capítulo iv.- las estrategias refundadoras

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E n el siglo de la Ilustración, cuando las Naciones adquirieron conciencia de su rol en la planificación de las ciudades como parte del ejercicio de su soberanía, las operaciones de recomposición de ciudades comenzaron una etapa novedosa. Antes del siglo de las Luces no hubiera sido imaginable operaciones como la reorganización total del llano de Lisboa, realizada en 1755, bajo la dirección del Marqués de Pombal, después del terremoto que azotó la ciudad; ni el proyecto elaborado por Isaac Robelin para Rennes, luego del incendio de 1720; ni los realiza- dos por Wren, Evelyn o Hooke para Londres en 1666. El espíritu que inspira estos proyectos es el de la renovación total de las estructuras de la ciudad, aprovechando la oportunidad que les brinda la destrucción imprevista para poner a punto una nueva ciudad ajena a la anterior. Antagónicas a las estrategias autorreferentes en todo lo concerniente a las metodologías, objetivos y forma de dar uso a la herencia recibida, las estrategias refundadoras son el otro extremo del amplio espectro que compone el universo de casos de recomposición urbana después de una destrucción masiva. De hecho, tal como lo hemos sostenido anteriomente, la sola existencia de los casos en los que se ha seguido esta clase de estrategia hace poner en duda el uso de la palabra “Re-construcción” 1 . Por Re-construcción y sus variantes en ingles, francés o italiano, se entiende la acción de Re-establecer a una situación previa, al igual que en el vocablo alemán Wiederaufbau, o el holandés Wederopbouw. Veremos cómo este concepto dista mucho de lo que se pretende al implementar cierto tipo de estrategias que, de no haber sido por la destrucción sufrida, nunca hubieran pasado de simples utopías. La "...¿alguno piensa alguna vez en su vieja ciudad?” Cornelius van Traa. "...la historia es una pesadilla de la que trato de escapar." Stephen Dedalus (Henry James) "No es posible rehacer el pasado destruido." Auguste Perret. Capítulo IV.- Las Estrategias Refundadoras. 1 Ver Prólogo, pág. 5

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Page 1: Capítulo IV.- Las Estrategias Refundadoras

En el siglo de la Ilustración, cuando las Naciones adquirieron conciencia de su rolen la planificación de las ciudades como parte del ejercicio de su soberanía, lasoperaciones de recomposición de ciudades comenzaron una etapa novedosa.

Antes del siglo de las Luces no hubiera sido imaginable operaciones como la reorganización total del llanode Lisboa, realizada en 1755, bajo la dirección del Marqués de Pombal, después del terremoto que azotó laciudad; ni el proyecto elaborado por Isaac Robelin para Rennes, luego del incendio de 1720; ni los realiza-dos por Wren, Evelyn o Hooke para Londres en 1666.

El espíritu que inspira estos proyectos es el de la renovación total de las estructuras de laciudad, aprovechando la oportunidad que les brinda la destrucción imprevista para poner a punto unanueva ciudad ajena a la anterior. Antagónicas a las estrategias autorreferentes en todo lo concerniente a lasmetodologías, objetivos y forma de dar uso a la herencia recibida, las estrategias refundadoras son el otroextremo del amplio espectro que compone el universo de casos de recomposición urbana después de unadestrucción masiva. De hecho, tal como lo hemos sostenido anteriomente, la sola existencia de los casos enlos que se ha seguido esta clase de estrategia hace poner en duda el uso de la palabra “Re-construcción”1.Por Re-construcción y sus variantes en ingles, francés o italiano, se entiende la acción de Re-establecer a unasituación previa, al igual que en el vocablo alemán Wiederaufbau, o el holandés Wederopbouw.

Veremos cómo este concepto dista mucho de lo que sepretende al implementar cierto tipo de estrategias que, de no haber sidopor la destrucción sufrida, nunca hubieran pasado de simples utopías. La

"...¿alguno piensa alguna vez en su vieja ciudad?”Cornelius van Traa.

"...la historia es una pesadilla de la que trato de escapar."Stephen Dedalus (Henry James)

"No es posible rehacer el pasado destruido."Auguste Perret.

Capítulo IV.-

L a s E s t r a t e g i a s R e f u n d a d o r a s .

