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CAPÍTULO 3
DETERMINACIÓN DE Cu, Zn y Fe EN SUERO SANGUÍNEO Y JUGO GÁSTRICO DE SUJETOS CON GASTRITIS
Resumen
Este capítulo trata sobre generalidades de los elementos traza y su
comportamiento en los procesos patológicos humanos, resaltando la participación
del Cu, del Zn y del Fe en las matrices biológicas. Presenta las metodologías
aplicadas para la determinación del Cu, Zn y Fe en materiales orgánicos. Para
determinar los analitos de las matrices tratadas (suero sanguíneo y jugo gástrico)
se aplicó el método de espectrofotometría de absorción atómica en llama,
acoplada con inyección en flujo continuo (EAA-IFC). Además, se presenta la
justificación e importancia que reviste la investigación; se establecen las hipótesis;
los objetivos (generales y específicos), se consideran las variables (dependientes,
independientes e intervinientes). Se describe detalladamente la metodología,
resaltando: la selección de los sujetos participantes en el estudio; los métodos
analíticos para determinar Cu, Zn y Fe, tanto en el suero sanguíneo como en el
jugo gástrico; los instrumentos utilizados; reactivos y materiales empleados; así
como, los procedimientos desarrollados en cada una de las determinaciones. Se
presenta el análisis estadístico, para lo cual se utilizaron los paquetes estadísticos:
SPSS versión 10.0 para Windows; Statgrafics versión 2.0 y Minitab. Se muestran
los resultados en tablas y figuras, expresados en Promedios Desviación Standard,
con su correspondiente discusión, donde se analizan las gastritis en general y en
particular (superficial, crónica y erosiva), contrastándolas con cada una de las
variables consideradas (sexo, edad, Helicobacter pylori, concentración de Cu, Zn y
Fe en suero sanguíneo y jugo gástrico, etc). Se concluye con los resultados más
resaltantes y finalmente se muestran las referencias utilizadas.
1. Introducción
En los últimos años se ha incrementado la investigación sobre los elementos traza
y se ha observado que estos juegan un papel fundamental en la fisiología humana
y específicamente en la regulación de los procesos de la nutrición orgánica. Las
concentraciones corporales son variables; algunos se encuentran a bajos niveles
(mg/Kg.) formando parte activa de las enzimas (Zn, Cu, Ni, Mn, Se); otros son
contaminantes tóxicos (pb, Cd, Hg) y varios de ellos ingresan como tratamiento de
algunas patologías (Cr, Au, Pt, Li, Al) (Pombo et al, 2001).
Los elementos traza son requeridos en el tracto gastrointestinal, tanto para los
aspectos nutricionales, como para mantener la integridad de la mucosa (p.e. el Zn
que facilita la recuperación en las úlceras gástricas) (Powell et al 1992).
Es importante la determinación de analitos en materiales biológicos, debido a la
necesidad de conocer los rangos de las concentraciones en las muestras clínicas.
Estos materiales biológicos humanos pueden ser sólidos (huesos, dientes, uñas,
cabellos), semi sólidos o blandos (sangre, heces, vísceras) o líquidos (fluidos
biológicos y secreciones del cuerpo humano). El tratamiento de estos materiales
depende de los métodos instrumentales empleados para medir las
concentraciones de cada elemento. Es posible determinar un número de
elementos traza por análisis directo en las muestras biológicas aplicando la
técnica de fluorescencia de Rayos-x, o después de digerirlas o de diluirlas con los
reactivos adecuados, para lo cual se utilizan técnicas analíticas que incluyen:
espectroscopia de absorción atómica con atomización en llama (EAA-llama);
espectrometría de absorción atómica con atomización electrotérmica (EAA-AE);
espectrometría de emisión atómica en plasma inductivamente acoplado (EEA-
ICP); métodos electroquímicos (EQ); análisis por activación de neutrones (AAN);
etc. (Guo, 1989; Sansoni y Panday, 1994).
La técnica de espectroscopía de absorción atómica combinada con el análisis por
inyección en flujo continuo (EAA-IFC) permite introducir directamente fluidos en la
llama, resultando el análisis de algunos elementos traza muy eficaz, rápido,
seguro y práctico; además permite manejar pequeños volúmenes de muestras que
varían entre 20 y 100 μL para cada determinación, con gran reproducibilidad de
operación y SIn interferencia de la matriz biológica (Burguera et al, 1986).
El análisis por inyección en flujo continuo (IFC) es un método automático de
análisis diseñado para minimizar la intervención humana en el proceso analítico.
Actualmente, la IFC acoplada a detectores ópticos y electroquímicos es utilizada
para un gran número de aplicaciones. La mayoría de las mediciones son
realizadas en suero sanguíneo y plasma, sin embargo, saliva, humor vítreo y
acuoso, semen y sangre completa, entre otros, son también analizados. El
procedimiento para aplicar la técnica de IFC consiste en bombear continuamente
un blanco a través del sistema hasta el detector y una vez que se obtiene la señal
de la línea base se procede a inyectar las distintas muestras periódicamente y se
van registrando las correspondientes señales transitorias del analito (Burguera y
Burguera, 1993).
Previo al análisis la mayoría de las muestras precisan ser almacenadas y/o
tratadas. Estos procedimientos deben ser bien aplicados, para evitar al máximo la
pérdida o contaminación de los elementos traza en alguna (s) de las fases del
proceso (Alarcón et al, 1989).
No es fácil determinar Cu, Zn y Fe en muestras de jugo gástrico, aún cuando se
obtengan en ayunas, debido a que siempre está contaminada por saliva y
frecuentemente por bilis y jugo pancreático; además, porque los metales pueden
ligarse fuertemente al moco (Crowtber y Marnott, 1984), mientras que en el suero
sanguíneo las probabilidades de contaminación son mínimas y pueden evitarse si
se mantiene un riguroso cuidado al manipularlo durante los procesos de obtención
(centrifugado), trasvasación, almacenamiento y procesamiento.
Conociendo que los elementos traza pueden modificar el riesgo de ciertas
enfermedades (cardiovasculares; inflamatorias y algunos tipos de cáncer) y
asumiendo que en el humano sus funciones fisiológicas están relacionadas con
sus concentraciones en los fluidos corporales, se han incrementado los estudios
relacionados con la determinación de sus concentraciones en muestras biológicas
(Shinjini y Chandra, 2004).
El Cu, Zn y Fe están involucrados en múltiples procesos biológicos, sus niveles en
sangre han sido determinados en varios estudios experimentales de nutrición y
son ampliamente utilizados para conocer estados de deficiencia o toxicidad. La
interpretación de los valores medidos depende de la precisión en las estimaciones
y de las concentraciones séricas (Bettger y O'Dell, 1993). La estimación de estos
elementos en los componentes biológicos, son útiles para evaluar el contenido
corporal de los mismos y establecer los valores de referencia poblacional (Lux y
Naidoo, 1995).
La determinación de los bioelementos en suero, así como en otras matrices
biológicas reflejan las concentraciones de ellos con variaciones muy rápidas que
van desde horas a minutos (Silvestre et al, 2000). Estas concentraciones en
sangre (suero o plasma) están sujetas al control homeostático en cortos periodos
de tiempo y al ritmo circadiano (Donma et al, 1990).
Actualmente, además de conocer las lesiones que pueden producir el déficit de
algunos bioelementos, se ha incrementado la información sobre el papel
nutricional que desempeñan los elementos traza, gracias a la utilización de
técnicas analíticas de alta resolución, que en las últimas décadas profundizan más
hacia una mejor sensibilidad y precisión (Roth y Chang, 2001).
Las deficiencias relacionadas con un único elemento traza pueden evidenciar
resultados inconvenientes. Lo habitual es que se produzcan deficiencias globales
y que, por lo tanto, se vean involucrados varios de ellos, como lo reportado por
Ravaglia et al (2000), en donde se los niveles de Se, Zn, vitaminas B6 y A,
disminuyen en adultos de edad avanzada.
No todos los elementos traza tienen la misma importancia en términos de salud
pública. De ciertos elementos (Fe, Cu, Zn, F, I, Se, Mo, Cr) se conocen los efectos
tanto de déficit como de exceso, mientras que para otros (Mn), solo se sabe que
desempeñan varias funciones biológicas, sin embargo sus deficiencias o excesos
no causan problemas sustanciales, sobre todo en la población infantil (Barness,
1991).
2. Métodos para la determinación de Cu, Zn y Fe en suero sanguíneo y jugo gástrico
El Cu es el tercer elemento traza más abundante en el cuerpo humano, seguido
del Zn y del Fe. Algunas enfermedades (Wilson's) se han asociado con los efectos
tóxicos del Cu acumulado en algunos tejidos (hígado, cerebro, cornea y riñón) o
con la deficiencia del mineral (enfermedad de Menkes y la cirrosis infantil)
(Ferenci, 1999; Llanos y Mercer, 2002).
La técnica analítica más utilizada para determinar la concentración total de Cu en
muestras biológicas (sangre y tejidos), es la EAA-llama, aunque EAA-ICP, AAN,
Espectrometría de masas con plasma de acoplamiento inductivo (ICPMS), EEA
con atomización electrotérmica en horno de grafito (ETAAS), Fluorescencia de
Rayos-X y los métodos EQ son también empleados (Tabla 1) (Silva et al,1999).
Para la determinación del Zn es imprescindible tomar las precauciones necesarias
para evitar contaminación de las muestras, obtener resultados precisos y
garantizar la integridad de las mismas. En análisis de suero para determinar
elementos traza, los tubos para la colección pueden ser una fuente de potencial
contaminación por Zn, si no se tiene cuidado al seleccionarlos. Para determinar la
concentración de este metal se aplican las mismas técnicas que para el Cu (Tabla
1) (Poucheret et al, 2000; Griffin et al, 2000; Taylor et al, 2002).
El contenido corporal de Fe es variable y puede verse influido por numerosos
factores, entre ellos la edad y el sexo del sujeto, en el plasma el contenido de Fe
es mínimo, inferior al 1% del Fe total corporal (Andrews, 1999; Remacha, 1999).
En ocasiones, los valores séricos del metal también se ven alterados en diversas
patologías (inflamaciones crónicas, neoplasias avanzadas), pero la causa más
frecuente de ferropenia es la pérdida crónica de sangre por el tracto digestivo y en
algunos casos por malabsorción intestinal y gastritis atrófica (Eckfeldt y Witte,
1994). Por otra parte, puede hallarse una sideremia elevada, en los casos de
sobre carga férrica y cuando existen algunos trastornos en la utilización del Fe
(anemias sideroblásticas y talasemia), en anemias hemolíticas, necrosis hepática
o en el alcoholismo crónico (Chalmers y Peake, 1995).
Para determinar la concentración del Fe, por lo general se empelan las mismas
técnicas que para el Cu y el Zn (Tabla 1).
3. Justificación e importancia Se seleccionó para el presente trabajo determinar Cu, Zn y Fe en suero sanguíneo
y jugo gástrico por varias razones:
Las concentraciones de Cu, Zn y Fe se han estudiado con mayor énfasis en
saliva y secreciones intestinales, pero poco en el jugo gástrico, el cual contiene
apreciables concentraciones de estos elementos traza. Inclusive, se ha señalado
que las concentraciones de Cu y Fe en jugo gástrico reportadas en la bibliografía
podrían no ser confiables, debido al gran cuidado que es necesario tener para
evitar la contaminación durante la recolección y el análisis de las muestras (Powell
et al, 1992).
El Cu, Zn y Fe están muy relacionados con los mecanismos de producción
del jugo gástrico y de citoprotección de la mucosa del estómago en la prevención
de diversas lesiones del mismo (gastritis, úlceras y adenocarcinoma).
Las concentraciones séricas del Cu, Zn y Fe se alteran en múltiples
procesos infecciosos y/o inflamatorios. Por consiguiente, la gastritis, una de las
lesiones más comunes del tracto digestivo, debe cursar con cambios significativos
de estos elementos traza en las concentraciones séricas y en el jugo gástrico.
El Cu, Zn y Fe están muy relacionados con los mecanismos inmunitarios y
de defensa del organismo frente a los procesos infecciosos; por tal razón, sus
carencias pudieran favorecer la producción de lesiones gástricas por el
Helicobacter pylori (Hp).
En términos generales, en los procesos inflamatorio s y/o infecciosos los niveles
sanguíneos del Zn y del Fe disminuyen, mientras que los del Cu se elevan como
una respuesta del organismo frente a la agresión, con incremento de la relación
Cu/Zn. La determinación de esta relación es de valor para seguir la evolución
clínica y la respuesta terapéutica de la gastritis.
El problema de los trastornos gástricos es de gran interés por su alta incidencia en
adultos de la región andina. En los últimos dos años, algunos trastornos gástrico s,
en general, y en especial las gastritis, han aumentado, probablemente por el
incremento de la longevidad, cambio en el estilo de vida, cambios en la condición
socioeconómica y quizás debido al avance de las técnicas exploratorias que
permiten un mejor acierto en el diagnóstico (Tablas 7,8 y 9).
Se decidió realizar el estudio de la gastritis, por ser esta una de las lesiones
gástricas con mayor prevalencia en la población adulta merideña, representando
el 44.5% del total de las gastropatías diagnosticadas en el Servicio de
Gastroenterología del IAHULA durante los años 1999 - 2000.
