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CARACTERIZACIÓN DEL PERFIL Y MOTIVACIONES PARA EMPRENDER DE LA MUJER EN ANDALUCÍA Alicia Ramírez Orellana Prof.ª Titular de la Universidad de Almería Mª del Pilar Casado Belmonte Prof.ª Colaboradora de la Universidad de Almería Jorge López Puga Prof. Asociado de la Universidad de Almería Área Temática: c) Dirección y Organización Palabras clave: Emprender, Motivaciones, Mujeres 140c

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CARACTERIZACIÓN DEL PERFIL Y MOTIVACIONES PARA EMPRENDER DE LA MUJER EN ANDALUCÍA

Alicia Ramírez Orellana

Prof.ª Titular de la Universidad de Almería

Mª del Pilar Casado Belmonte

Prof.ª Colaboradora de la Universidad de Almería

Jorge López Puga

Prof. Asociado de la Universidad de Almería

Área Temática: c) Dirección y Organización

Palabras clave: Emprender, Motivaciones, Mujeres

140c

CARACTERIZACIÓN DEL PERFIL Y MOTIVACIONES PARA EMPRENDER DE LA MUJER EN ANDALUCÍA

Resumen

Existe un interés sobre la naturaleza de las personas emprendedoras, al ser reconocidas como figuras centrales en la actividad económica. A fin de conocer el fenómeno del emprendimiento de la mujer andaluza hemos desarrollado este estudio. Realizamos una encuesta explorando las características, el perfil, y las motivaciones de la mujer emprendedora andaluza. Igualmente, ponemos de manifiesto si los rasgos de estas empresarias presentan similitudes y/o diferencias con otros patrones emprendedores. Los resultados muestran que las emprendedoras andaluzas operan en sectores típicamente femeninos como el de servicios y comercio; de forma similar a otros estudios, la empresaria andaluza presenta aversión a la toma de riesgos, y no es un modelo de “tipo emprendedor” sino que la decisión de crear su empresa vino determinada más por las circunstancias; la necesidad de independencia y de logro son los factores motivadores señalados prioritariamente por las encuestadas a la hora de crear su empresa.

Abstract

There is an interest in the nature of entrepreneurs, being recognized as central figures in economic activity. In order to know the phenomenon of women's entrepreneurship Andalusia have developed this study. We conducted a survey exploring the characteristics, the profile and motivations of women entrepreneurs Andalusia. Similarly, we show whether the features of these entrepreneurs have similarities and / or differences with other patterns entrepreneurs. The results show that entrepreneurs operating in sectors typically Andalusian women such as services and trade; similar to other studies, the entrepreneur presents Andalusian aversion to risk taking, and is not a model of "entrepreneurial type" but the decision to create his company was determined more by circumstances; the need for independence and achievement are the motivating factors identified by respondents as a priority when creating your company.

1. INTRODUCCIÓN Para comprender mejor el fenómeno del emprendimiento de la mujer, el primer paso es comprender la motivación que hay detrás de este proceso. El presente trabajo pretende explorar las características y el perfil de la mujer emprendedora andaluza así como determinar cuáles son sus motivaciones para emprender. Existe un considerable interés sobre la naturaleza de las personas emprendedoras, generado por el reconocimiento de que estas personas son figuras centrales en la actividad económica. La contribución de las empresarias a la actividad económica y a la creación de empleo ha aumentado a lo largo del tiempo.

Al objeto de conocer el fenómeno del emprendimiento de la mujer en Andalucía hemos seleccionado una muestra de mujeres empresarias. Los sujetos que han participado en esta investigación se seleccionaron del directorio de mujeres emprendedoras andaluzas publicado en el año 2009 por la revista Mujer Emprendedora. La población de empresarias andaluzas encuestada fue de 587, obteniendo un total de 124 respuestas. Hemos diseñado la encuesta para examinar las características, el perfil y las motivaciones para emprender de la mujer andaluza. Asimismo, otro propósito ha sido poner de manifiesto si los rasgos de la mujer emprendedora en Andalucía presentan similitudes y/o diferencias con otros patrones emprendedores señalados en la literatura del entrepreneurship.

Aportamos una caracterización del perfil de las mujeres emprendedoras en Andalucía, y analizamos la naturaleza multidimensional de la motivación para emprender de dichas mujeres. La caracterización del perfil de la emprendedora andaluza, se lleva a cabo analizando factores como el estatus, la experiencia laboral previa, los modelos de rol familiares y la percepción del riesgo.

Los resultados nos muestran a una empresaria andaluza que crea su empresa partiendo de un estatus limitante en cuanto a su desarrollo profesional y situación laboral. Su experiencia previa, escasa, en el mercado laboral no viene caracterizada por haber desarrollado puestos directivos de gestión. Adicionalmente, se señalan la existencia de algunos referentes familiares en creación de empresas, y la percepción del riesgo de la emprendedora andaluza es mayor que la asumida por los empresarios masculinos.

Asimismo, modelamos las respuestas del cuestionario enviado a las mujeres en 3 grupos de motivaciones: motivaciones personales, motivaciones relacionadas con la disponibilidad de recursos para emprender, y motivaciones relacionadas con la familia y el entorno social.

El estudio revela que los factores para emprender de las mujeres en Andalucía dependen en primera instancia de las motivaciones personales, señalándose la necesidad de independencia y de logro como prioritarias. En cuanto a los recursos necesarios para crear la empresa, las participantes han manifestado que los más determinantes serían el disponer de un profundo conocimiento de la actividad a desarrollar, tener una red de contactos importante y disponer de fuentes de financiación. Por último, lo referente al entorno social ha mostrado resultados poco concluyentes.

El resto del trabajo se organiza del siguiente modo: en el apartado que sigue se ofrece una revisión de la literatura. A continuación se analiza la muestra y el diseño de la encuesta realizada. Continuamos con la presentación de los resultados empíricos: un estudio exploratorio sobre las características, el perfil y los factores motivadores que conducen a la mujer andaluza a crear una empresa, mostrando las diferencias y similitudes con otros patrones emprendedores en la literatura. Este documento se cierra con las principales conclusiones y el apartado de la bibliografía.

