camacho y cortés, el objeto de estudio del análisis del discurso

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Luis Cones Rodriguez

M.;l Mari lde Camacho Adarvc

~Quees elAnalisis

del discurso?

OC" A E DRO-E UB

36l0Z3

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,IvILt.,--- "

Las {rasesfluyen, curva de corricnre

Que avanzando prosigue roda unida

Con evidencia de funcion en marcha.

Curso, discurso, terso rfo verde. (Primera ediciom m,ayo de 2003

I D L uis C on es R od ri gu ez y M." Ma r il d e Camacho Atlarve .

© Derechos txchaivil5 de edition:Ediciones OCfAEDRO, S .L

© De b presente (didol1:

Ediciones O(;TAEDRO. S.L

C/ [bil~n, s -08010 Barcdoll.

·lel.932464002 F.u 93231 186!1e-mail: [email protected]

(

(EUB. E d ic io ne s U n ivm i( ar ia s d e B a rc el on a. S .L .

C/ BA il ~n , : ; - 000 I0 Barcelonalei. 932469056 Fa 9324701 18

e-mail: [email protected] l lnJ (

Q,,~a~ ,ig" roaamente prohibldai, .illi. auto,l ...ci61l "",ilO de 10. ,i,ul~'ndd CalJ"lhr,balo J . . . . . . "cio" .... r.bkddaJ til 10 $ityn. I. ftj>roou"i6n

"'101 <) pu dal de <ita obra po t c u al qu ie r m e di c <) p re c ed lm l em o , c omp r eu d id a s

b frpr<>g,.a. y el rratamleruo illformJtko y I. dimibud6n de ~jm'plat«. ' de dl. mediante , Iqu i l e r I) p ti . .. m o pub lOeo. (

ISBN: 04.S063-5BFiDepOsito levi: n. 19.436·2003

lrnpres ion: Hurope, s .l ,

lmpreso en I~p.I\"

P ri nu d i n S p lli n

/ ..

v. .

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}

3 EI objeto de estudio del Analisis del discursoY su heterogeneidad

3.1. La tarea del analista del discurso

3.1.1. L a . interrelacion entre forma y funcion

Utilizando esa idea tantas veccs reperida, podcmos dccir que lejanas

quedan ya las opiniones de quicnes sosticnen que no ha y organizacion

lingilfstica superior a la oraci6n. Y cs que pcnsar as i cs 10 mismo que

defender la exrrafia postma de que la conversacion () e I texro escrito

consisten en una cadena desordenada de palabras. Para que nucstros dis-

curses scan coherentes hemos de utilizar una serie de rnecanismos,

algunos de los cualcs eran desconocidos como objctos de estudio haec

twas decadas: cambio de destinarario, elementos enmarcados (marca-

dores de estrucruracion, conectivos, etc.), elementos finales, rccursos

kinesicos, etc. (Stubbs. 1983). Y todo ello, 1 0 ha de esrudiar el analista

del discurso como 1 0 ha de hacer con los mecanismos reales que man-

tienen la cornunicacion, la comprension y la inreraccion, esto significa

que 4}ec~~~isis seha de oeu al' de las J~ s ~~~~Ios ha~l-

~~!!:f_<i~~~~~ ar.W~fa.o,~£_~con:

~'-!.!!!!L~Qll9JJ.!!!ltJllQ_~SLXSQ!!!Q~~~~51~S~S~1~por sentado ~~r, <

~Iisisdcrdiscurso ha recorrido un largo camino desde aquellos

tempranos problemas rerminologicos suscitados en los trabajos de

Guespin (1971) sobre el lexica polftico en deterrninados discursos, los

inicios etnomerodologicos 0los nacientes estudios etnograficos recopi-

lados en volumenes como e I de GumpCf1. y Hymes (1972). hasr a nucs -

tros dfas, donde hemos de considerarlo no solamenre un vasto y multi-

disciplinario marco que envuelve casi una docena de discipliuas, sino

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. .•••..•••.. .to. .. ,. -

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rambien un campo de investigacion que en ;ilgunas de sus areas ha COI1-

scguido 51 ! mayorla de cdad, hasta el punto de set tina mas entre algu-

nas disciplinas de humanidades y ciencias socia les, espec ialmentc en el

campo de la lingutsrica. Cifiendonos ya a esre ultimo campo, en. cl

Andl isis del discurso --como en fonologla. !t:xicologfa 0sinraxis- la tarca

del linguisra consiste en idcnrificar unidades, asf como los procesos que

operan sabre esras unidr des, 0 sea, determinar la inrerrelacion entre

forma y funcion en la comunicacion verbal.

3 .1 .2 . E I d is cu rs o y su es tructura

Se parte gencl'aJmentc de l pr incipia de qu e en todo tiro c i t ; d is cu rs o c xi s-

( .:_~maestructura gue detcnnina su car4£!cr; el inicio y desar~allo .4 ~Cll~-

qlUer acto lntcractivo crean unp~e (<ocgociaciol1» deterrninado

i)~~a i~~I~cjo!~~Jida~L~~~2_icativa; _:_~_aquel proceso mas~_!.ncn?s

~_~_l._~_~~~E:~_E~O' se estar~aa un tipo de j.e

cst .rucmta dlterente. Para nosorros, ! ! ! _ ! ~ r r a . . . . A c l _ a n a J l g i L 9 _ c 1 @9.WlL!Lq d .L~el~f~"dc se~~!!}ctu~l, en un sen!l~r.@J!L~lI~!~ cla~-~ (en redo C<lSO, cabr{~ de un dena esrructuralismo ornnfmodo .../\ ..~.,.,

o flexible).

j. EI concepto de discurso como acto lingiHstico de comunicaci6n se

debe asocial' , como decfamos, a . . la s up er po sic io n d e d ifir en te s p la no s 0

, d im en sio nes : .recordcl1l~s (~! 983/ 1997), c~nos«tcxtua~,

«~prcs~~,!3~~h>, c~~,!Q£~~¥.Y resefiernos que, afios despues,

Van Dijk coincide con tal teo ria, afinnando qu e hay tres dirncnsiones:

r

- a) Lenguaje en usa.

J [ }e ~v'~ .. ~

}) omunicacion de creencias (cognicion) .~-~-

c) Inreraccion en siruacion social.

5 B

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~I~t~!" Ja aesion!._,~ ~l'd~~~!a. day!. comli ll if~~

~~~~~caol~~cuenclassoclOafcct lvas de nucst ros ~_~~s. Es decir. el estudioso, por

~ha f.i de rastrear ~~~~~~f;~icos a esrra-teglas discursivas sc muestra en cl discurso la rescncia e ~e

~~~~n a intcraccion, por orro, reveJa~r

Ies sonlas i~~~!0E.cssoci'!l~~q!:!'~.!~.d~QL'£_~W~q u e l i a . c e n T o s a n al is ra s d e l d is cu rs o e nr ic o.

~~~jv~s_eyapas'!..ndo alsiguien-

tej~ eI orden es arbitrario, pues se podrCa cornenzar por la accion, en

cuanto que se explica (~.££~_da~es !J~llil~o,~r,

fi~l~Jmcl~te. ~n)a form_a. EI camino que sigue e I Analisis del discurso, en

It

e 1 orden que SC~. ascila em.re las microestfuCtillas y las macroesrrucruras

del h ab la . reno. cont~XtO X soc._;icdad.Puede empezar con modclos gene-

rales absrracros, 0bien caracrerizando especificamenre sonidos, palabras,

gcsros, significados. En realidad, da iguaJ, porque, cuando se estudia lin

e nivel: se ha~e, generalmenre, a partir de otros: _clordcn de palabras tiene

~~ncI6n que rcla~~~ la es!.£~ vc~. -- ~~I~cn[Jdo '!l..!!X-ill..nU1iozaplica~~!~articipal}!£_s-2

~.~n,gnill.~l2E~!:·; par eso podemos h~blar de niveles, pero, repctirnos,de niveles integrados y plasmados en cI discurso como producto,

Finalrnenre, cl analista del discurso ha de sab~e el o~o de su

5;studio es cI resuTtado_~ h~~abJant~-s~kscion3a;'

!~Oi1,1OiiUu~esarla ~ g _ u n l u~roceso Ji£oJ6gjc~

~le tendrl gu!:. vcr con la modalidad em.!? cada, con e I rcgillfo, COil e l .

~~~~~ haec a priori que !os remus l~nodclas metodoJ2gi;~n tan variados:-----'--~- ,

I.

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3.2. El estudio del discurso segun su heterogeneidad terndtica

y metodologica(

(

Desde sus inicios, comicnzos de los serenta, basta llUCSUOS dfas, cs ral la

variedad de rernas y rnodelos propuestos tanto monologalcs como dia-

logales, escritos como hablados, que se hacc muy dilfcil podcr dar.una

vision de conjunto. Entre un cstudio que sea capaz de mostrar a travcs

de un a~;ilisis del corpus y de los datos obtcnidos d papcl clave ~a

entonacion y de la pausa en la esrruc tura y organizacion de la con versa-

cion coloquial (Hidalgo, 1997), y otro que intente una tipologfa de las

(

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5')

(

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___ . l.QUP. ES E I. ANAI.ISIS DEL DlSCURSO!

mas frecuentes forrnas de inter rogacion ecoica en espariol, analizando

sus diversas funciones pragmaticas dentro del discurso en estrecha rela-

cion con sus marcadores sinracrico-semaruicos y fonologicos pertinen-

res (Dumirrescu, 1996) , ha y una enorrne diferencia ternatica; pew no

cs menor que la que pueda existir entre el comentario sinuictico-prag-matico de un texro oral (Carbonero, 1997) y el intento de dar cuenra

de las divergencias y semejanzas que exisren en las pauras conversacio-

nales de do s grupos de hispanohablanres =mexicanos y espafioles- en

un dererrninado tipo de actividad: la negociacion (Bravo, 1999). Y to-

dos ellos perteneceran de la rnisma manera a 1 0 que se 'ha llamado

Analisis de l discurso. Por orro lado, y es un sfntorna m a s de su hereto-

gcneidad, el analisis del discurso va a if proveyendo las herramienras

reoricas y metodologicas para una aproxirnacion crlrica bien fundada al

esrudio de los problemas sociales, poder y desigualdad: los linguisras

europeos, especialmenre, parecen haber asumido el grado de responsa-

bilidad que les corresponde en el tratamicn(o de problemas social men-te relevantes, como la interculruralidad, en la que se Inserra la xenofo-

bia 0 el racisrno, tal y como verernos mas adelaute, al hablar de las

distintas perspectivas.

