camino rojo a la escena

Upload: sebastian-liera

Post on 06-Apr-2018

218 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 8/3/2019 Camino Rojo a La Escena

    1/6

    CAMINOROJOALAESCENA1

    Sebastin Liera

    Yo vivo en un tiempo de guerra, yo vivo en un tiempo sin sol slo aqul que noconoce las cosas es un hombre capaz de rer, escriba Bertolt Brecht hacia la primeramitad del siglo pasado; hoy, en medio de sucesos terribles que en nombre de laintolerancia y la estupidez humanas lo mismo ocurren en Europa que en Medio Oriente,en frica que en Latinoamrica, las palabras del autor de Madre Coraje y sus hijos

    parecen resonar con igual o ms fuerza que entonces, porque el discurso y el accionarfascistas, destinatarios frecuentes de la dramaturgia de Brecht, no slo no hanmengado, sino que han ocupando los vacos de poder que la izquierda no atina a llenarcuando a ellos llega, retirndose luego para dejar tras de s la frustracin de cientos,miles de gentes, que en ella haban depositado sus esperanzas.

    No es extrao, pues, que en un pequeo rincn del mundo un grupo de actores y actricesuniversitarios, cuyo centro estuviera dirigido por uno de los hombres del teatro y de lasletras con uno de los discursos estticos y polticos ms crticos y autocrticos para conla derecha y la izquierda de su pas, escogiera para diplomarse El camino rojo aSabaiba, de scar Liera, quien desde su obra siempre pusiera los puntos sobre las es

    para denunciar el mundo de absurdos que en el sistema poltico mexicano se dan cita,por lo menos, desde tiempos post-revolucionarios.

    Herederos dionisacos

    Cuando, en mayo de 2000, las chicas y los chicos que ahora se diploman de la carrerade actuacin del Centro Universitario de Teatro (CUT) de la UNAM llegaron a laspuertas de la que sera su casa a lo largo de cuatro aos, constituan un grupo bastanteheterogneo, conformado por quince almas que oscilaban entre los 28 y los 19 aos deedad terrestre, con intereses de vida y teatrales muchas veces diferentes y hastaenfrentados. Haba de todo, desde un historiador y una arqueloga, hasta un ingenierofsico industrial y un matemtico; desde quienes llegaban con una experiencia anteriorde diez aos sobre las tablas, hasta quienes lo hacan tras un breve lapso en alguna delas academias que ciertos actores profesionales mantienen para sobrevivir; desdequienes arribaban del teatro callejero y la austeridad de sus recursos, hasta los que lohacan de los musicales y sus producciones dispendiosas.

    Llegaban tambin despus de que la UNAM, una de las universidades ms grandes deAmrica Latina, pasara por una de las experiencias polticas ms dolorosas que hayavivido: la huelga estudiantil de 1999 y su rompimiento, con la intervencin de la PolicaFederal Preventiva, tras el que tomara posesin su actual rector. Afortunadamente, pararecibirlos estuvieron un director y un secretario acadmicos comprometidos con suquehacer teatral y universitario, los maestros Jos Ramn Enrquez e Ilya Cazs,quienes junto a un acompaamiento casi puntual de manera individual pusieron alalcance de estos actores un programa de estudios tal que adems de ajustarse a lascaractersticas especficas de la generacin fuera consecuente con esa idea de que elactor de Teatro slo puede llegar a ser pieza fundamental del fenmeno escnico si a

    1 Publicado en La Jornada Morelos, Artezblai, APIA Virtual, Enkidu Magazine y la RED@ctuar.

    1

  • 8/3/2019 Camino Rojo a La Escena

    2/6

    partir del ejercicio de s mismo como instrumento creador tambin es capaz de formularmarcos tericos que ofrezcan una visin crtica de su realidad social a travs de laconfeccin de un cosmos ficticio en el cual estn representados los conflictos esencialesde la humanidad (Convocatoria de inscripcin al CUT, 1996).

