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CAMPAÑA DE SOLIDARIDAD COMPARTIR 2015

SOLIDARIDAD CON LA NIÑEZ ABANDONADA, CON TU AYUDA PODEMOS

PROTEGERLOS

“Quién acoge a uno de estos niños en mi nombre, me acoge a mí” (Mc 9, 37)

TEXTO BASE

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Presentación

Introducción

I.- Ver la realidad con los ojos y el corazón de Jesucristo.

1.1 Situación social y económica de la niñez en el Perú. 1.2 Una realidad que nos conmueve: la niñez en abandono. 1.3 El “trabajo infantil” en el Perú.

II.- Iluminar la realidad desde la Palabra de Dios.

La niñez en el Antiguo Testamento. 2.1 Creados a imagen y semejanza de Dios. 2.2 Dios protege y defiende a los niños. 2.3 Los niños elegidos por Dios.

La niñez en el Nuevo Testamento 2.4 Dios con Nosotros. 2.5 El Reino de Dios es de los que son como niños. 2.6 ¡Ay del que escandaliza a un niño!

La niñez en el Magisterio Social de la Iglesia 2.7 Dignidad y derechos de los niños. 2.8 El Papa Francisco y los niños

Indice

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III.- Actuando en favor de la Vida.

(3.1) La Iglesia Madre de la Vida, Maestra en Humanidad.(3.2) Una sociedad más atenta al respeto y cuidado de la vida del niño en riesgo social

(3.3) Acciones y Programas del Estado en favor de la niñez.

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Presentación

Después de haber leído detenidamente todo este cuadernillo, orientado a ambientar la CAMPANA DE SOLIDARIDAD «COMPARTIR» y de considerar lo acertado, tanto del lema: SOLIDARIDAD CON LA NIÑEZ ABANDONADA. CON TU AYUDA PODEMOS PROTEGERLOS, como del texto bíblico que ilumina esta dolorosa realidad: Quién acoge a uno de estos niños en mi nombre, me acoge a mí, me es grato presentarlo.

Al considerar la realidad de la niñez abandonada, uno se llena de asombro ante las estadísticas con sus tanto por ciento de niños que sufren desnutrición, anemia, falta de una educación inicial adecuada, agua potable, embarazo adolescente y otras muchas penurias como familias monoparentales, violencia infantil, abandono, trabajo infantil…

La verdad que al enterarme de esas duras estadísticas me duele el corazón, porque si algo hay bello en nuestro mundo son los niños. Y, como nos recuerda el Papa Francisco, a quien con frecuencia contemplamos acariciándolos, como hacía Jesús de Nazaret, y haciéndoles bromas, «con los niños no se juega». Se entiende lo que el Papa quiere decir. No se juega con su salud, no se juega con su educación, no se juega con su dignidad de persona. Eso es muy serio. Y con las cosas serias no se juega. Las cosas serias han de tratarse con cariño, con delicadeza, con respeto.

Las estadísticas presentan cifras alarmantes y, por supuesto, muy elevadas y, lo que es peor, en claro crecimiento en alguno de sus aspectos. Es cierto que también en otros, como en el de la pobreza y desnutrición los números, gracias a Dios y al esfuerzo del Estado, van disminuyendo. Pero es importante advertir que mientras en nuestra

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sociedad un solo niño muera de hambre, una sola niña sea violada, un solo niño no tenga acceso a la educación inicial… no se no podrá llenar la boca hablando de justicia social.

Aliento el esfuerzo de todas las personas que va a impulsar esta CAMPAÑA COMPARTIR y la generosidad de todos aquellos que con su aporte van a contribuir a paliar este gran escándalo de los niños indefensos.

Para todos ellos va mi palabra de aliento y mi bendición de obispo,

Mons. Fortunato Pablo Urcey, oarobispo prelado de Chota

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“Los niños son a menudo las primeras víctimas de los problemas familiares, de los conflictos, de las guerras y de las persecuciones. Oremos por todos los niños que sufren, rogando al Señor que los custodie de todo mal, que despierte las conciencias adormecidas y que convierta los corazones de piedra para que nunca falte a ningún niño amor y cuidados. ¡Que el Señor bendiga a todos los niños y los proteja del maligno!”.(Papa Francisco 8/I04/2015)

La Campaña Compartir de este 2015 quiere invitarnos a centrar nuestra mirada, reflexión y conversión personal y pastoral a la realidad de los niños que viven en abandonado moral y económico en nuestro país.

El Papa Francisco al referirse sobre la realidad que viven millones de niños en el mundo señaló: “muchos de ellos sufren, desgraciadamente, auténticas ‘historias de Pasión’. Por eso, invito a pensar en los hijos no deseados o abandonados, en los niños de la calle, sin educación ni atención sanitaria, en los chicos maltratados, a los que les roban su infancia y su juventud… La niñez en abandono es una vergüenza para la sociedad y un grito de dolor dirigido directamente al corazón del Padre”. (8/04/2015)

Frente a una sociedad que cada vez se encierra más en sí mismo, y que de diversas formas busca eliminar vidas humanas inocentes, bien con políticas en favor del aborto o sosteniendo estructuras sociales de pecado, donde la pobreza impide a las familias a vivir con dignidad e ideológicas anti vida, ha sentenciado que “un niño nunca puede ser considerado un error”.

Introducción

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“El error --ha proseguido-- es del mundo de los adultos, del sistema que nosotros hemos construido, que genera bolsas de pobreza y violencia, en las que los más débiles son los más perjudicados… podemos estar seguros de que Dios no se olvida de ninguno de sus hijos más pequeños: sus ángeles están viendo continuamente su rostro en el cielo.

Jesús los trató con especial predilección, imponiéndoles las manos y bendiciéndolos; además dijo que, de ellos y de los que se hacen como ellos, es el Reino de los cielos. La Iglesia, por su parte, siempre ha transmitido a los niños y a sus familias la bendición del Señor, poniéndose a su servicio con solicitud maternal y defendiendo con decisión sus derechos”. (8/I04/2015)

Por ello, nuestra lectura de la realidad del niño, es una lectura, que parte de la Buena Nueva del Evangelio, el mismo que nos recuerda a todo cristiano y a toda persona de buena voluntad, a la sociedad y al Estado, que toda vida humana es sagrada y amada por Dios. Toda vida humana camina, en el amor, al encuentro con su Creador. Porque todo lo que se opone a la realización plena del hombre, esto es, el vivir su propia vocación como hijo de Dios y miembro de una sola familia humana, constituye un atentado contra la dignidad de la persona y de toda la humanidad.

Que María Madre de la Vida, Madre del Amor Hermoso, nos ayude en ponernos al servicio de la vida y la dignidad de todos los niños y niñas de nuestro país, de manera que por nuestro testimonio descubran el rostro misericordioso de Dios.

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I.- VER LA REALIDAD CON LOS OJOS Y EL CORAZÓN DE JESUCRISTO

1.1 .-La Situación Social Económica de la Niñez en el Perú

Actualmente en el mundo, según la UNICEF, muere un niño cada 3 segundos a causa de la pobreza, lo que significa que mueren unos 30.000 niños diariamente. Los niños son las primeras víctimas de la pobreza, siendo ésta la principal causa de la violación de sus derechos. Se trata de un indicador relacionado directamente con los niveles de pobreza y de calidad de la sanidad gratuita (a mayor pobreza o menor calidad sanitaria, mayor índice de mortalidad infantil) y constituye el objeto de uno de los 8 Objetivos del Milenio de las Naciones Unidas.

En general, la pobreza infantil se define como un estado de existencia en el cual una persona no tiene cubiertas las necesidades básicas para vivir. Una persona pobre carece de lo que necesita, y un menor pobre es un niño a quien le falta lo necesario para vivir. La pobreza infantil se entiende como un fenómeno de naturaleza compleja, multidimensional y relacional. Es un problema de justicia pero también un pecado que clama al cielo y ofende a Dios.

La pobreza, y los múltiples factores que la generan, impiden a los niños y niñas que sufren este flagelo, el derecho fundamental a la vida. Se violan sus derechos a tener una educación de calidad según su cultura, atención de salud, acceso al agua potable segura, alimentación según sus necesidades, acceso a una vivienda digna, una familia donde sea acogido y amado donde descubra la fe en Dios.