3.2.1. Temas principales de analisis en el discurso

A pesar de que sea cual fuere la tendencia 0perspectiva en el Analisis del

Discurso, el objetivo comun reside en cl conocimienro de los entresijos

reales de la cornunicacion, la heterogeneidad disciplinar haec que tam-

bien sus focos de atraccion sean diversos, no obstante, si nos cefiimos alos propios de las disciplinas lingufsticas 0de aquellas otras relacionadas

muy di re c tamenre con ella, podernos, grosso modo, hablar de dos cen-

tros pr incipales de arraccion entre los estudiosos del discurso,

A) Es muy importance e I nurnero de rrabajos que se ocupa de Ia inter-

p re ta cion d e lo s enunciados y de la imporrancia que esre aspectO del

uso de l lenguaje pueda tener para su incorporaci6n a un modele

gramatica1 mas general (Taylor y Cameron, 1987: 4). Dicha inter-

preracion es trarada de forma muy d if er en re por corrientes tan dis-

tinras como la Prsgmdtica de los actos de habla, par la Cramatica

funeional 0 por Grice y sus seguidores. Sabemos que algunos estu-d io so s d e l a P ra gm at ic a r uv ie ro n -y siguen reniendo-- una ~onsjde~

60

rable intluencia en las rcorfas y metodologfas propucstas par los ana-

listas del discurso; guardan rclacion con la interpretacion de los

cnunciados que encontramos en la reorfa de los ,actas de habla y que

cs rccogida con rigor por conocidos lingnistas, especialrncnre par los

scmantistas gencrarivistas. Los autores de esros estudios no cran sim-pies descriprivistas intercsados por la conversacion p er s e; mas bien

buscaban rnosrrar que eI ambito de Ia sinraxis generativa podrfa, sin

duda debcrfa, cxtcnderse al modclo prcviarrienre definido como

«performance». Es en esra lfnea de invesliga

f.6n donde nosotros

podemos trazar e I nuevo d es ar ro ll o d e la Ii gU(stica pragmarica

cjemplificada poria teorfa de la relcvanciae Sperber y Wilson(1986).

Estc rnismo ((xo de inreres, e I de la interpretacion de los enun-

ciados can [a imporrancia que csrc aspecto del uso dcllenguaje pucde

tcner para su incorporacion a un modelo gramatical mas general, sc

repirc entre los gramaticos funcionalisras, quicnes traran de confir-mar como rnuchos fenomcnos gramaticales deben ser explicados

segiin SLIS funciones en cI discurso: para clio, y a partir de datos rea-

res, van a rnostrar como e I discurso no es s610 e I receptaculo de la gra-

matica en 1150, sino tarnbien cI punto en que se crea (Hopper, 1988);

es en sus rnodclos rcperidos dondc riene su origen y donde se fortna,

pem de esra direccion nos ocuparernos en e I capf tulo siguienre [cf. 4.

4.I.J. A estas dos formas de aproximacionIl'ragmarica de los actos

de habla y Grarnatica funcional) como l U i d a e i tcmsrica, hcmos de, ,~

afiadi r una tt. r~era: los intenros de aplicaciq . .'>_ al .Anali.Sis del. discurs(~de la teo ria gnccana [cf 2.3.2.), reorfa < I l l . .como vunos, mauguro

una rnanera nueva de vcr la Pragmdtica y I problemas de In cornu-nicacion; frcnte a aquellas dos, que consid: 'ran posibles hechos lin-

gU{sticos referenciales 0 pragmat icos (espacialcs, rcmporales, conoci-

rnienros comparridos por los parricipantes ( e e la comunicacion, etc.) ,

as f como deterrninanres del valor del lISO de un cnunciado ell un

co n rex to, la creada par Grice (1975) abrc. una tradici6n de analisis

pragmdrico de l discurso segun la walla urilizacion dellenguaje en la

comunicacion y el discurso esta dererminada por principles genera-

les basados en inferencias pragmaticas.' ,

B) EI segundo foco de inrcres en el Analisis del discurso es aquel que da

prioridad a s u e s tr u ct ura; sc tratarfa de describirlo como tin nivcl de

l en gu a] e d is ti nt o y altarncnre organizado; terminos como acto, paradyacente, inrercambio, enunciado, sccucncia, etc. son c I rcsulrado

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de dicha prioridad. La decision de que este ripo de modclo 0 estruc-

tura fuera descrito en terrninos de reglas y unidades se ha lIevado en

muchos casas con excesivo celo. Denrro de esta ocupacion, c I CS(lJ-

diose debe, primero, identificar las formas, los componcntes basicos

en que el h ab la es consrruida, ya p ar ti r d e a hi , en segundo luga r, e xa-

minar sus modelos, que en el lenguaje hablado se manifiesran a tra-

y e s de las diversas maneras en que ellos apal'ecen secuenciados.Desde aquellos patrones que intentaban, dentro del rnonologo,

extender los metodos de la lingiifsrica esrructural al Ana li si s d el dis-

curso, defendiendo que la estrucrura de un texto se produce a tra-

ve s de modelos recurrentes de forrnas con independencia de cual-

quier significado 0 rclacion con facto res no rexruales, hasta nuestros

dfas, cuando no se concibe una linea de acercarnienro que no con-

sidere que la estructura discursiva csta parcialrnente determinada

por aspectos pragmiticos, los estudios del Anilisis del discurso han

evoludonado considerabl emente; a nombres ya citados como

Harris (1952) y Pike 0967), sucedieron otros de linguistas tan

conocidos como Van Dijk (1972). quicn, basando la Grarnatica deldiscurso en fa Gramatica transformacional generativo-oracicnal,

afirm6 que los rextos podian ser trarados como extensiones de ora-

ciones y que una Gramarica textual puede ser esc rita de la misma

manera que una Gramatica generativo-oracionali como Halliday y

Hasan (1976) , quienes ya dcfendieron que aunquc la «textural> se

produce en primer lugar por la cohesion, los distintos registros tarn-

bien consiguen su rextualidad a traves de la cstructura: como Labov

y Fanshcl (1977: 350), los cuales, un ana dcspues, reconodan que

a pcsar de que fucran los mecanismos 16gicos de los hablanres los

que proveyeran e l conocimicnto de la conexion oracional, el papcl

de las cstructuras de superficic en los rnodelos actuales de lassecuencias era csencial, Poco a poco, yen buena manera a partir de

lo s estudios de determinados marcadores del discurso, especial men-

te los conectivos, se fue serialando la dificultad de scparar el cfecto

de la [uer-Lasinrdcrico-semantica, de la Pragmatica,16 sugiriendo al

misrno tiempo que el orden de I a proposicion 0 secuencia es ante-

rior a la informacion superficial que conrribuye tanto sernantica

1 6 . P a r ri m os d e l ~ i d e a de qu e las inrer ferencias que schaccn ~ par tir de las propias palabras,

i nd cp en d ie n tem en re d el c o nt ex ro d e s it ua ci on , s on p ro cc dim i cn to s pu,;unCllfC pragndricos.

62

~ __ J.~(;_LO~JHO Dr. FSrUDlO DEt. ANALISIS DEL lJISClJI\SO Y SU HETf.ItOCENF.IDA[) (

como pragmaticarncnte a la aparicion del discurso. A partir de fina-

les de los ochenra, coincidiendo de mancra general con 1 0 que se Ita

Hamado el «giro pragmarico» de I a lingiifstica, e I cambio en cl plan-

teamiento ha sido total.

Las unidades propuesras son parecidas a 1 ser unidades fundonales

mas que formales y tener como prorotipo el simple acto realizado a J

hablar. Pike, como vimos, invento cI «behavioreme», una unidad ana-toga at fonerna 0morfcma ya que e s d ef in id a por funci6n contrastiva

y disrribucion: Sinclair y Coulthard (1975) crearon una «rankscale» u

orden jerarquico de unidadcs funcionales ; otros analis tas como Labov

y Fanshel (1977) 0 Edmondson (1 98 1) h iciero n u n u so ex plfcito d e

los aetas ilocutivos como unidades basicas, e tc . E I i nr er es p or las uni-dades que podemos dcnominar de comunicacion oral hernos de a50-

ciarlo, par un [ado, a quienes se ocuparon de l proceso de produccion

del habla, especialmente en el campo de la Psicolingufsrica (Levclt:

1989); par otro, a quienes se ocuparon mas de cuestiones rclacionadas

can el discurso lingil(stico, desvinculdndose, en buena manera, de los

elementos gramaticales rradicionales. De esra rnanera, las «mots dudiscours» de Ducrot (1980a) no se corresponden con caregorfa gra-

matical alguna (conjunciones, adverbios, erc.) 0 semanrico-pragrnari-

ca (operadores, conecrores, etc.) precisas: 1 0 mismo podrfarnos decir de

los «connecreurs pragrnatiques» de Roulet et alii (I985) 0de los "dis-

course markers» de Schif frin (1987), por ejernplo!", Ya verernos en e I

capitulo siguiente la imporrancia que es te terna rendra para la Escuda

de Birmingham (Sinclair y Coulthard, 1975; Stubbs, 1987/1983) 0de

Gincbra (Roulet, 1981; Roulct et a l ii , 19851_asl como para los pione-

ros de la Escuela ernomerodologica del analisis conversacional (Sacks,

1972; Sacks y Schegloff, 1973; 0Sacks, Scheglofry Jefferson, 1974).

No obstante, quienes se ocupan de cstos tcmas esrdn lejos aun deresolver cucsriones como J a segmcnracion, la clasificacion de unida-

des 0 los modelos de discursos analizados, Como todos sahcrnos , UI1

moddo satisfactorio debe tener claro cuales son los criterios capaces

de dividir de forma fidedigna los datos en scgmcnros, asf como lin

exhaustive aparato clasi ficatorio que cornprenda rod as las posibil ida-

des con objeto de evirar la crcacion consrantc de categorfas t id h o c:

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17. Exacramenre igual ocurrc (on los dcnominadas unidadcs discurs ivas mlnirnas: dacto

de Imgll<lj~ de Rouler (1981), su posterior (J 991) acto dim/t'fivo; b cUm"/'1 de Bcrrcudonncr

(\990). la ullidnd &1 d is c ur s o de Scbiffrin ( 1987). l a microproposicidn de Adam (1987), IIi

secuencia d e C ha ro ll cs ( 19 fl 8) o c l enunciado d e D uc ro r ( I9 BO a , 1 98 G b) , e re .(,

63

(

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. t QU J1 . E SE l . ANAUSI S DEL 1 l1 SCURSO !