2. REVISIÓN DE LA LITERATURA Existen trabajos en la literatura que establecen diferencias sobre la base del género a la hora de tomar la decisión de crear y gestionar empresas. Las aproximaciones realizadas acerca del fenómeno de la creación y gestión de empresas sobre la base del género nos permiten establecer una taxonomía de los trabajos realizados, distinguiendo por tres categorías de estudios: (i) aquellas investigaciones que tratan de analizar la relación entre género y rendimiento empresarial; (ii) los estudios enfocados a encontrar las diferencias de estilos de liderazgo entre hombres y mujeres, y (iii) aquella categoría dedicada a determinar el perfil y las motivaciones de la mujer emprendedora y su comparativa con los hombres.

Dentro de la primera categoría se sitúan estudios que pretenden averiguar si las empresas dirigidas por mujeres obtienen mejores o peores resultados que las dirigidas por hombres. Podemos señalar las aportaciones de Carter et al. (2007), Gallego et al. (2010), y Rose (2007).

En lo referente a las diferencias de estilos de liderazgo, esta línea de investigación se basa en considerar que los hombres y las mujeres tienen distintas percepciones del mundo, lo cual se traslada a su forma de dirigir y de gestionar la empresa. Existe en este ámbito una abundante literatura y los resultados indican que las mujeres tienen una tendencia al empleo de estilos de dirección más participativos. Destacan los trabajos de González (2001), Guzmán (2008) y Muñoz (2004).

La literatura relativa a determinar el perfil y las motivaciones de la mujer a la hora de crear su empresa es el foco de atención de este trabajo. Existen trabajos en esta línea realizados en países considerados en vías de desarrollo y emergentes (i.e. Das, 2001; Davidson et al., 2010; Lee, 1997; Tambunan, 2009) donde el emprendimiento de la mujer es considerado como motor para el desarrollo económico a través de la creación de pequeñas y medianas empresas (Pymes).

También encontramos varios trabajos sobre el perfil y las motivaciones de la mujer emprendedora en países desarrollados (i.e. Hughes, 2006; Kirkwood, 2009; Nagarajan et al., 2009) donde se estudian multitud de factores como condicionantes de los rasgos de los negocios emprendidos por las mujeres y su comparación con los hombres.

Uno de los rasgos ampliamente documentado en la literatura es la segregación sectorial en función del sexo del emprendedor. Es ampliamente conocido que las mujeres en general experimentan barreras cuando intentan entrar o avanzar en sectores no tradicionales (Menches y Abraham, 2007). Existen investigaciones que han documentado la entrada de mujeres emprendedoras, su progreso y desarrollo en sectores tradicionales o típicamente femeninos como los sectores de servicio y comercio minorista (Du Rietz y Henrekson, 2000; Watson, 2002). Una de las explicaciones más extendidas se refiere al hecho de que tales sectores requieren en promedio menor capital inicial cuando se comparan con otros como la industria y la alta tecnología. Sappleton (2009) reconoce que las mujeres en Europa crean empresas en sectores típicamente femeninos con bajas barreras de entrada, que comercian en mercados locales y que tienen un potencial de crecimiento financiero limitado.

En relación con la literatura que aborda el perfil y las motivaciones de la mujer emprendedora, se enmarcan las investigaciones que tratan de comprobar si los factores sociológicos y antropológicos de la figura clásica del emprendedor, existen en la empresaria femenina. Tales características como una mayor propensión a la toma de riesgos, capacidad de innovación, deseo de independencia y de control de su propia carrera han sido consideradas comunes en cuestión de sexo, no encontrándose diferencias significativas (Masters y Meier, 1988; Neider, 1987; Sexton y Bowman-Upton, 1990; Zapalska, 1997).

Sin embargo, respecto a la toma de riesgos, considerada una condición del individuo emprendedor (Begley y Boyd, 1987), sí se han encontrado diferencias entre sexos, aunque los resultados de los estudios son diversos. Donald y Bowman-Upton (1990) sí encuentran diferencias entre el emprendimiento femenino y masculino, siendo las féminas menos propensas a la toma de riesgos. En España, se ha observado que las inversiones realizadas por mujeres son más prudentes que las de los hombres (González, 2001), no existiendo esas diferencias en la edad adolescente pero sí en la madurez. En China, Tan (2008) encuentra en una muestra de hombres y mujeres emprendedores del sector de alta tecnología, que las mujeres son más propensas a asumir riesgos si con ello consiguen mayores resultados.

También existen otros factores externos que pueden ser un condicionante a la hora del emprendimiento. En este caso se incluyen factores relacionados con el entorno de la emprendedora, tales como el nivel de educación, la experiencia profesional o la existencia de familiares emprendedores.

En cuanto a la educación, las investigaciones ponen de manifiesto que la emprendedora posee un nivel de educación superior ya que se sienten seguras de comenzar la andadura empresarial, viéndose respaldado por una experiencia profesional previa (Alonso y Galve, 2008; Lee, 1997). Por otro lado, respecto al entorno familiar, sí parece ser un condicionante la existencia de familiares emprendedores, tal como se pone de manifiesto en Lee (1997) y Watkins y Watkins (1983).

En la literatura sobre la mujer emprendedora las motivaciones más frecuentemente analizadas están relacionadas con las expectativas y objetivos personales que persigue con la creación de una empresa. La necesidad de independencia, la necesidad de logro y el deseo de riqueza son aspectos recurrentes en la literatura.

La necesidad de independencia es una de las características que más sobresale de la personalidad de las mujeres empresarias y hace referencia al deseo de tener autonomía y tomar sus propias decisiones (Cassar, 2007; Goffee y Scase, 1985; Moore y Büttner, 1997; Wilson et al., 2004). La independencia parece ser un factor de motivación similar para hombres y mujeres a la hora de convertirse en empresario, encontrándose pocas diferencias de género en torno a este motivador (Still y Soutar, 2001; Marlow, 1997; Pinfold, 2001; Scott, 1986; Sundin y Holmquist, 1991).

