cap5 el castellano

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, ,1' i, j,I·. ,. I,:!,:" , i! ,,' :1 i CAPÍTULO 5 EL ESPAÑOL CASTELLANO Pues entremos en Castilla, que es un Reyno muy grande, compuesLO, yayuntado de muchos Reynos [ ... ], donde se habla la perfecta lengua castellana muy galana, cortesana, y graciosa, y muy esmerada, y estimada por todos los Reynos, y del mundo, por ser muy inteligible, y conversable. (Rafael Martín de Viciana, Libro de alabanzas de las lenguas hebrea, griega, latina, castellana y valenciana, 1765) Cada provincia tiene sus vocablos propios y sus maneras de dezir, y es assí que el aragonés tiene unos vocablos propios y unas propias maneras de dezir, y el andaluz tiene otros y OlTas, y el navarro otros y otras, y aun ay otros y otras en tierra de Campos, que llaman Castilla la vieja, y otros y otras en el reino de Toledo, de manera que, como digo, nunca acabaríamos. [ ... ] (Juan de Valdés, Diálogo de la lengua, 1535) P: Estoy im paciente por conocer las áreas lingüísticas del mundo hispánico. FMF: Suerte la mía porque no es tan frecuente, en los días que co- rren, encontrar a alguien con impaciencia por saber. Más que el conocimiento mismo, hoy urge conseguir títulos o lograr tra- bajos bien remunerados, sin mucho esfuerzo. P: De todo habrá, pero, si no le importa, vayamos al grano. ¿Por qué no comienza hablándome del español de España? La falsa imagen del español de España FMF: Me parece buena idea. y, si está de acuerdo, comenzaré dán- dole mi opinión sobre una falsa imagen que existe de la len- gua española lal y como se utiliza en Espalla. Porque, desde

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español castellano

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    CAPTULO 5

    EL ESPAOL CASTELLANO

    Pues entremos en Castilla, que es un Reyno muy grande, compuesLO, yayuntado de muchos Reynos [ ... ], donde se habla la perfecta lengua castellana

    muy galana, cortesana, y graciosa, y muy esmerada, y estimada por todos los Reynos, y Provincia~ del mundo,

    por ser muy inteligible, y conversable. (Rafael Martn de Viciana, Libro de alabanzas de las lenguas hebrea, griega, latina,

    castellana y valenciana, 1765) Cada provincia tiene sus vocablos propios y sus maneras de dezir, y es ass que el

    aragons tiene unos vocablos propios y unas propias maneras de dezir, y el andaluz tiene otros y OlTas, y el navarro otros y otras, y aun ay otros y otras

    en tierra de Campos, que llaman Castilla la vieja, y otros y otras en el reino de Toledo, de manera que, como digo, nunca acabaramos. [ ... ]

    (Juan de Valds, Dilogo de la lengua, 1535)

    P: Estoy im paciente por conocer las reas lingsticas del mundo hispnico.

    FMF: Suerte la ma porque no es tan frecuente, en los das que co-rren, encontrar a alguien con impaciencia por saber. Ms que el conocimiento mismo, hoy urge conseguir ttulos o lograr tra-bajos bien remunerados, sin mucho esfuerzo.

    P: De todo habr, pero, si no le importa, vayamos al grano. Por qu no comienza hablndome del espaol de Espaa?

    La falsa imagen del espaol de Espaa

    FMF: Me parece buena idea. y, si est de acuerdo, comenzar dn-dole mi opinin sobre una falsa imagen que existe de la len-gua espaola lal y como se utiliza en Espalla. Porque, desde

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    108 LA LENGUA ESPAOLA EN SU GEOGRAFA

    hace tiempo y desde diversos lugares, se le ha ido atribuyendo al espaol de Espaa, de forma espuria, una serie de caracte-rsticas que arrojan una imagen errnea, que merma las posi-bilidades de entender cabalmente cmo es este espaol y su relacin con las dems variedades. Del espaol europeo se ha resaltado su gran diversificacin in terna, su carcter de lengua estndar, su autenticidad histrica y su incuestionable nivel de correccin. Tambin se dice, por otro lado, que en Espaa se hace un uso poco cuidado de la lengua, comparado con la pulcritud y el esmero con que se adornan algunas variantes americanas.

    P: Esas son muchas cosas. Vayamos paso a paso. FMF: En primer lugar, hay un argumento, referido a la diversifica-

    cin interna del espaol de Espaa, que se ha repetido en mil ocasiones. Se dice que existe mayor distancia entre el habla de un valle del Pirineo aragons y el habla de la Vega de Granada que entre el habla de Mxico y la de la Patagonia. No puede negarse que dentro de Espaa existe una diversidad lingsti-ca apreciable, al margen del uso de lenguas diferentes, hechos ambos, por cierto, que no siempre son conocidos por los his-panohablantes de Amrica o por los profesores de espaol re-partidos por todo el mundo. Sin embargo, llevar esa diversidad mucho ms all de las divergencias existentes entre las modali-dades americanas no siempre resulta correcto.

    P: Por qu? FMF: Porque cuando se piensa en tamaa diversificacin a menudo

    se comparan variedades de origen distinto: pongamos por caso los bables asturianos -herederos de las hablas asturleonesas me-dievales- y las hablas de Cdiz, emparentadas histricamente con el castellano. Si, como ha sugerido el propio Lope Blanch, se compararan variedades geolectales de la Pennsula Ibrica surgidas histricamente desde el castellano antiguo, las diferen-cias no tendran por qu ser mucho mayores que las que se en-cuentran entre territorios americanos diferentes. La distancia entre el espaol ms conservador de Mxico y el espaol de las costas del oriente de Venezuela no tiene por qu ser mucho mayor que la distancia que existe entre el castellano de Burgos y el de las costas de Huelva. Con todo, tambin es verdad que diferencias semejantes a las que se encuentran en Espaa a una

    EL ESPAOL CASTELLANO 109

    distancia de quinientos kilmetros pueden hallarse en Amrica a una distancia de cinco mil. __

    p. Tambin hay mucha gente que piensa que el espanol de Espana . es el autntico espaol, el ms puro y el ms c.orrecto. .

    FMF: As piensan muchos espaoles e pero tamblen mu~hos hispa-nohablantes americanos. A Espana se le atribuye la Imagen de la autenticidad lingstica, de la legitimidad de la "madre pa-tria" la referencia histrica por antonomasia. Por supuesto que 'el espaol de Espaa, en cualquiera de sus modalidades, es autntico y legtimo histricamente, pero ello no SignIfica que Espaa disfrute,dela aut,~nticidad de ~or;na,~xc1usiv~. Por qu nO va a ser autentico o Igual de autentlc,?, el ~spanol de San]uan de Puerto Rico? En cuanto a la correcc:on, dice Leonor Acua, a partir de los resultados de unos estudiOS reahzados en la Universidad de Buenos Aires:

    Los hablantes de Buenos Aires depositan la norma o consideran duea de la misma a Espaa, ya sea a travs de la Real Academia Espaiiola o ~c sus diccionarios y gramtica\;. Es inte.resante observar que esta tendenCIa aparece tambin en los especialistas: los diccionarios, ?"ramticas o sim-plemente trabajos de dialectologa no definen la totalIdad de la lengua sino slo aquello que la aparta de la norma peninsular l ,

    En contra de la opinin de un buen nmero de hisp~nohablantes, los profesionales de la lengua sabemos que nmgun pms hiS-pano monopoliza el valor de la "correccin": la correccin con-siste simplemente en ajustarse a unos criterios marc~dos .por las academias y por los hablantes de mayor prestigIO, mclUl~os los medios de comunicacin. Por lo dems, el uso del espanol en Espaa ofrece correcciones e incorrecciones, pero ni ms ni menOs que en otras reas hispnicas. Con esto quiero decir que los espaoles tampoco somos absolutamente deSCUidados en el uso de la lengua.

    P: Pues algunos hispanohablantes americanos atribuyen a I~s de Espaa un uso de la lengua lleno de descuzdo y hasta de Cierta desidia.

    FMF: Es verdad. Me deca un amigo argentino: cmo me voy a avergonzar de mi voseo si en Castilla dicen cosas como la dije que ... , verdazo el banco ya le cerraron? No ignoramos que la "fat;'a" de los espaoles est vinculada para muchos hlspanoamenc~nos a la figura del inmigrante inculto, muy trabapdor, eso SI,

    I Acuria (1997).

