caminos 48

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  • Presentacin

    El legado de Martin Luther King

    Algo ms que un amigoVincent Harding

    El segundo martirio de Martin Luther KingMumia Abu-Jamal

    Martin Luther King: una voz proftica vigenteRal Surez

    El legado de Martin Luther KingGerald Lenoir

    Entrevista a Cornel WestHenry Louis Gates, Jr.

    Katrina afect a los pobres(entrevista con Ashanti Alston)

    Martin Luther King hoyEsther Prez

    Impugnando al capitalismo y al patriarcado(entrevista con bell hooks)

    Perspectivas

    Capitalismo: en el comienzo dela segunda etapa de la crisis globalJorge Beinstein

    Porque esta vez no se tratade cambiar un presidente...Dilogo con Fernando LugoClaudia Korol

    Pasado y futuro

    La mezquita, ncleo del IslamYulianela Prez

    La Iglesia Catlica en Santiago de Cubaen el trnsito de la colonia a la repblicaHumberto Leyva

    Nuestra ceguera blancaYusim Rodrguez

    Lecturas

    1968: una mirada retrospectivaHiram Hernndez

    Ultima pgina

    Quines escriben aqu

    DirectorRal Surez

    EditoresEsther Prez y Marcel Lueiro

    Consejo editorialKirenia Criado, Ariel Dacal, Alejandro Daus,Fernando Martnez Heredia, Carlos R. Molina,Alfredo Prieto, Jos R. Vidal, Joel Surez yMara Isabel Romero.

    Consejo asesorReinerio Arce, Frei Betto, Leonardo Boff, RafaelCepeda, Noam Chomsky, Helio Gallardo, GiulioGirardi, Franois Houtart, Mara Lpez Vigil, MiriamOrtega, Pedro Pablo Rodrguez, Loyda Sardias,Elsa Tmez

    Diseo y realizacinKatherine R. Paz, Marcel Lueiro y Erick Ginard

    Administracin y distribucinErick Lpez y Gladys Ibarra

    Canje y suscripcionesIleana Garca

    Revista Cubana de Pensamiento Socioteolgico publica-da por el Centro Memorial Dr. Martin Luther King, Jr.(CMMLK) Ave. 53 No. 9609 e/ 96 y 98, Marianao, LaHabana, Cuba.Tels: 260-3940 / 260-9731Fax: (537) 267-2959Correo electrnico: [email protected]

    Inscrita en el Registro Nacional de Publicaciones Seria-das con el nmero 0270, Folio 090, Tomo I.Inscrita en la direccin de correos y telgrafos con elnmero 930-021-168. ISSN: 1025-7233

    Suscripcin anualEn Cuba: 20 pesosEn Amrica del Sur: 25.00 USDEn Amrica del Norte: 30.00 USDEn el resto del mundo: 35.00 USD

    Fotomecnica e impresin de Uniprint

    Sumario

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    No. 48 abril-junio 2008

    Revista Cubanade PensamientoSocioteolgico

    Cada trabajo expresa la opinin del autor. Se permite lareproduccin de los materiales publicados siempre quese mencione la fuente. La revista no se responsabilizacon originales no solicitados.

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    Este nmero de Caminos rinde homenaje al doctor MartinLuther King, Jr. en el cuadragsimo aniversario de su ase-sinato. Lo ha querido hacer recogiendo voces actuales,sobre todo de afronorteamericanos y afronorteamericanasque piensan hoy su sociedad y el mundo, como lo hizo len sus tiempos. Desde posiciones dismiles, todos estosautores y activistas se nutren de su legado y proyectanhoy sus luchas, sus sueos. El dossier se completa condos comentarios cubanos que testimonian la presencia deMartin Luther King en los debates de nuestro pas. Ambosfueron originalmente presentados en eventos dedicadosal pensamiento y la vigencia del pastor bautista negro quedio la vida por sus hermanos.

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    Algo ms que un amigo(Conversacin con Vincent Harding)

    El legado de Martin Luther King ( Vincent Harding )

    E l presente trabajo es la transcripcinparcial de uno de los programas deDemocracy Now!, transmitido en abrildel 2008. La conductora principal deese programa radial y televisivo es Amy Goodman.

    A.G: El importantsimo discurso del doctor King sobrela guerra de Vietnam fue redactado por su amigo y cole-ga, Vincent Harding.1 Hoy, cuatro dcadas despus, eldoctor Harding est con nosotros para hablar de la viday el legado del doctor King. El doctor Harding era unapersona muy cercana a Luther King y el encargado deescribir sus discursos. Es profesor emrito de Religin yTransformacin Social en Illiff School y de Teologa enDenver, Colorado, y autor de numerosos libros, entre ellos,Martin Luther King: The Inconvenient Hero (Martin Lu-ther King: el hroe inconveniente) que acaba de ser redi-tado. El doctor Harding fue tambin el primer directordel Centro Memorial Martin Luther King de Atlanta.

    Es un gran honor tenerlo con nosotros. Hblenos deese discurso. Cuntenos cmo fue que lo elabor con elDoctor Martin Luther King. King lo pronunci en River-side Church en un momento clave, en 1967, justo un aoantes de que lo asesinaran. En su libro usted afirma quese le presta muy poca atencin a la transformacin queestaba sufriendo el doctor Martin Luther King en los l-timos aos de su vida.

    V.H: Creo que hay algo que nos resulta muy difcil demanejar con respecto a esos aos. Martin lo menciona enel discurso de Riverside, en el cual insta a la nacin aconvertirse en una nacin ms madura, a dejar de ser unanacin adolescente y abusadora para convertirse en unanacin que trabaja con otras, que se preocupa por otras,y que trata de todas las maneras posibles de abrirse almundo y de permitir que se abran al mundo sus vecinos ylos dems habitantes del planeta. Creo que todava esta-

    mos siendo llamados a alcanzar, como nacin, ese gradode madurez. Y creo que esa es, en parte, la razn por lacual tenemos tanta dificultad para escuchar y prestar aten-cin al Martin Luther King de los ltimos aos, en es-pecial los aos que siguieron a un discurso icnico co-mo Yo tengo un sueo, que es con el que nos hemosquedado.

    Sospecho que una de las razones por las cuales tene-mos tanta dificultad para lidiar con el Martin Luther Kingde los ltimos tres a cinco aos es que ese King estabaentrando en sintona con las explosiones que tenan lugaren todo el pas, donde quiera que haba ncleos negros.Nos resulta difcil porque ese King se estaba diciendo a smismo y les deca a todos los que lo rodeaban: Me iden-tifico con los desposedos. Me identifico con los pobres.En un momento como el actual, en que incluso los mejo-

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    de Radio Hanoi y la declaracin del Washington Postde que al pronunciarlo se haba vuelto menos til parasu causa, su pas, su pueblo.

    V.H: Debo llamar la atencin sobre el hecho de queMartin y yo fuimos amigos durante los ltimos aos desu vida. Lo conoc en 1958, y a partir de entonces traba-jamos juntos, vivimos muy cerca y nuestras familias es-taban en constante comunicacin. Es importante para mque quede claro que yo no era slo quien le escriba losdiscursos a King. Yo era amigo de Martin Luther King.

    Martin quera encontrar la manera de hacer un pro-nunciamiento honesto sobre Vietnam y vincularlo a lo queestaba teniendo lugar en los Estados Unidos, y hacerlo enun ambiente en que se sintiera cmodo y que estuvieracercano a sus races espirituales. Cuando se present laoportunidad de hacerlo en Riverside, para hablar antela organizacin de los clrigos y laicos preocupados por lasituacin en Vietnam, Martin consider que se trataba deuna excelente oportunidad. Quera que esa fuera la oca-sin de un pronunciamiento fundamental de su parte so-bre Vietnam.

    Pero en esa poca Martin viajaba miles de millas cadames organizando personas, recogiendo dinero, tratandode concientizar a la nacin sobre la agona que causabatanto en el pas como en el extranjero, y saba que notena tiempo para trabajar en el discurso de la manera quehubiera querido. Tambin saba que l y yo nos entenda-mos perfectamente, que nuestras posiciones en lo rela-tivo a Vietnam eran muy cercanas, al igual que nuestrasideas sobre la guerra y la paz y sobre los peligros de quelos Estados Unidos se convirtieran en una potencia impe-rialista mundial. Fue por eso que me pidi que hiciera unesquema del discurso, porque saba que yo no iba a decirnada que l no pensara. Yo, simplemente, hablara comomi amigo quera hablar, y fue as que me puse a la tareaque me pidi.

    A.G: Una de las cosas que me llam la atencin en sulibro es que usted no slo describe la labor de King en elSur, que es la que ms se ha estudiado, y el discurso sobreVietnam, sino que habla tambin acerca de lo que sucedicuando King lleg al Norte, cuando fue ms all de Sel-ma y del derecho al voto y de los problemas del Sur yempez a plantear la cuestin de los derechos civiles enChicago. Usted habla sobre la recepcin que tuvo all, ysobre cmo esto desemboc en la Poor Peoples Cam-paign,2 y sobre cmo reaccion la nacin cuando Kingllev el movimiento de los derechos civiles al Norte.

    V.H: La verdad es que creo que King estaba haciendoalgo mucho mayor que llevar el movimiento de los dere-chos civiles al Norte. Si se mira con atencin el discurso

    El legado de Martin Luther King 3

    res candidatos a la presidencia hacen cualquier tipo demalabares para identificarse con la clase media y las ne-cesidades de la clase media lo cual no niego que seamaravilloso y necesario, en un momento en que pareceque hemos olvidado que seguimos siendo la nacin msrica del mundo con una numerosa poblacin muy pobre,se hace difcil escuchar a Martin Luther King, porque lno olvid a los pobres. En realidad, a medida que avanza-ba en la vida, ms se compenetraba con las experienciasde los pobres y ms se identificaba con ellas, de modoque lleg a decir: debo ayudar a organizar a los pobrespara que no tengan que seguir llevando esta vida en nues-tra nacin.

    A.G: Doctor Harding, me gustara que hablara sobreel discurso de Vietnam, porque en l Martin Luther Kingasumi una posicin sobre un asunto internacional y so-bre el papel que desempeaba nuestro pas en el resto delmundo, especialmente en el Tercer Mundo o mundo neo-colonial. El discurso produjo muchas discusiones en elcrculo de sus asesores? Cuando usted elaboraba el dis-curso tena la sensacin de que poda provocar muchosconflictos al asumir esa posicin? Porque, obviamente,se busc la enemistad de los medios de comunicacin co-merciales y de algunos de sus seguidores.

    V.H: Hubo muchas pugnas en la comunidad en torno aese discurso, y ms que en torno al discurso, en torno ala posicin que King deba asumir en relacin con lo quenuestro pas haca en Vietnam y lo que parecan ser susintenciones en el mundo entero.

    Pero es importante sealar que para King esas cues-tiones no eran simplemente lo que podemos considerarcuestiones de poltica exterior. King era, sobre todo, unpastor, y consideraba esas cuestiones en trminos de susconsecuencias para los ms pobres, los ms dbiles, losms vulnerables de nuestro pas, y los pobres de otrospases, en especial, en este caso, de Vietnam. King no con-sideraba que estaba apartando su atencin de este pas yvolvindola hacia el exterior. King consideraba que habauna relacin natural entre lo que suceda con los pobresen los Estados Unidos con el hecho de que los hombresy las mujeres jvenes expresaran su indignacin, su frus-tracin, su desesperacin y la devastacin que el pasestaba provocando en Vietnam. Por tanto, lo que King in-tentaba realmente era que el pas en su conjunto reflexio-nara sobre la relacin entre sus males internos y los malesprovocados por su poltica exterior.