1 Ver Prólogo, pág. 5

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tabla rasa sobre la que se han construido no pocos proyectos, da la espaldaal pasado y a la Memoria de la ciudad destruida, e intentan refundar unfuturo sin mirar atrás. De allí que denominemos este tipo de estrategiascomo refundadoras 2.

Toda la energía que ha representado para la humanidadintentar transmitir la Memoria urbana a lo largo del tiempo, de generaciónen generación, se detiene con la destrucción violenta. Por tanto, laMemoria queda interrumpida, y contrariamente a lo que sucede en lasestrategias autorreferentes, estas estrategias no están dispuestas a retomarese proceso de transmisión de la Memoria. De tal manera, lo que se pre-tende con estas operaciones es borrar definitivamente cualquier referenciaal pasado, dentro de una suerte de “paradoja de la información”3, según lacual, toda la información que emita la nueva ciudad sobre sí misma, estarávacía de referencias a su pasado. Por lo tanto, ni su nueva forma, ni su ima-gen, ni sus estructuras, ni las piezas que la componen, transmitirán infor-mación sobre lo que fue la ciudad antes de la destrucción.

Desde el punto de vista del enriquecimiento de la discipli-na urbana, las operaciones refundadoras han actuado como vitrina de unafe extrema en un mundo moderno, incluso vanguardista, y son muestradel optimismo con el que se mira hacia el futuro. Los arquitectos que com-parten esta visión están convencidos de vivir la oportunidad (y por tantode tener la obligación ética) de cambiar al mundo:

Así exhortaba Auguste Perret a su equipo, ante la empresaque tenían delante de sí, al recibir el encargo del proyecto del Havre des-

2 Hemos encontrado que MarceloMamoli y Giorgio Trebbi utilizaneste termino para referirse en par-ticular a la reconstrucción deRotterdam. Véase a Mamoli,Marcelo y Trebbi, Giorgio; Storiadell'urbanistica. L'Europa del secondodopoguerra. Ed Laterza, 1988,Roma.

3 Término y concepto tomado derecientes estudios sobre losAgujeros Negros por S. Hawkings.

4 Laurent, Christophe; "Ainsi par-lait Augustee Perret" en Les Cahiersde la recherche architectural et urbaineMayo, 2002. Perret se planteaba laempresa a la que se enfrento en lossiguientes términos: "¿Qué haríanlos maestros clásicos, hoy, en estasituación?".

“ . . . D e l a n t e d e l a i n m e n s a l a b o r q u e n o s e s p e r a , r e c o r d e m o s [ . . . ] c o m o l o sa r q u i t e c t o s f r a n c e s e s e n t r e l o s s i g l o s X I y X V I I I l l e n a r o n E u r o p a y p a r t e d eO r i e n t e c o n s u s o b r a s [ . . . ] ; l l a m a d o s h o y a c o m a n d a r l a e l i t e d e l a N a c i ó n , e s t ee s e l m o m e n t o d e m o s t r a r n o s d i g n o s d e e s a g l o r i a ” 4.

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El Havre

Rotterdam

La City, Londres

Stalinallee, Berlín

Dresden

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pués de la segunda guerra mundial. Así mismo, dicho arquitecto se mostra-ba realista frente a la dimensión de la empresa ante la que se encontraba;seguro de ser digno de llevarla a cabo; y orgulloso de pertenecer a una élitecapaz de producir innovaciones.

Adicionalmente, en la cita anterior Auguste Perret dejaentrever una emoción que se explica por el carácter experimental de estasoperaciones. Efectivamente, a nuestro juicio, las estrategias refundadorasde la segunda posguerra fueron auténticos laboratorios de urbanismo enlos que se prepararon muchos de los caminos del urbanismo contemporá-neo5.

De hecho, el carácter experimental que tienen las operacionesrefundadoras, adicionalmente constituyen el laboratorio para poner a pruebaun universo de certezas que comparten los urbanistas coetáneos a dichas ope-raciones. En el caso de las operaciones de la segunda posguerra, están domina-dos por el dogmatismo del Movimiento Moderno, y por tanto, estos proyectosfieles a su época, militantemente anti historicista, se imponían contundente-mente sobre la ciudad y sus habitantes, sin consideraciones sobre los vínculosque les ataban a su pasado y a la Memoria.