La necesidad de logro es el grado en el cual una persona desea realizar tareas difíciles y desafiantes (McClelland, 1961), de tal modo que cuando se alcanza el éxito se siente una gran satisfacción personal (Veciana, 2005). Existe alguna evidencia de que la necesidad de logro es una de las principales razones para crear empresa de las mujeres emprendedoras (Marlow, 1997).

Uno de los estereotipos sobre la figura del emprendedor es que sus acciones se encuentran guiadas por ganar mucho dinero, sin embargo, en la literatura existe amplia evidencia de que éste no constituye la principal motivación de los emprendedores (Veciana, 2005); DeMartino y Barbato, 2003; Fischer et al. 1993; Rosa y Dawson, 2006). Este hecho parece también encontrarse en el caso de las mujeres emprendedoras (Clain, 2000) que ponen mayor énfasis en los componentes no salariales del trabajo por cuenta propia (por ejemplo, la flexibilidad de tiempo). No obstante, hay estudios que han encontrado diferencias de género con respecto al dinero como factor de motivación (Borooah et al, 1997; DeMartino y Barbato, 2003; Fischer et al, 1993).

Asimismo, parece haber algunas diferencias de género con respecto a la falta de perspectivas de empleo o de carrera (Borooah et al, 1997; Hakim, 1989). Las insuficientes perspectivas en el trabajo habitual son más frecuentes entre las mujeres, en parte debido a

la influencia del techo de cristal (Moore y Büttner, 1997; Mattis, 2004), y el uso generalizado en el empleo de los estilos de liderazgo transaccional (Orhan y Scott, 2001).

La disponibilidad de recursos se constituye en un elemento fundamental en la decisión de crear empresa. En este sentido, los recursos necesarios para su implementación pueden ser activos de conocimiento, financieros, organizativos, relativos al capital relacional, etc. La disponibilidad de alguno de este tipo de recursos puede convertirse en un elemento fundamental a la hora de crear la empresa. En términos de conocimientos, las mujeres suelen tener menos experiencia de gestión que los hombres (Terjersen, 2005) debido a la influencia del techo de cristal. No obstante, ellas utilizan en mayor medida un enfoque relacional para gestionar su negocio estableciendo interacciones con empleados, clientes y proveedores que les permite aprender en el lugar de trabajo, formar equipos, y dirigir su negocio de forma más cooperativa (Farr-Wharton y Brunetto, 2009; Putnam, 2000). Por su parte, el acceso a recursos financieros es señalado como una de las desventajas que la mujer emprendedora presenta respecto del hombre (Shaw y otros, 2005).

Finalmente, las motivaciones relacionadas con el entorno social del emprendedor, influyen en las percepciones de viabilidad y deseabilidad de crear la empresa (Shapero, 1984). Por lo general se reconoce que determinados grupos de empresarios (como las mujeres, los jóvenes, las minorías étnicas, etc.) presentan necesidades de apoyo especiales al inicio y durante el ciclo de vida de sus empresas. Por ejemplo, las campañas de mentoring donde personas con experiencia prestan asistencia y apoyo a individuos con menos experiencia podrían ayudar a las mujeres emprendedoras a superar las barreras con las que se enfrentan (Chrisman y McMullan, 2000, 2004). En esta línea, Petridou (2009) presentó las ventajas de un programa de asistencia de mentores a través de Internet a mujeres empresarias en Grecia.

En síntesis, según la literatura previa revisada podemos extraer que las mujeres suelen operar en sectores considerados típicamente femeninos como el de servicios y comercio minorista debido a las menores barreras de entrada. Comparativamente con los hombres, las empresarias presentan un perfil más conservador a la hora de la toma de riesgos, siendo, no obstante, su formación superior. En relación a la experiencia profesional previa el perfil de la mujer no se caracteriza por haber ejercido puestos directivos, por lo que para satisfacer su necesidad de logro e independencia se ven empujadas a emprender. No siempre el dinero se presenta como un motivador principal en la mujer a la hora de emprender, otorgando por el contrario más valor a aspectos de su vida privada. Las mujeres empresarias utilizan en mayor medida un enfoque relacional para gestionar su negocio de forma más cooperativa, a diferencia de los hombres que usan estilos de liderazgo transaccionales. El entorno social del emprendedor es un componente motivador que puede tener su influencia si desde las instituciones se establecen diversos mecanismos de apoyo al emprendedor.

3. MUESTRA Y DISEÑO DEL CUESTIONARIO Para la recogida de datos se utilizó un cuestionario electrónico disponible a las emprendedoras vía web. El cuestionario se diseñó utilizando la plataforma LimeSurvey y la base de datos estuvo almacenada en los servidores de la universidad de Almería. Los cuestionarios fueron enviados haciendo uso del correo electrónico de la plataforma LimeSurvey.

La población objeto de estudio fue extraída del directorio de empresarias andaluzas de la revista Mujer Emprendedora publicada en septiembre de 2009. Estuvo formada por 808 registros, de los cuales únicamente fueron válidos 587 y en total accedieron a la encuesta 124 emprendedoras, lo que supone una tasa de respuesta del 21,12%.

La encuesta es una adaptación de Morales (2008), dividida en cinco secciones. La sección A recoge la identificación de la mujer emprendedora y su situación profesional en la actualidad, en la empresa creada; la sección B se centra en la actividad profesional y experiencia previa de la emprendedora en el momento de creación de la empresa; la sección C se centra en la evaluación de las motivaciones de la mujer para crear la empresa; la sección D agrupa preguntas sobre el proceso de creación de la misma y el papel que había jugado la situación de la que partía antes de crear la empresa y, finalmente, la sección E solicita datos sobre la empresa en la actualidad y la vinculación de la emprendedora a la misma.

Dado que las preguntas relativas a conocer cuál es el perfil y las motivaciones para emprender, se concentran en la tercera y cuarta sección del cuestionario, a continuación se detalla el proceso de diseño de estas secciones y, concretamente, las variables que han sido objeto de nuestro análisis.