    A.G: Quisiera que nos hablara ahora sobre su partici-pacin en la redaccin de ese discurso y tambin sobre lareaccin de la revista Time, que dijo que el discurso erauna calumnia demaggica que sonaba como un guin

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    ahora?). Tambin quiero recordar lo que dijo el gran rabi-no Abraham Joshua Heschel diez das antes de que asesi-naran a Martin. Heschel dijo: Martin Luther King es unavoz, una visin y un camino, y todos debemos recorrercon l su camino, porque el futuro de los Estados Unidosdepende del impacto y de la influencia del doctor King.Eso es lo que creo. Y creo tambin que esa es, en parte, larazn de que tantas personas se sintieran incmodas, por-que saban que nos estaba llamando a recorrer un caminodifcil, un camino para trascender el racismo, el materia-lismo y el militarismo. Esos no son caminos fciles. Espor eso que comenc diciendo que King nos peda quefuramos un pueblo maduro y no un pueblo adolescente.

    A.G: Cuando comenzaron las marchas en el Norte, enChicago, se sinti el doctor King sorprendido por el odioy los prejuicios que se evidenciaron contra l y contra elmovimiento? Porque obviamente, despus de su muerte,fue muy visible el auge del movimiento conservador, delracismo y del conservadurismo en general en los EstadosUnidos.

    V.H: No s si la sorpresa fue la emocin clave. Si sque lo entristeci mucho sentir lo que llam una respues-ta cargada de ms odio del que haba encontrado en elSur. King era una persona compasiva, y entendi que esarespuesta violenta enmascaraba algo muy profundo em-pozado en el corazn y el alma de las personas que queracambiar. Y eso lo hizo percatarse de que, como le gustabadecir, hemos recorrido un largo camino pero todava nosqueda un camino muy largo por recorrer. Martin estabadispuesto a vivir con la tensin de reconocer que el movi-miento haba producido cambios magnficos en el pas,pero que, al mismo tiempo, el pas iba a seguir presentan-do una fuerte resistencia al llamado a renunciar al racis-mo, al materialismo, al militarismo.

    Notas:

    1--El discurso sobre la guerra de Vietnam fue publicado en el n. 39(enero-marzo del 2006) de Caminos.

    2--En noviembre de 1967, Martin Luther King, Jr. y la directivade la Southern Christian Leadership Conference (Conferencia deLderes Cristianos del Sur) se reuni para debatir qu direccin adop-tara el movimiento despus de la aprobacin de leyes sobre losderechos civiles, el surgimiento del Poder Negro y los motines ur-banos del verano anterior. La Conferencia decidi organizar la PoorPeoples Campaign (Campaa de los pobres), un movimiento queabordara de forma amplia las desigualdades econmicas mediante laaccin directa no violenta. La campaa no comenz hasta despusde ocurrido el asesinato de Martin Luther King en 1968, y su ausen-cia incidi en su falta de efectividad. La campaa concluy en juniode ese ao sin lograr un impacto significativo en las polticas econ-micas estadounidenses.

    de Vietnam salta a la vista que Martin insiste en el lemaque adopt la Conferencia de Lderes Cristianos del Surdesde su fundacin en 1957. Eso fue antes de que yo loconociera, y el lema era no slo hemos venido a trabajarpor los derechos civiles en el Sur, sino que hemos venidopara redimir el alma de los Estados Unidos. Ese era elmbito mayor en el que King se ubicaba a s mismo, y enel que nos ubicbamos muchos de los que participba-mos en el movimiento: trabajbamos por la transforma-cin de los Estados Unidos, y no haba manera de lograrlasin prestarle atencin a lo que ocurra en las ciudades delNorte, adems de lo que ocurra en las plantaciones delSur.

    King actuaba inspirado por esa visin mayor que siem-pre tuvo, a pesar de que muchos queran empujarlo haciael Sur, porque as se sentan ms cmodos, porque aspodan sentir que eran mucho mejores que los sureos.Pero Martin nos record, como tambin nos recordMalcom X, que la actitud surea hacia el dbil, hacia elpobre, hacia el vulnerable, es una actitud que no se limitaal Sur. Por eso es que a Martin le pareca imprescindiblellegar a las comunidades del Norte, porque le preocupabaparticularmente la juventud del Norte y el giro que estabadando la vida de esa juventud.

    A.G: Recientemente lea un comentario de Mumia Abu-Jamal sobre Martin Luther King en el cual citaba al di-funto David Halberstam, quien dijo que King ha decididorepresentar a los ghettos. Trabajar en ellos y hablar ensu nombre. Pero la voz de los ghettos es discordante yalienada. Si King verdaderamente quiere hablar en nom-bre de los ghettos, su voz debe ser un reflejo de la deellos. Debe ser tambin una voz alienada, y es muy pro-bable que est cada vez ms enfrentada a la sociedadnorteamericana. Comparte usted ese criterio de DavidHalberstam?

    V.H: Creo que Halberstam tena muchsima razn. Meparece que es imposible ponerse del lado de los pobres,hablar en nombre de los pobres, sin concitar el tipo derespuesta que recibi el discurso de Martin. Su voz seconsider alienada; su discurso, extemporneo. Y eso eranatural a la luz del compromiso que haba asumido. Cuan-do alguien decide que debe ir a trabajar con los basureros,aunque tenga un doctorado en Teologa, es natural quemuchas personas que estn acostumbradas a codearsecon los doctores en Teologa digan que se ha vuelto loco.Y Martin sufra de una locura magnfica que haca que aalgunas personas les resultara muy difcil entenderlo yconvivir con l. Lo que quisiera recordar no es lo que dijola revista Time o lo que dijo el Washington Post, sino lacancin que dice The King of love is dead, what shouldwe do now? (El rey del amor ha muerto, qu haremos

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    El legado de Martin Luther King ( Mumia Abu-Jamal )

    Muy pronto, todas las estaciones y ca-denas de televisin y muchas radioe-misoras del pas transmitirn sus se-cuencias de archivo o grabaciones deMartin Luther King, Jr., su rostro guapo y oscuro, bri-llante en medio de un mar de rostros oscuros, captado ensu momento de triunfo: el discurso titulado Yo tengo unsueo, que pronunciara en Washington.

    Con todo gusto difundirn la imagen de ese hombrepoco peligroso, el reverendo doctor Martin Luther King,Jr., el que habl con nobleza y elocuencia de los sueos.Pero pocos se atrevern a transmitir lo que dijo en la igle-sia Riverside de la ciudad de Nueva York. All, un Martinms maduro y sabio no habl de los sueos, sino de lasrealidades, de las injusticias sociales y econmicas, delmilitarismo estadounidense rampante y de la pesadilla delracismo blanco.

    Un hombre que lo acompaaba, que tambin se convir-ti en reverendo con posterioridad, era Vincent Harding,un hombre que amaba a Martin y lo reconoca como her-mano y no como un icono. El reverendo doctor Hardingquera que los dems conocieran al Martin que l conocay por eso escribi un libro titulado Martin Luther King:El hroe inconveniente, publicado en 1996 por la editorialOrbis.

    Harding nos ensea que King cay en el pozo de latraicin cuando se opuso a la guerra de Vietnam. King fuereprendido con dureza cuando abord el tema de la guerra.Algunos crticos dijeron que se desviaba de la cuestin delos derechos de los negros. Otros teman la terrible ira delpresidente Lyndon Johnson, intolerante a la ms mnima

    oposicin a su poltica destructiva, especialmente a la opo-sicin de un negro. Algunos consejeros de la misma orga-nizacin de King, la Conferencia de Lderes Cristianos delSur (SCLC), se opusieron a su papel en el movimientoantiguerra por haber visto la manera en que sus aliadosblancos y liberales retiraban su apoyo econmico a losjvenes radicalizados del Comit Coordinador EstudiantilNo-Violento (SNCC), cuando estos se atrevieron a actuaren solidaridad con los vietnamitas que resistan la inter-vencin de los Estados Unidos.

    Ante todo esto, y en parte debido a todo esto, Kingpersisti en su postura. Su discurso de Riverside, pro-nunciado precisamente un ao antes de su asesinato, fueel resultado ms notable de su decisin. De inmediato, elcomps de la feroz crtica se intensific, proveniente demuchos lados, incluso de personajes negros como JackieRobinson, Roy Wilkins, Whitney Young y Carl Rowan.

    El reverendo doctor Harding tambin recuerda que elsupuestamente liberal Washington Post critic al doctorKing por haber hecho alegaciones custicas y dainas,deducciones que no document y que era incapaz de do-cumentar. Segn los editores del Post: Muchos que lehan escuchado con respeto nunca le tendrn la mismaconfianza. Ha disminuido su propia utilidad a su causa, asu pas y a su pueblo.

    Ese Martin Luther King crtico de la guerra, activistapor la justicia econmica, abogado de los pobres se ha-ba vuelto, opina Harding, el hroe inconveniente. Sos-tiene que ese King ha desaparecido casi por completo denuestra historia meditica y blanqueada.

    Si no fuera por gente como Vincent Harding, eso seracierto.

    Desde el corredor de la muerte, soy Mumia Abu-Jamal.*---Tomado de Indymedia Barcelona, jueves 18 de enero de 2007.

    El segundo martiriode Martin Luther King*

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    Martin Luther King:una voz proftica vigente

    El legado de Martin Luther King ( Ral Surez )

    El profeta es, a la vez, un hombre deDios y un hombre de su tiempo. En lse manifiesta la pasin por la verdad,sin que deje de ser un posedo por sen-timientos de amor. El hambre y la sed de justicia lo arras-tran a ser un hombre o mujer del mundo. Est radicalmen-te comprometido con el presente y el futuro de su pueblo.Posee una profunda capacidad para discernir las sealesde los tiempos. Coloca en su justo lugar el cronos, ypercibe con inteligencia y madurez los kairos que se vandando en el dinamismo y conflictivo desarrollo histri-co. Percibe el sentido del momento histrico. Por estascaractersticas de la tradicin judeocristiana, el profeta esmucho ms que un vidente que en un abrir y cerrar deojos visualiza el provenir. El trmino hebreo Roh msbien expresa la capacidad de desentraar las causas quecaracterizan la realidad tica, moral y espiritual de unasociedad determinada, porque se asumen o se rechazanen las estructuras del poder poltico, econmico, social yreligioso lo que puede dar frutos de justicia o la iniquidadde la injusticia. Tambin usaban los hebreos la palabraNabi que significa tanto el que es llamado como el queproclama. Entonces, el profeta escudria los signos delShalom, la paz en toda su plenitud, como fruto de lajusticia, y tiene la honestidad de reconocer en estas se-ales la voluntad de Dios y anunciarlas a pleno pulmn.Tambin denuncia con toda consecuencia y valenta la im-piedad y la injusticia de los que proclaman paz, paz y nohay paz y a aquellos que dictan leyes injustas y ponenpor escrito los decretos de la maldad. Dejan sin protec-cin a los pobres, roban a los pequeos sus derechos; ydejan sin nada a la viuda y despojan al hurfano.