3.2.2. Diferentes pautas metodolngicas

Esta complejidad terndrica se agrava si consideramos algo que es eviden-

[C, y es que el rermino Analisis del discurso nunca cornprendera tina

un ic a d is ci pl in a d es d e cl punta de vista me rodol og ic o. P a r tanto. pede-mos decir que cuando hablamos de Andlisis del discurso nos referimos a

un macrotermino qu e abarca distintas combinaciones de teorla y meto-

do, cada una de 'las cuales supone un intenro de asignar un senrido al

analisis, restringiendo 5U alcance y marcando los lfmites, de forma quc

nos perrnita la interpretacion de una dererminada manera. La ampliruden c I numero de fOrtllaS de aproxirnacion 0 el heche de que su anal isis

no siga unas unicas pautas metcdologicas, no tiene que ser obstaculo

para que cI estudio del discurso pueda set un dominie auronomo, con su

propio objeto: determinar fa interre lac inn entre . forma y funcion en fa

comunicac idn verbal . A este aspect" ya se rcfirio Tannen (1989: 6-8), al

hablar de su heterogeneidad en oposicion a llncas de investigacion COH-

cretas como p ue de s et e l A n al is is c on ve rs ac io na l, c ua nd o c on tal rerrni-no nos referirnos exclusivamenre al tipo de trabajo inventado pOl' los

etnometodoiogos Sacks y Schegloff; en esre caso, esrarlamos ante una

particular c om bin acio n d e te or ta y merodo u tiliz ad o p ara estu diar u n

tipo particular de datos; 1 0 mismo podrla decirse de la Pragmdrica con-

versacional de Ginebra, de la Ernografla de 1a cornunicacion, etc. fum

arnplirud en e l mimero de formas de aproxirnacion 0 el que 5U andlisis

no sea un metodo que alguien pueda simplemenre aplicar cuando haec

investigacion cientfflca, no tic Hen que ser obstdculo, rei reramos, para que

el estudio del discurso pueda constituir un dominic autonorno, con su s

propios objetos, fen6mcnos, teorfas, merodos y principios caracrerfsticos,por arnpl ios que estos sean. Seran objetivos del analisra los siguientes:

a) Descubrir aquellos mecanismos que hacen que nuestros discursos

sean coherentes textualmente y respecto a la situacion: camhio de

des ti na ra ri o, m a rc ado re s d el d is cu rs o (mar ca do re s d e e st ru ct ur ac io n ,

conectivos, etc.), repeticiones lexicas, recursos kinesicos, etc.

b) Revelar los mecanismos cogni tivos que rnanrienen la cornunicacion,

la cornprens ion y l a i nt er ac ci on : e s d ec ir , e I e st ud io so s e d eb e o cu pa r

de los diversos procedlmienros que seguimos los hablanres a la hora

d e s el ec cio na r l a informacion. formularla y expresarla 0, por elcon-

rrario, de asurnir q u e es conocimiento sabido y comparrido, qu e seda por sen tado y que no ha y que e rnp lea r ,

64

c) Dctcrminar la proyeccion socioafectiva de las palabras. Es dccir, e I

estudioso, par un lado, habra de rastrear como a rraves de recursos

ling~{sticos 0 estratcgias discursivas se muestra en d discurso la pre-

sencia del hablanre +sus intcnciones, objetivos, ctc--: por orro, tell-

dra que revelar cuales son las implicaciones sociales de este proceso.d) Especificar que utilidad pueden tener esros trabajos en d desarrollo

de las competcncias Iingufstico-discurstvas y , rmis ampliamenre, en

la forrnacion del ciudadano en general.

3,3. El estudio del discurso Y SlJ modalidad oral y escrita

Una Vel que nos homos aproxirnado a su ohjeto de cstudio, habrernos

de sefialar que el discurso sc marcrializa en todas las formas de cornuni-

cacion oral y escrita, este hecho sc convierrecn u'na nueva causa de here-

rogencidad, habida cuenra de las difcrcncias importantes provenientcsde cada una de las modalidades,

Como ha scfialado Van Dijk (2000: 23):

EI cnfilsis en la naturaleza in teract ivn y pracr ica del discurso csta natu-

ralmcnre asociado con lin cnfoquc del IlSO del lenguajc corno interac-

cion oral [... J Ia mayorla de los trabajos sobre cl discurso como acci6n

se conccnt ran en la conversacion y el dhHogo, C5tO es, en eI Ilab/a

> E sro h ae c que demos una mayor importancia a todo 1 0 relativo a Ia

oralidad, si bien no podemos olvidar (ille la escrirura es rambicn una

forma de accion social y, por tanto, objcto de estudio discursive.

3.3.1. EI Andlisis del discurso y 5U acritud ante 1 0 oral y 1 0 escrito

Ha habido {Ille lIegar a los estudios del discurso para que dc una VC'l.

p ar co das s e p ud iera su perar es a p refe ren cia pOl' el «andl i si s» d e 1 0 e s cr i-

to. Ya sabernos que, aunque considerado como secundario can respcc-

to al hab~ado: c I leg~Iaje cscrito ha sido, tradicionalrnenre, e I objcto d~

los estudios Iingufsticos, puesro que en 1a tradicien (I1016gica occiden-

tal, siernpre ha habiclo p re fe re nc ia p O l' los c6digos mls claborados. Lo

oral era una desviacion, una delormidad de la corrcccion escrira. Esratendencia habfa determinado que la rnetodologfa de los lingiiistas

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J/ } ! _ _ - ,

\ u J . 2 ! 2 . .~~'~"r"~~~--hidera ta bula ra sa de las irregularidades enconrradas en c I discurso:

errorcs de pronunciacion, lexicos 0 gramaricales, variaciones en la

forma de expresarsc segiin la clase social, e l contexte verbal 0 extraver-

ba l 0 I a p r oc e denci a gcogdfica. falsos c om ie nz os , h ab la s s im u lr an ea s

en los dialogos, vacilaciones, repcticiones, oraciones gramaticales ' ina-

cabadas, ere, EI analisra inventaba las expresiones ad h oc e imporua SlIS

p re ju ic io s « es cr ir ura le s» a la realidad oral. E xistla, ad em as, cl problemaadicional de que, cuando intentaban rceoger los datos emptricamenre

(via magnct6fono, p D f eje mp lo ), s e p ro ce dfa a s u tra ns crip cio n e scrira ,

1 0 que conllevaba los pumos de vista de la « es cr it ur id ad » , s us p os ib il i-

dades de interpretacion; esras pracricas generaban, en c l fondo, la crca-

don, por asf dec ir lo, del p ro pio te xto o ral, e, in du dab lcm en re, lo tin rro -

ducci6n de una forma visual hetcrogcnea que dcsvirtuaba el valor del

«continuum-oral y jamas recogfa, par muy elaborado que fuera, el sis-

tema de rranscripcion, la riqueza prosodica del texto: el proceso era

il~~l~::Z::;~~:j,.t' H t t : LC-(~ [ ' I :.c:»:i-~~ d~l. '3.3.2. Hacia una caracterizacion de ambas modalid des

P aralela, p or tan to, a la expansion d el A na lis is d el d isc urs o h a c orrid o la

del inreres par la delimitacion, 0al menos cornparaciou, de las moduli-

clades oral y escrira, 1 0 que obviamente mas tarde se iba a aplicar en los

estudios de ambos tipos de discurso, cspecialmenre en las distintas

corrientes del discurso oral.

3.3.2.1. Grosso modo. e I discurso escrito ha sido considerado, proba-

blemente de forma erronea, formal, academico, planificado (la cohesion

sc ha venido expresando mediante procedimientos como los paralelis-mos Itxicos, las relaciones anaforicas, los conectores, marcadores de

puntuacion, que serialan las relaciones interoracionales y exrraoraciona-

les), m a s compleja, con mult iples predicaciones, subordinaciones, refor-

mulaciones, etc.: se ha caracterizado, a mcnudo, como un Ienguaje

auronomo, sin contexte 0sin que este sea vis ible. Para algunos especia-

lisras, el elemento dave es la memoria: arguyen que el discurso escrito

estd mas cargado de concepros, y recurren al e jernplo de que, cuando c l

discurso oral se recarga, conceptualmenre, como e l escrito (caso, par

ejemplo, de una Iarga serie de instrucciones), cl oyenre «pierde e I hilo»

con m a s fa ci li da d y r ec urr e a tomar nota por escrito, escrituriza el men-

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3. E1.01111''1'0 IlE tsrunto Dn "N~I.ISIS DEI. IliSCURSO Y,SU IlETI'ROGf.Nf.fDAD

j.,I

saje, EI discurso oral, a juicio de Brown y Yule (t 98311993), contendrfa

menos informacion de la lIamada «rransaccional»; cs decir, informacion

de significado conceptual. que «interaccional», de relaciones personales

entre cmisor y receptor. EI discurso escr ito manejarta mas informacion

«transaccional»; el oyeme rerendrla, can volunrad y esfuerzo, mayor

ruirnero de fragmemos de forma literal porque, al ir predispuesto al

«aluvion» informative, se fijarla mas en I a forma. Bajo esc planteamien-

(0, las diferencias estahlecidas entre oral y escrito no dejarlan de ser fun-

cionales. el discurso oral servirla para que los hablanres se relacionen: d

escriro, para que el oyente se informe, para que repare en los conteni-

dos que su interlocutor le esta rransmiciendo, dada su mayor concen-

rracion informariva, 1 0 importance serla 1 0 que se dice. no como se dice

ni que implica esto en los hablanres, Afirmaciones todas que son difki-

les de defender, como mas tarde veremos.

En cuanto a la sinraxis, Brown y Yule resefian que en la oralidad exis-

te un mayor ntimero de repeticiones cuya funcion es la de «retrescar la

memoria» al interlocutor, ya que no puede volvcr las paginas; sirnulra-

neamente, tam bien de f()tma erronea +puesto que 110 es una cucstion

cuantitativa- sefialan que hay menos conecrores que en la escrirura, por

clio, esta resulra mas ordenada a a rt ic ul ad a, Escas caracrerizaciones

guardan mucha similitud con l a d i co r omla de B ern stein d el c Jd ig o r es -

tringido para el discurso oral y c6d igo e laborado, para el discurso escri ro,

Nada de esto es, como verernos, del todo cierto. I' ~~O r~, t

3.3.2.2. Tambien se ha recurrido a rneraforas (Halliday, ] 985) para

e xp lic ar l as d ife rc nc ia s e ntr e e I discurso oral y el escriro : la complcjidad

dcl lenguaje escri to cs «crisralina » , mientras que la del lenguaje hablado

es «coreografica», esta se basa en su [luidez y aparenta dinamisrno, ya

que cada secuencia provce un contcxto para e I siguiente paso, no solo aldefinir Sll pumo de partida, sino rambien enmarcando las inferencias de

como este ha de ser interprerado. Por cI contrario, en c I discurso escri-

~~o.r.damo~li!~j9 cxpusimos antcriormcnlc.·~ una nab,t

z6rl ..~~sJ2:!rtes, de ~~odo que ca~,!.!!!!.!raba~~l.EOr tod~

las otras; con [as cldusulas compJej;s del lenguajc hablado no hay tal

w l I d a r i d a d , ni el rnuruo asimiento ehtre sus pal'te~~

curso oral, c~ra I O .. .. .9 :! ~i na ba n ma ch o s I j, ,! gU i st a~ ~ ~ _~ ci l! ~, I~ ~

con~rortcs y 'lcugmas 1 0 prucban: su modo de sel' sc cf!tiende

como-proccso Y - ' ! _ ? comopro(luGto}-esdecir, ~~cl ~e~uJtado ! ! ~ 1 ; !e s - u n p r o c r u c t o , este va ~mado el p r o c e s o mc(l iamc una sene-'-~'~-~""""""'.I't~_~_~~~""""""'~-""""""""'~~'--

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~e fen6mem~~.~~~~ef!k!~~

etc.}. De ah t la proclividad ala norninalizacion en c l discurso escrito, no

;a-ropor la mayor densidad informativa, que se traduce en una gran can-

tidad de palabras con contenido lexico-semdntico, sino por c I hecho de

no comparrir contexro hablante y oycnte. La existcncia de references

c1aros genera una sintaxis abrupta y dinamica, «va dando salros», por-

que es fadl deducir a que se refleren las palabras, frenre aI estatisrno de

10 escriro. Aparte de esto, e I discurso oral emplea estrategias como e I

enfasis en l a e n rona cion para r na rc ar l a informacion nueva; rnientras en

el e sc ri to , s e u sa n arras como l a p as iv iz ac io n d el a gc nte , estructur<\s orni-

tidas 0 recursos ripograficos. ; "

3.3.2.3. La caracter fstica en la que los aurores suelen coincidir al definir

e I discurso oral alude a 1a riqueza de elementos de entonaci6n y para-

lingO/stieos, la escasez de planificaci6n LR y [a posibilidad de ir rectifi-

cando, interrumpiendo, intercalando digresiones, repitiendo y , en gene ..

raj, rodo 1 0 que supone que ahf hay otra U otras personas con las que se

esta hablando en ese momenro. Algunos se han ocupado de las diferen-

cias, centdndose en aspectos como: (a) referenda claborada, frente a

referenda dependienre de [a situacion, (b) expresiones argumentativas 0

esrilo personal, frente al impersonal . y (c) informacion rransaccional,

frente a inreraccional, ere.'? Todos conduycn que las modalidades oral

y escr ira revelan diferentcs relaciones en cada uno de los aspectos anali-

zados, a la par que siernpre los discursos hablados obtenfan puntuacio-

nes rnaximas en la produccion interacriva, mientras que los escriros los

obtenfan para la produccion informal iva.