  • 110 LA LENGUA ESPAOLA EN SU GEOGRAFA

    aunque algo lelo, que en algunos lugares recibe el apelativo de "gailego" y en otros de "cachupn", con tono menos jocoso que despectivo; si a ello se le aade el empleo frecuente de expre-

    sion~s que no se consideran correctas, el juicio negativo est serVIdo. Tampoco puede negarse la real desidia que muchos espaoles demuestran hacia el uso de su lcngl"!-a, denunciada mil veces por profesores y especialistas. Sin embargo, no es jus-to afirmar sin ms que los espaoles somos despreocupados en cuestiones lingsticas O que el lesmo es una incorreccin de calibre similar al de otras muchas incorrecciones que se dan en Amrica, entre otros motivos porque el lesmo tambin se da en Amrica y porque muchos usos lestas estn justificados etimolgicamente.

    P: Siendo as, resulta necesario caracterizar objetivamente el espa-ol de Espaa. Por cierto, en el espaol de Espaa, no existen rasgos generales diferenciados del espaol americano?

    FMF: Alguno existe, pero no se crea que resulta tan fcil hallarlos. En la gramtica, descubriramos el uso de los pronombres per-sonales t y vosotros, pero esta no es la nica opcin en Espaa. En el nivel fnico, lo que comparten todas las hablas espaolas tambin lo comparten las americanas, por lo que tal vez sea en el lxico donde hallemos ms unidades singulares, muy ex-tendidas en Espaa y desconocidas o poco conocidas .en Am-rica. La edicin de 2001 del diccionario de la Real Academia Espaola rene unas pocas decenas de "espaolismos" o voces especficas del espaol de Espaa, pero con toda seguridad son muchas ms.

    EL ESPAOL CASTELLANO 111

    Cuadro 5.1. Usos lxicos de Espaa.

    P: Bueno. Algo es algo. FMF: Pero, aun as, el espaol de Espaa encierra muchas varie-

    dades. Recuerde que tres de las reas generales hispnicas se ubican en Espaa: el rea castellana, el rea andaluza y el rea canaria. Y creo que merece la pena tratarlas separadamente, aunque su origen primero estuviera en el romance hablado en territorios de la Castilla antigua. Le parece bien que comence-mos, pues, hablando del espaol castellano, el de Castilla?

    El nomilre de la lengua

    P: Me parece bien, pero hay que reconocer que el nombre puede resultar algo confuso porque coincide con el que mucha gente utiliza como denominacin de la lengua general. Y no lo digo por m, porque los andaluces solemos llamar "espaol" a la len-gua general y "castellano" al modo de hablar de Castilla.

    FMF: S, ese criterio evita algunas confusiones. Los lingistas tam-bin preferimos aplicar "castellano" a la modalidad del espaol

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    112 LA LENGUA ESPAOLA EN SU GEOGRAFA

    de Castilla. Sin embargo, hay quien prefiere llamar "castellano" a la lengua general, por razones muy distintas: en Castilla, sin ir ms lejos, lo prefieren porque es la denominacin histrica y tradicional; en las reas bilinges de Espaa prefieren tam-bin "castellano" porque provena del vecino Reino de Casti-lla, ya que, una vez constituida Espaa como nacin, las dems variedades tambin pudieron considerarse como espaolas; en Amrica del Sur se usa "castellano" por tradicin y porque "espaol" se identifica exclusivamente con Espaa. En fin, exis-ten muchas razones que explican una y otra preferencia. Los andaluces, como usted comentaba, consideran que su modo de hablar no es "castellano" -es decir, de Castilla- sino una moda-lidad del "espaol". En cualquier caso, "espaol" y "castellano" pueden utilizarse como sinnimos.

    P: Bien, pero acaba usted de decir que el origen del castellano es-tuvo en los territorios de la antigua Castilla.

    El origen del espaol castellano

    FMF: En efecto, en la confluencia de Cantabria, Burgos, La Rioja y el rea vascfona. y esa vecindad lingstica dej secuelas tanto en la lengua vasca como en la romance. De hecho, el reducido nmero de vocales vascas -como el de otras lenguas prerroma-nas- favoreci la prdida de las oposiciones voclicas del latn (vocales largas y breves, despus abiertas y cerradas), influyen-do en el hecho de que el castellano acabara contando con tan solo cinco vocales, frente a las siete del cataln, por ejemplo. Por otro lado, el vasco tambin pudo contribuir a que ciertos sonidos sibilantes que no existan en latn alcanzaran el rango de fonemas en castellano2, Este carcter fronterizo fue decisivo en el devenir del romance castellano ms antiguo. Porque, ade-ms de los importantes contactos con el vasco, el castellano de la poca de orgenes recibi la influencia de las variedades del Norte de los Pirineos, muy especialmente del provenzal, que tuvo una acreditada dimensin literaria, junto a la puramente lingstica. Ya ello debe unirse la prolongada presencia del ra-be en la Pennsula, desde el siglo VIII hasta el siglo xv, que, con

    2 Echellique (1987: 72).

    EL ESPAOL CASTELLANO 113

    distintos niveles e intensidad, tambin se hizo patente en los usos lingsticos castellanos. Castilla fue tierra de fronteras cris-tianas y de fronteras musulmanas, tierra de contactos de gentes y de lenguas. _ .,

    P: En Andaluca el contacto con el arabe fue espeCialmente mten-so. Es as?

    FMF: As fue, pero tambin en otras reas, sin perder de vista que el mundo rabe encerraba en s mismo una notable diversidad. En la Pennsula dominada por los musulmanes, las fronteras lingsticas eran ms bien fronteras interiores, en las que los contactos lingsticos (latn-romanceado o romance / rabe / hebreo / bereber) se producan en el seno de la misma socie-dad musulmana, ya fuera rural ya fuera urbana. Estas fronteras interiores, estos contactos en el seno de las comunidades de al-ndalus, condujeron a la creacin de variedades que acusaban intensamente la presencia de elementos de la otra lengua. Uno de los ejemplos ms claros es el romance andalus, tambin co-nocido como mozrabe. Las lenguas romances del Norte reci-bieron desde el Sur algunos arabismos cuItas (a travs de las traducciones de obras cientficas), muchos andalucismos (vo-ces del rabe de al-ndalus), bastantes romancismos mozrabes y voces hbridas arbigo-romances'.

    P. De acuerdo, pero ahora nos preocupa el castellano propiamente dicho.

    FMF: Claro, claro. Disculpe si alguna vez me alejo de nuestro tema central. Los trazos ms importantes de la historia del castella-no ya los resum en nuestra conversacin de ayer, aunque me gustara destacar tres hechos relevantes. En primer lugar, que, conforme se produca la expansin geogrfica de las hablas cas-tellanas, estas iban incorporando elementos lingsticos de las variedades a las que desplazaba o con las que convivia; yas ocu-rri en Galicia, en el rea vasca y navarra o en los territorios de la antigua Corona de Aragn. En segundo lugar, que, conforme pas el tiempo, las hablas del Sur fueron adquiriendo unas ca-ractersticas propias, que ya en el siglo xv pudieron tener sus rasgos fundamentales suficientemente asentados" En tercer lu-gar, que el prestigio del castellano, como lengua y modalidad

    ~ Corriente (1996). 4 Frago (1993).

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    114 LA LENGUA ESPAOLA EN SU GEOGRAFA

    de la Corte, tuvo un progreso muy patente entre los siglos XVI Y XIX. Ese progreso lo llev a un enriquecimiento general, muy notable en su lxico, y a la creacin de un modelo de referen-cia: el castellano de las clases cultas, de la literatura, de la cien-cia y la tecnologa, desde los siglos XVIII Y XIX.

    P: Pero, ese progreso se produjo en todas las regiones por igual? FMF: Muy aguda su pregunta! Claro que no! Hay que pensar que

    la inmensa mayora de la poblacin era analfabeta y no tena acceso al aprendizaje de los usos ms cultos y cuidados de la len-gua. Adems, hasta la llegada de los Barbones, los movimientos dentro de la Pennsula, no fueron tan cmodos ni frecuentes. Esto lo digo porque as se comprende mejor el mantenimiento de las variedades dialectales en muchas reas peninsulares, ale-jadas del modelo escolar, central y urbano.

    Demodialectologa del castellano

    P: Y cules eran esas variedades dialectales antiguas? FMF: Desde finales de la Edad Media hasta el siglo XVII, el castella-

    no desarroll tres variedades internas: la castellana nortea, la castellana toledana y la castellana andaluza, que, por su particu-lar historia sociolingstica, se desmarc de sus variedades her-manas avanzando hacia soluciones lingsticas innovadoras.