Pero la carencia de recursos económicos no solo afecta al niño y a su familia, la pobreza afecta a otros derechos fundamentales necesarios para un desarrollo humano integral y armónico. La

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dignidad y la autoestima de una persona (y por extensión la familia a la que pertenece) también se ven afectadas. La pobreza atenta contra la familia y la misión que ella debe de cumplir para asegurar el crecimiento y desarrollo adecuado de todo ser humano, impide además el ejercicio de las libertades individuales; es una amenaza para la seguridad de la propia existencia y para el desarrollo de la propia vocación.

En el año 2013 cerca de medio millón de personas dejaron la situación de pobreza en el Perú, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática. De esta manera la pobreza afecta al 23,9% de la población del país, que comparada con el año 2012 disminuyó en 1,9 puntos porcentuales.

De acuerdo con el Informe Técnico “Evolución de la Pobreza Monetaria 2009-2013”, se considera que una persona vive en situación de pobreza cuando sus gastos no logran cubrir el costo de una canasta básica de consumo, la misma que está compuesta por alimentos, vestido, transporte, educación, salud, entre otros. Esta medición, que corresponde a lo que se denomina pobreza monetaria o línea de pobreza, en nuestro país, al año 2013 afectó a 7 millones 284 mil personas, cifra inferior en 491 mil personas a las registradas en el año 2012.

Asimismo, en el 2013, en ocho de las 24 regiones del Perú el porcentaje de pobres se incrementó en lugar de reducirse, pese a que la pobreza se redujo en el Perú a 23.9% en el 2013, según las cifras difundidas por el Instituto Nacional de Estadística es Informática (INEI). El departamento de Pasco, fue la que por segundo año consecutivo tuvo el mayor incremento de pobreza. Aquí, el aumento de los pobres fue de 4.7%. En Amazonas el incremento fue de 2.8%, en Madre de Dios subió 1.4%, en Tumbes el aumento fue de 1%.

En el caso de las 16 regiones restantes, el resultado más resaltante fue el de Apurímac. En 2012 era la región más pobre del Perú, situación que revirtió en el 2013, pues la pobreza cayó en 12.7%. Con el resultado de Apurímac, la región Cajamarca pasó a ser la más pobre del Perú, ya que el 52.2% de su población está en esta situación.

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1 Informe anual Estado Mundial de la Infancia 2014 #Todos los niños y niñas cuentan”-UNICEF 2014

Según el Informe Anual de la UNICEF1 para el 2014, el Perú en la segunda década del siglo XXI, cuenta aproximadamente con 30 millones de habitantes; de los cuales los menores de 18 años conforman el 37% de la población y los menores de 5 años representan el 12% de la población total. Aun cuando la transición demográfica y la pirámide poblacional va cambiando con la presencia de un mayor porcentaje de personas de la tercera edad, constatamos la disminución de la tasa de natalidad (23,23‰ en el 2002,20,26‰ en el 2011, mientras que en el 2012 fue de 19,98‰) seguimos siendo un país con una alta población joven.

Esta población de manera global se ubica en las grandes ciudades, lo que la caracteriza como una población mayoritariamente urbana. Las proyecciones demográficas estiman que en el 2013 el 74% de los peruanos vivirían en las zonas urbanas de las grandes ciudades del Perú. Esta dinámica de traslado de grandes poblaciones en tan corto período de tiempo, constituye un fenómeno migratorio que ha generado, por un lado, un rico y complejo mestizaje cultural, así como la aparición de nuevos problemas y desafíos culturales de proyecciones sociales y económicas que se deben de afrontar.

Según proyecciones del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) para el año 2014, en el Perú hay cerca de 3 millones y medio de niños menores de cinco años. Es decir, aproximadamente el 11,2 por ciento de la población total del país.

¿Cómo han afectado estos cambios a la niñez?, ¿Qué políticas públicas, sobre todo en materia social, sanitaria, educativa y económica se han generado para atender a los niños, sobre todo de los sectores más pobres?,¿Cuál ha sido el rol de Estado y de la sociedad en su conjunto para ayudar a las familias en general y a las más pobres en particular para ayudarles a cumplir su rol y misión?

Lo cierto es que existen algunos indicadores que nos señalan las mejoras en la situación de la niñez en el Perú. Los principales avances,

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según el Informe Anual de la UNICEF, tienen que ver con la reducción de la mortalidad infantil, el incremento del control prenatal y el parto institucional, y con el aumento de la cobertura de la educación primaria. Sin embargo todavía es preocupante:

Desnutrición crónicaDe acuerdo a la última Encuesta Demográfica y de Salud Familiar - ENDES 2012, la desnutrición crónica afecta, a nivel nacional, a 18,1 por ciento de los niños menores de cinco años. Según el Infobarómetro de la Primera Infancia, esto significa que en el país hay cerca de 530 mil niños menores de esa edad que sufren de desnutrición crónica.

Constatamos con enorme preocupación que en los últimos años se ha dado una preocupante disminución en el ritmo de descenso de la desnutrición crónica infantil. El año 2011 había bajado 3,7 puntos porcentuales, al pasar de 23,2 por ciento en 2010 a 19,5 por ciento en 2011. Mientras que en el año 2012 se redujo solamente 1,4 puntos, a 18,1 por ciento, y, según las últimas proyecciones preliminares del INEI, en el primer semestre de 2013 habría bajado únicamente 0,2 puntos porcentuales, a 17,9 por ciento.

Persisten grandes brechas en el país: mientras la desnutrición crónica infantil urbana es 10,5 por ciento, a nivel rural se eleva a 31,9 por ciento. Huancavelica es la región con el mayor índice de desnutrición crónica infantil: 50,2 por ciento.

AnemiaLuego de haber tenido un descenso de siete puntos porcentuales el año 2011, en 2012 la anemia en niños mayores de seis meses y menores de cinco años tuvo un preocupante incremento de dos puntos porcentuales, al subir, a nivel nacional, de 30,7 por ciento en 2011 a 32,9 por ciento en 2012. En el primer semestre de 2013 la anemia infantil habría tenido, según proyecciones preliminares del INEI, un ligero descenso.

En el Perú uno de cada tres niños mayores de seis meses y menores de cinco años, es decir alrededor de un millón de niños, tiene anemia.

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Pero este promedio nacional oculta realidades más graves en distintas zonas del país. En Puno, por ejemplo, seis de cada diez niños de esta edad tienen anemia.

Educación inicialCiertamente que un adecuado ambiente familiar y una educación inicial de calidad son fundamentales para el buen desarrollo del niño en la etapa crucial de su primera infancia. Sin embargo, constatamos que existe un notorio déficit en la información necesaria a los padres (sobre todo a las madres de familia) para que estimulen un desarrollo autónomo de sus hijos.

En el Perú hay aproximadamente medio millón de niños entre 3 y 5 años que no reciben educación inicial. Esto significa que uno de cada cuatro niños de esta edad, el 25,4 por ciento, no accede a educación inicial, quedando en desventaja para su futuro.

La urgente e impostergable tarea de universalizar una educación inicial de calidad no solamente requiere mayor infraestructura, sino incorporar al sistema educativo a más de 30 mil maestros formados para el nivel inicial y superar la actual deplorable situación de la mayoría de PRONOEIS (Programa No Escolarizado de Educación Inicial) en medios rurales.

Acceso al agua potableEn el país, el acceso al agua tratada de los hogares-indicador clave de calidad de vida-tiende a incrementarse mediante la expansión de redes públicas, aunque todavía lentamente. Entre los años 2,000 y 2011, este aumento ha sido de 8,9 puntos porcentuales a nivel nacional, pasando de 84.4% a 93.3%.

De acuerdo al Censo Escolar de 2012, el 60,8 por ciento de las escuelas públicas carecen de agua potable, desagüe y electricidad. A nivel rural, este déficit es de 78,9 por ciento, mientras en la zona urbana es de 24,3 por ciento.

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Embarazo AdolescenteOtro dato que causa especial preocupación es el embarazo adolescente, según UNICEF, la maternidad adolescente es cuatro veces mayor en adolescentes sin educación (37%) que con educación secundaria.

Lo alarmante es que en el departamento de Loreto los indicadores muestran que el 26% de las adolescentes ya son madres de familia. En la sierra el porcentaje es de 15% y en la costa de 8,5%. Debemos de considerar que en el Perú existe una gran diversidad cultural, étnica, lingüística, socio-económica y geográfica, por lo que los promedios nacionales tienden a esconder la real magnitud de los problemas en las distintas zonas del país.