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    Estas consideraciones sobre la concepcin y la prc-tica del profetismo bblico nos permiten ver en el pensa-miento y la obra del Dr. Martin Luther King, Jr. a un autn-tico profeta. Y es necesario recordarlo y hacerlo presenteen la realidad actual que vive la sociedad norteamericanay su repercusin mundial.

    Hay que recordar que las consideraciones de King so-bre la tica de la liberacin:

    Muy pocos se dan cuenta exacta de cmo la escla-vitud y la segregacin racial han corrodo el alma ysocavado el espritu del hombre y la mujer negros.Todos los abominables negocios de la esclavitud te-nan un fundamento en la premisa de que el negroera un objeto para ser usado, no una persona paraser respetada.

    Primero, los encargados de los esclavos deban man-tener una disciplina estricta. Un dueo deca en unaocasin: La sumisin ciega es la nica condicinsin la cual el esclavo no puede nunca ser agradable.Otro dijo: Debe saber el esclavo que su dueo estpara gobernarle absolutamente, y l debe obedecerincondicionalmente, de modo que jams, ni por unsolo instante, d a entender que puede ejercer supropia voluntad o juicio en contra de la orden que lehaya sido dada. Segundo, los amos de esclavos sedieron cuenta de que deban imprimir en el hombreencadenado una conciencia de inferioridad. Este sen-timiento de inferioridad se extendi deliberadamentehasta el pasado de los esclavos. Los dueos se con-vencieron de que, para el mejor control de los escla-vos negros, estos deban tener el convencimientode que estaban marcados por un ancestral estigmaafricano, y que su color era signo de degradacin.El tercer paso en el proceso de entrenamiento delbuen esclavo consista en que estos deban respetara sus dueos como portadores de un poder omnipo-tente. Era necesario, segn afirmaban varios due-os, hacer que el esclavo permanezca siempre enestado de miedo. El cuarto aspecto consista enpersuadir al encadenado para que tomase un in-ters ciego en los asuntos de su dueo y aceptase elcomportamiento de este como la norma ideal de con-ducta. De este modo, deba entender como bueno,verdadero, justo y hermoso lo que hiciese su se-or. La ltima, de acuerdo con la documentacin deStampp, consista en marcar en el negro sus viciosy debilidades, para crearle el hbito de una perfectadependencia.1

    Es aqu donde sobresale en Martin Luther King, el vi-dente, que no se detiene en la periferia ni en la superficie

    de los problemas, sino que penetra la realidad y va a laraz misma del problema, y en el pensamiento paulinoencuentra hasta dnde hay que llegar en la concepcin dela lucha por la liberacin plena y la libertad anhelada. A lapedagoga del opresor, como dira Paulo Freire, oponela pedagoga del oprimido: a la educacin demonaca de ladominacin y la sumisin, opone la filosofa de la libera-cin plena y de la libertad. Y en su conocimiento profun-do de la tradicin bblica record el xodo de los esclavoshebreos de la esclavitud en Egipto, rechaz el facilismodel camino de los filisteos y opt por el camino del desier-to; y apegado al pensamiento paulino, levant frente alhombre viejo viciado por el Imperio y las estructuras dela sociedad esclavista, el hombre nuevo y la mujer nuevacreados, segn Dios, para la justicia y la santidad de lavida.

    No se debe pasar por alto el valor positivo que en-cierra la llamada al negro hacia una verdadera con-ciencia de su prestigio racial y a una valiente apre-ciacin de la herencia de sus antepasados. Hay queiluminar al negro con una revaluacin de su vala yde su dignidad. Debe conocer los caminos de la su-peracin en medio de un sistema que le sigue opri-miendo; debe desarrollar un inexpugnable y majes-tuoso sentido de su propio valer. No puede continuaravergonzndose del color de su piel... Para esquivareste homicidio cultural, el negro debe levantarse conla afirmacin de su ms genuina virilidad olmpica...La libertad psicolgica, el inconmovible sentido dela propia estima, es el arma ms poderosa contra lalarga noche de la esclavitud fsica. Ni la proclama-cin de la emancipacin de Lincoln, ni los decretossobre derechos civiles de Kennedy o Johnson nospueden traer totalmente esta clase de libertad. El ne-gro nicamente desear ser libre cuando sea capazde rebuscar profundidades de su propio ser y firmarcon la pluma y la tinta de una segura personalidad supropia emancipacin. Con esforzado espritu haciala verdadera estima de s mismo, el negro debe atre-vidamente arrojar de s la autoabnegacin y gritarante l y ante el mundo entero: Yo soy alguien. Yosoy una persona. Yo soy un hombre con dignidad yhonor. Yo tengo una rica y noble historia, a pesar delas dolorosas explotaciones que la misma historia hahecho. Yo soy negro y hermoso!2

    Voz proftica para ciertas iglesiasen los Estados Unidos

    Poseedor de una slida base bblica y teolgica, unidaal estudio profundo de la historia del cristianismo y delpensamiento cristiano, Martin Luther King se percat de

    El legado de Martin Luther King 7

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    la ruptura de la iglesia constantiniana con el movimientode Jess de Nazaret. La lnea divisoria aparece con elEdicto de Miln, a raz del control absoluto del poder im-perial romano por Constantino, llamado el Grande. A par-tir de ese momento se interrumpe el movimiento de Jess,que se haba desarrollado a la sombra de la cruz, y en sulugar surge la iglesia que se organiza y piensa su fe a lasombra del trono y del imperio. Con esta ruptura, la igle-sia perdi el sentido evanglico del poder y asumi la con-cepcin imperial .

    Por esa razn, en su respuesta a los clrigos blancosque no slo guardaban silencio frente a las secuelas delracismo y la segregacin y una pasmosa ausencia de com-promiso con la lucha revolucionaria, sino que afirmabanque el Evangelio de Jesucristo nada tena que ver conestos esfuerzos, les recordaba:

    Hubo una poca en que la Iglesia fue muy poderosa:cuando los cristianos primitivos se regocijaban deque se les considerase dignos de sufrir por sus con-vicciones. En aquella poca la Iglesia no era merotermmetro que meda las ideas y los principios dela opinin pblica. Era ms bien un termostato quetransformaba las costumbres de la sociedad. Dondequiera que un cristiano penetraba en una ciudad, laspersonas que entonces detentaban las riendas delpoder se perturbaban, e inmediatamente trataban deprocesar a los cristianos por ser perturbadores dela paz y agitadores forasteros, y con cierto temorafirmaban: estos que revolucionan el mundo hanllegado a Tesalnica. Pero los cristianos no cejaron

    en su empeo, convencidos de que eran una colo-nia celestial, destinados a obedecer a Dios antesque a los hombres.3

    Con dolor les record una vez ms: La Iglesia hoy nopuede decir lo mismo que los apstoles, quienes con ple-na conviccin podan decir: No tengo plata ni oro pero loque tengo te doy

    Las iglesias cubanas, al igual que las iglesias en losEstados Unidos, deben meditar con un autntico discer-nimiento pastoral las preguntas que l hizo a los clrigosblancos de Birmigham: Qu clase de Dios es el que us-tedes adoran en sus templos y edificios cuyas cpulas seelevan al cielo? Cul es la calidad tica, moral y espiritualde la gente que cada domingo se rene para adorar a Dios?Qu hacen ustedes por la igualdad, la dignidad humana yla justicia social de los que padecen por la violencia de lospoderosos?

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    La guerra contra Vietnam

    Mientras ms leo la denuncia de Martin Luther King,Jr. al gobierno norteamericano por la guerra de Vietnam,ms cuenta me doy de que su pensamiento y el sentido desu misin iban tomando vuelos cada vez ms radicales.Su reflexin en torno a la manipulacin meditica sobre elpeligro del comunismo; la base bblica y teolgica de suspronunciamientos sobre la guerra; la aguda percepcinproftica del fortalecimiento de su gobierno como unamaquinaria de muerte; la visin de los vietnamitas sobresus supuestos libertadores; el largo alcance de los instru-mentos de muerte que no slo mataban en combate, sinoque aniquilaban instituciones sociales y religiosas; su apre-ciacin sobre las implicaciones ticas y morales de la guerraen la vida familiar de los vietnamitas; las inversiones delos capitalistas en Africa, Asia y la Amrica Latina, movi-das por el lucro y no por los intereses de esas naciones;su categrica afirmacin de que la guerra de Vietnam noes otra cosa que el smbolo de una sociedad enferma quecorroe el espritu de nuestro pas (en varios escritos ex-plica por qu es una sociedad enferma: 1. Mi gobierno seha convertido en una mquina de muerte; 2. Los enormesgastos de la guerra no solo destrozan nuestra economa;hacen a los pobres ms pobres y desprovistos de progra-mas sociales, lo que afecta radicalmente su calidad devida; 3. La proclama de que la guerra era para asegurar lalibertad y la democracia de los vietnamitas es pura men-tira; 4. Presenta a los soldados negros y latinos luchandococo a codo, y en su propio pas no podan estar juntosen las escuelas y en las universidades y aspirar a empleosde ciertos niveles); toda esa lectura de la realidad de supas me habla del alcance de un pensamiento revolucio-nario que lo converta en un profeta peligroso para el sis-tema poltico, econmico y social imperante en los Es-tados Unidos. Si no, analicemos la conclusin de estadenuncia pblica:

    Vivimos una poca revolucionaria; por todo el mun-do, los hombres se rebelan contra viejos sistemasde opresin y explotacin. La gente descamisada ydescalza se rebela como nunca lo haba hecho hastaahora. El pueblo que andaba en tinieblas, vio unagran luz. Nosotros, los que vivimos en Occidente,debemos ayudar en la forja de estas revoluciones.Resulta muy triste comprobar que, por culpa de lacomodidad, de las satisfacciones y del miedo mor-boso que nos inspira el comunismo, y de nuestratendencia a encajar la injusticia, las naciones delmundo occidental, que otrora hicieron nacer el es-pritu revolucionario del mundo moderno, se hanconvertido en Estados antirrevolucionarios por an-tonomasia... Debemos encontrar nuevas formas de

    pedir la paz en Vietnam, de exigir la justicia en unmundo que est llamando a nuestra puerta y que seencuentra en plena evolucin. Si no actuamos, esseguro que nos perderemos por los largos y oscu-ros pasillos reservados a aquellos que tienen poderpero carecen de compasin. Que tienen fuerza, perocarecen de moral; que tienen valor, pero carecen devisin.4

    Finalmente, con la oracin fnebre pronunciada por lmismo antes de su muerte, grab con caracteres indele-bles en lo ms profundo de nuestro ser la firme convic-cin de vincular la fe a la accin, la identidad al compro-miso, la presencia en el proceso revolucionario cubanocon la honestidad y la consecuencia.

    Ese da quiero que podis decir que trat de ser jus-to y que intent caminar junto a los que en justiciaactuaban, que puse mi empeo en dar de comer alos hambrientos, que siempre trat de vestir al des-nudo. Quiero que digis ese da que dediqu mi vidaa visitar a los que sufran en las crceles, que intentamar y servir a los hombres todos, mis hermanos.5

    Notas:

    1--Martin Luther King, Jr.: Adnde vamos: caos o comunidad?,AYMA S.A. Editora, Barcelona, traduccin de Jos Cueto, 1967,p. 44.

