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MARISA GREY Cadena de favores (Amor Y Aventura) (Spanish Edition) 1 CADENA DE FAVORES Marisa Grey

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  • MARISA GREY

    Cadena de favores (Amor Y Aventura) (Spanish Edition)

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    CADENA DE FAVORES

    Marisa Grey

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    A mi padre y a mi madre,

    con todo mi amor.

    Vuestra Tuercebotas

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    1

    Estado de Kansas, 1879

    Si alguien necesitaba cualquier cosa, un retal para un vestido, un saco de harina o una

    pala, solo tena que acercarse al almacn de Gertrud y Pete Schmidt. No haba nada que ellos

    no consiguieran en el condado de Ellsworth. Tal vez por eso el establecimiento era el corazn

    de aquella pequea poblacin de poco ms de cien habitantes, con calles polvorientas en

    verano y nevadas en invierno, que se convertan en un lodazal con las lluvias de primavera u

    otoo. No haba otro almacn en cincuenta kilmetros a la redonda, lo que obligaba a los

    rancheros y granjeros del condado a recurrir a la pareja para cualquier necesidad que se les

    presentara.

    Por esa misma razn no era de extraar que Gertrud llevara su negocio como una

    reina que impartiera justicia divina. Ni el ms audaz de la zona se atreva a romper las normas

    de esa mujer de rostro enjuto. Su mirada de halcn era bien conocida, nada se le escapaba en

    su reino atestado de cachivaches y era capaz de averiguar si faltaba algo con una simple

    ojeada.

    Llevaba el cabello siempre tan tirante que muchos aseguraban que no tena arrugas

    por ese sempiterno moo negro salpicado de canas. Sus ojos oscuros, pequeos y vivaces, se

    agitaban de un lado a otro sin perder de vista su mercanca, y cuando algo la molestaba,

    frunca la boca de labios finos. Menuda y flaca hasta parecer un junco y pese a su escaso

    metro cincuenta de estatura Gertrud era capaz de hacer temblar al ms temido. Esa mujer

    rezumaba autoridad y no dudaba en usar su lengua viperina cuando alguien no acataba sus

    normas.

    Como era de esperar, all estaba cuando Emily entr en el almacn acompaada de su

    hijo Cody. La recin llegada habra preferido con mucho encontrarse con Pete Schmidt, un

    hombre afable de rostro rubicundo y siempre sonriente. Inhal lentamente para darse nimos,

    porque ya saba lo que estaba a punto de suceder: tendra que humillarse para conseguir los

    artculos de primera necesidad de la lista arrugada que aguardaba en su bolsillo. Ech un

    vistazo a la calle, donde la lluvia se cebaba engrosando los charcos que amenazaban con

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    tragarse las ruedas de las carretas. La suya esperaba a pocos metros y Emily se compadeci

    de Sansn, su viejo caballo, un animal tranquilo que aguantaba con resignacin el tamborileo

    de la lluvia con los cascos hundidos en el barro. Era absurdo esperar a que Pete regresara de

    donde estuviera; si ella y Cody salan, se calaran hasta los huesos en un abrir y cerrar de ojos,

    y lo nico que conseguiran sera un buen catarro. Su orgullo tendra que sufrir las

    consecuencias del arisco carcter de Gertrud. Ote el local desde la puerta y descubri que en

    ese momento no haba ms clientes; al menos en eso tendra suerte: nadie sera testigo de su

    vergenza.

    Cierre la puerta!

    La voz de Gertrud restall como un latigazo en el ambiente tranquilo del almacn.

    Cmo haba notado su presencia si no haba hecho ruido con la puerta, y Gertrud no haba

    levantado la mirada de su libro de cuentas?

    La mujer la estudi desde detrs de sus gafas pequeas y redondas esbozando una

    sonrisa que provoc un escalofro en Emily.

    Seora Coleman, justo estaba pensando en usted hace un momento.

    De haber provenido de cualquier otra persona, esa frase habra sido una bienvenida.

    Viniendo de Gertrud, en cambio, era una clara alusin a lo que Emily le deba. El dedo ndice

    de la mujer golpeaba rtmicamente el libro de cuentas, atrayendo la mirada de la recin

    llegada. Esta trag el nudo que llevaba anidado en la garganta desde que haba salido del

    rancho. No supo qu contestar, de manera que avanz hacia el mostrador y sus pasos

    resonaron sobre el suelo de madera, al ritmo de los fuertes latidos de su corazn. Estrech la

    mano de Cody para infundirse valor y el nio le devolvi el apretn, consciente del mal trago

    que les esperaba. Lleg al mostrador de madera con una vitrina de un extremo a otro dividida

    en compartimentos, donde se exponan artculos tan dispares como frusleras de encaje y

    municiones de rifle.

    Emily se dispuso a hablar cuando Gertrud alz una mano para atajarla.

    Espere aqu, tengo que sacar una cosa al mostrador.

    Emily asinti agradecida por esos minutos de gracia. Madre e hijo intercambiaron

    una mirada. Cody le dedic una sonrisa vacilante enseando el hueco que un incisivo de

    leche haba dejado la noche anterior al caerse mientras cenaba. Aquel gesto tan sincero e

    inocente le lleg a Emily al alma, hasta el punto de que se agach para besarle la coronilla al

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    pequeo con toda la ternura de una madre.

    Atrs oy un ruido, pero no se dio la vuelta, porque en ese momento Gertrud

    regresaba con una bandeja de manzanas recubiertas de reluciente caramelo. Desprendan un

    olor dulzn que arranc a Cody un suspiro de deseo. Instintivamente el pequeo se puso de

    puntillas agarrando el filo del mostrador para ver de cerca esas delicias brillantes y sabrosas.

    Le encantaban, de hecho habra dado cualquier cosa por un bocado, pero en casa el azcar era

    un lujo que no se podan permitir, y mucho menos para un despilfarro como manzanas

    caramelizadas. Se pas la punta de la lengua por el labio inferior con los ojos fijos en la

    tentacin.

    Aparta, nio le orden Gertrud, y agit una mano delante de las narices de Cody,

    como si su simple presencia pudiera contaminar las manzanas. Ya sabes que no puedes

    permitirte una.

    Emily apret los labios, sintiendo el impulso de alargar la mano y agarrar uno de los

    palitos de madera clavados en las manzanas para drselo a su hijo. Reprimi el gesto,

    consciente de no poder pagar semejante capricho. Carraspe tragndose la congoja y se sac

    la lista del bolsillo de su abrigo hmedo.

    Buenos das, seora Schmidt. Necesitara estos art...

    La interrumpi el chasqueo de lengua de Gertrud, que la miraba con una

    condescendencia insultante.

    Todava nos debe los ltimos tres encargos, seora Coleman.

    Emily arrug la lista en el puo. Gertrud ya le haba advertido anteriormente de que

    no le fiara ms. Aun as necesitaba aquellas cosas tan sencillas.

    La ltima vez le dije que a finales de mes llevaremos el rebao a Dodge City.

    Cuando nos paguen, saldar mi deuda con ustedes. El seor Schmidt estuvo de acuerdo.

    Sigue con esa absurda idea? Llevar un rebao con un cojo, un gandul y un

    indio?

    Yo tambin ir y ayudar intervino Cody. Tengo casi nueve aos y s montar

    a caballo y manejar el lazo.

    Gertrud ni siquiera se molest en mirarlo, sino que clav los ojos en la lista que Emily

    haba dejado sobre el mostrador.

    Es una insensatez. Debera ser ms responsable y vender la propiedad junto con el

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    rebao a Cliff Crawford. Sabe que est interesado en esas tierras desde que se estableci en el

    condado. Es una locura que una mujer lleve un rancho ella sola.

    Mi marido volver... asegur en voz baja Emily.

    Un nuevo chasqueo de lengua la interrumpi.

    Cunto tiempo hace que el cabeza hueca de su marido se march a Oregn en

    busca de oro, seora Coleman?

    Seis meses murmur, consciente de que Gertrud lo saba a la perfeccin.

    Y cree que volver?

    Su mirada inquisitiva encogi a Emily. Todos saban que Gregory se haba marchado

    seis meses antes en busca de oro, dejando a su familia sola en un rancho aislado con tres

    personas para ayudar a su mujer. Pero nadie saba cundo regresara, ni siquiera su esposa.

    Volver insisti Emily. Y llevaremos el rebao a Dod-ge City reafirm,

    devolviendo la mirada a la mujer. Por favor, necesitamos esos artculos.

    Gertrud apret los labios y los surcos que iban de las aletas de la nariz a las comisuras

    de los labios se acentuaron. Ley en silencio la lista.

    Esto es pan para hoy y hambre para maana. Es consciente de los peligros a los

    que tendr que enfrentarse para llegar a Dodge City? Adems, una vez all ningn hombre

    querr hacer negocios con una mujer.

    Gregory ya haba apalabrado la venta del ganado, el comprador nos espera a finales

    de mes.

    Esta ser la ltima vez sentenci Gertrud. Tiene que pagarnos lo que nos debe,

    y si a final de mes no lo hace, hablar con el sheriff.

    Emily asinti, sintindose como una nia a la que estuvieran dando una reprimenda.

    Se oblig a tragarse las palabras que pugnaban por escapar de sus labios, como que todos

    saban que las bsculas del almacn de Gertrud estaban manipuladas a favor de los Schmidt;

    lo que pesaba una libra para Gertrud, era algo menos en cualquier otra balanza.

    Por supuesto convino Emily a desgana. A final de mes tendr el dinero que le

    debemos.

    Gertrud estudi la lista y arque las cejas.

    Huevos? Acaso sus gallinas ya no ponen?

    Se murieron inform Emily con una nueva oleada de vergenza.

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    Insensata musit la otra.

    Gertrud la examin unos segundos en silencio hasta que algo capt su atencin justo

    detrs de Emily. Entorn los ojos antes de volver a posar su mirada en Cody y su madre.

    Tendrn que esperar a que Pete regrese. No ser yo quien salga con este tiempo

    para cargar la carreta.

    Y cundo llegar? inquiri Emily, conteniendo un suspiro de alivio, Gertrud

    pareca haber capitulado.

    No lo s. Puede que no vuelva hasta esta tarde.

    No puedo esperar tanto...

    Es lo que hay. Ya que no paga, no pretender que se le d un trato preferencial.

    Emily era consciente de que Gertrud la estaba castigando.

    Yo podra cargar mi carreta y Cody me ayudara...

    Ni hablar neg Gertrud, regodendose. Pete es el encargado de eso y nadie

    ms lo har. Tendr que esperar; ni usted ni el nio tienen fuerza suficiente para cargar esos

    sacos.

    No puedo esperar tanto, se nos har de noche.

    No debera haber venido sola con un nio espet Ger-trud.

    Yo cargar la compra de la seora.

    Una voz profunda provino de la espalda de Emily, que se dio la vuelta con un

    sobresalto. Tuvo que levantar la cabeza para ver el rostro del hombre vestido de negro de los

    pies a la cabeza. Su ropa, as como su sombrero de ala ancha, goteaban dejando un charco en

    el suelo de madera. Lo nico que se le vea era el rostro, porque hasta las manos estaban

    enfundadas en cuero desgastado.