4. Hipótesis
4.1. Alternativa En sujetos con gastritis asociada o no con Hp, las concentraciones de Zn y Fe
disminuyen (p<0.05) en el suero sanguíneo y en jugo gástrico, mientras que las
concentraciones de Cu se incrementan. La modificación de la concentración sérica
de Cu, Zn y Fe asociada a la sintomatología gástrica, pudieran presumir la
presencia de gastritis.
4.2. Nula En sujetos con gastritis asociada o no con Hp, las concentraciones de Cu, Zn y Fe
en el suero sanguíneo y en el jugo gástrico, no se modifican.
5. Objetivos
5.1. Generales: Demostrar que las concentraciones de Cu, Zn y Fe se modifican, en el
suero sanguíneo y en el jugo gástrico de adultos, asistidos en la Consulta de
Gastroenterología del IAHULA de la ciudad de Mérida, con diagnóstico de gastritis.
Demostrar que las modificaciones de Cu, Zn y Fe en el suero sanguíneo
permiten pronosticar la presencia de las gastritis en adultos.
Demostrar la asociación entre el Hp y la presencia de gastritis
5.2. Específicos: Determinar las concentraciones de Cu, Zn y Fe en el suero sanguíneo y en
el jugo gástrico de adultos, con ausencia y presencia de gastritis.
Correlacionar las concentraciones de Cu, Zn y Fe del suero sanguíneo y del
jugo gástrico en ausencia y presencia de gastritis.
Determinar la relación Cu/Zn del suero sanguíneo en todos los sujetos
estudiados (con y sin gastritis).
Establecer la relación Cu/Zn del suero sanguíneo y del jugo gástrico de los
sujetos con los diferentes tipos de gastritis.
Correlacionar la presencia de Hp con la ausencia y presencia de gastritis.
Establecer la asociación entre la edad y el sexo y la presencia de gastritis.
Desarrollar un software que permita pronosticar la ausencia o presencia de
la gastritis utilizando los niveles séricos de los elementos traza (Cu, Zn y Fe) en
los individuos.
6. Variables 6.1. Dependientes: Los niveles de los elementos traza Zn, Cu y Fe en
suero y en jugo gástrico.
6.2. Independiente: La presencia de gastritis.
6.3. Intervinientes: Edad, sexo, estado de salud previo, estrés, condición
socioeconómica, evaluación cualitativa de la dieta, estado nutricional, presencia de
Hp y pH del jugo gástrico.
7. Metodología La investigación realizada es de carácter descriptivo, de corte transversal; por el
nivel de conocimiento obtenido se clasifica como exploratoria y según su razón y
propósito como aplicada. Las áreas de estudio son las consultas de
Gastroenterología (área A) y Medicina Interna (área B) del Instituto Autónomo
Hospital Universitario de Los Andes (IAHULA) en Mérida.
7.1. Sujetos El universo del área A estuvo formado por 115 pacientes, que acudieron a la
consulta de Gastroenterología del IAHULA, entre los meses de febrero a julio del
año 2003. De estos, se seleccionaron 66 sujetos con diagnóstico de gastritis
(grupo con presencia gastritis), de los dos sexos, entre 20 a 90 años (edad
promedio: 48.80±16.80) y que firmaron su consentimiento voluntario por escrito
para participar en la investigación y se excluyeron 49 sujetos con diagnóstico
diferente a gastritis (p. e: úlceras, carcinomas, etc) o que no firmaron su
consentimiento voluntario para su participación en el estudio (anexo), siguiendo
las normas de la legislación médica venezolana, que se rige por la Asociación
Médica Mundial (declaración de Helsinki)
(http://www.fisterra.com/material/investiga/declaración_helsinki_htm)
El universo del área B estuvo integrado por 70 pacientes que asistieron a la
consulta de Medicina Interna del IAHULA, entre los meses de febrero a julio del
2003, por presentar molestias gástricas inespecíficas (vómitos, náuseas,
dispepsias, etc) y que fueron remitidos a loa consulta de gastroenterología para
descartar cualquier tipo de patología gástrica. De estos, se seleccionaron 16
individuos de ambos sexos, de 20 a 90 años (edad promedio: 43±19.52) en los
cuales el estudio endoscopio, biópsico y de anatomía patológica descartó el
diagnóstico de gastritis y que aceptaron por escrito y voluntariamente su
participación en la investigación, después de explicárseles el procedimiento
experimental a seguir, de acuerdo con las normas nacionales vigentes. Se
excluyeron 54 pacientes con diagnósticos diferentes a gastritis que no firmaron el
consentimiento para su participación o en los cuales no se recogieron todos los
datos socioeconómicos. Los pacientes de las dos áreas se clasificaron en:
Sujetos con presencia de gastritis. El diagnóstico clínico de gastritis se realizó por endoscopia de la vía digestiva
superior en el servicio de Gastroenterología del IAHULA, posteriormente
confirmado por estudio histopatológico en una muestra de tejido antral. La biopsia
fue procesada por microscopia óptica y leída por un patólogo. En el estudio se
empleó un gastroscopio, que permitió la obtención de la muestra de tejido de la
mucosa gástrica.
Este grupo estuvo integrado por los sujetos del área A (26 hombres y 40 mujeres)
quienes se clasificaron en los siguientes grupos:
Gastritis superficial (GS): n = 28 (10 hombres y 18 mujeres)
Gastritis crónica (GC): n = 9 (5 hombres y 4 mujeres)
Gastritis erosiva (GE): n = 29 (11 hombres y 28 mujeres).
Los pacientes clínicamente asintomáticos, quienes presentaron al estudio
endoscópico e histopatológicos una mucosa con cambios histológicos mínimos,
inflamación superficial del antro, del cuerpo o de ambas partes del estómago, con
predominio de infiltrado leucocitario y células plasmáticas ligadas a neutrófilos, sin
atrofia o metaplasia se diagnosticaron como portadores de gastritis superficial
(GS) (Dixon et al, 1996). La gastritis crónica (GC), a su vez, se caracterizó al
estudio endoscópico e histopatológico, por una mucosa oxíntica del cuerpo y
fundus normal y/o con inflamación leve, con infiltrado leucocitario sin destrucción
ni pérdida de las glándulas gástricas concomitantemente con infiltrado inflamatorio
solo o acompañado de polimorfo nucleares; mientras que la gastritis erosiva (GE)
endoscopicamente se caracterizó por erosiones múltiples y punteadas o úlceras
aftosas con síntomas no específicos como náuseas, vómitos y malestar
epigástrico e histológicamente por un grado de inflamación variable (Dixon et al,
1996; Gomollon, 1996).
Sujetos con ausencia de gastritis.
Se consideraron a los pacientes asintomáticos del tracto gastrointestinal, a
quienes se les pidió consentimiento para participar en el estudio. A los sujetos que
aceptaron se les practicó endoscopia digestiva superior y no se observaron
lesiones aparentes: mucosa gástrica sin alteraciones de su coloración y de su
grosor y sin cambios morfológicos. Este grupo estuvo integrado por los sujetos del
área B (7 hombres y 9 mujeres).
La información requerida de los sujetos de ambas áreas (A y B), se obtuvo por la
aplicación de un formulario para recolección de datos, que incluía además de los
datos de identificación y clínicos, una encuesta socioeconómica.
7.2. Método analítico para determinar Cu, Zn y Fe Para determinar las concentraciones de los elementos traza Cu, Zn y Fe, en las
muestras de suero sanguíneo y jugo gástrico humano, se empleó la técnica de
EAA-llama acoplado a un sistema de inyección en flujo continuo (IFC); el
acoplamiento consiste en conectar el IFC por medio de un capilar al nebulizador
del EAA - lIama, que esparce la muestra a manera de aerosol hacia la llama,
donde se produce una atomización y una fracción de las moléculas, átomos e
iones que también se excitan por el calor de la llama, generándose espectros
atómicos producidos por la luz de la lámpara, que se detectan en el computador.
Estas técnicas han sido empleadas y probadas durante dos décadas en el
Laboratorio de Espectroscopía Molecular de la Universidad de Los Andes
(Burguera y Burguera, 1986).
7.3. Instrumentos Se utilizó un espectrofotómetro de absorción atómica, marca Perkin-Elmer modelo
3100, con atomizador de llama de aire/acetileno dotado de un mechero de flujo
laminar y una lámpara de cátodo hueco marca Varian, para cada elemento (Cu, Zn
y Fe) en particular, operado bajo las condiciones óptimas indicadas en la Tabla 6.
El nebulizador del equipo fue conectado al sistema IFC (Figura 1). El equipo está
conformado por una bomba peristáltica, marca Ismatec, modelo IPC,
acondicionado con tubos de polipropileno de bombeo de 0.5 mm de diámetro.
Para el procesamiento de las muestras y la preparación de los reactivos se
emplearon los siguientes instrumentos: una centrífuga marca BGH - Optima II,
modelo BGH-602; una balanza electrónica AND con capacidad máxima de 180 g
sensibilidad de 0.1mg; un agitador Heidolph tipo Read; un potenciómetro Orin,
modelo 701-A digital IonaIy 201; un homogeneizador ultrasónico marca Branson,
modelo 2210 y un horno de microondas marca Panasonic, modelo EN-7660/6660
con ciclo de calentamiento de 70 a 700 vatios.
7.4. Reactivos y materiales Reactivos
Todos los reactivos utilizados fueron de la marca Merck: ácido nítrico (HNO3) con
65% (m/m) y ácido clorhídrico (HCI) 37% (m/m); cobre, cinc y hierro metálicos,
todos con 99% de pureza. Para la preparación de todas las soluciones y para
enjuagar el material de laboratorio, se utilizó agua Milli-Q doblemente deionizada
(grado mínimo 2) con resistividad específica de 18 M cm-1, obtenida de un
sistema Millipore Milli-Q Plus. Para evitar contaminación, todo el material de
laboratorio utilizado para la preparación de reactivos y muestras, fue
cuidadosamente lavado con HNO3 al 10% y enjuagados con abundante agua 18
M .
Soluciones:
Patrón de cobre (1000 mg/L): se preparó disolviendo 1 g de cobre metálico
en 5 mI de HNO3. Luego se le adicionaron 10 mI de HNO3 concentrado y se diluyó
con agua deionizada en un balón aforado, con capacidad para 1 litro. De esta
solución matriz se prepararon diariamente las respectivas soluciones de trabajo.
Patrón de cinc (500 mg/L): se preparó disolviendo 0.5 g de cinc metálico en
5 mI de HCI 37%, para análisis. Luego se le adicionaron 10 mI de HCI y se diluyó
con agua deionizada en un balón aforado, con capacidad para 1 litro. De esta
solución matriz se prepararon diariamente las respectivas soluciones de trabajo.
Patrón de hierro (1000 mg/L): se preparó disolviendo 1 g de hierro metálico
en 50 mI de HNO3 65%, para análisis. Luego se diluyó con agua deionizada en un
balón aforado, con capacidad para 1 litro. De esta solución matriz se prepararon
diariamente las respectivas soluciones de trabajo.
Muestras La constituyen el suero sanguíneo y jugo gástrico de sujetos adultos de ambos
sexos, procedentes de la ciudad de Mérida, con ausencia y presencia de gastritis,
que asistieron durante un período de seis meses, a la consulta de Medicina
Interna y Gastroenterología del IAHULA respectivamente.
7.5. Procedimientos Previo a la toma de las muestras de sangre y jugo gástrico, se le solicitó
autorización por escrito a cada uno de los sujetos para su participación en el
estudio (anexo 1), siguiendo las normas de la legislación médica venezolana.
Posterior a este requisito fueron sometidos a valoración clínica por los médicos de
los servicios de gastroenterología y medicina interna. Además, los sujetos
respondieron una encuesta para la obtención de datos (anexo 2), constituida por:
datos de identificación del sujeto; antecedentes patológicos; antropometría;
farmacoterapia; diagnóstico médico y la encuesta socioeconómica.
Muestreo, almacenamiento y conservación de las muestras La preparación de las muestras para realizar el proceso analítico, es una de las
etapas de mayor cuidado, debido a que las moléculas orgánicas que conforman la
estructura de las muestras interfieren con las posteriores mediciones
instrumentales es. Sin embargo, esto se evita eliminando de las matrices, los
constituyentes orgánicos y liberando los iones inorgánicos, factibles de ser
analizados. Para el análisis de las muestras se requiere de técnicas específicas
como: diluciones, separaciones, disoluciones, concentraciones y digestiones, entre
otros, que precisan de mucho tiempo. Dependiendo del tipo de matriz del analito,
de las concentraciones esperadas de la muestra y de la técnica a ser utilizada
para la medición, se puede aplicar uno o todos esos procedimientos descritos
(Guo y Shiyanshi, 1989).
La digestión de la muestra también conocida como mineralización, es uno de los
métodos más elementales para disolver o descomponer matrices orgánicas
(sólidas o líquidas) que interfieren en la determinación del analito. La digestión se
puede realizar tratando las muestras con un ácido, una base, un agente oxidante o
con enzimas. Este proceso puede ser: digestión por vía húmeda que utiliza
agentes oxidantes líquidos como el HNO3, H2SO4, y HCIO4 o mezclas de ellos, a
temperatura entre 100°C y 200°C durante varias horas, para descomponer un
gramo de muestra biológica y la digestión por vía seca donde el compuesto
orgánico es calcinado a altas temperaturas (400°C a 800°C), al aire libre o en
cámaras de corriente de oxígeno, este procedimiento no requiere adición de
reactivo durante el proceso. Las oxidaciones se pueden realizar, aplicando
algunos fundentes como el peróxido de hidrógeno (H2O2). Ambos métodos de
digestión encierran una serie de ventajas: la digestión seca, es sencilla, requiere
poca supervisión, se pueden emplear grandes volúmenes de muestra y no precisa
adición de reactivos durante el procedimiento; mientras que la digestión húmeda:
es eficiente, hay menor volatilización de elementos. Como desventajas se pueden
citar: para digestión seca, largo período de tiempo, contaminación, secuestro de
anaIitos, volatilización de elementos y para la digestión húmeda, hay riesgo de
contaminación, riesgo por el manejo de ácidos, difícil de automatizar y requiere de
tiempo por el número de etapas que requiere) (Aydemir et al, 2003). Sin embargo,
todos estos procedimientos de digestión son utilizados; pero a partir de la década
de los setenta, surge el sistema de digestión húmeda asistido por microondas,
como una técnica que permitió minimizar las desventajas y mejorar los procesos
de digestión (Burguera y Burguera, 1998).