    P: Cunta gente hablaba cada una de esas variedades? FMF: Esa pregunta es sumamente interesante y la respuesta exige

    realizar un ejercicio de demodialectologa, para revisar qu po-blacin tena cada una de las regiones en que se manejaban las modalidades apuntadas como dialectos. Hacia 1591, la pobla-cin de Castilla se situaba entre 6,5 y 7 millones de habitantes'.

    na Cornisa cantbrica Castilla la Vi~ja y Len La Mancha y Extremadura i\.ndaluca y Murcia

    Habitantes 1.200.000 2.925.000 1.195.000 1.590.000

    % Castilla 17%

    42,7% 17,3%

    23%

    % P. Ibrica 12,8% 30,8% 12,7% 16,7%

    Cuadro 5.2. Poblacin de las reas de Castilla en 1591. A partir de Chaunu (1976)

    5 Los datos son de Chaunu (1976: 64-65).

    EL ESPAOL CASTELLANO ]]5

    La poblacin castellana se concentraba en el interior de la Pe-nnsula, especialmente en la regin de la Castilla nortea y del antiguo Reino de Len. Su proporcin de habitantes, sumada a la de los hablantes de castellano de la cornisa cantbrica (42,7% ms 17%), haca que la modalidad ms ampliamente utilizada, con diferencia, fuera la del castellano norteo. Si considera-moS La Mancha y Extremadura como regiones que pudieron prolongar, al menos parcialmente, la modalidad del castellano toledano, observamos que la proporcin de esta variedad era la menor dentro del panorama dialectal castellano, sin entrar en la cada de su prestigio y en su progresiva marginacin.

    P: Y es posible saber cunta gente hablaba castellano entre los si-glos XVI1I Y xx?

    FMF: Puede saberse, deducindolo de los datos demogrficos con-vencionales. Hay unas cifras reunidas por Jordi Nadal que indi-can la distribucin regional histrica de la poblacin espaola. Si consideramos que la modalidad castellana se ha utilizado en toda Castilla, en Asturias, Len y Extremadura, en Aragn y Murcia, la proporcin de hablantes de esa variedad ha ido evo-lucionando de un modo interesante.

    1787 1860 1910 1981 2006

    o Castellano

    reas bilinges O Andaluz

    Cuadro 5.3. Evolucin histrica de los hablantes de las reas castellanohablan-tes, bilinges y andaluzas. A partir de Nadal (1991) (en miles).

    El anlisis de la poblacin peninsular de Espaa muestra que los hablantes de la modalidad castellana han sido amplia mayora a lo largo de los dos ltimos siglos. Tambin ha sido importante el crecimiento relativo de la poblacin en las reas bilinges. Los datos de ms difIcil interpretacin son, precisamente, los corres-pondientes a las reas bilinges en 1787, 1860 Y 1910 porque

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    116 LA LENGUA ESPAOLA EN SU GEOGRAFA

    es complicado saber cuntos de sus habitantes eran monolin-ges en la lengua de la regin, cuntos eran bilinges y cuntos monolinges castellanos (de modalidad castellana), si bien es correcto suponer que, conforme avanz el tiempo, la propor-cin de hablantes de la modalidad castellana (bilinges o no) fue aumentando decididamente. Menos dudas ofrecen los datos de 1981 y 2006 porque, aunque en ellos se incluyen muchos hablantes de las lenguas exclusivas de las reas bilinges, puede afirmarse sin error que todos ellos son conocedores de la lengHa espaola y usuarios de su modalidad castellana.

    P: Con todo, sus datos distinguen los hablantes de la modalidad castellana procedentes de reas monolinges de los proceden-tes de reas bilinges.

    FMF: S, a pesar de la coincidencia de modalidad entre los usuarios monolinges de castellano, es conveniente mantener esta dis-tincin por cuanto el castellano de las reas bilinges adquiere unas caractersticas especiales, precisamente por su contacto con las lenguas con las que coexiste.

    P: Y si unimos todos los hablan tes de la modalidad castellana y los comparamos con los hablantes de modalidad andaluza?

    FMF: En ese caso, el tanto por ciento de usuarios de las modali-dades castellana y andaluza del espaol en la Pennsula refleja una evolucin histrica algo diferente.

    100

    80

    60 % Modalidad casLellana

    40 Modalidad andaluza

    20

    O 1787 1860 1910 1981 2006

    Cuadro 5.4. Evolucin histrica de! porcentaje de hablantes de las modalida-des castellana y andaluza en e! espaol peninsular (% de pobla-cin hablante).

    Desde el siglo X1X hasta la actualidad, la modalidad ms utiliza-da del espaol en Espaa ha sido la castellana.

    P: Y cules son los rasgos principales de ese castellano?

    EL ESPAOL CASTELLANO 117

    Elementos comunes en el espaol castellano

    FMF: Hay una serie de rasgos de la pronunciacin, de la gramtica y del lxico que son comunes a todo el castellano y que le con-fieren personalidad frente al espaol de otras reas de Espaa y de Amrica. Los podemos resumir en un cuadro, pero no me resisto a comentar la marcada personalidad que le confieren al castellano algunas caractersticas, como la distincin fonolgica de /s/ y /8/, el lasmo o el uso de algunas formas lxicas que son frecuentes en el espaol de Castilla y su entorno, aunque se adentren en territorios de otras variedades peninsulares. Yen el plano fnico suele llamar mucho la atencin la articulacin de las eses, pronunciadas con la corona de la lengua proyectada hacia los alveolos y que a muchos hispanoamericanos les suena a palatal. De hecho, cuando los americanos intentan imitarnos a los castellanos, usan pronunciaciones exageradas del tipo lash ashtash de losh torosh 'las astas de los toros'.

    Cuadro 55. Rasgos generales del espaol castellano

  • 118 LA LENGUA ESPAOLA EN SU GEOGRAFA

    P: Yen el plano gramatical? FMF: En el plano gramatical, existen rasgos muy caractersticos del

    espaol castellano, aunque no son siempre generales, por distin-tos motivos: el lesmo est muy extendido; el lasmo yellosmo, son propios del rea de Castilla, pero no de Aragn (motivos geogrficos) ; las formas en -se (amase, quisiese) del subjuntivo pa-recen predominar sobre las formas en -ra, pero ms en la lengua escrita que en la lengua hablada (motivos estilsticos y de regis-tro) 6; el orden pronominal me se / se te aparece en hablantes con escasa instruccin (motivos sociales). Sin embargo, no puede negarse la importancia, como elemento caracterizador, del sis-tema de formas de tratamiento generalizado en todo el mbito castellano, incluidas sus zonas de transicin, y que no coincide con los tratamientos de ninguna otra rea hispnica, ni siquiera de Espaa. Hablo del sistema que incluye tuteo y el uso de voso-tros/ as y os para la segunda forma del plural.

    Cuadro 5.6. Paradigma de tratamientos. Sistema con tuteo -vosotros del espaol castellano.

    P: Bueno, pero, por otra parte, la modalidad castellana no se mani-fiesta de la misma manera en todo el territorio.

    El espaol castellano y sus modalidades

    FMF: Cierto. Por eso le propongo identificar una variedad castella-na nortea y una variedad castellana manchega. En el castella-no norteo, correspondiente a las tierras situadas al N arte de Madrid, cabria diferenciar los usos de las reas castellanas mo-nolinges -las correspondientes a Aragn (norteo oriental) y

    ---

    6 En las hablas manchegas las formas en -se no son mayoritarias, como muestran los mate-riales cartogrficos y sociolingsticos del Atlas Ling;iistico (y etnogrfico) de Castilla-La Mancha (Carda Mouron y Moreno Fcrnndez, 2003). En cualquier caso, el uso de formas en -Ya () en -se puede obedecer a diversos factores, incluido~ los estlsticos (De Kock y Gmez Molina, 1982).

    EL ESPAOL CASTELLANO 119

    los antiguos reinos de Castilla y de Len (norteo occidental)-del uso del castellano en tierras histricamen te bilinges. En cuanto al castellano de los bilinges, podriamos distinguir en-treun castellano gallego, un castellano cataln y un castellano vasco. Por otro lado, muy vinculadas al castellano estaran tam-bin las hablas de trnsito de Extremadura y de Murcia, pero como los hablantes suelen percibirlas como ms innovadoras y cercanas a las hablas andaluzas, dejaremos su presentacin para ms adelante.

    ( CASTELl.0-N0

    NORTENO

    ( ESPAOL '1 l CASTELLANO j

    [CASTELLANO ]l CASTELLANO DE JI ( CASTEllANO l

    NORTEO Rl0\S BIUNCUES NORTEO OCCIDENTAL ORIENTAL

    Cuadro 5.7. Modalidades del espaol castellano.

