Capitulo 9. Los Sacramentos De Servicio: Orden Y Matrimonio.

Temática: - Los Sacramentos al Servicio de la Comunidad.  Desarrollo:1) Lectura Bíblica: Juan 13, 4-15

Entonces se levantó de la mesa, se quitó el manto y se ató una toalla a la cintura. Echó agua en un recipiente y se puso a lavar los pies a los discípulos, y luego se los secaba con la toalla que se había atado.  Cuando llegó a Simón Pedro, este le dijo: ¿Tú, Señor, me vas a lavar los pies a mí? Jesús le contestó: Tú no puedes comprender ahora lo que estoy haciendo. Lo comprenderás mas tarde. Pedro replicó: Jamás me lavaras los pies. Jesús le respondió: si no te lavo, no podrás tener parte conmigo. Entonces Pedro le dijo: Señor, lávame no solo los pies, sino también las manos y la cabeza.  Jesús le dijo: El que se ha bañado está completamente limpio y le basta lavarse los pies. Y ustedes están limpios, aunque no todos. Jesús sabia quien lo iba a entregar, por eso dijo; No todos ustedes están limpios.  Cuando termino de lavarles los pies, se puso de nuevo el manto, volvió a la mesa y les dijo: ¿Cómo comprenden lo

que he hecho con ustedes? Ustedes me llaman Maestro y Señor, y dicen bien, porque lo soy. Pues si yo, siendo el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a otros. Yo les he dado ejemplo, y ustedes deben hacer como he hecho yo.Palabra del Señor...R: Gloria a ti Señor Jesús.  2) Reflexión. Dentro de la Iglesia Católica existen dos tipos de sacramentos de servicio:  

El sacramento del orden o también conocido el sacramento del ministerio apostólico y el sacramento del matrimonio. El sacramento del orden, permite que la misión que Cristo le dio a sus Apóstoles, siga siendo ejercida en la Iglesia hasta el fin de los tiempos. Por este sacramento unos hombres quedan constituidos ministros sagrados, consagrados y destinados a apacentar el pueblo de Dios.  Todos los bautizados participan del sacerdocio de Cristo, pero, los que reciben el orden quedan configurados de forma especial, para ejercer funciones especiales dentro del pueblo de Dios. Los sacerdotes ejercen los tres poderes de Cristo: enseñar, gobernar y santificar.  El sacerdote actúa en nombre y con el poder de Jesucristo. Su consagración y misión son una identificación especial con Jesucristo, a quien representan. 

El sacramento del matrimonio es al sacramento el cual Dios llama a la mayoría de personas, a formar una familia y es ahí donde cumplen con la tarea que él les ha encomendado. Cuando una pareja hombre y mujer, desean unir sus vidas y formar una familia feliz, hacen un compromiso, una alianza.  Entre los católicos, el compromiso matrimonial es un sacramento y significa la unión de Cristo con su Iglesia. La unión matrimonial tiene como objeto el bien de los que se casan y de los hijos que lleguen. El matrimonio, es una elección que hacen dos personas sin impedimentos, para vivir unidas en amor de esposos por toda la vida. El matrimonio como sacramento se inicia con el consentimiento personal e irrevocable de los esposos.  Fue tan grande la condescendencia de nuestro Señor y su amor hacia sus discípulos. Que con pleno conocimiento de que el Padre le había dado todo poder, de que había estado con Dios desde toda la eternidad y de que iba a

volver a Dios, condescendió en desempeñar el oficio más humilde y en servir a sus discípulos como criado.  

Quizá no nos lavamos los pies los unos a los otros con la suficiente frecuencia. Conocemos las imperfecciones que manchan los caracteres de los que están a nuestro alrededor, pero nos contentamos con notar, criticar y saberlos. No procuramos quitarlos. Y esta falta resulta en parte de no amar nosotros con un amor como el de Cristo.  Si vas a lavar los pies de tu prójimo, debes cuidar de la temperatura del agua. Seguramente que no dirías a alguien: "Pon los pies en este agua hirviendo y te los lavaré". El agua helada es igualmente inadecuada. Hay quienes son demasiado fogosos, y otros demasiado fríos e informales. Hay otros que quieren lavar los pies sin agua, para lo cual deben raspar la impureza en seco. Quien va al hermano de esa manera podrá estar diciendo la verdad, pero ésta necesita ser dicha con el agua del amor.  El Señor nos dio un claro ejemplo de humildad. No hay pecado que sea tan ofensivo a Dios y tan dañino al alma como el del orgullo. Y ninguna virtud ha sido tan recomendada como la humildad Es importante notar que para lavar los pies es necesario estar arrodillado. Nuestra "grandeza" no debe ser impedimento para servir. La vida cristiana es servicio de la misma manera que Cristo vino a servir. (Mc 10:45).