero, cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra. (Hechos 1: 8)

Lucas 19, 28-40: La entrada de Jesús en Jerusalén.

(Puede reemplazar el compartir y la acción de gracias.) La entrada de Jesús en Jerusalén (anexo 2, página 62).

A su llegada, cada uno recibe una pequeña piedra sobre la que está escrito: “¿Debo hablar?”. Esta piedra simboliza el poder abso-luto de Dios que puede hacer gritar a las piedras.

• Juntos, revivimos el Evangelio

Durante algún tiempo, Jesús sólo había revelado a sus amigos que él era el Mesías. Formaban una comunidad protegida. Jesús les enseñaba. Fue bueno con los extranjeros, curándolos, ense-ñándoles con parábolas, invitándolos a ser sus amigos así acep-taran o no. Sin embargo, un día decide declarar al mundo ente-ro que Él es el Mesías. Entra en su propia ciudad: Jerusalén. Es lo que reviviremos ahora.

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Guion El borrico está amarrado lejos de Jesús, al lado de sus dueños. Jesús llama a dos discípulos. − Jesús: Vayan a la ciudad. Al ingresar, encontraran un borrico.

Tráiganlo aquí. − Los discípulos: ¿Iremos a desamarrarlo simplemente?

− Jesús: Si alguien les pregunta: ¿Por qué lo desatan?, ustedes responderán: ¿por qué el señor lo necesita?

Los discípulos parten a buscar al borrico. − Un discípulo: ¡Ahí está el borrico del que nuestro Señor nos

habló! Hay que desamarrarlo. − El dueño: ¿Qué haces aquí?

− Los discípulos: Por favor, el Señor lo necesita. − Dueño: Ah, entonces es diferente. Llévenselo. Los discípulos llevan el borrico a Jesús. − Jesús: Voy a entrar a Jerusalén sobre este pequeño borrico. Los discípulos: Extenderemos nuestros mantos sobre su lomo para que puedas estar más cómodo. Ellos extienden sus mantos sobre el borrico y hacen que Jesús monte. Los dos discípulos lo conducen, mientras que los otros discípulos caminan delante de ellos extendiendo mantos o flores sobre el camino. − Los discípulos aclaman: ¡Bendito el Rey que viene en el nom-

bre del Señor! ¡Paz en el cielo y gloria en las alturas! − El borrico aclama también: ¡Hiaaaa, hiaaaa! − Los fariseos se acercaron a Jesús y le dijeron: ¿Por qué acep-

tas estas alabanzas?

− Jesús: Si ellos callaran, las piedras gritarían.

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Explicación − ¿Por qué el dueño dejó partir a su borrico? (Porque Jesús hizo

un milagro.)

− ¿Qué demostró la entrada de Jesús en Jerusalén? (Que Él es el Mesías y que Jerusalén es su ciudad.)

¿Por qué Jesús escogió a un borrico para entrar a Jerusalén? (Porque Él no quería amenazar a nadie. Entrar a Jerusalén en caballo habría sido una amenaza. Jesús no quería amenazar a la ciudad.)

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− ¿Quiénes eran los enemigos de Jesús? (Los fariseos)

− ¿Por qué Jesús quería mostrar que Él era el Mesías? (Porque Él quiere que todos seamos sus amigos y que nos quedemos con Él.)

• En pequeños grupos

En algunas circunstancias, el enemigo intenta impedir que los discípulos compartan sus historias con los demás. − ¿Me acuerdo de alguna historia que yo haya compartido

que ayudó a alguien?

− ¿Qué necesito para poder compartir mis sentimientos e ideas?

− ¿Hay algo que quisiera compartir ahora con los demás?

Demos gracias por quienes invitamos a la comunidad. Demos gracias a Dios porque Él encuentra nuestra misión importante y no necesita hacer hablar a las piedras. • La oración de un pobre

Gracias Jesús, yo soy un regalo para mí y para los demás.

Pintamos unas piedras (ver página 78).

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• Juego: Visité el zoológico

El animador empieza el juego: “Visité el zoológico y vi un…”, él/ella no pronuncia la palabra “elefante”, sino que hace la mímica y los demás deben adivinar lo que es. Por ejemplo, él/ella pue-de hacer el gesto de una trompa. Luego, los demás harán la mí-mica en su turno de lo que vieron en el zoológico. Antes de ha-cer la mímica de un nuevo animal, cada uno hará la mímica de todos los animales anteriores. El jugador siguiente hará la mí-mica del elefante con una trompa, luego saltará como un mono. El jugador que sigue hará la mímica del elefante, luego la del mono, y de otro animal que vio. Y así seguimos hasta que alguien no haga la mímica de los animales en el orden correcto o no se acuerde de alguno de los animales.

Cada día cantaré una canción que hable de piedras, peñascos o del poder de Dios.

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a primera peregrinación a Lourdes en 1971 era ya ecuménica, porque habían participantes de diferentes tradiciones

cristianas. Una persona con discapacidad mental no puede entender por qué los cristianos no son unidos y son ellos quienes nos guían hacia la unidad como Jesús nos lo dijo: No ruego solo por estos. Ruego también por los que han de creer en mí por el mensaje de ellos, para que todos sean uno. Padre, así como tú estás en mí y yo en ti, permite que ellos también estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. (Juan 17, 20-21) ¿Quizás en los siguientes años podremos superar algunas etapas de este camino de unidad y ser así profetas para nuestras iglesias?

Mateo 12, 46-50, ¿Quién es mi madre y quiénes son mis herma-nos? Para no estar solos, debemos pertenecer a la familia de Jesús.

Un gran cirio está alumbrando en el rincón de oración. A su llega-da, cada uno recibe una pequeña vela que se encenderá con el cirio, luego se colocarán las pequeñas velas alumbradas en círculo alrededor del cirio.

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uando rezamos el “Padre Nuestro” decimos “perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los

que nos ofenden”. Las personas con discapacidad mental sufren cuando sienten tensión entre los miembros de su familia o su comunidad, y se sienten mejor cuando estamos bien en comunión. Ellos son signos de Dios quien quiere que ellos sean mediadores y artesanos de paz. Ellos quieren que nos perdonemos más y más, es vital: Entonces se le acercó Pedro y le dijo: “Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete?” Jesús le dijo: “No te digo hasta siete, sino aún hasta setenta y siete veces”. (Mateo 18, 21-22)

Mateo 18, 23-35, La parábola de los ta-lentos e Isaías 43, 4.

Los animadores habrán preparado tarjetas con un lado la imagen de un arbusto ardiendo1 y del otro la frase del Padre Nuestro: “Perdona nuestra ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden”1. Cada uno recibe una tarjeta.

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1 www.feyluz.org/rubriques/haut/album_photo/carne-de-ruta-2019-2020/

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¿Quién debía más: el ministro o el siervo? (El ministro debía más al rey. El siervo debía 100 denarios, es casi el precio de un auto de segunda mano mientras que 10,000 talentos equiva-len a más o menos la deuda de todo un país.)

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uando asistimos a un encuentro internacional, siempre estamos maravillados por la belleza de los cantos, danzas, y

vestimentas. Tenemos una gran diversidad de culturas y es importante conocernos bien para comprender mejor cómo los otros viven su cultura y su fe. Existen muchas maneras de ir al encuentro con Jesús. Cualquiera que sea nuestra cultura, siempre existe un camino para ir hacia Jesús, pues como cantábamos junto al Padre Joseph Larsen: “Jesús es bello" y suavemente, me toca, abre mis ojos, Jesús hace bella mi vida.

Mateo 8, 5-13, La curación del servidor del centurión.

Los animadores habrán traído una foto de una obra de arte (edificación, pintura, escultura, etc.) muy importante o conside-rada como la más bella para la comunidad. A su llegada, cada uno recibe una copia de la foto. Podremos prenderla con alfileres a nuestra camiseta para demostrar cuán orgullosos estamos de nuestra cultura.

(Puede reemplazar el compartir y la acción de gracias) Dios te conoce y te ama, eres valioso(a) ante sus ojos (anexo 3 página 65).

• Juntos, revivimos el Evangelio

Nos encanta estar con nuestros amigos. Ellos nos aman y nos comprenden. Pero a veces vivimos lo contrario. Nos sentimos

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más comprendidos por extranjeros que por nuestros paisanos. El pasaje del Evangelio de hoy nos enseña que Jesús vivió igual-mente esta experiencia que se resulto una gran bendición. Jesús hizo lazos de amistad con muchas personas que no conocía.