La digestión húmeda asistida por microondas remueve la materia orgánica de las
muestras biológicas mediante el efecto producido por el HNO3, ó una mezcla de
HNO3 + H2O2 (evitando el uso de HCIO4 o H2SO4), ocurriendo la descomposición
rápida de la matriz, con un mínimo de volatilización de analito, poca fuga de gases
ácidos, menor producción de carbón y baja utilización de ácido, características que
hacen a este método seguro y eficiente para la digestión de pequeños volúmenes
de un gran número de muestras al mismo tiempo. Asimismo, es utilizado para la
realización de las más delicadas reacciones químicas en tiempos relativamente
cortos y con una amplia gama de aplicaciones. Sin duda el uso de la digestión
húmeda asistida por microondas ha revolucionado la preparación de muestras
biológicas para posterior determinación de anaIitos, mediante AAS u otras
técnicas, logrando mayor velocidad y permitiendo trabajar en condiciones más
óptimas, obteniendo así menores límites de cuantificación y garantizando la
fiabilidad de los resultados obtenidos (Burguera et al, 2001; Bruhn et al, 2002).
Suero sanguíneo
Seguidamente entre 7 a 9 a.m., a todos los participantes se les extrajo una
muestra de 7 mL de sangre de las venas del antebrazo, mediante agujas de acero
inoxidable y con tubos "vacutainer" sin heparina. Se las dejó coagular
espontáneamente y se centrifugaron durante 15 minutos a 3000 rpm, con el fin de
obtener la separación óptima del suero. El suero se trasvasó a tubos plásticos
previamente rotulados, utilizando pipetas tipo Pasteur y se almacenaron bajo
congelación a - 20°C, hasta el momento del análisis.
Jugo gástrico La muestra de jugo gástrico fue obtenida por el gastroenterólogo mediante
un gastroscopio adaptado a un UPC-1010, marca SONY, Color Printer Video.
Mavi-Graph, unido a una bomba eléctrica o aspirador adaptado a un sistema de
manguera de polipropileno, que se conectaba con un kitasato exclusivo para cada
sujeto, una vez obteniendo un volumen aproximado de 25 ml las muestras se
trasvasaron a tubos colectores de polipropileno con sus respectivas tapas y
previamente rotulados, los cuales se colocaron en cavas refrigeradas con hielo
seco, hasta el momento de ser transportadas al laboratorio, donde se
almacenaron bajo congelación a - 20°C, hasta el momento de ser analizados.
Todo el material utilizado en este proceso fue tratado con un desinfectante y
esterilizador no tóxico (Bromuro de lauridimetilbensil-amonio 10%, conocido como
gerdex, producto de laboratorios Rodeneza C.A Venezuela y enjuagados
posteriormente con agua Milli-Q.
Tejido gástrico
Las muestras de tejido fueron tomadas por el gastroenterólogo, se colocaron en
tubos ependorf estériles de 2.5 mI, con formaldehído al 2%, previamente rotulados
con la identificación del paciente y trasladados posteriormente al laboratorio de
anatomía patológica; para la identificación del Hp y corroborar el diagnóstico de
gastritis, mediante estudio histológico.
Tratamiento de las muestras Las muestras de suero sanguíneo fueron descongeladas a temperatura ambiente
y agitadas cada una por medio de un vortex durante 20 segundos, con la finalidad
de homogeneizarlas. Posteriormente, sin tratamiento previo, se tomaron 30 μL con
una jeringa calibrada marca Hamilton, y se introdujo directamente de forma
constante y firme en el inyector del sistema IFC, para posteriormente obtener la
señal de absorbancia y procesarla en un computador dotado de un software de la
Perkin-Elmer modelo "3100 Enhanced Data Sistem" y una impresora Epson
modelo LX-810.
Las muestras de jugo gástrico fueron descongeladas a temperatura ambiente y
posteriormente llevadas a un baño ultrasónico durante 30 segundos y agitadas en
un Vortex por 20 segundos para homogeneizarlas. Luego se tomó 1 ml de jugo
gástrico y se colocó en tubos calibrados de 5 ml previamente rotulados. A cada
tubo se le adicionó 1 ml de HNO3 (v/v), se taparon con teflón agujereado y se
llevaron a digestión húmeda en el horno de microondas, aplicando potencia 2
(140°C) durante 3 minutos. Posteriormente, cada muestra se trasvasó a un balón
aforado a 5 ml y se agregó agua Milli-Q hasta alcanzar ese volumen. Finalmente
se tomaron 30 μL y se siguió el procedimiento descrito para el suero sanguíneo.
La potencia y el tiempo de exposición de cada muestra a las microondas se
optimizaron, aplicando el mismo procedimiento a un pool de muestras de jugo
gástrico (obtenido al mezclar pequeños volúmenes de varias muestras), a distintas
potencias y tiempos de exposición, hasta lograr una mayor transparencia en el
líquido resultante.
Tratamiento del tejido gástrico Para observar los cambios histológicos ocurridos en la mucosa, el
anatomopatólogo utilizó el método de tinción GIEMSA (3 g de azul II-eosina; 0.8 g
de azul II; 250 ml de glicerina y 250 mi de alcohol metílico) (Manes et al, 2001).
Optimización de parámetros instrumentales Se optimizaron los parámetros IFC-EAS-IIama, con un patrón acuoso quecorrespondía al valor fisiológico normal reportado por la literatura para Cu, Zn y Fe en muestras de suero sanguíneo y de jugo gástrico (Tabla 2); siguiendo las recomendaciones dadas en el Manual del instrumento Perkin Elemer 3100 (Tabla 3) (Perkin Elmer, 1982)
Se construyeron curvas de calibración con patrones acuosos en el rango de 0 a 2
mg/L para Cu, Zn y Fe graficando la señal de absorbancia vs la concentración de
cada elemento. La ecuación de la recta (Tabla 4) está dada por la expresión: y = a+ bx; donde y es la señal de absorbancia del patrón acuoso; a es el punto de corte
de la recta con el eje de la absorbancia del patrón acuoso (eje y), b corresponde a
la pendiente de la recta y, x que es la concentración de cada elemento. Para
calcular la concentración de las muestras se despejo x = (y - a)/b (Saunders y
Trapp, 1998).
Las características analíticas del sistema (Tabla 5) son:
Límite de detección (LOD), calculado por la ecuación LOD = 3DS/la pendiente "b", donde DS es la Desviación Standard del blanco.
Límite de cuantiticación (LOQ), estimado por la ecuación LOQ = 10DS/la pendiente "b".
Límite de linealidad (LOL) que corresponde al último punto de la recta
donde pierde su linealidad.
El intervalo lineal comprendido entre LOQ y LOL.
La presición del método analítico: se calculó la desviación estándar relativa
(RSD%), aplicando la ecuación RSD% = DS de una serie de medidas de un patrón
o muestra/promedio de las mismas medidas x 100), obteniéndose valores que se
ubicaron entre los rangos recomendados (<2%) internacionalmente (Fernández et
al, 2003).
La exactitud del método se evaluó por medio de estudios de recuperación
porcentual (Tabla 6), para lo cual se adicionó a la muestra (tanto de suero
sanguíneo como de jugo gástrico) una cantidad conocida del respectivo analito
(Cu, Zn y Fe), habiéndose realizado previamente los ensayos para determinar la
cantidad de analito que poseía la muestra, obteniéndose porcentajes de
recuperación dentro de las normas recomendadas internacionalmente (100 ± 3%).
La fórmula es:]
)2003,(100]
]Re% aletFernándezxPatrónMuestra
Muestracuperación
8. Análisis estadístico Con los datos obtenidos en esta investigación se creó una base de datos,
utilizando un software (DBASE3+) y un manejador de hoja de cálculo (EXCEL).
Se aplicaron análisis exploratorios descriptivos, haciendo uso de las medidas de
tendencia central y de las medidas de dispersión para cada una de las variables.
Se elaboraron tablas de contingencia que permitieron cruzar dos o más variables
para determinar las frecuencias absolutas y relativas. Para medir las posibles
asociaciones entre las variables, se realizaron correlaciones divariadas, utilizando
el coeficiente de Pearson (El coeficiente de Pearson mide el grado de asociación
lineal entre dos variables y se calcula dividiendo la covarianza de ambas entre el
producto de las desviaciones típicas de las dos variables) y el valor de p<0.05,
para medir la significancia estadística (Pita-Fernández y Pértiga-Díaz, 2003). Para
explicar el comportamiento de las gastritis, se construyeron modelos de regresión
lineal múltiples, empleando los niveles de Cu, Zn y Fe, medidos en suero
sanguíneo y jugo gástrico. Además se calculó el valor del coeficiente de
determinación (r2), el cual indica el porcentaje de variabilidad de la gastritis, los
valores de la t - Student para comparar las medias y los valores de p. Asimismo,
se realizó análisis multivariado (específicamente análisis discriminantes) para
determinar la función de la clasificación, que permitirá pronosticar o predecir la
ausencia o presencia de la gastritis, con los niveles séricos de Cu, Zn y Fe. El
programa donde se utilizan los tres valores séricos, clasifica en forma correcta el
93% de los casos, mientras que el programa donde se utiliza solamente los
niveles de Zn sérico, clasifica en forma correcta el 90% de los casos. Para realizar
el pronóstico de la ausencia o de la presencia de gastritis, se elaboraron dos
programas utilizando el software Delphi 7: el PDG (utiliza los niveles séricos de
Cu, Zn y Fe para el pronóstico) y el PDGZn (utiliza solamente los niveles séricos
de Zn para el pronóstico) (anexo 4). Los paquetes estadísticos utilizados fueron:
SPSS versión 10.0 para Windows; Statgrafics versión 2. 0 y Minitab
9. Resultados y discusión
9.1. Gastritis y sexo de los sujetos La relación entre el sexo y la presencia o ausencia de gastritis se muestra en la
Tabla 7 (Figura 2). El análisis de la tabla indica que la gastritis predomina en el
sexo femenino (49%) en comparación con el masculino (32%). También se nota
un mayor porcentaje (11%) de mujeres sin gastritis. El hallazgo concuerda con el
trabajo previo de Burguera et al. (2002) quienes en la muestra seleccionada
también encontraron un número mayor de mujeres con diferentes tipos de daño en
la mucosa gástrica. El hecho de que en el presente trabajo predomine el sexo
femenino, con el mayor índice de la enfermedad puede explicarse porque las
mujeres son las que más solicitaron y acudieron a la consulta del servicio de
Gastroenterología durante el período de estudio.
En relación a estas variables, presencia o ausencia de gastritis y sexo, el test de
significancia del chi-cuadrado arrojó una p=0.482; n.s, lo cual permite concluir que
el sexo no es un factor determinante de la ocurrencia de la enfermedad, ya que
ambos sexos son susceptibles a padecerla; resultados similares reportaron
Hradsky et al (1966).
9.2. Presencia de gastritis y edad de los sujetos. En la Tabla 8 (Figura 3), se observa un mayor incremento de la gastritis en los
grupos de edad más jóvenes (20 - 40 años), siendo predominante (34.1%) en el
grupo de 40 a 60 años de edad. A pesar de que no hubo correlación significativa
(p=0.298) entre los grupos de edad y la ausencia o presencia de gastritis, los
resultados son similares a los reportados por otros autores en países
desarrollados con mejor asistencia sanitaria y cultural y mayores ingresos
económicos (http://www.abctusalud.com/documento.asp?ID=6271).
Algunos trabajos han informado que la edad temprana o avanzada no es factor de
susceptibilidad para desencadenar la gastritis (Domínguez-BeIIo et al, 2002). Sin
embargo, Shibata et al (2002) opinan que el envejecimiento tiene una asociación
significativa y positiva con la gastritis crónica atrófica. Por su parte, Siurala y Kekki
(1982) en pacientes con anemia perniciosa han demostrado la presencia de
factores específicos que facilitan la progresión de la gastritis en personas con más
edad, aunque la naturaleza exacta de estos factores es desconocida. Los estudios
previos de Hradsky et al (1966) y de Seifert y Knoll (1967) también indican una
dependencia significativa (p<0.05) de la gastritis crónica en relación a la edad de
los sujetos, lo cual no se corresponde con los hallazgos de la presente
investigación.
9.3. Asociación entre Hp y sujetos con o sin gastritis.
La asociación entre Hp y la presencia o ausencia de gastritis se muestra en la
Tabla 9 (Figura 4) se observa que el 54% de los sujetos con gastritis son Hp
positivos (Hp+), encontrándose una correlación lineal altamente significativa
(p<0.001) entre estas variables, lo que concuerda con los trabajos previos de
Peterson (1991) y otros (Kato et al, 2004), Xie et al (2001), por su parte, han
señalado que la infección por Hp, que está presente entre el 30 a 60% de la
población en países desarrollados y en más del 60% en los países en vías de
desarrollo, es una causa importante de gastritis, úlcera péptica y cáncer gástrico.