1.2 .- UNA REALIDAD FAMILIAR QUE NOS CONMUEVE: LA NIÑEZ EN ABANDONO

1.2.1 Familias monoparentalesSegún el reporte del Resumen Ejecutivo de los resultados del mapa Mundial de la familia 2013, en Perú se calcula que el 66% de los niños crece con ambos padres, el 24% solo con un padre y 10% sin ningún padre.

La vida en familias monoparentales. Estas familias, conformadas mayoritariamente por mujeres al frente del hogar, son propensas a mayores situaciones de vulnerabilidad entre los niños/as y adolescentes, que suelen pasar más tiempo solos en las casas mientras sus madres trabajan fuera; así como padecen la escasez de ingresos en la familia, lo que requiere en muchos casos de la movilización de éstas en busca de dinero, ya sea a través de trabajos precarios, de la mendicidad o de formas de explotación comercial. En este contexto, niños/as están expuestos a perder el cuidado de su familia.

1.2.2 La migración interna.En nuestro país se observa que las zonas rurales son las que presentan mayor índice de pobreza extrema. Esta situación genera

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migraciones internas por lo que se conforman “anillos” alrededor de la capital o ciudades importantes, donde se asienta numerosa cantidad de familias. Esta migración, se debe a la búsqueda de formas de subsistencia, dado que en los sectores suburbanos existe mayor posibilidad de acceso a vivienda, escuela, centros de salud, y sobre todo hay mayores posibilidades de obtener empleos informales, así como diversas estrategias de supervivencia. En esta dinámica de los grandes conglomerados suburbanos viven tanto adultos como niños y adolescentes. Este fenómeno trae a su vez, otras problemáticas propias del hacinamiento, tales como las enfermedades, adicciones, el pandillaje. En estas migraciones internas y adversas condiciones de convivencia, suceden frecuentes separaciones de los niños/as de su familia de origen.

1.2.3 La violencia infantilSegún la OMS (2010) la violencia infantil se entiende como los abusos y la desatención que pueden sufrir los menores de 18 años. Abarca todos los tipos de violencia física, psicológica o sexual, además de la desatención, negligencia y explotación comercial o de otro tipo, que causan o puedan causar un daño a la salud, desarrollo o dignidad del niño o niña, o poner en peligro su supervivencia.

La violencia infantil se ejerce mayormente en el hogar o la escuela. Lugares que supuestamente tienen la misión de asegurar su protección y afecto, además de su desarrollo integral y el resguardo de sus derechos. Por ejemplo un estudio desarrollado por Benavides et al. (2011) indica que el 36% de niños, niñas menores de 8 años ha sido víctima de violencia en el hogar, el 28% en la I.E y el 14% en la comunidad.

Balbín (2004) estudia la información de 2530 casos de violencia infantil reportados al Instituto de salud del Niño en 1995-2002. Encontró que el 36% de estos casos son de violencia sexual, seguidos por la violencia física con el 24%, la negligencia por parte de los padres con el 22%. Otros datos como los de Unicef en el programa los MAMIS, durante el 2012, atendieron 76,688 casos de violencia familiar. El 55%

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de casos atendidos fueron por maltrato psicológico, 16% por maltrato por negligencia y maltrato físico.

Esta situación genera que un importante número de niños, sobre todo entre los 10 y 14 años, se van de sus hogares o son expulsados y viven sin cuidados parentales, en muchos casos en situación de calle, en la drogadicción y en otros, hacinados en zonas suburbanas; es decir en situación de riesgo.

1.2.4 El abandono de la niñezPara SaveTheChildren hay cuatro tipos de maltrato a los niños; uno de ellos es la Negligencia que es “cualquier acción u omisión personal o institucional que prive al niño, niña o adolescente, de protección contra cualquier peligro que atente contra su normal desarrollo (abandono, maltrato, negación de ropa, de alimento, de educación, de atención médica).

• El Informe Defensorial N° 150/2011 propone la siguiente no-ción de abandono: “el descuido, desatención o desamparo, negligente o no, del niño, niña y adolescente, por parte de las personas responsables de su cuidado (madre, padre, tutor)”. Como una situación de vulneración de derechos del niño/a; es decir, como una situación de desprotección que se puede ori-ginar en diversas circunstancias sociales y/o familiares, y que pueden ser revertidas mediante la implementación de medi-das de protección especiales. Que apunten no sólo a brindar cuidado y asistencia a las personas menores de edad que la padecen, sino prestar el apoyo y asesoría a los padres, madre y/o familiares con la finalidad de desarrollar o potenciar sus habilidades para el cuidado de sus hijos, hijas o familiares

Preocupa sobre manera el abandono infantil y la presencia cada vez más numerosa en albergues o Centros de Atención Residencial (CAR), la explotación sexual, el consumo de drogas y alcohol desde temprana edad, la soledad de los niños por la ausencia de sus padres quienes tienen que trabajar para sostener a la familia.

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Una de las realidades más dramáticas de los niños que vienen en situación de pobreza o pobreza extrema es la pérdida de los lazos familiares o de la familia misma. Según el Informe No. 153/VIII de la Defensoría del Pueblo existen en el Perú cerca de 17,000 niños y adolescentes que viven fuera de sus hogares, confinados en un Centro de Acogida Residencial (CAR), donde llegan por mandato judicial del Estado peruano que considera que la familia o el entorno familiar de dichos niños y adolescentes atenta contra el bien supremo del niño o del menor.

Nos preguntamos ¿qué pudo haber sucedido para que se considere a la propia familia como nociva para sus propios integrantes, sobre todo para los más pequeños? Si no se encuentran seguros y protegidos en la propia familia, ¿dónde podrán estar seguros? Lo cierto es que la ruptura de la familia, el abandono familiar, abuso y maltrato infantil, así como la explotación infantil constituyen los motivos más frecuentes que conducen hoy a un niño o un adolescente a vivir un largo periodo en un CAR, una realidad que marca negativamente al menor por siempre.

Existen muchos reportes y estudios sobre las consecuencias negativas para niños, niñas y adolescentes (NNA) sometidos a largos procesos de internamiento en un CAR (institucionalización prolongada). Este internamiento debería ser una medida de protección temporal y excepcional, mientras las autoridades competentes tomen las medidas que garanticen el interés superior del menor.

El abandono infantil constituye una verdadera emergencia humanitaria con múltiples peculiaridades y consecuencias. El niño tiene necesidad del amor de sus padres y de su familia, necesidad de establecer y nutrirse de relaciones afectivas estables y seguras. No puede estar expuesto a situaciones afectivas desérticas o continuamente variables: ruptura traumática con la familia de origen, alternancia constante de los educadores del CAR, repetido pasaje de una familia acogedora a otra, etc.

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Es la familia, en efecto, y no un CAR, el ámbito de crecimiento natural e ideal para un hijo y es importante que la sociedad entera esté sensibilizada e informada sobre las posibilidades del acogimiento familiar y de la adopción de aquellos niños y adolescentes que han sido privados del amor de los padres.

DATOS.

• Según Unicef 2010: Niños, niñas y adolescentes en presunto estado de abandono o riesgo en el Perú a enero del 2009 fue:

-2,006: 35 hogares el Inabif-MIMPV -1,355: 27 aldeas infantiles Gobierno regional -1011: 18 albergues de la Sociedad de Beneficencia Pública -12,300: 246 Centros de Atención Residencial privados regis-

trados ante el MIMPV.• El programa Integral para el Bienestar familiar-INABIF brindó

atención integral en el 2011, en sus Centros de Atención Re-sidencial, en promedio mensual a 2,229 niños/as y adolescen-tes, que equivale a una atención acumulada de 3,985 NNA.

• En el 2013, en el Centro Preventivo del Niño de la PNP de Sala-manca-Ate recogieron 813 casos de niños abandonados.

• Hasta el mes de mayo del 2014, unos 400 niños en situación de vulnerabilidad y abandono fueron atendidos en el mismo Centro. Se fugaron de casa, estaban en situación de abandono, sufrían violencia, consumían drogas.

• Hasta el 2014, el Puericultorio Pérez Araníbar alberga y prote-ge a niños abandonados (250) desde lactantes hasta 17 años.

La atención institucionalizada ha sido la tendencia del Estado frente a una situación compleja que priva de su familia biológica a niñas, niños facilitando muchas veces que se terminen de romper los débiles lazos que aun los unían con su familia, cuando estos existían. Así, modalidades de atención que deberían tener un carácter temporal (mientras se trabaja con la familia para facilitar la reinserción del menor de edad o, cuando ésta no cuenta con las capacidades para recibirlo, promover la adopción o colocación familiar), terminan

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por brindar atención permanente, que por lo general no cubre las necesidades de atención individual que requieren.