Personajes: Jesús, el centurión, los soldados, la multitud alre-dedor de Jesús. Guion − El centurión a Jesús: Señor, mi siervo está enfermo. Sufre

terriblemente. − Jesús: Iré a sanarlo. ¿Dónde vives?

− El centurión: Señor, no merezco que entres en mi casa. Pero unas palabra tuya bastará para que mi siervo sane. Porque yo mismo soy un hombre sujeto a órdenes superiores, y además tengo soldados bajo mi autoridad.

− El centurión a sus soldados: Venid aquí. Los soldados se acer-can. Muy bien, podéis iros.

− El centurión a Jesús: ¿Ves? Mis súbditos hacen lo que yo les pido. Yo creo que tú puedes sanar la enfermedad de mi siervo de la misma manera.

− Jesús a la multitud: Os aseguro que no he encontrado en Israel a nadie que tenga tanta fe. Os digo que muchos vendrán del oriente y del occidente y participarán en el banquete con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos. Pero a los súb-ditos del reino se les echará fuera, a la oscuridad, donde habrá llanto y rechinar de dientes.

− Jesús al centurión: Ve a tu casa. Tu siervo está sanado y te espera.

Explicación − ¿De qué nacionalidad era Jesús? (Era judío.)

− ¿El centurión también era judío? (No, no lo era. Sin duda era romano, pero no lo sabemos exactamente.)

− ¿Qué es Israel? (Es el país de los judíos.)

− ¿Por qué decimos que el centurión tiene una fe más grande que

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los habitantes de Israel? (Porque cree que Jesús puede curar al siervo de lejos y por lo tanto que tiene un poder divino.)

• En pequeños grupos

Aunque Jesús haya sido enviado al pueblo judío, se sorpren-de con la fe del centurión, la cual es más grande de todo lo que vio en Israel.

− Cada uno puede comentar a qué países ha visitado y qué co-sas o costumbres interesantes descubrió.

− ¿Qué me gusta de las costumbres o enseñanzas de otra con-fesión cristiana?

− ¿Alguna vez te has dado cuenta de que alguien a quien no amabas te ayudó?

Damos gracias por la persona sentada a nuestro lado. • La oración de un pobre

Gracias Jesús, pues a pesar de que somos todos diferentes, nos amamos los unos a los otros.

Una pequeña canasta de frutas (ver página 79).

• Juego Este mes no proponemos un juego en particular. Al preparar la reunión, tratad de buscar un juego que venga de un país lejano y que lo encontréis atractivo.

Cada día cantaré una canción que retome los valores culturales cristianos fundamentales de mi comunidad.

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oda responsabilidad en Fe y Luz debe considerarse como un servicio. Estamos todos al servicio de los demás: a veces los

coordinadores son llamados pastores que cuidan de sus corderos, o jardineros que cuidan de sus flores para que ellas crezcan y se pongan bellas y huelan bien. Jesús cuidó de sus discípulos y se puso de rodillas delante de ellos para lavarles los pies. Si queremos seguir a Jesús por el camino del servicio, debemos ser como él, prestando atención a cada uno. Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis. De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que lo envió. (Juan 13, 15-16) La única recompensa que podemos esperar por este servicio es convertirnos en un amigo más cercano de Jesús, no solo un servidor o un mensajero.

Lucas 12, 35-38, Manténganse vigilantes.

Los animadores habrán reproducido el icono de Fe y Luz para ca-da participante1. Estos estarán dispuestos en el rincón de oración o en el medio del salón sobre telas de color rojo, anaranjado, amarillo, colores que simbolizan las llamas del amor de Jesús. También preparamos una foto de cada miembro o su nombre es-crito en una tarjeta. A su llegada, cada uno recibe su foto o la tar-jeta con su nombre y la deja sobre la tela. Su lugar cerca del icono simboliza las ganas que tenemos de seguir a Jesús en el camino del servicio.

1 www.feyluz.org/rubriques/haut/album_photo/el-icono-de-fe-y-luz/albumphoto_view

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• Juntos, revivimos el Evangelio

Pensemos en las personas que son superiores a nosotros de una manera u otra: en el trabajo, en la política, en nuestras familias, y en Fe y Luz. ¿Quién de nosotros nos llena de alegría? ¿Estamos contentos de que Jesús sea más grande que nosotros? ¿Es fácil estar contentos con quienes nos aman, no es verdad? Pensemos que están en un buen lugar. Y nosotros, ¿estamos en un buen lugar?

Personajes: Jesús, administrador de confianza, administrador indigno, servidores, dos jefes de casa y sus familias. Guion Primera mesa El administrador y sus siervos trabajan en buena armonía; el maestro llega. El maestro dice a su administrador digno de confianza: Has tra-bajado lo suficiente hoy. Vamos a la mesa y oremos. Se sientan (el maestro y su familia, el administrador y los sier-vos). El maestro le da un panecillo a cada uno. Recitan la bendi-ción: Bendícenos Señor, benditos sean los alimentos que hoy nos has dado, por Cristo, nuestro Señor. Amen. − Jesús entra y le dice al maestro: Bueno y digno servidor. Veo

que has cuidado de mi familia. Regocijémonos juntos. (Jesús comparte con ellos una tableta de chocolate u otros dulces.)

Segunda mesa − El administrador indigno dice a sus siervos: Sois perezosos.

No sois buenos servidores. ¡Fuera de mi vista! Esta noche no cenareis, soy yo me comeré vuestra cena. Recoge todos los pe-queños panes y se lleva a la boca una botella de cerveza o de vino.

− Los siervos se sientan en el suelo e imploran a Dios: Oh Se-ñor, no nos hagas esperar más, ven de prisa, no podemos so-portar más esta tiranía. Líbranos de este mal.

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− Jesús entra y se dirige al administrador: ¿Pretendes ser un buen administrador? ¿Has tiranizado a mi familia? No quiero verte más. ¡Fuera de mi vista! El administrador sale.

− Jesús al maestro, su familia y servidores: Sentémonos a la me-sa juntos. Distribuye el resto de los dulces.

Explicación − ¿Quién es el maestro de la casa? (Jesús.)

− ¿Por qué los dos administradores son responsables de la distri-bución de la comida? (Porque Jesús se lo pidió.)

− ¿Qué les pidió Jesús que hiciera exactamente? (Dejar que los demás tomaran su parte justa de la cena.)

− ¿Los dos administradores ejecutaron la orden de Jesús? (No, solo el primero. El otro administrador no era digno de con-fianza, por eso Jesús lo echa.)

− ¿El administrador indigno estaba en comunión con los demás? (No, no lo estaba. Nunca quiso pertenecer a su maestro.)

• En pequeños grupos

Jesús nos explica que servir es siempre estar listos para ayu-dar a quienes pasan necesidad y a vivir no solo para nosotros mismos, sino también para los demás. − ¿Cómo puedo servir?

− ¿Cuáles son los servicios que considero fáciles o difíciles?

− ¿A quién me gusta servir?

− ¿Acepto que me sirvan? ¿Quién?

Damos gracias por aquellos que nos sirven y que sirven a los de-más. Damos gracias por nuestras capacidades parar servir a los demás. • La oración de un pobre

Gracias Señor por mostrarme cuándo puedo ayudar a alguien.

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Una marioneta con calcetines (ver página 80).

• Juego: El rey de los monos

Un jugador debe salir del salón. Los otros eligen al rey de los monos que los demás deben imitar. Cuando el jugador regresa, el rey empieza a rascarse la cabeza y todos lo imitan. Busca pul-gas en los cabellos de su vecino, se da golpecitos en el vientre, hace como que plátanos, etc. El jugador debe adivinar quién es el rey de los monos.

Cada día cantaré una canción sobre el amor o el servicio.

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Navidad

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uando Jesús nació, hubo una gran fiesta en el cielo. Los ángeles tocaron las trompetas y cantaron fuerte para que

todos puedan escuchar la buena nueva: “¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!” (Lucas 2, 14) Claramente fue una invitación a levantarse y seguir el camino que llevaba al lugar donde nuestro salvador estaba naciendo para ir a adorarlo. Quienes estaban más cerca y con poco equipaje para cargar, los pastores, llegaron primero y ofrecieron un cordero. Sin duda alguna los padres de Jesús le hablaban a menudo de esos primeros visitantes que llegaron en medio de esa noche santa y eso le ayudó a presentar al buen pastor como modelo de quien cuida de los demás.