Sin embargo, no todas los sujetos infectados tienen síntomas, aunque todos
muestran cambio en la mucosa gástrica (gastritis crónica superficial).
Algunos investigadores han reportado que el 95% de los pacientes infectados por
Hp, presentan un asociación directa con el incremento del riesgo a padecer
gastritis y que a partir de los 70 años y más se incrementa el riesgo a padecer
gastritis atrófica, fenómeno no observado en pacientes no infectados por la
bacteria (Ohkuma et al, 2000). Las investigaciones nacionales y extranjeras
confirman que la principal enfermedad causada por el Hp es la gastritis (Ramírez-
Ramos et al, 2002; Kato et al, 2004).
9.4. Tipos de gastritis y sexo de los sujetos. Al considerar los resultados de acuerdo a los tipos de gastritis: superficial (GS),
crónica (GC) y erosiva (GE) en relación al sexo (Tabla 10 y Figura 5), no se
observó correlación significativa (p=0.557) lo cual indica que no existe una
asociación estadísticamente significativa entre estas variables (sexo y tipos de
gastritis).
Al analizar la frecuencia en cada sexo en particular, las GS y GE ocupan los
primeros lugares tanto en los hombres (15.2% y 16.7%) como en las mujeres
(27.3% y 27.3%), respectivamente; siendo más acentuado en el sexo femenino;
similares a los resultados obtenidos por Burguera et al (1995) y Burguera et al
(2002), donde siempre predominó el sexo femenino para estos tipos de gastritis,
mientras que para la GC los resultados son muy semejantes en ambos estudios.
9.5. Tipos de gastritis y presencia de Hp En relación a este punto (Tabla 11 y Figura 6), el estadístico chi-cuadrado
(p=0.983; n.s) no demostró una asociación significativa entre estas variables,
aunque la bacteria se encontró presente en el 29% de las GS y GE
respectivamente.
9.6. Concentraciones séricas de Cu, Zn y Fe en los sujetos con gastritis, según el sexo
Las concentraciones séricas de Cu, Zn y Fe de los sujetos con ausencia y
presencia de gastritis, discriminados según el sexo se muestran en la Tabla 12.
El análisis estadístico (t de Student) no mostró diferencias significativas al
comparar entre sí los dos sexos, por esta razón para la discusión se decidió
emplear los valores globales, tal como se muestra a continuación (Tabla 13).
La concentración sérica promedio de Cu y de Fe en los sujetos con ausencia de
gastritis concuerda con los trabajos previos de Alarcón et al (1989) y de Burguera
et al (1986), aunque la concentración sérica de Zn es superior a la publicada por
otros autores. Sin embargo, UIvi et al (2002) reportaron niveles séricos de Zn más
elevados en sus controles sanos que los de la presente investigación (1.86±0.83
vs 1.47±0.24) mg/L).
Aunque el análisis estadístico solo mostró diferencias significativas (p<0.05) (Tabla
13) en los niveles séricos de Zn al comparar los sujetos con ausencia y presencia
de gastritis, es pertinente destacar que en 26 y en 28 de los sujetos con presencia
de gastritis encontramos niveles de Cu >1.35 y niveles de Fe <0.5 mg/L,
respectivamente. Este punto de corte de Fe sérico <0.5 mg/L indica que estas
personas están a riesgo de presentar una carencia condicionada de Fe (Osky,
1993).
Estos hallazgos concuerdan con publicaciones previas que indican que las
inflamaciones y las infecciones agudas o crónicas se acompañan de cambios en
las concentraciones séricas y en la homeostasis del Cu, Zn y Fe (Ruz et al, 1995;
Maes et al, 1996). La cronología y el tipo de respuesta de estos elementos traza
están influenciados por el estado nutritivo del huésped, la duración y la gravedad
de la infección y/o inflamación, las funciones de las células hepáticas y del tipo de
terapia. A pesar de estas variables, las respuestas son muy uniformes y pueden
atribuirse a mecanismos fisiopatológicos bien definidos, entre estos tenemos la
redistribución intracelular de los metales traza, la alteración de los balances
corporales de estos elementos, el secuestro de los elementos dentro de los
tejidos, los cambios en las proteínas de transporte fijadoras de los metales y la
captación de los elementos traza por gérmenes invasores, en el caso de una
infección (Beisel y Pakaret, 1972).
Durante las reacciones inflamatorias o después de administrar endotoxinas, las
concentraciones séricas de Zn disminuyen rápidamente y de manera apreciable,
aproximadamente es un 70% de lo normal en el curso de las infecciones
generales (Krachler et al, 2000; Troong-Tran et al, 2002). Esto se ha observado en
sujetos con infecciones bacterianas, virales, por rickettsias, espiroquetas y
parásitos. La disminución inicial rápida de la cincemia durante la infección o la
inflamación, puede explicarse en gran parte por un paso acelerado del Zn desde el
plasma al hígado (Akcil et al, 2003). Posteriormente si la infección se vuelve
subaguda o crónica, el balance corporal del Zn puede volverse negativo, por los
efectos combinados de:
pérdidas mayores de Zn por la orina y el sudor y,
disminución de la biodisponibilidad del metal. Se desconoce si la absorción
del Zn dietético desde la luz intestinal está alterada o si está afectada la secreción
del metal endógeno hacia el intestino, por el proceso infeccioso (Strand et al2003).
La alteración del Cu es común durante los estados infecciosos e inflamatorios
(Beisel, 1976). Se cree que los cambios en el metabolismo del Cu son secundarios
a un aumento de la síntesis hepática y a la liberación de ceruloplasmina, la
principal enzima transportadora de Cu en el plasma, aunque también puede
aumentar la porción de Cu unido a la albúmina. El aumento de las
concentraciones séricas de Cu (hipercupremias), generalmente empiezan muy
pronto en el curso de una inflamación aguda o de una infección, pero menos
acelerada en comparación con los cambios que presentan el Zn y el Fe. La
hipercupremia y la hiperceruloplasminemia persisten bastante tiempo hasta la
convalescencia mientras que el Fe y el Zn retornan más rápido a sus cifras
basales. La persistencia de las concentraciones elevadas de Cu y ceruloplasmina,
se han atribuido al tiempo relativamente largo de normalización de las
concentraciones de la enzima como sucede en las hepatitis agudas y otras
infecciones. Se desconoce si el Cu se elimina o se retiene en exceso en el curso
de los procesos inflamatorios agudos (BeiseI y Pakaret, 1972).
¿Cómo se pueden explicar estos cambios en los elementos traza desde el punto de vista fisiopatológico?
Es un hecho conocido que el plasma de los humanos y de los animales portadores
de enfermedades inflamatorias y/o infecciones agudas o crónicas, de muy
diversas causas, contienen sustancias termolábiles, de bajo peso molecular,
denominadas interleucinas1 (IL-1) y 6 (IL-6), cuyo mecanismo de producción fue
explicado en la parte correspondiente al foco inflamatorio. El término interleucina
(lL.-1, lL.-6, etc) designa a una familia de proteínas, con características
hormonales, liberadas de los monocitos, de los macrófagos
(http://www.bio.puc.cl/cursos/bio145ab/f145ab03/sld010.htm) y de otros tipos
celulares en el período activo de la fagocitosis o bien por efecto de complejos
inmunes (http://www.sanidadanimal.info/inmuno/SEXT01.htm). Se han
caracterizado dos proteínas: la IL-1 y la lL-1 La mayor parte de la fracción alfa
permanece en la célula o asociada con las membranas celulares, mientras que el
mayor porcentaje de la forma beta se excreta. Los dos tipos de lL-1 se unen al
mismo receptor y poseen un potencial biológico muy similar. La IL- , unida a la
membrana se relaciona con los procesos reguladores citocrinos y paracrinos,
mientras que la forma IL-113 es la responsable fundamental de la regulación
hormonal sistémica (KIasing, 1988).
Las IL-1 determinan (BeiseI, 1976):
Un aumento precoz del flujo de Zn, de aminoácidos y de Fe desde el
plasma hacia el hígado tras la activación de las células fagocitarías. Esta
redistribución del Zn es significativa pues su disminución plasmática estimula la
fagocitosis local inespecífica.
Un aumento significativo de la síntesis hepática de las diversas
"proteínas de fase reactiva aguda", entre las cuales cabe citar: la ceruloplasmina,
la haptoglobina, la 1-antitripsina, el fibrinógeno, la proteína C reactiva, el
seromucoide y otras, que desempeñan un determinado papel en los procesos
infecciosos y liberación de Cu hacia la sangre.
Una notable liberación de neutrófilos desde la médula ósea hacia la
corriente circulatoria; a tal punto que un marcado incremento en el número de
neutrófilos sanguíneos (neutrofilia) se detecta a las 8 horas de la inyección
parenteral de la IL-1.
Fiebre, y.
Activación de los linfocitos T y B.
La IL-1 incorpora las funciones del mediador leucocitario endógeno (MLE) (que
induce la síntesis de las proteínas de fase reactiva aguda a nivel del hígado): la
neutrofilia y altera las concentraciones plasmática de los iones bivalentes (Cu, Zn
y Fe) y del pirógeno endógeno (PE) (inductor de la fiebre) y del factor activador de
los leucocitos (FAL) (Beisel, 1976).
En relación con estos señalamientos tenemos que Funseth et al (2000),
observaron que la disminución del Zn y de los aminoácidos séricos y su depósito
elevado en el hígado es fundamental para la síntesis incrementada en las diversas
"proteínas de fase reactiva aguda" (entre ellas tenemos la ceruloplasmina)
(Panichi et al, 2004) que intervienen en los mecanismos de defensa del huésped
frente a los procesos inflamatorios e infecciosos. La síntesis de la ceruloplasmina
y la salida de Cu hacia la circulación es también de importancia: primero, porque la
ceruloplasmina tiene propiedades antiinflamatorias y gobierna la capacidad
antioxidante del plasma y, segundo, porque el Cu tiene propiedades bactericidas y
antiinflamatorias (Denko, 1979).
La disminución del Fe es muy importante ya que este metal puede ser utilizado por
las bacterias para su reproducción y producción de toxinas, factores relacionados
con su virulencia (Weiss, 2002).
En 1932, Locke et al, hicieron la importante observación que la infección está
asociada con hipoferremia (hierro sérico bajo), proporcionando una explicación
parcial para el hallazgo común de anemia en los pacientes con infecciones
crónicas. Cartwright y Wintrobe (1954), demostraron que la anemia asociada con
la infección no se puede diferenciar de la anemia determinada por la inflamación y
establecieron que la hipoferremia resulta del secuestro endotelial del hierro y de
una interrupción de su absorción intestinal. En la actualidad se reconoce que la
hipoferremia es una respuesta común a las infecciones sistémicas o a los
trastornos inflamatorios generalizados (Nemeth et al, (2004), aunque solo
recientemente se ha empezado a entender su patogénesis. Diversos experimentos
han convergido para establecer el papel de la hepcidina, en la hipoferremia de la
inflamación (Nemeth et al, 2003). Nemeth et al (2004), han descubierto un nexo
muy importante entre las citocinas inflamatorias y la hepcidina. Utilizando modelos
experimentales, en ratones y en humanos, ellos han demostrado que la IL-6 actúa
directamente sobre los hepatocitos para estimular la producción de hepcidina, un
péptido rico en enlaces —S-S, de fase reactiva aguda (Rivera et al, 2005). La
hepcidina, a su vez, actúa como un regulador negativo en la absorción intestinal
de Fe y de la liberación de Fe de los macrófagos. La disminución del Fe sérico se
cree que contribuye a la defensa del huesped contra los patógenos invasores y las
células tumorales (Weinberg, 1986), y la hepcidina por si misma tiene propiedades
antimicrobianas de cierta importancia (Park et al, 2001).
9.7. Concentraciones de Cu, Zn y Fe en el suero de sujetos con gastritis asociada a Hp.
La concentración de Cu, Zn y Fe en el suero de sujetos con gastritis asociada a
Hp se muestran en la Tabla 14.
En este caso podemos tomar en cuenta lo señalado en la Tabla 14 que aunque
el análisis estadístico solo mostró diferencia significativa (p<0.05) al comparar
los niveles sérico s de Zn en los 3 grupos de sujetos, el mayor porcentaje (65%;
n = 29) de valores disminuidos de Fe sérico se presentó en los sujetos con
gastritis crónica asociada con Hp.
Los resultados obtenidos del modelo de regresión lineal (y = a + bx) para
describir la relación entre las concentraciones séricas de Cu, Zn y Fe y la
presencia de gastritis asociada o no con el Hp se indican a continuación. Para
Cu sérico (CuS) y gastritis, el valor del estadístico R2 indica que el modelo
como se ajustó explica el 95.16% de la variabilidad de los valores del CuS en
relación con la ausencia o presencia de gastritis, asociada o no al Hp. El
coeficiente de correlación (r) igual a 0.988 indica que existe una relación
relativamente fuerte (p<0.05) entre las variables. Para el caso del Zn sérico
(ZnS) el valor del estadístico R2 = 80.73 indica que el modelo explica el 80.73%
de la variabilidad del ZnS en relación con la gastritis y la presencia o no del Hp.