    ( CASTELlANO J MANCHEGO P: Nunca hubiera imaginado que existieran tantas modalidades del

    espaol castellano. Bueno. Conociendo lo que es comn al cas-tellano y sabiendo que existen varias modalidades, se me ocu-rren dos preguntas: cunta gente habla cada una de esas varie-dades? y cules son sus principales rasgos identificadores?

    FMF: Para responder a la primera, volvemos a hacer el ejercicio de relacionar la demografia con la lingstica, sin nimo de conta-bilizar con precisin algo que resulta sumamente impreciso.

    Castellano gallego Castellano vasco O CastellallO cataln O Castellano occidental

    Castelb.no onent.>.!

    Castellano manchego Modalidades de castdlano

    Cuadro 5.8. Habitantes de reas vinculadas a las modalidades del r:astellano (en miles) (2006).

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    120 LA LENGUA ESPAOLA EN SU GEOGRAFA

    Conviene hacer, sin embargo, algunos comentarios, antes de obtener conclusin alguna. Uno de ellos es que, dentro de lo que hemos llamado "castellano manchego" se incluyen los ha-blantes de la Comunidad de Madrid, de ah la alta demografia. El criterio seguido es ms bien geogrfico porque la ciudad de Madrid -como todas las grandes ciudades- acoge hablan tes de muy diversos lugares. Otro aspecto digno de comentario es la distincin entre un castellano occidental (astur-leons) y un

    cast~lla~o one?tal (navar~o-aragons): tal distincin responde a cntenos hlstonco-geograficos, aunque tambin tiene su retle-jo en la lengua.

    P: Pero me lIama la atencin la importante cantidad de hablantes de la modalidad que ha llamado "castellano cataln".

    FMF: Es que resulta muy llamativa por su volumen. Piense que to-dos los habitantes de Catalua, la Comunidad Valenciana y las Islas Baleares son conocedores del espaol castelIano, al mar-gen del conocimiento que tengan y el uso que hagan de la len-gua especfica de su territorio.

    P: Pero supongo yo que el castellano del rea catalanohablante, del Pas Vasco o de Galicia es un castellano con muchas influencias de las lenguas de cada territorio.

    FMF: As es, pero permtame que, antes de hablar de esas influen-cias especficas, le plantee una cuestin de fondo. La cuestin es la siguiente: qu clase de castellano habla un gallego: un castellano Con transferencias o un castellano con rasgos pro-

    plO~? O lo que es lo mismo: existe un castellano gallego -de Galzculr- o se trata de un castelIano que en Galicia encuentra unas circunstancias especiales?

    P: N o esperar que yo le d una respuesta? FMF: Por qu no? P: Porque no soy entendida en esas cuestiones. De todos modos, yo

    creo que los gallegos hablan espaol con acento, por interfe-rencia de la lengua gallega.

    FMF: ":' no le falta. razn del todo. Pero eso no quiere decir que las mterferenClas tengan que estar operando continuamente. Piense que, cuando en la lingstica moderna se habla de in-terferencia, se piensa en procesos de transferencia de elemen-tos de una lengua a otra, que ocurren, especialmente, en el momento de la adquisicin de la lengua y de un modo irre-

    EL ESPAOL CASTELlANO 121

    guIar o circunstancial. Desde esta concepcin, efectivamente las transferencias del gallego al castellano han tenido que pro-dUCIrse en un momento dado. Pero, qu ocurre si un nio de Galicia aprende un castellano en el que previamente ya se han i?_troducido elementos del gallego? Podramos decir que ese mno habla castellano con interferencias? Yo no lo creo. A partir de determinado punto, el castelIano de Galicia ya no refleja realmente la accin de las interferencias, sino que da continuidad ~ unas caractersticas que ya forman parte del cas-tellano adqUIrIdo por los nuevos hablantes. Guillermo Rojo lo explicaba muy bien en 2005 al afirmar que esos rasgos del gallego,

    no son interferencias, si,no casos de integracin de fenmenos propios del gallego que se han mcrustado en el espaol que habla una buena parte de la poblacin gallega y que forma parte de lo que han aprendido como primera lengua7,

    P: Esto significa que s existe un castellano de Galicia. FMF: Yun castellano cataln y un castelIano vasco ... ,tan legtimos

    todos como el castellano de Aragn o el de Len. P: Entendi~o, pero queda pendiente la explicacin de los rasgos

    caractenzadores de cada modalidad del castellano. FMF: No me olvido de ello y, si le parece bien, seguir un criterio

    geogrfi~o, de Norte a Sur y de Occidente a Oriente, aunque agrupare las modalidades que respondan a realidades comunes. Empezaremos por el castellano de las reas bilinges, por ser Galicia, territorio bilinge, la regin ms norccidental de la Pe-nnsula.

    P: Pues me parece bien. Ya veo el mapa de las lenguas de Espaa, con los correspondientes territorios bilinges.

    7 Rojo (2005: 1090),

  • 122 lA LENGUA ESPAOlA EN SU GEOGRAFiA

    Mapa 5.1. Las lenguas de Espaa. Fuente: Moreno Fernndez (2005a).

    El castellano de las reas bilinges

    FMF: Es importante partir de la idea que he explicado hace un segundo. Se puede hablar de castellano gallego, vasco o cataln para hacer referencia a las modalidades que incluyen rasgos ya estabilizados y que son transmitidos como parte integrante de cada una de esas modalidades. No me interesan ahora las inter-ferencias circunstanciales que, en cualquier plano de la lengua, puedan producirse como consecuencia de la actuacin de un hablante bilinge. Y no quiero decir que no sean importantes. De hecho, en el uso del castellano dentro de las comunidades espaolas bilinges, podra hablarse de un continuo que ira desde el castellano de cada zona -con elementos de la otra len-gua ya estabilizados- hablado por los monolinges all nacidos, hasta el castellano utilizado con limitaciones -o incluso dificul-tades- por hablantes nativos de la otra lengua, que acusan la presencia de interferencias propiamente dichas'.

    g Guillermo Rojo (2005: 1092) se refiri a este tipo de continuo. En el caso de Galicia, en el extremo en que se siLan los hablantes de gallego que se esfuerzan por hablar castellano, estara clllamado "castrara"; en el otro extremo estara el castellano de Galicia.

    EL ESPAOL CASTELLANO

    Castellano con transferencias estabilizadas hablado por monolinges

    Castellano con interferencias hablado por bilinges

    Cuadro 5.9. Continuum de las transferencias en reas bilinges

    123

    P: Creo que ahora lo tengo ms claro. Pero, cmo es el castellano gallego?

    FMF: Para empezar, es un castellano que incorpora elementos de origen gallego y que comparte las tendencias generales de la va-riedad castellana, incluido, naturalmente, el conservadurismo de su consonantismo. Dado que son muchas las coincidencias del castellano gallego con el general, como no podra ser de otra manera, parece preferible comentar solamente los rasgos que distinguen este castellano del de otras reas -aunque no se trate de una revisin exhaustiva- porque, al fin y al cabo, en eso consiste la dialectologa.

    Uso de haberde+ infinitivo con valor de posterioridad y obligatoriedad: has de venir al teatro

  • ':1: ; ,

    1-:, '

  • 1 :i.

    126 LA LENGUA ESPAOLA EN SU GEOGRAFA

    P: Me !laman la atencin las palabras de origen vasco y, en general, todo lo que aparece en el apartado del plano lxico.

    FMF: Creo que se debe a lo distintas y lejanas al castellano que pa-recen esas formas lxicas. No es de extraar que sea as porque el vascuence es una lengua que no pertenece a la familia rom-nica, en la que s se integran el espaol, el gallego y el cataln. Es ms: el vasco ni siquiera pertenece al grupo de las lenguas indoeuropeas. Por esta razn las races de sus palabras y sus su-fijos son muy diferentes de los que se utilizan en otras lenguas de esta parte de Europa.

    P: Ya, pero a la vez hay palabras que me suenan familiares. FMF: Cmo no! La convivencia centenaria entre el vasco yellatn,

    primero, y entre el vasco y el espaol, despus, ha llevado a que muchas formas vascas pasen al espaol; del mismo modo que el latn y el espaol tambin han transferido muchas formas lxicas al vasco.

    P: Al margen de eso, veo una diferencia entre los ejemplos del cas-te!lano gallego y del castellano vasco. Yes que los primeros in-cluyen calcos semnticos y los segundos, no.