Os proponemos representar un pesebre viviente con la mayor cantidad de detalles posibles. Los personajes podrán leer el Salmo 8. Es necesario decidir si los personajes deben presentarse antes de leer sus partes del Salmo. En el caso de nuestros amigos con discapacidad, esto puede ser necesario pero no obligatorio. Por supuesto, el relato de la natividad en el Evangelio de Mateo (2, 1-14) y/o de Lucas (2, 6-20) puede también representarse de manera separada o combinarlos.

A su llegada, cada uno recibe un objeto útil para un viaje: un bas-tón, un sombrero, una capa para la lluvia, etc. El artículo lo lleva-remos durante toda la reunión. Ello nos hará recordar el largo viaje de los tres magos de Oriente que los condujo al niño. ¿Qué accesorio puede ayudarnos a resistir a los desafíos de un largo viaje (por ejemplo: el calor, la lluvia, el barro, el viento, etc.)?

• Juntos, revivimos el Evangelio

Hoy, Navidad es el momento ideal para hacer regalos. Pasamos

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buenos momentos juntos lo cual está muy bien. Pero no olvide-mos que Navidad es el cumpleaños de nuestro mejor amigo: Jesús. Él es el regalo que Dios nos hizo a todos. Al revivir la na-tividad, damos gracias a Dios por habernos enviado a Jesús.

Personajes: la estrella de Belén (un amigo especial sostiene una gran estrella cortada en papel); los tres magos (se ponen de rodillas y sostienen un regalo entre las manos); el niño Jesús, María y José; los soldados de Herodes (son tres o cuatro, se mantienen a cierta distancia, con una espada en la mano); un burro y un buey; los demás miembros de la comunidad son los pastores y ovejas.

Guion Las citas del Salmo 8 están en letras versalitas. No hemos escri-to preguntas con explicaciones pues será suficiente con que los personajes se presenten. − Los magos en coro: Somos los magos venidos de lejos siguien-

do la estrella (extienden el brazo hacia la estrella de Belén) para adorar al Niño Jesús. oh jehová, señor nuestro, ¡cuán grande es tu nombre en to-da la tierra! ¡has puesto tu gloria en los cielos!

− La estrella de Belén: Vuestra majestad es más alta que los cielos.

− María: de la boca de los pequeños y de los niños de pe-cho estableciste fortaleza, a causa de tus enemigos, para hacer callar al enemigo y al vengativo.

− Los soldados en coro: ¡Somos los soldados de Herodes! ¡Por orden de nuestro rey, debemos matar a todos los niños de Be-lén! ¿Pero podremos vencer al Mesías de Dios?

− Los magos: Cuando contemplo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, digo: ¿qué es el hombre para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre para que lo visites?

− El buey y el burro: ¡Hiaaaa! Luego en coro: Pues le has he-cho un poco menor que los ángeles, y lo coronaste de gloria y de honra. Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; todo lo pusiste debajo de sus pies: ovejas

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y bueyes, todos ellos. − Los pastores en coro: y asimismo las bestias del campo,

las aves de los cielos y los peces del mar; todo cuanto pasa por los senderos de los mares.

− Todos en coro, menos los soldados: Oh jehová, señor nuestro, ¡cuán grande es tu nombre en toda la tierra!

El Salmo 8 es una bella oración de acción de gracias. Si realizamos el mimo propuesto, este tiempo de oración no es necesario. Si el Evangelio se revive de manera diferente, damos gracias recitando el Salmo 8.

• La oración de un pobre

Gracias Señor, que tu cuna sea fuente de vida.

Elaboramos blondas de papel (ver página 80).

• Juego: El escultor Preparación: escribir acciones en hojas de papel (lavarse el ca-bello, dormir, cepillarse los dientes, hacer gimnasia, vestirse, tocar la flauta, tener dolor de cabeza, tener hambre, escuchar, peinarse, cocinar, nadar, dar una voltereta, quedarse sobre una pierna, bostezar, estirarse, etc.). Formar parejas: uno hará la estatua y el otro será el escultor. El escultor saca una de las hojas al azar papel y coloca a su mode-lo según la acción que sacó. ¡Ojo, la estatua no puede moverse! Cuando el escultor termina, la asamblea debe adivinar de qué se trata. Enseguida, otra pareja toma el relevo. Una vez que to-dos los dúos han participado, invertimos los roles.

Cada día cantaré una canción sobre Navidad o sobre Jesús El Sal-vador.

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Fiesta de la luz

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os padres de Jesús, para seguir la ley de Moisés, fueron al

templo de Jerusalén para presentarlo al Señor. Como él no

sabía aún caminar, sus padres lo llevaron para mostrarle el

camino. Cuando tuvo 12 años, probablemente celebró el Bar

Mitzvá en ese mismo templo en medio de una peregrinación a

Jerusalén con sus padres. No se habían dado cuenta del cambio

de su hijo (quien se hizo más consciente de su misión, se quedó

en el templo para hablar con los Doctores de la Ley) y

continuaron caminando adelante, pensando que él continuaría

siguiendo a sus padres. Pues no, era entonces su turno de ser el

Camino, y sus padres debían cambiar su situación: ya no eran más

los guías, sino los seguidores. Algunas veces estamos tentados a

dar consejos a Jesús, a decirle cuál es el mejor camino para

nosotros. Pero debemos quedarnos detrás para seguirlo y no

buscar ser más grandes. Sigamos el ejemplo de nuestros amigos

con discapacidad mental, ellos serán nuestros guías hacia el

camino de Jesús, y no olvidemos de tomar nuestra cruz con

nosotros: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo,

y tome su cruz, y sígame” (Marcos 8, 34).

Lc 2, 41-52, Jesús enseña en el Templo. Nos centraremos en la función de los padres de Jesús.

(Puede utilizarse en lugar del tiempo de compartir y la acción de gracias) Jesús en el Templo (Anexo 4, página 68).

Se volverá a colocar el gran cirio del cuarto encuentro en el rin-cón de la oración. Los animadores colocarán telas en el suelo para

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representar un camino largo y sinuoso. Al llegar, se les dará a to-dos de nuevo una velita que encenderán con el cirio y colocarán a orillas del camino. Al final del camino se pondrá el gran cirio que simboliza a Jesús.

• Juntos, revivimos el Evangelio Una bendición durante una boda dice así: “Sed testigos del amor de Dios en el mundo para que los sufridores y los pobres con quienes habéis sido buenos un día puedan recibiros con gratitud en el cielo.” ¡Qué intercambio tan extraño! Aquellos con quienes habéis sido buenos tomarán la iniciativa y os recibi-rán en el reino celeste. María y José fueron buenos con Jesús, al educarlo y al tomar la iniciativa. En el pasaje de la Escritura de hoy, se invierten los papeles: Jesús es quien toma la iniciativa. En resumen, aquellos con quienes somos buenos tomarán la iniciativa, y no solo en el cielo, sino también en la tierra. La mi-sión de Fe y Luz es ofrecer un lugar seguro a nuestros amigos con discapacidad, pero también hacer entender a padres y ami-gos hasta qué punto son valiosos a los ojos de Dios.

Personajes: María y José, peregrinos adultos y niños, Jesús, los doctores de la ley;

Guion Los doctores de la ley están sentados en círculo. En el centro se colocan dos o tres sillas que representan el templo de Jerusalén. Los dos grupos de peregrinos, los adultos con María y José y los niños con Jesús se mantienen apartados. − José, de pie con los niños: Niños, tened cuidado y no os alejéis. Se acercan despacio a Jerusalén. − José: Estamos llegando a las puertas del templo de Jerusalén.

Mirad a los sabios de nuestro pueblo sentados alrededor del templo. Entremos en el templo para adorar a Dios.

Todo el grupo entra y se inclina. Jesús se acerca a los doctores de la ley y se sienta. − José: Ya es hora de volver.

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Empiezan a alejarse, pero Jesús no se mueve. − Jesús: Decidme, oh hombres sabios, ¿cuál es el mandamiento

más importante de la ley? − Uno de los doctores de la ley: Este es el mandamiento más

importante y el primero: "Escucha Israel: el Señor es nuestro Dios, el Señor es Uno. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas" (Dt 6, 4).