3.1. Las variables relativas al perfil de las mujeres emprendedoras El perfil de las mujeres emprendedoras se analizó teniendo en cuenta dos tipos de características: las asociadas a su formación académica y las referentes a su condición de “emprendedoras”, planteadas por la literatura del entrepreneurship.

Las características asociadas a la formación académica nos permitirán evaluar si el perfil de la mujer emprendedora andaluza coincide con el perfil de la emprendedora de otros contextos en los que el fenómeno de la creación de empresas se encuentra más desarrollado y donde existe también una cultura más emprendedora. Las variables incluidas en este análisis han sido:

• El estatus. Esta variable hace referencia al tipo de situación laboral que tenía la mujer en el momento de crear su empresa. En este sentido se le preguntó a la mujer: “¿Cuál era su situación laboral antes de crear la empresa? Las respuestas obtenidas se clasificaron en cinco categorías que corresponden a diferentes circunstancias de la vida profesional.

• La experiencia profesional previa. Esta variable hace referencia al tiempo que la mujer ha estado trabajando anteriormente a crear la empresa y también la vinculación con el sector de actividad de la empresa creada. Para medir este aspecto se le pregunta a las mujeres el número de años de vida laboral que tenían en el momento de crear su empresa.

• La formación académica. Esta variable mide el nivel de estudios de la emprendedora antes de la creación de la empresa.

Por otra parte, las características de las mujeres asociadas a la condición de “emprendedoras”, planteadas por la literatura del entrepreneurship, nos permitirán comprobar si el perfil de las mujeres emprendedoras se aproxima al del emprendedor en general sin tener en cuenta el contexto de género. Las variables que se evaluamos en este sentido se presentan a continuación:

- Los modelos de rol familiares. La existencia de modelos de rol empresariales en la familia de la mujer emprendedora se midió a través de una variable de tipo dicotómica por medio de la pregunta: “Los siguientes enunciados describen varios tipos de experiencias emprendedoras a las que un individuo puede estar asociado o expuesto a lo largo de su vida. Indique cuáles coincidían con su caso en el momento de crear su empresa: Mis familiares cercanos eran o habían sido empresarios”.

- Experiencia en creación de empresas. Esta variable dicotómica evaluaba si antes de la creación de la empresa la mujer emprendedora tenía experiencia en procesos de creación de empresas. En el cuestionario se preguntó a la mujer: “Los siguientes enunciados describen varios tipos de experiencias emprendedoras a las que un individuo puede estar asociado o expuesto a lo largo de su vida. Indique cuáles coincidían con su caso en el momento de crear su empresa: Había fundado y/o era copropietaria de otra(s) empresa(s)”.

- Los modelos de rol del entorno. La existencia de modelos de rol del entorno de la mujer emprendedora se midió a través de una variable de tipo dicotómica por medio de la pregunta: “Los siguientes enunciados describen varios tipos de experiencias emprendedoras a las que un individuo puede estar asociado o expuesto a lo largo de su vida. Indique cuáles coincidían con su caso en el momento de crear su empresa: Conocía casos de otras mujeres de su entorno cercano que habían creado su propia empresa”.

- Riesgo percibido. Esta variable hace referencia al riesgo asociado al proyecto de creación de la empresa percibido por la mujer emprendedora. El nivel de riesgo fue calculado como el valor medio de la respuesta de las mujeres emprendedoras a tres preguntas que evaluaban el riesgo percibido tanto a nivel de la empresa, como en lo económico personal y para la carrera profesional. Con este fin se preguntó a las emprendedoras: “Indique el nivel de riesgo percibido por usted asociado a la creación de su empresa en cada uno de los siguientes aspectos: a) Riesgo económico de la empresa, b) riesgo económico personal, c) riesgo en la continuidad de la carrera profesional”. Las respuestas fueron evaluadas en una escala Likert de cuatro puntos donde 0 indicaba que el impacto o el riesgo era nulo o casi nulo y 3 si el impacto o el riesgo asociado al proyecto era alto.

- Tipo de decisión. Esta variable ha sido creada con el objetivo de probar el planteamiento de Shane (2004), quien señala que hay emprendedores que pueden catalogarse como “Tipos emprendedores”, es decir que siempre habían querido crear una empresa, y otros que no lo son. A tal fin se le preguntó a las emprendedoras: “¿Cuál de las siguientes afirmaciones se ajusta más a su caso? - Crear mi empresa fue una decisión inesperada, producto de las circunstancias. - Alguna vez había pensado crear una empresa, pero lo consideraba una posibilidad remota. - Siempre había tenido el propósito de crear una empresa”.

3.2. Las variables relativas a las motivaciones Con el objetivo de estudiar si las motivaciones para crear empresa de las mujeres emprendedoras se ha seleccionado, como base de partida, la escala propuesta por Autio y Kauranen (1994) adaptada al contexto del estudio de la emprendedora andaluza. Los ítems incluidos en el cuestionario corresponden a tres grupos de motivaciones: personales, relativas a la disponibilidad de recursos y al entorno social.

El grupo de motivaciones personales incluidas están relacionadas con la necesidad del logro, la necesidad de independencia y el deseo de riqueza. En el bloque relativo a las motivaciones derivadas de la disponibilidad de recursos para la puesta en marcha de la empresa se incluyeron 7 ítems relativos a recursos financieros y no financieros.

El último bloque de motivaciones consideradas son las relacionadas con el entorno social del individuo, donde se evaluaron los modelos de rol existentes en el entorno de la mujer emprendedora, las campañas de fomento a la creación de empresas y la actitud generalizada de la sociedad hacia la creación de empresas.

4. ANÁLISIS DEL PERFIL Y LAS MOTIVACIONES DE LA MUJER EMPRENDEDORA EN ANDALUCÍA Vamos a organizar este apartado mostrando, en primer lugar, un análisis descriptivo básico de las empresas creadas por mujeres en Andalucía. A continuación estudiamos el perfil de la mujer empresaria andaluza destacando sus características “emprendedoras”. Para finalizar cerrando el apartado con la verificación y la importancia de las motivaciones para emprender.