    2--Ibid., p. 49.3--Martin Luther King, Jr.: Por qu no podemos esperar, AYMA

    S.A. Editora, Barcelona, 1964, p. 124.4--Martin Luther King, Jr.: El clarn de la conciencia, AYMA

    S.A. Editora, Barcelona, 1968, pp. 58-59.5--Ibid., p. 61.

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    El legadode Martin Luther King*

    El legado de Martin Luther King ( Gerald Lenoir )

    P Guardia Nacional. Fuimos golpeados, detenidos y algu-nos expulsados definitivamente, pero logramos triunfar.Al iniciarse el ao escolar en septiembre de 1969 secre un Departamento de Estudios Afroamericanos comoresultado de esos esfuerzos, y como expresin de la ins-piracin del ejemplo del Dr. King. Nos comprometimos ahonrar su memoria dndole continuidad a su legado deaccin no violenta directa a favor de la igualdad social.

    Durante los prximos das, muchos en los EstadosUnidos y en todo el mundo honrarn al Dr. King como ungran lder del movimiento estadounidense a favor de losderechos civiles. Y as debe ser. Luch con todas las fi-bras de su ser material, intelectual y espiritual para lograrla liberacin de su pueblo el pueblo negro de los EstadosUnidos de las ataduras del sistema de segregacin racial(conocido como Jim Crow, en el sur del pas) y de laexplotacin racial en general.

    Pero recordar al Dr. King simplemente como un lder afavor de los derechos civiles implicara cometer una in-justicia con el significado ms amplio y profundo de suvida y su legado. El Dr. King logr trascender las divisio-nes de raza, clase y nacionalidad para transformarse, conel transcurso de su vida, en un luchador a favor de la jus-ticia econmica y social para todos los pueblos del mun-do. Ya en el momento de su asesinato en 1968, el MartinLuther King Jr. que haba encabezado el boicot de losautobuses del transporte pblico en Montgomery, Alaba-ma, en 1955, haba evolucionado de lder incipiente de lalucha a favor de los derechos civiles a luchador a favorde los derechos humanos a escala mundial. Promova loque yo caracterizara como una variante de la Teologa dela liberacin adaptada a las condiciones que enfrentaban

    *---Conferencia pronunciada en el Primer Simposio Internacional Interdisciplinario en Honor a la Vida y Pensamiento del Dr. Martin LutherKing, Jr., celebrado en Mxico D.F., en abril del 2008.

    rimero quiero agradecer la invitacindel Programa de Derechos Humanosde la Universidad Autnoma de la Ciu-dad de Mxico (UACM), la Comisin

    de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), LaCasa de los Amigos, el Movimiento Migrante Mesoameri-cano y otros convocantes que han hecho posible mi asis-tencia a este Primer Simposio Internacional Interdiscipli-nario dedicado al Dr. Martin Luther King. Es realmenteun honor participar en un evento de esta ndole en suelomexicano para honrar a un lder que ha desempeado unpapel tan importante en la lucha por la paz y la justicia enlos Estados Unidos y el mundo. La realizacin de esteevento es una prueba ms de la relevancia del Dr. Kingpara los pueblos y las luchas en el continente americano yen todo el mundo.

    Me cuesta trabajo creer que ya han pasado cuarentaaos de su asesinato. El 4 de abril de 1968 yo era un es-tudiante de segundo ao de licenciatura en la Universidadde Wisconsin en Madison. Como la mayora de los afroes-tadounidenses me sent atnito, triste e indignado por elasesinato de un hombre que haba luchado por la justicia,el amor y la no violencia. Esa noche marchamos, llora-mos y nos comprometimos a hacer lo posible para que lamuerte del Dr. King no fuera en vano.

    Como parte de las secuelas inmediatas de su muerte,los estudiantes afros del campus nos organizamos paraexigir la creacin de un programa de estudios negros enla Universidad de Wisconsin. Nuestra lucha, apoyada pormuchos estudiantes blancos, sent las bases para unahuelga generalizada en la universidad, y por primera vezen su historia fue ocupado el campus por tropas de la

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    los afroestadounidenses en el siglo XX. En cuanto a lasraces de ese compromiso en su fe, dijo el Dr. King:

    Una religin fiel a su esencia tiene que preocuparsede las condiciones sociales del ser humano... Cual-quier religin que profesa preocuparse de las almasde los seres humanos y no de las condiciones de lostugurios que los condenan a la miseria, las condicio-nes econmicas que los asfixian y las condicionessociales en que estn sumergidos, es una religintan seca como el polvo.1

    El Dr. King combinaba sus creencias religiosas con unanlisis concreto de las condiciones sociales y con una

    bsqueda de su transformacin. Denunci ms de unavez la triple amenaza del racismo, el militarismo y elmaterialismo. Abogaba tambin por una revolucin delos valores y por un nuevo orden mundial. En su discur-so Declaracin de independencia de la guerra en Viet-nam, pronunciado el 4 de abril de 1967 en la RiversideChurch de la ciudad de Nueva York, dijo:

    Una verdadera revolucin en los valores nos llevara cuestionarnos la justicia de muchas de nuestraspolticas pasadas y presentes. Cierto que estamosllamados a jugar el papel de buenos samaritanos enel camino de la vida, pero eso slo ser un primerpaso. Un da tendremos que reconocer que todo elcamino de Jeric tendr que ser transformado paraque los hombres y las mujeres no sean constante-mente golpeados y robados al hacer su travesa porlos caminos de la vida. La verdadera compasin im-plica mucho ms que regalarle una moneda a unmendigo. Implica entender que una estructura socialque produce mendigos requiere ser restructurada.

    Y concluy:

    Una verdadera revolucin en los valores tendra queproblematizar los grandes contrastes prevalecientesentre la pobreza y la riqueza. Con indignacin justi-ciera extender su vista a travs de los mares y to-mar nota de los capitalistas de Occidente que in-vierten grandes sumas de dinero en Asia, Africa, y laAmrica Latina, slo para extraer ganancias, sin preo-cuparse por la mejora social de estos pases, y dir:Esto no es justo. Evaluar nuestra alianza con losterratenientes de la Amrica Latina y dir: Esto noes justo. La arrogancia occidental que implica sen-tir que puede enserselo todo a los dems y notiene nada que aprender de ellos, tampoco es justa.

    En ese mismo discurso el Dr. King exigi el retiro inme-diato de las tropas estadounidenses de Vietnam, y califical gobierno estadounidense como el mayor causante dela violencia en el mundo contemporneo.

    Fueron sumamente polmicas sus declaraciones con-tra el gobierno estadounidense en ese momento histrico.Saba que su postura en contra de la guerra de Vietnam ysu llamado a favor de la justicia econmica produciranuna reaccin adversa. Algunos de sus asesores le advir-tieron que no deba seguir ese camino, pero sigui ade-lante contra viento y marea.

    El Dr. King consideraba que los fenmenos del racis-mo, el militarismo y la explotacin econmica estabanprofundamente entrelazados. Explor este tema en su dis-curso en la Riverside Church:

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    A todos aquellos que me preguntan: no es ustedacaso un lder por los derechos civiles?, preten-diendo con ello excluirme del movimiento a favor dela paz, les contestar lo siguiente. En 1957, cuandoalgunos de nosotros fundamos la Southern Chris-tian Leadership Conference (Conferencia de Lde-res Cristianos del Sur), acuamos el siguiente lema:Para salvar el alma de los Estados Unidos. Estba-mos convencidos de que no podamos limitar nues-tra perspectiva a ciertos derechos para los negros,sino, por el contrario, tenamos la conviccin deque los Estados Unidos nunca seran un pas libre nipodran ser rescatados de s mismos a menos quelos descendientes de sus esclavos fuesen liberadosde los grilletes que an llevan.

    Ahora bien, debera quedar meridianamente claro quenadie que se preocupe por la integridad moral de losEstados Unidos de hoy puede ignorar la guerra queest teniendo lugar en Vietnam. Si el alma de losEstados Unidos resulta totalmente envenenada, laautopsia debe rezar: Vietnam. Nuestra nacin nuncapodr alcanzar la salvacin mientras destruya las mssentidas esperanzas de los seres humanos de todo elmundo.

    El Dr. Martin Luther King, Jr. que honramos hoy eraun hombre de una visin de largo alcance y de una con-viccin religiosa profunda, y se caracterizaba por un donincisivo de anlisis y por un compromiso con las accio-nes decididas. Su comprensin del mundo y su compro-miso con la accin directa no violenta son tan relevantesy vigentes en la actualidad como hace cuarenta aos.

    Hoy enfrentamos los mismos temas racismo, milita-rismo y materialismo que el Dr. King denunci con tantaelocuencia y contra los cuales luch. En los Estados Uni-dos, este triple eje del mal est dirigido contra la clasetrabajadora, especialmente contra los sectores pertene-cientes a las minoras raciales y tnicas, que tienen quesoportar el impacto fundamental de la recesin econmi-ca, el resurgimiento de la ideologa de la supremaca ra-cial blanca, y la continuidad de una guerra ilegal e inmoralen Irak. Y la poltica exterior, militar y comercial de losEstados Unidos est, adems, alineada contra los intere-ses de los pases y pueblos del Sur y a favor de las litessociales y econmicas norteamericanas.

    Yo crec en la poca de la Guerra de Vietnam, cuandoun supuesto incidente de agresin de Vietnam del Nortecontra un navo estadounidense en el Golfo de Tonkinsirvi como pretexto para una escalada feroz del conflic-to. Despus se estableci con toda claridad que ese inci-dente haba sido una mentira burda que cost la vida amiles de vietnamitas y soldados estadounidenses. Hoy

    estamos enfrascados en una guerra preventiva iniciadapor los Estados Unidos con el pretexto de la supuestacomplicidad del gobierno iraqu con los ataques del 11 deseptiembre y su posesin de armas de destruccin masi-va que tena la intencin de utilizar contra los EstadosUnidos y sus aliados. Y una vez ms son el pueblo iraquy los soldados de los Estados Unidos los que estn pagan-do el precio que implican las ambiciones imperialistas deun gobierno fuera de control.

    Y durante las ltimas tres dcadas en los Estados Uni-dos hemos sufrido el embate de un asalto a nuestros de-rechos civiles, constitucionales y humanos, la criminali-zacin y encarcelacin masiva de nuestros jvenes afrosy de origen latino en un volumen sin precedentes, la mili-tarizacin de nuestra frontera sur, un deterioro marcadodel medio ambiente y un aumento de sus efectos en nues-tra salud, un retroceso en nuestros niveles de vida, y latransformacin de los inmigrantes pertenecientes a mino-ras raciales y tnicas en chivos expiatorios de nuestrosmales econmicos.

    En el contexto de mi trabajo en el movimiento a favorde los derechos de los inmigrantes, he sido cuestionadocon insistencia por mis pares: qu hace un hombre ne-gro nacido en los Estados Unidos en esa trinchera? Se mesugiere que el pueblo negro de los Estados Unidos ya tie-ne suficientes problemas propios que atender.

    Mi respuesta es afirmar que el movimiento a favor dela justicia racial y el movimiento a favor de los derechosde los inmigrantes deben unirse para formar un nuevomovimiento a favor de los derechos humanos que impug-ne y desafe las polticas y prioridades errneas de nues-tro pas. La Black Alliance for Just Immigration se fundcon esa intencin.