− Jesús: Gracias por vuestra enseñanza tan sabia, pero hay otro mandamiento muy parecido: "Amarás al prójimo como a ti mismo. En estos dos mandamientos se basa toda la Ley y los Profetas" (Mt 22, 39-40).

− Los doctores de la ley: ¡Eres un chico muy inteligente! − María, que está con los peregrinos adultos: Busquemos a Jesús

porque no oigo su voz entre los otros chicos. José busca en el grupo de los niños. − María: No está, vamos a buscarlo. Regresan a Jerusalén y encuentran a Jesús. − María: ¡Hijo mío! ¿Por qué nos has hecho esto? ¡Mira lo que

hemos sufrido tu padre y yo buscándote! − Jesús: ¿Por qué me habéis buscado? ¿Es que no sabéis que ten-

go que estar en casa de mi Padre?

Explicación − ¿Por qué van a Jerusalén? (Porque allí se encuentra el templo

de Dios donde van todos los judíos en Pascua.) − ¿Por qué dejan a Jesús allí? (Porque iba con el grupo de niños.

José y María pensaron que también estaría con ellos al volver.)

• En pequeños grupos Se pueden hacer grupos pequeños separados, para que pa-dres y jóvenes puedan compartir lo que sienten.

Para los padres

− Jesús les dice a sus padres que solo puede desempeñar su función en la tierra si ellos le dejan hacer lo que tiene que hacer.

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− ¿Qué es lo que más me preocupa de mi hijo? − ¿Confío lo suficientemente en él y en sus amigos? − ¿Cómo puede mi hijo hacerse más independiente?

Para los amigos Jesús pide a sus discípulos que abandonen todo lo que les impi-de seguirle. − ¿Mis padres me permiten ser más independiente? − ¿En qué me gustaría ser más independiente? − ¿Cuál es mi misión? − ¿Dejo que los demás sigan su propio camino?

Damos gracias a Dios porque solo él sabe lo que es bueno para nosotros, y queremos seguir su camino.

• La oración de un pobre Gracias, Señor, por ayudarme a convertirme en lo que quieres que sea.

Dibujo con pajitas (ver página 81)

• Juego: Carrera de obstáculos El animador prepara los obstáculos. El recorrido puede ser más o menos fácil en función de los participantes. Formamos una fila que no sea demasiado larga. Todo el mundo tiene los ojos tapados menos el último, que es quien nos va a guiar. Si hay que ir a la derecha, le toca el hombro derecho al que tenga de-lante. Para ir a la izquierda, el hombro izquierdo. Así sucesiva-mente hasta que las instrucciones lleguen al que va delante.

Cada día cantaré una canción de marcha, de viaje o de peregrinación.

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Pascua

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uando Pedro, Santiago y Juan bajaron de la montaña de la Transfiguración, se hacían muchas preguntas al respecto y

por qué ellos tuvieron el privilegio de presenciarlo, pero sin duda alguna, la más difícil fue la concerniente a la Resurrección: Y guardaron la palabra entre sí, discutiendo qué sería aquello de resucitar de los muertos (Marcos 9, 10). ¿Cuál es la relación entre la visión de Jesús en esa ropa resplandeciente y ese mismo Jesús presentándose a sus discípulos luego de la resurrección? Si queremos tener parte con Jesús (cf. Juan 13, 8), debemos seguirlo, incluso si eso parezca difícil de entender. ¿Cuál es la misión de las personas con discapacidad? Quizás sea difícil de entender que necesitamos cambiar; no debemos intentar mostrarles el camino hacia Jesús, sino dejar que ellos mismos nos guíen hacia ese camino.

: Jn 20, 1-10, María Magdalena, Pedro y Juan en el sepulcro Otra opción: Mt 28, 1-6, el ángel anuncia la resurrección de Jesús.

En el rincón de oración se coloca una cruz envuelta con una tela para simbolizar la resurrección de Jesucristo (utilizar preferible-mente una cruz en lugar de un crucifijo, si es posible). También representaremos un camino con tiras de papel (o con arena) que lleva a la cruz. Al llegar, cada uno recibe una foto suya o una tar-jeta con su nombre y la coloca en el camino, porque todos cami-namos hacia la resurrección.

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(Puede reemplazar el compartir y la acción de gracias) Semana Santa (ver anexo 5, página 72).

• Juntos, revivimos el Evangelio Jesús utilizó signos poderosos para mostrarnos que después de haber sido torturado, resucitó y vive con nosotros para siempre. Es el gozo de la Semana Santa. Vamos a presentar cómo nació nuestra fe.

Guión Todos los discípulos y María Magdalena están sentados en círculo, lejos de la tumba. Todos estamos muy tristes, cabizbajos. − María Magdalena: Voy a la tumba del Maestro. Quiero estar

allí con él. − Se acerca a la tumba y grita: El sepulcro está abierto, han qui-

tado la piedra. Voy a decírselo a los apóstoles. Corre hacia los apóstoles: ¡Se han llevado al Señor de la tumba y no sabemos dónde lo han dejado!

− El discípulo a quien Jesús tanto quería: Simón Pedro, adelán-tate, tú eres nuestro jefe, tú debes ir a ver primero.

− Pedro: Mirad, aquí están las vendas con las que lo envolvimos y el paño que le pusimos en el rostro.

− El discípulo a quien Jesús tanto quería: ¡Ha resucitado como nos prometió! ¡Amén! ¡Aleluya!

Explicación − ¿Por qué fue María Magdalena a la tumba? (Para hacer su

duelo. Todavía no sabía que Jesús había resucitado de entre los muertos.)

− − ¿Qué piensan los apóstoles? (Lo primero que piensan es que

han robado el cuerpo de Jesús.)

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¿Por qué el discípulo bienamado tuvo fe al momento en la resu-rrección de Jesús? (No lo sabemos con seguridad, quizá por-que se encontró con que la tumba estaba bien ordenada: tan-to las vendas como el paño estaban bien doblados y no falta-ba nada. Solo faltaba Jesús.)

− ¿Hay otras pruebas de la resurrección? (Sí las hay: los ángeles anuncian la nueva de que Jesús ha resucitado y más tarde los apóstoles se encuentran varias veces con Jesús resucitado.)

• En pequeños grupos A menudo, Dios elige al más pequeño para transmitir su men-saje al mundo. − ¿Por qué creemos? − ¿Por qué los discípulos no creyeron a María Magdalena? − ¿Nos atrevemos a saber la verdad sobre alguien, (por ejem-

plo, sobre Jesús)? − ¿Según mi experiencia, cómo es Jesús?

Damos gracias por la resurrección de Jesús, por las comunidades cristianas y por las comunidades de Fe y Luz.

• La oración de un pobre Gracias, Jesús, pues me enseñas a abandonar lo que es inútil en mi vida.

Un tarro de palabras de amor (ver página 81).

• Juego: ¿Me conoces? Cada uno dice tres frases sobre sí mismo: dos son verdaderas y una es falsa. Hay que intentar averiguar cuál es la falsa.

Cada día cantaré una canción sobre la resurrección o sobre el go-zo de haber sido salvado.

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Pentecostés

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Isaías 11,2, Los dones del Espíritu y Gal 5,22-23, Los frutos del Espíritu.

Los animadores prepararán coronas de cartón con llamitas, que simbolizan el Es-píritu Santo. Al llegar, cada uno se pone una corona en la cabeza, para simbolizar que el Espíritu Santo está con él. Si lo pre-ferimos, simplemente podemos colgarnos una llama en el corazón.

uando el Espíritu Santo descendió sobre los apóstoles, ellos pudieron, nuevamente, tener un guía para mostrarles el

camino. Cuando Jesús estaba aún con ellos, él podía mostrarles a su Padre, como él respondió a la pregunta de Felipe: “Señor muéstranos el Padre, y nos basta”. (Juan 14, 8) Luego, con el Espíritu Santo, ellos pudieron recordar todo lo que Jesús les había enseñado: “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho”. (Juan 14, 26) Y todo lo que el Espíritu Santo les hará recordar, ellos deberán decirlo a todos aquellos que encuentren; es su turno de mostrar el Padre. La presencia del Espíritu Santo, en cada uno de nuestros amigos con discapacidad mental es muy fácil de percibir, si prestamos atención a todo lo que ellos tienen para enseñarnos; la mayoría de ellos comprenden mejor lo que es el misterio de la Santísima Trinidad.