    FMF: Los calcos que aparecen en el caso del gallego se deben a la coincidencia formal de dos palabras -una de ellas de origen ga-llego y la otra de origen castellano-, que facilita la transferencia de significado. Eso hace que una palabra castellana pueda te ner un significado totalmente diferente del castellano general, por influencia del gallego. A estos casos se les da el nombre de "falsos amigos". Cuando las lenguas en contacto son de la misma familia, este fenmeno es muy frecuente, pero no lo es tanto cuando se trata de variedades lingsticamente muy ale-jadas. Sin embargo, s son frecuentes los "calcos sintcticos", esto es, la aplicacin en una lengua (la espaola) de estructuras sintcticas correspondientes a la otra (por ejemplo, la vasca). Eso explica usos como me compras 'me lo compras' en el castella-no vasco. Si nos fijamos en los ejemplos del castellano cataln, tambin hay calcos que afectan tanto al plano del lxico como al de la sintaxis: hacer bondad 'portarse bien'; hacer una pelcula 'poner/echar una pelcula'.

    EL ESPAOL CASTELLANO 127

    Cuadro 5.12. Rasgos del castellano de las reas catalanohablantes ll .

    P: Tambin habr palabras del castellano de cada zona que hagan referencia a realidades especficas de all, a costumbres, tradi-ciones, objetos tpicos, ...

    FMF: Claro: esquechada 'migas con bacalao'; masclet 'traca (de pe-tardos)'; fideu 'plato hecho con fideos gruesos'. Pero en e~te caso encontramos que las formas lxicas con referentes regIO-nales, no solamente se utilizan en sus respectivas reas de ori-gen, sino que son de uso general en el espaol de toda Espaa para esos mismos referentes, incluso algunas de esas palabras han pasado a ser conocidas internacionalmente, como paella.

    1I A partir de Mars (19R6), Bias Arroyo (2005; 2007) Y Vila (200~).

  • 128 LA LENGUA ESPAOLA EN SU GEOGRAFA

    P: Se me ocurre una pregunta. Si todos esos rasgos no son real-mente prstamos en el uso vivo de la lengua, sino que ya for-

    man.p~rte dd castellano de cada regin, cabra pensar que los dICclOnanos de la lengua espaola podran incluirlos, como mcluyen voces usadas en Andaluca o en Mxico?

    FMF: D~pende de los criterios que rijan cada diccionario, pero, efecl!vamente, SI esas palabras tuvieran un uso generalizado en el espaol de Galicia, Valencia o el Pas Vasco podran formar parte de los diccionarios del espaol. De hecho, muchas de estas palabras ya estn incorporadas al Diccionario de la Lengua Espaola de la Real Academia Espaola -el DRAE-, como orvallo 'lluvia fina': rdago Jugada del mus' o panoli 'tonto', proceden-tes, respecl!vamente, del gallego, el vasco y el cataln valenciano. Pero no estn todas las que podran estar: por ejemplo, del cas-tellano cataln, el DRAE no incluye enchegar'encender, prender' o paleta 'albail'.

    P: Entonces, qu se incluye en el diccionario? FMF: Si se refiere al DRAE, all se distingue entre voces de etimolo-

    I:;a especfica de una lengua de los territorios que estamos ana-lizando y voces usadas en el espaol de esos territorios. Le dar unos datos concretos. El DRAE recoge medio centenar de pala-bras de ongen gallego (aico, holgazn, vieira), palabras que, en la mayor parte de los casos, ya son del espaol general; pero, adems, incluye ms de sesenta voces utilizadas en el espaol de Galicia (cachelos 'pedazos de patata', castro): muchas de ellas son de origen gallego, como las que acabo de citar, pero otras no, como chapapote 'alquitrn', que es de origen americano. El dic-cionario acadmico tambin incluye ms de 350 formas de ori-gen cataln: esta es la lengua peninsular que mayor aportacin hace al espaol general (amainar, aoranza, burdel, clavel, convite, esquirol, retrete); sin embargo, solamente da unas 25 como voces de uso especfico en los territorios catalanohablantes (amprar 'pedir o ,tomar pr~stado'; botiga 'tienda'), porque se supone que los demas catalamsmos son de uso general, no regional. En este

    c~so llama la atencin que no se incluyan algunas voces muy difundidas en el castellano cataln, como el ya citado enchegaro plegar. y, en lo que se refiere al vasco, el DRAE tambin incluye muchas ms voces de etimologa vasca (un centenar) (ganza, angula, cococha, chapela) que de uso caracterstico del Pas Vasco y Navarra (un veintena); entre est.as ltimas, las hay de origen

    Et ESPAOL CASTELLANO 129

    vasco, como pitarra 'legaa', y las hay de origen ajeno al vasco, como antojo 'fastidio, asco, hasto'.

    p: Como usted ha insistido tanto sobre la dificultad de fijar fronte-ras lingsticas, me pregunto si muchas de esas formas que dice que son caractersticas del castellano de Galicia o de Catalua, por ejemplo, no se utilizarn en otros lugares.

    FMF: y no le falta razn. De hecho, solo necesita consultar algunas de las palabras difundidas en los territorios en cuestin para comprobar que, muy a menudo, tambin suelen manejarse en lugares vecinos: frecuentemente Galicia comparte usos lings-ticos con Asturias, Len o Salamanca; las voces de uso habitual en tierras vascas tambin pueden serlo en Cantabria o La Rioja; y Aragn o La Mancha suelen compartir voces con los terri-torios del castellano cataln. La vecindad geogrfica y las con-comitancias histricas se aprecian en hechos lingsticos como estos.

    P: Podra comentarle una cosa sin que se me ofenda? FMF: Por supuesto. Las preguntas bienintencionadas no tienen por

    qu ofender. P: Entre todos los rasgos que ha dado del castellano de estas reas

    bilinges, no he odo algunos que creo que son muy llamativos. Por ejemplo, los catalanes suelen decir mucho agradar en vez de gustar.

    FMF: Bien, tiene razn, pero tenga en cuenta dos cosas, por favor: la primera es que no he pretendido ser exhaustivo y as lo ad-vert desde el principio.

    P: Bueno. Lo acepto. Puedo comprenderlo. FMF: La segunda es que mi intencin ha sido insistir en los rasgos

    diferenciales, no en los comunes. Los verbos agradara sentir 'or' tambin se utilizan en el espaol de otras muchas regiones, no solo en Catalua. Pero es pertinente su comentario para expli-car que, as como existen rasgos que se dan en unos lugares y en otros no, tambin existen rasgos que, dndose en dos lugares, muestran en cada uno de ellos una frecuencia diferente. As, en el caso de agradar -o de faena' trabajo' -, lo caracterstico es la amplitud y la frecuencia de su uso en las reas catalanohablan-tes, frente a lo que es habitual en reas hispnicas diferentes. Lo mismo podra decirse de otras muchas caractersticas, que aqu han quedado en un segundo plano porque se han resalta-do solamente las diferencias de mayor peso.

  • 130 LA LENGUA ESPAOLA EN SU GEOGR.'\FiA

    El castellano norteo occidental

    P: Cambiamos de rea geogrfica? FMF: Muy bien. Ocupmonos ahora del territorio que va desde As-

    turias y Cantabria hasta el centro de la Pennsula Ibrica, en la frontera con Madrid, aproximadamente. Pero lo vamos a hacer dividiendo esa mitad norte de la Pennsula en dos reas: la co-rrespondiente a las regiones de Castilla y de Len, con Asturias, Cantabria y La Rioja, y la correspondiente a las tierras de Ara-gn (Zaragoza, Huesca, Teruel), con Navarra. A la modalidad utilizada en la primera le daremos el nombre de "castellano occidental" o "castellano astur-leons" ya la segunda la llamare-mos "castellano oriental" o "castellano aragons",

    L------~~==.J....:....~OON----.JA nNA a Mapa 5.2. reas de la modalidad castellana nortea: castellano norteo oc-

    cidental (fondo punteado); castellano norteo oriental (fondo blanco)

    P: Pero las denominaciones "castellano astur-leons" y "castellano aragons" no me suenan familiares. He odo hablar de leons, de aragons, incluso de asturiano ...

    FMF: Comprendo que no le suenen, pero piense que se trata de etiquetas de naturaleza geogrfico-lingstica, no lingsticas propiamente dichas. Mire, las hablas castellanas han tenido un tratamiento algo confuso durante el siglo xx. Prcticamente hasta 1996, fecha en que se public el Manual de dialectologa hisPnica de Manuel Alvar, las hablas castellanas o se confun-dieron con las hablas histricas de Len y de Aragn o vieron cmo muchos de sus rasgos se catalogaban simplemente como vulgares.