    Emily registr todo en unos segundos y finalmente se fij en los ojos del

    desconocido; eran azules, tan claros que asustaban por su frialdad. Le record la nieve

    azulada del invierno cuando se reflejaba el cielo en ella. Si no hubiese sido por las pupilas

    negras y el filo que rodeaba el iris de un azul mucho ms intenso, habra tenido ojos de ciego.

    La nariz era recta con un ligero abultamiento en el centro. De ah baj a los labios firmes y

    ligeramente carnosos. La barbilla prominente estaba partida por una cicatriz que se

    prolongaba por la parte derecha de la mandbula. En aquel rostro no haba nada suave, todo

    eran planos y ngulos, y la barba de varios das no ayudaba a suavizar unos rasgos tan

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    masculinos.

    Instintivamente Emily dio un paso atrs sin apartar la mirada del desconocido. Su

    mano busc la de su hijo, que se peg a ella al momento.

    Gracias por su ayuda, pero no puedo aceptarla. No nos conocemos...

    Es una estupidez. Yo no tengo nada que hacer y usted ha de irse cuanto antes.

    Aquella voz profunda la sobresalt una vez ms, pareca provenir del interior del

    ancho pecho cubierto de cuero reluciente por la lluvia.

    No puedo pagarle.

    Acaso le he pedido que me pague?

    El desconocido pareca morder las palabras y su voz sonaba ronca, como si no hablara

    con frecuencia.

    No, pero...

    Los ojos claros del hombre dejaron de observar el rostro asustado de Emily y se

    clavaron en Gertrud, quien le sostuvo la mirada con inquina.

    Prepare todo lo que la seora ha pedido, yo la ayudar a cargar la carreta. Con esta

    lluvia, dentro de una hora los caminos estarn tan embarrados que apenas lograr llegar hasta

    su casa si espera unos minutos ms.

    Y usted quin es? inquiri Gertrud secamente.

    Eso no importa. Cuando haya acabado con la seora, quiero esto. Le lanz sobre

    el mostrador una lista corta garabateada en un trozo de papel sucio.

    Gertrud la ley y asinti.

    Est bien. No es asunto mo quin sea usted y si ayuda a la seora Coleman. Desde

    luego, no voy a ser yo quien cargue su carreta.

    Apenas hubo acabado de hablar cuando la mano del desconocido pas por encima del

    hombro de Emily y agarr el palito de una de las manzanas caramelizadas. Sin una palabra se

    la tendi a Cody. Este busc los ojos de su madre, dividido entre el deseo de hincarle el diente

    a la manzana y el miedo que le inspiraba el hombre, que le pareca un gigante. La duda del

    nio pareci irritar al desconocido.

    Cgela!

    Cody se sobresalt y se aferr an ms fuerte a la mano de su madre. Emily se

    enderez, aunque el gesto no sirvi de mucho, porque apenas llegaba al hombro del

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    desconocido.

    No puedo pagarla dijo con toda la dignidad de la que fue capaz.

    Quin le ha dicho que la pagar usted? gru el hombre. Volvi a mirar al nio

    con el ceo fruncido. Cgela, aprovecha lo bueno que te ofrezcan porque nunca sabrs

    cundo volver a suceder.

    Emily se mora por dar un manotazo al desconocido, sin embargo saba de sobra que

    su hijo adoraba las manzanas caramelizadas y, aunque le resultara irritante dar la razn a un

    hombre tan mal educado, no poda saber cundo tendra Cody la oportunidad de volver a

    disfrutar de una golosina. Las expectativas no eran halageas y a esas alturas, si el hecho de

    pisotear un poco su amor propio era el precio por conseguir algo que su hijo deseaba, lo

    pagara de buena gana.

    Cgela y dale las gracias cedi finalmente, tragndose el orgullo.

    Y usted, caballero, tiene dinero suficiente para todo lo que me ha pedido?

    intervino Gertrud con malicia. La municin que desea es cara...

    En silencio y con la vista clavada en Cody, que mordisqueaba la manzana con

    timidez, el hombre sac un pequeo fajo de billetes enrollados y hmedos y lo arroj sobre el

    mostrador.

    Ah tiene, coja lo que sea mientras cargo la carreta.

    Emily quiso decirle que Gertrud le cobrara ms de lo que costara la compra si no

    estaba pendiente de la cuenta, pero al final decidi guardarse el consejo.

    Gertrud chasque la lengua en gesto reprobatorio.

    Pues venga a por los sacos de la seora Coleman.

    De nuevo en silencio, el hombre sigui a Gertrud dejando a Emily y Cody frente al

    mostrador. Los dos se miraron, todava consternados.

    Es un pistolero, mam susurr el nio. Has visto sus Colts? Lleva dos

    colgados al cinto, como los pistoleros...

    Emily haba vislumbrado las armas cuando el desconocido sac el dinero. Trag con

    dificultad; no saba si acababa de aceptar la ayuda de un asesino. No entenda por qu la

    socorra, no pareca de esa clase de hombres. Se pregunt qu habra odo de la conversacin

    que ella haba mantenido con Gertrud. Supuso que el desconocido se habra enterado de sus

    apuros econmicos y eso la mortific hasta la mdula, pero lo peor era que habra averiguado

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    que estaba sola. Reprimi un estremecimiento de miedo. Puso un dedo sobre los labios

    pegajosos de su hijo para acallarlo.

    No digas nada ms y cmete la manzana antes de que salgamos de aqu o se te

    empapar con la lluvia.

    En ese momento el hombre apareci con dos sacos cargados sobre los hombros como

    si no pesaran nada. Se la qued mirando sin moverse. Emily se removi incmoda ante un

    escrutinio tan poco amistoso. La ayudaba, y sin embargo la atravesaba con su mirada helada.

    Qu? espet l. Dnde est su carreta?

    Emily enrojeci hasta las orejas al comprender de repente que no la estaba

    admirando, sino que esperaba a que le guiara. Y quin se molestara en mirar a una mujer

    como ella, vestida como una monja y con el pelo pegado a la cabeza por la lluvia, que ni la

    lona encerada haba impedido que se empapara?

    S, claro. Sgame, est aqu, delante de la barbera explic ella precipitadamente,

    abochornada por su torpeza. Antes haba otra carreta delante y no pude acercarla ms. Si

    me espera aqu, la pondr justo enfrente para que no tenga que mojarse ms de la cuenta.

    Cuando se dispona a salir, recibi un empujn que la apart de la puerta y el hombre

    sali. Sus pasos resonaron en la acera de madera, protegido por el alero del tejado del

    almacn de los Schmidt. Despus el desconocido baj los tres escalones y se acerc a la

    carreta de Emily sin importarle el barro que le manchaba las botas ni la lluvia que se le ech

    encima con violencia. Descarg los sacos y los tap al momento con la lona. Acto seguido

    regres al almacn y se meti de nuevo en la trastienda. Sali cargado con un barril lleno de

    patatas y cebollas sin dirigir ni una mirada a Emily y su hijo. Durante unos minutos, la

    silenciosa escena fue repitindose mientras la seora Schmidt amontonaba la compra del

    hombre sin dejar de observar el proceso. Cuando el desconocido sali por ltima vez, la

    tendera chasque la lengua.

    Ese sonido seco exasperaba a Emily, lo odiaba.

    No s si sabr lo que est haciendo aceptando la ayuda de ese hombre. Lleva la

    muerte pintada en la cara.

    Las palabras de Gertrud la estremecieron. Y si ese desconocido le peda algo a

    cambio? No precisamente dinero, sino tal vez algo ms peligroso. Sinti fro, mucho fro.

    Cuando iba al pueblo, haca lo posible por pasar inadvertida porque todos saban que estaba

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    sola, sin un marido que la protegiera de cuantos pudieran considerarla una presa fcil. Se

    palp el arma que llevaba en el bolsillo interior del abrigo y eso le dio algo de confianza,

    aunque su puntera fuera psima. Y tena el pequeo pual que Nube Gris le haba entregado

    antes de salir. Lo llevaba en la caa de la bota, pegado a la media de lana.

    El hombre la sac de sus cavilaciones plantndose delante de ella como un rbol en

    medio del camino.

    Ya lo tiene, ahora mrchese cuanto antes. La lluvia arreciar enseguida y podra

    quedar atascada en el barro.

    Por qu me ayuda? susurr para que la seora Schmidt no la oyera.

    Los ojos de hielo la contemplaron en silencio unos segundos, sin parpadear.

    Porque me recuerda a una persona. Y vyase ya!

    La cogi del brazo y, con un movimiento fluido de la otra mano, alz a Cody para

    llevrselo en volandas pegado a su cuerpo. Los sac del almacn sin darles tiempo a

    despedirse de la seora Schmidt. Esta no los perdi de vista hasta que pasaron el amplio

    ventanal que daba a la calle. Los llev hasta la carreta cargada, los ayud a instalarse y se las

    arregl para que la lona cubriera la carga al tiempo que los protega de la lluvia.

    Una vez madre e hijo estuvieron acomodados, l se qued observndolos, con las

    botas hundidas en el barro y sin despegar los labios. Emily quiso decirle algo agradable, pero

    no se le ocurra nada. La haba ayudado y aparentemente no iba a pedirle nada a cambio. Sin

    embargo, qu se le deca a un hombre que no deseaba ni que le dieran las gracias? Se

    limitaba a permanecer all plantado, esperando a que se marcharan, como si eso fuera lo

    ltimo de una prueba autoimpuesta para demostrarse que poda permitirse ser un buen

    cristiano y ayudar al prjimo.

    Debera repasar la cuenta de su compra le aconsej ella.

    El desconocido asinti en silencio.

    Me llamo Emily y este es mi hijo Cody aadi finalmente, cohibida. La mirada

    de hielo la intimidaba a pesar de la ayuda.

    El hombre asinti una vez ms, en silencio.

    No va a decirme su nombre? pregunt ella.

    No creo que eso sirviera de nada. No volveremos a vernos, solo estoy de paso.

    Emily agarr las riendas, consciente de que l se quedara all hasta que se marcharan.

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    Los regueros de lluvia que le recorran el sombrero y el guardapolvo no parecan molestarle

    en absoluto, y cualquiera habra dicho que era inmune al fro y al viento, que converta las

    gotas de lluvia en glidas agujas. Ella asinti. Ya era hora de volver al rancho; tenan por

    delante un buen trecho y con el mal tiempo tardaran mucho ms de lo habitual.

    Entonces adis, seor desconocido se despidi Emily, y gracias por su ayuda.

    Que dios le bendiga.

    Azuz suavemente a Sansn, que agit la cabeza y ech a andar dcilmente con

    lentitud. Se neg a mirar atrs, aunque se mora por hacerlo, porque estaba convencida de que

    su misterioso buen samaritano seguira all hasta que ellos dos se perdieran de vista.

    Cuando la carreta estaba ya a varios metros, el hombre se pas una mano por la cara

    para apartar las gotas de lluvia que se le adheran a la barba incipiente. Los ojos no se

    despegaban de la carreta que traqueteaba por la calle enlodada.