    El Dr. King dijo: La injusticia en cualquier lugar es unaamenaza a la justicia en todas partes. Nosotros les deci-mos a los afroestadounidenses que tenemos que entenderque cuando los inmigrantes de pases rabes e islmicos

    Tenemos una causa comncon los inmigrantes de minorasraciales y tnicas: la lucha contra

    un sistema profundamentearraigado de racismo institucional

    y estructural y de ideologa desupremaca blanca

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    son arbitrariamente perseguidos por su perfil racial yreligioso, denigrados al llamarlos jinetes de camellos ycabezas de trapo, encarcelados sin fundamento y dete-nidos indefinidamente, ello constituye una amenaza paranuestra propia libertad. Cuando los haitianos que arries-gan sus vidas en embarcaciones precarias para huir de lapersecucin poltica y las privaciones econmicas sondetenidos y deportados; cuando los comentaristas de pro-gramas de radio y televisin de derecha lamentan el cam-bio de color del pas hacia un tono demasiado moreno ylanzan arengas contra los inmigrantes ilegales mexica-nos que estn invadiendo nuestro pas; cuando el KuKlux Klan se transforma en los Minutemen y los White

    Citizens Councils (Consejos de ciudadanos blancos) sevisten con el nuevo ropaje de la Federation of Americansfor Immigration Reform (Federacin estadounidense afavor de una reforma migratoria); cuando nuestro gobier-no aplica polticas que implican la vigilancia y el espionajede sus propios ciudadanos sin autorizacin judicial y eltraslado de inmigrantes a travs de los trechos ms ex-tensos de un desierto traicionero y peligroso; cuando rea-liza redadas en lugares de trabajo, hogares y escuelas, ydeporta a miles de inmigrantes indocumentados, amenazatambin nuestros propios derechos civiles, humanos yconstitucionales.

    Los afroestadounidenses conocemos demasiado bienel trallazo seco del racismo. Hemos luchado en su contradurante generaciones. Nuestro mensaje al pueblo negrode los Estados Unidos es que no podemos quedarnos cru-zados de brazos mientras se les imponen estas agresionesracistas a nuestros hermanos y hermanas de Africa, Asia,la Amrica Latina y el Caribe. Tenemos una causa comncon los inmigrantes de minoras raciales y tnicas: la luchacontra un sistema profundamente arraigado de racismoinstitucional y estructural y de ideologa de supremacablanca.

    Los afroestadounidenses siempre hemos contado conaliados en nuestra lucha por la emancipacin, los derechosciviles y la justicia social y econmica. Hoy nuestros pro-pios intereses como pueblo obran a favor de solidarizar-nos con los inmigrantes de minoras raciales y tnicasque resisten el embate de la agresin derechista que nosamenaza a todos. Tenemos que cuestionar los discursosprevalecientes en los medios y crculos afines de derechay comenzar a entender la lucha de los inmigrantes en suspases de origen y al llegar a los Estados Unidos.

    Desde luego, esta alianza tiene que ser biunvoca. Fre-cuentemente hemos tenido que recordarles a los activis-tas a favor de los derechos de los inmigrantes y sus co-munidades que deben comprender y valorar en toda suamplitud los aportes y el significado histrico de los mo-vimientos de derechos civiles y a favor del poder negro ycomprender la situacin cotidiana de los afroestadouni-denses. Los instamos tambin a examinar crticamente losestereotipos sobre los afroestadounidenses promovidospor la cultura dominante y a construir alianzas alrededorde una amplia gama de temas convergentes que afectan anuestras comunidades. El pueblo negro de los EstadosUnidos y las comunidades de inmigrantes tienen que em-prender un dilogo continuo y establecer relaciones sli-das construidas sobre la base del respeto mutuo y de losprincipios de unidad poltica, para beneficio de todos. Estaes una de las tareas ms urgentes de nuestro tiempo.

    Pero el dilogo tiene que ir mucho ms all de las fron-teras, como este de hoy. Tenemos que desafiar la compli-cidad entre las elites de nuestros pases, que conspiran

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    para violar nuestros derechos humanos y para beneficiar-se de la explotacin de nuestro trabajo, nuestra tierra ynuestros recursos naturales.

    El 20 y 21 de abril, el presidente Bush, el presidentemexicano Felipe Caldern y el primer ministro canadien-se Stephen Harper se reunirn en una cumbre en NuevaOrleans para discutir la ampliacin del Tratado de LibreComercio de Amrica del Norte (TLCAN) y otros temas.Simultneamente, activistas, sindicalistas e investigado-res de Mxico, los Estados Unidos y Canad se reunirnpara refutar la desinformacin prevaleciente sobre losimpactos del TLCAN. En fecha reciente, los candidatospresidenciales estadounidenses debatieron tambin la sig-nificacin del TLCAN.

    El nico candidato presidencial que ha afirmado, comonosotros, que el TLCAN ha sido un factor importante enel aumento de los flujos migratorios hacia los EstadosUnidos ha sido Barack Obama. Hemos afirmado tambinque como resultado del TLCAN, Mxico ha abierto susmercados a productos agrcolas subsidiados procedentesde los Estados Unidos. Las consecuencias incluyen elhecho de que tres millones de agricultores mexicanos nohan podido competir con estos productos y han perdidosu tierra y sus medios de subsistencia. Muchos de elloshan emigrado a los Estados Unidos en busca de trabajo.

    Esas y otras polticas semejantes del gobierno de losEstados Unidos y de la Unin Europea han distorsionadolas economas de gran parte de Asia, Africa y la AmricaLatina. Los procesos de globalizacin econmica y lacodicia de las grandes empresas transnacionales han sidofactores claves de este tipo de desplazamiento y migra-cin. Segn informes de las Naciones Unidas, ms de dosmil millones de personas en el mundo son inmigrantes.No podemos fingir ceguera ante las acciones y las conse-cuencias de la conducta de nuestro gobierno y de estosactores empresariales.

    En el transcurso de dilogos con comunidades afroes-tadounidenses en los Estados Unidos hemos sealado que

    las fuerzas de la globalizacin econmica impactaron alas comunidades negras durante la dcada de los setenta,en la primera fase del proceso actual de globalizacin. Enel mismo momento que se les abran las posibilidades decontratacin a los afroestadounidenses en industrias comola automotriz, la de produccin de llantas y caucho y ladel acero, estas plantas huan hacia Taiwn o Mxico oalgn otro lugar del mundo para reducir sus costos labo-rales, eludir la aplicacin de leyes laborales y ambientalesy en busca de un ambiente empresarial ms amistoso.As se evaporaron los logros econmicos de los afroesta-dounidenses por los que tanto habamos luchado y sa-crificado. Y es as como se ha sometido a los pueblosdel Sur a condiciones inhumanas de trabajo con sueldosde miseria. Esto se mantiene hoy en las maquiladoras deMxico y de Bangladesh. Lo que planteamos, entonces, ala luz de esa realidad en que estamos sumidos juntos, esque los afroestadounidenses, los inmigrantes de minorasraciales y tnicas y los pueblos del Sur tenemos una basecomn para emprender una lucha conjunta en contra delos impactos negativos de la globalizacin y a favor de lajusticia social y econmica para todos.

    Tenemos que construir la unidad entre nosotros y nues-tras luchas mas all de los lmites de nuestras motivacio-nes inmediatas, creencias religiosas, convicciones huma-nitarias, o principios polticos; ms all de las divisionesimpuestas por nuestras identidades raciales, tnicas, degnero, orientacin sexual y fronteras nacionales, parafundar un movimiento mundial a favor de la justicia socialy econmica para todas y todos. Empleando el anlisiscrtico, construyendo alianzas estratgicas y participan-do en la accin directa no violenta a escala mundial, ven-ceremos. Ese es el legado del Dr. Martin Luther King, Jr.Ese es el desafo del siglo XXI. S se puede!

    Mxico D.F., 3 de abril del 2008.

    Traduccin de Camilo Prez Bustillo

    Notas:

    1 Martin Luther King: Stride Toward Freedom, Ballantine Books,Nueva York, 1958, pp. 28-29.

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    Entrevista a Cornel West*El legado de Martin Luther King ( Henry Louis Gates, Jr. )

    HL.G: Cul es la diferencia entre sernegro en 1997 y en 1967?C.W: Creo que es una pregunta in-teresante. Por un lado, en 1967 los ndices de probrezaeran levemente mayores. Tenamos comunidades muchoms intactas. La clase media negra era ms pequea.Contbamos con una clase obrera industrial mucho msfuerte, aun cuando la desindustralizacin comenzaba aafectar a los trabajadores de la industria automotriz deDetroit y a producir motines obreros en Akron, Ohio. Habamenos ejemplos de personas negras en posiciones cimerasde nuestra sociedad. No haba un Colin Powell. No habaun Kenny Chenault, el ejecutivo de American Express.Todos los puestos administrativos importantes, todos losdirectores de empresas eran, literalmente, blancos.

    H.L.G: Exacto. Quizs haba algn vicepresidente derelaciones con la comunidad o de personal

    C.W: Tienes toda la razn. Pero lo que resulta alarman-te en 1997 es la erosin de los sistemas de ayuda y cuida-dos mutuos en los Estados Unidos como un todo, pero enparticular en los Estados Unidos negros, de modo quehay ms negros aislados, solitarios, alienados, especial-mente en el seno de la clase obrera y de los trabajadorespobres, pero se observa en todos los estratos y es muyalarmante.

    En 1967 tenamos un sentimiento de comunidad mu-cho ms profundo que en 1997. Es importante que no sediga de una manera nostlgica, como si en 1967 las cosashubieran sido maravillosas. En un sentido material eran

    mucho peores. Pero en trminos culturales, en trminosde conexin social, eran mucho mejores (...)

    H.L.G: Y cunto de esto es estructural y cunto tieneque ver con las conductas individuales? En tanto lde-res negros cmo podemos hablar de responsabilidad indi-vidual sin que la derecha se apropie de nuestro discurso?Y cunto de cambio estructural sin que se apropie de lla izquierda?

    C.W: Ambos van de la mano. Lo que quiero decir es quesiempre hay un rejuego muy delicado entre las accionesindividuales y las condiciones institucionales. No existenlas condiciones institucionales sin acciones individuales,ni las acciones individuales sin condiciones instituciona-les. Siempre existe la responsabilidad personal. Al mismotiempo, siempre debera haber una responsabilidad so-cial. No se debera hablar de una sin mencionar a la otra.Cuando hablamos de ambas creo que estamos recono-ciendo que siempre es posible que las personas trabajende firme, se sacrifiquen y cambien sus vidas. Eso es cier-to casi para cualquier condicin social, como una especiede constante de la vida humana: incluso con el limitadolapso de tiempo de una vida, basta con sonrer para mar-car una diferencia en la vida de las personas. Las perso-nas tienen agencia; las personas tienen responsabilidad;las personas pueden optar por asumirlas. O se puede op-tar por ser muy malo. Eso es tan cierto en un campo deconcentracin como en Park Avenue.

    Pero sabemos que las cosas son un poquito ms com-plicadas, porque el poder, la riqueza, la influencia circulande muy diversas formas. Por tanto, har falta mucho ms

    *---La versin ntegra y original de esta entrevista puede encontrarse en http://www.pbs.org. Aunque fueron realizadas hace ms de diez aos,el peso intelectual y moral de sus autores, que no han dejado hasta hoy de pensar los Estados Unidos actuales, nos decidi a publicar estaentrevista y la realizada a bell hooks.