    P: No entiendo bien lo que quiere decir. FMF: Le explico. Los manuales tradicionales de dialectologa ha-

    blan siempre del dialecto leons y del dialecto aragons. A qu se hace referencia con ello? Pues, generalmente, a las hablas

    EL ESPAOL GASTELLANO 131

    medievales leonesa y aragonesa, ya desaparecidas, con informa-cin complementaria sobre los rasgos lingsticos antlS:uo~ q~e han pervivido en la actualidad. De este modo, resulta dIficIl dIs-tinguir, primero, entre lo que es antIguo y lo que es moderno y, segundo, entre lo que son usos de modalidades herederas de las antiguas hablas dIalectales de esas regIOnes y lo que son usos que perviven en el castellano actual, aunque tengan su orIgen en esas hablas antiguas. No es lo mismo el uso de los bables en Asturias, entendidos como hablas populares, modahdades astur-leonesas nacidas de la fragmentacin del latn, que el uso del castellano de Asturias, que incluye elementos de las antI-guas hablas leonesas, pero que no es astur-leon,s. En la mitad oriental, no es lo mismo el castellano de Aragon, que mcluye rasgos tomados del aragons antigu~, que el uso de las hablas pirenaicas (fablas), restos del aragones medIeval procedente de la fragmentacin del latn. Son conceptos que hay que dlstm-guir con claridad.

    leons medieval!! bables a

  • 132 LA LENGUA ESPAOLA EN SU GEOGRAFA

    FMF: El referido a las fronteras externas de su dominio y a su con-vivencia con hablas populares no castellanas.

    P: A qu fronteras se refiere? FMF: Pues a las fronteras con la lengua gallega y con la lengua

    portuguesa. P: Y qu pasa con la lengua vasca? FMF: La situacin es diferente en relacin con el vasco, debido a la

    distancia lingstica entre el vascuence y las variedades romni-cas. En este caso, los lmites del vasco llegan hasta un lugar de-terminado, a partir del cual nadie lo habla, aunque el castellano de los territorios ya monolinges puede prolongar muchos de los rasgos ms caracteristicos del castellano vasco propiamente dicho. Sin embargo, en las fronteras entre variedades romni-cas no existen lmites ntidos, ni aduanas lingsticas en las que se deja de hablar una variedad y comienza el uso de otra, sino que se produce una transicin gradual entre variedades, como las que representamos al principio. Se acuerda?

    P: S, el ejemplo de lIobo / lobo, mau / malo, chave / llave'. la frontera entre el gallego, el leons y el castellano.

    FMF: SU memoria es impresionante! As es. Las fronteras romni-cas a veces crean reas de transicin, como la franja de Len limtrofe con Calicia O como la que existe entre los bables astu-rianos y las hablas gallegas. Otras veces los contactos se produ-cen de modo local, en poblaciones concretas en las que surge una modalidad especfica, que es un hbrido de las variedades en contacto. Ejemplos de hablas locales mixturadas entre ga-llego o portugus y castellano -o entre portugus y hablas po-pulares leonesas- existen muchos en la frontera con Portugal, desde Zamora, hasta Andaluca. Podemos destacar las hablas de Hermisende, Riodonor y Cuadramil, en Zamora!'; de Eljas, Valverde del Fresno y San Martn de Trevejo, en Cceres!3; de Olivenza en Badajoz y de Barrancos, en la frontera con Huelva. Ahora bien, estas hablas no son castellano propiamente dicho y solo tienen que ver con l por el hecho de que, en las pobla-

    !2 El habla tradicional de Hermisende est vinculada a las variedades del gallego. Las hablas de Riodonor y Guadramil, sin embargo, incorporan ms elementos astur-leoneses (Gonzlez Ferrero, 2006).

    13 Esta~ hablas de Cceres, en su origen, tambin tuvieron influencia del gallego, por la presencia de gente de Galicia en su poblamiento, aunque la cercana del portugus a lo lar-go de los siglos y la coincidencia de muchos gallegos y portugueses hacen dificil establecer el origen concreto de cada elemento lingstico (Maia, 20(7),

    EL ESPAOL CASTELLANO 133

    ciones espaolas, las est sustituyendo por completo, especial-mente en los hablantes ms jvenes y de niveles socioculturales ms elevados. En el caso de Barrancos, localidad portuguesa, el barranqueo est siendo desplazado por el portugus general.

    Mapa 5,3. Hablas locales en la frontera con Portugal. Fuente: Moreno Fcr-. nndez y Otero (2007b).

    P: De acuerdo. Podemos hablar entonces de las caractersticas del castellano occidental o castellano astur-leons?

    FMF: Entiendo que se refiere al castellano vivo, manejado de forma general por los hablantes de esa regin, incluidos los de niveles socioculturales medios y altos.

    P: Queda clara la precisin. No hablaremos ni del leons medieval ni de las hablas de origen no castellano, aunque hayan dejado rasgos populares, tradicionales, no castellanos, incorporados a la modalidad castellana de la zona.

    FMF: Como usted diga! Si observamos las principales caractersti-cas del castellano norteo occidental, apreciamos que algunas de ellas son compartidas con el castellano de otras reas. Que quede claro, de nuevo, que no se trata de una relacin exhaus-tiva. Por ejemplo, podra haber incluido informacin sobre la elocucin y la entonacin tpicas castellanas, tan llamativas para los hispanoamericanos, por su velocidad, por lo poco marcado de sus inflexiones circunflcjas por la dureza aparente de la

  • !. I

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    ,11 I

    134 LA LENGUA ESPAOLA EN SU GEOGRAFA

    expresin, pero no aspiramos a incluir ahora informacin que ni siquiera los especialistas en en tonacin han elaborado sufi-cientemente.

    EL ESPAOL CASTELLANO 135

    Uso de quedar'dejar': a la nia la qued con una seora Cuadro 5.13. Rasgos del castellano norteo occidental.

    P: Bueno, en ese cuadro hay muchos datos. Cules cree que son los ms significativos?

    FMF: Para m todos lo son, de otro modo no los habra incluido, pero s puedo destacar o comentar unos pocos. En el plano fnico, resalta la pronunciacin interdental sorda para -/kl y para -1 di (aztualidaz 'actualidad'), uso muy extendido, pero va-lorado como vulgar o inadecuado en otras reas castellanas y, como es ms lgico, fuera de Castilla". En el nivel gramatical, resultan muy llamativos para los forneos los fenmenos del lasmo y del losmo, que llegan a alcanzar mucho prestigio en las reas en que se usa y en algunas a las que son ajenos, por considerarse propios de gente educada y fina (la coment que me haban despedido) .

    P: En las televisiones espaolas es muy frecuente el lasmo. FMF: Porque tienen sus estudios centrales en Madrid y mucha gen-- te que trabaja en ellos procede de Madrid, que ha sido una

    regin tradicionalmente lasta. Sin embargo, el losmo est ms ceido al territorio central-occidental de la Pennsula y fuera

    14 Molina (2008).

  • '' :1', '!!\

    136 LA LENGUA ESPAOLA EN SU GEOGRAFA

    de all, ms que desconsideracin, provoca extraeza. El lesmo tambin es muy castellano, especialmente e! de plural que no es de persona, pero tampoco es .yeno a otras muchas varieda-des del espaol.

    P: Vme dira algo del lxico? . ' . FMF: Pues s, que hay palabras que mcluye~ rasgos fomcos 5lue en

    origen fueron leoneses, pero que h.oy simplemente es~ fosI-lizados en el lxico castellano. Lo digo porque en ocaSiOnes se comenta que es caracterstica de! castellano astur-le~ns la con-servacin de la F- inicial latina (fierro), la palatalizaClon de L- y N-(llobo 'lobo', arices 'narices') o el uso de una vocal el?e~ttica en las desinencias en -ama (matancia). Estos hechos fomcos se dieron en las variedades antiguas del astur-leons y estuvieron vivos y activos en su momento. Hoy no son rasgos ''vi~os'' del castellano occidental: cuando aparecen, lo hacen fOSilizados dentro de los vocablos que los incluyen y que pueden llegar a alternar con los de origen propiamente castellano, dependien-do de factores sociales o estilsticos.

    P: Sea como sea, para una andaluza como yo, esas palabras suenan extraas o, al menos, no las asocio al mejor espaol del mun-do.

    FMF: Supongo que eso del "mejor espaol del mundo" lo dice por el prestigio que tienen las hablas caste!lanas. Es verdad que mucha gente piensa que el mejor espan?l es el castellano de Burgos o de Valladolid; incluso los propiOS castellanos suelen presumir de hablar un castellano )ur?": pero ya le ,he dicho que esos juicios no nacen de la lm~lstlca y, ademas, ~s eVi-dente que el castellano de esta zona tiene unas caracte~lstl~as especficas, tan particulares como lo son las de otros terntorlos respecto a su modalidad.