4.1. Análisis descriptivo de las empresas creadas por mujeres en Andalucía Las mujeres emprendedoras andaluzas participantes en nuestro estudio han constituido 124 empresas. Estas empresas se encuentran asociadas a 14 sectores de actividad, y el 50% fueron constituidas antes del año 2001. A continuación se presenta un análisis descriptivo, con las principales características de las empresas participantes.

4.1.1. Distribución por provincias y sector de actividad

Geográficamente, los porcentajes de mayor participación se concentran en las provincias de Granada (17,7%), Almería (16,1%) y Sevilla (10,5%). El sector donde mayoritariamente se encuadran las empresas creadas por mujeres en Andalucía corresponde a la opción de “Servicios culturales y de ocio” marcada en la encuesta con un porcentaje del 17,5% (ver Gráfico 1). Seguido la opción de “Asesoría” que alcanza un 14,6%. A continuación, por importancia nos encontramos con los sectores de Comercio y Educación con un 11,7% y un 9,7% respectivamente.

Estos resultados nos muestran que las empresas de mujeres creadas en Andalucía operan mayoritariamente dentro del sector servicios y comercio. Siendo los sectores de las nuevas tecnologías y el campo industrial los que menos representatividad tienen en la muestra.

Gráfico 1. Distribución por sector de las empresas creadas por mujeres en Andalucía.

Estos resultados son similares a los obtenidos por otros estudios como, por ejemplo, el realizado por Humbert y Drew (2010), en el cual se encontró que de todas las empresas irlandesas creadas por mujeres, la mayoría pertenecían al área de servicios profesionales, turismo, catering, y educación; por su parte, Minniti y Arenius (2003) indicaron que la mayor parte de las empresas de mujeres, se concentran en los sectores de comercio minorista y de servicios. Igualmente, Sappleton (2009) señaló que las empresas fundadas por mujeres en el Reino Unido, según estadística del año 2006, pertenecían en un alto porcentaje al sector servicios en áreas tales como servicios a la comunidad, sociales y personales.

4.1.2. Forma jurídica y antigüedad de la empresa

La forma jurídica predominante de la empresaria andaluza es la Sociedad de responsabilidad limitada (36,3%) y el Trabajo autónomo (24,2%) con una importancia conjunta entre ambas que supone más de la mitad de las empresas creadas por mujeres en Andalucía. Más escasa es la presencia de Sociedades Anónimas entre las empresas creadas por mujeres andaluzas, alcanzándose sólo un 8,1% del total. También es de destacar la forma jurídica de la Cooperativa de Trabajo convirtiéndose ésta en un 9,7% de los casos elegidos por las mujeres andaluzas para llevar a cabo sus proyectos empresariales.

La antigüedad media de la empresa creada por la mujer emprendedora andaluza es de 12 años. No obstante, se aprecian diferencias entre las emprendedoras de diferentes sectores de actividad. Así, las emprendedoras relacionadas con el sector industrial presentan una antigüedad de la empresa de aproximadamente 18 años frente al del sector comercio con una media de 12 años y el sector servicios con 10 años.

A la vista de los datos aportados podría decirse que, en términos generales, las empresas creadas por mujeres en Andalucía tienen más antigüedad en sectores empresariales no tradicionales en mujeres emprendedoras, mientras que el sector típicamente femenino como es el de servicios presenta la menor de las antigüedades de la muestra.

Watson (2003) estudió que las mayores tasas de fracaso de las empresas de mujeres eran debidas a su tendencia a crear negocios en sectores (sobre todo comercio minorista y de servicios) que tienen tasas de fracaso por encima de la media frente a sectores (como el industrial) que tienen menores tasas de fracaso que el promedio. Del mismo modo, Rosa et al. (1996) argumentaron que al menos algunas de las diferencias de género en el desempeño empresarial podrían estar relacionadas con el sector, porque las mujeres tienden a poner en marcha empresas en sectores de bajos rendimientos.

4.1.3. Generación de empleo

Las empresas participantes en el estudio contribuyen a la generación de empleo con un total de 3.338 puestos de trabajo, de los cuales un 16,4% poseen titulación universitaria, siendo la media de 33 empleados por empresa; si se excluyen los valores extremos de la muestra, la media recortada al 5% desciende a 8 empleados por empresa. Adicionalmente, observamos que el 75% de las empresas cuentan con 13 empleados o menos, y que una sola empresa aporta el 61,5% del total de empleados de la muestra.

Los anteriores resultados nos muestran que las empresas creadas por mujeres en Andalucía no son más pequeñas que sus homólogas españolas de acuerdo con los datos del estudio GEM (2009). En efecto, en el caso de las empresas españolas el 90,9% de ellas generan entre 0 y 5 empleados por empresa mientras que en el caso de las empresas de mujeres andaluzas la media de generación de empleo es de 8 empleos como acabamos de señalar. Este resultado, pone de manifiesto el gran esfuerzo que está haciendo la mujer empresaria andaluza por mantener el máximo de empleo a pesar de la situación de crisis.

En definitiva, la generación de empleo de las mujeres empresarias andaluzas supera la cifra española, resultado muy positivo en la actual coyuntura.

4.1.4. Nivel de facturación

El 73,5% de las empresas tienen un nivel de facturación entre 0 y 1 millón de euros pudiendo ser consideradas como micropymes; por su parte dentro de la categoría de pymes con un nivel de facturación entre 1 y 5,7 millones de euros se sitúan el 17,3% de las empresas de la muestra; solamente un 9,2% de empresas de mujeres andaluzas superan los 5,7 millones de euros de facturación, pudiéndose considerar bajo el criterio de ventas como gran empresa.

Si analizamos la distribución de ventas dentro del propio sector (véase Cuadro 1), se pone de manifiesto que son las empresas del sector Industria las que tienen el porcentaje más alto dentro de la franja de mayor facturación (mayor a 5,7 millones de euros). Un gran porcentaje de las empresas de servicios (80,3%) alcanza su nivel de facturación en el intervalo de ventas más bajo, es decir, en el intervalo de 0 a 1 millón de euros. Por su parte, las empresas del sector Comercio presentan una distribución más equilibrada en tanto en cuanto su presencia en cada una de las franjas de facturación está más repartida.