• La situación de adopción. El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables a través

de la Secretaría Nacional de Adopciones-SNA, desarrolla el programa Nacional de Adopciones, dirigido a brindar un hogar definitivo a cada niño, niña o adolescente susceptible de ser adoptado respetando el interés superior de éstos, así como la selección rigurosa de las eventuales familias adoptantes.

• Durante el año 2011 la Secretaría Nacional de Adopciones, realizó la adopción de 204 niñas, niños y adolescentes distri-buidos en los siguientes grupos de edades: de 0 a 11 meses de edad, 7 niñas y niños adoptadas/os; de 01 a 05 años de edad, 138 adoptadas/os; de 06 a 12 años de edad, 55 adoptadas/os; y de 13 a 17 años de edad, 4 adoptadas/os. De las 204 niñas, niños y adolescentes adoptados, 109 corresponde a hombres y 95 a mujeres.

La protección especial de los N,N constituye una obligación de los Estados, así como de la familia y la Comunidad en virtud de diversas normas internacionales y nacionales. Sin embargo, la protección de aquellos que se encuentran en situación de abandono exige una especial atención debido a que dicha situación implica o puede implicar la vulneración de sus derechos fundamentales principalmente su derecho a vivir en una familia.

1.3 .- El “trabajo infantil” en el Perú

Constatamos que cada vez es más frecuente encontrar en las calles a niños que, en vez de disfrutar su infancia y estudiar, están trabajando. En el Perú, uno de cada cuatro niños trabaja, es decir, 1.659 millones en total, según datos del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo. Según este estudio, del total de menores trabajadores, el 58.7% se encuentra en las zonas rurales del país.

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El reporte señala que el trabajo infantil es predominantemente rural en menores de 6 a 13 años, ya que 67.5% de este grupo etario reside en el campo.

No obstante, los datos señalan que esta situación cambia en el grupo de adolescentes de 14 a 17 años, ya que los menores que trabajan en zonas rurales y urbanas registran similares porcentajes, 50.3% y 49.7%, respectivamente.En cuanto al rubro de los adolescentes, un 33.9% realiza trabajos considerados peligrosos, dado que laboran 36 o más horas a la semana.

El reporte señala que, del total de niños y adolescentes que trabajan en zona rural, el 87% tiene como principal tarea ayudar en la chacra o en pastoreo de animales, mientras que, en zona urbana, el 32.9% se dedica a ayudar en negocios familiares.

Asimismo, las regiones que presentan mayor concentración de trabajo infantil son Huancavelica (79%), Puno (69%), Huánuco (65%), Amazonas (64%) y Pasco (50%). Así, las tasas de trabajo infantil en estas zonas superan el 40%. Es decir, están por encima del promedio nacional.

Un dato importante señala que solo en las regiones de la costa se aprecia una reducción importante del trabajo infantil, excepto en Ancash, en comparación con cifras del 2005.

La situación en la sierra es más alarmante, ya que solo Cusco, Apurímac y Ayacucho muestran una disminución significativa en esta problemática. Asimismo, si se evalúan las condiciones dentrode la selva, se revela que en todas las regiones el trabajo infantil aumentó.

La concentración del trabajo de personas entre 6 y 17 años de edad que se encuentra en el área rural (63%), expresa su estrecha relación con la pobreza, pero también con una cultura del trabajo muy extendida en el campo(ENAHO-2010).

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Este año, el 12 de Junio, Día mundial contra el trabajo infantil centrará su atención particularmente en la importancia de una educación de calidad como un factor clave en la lucha contra el trabajo infantil. Es el momento oportuno para hacerlo ya que en 2015 la comunidad internacional examinará las razones de la incapacidad de alcanzar los Objetivos de Desarrollo respecto a la educación y establecerá nuevos objetivos y estrategias.

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II.- ILUMINAR LA REALIDAD DESDE LA PALABRA DE DIOS

El Papa Francisco ha sido muy directo para referirse a la importancia y necesidad de cuidar la vida y la dignidad de los niños. Nos ha recordado que “los niños son responsabilidad de todos: los padres no deberían sentirse solos en su tarea. La estabilidad social y la promoción de la familia, evitarles la delincuencia y la posibilidad de un trabajo digno… contribuyen, sin duda, a asegurarles un hogar. Tratándose de los niños, ningún sacrificio es demasiado costoso”, ha asegurado. Y así, Francisco ha afirmado que “con los chicos no se juega”. (8/04/2015). Asimismo ha señalado que:

“También hoy los niños son un signo. Signo de esperanza, signo de vida, pero también signo “diagnóstico” para entender el estado de salud de una familia, de una sociedad, de todo el mundo. Cuando los niños son recibidos, amados, custodiados, tutelados, la familia está sana, la sociedad mejora, el mundo es más humano” 1

Pero consientes que tanto ayer como hoy, en las diversas culturas y épocas de la historia, los niños constituyen la parte de la población más débil y vulnerable de la comunidad. Por lo tanto, presa fácil de diversas formas de explotación, víctimas de abuso emocional, físico y, no pocas veces, sexual. Es impresionante que Dios mismo decida hacerse niño para entrar en la historia de la humanidad para mostrarnos su Amor y poder salvarnos.

LA NIÑEZ EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

2.1. Creados a imagen y semejanza de Dios

1 Papa Francisco en la Plaza del Pesebre (Belén), domingo 25 de mayo de 2014

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Desde la creación podemos constatar la enorme dignidad del ser humano y el encargo de Dios de dominar y someter la creación. Esta distinción no es producto de la casualidad sino que encuentra su sentido más hondo en la voluntad eterna de Dios.

“Y dijo Dios: «Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza; y que le estén sometidos los peces del mar y las aves del cielo, el ganado, las fieras de la tierra, y todos los animales que se arrastran por el suelo» (Gn. 1, 26).

Estas palabras muestran la relación del hombre con la creación, pero fundamentalmente, nos grafica la relación personal e intimidad del hombre con Dios.

Sin embargo, porqué Dios quiere esta relación es un misterio y un cuestionamiento permanente, así nos dice el salmista: “Qué es el hombre para que pienses en él, / el ser humano para que lo cuides?/ Lo hiciste poco inferior a los ángeles,/ lo coronaste de gloria y esplendor”(Sal 8,5-6).

El salmista no solo ve con asombro el interés de Dios por el hombre sino que reconoce que Dios lo ha coronado de gloria, y esta constatación no es un hecho del pasado sino también presente; es decir, Dios sigue coronando de gloria al hombre. Esta realidad parece indicar la eterna importancia que el Creador confiere a cada miembro del género humano. Dios se regocija con nosotros mucho más que con el resto de la creación. Por otro lado, leemos en el Rey David sigue intentando de comprender el valor que tiene para Dios, y nos revela el alcance de este interés de parte de Dios:

“Tú conocías hasta el fondo de mi alma y nada de mi ser se te ocultaba, cuando yo era formado en lo secreto, cuando era tejido en lo profundo de la tierra.

Tus ojos ya veían mis acciones, todas ellas estaban en tu Libro; mis días estaban escritos y señalados, antes que uno solo de ellos existiera” (Sal. 139, 15-16).

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El cuidado de Dios inició desde antes del nacimiento de David, e incluyó cada día de su vida: Dios ya lo conocía como el joven pastor de ovejas, como el piadoso rey de Israel, como el hombre que cede a la tentación. El cuidado y atención brindado por Dios fueron continuos y decisivos. Sin embargo, David no es un caso aislado ni único, pues de la misma manera Dios se interesa por todos y cada uno de los hombres, y este interés no distingue sexo, raza o edad. Nunca encontraremos un ser humano por el cual Dios no se interese eternamente. Así, de la misma manera como todas las personas, los niños fueron creados a imagen de Dios. Él los ama porque son su creación.

Por lo tanto, todos los seres humanos tenemos la misma dignidad porque todos llevamos la misma imagen de Dios. “El que me hizo a mí, ¿no lo hizo también a él? ¿No es uno mismo el que nos formó en el seno materno?” (Jb 1, 15).