El coeficiente de correlación (r) igual a - 0.899 indica que existe una relación
moderadamente fuerte e inversamente proporcional entre las variables
(p<0.05). Mientras que para el caso del Fe sérico (FeS), el estadístico R2 =
51.92%, indica que el modelo lineal explica el 51.92% de la variabilidad en el
FeS, lo cual quiere decir que existen otros factores diferentes al Hp que
explican los resultados obtenidos. El coeficiente de correlación igual a - 0.721
indica una relación moderadamente fuerte e inversamente proporcional
(P<0.05) entre el FeS y la presencia de Hp.
La asociación entre la infección por Hp, valores de Fe sérico disminuidos y
anemia por deficiencia de Fe (anemia ferropénica) ha sido establecida (Baysoy
et al, 2004; Keenan et al, 2004). Múltiples mecanismos se han sugerido para
explicar la relación entre el Hp y el estado corporal del Fe, asociación que
puede disminuir los depósitos corporales del elemento traza (Ciacci et al,
(2004). Hallazgos recientes apoyan la hipótesis que en sujetos con gastritis-Hp
(+) están presentes cambios concomitantes en el pH intragástrico (Keenan et
al, 2004) y en el contenido de ácido asc6rbico (Sauker er al, 2004) que
disminuyen la absorción del Fe alimentario con la consiguiente anemia
ferropénica. También se ha especulado que el antro gástrico infectado con Hp
puede actuar como un foco "secuestrador" de Fe, ya que la bacteria incrementa
la lactoferrina gástrica, que captura el metal de la transferrina, su proteína
transportadora. El Fe unido a la lactoferrina es captado por los receptores
externos de la membrana de la bacteria para su propio crecimiento (Pellicano y
Rizzeto, 2004).
Recientemente también se ha sugerido que la hepcidina sea el enlace que une
al H pylori y la anemia de la infección crónica (Pellicano y Rizzetto, 2004).
Keenan et al (2004) han señalado que el Hp, que requiere del Fe para su
supervivencia, puede causar una carencia del metal en el hospedero
compitiendo con éste por el Fe disponible o disminuyendo su captación a
consecuencia de la hipoclorhidria asociada a la gastritis atrófica-Hp(+).
9.8. Niveles séricos de Cu, Zn y Fe en los diferentes tipos de gastritis.Las variaciones de los elementos traza valorados en relación con los diferentes
tipos de gastritis se muestran en la Tabla 15.
Los resultados obtenidos demuestran que el Cu se incrementa
significativamente (p<0.05) en los diferentes tipos de gastritis mientras que el
Zn disminuye, especialmente en la gastritis superficial y erosiva. El Fe también
disminuye (p<0.05), en particular en las gastritis superficial y crónica. Estos
resultados sugieren, por consiguiente, que las variaciones en los elementos
trazan sérico s está influenciado por el tipo histológico de la lesión de la
mucosa gástrica.
No se observó diferencia significativa entre el Cu (r = 0.050; t = 0.449; p = ns) y
el Fe (r = 0.032; t = 0.286; P = ns) sérico y los tipos de gastritis, mientras que la
correlación entre el Zn en suero y los tipos de gastritis fue altamente
significativa (r = 0.468; t = - 4.739; P = 0.000). En todos los casos el coeficiente
de variación (CV%) fueron menor del 11,3%, lo cual indica que la dispersión de
los datos comparado con los del promedio es pequeña (Figuras 8, 9 y 10). Los
mecanismos que explican los cambios detectados en los elementos traza
séricos ya fueron comentados previamente.
El hallazgo más interesante en la presente investigación en relación a los
elementos traza sérico s son las modificaciones en la relación Cu/Zn la cual
incrementa sus valores desde 0. 67 (en ausencia de gastritis) hasta 1.11, 1.09
y 1. 07 (en las gastritis superficial, crónica y erosiva, respectivamente). El
análisis descriptivo del tipo de gastritis según relación Cu/Zn sérico se muestra
en la Tabla 16.
La correlación entre los tipos de gastritis y la relación Cu/Zn se indica a
continuación en la Tabla 17.
En los diversos procesos patológicos habitualmente se cuantifican las
concentraciones séricas de Cu (CuS) o de Zn (ZnS) de manera individual. En
esos procesos, con pocas excepciones, se encuentra un incremento en el Cu y
una disminución simultánea en los niveles séricos del Zn. Sin embargo, la
relación CuS/ZnS no ha sido evaluada en la gran mayoría de las
enfermedades, aún cuando ella se modifica más dramáticamente que las
concentraciones individuales del Cu y del Zn. Los estudios previos realizados
en diversos procesos infecciosos e inflamatorio s sugieren que es útil para
evaluar la eficacia de los regímenes terapéuticos empleados en sus
tratamientos mientras que en otros casos la relación pudiera ser empleada con
fines diagnósticos y/o pronósticos. El Zn plasmático disminuido, el Cu que se
incrementa y la relación Cu/Zn que se eleva, son hallazgos muy frecuentes.
Este modelo de variación se observa en el infarto miocárdico (Nakajima et al,
2001), en la cardiopatía isquémica, en los procesos infecciosos e inflamatorios
no específicos (Hokanen et al, 1991), en el infarto cerebral y en diversos
procesos neoplásicos (Zowczak et al, 2001; Alarcón et al, 1995).
De acuerdo con los señalamientos previos de diversos investigadores en otras
patologías (Hokanen et al, 1991; Tasaki et al, 1993; Alarcón et al, 1995) los
cambios en la CuS/ZnS se pueden emplear para evaluar el pronóstico y el
grado evolutivo de la gastritis. Zhang et al (1995) han señalado que la relación
Cu/Zn se correlaciona inversamente con la severidad de los cambios
patológicos en la mucosa gástrica, resultados que concuerdan con los de la
presente investigación.
9.9. Concentraciones de Cu, Zn y Fe en el jugo gástrico de sujetos con ausencia y presencia de gastritis, discriminados según el sexo.
La concentración de Cu, Zn y Fe en el jugo gástrico de sujetos con ausencia y
presencia de gastritis discriminados por sexo se muestra en la Tabla 18.
El análisis estadístico no demostró diferencias significativas entre los sexos
para los elementos trazas valoradas, por cuyo motivo se decidió utilizar los
valores globales para la discusión e los resultados tal como se muestra en la
Tabla 19.
El análisis estadístico mostró diferencias significativas (p<0.05) sólo solo al
comparar los niveles de Zn en el jugo gástrico de los sujetos con ausencia y
presencia de gastritis.
Como señalamos en la parte de antecedentes la revisión bibliográfica realizada
en MEDLINE, LILACS y otros buscadores durante los años 1950-2005
demostró la existencia de muy pocas publicaciones en relación a las
concentraciones de los elementos traza Cu, Zn y Fe en el jugo gástrico, sea en
condiciones normales o patológicas, por lo cual existen muy pocos datos para
comparar nuestros resultados. Así tenemos que Powell et al (199%)
determinaron la concentración de estos elementos en el jugo gástrico,
recolectado en ayunas al momento de la endoscopia, en 17 personas (10
hombres y 7 mujeres, con una edad promedio de 38 años), obteniendo los
siguientes valores 2.11, 1.19 y 0.72 mg/L para Cu, Zn y Fe respectivamente.
Los valores de Cu y Fe no se diferencian significativamente de los obtenidos en
la presente investigación mientras que entre los valores de Zn se encontró una
diferencia significativa (p<0.05) al comparar con nuestros resultados (1.19±0.60
vs 1.95±0.51 mg/L). Se observó una correlación no significativa entre el
contenido de Cu y de Zn en el jugo gástrico (r = 0.200; P = 0.072) mientras que
para el Cu y el Fe (r = 0.002; ns) y el Zn y el Fe (r = 0.004; ns) no se encontró
una correlación significativa (Figura 11, 12 y 13).
Aunque en el presente estudio se pudo comprobar una diferencia significativa
en cuanto al Zn (p<0.05) en los sujetos con gastritis, al comparar con el grupo
sin gastritis, Powell et al (1992) encontraron que las concentraciones de estos
elementos no difieren significativamente en la salud o en la enfermedad (sanos
vs pacientes con úlcera péptica).
En el jugo gástrico de los sujetos con gastritis asociada o no con Hp se
encontró una diferencia significativa (p<0.05) al comparar entre sí las
concentraciones de Zn (Tabla 20). El Cu y el Fe disminuyen sin alcanzar
significación estadística.
Estos resultados, al igual que los anteriores, demuestran que los cambios más
acentuados en la gastritis asociada o no al Hp afectan al Zn.
9.10. Elementos traza en el jugo gástrico en los diferentes tipos de gastritisLa concentración de Cu, Zn y Fe en el jugo gástrico según los tipos de gastritis
se muestra en la Tabla 21.
Los resultados obtenidos muestran una diferencia significativa en las
concentraciones gástricas de Cu y de Zn en relación con los diferentes tipos de
gastritis. Existe una tendencia discreta pero significativa (p<0.05) a disminuir
las concentraciones de Cu y de Zn en el jugo gástrico en relación al estado
evolutivo de la gastritis.
El hecho que la concentración de Cu y de Zn disminuyen en el jugo gástrico de
los sujetos con gastritis indica, que al menos en parte, existe un flujo de estos
elementos desde esta secreción hacia la mucosa o que existe una retención de
estos elementos en la mucosa, lo cual sugiere que estos metales pueden tener
un efecto protector contra la lesión de la mucosa gástrica. Es posible que la
captación de Cu y de Zn por la mucosa incrementa la actividad de la Zn, Cu-
SOD, enzima que protege contra el daño oxidativo de de la mucosa gástrica
inducida por el Hp (Naguchi et al, 2002).
En este sentido es interesante señalar que Yin et al (2003) estudiaron las
concentraciones de Cu y Zn en la mucosa gástrica n personas normales y en
pacientes con gastritis crónica superficial con gastritis crónica activa con y sin
manifestaciones clínicas y en gastritis crónica y encontraron un marcado
incremento de estos elementos a nivel de los núcleos y de las mitocondrias
celulares de la membrana gástrica. De acuerdo con estos investigadores,
cuando la mucosa gástrica se lesiona por diferentes sustancias nocivas o por
isquemia, el metabolismo del Cu y del Zn se trastorna en el organismo con
alteración de las correspondientes metaloenzimas. Cuando el núcleo capta
mayores cantidades de Cu y Zn, la síntesis proteica se incrementa, la división
nuclear y la hiperplasia celular se aceleran, lo cual por un lado favorece la
cicatrización de la lesión gástrica (reparación de la mucosa) y por el otro, existe
la posibilidad de un incremento en la mutación de los genes, que en el caso de
la infección por Hp, determina cambios en la diferenciación celular e incluso
cambios cancerosos.
En 80 pacientes con gastritis crónica superficial con ingestas alimentarias
variables en Zn, Leung y Li (1993) encontraron en el jugo gástrico, recolectado
en ayunas, concentraciones de 1.10, 0.57 y 1.13 mg/L para Zn, Cu y Fe,
respectivamente. En este caso, las concentraciones de Cu y Fe son
significativamente (p<0.05) diferentes a las de la presente investigación. Estos
mismos investigadores observaron una correlación significativamente positiva (r
= 0.71) entre el Zn y el Cu, aunque no hubo correlación entre el Zn y el Fe (r =
0.09) o entre el Cu y el Fe (r = 0.11). En nuestros sujetos con gastritis
superficial no se encontró correlación entre el Cu y el Zn (r = 0.065; ns), el Cu y
el Fe (r = 0.003; ns) y el Zn y el Fe (r = 0.165; ns) (Figuras 14, 15 y 16) lo que
concuerda, en parte, con los trabajos de Leung y Li (1993).
La inexistencia de valores en el jugo gástrico en los otros tipos de gastritis:
crónica y erosiva, no permiten realizar las comparaciones correspondientes y
llegar a conclusiones definitivas, aunque se encontraron diferencias
significativas (p<0.05) al comparar las concentraciones de Cu y Zn en estas
patologías con los sujetos sin gastritis.
En las Figuras 17, 18 y 19 se muestra la correlación entre los elementos traza
en el jugo gástrico y los tipos de gastritis. Se observa una correlación
significativa y negativa (r = - 0.553) entre el Zn y los diferentes tipos de gastritis;
en el caso del Cu (r = 0.042) y del Fe (r = 0.096) no se encontró una correlación
significativa.
En los sujetos con gastritis crónica no se encontró una correlación significativa
entre las concentraciones de Cu/Zn (r = 0.509; ns) en el jugo gástrico; Cu/Fe (r
= 0.534) y Zn/Fe (r = 0.598; os) (Figuras 20, 21 y 22).
Asimismo, en el caso de las gastritis erosivas tampoco hubo correlación entre
Cu/Zn (r = 0.181; ns), Cu/Fe (r = 0.189; ns) y Zn/Fe (r = 0.079; ns) (Figuras 23,
24 y 25).
9.11. Relación Cu/Zn en el jugo gástrico de los diferentes tipos de gastritisLa Tabla 22 muestra las variaciones de la relación Cu/Zn en el jugo gástrico de
los sujetos en ausencia y presencia de gastritis.