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Pentecostés (ver página 72).

• Juego: ¿Me dejarás salir? Un voluntario o voluntaria sale de la habitación. Los demás es-tán sentados en círculo. Elegimos una salida secreta entre dos personas, por la que podrá salir el jugador. Llamamos a la perso-na que ha salido que se coloca en el centro del círculo. Debe descubrir por dónde puede salir del circulo mirando la cara de las personas que deben indicarle si se acerca al lugar adecuado. Los que tienen la puerta secreta sonríen amistosamente. Los otros tienen un semblante serio, malhumorado o cerrado.

Cada día cantaré una canción sobre el Espíritu Santo o sobre la Santa Trinidad.

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Campamento de verano

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esús nos presta atención, y cuando estamos cansados, él nos invita a descansar. “Venid vosotros aparte a un lugar desierto, y

descansad un poco”. (Marcos 6, 31) Luego de un año de encuentros de comunidad y otros eventos como formaciones, peregrinaciones, retiros, encuentros provinciales o regionales, necesitamos tomar un poco de tiempo para estar juntos con nuestros amigos y no tener otro programa más que compartir, rezar, y celebrar juntos. No olvidemos el camino que Jesús nos propone con los campamentos de verano, esto puede ser una buena ocasión para evaluar el año que pasó, preparar las actividades de los próximos meses, invitar algunos amigos jóvenes para ayudarnos y que… ¡vengan y vean! Ellos nos seguirán por el camino hacia Jesús.

Cada uno recibe el marcapáginas de la fogata del campamento. Todos hemos llegado al campamento. Ahora estamos todos alre-dedor de la fogata, apreciamos su calor y su luz. Nos alegramos de este momento de relax.

Imprimir las ilustraciones de cada mes que hay en la web de Fe y Luz. Recortarlas y montar las distintas piezas. A primera vista no parece muy fácil. Seguid los caminos y observad los diferentes colores. Solo hay una manera de colocarlos. ¿Lo habéis

1 www.foietlumiere.org/rubriques/haut/album_photo/carnet-de-route-2019-2020/albumphoto_view

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conseguido? El puzle se puede pegar sobre un cartón y recubrir con un forro autoadhesivo transparente. En las reglas del juego que se encuentran en el anexo encontraréis otra manera de jugar. ¡Pasadlo bien! (Juego de mesa: “Tras Jesús”, página 75).

• Juego Formamos un círculo con las sillas pegadas las unas a las otras. Nos sentamos. Quien dirige el juego dice una frase sobre colo-res o características. Por ejemplo: que quien lleva un jersey ama-rillo se siente en la silla de la izquierda. Que haga lo mismo a quien le gusten las tartas o lleve pendientes, quien tenga agujeros en los calcetines o a quien le guste sonreír, quien se llame Pedro, quien tenga un perro… Quien se sienta aludido por las instruc-ciones se cambia de sitio. Si ya hay alguien sentado, se sienta sobre las rodillas de esa persona. Solo se pueden cambiar de si-tio quienes no tengan a nadie sentado encima. Gana el primero o la primera que recupera su sitio.

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Todas las ilustraciones están disponibles en la web www.feyluz.org/rubriques/haut/album_photo/pedagogia-de-kett/albumphoto_view

1.

(Lc 5, 17-26)

Material: Una tela grande de color marrón, un rectángulo de tela blanca, una imagen de Jesucristo, tantas tarjetas de colores (para simbolizar el tejado) como participantes, la imagen del paralítico, aros pequeños de madera con cordeles de colores, una banda de color, una vela blanca, diferentes objetos pequeños: cuentas, pa-litos, semillas… Preparación: Nos sentamos en círculo en silencio. Introducción

− ¿Qué parece? Cada uno va diciendo lo que se le ocurra, ¿una fal-da, un gorro…? El animador va desdoblando la tela poco a po-co, y los participantes dicen lo que les venga a la cabeza: una pizza, un semicírculo, una pelota, la tierra… Estamos de pie alrededor de la tela. ¿Qué podemos hacer en la tierra? Pode-mos gesticular: andamos, jugamos, (nos sentamos al lado de la tela, ponemos las manos encima, tamborileamos con los de-dos), bailamos… en resumen, vivimos.

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− ¿Dónde vivimos? En un pueblo, una ciudad… − ¿En qué vivimos? En una casa, un piso... Actividad En un terreno o en la calle de una ciudad pequeña, hay una casa, una casita blanca. (El animador coloca la tela blanca que representa las paredes de la casa en la tierra, después las cartulinas de color pa-ra el tejado debajo de las cuales está es-condida la imagen de Jesucristo.) Es una casa pequeña de un pueblo de Palestina hace 2000 años. − ¿Cómo sería? ¿Quién viviría allí y qué

habría alrededor? En esta casa, debía haber algo muy in-teresante, porque todo el mundo quería entrar. Pero había tantísima gente que ya no cabía nadie más. − ¿Quién entró y por qué? ¿Qué es lo que

atrajo a toda la gente? Todos dicen algo, por ejemplo: un mercader, porque oyó mucho alboroto alrededor de la casa; un granjero al que había invitado un amigo… y coloca un aro de madera y un cordel (representando una silueta) alrededor de la casa. En este pueblo vivía un hombre paralítico. Vivía bastante lejos de esta casa. Cuando sus amigos le llevaron, ya no cabía nadie. (El animador coloca la imagen del paralítico). Sus amigos sabían quién era el estaba en la casa. Y él, confiaba en ellos. Los amigos deciden hacer un agujero en el tejado para que el pa-ralítico pueda conocer al que estaba en la casa. Nos unimos a ellos. Tomamos una teja del tejado y la colocamos en el suelo de-lante de nosotros. (Cuando se retiren todas las tejas del tejado, aparecerá la imagen de Jesús.) − ¿Quién nos ha conducido a Jesús? − ¿He conducido a alguien hasta Jesús?

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−

Describe a esta persona o a la expe-riencia en tu pequeño cartón que re-presenta la teja. Mientras tanto, suena música meditativa. También podemos algunas palabras sobre la experiencia o la persona.

Oración Damos gracias a Dios por la persona que nos ha conducido hasta Jesús y, con un cordel, unimos, nuestra teja a la vela que repre-senta a Jesús.

Canto de alabanza : “Para alabar a Cristo”1

1 https://gravlcamedia.com/chanthtml/chant/Chants-2a-1460.htm

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2.

(Lc 19, 29-40) Material: Una piedra oscura y plana por persona en la que se ha-brá escrito “¿Debo hablar?”. Algunas piedras blancas en las que se escribirán las palabras: camino, Jesús, Jerusalén, apóstoles, fari-seos, personas, borrico, monte de los Olivos. Un aro de madera y un cordel de color para cada participante. Unos cuantos rollos de papel de estraza para representar a los personajes del relato, un chal negro grueso para representar una montaña, bloques peque-ños de madera que serán Jerusalén, distinto objetos decorativos (semillas, perlas, palitos, etc.). Un cirio blanco grande. Preparación: Estamos sentados en círculo, con los ojos cerrados y las manos abiertas colocadas sobre las rodillas. El animador de-posita algo en las manos de cada participante. Da piedras blancas a la mitad de los participantes y al resto, objetos que tendrán que describir. Cuando haga una señal, abrimos los ojos para ver de qué se trata. Juego Los que tienen una piedra blanca en la mano deben representar la palabra que está escrita o explicar el significado de dicha palabra. Hay que respetar el orden cronológico: camino, Jesús, Jerusalén… Cuando se adivine la palabra, el que crea que tiene un objeto que corresponde a la palabra lo coloca en el suelo. (El camino es un papel marrón, Jesús es un aro de madera con un cordel, Jerusalén los bloques pequeños de madera). Hay que construir Jerusalén al borde del camino. El rostro de Jesús se coloca en el centro del es-pacio, casi al final del camino. El animador narra el ascenso de Jesús a Jerusalén con sus propias palabras. Jesús y sus discípulos iban por el camino a Jerusalén para celebrar la Pascua. Envió a algunos de sus apóstoles a un pueblo vecino pa-ra buscar un borrico que aún no había montado nadie. Jesús

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continuó el camino sentado sobre el borrico. En aquella época del año, iba mucha gente a la ciudad para el festín. El animador pasa un cesto con los aros de madera y los cordeles. Cada uno coge un aro y un cordel que le represente. Lo deposita-mos al borde del camino explicando quienes somos. Se pueden añadir otros elementos a la escena, como un árbol o una casa… El animador coloca las piedras oscuras del revés en el camino, en el campo, la montaña, las ciudades… y retoma su relato. Mientras se acercaban al monte de los Olivos, los discípulos alaba-ban a Dios alegremente por los milagros que habían visto: Bendito el rey que viene en nombre del Señor. ¡Paz en el cielo y gloria en las alturas!