2.2 Dios protege y defiende a los niños

En el Antiguo Testamento podemos ver dos ejemplos de cómo Yaveh socorre a los niños. El primer ejemplo es el caso de Ismael, el primogénito de Abraham, quien fue concebido con la esclava Agar por una errada interpretación de la promesa de Dios. Cuando Ismael fue expulsado de la casa de Abraham y estuvo a punto de morir en el desierto, Dios no desoyó sus lamentos: Dios escuchó la voz del niño, y el Angel de Dios llamó a Agar desde el cielo: “«¿Qué te pasa, Agar?», le dijo. «No temas, porque Dios ha oído la voz del niño que está ahí. Levántate, alza al niño y estréchalo bien en tus brazos, porque yo haré de él una gran nación” (Gn. 21, 17-18).

Dios se conmueve al oír la voz de Ismael, de hecho el nombre del niño refleja todo el poder profético pues Ismael significa “Dios oye”. Este relato nos muestra el amor de Dios por todos los niños, incluso por aquellos que consideramos menos importantes o indignos, pues Él no había elegido a Ismael, sin embargo, en su infinita misericordia lo salva y lo hace depositario de una promesa.

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El segundo ejemplo es Israel, el pueblo escogido por Dios. Leemos en el Éxodo la matanza de los varones hebreos ordenada por Faraón, quien temía que los hebreos al ser tantos se aliaran con los enemigos de Egipto2 . Faraón les da instrucciones a las parteras para asesinar a los hebreos varones al momento de nacer; sin embargo, las parteras que temían a Dios desobedecieron3 , arriesgando incluso sus vidas. Por esta valiente acción, Dios las colma de bendiciones.

En estos dos ejemplos vemos como Dios no distingue entre los niños ‘elegidos’ y los ‘no elegidos’, sino que protege y defiende a los más frágiles y vulnerables de la comunidad por igual.

Pero aunque Dios con su poder podría librar a todos los necesitados y sufrientes de sus penurias, ‘necesita’ de las acciones de personas concretas para hacer que su voluntad se realice en la tierra. Por eso, en el Salmo 82 nos exhorta: “¡Defiendan al desvalido y al huérfano,/hagan justicia al oprimido y al pobre;/ libren al débil y al indigente,/rescátenlos del poder de los impíos!”4 .

Dios precisa de la colaboración y participación del ser humano para cuidar a los niños de situaciones de vulnerabilidad. En los ejemplos mencionados vemos la presencia de Agar, quien cuida a su hijo [Ismael], y a las parteras [egipcias], quienes perdonan la vida a los niños hebreos; sin sus colaboraciones, Dios no hubiera podido actuar y el destino de estos niños hubiera sido diferente.

2.3 Los niños elegidos por Dios

De la misma forma como Dios se vale de las acciones de adultos para realizar su obra en el mundo, también escoge a niños para llevar a cabo su Divino Plan. En diversas ocasiones, algunos niños fueron elegidos para cumplir un propósito específico ligado al destino de Israel.

2 Ver Éxodo 1, 9-10.3 Ibíd. 15-17.4 Salmo 82, 3-4.

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En el Éxodo resalta el nacimiento y rescate de Moisés, cuya vida está íntimamente ligada con la historia de Israel. Así, Miriam, la hermana de Moisés, es el instrumento de Dios a través del cual se garantiza la vida Moisés luego de ser rescatado de las aguas del Nilo por la hija de Faraón. La valentía de Miriam la vuelve en un medio efectivo de la gracia de Dios, así su acción tiene un permanente en el destino de los hebreos.

Por otro lado, la historia de una mujer estéril y la intervención de Dios para hacerla concebir es un tema recurrente en el Antiguo Testamento. Esta intervención divina tiene un fin salvífico para su pueblo. De esta manera, tanto Sansón como Samuel son productos de esta tradición, ambos fueron elegidos para un fin específico. Sansón fue elegido para comenzar con la liberación de Israel de la opresión de los filisteos.

También Samuel fue elegido por Dios a una edad temprana, en una época aciaga en la historia de Israel. Leemos en 1 Samuel 3, 1b: “la palabra del Señor era rara en aquellos días, y la visión no era frecuente.”. A pesar de ello, Dios le habla directamente a Samuel para confirmar la profecía dada a Elí. Este acontecimiento nos muestra que desde niño Samuel ya era un profeta, lo será el resto de su vida.

LA NIÑEZ EN EL NUEVO TESTAMENTO

2.4 Dios con Nosotros

Muchas veces se ha reflexionado en la Iglesia sobre el ‘abajamiento’, la ‘kenosis’ de Dios, quien se hace hombre para salvar al hombre. Dios quiere compartir con el hombre su propia realidad de contingencia, su carne, se hace “verdaderamente uno de los nuestros, semejantes en todo a nosotros, excepto en el pecado”5 . Pero es aún más significativo que Dios viniera al mundo como un niño y quisiera nacer dentro de una familia.

5 Gaudium et Spes 22.

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“El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros” (Jn. 1, 14), la realidad de la Encarnación nos ayuda a comprender el valor y dignidad de cada persona; además, nos da luces para entender el valor que tienen los niños para Dios, pues Él mismo quiso venir a la tierra como un frágil niño en una época peligrosa para los varones recién nacidos (Mt. 2, 16-18).

El mismo Dios quiso pasar por las etapas de la niñez, tal vez para comprender la plenitud de la experiencia humana; los sufrimientos propios de la niñez, de los cambios producidos al ir creciendo, el proceso de aprendizaje, las mil interrogantes, la maduración psíquica, emocional y espiritual. Así, leemos en el Evangelio de San Lucas que el niño Jesús “iba creciendo y se fortalecía, lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba con él” (Lc.2,40).

2.5 El Reino de Dios es de los que son como niños

“En aquel momento los discípulos se acercaron a Jesús para preguntarle: « ¿Quién es el más grande en el Reino de los Cielos?». Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y dijo: «Les aseguro que si ustedes no cambian o no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los Cielos. Por lo tanto, el que se haga pequeño como este niño, será el más grande en el Reino de los Cielos. El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí mismo” (Mt, 18, 1-5).

Es significativo que los tres evangelios sinópticos narren la pregunta sobre quién es el mayor en el Reino de los cielos6 .En la cosmovisión romana, la noción de ‘grandeza’ o de ser ‘el mayor’ estaba relacionada con el poder, la riqueza o el prestigio. Por ello, difícilmente un niño era considerado entre los ‘mayores’, entre los ‘grandes’. Leyendo el Evangelio según san Lucas (Ver Lc. 18,15) podemos deducir que la visión judía frente a los niños no distaba mucho de la romana; es decir, no tienen el suficiente valor o importancia como para interrumpir a Jesús para que los atienda.

6 Ver Mateo 18,1-5; Marcos 9,33-37; Lucas 9, 46-48.

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Por eso, no es de extrañar que, en el caso de la respuesta dada por Jesús a la pregunta por quién es el mayor, sus contemporáneos se hayan sorprendido y marcado tanto que los tres evangelistas: “Les aseguro que si ustedes no cambian o no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los Cielos”.

Estas palabras de Jesucristo marca un quiebre radical en la mentalidad de la época. Para Él, para Dios, el mayor no es el que ostenta el poder, sino aquellos que son como los niños; los sencillos y humildes, los que sirven a los demás. Jesús va contra todo protocolo al poner a un niño en medio de los adultos.

Recientemente el Papa Francisco refiriéndose a los niños nos ha dicho: “el llanto del niño es la voz de Dios […]” por eso aunque “los niños lloran, hacen ruido, por todos lados” “nunca hay que echar a los niños que lloran de la Iglesia”7 .

Por su parte el Papa Benedicto XVI ha sido categórico al señalar que: “La ternura y la enseñanza de Jesús, que consideró a los niños un modelo a imitar para entrar en el Reino de Dios (Mt 18,1-6; 19,13-14), han constituido siempre un fuerte llamamiento a nutrir hacia ellos profundo respeto y premura. Las duras palabras de Jesús contra quien escandaliza a uno de estos pequeños (Mc 9,42) comprometen a todos a no bajar nunca el nivel de ese respeto y amor”8 .

2.6 ¡Ay del que escandaliza a un niño!

En el Evangelio de San Mateo leemos que el Señor Jesús no solo pone a los niños como modelos para llegar al Cielo, sino que además hace una advertencia a todos aquellos que son sus palabras, acciones u omisiones escandalizan a un niño.