Por tanto, las operaciones que aplican estrategias refunda-doras están caracterizadas por:

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5 Muchos autores no dudan enenlazar estrategias ligadas al pro-yecto urbano actual con aquellasexperimentadas durante los proce-sos de recomposición de la segun-da posguerra. La exploración deestos vínculos puede abrir nuevaslíneas de investigación. Véase,como muestra, a Sola Morales(de), Manuel; "Another moderntradition. From the break of 1930to the modern urban project" enLotus International, Nº 64.

* E l e s t a b l e c i m i e n t o d e e s t r a t e g i a s q u e h u b i e r a n s i d o c o n s i d e r a -d a s u t ó p i c a s e n o t r a s c i r c u n s t a n c i a s .

* * U n m a r c a d o c a r á c t e r e x p e r i m e n t a l , c o n l a e x p r e s a i n t e n c i ó n d ep o n e r e n p r á c t i c a i d e a s c o n t e m p o r á n e a s , q u e l a s a l e j a d e c u a l q u i e r c o n s i d e r a -c i ó n h a c i a e l p a s a d o .

* * * S e r “ f i e l e s ” a s u t i e m p o y a l a m o d e r n i d a d , y p r e t e n d e r c o n s -t r u i r u n n u e v o f u t u r o .

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Así como la destrucción fue un mal impuesto a la ciudad,las estrategias refundadoras son entendidas, por sus partidarios, como unbien que también hay que imponer a la ciudad y a la ciudadanía. La cohe-rencia entre las expectativas que se crean con el proyecto, y el instrumentaldiseñado para su puesta en práctica, es la vía para lograr ese bien. Así, lasexpectativas que generaron los proyectos en la segunda reconstruccióneuropea, que aplicaron este tipo de estrategias, fueron mucho mayores quelas que se crearon alrededor de casos donde se aplicaron otros tipos deestrategias. El tiempo se ha encargado de desmentir muchas de esasexpectativas de novedad, y ésa ha sido una de sus principales debilidades.

La vieja ciudad del Havre, creada por Francisco I en 1517,ofrecía en 1939 una imagen que combinaba el pintoresquismo y la altísimadensidad, con graves problemas estructurales al carecer de planificación.En 1945, después de los bombardeos aéreos de la segunda guerra mundial,quedó reducida a una explanada en ruinas muy cercana a la tabula rasa. Dehecho, fue la ciudad francesa que sufrió los daños más graves durante lasegunda guerra mundial.

Ante la devastación llevada hasta límites inimaginables, elflamante ministro de reconstrucción francés, Raoul Dautry, recibía conagrado la iniciativa de algunos alumnos y allegados6 de Auguste Perret,para que éste encabezara un “Atelier de Reconstrucción”. La coherencia yel sentido común que ofrecían en sus cartas quienes promovieron la candi-datura de Perret, y por supuesto la fama que acompañaba al maestro, hicie-ron que el Ministerio de la Reconstrucción viera con buenos ojos que unarecomposición emblemática, como la del “puerto oceánico” del Havre, lallevara a cabo el célebre arquitecto, en lugar de Felix Brunau, quien habíasido encargado del plan en 1941, por el gobierno de Vichy7.

6 En particular Jacques Guilberty Pierre-Édouard Lambert.

7 El proyecto de Brunau tenía elobjeto de "hacer revivir la fisono-mía del barrio que nos era fami-liar", suscribiendo un proyectocuyas estrategias se movían entreautorreferentes y emancipadoras.Por una parte, mantiene en susproyectos el trazado original de lascalles, la variedad y dimensionesde las manzanas y la predominan-cia urbana del Hôtel de Ville, pro-yecto que le encarga a HenriColboc. Por otra parte, modifica larelación de la ciudad con el mar,creando una suerte de barrera edi-ficada que le protegía de los vien-tos. Felix Brunau mantuvo su rela-ción con el proyecto de la ciudadhasta avanzado 1948, coordinandolas grandes líneas de la planifica-ción de la ciudad, manteniendouna relación crítica hacia Perret ysu equipo, hasta que estos lo des-plazaron definitivamente de losorganismos a cargo de los cuales

Casos emblemáticos y motivaciones para el uso de estas estrategias.El Havre.