    P: Hablando de otras modalidades, me podra hablar del castellano oriental?

    El castellano norteo vriental

    FMF: Se trata de una variedad utilizada en la regin de Aragn y tambin en Navarra. Lgicamente, estamos ante una modali-dad castellana y, por lo tanto, en ella habrn de encontrarse

    EL ESPAOL CASTELLANO 137

    todos los rasgos generales castellanos. Pero tambin presenta sus peculiaridades y sus situaciones particularesl5 .

    P: Esas situaciones particulares son parecidas a las del castellano occidental?

    FMF: Pues s, existe un interesante paralelismo entre las dos reas. En ambas se dieron modalidades romances derivadas del latn -astur-leons al occidente y aragons al oriente-, en ambas se conservan hablas tradicionales vinculadas a esas modalidades antiguas -bables en occidente y fablas en oriente- y en ambas encontramos variedades locales de frontera, con el gallego y el portugus en el occidente y con el cataln en el oriente.

    P: Esas variedades fronterizas,tambin se dan desde el Norte hasta el Sur de la Pennsula?

    FMF: No tanto. Aparecen en la frontera catalana-aragonesa, esto es, en la frontera ms nortea y reciben diversos nombres: el ms genrico es tal vez el de chapumau, pero tambin se usan denominaciones especficas para cada localidad: patus en Be-nasque, fragat en Fraga o tamarita en Tamarite, entre otros.

    P: Y dice usted que se mantienen vivas estas hablas de frontera? FMF: S, aunque con poca vitalidad, dado que acta un proceso de

    sustitucin. En ese proceso, la edad y el nivel sociocultural de los hablantes se correlacionan con el uso social del espaol, en detrimento de las hablas locales, de origen no castellano.

    P: En cuanto a los dems lmites del castellano oriental, no plan-tean problemas? Lo digo porque parece que le gusta insistir en la dificultad de fijar fronteras.

    FMF: Cmo no va a existir dificultad? Hacia el Sur, el lmite sera el territorio de las provincias de Guadalajara y Cuenca, donde comienza el castellano que he llamado "manchego". Hacia el occidente, las tierras limtrofes seran Navarra, La Rioja y la pro-vincia de Soria. En todos estos lmites, las fronteras puramente lingsticas son muy borrosas y podra hablarse, una vez ms, de zonas de transicin entre una modalidad y otra.

    P: Pues mi prima Maricarmen, que naci en Marchena, como yo, dice que los riojanos hablan como los vascos.

    FMF: Es comprensible. En La Rioja se dan muchos de los rasgos ms tpicos del castellano vasco. Pero, a la vez, se dan coinciden-cias con Aragn, sobre todo en el Oriente de la regin, en la

    --

    1'> COIOO se r~flc::;ja eH el Atl(/s Lingiistiw y Etl1o/,,'rrifico de Anzgn, /1/uvaT}"a )' !liojo. A!r,jf (1979-1983). .

  • 138 LA LENGUA ESPAOLA EN SU GEOGRAFA

    llamada Rioja Baja, mientras las coincidencias con el castellano occidental son mayores en la Rioja Alta. Esta naturaleza de trn-sito entre lenguas y variedades diferentes ya se dio en la Edad Media, cuando existi una variedad llamada "riojano", segn estableci Manuel Alvar16, que no fue ajena a la influencia de la lengua vasca. La personalidad riojana tambin se aprecia en algn otro aspecto, como el uso de algunas unidades lxicas particulares, en su mayora referidas a la agricultura y, en parti-cular, al cultivo de la vid (surcao 'linde de heredades', mrcena 'orilla, extremo', tronquear 'excavar las vides', caparrn 'especie de alubia'). En cuanto a Navarra, la situacin es ms interesan-te porque casi siempre se ha unido directamente a las hablas aragonesas. De hecho, se suele hablar de dialecto navarro-ara-gons, como si el navarro y el aragons fueran la misma cosa. Solo recientemente se ha reivindicado con fuerza la distancia existente entre las hablas navarras, por un lado, y las aragone-sas, por otro. De ello se ha encargado Gonzlez all principal-mente y as se refleja en el Manual de dialectologa hispnica de Alvar.

    P: Dice usted que esa situacin es interesante, pero me suena ms a preocupacin de los lingistas que a asun to que tenga que ver con la lengua hablada por la gente normal.

    FMF: Ya, ya. Es verdad que los lingistas pensamos a veces que nuestras preocupaciones son las de los hablantes y no es as. Nos ocurre como a los polticos. En el caso del navarro y el aragons, las diferencias se dieron ms claramente en la Edad Media y no tanto en la actualidad. De hecho, ni siquiera la pre-sencia de prstamos vascos es definitivamente caracterstica del castellano de Navarra17, frente al de Aragn, y a menudo las voces aragonesas son tambin navarras o riojanas. En los tres mbitos existe un lxico compartido.

    P: Entonces, cules son los rasgos del castellano norteo orien-tal?

    FMF: Los apunto tambin en un cuadro, de manera resumida y, otra vez, sin buscar la exhaustividad.

    16 Alvar (1976). 17 Esto no quiere decir que no exista: por ejemplo UU1(O' holso' .

    EL ESPAOL CASTELLANO 139

    Cuadro 5.14. Rasgos del castellano norteo oriental J8

    P: Me da la impresin de que la relacin de rasgos en esta ocasin es ms reducida que en el castellano occidental.

    FMF: Tal vez s, pero esto no son matemticas. De todas formas pue-de ser que el castellano oriental ofrezca menos caractersticas diferentes, respecto del castellano general, que el occidental. Es cierto que la fontica castellana occidental se ajusta a las pau-tas del castellano general, el que se considera prototpico, pero no ocurre lo mismo en el plano gramatical, donde son varias las particularidades del territorio occidental (lasmo, condicional por subjuntivo), que se apartan del espaol general.

    P: Me est diciendo que los aragoneses hablan m~jor castellano que los castellanos? Eso es muy fuerte!

    FMF: Si quiere interpretarlo as, bien est. No obstante, piense que 1$ A partir de Alvar (1996); Enguila (1991); l\hnn Zorralllno y Enguita (2000).

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    140 lA LENGUA ESPAOLA EN SU GEOGRAFA

    el castellano no es patrimonio exclusivo de Castilla. Hace mu-chos siglos que dej de ser as.

    P: Pero, digo yo que tambin podr destacarse algo especial de las hablas castellanas orientales.

    FMF: Le propongo resaltar los componentes del nivel lxico e insistir en el uso de vocablos que incluyen rasgos que tuvieron un origen aragons, aunque en la actualidad se encuentren fosilizados en las formas 1xicas; rasgos como la conservacin de F- (Jozar 'ho-zar', esfollinar' deshollinar') o la conservacin de oclusivas sordas' intervoclicas (pescatero, gernecar 'gimotear', batajo 'badajo').

    P: Esas formas son generales en el castellano oriental? FMF: Digamos que estn muy extendidas y que su uso tambin est

    condicionado por factores sociolingsticos. Dentro de Aragn, sin embargo, es posible distinguir diversas zonas lxicas: las ms impor-tantes son las que vienen separadas por el ro Ebro, hacia el Norte (Huesca y el Norte de Zaragoza) y hacia el Sur (Sur de Zaragoza y Teruel). En la primera encontramos voces de origen vasco, usos lxicos tpicamente pirenaicos y catalanismos; en la segunda, ellxi-ca es ms cercano al de Castilla. An sera posible identificar reas menores l ', pero en esta ocasin no podemos detenernos en ello.

    P: Es que tiene prisa? FMF: No, realmente, pero estoy deseando hablar del castellano de

    la regin en la que nac. P: En La Mancha? Y cmo se habla en su regin natal?

    Madrid Y el castellano manchego

    FMF: Pues, como decamos a propsito de la percepcin de las va-riedades lingsticas, en la regin de La Mancha hablamos "nor-mal", Naturalmente! No es el centro peninsular un rea perci-bida con una marcada personalidad lingstica respecto de otras reas castellanas, ni existen demasiados prejuicios sobre nuestra forma de hablar, aunque tampoco faltan tpicos ni prototipos.

    P: Si no se me ofende, mucha gente ve el habla manchega como un habla rstica, poco refinada: Vamos, como la de Sancho Panza!, por decirlo mal y pronto.