En síntesis, todas las empresas de todos los sectores analizados facturan mayoritariamente en el intervalo de menor venta, siendo las empresas del sector Comercio las que lo hacen en esa franja en menor proporción que las pertenecientes a Servicios e Industria.

Cuadro 1. Porcentaje de empresas dentro de su propio sector

0-1 millón 1-5,7 millones más de 5,7 millones INDUSTRIA 66,7% 13,3% 20% COMERCIO 59,1% 27,3% 13,6% SERVICIOS 80,3% 14,8% 4,9%

Estos resultados nos muestran que los niveles de facturación de las empresas creadas por mujeres en Andalucía se mueven en intervalos de facturación bajos, no encontrándonos en general empresas con grandes volúmenes de ventas. Asimismo, los resultados indican que crear empresas en determinados sectores, puede conducir a obtener niveles de ventas mayores, como por ejemplo el industrial, o niveles de ventas menores como por ejemplo el sector servicios.

Estudios previos han revelado que las empresas de mujeres eran más proclives a quebrar, y tenían niveles más bajos de ventas, beneficios, y empleo (Robb 2002; Rosa et al. 1996; Watson 2003). Sin embargo, en otros estudios, las diferencias de rendimiento entre mujeres y hombres desaparecen una vez se aplican controles del sector (Du Rietz y Henrekson, 2000; Hokkanen y Autio, 1998; Watson, 2002).

En realidad, este efecto probablemente sucede debido a que los sectores en los que se concentran las empresas de mujeres generan más bajos niveles de ventas que aquellos otros sectores menos representados por empresas de mujeres tales como el industrial y el de alta tecnología (Hokkanen and Autio, 1998).

4.2. Perfil de la mujer emprendedora en Andalucía En este apartado nos proponemos como objetivo la caracterización del perfil de la emprendedora andaluza, estudiando aquellos factores tales como el estatus, la experiencia laboral previa, modelos de rol familiares y percepción del riesgo, para determinar si afectan a la decisión de crear una empresa por parte de la sujeto objeto de estudio. De esta forma

se aporta evidencia de las semejanzas y diferencias con la figura del emprendedor ampliamente analizada en la literatura.

4.2.1. El estatus

Al analizar la variable estatus se obtiene información relativa a la carrera profesional de la emprendedora previa a la creación de la empresa. Los resultados muestran que un 39,2% de las encuestadas se encontraban trabajando a tiempo completo por cuenta ajena y un 34,2% estaban desempleadas. Así mismo, los porcentajes más bajos corresponden a las autónomas (12,7%) y a las trabajadoras parciales por cuenta ajena (13,9%) (Gráfico 2).

Gráfico 2. Situación laboral previa a la creación de la empresa.

Los resultados son coherentes con los factores encontrados en la literatura que influyen en el emprendimiento femenino, tales como la necesidad y la búsqueda de la conciliación laboral y familiar (Lee, 1997; Tambunan, 2009). De esta forma un 34.2% es por necesidad y un 39.2% la conciliación de la vida laboral y familiar.

4.2.2. La experiencia laboral previa

Un análisis de la experiencia laboral anterior a la creación de la empresa nos permite evaluar si su carrera profesional previa es un condicionante para el emprendimiento. Los datos muestran que más de la mitad de la muestra poseían una experiencia laboral de entre 0 y 5 años. El 20,5% entre 5 y 10 años y el 21,6 % entre 10 y 15 años. Sólo el 6,8% tenían más de 15 años de experiencia.

Gráfico 3. Vida laboral de la emprendedora.

Concerniente al desempeño de un puesto directivo previo a la creación de empresas un 64,8% indica que no ha realizado función directiva alguna previa a la creación de su empresa. De igual forma, no se detecta una experiencia anterior en creación de empresas, ya que el número medio de empresas creadas por las encuestadas es de 1,67.

Los datos mostrados en la Gráfico 3 evidencian que el emprendimiento es más propenso en mujeres con menor experiencia profesional. Esto puede ser debido a varios motivos:

- El denominado techo de cristal, aquellas mujeres que son conscientes de la dificultad de llegar a un nivel profesional más alto, o

- A la búsqueda de un trabajo que le permita desarrollar su vida personal, en concreto, el cuidado de hijos.

En relación con el sector de trabajo previo, el 53,4% de las encuestadas sí habían trabajado en el mismo sector, mientras que el 46,6% restante no. La experiencia en un sector sí parece ser condicionante a la hora de crear una empresa.

Respecto a la formación, el 61,2 % tenían estudios universitarios, lo cual demuestra que la formación superior está ligada con la posibilidad de autoempleo (Das, 2001; Lee, 1997).

4.2.3. Modelos de rol familiares

Entre los factores de naturaleza socio-demográfica que influyen a la hora de la creación de una empresa las investigaciones previas apuntan la existencia de emprendedores en el entorno familiar (Shapero y Sokol, 1982; Stuart y Abetti, 1987; Zapalska, 1997).

En nuestro caso, este hecho no es un aspecto determinante en la muestra para el 54% de las emprendedoras encuestadas y sí lo es para el 46% restante. Este hecho podría tener su explicación debido a la falta de diversidad en el tejido empresarial en Andalucía; ya que no es una región históricamente asociada a la creación de empresas.

Nuestros resultados son congruentes con los resultados obtenidos en otros estudios como el de Fuentes y Sánchez (2010) realizado en una muestra de estudiantes universitarios de la provincia de Córdoba.

4.2.4. La aversión al riesgo

La propensión a un riesgo es un aspecto característico en los emprendedores, es decir es lo diferencia a los emprendedores de los que no lo son. Cada vez más las mujeres se arriesgan a comenzar una andadura empresarial, y consideramos importante analizar cuáles son sus percepciones a la hora de enfrentarse con la posibilidad de obtener un resultado diferente al previsto o al riesgo.

En este caso hemos tenido en cuenta el riesgo de tipo económico del negocio, es decir la posibilidad de que las ventas o beneficios no sean los esperados; riesgo económico personal, es decir la posible pérdida del patrimonio personal y su propio riesgo laboral futuro.