7 Palabras del Papa Francisco a las familias en su visita a la parroquia San José en el Aurelio en Roma. 14 de diciembre de 2015.8 Benedicto XVI, Audiencia a los miembros y consultores del Consejo Pontificio para la Familia, que celebran estos días en Roma su XIX Asamblea Plenaria, en el XX aniversario de la aprobación del Convenio Internacional de Derechos del Niño, adoptada por la ONU el 20 de noviembre de 1989.

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“Pero si alguien escandaliza a uno de estos pequeños que creen en mí, sería preferible para él que le ataran al cuello una piedra de moler y lo hundieran en el fondo del mar” (18, 6).

Por ello, la invitación de Jesucristo es a cuidar a los niños, velar por su seguridad, por su integridad tanto física como emocional y espiritual. Como leemos libro del Deuteronomio “graba en tu corazón estas palabras que yo te dicto hoy. Incúlcalas a tus hijos, y háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas de viaje, al acostarte y al levantarte” (5, 6-7) o en el libro de los Proverbios: “Inicia al niño en el camino que debe seguir, y ni siquiera en su vejez se apartará de él” (22,6).

LA NIÑEZ EN EL MAGISTERIO SOCIAL DE LA IGLESIA

2.7 Dignidad y derechos de los niños

La Iglesia señala continuamente la exigencia de respetar la dignidad de los niños. De esta manera, San Juan Pablo II señala que “en la familia, comunidad de personas, debe reservarse una atención especialísima al niño, desarrollando una profunda estima por su dignidad personal, así como un gran respeto y un generoso servicio a sus derechos. Esto vale respecto a todo niño, pero adquiere una urgencia singular cuando el niño es pequeño y necesita de todo, está enfermo, delicado o es minusválido” 9.En ese sentido, es fundamental que todos los países reconozcan el valor social de los niños, puesto que ninguna nación o sistema político puede pensar en su futuro, en su desarrollo sostenible sino es a través de la imagen de estas nuevas generaciones, las cuales “tomarán de sus padres el múltiple patrimonio de los valores, de los deberes, de las aspiraciones de la Nación a la que pertenecen, junto con el de toda la familia humana”10 .

9 Juan Pablo II, Exhortación apostólica Familiaris consortio, 26.10 Juan Pablo II, Discurso a la Asamblea General de las Naciones Unidas (2 de octubre de 1979), 21

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La situación de gran parte de los niños en el mundo dista mucho de ser satisfactoria, por la falta de condiciones que favorezcan su desarrollo integral, a pesar de la existencia de un específico instrumento jurídico internacional para tutelar los derechos del niño, ratificado por la casi totalidad de los miembros de la comunidad internacional11 .

Asimismo, la Iglesia recuerda que el proteger a los niños y sus derechos implica también el combatir las violaciones de “la dignidad de los niños y de las niñas causadas por la explotación sexual, por las personas dedicadas a la pedofilia y por las violencias de todo tipo infligidas a estas personas humanas, las más indefensas12 .. Tan bellamente expresado por San Juan Pablo II: “expresar el gozo que para cada uno de nosotros constituyen los niños, primavera de la vida, anticipo de la historia futura de cada una de las patrias terrestres actuales”13 .

2.8 El Papa Francisco y los niños

En diversas ocasiones el Papa Francisco ha hablado de los niños, quienes son un don de Dios; por ello los padres y las madres deben ver a sus hijos como miembros de la familia del Señor.

“La alegría de los hijos hace palpitar los corazones de los padres y reabre el futuro. Los hijos son la alegría de la familia y de la sociedad. No son un problema de biología reproductiva, ni uno de tantos modos de realizarse. Y mucho menos son una posesión de los padres”14 .

Los hijos son un don, “cada uno es único e irrepetible; y al mismo tiempo, inconfundiblemente ligado a sus raíces” 15 porque ser hijo e hija “significa llevar en sí la memoria y la esperanza de un amor que

11 Compendio del Doctrina Social de la Iglesia, 245.12 Ibíd, 246.13 Juan Pablo II, Asamblea General de las Naciones Unidas, 2 de octubre de 1979.14 Papa Francisco, Catequesis sobre la familia.11 de febrero de 2015.15 Ibíd.

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se ha realizado a sí mismo encendiendo la vida de otro ser humano, original y nuevo”16 .

Por ello es inadmisible que con todo el progreso actual, aún hoy haya tantos niños rechazados, abandonados, a los que les roban su infancia y su futuro. “Alguien osa decir, casi para justificarse, que ha sido un error hacerlos venir al mundo. ¡Esto es vergonzoso! ¡No descarguemos sobre los niños nuestras culpas, por favor! Los niños no son jamás un error’”17 .

Ha señalado con firmeza que: “Su hambre no es un error, como no lo es su pobreza, su fragilidad, su abandono, tantos niños abandonados por las calles; y no lo es tampoco su ignorancia o su incapacidad, tantos niños que no saben qué es una escuela, y no lo es tampoco todo esto. A lo sumo, estos son motivos para amarlos más, con mayor generosidad. ¿A qué sirven solemnes declaraciones de los derechos del hombre y de los derechos del niño si luego castigamos a los niños por los errores de los adultos?”18

El Santo Padre recuerda que todos los adultos son responsables de cambiar la situación de los niños; no solo de los que viven en países pobres, sino también en países ricos, los cuales “viven dramas que los marcan duramente, a causa de la crisis de la familia, de los vacíos educativos y de condiciones de vida a veces deshumanas”19 . ¡Pero a ninguno de estos niños el Padre que está en los cielos lo ha olvidado! ¡Ninguna de sus lágrimas está perdida! Como tampoco se debe perder nuestra responsabilidad, la responsabilidad social de las personas, de cada uno de nosotros y de los Países.20

16 Ibíd.17 ´Papa Francisco, Audiencia general celebrada el miércoles de la Octava de Pascua, 8 de Abril de 2015.18 Ibíd.19 Ibíd.20 Ibíd.

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3.1 La Iglesia Madre de la Vida, Maestra en Humanidad.

El Santo Padre Francisco nos recuerda, que la misericordia de Dios es la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia y la vida de todo creyente. Por ello, toda nuestra vida y por ende, nuestro servicio evangelizador y acción pastoral, deben de tener el olor y la contundencia de la ternura y la misericordia de Dios que ama a cada uno de sus hijos e hijas, con gratuidad, sin ningún reparo ni distinción alguna.

¿Cómo comprometernos en favor de la vida y dignidad de miles de niños en situación de pobreza y abandono moral sin esta ternura y misericordia que procede de Dios?. El mismo Papa Francisco nos señalaba en el Evangeliigaudium que “la Iglesia vive un deseo inagotable de brindar misericordia » (EG nro.24). Lo cierto es que en el compromiso por la justicia y la vida digna de estos niños y sus familias, la Iglesia confirma su fe en el Dios de la vida. Por ello, desde esta fe inserta en las realidades del hombre de hoy, está llamada a convocar a los diferentes actores sociales y al propio Estado para desarrollar una plataforma amplia en favor de la vida. La credibilidad de la Iglesia pasa a través del camino del amor misericordioso y compasivo

“La Iglesia tiene la misión de anunciar la misericordia de Dios, corazón palpitante del Evangelio, que por su medio debe alcanzar la mente y el corazón de toda persona... En nuestro tiempo, en el que la Iglesia está comprometida en la nueva evangelización, el tema de la misericordia exige ser propuesto una vez más con nuevo entusiasmo y con una renovada acción pastoral... Su lenguaje y sus gestos deben transmitir misericordia para penetrar en el corazón de las personas y motivarlas a reencontrar el camino de vuelta al Padre.” (MV nro. 12)

La Iglesia como Madre de la Vida y Maestra experta en humanidad, debe discernir e iluminar, desde el Evangelio y su Doctrina Social,

III.- ACTUANDO EN FAVOR DE LA VIDA

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las situaciones, ideologías y las realidades políticas y culturales que atentan contra los más débiles y desprotegidos de nuestras comunidades y del país en general. Por eso, proyecta la luz de su palabra y de su compromiso, como un servicio más a los pueblos y como guía orientadora y segura para cuantos han asumido responsabilidades sociales, económicas y políticas.

3.1.1 Proteger y fortalecer la vida familiar

Una tarea de vital importancia, tanto para la Iglesia como para el Estado y la sociedad en su conjunto es lo relacionado a la protección y fortalecimiento de las familias, sobre todo de aquellas que se encuentran en situación de precariedad moral, social o económica. Es indudable que con familias fortalecidas en su dinámica interna y con las condiciones necesarias para una vida digna, no existirán niños en situación de abandono.