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Alabamos a Dios cantando: Bendecid al Señor1. Algunos fariseos de entre la gente le dijeron: “Maestro, reprende a tus discípulos”. Pero Jesús respondió: “Os digo que si estos callaran, las piedras empezarían a gritar”. Así que cada uno coge una piedra para acordarse de que tenemos que alabar a Dios. Jesús también me habla a mí. ¿Voy a quedarme en silencio o voy a hablar? ¿Voy a alabar a Dios y anunciarlo a todos? Oración Uno tras otro alabaremos al Señor con nuestras propias palabras. A continuación, colocamos nuestra piedra del revés alrededor del cirio, cerca de Jesús. Esto significa que mientras que la piedra esté en silencio, nuestra boca alabará a Dios y lo anunciará.

1 https://www.youtube.com/watch?v=t6Dv_pe73fk

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3.

Dios te conoce y te ama (Isaías 43, 4)

Material: Un círculo dorado grande y brillante; tarjetas pequeñas redondas de diferentes colores; una cajita con tesoros (al menos uno por participante); cuentas, semillas y un cirio grande. Actividad Estamos sentados en círculo. El animador coloca el círculo grande y brillante en el centro. Los demás depositan un círculo de color, para formar un bonito círculo bien definido. Entramos unos tras otros al cen-tro del círculo, cerramos los ojos unos momentos y los volvemos a abrir. El animador va invitando a cada uno con palabras amables a “pasar al centro”. A continuación, todos dicen: “Qué bien que estés aquí, eres el centro y estamos orgullosos de ti”. La persona que está en el centro responde: “Estoy en un bonito círculo de color. Me alegro de estar aquí”. A continuación, el animador dice esta frase a cada persona que se encuentra en el círculo, mirándola a los ojos: “Hay una razón para que seas lo que eres. Formas parte de un plan complejo. Eres una persona única, valiosa y perfecta; eres un hombre (o una mujer) de Dios” (Russell Kelfer). Se está creando un grupo, porque todo el mundo tiene la sensa-ción de ser importante y de estar acompañado. Todos los miem-bros han estado en el centro, después se han unido al resto, de pie en el círculo. Nos descubrimos. Ahora, todo el círculo está forma-do por personas respetadas y reconocidas. Soy valioso Nos sentamos alrededor del círculo. ¿Qué hay que colocar en el centro? ¿Qué queremos colocar? Ponemos en el centro la caja de

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los tesoros. ¿Qué tiene dentro? El animador pone una piedra pre-ciosa en la mano de cada persona.

Observamos la piedra que tenemos entre las manos. Si cerramos las palmas, se queda escondida como las piedras preciosas que están escondidas en el fondo de la tierra. Nadie puede verlas des-de el exterior. Ahora, también llevo un tesoro escondido en mí. Nos giramos hacia nuestro vecino y le enseñamos nuestro tesoro. Observamos las piedras a la luz, cómo brillan. Ahora, nos mira-mos como piedras preciosas que brillan. ¿Qué podemos hacer con piedras preciosas? Por ejemplo, pode-mos meterlas en un cajón o decorar un objeto … El animador da un aro a cada uno. Colocamos el aro sobre nues-tra cartulina, y la piedra dentro. Canción: Señor tu me llamas por mi nombre (https://www.youtube.com/watch?v=y_AZStVI7EA ).

Una cadena preciosa Hay muchas piedras preciosas aquí en medio, unas al lado de otras. Podríamos formar una cadena. Estamos todos unidos como los eslabones de una cadena. (Podemos tomarnos de la mano unos a otros).

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Colocamos nuestro aro y nuestra piedra preciosa en el centro del círculo, los unos al lado de los otros. Podemos darnos la mano de nuevo. En esta cadena, todos tenemos mucho valor, como una piedra preciosa.

Dios nos conoce, somos valiosos a sus ojos El círculo decorado brilla. Nos reuni-mos alrededor y nos regocijamos.

¿Qué podríamos añadir al centro? To-dos hemos estado en el centro. ¿Podríamos añadir algo más?

Después de que quien quiera haya dicho algo, el animador coloca un cirio encendido en el centro.

Ahora el Señor está en el centro. Da-mos gracias a Dios que nos conoce y nos ama.

Oración: Salmo 139 Señor, tú me examinas y me conoces, Sabes cuando me siento o me levanto, desde lejos penetras mis pensamientos. Tú adviertes si camino o si descanso, todas mis sendas te son conocidas. No está aún la palabra en mi lengua, y tú, Señor, ya la conoces. Me envuelves por detrás y por delante, y tus manos me protegen. Es un misterio de saber que me supera, una altura que no puedo alcanzar.

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4.

Lc 2, 41-52

Material: 2 cuerdas de distinta longitud, 3 cordeles de distinta longitud, objetos pequeños de decoración, piedras para fabricar un altar, un círculo dorado que representa a Dios, tapones de cor-cho para representar las columnas del templo, tantas velitas de té, hojas de colores, cordeles de colores y aros de madera como parti-cipantes y tres más. Preparación Pedimos a dos participantes atrevidos que se paseen por la sala, uno con los ojos cerrados, con los brazos estirados hacia delante y la palma de la mano derecha hacia abajo. Antes de que se choque con algo, su pareja (una persona con discapacidad), coloca su mano bajo la palma del otro para guiarle. Es importante que la persona que tiene los ojos abiertos solo guíe al otro si hay peligro. Si no funciona, hay que cogerle de la mano. Esto lo pueden hacer dos o tres parejas sucesivamente. − ¿Qué hemos notado de la persona a la que hemos guiado? He sen-

tido que era vulnerable, que tenía confiar en su compañero… − ¿Y qué hemos notado de la persona que guiaba? Que era respon-

sable de su amigo… El animador sujeta una cuerda hecha una bola en la mano. − ¿Qué tengo en la mano? Una cuerda. − ¿Qué forma tiene? ¿A qué se parece? Es como una pelota… La cuerda pasa de mano en mano. Miramos con ternura a quien se la pasamos. Cuando regresa al animador, la deshace y la toma de un extremo para enseñarla: − ¿Qué cualidades tiene una cuerda? Es larga, resistente y tiene dos

extremos. − ¿Para qué sirve? Para proteger y unir a la gente y las cosas… El animador sujeta un extremo de la cuerda y se lo pasa a su ve-cino hasta que todo el mundo la está sujetando. Pero la cuerda no es lo suficientemente larga. ¿Qué hacemos? Nos ponemos en

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círculo. El animador toma los dos extremos de la cuerda. La pone-mos en el suelo en el centro de la sala y hacemos la forma de un rectángulo. − ¿Para qué sirve esta cuerda ahora? Tiene una forma particular,

divide el espacio, separa las cosas… El animador forma una puerta en los dos extremos de la cuerda. - ¿Qué parece? Un rectángulo, una alfombra, una habitación... - ¿Qué cosas tienen puertas? Un jardín, una casa, una iglesia… - ¿Qué encontramos en una iglesia? A Dios, un altar, sacerdotes… Los representamos en la imagen. - Habéis dicho muchas cosas. ¿Qué habéis nombrado que aún no hemos colocado en la iglesia? A Jesús, las ventanas, un órgano, una estatua de María, una cruz… No los hemos colocado en la iglesia porque no es una iglesia, sino un templo judío, el templo de Jerusalén. En la época de Jesús, aún estaba en pie. Era un edificio enorme que fue reconstruido por He-rodes. Al entrar se veía un patio con animales. Era el patio de los gentiles. El animador pone una cuerda más corta, en forma de rectángulo, en el centro del templo.