    Pero Enrquez y Cazs no estuvieron solos, a su lado maestras y maestros de la talla deEduardo Contreras Soto, scar Ulises Cancino, Gilberto Guerrero y Jorge valos, enActuacin; Ral Kaluriz, Dagoberto Gama y Gustavo Snchez-Parra, en Acrobacia;Fernando Martnez Monroy y Antonio Castro, en Literatura Dramtica; Aurelio Tello,Ral Zambrano y Mauricio Garca Lozano, en Msica; Marisela Martnez, Ada Lpez,Hernn Del Riego, Tania Gonzlez, Alejandra Marn y Carmen Mastache, en TcnicaVocal; Octavio Moreno, Daniel Martnez y Miguel ngel Barrera, en Esgrima yCombate Escnico; Moiss Manzano y Antonio Rojas, enExpresin Corporal; AntonioCrestani, en Apreciacin Teatral; Mauricio Rodrguez, en Historia del Teatro y de laCultura; Maya Ramos Smith, enEstilos y Gneros de la Actuacin; Francisco lvarez,Miguel ngel Canto y Hctor lvarez, en Produccin Escnica; Jos Bravo e Isable

    Romero, en Tai Chi; Irma Montero, en Danza Urbana, y Margarita Sanz, enCreatividad Escnica, a quienes se sumara en 2002 como secretaria acadmica EmmaDib, fueron los guas del proceso de iniciacin en las artes dionisacas del que estageneracin recibiera como herencia esa entraabilidadque, como alguna vez les dijeraMargarita Sanz, es indispensable para poner coto a las guerras que en el mundo y lacomunidad artstica se multiplican.

    En aras de esa herencia, es que los diez chicos (de quince que eran inicialmente) quellegaron a lo que seran sus puestas de verificacin y diplomacin, montaron enescena primero una dramaturgia que el propio Jos Ramn Enrquez hiciera y dirigieradel Moctezuma II, de Sergio Magaa, y despus El camino rojo a Sabaiba, de scarLiera, dirigida por Sergio Galindo, quien, invitado por Jos Ramn Enrquez y AntonioCrestani, desde las direcciones del CUT y de Teatro de la Coordinacin de DifusinCultural de la UNAM, respectivamente, llegara de su natal Sonora para dirigir la cuarta

    puesta en escena que se tenga memoria de la obra dramtica ms compleja escrita porLiera (Armando Partida, 1998); la primera que se hiciera con estudiantes universitarios.

    La farsa, un gnero que atenta

    A lado de un autor como Liera, para quien el teatro era una necesidad vital desde el cualse poda expresar la problemtica que vea a diario en la comunidad y hacer

    espectculos que significaran y tuvieran que ver con quienes los hicieran y con quieneslos vieran, a diferencia de la serie de obras comerciales horribles que la capital ofreca ya donde la gente iba a tener reposo y a divertirse de la manera ms pueril, lacombinacin Galindo-Liera, como escribiera en un artculo anterior, difcilmente habra

    podido ser mejor. Sergio, como scar, encarna la batalla que el teatro mal llamado deprovincia da contra los cnones que el centralismo econmico, poltico y cultural dicta,al grado que montajes como Gevos rancheros y Ms encima el cielo le ganaran elcrdito de casi hroe del teatro nacional que, en la bsqueda de una mdula escnica

    propia, se lanza al teatro de esta capital centralista y decadente. (Revista DF porTravesas, marzo de 2004).

    Tambin, al igual que Liera y muchos otros dramaturgos y directores mexicanos, SergioGalindo ve en la farsa un gnero que permitindole la exageracin, el agrandamiento de

    2

  • 8/3/2019 Camino Rojo a La Escena

    3/6

    lo cotidiano, puede envolver a la gente y, como dijera Liera, estrujarla un poco ms.Para scar, autor de textos como Ccara y Mcara, cuya mordacidad animara losimpulsos fascistas de un grupo de fanticos religiosos del catolicismo que al grito deGuadalupanos! arremetieron a golpes de tubos, palos, botellas y varillas contra losactores del grupo Infantera Teatral que en 1981 la presentaban en el Teatro Juan Ruiz

    de Alarcn de la UNAM dirigidos por Enrique Pineda, la farsa es el gnero de nuestrotiempo. El gnero explicaba- es un tratamiento que se le da a la obra de acuerdo conla finalidad que se desea obtener del pblico, del fin que se persiga al capturar y reflejarla realidad, el efecto que se desee conseguir [] Exagerando las situaciones, laactuacin misma, podemos volver a tomar la sensibilidad de la gente [] Entonces, altrabajar la farsa se logra un doble efecto. [Por un lado], la gente se re y, por otro, se

    produce una catarsis. Adems [como] la risa es subversiva [] la farsa es entonces ungnero que atenta.