    Me llamo Sam Truman susurr ms para s mismo que para que ella lo oyera.

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    Sam maldijo una y otra vez la lluvia que se le colaba por el cuello y se le deslizaba por

    la espalda hasta empaparle la camisa. Rufin, su caballo, avanzaba a paso lento, sorteando los

    desniveles que la lluvia estaba dejando en el camino.

    Le era imposible dejar de pensar en la mujer del almacn y su hijo. Cuando le dijo que

    le recordaba a alguien, pensaba en su hermana Mary Jane. Se parecan: las dos eran menudas,

    con el cabello castao y grandes ojos marrones que parecan comerse el resto del rostro. Las

    dos tenan la piel muy blanca y se sonrojaban con facilidad cuando se ponan nerviosas. Pero

    las similitudes acababan ah. Mary Jane estaba muerta, y la mujer del almacn, no.

    Tampoco tena muy claro por qu la haba ayudado; haca mucho que cualquier seal

    de bondad haba desaparecido de su persona. En concreto desde que regres de la guerra

    catorce aos antes y se encontr el rancho de su padre quemado hasta los cimientos y a toda

    su familia asesinada por unos comanche-ros. Los vecinos los enterraron en la loma cerca de

    la casa y lo nico que qued de ellos fueron otras tantas cruces de madera con sus nombres

    burdamente tallados. Desde entonces llevaba mucho tiempo vagando de un lado a otro y

    haba pasado los ltimos tres aos trabajando en una mina de oro en Oregn.

    En esos momentos se diriga al este, no haba decidido an dnde se instalara, pero

    cuanto ms lejos del sur, ms atrs dejaba los recuerdos. Despus de vagabundear de un

    estado a otro, quera volver a empezar una nueva vida alejada de todo lo que le recordara a su

    familia.

    Los ojos de la mujer volvieron a atormentarle recordndole que l tambin saba lo

    que era no tener quien le ayudara. La tendera, esa vieja vbora, se haba ensaado recalcando

    lo que Emily le deba por el simple placer de mortificarla. Y la pobre mujer haba aguantado

    la vergenza con dignidad, cogida de la mano de su pequeo, que pareca un cachorro con

    aquellos ojos color miel. Su sobrino Julian haba tenido su misma edad, unos nueve aos,

    cuando fue cruelmente asesinado a manos de los comancheros.

    Se sacudi el recuerdo de su sobrino y el de Emily Coleman. Tena que pensar en

    otras cosas, como poner distancia entre Carson y l. Durante tres aos trabajaron en la misma

    veta en la mina, con una diferencia; Carson era un vago peligroso que no dudaba en recurrir a

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    su navaja para cubrir sus vicios sin cansarse demasiado en la mina. Por su parte, Sam no

    pensaba ms que en acumular cuanto pudiera para largarse de all. Unos das antes de

    abandonar el barracn mohoso donde llevaba viviendo tres malditos aos, sorprendi a

    Carson registrando sus pertenencias. No tardaron en llegar a las manos y los dems

    empezaron a apostar a su alrededor azuzndolos como animales. Sam logr finalmente

    asestarle un puetazo que dej a su contrincante inconsciente, pero al momento supo que

    deba salir de all cuanto antes. Carson haba echado el ojo al oro de Sam y sin duda estaba

    dispuesto a conseguirlo a cualquier precio con la ayuda de sus amigos. Ya lo haba visto

    acuchillar a un hombre a traicin por mucho menos de lo que l esconda en el barracn.

    De eso haca ya una semana; desde entonces haba dejado atrs Oregn y se adentraba

    en Kansas con la intencin de buscar algo que le permitiera asentarse. Era consciente de que

    sera difcil, pero en el este se estaban asignando parcelas y l aspiraba a tener su propio

    rancho.

    Un movimiento le llam la atencin y las orejas tiesas de Rufin le confirmaron que

    algo los acechaba. La lluvia le entorpeca la vista convirtiendo todo lo que le rodeaba en un

    borrn difuso. Ote el camino frente a l: el sendero bordeaba la linde de un bosque oscuro

    que la escasa luz del da converta en una trampa. No pensaba cruzarlo, prefera dar un rodeo.

    No tena prisa, aunque la lluvia lo estuviese calando hasta los huesos. Se meti una mano

    bajo el guardapolvo, dispuesto a desenfundar su arma ante cualquier peligro.

    No tuvo tiempo de reaccionar: una sombra se le ech encima desde un rbol y lo

    derrib. Sam cay muy cerca de su caballo, que se encabrit y se alej trotando. Enseguida

    aparecieron cuatro hombres. Estaba rodeado. No pudo hacer nada cuando la primera patada

    le dio en el estmago dejndole sin aire en los pulmones. Se dobl por la mitad, intentando

    protegerse la cara con los brazos. La segunda patada, que no se hizo esperar, le dio en los

    riones. Solt un gruido de dolor. La tercera pierna que arremeti contra l para darle en la

    cabeza no tuvo oportunidad de acertarle, ya que la agarr con las manos y derrib al hombre.

    Se le tir encima, ignorando las punzadas de dolor que le laceraban el cuerpo. Golpe la boca

    de su atacante con el puo arrancndole un grito. No se reprimi y volvi a aporrear. Dos

    atacantes lo agarraron de los brazos alejndolo del cuerpo que segundos antes haba estado

    golpeando. La lluvia le cegaba hasta tal punto que apenas acertaba a distinguir los rostros de

    sus atacantes, pero la voz de Carson le revel quines eran. Vaya, vaya... S que sabes

  • MARISA GREY

    Cadena de favores (Amor Y Aventura) (Spanish Edition)

    15

    pegar dijo con voz burlona. Acto seguido le asest un puetazo en el vientre. Sam boque

    buscando aire. No pudo reponerse, ya que un nuevo puo se estrell contra su mejilla. Not

    que la sangre le inundaba la boca y se le colaba por la garganta. Un nuevo golpe le ceg el ojo

    derecho. Diminutos puntos blancos estallaron detrs del prpado. Ya no saba si lo que se

    deslizaba por su cara era la lluvia o su propia sangre. Dnde tienes el oro? pregunt

    Carson, agarrndolo del pelo. Le ech la cabeza atrs con tanta brusquedad que Sam not

    como le crujan las vrtebras del cuello. Dnde lo has escondido? No me queda nada

    farfull Sam con la boca llena de sangre. Lo perd todo en una partida de pquer. Un

    puetazo ms lo dej tan aturdido que se qued colgado de los dos hombres que lo sostenan.

    Despus perdi la cuenta de los golpes, lo nico que saba a ciencia cierta era que apenas

    lograba pensar. Los puetazos se abatan sobre l como la lluvia helada. Registradlo

    orden Carson. Lo dejaron caer en el lodo y se dispusieron a despojarlo de todo lo que

    llevaba encima. Qu hacemos con sus Colts? Son de lo mejor, mirad las culatas de ncar

    exclam uno de ellos. No es lo que nos interesa solt Carson dando una patada a uno

    de los revlveres. Busc a su alrededor. Registrad su caballo, tiene que estar en las

    alforjas. Rufin los observaba a una distancia prudencial, desconfiando de los desconocidos.

    Los hombres fueron acercndose lentamente con los brazos abiertos. Sam ya no representaba

    una amenaza: permaneca tirado en el barro con el rostro ensangrentado mientras uno de los

    atacantes lo apuntaba con su arma. Lograron acorralar al caballo y enseguida le sujetaron las

    riendas que colgaban por debajo de la cabeza. Carson se dispuso a vaciar al instante el

    contenido de las alforjas y solt un grito de rabia cuando constat que lo que buscaba no

    estaba all. Rufin se encabrit, asustando a los hombres, y se alej trotando. Carson volvi

    junto a Sam y le pate las costillas. Dnde tienes el oro? No me queda nada repiti

    Sam con un hilo de voz. En tres aos no te he visto tocar una carta! grit Carson. Sam le

    mir con el nico ojo que poda abrir. Puedes patearme hasta dejarme inconsciente, pero

    no conseguirs mi oro porque ya no lo tengo. Como respuesta Carson lo golpe hasta que

    Sam qued hecho un ovillo en el suelo. Y ahora qu hacemos con l? pregunt uno de

    los hombres. Colgadlo orden Carson, asestndole una ltima patada en la cara, pero

    de los pies. Si ya no tiene el oro, no nos sirve de nada.

    La lluvia haba convertido el camino habitual para llegar al rancho en un ro de barro

    intransitable. Emily tuvo que retroceder para tomar otro mucho ms largo. Rez para que

  • MARISA GREY

    Cadena de favores (Amor Y Aventura) (Spanish Edition)

    16

    fuera seguro, porque si ese tambin se converta en una trampa para las ruedas de la carreta,

    se vea pasando la noche bajo la lona en medio de la llanura. Azuz suavemente a Sansn,

    alentndolo a apurar el paso. El animal avanzaba con prudencia, escarmentado por el susto

    que los tres se haban llevado al intentar cruzar lo que habitualmente habra sido un arroyo de

    pocos centmetros de profundidad y que se haba convertido en un ro peligroso.

    Tengo hambre se quej Cody bajo la lona.

    Lo siento, pero ya te has terminado el pan y el queso; no nos queda nada ms. No s

    cmo puedes tener hambre con todo lo que has tragado esta ltima hora.

    En efecto, Emily no se explicaba dnde meta su hijo todo lo que ingera al cabo del

    da, porque el nio estaba flaco como un palo. Le estudi el perfil ceudo. No se pareca en

    nada a su padre, todos decan que era el vivo retrato de su madre. Esperaba que su hijo fuera

    ms fuerte que ella, ms alto y ms valiente. No haban tenido una vida fcil, ni antes de que

    se marchara Gre-gory Coleman ni despus. A sus nueve aos, Cody era un chico trabajador

    que ayudaba cuanto poda a su madre o a los chicos del rancho. No tema ensuciarse ni le

    haca ascos a cualquier tarea con el ganado. Emily anhelaba poder darle todo lo que deseaba,

    como una simple manzana caramelizada. El corazn se le encogi al recordar cmo se la

    haba comido el pequeo, al principio con vacilacin, despus con glotonera. Una vez

    acabada la delicia, se estuvo chupando los dedos pringosos hasta que los dej relucientes.

    Aquel recuerdo la llev de nuevo a pensar en el hombre del almacn, consciente de que en

    adelante siempre que viera una manzana caramelizada su imagen volvera a su mente.

    Se haba quedado con ganas de averiguar el nombre del desconocido, saber algo ms

    de ese hombre de ojos claros y aspecto amenazador. Evoc su imagen bajo la lluvia,

    observando cmo se marchaban, callado, con la mirada fija sin parpadear. No volveran a

    verse y en cuestin de unos pocos das el desconocido se convertira en un recuerdo difuso.

    En cierto modo eso la apenaba, porque para ella representaba la prueba tangible de que la

    bondad poda aparecer en el momento ms insospechado y bajo la apariencia de un hombre

    que pareca un heraldo de la muerte.