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1865

1953

1939

Secuencia de la evolución de laestructura del Havre entre 1865y 1953.En el último se observan traza-dos que tienen sus raíces en laestructura original de la ciudad.

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En la imagen superior: Fotografía aérea de los bombardeos sobre la ciudad del Havre.En la imagen inferior: La destrucción total sobre la ciudad. (Bassin du Commerce)

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El “Taller de Reconstrucción del Havre, Auguste Perret” pro-puso inicialmente, como forma de trabajo, un sistema de pro-puestas concretas elaboradas por equipos reducidos que se dis-cutirían posteriormente en conjunto.Los equipos estaban conformados de manera que cada quienpodía participar en varios simultáneamente.Las plantas presentadas a continuación son dibujos del autor.

A la derecha se muestra la propuesta del equipo liderado porJ. Imber. Este equipo proponía una planta compleja sobre unpatrón modular reforzado por dos ejes transversales de edifi-caciones singulares.

La propuesta firmada por André Hermant multiplica los ejesnotables con respecto a la de su colega J. Imbert (quien par-ticipó también en ésta).Ofrece una alternativa con dos ejes de distintas característi-cas, paralelos entre sí, cruzados por otro eje perpendicular.Uno de esos ejes, el que parte del Bassin du Commerce, el puer-to interior a la derecha, está compuesto por edificios singula-res de usos públicos y culturales. Los otros dos ejes se for-man haciendo énfasis en un cambio en la sección de calle ylas características homogéneas de las tipologías.

La propuesta hecha por el equipo encabezado por J Guilbertes más respetuoso con el trazado previo de la ciudad. El usode la diagonal, paralela a la línea de costa, y el respeto a dosbarrios diferenciados a los lados del acceso al Bassin duCommerce son característicos de este proyecto, que por lodemás ofrece una estructura que se repite, basada en el énfa-sis y en la repetición de elementos verticales, alrededor de loscuales genera una serie de ámbitos homogéneos.

El modelo de la propuesta de Perret en estas etapas inicialeses una síntesis de muchas de las ideas presentes en las anterio-res: Cierto respeto, de origen pragmático, hacia la trama origi-nal; la presencia de la diagonal; y los trazados de los barrioslaterales; el eje sobre el Bassin du Commerce y otro paralelo a él,etc.Sin embargo, fue criticado por miembros de su equipo porpretender reproducir el proyecto que había hecho para la porteMaillot de París hacía casi veinte años.

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Sin embargo, tan pronto comenzaron a elaborar el proyec-to, los participantes del “Atelier de Reconstrucción de la ciudad del Havre,Auguste Perret”, que fue como se auto denominó el equipo bajo la direc-ción del famoso maestro, se dieron cuenta de la dimensión gigantesca de laempresa a la que se enfrentaban.

Para complicar más el panorama, la estrategia teórica ymetodológica en materia de urbanismo de Perret estaba íntimamente liga-da con la arquitectura y su dependencia con la construcción, en una rela-ción racionalista que daba el mayor peso específico al lenguaje constructi-vo. Esto trajo desavenencias en el equipo desde muy temprano8. La situa-ción se agravó al tratarse de un equipo que rendía culto a la personalidadque se había generado alrededor del maestro. “A mi entender –escribíaAndré Hermant en febrero de 1945- antes que nada, debemos constituirun grupo de trabajo unido por una doctrina común, precisa y completa;luego, y en segundo lugar debemos tomar conciencia del problema delHavre.” Más adelante continuaba sosteniendo que “todo el problemaurbanístico debe ser formulado absolutamente por Auguste Perret.”9 Entretanto, el Ministro Dautry, su gran amigo personal, lo impulsaba: “¡Hazlo!Finalmente mostraremos a los americanos qué cosa es una ciudad moder-na.”10

Estrictamente, Perret no seguía los dictámenes delMovimiento Moderno; ni se acogía a los mandatos de la Carta de Atenas,ni mucho menos comulgaba con las posiciones de su discípulo LeCorbusier. Sin embargo, los argumentos basados en la coherencia y en elsentido común que esgrimieron sus ayudantes ante Dautry, están enmarca-dos dentro del más estricto racionalismo que, en su caso, confía absoluta-mente todo a la arquitectura, dando preponderancia a un lenguaje cons-tructivo homogéneo hasta la monotonía11, logrando la más extensa expre-sión de “clasicismo estructural”

12sobre toda la extensión de una ciudad de

nueva planta.