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Este lugar era muy ruidoso: los profetas profetizaban, se sacrifica-ban animales, la gente compraba y vendía, los escribas enseñaban… todo bajo un inmenso pórtico. Colocamos las columnas del templo (tapones de corcho) entre las dos cuerdas, dejando espacio suficiente para una decoración per-sonal que haremos a continuación. En la siguiente estancia solo hay hombres, las mujeres no pueden entrar. Las mujeres solo podían rezar en el patio de las mujeres judías. El animador pone una cuerda para separar las dos estancias. Había otra estancia reservada a los sacerdotes. Más lejos, dentro del templo, se encuentra el santuario que guarda los objetos sagra-dos. Al fondo, en el sancta sanctorum, todo estaba a oscuras. No había ventanas ni velas encendidas. Estaba vacío. Hasta la cautivi-dad de Babilonia, el templo de Salomón contenía el Arca de la Alianza, en la que se encontraban las dos tablas de la Ley en las que estaban escritos los diez mandamientos de Dios. Una vez al año, un sacerdote podía acceder a esta estancia. Se elegía por sor-teo. Por eso, hemos colocado el círculo de oro que representa a Dios en el sancta sanctorum en lugar del cirio blanco que repre-senta a Jesús en el templo. El animador puede representar cada estancia con una hoja de co-lor cada vez más pequeña. H

Vamos a llenar este templo de personas. Formamos una silueta con los aros y los cordeles. Cada uno puede decir a quién repre-senta y dónde lo coloca y por qué: un mercador, un cambista, una mujer pobre, un sacerdote, un escriba…

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María y José encuentran a Jesús en el templo (Lc 2, 41-52) Con sus propias palabras, el animador describe la escena. Jesús tenía 12 años cuando lo presentaron en el templo. Fue la fiesta de paso a la edad adulta, es decir su Bar Mitzvah. Jesús era obe-diente con sus padres, María y José. Pero a partir de ese día, empe-zaron a considerarlo como un adulto capaz de decidir por sí mis-mo. María y José se dieron cuenta de que hasta el momento habían guiado a Jesús, pero que ahora era Jesús quien les guiaba. Elegimos una hoja de color y la ponemos en el patio del templo en el que enseñaban los escribas. −

− ¿Alguna vez has tenido la impresión de que tu hijo o hija te guia-ba? Dibujarlo en la hoja. Se puede poner música meditativa y hablar de nuestros hijos.

Oración Damos gracias a Dios por haber sido guiados por los otros, y en-cendemos una vela como sacrificio de acción de gracias.

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5.

Oración, letanía Una hoja redonda y dorada representa a Dios, su presencia, su santidad y su gloria. Un cirio blanco representa a Jesús, su resu-rrección, su luz y su enseñanza. Uno tras otro, cada uno dice en una frase quién es Jesús para él: Jesús, eres mi paz, Jesús, eres mi fuerza… Después coloca dos ban-das de papel dorado en forma de V alrededor de la vela. Todos respondemos : Gracias, Jesús.

Canción: Derrama Señor¹ Terminamos la oración con una bendición.

6.

Material: se coloca un mantel grande, blanco y redondo en el centro antes de que lleguen los participantes; debajo del mantel se esconden cintas rojas y azules. 12 círculos de cartulina, un cirio de Pascua, una imagen de María, una rebanada de pan, 12 tarjetas con los nombres de los apóstoles, una piedra oscura para cada uno.

Preparación Nos sentamos alrededor del mantel y dejamos suficiente espacio para que una persona pueda dar una vuelta alrededor del mantel.

1 https://gravlcamedia.com/chanthtml/chant/Chants-2a-1405.htm

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− ¿Qué has sentido? Nada especial. El animador elige a otra persona para que de la vuelta con los ojos cerrados. (Si no quiere, podemos proponerle otra experien-cia, pero tenemos que preguntarle por qué no ha querido.)

− ¿Qué has sentido? Me ha dado miedo, es demasiado incierto… Alguien empezará a dar la vuelta con los ojos cerrados y el resto puede guiarle verbalmente.

− ¿Qué has sentido? Caos, miedo, incertidumbre…

Actividad Doce de nosotros llevan el nombre de un apóstol alrededor del cuello. Colocamos el cirio de Pascua encendida en el centro del mantel, una rebanada de pan. Habremos colocado los 12 aros de madera sobre el mantel.

Cada uno puede mirar la composición y decir a qué le recuerda : una mesa, una comida, la última cena… Cada uno recibe una piedrecita oscura que colocará en el borde exterior del mantel. Cantamos o tarareamos: "No temas". Hablamos sobre lo que vemos ahora: una fortaleza, una casa, una prisión...

El animador narra con sus propias palabras: Los amigos de Jesús están reunidos en una habitación en la que Jesús parte el pan. Aho-ra, los amigos de Jesús se sienten tristes e impotentes. El Señor Je-sucristo ha muerto en la cruz, resucitado y se les ha aparecido. Pe-ro ya no está. Ha subido a los cielos. María, la madre de Jesús está con ellos. (Colocamos la foto de María al lado de la vela). María cree en lo que dijo Jesús. En su corazón, sabe que Jesús no dejará huérfanos a sus amigos. Enviará un consuelo, un defensor, el Paracleto, que estará a su lado. Los apóstoles, con María, esperan esta potencia celeste, el Espíritu Santo. Intentamos revivir esta tristeza de los apóstoles. Bajamos la cabeza, cruzamos los brazos y esperamos. De repente, venido del cielo, sopla un viento violento y ruidoso so-bre toda la casa. Es como si hubiera una gran tempestad que ba-rriera todo lo oscuro y lo que da miedo. Imitamos el viento toman

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do las cintas azules que hay bajo el mantel, agitándolos una y otra vez e imitando el ruido del viento. La casa se ilumina como si se hubiera encendido un fuego. Apare-cen lenguas de fuego (sacamos también las cintas rojas e imitamos el fuego moviéndolas en todas direcciones). Mientras cantamos "Ven, Espíritu Santo", quitamos las piedrecitas oscuras. Las puertas se abren. Los muros del miedo se derrum-ban. Al acabar la canción, dejamos las cintas sobre el mantel o alrededor. Los corazones de los apóstoles están rebosantes de luz, están ra-diantes. Han recibido una fuerza y una alegría nuevas. Encuentran consuelo y coraje. Sienten que el Espíritu de Jesús, el Espíritu de Dios está aquí entre ellos y en ellos. Se levantan, salen con valentía a las calles y anuncian a la muchedumbre: ¡Regocijaos porque Je-sús, al que habéis crucificado, ha resucitado, está vivo y os ama! Nos hemos convertido en testigos. Nos levantamos, nos giramos hacia los demás diciendo por ejemplo: Jesús está vivo o Jesús te ama o Jesús me envía …

Oración Cantamos una canción para el Espíritu Santo. Cada uno puede decir una oración: Jesús, has resucitado de entre los muertos. Jesús, eres mi vida. Jesús, me llenas de fuerza. Jesús, me das coraje... Y coloca su tarjeta alrededor del cirio.

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Descargar en el sitio:

www.feyluz.org/rubriques/haut/album_photo/juego-de-mesa-tras-jesus/albumphoto_view

Formamos equipos con el mismo número de personas. Podemos ponerle un nom-bre a cada equipo. Necesitaremos dados y fichas de cualquier juego de mesa o pie-drecitas de colores. Una ficha por equipo. Cada equipo debe colocar su ficha en el redondel de salida, que es la casilla de "diversidad" arriba a la izquierda. Los equipos lanzan el dado y avanzan. Tendrán que realizar diferentes tareas en función de las paradas en las que estén. El juego termina cuando todo el mundo consigue el objetivo.

Doy gracias a Dios cada día. Avanza una casilla.

Llamé a un amigo al que no había visto desde hacía mu-cho tiempo. Avanzar 3 casillas.

Me olvidé mi cuaderno de cantos en la iglesia. Volver 2 cases.

Casilla de salida.

Los miembros del equipo deben hacer un gesto de cariño. Avanzar una casilla.

Bailar una de vuestras canciones favoritas. Y avanzar 3 casillas.

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A partir de esta casilla, ya solo podéis pasar a la etapa siguiente si todos los equipos han llegado a la casilla o la han superado. ¡Bien por ellos!

En esta casilla, solo podéis avanzar si sacáis un seis. Ca-da miembro del equipo puede intentarlo.