Se observa que la relación Cu/Zn se incrementa con el tipo de gastritis como
sigue: gastritis erosiva (1.84±0.40) > gastritis crónica (1.75±0.54) > gastritis
superficial (1.72±0.59). El menor valor de la relación se encontró en el jugo
gástrico de los sujetos sin gastritis (1.20±0.34). Estos resultados que sugieren
que la relación Cu/Zn en el jugo gástrico se puede utilizar para evaluar la
gravedad y/o el estado evolutivo de la lesión de la mucosa gástrica,
concuerdan en parte con los hallazgos de Wu y Yang (1997) quienes opinan
que el contenido de Cu y de Zn y la relación Cu/Zn en el jugo gástrico pueden
ser considerados indicadores útiles para el diagnóstico de algunos trastornos
gástricos.
10. Conclusiones
10.1. Se estudiaron 82 sujetos (33 hombres y 49 mujeres), de diferentes
edades, subdivididos en dos grupos: 16 sin gastritis (7 hombres y 9 mujeres),
con una edad promedio de 43±19.52 años, procedentes del servicio de
Medicina Interna (IAHULA) y 66 (26 hombres y 40 mujeres) con diversos tipos
de gastritis, con una edad promedio de 48.80±16.80 años, procedentes del
servicio de Gastroenterología (IAHULA).
Las gastritis fueron clasificadas según el estudio histopatológico en: crónica (n
= 9; 5 hombres y 4 mujeres), superficial (n = 28; 10 hombres y 18 mujeres) y
erosivas (n = 29; 11 hombres y 28 mujeres). La presencia de Hp se detectó en
44 de los sujetos con gastritis (54%). El test de significancia del Chi-cuadrado
no mostró una asociación significativa entre el sexo (p = 0.482; ns), la edad (p
= 0.298; ns) y la presencia de gastritis. El análisis estadístico demostró una
correlación lineal altamente significativa (p<0.01) entre la gastritis y el Hp.
10.2. El análisis estadístico mostró diferencias estadísticas significativas
(p<0.05) en los niveles séricos de Zn al comparar los sujetos con ausencia y
presencia de gastritis. En 26 sujetos con gastritis encontramos hipercupremia
(niveles de Cu sérico >1.35 mg/L) y en 28 hipoferremia (niveles de Fe <0.5
mg/L). Hallazgos característicos de los procesos inflamatorios/infecciosos
agudos o crónicos. En nuestro caso, los cambios más marcados se
encontraron en las concentraciones séricas de Zn en los sujetos con gastritis,
lo cual, a su vez, determinó un incremento significativo en la relación Cu/Zn en
los diferentes tipos de gastritis. El mayor porcentaje (65%; n = 29) de los
valores disminuidos de Fe se encontró en los sujetos con gastritis asociada al
Hp.
10.3. Los cambios en la relación CuS/ZnS se pueden emplear para evaluar el
pronóstico y el grado evolutivo de la gastritis.
10.4. El análisis estadístico mostró diferencias significativas (p<0.05) al
comparar los niveles de Zn en el jugo gástrico de los sujetos con ausencia y
presencia de gastritis. Los resultados obtenidos también muestran una
disminución significativa (p<0.05) en las concentraciones gástricas de Cu y de
Zn respecto a los diferentes tipos de gastritis, al igual que cambios
significativos en la relación Cu/Zn, lo cual sugiere que el contenido de Cu y de
Zn y la relación Cu/Zn en el jugo gástrico pueden ser considerados indicadores
útiles para el diagnóstico y evolución de algunos trastornos gástricos.
10.5. Los cambios marcados en los niveles de Zn encontrados en los sujetos
con ausencia y presencia de gastritis y los resultados del análisis multivariante
permitieron elaborar el programa PDGZn, que permite pronosticar la ausencia o
presencia de la gastritis utilizando los niveles séricos de Zn en los individuos.
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ANEXOS
ANEXO 1
ANEXO 3
ANÁLISIS MULTIVARIANTE
Los resultados del análisis multivariante permitieron elaborar el programa
PDGZn, para pronosticar la ausencia o presencia de la gastritis utilizando los
niveles de Zn en el suero de los sujetos, tomando en consideración que el Zn
es el elemento traza que se modificó de una manera más significativa en el
presente estudio.
El programa PDGZn se elaboró utilizando los resultados del Análisis
Discriminante del paquete estadístico STATGRAPHICS 5.0 plus. Este
procedimiento desarrolla un conjunto de funciones discriminantes las cuales
pueden ayudar a pronosticar o predecir la ausencia o presencia de gastritis,
basados en los valores de la variable Zn en el suero de los sujetos.
Por consiguiente, se utilizaron los 82 sujetos de la presente investigación para
desarrollar un modelo para discriminar sobre los dos niveles o categorías de la
variable de interés; es decir ausencia (indicada con el valor Cero) y presencia
(indicada con el valor Uno). La variable predictora utilizada fue los niveles de
Zn en el suero.
La función discriminante suele ser estadísticamente significativa (p<0.05) como
se observa en el análisis. Este resultado ciertamente ofrece garantía
estadística de que dicha función puede ser utilizada para clasificar las
observaciones.
Dado que existen dos niveles a clasificar (ausencia y presencia), el análi'sis
discriminante ofrece las funciones que permitirán predecir o pronosticar nuevas
observaciones a futuro. La forma de la función es la ecuación de una recta
expresada como sigue: y = a + bx.
Donde: a es el valor de la constante
b es la pendiente de la recta y
x es el valor de la variable predictiva (en este caso el Zn sérico)
Los valores de a y b son dados por el Análisis Discriminante. Así tenemos que,
la función usada para pronosticar el primer nivel de la variable (valor cero o
ausencia) es:
y = - 23,8133 + 31,4289 (Valor de Zn en suero) (función 1).
La función para pronosticar el segundo nivel de la variable (valor uno o
presencia) es:
y = - 10,8993 + 20,8807 (valor del Zn en suero) (función 2).
Con estas dos funciones, el Análisis Discriminante permite clasificar los 82
sujetos del estudio, asignando cada observación al grupo que resulte con
mayor valor de y. Luego compara esta asignación con el grupo al que
pertenece inicialmente la observación. De esta manera se determina el
porcentaje de casos clasificados correctamente, el cual resultó ser del 90.24%
(ver resultados de la clasificación).
Este mismo procedimiento puede utilizarse para pronosticar nuevas
observaciones.
Con la finalidad de facilitar el uso de los resultados antes expuestos para
realizar los pronósticos, se procedió a elaborar un software denominado
PDGZn, utilizando Delphi 7, donde su algoritmo es como sigue:
Entrada:Valor de Zn en suero
(variable predictiva X)
Proceso:
Con el valor de X. el programa calcula valores de y para las
funciones 1 y 2.
El programa compara los dos valores de y.
Si el mayor valor de y se registra con la función 1, pronostica
ausencia de gastritis; en caso contrario, pronostica presencia de
gastritis.
Salida:Pronóstico (ausencia o presencia).
ANEXO 4
GLOSARIO DE TÉRMINOS
Absorción: paso de agua y de sustancias en ella disueltas al interior de una célula o de un organismo.
Acetilcolina: sustancia de una gran potencialidad vasodilatadora, que se forma en los mastocitos.
Ácidos grasos: componentes más importantes de las grasas, son sustancias químicamente lineales saturadas e insaturadas, con la función carboxilo. Químicamente, son ácidos orgánicos de más de seis carbonos de largo.
Ácidos nucleicos: son grandes moléculas formadas por la repetición de una molécula unidad que es el nucleótido.
Ácido láctico: sustancia producida por el músculo bajo ciertas circunstancias. Sin embargo puede ser producido sintéticamente por industrias de productos biodegradables de ácidos poli-lácticos. Es producido por glicólisis: degradación de los carbohidratos s a ácidos por un proceso de fermentación.
Ácido desoxirribonucleico (ADN): ácido nucleico de una sola cadena, compuesto de adenina, citosina, uracilo, ribosa y fosfato.
Ácido ribonucleico (ARN): un ácido nucleico que se trascribe a partir de la matriz del ADN.
Agudo: que tiene un curso breve y relativamente grave.
Alergia: reacción de hipersensibilidad frente a ciertos antígenos inocuos en sí mismos.
Alzheimer: debilidad mental progresiva.
Aminoácido: ácido orgánico con un grupo amino (NH2) y un grupo carboxilo (-COOH). Los aminoácidos se unen entre sí para formar las moléculas de proteínas.
Adenosina monofosfato - cíclico (AMP-c): formado a partir del adenosintrifosfato (ATP) en una reacción catalizada por adenilatocidasa, que interviene en procesos intracelulares diversos.
Anemia: condición que se desarrolla si la sangre no transporta suficiente oxígeno para alimentar los tejidos. Síntomas comunes de anemia son: fatiga, dolor de cabeza y falta de respiración. La anemia puede ser causada por tener
pocos glóbulos sanguíneos rojos, por baja hemoglobina o por ambas causas.
Anticuerpos: proteínas en la sangre que pueden reconocer y bloquear agentes extraños.
Anticoagulantes: sustancia que retrasa o contraresta la coagulación de la sangre.
Antígeno: Sustancia, generalmente proteica que da lugar a la formación de un anticuerpo con el que reacciona específicamente.
Anti-inflamatorio: sustancia que contraresta o reprime la inflamación. La hinchazón y el enrojecimiento son tipos de inflamación.
Antioxidante: son substancias (nutrientes) capaces de neutralizar la acción oxidante de una molécula inestable (radical libre), sin perder su propia estabilidad electroquímica. Ejemplos de antioxidantes son las vitaminas A, e y E.
Artritis reumatoidea: es una forma común de artritis (artr: articulación; itis: inflamación) que produce inflamación en el revestimiento (sinovio) de las articulaciones, causando calor, hinchazón y dolor en la articulación.
Atrofia: Pérdida o disminución de tamaño.
Auto-anticuerpos: anticuerpos que por equivocación atacan las células huéspedes.
Bacteria: grupo de organismos microscópicos que causan enfermedad cuando infectan a alguien.
Bilirrubina: pigmento amarillo rojizo que se desarrolla en la bilis.
Biodisponibilidad: cantidad y alcance que tiene una sustancia cuando es absorbida y circulada por el cuerpo.
Biopsia: Remoción y posterior examen de laboratorio de un tejido del cuerpo vivo.
Cáncer: grupo extenso de enfermedades caracterizadas por un crecimiento incontrolable y propagación anormal de células.
CD8 (T8): proteína que se encuentra en la superficie de la célula de los linfocitos T supresores.
Catarata: opacidad del cristalino o de la cápsula de este órgano.
Célula: unidad independiente más pequeña de un organismo. La célula está compuesta del citoplasma y un núcleo, y está rodeada por una membrana o pared.
Células T: células blancas que juegan un papel importante en el sistema inmunológico. Hay tres tipos diferentes de células T que a su vez se subdividen. La medida común de células T son las células T ayudantes, las células T asesinas y las células T supresoras.
Célula T auxiliar: Un subgrupo de células T. Los médicos miden regularmente el conteo de células T auxiliares en personas VIH positivas. El conteo normal de células T auxiliares es de 480 a 1800, pero podría variar.
Células auxiliares (T4, CD4): tipo de células T denominadas T4, que son esenciales en que se active la producción de anticuerpos y de células citotóxicas y de que se inicien otras respuestas inmunológicas.
Células de memoria: células T que han estado expuestas a ciertos antígenos y que posteriormente están capacitadas para proliferar a través de una exposición repetida al mismo antígeno.
Células destructoras naturales, natural killer cells (células NK): grandes células del sistema inmunológico que atacan y destruyen células infectadas y cancerosas. Son conocidas como destructoras "naturales" porque atacan sin ninguna ayuda del resto del sistema inmunológico.
Células T supresoras: células T que hacen que otras células T dejen de funcionar.
Ciclo de Krebs: serie de reacciones que intervienen en la oxidación de ácido pirúvico hasta átomos de hidrógeno, electrones y dióxido de carbono. Los electrones, pasando a través de moléculas transportadoras de electrones, intervienen en la fosforilación oxidativa y en los procesos finales de oxidación. También recibe el nombre de ciclo del ácido tricarboxílico o ciclo ATC.
Citoquinas (citocinas): proteínas producidas por los glóbulos blancos que actúan como mensajeras químicas entre las células. Las células CD8 (T-supresoras) liberan una citocina que, aparentemente, bloquea la replicación del vm: en una célula infectada, al menos hasta una etapa avanzada de esta enfermedad.
Citoplasma: es el espacio celular comprendido entre la membrana plasmática y la envoltura nuclear. Está constituido por el citosol, el citoesqueleto y los orgánulos celulares.
Cromosoma: son segmentos de ADN largos contenidos dentro del núcleo de las células. En el núcleo de cada célula hay 23 pares de cromosomas o 46 cromosomas en total
Citotóxico: término usado para describir todo aquello que daña las células. También usado con el nombre de un tipo de célula T.
Coenzima: molécula orgánica, o cofactor orgánico no proteínico, que juega un
papel accesorio en los procesos catalizados por enzimas, con frecuencia actúan como dadores o receptores de electrones; el NAD+ y el FAD son dos coenzimas comunes.
Complejo inmune: un par de partes del sistema inmunológico. Los complejos inmunes se forman cuando el sistema inmunológico marca un cuerpo extraño de forma tal que el cuerpo sepa como relacionarse con ellos.
Consentimiento informado: tipo de protección disponible para personas que están considerando participar en un estudio.
Criterio de inclusión/exclusión: razones médicas o de otro tipo que permiten la admisión o exclusión de una persona en un estudio.
Crónico: prolongado por mucho tiempo; opuesto a agudo.
Cincemia: concentración sérica o plasmática del cinc.
Cupremia: concentración sérica o plasmática de cobre.