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reposaba la toma de decisiones enlo concerniente al viejo casco de laciudad. El proyecto de Colboctampoco llega a ejecutarse. Paramayores detalles ver Gargiani,Roberto; Auguste Perret 1874-1954le opere. Electa Mondadori, Milan,2003.

8 Pierre Vago, quien fue uno delos fundadores del "Atelier deReconstrucción Auguste Perret"se separa pronto del grupo por unincidente relacionado con lapobreza de propuestas propia-mente urbanas. Vago cuenta quePerret abrió sus planos que habíahecho para la competición para laPorte Maillot y les dijo: "Esto es loque vamos a hacer". Vago se quejóde que pretendía hacer lo mismoque en Paris, pero en 1945 (on vafaire ça? en 1945?) a lo que el restodel grupo "obedientemente" dijoque si, que estaba bien. AbramJoseph; "Auguste Perret and leHavre" en Lotus International Nº 64y "Aux origines de l'Atelier duHavre" en Dieudonné, Patrick (ed)Obra citada. Pierre Vago fue elprimer editor de la revista francesaArchitecture d'aujourd'hui.

9 Gargiani, Roberto. Obra citada.Esta opinión de André Hermantdifería con uno de los postuladosde la "Charte de l'urbaniste", publica-da en 1945 por el Ministerio de laReconstrucción francés. Ésta eramuy clara en lo que se refería a lanecesidad de luchar contra el espí-ritu individualista. Según la Charte,era necesario, más bien una disci-plina colectiva para enfrentar lasnuevas exigencias del urbanismode la reconstrucción. Para la Chartede l'urbaniste, véase Kopp, Anatole;“Les architectes et la reconstruc-tion”, en Les cahiers de la recherchearchitecturale, No 8, Abril 1981.Este artículo aclara también el sis-tema de jerarquías estructurado en

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Esquema de la “Coquilledu Beton” que proponía elequipo de Perret para elHavre. Con este mecanismo pre-tendían elevar el nivel ori-ginal de la ciudad, paraalbergar todos los servi-cios propios de la nuevaciudad.Dibujo del autor.

Planta del proyecto del Havre, dibujada

sobre el módulo de 6,24 mtrsutilizado como base para es-

tructurar la nueva ciudaddel Havre.

Francia a través del Ministerio dela Reconstrucción, para llevar ade-lante, las operaciones de recompo-sición de ciudades devastadas.

10 Gargiani, Roberto. Obra cita-da.

11 Algunos autores como Jean-Bernard Cremnitzer creen que esinjusto el uso de este adjetivo paradefinir la nueva ciudad del Havre.Véase a Cremnitzer, Jean-Bernard;“Le Havre, odyssée de l'espace” enAAVV Villes reconstruites du dessin audestin, Vol II. Dieudonné, Patrick.L'Harmattan. Conde-sur-Noireau,1994. Sin embargo, nos hemospermitido hacer uso del adjetivopara definir lo que sentimos alrecorrer críticamente la ciudad.

12 La doctrina del clasicismoestructural de Perret hunde susraices en Violet le Duc y JBAlberti.

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El discurso arquitectónico de Auguste Perret, recogidoprofusamente en publicaciones especializadas, diarios y revistas, contem-plaba a la ciudad como el receptáculo para la arquitectura. Por tanto, sobrelo urbano prevalecía la relación eficaz entre la arquitectura y la construc-ción. De esta manera, Perret hizo que el aspecto constructivo se convirtie-ra indirectamente en el referente privilegiado del universo expresivo de laciudad, a la vez que en su programa organizativo. Así pues, la uniformidadera preferible al desorden; y como no era posible rehacer el pasado destrui-do, entonces la arquitectura debía ser la expresión del tiempo presente. Así,su doctrina del clasicismo estructural se convirtió en la herramienta quemás peso tuvo en el momento de conformar la nueva ciudad del Havre.

Esta doctrina no se aplicó solamente a los elementosestructurales de la arquitectura, sino sobre la totalidad de los elementos,incluso el urbanismo. Por lo tanto, el conjunto de la ciudad queda regidopor esta doctrina ordenadora: estructuras, entramados, ventanas, cornisas,y balcones de los edificios, y también calles, aceras, parques y plazas.