    Quizs por ello es que Galindo decidi abordar, adems del discurso patrimonialista queLiera plantea en El Camino rojo a Sabaiba y que encontraba en el reparto buena

    resonancia debido a la procedencia de algunos de los actores y actrices de distintospuntos del pas (Oaxaca, Nuevo Len, Sinaloa, Veracruz, Morelos), tambin el discursoesttico de lo frsico apuntalado por el mismo Liera, creando un personaje colectivoesencialmente clownesco con el pueblo de Sabaiba, reflejo esperpntico del pueblomexicano, en lo que para muchos signific el hallazgo ms importante de Sergio desdela direccin. Sin embargo, el buen entendimiento entre las pautas de la dramaturgia dela puesta en escena y las ejecuciones de la dramaturgia actoral no garantizabanautomticamente una excelente resolucin del montaje en su totalidad, pues, una y otradramaturgias no tenan enfrente una tercera de orden autoral que se distinguiera

    precisamente por una forma fcil de resolver.

    El camino rojo a Comala

    En su ensayo Liera y la cultura patrimonial(scar Liera, teatro completo. Tomo II,1998), Armando Partida sostiene que en esta obra [Liera] hace gala de las tcnicasnarrativas en su composicin y estructura dramticas por los distintos niveles de relatoque crea y la forma en que stos estn interrelacionados, constituyendo un complejotejido dramtico: a partir de la oralidad de esa cultura patrimonial, por medio de la cualestablece la accin dramtica y el sujeto de sta: la realidad poltica contempornea desu estado. Discurso que igualmente determina la construccin de todos los personajes yla recreacin, la invencin de un mundo con diversos niveles de realidad, en la que stos

    resultan atrapados por un destino inexorable.Para Esther Seligson (Rebelda o nihilismo, 1998), El jinete de la Divina Providencia,

    Las fbulas perversas yEl camino rojo a Sabaiba, las tres escritas por Liera, tienen encomn la creacin de un universo de memoria primordial e imgenes interiores mscercanas al mito que a lo propiamente onrico. Y no porque los sueos tengan menorimportancia, sino porque lo que se busca relatar-dramatizar va ms all de la historia delos personajes y sus recuerdos, para inscribirse en la bsqueda del significado ltimo dela existencia humana y de los valores ticos, sociales y espirituales que la sustenten.

    Citando a Mircea Eliade, la maestra Seligson sostiene que gracias a la memoria

    primordial se accede a las realidades originarias que constituyen el fundamento de estemundo, [y que en esta obra] estn pobladas de las nimas de los muertos, de la

    3

  • 8/3/2019 Camino Rojo a La Escena

    4/6

    reminiscencia de sus hazaas, crmenes, amores, sueos y penares, de supersticiones yleyendas, como de una violenta denuncia descarnada contra la forma de sociedad que elhombre se ha construido. [] El marco dramtico de esas realidades es una constantedesarticulacin espacial y temporal de la realidad para sumergirla en los mundos de lossobre natural, del animismo, de la metfora y su sensualidad desbordante, de la as

    llamada locura como posibilidad de abarcar sus rostros a la manera de Rashmon, de Elmanuscrito encontrado en Zaragoza, deLas mil y una noches, de Rulfo, de las hablas ydecires de la tradicin e iconografa populares.

    Para ello, Liera comienzaEl camino rojo a Sabaiba con una acotacin que ms bien esun relato en el que describe, con dilogos integrados, la situacin en la que el personaje

    protagnico, el teniente de infantera Fabin Romero Castro, har su aparicin enescena, pasando de lleno a lo que por su lado Armando Partida menciona conentrecomillado como lo real-maravilloso. As escribe Partida-, entre el relato y ladescripcin, va desarrollndose la escena que nos va poniendo en antecedente,entremezclados en ese cotidiano fantstico en el que van surgiendo indicios de tensin

    dramtica conforme se establecen los dilogos entre los personajes a partir de los cualesse ir desarrollando posteriormente la accin dramtica, siendo la llegada de Fabin elsujeto de sta.