18. En realidad, no C$ que no 5C planifique, s ino que en algunos gcneros -p o ngamus fa con-

v e rs a ci o n- , I a planlf icad6n s e r c al iz a en me no s r iem po que en OIr05 . , deba te , confercnc ia , ere ,

1 9. A m od o d e e je mp lo , B ib cr , C o n ra d y Reppen (J 9 98 : ( 08 ) S<! h an o cu pa do , m ny r cc ie n-temenre, de algunas de las difcrcndas. a rraves de l uso de nombres y pronombres, en textos ora-

les y e sc ri ro s, a na li si s q ue a 5U Vel. impJka cl d es cn br im i en ro d e l os ( ac (o re s 'IUC c on di ci on an n

a l m eu os in flu ye n e n la ele cc io n d e n orn bre s ° p ro no mb res e n u n te xto , U o t ra s c u es r io n c s

como q u~ n nm b re s p re sc nra n i nf orm ac io n d ad a 0 conocida y cuales presenran infofmaci6n

nueva 0 como estan disrribuidos los referenres de informaci6n nueva ° conocida a ( raves del

t ex to , e tc . Los aurore s s e basan par a ate esrudio en cinco aspectos! a) . involved versus infor-

mational productions; b ) .narrative versus non-n~Hativc discourse»; c) .elaborated versus sirua-

r io n -d ep en de n r r ef er en ce » d ) - ov cr t e xp re ss io n o r argumenrarion», e) - Im p er so na l v er su s n on

impersonal style. Las modalidades oral y escrira revelan difcrcntes relaciones en d cornporra-

m icm o d e cad a UI\O de CS(OS a sp ec to s; p ur ~ je mp lo . e n a) lo s datos r ev el ab an u n a o po si ci dn

coral h35la e ] p u mo . d e q ue los r c gi sr ro s c o n pUlIIU~dolles maxi l11as para la « i nvo lv e d p r odu c -

r io n» e ra n l os r eg is rr os h ab la do s, r nle nr ra s l os r eg is tr os con p un tu ac io ncs m dx im as p ara la- in fo rm a ti on al p ro d uc ti on > s on r eg is tr os d e l a m o da li da d e sc ri ta .

68

,\, ELOIIJUO DEFsnJlllO DEL ANALI~LS DEL DISCURSO YSV flETEROCENl:Il)~\~.,_<,",", __-~~~-~-------~-~--------~--~~- . 'i

3.3.2.4. No cabe duda de que indcpendienterncnre del gencro, registro,

modelo textual 0 sociolecro, cl estudioso del discurso tendra ante sl -y

cS[Osf es realmcnre peculiar del discurso oral,- una sucesion progrcsiva

y lineal de secucncias (scgrncntos de f(Hlacion del imirados pa r pausas)

ri . '11 basada ell G 1 . Boubnova (1995), podrla ser lanya esqucma 7.;1C10, .,siguicnrc:

Las flcchas orienradas hacia la dcrccha represelltan el proccso irrcvcr-

s ible de la codilicacion oral, asf como SlI pcrccpcion: 1 0 dicho, dicho cs-

t a . . . y oklo. As! que , las secuencias pronuuciadas son la iinica realidad de

1 0 oral. Esras emisiones senoras, rcpresenradas cada una por una lctra,

Corman Ia linea superior del esquema. La f lccha marca la interpretacion

sernanrica (del locutor y de l oycnte}, en tanto que los parcntesis scf ialan

la integracion de la informacion que ha s~do actualizada en el e~pad()

semantico global dd discurso, L1. l igazon formal de cada secucncia con

la sccuencia precedcnre se representa por una Ilecha vertical ascendcnte,

que significa c I paso a I a codificacion de la sccuencia siguicntc.

Estos condicionamientos de orden psicofls ico or iginan, por ejemplo,

una sin taxis oral especffica en que la observancia de las reglas de [a moda-

lidad escrita serfan tan absurdns como irnposibles de llevarse a cabo; elhablanre, al disponer de una hcrramicnta cxcepcional como cs la proso-

dia, va a em plear o tros m ecanism os, O W ls estrategias que le perm itan , a

Sll vez, prescindir de recursos justificados y necesarios en d discurso =.to. En la situacion de 1 0 oral, I a irrcvcrsibilidad del proccw y la propla

prosodia efccnian cI encadenarniento de las secucncias senoras ~llC ~n su

coyuntura son yuxtapuestas. La prosodia estructura esa sucesion lineal

sintacticamentc vaga; al hablante Ie da la oportunidad, en la produccion,

de relacionar las secuencias senoras entre las que no hay rcladones 5i\1-

dcricas definidas. En cuanto a la percepcion, cl oido no mcrnoriza csas

rupturas. E1discurso oral clabora, pucs, una organizacion sin visibilidad

que dcpende s610 de la tension cornunicativa, La relacion entre la sima-xis y la prosodia se organiza, en el discurso oral, en funcion de una sirua-

69

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cion de comunicacion siempre sin gu la r. L a prosodia realiza segmcnta-

ciones allf dondc un analisis rcinterpretar ivo de las rranscr ipcioncs mos-

rra rla u na sin ta xis Ilu id a. Y a il! donde los c on ec ro re s f( )rm a le s e st an p re "

s en re s, l a p ro so d ia decreer. Su papel de organizador activo no haec, pa r

tanto, mas que accntuar las tendencias desorganizadas naturales y pro-

pias de la s in ra xis o ra l. L a cs rru cc urac io n p ro so dic a d el continuo SOil oro

estd asegurado pOl' las pallsas y los contornos rerminales, Sin embargo.

esa sintaxis oral especffica no irnplica que haya diferencias en los consri-

tuyentes de las esrructuras sinracticas. Sabemos que la siruacion en que

se desarrolla la enunciacion, POf ejcmplo, tiene una incidencia grande

sobre los participant : : S , 10 que, sin duda, condiciona, desde el lexico a la

esrructura sinractica : no obstante, es diflcil determinar si el discurso oral

y cI escrito uril izan los mismos constituyentes sinracticos 051 la s s l lpues~

tas diferencias estriban en c I grado de opciou: c I escrito csd. mas apega-

da a la norma purista Y rigurosa que el discurso oral. Lo mismo podrla -'

mos planrearnos en orros aspectos como la redundancia: que los medias

de utilizarla no son los misrnos cn 1 0 oral (entonacion, mimica, actitu-

des . .. proceso interactive, a f in de cuentas) qlle en 1 0 cscri ro, con sus pro-

cedimientos b,isicamcnte IingiHsticos.

3.3.2.5. Todo ella podemos verlo resurnido en esta tabla, en I a que

hcmos rcunido un bueu niimero de disrinciones que unos y otros han

serialado, a 1 0 largo de los afios, con respecto a ambas modalidades dis-

cursivas, si bien -~ y solo haec falra cellar un vis r aw a las celdas de la tabla-

reniendo en cuenta solamenre los <los extremes del continuo que real-

mente exisre, Por eso incluimos entre .parentesis la nlodalidad cspecffica.

Discurso oralDiscurso escrito

D is cu rso p rim a r io Discurs~ secundario

C or nu ni ca cio n n atu ra l C o rn un ic ac io n a rt if ic ia l

I nm c di ar ez c or nu n ic at iv a

(contigtiidad en la emision)

D i st an c ia c omuni ca r iv a

Sujcto a tiernpo y espacio

( aq u l y a ho ra )-~--->---------~.~~-~~------ ...-------

In forma lidad , c s pon rane idad ,

inconscieucia

N o sujero a riem po y espacio

( po si bi li da d d e p as ad o y futuro)

Formalidad, planif icacion, concicncia

r ce sr ru ru ra do ra d el c on o ci rn ie n to

70

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Discurso oral Disc \J I "SO esc ri t o (----~--------~~---'--------.--~-

Andaje en el contexte (

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A ut on om la t ex tu al

C oh es io n m ed ia lH c

cntradas paralingiifsticasCohesion mcdianrc cruradas l~xi(a~

- ~ _ .

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Rcpericion Auscncia de repccicion. .. .. ., ._--..~~-~-~--~-,__~·----·---.---'~_r.~_.c ..~."..~~ _ • _ ~ . _ ' _ . . '

E st ru cu lf a. l in ea l s cn ci ll a E st ru c: tu ra j er ar qu ic a c om p le ja--~~" " '_ _ "----~ ..,.......-"o-"-re---~_ . ~_ ~~ ~ ........,~ ~~ ~ .~ ~ ~~_ ~~ ~ _ ~ .,~

Parroncs pararacticos P ar ro n es h i p o ta cc ic os (

(

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Ramificacionc» a la dcrccha

c on s ub or di na ci on es li mi ta da sRamillcaciones a [a b:quierda con

mulri rud de n ivclcs de subordinacion

Fug;tcidad I'ermancnda

Narracion Exposici6n

Sistema de scfiales

aC l, st ic o -f o no I 6g ic o ( v oc a li d ad l S iste ma d e sefiales {l"dfico (grafisttlo)

Dialogo MO!1ologo__ ~ n __ .___~ __ ~ __ ~ ~ __ ~~ . . ~ __ . _ ~~~ ~ • _ •

Privacidad I'llblicidad

Aberrura Cerrazon-~ ~ _ ~ + + . • ~ _ ~ _ ~ ~ ~ _ ~ ______ n ~~~ ~

EI cmisor suelc rardar men os El cmiSOf suck rard ar mas

ticmpo e n cmirir d mcusnje tiempo en cmirir e I mcnsaje~~----~-.--,,~~-~~-----~-~~+--,~----_,_~~,,_ - . o . - - . . _ ~ _ ~ , _ , _- ~' ~- -~ T_~- -- -" -+ "- -- -- -- -r -- r- "~ ~~ ._ o __ •_ _ • , ~ ~ .

(

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Orieuracion hacia la accion,hacia c I aconrecimiento

Orienracion hada]a idea,

h a ci a e l a rg u rn e nr o

3.3.3. La convergcncia de aspectos en el estudio del discurso

Estas diferencias marcan irnportanres distaucias Cll los mecanisrnos dis-

c~lrsivos empleados en ambas modalidades, y como tal hem os d e estu-

diarlas: no obstante. rechazamos la idea de que exisra una bipolaridad

extrema. As!, sabernos, .par ejemplo, que hay muchos aspectos del Jis-

curse en los que tales diferencias apenas rienen relevancia: como indica

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71

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_.__~__ ~~ J9ut r,,~ l . AN , ! ,U SI SDEL D ISC l JR50 1

Rcnkema (1999: 114). en ambas farmas de cornunicacion pucdcn estu-

diarse los fen6mcnos que se relacionan con el principia de cooperacion,

las estrategias de cortesfa, cohesion, coherencia, erc.: debido a esto, puc-

den utilizarse, Y de heche los urilizarnos cons tanternente , los terrninos

«destinatario: a «receptaf» para dcnorar tan to a los lectores como a losoycnrcs, y «ernisor» pucde usarse para e I escritor como para e I hablante.