Los resultados muestran que un 42,9 % y un 20 % de las encuestadas percibían bastante y mucho el riesgo económico. Respecto al riesgo económico personal un 41,4% y un 22,9% percibían como bastante y mucho el riesgo personal. En cuanto al riesgo de continuación de la carrera profesional el 52,9 % lo perciben como bajo.

Los resultados nos muestran a una mujer emprendedora que percibe un riesgo económico y personal alto, congruente con la literatura existente que muestra que la mujer percibe de manera más pronunciada el riesgo, realizando inversiones más prudentes que los hombres (González, 2001). Donald y Bowman-Upton (1990) muestran en comparación con hombres, que las mujeres emprendedoras son menos propensas a involucrarse en situaciones arriesgadas.

4.2.5. ¿Las mujeres empresarias andaluzas son “tipos emprendedores”?

Otro de los factores son las características intrínsecas del individuo. En nuestro caso le preguntamos a la emprendedora sobre si la decisión de creación de empresa había sido una decisión inesperada o era una idea forjada hacía tiempo.

Los datos nos muestran que sólo un 34.5% tenían claro que querían emprender, frente a un 25,3% que alguna vez lo había pensado y un 39,2% que no lo habían pensado. Los datos nos muestran que la mujer andaluza no es una “tipa emprendedora”

4.3. Las motivaciones de la mujer para emprender en Andalucía Como señalan Cano et al., (2003) y García et al., (2005) las teorías que han pretendido explicar la actividad emprendedora de manera general podrían clasificarse dentro de dos grandes dimensiones: la socio-económica y la psicológica. Los modelos que se ubican dentro de la perspectiva socio-económica tienden a enfatizar, de manera genérica, que la creación de empresas se produce como consecuencia de un reajuste individual a los rasgos cambiantes del mercado laboral (i.e., Genescá y Capelleras, 2004; Loutfi, 1991). Por su parte, los modelos teóricos que tratan de explicar la creación de empresas con base en las características psicológicas de las personas tienden a acentuar la influencia de rasgos de personalidad, procesos cognitivos o patrones conductuales concretos (Huefner et al., 1996; Gartner, 1988; Light, 2005; Veciana, 1989). En esta sección vamos a tratar de caracterizar a la mujer emprendedora andaluza en relación con los aspectos motivacionales que canalizan

la creación de empresas y atendiendo a la estructura definida por el cuestionario que hemos utilizado para recoger la información.

4.3.1. Las motivaciones personales

El resultado más significativo que cabría destacar en relación a las motivaciones que empujan a las mujeres andaluzas a crear su propia empresa es que parece haber cierto consenso en la muestra con que el deseo de alcanzar nuevos retos personales es un incentivo bastante importante (41%) o muy importante (59%).

El deseo de desarrollar las ideas propias también parece ser un determinante muy potente de las emprendedoras andaluzas ya que la mayoría de ellas reconoce que éste elemento fue un factor muy importante (65,4%) o importante (25,6%).

De manera parecida, el deseo de ser independiente se perfila como un determinante considerable de la actividad emprendedora en la mujer andaluza. Nuestros resultados han mostrado que la mayor parte de las mujeres encuestadas indican que éste es un motivante muy importante (65,4%) o importante (23,1%) de cara a la creación de la empresa.

Cuando se pregunta a las emprendedoras andaluzas sobre las motivaciones para crear su empresa y se hace alusión a si la motivación fue originada en comprobar la habilidad propia (El deseo de probar la habilidad propia en la creación de una nueva empresa), la mayor parte de ellas se inclina a responder que este determinante fue bastante importante (43,6%) o muy importante (19,2%).

Tomados en su conjunto, estos resultados son consistentes con la literatura genérica sobre creación de empresas donde se identifica que la motivación de logro (McClelland, 1961) es un predictor poderoso de la aventura emprendedora. Del mismo modo, también son consistentes con los trabajos que indican que el deseo de independencia es una característica asociada a la creación de empresas (Veciana, 1989).

Otro aspecto de considerable importancia que parece motivar a las mujeres andaluzas a construir su propia empresa está relacionado con la mejora del clima de trabajo. Cuando se pregunta a las participantes si la mejora del entorno de trabajo personal es un factor relevante ante la creación de empresas, más de la mitad de las encuestadas reportan que es bastante importante (53,8%) mientras que el 28,2% indica que es muy importante.

El deseo de conciliar la vida laboral y familiar se presenta como otro gran beneficio de trabajar por cuenta propia según las emprendedoras encuestadas. La mayor parte del grupo de emprendedoras encuestadas considera que este aspecto es una variable bastante importante (38,5%) o muy importante (38,5%) para responder favorablemente ante la creación de una empresa.

Por otro lado, el ganar mucho dinero ha sido identificado como un elemento poco importante por la mayoría de las emprendedoras (47,4%) en relación a la creación de una empresa. Sin embargo, también hay un sector considerable de la muestra (38,5%) que ha indicado que este aspecto es bastante importante ante la disyuntiva de crear una empresa o no.

Por último, hay que destacar que parece haber un relativo desacuerdo al valorar la influencia que tienen las insuficientes perspectivas en el trabajo habitual como determinantes de la creación de empresas. Cuando las empresarias andaluzas son desafiadas con esta declaración las respuestas se distribuyen mayormente entre las alternativas poco importante (29,5%), bastante importante (34,6%) y muy importante (24,4%).

En términos generales, por tanto, parece ser que la mujer emprendedora andaluza tiende a crear una empresa empujada por una necesidad de mejorar un estatus laboral que no ha

sido satisfecho trabajando por cuenta ajena. García (1997) también observó un patrón similar en el contexto de creación de PYMES al reportar que el 20,4% de las empresas de nueva creación son fundadas por personas que trabajaban por cuenta ajena y que percibían mermadas sus posibilidades de promoción.