Por ello es necesario, que los esposos puedan vivir su dimensión conyugal bendecidos por el Sacramento del Matrimonio, por el cual el mismo Jesucristo se compromete en ayudarles en construir relaciones humanas basadas en el amor, el respeto, la ayuda mutua y la reconciliación. Asimismo es necesario que los cónyuges puedan tener el acompañamiento espiritual y psicológico para crecer como esposos y enfrentar el desafío de ayudar a sus hijos en crecer y desarrollarse integralmente. La protección y promoción de la familia “patrimonio de la humanidad” es una tarea que nos compete a todos, creyentes y no creyentes.

Las cifras que el Estado nos presenta nos confirman la necesidad de trabajar por el fortalecimiento de la familia. En el año 2012, según cifras del INEI, el total de divorcios inscritos en el país fue de 13 mil 126, de los cuales 8 mil 353 corresponden al departamento de Lima. Mientras que para el mismo año, el número de matrimonios registrado fue de 107 mil 380 matrimonios inscritos. Así mismo el porcentaje de mujeres convivientes en todo el Perú se incrementó en 16.2% en los últimos 20 años, mientras que el de casadas disminuyó en 14.3% en ese mismo período. Otro dato que nos preocupa sobremanera es que el 19.1% de los niños menores de 15 años vivía sólo con su mamá, en Lima Metropolitana con 25.4%, seguido de Ucayali con 25%, Tacna con 24.1% y La Libertad con 22.7% (ENDES 2011). Los efectos sobre la niñez, sobre todo las que proceden de familias pobres es evidente.

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La familia es considerada, en el designio del creador, como el “lugar primario de la humanización de la persona y de la sociedad y “cuna de la vida y del amor”21

La Sagrada Escritura nos muestra que es en la familia, donde se nos enseña el amor y la fidelidad, también se nos muestra que hay que corresponderle al Señor. En la familia, los hijos aprenden las primeras y decisivas lecciones de la sabiduría práctica a la que están ligadas las virtudes. Por todo esto, el Señor se hace garante del amor y de la fidelidad conyugal (cfr.Mateo 2,14-15)22

Por el misterio de la Encarnación, Dios mismo toma nuestra carne, se hace hijo en el seno de una familia: “Jesús nació y vivió en una familia concreta aceptandotodas sus características propias y dió así una excelsa dignidad a la institución matrimonial constituyéndola como sacramento de la nueva alianza (cfr. Mt 19,3-9). En tal perspectiva, la pareja encuentra toda su dignidad y la familia su propia solidez.23

Para la iglesia la familia cumple un rol fundamental para la persona en su desarrollo psicológico y social. La familia es importante y central en relación a la persona. En esta cuna de la vida y del amor, el hombre nace y crece. Cuando nace un niño, la sociedad recibe el regalo de una nueva persona, que «está llamada desde lo íntimo de sí a la comunión con los otros y a la entrega a los demás». En la familia, la entrega recíproca del hombre y de la mujer unida en matrimonio, crea un ambiente de vida en el cual el niño «puede nacer y desarrollar sus potencialidades, hacerse consciente de su dignidad y prepararse a afrontar su destino único e irrepetible»24 .

3.1.2 Velar y promover los derechos de los niños

Nuestros Obispos reunidos en Aparecida nos señalan que “Los niños son don y signo de la presencia de Dios en nuestro mundo por su capacidad de aceptar con sencillez el mensaje evangélico. Jesús los escogió con especial ternura (cf. Mt 19,14), y presentó su capacidad de acoger el Evangelio como modelo para entrar en el Reino de Dios (cf. Mc10, 14; Mt 18,3)” (D.A. Nro.438).

21 Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, n° 20922 Ibíd. N° 21023 Ibid. N°210

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Constatamos con mucho sufrimiento que muchos niños, han sido engañados y expuestos a la pornografía y prostitución forzada, niños soldados, niños huérfanos, niños de la calle, niños portadores de VIH, todos estos niños han sido dañados por la situación de pobreza en que viven, y por la violencia intrafamiliar, sobre todo en familias irregulares o desintegradas, (cf. D.A. 439), ante tanto sufrimiento de estos niños inocentes no podemos permanecer indiferentes, urge una acción prioritaria de la Iglesia, de la familia y de las instituciones del Estado, tutelando la dignidad y los derechos inalienables de los niños y niñas (cf. D. A. 438).

Es indudable que existen en nuestro país, avances en relación a un marco jurídico que reconoce y garantiza los derechos del niño, pero con todo es necesario una mayor conciencia social y difusión de los mismos y, así como un sistema social que garantice el cumplimiento de las mismas. Contemplamos con asombro y horror los numerosos y terribles atentados contra la vida y la dignidad de los niños.

Por ello, la Iglesia y las pastorales comprometidas con la realidad el niño, deben de estar atentos y vigilantes para que el bien superior del niño se ponga por encima de todo, comenzando por el derecho a la vida, el mismo que comienza desde el momento de la concepción hasta asegurar un desarrollo y crecimiento con le corresponde por ser hijo de Dios.

3.1.3 Asegurar al niño la ternura y solidaridad de la Iglesia.

Conscientes de que de ellos (los niños) es el reino de los cielos, por ello nos toca vivir el mandamiento del amor atendiendo las necesidades de los niños que por diversos motivos se encuentra en situación de abandono moral o sujeto a diversas formas de pobreza y explotación.

De hecho somos testigos de las innumerables obras de ayuda y asistencia socio pastoral que la Iglesia peruana viene brindando a la niñez en abandono: comedores infantiles, cunas y guarderías, centros de acogida de día, albergues temporales, talleres para la inclusión social y económica (sobre todo con adolescentes), centro vacacionales, centros de salud (con énfasis a la atención de niños con problemas de discapacidad física y mental), programas de recuperación nutricional (con énfasis en la vigilancia comunitaria nutricional), diversas experiencias de atención a adolescentes que 24 Ibid. Nº 212

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egresan de los Centro de Acogida Residencial (CAR) y no tienen como insertarse en la sociedad. Obras que son llevadas por diversas congregaciones religiosas, parroquias, Cáritas diocesanas, ONG de inspiración católicas, entre otras.

De la misma manera están los múltiples y variados esfuerzos de la pastoral social por aportar en el desarrollo humano integral de las personas y familias de donde proceden muchos de estos niños.

3.2 Una sociedad más atenta al respeto y cuidado de la vida del niño en riesgo social

La sociedad peruana está llamada a reforzar e impulsar una verdadera cultura en favor de la vida, sobre todo de los más necesitados y desprotegidos. Esto exige a todos sus miembros, valores compartidos – una ética por la vida - que haga posible el desarrollo humano integral de todos y cada uno de sus miembros.

Ciertamente no será tarea fácil ya que nos encontramos inmersos en una “cultura de muerte” tal como la denominara San Juan Pablo II. Esta cultura de muerte se desarrolla desde una idea perversa de libertad que oscurece el sentido de Dios y el sentido del hombre. Probablemente los rasgos fundamentales de esta cultura post moderna sean el hedonismo, el utilitarismo y el consumismo, atravesados por un relativismo moral que hace perder en el hombre el sentido de la propia existencia y de los fines de la sociedad.

La sociedad en su conjunto debe mirarse y medir su grado de humanidad desde las condiciones de vida de los niños, sobre todo de los más pobres y desprotegidos, garantizando a través de sus organizaciones intermedias, los derechos de todos los niños y de sus familia en la perspectiva de un desarrollo humano integral. De allí que las diversas formas de explotación y maltrato infantil sea una realidad intolerable que ofende a Dios y a cada hombre y mujer de buena voluntad.

Será necesario generar o fortalecer, por tanto, organizaciones civiles que puedan realizar una adecuada vigilancia ciudadana del cumplimiento de los derechos de los niños o de todo aquello que atente contra su dignidad. Estando atento al maltrato infantil, la explotación y al “trabajo infantil”, el abandono, la pobreza, el hambre, múltiples factores que atentan contra la vida, la dignidad y la salud de los menores.

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Consolidar una cultura de vida en favor de los derechos de los niños y de mecanismos de protección integral nos exige un cambio cultural en el cual todos debemos participar, entendiendo que los niños y adolescentes son ciudadanos que van desarrollándose y participando progresivamente en la misma sociedad.