Perret y su atelier aplicaron esta doctrina a la escala urbana,a través de un proyecto estricto que determinaba rigorosamente la morfo-logía general de la nueva ciudad y todas sus particularidades. Así, desde ladisposición del conjunto de manzanas, de edificios y del espacio público,hasta el tratamiento de las fachadas, todo estaba determinado a partir deun módulo de 6,24 metros, en una malla uniformemente extendida sobretoda la ciudad, con el predominio del ángulo recto13, y deducida de unainvestigación sobre la optimización y la industrialización de la construc-ción, que les llevó a la normalización total de los elementos. El diseño de lanueva ciudad del Havre tiene, pues, una carga extrema de experimentaciónque crea una distancia enorme con respecto de la ciudad a la que reempla-zó.

La operación del Havre, es rígida hasta el milímetro; plani-ficada como un todo, donde prevalece un retrato final que debe ser logra-

13 El consejo de Arquitectura delMinisterio de Reconstrucciónpublicó un opúsculo titulado"Principes directeurs de la recons-truction" 1946. El aporte de Perreta esta pequeña obra fue el princi-pio del ángulo recto: "El ángulorecto es la regla natural del plano,que satisface tanto al espíritucomo a la economía."

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do en un tiempo previsto. Es también una operación concebida por unapersonalidad que se sentía con la autoridad necesaria; y que, desde supedestal, no siente el menor reparo de imponerla a la población.

Sin embargo, durante el proceso, y a pesar de aspirar a unaciudad totalmente nueva, Perret y su equipo desistieron de algunas pro-puestas utópicas como la “coquille en beton”14 con la que pretendían elevar elnivel de las calles de la ciudad para crear un sótano continuo destinado alos servicios comunes. Así mismo, accedieron a “respetar” la secuenciaespacial de calles y plazas de la ciudad destruida para “salvaguardar” laidentidad del Havre, adaptando la malla ortogonal propuesta sobre el tra-zado antiguo de la ciudad. Para ello se basan en consideraciones históricas(¡si!..Históricas) reivindicando una especie de continuidad con el plano deexpansión de la ciudad datado en 1838.

R o t t e r d a m .

La ciudad de Rotterdam sufrió igualmente una destrucciónbrutal por parte de la aviación alemana al iniciarse las hostilidades de lasegunda guerra mundial. Las imágenes de esta ciudad y del Havre soncomparables. Así, ambos puertos, de importancia capital para sus respecti-vos países, quedaron reducidos a escombros y cenizas esparcidos sobreunas superficies relativamente planas, sobre las que sólo se reconocíanunas pocas estructuras de variado valor, que milagrosamente se habían sal-vado. La experiencia en ambas ciudades deja claro que la morfología pro-pia del lugar, aquélla sobre la que se fundan las líneas que dan su forma ori-ginal a la ciudad y sobre la que evoluciona ésta, es un elemento que estable-ce ciertos lazos mínimos con el Estado Previo de la ciudad destruida.

La labor de los bulldozers en ambas ciudades, demoliendolo que aún quedaba en pie, retirando los escombros, y utilizándolos paranivelar topografías, drenar canales y modificar el entorno físico, hace

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14 Véase a Gargiani, Roberto.Obra cit. El diseño de Perret, rigu-rosamente ortogonal se extendíasobre una plataforma de concretoelevada y continua, que el arquitec-to comparaba con una conchamarina (Coquille), con lo que evita-ría "abrir ni un sólo hueco para losservicios de la nueva ciudad". Laidea se inspiraba en la lectura deuna obra de François Coiget,publicada en 1861: "Construccionesciviles y militares. Empleo del concretoarmado". En ese libro, Coiget pro-ponía esta estructura tanto en elHavre como en Marsella. La ideafue mal vista en el Ministerio deReconstrucción y por FelixBrunau (que aún era el responsa-ble del plan general de la ciudad),por ser excesivamente costoso. Sinembargo, tuvo buena acogida porparte de la Asociación deHigienistas y TécnicosMunicipales de la ciudad, e inclusopor Le Corbusier. Al final, el equi-po del Atelier de Reconstruccióndesistió de la propuesta.