Digestión: rompimiento físico y químico de los alimentos ingeridos para transformarlos en materia asimilable.
Documento de consentimiento escrito de forma corta: forma que es verbalmente explicada a los individuos cuando van a participar en un estudio. Debe haber un testigo presente cuando el estudio es explicado y esta forma es firmada por el sujeto a participar en el mismo.
Edema: acumulación de líquido en los tejidos, la cual ocasiona una inflamación de la parte del cuerpo afectada.
Enfermedad auto-inmune: enfermedad que surge de los tejidos de la persona y es dirigida en contra de esos mismos tejidos.
Enzima: proteína química que puede acelerar una reacción química del cuerpo.
Eosinófilo: tipo de glóbulo blanco, llamado granulosito, que puede digerir microorganismos.
Eritrocitos: Glóbulos rojos que tienen como función primaria llevar oxígeno a las células.
Flavin adenín dinucleótido o adenín dinucleótido de flavina (FAD): Es un dinucleótido de flavina (anillo de isoaloxacina) y adenina. Es una coenzima que interviene en numerosas reacciones de oxido reducción, ya que el anillo de isoaloxacina tiene capacidad de oxidarse y reducirse, actuando, por tanto, el grupo flavina como oxidante o reductor
Flavín mononucleótido o riboflavina 5' -fosfato (FMN): Es un
mononucleótido de flavina (anillo de isoaloxacina). Como el FAD, es una coenzima que puede actuar como oxidante o como reductor. La riboflavina es la vitamina B2.
Factor de necrosis de tumor, tumor necrosis factor (TNF): Una proteína producida por los macrófagos. El TNF por si solo destruye células cancerosas.
Glándulas linfáticas: Pequeños centros del sistema inmunológico que están ubicados en todo el cuerpo. Las glándulas linfáticas protegen a la corriente sanguínea de infecciones, filtrando las partículas infectadas.
Glóbulos sanguíneos blancos: Parte del sistema inmunológico que protege al cuerpo de substancias extrañas, como los microorganismo s que producen enfermedad.
Granulocitos: Un tipo de célula del sistema inmunológico llena de gránulos, con químicos tóxicos, que les permiten digerir los microorganismos. Basófilos, neutrófilos y eosinófilos son ejemplos de granulocitos.
Hemoglobina: La proteína en los glóbulos rojos responsable de llevar oxígeno.
Hipersensibilidad: Una situación en la que el cuerpo reacciona con una exagerada respuesta inmunológica a los medicamentos u otras substancias.
Histidina: nucleótido cíclico que es un activador alostérico de varias cinasas.
Histamina: amina vaso activa liberada de los gránulos de mastocitos y basófilos.
Hormona. Sustancia química producida normalmente en pequeñas cantidades en una parte del organismo, desde donde es transportada a otra parte del mismo en la que produce un efecto específico.
In vitro (del latín; "en vaso"): un ambiente artificial creado fuera de un organismo viviente.
In vivo: (del latín, "en vida"): estudios conducidos dentro de un organismo viviente.
IgE: inmunoglobulina involucrada en reacciones de hipersensibilidad inmediata con capacidad de unirse a basófilos y mastocitos a través de receptores de gran afinidad que estas células poseen para su extremo.
Inhibidor: En medicina se refiere a un medicamento, químico o sustancia que inhibe o evita que algo suceda.
Inmunidad: Resistencia natural o adquirida contra una enfermedad específica. La inmunidad puede ser parcial o completa; de larga duración o temporal.
Inmunomoduladores: medicamentos que se espera fortalezcan el sistema
inmunológico y ayuden al cuerpo a combatir las infecciones oportunistas u otras enfermedades que atacan a personas con SIDA
Interleucina: una sustancia natural de la sangre que ayuda a las células del sistema inmunológico a comunicarse.
Jugo gástrico: jugo digestivo producido por el estómago; contiene ácido clorhídrico; enzimas digestivas (especialmente pepsina) y sustancias mucosas.
Lesión: cualquier interrupción traumática o patológica de un tejido, que puede causar una pérdida de su función (del tejido afectado o del que le rodea).
Leucocitos: todos los glóbulos blancos.
Leucopenia: nivel más bajo de lo normal de los leucocitos s en la sangre.
Leucotrienos: son moléculas lineales. Tienen un pequeño anillo de oxano.
Linfocitos B (células B): uno de los tipos de células del sistema inmunológico; inicialmente, las células B combaten la infección creando anticuerpos.
Linfocito T cito tóxico (CTL): un linfocito que es capaz de eliminar células extrañas que han sido marcadas por el sistema inmunológico para ser destruidas.
Lisozima: Enzima catiónica de bajo peso molecular presente en humores corporales que ataca a los mucopéptidos de la pared bacteriana. También estimula la acción del complemento contra bacterias Gram (-).
Líquido extracelular: es el líquido que se encuentra fuera de la célula; incluye el líquido intersticial y el plasma.
Lisosoma: Orgánulo limitado por una membrana simple y que contiene enzimas hidrolíticas que son liberados cuando el orgánulo se rompe, y que son capaces de fragmentar proteínas y otras moléculas complejas
Lípido: un grupo de las muchas moléculas orgánicas no polares que son insolubles en agua, pero que se disuelven fácilmente en disolventes orgánicos no polares; incluyen a las grasas, los aceites, los esteroides, los fosfolípidos y los carotenoides.
Lupus eritematoso: infección tuberosa de la piel y las mucosas, caracterizada por la producción de tubérculos que se ulceran y se extienden.
Macrófago: amplio sistema inmunológico de células que se encuentra en la sangre buscando los agentes extraños. Estas células también avisan al resto del sistema inmunológico que se necesita ayuda.
Matriz química: conjunto de los diversos componentes que constituyen una muestra analítica.
Médula ósea: sustancia blanda especializada que rellena los espacios del hueso esponjoso de las epífisis, la cual produce glóbulos blancos, glóbulos rojos y plaquetas:
Mitocondria: orgánulo delimitado por una doble membrana que se encuentra en las células eucarióticas; contiene las enzimas del ciclo de Krebs y de la cadena de transporte electrónico; constituyen la fuente principal de ATP en las células no fotosintéticas
Neoplasma: anormal e incontrolable crecimiento de tejido; un tumor.
Neopterina: sustancia producida por los macrófagos cuando encuentran una substancia extraña, tal como un virus.
Neutropenia: bajo número de neutrófilos en la sangre.
Nutrófilo: glóbulos blancos que juegan un papel central en el sistema inmunológico.
Nicotinamida adenín dinucleótido (NAD): coenzima que funciona como aceptor electrónico en muchas de las reacciones oxidativas de la respiración.
Nicotinamida adenín dinucleótido fosfato (NADP): coenzima que funciona como aceptor electrónico en muchas de las reacciones reductoras de la biosíntesis; de estructura similar al NAD excepto en que contiene un grupo fosfato extra.
Opsonización: acción facilitadora de la fagocitosis por los macrófagos.
Plasma: parte líquida de la sangre en donde están suspendidos los elementos figurados.
Prostaglandinas: derivados activos del ácido araquidónico. Pueden modular respuestas inmunes.
Proteína e reactiva: -globulina análoga a los anticuerpos s que se encuentra en el suero de pacientes con inflamaciones agudas.
Proteína: compuesto orgánico complejo formado por muchos (100 o más) aminoácidos unidos entre sí por enlaces peptídicos.
Parásito: animal o planta que vive dentro o sobre otro animal o planta viviente sin que este último se beneficic.
Plaqueta: célula de la sangre que ayuda a que las heridas sanen.
Quimiotaxis: proceso por el cual los leucocitos son atraídos a la vecindad de los agentes invasores.
Resistencia: habilidad de una enfermedad para sobreponerse a un
medicamento.
Retículo endoplásmico: es un conjunto de membranas interconectadas que forman un extenso sistema de canales y que tienen unidos ribosomas.
Ribosomas: pequeñas estructuras distribuidas por todo el citoplasma y también. Concentradas en ciertos lugares en particular: retículo endoplasmático rugoso, dentro de los cloroplastos y en las mitocondrias.
Sideremia: concentración sérica o plasmática de hierro.
Síndrome: serie de signos y síntomas que existen a un mismo tiempo y que definen clínicamente un estado morboso determinado.
Suero: porción clara de un líquido orgánico (sangre, leche, linfa), después de la coagulación del mismo.
TNF: citocina liberada por macrófagos activados de estructura semejante a linfotoxinas liberadas por linfocitos T
Timo: órgano del cuerpo que entrena a las células T a ser parte del sistema inmunológico.
Trombocitopenia: condición en la que las plaquetas fracasan en evitar la coagulación de la sangre.
Tromboxanos: son moléculas cíclicas que tienen estructuras parecidas a las prostaglandinas.
Vacuolas: sacos que almacenan proteínas para su uso posterior dentro de la célula o para exportarse al exterior de la misma.
Vénula: pequeños vasos encargados de colectar/drenar la sangre de los lechos capilares y vaciarlas en las venas; constituyen la continuación de capilares y se unen para formar las venas.
Virus: es el organismo más pequeño que puede causar una infección.
Virus atenuado: Un virus debilitado, cuya capacidad para infectar o producir la enfermedad está potencialmente reducida.
Relación entre Estrato Socioeconómico y presencia de gastritis en adultos que acuden a consulta en el IAHULA (Mérida)
Ramírez VE1, Alarcón OM2, Villasmil LM3, Dávila de Arriaga A4, Villarroel A1.1Laboratorio de Investigación en Nutrición. Escuela de Nutrición y Dietética.
Facultad de Medicina. Universidad de Los Andes. Mérida, Venezuela. 2Instituto Andino Venezolano para la Investigación Química (IVAIQUIM).
Facultad de Ciencias. Universidad de Los Andes. Mérida, Venezuela. 3Unidad de Gastroenterología. Instituto Autónomo Hospital Universitario de Los
Andes. Mérida, Venezuela. 4Servicio de Anatomopatología, Instituto de Corazón y Vasos, Mérida 5101-A,
Venezuela.
RESUMEN
En la presente investigación se estudió la asociación entre el estrato
socioeconómico y la presencia de los diferentes tipos de gastritis en 66
pacientes adultos, de ambos sexos, entre 20 a 90 años, con gastritis y en 16
pacientes, de ambos sexos, entre 20 a 90 años de edad, sin gastritis, todos
residentes en la ciudad de Mérida que acudieron a la Consulta Externa de
Gastroenterología del Instituto Autónomo Hospital Universitario de Los Andes
(IAHULA). El diagnóstico de gastritis se baso en estudios clínicos, endoscopia
de la mucosa gástrica y biopsia del tejido antral. El estrato socioeconómico se
evaluó mediante el método de Graffar modificado. No se encontraron
diferencias significativas al relacionar la edad, el sexo y la presencia de
gastritis. Asimismo, el análisis estadístico mostró una asociación
estadísticamente significativa (p<0.002) entre el estrato socioeconómico y la
presencia de gastritis. Las gastritis superficiales y las erosivas predominan en
los estratos sociales más bajos: IV (clase obrera) y V (clase marginal), estratos
donde se encuentran de forma más marcada los factores predisponentes a la
aparición temprana de la enfermedad.
Palabras claves: estrato socioeconómico, gastritis, método de Graffar.
ABSTRACT
In the present investigation was studied the association between socioeconomic
status and the occurrence of different types of gastritis in 66 adult, of both sex,
is between 20 at 90 years, with gastritis and in 16 patients, of both sex, is
between 20 at 90 years of age, without gastritis who attended the Service of
Gastroenterology of the Autonomous Institute University Hospital of The Andes
(IAHULA). The diagnosis of gastritis was based on clinical studies, endoscopic
appearance of the gastric mucosa and biopsy of antral tissue. Socioeconomic
status was evaluated by the method of Graffar modified. There were not
significant differences when relating age, sex and presence of gastritis.
Statistical analysis showed an association statistically significant (p <0.002)
between socioeconomic status and presence of gastritis. Superficial and
erosive gastritis are prevailing in the lowest social strata IV (labor class) and V
(marginal class), strate where are in a more marked way the predisposing
factors to the early appearance of the iIIness.
Key words: socioeconomic status, gastritis, method of Graffar.
INTRODUCIÓN
La salud integral de una población resulta de un conjunto de interacciones de
elementos biológicos, económicos, sociales y culturales fundamentada en la
estratificación de la sociedad (Méndez-Castellano y Méndez de M, 1986;
Méndez-Castellano, 1998); El método de Graffar modificado es el más idóneo y
validado para determinar la estratificación social y describir la realidad social de
la población, al relacionar los aspectos biológicos con los sociales (Méndez-
Castellano y Méndez de M. 1994) mediante la aplicación sencilla y la
estratificación en cinco estratos. Empleando este método se encontró que
cerca del 40% de la población venezolana se ubica en los estratos sociales
más bajos (IV y V), representando el estrato IV (pobreza relativa) un 39.17% y
el estrato V (pobreza crítica) un 40.72%. En 1995 se presentó una movilidad
social descendente que trajo como consecuencia un empobrecimiento general
de la población venezolana, con excepción del estrato I que posee el más alto
nivel de calidad de vida y la mayoría de los medios de producción. La pobreza
crítica de la población venezolana (población con condiciones de vida
inhumanas), era para ese mismo año (1995) del 41.75%, en comparación con
Bélgica 8.6%; Inglaterra 6.5%; Francia 6.5%; Suecia 4% y Suiza el 1.25%,
respectivamente (FUNDACREDESA, 2001).