En este proceso de construir una sociedad inclusiva y respetuosa de los niños, es necesaria la presencia de las familias, ”escuelas del más rico humanismo” donde se aprende los valores cívicos más importantes, se descubre la fe y se reconoce a toda personas como hermano e hijo de Dios.

3.3 Rol del Estado en favor de la Infancia en riesgo moral y social

Protección integral de los derechos de las niñas, niños y adolescentes

Una de las tareas fundamental del Estado peruano constituye velar por la integridad de todos los ciudadanos, sobre todo de aquellos que por diferentes circunstancias se encuentran en situación de vulnerabilidad y riesgo. Un caso particular como ya se ha señalado a lo largo de este documento, lo constituyen los niños que se encuentran en riesgo moral y social, muchos de los cuales se encuentran sometidos a diversas formas de maltrato y explotación. Actividades que son catalogados como “trabajo infantil”, muchas veces atentan contra los derechos fundamentales del niño y su propia dignidad. Así lo señala la Constitución Política del Estado, precisando que es su deber fundamental25 .

El Estado se encuentra en la obligación de proteger y de cumplir con los derechos de todos los niños, niñas y adolescentes. Ello implica que se adopten medidas que coadyuven al goce de sus derechos involucrados mediante efectivas políticas públicas y, con tal fin, cumplir con su protección integral.

El Código de los Niños y Adolescentes, en el artículo 8, señala que, entre los derechos civiles del niño y el adolescente se comprende el de vivir, crecer y desarrollarse en el seno de una familia, no pudiendo ser separados de ésta sino por circunstancias especiales definidas en la ley y con la exclusiva finalidad de protegerlos.

25 Cfr. Art. 4 de la Constitución Política del Estado.- “La Comunidad y el Estado protegen especialmente al niño, al adolescente, a la madre y al anciano en situación de abandono. También protegen a la familia y promueven el matrimonio (…)”

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Asimismo, a los poderes públicos le compete garantizar la efectividad delos derechos reconocidos a los niños. Tienen la responsabilidad de liderar las actuaciones encaminadas a la protección de los menores y preservarlos de los estados defragilidad familiar y social. Asimismo deben promover conductas sociales e institucionales orientadas en beneficio del correcto desarrollo de los menores y deben de destinar el máximo de los recursos con que dispongan en lograr la efectividad de los derechos económicos, sociales culturales de los niños y las niñas.Por otro lado, también es responsable de articular mecanismos de defensa social frente a las situaciones de vulnerabilidad de los menores: Acción que es considerada prioritaria para abordar una verdadera protección de la infancia. Con todo, sin la adecuada y protagónica intervención de la familia, la escuela, la sociedad y los poderes públicos, los derechos de los niños no podrán ser ejercitados de la manera más plena.

Debemos de recordar que el Estado Peruano ha ratificado la Convención sobre los Derechos del Niño (asumido por 194 países). Esto le exige invertir para que todas las niñas y niños, desde su concepción, tengan una vida plena, saludable, segura y feliz.

Conforme a lo establecido en su artículo 4,6 los Estados Partes deben asignar el máximo de los recursos disponibles para que se realicen los derechos de todos los niños y niñas, sin excepción. El mayor y mejor uso de los recursos públicos asignados al cumplimiento de los derechos de la niñez y adolescencia es un indicador del grado de prioridad que le otorgan los Estados.

La niñez y la adolescencia son etapas del ciclo de vida en que se define buena parte de las oportunidades de participación del ser humano en la sociedad. Es por eso que la inversión en la infancia debe considerarse como un medio para crear capital tanto humano como social y cultural, indispensable para la formación de valores y el ejercicio de la ciudadanía. Una mayor y mejor inversión en la ampliación de oportunidades y desarrollo de las capacidades de los niños, niñas y adolescentes contribuye al desarrollo integral (social, económico, político y cultural) de un país, a interrumpir el ciclo de trasmisión intergeneracional de la pobreza y la violencia.

Se señala que mientras más demora la inversión para corregir las desventajas durante el ciclo de vida, más ineficiente resulta la misma. La apuesta por la primera infancia debe tener su continuidad en la niñez y adolescencia; de no ser así, se pierde lo avanzado y la inversión puede generar retornos negativos.

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Política integral y oportuna que aseguren una infancia saludable y feliz.

El Estado peruano, miembro y firmante de la Convención Internacional de los Derechos del Niño (20 de noviembre de 1989), está llamado a implementar de la manera más óptima y adecuada las estrategias que la Convención propone en materia de atención necesarias para el pleno desarrollo de la protección integral de los niños, niñas y los adolescentes requieren de políticas de atención directa que pueden ser divididas en cuatro grandes subgrupos: 26

i) Políticassocialesbásicas; sonaquellascuyosbienesyservi-ciostransferidossonconsiderados“derechosdetodosyde-berdelestado”.Debentenerportantocoberturauniversal.

ii) Políticasdeasistenciasocial.Nosonconsideradasderechosdetodosyportantodeberdelestado;porendenosonuni-versales.Sedirigenaaquellaspersonas (enestecasoniñosensituaciónderiesgosocial),gruposycomunidadesqueseencuentran en estado de necesidad; o sea, incapacitadostemporariaopermanentementedecubrirporsímismossusnecesidadesbásicas.

iii) Políticasdeprotecciónespecial.Sedestinanalaspersonasygruposqueestánenriesgopersonalosocial,osea,quees-tánamenazadasensuintegridadfísica,psicológicaomoralenrazóndenegligencia, discriminación, explotación, violencia,crueldaduopresión.

iv) Políticasdegarantías. Laspolíticasdegarantíadederechosestánconstituidasporunconjuntodemecanismosjurídicoseinstitucionalesdestinadosaponerenprácticalasconquis-tasdelestadodemocráticoenfavordelaspersonasygruposamenazadosovioladosensusderechos.

Por lo tanto, la aplicación de políticas con estos criterios y en el nuevo marco doctrinario propuesto por la Convención Internacional de Derechos del Niño, remite a escenarios precisos para una adecuada y responsable la interacción de la sociedad civil y el estado de manera que se pueda garantizar el interés superior del niño.

26 Tomado de Gómez da Costa, Antonio Carlos: ob. Cit. (Páginas 28 y 29), y del docu-mento de base para políticas públicas de UNICEF

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Asegurar el acceso a una educación integral y de calidad

Es necesario asegurar que todos los niños, sobre todo aquellos que se encuentran realizando “trabajo infantil puedan acceder a una educación integral de calidad y según su realidad cultural y realidad local.La OIT este año, en el marco del Día mundial contra el trabajo infantil centrará su atención en la importancia de una educación de calidad como un factor clave en la lucha contra el trabajo infantil. Es el momento oportuno para hacerlo ya que en 2015 la comunidad internacional examinará las razones de la incapacidad de alcanzar los Objetivos de Desarrollo respecto a la educación y establecerá nuevos objetivos y estrategias.Es un llamado que también suscribimos y pedimos al Estado que sumen un mayor esfuerzo para lograr:

• Una educación de calidad, libre y gratuita para todos los niños hasta por lo menos la edad mínima de admisión al empleo y emprender acciones para llegar a aquellos niños actualmente en situación de trabajo infantil;

• Nuevos esfuerzos para asegurar que las políticas nacionales sobre trabajo infantil y educación sean coherentes y eficaces;

• Políticas que garanticen el acceso a una educación de calidad e inversiones en personal docente.

Creemos que es fundamental que el Estado asuma un mayor compromiso y liderazgo en favor de la vida y la dignidad de los niños en riesgo y vulnerabilidad social y moral. Sin olvidar su rol subsidiario en el fortaleciendo de la dinámica y la institución familiar, primera responsable de la formación y cuidado de los propios hijos.Es necesario que todas las intervenciones en favor de la niñez puedan afirmar el reconocimiento de las niñas, niños y adolescentes como sujetos de derechos y como actores claves de su propio proceso de desarrollo humano y social.El aporte y trabajo de los múltiples actores, tanto del propio Estado y los sectores comprometidos, la sociedad civil, la cooperación nacional e internacional, la misma Iglesia Católica , puedan concertar, desde una perspectiva sistémica e integral, iniciativas que garanticen el desarrollo humano integral de los niños y adolescentes en riesgo social. En cada niño vemos el rostro del mismo Jesucristo, imagen humana de Dios y la imagen divina del hombre, que nos ha sido confiado para que pueda vivir con dignidad y plenitud como le corresponde por ser hijo e hija de Dios.