    Luego, como si no fuera ya suficiente la atmsfera de ambigedad provocada por laimprecisin de tiempos y espacios, Liera nos lleva de plano contina Partida- a unacorte renacentista que habita el castillo de Aztln, en un Sinaloa de principios del sigloXX, situacin que le permite hacer referencia al mundo del circo, del que tanto gustaba,con maromeros, un jorobado y damas que aplauden a una seal, como sbditos delextrao cortejo que acompaa a la dura y cruel Gladys de Villafoncourt, plutcratacuyos caprichos conducen, entre el abuso y la explotacin, a la construccin de uncamino de barro rojo que fuera la metfora de aquella carretera costera que mandarahacer el entonces gobernador de Sinaloa, el ganadero Antonio Toledo Corro, como rutaque siguiera al canal de dos kilmetros de ancho y ocho de largo planeado por ste paraque su yate navegara de la playa a su rancho, Las Cabras, simbolizado por los rumiantescon cuernos del mismo nombre que acompaan a Zacaras Fajardo, primero de la largafila de fantasmas con que Fabin, a modo del Juan Preciado del Pedro Pramo deRulfo, se topar durante su breve estancia en Sabaiba-Comala.

    Se cierra el teln

    El 23 de abril, un mes antes de que la Generacin 2000-2004 del CUT se diplomara,quien hacia finales de la dcada de los cincuenta y principios de la de los sesentaestuviera al frente de la Direccin Teatral Artstica de la Red Nacional de Teatros delInstituto Mexicano del Seguro Social, uno de los cuales lleva hoy el nombre de scarLiera, el maestro Ignacio Retes, iniciaba su camino al Mictln como lo hicieran elmismo da pero de 1616 (aunque en calendarios diferentes) los hombres tambin deteatro Miguel de Cervantes Saavedra y William Shakespeare. Ese fin de semana lasfunciones estuvieron dedicadas a quien amara de tal modo a la Universidad que susrestos convertidos en cenizas fueron sembrados al pie de una jacaranda frente a laentrada misma del CUT. Un par de semanas despus, el director de la puesta en escenadeEl camino rojo a Sabaiba se llevaba a sus muchachos, a excepcin de Luis Maya e

    Isaac Ramrez, quienes no perteneciendo a la generacin hacan de marinos en la obra, a

    4

  • 8/3/2019 Camino Rojo a La Escena

    5/6

    Sonora para presentar all lo que en la Ciudad de Mxico, con las relatividades del caso,estaba siendo un xito.

    En Hermosillo, en lo que podra decirse era un ambiente y un pblico ms cercanos a lahistoria contada por Liera, la puesta en escena tuvo serios tropiezos que hicieron

    evidentes aquellos elementos que quedaron de un modo u otro irresueltos.Naturalmente, las seis representaciones llevadas a cabo, en tanto algunas resultaron serde las peores y otras estar entre las mejores de toda la temporada, suscitaron un cmulode opiniones que iban desde sostener que las chicas y los chicos an tenan unaasignatura pendiente para llamarse actores de verdad (Peridico El Imparcial, 14 demayo de 2004), hasta manifestar que eran actores y actrices disciplinados, bien

    preparados, con una gran pasin y un gran amor por el teatro (Programa de televisinLa casa de los espantos, 15 de mayo de 2004).

    A su regreso a casa, como si de lo que se tratara fuera sacarse la espina de lo sucedidoen Sonora, las siguientes funciones, salvo un par de ellas, resultaron ser tambin muy

    buenas; incluyendo la ltima, en la que sin permiso pero con perdn de Liera, MargaritaSanz hiciera La mujer que lo explica todo, personaje que antes de ella hicieran comoactrices y actores invitados (madrinas y padrinos) Jess Ochoa, Irineo lvarez, PauloSergio Galindo, Rodolfo Nevrez, Rodrigo Murray, Ixchel Snchez, Gerardo Pea,Manuel Ramrez, Mara Antonia Rosas, Francisco Ver, Alicia Encinas, Emma Dib,Ricardo Hech, Eduardo Contreras Soto y el propio Sergio Galindo.