    El traqueteo de la carreta empezaba a adormilarla. Llevaba levantada desde las cinco

    de la madrugada y los prpados se le cerraban en cuanto se relajaba. El fro que se le colaba

    por la falda empapada no la ayudaba a espabilarse. Intent aferrarse con ms fuerzas a las

    riendas y las agit en un vano intento de animar tambin a Sansn.

  • MARISA GREY

    Cadena de favores (Amor Y Aventura) (Spanish Edition)

    17

    Mam! Mira!

    La voz excitada de Cody bast para que ella se irguiera en el asiento. Sigui el punto

    que el pequeo dedo sealaba en el camino frente a ellos. Un caballo aguardaba junto a un

    rbol del linde del bosque que tenan a su izquierda. No le cost mucho distinguir lo que el

    animal empujaba suavemente con la cabeza. Un hombre colgaba de una rama, atado por los

    pies. No poda verle la cara, porque el guardapolvo le penda de los brazos tapndole la

    cabeza. La camisa tambin le colgaba, dejando al aire una buena porcin de piel que

    mostraba seales de haber recibido una verdadera paliza.

    Emily se estremeci y llev lentamente una mano bajo el asiento, donde guardaba el

    rifle. Lo sac con gestos pausados sin dejar de atisbar a su alrededor. Vio objetos tirados en el

    camino, como la silla de montar, las alforjas, una manta empapada de barro, unos pocos

    utensilios de cocina y algo que podra haber sido una muda de ropa, hecha jirones. Tir de las

    riendas con una mano y apunt con el rifle buscando un posible peligro escondido. Solo se

    oa el ruido montono de la lluvia; por lo dems todo pareca en calma. Temerosa, se desliz

    hasta el suelo con cuidado sin bajar el rifle. Era muy consciente de que por esos caminos

    poda encontrarse con cualquier desalmado que no dudara en matarlos por lo que llevaban en

    la carreta.

    Cody, acerca la carreta un poco ms, pero ve despacio.

    El nio obedeci y guio a Sansn hasta que estuvo a la altura del otro caballo, que los

    observaba con desconfianza. Por su parte, Emily se acerc al hombre. Con la punta del can

    levant el guardapolvo lo suficiente para ver el rostro. Ahog un jadeo cuando vio la cara

    ensangrentada, tan golpeada y abotargada que apenas si se le vean los ojos. Temi que

    estuviera muerto, porque no se mova. Trag saliva, indecisa; aunque estuviese muerto, no

    poda dejarlo all colgado del rbol, a merced de los cuervos. Sin embargo, tampoco tena con

    qu cubrirlo, y deba darse prisa para llegar cuanto antes al rancho. Dividida entre lo que

    consideraba un deber cristiano y lo que le dictaba la prudencia, se qued mirando aquel rostro

    castigado.

    Un gemido sali de la boca del hombre. Emily se sobresalt, sorprendida.

    Dios mo, est vivo susurr. Cody! Acerca la carreta un poco ms y djala

    justo debajo del hombre. Est vivo.

    Cody se apresur a obedecer, apartando al otro caballo mientras su madre se sacaba la

  • MARISA GREY

    Cadena de favores (Amor Y Aventura) (Spanish Edition)

    18

    navaja de la bota y cortaba la cuerda. Cuando el cuerpo cay sobre la lona se oy un gruido

    apenas humano y el hombre se hizo un ovillo resollando con dificultad.

    Quin es? quiso saber Cody, ms impresionado que asustado.

    No lo s. Lo cubri como pudo con el guardapolvo, tapando la piel que haba

    quedado expuesta. Cody, recoge las cosas que estn tiradas por el camino y ata las riendas

    del caballo a la carreta.

    Mientras daba rdenes a su hijo, Emily busc una manta seca que guardaba debajo

    del asiento. No la haba sacado pensando que, si deban pasar la noche en la carreta, al menos

    tendran algo con que abrigarse bajo la lona. Lo arrop como pudo y le ech una esquina de la

    lona encima sin importarle que el barril de patatas y cebollas quedara a la intemperie.

    El hombre se quej suavemente. Con sumo cuidado, Emily le apart de la cara el pelo

    empapado y cogi una cantimplora para limpiarle la sangre acumulada en los prpados. El

    herido abri los ojos lentamente. Cuando Emily pudo ver esas pupilas tan plidas como el

    hielo, sinti que el corazn le daba un vuelco.

    Cielo santo musit. Era el desconocido de la tienda; nadie ms poda tener esos

    ojos claros y fros. Qu le han hecho?

    Mi caballo barbot l con dificultad.

    Mi hijo lo est atando a la carreta. Los llevaremos con nosotros a nuestro rancho.

    Mis cosas...

    Las recogeremos todas, tranquilcese.

    El hombre cerr los parpados sin aadir nada ms. Emily se pregunt si habra

    perdido el conocimiento, porque apenas si le oa respirar.

    Mam, mira lo que he encontrado.

    Cody sostena por las anillas los Colts de empuadura de ncar con el ndice de cada

    mano.

    Mtelos en las alforjas y djalo todo aqu.

    Baj de la carreta para ayudar a su hijo. La silla de montar estaba tirada en el camino,

    embarrada. Aunque pesaba mucho debido a que el cuero se haba empapado, la iz hasta

    dejarla cerca del hombre, que no haba vuelto a abrir los ojos.

    Le habrn asaltados unos ladrones?

    No lo s, no se han llevado el caballo ni la silla de montar...

  • MARISA GREY

    Cadena de favores (Amor Y Aventura) (Spanish Edition)

    19

    Busc a su alrededor, inquieta. Cuanto antes se alejaran de all, ms seguros estaran

    todos. Se subi al pescante con el rifle colgado del hombro y se abrig bajo la lona como

    pudo.

    Vmonos, Cody. No quiero quedarme ni un minuto ms aqu.

  • MARISA GREY

    Cadena de favores (Amor Y Aventura) (Spanish Edition)

    20

    3

    El herido no dio seales de recuperar el sentido durante todo el camino y el miedo

    espole a Emily. No volvi a sentir los embates del sueo. Con el rifle pegado al cuerpo,

    echaba miradas al bulto cubierto con la lona, rezando para que el hombre aguantara. La luz

    del da se extingua lentamente y las sombras del camino la inquietaban cada vez ms. El

    nico consuelo era que haba dejado de llover, aunque el camino haba quedado hecho un

    barrizal resbaladizo.

    A su lado Cody frunca el ceo, tan concentrado como su madre en vigilar todo lo que

    los rodeaba. l tambin era consciente de que quienes haban agredido al desconocido podan

    toparse con ellos. El pequeo estaba tenso y no abra la boca ms que para preguntarle a su

    madre si estaba cansada.

    Estoy bien le contestaba ella en un susurro, demasiado nerviosa para hablar con

    normalidad.

    Cuando divisaron finalmente la casa en la ladera de la colina, los dos soltaron un

    suspiro de alivio. Las ventanas estaban iluminadas, lo cual significaba que los esperaban.

    Emily agit las riendas y por fin Sansn apur el paso, tambin consciente de que por fin

    llegaba a su destino. Cuando pararon la carreta frente a la casa, la puerta se abri y Kirk ech

    a andar hacia ellos cojeando.

    Era un hombre mayor y hasta donde alcanzaba la memoria de Emily, l haba estado

    all cuando el padre de ella haba llevado las riendas del rancho con mano firme pero con

    generosidad para todo aquel que necesitara su ayuda..., menos con su hija.

    Ya era hora de que llegarais...

    Emily salt al suelo sin fijarse en los charcos.

    Aydame, Kirk.

    Mientras se diriga a la parte trasera de la carreta otro hombre sali de la casa, un

    joven de algo ms de veinte aos de pelo negro como la noche y ojos oscuros. Era un indio

    que llevaba trabajando con ellos desde que tena siete aos, cuando el padre de Emily lo

    encontr entre los matorrales, asustado y hambriento.

    Quin es? pregunt este ltimo cuando Emily apart la lona.

  • MARISA GREY

    Cadena de favores (Amor Y Aventura) (Spanish Edition)

    21

    No lo s contest ella, pero hay que ayudarle. Le han dado una paliza y no s

    si tendr algn hueso roto.

    Los dos hombres intercambiaron una mirada de incredulidad.

    No sabes quin es y lo has trado aqu dijo Kirk con su voz aguda.

    l nos ayud en el pueblo explic Cody, y se puso a contar lo ocurrido en el

    almacn.

    Emily apenas los escuchaba; estaba demasiado pendiente del rostro del herido, tan

    magullado que resultaba irreconocible. De no haber sido por los ojos, no habra sabido quin

    era. Pensar que lo haban golpeado y colgado de los pies despus de haberla ayudado le

    encoga el corazn.

    Dejad de hablar como viejas cotillas y ayudadme a meterlo en casa.

    Y por qu no lo llevamos a la cuadra?

    Era la voz de Douglas, que casi nunca abra la boca. Todos lo miraron, como sola

    ocurrir siempre que ese hombre alto, fornido y callado se dignaba decir algo. Era el ltimo

    vaquero contratado por Gregory y, para sorpresa de todos, cuando Emily anunci al resto de

    los empleados que no poda seguir pagndoles, l decidi quedarse, junto con Kirk y Nube

    Gris.

    Porque est muy mal replic Emily con un deje de impaciencia. Si Gregory

    hubiese dado la orden de meterlo en casa, nadie habra rechistado, pero con ella siempre

    discutan las rdenes. No os quedis ah como pasmarotes. Cody, ocpate de dejar las

    patatas y las cebollas cerca del fuego para que no se pudran. Vosotros, ayudadme a meterlo

    en casa.

    Y dnde le acostar? insisti Douglas.

    En mi cama respondi ella con exasperacin. Una vez ms los tres hombres la

    miraron como si se hubiese vuelto loca, lo que colm la paciencia de Emily. Queris

    moveros de una vez? Nube Gris y Douglas, llevadlo dentro, a mi cama. Kirk, ayuda a Cody a

    descargar la carreta y despus ocpate de Sansn.

    Los hombres decidieron que Emily estaba llegando al lmite y acataron sus rdenes,

    aunque de mala gana. As pues, agarraron al herido con brusquedad y lo llevaron, sin

    importarles si le hacan dao o no. Una vez dentro de la oscura habitacin, lo tiraron sin

    contemplaciones sobre el lecho.

  • MARISA GREY

    Cadena de favores (Amor Y Aventura) (Spanish Edition)

    22

    Nube, treme toallas y una jofaina con agua templada. Douglas, aydame a quitarle

    la ropa.

    El aludido la mir con el ceo fruncido.

    No ir a desnudarlo, verdad?

    Emily no esper y se dedic a soltar los botones del grueso guardapolvo de cuero, que

    tal vez le haba protegido un tanto de la paliza. El hombre, que pesaba mucho y no poda

    colaborar, gru cuando ella intent quitarle la prenda. Douglas se mantena al margen,

    contemplndola con una expresin de reprobacin. Crispada por la actitud del hombre, lo

    fulmin con la mirada.