Pero es mas, haec ya alios, Biber (1988) prescnto su crfrica respeeto a la

concepci6n d el l en gu aj e e sc ri to como secundario, 0 d eriv ad o d el oral,

ya que este tambien es asistemarico y no representative de la verdadera

estructura de la lengua.Para dieho autor, la oposicion entre discurso

oral y discurso escrito 00 ticne ranta validez , al tra tarse de dos s istemas

diferentes, si cabe, complementar ios. Y no es taba f . 1 1 t o de razon. Hasta

ahara, todas las peculiaridades del discurso oral 0 del escrito a que sc

alude a t estudiar estas difcrencias suelcn ser prorotipicas; se reficrcn a

conversaciones coloquiales (oralidad) y a textos escritos mut formales,

de conrcnidos abstractos, seguidores de la norma mas culta, Entre ti,noy otro polo se encuenrra una varicdad basrante mas frecuente de 1 0 que

se pudiera pensar. una variedad funcianal que acarrea una infinidad de

esrraregias adecuadas a cada punto de la (rgaman discursiva. Si se trata,

por ejernplo, de una carta entre amigos, habra, sin duda, muchos de los

rasgos que hernos sef ialado para e I discurso oral (distension, aunque

sop one escrito, falta de planificacion, fuerte presencia del contexte de

la situacion par las experiencias comunes y 1 0 que es consabido, muchos

signos de enronacion =pretendido rcfle jo de los elementos prosodicos-

que suponen «altibajos», etc); si se trata de otro gCllcro discursive como

una conferencia, sucedera al contrario (cs un discurso fuerremenre

cohesionado con toda clase de marcadorcs de conexi6n, aunque elabo-rado con scfiales f6nicas. muy nominalizado y dense en significados,

bastante indepcndicntc del conrexto -da igual que entre e l publico esre

el senor Perez 0 la senora Maruuez: el conferenc iante no cs ta pendien-

te de su relacion con cada persona del publico, probablementc nunca

hap comparrido experiencias con elias, etc.) .

Esa bipolaridad clasificatoria 00 nos sirve, tam poco. en los casas de

la lectura en voz alta, de una conversacion tclef6nica « q u e decir de la

d is ra nc ia f ls ic a cnfre emisor y receptor re sp ecto a la in med iatc z cornu-

nicativai), de un mensaje grabado (que se e5ta oyendo en ese momenta

sin que eI emisor este presence) , de una recitacion (1 0 oral no implica

necesariamente inexistencia de escritura) 0 de los programas de radio atelevision (que demuesrran que 1 0 escrito no signif ica tampoco ausencia

72

_ .} . EL OIlJEI"O D E rsrumo D EL A N Au SI S D EL O lS CU llS O Y su IIHF~l )l ;ENEII}fiD~ ~ c • ~ _

"

de vocalidad). En estc scntido, son intcresantes las marizaciones term i-

nologicas de Hazael-Massieux (995), al referirse a [a anarquia existcn-

re propiciada pm [as concepros de «langue oraleu/ "langue parlee» y

(I langue ecritc» / «langlle graphice». Ambas pare jas de rerminos no esran

formadas por sinonimos, por 1 0 que 110 sc pucden cmplcar como sc hahccho continuamenre de rnancra indistinra. Hay que disringuir, en un

primer momento, entre «oralire» (lcngua oral) y «ccri turc. (Ieugua cscri-

ra), dos lormas de manifcstacion de una unica lengua cuyas varicdades

se difercncian por las condiciones de enunciacion del discurso, Aunque

ambas son mlly distintas, en ocasioncs, cl paso de una varicdad a orra

-Ia «escritura de 1 0 oral" y Ja «oralizacion de 1 0 escrito»)- es sicmpre posi-

ble, al existir un cierto m unero de formas comuncs, La citada JingOisra

distingue dos esrados en cada tina de las rnodalidades: par un a parte, en

la oralidad, scpara 1 0 bablado, estado de expresion real. general mente

espontaneo, de 1 0 g r d f ic o , estado en que la lengua escrira ha escapade

totalmente de la atraccion de la lengua oral; es dccir, es verdaderamen-re escrita y marcada por Ia busqueda de form:1S adapradas ala cornuni-

cacion in absentia. Lo que haec que un discurso pueda scr denominado

«oral» no es el hccho de (lue se a emitido de forma oral, sino de que Jell

producido en una situacidn de oral idad; tan importance es qllC cI mensa-

je se reciba 0 produzca por eI canal fonico, como que d receptor tenga

la posibil idad flsica de parricipar,

En resumen, e I estudioso del discurso rendra que tenet presente que

hablado y escrito no difiercn en su s isr er na tic id ad . E I lenguaje ell pro.-

duccion tiene una serie de rasgos propios que han hecho posible un

cambia de orienracion en la investigacion de la oralidad y , consecucn-

ternente, que exista una clara tendcncia a considcrar el Icnguaje oralcomo un campo independienre que sigue sus propias reglas y regulari-

dades, E I discurso oral ye l discurso escrito, a SlI modo, e st dn a lr amen tc

organizados, son regulates y coherenrcs, 1 0 que no rcsulra incompatible

con su revision, vacilaciones, cambios de dircccion y orros rasgos simi-

Jares que, frente a 1 0 que se picnsa, no son tan especfficos de [0 oral,

cuanto del proceso. Como indicaba Halliday. la~ tccnicas de estudio y

desc~, jpcion del discurso oral cquivaldrian a la edicion de un libro que

rclleja ra todos los procesos de corrcccion y elaboracion del manuscriro

(considcresc que los borradores de 10e scriro no lie presenran), Sc admi-

te que cI discurso mlly planificado es generalmenre cscrito, pero se olvi-

da que la gran mayorfa de los texros cscritos se publican solo al final dcl in proceso de il imi tadas, como dedamos,' t ranfoftnacione~.

~.

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Al margen de 1 0 que hay de discutible, que es mucho, en todos los

intentos clasificadorcs , parece claro que las formas y las esr ructuras de

ambas m odalidades dcpenderan del tipo de propucsta a la qu e han de

servir (regisrros, generos, etc.), porque lejos de consriruir una du,alidad

oposit iva, son p~rte de lin «continuum».

3.4. EI estudio del discurso y su tipologla: genecos, rcgistros,

modelos textuales y sociolectos

3.4.1. La ripolog{J'como un problema en husca de solucion

El discurso oral, C I ~ ':mo hernos il~?icad() mas arr~ba. I~uedc SCI' cspont.:t-

neamente produci en cl habla mformal y en suuacroncs de conversa-

tion coloquialcs, , ', r ejemplo, 0 puede ser sisrcrnaricamcnte preparado

para un discurso rmal en c I habla que es organizada a naves de 1 0

escrito para su lectura, No ricne, par consiguienre, scntido seguir

haciendo referenda a cuestiones como las que se suscitan can la idea de

que d discurso hablado sea mas simple, menos complejo que d cscriro:

rodo dcpew!~:-4 de qu e t ipo de discurso se esre considerando,

Hay qlle hablar , entonces , de la «r ipologfa», de las maneras distintas

de producir, transrnirir y recibir el discurso, Ya, Giv6n (I979) hablaba

de modalidades de comunicacion, y estas no disringufan entre oral y escri-

ta sino entre modalidad pragmdtica y modalidad slntdctica; arnbas, en

general, se adaptan a difercntcs estilos, si bien hay siruacioncs en que

s610 uno de esos modos es posible (par ejcrnplo, e I modo pragmarico,

mas condicionado por Ia referencia a las cosas de (jue sc esra hablando,

es propio de situaciones familiares, del habla de lo s nifios 0de personas

menos culras: su lexico es reducido, prefiere la coordinacion, su morfo-

logfa es seneil' , erc.) , Evidenrcmente, nos parece insuficiente, ya que el

concerto de Ifragmatica es transversal, como vamos explicando, al DIS-

CURSO, y rafUbien porque el Analisis del discurso debe ocuparse de

explicar en que consisre y cuando se dan detcrminadas esrructuras djfe-

renciales bien de su modalidad oral y escrira y, denrro de esras , de aque-

lias otras propias de SlI «tipologfa», En cste punta, nosotros intentarc-

mos diferenciar los discursos scglill 511 posihilidad de pencnecer a un

genero determinado, a un registro, a un modelo textual 0 a un sociolecto,

pues sed. a partir de aqul desdc donde el estudioso ha de iniciar la carac-

terizaci6n de un dctcrminado fragmemo discursivo, eI cllal, adem;b de

7 4

(

los rasgos propios de la oralidad 0 «escrituridad», rendni otros propios (

de su condicion tipologica.

Desgraciadamenre, todavfa hoy, uno de los asuntos que esra sin resol-

ver en los estudios del discurso es e l de la tipologfa: su nccesidad es algo

en 1 0 que vienen a coincidir los espccialistas del tern a : Dimrer, Van

Dijk, Werlich, Isenberg, Adam 0 Coirier, enrre otros, y cuya posibilidnd (

resulra cada dfa mas complicada, porque los cambios tecnologicos, nosolam ente p roducen nuevos rnerodos de analisis, sino que rambicn pro- (

ducen nuevos r ipos de discursos: por ejemplo, ya hernos vista en el apar-

[ado anterior las dificulradcs a la hora de dividir c I discurso, segun la

m odalid ad, en oral y e sc ri to , d if ic ulr ad es q ue , aunque hayan de anali- (

zarse, seran cada dfa mayorcs, en estos morncnros en que hem us cntra- < .

do en la era digital. Una nueva vision sobre csrc rema podra verse en

Cortes y Camacho (en prcnsa), (

Podernos decir, grosso modo, que las ripologlas que se han ohrcnido (

de la obscrvacion de los disrinros aspectos analizados (la dimension

cnunciativa, la relacion exisrcnte entre los inrcriocurorcs, Ia organiza-

ci6n de la actividad, etc.] han scguido distinras [Incas con distintos objc- (tivos dependiendo de que su preocupacion prioriraria fuera e] an a Iisis de (

las caracrer fsricas discursivas internas, extern as 0 [a cornbinaciou de (

ambas. Las primeras se han fijado en lo s elementos lingutsricos de los \

discursos, como puede scr, con respecto al verba, el analisis de conside- (

raciones remporales (pasado I prcsenre), de modo (indicative. subjunri-

vo, imperative) y de aspecto (perfecrivo / irnperfccrivo): ram bien

enconrramos aquf , aquellas tipologfas que sc centran en 101estrucrura

informativa: la arriculacion de los tenus y subtemas, la progrcsi6n rerna-

rica, cI terna fijo y la estrucrura convencional que adopra, etc Las que

se ocupan del analisis de las caracterfsr icas discursivas exrernas sc basan

en los elementos pragmaticos de la situacion y fijan su arencion encomo es cl conrexro extralingufstico: la inrencionalidad del ernisor , las

caracrerlsr icas del receptor , el ripo de siruacion comunicar iva, los temas

trarados, etc. La relacion entre las estructuras proposicionales prescntes

en e I texro y en el conrexto extralingiifstico lleva a sus seguidorcs a

intentar describir los disrintos pIanos de organizacion del discurso

incluidas sus formas Iingulsricas. Van Dijk (I983: 172)' por ejcmplo,

jusrificaba haec afios la necesidad de una t ipo log ta textual en cuan to que

la difercnciacion de ripos de csrructuras rcxtuales 0 supercstrllClllras

tienc que vcr con pararnerros cognirivos, culrurales y socialcs. Entre las

respuestas m,l:; afoftunadas a es[a demai1(la del JingOista holalldes, ('st,1

(

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75

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_ __ ~~ ~·Q~U._ (,_. E~'S_E~LA N _ A r . l S I S DE L [ )I S( _: V~ Il_ S( _} ?_ ~

la de Coiner (1999), quicn ha establccido como criterios de clasifica-

cion warm grandes familias: ripologfas de base enunciativa (inspiradas

en los trabajos de Benveniste), tipologias de base comunicativa 0fun-

cional (basadas en las funciones de Jakobson), tipologfas conrexruales 0

institucionales y , f in almen te , t ip o lo g ia s de i ns pir ac io n p si co 0 sociolin-

gU{stica. 20 .