    Al trmino de la representacin, como augurio de la serie de situaciones emotivas quean quedaban por suceder, desde el patio de butacas llovieron decenas de claveles sobrelos casi egresados que uno a uno llegaban al proscenio para agradecer el aplauso del

    pblico y dar la cara por su trabajo. Lleg el momento de la develacin de la placa porfin de temporada, para lo cual fueron invitados Becker Garca Flores, director de laCasa de la Cultura de Hermosillo y magnfico anfitrin de los muchachos durante suestancia all; y el maestro Adam Guevara, quien titulara a la generacin ms reciente deegresados de la Escuela Nacional de Arte Teatral del INBA, pero, sobre todo, quienhace diecisiete aos dirigiera por primera vez con la Compaa Nacional de Teatro nadams y nada menos queEl camino rojo a Sabaiba, galardonada ese 1987 con el PremioJuan Ruiz de Alarcn.

    Tocara el turno luego a la entrega de los diplomas que daban constancia de cuatro aosde trabajo, en algunos ms, en algunos menos, y a los breves discursos colmados de

    buenas intenciones y mejores deseos por parte de Antonio Crestani y Anabel Rodrigo,nuevas autoridades acadmicas del CUT; as como de Emma Dib, portadora delmensaje de buenaventura que Jos Ramn Enrquez les enviara desde la blanca Mrida,donde actualmente reside: adis alumnos, bienvenidos compaeros! Tampoco falt elrecordatorio que les hiciera el mismo Crestani, en su calidad de director del CUT, deque, en tanto universitarios, en manos de estos nuevos actores y actrices (Carlos Cruz,Juan Carlos Cuellar, Raymundo Elizondo, Natyeli Flores, Pablo Laffitte, Alicia Lara,Ammel Rodrigo, Santa Cecilia, Luz Vallmen y quien esto escribe) se depositabatambin la responsabilidad de posicionar de nueva cuenta al teatro en primersimo ordende importancia dentro de las artes y la cultura de este pas.

    5

  • 8/3/2019 Camino Rojo a La Escena

    6/6

    El poder como vigencia de El camino, o vizconversa

    Alguna vez en una entrevista, no recuerdo si con Luz Ada Salomn, de Proceso, oMiguel ngel Pineda Baltasar, de El Da (de quienes se han tomado parte de lasopiniones de Liera aqu vertidas), scar confes que le obsesionaba como tema, adems

    de lo religioso, la familia y, mucho ms, el manejo del poder, los juegos de poder, elmanipuleo del poder. Cmo es posible se preguntaba- que un presidente tenga elpoder absoluto para hacer lo que se le pegue su (bip televisivo) gana? Eso no puede ser.Se juega con el poder a niveles muy terribles. Es muy enfermizo, porque las personasque llegan a estar detrs de un escritorio se enferman de poder y pronto se sientenintocables.

    Cosas de la casualidad, eufemismo que en Mxico sirve para nombrar los distintosrostros con que el abuso del poder se pasea por estas tierras, en su estancia en Sonoraalgunos de los actores encontraron que en Guaymas, tierra natal de los presidentes ygenerales Calles, De la Huerta y Obregn, existe un camino costero que conduce a

    Bahia San Carlos, pomposamente llamado Boulevard Manlio Fabio Beltrones (exgobernador y hoy legislador sonorense), con trozos grises por el asfalto y otros, quizsde barro, rojos. Una semana despus de la develacin de placa de El camino rojo aSabaiba en el CUT, el presidente Vicente Fox haca entrega de una medalla al mrito

    por la mejora gentica de la raza droughtmasternada ms y nada menos que al mismoAntonio Toledo Corro. Entre tanto, contina la construccin de la Autopista Siglo XXI,atravesando terrenos comunales y violentando los derechos comunitarios de pueblos enMorelos, con rumbo a Punta Diamante, donde otro finsimo personaje, el senador DiegoFernndez de Cevallos quien por cierto hace uso de sus influencias y dineros paramejorar el camino que lo conduce a casa de su actual novia-, tiene un terreno que fuera

    premio por sus servicios prestados al salinismo. Cosas, insisto, de estos tiempos, en losque prefiero seguir los pasos de un Liera que, como Fo, pensaba que la risa essubversiva; a los de un Brecht que igual rea pero que quizs no lo reconoca tanto.

    Mayo de 2004.

    6