4.3.2. La disponibilidad de recursos para crear empresa

Nuestros resultados indican que hay tres patrones de respuestas diferenciados en relación con las motivaciones relativas a la disponibilidad de recursos para crear una empresa. Podríamos agrupar los resultados en esta dimensión en tres grupos: aspectos positivamente relacionados con la creación de la empresa, aspectos negativamente relacionados con el emprendimiento y aspectos difusamente relacionados con la creación de empresas en la mujer andaluza.

El aspecto que más parece estar relacionado con la creación de una empresa desde el punto de vista de la mujer andaluza es la exclusividad de conocimientos disponibles sobre el campo de trabajo específico de la actividad empresarial. La mayor parte de las mujeres encuestadas (73,3%) han manifestado que este elemento es muy importante o bastante importante al crear el negocio. Adicionalmente, la disponibilidad de una buena red de contactos y la disponibilidad de financiación también han sido factores considerados por las participantes como muy importantes o bastante importantes (60% y 57,9% respectivamente) a la hora de crear una empresa.

Por otro lado, la existencia de una incubadora de empresas o la disponibilidad de patrimonio personal para invertir han sido consideradas como aspectos menos centrales frente la creación del negocio. La mayor parte de las encuestadas manifiesta que estos aspectos son nada o poco importantes cuando decidieron crear su empresa (73,3% y 63,1% respectivamente).

Por último, hay tres aspectos donde parece observarse cierta discrepancia en las respuestas de las emprendedoras andaluzas o, al menos, se observa que las respuestas a las preguntas se distribuyen más uniformemente. En primer lugar, la disponibilidad de una persona apropiada para ser el Gerente/gestor de la empresa parece no ser un elemento relevante ante la decisión de crear ya que aproximadamente la mitad (51,3%) de la muestra lo considera como algo bastante importante o muy importante. En segundo lugar, se observa un patrón de respuestas similar ante la pregunta relativa a la disponibilidad de contactos para fundar la empresa donde únicamente un 48,7% de las encuestadas indica que este elemento es bastante o muy importante frente a la creación de la empresa. En última instancia hay que señalar que sólo el 48% de la muestra indica que la disponibilidad de instalaciones para la producción es un factor bastante relevante o muy relevante a tener en cuenta antes de iniciar la aventura empresarial.

4.3.3. El entorno social y su papel en la decisión de crear

Como se puede observar en la Tabla (Cuadro 2) el motivador social que ha sido valorado en mayor proporción como muy importante ante la creación de una empresa es la influencia de familiares que se hayan creado una empresa previamente. En términos generales, se observa que para la mayoría de las emprendedoras encuestadas los motivadores sociales que hemos incluido en la encuesta son nada o poco importantes. Este hecho se evidencia al observar que en ninguno de los casos el porcentaje de personas que consideran cada uno de estos factores como bastante o muy importante no supera el 50%. El ítem que mayor porcentaje alcanza en estas dos categorías es el referido al ejemplo de empresas exitosas donde se alcanza un porcentaje combinado del 46,6% de las respuestas.

Cuadro 2. Motivaciones sociales

Nada o casi nada importante

Poco importante

Bastante importante

Muy importante

La influencia de familiares emprendedores

36,00% 24,00% 24,00% 16,00%

El consejo de un amigo/a 36,00% 30,70% 26,70% 6,70% Los ejemplos de empresas exitosas 24,00% 29,30% 37,30% 9,30% El consejo de alguna organización externa

30,70% 36,00% 28,00% 5,30%

Las campañas de fomento a la creación de empresas

37,30% 28,00% 25,30% 9,30%

La actitud existente en la sociedad hacia la creación de empresas

37,30% 29,30% 29,30% 4,00%

Estos resultados podrían sugerir a las distintas instituciones andaluzas la conveniencia de fomentar campañas de promoción a la creación de empresas y apoyo empresarial específicas para mujeres. Con el objetivo de lograr un entorno social favorable para un colectivo que, como ha quedado demostrado anteriormente, está colaborando activamente en generar empleo incluso por encima de las cifras existentes a nivel nacional.

5. CONCLUSIONES Los resultados obtenidos en esta investigación sugieren que la mujer emprendedora andaluza se ubica mayoritariamente dentro del sector servicios y comercio. Quedando los sectores de nuevas tecnologías e industria en los menos representados dentro de la muestra. También se ha observado que la antigüedad de las empresas creadas es mayor en sectores tradicionalmente no asociados a la mujer. Por lo que se ha podido constatar con nuestros datos, las empresas creadas por mujeres andaluzas generan más empleo que el promedio de puestos de trabajo generados por las empresas españolas tomadas en su conjunto.

Por otro lado, nuestros datos indican que el estatus laboral de las emprendedoras se caracterizaba por una situación de desempleo y por una necesidad de optimizar sus condiciones laborales. En contraste con la literatura previa, la experiencia profesional es menor de cinco años. Asimismo, podríamos destacar que las participantes han mostrado ser conservadoras frente a la asunción de riesgos ante a la toma de decisiones. También se ha constatado que la empresaria no tenía arraigada la idea de emprender sino que, más bien, fue una decisión a la que se llegó por las circunstancias.

En lo relativo a las motivaciones habría que destacar que, como sucede con la literatura genérica sobre entrepreneurship, la motivación de logro y de independencia cobran especial relevancia. Por su parte, en cuanto a los recursos necesarios para crear la empresa, las participantes han manifestado que los más determinantes serían el disponer de un profundo conocimiento de la actividad a desarrollar, tener una red de contactos importante y disponer de fuentes de financiación. Por último, lo referente al entorno social ha mostrado resultados poco concluyentes y sería deseable profundizar más en este tema. Si bien, no es exagerado decir que la intervención de las instituciones públicas apoyando la creación de empresas de mujeres, podría convertirse en un factor importante a la hora de conseguir mayor influencia del entorno social como motivador de la emprendedora andaluza.

Para terminar, hemos de señalar que una de las debilidades de nuestro trabajo es la reducida muestra. Sería deseable ampliar la misma incluyendo más regiones españolas para tener una visión más general del fenómeno emprendedor femenino. En este caso se podría estudiar si existen diferencias significativas entre empresarias de diferentes regiones.

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