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15 Véase el capítulo I, página 65.

16 "Esa manzana esta destruida?"-le pregunta el arquitecto al alcalde."¿No?...¡Que lástima!"Conversación imaginada porAlfred Fabre-Luce en el Journal deFrance, abril 1942, citado porSaddy, Pierre en "Les bombarde-ments et la reconstruction" publi-cado en Les cahiers de la recherchearchitecturale, No 8, Abril, 1981.

17 En Venezuela, el deslave quearrasó el Litoral Central del paísobligó a las autoridades a desalojarla población de una decena de ciu-dades en medio aún de la crisis.Esos pobladores que fueron reubi-cados en otras poblaciones (demanera cuestionable), no ha duda-do en regresar a sus casas, en unflujo continuo que, en este caso nohace más que agravar la situación,dada la lentitud de las operacionesde recomposición del sector. Estamisma actitud se lee en la obra deNossack, Hans Erich; The End,Hamburg 1943. The University ofChicago Press. Londres, 2004.

18 Mientras en el Havre, los conti-nuos bombardeos durante la gue-rra afectaron 115 Ha del centro dela ciudad, en Rotterdam bastó unúnico bombardeo de 40 minutospara destruir 260 Ha.

19 Sobre el encaje del proyecto deRotterdam en los principiosmodernos, véase la nota 25 de estecapítulo. Adicionalmente, véase aDurth, Werner; Träume inTrummern. Durth explica cómo elproyecto de recomposición de vanTraa, se convirtió en referenteobligado en Alemania y la ciudadde Rotterdam en lugar de peregri-nación de arquitectos de ese paísen los años 50 y 60.

recordar la frase de Paul Virilio que hemos citado en el capítulo I: “la des-trucción- en Tabla Rasa – no es suficiente para perturbar la atención” [...].Según el autor, “sólo la reconstrucción puede hacer perder el norte, arrui-nando las construcciones de la Memoria.”15 El brío de los arquitectos, ensu afán de innovar, con el ánimo de aprovechar la oportunidad que brindala destrucción hasta donde los medios lo permitan. ¡Este es el verdaderoespíritu de las operaciones con estrategias refundadoras!16

El espíritu refundador, que fue común en tantas operacio-nes urbanas en la segunda posguerra, en general era ajeno a las expectativasde los habitantes de las ciudades afectadas, quienes con mucha frecuenciaregresaban a sus hogares dañados o en ruinas, a instalarse como bienpudieran, y a hacer lo necesario para restablecer la vida en el lugar, en unaobstinada búsqueda de restablecer su pasado.17 Por tanto, ocurre una suer-te de enfrentamiento entre las expectativas de una población, una socie-dad, que ya ha sufrido un duro golpe, y unos proyectistas que buscan lalimpieza física de la ciudad, liberándola de antiguallas, propiciando unnuevo orden urbano, y estableciendo nuevas relaciones cargadas ideológi-camente.

El proyecto propuesto por Le Corbusier para Saint-Diè, esun ejemplo clásico de ese enfrentamiento. Mientras Le Corbusier no pudoconvencer a la ciudad de Saint-Dié, Rotterdam era objeto de un plan dereconstrucción de una magnitud sin precedentes,18 de tal fidelidad a losprincipios modernos, que se ha convertido en referente obligado del urba-nismo contemporáneo europeo.19

A los cuatro días del bombardeo sobre Rotterdam, el 18 demayo de 1940, el Ayuntamiento de la ciudad dio la orden de hacer un planprovisional de reconstrucción (Wederopbouwplan), que estuvo listo endiciembre de 1941. Este fue el primer impulso para una visión novedosade la ciudad, pero para muchos no era suficiente.

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Estado Previo del casco histórico de Rotterdam,antes de los bombardeos aéreos de 1940.Dibujo del autor.

Planta del Proyecto elaborado por W. Witteveen,fechado en 1941. Proponía innovaciones queadaptaban la nueva ciudad a los requerimientosmodernos, siendo, sin embargo, respetuoso conalgunos elementos de la ciudad antes de su des-trucción y que el consideraba esenciales, como laforma triangular característica del casco.No obstante, las fuerzas refundadoras de la ciu-dad, no lo considararon suficientemente com-prometido con la nueva visión de Rotterdam, alverlo anclado en el urbanismo del pasado (encar-nado por su autor). Dicho proyecto fue rechaza-do definitivamente en 1946. Dibujo del autor.