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    que una sonrisa para que el mundo se convierta en unmejor lugar donde vivir. Para eso hay que organizar, mo-vilizar, presionar y ejercer poder contra varios status quosvigentes. Ah es donde entra la mediacin estructural. Nohay cambio social importante posible slo mediante ac-ciones individuales e interpersonales. Se necesitan orga-nizaciones e instituciones diferentes. Pero no hay organi-zaciones e instituciones por las que valga la pena luchar ymorir sin que diversos individuos de esas instituciones,en especial sus lderes, desplieguen integridad, carcter yvirtud individual.

    H.L.G: Qu ha pasado con nuestro pueblo en los lti-mos treinta aos? Nos tratamos con una crueldad difcil-mente imaginable en los sesenta.

    C.W: Creo que cuando le LeRoi Jones escribi su libroBlues People en 1964, dijo algo muy profundo. Dijo quesus personajes no eran ni sentimentales ni cnicos, sinoque eran gente del blues. El blues no tiene nada que vercon esas fantasas narcisistas de inocencia ni con las des-cripciones peterpanescas del mundo. Eso no lo podamosaceptar. Pero la mayora de nosotros no ramos cnicostampoco. Digmoslo de esta manera: las tendencias cni-cas no eran las dominantes. Todava estbamos dispues-tos a luchar, a sacrificarnos, a servir a otros, aun cuandoya no pareca que ello tendra mayores consecuencias oefectos.

    H.L.G: Jugbamos con la irona, pero no nos caamosdel otro lado.

    C.W: Absolutamente. Esa es una manera muy grficade decirlo. Pero la irona se mezclaba con la compasinen nuestros corazones. Es absolutamente posible ser ir-nico y cnico, pero en nuestro caso la compasin sofoca-ba el cinismo.

    Creo que lo ha sucedido es resultado de la penetracinde las sensibilidades de mercado, gracias a las cuales laspersonas intentan salir adelante por cualquier medio: conmentalidad de estafador, con una orientacin gansteril. Lagente siente que todo el discurso relativo a hacer algo por-que es correcto y justo y moral no le permite salir adelan-te. Es una situacin muy condicionada por el mercado,muy capitalista en el peor sentido de la palabra. Y tambinmuy norteamericana. Los negros no tienen un monopoliodel asunto, pero sin dudas ha penetrado en nuestras co-munidades y nos ha robado una parte de nuestro espritu.

    H.L.G: Qu podemos hacer?

    C.W: Tenemos que hablar sobre el asunto con since-ridad. Tenemos que ser honestos con nosotros mismos,

    tenemos que llegar a saber por qu las cosas son comoson, para que eso nos ayude a cambiarlas. No estamosatrapados para siempre en esa situacin. Esto tiene quever con el papel de los lderes.

    Creo que tenemos una profunda crisis de liderazgo ne-gro en nuestras comunidades. Probablemente los mejo-res lderes se encuentran en el nivel de la base, lo que loshace relativamente invisibles. Pero en cuanto al liderazgoregional y nacional, no tenemos suficientes lderes quedigan la verdad y no tengan miedo. Parte de la populari-dad de Louis Farrakhan tiene menos que ver con el con-tenido de su mensaje que con su imagen: la de un negrolibre que dice lo que piensa audazmente y sin temor, queest dispuesto a pagar las consecuencias.

    H.L.G: Y eso les encanta a los negros.

    C.W: Eso les encanta a los seres humanos. Hay algo enla audacia, la valenta, en decir lo que uno piensa, quetiene que ver con la libertad. (...)

    El problema es que necesitamos mucho ms contenidomoral. Necesitamos anlisis ms agudos de la riqueza, elpoder y la influencia. Necesitamos ser capaces de en-tender el papel del poder empresarial y de los grandesbancos, tanto global como nacionalmente. Pero tambinnecesitamos vincular la audacia y la valenta con un sen-timiento de humildad, para estar siempre abiertos a otrasvoces y no asumir que tenemos un monopolio de la ver-dad. Si contramos con una nueva camada de lderes ycreo que eso podra suceder en los prximos cinco o seisaos entonces la Norteamrica negra sera diferente. LaNorteamrica negra avanzara. Y cuando la Norteamricanegra avanza, los Estados Unidos avanzan.

    Histricamente, cuando enfrentamos la cuestin racialde frente, como hicieran los abolicionistas, como hicierala CIO1 cuando organizamos a los trabajadores semicali-ficados y no calificados blancos y negros en los sesenta,nacieron los movimientos feminista, lesbiano y otros,porque tambin se sintieron libres para decir la verdadsobre s mismos y decir la verdad sobre el sufrimientoque les causaba el patriarcado, el heterosexismo, la ho-mofobia y otras cosas por el estilo. Generalmente, hansido los voceros y los lderes negros los que han servidode catalizadores.

    H.L.G: La Poor Peoples Campaign2 tena que ver conla economa, tena que ver con las clases. Pero nadie sehabra atrevido a usar la palabra clase en esa poca.Qu pas?

    C.W: Bueno, en primer lugar, el hermano Martin fueasesinado, y se necesitaba un lder con credibilidad y le-gitimidad para mantener unida esa alianza multirracial,

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    especialmente en un momento en que diversos gruposestaba acentuando su identidad racial. Estaba la reaccinblanca, que es poltica de identidad, y estaba el movi-miento del poder negro, que es poltica de identidad. Am-bos se enfrentaban. King intentaba crear una alianza mul-tirracial en torno al tema de las clases y la desigualdadeconmica. De modo que lo que pas fue, por un lado, elmomento y el contexto, y por el otro, la prdida de ungran lder. Si el hermano Martin hubiera vivido, aun ashubiera sido difcil, pero tena mejores oportunidades queel hermano Ralph Abernathy, por ms talentoso que estefuera.

    H.L.G: Y entonces, lo que sucedi fue que RichardNixon introdujo la accin afirmativa. Quin se benefi-ci de la accin afirmativa?

    C.W: Algunos diran que fue la clase media negra, perola realidad es que fue ms all de la clase media. Trabaja-dores manuales negros, desde policas hasta bomberos,pasando por algunos trabajadores de la construccin yotros, se beneficiaron con el establecimiento de esos pla-nes. El problema es que la accin afirmativa nunca llega aenfrentar el problema del poder empresarial sobre el tra-bajo, para terminar con la desindustrializacin y la margi-nacin de los trabajadores pobres. Eso sigui ocurriendomientras la accin afirmativa continuaba y se expandauna nueva clase media negra. As fue como terminamoscon esta paradoja que mencionaste antes: una clase medianegra mayor, una clase obrera industrial negra devastaday un aumento de los pobres y muy pobres entre los ne-gros. Considero que la accin afirmativa es necesaria.Pero es una estrategia muy dbil. (...) . No fue una movi-da sustantiva, aunque s muy importante. Fue una conce-sin que el establishment de los negocios y de la educa-cin les hicieron a las diversas fuerzas que criticaban yresistan en los sesenta: fue una concesin. Durante untiempo, mientras la estabilidad fue frgil, hasta las elitesde derecha la apoyaron. En sus inicios, Pete Wilson, BobDole, George Bush, estaban todos a favor de la accinafirmativa (...)

    H.L.G: Sera posible no regular los mercados, sinoaumentar la red de seguridad social (me refiero al estadode bienestar), de manera que los mercados flotaran comolo hacen ahora, pero las personas no cayeran en picadasi el mercado afectaba su vida?

    C.W: Sera agradable. Hay algunos ejemplos, comoSuecia y otros pases, que han sido capaces de reducirsus tasas de pobreza creando redes sociales fuertes en elmarco de un sistema capitalista. El problema es que enlos Estados Unidos el Estado nacin siempre ha sido muy

    dbil con respecto a los grandes mercados, los grandesnegocios. Hemos sido un estado de bienestar muy dbilcomparado con los Estados naciones europeos. Por tan-to, habra que introducir significativas regulaciones, o unaintervencin gubernamental, para convencer a las corpo-raciones de que pagaran los impuestos que deben pagar.Y despus para convencer a los cabilderos de que la ma-yora de los impuestos no debe emplearse en el acpitemilitar del presupuesto, sino en el acpite social.

    As que se trata de una batalla con muchos frentes,queramos o no reconocerlo. Pero tienes razn. Es sinduda posible un tipo de capitalismo regulado que eliminelo peor de la pobreza que se experimenta hoy en los Esta-dos Unidos. Es una posibilidad. Es muy improbable dadoel poder de que disfrutan los intereses creados en estemomento, pero es sin duda posible, y sin duda es algo porlo que vale la pena luchar. En ese sentido sera posiblehumanizar el capitalismo, no hay dudas.

    H.L.G: Qu podemos hacer cada uno de nosotros paraayudar a quienes se encuentran atrapados en los bordesinferiores de lo que pudiramos llamar la curva de lasclases?

    C.W: Creo que tenemos que hablar muy claramenteacerca de algunas de las fuentes de la miseria social en lasciudades y en el campo. Esto se aplica a toda la pobreza,con independencia del color de la piel.

    Hablar claramente quiere decir utilizar la posicin, elestatus, la autoridad con que se cuente para enfatizar queel sufrimiento es mucho mayor y ms significativo quelos logros que se puedan alcanzar personal o individual-mente. En ese sentido, se trata de quitarnos las luminariasa los profesores que hemos triunfado y que, por tanto,reforzamos el sueo americano de que cualquiera puedetriunfar si trabaja duro, y decir explcitamente que eso noes cierto, que tuvimos la posibilidad de trabajar duro comootros muchos. Tuvimos la posibilidad de cultivar nuestrainteligencia. Son muchos los que tienen una gran inteli-gencia. Tuvimos suerte porque en nuestro caso se com-bin el trabajo duro y la lucha por un lado, y la apertura delas instituciones por el otro.

    H.L.G: La accin afirmativa.

    C.W: De un lado accin afirmativa, del otro algunosmiembros de la elite que estaban dispuestos a abrir esasinstituciones. (...) Es muy importante, porque se trata deun trabajo de equipo interracial, pero aun as tenemos quehablar con mucha claridad acerca de por qu son tantoslos que la pasan tan mal. Y como profesores, como per-sonas preocupadas no slo por educar, sino tambin porensear a cuestionar crtica y amorosamente el status quo

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    para cambiarlo de manera fundamental, nuestro trabajose vincula a las dificultades y las angustias de los habitan-tes de los guettos.

    Pero se vincula de modo que no se nos perciba comomesas con poder suficiente para redimir al pueblo. Loque hacemos es, en el reino de las ideas, darle forma a unclima de opiniones, y en nuestras vidas, tratar de ser ejem-plo de la libertad y la compasin que instamos a otros aabrazar.

    H.L.G: Cmo respondes cuando al final de una de tusconferencias te preguntan qu ests haciendo por la co-munidad negra? Qu hacen las mujeres y los hombresque imparten Estudios Afronorteamericanos en Harvardpor la comunidad negra? En ltima instancia, qu ha-ces en Harvard?