Los niveles socioeconómicos IV y V, se asocian con bajo nivel educativo y alta
mortalidad, en individuos menores de 30 años que asisten a diversos centros
educativos del área metropolitana de Caracas (Baez-Abreu de Borges, 1993).
Las condiciones sociales, la raza, el ingreso económico, la situación de empleo,
el acceso a la asistencia médica, la cobertura del seguro médico, el fumar, el
alcoholismo, la actividad física, el índice de masa corporal (IMC), los patrones
del sueño, el aislamiento social, el estado civil, la depresión y la incertidumbre
personal, entre otros, contribuyen de manera importante a la asociación entre
el estado socioeconómico bajo y la elevada mortalidad, condición que es
independiente del comportamiento individual (Haan et al., 1987).
Las diferencias en las tasas de morbilidad y mortalidad en relación con la
posición socioeconómica se han mantenido y son un problema de salud pública
en aumento (House et al., 1990; Adler et al., 1993). El elevado riesgo de
mortalidad y mortalidad se asocia con los bajos niveles de educación e ingreso
económico de la población (Williams, 1990; McGinnis y Foege, 1993; Krieger et
al., 1993). Los factores socioeconómicos influyen en el comportamiento de la
salud y son de gran importancia para la aplicación de las políticas sanitarias
(Lantz et al., 1998). Investigaciones realizadas durante 17 años en Lima, Perú,
y en otros países señalan un incremento de la prevalencia del Helicobacter
pylori (Hp) en las gastritis crónicas activas y en las úlceras pépticas en los
estratos socioeconómicos medio y bajo (León-Barua, 2000; Ramírez-Ramos et
al., 2003).
La gastritis es un proceso inflamatorio primario de la mucosa gástrica, sin
alteraciones macroscópicas características ni sintomatología definida, se trata
de una entidad de diagnóstico histopatológico, determinado por diversas
causas (Jaramillo et al. 2001). En el adulto, la gastritis está considerada como
una causa importante de morbi-mortalidad (Chang-Borrero et al., 2002).
Algunas gastritis son de aparición brusca y de corta duración (gastritis agudas),
con síntomas de dolor severo y molestias difusas en el estómago, náuseas con
o sin vómitos y molestias digestivas inespecíficas y otras de larga evolución
(gastritis crónicas) más complejas (Jaramillo et al., 2001). Histológicamente se
reconocen dos variedades de gastritis crónica: la superficial y la atrófica.
Dependiendo de la severidad de la lesión se han clasificado en gastritis
erosivas y no erosivas. (Jaramillo et al., 2001). El diagnóstico de una gastritis
se fundamenta en la clínica y en el estudio gastroscopio y se confirma por el
estudio histopatológico (Dixon et al., 1996). La gastritis crónica asociada a
Helycobacter pylori (H. pylori) o gastritis tipo B afecta el antro, es la más
frecuente y no predomina en ningún sexo (Cittelly et al., 2002).
La mayor parte de los trabajos publicados indican una relación significativa
entre el estrato socioeconómico de la persona y la gastritis crónica asociada a
H. pylori (Torres, 2000; Guiraldes et al., 2001, 2002; Chong et al., 2003). En la
literatura pocos informes se encuentran en relación al estrato socioeconómico y
la prevalencia de los diferentes tipos de gastritis no asociadas al H. pylori,
aunque recientemente se ha propuesto que los factores geográficos, el estado
socioeconómico y los hábitos alimenticios son factores muy importantes en la
inducción de la gastritis (Atisook et al, 2003). Estos antecedentes motivaron la
realización de la presente investigación en la cual se examina la influencia del
estrato social y la presencia de la gastritis en pacientes adultos, de ambos
sexos y diferentes edades.
METODOLOGIA
La investigación realizada es de carácter descriptivo, de corte transversal; por
el nivel de conocimiento obtenido se clasifica como exploratoria y según su
razón y propósito, como aplicada. Las Áreas de estudio son las consultas de
Gastroenterología (Área A) y de Medicina Interna (Área B) del Instituto
Autónomo Hospital Unjversitario de Los Andes (IAHULA) en Mérida.
SujetosEl universo del Área A estuvo formado por 115 pacientes, que acudieron a la
consulta de Gastroenterología del IAHULA, entre los meses de febrero a julio
del año 2003. De estos, se seleccionaron 66 individuos con diagnóstico de
gastritis (grupo con gastritis), de los dos sexos, entre 20 a 90 años (edad
promedio 48.88:1+16.80) y que firmaron su consentimiento voluntario por
escrito para participar en la investigación y se excluyeron 49 sujetos con
diagnósticos diferentes a gastritis (p.e: úlceras, carcinomas, etc) o que no
firmaron su consentimiento voluntario.
El universo del Área B estuvo integrado por 70 pacientes que asistieron a la
consulta de Medicina Interna del IAHULA, entre los meses de febrero a julio del
año 2003, por presentar molestias gástricas inespecíficas (vómitos, náuseas,
dispepsias, etc) y que fueron remitidos a la consulta de Gastroenterología para
descartar cualquier tipo de patología gástrica. De estos, se seleccionaron 16
individuos de ambos sexos, de 20 a 90 años (edad promedio 43+19.52) en los
cuales el estudio endoscópico, biópsico y de anatomía patológica descartó el
diagnóstico de gastritis y que aceptaron por escrito y voluntariamente su
participación en la investigación., después de explicárseles el procedimiento
experimental a seguir, de acuerdo con las normas internacionales vigentes. Se
excluyeron 54 pacientes con diagnósticos diferentes a gastritis, que no firmaron
el consentimiento para su participación o en los cuales no se recogieron todos
los datos socioeconómicos. Los pacientes de las dos Áreas se clasificaron en:
l. Pacientes con gastritisEl diagnóstico clínico de gastritis se realizó por endoscopia de vía digestiva
superior en el Servicio de Gastroenterología del IAHULA, posteriormente
confirmado por estudios histopatológicos en una muestra de tejido antral. La
biopsia fue procesada por microscopía óptica y leída por un patólogo. Para el
estudio se empleo un gastroscopio adaptado a un UPC-10 10, marca
SONY, Color Printer Video. Mavi-Graph, que permitió la obtención de la
muestra de tejido de la mucosa gástrica.
Este grupo estuvo integrado por las personas del Área A (26 hombres y 40
mujeres), quienes se clasificaron en los siguientes subgrupos:
Grupo con Gastritis superficial (GS): n = 28 (10 hombres y 18 mujeres).
Grupo con Gastritis crónica (GC): n = 9 (5 hombres y 4 mujeres).
Grupo con Gastritis erosiva (GE): n = 29 (11 hombres y 18 mujeres).
Los pacientes clínicamente asintomáticos, quienes presentaron al estudio
endoscópico e histopatológico una mucosa con cambios histológicos mínimos,
inflamación superficial del antro, del cuerpo o de ambas partes del estómago,
con predominio de infiltrado linfocitario y células plasmáticas ligadas a
neutrófilos, sin atrofia o metaplasia se diagnosticaron como portadores de
gastritis superficial (GS) (Dixon et al, 1996; Gomollón, 1996). La gastritis
crónica (GC), a su vez, se caracterizó al estudio endoscópico e histopatológico,
por una mucosa oxíntica del cuerpo y fundus normal y/o con inflamación leve,
con infiltrado leucocitario sin destrucción ni pérdida de las glándulas gástricas
concomitantemente con infiltrado inflamatorio sólo o acompafiado de
polimorfonucleares, mientras que la gastritis erosiva (GE) endoscópicamente
se caracterizó por erosiones múltiples y punteadas o úlceras aftosas, con
síntomas no específicos como náuseas, vómitos y malestar epigástrico e
histológicamente por un grado de inflamación variable (Dixon et al, 1996;
Gomollón, 1996).
II. Pacientes sin gastritis Se consideraron a los pacientes asintomáticos del tracto gastrointestinal, a
quienes se les pidió consentimiento para participar en el estudio. A los sujetos
que aceptaron se les practicó endoscopia digestiva superior y no se observaron
lesiones aparentes: mucosa gástrica sin alteraciones de su coloración y de su
grosor y sin cambios morfológicos. Este grupo estuvo integrado por las
personas del Área B (7 hombres y 9 mujeres).
La información requerida de los sujetos de ambas Áreas (A y B), se
obtuvo por la aplicación de un formulario de recolección de datos, que
incluía además de los datos de identificación y clínicos, la encuesta socio
económica. Para medir el estrato socioeconómico (social) se utilizó el
método de Graffar modificado (Méndez-Castellano y Méndez MC de, 1986), el
cual clasifica a la familia en cinco estratos, en base a un puntaje. Para efectos
de este estudio las personas se reagruparon en clase media alta (Estrato II),
clase media baja (Estrato III); clase obrera (Estrato IV) y clase marginal (Estrato
V). Esto se debe a que en la presente investigación no se encontraron
personas que reunieran el puntaje para la clase alta (Estrato 1). (Tabla 1).
Análisis estadístico Los resultados se expresan en tablas y gráficos. Para establecer la asociación
estadística entre las variables (gastritis y estratificación socioeconómica) se
empleó el test de significancia del Chi-cuadrado con p<0.05.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Presencia de gastritis y edad El análisis estadístico no demostró una asociación significativa entre la edad y
la presencia de gastritis en el presente estudio. Algunos trabajos han informado
que la edad temprana o avanzada no es factor de susceptibilidad para
desencadenar la gastritis (Domínguez-Belloet al., 2002).
Sin embargo, Shibata et al. (2002) opinan que el envejecimiento tiene una
asociación significativa y positiva con la gastritis crónica atrófica. Por su parte
Siurala y Kekki (1982) en pacientes con anemia perniciosa han demostrado la
presencia de factores específicos que facilitan la progresión de la gastritis en
personas con más edad, aunque la naturaleza exacta de estos factores es
desconocida. Los estudios previos de Hradsky et al. (1966) y de Seifert y Knoll
(1967) también indican una dependencia significativa (p<0.05) de la gastritis
crónica en relación a la edad de las personas.
Presencia de gastritis y sexo En relación a las variables presencia de gastritis y sexo (Tabla 2), el test de
significancia de Chi-cuadrado arrojó una p = 0,9234 (no significativa) lo cual
nos permite concluir que el sexo no es un factor determinante de la ocurrencia
de la enfermedad, ya que ambos sexos son susceptibles a padecerla;
resultados similares reportaron Hradsky et al. (1966). El hecho que en el
presente trabajo predomine el sexo femenino, con el mayor índice de la
enfermedad, puede explicarse porque las mujeres son las que más solicitan y
acuden a la asistencia médica. Este comportamiento fue similar en el grupo
denominado sin gastritis.
Presencia o ausencia de gastritis en relación con el estrato socioeconómico Los sujetos con y sin gastritis fueron ubicados en los estratos sociales II al V,
con predominio de los estratos IV (n = 29; 24 con gastritis y 05 sin gastritis) y V
(n = 29; 23 con gastritis y 06 sin gastritis) como se observa en la Tabla 3 y en la
Fig.1. El test de significancia (Chi-cuadrado), que sirve para establecer la
asociación entre el nivel socioeconómico y la presencia de gastritis, mostró
diferencias significativas (p = 0,002), al comparar los grupos con y sin gastritis.
Este resultado indica que el nivel socioeconómico es un factor predisponente
para la enfermedad, lo cual coincide con los hallazgos de otros autores, entre
ellos Lantz (1997), quien señala que la baja calidad de vida en combinación
con el bajo nivel económico y educativo influyen tanto en el estado nutricional,
como en la presencia o ausencia de enfermedades gastrointestinales.
En la Fig. 1 también se observa que las gastritis superficiales (GS) y gastritis
erosivas (GE) predominan en el estrato IV y V (obrero y marginal),
respectivamente, en ambos sexos, con predominio de la GE en el estrato social
más bajo. Este hecho demuestra que a menor ingreso económico hay una
menor calidad de vida (es posible que entre otros factores, la mala calidad de
vida de estos grupos sociales no permite la transición de la enfermedad hacia
la etapa crónica, sino que directamente ella pasa a su estadio erosivo) y, por
ende, mayor predisposición a presentar la enfermedad en su estadio más
severo o agresivo.
En las muestras estudiadas no hubo pacientes pertenecientes al estrato
socioeconómico I. Sin embargo, cabe destacar que la población perteneciente
a este estrato, no está exenta de la enfermedad, por la exposición a diversos
factores tales como: consumo de alcohol y tabaco; malos hábitos alimenticios,
entre otros, que condicionan la aparición de las gastritis y otros trastornos
gastrointestinales.
CONCLUSIONES Los resultados obtenidos permiten concluir que el estrato socioeconómico es
un factor desencadenante en estos tipos de gastritis y que las gastritis
superficiales y erosivas predominan en los estratos sociales más bajos (IV y V),
donde se encuentran enmarcados en su mayoría los factores predisponentes
para la aparición de la enfermedad.
AGRADECIMIENTOS Los autores agradecen al CDCHT el soporte financiero para realizar la
investigación a través del proyecto M-741-01-07-B, así como al Servicio de
Gastroenterología y al Servicio de Medicina Interna del IAHULA del Ministerio
de Salud y Desarrollo Social, donde se recolectaron los datos; a las Doctoras
Marcela P. de Burguera por su asesoría; María Luisa Di Bernardo por su
colaboración en el procesamiento estadístico y a la Licenciada Reina del V.
Alfonso F. por su valiosa participación en la obtención de las muestras y
aplicación de las encuestas.
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