El proyecto de Cornelius van Traa, es un cambiodefinitivo sobre la concepción de la ciudad deRotterdam.El plan promueve poner el énfasis en la edifica-ción de altura, pues esto permite maximizar elárea libre, que se trata, también, de manera nove-dosa.Adicionalmente abre una ventana al rio, al final deCoolsingel; creando una nueva relación con aquelde donde proviene la riqueza de la ciudad.Las innovaciones incluyen nuevas tipologías edifi-catorias y espaciales. Dibujo del autor.

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Rótterdam. Izquierda: los canales en su EstadoPrevio.

Centro: Estado Previo de calle Coolsingel.Derecha: La parte norte de la ciudad después del

bombardeo de 1940.

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Antes de la segunda guerra mundial, Rotterdam era unaciudad portuaria de gran importancia para la economía holandesa. Asímismo había experimentado una bonanza importante con las mejoras enel puerto realizadas en los primeros años del siglo XX. Adicionalmente,tenía un crecimiento significativo de la población, que se reflejaba en laconstrucción de nuevos barrios residenciales en las periferias. Sin embar-go, en el casco central reinaba la anarquía urbanística, que propiciaba todoslos inconvenientes y muy pocas bondades para sus habitantes.

La destrucción de la ciudad en los primeros días de la gue-rra complicó más la situación, a pesar de las buenas intenciones que se des-prendían del plan provisional antes citado. Las prioridades que imponía laguerra; la escasez de materiales de construcción; las medidas de prevenciónde inundaciones y la reedificación de diques y muelles no permitieron quela ciudad avanzara en las labores de recomposición hasta finalizada la gue-rra. En el periodo de guerra se avanzó sólo en la limpieza de la ciudad, enla remoción de los escombros y en las medidas más urgentes. Esta esperafacilitó el marco para que las discusiones dentro del gremio de arquitectosy urbanistas, entre aquellos partidarios de la modernización a ultranza y losque defendían la Memoria de la ciudad, encaminaran las expectativas de losciudadanos en un sentido distinto al que preveía el plan provicional.

El autor del plan provicional, el Director de la Oficina dePlaneamiento de la ciudad, Willem Gerrit Witteveen (quien detentaba elcargo desde 1924), se había visto en la necesidad de regresar a las mesas deproyecto durante la guerra20, desde donde defendió una postura que inten-taba respetar la muy golpeada Memoria de la ciudad. Witteveen explicabasus metas, en septiembre de 1940, con la metáfora del combatiente queregresa de batalla a su Rotterdam natal, encontrándola distinta después desu destrucción, pero a la vez la encuentra familiar, porque la recomposi-ción habría mantenido la esencia de la ciudad, y ésta le hablaría al alma.21

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A la izquierda, el Estado Previo de Rotterdam. La morfología de la ciudad tradicional presenta una tramacompleja con un grano muy denso que concede pocas libertades al espacio público abierto. A la derechase ve el mismo sector de la ciudad (se identifica en ambas la iglesia de San Lorenzo). La nueva estructuraque privilegia la construcción en altura logra un sistema de espacios públicos sin precedentes en la ciudad.

20 Witteveen realizó el proyectodurante las noches, primero en unacasa particular, la de un armadorde apellido Goudriaan, y luego enel ático de la Biblioteca Municipal,con el ánimo de desprenderse de lasupervisión e influencias de lasautoridades alemanas, previendoque si éstas lo descubrieran se per-dería el esfuerzo.

21 Durth, Werner. Obra cit.

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Final de Coolsingel sobre el río, según loproyectado en el Basisplan: “una ventanasobre el río”.

El proyecto para un distrito comercial, el Lijbaan, en el casco de Rotterdam; arriba, maqueta del proyectode van der Broek y Bakema. A la izquierda, en el centro, ubicación prevista por el Basisplan para el distri-to comercial. Van Traa previó un proyecto flexible y abierto que se adaptara al impredecible rumbo deltiempo. En el centro, a la derecha, Lijbaan en su Estado Actual. Fotografía del autor.