    C.W: Por supuesto que no estaramos en Harvard si nofuera por la gente de la comunidad que se ha sacrificadoy ha sufrido tanto. As que la presencia tuya y ma enHarvard constituye un testimonio de la tremenda luchallevada a cabo por nuestra gente en la calle, en las cua-dras, en las iglesias, en las mezquitas, en las sinagogas,en los templos.

    Al mismo tiempo, reconocemos que somos individuosque elegimos libremente. Tenemos una vida, y queremosproducir un impacto y vivir con decoro y dignidad de lamanera que elegimos. Por tanto, ninguna comunidad ledicta a un individuo cmo vivir su vida. Se puede criticar,se puede tratar de influir, pero cada cual elige libremente.No podemos luchar por la libertad sin tener libertad deopcin en trminos de dnde queremos vivir, etc., pero almismo tiempo estamos sujetos al examen de los dems ydebemos rendir cuentas de nuestros actos.

    Lo que me gusta es el espritu que inspira tu pregunta,porque de una u otra manera todos estamos obligados arendir cuentas. Esto debera ser cierto para quienes setoman con seriedad la vida del espritu. Tomamos en cuen-ta los diversos argumentos que se dan. Algunas vecesson ad hominum, a veces no. Pero hay que enfrentarlosde alguna manera. De eso es de lo que se trata un procesodemocrtico, una vida democrtica.

    Adems hay que pelear en la vida del espritu igual queen las calles, en los tribunales, en el Congreso y en laCasa Blanca. Todos estos son lugares de confrontacin.Hay varias armas: armas intelectuales, armas espirituales,armas polticas, armas econmicas. Estamos en un cam-po de batalla y silban las balas: algunas son simblicas,otras son literales, y la vida del espritu es un campo muyimportante donde se libra tambin esa batalla. Tu obra, lade William Julius Wilson, la de bell hooks, la de muchasotras personas, desempea un papel fundamental en eseenfrentamiento.

    Pero para estar en ese campo de batalla hay que armar-se, hay que prepararse, hay que tener una disciplina, hayque leer, hay que escribir, hay que conversar, hay que darcharlas, hay que dar clases Lo mismo es cierto de quie-nes trabajan con la pluma, con la escultura; lo mismo escierto de los ingenieros, los fsicos, los qumicos, etc.Por eso es que no hay ningn modelo o paradigma quedicte lo que deben decir o hacer los negros (...)

    H.L.G: Sientes culpa por tu xito?

    C.W: Para m el xito es algo sumamente relativo. En elfondo soy un cristiano, lo que significa que, en ltimainstancia, esos ttulos no tienen mucho valor para m. Loque es fundamental es la calidad de la vida que se vive y lariqueza de espritu que se posee. Si se es incapaz de pa-sarla bien y sonrer y relacionarse con las personas sin

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    tener en cuenta su raza y su clase, el xito no es ms quemucho ruido y pocas nueces.

    No slo eso, sino que la vida es una cosa tan misterio-sa que un da uno est arriba y otro est abajo

    H.L.G: Cmo transformar la culpa del sobrevivien-te que tiene buena parte de la nueva clase media ne-gra, la generacin que se benefici de la accin afirma-tiva en ese compromiso de servir que describes tan bienen tu ltimo libro?

    C.W: Si intentas siempre hacer algo por una causa quete trasciende relacionada con servir a otros es muy di-fcil que te sientas culpable. Hay que hacerlo sin resenti-mientos. Hay que hacerlo sin condescendencia, sin pater-nalismo, sin arrogancia. Pero si se intenta continuamenteemprender ese tipo de accin, la culpa del sobrevivientese convierte en un factor marginal y se evoluciona cons-tantemente.

    H.L.G: Julian Bond me dijo ayer que el Joint Center3acaba de realizar un estudio que an no es pblico quemuestra que en 1996 votaron un milln ms de hombresnegros que en 1992. A qu lo atribuyes?

    C.W: Es algo que est sucediendo en la parte masculi-na de la Norteamrica negra. Su parte femenina, por su-puesto, ha desarrollado un movimiento mujerista muy vi-brante, que est redefiniendo el papel de las mujeres ycriticando el patriarcado. Los hombres negros han tenidoque hacer un enorme esfuerzo para adaptarse a l.

    Creo que es resultado de un debate. La Million ManMarch4 desempe un papel muy importante, porquenos indujo a reflexionar sobre la situacin angustiosa delhombre negro. Se estuviera o no de acuerdo con la mar-cha, se estuviera o no de acuerdo con el ministro LouisFarrakhan, hay que admitir que la marcha que l convocgener este discurso tremendo, este dilogo tremendo,esta tremenda introspeccin.

    Uno de sus resultados ha sido un incremento del vo-luntariado de los hombres negros, y de su participacinen iglesias y servicios sociales, no slo en las urnas. Creoque debemos aprovechar ese impulso. La cuestin resideen cmo traducir ese imaginario en algo con ms posi-bilidades transformadoras en trminos institucionales yestructurales. Eso es un reto. Pero no se puede hablar decambios institucionales sin hablar de cmo se siente lagente acerca de s misma, de si confan los unos en losotros, de si estn dispuestos a trabajar juntos, porquemientras no confiemos los unos en los otros, ni nos res-petemos los unos a los otros, podremos tener los mejo-res anlisis del mundo y no lograremos traducirlos enacciones.

    H.L.G: Las iglesias desempean un papel en esteproceso?

    C.W: Un papel fundamental. Si las iglesias no actan,buena parte de la comunidad no actuar. La iglesia negrasigue siendo una institucin muy importante en la comu-nidad negra. El 55% de los negros asiste a los serviciosreligiosos, y ms del 75% se relaciona con ella. Cmopodemos hablar de la comunidad negra sin hablar de laiglesia negra? Cuando la iglesia negra duerme, buena par-te de la comunidad tambin duerme. Si la iglesia negra seinclina hacia la derecha, buena parte de la comunidad ne-

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    gra se inclina hacia la derecha. Si se inclina hacia la iz-quierda, esto tiene repercusiones. Por supuesto, todo loanterior se relaciona con los diferentes temas: el trabajo,el patriarcado, la homofobia Algunas iglesias puedenmoverse hacia la derecha en un tema, hacia la izquierdaen otro, como hace la Iglesia Catlica. Puede ser progre-sista en cuestiones laborales y retrgrada en lo que toca alas mujeres. Este es el paradigma para muchas iglesias.Hay aqu un papel fundamental para personas como yo:los cristianos que todava creemos profundamente en elpotencial progresista de la iglesia negra, que amamos pro-fundamente no slo a quienes se sientan en los bancos,sino que creemos que la prdica del Evangelio puede cam-biar la vida de las personas.

    H.L.G: Pero pueden realmente cambiar las vidas in-mersas en la cultura gangsteril posmoderna que daa atantos y que es un reflejo de las tribulaciones y las di-ficultades que experimenta la comunidad afronorte-americana?

    C.W: Hay que tener en cuenta que cuando hablamos dela mentalidad gangsteril en los Estados Unidos es mejorcomenzar por la Casa Blanca, los ayuntamientos, las es-cuelas, las mezquitas, las iglesias, las sinagogas, antes dellegar a los gangsters. Porque todos forman parte de uncontinuo. Son diferentes niveles de corrupcin, de robo,de no violar el onceno mandamiento: no dejars que tecojan con las manos en la masa. Es algo tpicamente nor-teamericano que recorre toda la sociedad desde las eliteshasta el ltimo escaln, pasando por las clases medias.

    H.L.G: Y que tiene una larga historia.

    C.W: Tiene una historia que se remonta a Adn. Pero elproblema es que cuando son las personas en situacin dedesventaja las que tienen una mentalidad gangsteril, elefecto es ms devastador, porque es mucho menos regu-lado. En ese sentido, creo que no slo la iglesias, sinounas comunidades fuertes, unos sindicatos fuertes, unasfamilias fuertes pueden producir personas mucho msvirtuosas de las que se suele encontrar en una culturagangsteril. Pero no pueden hacerlo solas. Son necesariosempleos con salario mnimo. Es necesaria la salud pbli-ca. Son necesarias las guarderas infantiles. Es necesarioque haya buenas escuelas. Es necesario que en la vida decada quien haya un sentimiento de alegra y xtasis, seapersonal o comunitario. Sin embargo, las iglesias puedenhacer una contribucin. No hay duda. Histricamente, lasiglesias negras han hecho una contribucin fundamentalque consiste en dar sustento a la cordura y la alegra delos negros. Nunca han podido hacerlo solas, con una eco-noma en el estado en que se encuentra en la actualidad,

    con un papel del Estado nacin como el actual, pero sindudas pueden desempear un papel.

    H.L.G: Dada la renuencia a cambiar de cualquier sis-tema que se percibe a s mismo como funcional y renta-ble, me preocupa mucho que las dos naciones existentesen el seno de la comunidad negra estn destinadas a se-guir siendo dos naciones. Dos naciones definidas por laclase. Te sientes optimista?

    C.W: No, no soy optimista, pero nunca he sido opti-mista ni sobre la humanidad ni sobre los Estados Unidos.La evidencia nunca es abrumadora cuando se trata de quelas fuerzas del bien se conviertan en las preponderantes.Pero soy un prisionero de la esperanza, que es algo muydistinto. Creo que existen seales de esperanza y que laevidencia no es probatoria en ningn sentido. Tenemosque dar un salto, con ayuda de la fe, para trascender laevidencia y tratar de energizarnos unos a otros y sacar lomejor de cada uno. Eso es lo que es ser prisionero de laesperanza.

    H.L.G: Cules son las seales de esperanza que ves?

    C.W: Veo muchas personas buenas y decentes, deseo-sas de luchar, de servir. Lo veo en el nivel local, en el nivelregional. Veo nuevas organizaciones. Nuevos partidos.Partidos del trabajo. Hay personas progresistas en el Par-tido Demcrata que tratan de lidiar con los republicrti-cos como el presidente Clinton. Personas que no se en-tregan a la desesperacin, aunque se dan cuenta de cundesesperante es la situacin. Personas que tienen el valorde amar, de servir, de luchar.

    Hay millones de personas as en el pas. Ellas son sea-les de esperanza. Lamentablemente no tienen el mismonivel de organizacin que la Norteamrica empresarial.No son tan poderosas ni efectivas como las grandes fi-nanzas para conseguir el logro de sus objetivos, pero sonsin dudas seales de esperanza. Mientras existan, valdrla pena (...)

    Notas:

    1--Una de las dos grandes organizaciones sindicales de los Esta-dos Unidos que forma parte de la AFL-CIO.

    2--Ver nota 2, p. 4, en este mismo nmero.3--Joint Center for Political and Economic Studies: institucin

    estadounidense sin fines de lucro que lleva a cabo investigaciones deinters para la comunidad afronorteamericana.

    4--La Million Man March (Marcha de un milln de hombres) fueuna marcha poltica convocada por el lder de la Nacin del Islam,Louis Farrakhan, en Washington, el 16 de octubre de 1995. La mar-cha inclua esfuerzos para registrar a los afronorteamericanos comovotantes, as como para incrementar su participacin en el volunta-riado y las actividades comunitarias.