    19 Los catalanismos son ms abundantes en la zona cercana a Catalua. En las tierras ms prximas a Navarra encontramos vasquismos como artica 'encina verde', muga 'imite, mojn' o saba'Ya 'desvn',

    EL ESPAOL CASTELLANO 141

    FMF: No ser yo quien niegue la existencia de esa opinin, pues he comprobado que as se percibe incluso dentro la propia re-gin de La Mancha. Pero a esos juicios no les da importancia la lingstica, porque en esta regin cen tral hay quien usa el castellano de forma rstica y hay quien lo utiliza en su perfil ms urbano y cuidado. Eso no impide que encontremos rasgos populares caractersticos, que pueden hallarse incluso en ha-blantes cultos. Por poner un ejemplo: en las hablas manchegas, la aspiracin de o/si puede ser muy intensa, hasta el punto de encontrarse incluso realizaciones como [x] (['ex ke] 'es que'; [lax 'ka.sah] 'las casas')".

    P: Me gustara, antes de seguir, conocer algo ms el territorio del que estamos hablando.

    FMF: Perfecto. Bsicamente, hablamos del centro peninsular, en el que se encuentran la Comunidad de Madrid, con la gran urbe de 4 millones de habitantes como ncleo principal, y las pro-vincias de la Comunidad llamada Castilla-La Mancha, si bien la regin geogrfica de La Mancha propiamente dicha se extien-de solamente por la confluencia de las provincias de Toledo, Cuenca, Ciudad Real y Albacete.

    Mapa 5.4. rea de la modalidad castellana manchega (recuadro negro)

    P: Me llama la atencin que Madrid se incluya en esta zona. FMF: Azorn dijo de Madrid que era un "poblachn manchego".

    Si lo fue, eso acab hace mucho tiempo. Castilla-La Mancha es, por su configuracin interna, una regin de fuertes contrastes, con un componente agrcola importante, de caracteres geogr-~rl Paredes (2006); Cestero, Mo]ina, Parcck:s (2008).

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    142 LA LENGUA ESPAOLA EN SU GEOGRAFA

    ficos imprecisos -una gran llanura central rodeada por sistemas montaosos- y cuya vida socio-econmica se articula en torno a un gran centro urbano, Madrid, capital hegemnica, omm-presente como punto de referencia. Hoy, el habla de Madrid constituye el canon de la norma culta del centro pemnsular y su principal fuente de innovaciones lingsticas. Pero, al mismo tiempo, las variedades populares madrileas recogen los carac-teres dialectales de los emigrantes llegados a la capital desde mediados del siglo xx. Estos inmigrantes nacionales llegaron, principalmente, de La Mancha, de Extremadura, de la Casulla nortea y de Andaluca. Por eso el habla de Madnd mcluye rasgos muy frecuentes en las modalidades del Sur de Espaa -rasgos innovadores-, que se contrarrestan con la presencia de hablantes de las modalidades del Norte y con la difusin de un castellano ms conservador desde la escuela y los medios de comunicacin social.

    P: Pero todo el mundo sabe que los jvenes de Madrid hablan de una manera especial: hacen las eses muy largas, usan palabras y expresiones propias.

    FMF: Claro, pero en ese caso usted no me est hablando de cues-tiones dialectales, sino de hablas grupales y jergales; concreta-mente, de jergas juveniles. Mire: los jvenes, los de cualquier poca, siempre hacen uso de marcas lingsticas de grupo, de seas de identidad que los distingue del resto de la sociedad. En los aos setenta yochenta, estuvo de moda en Madrid lo que se llam "el cheli", unajerga urbanajuvenil que, efectivamente, arrastraba las eses e inclua palabras y expresiones como pasota '(persona) indiferente; aptico', basca 'grupo de personas, es-pecialmente de amigos', titi 'chicajoven; novia', loro 'aparato de radio', estar aliora 'estar atento' J molar cantidubi 'gustar mucho; ser muy bueno', qu pasa contigo, to?, como frmula de saludo. Algunas de ellas proceden de jergas diferentes; otras han acaba-do incorporndose a la lengua general de MadrId.

    P: Volviendo a La Mancha, en general, cules son los rasgos prin-cipales del castellano manchego?

    FMF: Partimos de la base de que se trata de una modalidad del espaol castellano. De acuerdo? Tengo que remitir, por tanto, al cuadro de los rasgos generales del castellano, una vez ms. y una vez ms no har alusin a rasgos populares y vulgares que pueden encontrarse en otras variedades del castellano y del

    EL ESPAOL CASTELLANO 143

    espaol, como la tendencia a usar formas verbales analgicas (salistes 'saliste'; merezo 'merezco'; compusiendo 'componiendo'), ostensibles en las hablas populares. Sabiendo esto, las caracte-rsticas del castellano manchego se derivan de sus contactos con otras modalidades dialectales (castellano norteo occidental, castellano norteo oriental, extremeo, murciano, andaluz), lo que supone un obstculo para encontrar un conjunto de rasgos especficos de toda la regin. Pero tal vez su particularidad ms interesante, respecto del castellano norteo, es la tendencia a las soluciones innovadoras en el plano fnico, mucho ms ex-plcita conforme la geografa avanza hacia el Sur.

    P: S, recuerdo un mapa anterior en el que se vea cmo la aspira-cin se iba intensificando hacia el Sur.

    FMF: Buena memoria! No deja usted de sorprenderme.

    Usos lxicos originarios de reas circundantes. Aragons: aguatero, bajoca 'juda', gozque 'perro pequeo', f;Uizque 'aguijn', pernil 'jamn', pescatero, rogo 'roCo', Leons: lamber 'lamer', matancia 'matanza', Valenciano:

    '; su-rtir 'salir con fuerza'

    Cuadro 5.15. Rasgos del castellano manchego.

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    144 LA LENGUA ESPAOLA EN SU GEOGRAFA

    P: La aspiracin de ese, el intercambio de erey ele, el yesmo o la pro-nunciacin acabao son rasgos muy andaluces. Verdad?

    FMF: Es cierto, pero no son exclusivos de all y les son tan naturales a las hablas de La Mancha como a las de Andaluca. En cierto modo, como le deca hace un momento, el castellano manche-go constituye un mosaico que recibe influencias de todas las modalidades que lo circundan. Una divisin muy general nos permitira distinguir entre las provincias ms conservadoras y las ms innovadoras en el plano fontico: Madrid, Guadalajara y el Norte de Cuenca son las zonas ms conservadoras'l; Tole-do, Ciudad Real y Albacete las ms innovadoras. Ciudad Real tiene el habla ms prxima a las hablas andaluzas; y Albacete, a las murcianas. Pero tambin podramos referirnos a las diferen-cias entre el lxico de las provincias occidentales, en las cuales se observa ms claramente el influjo de las hablas leonesas o de las extremeas, y el de las provincias orientales, en las que la influencia se recibe de Aragn y del territorio catalanohablante de Valencia.

    ~l Por cllmite entre las provincias de Toledo y de Cuenca discurren divenas isoglosas. En Quintanar de la Orden (Toledo), existe yesmo con pronunciacin parcialmente rehilada; a 18 km., en Mota del Cuervo (Cuenca), an existen restos de la palatallateral y el yesmo se suele resolver en UJla pronunciacin mediopalatal (Moreno Fernndcz, 19(7).

    CAPTULO 6

    EL ESPAOL ANDALUZ

    Los castellanos con su votoacristos. Los andaluces, de valientes, feos,

    cargados de patatas y ceceos. (Francisco de Quevedo, Poema heroico de las necedades

    y locuras de Orlando el enamorado, ] 635)

    P: Antes se mostraba usted impaciente por hablar del castellano de su tierra. No? Pues imagnese cmo estoy yo ahora, sabiendo que vamos a hablar del espaol andaluz!

    FMF: Pues tranquilcese porque le vaya pedir que me ayude a po-ner esos ejemplos que tanto le gustan. Al fin y al cabo, usted sabe tanto sobre el andaluz como cualquiera, aunque su punto de vista sea el de una hablante nativa y no el de una lingista.

    P: Digo! A mi amigo Manuel Fernndez, que tambin es de Mar-chena, le gusta decir que ms sabe el tonto en su casa que el listo en la ajena. Cuente con mi ayuda. Pero explqueme una cosa. Antes le preguntaba si en Andaluca el contacto con el rabe haba sido especialmente intenso, comparado con el que se haba producido en otras reas de la Pen,nsula. Y no ser que el andaluz tiene su raz en el rabe de al-Andalus?

    El rabe y las hablas de A ruialuca

    FMF: Supongo que lo dice porque su fontica incluye muchas as-piraciones -de consonantes finales o de jotas- que le dan un aspecto de lengua velarizada, como el rabe, que dispone de media docena de fonemas velares y farngeos. No?

    P: Algo de eso debe haber.