    Soy una mujer casada, por si lo has olvidado, y s qu aspecto tiene un hombre

    desnudo. Y ahora, si piensas ayudarme, empieza ya. Si no, sal de mi habitacin y encrgate

    de Sansn.

    Douglas solt un suspiro de resignacin y se acerc. La ayud en silencio, esbozando

    una mueca de compasin al ver el maltratado rostro del desconocido.

    Est hecho una pena dijo finalmente.

    Nube Gris entr con la jofaina sujeta entre las manos y las toallas colgando de un

    brazo. Mientras lo dejaba todo junto a la cama silb suavemente al reparar en el trato que

    haba recibido ese hombre. Algunas zonas de su cuerpo ya estaban tomando una tonalidad

    morada y al da siguiente estaran negras. El rostro no presentaba mejor aspecto, con los

    prpados hinchados, un corte en la sien, el labio partido y media cara inflamada.

    Le han dado una buena observ Douglas. Tal vez se lo mereciera. Cmo se le

    ha ocurrido traerlo aqu? la recrimin sin esconder su enojo.

    Esta es mi casa y puedo traer a quien se me antoje. Las botas le indic con un

    gesto de cabeza, qutaselas. Nube, treme un pao para lavarlo.

    El joven sali al momento, no porque la jefa lo hubiese ordenado, sino porque

    presenta que se estaba fraguando una discusin entre Emily y Douglas. Este ltimo se

    mostraba excesivamente protector con ella, lo que muchas veces la enfureca.

    Me parece que ha actuado usted de forma muy imprudente. Maana este tipo

    podra volver en s y robarle, si no algo peor.

    Emily apret los labios. No quera discutir con Douglas, estaba demasiado angustiada

    al constatar que, a pesar de los zarandeos, el herido no daba muestras de volver en s. Se

  • MARISA GREY

    Cadena de favores (Amor Y Aventura) (Spanish Edition)

    23

    concentr en el rostro castigado y se dio cuenta de que por primera vez poda fijarse en el

    color del pelo. Lo tena negro y demasiado largo. No era una sorpresa, porque la barba de

    varios das era morena, as como las cejas y las pestaas largas, negras como la noche.

    Resiste, rez en silencio, desoyendo las recriminaciones que seguan cayendo

    sobre ella como la lluvia que la haba calado hasta los huesos.

    Y ha pensado dnde dormir usted mientras l descansa a cuerpo de rey?

    Con Cody contest sin mirarlo. Se dispuso a soltar el cinturn del herido cuando

    una mano firme le agarr la mueca. Para su sorpresa, era Douglas quien la frenaba.

    Yo me encargo de eso, salga de aqu.

    Se zaf con un gesto brusco. Ya se estaba cansando de ese pesado.

    Creo que eres t quien debe salir. Ve a ver si Kirk necesita ayuda con Sansn.

    El vaquero tens los puos y no se movi.

    Fuera! grit Emily.

    Douglas sali con la espalda rgida y ella por fin pudo desnudar al herido. Fue

    dejando la ropa empapada en el suelo, sin preocuparse por si se mojaba la alfombra. Se senta

    responsable, ya que l la haba ayudado sin esperar nada a cambio. Ahora era el momento de

    devolverle el favor. Lo cuidara hasta que pudiera seguir su camino.

    Su desnudez no la incomod, porque lo trataba como a su hijo cuando el pequeo

    estaba enfermo y la fiebre le suba hasta hacerle castaear los dientes. Le pas con sumo

    cuidado el pao hmedo por el rostro, el cuello y el pecho firme. Lentamente fue bajando por

    los brazos largos y musculosos hasta el vientre plano. No prest atencin a su entrepierna,

    para ella no era ms que un apndice que permita concebir un hijo cuando un hombre haca

    uso de ello con una mujer. Gregory se lo haba dejado bien claro: para una mujer el sexo no

    era ms que un trmite necesario para tener descendencia.

    Apart de la mente el recuerdo de su marido. Pese a los seis meses que llevaba fuera y

    la delicada situacin en la que la haba dejado, no lo echaba de menos.

    Sigui lavando al herido con gestos meticulosos para no infligirle ms dolor. Con un

    esfuerzo lo puso de lado y sigui por la espalda hasta que su mano se qued en el aire. Al

    desnudarlo no se haba fijado, pero en ese momento le llamaron la atencin las laceraciones

    que presentaba la piel. Pas el ndice por una de esas lneas. Eran marcas antiguas, blancas e

    irregulares. En algn momento del pasado lo haban azotado. Eso la llev a estudiar el cuerpo

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    24

    grande e inmvil. No eran las nicas seales: el hombro derecho mostraba una cicatriz de

    bala, otra lnea le cruzaba el costado izquierdo transversalmente, y en el muslo derecho luca

    una quemadura.

    Todas aquellas cicatrices la impulsaron a mirarlo con otros ojos. Quin era ese

    hombre y qu vida haba llevado hasta entonces? La guerra entre el Norte y el Sur haba

    acabado ms de diez aos atrs. Le estudi el rostro en vano y tuvo que recurrir al recuerdo

    de esa maana para deducir que tendra ms de treinta aos. Era posible que hubiera

    participado en esa guerra; por su acento sureo, incluso poda haber luchado y perdido todo:

    hogar, dignidad, esperanzas.

    Llevada por una ternura que solo senta por su hijo, le acarici el cabello hmedo

    apartndoselo de la cara. Un hombre que haba sufrido tanto tena dos salidas: convertirse en

    un animal dispuesto a herir como haban hecho con l, o cerrarse a cuanto le rodeaba

    protegindose tras un escudo para no volver a sufrir. l la haba ayudado, por lo tanto an era

    capaz de sentir compasin, y no le haba hecho ningn dao, lo que significaba que segua

    sintiendo respeto por los dems. Tal vez ese hombre misterioso todava tena una

    oportunidad de ser feliz en el futuro.

    Cuando el enfermo estuvo limpio, lo arrop con varias mantas y se sent en una silla

    junto a la cama. Debera cambiarse de ropa, comer, descansar, pero algo la obligaba a

    quedarse con l y velar su sueo, esperando que recobrara cuanto antes la consciencia. Lo

    nico que la impuls a ponerse en pie, pasados unos minutos, fue el pensamiento de que su

    hijo la necesitara. Cerr los postigos de las ventanas, apag la lmpara de aceite y sali de

    puntillas.

    Fuera, en la sala que haca las veces de cocina y comedor, todos la miraron con

    diferentes expresiones. Ella nicamente se centr en su hijo, que se mostr preocupado por el

    herido.

    Se pondr bien, mam?

    S, maana estar mucho mejor.

    Al menos eso esperaba ella, porque no haba mdicos en la zona y si ese hombre tena

    alguna costilla rota o una lesin interna, no sabra qu hacer con l.

  • MARISA GREY

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    25

    4

    Sam apenas pudo abrir los ojos cuando fue saliendo de la nube algodonosa que lo

    envolva. Poco a poco fue tomando conciencia del dolor que le martilleaba el crneo y de que

    el cuerpo apenas le responda. Se qued quieto intentando recordar y averiguar dnde se

    encontraba. Lentamente pas una mano por las mantas que lo abrigaban. Ese sencillo gesto

    fue un suplicio, as que se vio obligado a desistir de indagar un poco ms. Se notaba el pecho

    comprimido y le costaba respirar. Aquella oscuridad le estaba poniendo nervioso y su visin

    limitada no contribua a calmar su inquietud.

    En algn lugar oy que una puerta se abra y cerraba al momento. Estaba en una casa,

    a juzgar por el aroma a guiso y el colchn blando de paja en el que estaba acostado. Cmo

    haba llegado hasta all? Su ltimo recuerdo era el cielo encapotado visto desde abajo y la

    lluvia que para l caa del revs. Carson y sus hombres le colgaron por los pies, no recordaba

    mucho ms porque perdi el conocimiento enseguida. Alguien haba dado con l y se lo

    haba llevado. No encontraba otra explicacin.

    Capt ruidos al otro lado de la puerta, una persona que andaba con pasos cortos. Sin

    pretenderlo, el recuerdo de la mujer del almacn y su hijo regres a su memoria. Estaran

    lejos, al abrigo de su casa, o al menos eso esperaba l. Mientras la vieja vbora mortificaba a

    la desconocida, l se enter de muchos ms detalles de su vida de los que habra deseado

    averiguar. Supo que el marido de la seora Coleman llevaba seis meses buscando oro en

    Oregn. Quin en su sano juicio dejaba esposa e hijo sin proteccin para aventurarse a

    buscar oro? Si l tuviese una familia, su bienestar sera lo primero, pero no tena a nadie y

    tampoco lo buscaba. Para la clase de vida que llevaba, habra sido una tortura arrastrar a una

    mujer por esos caminos peligrosos o por los pueblos que se haban ido creando alrededor de

    las minas, con toda la escoria imaginable. Aquello no era vivir, sino sobrevivir.

    La puerta se abri lentamente dejando entrar un hilo de luz, que bast para

    deslumbrarlo. Se subi un poco ms la manta para protegerse. Unos pasos vacilantes se

    fueron acercando hasta detenerse junto a la cama. Sam permaneci en silencio rezando para

    que no fuera alguien peligroso, porque en su estado no poda defenderse ms que un recin

    nacido.

  • MARISA GREY

    Cadena de favores (Amor Y Aventura) (Spanish Edition)

    26

    Seor?

    La voz infantil le sorprendi, baj de nuevo la manta y distingui la silueta de un nio

    recortada por la luz que entraba por la puerta abierta. No pudo ver mucho ms.

    Seor? insisti el pequeo. Se encuentra mejor?

    Dnde...? La voz fue apenas un susurro ronco. Carraspe y lo intent de

    nuevo. Dnde estoy?

    Senta la boca como si la tuviera llena de algodn; ni l mismo estaba seguro de haber

    entendido lo que acababa de decir.

    En nuestro rancho, seor, en el condado de Ellsworth. No lo recuerda? Mi madre

    y yo lo encontramos en el camino.

    En el hueco de la puerta se recort la silueta de otra persona, una mujer menuda de

    cabello castao.

    Cody, te dije que no le molestaras. Necesita descansar.

    El nio se dio la vuelta enseguida al or a su madre.

    Pero, mam, lleva tres das durmiendo. Tal vez tenga hambre.

    Cody, ve fuera y ayuda a Kirk.

    El nio titube un instante y sali arrastrando los pies. Cuando camin junto a su

    madre, esta le acarici el cabello corto en un gesto tierno que no pas desapercibido a Sam.

    La voz de aquella mujer le resultaba conocida, as como el nombre del nio: Cody.

    Dnde lo haba odo antes? Era un nombre corriente, poda haber sido en cualquiera

    de los pueblos por donde haba pasado en los ltimos das.

    La silueta femenina se acerc a las dos ventanas y abri los postigos. Una luz griscea

    se abri paso por la estancia, cegndole. Cerr al instante los prpados, que se notaba

    inflamados. Oy que los pasos se acercaban a la cama y se sobresalt al notar una mano

    pequea y fresca posarse suavemente en su frente.

    Cmo se encuentra?