En cualquier discurso siemprc hay una pretension mediara, para

cuya realizacion se necesirara =de manera inmediara- conrar una his-

toria, conversar con un vecino, participar en un debate claustral, etc.:

e n ta le s lISOS, habra d ife re nte s rn an era s d e em plca r la lengua, y scgun

sea dicho empleo junto a una serie de manifestadones y procesos l in-

giifsricos cornunes, idenricos en uno y otro discurso, requeri rcmos

tarnbien competeucias lingi.if sticas propias de cada una de las rnanifes-

raciones cornunicativas consideradas, AI pergefiar el hablante un dis-

curso de un cier to tipo, seleccionara deterrninados mecanisrnos, tanto

del sistema de la lengua como de los dominies de conocirniento 0 de

los contextos de enunciacion en los que tienen lugaf los acros de comu-

nicacion, Dc este hecho se deduccn varias consecuencias: una de elias

es que de cada discurso estaremos haciendo un «fenorneno» lingiHstico

especlfico de (re- )construcci6n de representaciones cognirivas- ya que.

al intentar transmitir la informacion en dcterminadas s iruaciones , esra-

remos condicionando e i tiro de subgenera que hemos de emplear. En

esra seleccion, un elena numero de procesos de tratamiento serdn rela-

tivamente consrantes en un tipo discursive y en otro, en particular

aquellos que competen al sistema de la Iengua, pero numerosas «selec-

clones. dependerdn en exclusiva de los contrasres tipologicos, de su

consideracion comunicativa, espccialmente. De ah] , la convenicncia de

indagar los procesos que nos lIevaron a que nuesrra «opciorn fuera I a

que fu e realm en te, Y este es u no d e los objerivos mas im po rr an te s d el

ana li s ra de l d i scu rso .Aunque ha habido desde mediados de los sesenta hasra nues tros dfas,

intentos de difcrenciad6n entre variedades dialecrales (geograflcas, his-

toricas 0sociales) y l as v ari ed ad es a so cia bl es a l os u so s (f un ci on ale s, c an -

rexruales y estillsticas), 1 0 que muestra la consideracion que han dado

los Iingilistas a tal menes ter, ha sido, sin embargo. la labor dasificatoria

llevada a cabo con lo s model os textuales, en general denrro de la lin-

g{ifstica de l rexto, la que m as im portancia iba a adquirir, En e st a l in ea ,

2 0. P ar J. e m 6him:l, vhsc: Bronckarr (1992, 199) .

76

por cjemplo, Isenberg (I98.311987) se ocupo del estudio de las propie-

dades de las t ipo log ia s t e xt u al es , 0mejor , de lo s requisites p ara u na tiro-

log{a textual; UI) requisite fundamental defcndia 1 3 necesidad de que sea

«hornogcnea», es decir, quc se disponga de una base tipologica unitaria

sobre la (lue puedan d ef in irs c to do s los r ipos de t ex ro s; p cr o, pOI' orra

pane, ha de s e r « r igu ro s a» , para que lin rnism o texto no sea clasificado

dentro de dos ripos difercntes, y «monot lpica», rasgo pOI' el eual un

texto no p u cd e a ha rc ar i nr er nameu te otros tip os d e te xro s,

3.4.2. La importancia de una tipologfa

E I an al ista del discurso prccisa cad a vez mas una clasificacion qu e Ie

posibilite una raxonornfa de las variaciones que se originan en d emplco

de los mccanismos pragmalingulsticos como consecuencia de la inter ..

accion social. Diclia conveniencia, aun mayor cuando se trata de cstu-

diar I a utilidad de es tos trabajos en e I desarrollo de las cornpetencias lin-

gU{sticas, exige un intento tipol6gico que, al mcnos, consienta en

reconocer, hasra cierto pun to, 1 0 1 exisrencia de un agrupamiento nccesa-

rio para la descripcion de los hechos; cn este scntido, habra de abarcar

todos aquellos ep(grafcs clasif icator ios cuya cornposicion especlflca nos

permita considcrarlos como «tipo difcrcnte de manifesracion discursi-

v a» , E I discurso, afirma Adam (1992: 16). es un ob jeto de es tu dio ta n

diflcil de dclirnirar que es mctodologicamcnre indispensable efectunr

deterrninadas eleccioncs tipologicas, a sabiendas de su complejidad y, cn

ocasiones, de SlIS borrosas dclimitaciones.

U na r na ni fe st ac io n d is cu rs iv a coloquial se podd mostrar a craves de

una car ta, una conversacion, una cntrevisra 0 un chisrc, por pOllcr algu-

nos ejemplos; u n a ma n if es ra ci on periodtsrica aparecerd en forma de

r ep o rt aj e, d e e nt re vi st a 0de edi torial; la carra puedc scr personal 0 prole-

sional; podd predominar en elJa las secucncias narrativas, en un caso, 0

a rg um e nra ri va s e n o tro ; la convcrsacion distcndida se puede practical' el l

casa, en la radio. pOI' telefono, erc.: e I discursolircrario puede rnanifesrar-

se en forma de novela, de cronica, etc. y predominar en tales generos las

sccuencias dcscript ivas, narrativas, etc. Cualquier- fragmento discursive

que hayamos de analizar es una amalgama de rasgos derivados de distill-

t o s a spe c to s ; asf, por ejernplo, en un fragmenro discursivo sacado de UI)

infonnativo de television, estes rasgos dcrivaran del mcdio (rnodalidad

escr ira para ser dicha), de un genero (dererminada cstrucrura que sc Ila de

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desarrollar con el fin de facilitar la in fo rm ac io n a l espectador): de un regis-

rro (fundamentalmente formal), de un lenguaje especial (necesidad del

em pleo d ellen gu aje d e d isrin ro s campos; b u ro cr ar ic o, d ep o rr iv o , j ur fd i-

co) ; de un tipo de secuencia textual (especialmente, exposlrivo) , Es mas,

e n la s d is rin ra s le ng ua s y en disrintos patscs no se conciben de la m isrna

man er a l as implicaciones d is cu rs iv as e n l a e le cc io n d e d ife rc nr es re gi st ro s.

A partir de esta cornplejidad, podemos enrender, pOi un lado, buena parte

de l as crfr i cas , 0mc jo r r es cr va , hada la urilizacion de c la si fi ca c io n es t ip o -

logirus; par orro, que, can los requisiros de Isenberg (1983/1987), diflcil-

mente podremos acorneter cualquier t ipologfa qu c vaya m a s lejos de 1 0

narrative, argumentative, expositivo, instructive 0descriprivo. Sc rcquie-

reno por tanto, otros criterios si qucrcmos partir de tipos de manifestacion

discursiva. Y a (rues «tipos de manifesracion discursiva- los vamos a agm-

par en lo s cuatro grandes bloques ya citados en apartados anteriores: g e n e -

ros (debate, discurso presidencial, reportaje, enrrevisra, carta, novel a, ser-

mon, chisre, cronica, edi torial , interaccion doctor-pacienre ctc.), registros

(familiar. coloquial, formal/medio, recnico-proxirno, recnico-disranrc,

solemne, ecc.), sociolectos =culta, mujcr, juvcnil. erc=) y modelos tex tua les

(argumenrarivo, narrativo, persuasive, erc.) .

Consciences, por tanto, de que los llmires ell muehos casos han de

ser borrosos, creernos que la pretendida clasif icacion puede permitir al

analista ubicar el discurso es tudiado en unas coordenadas (lue facilitcn,

en gran manera, 5U trabajo, ya qu e las posibilidadcs conrrastivas sera It

mayores. Adelanrandcuos a nuevas dudas que lie puedan planrcar,

hernos de sefialar que, po r ejemplo, registro y genero, que son dos con-

ceptos tecnicos empleados para explicar e I significado y 1'1funcion de

la variacion entre fragmentos discursivos, se han empleado en ocasio-

nes como sinonimos. Invesrigadores que rrabajan dcntro de la esrruc-

tura sisremico-funcional de Halliday vierou en ellos el rcflejo de dos

diferenres niveies de abstraccion, do s «pianos scmi6ticos» disrinros:

genero sera el plano de l contenido del rcgisrro, y registro sera cI plano

de la expresion ·del genera; de ah f que p o damos c on si dc ra r los registros

co mo « len gu aje en ac cio n» y e l genero, como «insrancias convenciona-

les de textos organizados ..; de esta rnanera, los regisrros .se aprendehe-

dan directamente de los discursos usados por los predicadores en los

sermones, par los periodistas deporriv os al retransrnitir un evcnro

deporrivo 0l o s u r il iz a do s por los parricipantes en un debate, y gCllcros,

los discursos (lue encajan en la forma y organizaci6n de la conversa--

cion, la tenuiia, e 1 debate 0 la cmfcvista, etc. Esta supcrposici6n inelu-

78

_ _ _ ; . J _ . [1. OIlJHO PI, rsrumo nEI. ANAI.ISISDEI. DlSClJl\~O YSl1 HETlil\OGENEIIJAIl

dible de planos no s !leva a afirmar que el analisis del discurso ha de pre-

vcr que cl genero discursive vendra marizado, no condicionado, por cl

registro, que es su plano de expresion. Asl, cualquier genera anterior-

mente citado tiene unas caraccerfsticas tecnicas propias e ineludiblcs,

pera que hab ran de explicarse en S11 a cr ua li za ci on d is cu rs iv a, 0 sea,

d en tro d el reg istro que im pon ga I a siruacion.

Otra duda que sc puede plan rear cu alqu ier lecto r estara en relacion

con a lg un os d e l os c on si de ra do s tr ad ic io na lm en te !enguajes especiales: 1 0

periodlsr ico, 1 0 academico 0 pedag6gico, 1 0 lirerario, 1 0 cienrffico, 1 0

publicirario.Jo judicial 0 1 0 p olitico , etc. E s v erd ad q ue, c om o se h a a ti r-

ma do r ec ic nr er ne nt e (Santiago, 1999; 1486), podcmos dccir que son

discursos especiales porque usan unas tccnicas de cornunicacion deter -

rninadas, pero no son vehiculo de cornunicacion entre especialisras, sino

patrirnonio de la comunidad IingiHstica; asl, no se puede decir que en

la tecnica publicitaria haya una terminologia inaccesible al hablante

comun: habra uua terrninologla entre publicistas: pem no solo cn e I dis-

curso puhlicitario, 1 0 misrno sucede en cI periodfsrico, pedag6gico 0

politico, por citar arras casos; de ell os podemos decir que sc trara de tee-

n ic as d e c omun ic ac id n que son resultado de una Iuncion detcrminada.