El equipo representa con mimo una escena bíblica corta. Si todos los demás la adivinan, todos avanzan 3 casillas.

Nombrar una cualidad de los miembros de vuestro equi-po. Avanzad 3 casillas. Los miembros del equipo cierran los ojos. Después, un miembro de otro equipo debe imitar a un animal o cantar un estribillo corto. Los miembros del equipo deben adivi-nar de qué se trata. Pueden hacer 3 propuestas. Si lo aciertan, avanzan 3 casillas.

Un amigo necesita mi ayuda. Regresar hasta él y colo-carse en la casilla de la rama de palma.

Cantar un canto de alabanza a Dios. Avanzar dos casi-llas. Le doy la mano a mi vecino y nos decimos: “La paz sea contigo” Avanzar dos casillas. Nos ponemos todos en círculo dándonos la mano. Levan-tamos los brazos y gritamos: "¡Hurra, todo el mundo ha alcanzado su objetivo!" Bailamos alegremente en círcu-lo. ¡Hemos hecho un gran trabajo!

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https://www.feyluz.org/rubriques/haut/album_photo/el-taller-de-los-artistas-1/albumphoto_view

Un medallón de pez Moldeamos un pez pequeño con pasta para moldear.

Ingredientes: 1 taza de harina, 1/2 taza de sal; 1/2 taza de bicar-bonato de soda o 1 sobrecito de levadura química, 1 cucharadita de café de aceite de oliva, 1 taza de agua caliente.

Receta: Preparar la pasta antes de la reunión. Verter los ingre-dientes en una cacerola y llevarla a ebullición a fuego medio. Re-mover lentamente hasta que se ponga dura. Amasar. Colocarla en una bolsita, cerrar y esperar a que se enfríe la pasta. Si no se va a utilizar inmediatamente, meterla en el frigorífico.

Durante la reunión, iremos mol-deando el pez. Podemos decorarlo con cuentas o con semillas. Si quere-mos colgárnoslo como un medallón, hay que agujerearlo antes de que se seque. Después se puede pintar. Po-demos llevarlo en el cuello o colgar-lo para decorar la sala.

Flores de papel Material: Tiras finas de papel de colores, tijeras, pegamento y cin-ta adhesiva, una hoja de color por persona. Realizamos un cuadro de flores empezando por el fondo. Des-pués utilizamos las tiras de papel. Podemos pegarlas planas o enro-lladas para hacer relieve.

Puedo ofrecer mi tarjeta a la persona que más quiera o a la perso-na por la que vaya a rezar en la próxima reunión.

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Piedras pintadas

Material: pintura acrílica o rotuladores indelebles. Utilizamos las piedras de la reunión, y las pintaremos con colores llamativos. Cada uno podrá escribir un mensaje. También podemos pegar motivos recor-tados en servilletas de papel. A continuación, podemos hacer formas poniendo las piedras una al lado de la otra, como se ve en la imagen, para re-presentar un animal. Una tarjeta envuelta en cordeles

Material: cartulina gruesa, cordeles de colores. Podemos recortar le motivo que queramos: un círculo, un pez, una flor, un pájaro… Esto se puede hacer preparar antes de la reunión. Hacemos unas muescas de unos 0,5 cm alrededor de los bordes, y después, como si fuera una tela de araña, envolvemos la forma recortada con los cordeles de colores. Se pueden poner perlas o pegar flores, hojas, plumas o ramitas secas. Por último, tenemos que atar fuertemente el extremo de un hilo a uno de los cordeles. Podemos hacer un ganchito con otro cordel y colgarlo de la ventana, de la puerta o de la lámpara de nuestra habitación.

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Pintura a la vela

Material: una vela larga y fina, pintura, pinceles, cuencos de agua. En una hoja, dibujamos una estrella, un pez o cualquier otro motivo que nos guste con la pun-ta de una vela. También podemos utilizar lápi-ces de colores. A continuación, cubrimos el di-bujo con una pintura oscura, si puede ser. Al secarse la pintura, aparecerá el dibujo que hici-mos con la vela. Hacer un agujero y pasar un cordel para colgarlo. También se puede recubrir con un forro transparente autoadhesivo para hacer una postal o un marcapáginas. Canasta de frutas

Material: un cestito de cartulina preparado con antelación, fruta fresca y frutos secos. En un plato, ponemos un montón de fruta fresca diferente y algu-nos frutos secos.

Observamos los distintos colores, las distintas formas. Decimos cuáles nos gustan más y cuáles menos. Cada uno recibe una ca-nastita de cartulina. Podemos decorarlo con una servilleta o una cinta.

Cada uno elige sus frutas para de-corar la canasta. Podemos colo-carlas en forma de flor, de pez, de mariposa, de corazón, etc. Cuan-do terminemos, nos intercambia-mos las canastas, las admiramos… y nos las comemos para merendar.

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Una marioneta con calcetines

Material: calcetines viejos (si tienen agu-jeros, los remendamos). Para el relleno: judías secas, lentejas, trigo, arroz… Gomas, fieltro. Cortar los calcetines por la mitad, rellenar-los y cerrar los extremos con una goma. Podemos trabajar en parejas para ayudar-nos. A continuación, les pegamos o les co-semos los ojos, las piernas, los brazos y los accesorios que hayamos recortado en el fieltro. Cerramos el cuello con una goma para hacer la cabeza y pegarle el pelo. Po-demos terminar haciendo un teatrillo con las marionetas y una fiesta. Que bailen al son de nuestras canciones favoritas. Blonda de papel

Material: Tiras de papel, tijeras. Doblamos tiras largas de papel blanco para transformarlas en un acordeón, después recortamos distintos motivos entrecruza-dos u olas. La blonda doblada se puede utilizar para preparar las coronas y los mantos de los reyes magos, la lana de los corderos, decorar el vestido de María, re-presentar la barba de José y tapizar la cuna del niño Jesús. Aquí en Hungría siempre nieva en Navi-dad, así que también se puede decorar la ventana con estas blondas de papel para representar la nieve.

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Pintura con pajitas

Material: una hoja redonda grande, pintura, pajitas.

Estamos sentados alrededor de una hoja redonda grande. Podemos dibujar una vela encendida en el centro. De-positamos al azar manchas grandes de pintura por toda la hoja. Soplando por la paji-ta, intentamos empujar la pintura hacia la vela.

Vamos a descubrir unos itinerarios, mapas y constelaciones her-mosos. Es muy divertido crear algo todos juntos. Podemos colo-car la imagen en nuestro rincón de la oración.

Los frutos de la amistad en un tarro

Material: Un tarrito por persona, un trozo redondo de tela lo suficientemente grande como para tapar el tarro, un cordel o una goma, rotuladores, lápices, pegatinas, tiras de papel, cinta adhesi-va.

Pegar una etiqueta y escribir su nombre. Después, cada uno escribe una cosa posi-tiva sobre su vecino o le dibuja algo (Se pueden hacer varios dibujos). Doblar los papelitos y meterlos en el tarro. Tapar el tarro con la tela y cerrarlo con un cordel. Decorar el tarro. Cada cual se llevará el tarro a casa y "degustará" el contenido cuando lo necesite.

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Jesús, tú has venido a nuestra tierra para revelarnos a tu Padre, nuestro Padre,

Y para enseñar a que nos amemos los unos a los otros. Envíanos el Espíritu Santo que nos has prometido.

Que Él haga de nosotros, en este mundo de guerra y de división, instrumentos de paz y de unidad.

Jesús, tú nos has llamado a seguirte en una comunidad de Fe y Luz. Queremos decirte "sí".

Queremos vivir una alianza de amor en esta gran familia que nos has dado, para compartir nuestros sufrimientos y dificultades,

Nuestras alegrías y nuestra esperanza.

Enséñanos a aceptar nuestras heridas y nuestra debilidad, para que en ellas se despliegue tu poder.

Enséñanos a descubrir tu rostro y tu presencia en todos nuestros hermanos y hermanas, especialmente en los más débiles.

Enséñanos a seguirte por el camino del Evangelio.

Jesús, ven a vivir en nosotros y en nuestras comunidades como viviste en María. Ella fue la primera en acogerte dentro de sí. Ayúdanos a permanecer siempre de pie, con ella, al pie de la cruz.

junto a los crucificados del mundo. Ayúdanos a vivir de tu Resurrección.

Amén.