    Aquella voz era suave, con una entonacin agradable. La curiosidad pudo ms que el

    temor a verse de nuevo deslumbrado por la claridad; con aprensin trat de enfocar la vista

    hasta que poco a poco los rasgos de la mujer se fueron haciendo cada vez ms claros y

    definidos. Una emocin desconocida se agit en su pecho. Era la mujer del almacn tal y

    como la recordaba: menuda y de aspecto frgil como un cervatillo. Permaneca de pie con los

  • MARISA GREY

    Cadena de favores (Amor Y Aventura) (Spanish Edition)

    27

    dedos entrelazados a la altura de las esbeltas caderas que ni el horrendo vestido gris lograba

    afear. Los puos se vean desgastados y el cuello de batista blanca luca un zurcido. No se

    poda decir que la seora Coleman fuera una belleza elegante, aun as sus ojos tenan algo

    que atraan como el agua a un sediento en pleno desierto. De repente se dio cuenta de que

    llevaba un buen rato estudindola en silencio y que ella esperaba una respuesta.

    Me siento como si una manada de bisontes me hubiese pisoteado.

    Si hubiese sido el caso, no habra estado peor. Mi hijo y yo le encontramos colgado

    de un rbol, atado por los pies.

    Me cuesta respirar.

    Le vend las costillas, tal vez haya apretado demasiado. Si me permite, podra

    aflojar el vendaje.

    Sam asinti, pero cuando trat de incorporarse, la habitacin empez a dar vueltas a

    su alrededor. Se llev una mano a la cabeza al tiempo que se dejaba caer sobre la almohada.

    Ella se acerc enseguida.

    Se ha mareado?

    S, la cabeza me va a estallar.

    Tengo un poco de ludano, si quiere.

    Sam alz una mano y la agit, incapaz de hablar, porque tema devolver. El estmago

    le bailaba amenazando con vaciarse.

    No logr murmurar.

    Se sobresalt cuando la seora Coleman le apart las mantas y, sin decirle nada, se

    puso a soltar los nudos que mantenan fija la venda. Se la fue aflojando con gestos precisos y

    cautelosos para no daarle. Sam trat de ayudarla arqueando la espalda, pero aquel pequeo

    esfuerzo lo dej exhausto. Cuando hubo terminado, Emily volvi a taparlo con cuidado.

    Sam tard varios minutos en poder hablar. Se senta tan agotado que los prpados se

    le cerraban y sudaba como si hubiese corrido hasta el agotamiento.

    Quiere comer algo? Puedo traerle un poco de caldo de verdura.

    No, gracias. Inhal lentamente y volvi a soltar el aire con cuidado. Con la

    venda aflojada poda respirar mejor, aunque el pecho segua dolindole como si una piedra se

    lo comprimiera. Volvi a respirar con cuidado hasta que encontr las fuerzas necesarias para

    seguir hablando. Dnde estn mis cosas?

  • MARISA GREY

    Cadena de favores (Amor Y Aventura) (Spanish Edition)

    28

    He lavado su ropa, pero la camisa est hecha jirones. Podra zurcirla, aunque no

    creo que valga la pena. Le dar una camisa de mi marido, si no le importa. Tambin he

    limpiado su sombrero y su guardapolvo, y Cody se ha encargado de quitarle el barro a su silla

    de montar. Dice que en cuanto est bien seca le dar grasa. Su caballo est con los nuestros en

    la cuadra, lo cepillamos y le damos de comer y beber. Est bien atendido. Ayer Kirk aceit

    sus Colts; estn en sus alforjas, a los pies de la cama.

    Emily hablaba en voz baja, consciente de la debilidad del hombre acostado en su

    cama. Su aspecto era realmente alarmante: los moratones se le haban puesto casi negros, la

    hinchazn del ojo apenas le dejaba abrir el prpado y el labio inferior estaba abultado con un

    corte profundo. Sin hablar del pmulo tumefacto. Eso era lo que poda ver en ese momento,

    pero lo que las mantas escondan era tambin preocupante. La noche anterior, cuando todos

    se fueron a dormir, Kirk la ayud a vendarle las costillas por temor a que tuviese alguna rota

    debido a los golpes que haba recibido. Estaba asustada porque sus conocimientos mdicos

    eran escasos y tema equivocarse. Se sobresalt cuando oy la voz ronca proveniente de la

    cama.

    Gracias, seora Coleman.

    Usted me ayud y yo le ayudo ahora.

    Sam la mir a los ojos. Lo que l haba hecho no haba sido ms que cargar unos

    cuantos sacos, en cambio ella le haba bajado de aquel rbol y se lo haba llevado a su casa sin

    saber quin era, sin duda salvndole la vida.

    Le debo mucho, seora Coleman.

    Emily se removi, incmoda.

    No se canse hablando. Le dejar dormir un poco ms y a medioda le traer algo

    para comer.

    Ella se dispona a abandonar la habitacin cuando Sam record algo.

    Me llamo Sam Truman.

    Los labios de la seora Coleman se curvaron ligeramente esbozando casi una sonrisa.

    Encantada, seor Truman.

    Le dej solo saliendo con pasos cortos, sin hacer ruido, como un ratn.

    No cerr la puerta, de manera que Sam la oy moverse al otro lado de la pared. Se

    centr en estudiar la estancia. Era un dormitorio pequeo con una cama de matrimonio.

  • MARISA GREY

    Cadena de favores (Amor Y Aventura) (Spanish Edition)

    29

    Frunci el ceo: estaba acostado en la cama de la seora Coleman, no habra otra cama de

    matrimonio en el resto de la casa. Ese pensamiento le avergonz, porque eso significaba que

    la haba dejado sin su lugar para descansar. Demonios, esa mujer era demasiado generosa,

    cualquier otro en su lugar no habra dudado en dejarle en un montn de paja con una manta

    como mucho para abrigarse. Sigui estudiando lo que le rodeaba; frente a l haba una

    cmoda toscamente tallada y a los pies de la cama un bal cuya tapa se vea golpeada y

    araada. Junto al lecho haba una silla de aspecto incmodo y, al otro lado, una pequea mesa

    con una lmpara de aceite. El suelo era de madera y, aunque se vea limpio, haca mucho que

    haba perdido su lustre. Era una habitacin sencilla y limpia, pero las paredes amarillentas y

    cuarteadas reclamaban a gritos una mano de pintura.

    El agotamiento fue vencindolo y se dej llevar por una bruma de sueo, sintindose

    seguro como no lo haba estado en los ltimos diez aos.

    En la cocina, Emily se afanaba preparando la comida para los hombres. No lograba

    apartar de su mente la preocupacin que le atenazaba la garganta. No era solo por el seor

    Truman; la precaria situacin del rancho tambin la acongojaba. Antes de final de mes tenan

    que llevar el ganado a Dodge City. El viaje supona todo un reto, ya que solo seran cinco

    personas para ocuparse de todo el trabajo, y eso contando con la ayuda de Cody, que pese a

    poner toda su voluntad, no dejaba de ser un nio de nueve aos. Adems, Kirk estaba

    limitado por su cojera. Quedaban Nube Gris y Douglas. Ella llevara la carreta con los

    vveres, de manera que los hombres tendran que guiar las reses sin que ninguna se desviara.

    Tardaran varios das, siempre que no se encontraran con ningn peligro, y una vez all,

    Emily rezaba por encontrar el seor Hans Linker. Si no apareca, sera la ruina para ellos,

    porque por desgracia nadie querra hacer negocios con una mujer, o sencillamente le robaran

    hasta las botas. Sinti un escalofro. Era preciso salir adelante; de lo contrario, perdera el

    rancho y se quedaran sin su hogar.

    Sumida en estos lgubres pensamientos, no oy que Douglas entraba y se sobresalt

    cuando lo vio a su lado.

    Por favor, Douglas, deja de andar con tanto sigilo.

    El hombre la mir fijamente a los ojos sin decir nada. Aquellas miradas silenciosas la

    ponan nerviosa porque se senta como si la desnudara. Decidi ignorarle esperando a que se

    decidiera cuanto antes a soltar lo que fuera.

  • MARISA GREY

    Cadena de favores (Amor Y Aventura) (Spanish Edition)

    30

    Cmo est el tipo? pregunt finalmente.

    Todava muy dbil. Se llama Sam Truman.

    Eso no es mucha informacin. Podra ser un ladrn, un asesino o un violador. No

    debera estar aqu, en la casa, con usted todo el da metida entre estas cuatro paredes.

    En estos momentos hasta yo podra derribarle. Deja de preocuparte por m,

    Douglas. No corro ningn peligro.

    Este apret los labios hasta convertirlos en una fina lnea.

    Gregory no vera con buenos ojos lo que hizo usted con ese tipo.

    Pero como l no est, yo soy la responsable de la casa, del rancho y de cuantos

    viven aqu.

    Su voz son mucho ms seca de lo que habra deseado, pero Douglas se empeaba en

    recordarle su debilidad, algo que no necesitaba, porque las limitaciones de su condicin no

    hacan ms que aumentar su frustracin da tras da. Gregory o cualquier hombre, por inepto

    que fuera, tena ms poder que una mujer. Para muchos, el gnero femenino apenas si poda

    abrir la boca; las mujeres nacan para servir y tener hijos, obedeciendo hasta la humillacin.

    Era la peor de las crceles, una condena perpetua a la esclavitud.

    La puerta volvi a abrirse y Nube Gris apareci. Se acerc mirndolos con cautela,

    consciente de la tensin que se respiraba entre Emily y Douglas. Este lo fulmin con la

    mirada.

    Qu haces aqu, intil? Te he dicho que limpiaras la cuadra y rellenaras los

    abrevaderos de los caballos.

    Emily se irgui, indignada. No soportaba que Douglas humillara a Nube Gris, pero el

    indio contest antes de que ella pudiera hacerlo.

    Est todo hecho. Kirk me ha pedido que cogiera el linimento para su pierna porque

    le duele.

    Douglas entorn los ojos sin apartar la mirada del indio. Exasperada, Emily se

    interpuso.

    Douglas, seguro que tienes que hacer algo fuera. Yo buscar el linimento para

    Kirk.

    El hombre se march, no sin antes lanzar una mirada hosca al indio. Por suerte este

    permaneca sereno, pero ella saba de sobra que tras esa aparente calma esconda la

  • MARISA GREY

    Cadena de favores (Amor Y Aventura) (Spanish Edition)

    31

    humillacin que lata en su interior cada vez que le trataban de manera tan injusta.

    Lo siento susurr cuando se quedaron solos. Si no le necesitara, le habra

    echado hace tiempo, pero no podemos prescindir de su ayuda. Trabaja sin cobrar.

    Y eso no te parece sospechoso?

    Emily frunci el ceo.

    Por qu lo dices? Promet que le pagara en cuanto cobrara el dinero de la venta de

    las reses en Dodge City.

    No me fo de l.

    Emily se dej caer en un banco junto a la larga mesa donde serva las comidas. Estaba

    abatida, a punto de perder el ltimo atisbo de esperanza.

    No s qu hacer, Nube Gris. Estoy asustada. Si era desgraciada con Gregory, ahora

    que se ha ido me siento an peor. No s si desear que regrese o rezar para que no vuelva

    nunca. Qu pasar cuando vendamos el ganado?