POI' ella. para nosorros son parcclas cornunicativas caracterizadas por

11l1aS dererminadas propuestas, general mente profesionales, que inrcn-

tan cumplir una detcrminada funci6n social: tales parcelas contrihuycn,

poe tanto. a que los discursos curnplan su funcion: infonnar, ensefiar,

delcirar, expandir avances cienrfficos, anunciar, juzgal', defender 0inrcn-

tar conquisrar d poder, erc.: son los macrogeneros, los cuales permircn

una ubicacion previa a los gcneros por parte de los usuaries (cmisor y

destinatario) y cuya singularidad enunciativa reside en unas intenciones

y unos temas que aunque de naturaleza compleja, sinian a los cirados

usuaries en unas condiciones de produccion y recepcion dercrrninadas,

que se concretaran mas a partir de los genero5 y subgeneros .

Cada uno de esros rnacrogeneros originara distintos gencros, los cua-

le s forrna liza ran las maneras de e nr na rc ar e l lenguaje p ar a c ump li r mejor

su funcion, 1 0 que convertira estos en ripos relarivamente establcs a la

hom de presental' los contenidos.

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3.4.2.1. EI terrnino g e n e 1 ' o nos pone en rclacion en lin primer morncnro

con los estudios lirerarios tradicionalcs, pues su utilizacion a la hora de

establcccr tipos de producciones literarias (e l cnemo, 1anovda, d poema,

la ob ra de tcat ro) y subtipos posreriorcs, cs de rodos conocida. Sin

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79

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_ _ _ _ ~ _ _ , _ , Q ~ ~ . ! _ lP .5E L I IN~USI S DEL D ISCUR50 ?

embargo, su empleo en el campo lingiHsdco parte de las teorfas literarias

de Bajun, quien, como virnos en e I apartado correspondiente [c.f 2.2.2.]

fue conscience de la enorme riqueza y complejidad de los generos dis-

cursivos, los wales abarcan todo el ambito de 1 3 actividad lingufsrica,

gobicrnan las distintas esferas del uso de la lengua y se manificstan tanto

en las breves respuestas de una conversacion como en los regisrros for-

males (recnico-proximo, tecnico-disrarue y solemne) , Los generos pasan

a ser «ripos re la r ivamente estables» d e emi sio ne s in te ra cr iv as q ue c um -

plen diversas tareas culturalmenre definidas. De este modo, un debate

entre dos politicos en un medic de comunicaci6n y ante unas clccciones,

rendra una clara funci6n electoral; otra funci6n diferente sera la de l chis-

re en el programa de variedades 0 e I de la recera de cocina en eI diario

local, y cada uno de ellos tendra una manera diferente de urilizar el len-

guajc; cada genera se corresponde con una manera particular de usar cI

lenguaje para curnpli r deterrninadas funciones sociales (Egginsy Mart in,

2000: 342). Por tanto, eI gencro es un a agrupaci6n absrracta de textos a

discursos que cumplen funciones sociales similares y t ienen ciertas carac-

rerfsticas formalcs en cormin. Los generos nacen para cumplir una fun-

cion, a cuyo servicio ponen sus pos ibilidades expresivas: nacen, mueren,

amplfan sus fronreras al ritrno de las dcmandas sociales y los objetivos

que se marcan las socicdades, los profesiouales, etc. Cada comunidad dis-

pone, como apunta Payrat6 (1996: 190), de un conjunto prototlpico de

generos, conocidos (de forma activa / pasiva) por sus hablanres: asl, hay

generos que proceden de la vida coridiana (l a conversacion), de activida-

des especfficas (juicios, serrnones) 0 asociados al auge de los nucvos

medics de comunicacion!' (c l debate televisivo, la entrevista, los «reali ty

shows» 0 la tertulia radiofonica).

Puede haber, no obstante, considerable variacion entre textos que

pertenecen a l m ismo g en ero ( v, g r. l os d is ri nt os r ip os d e e ntr ev is ta s q ue

provienen de la s diferencias conrextuales -en la calle 0 en un estudio-,

de l tema (un e sc an da lo d el mundo del corazon 0 un descubrimicnto

cicntffico, ClC.), 0 bien generos mimeticos que imitan las propiedades

t fp ic as d e otros generos (pensemos en algunos programas de humor). Y

es que no podemos olvidar qu e la relacion entre e I contexto y c I discur-

so s iem pre s era p ro ba bilfs tic a, n un ca d eterrn in ativ a (E gg in s y Marcin,

2000: 343), Un estudioso ha de saber que la conversacion, e I lenguajc

2 L La t ipologfa de los g~neros period tsdcos es fa mas estud iada en cstc momento : como

articulo recopilator ie , puede verse elde Sinchez y LOpez Pan (1998).

80

3 .EL OHjETO DE I 'SrUDIO DEL ANAl . l5IS DEL mscunso y SU HETI' .HOGENEIDIIO

del aula , la ncgociaci6n, los «reality shows» 0la relacion doctor-pacien-

te, entre orros, son objetos de cstudio porquc son pane de la ripologla

en que se pucde prcscntar e I discurso.P Igual que un macrogencro (el

publicitario) abarca una serie de generos (el anuncio) CSlOS, a SLI vez,

com prendcn una seric de subgcneros (anuncio de television, radiofiini-

co, erc.).

i.

3.4.2.2. EI analisis de cualcsquicra de dichos generas, ta l y como

hernos scfialado anrcriormcnte, vcndrd matizado, no condicionado,

por cl regisrro, que es su pLUlO de cxpresion. Dc csta mauera, las carac-

rcrlsticas tecnicas propias c includiblcs s610 se podran explicar ell su

a c tu a li za c ion d i sc u rs iv a , 0 sea d cn rro d el rcg is tro quc r cq ui er a la s itu a-

ci6n; por ejemplo, aunque las posibilidades de un tema cspectfico sean

mayores en unos gcncros que en otros, dicho lema podra graduar tal

separacion rcorica. Los regisrros s e pc;seman como «maneras de

hablar» quc vienen condicionadas pOI' elementos de la situacion en qlle

se produccn los discursos (espccialmente quiencs hablan y para que

hablan, de qu e hablan, por qu e medio hablan). La clcccion de los

diversos rcgistros dependent, por tanto, de diversas circunstancias,

como puede scr la posicion social, la situacion grupal, e I lugar, etc.;

esras distinras situaciones nos llevan a selcccionar un registro +1 -

esponranco, +/- elaborado, +/- formal, etc, En cualquicr tipo de dis-

curso sed c I contexro de situacion el que determine que hayamos de

decidirnos por rcgistros mas 0menos espccializados seglln cl campo;

mas 0menos csponrdneos 0prcparados, segun e I modo, mas 0rncnos

proxirnos, scgun el tonofoncional, °mas 0menos torrnales 0inforrna-

les, scgun cl t ono pe rsonal , por partir de la terminologta tan conocida

de Gregory y Carroll (1986). Si bien esta division nos pareee accrtada,

habrla que m atizar que e I tono funcional es bastante imprecise, dcsdc

cI momento en que mezcla criterios de interaccion personal con otros

de organizaci6n textual, ademas, nos parece neccsario establecer d

rasgo l+ - aproximacion inreractiva], asf como difcrcnciar tres aspectos

conrexrualcs que se cntrclazan y supcrponen: la disrancia social, la dis-

tancia psicol6gica y e I grado de Iormalizacion discursiva. Con todos

22. En cl disClJrSO ora l. pur c jcmplo , l a conversation cs d gcncrn lids csutdiAd" ··latU" " IIo tras lcnguas como en la nucsrra-, si bien h ay o tros cuyo in ter", cad~ vcz rs tllJyor. (onw ruu -

rrc con eI el discurso prcsidcncial, la enrrevisra, cI debate' 11cl citado li .~nglJai(' (Id Jllb.

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esros rasgos, es tablecernos el s iguicnrc cuadro (Cones y Camacho: en

prensa) de los rcgistros: '

F~milil~ rufInal!

Medio SolernneT&nico-proximo

Tecnico-distante

Coloquial

Genera l > Gwer.1 General F~pcdl;co E'<jlcdfico Especffico---_. __ ~r+_,__~~_,_~"~~

c~-_~+~~_~c~ ~~____.,_~_~ __ ~ ~ _ • ~_ ~ _

G n t d g < u

concienriaIingIJbtic4.

(baj»] (hajole spomaneo Espom . Variable (,lto)

Pormal(rnuy alto)MIlY forma l

G"u/o defQmut! iJ.u/ Mi'lironConl£XN4J l

V.ri.blc Variable MJ.imo

(;r&Jt!o < UDillllnria

pt icoMgiM.M(n;mo Minima Con si der ab le Gra nde

GmdoJ~Diltdrrri4

HKW

Minima Mlnimo Variable Vari.blc M.himo

I' rc fi j, do / l 'r cfi iado /no reclproco redproco

r'fOt<>col:H;O Ad.pt.do

3.4.2.3. Los modelos textuales son divisiones que se estableccn a par tir ,

especial mente, de factores l ingtusricos, verbales, 0, si se prefieren OWlS

palabras, criterios internos, intrfnsecos al texto, no dependientes de su

enrorno sociocultural. La ripologla tradiciona] de Wcrlich (1975) , bask

da en las estrucruras cognitivas y adaptada posteriorrnenre por Brewer

(1980), .dist ingu~a los cinco t ipos ya casi clasicos: narrat ioo, ligado a la

percep~16n del. tlcmpo; de~c:iptivo, ligado a Ia percepcion de l espacio,expOStttvO, a so cia do a t a na lis is y 1a slntesis de rcpresentaciones con eel'-

tuales: argamensasiio, centrado en el juicio y la roma de posicion, e ins-

tructiuo, Iigado ala prevision del comportamiento futuro. Para cI autor

aleman, estos cinco tipos responden a diferentes formas secuenciales

rfpicas de cada uno de ellos, y que Garda (2000; 1024) ha resumido asf

1. Narraci6n: textos con estructura temporal dorninanre en imperfecro

(aleman) , son frecuenres rambien las ser iales remporales de aperrura

y conclusion del rexro,

82

(

2. Descripcion: formas secuenciales locales, riernpo verbal prescmc, con

sefiales locales de apertura y cierre de texro .

3. Exposicion. rextos caracrerizados por forrnas secuenciales explicarivas

expllcitas que rnarcan una relacion con 1 0 ya enunciado ( P O l ' ejemplo,

en o tras palabras) 0 par formas secuenciales aditivas que subrayan una

relacion de semejanza con 1 0 ya expucsro ( P O l ' tanto, tambien, igual-

mente).

4. Argumenracion: formas secuenciales conrrastivas que crean una

esrructuracion dialecrica, dominantc, sefialando una relacion de con-

traste con 1 0 ya dicho ipero,por el contrario),

5. Instruccion: formas sccuenciales enumcrativas marcadas con numc-

rales cardinales u ordinates, letras 0 derer rninadas locuciones prcpo-

sicionales, su estructura textual es listada.