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    Katrina afect a los pobres

    El legado de Martin Luther King

    F igura histrica del Black PantherParty (Partido de las Panteras Negras PPN) y del Black Liberation Army(Ejrcito Negro de Liberacin ENL),Ashanti Alston sigue luchando por la transformacin dela sociedad estadounidense y por la liberacin de sucomunidad de la opresin econmica y del racismo. Enentrevista concedida a la Red Voltaire, este militantemenciona las formas actuales de lucha y expresa su ad-miracin por los movimientos rabes de resistencia.

    R.V: Para empezar, puede hablarnos de su experien-cia en el seno del PPN?

    A.A: Me llamo Ashanti Alston. Soy un exmiembro delPartido de las Panteras Negras. Tambin fui un soldadodel Ejrcito Negro de Liberacin, una extensin del PPN.Actualmente tengo sesentitrs aos. Comenc esta lucharevolucionaria durante la adolescencia temprana, a loscatorce aos. En 1967, particip en una serie de rebelio-nes de la comunidad negra de los Estados Unidos, ya can-sado de ver que no haba manera de poner coto a la opre-sin racista de la que era vctima. Todo eso me convirtien una persona polticamente consciente. As que comenca leer a Malcolm X1 y a seguir con atencin sus discur-sos. Entre 1969 y 1978, mis amigos y yo tenamos enmente algunos proyectos para el PPN.

    Lo nuevo era que el PPN quera la liberacin total delos afronorteamericanos y comprenda que esta no seraposible sin que hubiese en los Estados Unidos una revolu-cin que destruyera todas las bases capitalistas del pas.Por eso seguamos con atencin los sufrimientos de losdems oprimidos, as como los otros movimientos con-testarios dentro y fuera de los Estados Unidos, en todo elmundo.

    Mi ciudad natal, una pequea ciudad de Georgia, esta-ba verdaderamente divida por el racismo. Pero logramos

    reunir a algunos adolescentes y establecer una seccin delas Panteras Negras para organizar a la comunidad negraalrededor de comidas gratuitas. Queramos lograr que lahistoria de los negros se estudiara en la enseanza media.Y, adems, queramos lograr una presencia ante la gentede nuestra comunidad, para que pudiera empezar a levan-tarse contra las brutalidades policacas y las dems for-mas de racismo. No haba pasado ni un ao cuando mimejor amigo y yo fuimos vctimas de una maniobra en laque nos acusaban del asesinato de un polica. As que nosencerraron y tuvimos que luchar durante cuatro aos parademostrar nuestra inocencia.

    R.V: En aquella poca los derechos civiles que recla-maban los negros ya haban sido obtenidos desde 1965,poco antes de la creacin del Partido. Qu ms le apor-taba el PPN a la comunidad negra?

    A.A: El movimiento por los derechos civiles [la Confe-rencia de Lderes Cristianos del Sur (SCLC) de MartinLuther King] tena problemas y estaba desunida. Eso per-miti el nacimiento del movimiento del Black Power (Po-der Negro). 2 Nosotros tenamos una comprensin msclara de la opresin econmica que sufra la comunidadnegra y de lo que haba que hacer para liberarla; o sea, dela necesidad de controlar la economa y la poltica de nues-tra comunidad.

    El Poder Negro formaba parte del movimiento negroque exista en todo el pas. Empezamos a estudiar en par-ticular los anlisis marxistas y el concepto de lucha declases. Por primera vez comprendimos que haba una clasedirigente que gobernaba a todos en este pas. Muchos denosotros comprendimos que no queramos ser libres enel seno de la sociedad estadounidense tal y como estaexista, sino que queramos un modelo de sociedad socia-lista. Para nosotros se haca cada vez ms evidente que elverdadero poder en este pas resida en los bancos y en

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    las multinacionales, ms all de la Casa Blanca y el Pent-gono. La lucha era, por consiguiente, ms complicada delo que pareca. Es por eso que durante aquel perodo de lalucha aprendimos mucho de otros militantes del mundo.

    R.V: G. W. Bush declar recientemente que l se inspi-raba en Gandhi y en Martin Luther King. Afirm que laCasa Blanca estaba por la filosofa de la no violen-cia. Cmo es posible que un neoconservador belicistadiga hoy esas cosas?

    A.A: Es posible or ese tipo de cosas cuando se vive enuna sociedad fascista. Cuando vivimos en una sociedad

    que va an ms all de lo que se describe en 1984, la no-vela de George Orwell, un presidente como George W.Bush puede decir que es partidario de la no violencia, aun-que represente la peor maquinaria de guerra que haya exis-tido nunca en el mundo. Lo ms triste es que George W.Bush y la clase dirigente en su conjunto tengan serviciosde relaciones pblicas en los medios masivos de difusinque, por su parte, tratan actualmente de convencer a mi-llones de personas de que lo que los Estados Unidos ha-cen en el mundo es justo. Pueden convencer diciendoque es divinamente justo, invocando a Dios, o mejor, ma-nipulando la religin. Es por eso que muchsima gente semoviliza en todo el mundo para luchar contra ese impe-rio. Aunque mucha gente no lo sepa, hay medios de pren-sa alternativos que son capaces de encontrar las palabrasjustas y atraer a la gente a su causa.

    R.V: Por qu los polticos lograron desviar un movi-miento como el Black Panther Party?

    A.A: Ellos tienen recursos, pero no slo con la atrac-cin del poder logran convencer a la gente. Tienen ade-ms los medios necesarios para corromper a mucha gen-te que lucha en nuestra comunidad, y convencerlos detrabajar para ellos. Por ejemplo, estn los llamados l-deres de la comunidad negra, que en realidad han sidocomprados por el sistema financiero y poltico. A cambiode ello, esos supuestos lderes elaboran polticas que pa-recen militantes, pero que no hacen ms que servir alsistema, porque evitan que se hable de los problemas defondo, de los que tienen que ver con la economa y elcapitalismo.

    En realidad llevan a la gente a convertirse en parte inte-gral del sistema. Hoy por hoy tenemos falsos lderes en lapoltica y en el mundo de los negocios, al igual que en elmundo del deporte y del espectculo, que han sido for-mados para que nos convenzan de mantenernos dentrodel sistema, sin importar que sea un sistema decadente.

    R.V: Usted, un exactivista de las Panteras Negras, notiene acceso a los medios de prensa de su propio pas.Qu sucede con la comunidad negra en general?

    A.A: Sin dudas hoy resulta ms difcil que en aquellapoca, porque no hay muchos medios negros indepen-dientes. Una de las razones que me hacen decir que hoyresulta ms difcil es que el sistema autoriza a la gente aprotestar, pero al mismo tiempo logra convencer a la gen-te de que los disidentes, como nosotros, somos enfermosmentales.

    R.V: Hoy se califica a las Panteras Negras de movi-miento terrorista.

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    A.A: S. Y cuando la gente empieza a creer la propa-ganda de que nuestras voces son de terroristas y que esono los ayuda, siguen de largo.

    Los medios ejercen un control tan grande sobre lasemociones que ahogan nuestras voces: estas no lograntener un impacto significativo. Lo nico que podemoshacer es persistir ya que, a pesar de todo, siempre habrgente receptiva a nuestro mensaje. Es lo nico que po-demos hacer para derribar el sistema.

    Por su lado, ellos hacen todo lo posible para que nopodamos expresarnos ms que a travs de sus medios.Tratan de convencer cada da a ms gente de unirse alsistema. Su mensaje es: No traten de construir sus pro-pios medios. Si quieren ser la voz de su pueblo, nanse alos medios masivos!

    R.V: Adems del PPN, en los Estados Unidos de losaos sesenta hubo numerosos movimientos de oposicin,en la contracultura de la Norteamrica blanca (el rock,la beat generation, los hippies) as como en la de la ne-gra (el free jazz, el Poder Negro). Qu queda de aquellarevolucin poltica y cultural?

    A.A: Una de las cosas que escribi Frantz Fanon3 en sulibro Los condenados de la tierra es que toda generacindebe crear su propia forma de resistencia. Y esta tomarla forma particular de esa generacin. Hoy en da la re-volucin se desarrolla, por ejemplo, mediante el hip hop.Esos artistas han encontrado la forma de seguir transmi-tiendo los sueos de la comunidad negra, su voluntad deluchar por ser libre. Con el hip hop en particular, hay unageneracin de jvenes adolescentes que se educa a smisma, que aprende la historia de la lucha de los negros.Ese estilo musical habla del PPN y del ENL. Esos jve-

    nes saben todo eso, sobre todo la historia de los presospolticos.

    Lo que sucede actualmente es algo particular. Aunquelas formas de resistencia que conocimos fueron derrota-das, est llegando ahora el momento de una nueva formade resistencia que no podrn destruir. Aunque quizs seaun combate permanente para el hip hop, que tiene queluchar contra el gangsta rap,4 segn mi punto de vista.

    R.V: Claro. Pero sigue existiendo el problema de losmedios dominantes y de la televisin, que, en ese caso enparticular, promueve ms bien el gangsta rap debido asus valores capitalistas. La separacin mediante el es-pectculo se ha convertido en algo comnmente admiti-do. Eso era menos evidente en los aos sesenta.

    A.A: Durante los aos sesenta sucedan tantas cosas ala vez: la msica, la cultura negra, las artes y el baile.5Todo era una forma de resistencia al racismo y a la opre-sin, cualquiera que fuese. La resistencia era tan masivaque el sistema no tena manera de incorporarla. Eso inspi-r a muchsima gente. Cuando me un al PPN, en miadolescencia, se encenda la radio y se oa msica en laque haba gente que hablaba de revolucin. No era comohoy, porque ahora el sistema aprendi a incorporar esadimensin.

    R.V: Hoy se sabe que el FBI se ensa con el PPN,ensaamiento que se extendi a los movimientos radica-les mediante el Counter Intelligence Program (Cointel-pro). 6 Sabiendo que todos los movimientos de oposicinfueron siempre objeto de una vigilancia muy cercana, queen el mejor de los casos fueron desacreditados y, en elpeor, eliminados, puede decirse que los Estados Unidosson realmente una democracia?

    A.A: Yo ira an ms lejos: los Estados Unidos nuncahan sido una democracia. Se fundaron mediante el exter-minio de los pueblos indios que vivan en el continente.Fueron a Africa a secuestrar a millones de negros paraconvertirlos en esclavos, etc. Si recordamos que todoeso fue la base de lo que seran los Estados Unidos, noqueda ms remedio que reconocer que este pas jamspodr ser una democracia. En esas circunstancias, estepas no puede ser ms que una sociedad clasista basadasobre la opresin racial, aunque se hayan mantenido lasapariencias de la democracia para servir a los intereses dela clase dominante. Por eso sigue existiendo tanta oposi-cin entre blancos y negros, entre ricos y pobres, entrehombres y mujeres.

    Se us y se abus desde el principio de la palabra de-mocracia para dar la impresin de que los Estados Unidosson un pas humanitario. Pero esta sociedad siempre ha

    Siempre existe resistenciaen los Estados Unidos, pero no seoye hablar de ella por causa delpoder de los medios masivos

    de comunicacin. Inclusoa quienes viven en los propios

    Estados Unidos les resulta difcilenterarse de que hay gente que

    lucha en su pas

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  • 24 Caminos

    estado corrompida. As que tenemos que tener cuidadode no creer en su propaganda. Quienes estn ubicados enlos peldaos ms bajos de la escala social no han vividonunca la experiencia de la democracia. Y aunque hayantenido derecho a participar en ella, nunca ha sido ms quepara mantener el estado de cosas.

    R