    Nube Gris se sent a su lado, sin tocarla, y permaneci en silencio meditando una

    respuesta. A pesar de ser tan joven, era cabal y reflexivo. No hablaba a la ligera y Emily

    siempre le escuchaba con atencin.

    Podramos dedicarnos a cultivar cereales.

    Esta parte de Kansas es tierra de ganadera. Adems, los que intentaron cultivar

    trigo vieron sus cosechas arruinadas por las plagas y la sequa.

    Nube Gris neg con la cabeza.

    Hace unos das me acerqu al arroyo del rbol cado y me encontr con un ruso que

    lleva en Kansas unos dos aos. Estaba de paso y estuvimos hablando mientras su caballo

    descansaba. Me dijo que se haba trado de su pas semillas de un trigo diferente, que se

    planta en otoo y se recolecta al final de la primavera. De esa manera evitan las sequas del

    verano y en invierno hay menos riesgo de que las plagas destruyan las cosechas.

    Emily consider las palabras de Nube Gris. Poda ser una salida a su problema. Haba

    odo hablar de esos rusos que se estaban instalando en la zona, pero esa gente no solo se

    enfrentaba a los caprichos del clima, tambin tena que protegerse de los ganaderos que les

    plantaban cara porque cercaban sus tierras para proteger los cultivos. Los ganaderos odiaban

    los alambres de espino porque las reses se heran con los pinchos.

    No lo s... musit Emily.

  • MARISA GREY

    Cadena de favores (Amor Y Aventura) (Spanish Edition)

    32

    Tres hombres, un nio y una mujer no pueden llevar un rancho. Apenas logramos

    salir adelante, y lo sabes.

    Emily se pas una mano por la frente, de repente le dola la cabeza.

    Podra vender las tierras a Cliff Crawford.

    Al momento desech esa idea. Si lo haca, todos se quedaran sin hogar, no solo ella y

    su hijo, sino tambin Kirk y Nube Gris. De qu viviran?

    Por qu no te marchaste con los vaqueros hace unos meses? Podras encontrar

    trabajo en algn rancho, eres hbil con el lazo y un excelente jinete. Adems, sabes cuidar de

    los caballos.

    Nube Gris sonri con tristeza.

    Donde fuera me trataran como a un perro. Sabes tan bien como yo que no soy ms

    que un indio con ropa de hombre blanco. Ellos nicamente ven el color de mi piel, no miran

    ms all. Este ha sido mi hogar porque tu padre me recogi cuando mataron a mi familia. Tus

    padres siempre me trataron con respeto. Fuera de aqu, soy escoria. Pero si decides vender,

    acatar tu decisin. Son tus tierras.

    Son de Gregory musit Emily con la mirada fija en las tablas del suelo. El da

    que me cas con l, se convirti en el dueo de todo lo mo.

    Nube gris era consciente del desasosiego de Emily y se senta impotente por no poder

    ayudarla. Gregory era una bestia sin compasin. l permaneca en el rancho por los motivos

    que acababa de enumerar, pero tambin para protegerla del marido, que tenda a golpear

    indiscriminadamente a su mujer o a su hijo.

    Pero ahora no est. Eres t quien debe tomar las decisiones.

    Y si plantamos trigo, como dices, y Gregory desaprueba mi decisin cuando

    regrese?

    No te adelantes al maana. Ahora Gregory no est y, la verdad, no creo que vaya a

    volver. T tampoco deberas mentirte, sabes que no regresar.

    Emily lo mir fijamente y sinti un ligero temblor.

    Eso cmo lo sabes?

    Lo presiento.

    No aadi ms. Fue a un armario, abri la puerta y cogi el linimento para Kirk.

    Emily permaneci sentada en el banco con la mirada fija en el suelo. Si su condicin

  • MARISA GREY

    Cadena de favores (Amor Y Aventura) (Spanish Edition)

    33

    de mujer la limitaba en todo, como si llevara un velo que la hiciera invisible a los ojos de los

    hombres, Nube Gris sufra el desprecio constante de los dems, hombres, mujeres y nios,

    como si fuera poco ms que un gusano. Tal vez por eso lo apreciaba tanto: porque entenda su

    soledad. El rancho era el nico lugar donde el indio se senta seguro, como ella. Fuera, todo

    resultaba amenazante y cruel, aunque en los ltimos aos incluso su hogar se haba

    convertido en una pesadilla.

    Se resisti a dejarse llevar por los recuerdos, con todo estos se colaron traicioneros en

    su cabeza hacindola retroceder unos aos, cuando conoci a su marido. Gregory lleg al

    rancho buscando trabajo y su padre lo contrat. Al principio se conform con mirarla de lejos

    y ella se sinti en una nube de felicidad por ser el centro de atencin de un hombre tan fuerte

    y apuesto. La primera vez que l le dirigi la palabra, Emily empez a balbucear frases,

    cohibida y encantada. A pesar de vivir rodeada de hombres, su padre la haba protegido,

    alejndola de los vaqueros que iban y venan por el rancho.

    Pero cuando Gregory lleg a ellos, su padre no era el mismo; la muerte de su mujer lo

    haba dejado sumido en un mar de tristeza y ya no estaba tan pendiente de su hija. Eso

    permiti que Emily empezara a escaparse para encontrarse con Gregory. l la sedujo con

    palabras bonitas, la engatus como una serpiente a un ratn y, cuando la tuvo embelesada y

    enamorada, pidi su mano a su padre, quien, para sorpresa de la joven de diecisiete aos,

    accedi sin poner la menor objecin.

    El casamiento se celebr enseguida y la pareja se instal en una de las cabaas del

    rancho. La noche de bodas no result como ella esperaba. Su flamante marido se mostr

    brusco e impaciente hasta el punto de convertir lo que Emily haba supuesto la unin ms

    perfecta entre un hombre y una mujer en algo desagradable. A oscuras, cuando Gregory se

    durmi dndole la espalda, la joven llor hasta que los ojos se le secaron. Aquello no fue ms

    que el preludio de lo que estaba por llegar.

    Su padre fue dejando cada vez ms el rancho en manos de Gregory, y segn este iba

    ganando poder, se mostraba cada vez ms autoritario y violento. La primera bofetada la

    sorprendi tanto que apenas si pudo abrir la boca. Tard meses en recibir la siguiente, cuando

    naci Cody y el beb lloraba por las noches. l la hizo responsable y le cruz la cara hasta

    dejarla aturdida. La vergenza le impidi acudir a su padre; al fin y al cabo, los asuntos de

    una pareja eran algo privado que no deba airearse.

  • MARISA GREY

    Cadena de favores (Amor Y Aventura) (Spanish Edition)

    34

    Aprendi a detectar los cambios de humor y desaparecer con el beb, al que su

    marido apenas aguantaba a su lado. Lo que no imagin fue que la situacin empeorara con la

    muerte de su padre. Entonces el matrimonio se traslad a la casa principal y Gregory se

    convirti en un verdadero dspota. Trabajaba cada vez menos y se limitaba a ir y venir a

    caballo, armado con una fusta que descargaba sin compasin. Muchas veces Nube Gris era el

    blanco de sus golpes. Durante todos esos aos, Emily no entenda por qu el joven indio no se

    marchaba del rancho e incluso llegaba a interponerse entre Gregory y su mujer para recibir el

    golpe destinado a ella.

    Sin embargo, lo peor estaba por llegar. Hasta que Cody cumpli los siete aos,

    Gregory lo ignor, pero poco a poco el nio fue tambin vctima de su padre y esos golpes

    dolan a Emily ms que los que ella reciba. No tena a nadie a quien recurrir, aunque de todas

    formas nadie la habra ayudado, porque un hombre era el dueo absoluto de su familia y

    poda castigarlos a su antojo con total impunidad.

    Cuando Gregory le habl de irse a Oregn, Emily no se lo crey y pens que era una

    fantochada ms de su marido. No se lo imaginaba trabajando en una mina, esforzndose por

    encontrar oro, cuando tena el rancho en las manos. No obstante rez noche tras noche para

    que se fuera. De manera que cuando una maana constat que su marido no estaba, como

    tampoco su caballo, Emily comprendi que se haba marchado sin despedirse, aunque esto no

    la sorprendi. Ese da llor de felicidad por el parntesis de calma que se le presentaba.

    Despus llegaron los problemas econmicos. Gregory los haba dejado sin nada para

    hacer frente a las deudas. Lo nico que quedaba era el ganado.

  • MARISA GREY

    Cadena de favores (Amor Y Aventura) (Spanish Edition)

    35

    5

    El ruido de la lluvia tamborileando contra los cristales de las ventanas despert a

    Sam. Enseguida se ubic, reconoci la habitacin, el aroma a cocina casera, y el estmago le

    rugi de hambre. Eso era buena seal. Se movi con cuidado intentando sentarse. Esperaba

    sentir un nuevo mareo, pero por suerte la cabeza pareca algo ms estable que esa misma

    maana. Porque seguira siendo el mismo da, no? La duda le inquiet. El nio haba dicho

    que estuvo tres das durmiendo. Habran pasado otros tres das sin que l se diera cuenta?

    Al otro lado de la pared no se oa ningn ruido. Supuso que alguien se asomara, pero

    no fue as. Fuera oa las voces de dos hombres. Record a la arpa del almacn y lo que le

    haba dicho a Emily. La seora Coleman quera llevar su ganado a Dodge City con tres

    hombres y un nio. Aquello era una locura, pero tambin tena que recordar los apuros

    econmicos que la vieja cara de palo haba mencionado. Si la seora Coleman no consegua

    vender el ganado, sin duda se vera en un grave aprieto, porque si deba dinero a los dueos

    del almacn, sin duda debera ms a otros. Llevar un rancho era costoso y tendra que pagar a

    los vaqueros, aunque solo fueran tres. Y una vez que vendiera las reses, qu haran?

    Pens en el joven Cody. El chico le caa bien, se le vea espabilado y obediente con su

    madre. l haba sido un buen hijo, pendiente de ayudar a su padre, respetuoso con su madre y

    su hermana. Llev una vida sencilla pero feliz, era trabajador y crea en valores que merecan

    ser defendidos, hasta que estall la guerra entre el Norte y el Sur. Cometi la locura de pensar

    que deba luchar contra la injusticia. Nadie poda ser dueo de la vida de otro ser humano.

    Crea que poda cambiar algo. Fue un necio, un estpido idealista, y los sueos de convertirse

    en hroe lo abofetearon de la manera ms cruel. La guerra era brutal, una zorra voraz que

    sacaba lo peor de cada hombre. Diez aos despus, algunas noches se despertaba con el

    cuerpo baado en sudor, el corazn desbocado y la mente atormentada por imgenes

    sangrientas.