(

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(

(

(

/

\.

(

Cada una de esras secucncias riene model os oracionales protot fpicos.

Existen pocas investigaciones dcdicadas a Ja idenriflcacion de las

diferentcs clases de modelos textualcs. Por ella, si se considcra que los

esquemassupcrestructuralcs-! de tales moddos son los quc dcrerminan

la produccion y la comprension, atestiguar su presencia en los hablan-

[CS sed 1 0 que sc crija en el objetivo del Analisis del discurso en cuanro

a esra tipologCa. ....

Las faunas narrarivas -ficcioncs 0 relaros reales que explican UII hecho

inreresanre- constituyen una parte muy imporranre de la rotalidad de los

discursos que puede «consurnir» una persona durante su vida; es incon-

cebible un mundo sin narraciones: adcrnas, la narracion es un cspacio

privilcgiado para la manifestaci6n de distinros ordenes de estrarcgias

comunicativas. L1.S discursos argumenrarivos induccn, refutan, afiam'<l11

creencias y comportamientos de los receptores. Pero, adernas de rodos los

mecanismos que ernplearnos para conscguir esros objerivos -0 sea del

anal isis de una serie de arguOlcntos por asociacion y par disociacion-, el

analisra del discurso se ocupara de esos recursos 0 rrucos qlle, a veccs, uti-

l izamos y que algunos auto res Haman pseudoargumentos: e l ridlculo, la

r ed uc cio n a l a bs ur do , la iron fa , etc. Las aportaciones conllevan la disec-

cion a partir de sus est ructuras discursivas de los aspectos pragmdricos de

(ales figuras enunciativas. junto a discursos narratives, los argumc:nrari-

vo s han s id o o bj er o, cada VEl mas, de los analistas del discurso, Yes que

(

(

(

(

(

(

(

(

(

2 3. E n n ue st ra t ax on om fa , l os r Js go s snperestrucrurnles csrarfan compartidos p ur d mode-

I n te xt ua l d e W e rl ic h, q ue r om am os c om o p ro pi o, y e l g e ll c ro .

,

\...

83

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son muchas las manifesraciones a naves de las cuales intentamos que

nuestros reCCplOl'eS tengan una conducta determinada: que nos voten,

que hagan las cosas como nosotros quercmos, 0, en la mayorfa de los

casos, c01Jvencerlos de la corrccci6n 0 la verdad de una aseveracion, adu-

ciendo suposiciones que la confirmen y la hagan plausible.

Una de las manifesraciones discursivas, par ejemplo, en las que el

caracter argumentative se muestra con mas claridad es en cl rnacrogenc-

ro publicirario, ya que siempre es esperable qu e la cstructura de su s men-

sajes rcsponda genericamcnrc a establecer relacioncs entre argumentos y

conclusiones . Y es que, como han scfia lado Serra y Prufionosas (1999:

1505). en tanto que discurso argumentativo el publicitario presenta una

deterrninada informacion como jusrificacion, explicacion, fundarnento 0

prueba de oirainformacion, Adernas, 10 que sirve para jusriflcar, expli-

car, fundamentar 0 probar es una razon o argumento, y aquello a 1 0 que

h a d e c on du cir y hacer a ce pt ab le 1 .1razon e s u n a c on cl us io n .

La argumenta~ionno solo la vamos a encontrar en generos pertene-

dentes a lo s registros forrnales (recnico-proximo, tecnico-distanrc 0

solcmne), generos como cl discurso politico, c I debate, d lenguaje en el

aula, sino que esta tarnbien Inrimarncnre ligada al habla ordinaria, en

siruaciones informalcs, tal y como ha mostrado Fuentes (l998b). quien

a partir de un texto pertcneciente a un registro coloquial analizo los pro-

cedimientos discursivos (uso de conectores argumcntativos, reformula-

ciones: explicaciones, aclaraciones . .. etc.) ernpleados por los informan-

tes para expresar, a veces de forma prolija, argumcnros (razones) y

contraargumentos (contraposicioncs).

3,4.2.4. Los sociolectos son variedades socia les que caracrerizan a grupos

sociales estratificados por otro tipo de variables: nivel sociocultural.

e da d, se xo , g ru po s n o p ro fe sio na le s, p ro ce de nc ia , b arrio s.re tn ia , e tc . S i

e I A n dli si s d el d is cu rs o h a i nc id id o mas en el esrudio de los generos y de

los registros, ha sido la investigacidn cuanti rativa (Dialectologfa social y

Sociolingulstica) la que ha perrnitido, sobre todo en estos ultirnos quin-

ce afios, una mayor aproximacion a las var iables condicionadas por la

s ituacion social (sociolecros). Se ha dcrnosrrado que las variables extra-

l in g uf st ic as , e sp ec ff ic ame nr e l as s oc ia le s, son capaces de determinar la

variacion, pem se ha heche, hasta ahora, en los niveles f6n~co y rnorfo-

sintdctico, No obstante. en cste puma, es nccesario separar estas apro~

xirnaciones que han senalado cuantitativarncnte los rasgos propios delsexo, edad 0niveles socioculrurales, y que como hechos de lengua deben

ser analizados en fonna de variable sociologica diastrarica -·por 1 0 que

su estudio ha de corresponder a la «sociolingU(stici1 variacionisra»-. de

aquellos orros que analizan la interaccion social a p~rtir del anal isis del

discurso, cuyo estudio forrnada pane de 1 0 que Gurnperz (1982) dcno-

min6 « so cio lin gu lsric a in terac cio na l» p ara d iferen cia Ha d e la an terio r.

En nuestra lcngua, en un tcma tan apegado a las metodologfas ciradas

como es c I estudio del habla de I a rnujer, ya sc han aplicado principios

de Andlisis del discurso a cuestiones tales como lasfrclaciones de as ime-

trla I sirnetr fa en 1a relac ion hombre mujer (Villasenor, 1995), c I modo

en que la mujer se rcfierc a sf misma (Martln Rojo, ~97), la posib!e dis"

criminacion femenina (Pereira. 1997), etc. .

(Que sucede scgl'tn nuestras categorfas, con las lmguas cspecialesi,

porque, en espafiol, por cjemplo, se han esrudiado los rasgos de orali-

dad en e I habla juvcnil, de las mujcres , pero tarnbien de directives, de

legos y expertos, de jurisras, etc. Cuando sehabla de Lenguas e special es ,

se haec referencia a un amplio abanico de rnanifestaciol1es. repartidas

entre tccnolecros y sociolectos, cuyo uso conlleva una serie de caractc-

rfsricas (lexicas, morfosintacticas y discursivas) gue las individualizan y

que prescntan, en general, una actitud mas bien laxa hacia I a prcccpri-

va acadernica en favor de los objctivos de comunicacion (Santiago,

1999: 1488). Son espec iales pOr(}llc crnplean unos mccanismos deter-

minados, que lIevan .11analista del discurso a interesarsc pOl' su estudio.

Para nosotros, la mayoria de estos tecnolectos, variedades discursivas

motivadas, especialmente, por su profes.on (PftOfesorcs, medicos, perio-"~I

disras, politicos, jueccs, ctc.) pertenecerd a los 'andes macrogeneros: se

materializaran discursivan~cntc en los discurS.· ..«profcsi?nales», .1 0 q t . I , c

perrnitira al analis ta del (t.S<:lIfSO ocuparse de os mccarnsmos discursi-

vos de los profesores en c I aula 0 de la funci '11 dial6gica del jue t: En

carnbio, los sociolectos no estan condicicnados por dichos motives pro"

fcsionales, sino sociales, como ocurre con d;1habla de lo s jovenes, cI

habla culta, la de los soldados 0 con los discursos de los trabajadores

marroquies en Espafia, por citar sociolectos diferenres, Hasra ahora, los

discursos de la rnujer han sido los qu e ma s atcncion han merecido pOl'

parte de los analistas del discurso, en aspectos tales como la inte rrup-

cion, las pausas. el solaparniento, algunos rnarcadorcs del discurso ()

ciertas csrratcgias en su habla; estos (studios son frccueutes dcsdc haec

una rreinrcna de alios, aproximadamente, en cI mundo anglo.amcrica~

no y germanico, pem hasra ahora, sin embargo. 1 0 han skin muy poco

en las lenguas romances en general y en d espafiol en particular,

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i, 3.4.2.5. P?r ultimo, procurarernos aclarar aun mas cl modo como los

generos relacionan ~I resro de categorlas que confarman nucstra tipolo-

gfa textual. Cada In.angulo se puede relacionar can cualquiern, pew 10

que hay que rener bien prcs~nte es que cI discurso cs un conglomcrado

d.c rodo clio, 1 0 cual se aprecia can nitidez en el genera por ser una espe-

e re de .supe,rcstructura tra~lsversal a rodo, Los rectangulos que sc hallan

e~l cl inrertor de cada twing.ula han de entenderse como un par de

ejernplos de ge~cros q~crequleren Sll registro, sociolccto y modele tex-

tual; hc~os tenido en cuenra, (1) un debate sobre la inrnigracion entre

dos politicos de ~4 y 48 a.fio~, de distinros partidos y (2) eI chisre COI1-

e a d . a por una m~Jcr de veinridos afios a otra de veinrirres, ambas com-

paheras de trabajo en 1 3 ofieina. Veamoslo:

SOCIQLECTOS

86

(

(

El discurso y algunas corrientes de analisis

AI hablar de las teorfas liminares del Analisis del discurso [cap. 2], des-

tacarnos aspectos aislados, insdlitos, que se vmpezaron a tcner en CUCIl-

ta en el estudio del Icnguaje, a partir de los afios setenra. Cada Iingtiis-

ta iba «a su aire», explotaba un fil6n disrinro quc no tenia nada que ver

can c I res to de los descubrimientos discursivos, Paulatinamente, se iban

formando diferentes corrienrcs can un cierro grado de indcpendencia,

hasta que lIcgamos a la actualidad, en que el panorama ha cambiado

porquc las intertercncias son cada vez mas habiruales entre corrieute y

corrienre .

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(

4.1. Aspectos comunes en las diferentes corrientes(

Los rraradisras, en Sl1 aG n por ordenar el vasto campo del Anal isis del dis-

curso, h~U1 difcrenciado entre modelos caracter izados por su mayor inre-

res pOl' los aspectos lingtilstkos y aquellos que dan men as importancia a

estes y mas a los sociologicos. Los lImites, no obstante, de esa buscadaseparacion resulran muchas veces borrosos, habida cuenta de que diver-

gencias existentes entre ambas lfneas tienden a diluirse: por ejemplo, las

diferencias que habia, en sus inicios, entre una rncrodologfa claramcnrc

lingufsrica, como la seguida por la Escuela de Birmingham (Sinclair y

Coul thard, Stubbs . .. ) Yorra mas sociologica, la Escuela etnomerodologi-

ca nortcamericana (Sacks. Scheglof l, Jefferson ... ) son mllY superiores a

las acruales entre direccioncs que podemos scguir considerando ma s lin-

gU[sticas, como la Escuela de Lyons (Kerb rat Orccchioni) 0 la de

"Ginebra. can su Pragmacica conversacional (Roll let, Moeschler, ctc.) y

OWlS direcciones, procedentes de las sociologicas, mis actuales, de

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1 1 7