    Se sacudi esos recuerdos. Su cuerpo le exigi que atendiera sus necesidades. Busc

    a su alrededor y encontr su ropa pulcramente doblada sobre la silla, con una camisa que no

    era la suya. Solt un gruido al incorporarse lentamente. Se mova como si el aire fuera agua

    y le entorpeciera los movimientos. Sac las piernas y un pensamiento cruz su mente

  • MARISA GREY

    Cadena de favores (Amor Y Aventura) (Spanish Edition)

    36

    embotada: estaba desnudo bajo las mantas. Arque las cejas y enseguida se arrepinti por el

    dolor que le produjo en toda la cara aquel sencillo gesto. Gimi al ponerse en pie sobre la

    alfombra trenzada. Dio un paso inseguro, luego otro ms, hasta que finalmente lleg a la

    silla. Ya estaba sudando copiosamente. Se pregunt cmo lograra ponerse los pantalones sin

    desmayarse. Sentirse tan dbil le mortificaba; se saba vulnerable, a merced de los habitantes

    de la casa.

    Veinte minutos despus resollaba como un animal agotado. Solo haba conseguido

    ponerse los pantalones y las botas. Ya no le quedaban fuerzas para ms. Torpemente se ech

    la camisa por encima de los hombros ahogando una maldicin. Cada gesto le supona un

    suplicio. Camin hacia la puerta con los brazos extendidos, rezando por alcanzar el marco y

    poder descansar. A ese paso, llegara al exterior al da siguiente, si no se mora antes por el

    camino.

    La puerta principal se abri y not el fro sobre su piel sudorosa. Se estremeci con

    fuerza, lo que a punto estuvo de echar a perder sus esfuerzos por mantener su precario

    equilibrio. Logr agarrarse con fuerza a la madera del marco de la puerta. Dios, no recordaba

    haber estado tan dbil desde que lo azotaron. En aquel entonces dese morir, pero en ese

    momento nicamente quera llegar a la letrina. Lo poco que le quedaba era su dignidad.

    Oy una exclamacin aguda y unos pasos irregulares que se acercaban presurosos.

    Adnde crees que vas?

    Sam se fij en el rostro arrugado de un viejo desdentado. La barbilla y la nariz casi se

    tocaban y los labios eran una finsima lnea fruncida apenas visible. Su pelo gris estaba

    recogido en una coleta mediante una cinta de cuero, dejando a la vista una piel curtida por el

    sol. Era lo ms parecido a un pellejo.

    Necesito ir a la letrina.

    Los hombros del viejo se sacudieron y Sam dedujo que se estaba riendo en silencio.

    Se enderez todo lo que pudo, que no fue mucho, porque las costillas le dolan a rabiar.

    Ah tienes un orinal, chico.

    No uso un orinal desde que mi madre me quit los paales rezong Sam.

    La risa silenciosa regres, lo que le fastidi un poco ms.

    Si Emily te encuentra, se pondr hecha una furia.

    Ms furioso me pondr yo si no llego a tiempo a la letrina. En lugar de rerse de m,

  • MARISA GREY

    Cadena de favores (Amor Y Aventura) (Spanish Edition)

    37

    aydeme a andar sin que me desplome como un leo.

    La puerta se abri de nuevo y, por la exclamacin que oy, supo que la seora

    Coleman haba sorprendido a su paciente en pie. Al instante not que las pequeas y frescas

    manos de la mujer le rodeaban la cintura. El contacto le produjo un calorcillo que le

    sorprendi.

    Cmo ha podido levantarse, por el amor de Dios?

    Seora empez Sam con toda la dignidad que le quedaba, que no era mucha,

    hay cosas que un hombre tiene que hacer de pie, si me permite que se lo diga.

    La risa ahogada del viejo lo incomod un poco ms. Por su parte Emily enrojeci

    hasta las orejas.

    Tiene un orinal en la habitacin, seor Truman.

    Sam inclin la cabeza para mirar a la cara a la seora Coleman. Durante unos

    segundos se fij en aquellos ojos pardos y pens que eran preciosos, como los de una cra de

    gamo, con espesas pestaas y unas delicadas cejas del color de la canela en rama. Tambin

    distingui unas pocas pecas que le salpicaban la nariz pequea y algo respingona. El ruido de

    la puerta al abrirse lo sac de su contemplacin. Cody apareci acompaado de dos enormes

    perros de aspecto fiero.

    Buenos das, seor Truman le salud el nio con una sonrisa de oreja a oreja.

    Se encuentra mejor?

    No hasta que llegue a la letrina mascull. Aquello estaba resultando cada vez

    ms humillante.

    Cuando estoy enfermo, uso el orinal.

    Sam apret los dientes, ignorando las punzadas de dolor que eso le caus.

    Si alguien ms me habla del maldito orinal, se lo pongo de sombrero hasta las

    orejas. Enseguida se arrepinti de su exabrupto, porque el nio dio un paso atrs,

    arrimndose a los dos perros. Lo siento... se disculp, mirando a Cody.

    Cario, saca los perros de aqu, lo manchan todo de barro le pidi Emily, que se

    haba puesto tensa a su lado. Dio un paso atrs soltando a Sam y este ech de menos su calor

    enseguida. Ya que el seor Truman no quiere usar el orinal, Kirk, podras ayudarle?

    A pesar de su aspecto amenazador, los perros se dejaron guiar, comportndose como

    corderos mansos cuando Cody los empuj. El nio no le miraba y eso molest a Sam, porque

  • MARISA GREY

    Cadena de favores (Amor Y Aventura) (Spanish Edition)

    38

    saba que le haba asustado.

    Chico dijo con lo que l consideraba una voz suave, pero que en realidad no fue

    ms que un gruido. No me vendra mal un par de piernas ms.

    Cody lo mir de reojo, a unos pocos metros. Pareca meditar la peticin y Truman se

    pregunt si llegara a pisar la letrina antes de perder la compostura delante de la seora

    Coleman.

    Seguro que no quieres usar el orinal? pregunt Kirk con un brillo divertido en

    los ojos rodeados de arrugas. Se rio de nuevo. Ya s lo que has dicho hace un momento,

    pero corro muy rpido cuando quiero, aunque tenga una pata tiesa.

    Sam solt un suspiro de fastidio. Prefera morirse de fro a usar el orinal, pero esa

    gente le estaba poniendo entre la espada y la pared. Cody pareci compadecerse de l, porque

    se acerc, tmido, y le pas una mano por la cintura, algo ms seguro.

    Yo le ayudar murmur sin mirarle a la cara.

    Gracias mascull Sam.

    Fue laborioso, pero finalmente lleg a su destino: una tosca y diminuta cabaa a

    pocos metros de la casa. Cuando sali se sinti un poco mejor, pero al llegar a la altura de la

    seora Coleman el estmago decidi recordarle que llevaba varios das sin tomar nada.

    Emily oy la protesta de sus tripas.

    Mam, me parece que el seor Truman tiene hambre dijo Cody con una risita.

    S, eso parece respondi Emily sin dejar de mirar a su invitado. No le gust que

    ese hombre hablara con tanta brusquedad a Cody, pero tambin haba advertido que el seor

    Truman trat al momento de enmendar su tono amenazador solicitando la ayuda al nio. Tal

    vez fuera su forma de pedir disculpas y eso era ms de lo que Gregory haba hecho con su

    hijo. Acostadlo enseguida. Creo que ya ha hecho demasiados esfuerzos por hoy.

    Obedientes, lo condujeron de nuevo a la cama. Sam se dej descalzar, pero frunci el

    ceo cuando trataron de quitarle los pantalones. Kirk volvi a rerse por lo bajo y seal con

    la cabeza los calzoncillos largos que haba sobre la silla.

    Creo que con eso estars ms cmodo, aunque debo confesar que te he visto el

    culo, chico, y no es para tanto.

    Emily se apresur a salir de la habitacin. Ya le haba visto desnudo, pero entonces el

    seor Truman haba estado inconsciente. Despierto y mirndola como si quisiera borrarla de

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    la estancia, prefera dejar en manos de Kirk el trabajo de ayudarle. Se dispuso a calentar una

    sopa espesa de verdura. Sirvi un generoso tazn y esper a que avisaran de que su invitado

    estaba cmodamente acostado.

    Pensar que ese hombre ocupaba su cama la turbaba cada vez ms. El da anterior,

    cuando entr para darle algo de comer, no tuvo el valor de despertarle. El sueo era reparador

    y cuanto ms descansara, antes se recuperara su cuerpo. Esa certeza la entristeci. No saba

    por qu, pero el mero hecho de pensar que el seor Truman se marchara y ella no volvera a

    verlo la dej deprimida. Se haba quedado all sentada velando su sueo relajado durante un

    buen rato, hasta que Douglas entr y la sorprendi. No era un hombre hablador, pero desde

    que ella cuidaba del herido, el vaquero se mostraba ms locuaz que nunca, hasta tal punto que

    Emily echaba de menos sus silencios inquietantes.

    Kirk sali sealando el interior de la habitacin.

    Ya est acostado y con los calzoncillos puestos.

    El viejo se alej rindose, dejndola con el tazn humeante en una mano y una

    cuchara en la otra. Esper a que su hijo tambin saliera, pero Cody no apareci. Se asom con

    cuidado, con la intencin de espiar lo que estaba ocurriendo en la habitacin. Las cejas se le

    arquearon cuando vio a su hijo en la silla y el seor Truman sentado muy tieso en la cama y

    tapado con las mantas. Los dos permanecan en silencio y sin mirarse, pero all estaban,

    juntos.

    Cody hua de la presencia de su padre porque le tena miedo, Douglas le inspiraba

    recelo y nunca se acercaba a l, solo se senta cmodo con Nube Gris y Kirk. Emily se

    extra de que su hijo permaneciera a solas con el seor Truman, sin asustarse de la mirada

    fra del hombre.

    En cuanto entr, dos pares de ojos se clavaron en ella. Cody se levant de un salto y

    acerc la silla un poco ms a la cama para su madre. Ella le sonri y se sent.

    Aqu le traigo un poco de sopa. Lleva varios das sin comer y no creo que su

    estmago admita nada ms consistente. Adems, podra dolerle al masticar.

    Sam asinti. No estaba acostumbrado a que lo trataran con tanta amabilidad, y eso le

    haca sentirse como si le pincharan. Carraspe.

    Gracias, seora Coleman.

    En esos catorce aos poda contar con los dedos de una mano las veces que haba

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    dado las gracias por algo. Desde que conoca a la seora Coleman, no haca otra cosa que

    agradecer sus atenciones.

    De nada murmur ella sin mirarle.

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    Aquella noche Sam se negaba a cenar en la cama. Llevaba toda la tarde rezongando;

    no estaba acostumbrado a permanecer ocioso y empezaba a aburrirse. Los dems iban y

    venan, entraban y salan mientras l los miraba desde la cama. No, al menos se levantara y

    cenara sentado a la mesa como una persona, no como un desecho postrado. Aunque le dola

    todo el cuerpo, su orgullo le impeda seguir recibiendo las atenciones de la seora Coleman.

    Lo nico que le frenaba era el recuerdo de lo que le cost ponerse los pantalones y las botas

    esa misma maana. No estaba seguro de poder vestirse solo.

    Vio su oportunidad cuando Cody pas por delante de la puerta; si no se daba prisa, la

    seora Coleman entrara con la cena y se la dara como a un nio. Chist para llam